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Ford T
AUTOS de época
AUTOS de época
COLECCION AUTOS DE ÉPOCA Es una obra de Editorial Sol90, SL. Coordinación Alberto Hernández Diseño Fabián Cassan Maquetación María Beltrán Textos Ricard Regàs Fotos Cordon Press/Corbis, Getty Images, ACI FORD (modelo Ford T) Fabricado con licencia de Ford Motor Company ISBN 978-84-15984-30-6 Depósito legal B. 26979-2013 Impreso en China 2013 Editorial Sol90 S.L. Todos los derechos reservados
Producido entre los años 1908 y 1927 en varios países de América del Norte y del Sur, Europa y Australia, el Ford T fue el primer automóvil global de la historia y el primero en fabricarse en una cadena de montaje, fundamento de la producción industrial del siglo XX.
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Ford T
z “Voy a fabricar un coche para el pueblo, el automóvil universal”, exclamó Henry Ford en 1906, apenas dos años antes de presentar el modelo T, un coche que cumplía fielmente con los propósitos de su autor: barato, duro, fiable, versátil, práctico y sencillo de conducir.
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asta que el empresario estadounidense Henry Ford (Dearborn, Michigan, 18631947) sacó de su fábrica de la avenida Piquette de Detroit (Michigan) la primera unidad del Ford T, poseer un automóvil era un signo de riqueza casi insultante incluso en las florecientes ciudades de los Estados Unidos de principios del siglo XX. En comparación con las tecnificadísimas líneas de producción de hoy en día, en las que la aportación humana casi se reduce al dedo que da inicio al proceso, la cadena de montaje del Ford T se ve cien años después como un recuerdo de una época pionera, pero la verdad es que el método de fabricación del Ford T marcó el inicio de la revolución de la industria automovilística y de la popularización del auto como máquina imprescindible para comprender la sociedad contemporánea, y colaboró decisivamente en el desarrollo de la poderosa clase media estadounidense.Tras 19 intentos mucho menos
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exitosos –uno por cada letra del alfabeto hasta la S–, Ford puso a la venta el modelo T el 1 de octubre de 1908 con una serie de avances técnicos revolucionarios: tenía el volante a la izquierda –posición que muy pronto copiaron las demás empresas automovilísticas–, el motor y la transmisión estaban encajados en un compartimento cerrado, la suspensión dependía de dos muelles semielípticos y los cuatro cilindros se integraban en un bloque de gran solidez. Con todos estos adelantos y otros muchos, el coche resultaba al mismo tiempo económico, fácil de reparar y sencillo de conducir. Con un motor de cuatro cilindros, apenas 20 caballos de potencia y 540 kilos de peso, esta primera versión del Ford T era capaz de alcanzar los 72 km/h de velocidad máxima y consumía un litro de combustible cada cinco kilómetros. Pese a que esas prestaciones suenan hoy antediluvianas, el modelo muy pronto alcanzó altos índices de popularidad entre una población que jamás había soñado con la posibilidad de poseer un automóvil. Su chasis extraordinariamente ligero para la época, fabricado con una aleación de acero de vanadio, le valió el sobrenombre de Tin Lizzie (la lata Lizzie), mote que transmitía a la perfección su naturaleza espartana. Ya en su primer año de existencia, el modelo batió el récord de unidades producidas. No contento con esto, Henry Ford trasladó en 1910 la fabricación a la nueva planta de Highland Park
Ford fue el primero en situar el volante desplazado hacia el lado izquierdo del vehículo y colocó el depósito de combustible bajo el asiento del conductor por razones de seguridad.
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Una muestra de la relevancia histórica del Ford T es la elección de 1908 por el escritor Aldoux Huxley como inicio de la llamada era fordiana en su novela de ciencia ficción Un mundo feliz.
–situada en la misma Detroit– y en 1913 mejoró sensiblemente la cadena de montaje al introducir por primera vez la cinta transportadora y conseguir con ello un gran incremento de unidades fabricadas y un notable abaratamiento del producto, hecho que obligó a la competencia a reaccionar en el mismo sentido, favoreciendo la posición compradora de los consumidores. De 850 dólares que costaba la primera versión, Ford logró rebajar el precio del modelo hasta los 260 en poco tiempo. Solo un año después de esta última mejora, los 13.000 operarios de Ford fueron capaces de fabricar 300.000 coches en doce meses, mientras que las 300 restantes marcas del sector automovilístico se veían incapaces de alcanzar conjuntamente esa cifra pese a sumar más de 65.000 trabajadores. Siete años más tarde, en 1921, el Ford T aún representaba más de la mitad de la producción de automóviles a escala global. Con todos estos récords no es de extrañar que en 1927, cuando Ford decidió cesar su fabricación, el modelo T hubiera alcanzado con creces los 15 millones de unidades vendidas, cifra que no fue superada hasta casi cinco décadas después por el Volkswagen Beetle, otro de los grandes clásicos de la automoción del siglo XX.
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Preocupado por la durabilidad de los autos que fabricaba y por su correcto funcionamiento, Ford dotó al modelo T de un revolucionario sistema de lubricación centralizada.
Ford T 1914 Características técnicas Peso
540 Kg
Capacidad del tanque
45 litros
Velocidad máxima
72 Km/h
Tracción
Trasera
Caja de cambios
Planetaria, 3 marchas
Frenos
Trasero de tambor y freno
motor. Sin frenos delante
Disposición del motor
Longitudinal
Cilindros
4 en línea, 2.896 cc
Inyección
Mecánica
Compresión
3.6:1
Diámetro/carrera
95.25x101.16 mm
Dimensiones
1.760 mm
2.589 mm 3.540 mm
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1.420 mm
1.670 mm
1.420 mm
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El Ford T fue pionero en incorporar una culata o tapa de los cilindros de fácil acceso, circunstancia que simplificaba el trabajo de los mecánicos durante una eventual reparación.
Estrategia publicitaria
Siempre que sea negro “Los clientes pueden tener un auto del color que quieran... siempre que sea negro”, dejó escrito Henry Ford en su autobiografía de 1918. Entre 1914 y 1925, los Ford T se pintaban de negro porque la pintura de ese color se secaba más rápidamente que las demás, circunstancia que aceleraba el tránsito del modelo por la cadena de montaje. No obstante, la primera versión del modelo tenía la carrocería de color rojo.
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La visión de Ford no se reducía a los asuntos técnicos: la marca de Detroit ideó una serie de desafíos que el T superó, como la ascensión por la escalinata del Capitolio de Tennessee o hasta la cima del monte Pikes, de 4.300 metros, en las Rocosas.
El Ford T en Hollywood El Ford T fue sin duda el modelo de automóvil más popular en la historia del cine mudo estadounidense. Grandes mitos de la época, como los cómicos Stan Laurel y Oliver Hardy, lo convirtieron en protagonista de muchas de sus historias.
Una de las innovaciones más imitadas y celebradas del Ford T era la introducción del encendido mediante una magneto, un generador eléctrico formado por varios imanes.
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Más de un siglo después del inicio de su fabricación, se calcula que todavía hay alrededor de 8.000 unidades del Ford T en funcionamiento en todo el mundo.
Solvencia
En 1999, el Ford T fue elegido Auto del Siglo XX por la prensa especializada, por delante de otros turismos míticos como el Mini, el Citroën DS, el Volkswagen Beetle o el Porsche 911.
AUTOS de época
ISBN 978-84-15-98430-6
9 788415 984306