l perfil Pedro P. Torres, vicepresidente de Adime
“Lo que necesita ahora nuestro sector son medidas pragmáticas para ya, para el hoy” Albert López
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El pasado 26 de mayo se celebró en Madrid la XV Asamblea General de Adime. Tras la caída del negocio registrada en 2010 el sector de la distribución de material eléctrico prevé una nueva caída entre el 8-12%. Ante esta situación, Pedro P. Torres, secretario general de Adime, reclama medidas urgentes y concretas que estimulen la demanda del mercado.
egún Adime la 15ª Asamblea General se celebró en un ambiente de cautela y oportunidades. ¿Por qué de “cautela”? ¿Por qué de “oportunidades”? La situación crítica del sector, dentro de la profunda crisis que padece nuestra economía, ha provocado que en dos años y medio la cifra de negocio se haya contraído a niveles de 2000 - 2001. Opino que las empresas han hecho correctamente los deberes en cuanto a una gestión eficiente, adecuando sus estructuras a esa gran contracción de negocio, pero todavía hoy existe un profundo grado de incertidumbre. Considerábamos y percibíamos en los últimos meses que los datos nos indicaban una cierta recuperación y de que ya habíamos tocado fondo. Sin embargo, en nuestra XV Asamblea General, celebrada el pasado mes de mayo, ya constatamos que en abril se había producido un nuevo repunte a la baja, mientras que los datos de mayo y junio confirman esa tendencia sostenida a la baja. Pero una caída, no solamente en el canal profesional de la distribución Industrial, sino también en el primer eslabón de la cadena de suministro, que son los fabricantes. Tanto es así que en el primer cuatrimestre de 2011, nos encontramos con una horquilla de contracción de negocio que oscila entre el 8 y el 12%. Este dato entre las empresas de nuestro colectivo, guarda un cierto paralelismo con nuestros colegas los fabricantes, mientras que el tercer eslabón, el del empresario instalador, debido a su capilaridad y a representar un menor porcentaje de mediana y pequeña empresa, mantiene esta misma tónica general. Hay otro factor, quizás el más determinante en la supervivencia de una empresa, es el relacionado con el incremento exponencial de la morosidad y los impagados, situación agravada por la dificultad de acceso al crédito. Pese a este panorama tan poco esperanzador, nuestros empresarios y gestores de empresas asociadas han demostrado la
12 l DISTRELEC Julio/Agosto 2011
� Pedro Torres en su despacho en la sede de Adime
firmeza que les caracteriza, al sortear de momento y con bastante acierto, la tormenta perfecta. Pocos habíamos conocido una debacle como la actual, con la desaparición de miles de empresas. La última, y quizás más cercana, al crisis del año 1992, que fue limitada en el tiempo. Pero ahora, la situación es diferente, y la incertidumbre sobre la recuperación hace mella en la confianza de nuestras empresas, aunque mi consejo es tratar de ver la posible parte positiva de todo esto. El canal de la distribución se ha adecuado a esta contracción y ahora está, lógicamente, con graves tensiones internas. Desde el marco de nuestra XV Asamblea General, pretendimos transmitir lo que pregonan los grandes expertos, que es que “dentro de esta grave situación de incertidumbre existen nuevas oportunidades”. Entre ellas, fundamentalmente, la necesidad de un cambio cultural, de forma de hacer las cosas. Esto me parece básico, fundamental. Como ve, muy fácil de decir, pero muy difícil de aplicar. ¿Por qué? Porque no existen referentes claros, ni en los datos macroeconómicos ni en las claves de gestión empresarial, como para que un empresario sepa exactamente hacia dónde virar la nave. Ese es el punto crítico en el que se encuentran nuestras empresas. Fernández-Llarena apuntó, durante la
XV Asamblea General de Adime, la falta de concentración empresarial y el aumento de la deuda financiera, como las causas de la caída de la facturación a niveles de 2001. ¿Son estos los dos factores clave o hay más? Con gran acierto, nuestro presidente apuntó los dos factores básicos que, de alguna manera, han agravado esta situación, y el camino a seguir para optar a la recuperación. También es verdad que la propia contracción del mercado propicia esta concentración, tanto microempresa como en la pyme. Esta tarea es compleja, porque salvo un ejemplo (AME Material Eléctrico), en los últimos 10 años no ha habido, salvo las adquisiciones concretas que ya conocemos, una iniciativa clara por parte del resto de las empresas. Quizá habría que añadir un tercer factor, que puede ser motivo para que las empresas adquieran una mayor dimensión y disponer de mayores fortalezas. Muchísimas empresas familiares, que se encuentran gestionadas por la su segunda o tercera generación, que ven la evolución de su propia empresa con menor afectividad respecto a la que proyectaron sus fundadores. Creo que también tienen mucho que decir en este análisis y en este nuevo planteamiento, los principales grupos de distribución. ¿Pueden esperarse fusiones empresariales a corto plazo? El momento no es demasiado propicio para adquisiciones, por parte de las grandes cadenas hacia el resto de empresas. Creo que sería más factible, dada la cercanía y el conocimiento de la cultura empresarial, en las organizaciones que forman de un mismo grupo de compra de distribución, y que surgiera de una manera natural. Y sería deseable porque, de alguna manera, las dimensiones de las empresas en el futuro, no es el mismo en España que para el resto de los países de Europa. Según los propios datos de Adime, durante el primer trimestre de 2011 se ha registra-