Cuentos Infantiles de Biodiversidad
Zona Norte Chico
Paloma Núñez Farías
Ilustraciones: Solange Cid R.
Zona Norte Chico
Paloma Núñez Farías
Ilustraciones: Solange Cid R.
Autora: Paloma Núñez Farías
Equipo científico: Manuel Rojas y Pilar Pérez
Fuly y Tagu son dos pequeñas taguas, son hermanos y viven en un humedal costero. Este es un lugar en la naturaleza donde se junta el agua de la montaña con el agua del mar.
-¡Mira Fuly! De allí arriba viene el agua que llega a la laguna. Dice Tagu.
-Sí, pero también nuestra laguna recibe el agua que viene desde el mar. Por eso nuestro hogar es único, hábitat de muchos animales y plantas. Replica Fuly.
-¡Qué lindo es nuestro humedal! Los peces que saltan sobre el agua, las plantas que viven alrededor de la laguna, todo es tan bello y lleno de vida. Comenta Tagu.
Tagu y Fuly continúan recorriendo el humedal. A lo lejos divisan muchas bolsas, botellas, neumáticos y un paisaje con mucha basura, desolado, sin vida.
-Hermana, ¿qué es eso de colores? ¡Está todo muy seco, feo y huele horrible! Dice Tagu mientras se acerca a la basura.
-¡Vamos a preguntarle a mamá!, ella debe saber. Dice Fuly.
Así, las pequeñas taguas van donde su madre.
-¡Mamá, cerca de aquí las plantas están muriendo, está todo muy feo! ¿De dónde viene eso?
-Hijos, lo que ustedes encontraron es la basura de los humanos. También han sacado el agua y construyen ciudades en nuestro hogar. Dice la mamá Tagua.
-¿Por qué hacen eso los humanos? Pregunta triste Fuly.
-Porque los humanos no saben que el humedal es único y es nuestro hogar. Explica la mamá y agrega:
- Vamos a preguntarle a la Garza Cuca, ella es muy sabia y conoce cómo era nuestro humedal en el pasado.
-¡Vamos!, así podremos encontrar alguna solución.
Así, Tagu, Fuly y su mamá cruzan entre las plantas para hablar con la Garza Cuca.
-¡Hola señora Cuca! ¿Cómo era nuestro humedal en el pasado? Le pregunta Fuly.
-Hola pequeñines. Hace muchos, muchos años nuestro humedal era mucho más grande que ahora, había mucha agua y alimento, abundaban las aves y no había contaminación.
-¡Si al humedal siguen destruyendo nos quedaremos sin hogar!, ¿qué podemos hacer señora Cuca? Pregunta Tagu.
-Vamos a preguntarle al Gaviotín Elegante, él ha recorrido por todo el mundo y conoce mejor a los humanos.
Las aves van a la desembocadura del humedal y encuentran al Gaviotín Elegante descansando junto a un grupo de gaviotas.
-¡Hola Gaviotín! ¿Por qué los humanos están destruyendo nuestro humedal? Preguntan todas las aves.
-¡Hola amigos! Ese es un gran problema mundial. En mis viajes por el mundo he observado que los humanos no valoran los beneficios que les brindan los humedales. Les responde el Gaviotín Elegante.
-Nuestro humedal a los humanos los provee de agua dulce y limpia, de tierra fértil los sustenta, a los poblados de inundaciones protege y con vida fértil adorna el paisaje. Agrega el Gaviotín.
-Y... ¿todos los humanos destruyen los humedales? Pregunta Fuly.
-No, Fuly. En mis viajes por el mundo también he observado que existen personas que cuidan la naturaleza y nos visitan frecuentemente.
-¿Y qué podemos hacer para proteger nuestro humedal? Pregunta Tagu.
-Podemos motivar a esas personas a cuidar los humedales, para que difundan la importancia de este lugar. ¡Es necesario para el bienestar de los humanos y de nuestro humedal! Dice el Gaviotín Elegante.
-¡Inspiremos a las personas que nos visitan y mostrémosles la belleza de nuestro humedal! Exclama Fuly.
¡Síii! Dicen todas las aves.
Así, cada vez que las aves veían a las personas y buenas intenciones traían, volaban cerca de ellos y con su canto los motivaban a realizar acciones para conservar el humedal.
Las personas comprendieron el mensaje y protegieron a los humedales; luego de un tiempo abundaron los totorales, matorrales, insectos, ratones y aves… Y con su paisaje a otros humanos cautivaron.
Pasó el tiempo y Fuly y Tagu crecieron y fueron abuelos. Las aves pequeñas se reunían todas las tardes a escuchar las historias de Fuly y Tagu sobre su infancia y cómo los humanos tomaron conciencia del problema y los humedales se recuperaron.
FIN.
Letras:
Melissa Mixtura, Gopa y Paloma Núñez
Música:
Melissa Farías y Gopa
Arreglos musicales:
Juan Carlos Contreras y Gopa
Ingeniero en sonido: Diego Bustos
Mezcla y masterización:
Diego Contreras
Coreografías y dibujos:
Melissa Farías
Grabaciones en Centro Cultural Palace de la I. Municipalidad de Coquimbo
Músicos:
Melissa Farías: voz y tarkas
Gopa: voz, guitarra acústica, guitarra eléctrica, piano, armónica, melódica y flauta dulce
Juan Carlos Contreras: teclado, batería, tarkas, palo de agua y percusiones
Diego Contreras: bajo