Las incógnitas soterradas del Carmel (II)

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Abril 2005

El siniestro ha acabado por enjuiciar el sistema de adjudicaciones de obra pública en Cataluña

Las incógnitas soterradas del Carmel (y II) De mal en peor. De intentar esclarecer las causas que explicaran el hundimiento del túnel de maniobras de la línea 5 del metro a su paso por el barrio del Carmel se ha pasado a la investigación, por parte del fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), José María Mena, de supuestas comisiones ilegales cobradas por CiU en su etapa al frente del Govern en la adjudicación de obras públicas. Así lo denunció el president Pasqual Maragall en el Parlament el pasado 24 de febrero con la ya famosa frase del 3% y, posteriormente, el constructor Juan Antonio Salguero amplió hasta el 20% ante la Fiscalía el pago de estas comisiones en 18 obras a Adigsa. Las

consecuencias de esta tormenta política en el sector son todavía imprevisibles. Por su parte, Joaquim Nadal, conseller de Política Territorial i Obres Públiques, expuso en el Parlament las causas de lo acontecido en el Carmel. La conclusión es que el siniestro se produjo por la conjunción de varios factores y no se puede imputar a una sola causa. ¿Consecuencias?. Han dimitido el director general de Puertos y Transportes, Jordi Julià, y el presidente de Gisa, Ramon Serra. Nadal también anunció la suspensión del contrato con las constructoras y la dirección de obra y demandas judiciales para que se hagan cargo de todos los gastos derivados. Del túnel a los tribunales. El escenario ha cambiado.

E

l colapso se produjo al intentar retirar la destroza para construir una solera (base de refuerzo), tras comprobar, el 13 de enero, que las convergencias del túnel no estabilizaban. Este es uno de los motivos principales de su hundimiento. Los primeros desprendimientos y movimientos de tierras se detectaron el 25 de enero, ante lo que “la dirección de obra avisa que si no hay estabilización de las medidas, o bien se invierte la tendencia o será necesaria una solera”. Finalmente, el hundimiento se produjo el día 27 de enero. El conseller Nadal también reveló que el expediente informativo deja constancia de que se detectó que el terreno era débil y que las empresas discrepaban sobre el grosor del refuerzo y las mediciones.A pesar de estas explicaciones, Nadal reconoció que no había “sabido ver” culpabilidad alguna, aunque tampoco las habría hecho públicas ya que el tema está en vía judicial.

Gisa no supo nada Según las explicaciones de Nadal, nadie informó a Gisa de problemas serios que pudieran amenazar el buen fin de la obra. Eso sí, aceptó que existían anotaciones que revelan que “no siempre las medidas y los ensayos del grueso de la gunita hormigón que cementa la bóveda dan la resistencia y el espesor requeridos” (ver RCT nº 161) y que “en función de las medidas de

Boca del túnel siniestrado

convergencia (estabilidad en el túnel) y de su evolución la dirección de obra establece la necesidad de acabar la solera, repetir los ensayos y lograr los estándares requeridos”. Nadal dejó claro que estas medidas no tienen nada que ver con la intención de ahorrar dinero y poder acabar la obra a tiempo.

Cambio de ubicación del túnel El ahorro de tiempo en las obras fue una de las razones tomadas en cuenta por la Generalitat para decidir cambiar la ubicación del túnel de maniobras del barrio de Horta al Carmel. De esta manera, el departamento de Obres Públiques conseguía

terminar las obras dos meses y medio antes de los 11 que constaban en la previsión realizada por la UTE de empresas constructoras adjudicatarias, FCC, Copisa y Comsa. El informe especifica que el cambio “comporta la ventaja de sustituir un túnel ejecutado en jabre -en términos constructivos y geológicos significa granito muy alterado o disgregadopor otro ejecutado en areniscas de buena calidad geomecánica”. Además, la decisión tomada por la Generalitat entonces con CiU en el Govern, se justificó teniendo en cuenta las alegaciones de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB), basadas en “motivos de funcionalidad”, para una mejor explotación de la línea 5 del metro dado que TMB

aseguró que la instalación en Horta implicaba anular la playa de vías de aparcamiento de convoyes que allí se dispone y reducir un 25% la capacidad de la línea. Asimismo, realizar la obra en la estación de Horta implicaba afectar unos servicios y tener que fijar indemnizaciones para los expropiados. Además, el Ayuntamiento, a través de su primer teniente de alcalde, Xavier Casas, alegó que la obra en Horta tendría una afectación viaria demasiado importante. Es entonces cuando TMB propuso elegir la Vall d’Hebrón, propuesta aceptada en un primer momento por Gisa, pero que los técnicos descartaron tras análisis urbanísticos para no afectar al hospital de San Rafael.

Todos estuvieron de acuerdo Las empresas adjudicatarias, tanto las ingenierías como las constructoras, asumieron como suya la modificación del plan original. Si no lo hubieran hecho, según asegura el conseller Nadal “deberían haber presentado un nuevo concurso del proyecto, de la dirección de la obra y de la construcción”. No lo hicieron. El proyecto ya modificado fue recibido por el nuevo Govern tripartito. El 18 de febrero de 2004, Obres Publiques autorizó a Gisa el inicio de las obras del proyecto modifi(sigue en página 14)


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