Revista Equilibrio Económico 11 v6 n1

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Revista

EQUILIBRIO ECONÓMICO Publicación de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Coahuila ISSN en trámite


Equilibrio Económico Facultad de Economía Universidad Autónoma de Coahuila DIRECTORIO Mario Alberto Ochoa Rivera Rector Guillermo González Calderón Secretario General Francisco M. Osorio Morales Coordinador General de Estudios de Postgrado e Investigación Federico Ricardo Muller Rodríguez Director de la Facultad de Economía Coordinador Editorial: Vicente Germán Soto Comité Editorial: José María González Lara, Arnoldo Hernández Torres, Arnoldo Ochoa Cortés Asistente Editorial: Patricia Alejandra Ramos Jaime Diseño: Ana Cecilia Rodríguez Rodríguez Distribución y Promoción: Cyndel Giselle Benítez Lara, Alejandra Cabral Armendáriz, Gilberto Hernández Cortés, Daniel Omar Pérez Castillo, Luis Roberto De León Arratia, Marlen Sánchez Guerrero

La revista Equilibrio Económico fue fundada en 1998. Constituye una publicación semestral de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Coahuila. Se establece con total autonomía editorial y es regida por los procedimientos, requerimientos, métodos y criterios académicos tradicionales, considerando la revisión de sus artículos en forma anónima por un cuerpo académico experto en la materia. La revista Equilibrio Económico se distribuye a universidades, instituciones educativas y de gobierno, centros de investigación y otras organizaciones, así como a suscriptores particulares cuyo interés común es el área de las Ciencias Sociales. En Equilibrio Económico perseguimos la expansión por el interés y el gusto por el conocimiento de la Economía, la Política y la Sociedad. Nuestro objetivo es aportar criterios y enfoques de análisis que contribuyan al examen y revisión de la condición económica, política y social de la región, el país y el mundo. Buscamos interminablemente el estímulo a la publicación académica de artículos, trabajos, ensayos, reportes de investigación y otros documentos de contenido científico. Las opiniones expresadas en los artículos firmados son exclusivas de los autores y no necesariamente reflejan los puntos de vista de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Coahuila, ni de la organización de Equilibrio Económico. Invitamos a nuestros lectores a participar activamente mediante el envío de sugerencias, comentarios y propuestas a nuestro correo electrónico, equilibrioeconomico@mail.uadec.mx Las normas de publicación que mínimamente debe considerar toda propuesta de publicación pueden consultarse en las últimas páginas de este número.


Equilibrio Económico, Año XI, Vol. 6 No. 1 Primer Semestre de 2010

Índice ARTÍCULOS

Una explicación IS/LM acerca de la indeterminación del nivel de precios cuando la tasa de interés es el instrumento de la política monetaria

5-37

Eddy Lizarazu Alanez

El cambio tecnológico público y privado y su efecto sobre el crecimiento económico

39-62

Salvador Rivas Aceves

El desenlace de la experiencia populista en Argentina: la crisis de 1975

63-92

Stella Maris Settimi Patricia Audino

Especialización manufacturera en la región Sureste de Coahuila

93-111

Magdalena Aguilar Dubois Arnoldo Ochoa Cortés Arnoldo Hernández Torres

NOTAS Y COMENTARIOS El poder televisivo y su influencia en los procesos electorales Carlos Payán Vélver

113-120



Equilibrio Económico, Año XI, Vol. 6 No. 1, pp. 5-37 Primer Semestre de 2010

Una explicación IS/LM acerca de la indeterminación del nivel de precios cuando la tasa de interés es el instrumento de la política monetaria Eddy Lizarazu Alanez* Resumen Este artículo explica una solución simple al problema de S-W * Profesor investigador Departamento de

(Sargent-Wallace 1975) sobre el nivel de precios cuando el banco central acepta a la tasa de interés como su instrumento. Si en el

Economía UAM-

modelo IS/LM de precios flexibles el banco central fija la tasa

Iztapalapa.

de interés no se puede determinar el nivel de precios de

e-mail:

equilibrio. Esta dificultad también se experimenta en el modelo

lae@xanum.uam.mx

S-W con expectativas racionales cuando la tasa de interés responde a un esquema de realimentación de valores pasados. En ambos casos, la solución estriba en forjar una meta bien definida por parte del banco central. Abstract This article explains a simple solution to the problem of SW (Sargent-Wallace 1975) on the price level when the central bank accepts the interest rate as its instrument. If in the flexible prices IS/LM model the interest rate is fixed then we can’t find the equilibrium price level. This difficulty is also experienced in the SW model with rational expectations when the interest rate responds to a feedback scheme of values passed. In both cases, the solution lies in forging a clear goal for the central bank.

PALABRAS CLAVE: Banco Central, tasa de interés, modelo neoclásico IS/LM, nivel de precios expectativas racionales. CLASIFICACIÓN JEL: E13, E31, E52, E61 Recibido el 25 de marzo del 2009 Revisado y aceptado el 17 de agosto del 2009


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Una explicación IS/LM acerca de la indeterminación del nivel de precios…

Introducción En este artículo se tiene la pretensión de exhibir una solución básica al problema de la indeterminación del nivel de precios que fue planteada por Sargent-Wallace (1975). Si bien nuestra propuesta pudiera parecer ser irrisoria, es necesaria para la reflexión acerca de la indeterminación del nivel de precios cuando el hacedor de la política monetaria decide fijar la tasa de interés nominal.1 En los modelos macroeconómicos donde existe alguna clase de rigidez nominal, el problema no se manifiesta, pero no es el caso de los modelos de precios flexibles, donde sí hay una ambigüedad de cuál es el nivel de precios de equilibrio. El problema del nivel de precios está presente en la lógica del modelo Sargent-Wallace (SW) en el que se enuncia la proposición de „ineficacia de la política económica‟. En efecto, en el artículo de S-W se hace hincapié en la siguiente idea: “[de que con] una regla de la tasa de interés [por parte del banco central], el nivel de precios está indeterminado [(S-W, p.241)]”. McCallum (1981) introduce una variable nominal en la función objetivo del banco central a fin de resolver el problema de indeterminación del nivel de precios. Estudiosos de reglas de tasas de interés, como Kerr-King (1996) y Clarida, et.al (1999), consideran superado el problema de la indeterminación del nivel de precios. La postura de este artículo es que la cuestión aludida es cardinal no sólo a la solución de expectativas racionales, por lo que hay motivos suficientes para examinar el problema del nivel de precios en el análisis de la tradición de la macroeconomía heredada por Hicks (1937), así como en la vertiente de estructuras IS/LM con expectativas racionales.

1

Si el banco central controla la oferta monetaria es necesario que la tasa de interés se ajuste a las

condiciones de la economía, o bien, si la autoridad fija la tasa de interés nominal, entonces es imprescindible satisfacer la demanda de liquidez del sistema económico.


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En este artículo, por tal motivo, se ilustra porqué surge el problema de la indeterminación del nivel de precios en la lógica del IS/LM de precios flexibles y en el análisis de S-W. La problemática se exhibe en los siguientes escenarios: 1) cuando la autoridad monetaria discrecionalmente fija la tasa de interés nominal, y 2) cuando el banco central ingenuamente toma sus decisiones en base a una estructura de rezagos de la tasa de interés, siendo la actuación precedente la que finalmente determina la postura actual. La solución propuesta por este artículo está inspirada en McCallum (1986), aceptamos la „ilusión monetaria‟ de parte del banco central.2 La contribución de este artículo es poner en evidencia la importancia de la relación de los instrumentos y los objetivos de la política monetaria. La argucia de la conducta del banco central se basa en la existencia de un objetivo bien definido. La cuestión tiene un alcance mucho mayor comparado con los problemas técnicos de hallar una solución única de expectativas racionales. La exposición del artículo está dividida en cuatro apartados. En la segunda sección se expone tres características más importantes del modelo IS/LM de precios flexibles: 1) la determinación del nivel de precios cuando el banco central fija la cantidad de dinero; 2) la indeterminación del nivel de precios cuando el banco central fija la tasa de interés; y 3) una solución elemental al problema cuando el banco central establece un objetivo sobre el nivel de precios. En la tercera sección se discute prácticamente otra vez las mismas cuestiones, pero esta vez en la lógica de una versión simplificada del modelo S-W de expectativas racionales. El problema de la indeterminación del nivel de precios se manifiesta cuando el banco central basa su política monetaria 2

Siguiendo a Patinkin (1965), el agente económico experimenta „ilusión monetaria‟ cuando al

tomar decisiones, éstas son afectadas por el valor de alguna variable nominal. De esta manera, si la función de demanda de un individuo es homogénea de grado cero en los precios monetarios, entonces tal individuo está libre la „ilusión monetaria‟.


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Una explicación IS/LM acerca de la indeterminación del nivel de precios…

en una regla de la tasa de interés ad-hoc construido en un esquema de realimentación de valores pasados. Una vez más la solución consiste en establecer metas de política monetaria, pese a que la actuación del banco central está a merced de la ilusión monetaria. En la cuarta sección se vierten algunos comentarios de conclusión del artículo. I.

El nivel de precios y el modelo IS/LM de precios flexibles

El problema de la indeterminación del nivel de precios no se presenta en el modelo de precios flexibles a menos que el banco central decida adoptar a la tasa de interés como su instrumento. En tal situación, el banco central pierde su capacidad de control del proceso de oferta monetaria. La oferta monetaria nominal es una variable de ajuste del mercado de saldos reales, el cual refleja a las necesidades de la economía.3 La aseveración es previsible en vista del funcionamiento de una economía de precios flexibles y de la concepción de la tasa de interés de corto plazo, a saber que es una variable de referencia de la estructura de tasas de interés de la economía. La tasa de salario real, el nivel de empleo y la producción en el modelo neoclásico se calculan previamente a la tasa de interés y al nivel de precios. La solución del modelo de hecho atañe a la existencia de un „equilibrio recursivo‟.4 El resultado no se desvanece si nos abstraemos del sector productivo (el cual incluye la demanda-oferta de trabajo y la función de producción agregada) y nos limitamos únicamente a la cuestión de la determinación del nivel de precios en el modelo IS/LM de precios flexibles. 5 3

El proceso de oferta monetaria involucra a la creación de la base monetaria que proviene de la

demanda de depósitos bancarios, e incluye también a las operaciones de mercado abierto. 4

La existencia de un „equilibrio simultáneo‟ en el modelo neoclásico es posible si la oferta de

trabajo es una función del salario real y la tasa de interés real. En tal caso, las variables endógenas del modelo se determinan simultáneamente. 5

El modelo IS/LM de precios flexibles es diferente de la versión keynesiana de precios fijos. Esta

última se caracteriza por la existencia de desempleo involuntario, así como por la rigidez nominal de salarios y precios.


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La existencia implícita del sector productivo en el modelo IS/LM de precios flexibles condesciende a la característica de que la economía funciona continuamente en el nivel de la ocupación plena. Hay dos justificaciones para dicha propiedad: 1) la no-rigidez nominal de la tasa de salario y de los precios monetarios de los bienes; y 2) la ley de Say, cuya idea es que la oferta determina el nivel de la demanda agregada. La explicación es la siguiente: la flexibilidad de los precios coadyuva a que las empresas sean capaces de vender en el mercado la máxima cantidad que están dispuestas a producir dado los incentivos de los precios. Por otra parte, la flexibilidad de la tasa de interés real permite asegurar que la demanda agregada se acomode a la oferta de bienes. De esta manera, el mercado de mercancías opera en el nivel de la ocupación plena. Dado lo anterior, entonces prevalece la proposición de „neutralidad‟ del dinero de la „teoría cuantitativa‟, por lo que el nivel de precios y la cantidad de dinero están correlacionados perfecta y positivamente. Nótese que en tal „estado de asuntos‟, el nivel de precios está determinado por el mercado de dinero con la propiedad de que es neutral. Sin embargo, cuando se pierden las capacidades de controlar absolutamente el proceso de oferta monetaria, entonces surge un problema con el nivel de precios. En tal situación, el stock de dinero es una variable endógena y la tasa de interés es un variable exógena e instrumento de la política monetaria. La complicación es que el nivel de precios está indeterminado, es decir hay muchos valores del nivel de precios que son de equilibrio. Nos corresponde ahora mostrar algebraicamente estas ideas hasta aquí vertidas.


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Una explicación IS/LM acerca de la indeterminación del nivel de precios…

I.1

La determinación del nivel de precios cuando el banco central

fija la cantidad de dinero La determinación del nivel de precios en el modelo IS/LM de precios flexibles es una cuestión básica si consideramos el conjunto de ecuaciones de la Tabla 1. El lector observará que las ecuaciones corresponden a cualquier libro de texto de macroeconomía intermedia. Tabla 1 El Nivel de Precios en el Modelo IS/LM Neoclásico

Yt  Ct  It

(1)

Ct  C0  cYt

(2)

It  I 0  brt

(3)

II

M t Pt  kYt  hRt

(4)

III

rt  Rt  te

(5)

I

Variables Endógenas:

Ct , It , rt , Pt , Rt

Variables Exógenas:

Pt , Yt , C0 , I 0 , te

Parámetros:

c, b, k , h

En el bloque I se representa al mercado de mercancías, mientras que en el bloque II se denota al mercado de dinero. En el bloque III se establece la definición de la tasa de interés real como la diferencia de la tasa de interés nominal Rt y la tasa de inflación esperada

te .

Las ecuaciones (2) y (3)

representan respectivamente el comportamiento del consumo privado Ct y la inversión privada I t .


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Estas ecuaciones junto a (1) son útiles para determinar la tasa de interés real rt . Si la expectativa de la tasa de inflación futura está dada, entonces el bloque III (ecuación 5) permite cuantificar la tasa de interés nominal Rt de equilibrio. Por último, bajo el supuesto de que el banco central controla la oferta monetaria M t , entonces el mercado de dinero (bloque II o ecuación (4)) determina el nivel de precios Pt .

Además, dada la hipótesis de ocupación plena de la economía, el nivel de producto real Yt está preestablecido. Por consiguiente, cuando el banco central decide llevar a cabo una política económica de mayor liquidez, todo lo que sucede es un ajuste del nivel de precios, el cual cambia en una proporción directa a la variación de la cantidad de dinero. Es decir, el dinero es neutral debido a que no incide sobre las variables reales. Sin embargo, obsérvese que tal proposición carecería de sentido si el nivel de precios no está determinado. I.2

El problema del nivel de precios cuando el banco central

discrecionalmente fija la tasa de interés En la Tabla 2 volvemos a las ecuaciones modelo IS/LM neoclásico con la salvedad de que ahora se han permutado algunas variables. No hay más que comparar la lista de las variables para percibir que la oferta monetaria M t es endógena y la tasa de interés nominal Rt es exógena.


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Una explicación IS/LM acerca de la indeterminación del nivel de precios…

Tabla 2 La Tasa de Interés y el Modelo IS/LM Neoclásico

I

II

III

Yt  Ct  It

(6)

Ct  C0  cYt

(7)

It  I 0  brt

(8)

M t Pt  kYt  hRt

(9)

rt  Rt  te

(10)

Variables Endógenas:

Ct , It , rt , Pt , M t

Variables Exógenas:

Rt , Yt , C0 , I 0 , te

Parámetros:

c, b, k , h

En esta estructura de ecuaciones la característica es la idea de que el banco central fija de forma arbitraria la tasa de interés nominal Rt . Por ende, la cuestión es calcular de manera independiente los valores del acervo de dinero

M t y el nivel de precios Pt correspondientes a la situación de pleno

empleo.

A este respecto, la dificultad es que la tasa de interés real tiene al menos dos valores diferentes: uno de estos valores se determina en el bloque III, ya que en la ecuación (10) solo hay una variable endógena y dos variables exógenas. El otro valor de la tasa de interés real se determina en el bloque I, conocida como la „tasa natural de interés de Wicksell‟. Por otra parte, el banco central no tiene ningún incentivo para fijar la tasa de interés nominal de ocupación plena

R . Es decir, el banco central puede


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Lizarazu Alanez

fijar la tasa de interés nominal por encima Rt  R , o por debajo Rt  R , pues no hay nada que a la autoridad monetaria le obligue a operar en

Rt  R . El problema refleja la cuestión de que existen dos subconjuntos de ecuaciones (el bloque I y III) los cuales son suficientes (uno del otro) para establecer la tasa de interés real. Sin embargo, más importante aún, está cuestión no es otra cosa que un reflejo del problema de la indeterminación del nivel de precios en el que es imposible calcular por separado el nivel de precios y la oferta monetaria a pesar de que en el equilibrio monetario su proporción es conocida. La dificultad con el cálculo del nivel de precios no se debe a la distinción de la tasa de interés real y nominal, ya que el problema persiste si la tasa de inflación esperada es cero. El problema no desaparece si se aceptáramos el ingreso disponible percibido de Sargent (1979, 1987). A este respecto, supongamos que tuviéramos la siguiente ecuación en lugar de (7).

 M  Bt e  Ct  C0  c Yt  Tt  t t  Pt  

(11)

El concepto aludido por Sargent es la diferencia del ingreso y el impuesto de suma fija Tt y la cantidad  M t  Bt  Pt multiplicado por la tasa de inflación esperada

te .

Este último término con signo negativo representa a la

pérdida de la riqueza real percibida por parte del sector privado.


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Una explicación IS/LM acerca de la indeterminación del nivel de precios…

En tal situación, el bloque III todavía determina la tasa de interés real, mientras que los bloques I y II arrojan cantidades de saldos reales M t Pt distintas. En consecuencia, el problema del nivel de precios persiste. La explicación de Sargent (1979, pp. 92-95) es imprecisa. Si el banco central fija la tasa de interés, entonces la cantidad de dinero y bonos y el nivel de precios se constituyen en variables endógenas. Por ende, si por algún motivo la demanda no es igual a la oferta agregada, el ajuste (bloque I) recae en el nivel de precios y en la riqueza monetaria M t  Bt . En efecto, sería impreciso pensar que el ajuste solo recae en el nivel de precios. 6 La solución al problema del nivel de precios nos conduce a considerar otra exigencia de sentido común: el banco central debe fijar la tasa de interés nominal en base a un objetivo establecido. En otras palabras, el banco central no puede fijar arbitrariamente la tasa de interés, es necesario capturar la relación existente entre los instrumentos y los objetivos de la política económica. I.3

La determinación del nivel de precios cuando el banco central

fija la tasa de interés en base a algún objetivo Si el banco central forja un objetivo de política económica en base a alguna variable nominal, entonces el nivel de precios está determinado. Para mostrar la proposición anterior, aceptemos las ecuaciones (6) a (10), además de la siguiente formulación para la tasa de interés nominal:

Rt  R    Pt  P  ,   0

6

(12)

Sargent (1979) no menciona que la oferta de dinero es endógena cuando considera un incremento

del gasto público, además se abstiene de clasificar a los bonos de gobierno. Por supuesto, el valor de los bonos de gobierno es una variable endógena.


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Siguiendo a Wicksell (1907), esta ecuación nos dice que el banco central ajusta la tasa de interés nominal Rt por encima de R si el nivel de precios Pt supera a P de la ocupación plena. En otras palabras, el objetivo del

banco central es que la economía opere en la situación donde se verifica Pt  P .

En tal situación el modelo económico tiene una solución algebraica. Nótese que al combinar las ecuaciones (10) y (12) se tiene:

rt  R    Pt  P   te

(13)

Al incorporar (13) en (8) y después de tomar en cuenta las ecuaciones (6) y (7), se puede calcular el nivel de precios de equilibrio.

Pt  P 

C  I R  te 1 c Yt  0 0  b b 

(14)

Dado el nivel de precios de equilibrio, las ecuaciones (9) y (12) permiten cuantificar el valor de la cantidad de dinero necesario para que el sistema funcione.

 1 c C  I R  te   bk  1  c  C  I  M t  P  Yt  0 0  Yt  1  h  R  0 0   b  b   b b   

(15)

El nivel de precios está determinado y la solución tiene sentido económico: supongamos que la demanda agregada aumenta, entonces el exceso de demanda se reflejará en un incremento de precios (recordemos que la oferta de producto no puede cambiar). El incremento de los precios entonces


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Una explicación IS/LM acerca de la indeterminación del nivel de precios…

conduce al banco central fija una tasa de interés nominal más elevada. Como las expectativas de inflación están dadas, el incremento en la tasa de interés nominal es igual a la tasa de interés real. Lo que sigue es una desaceleración de la inversión y de la demanda agregada, además de una restauración del equilibrio en el mercado de mercancías. Por último, el banco central calcula la cantidad de dinero que es necesaria a las necesidades del sistema económico. Por lo tanto, la ecuación LM ya no tiene un papel importante, se puede prescindir de ella. Sin embargo, ninguna de estas conclusiones hubiesen sido alcanzadas si el banco central carece de un objetivo de política económica. 7 Por supuesto, en este modelo la naturaleza del objetivo del banco central es ad-hoc, pero nos permite vislumbrar una solución al problema de los precios en modelos más técnicos, tal como en el modelo de Sargent-Wallace.

II.1

El nivel de precios y el modelo S-W

La evolución de la macroeconomía está marcada por la proposición de ineficacia de la política monetaria, una conclusión del modelo S-W. Empero, si cambian ciertas condiciones, cabe la posibilidad de que el nivel de precios esté indeterminado y al interior del modelo S-W desaparezca la proposición de ineficacia de la política monetaria El problema surge cuando el banco central utiliza sus instrumentos y no sigue los principios de la relación instrumentos-objetivos. Es razonable que el banco central pudiera establecer una tasa de crecimiento de la base monetaria para dar señales a los mercados y así aminorar las inestabilidades del sistema económico. Sin embargo, el modelo S-W muestra que sólo la componente no-sistemática de la política monetaria 7

Siguiendo a Poole (1970), el modelo S-W incluye a un banco central que minimiza una función de

bienestar social sujeto a las ecuaciones del modelo. La solución conduce a una regla de tasa de interés del tipo que hemos postulado.


Lizarazu Alanez

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puede tener efectos reales en el corto plazo. Además, si el dinero es neutral en el largo plazo, la proposición de ineficacia de la política monetaria constituye un ataque, pues la crítica de Sargent-Wallace hace ver lo inútil que es seguir una regla basada en algún agregado monetario. El mensaje del modelo S-W es que el banco central sólo puede „sorprender‟ al sector privado con sus equivocaciones. En consecuencia, si la proposición de ineficacia de la política monetaria es acertada, las políticas de estabilización macroeconómica no tendrán los efectos reales esperados, más aún si los agentes tienen expectativas racionales. Además, según Lucas (1976), los parámetros del modelo no son invariantes a la política económica, por lo que difícilmente las autoridades podrán „sintonizar‟ el comportamiento de la economía. La proposición de invariabilidad de la política monetaria resulta de la solución de expectativas racionales en el modelo S-W bajo el supuesto de que el banco central basa su conducta en algún agregado monetario. La situación es distinta cuando el banco central fija la tasa de interés nominal en base a un esquema de realimentación de los valores pasados. En tal caso, cabe la posibilidad de que no existe una solución, pues el problema se se manifiesta en la indeterminación de las variables endógenas. La enmienda a este problema significa prescindir de la proposición de invariabilidad de la política monetaria. La literatura reporta algunas soluciones diferentes al problema de la indeterminación del nivel de precios, pero seguiremos el artificio utilizado en el modelo IS/LM de precios flexibles.8 De esta manera, aún si el banco

8

Véase, por ejemplo, a Parkin (1978), McCallum (1981, 1986).


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Una explicación IS/LM acerca de la indeterminación del nivel de precios…

central fija la tasa de interés nominal en base a un esquema de realimentación es posible determinar el nivel de precios. La exposición procederá de la siguiente manera: primero se deducirá la proposición de invariabilidad de la política monetaria, luego se mostrará que el problema del nivel de precios surge si el banco central fija la tasa de interés y después encontraremos la solución a dicho problema. II.2

La proposición de invariabilidad en el modelo S-W

Las ecuaciones de una versión simplificada del modelo S-W están en Sargent (1979, p.360). En la Tabla 3 reproducimos dichas ecuaciones con algunos cambios de simbología. Las variables minúsculas miden la transformación en logaritmos naturales de las utilizadas en el modelo IS/LM de precios flexibles. La excepción es la tasa de interés real rt y tasa de interés nominal

Rt , las cuales se miden de la manera que en las secciones previas.

9

Tabla 3 El Modelo S-W

yt  y  1  pt  Et 1 pt   ut ,

0

s0 mt  pt  yt  bRt  t , b  0

yt  y   s  rt  r   et ,

(17) (18)

Rt  rt  Et 1  pt 1  pt 

mt  mt 1     t ,

yt , pt , rt , mt , Rt

Var. Predeterminadas

r , y , ut , et , t

Parámetros:

9

(20)

, s, b, 

Por ejemplo, Y (mayúscula) es el valor del producto real, entonces t

logaritmo natural de Y . t

(19)

0

Variables Endógenas:

(16)

yt

(minúscula) denota al


19

Lizarazu Alanez

La ecuación (16) representa a la función de oferta de Lucas-Rapping (1969), la cual incluye el término de error representan

a

las

funciones

IS/LM,

ut .10

Las ecuaciones (17) y (18)

concebidas

como

fuentes

inestabilidad. Esto último justifica la presencia de las variables aleatorias y

t ,

de

et

las cuales tienen media cero y varianza constante, además se

distribuyen independientemente. La ecuación (19) es la ecuación de Fisher y la ecuación (20) captura la regla monetaria, donde la componente sistemática incluye a  , mientras que la parte no sistemática está denotada por la variable  t .

El operador de esperanza matemática Et   representa a la expectativa racional del valor futuro de la variable involucrada. Asumiremos que la „forma fuerte‟ de las expectativas racionales se satisface, de tal manera que las expectativas subjetivas son iguales a las expectativas condicionales. Por lo tanto, los agentes utilizan eficientemente del conjunto de información

t .

10

11

La intuición de esta ecuación es que los trabajadores subestiman el nivel de precios. La

divergencia del nivel de precios

pt

y el estimado E p ocasiona un problema de percepción de t 1 t

salarios reales por parte de los trabajadores. Si los trabajadores subestiman el nivel de precios entonces sobreestiman sus salarios reales. En tal situación, los trabajadores ofrecerán una mayor cantidad de trabajo comparado con el caso de una percepción correcta de los salarios reales. Las empresas ofrecerán una cantidad mayor de producto real. 11

Existe expectativas racionales „fuertes‟ si el conjunto de información  contiene las verdaderas t

ecuaciones estructurales y la clasificación de variables, incluyendo las reglas de decisión; los valores verdaderos de todas las variables exógenas; las distribuciones de probabilidad que gobiernan a los términos estocásticos exógenos y los valores realizados de las variables endógenas hasta el período corriente t .


20

Una explicación IS/LM acerca de la indeterminación del nivel de precios…

La búsqueda de una solución de expectativas racionales en modelos macroeconómicos sencillos se basa en el „método de coeficientes indeterminados‟. Esta técnica de solución es suficiente para mostrar la proposición de invariabilidad de la política monetaria y para poner en evidencia el problema del nivel de precios. El método de „coeficientes indeterminados‟ se puede describir en términos de cuatro etapas de manipulación algebraica. La primera consiste de obtener las ecuaciones de la „forma seudo-reducida‟ de las principales variables endógenas.12 La segunda se apoya en la enunciación de una „solución potencial‟ después de eliminar los términos de expectativas de las ecuaciones „seudo-reducidas‟. En la tercera se calculan las expectativas de las ecuaciones de la „solución potencial‟ con la obligación de incorporarlas a las ecuaciones „seudo-reducidas‟ para entonces obtener las ecuaciones de la „forma reducida‟.13 En la cuarta etapa se igualan a las ecuaciones de la „forma reducida‟ y de la „solución potencial‟. La solución existe si los coeficientes desconocidos de la „solución potencial‟ se pueden expresar en términos de los parámetros iniciales. Si surgieran dificultades para conocer los coeficientes de la solución potencial entonces diremos que no existe una solución de expectativas racionales. Etapa I Si bien es necesario deducir las ecuaciones „seudo-reducidas‟ para todas las variables endógenas es suficiente trabajar con la que corresponde al nivel de precios debido a que las demás serán halladas a partir de ella.

12

Se dice que son ecuaciones seudo-reducidas las ecuaciones que contienen a una endógena,

términos de expectativas de algunas endógenas, además de variables exógenas. 13

Los términos de expectativas de las ecuaciones seudo-reducidas desaparecen si iteramos hacia

delante y suponemos la convergencia del proceso estocástico.


Lizarazu Alanez

21

Al sustituir (19) en (17) eliminamos la tasa de interés nominal de la ecuación LM y de lo que resulta se despeja para el nivel de precios.

pt  mt  yt  b rt  Et 1  pt 1  pt   t

(21)

Por otro lado, al resolver de la ecuación IS para la tasa de interés real se tiene:

rt  r 

1  yt  y  et  s

(22)

Si se incorpora esta ecuación en (21) y se asocia términos comunes se obtiene:

pt  mt  y 

bs b  yt  y   b r  Et 1  pt 1  pt   et  t s s

(23)

Si la oferta de Lucas-Rapping se adjunta a la ecuación anterior entonces se arriba a:

pt 

  b  s  ut  bet     s 1  b  b Et 1 pt  bE p  s mt  y  br  t t 1 t 1  s 1    b  s s s 

( (24)

La ecuación de la forma „seudo reducida‟ para el nivel de precios se alcanza al incorporar (20) en (23).

pt 

 b  s  ut  bet    s 1  b  b Et 1 pt  bE p  s mt 1    t  y  br  t t 1 t 1  s 1    b  s s s 

(25)


22

Una explicación IS/LM acerca de la indeterminación del nivel de precios…

Etapa II Si existe una solución de expectativas racionales es necesario postular una „solución potencial‟ para el nivel de precios.

pt  a11mt 1  a12  a13t  a14 y  a15r  a16ut  a17et  a18t

(26)

Etapa III Al aplicar el operador de esperanza matemática a la ecuación anterior y de simplificar términos se tiene:

Et 1 pt  a11mt 1  a12  a14 y  a15r

(27)

Si se repite la misma operación para un período adelante en la ecuación (26) y luego se toma en cuenta la ecuación (20) entonces se obtiene la siguiente ecuación:

Et 1 pt 1  a11mt 1   a11  a12    a11t  a14 y  a15r

(28)

Al calcular miembro a miembro la diferencia de las ecuaciones (26)-(27) y (28)-(27) se obtiene los siguientes resultados:

pt  Et 1  a13t  a16ut  a17 et  a18t

(29)

Et 1  pt  pt 1   a11    t 

(30)


Lizarazu Alanez

23

Al sustituir (27) y (28) en la ecuación (25) y después de arreglar términos se obtiene:

pt  a11mt 1  a12  a13t  a14 y  a15r  a16ut  a17et  a18t

(31)

Donde

a11 

a12 

 b  s  a11  s s 1     b

s 1  ba11    b  s  a12 s 1     b a13 

a14 

s 1  ba11  s 1     b

a14  b  s   s s 1     b

sb   s  b  a15 a15  s 1     b a16  

a17 

 b  s  s 1     b

b s 1     b

a18  

s s 1     b

(32)


24

Una explicación IS/LM acerca de la indeterminación del nivel de precios…

Etapa IV: Por último, se igualan las ecuaciones (26) y (31) y se resuelve para cada coeficiente desconocido en términos de los parámetros estructurales.

a11  1 a12  1  b a13 

s 1  b  s 1     b

a14  1

a15  s a16  

a17 

(33)

 b  s  s 1     b

b s 1     b

a18  

s s 1     b

De esta manera, la solución de expectativas racionales para el nivel de precios es igual a:

pt  mt 1  1  b    y  sr 

s 1  b   t  bet    b  s  ut  st s 1    b

(34)


25

Lizarazu Alanez

Dado esta última ecuación, obsérvese que se cumplen las siguientes propiedades:

pt  Et 1 

s 1  b   t    b  s  ut  bet  st s 1     b

(35)

Et 1  pt  pt 1      t 

(36)

Si sustituimos (35) en (16) y entonces se llega a la proposición de invariabilidad de la política monetaria de Sargent-Wallace.

yt  y 

s 1  b   t  sut  bet  st s 1     b

(37)

En la ecuación anterior no aparece el parámetro que denota la parte sistemática de la política monetaria. Por lo tanto, el banco central no puede influir en las desviaciones de la actividad económica respecto de su capacidad productiva. Similarmente si la ecuación (37) es incorporada a (22) se arriba a la proposición de que tampoco el banco central puede controlar a la tasa de interés real.

 1  b   t  ut  1    et  t rt  r   s 1     b 

  

(40)

En consecuencia, ambas variables fluctúan de forma aleatoria alrededor de sus valores estacionarios.


26

Una explicación IS/LM acerca de la indeterminación del nivel de precios…

Por otro lado, la solución de expectativas racionales conduce a la proposición de que el banco central sí puede incidir sobre la tasa de interés nominal, una cuestión que no alcanza para el resto de la economía.

 1  s 1      t  ut  1    et  t Rt  r       s 1     b  La parte sistemática

   

(41)

de la política monetaria aparece en la ecuación

anterior, pero como se ha visto anteriormente no implica que el banco central pueda incidir en la tasa de interés real ni en el nivel de producto real. En este sentido, el dinero es neutral en el corto plazo dado que sólo afecta al nivel de precios y a la tasa de interés nominal. II.3

El problema del nivel de precios en el modelo S-W

La solución de expectativas racionales del modelo S-W sólo tiene sentido si el nivel de precios está determinado. No obstante, ¿qué sucede si la regla se basa en la tasa de interés nominal con esquema de realimentación? Otra vez consideremos el modelo S-W pero con ligero cambio. La Tabla 4 contiene las ecuaciones y el cambio de la regla monetaria de Sargent (1979: 360).

La ecuación (46) nos dice que a lo largo del tiempo el banco central cambia la tasa de interés nominal en una proporción fija de su valor registrado en el periodo pasado. Si

  1 , la tasa de interés nominal irá aumentando período

a período, en cambio si

 1

irá disminuyendo. Por lo tanto, aún si

 1

el sistema tiende a ser explosivo. Examinemos el comportamiento del modelo.


27

Lizarazu Alanez

Tabla 4 El Modelo S-W bajo un esquema de realimentación de la tasa de interés

0 yt  y   s  rt  r   et , s  0 mt  pt  yt  bRt  t , b  0 Rt  rt  Et 1  pt 1  pt  R  R ,   0

yt  y  1  pt  Et 1 pt   ut ,

t

t 1

Variables Endógenas:

yt , pt , rt , mt , Rt

Variables Exógenas:

r , y , ut , et , t

(43) (44) (45) (46)

, s, b, 

Parámetros:

La tasa de interés nominal

(42)

Rt

es conocida (de la ecuación (46)), pues el

banco central la fija respecto del valor que asumió el período inmediato. La solución de expectativas racionales procede de la siguiente manera: Etapa I. Para alcanzar las formas seudo-reducidas se empieza por considerar (46) en (44) y (45) para obtener las siguientes ecuaciones:

mt  pt  yt  bRt 1  t

(47)

rt  Rt 1  Et 1  pt 1  pt 

(48)

En seguida, se combinan (42) y (43) para arribar a:

yt  y  s Rt 1  Et 1  pt 1  pt   r   et

(49)


28

Una explicación IS/LM acerca de la indeterminación del nivel de precios…

Se igualan (42) y (49) y se resuelve para el nivel de precios:

pt   y  1  s Et 1 pt  sEt 1 pt 1  s  Rt 1  r     et  ut 

(50)

Luego las ecuaciones (49) y (50) se toman en cuenta en (47) y se manipula para la cantidad de dinero.

mt   y  1  s    1 Et 1 pt  s 1   Et 1 pt 1  s 1   Rt 1  1    et  ut  t

(51)

Etapa II Si se itera hacia adelante las últimas tres ecuaciones, los términos de expectativas desparecen. Por ende, todo lo que resta es calcular los coeficientes desconocidos de las siguientes ecuaciones.

yt  a11 y  a12r  a13 Rt 1  a14et

(52)

pt  a22 r  a23 Rt 1  a24ut  a25et

(53)

mt  a31 y  a33 Rt 1  a34ut  a35  a36t

(54)

Etapa III Los únicos términos de expectativas corresponden a los precios, por ende es conveniente calcular la expectativa racional de la ecuación (53) con la información t1 tanto para los precios en

t

como en

t 1.

Si se hace lo

primero se obtiene:

Et 1 pt  a31 y  a33 Rt 1

(55)


29

Lizarazu Alanez

En el segundo caso, si se adelanta un período (53) y luego se calcula su expectativa condicional (al tomar en cuenta (46)) y se arriba a: (56)

Et 1 pt 1  a31 y  a33 Rt 1 Como vemos, se cumple

Et 1 pt  Et 1 pt 1 , por lo tanto se puede simplificar

las ecuaciones (49), (50) y (51) para arribar a:

yt  y  s  Rt 1  r   et

(57)

pt   a22  s r   a23  s  Rt 1    et  ut 

(58)

mt  y  a22 r  a23  s 1   Rt 1  1   et  ut  t

(59)

Etapa IV Para encontrar los valores de los coeficientes se igualan las ecuaciones (52)(57), (53)-(58) y (54)-(59), respectivamente. En el caso de (52)-(57), se obtiene

a11  1, a12  s , a13  0

y

a14  0 ,

por lo que la solución

para el nivel de producto es igual a:

yt  y  sr  et

(60)

De (53)-(58) se cumple:

a22  a22  s a23  a23  s a24  

(61)


30

Una explicación IS/LM acerca de la indeterminación del nivel de precios…

a25   Por su parte, de (54)-(59) es necesario que se verifique:

a31  1 a33  a23  s 1  

a34  1  

(62)

a35  a22 a36  1 Con las ecuaciones (60) no es posible calcular los valores de

a22 ni de a23 .

De la ecuación (62) tampoco se puede cuantificar el valor de

a35 ,

por lo

tanto podemos afirmar que no existe una solución de expectativas racionales. En otras palabras, la oferta de producto es independiente de la regla de tasa de interés establecida por el banco central. Por lo tanto, el modelo S-W exhibe el mismo problema del nivel de precios que padece el modelo IS/LM neoclásico. McCallum (1981) propone modificar la regla de tasa de interés para que dependa de algún objetivo monetario. Por ejemplo, si el banco central fija la tasa de interés para alcanzar un nivel promedio de saldos nominales, entonces se puede encontrar una solución. En cambio, nuestra propuesta se basa en la idea de las secciones anteriores, el cual consiste en anclar la tasa de interés al nivel de precios.


31

Lizarazu Alanez

II.4

La determinación del nivel de precios en el modelo S-W cuando

el banco central tiene un objetivo Una posible solución del modelo S-W consiste de una regla de tasa de interés tal que sea una función del nivel de precios. Con esta idea en mente, la estructura del modelo S-W se modifica en la Tabla 5. Tabla 5 El modelo S-W bajo una meta de política monetaria a la Wicksell

yt  y  1  pt  Et 1 pt   ut ,   0

(63)

yt  y  s  rt  r   et , s  0

(64)

mt  pt  yt  bRt  t , b  0

(65)

Rt  rt  Et 1  pt 1  pt 

Rt  Rt 1    pt  p  ,   0,   0 Variables Endógenas: Variables Exógenas: Parámetros

(66) (67)

yt , pt , rt , mt , Rt r , y , p, Rt 1 , ut , et , t , s, b, , 

La novedad es la regla de tasa de interés de la ecuación (67), según la cual, además del esquema de realimentación, el banco central eleva la tasa de interés nominal Rt cuando el nivel de precios pt está por encima de

p

del

estado estacionario. Etapa I De algunas manipulaciones se puede hallar las siguientes ecuaciones para el nivel de precios y para el nivel de producto.


32

pt  

Una explicación IS/LM acerca de la indeterminación del nivel de precios…

1  s Et 1 pt   e  u sE p s  t t Rt 1  p  r   t 1 t 1  1  s 1  s 1  s 1  s

yt  y 

s 1    Et 1 pt sE p et s s   ut Rt 1  p  r   t 1 t 1  1  s 1  s 1  s 1  s 1  s

(68)

(69)

Etapa II De esta manera, la conjetura de la solución potencial tiene la siguiente estructura:

pt  b12 Rt 1  b13r  b14 p  b15et  b16ut

(70)

yt  b21 y  b22 Rt 1  b23r  b24 p  b25et  b26ut

(71)

Etapa III Ahora bien, de la ecuación (70) se obtiene:

Dado que

pt 

Et 1 pt  b12 Rt 1  b13r  b14 p

(72)

Et 1 pt 1  b12 Rt 1  b13r  b14 p

(73)

Et 1 pt  Et 1 pt 1

entonces se simplifica (68) y (69).

1   b12  s Rt 1   b13  s r   b14  s  r    et  ut  1  s  1  s

(74)

s 1    b12  Rt 1   1  b14  p     b12  r    et  sut  1  s 1  s

(75)

yt  y 


Lizarazu Alanez

33

Etapa IV Al igualar (70) y (74) es posible encontrar los valores de los coeficientes desconocidos para el nivel de precios

pt .

b12  1  b13  1 b14  1  b15   1  s

(76)

b16    1  s En otras palabras, el nivel de precios está determinado, pues la solución es:

pt  

1 1   Rt 1  r  p  et  ut   1  s 1  s

(77)

Además, si se igualan (71) y (75) se observa que el nivel de producto real también está definido.

b21  1 b22  s 1    1  s  b23  s 1    1  s  b24   s 1    1  s  b25  1 1  s 

(78)


34

Una explicación IS/LM acerca de la indeterminación del nivel de precios…

b26  s 1  s  La oferta de producto real es igual a:

yt  y 

s 1    s 1    s 1    1 s Rt 1  r p et  ut 1  s 1  s 1  s 1  s 1  s

(79)

En todo caso, lo que se muestra es que el producto sí depende de la regla de tasa de interés que el banco central diseña. 14 Además, la tasa de interés también tiene una solución, a saber:

rt  Rt     1 Rt 1  1    r 

  et  ut  1  s

(80)

Para arribar a esta última ecuación se ha utilizado (66) y (67) junto a la igualdad

III.

Et 1 pt  Et 1 pt 1 . Conclusiones

La autoridad monetaria en el modelo IS/LM de precios flexibles tiene tácitamente como meta fijar la cantidad de dinero, por no querer decir que carece de objetivos de política monetaria. De todos modos, en este caso el nivel de precios está determinado. Los problemas se presentan cuando el banco central fija la tasa de interés de forma arbitraria. En tal evento, no se pueden establecer ni la tasa de interés real ni el nivel de precios de equilibrio. La solución a dicho problema consiste en conectar la actuación del banco central a un objetivo de política monetaria.

14

Hay una diferencia con la solución propuesta por McCallum (1981), ya que él muestra que el nivel de producto es independiente

de la regla de tasa de interés, aún si la regla de tasa de interés tiene un objetivo sobre la cantidad de dinero.


Lizarazu Alanez

35

La adopción de que el banco central experimenta ilusión monetaria no implica un problema lógico puesto que los agentes económicos pudieran preferir el nivel de precios prevaleciente de períodos pasados. Esta es la posición de Wicksell (1907) cuando sugiere que el banco central tiene „metas‟ en relación con el nivel de precios. En el análisis del presente artículo, sin embargo, el nivel de precios meta-objetivo es de la ocupación plena. Si el banco central aspira a alcanzar el nivel de precios que pertenece a la ocupación plena, entonces debe fijar la tasa de interés en base a las desviaciones del nivel de precios de su estado óptimo. Esto es, la conducta del banco central debe condicionarse a un esquema de metas de estabilidad del nivel de precios. En tal caso, la mecánica del modelo es funcional para el análisis de estática comparativa. La idea de que el nivel de precios está determinado si el banco central tiene metas estipuladas de igual forma aplica al modelo S-W inclusive aún si es válida la hipótesis de expectativas racionales. De lo anterior se deduce que el problema del nivel de precios planteado por Sargent-Wallace surge debido a dos motivos: 1) la falta de objetivos bien definidos por parte del banco central, y 2) la ausencia de alguna variable nominal en los objetivos de política monetaria. Empero, la observación de Patinkin aplica: “en una economía de precios flexibles, el banco central debe experimentar algún tipo de ilusión monetaria si el nivel de precios no queda indeterminado”. (1965: 309) La adopción de una regla de la tasa de interés por parte del banco central no se basa necesariamente en la inestabilidad financiera, como sugiere el análisis de Poole (1970), sino en una exigencia más básica subyacente a la relación entre los instrumentos y los objetivos de la autoridad monetaria. Si


36

Una explicación IS/LM acerca de la indeterminación del nivel de precios…

en esta correlación, surgen problemas, como en este artículo se ha mostrado. El reconocimiento de la relación instrumentos-metas es una cuestión subyacente a la extracción de señales por parte del banco central cuando éste debe interpretar los acontecimientos macroeconómicos. De esta manera, la conducta del banco central en términos de la fijación de la tasa de interés es un tema entendible si la racionalidad de la autoridad monetaria es minimizar la función de pérdida social. Dado que esta función se puede formular no sólo de manera estática, sino también temporalmente, entonces cobra relieve la posibilidad de estructuras temporales con variables adelantadas para captar la reacción del banco central no sólo a los choques actuales, sino también a las previsiones de choques en el futuro Bibliografía Clarida, R., Gali, J. y Gertler, M., 1999, “The science of monetary policy: a new Keynesian perspective”, Journal of Economic Literature, 37(4): 1661-1707 Hicks, J. R. “Keynes y los clásicos: una posible interpretación”, en J.R. Hicks. Dinero, interés y salarios, Fondo de Cultura Económica, 1989, pp. 101-114 Kerr, W. y King, R., 1996, “Limits on interest rates rules in the IS model”, Federal Reserve Bank of Richmond, Economic Quarterly, 82(1): 4775. King R., 2000, “The new IS-LM model: language, logic, and limits”, Federal Reserve Bank of Richmond, Economic Quarterly, 86(3): 45-103. Lucas, R. Jr., 1976, “Econometric policy evaluation: A critique”, CarnegieRochester Conference Series on Public Policy, 1(1): 19-46. Lucas, R. Jr. & Rapping, L.A., 1969, "Real wages, employment, and inflation," Journal of Political Economy, 77(5): 721-54.


Lizarazu Alanez

37

McCallum, B., 1981, “Price level determinacy with an interest rate policy rule and rational expectations”, Journal of Monetary Economics, 8(3): 319-329 -------------, (1986) “Some issues concerning interest rate pegging, price level determinacy, and the real bills doctrine”, Journal of Monetary Economics, 17 (1): 135-160 Parkin, M., 1978, “A comparison of alternative techniques of monetary control under rational expectations”, Manchester School, 46(3): 252-287 Patinkin, D., 1965, Interest, prices and money: an integration of monetary and value theory, New York: Harper and Row Poole, W., 1970, “Optimal choice of monetary policy instruments in a simple stochastic macro model”, Quarterly Journal of Economics, 84(2): 197-216 Sargent, T., 1979, Macroeconomic theory, New York: Academic Press Sargent, T. y Wallace, N., 1975, “Rational expectations, the optimal monetary instrument, and the optimal money supply rule”, Journal of Political Economy, 83(2): 241-254 Wicksell, K., 1907, “The influence of the rate of interest on prices”, Economic Journal, 17(2): 213–220



Equilibrio Económico, Año XI, Vol. 6 No. 1, pp. 39-62 Primer Semestre de 2010

El cambio tecnológico público y privado y su efecto sobre el crecimiento económico Salvador Rivas Aceves* Resumen En un modelo de crecimiento endógeno se estudia el efecto que tiene sobre el crecimiento económico un cambio tecnológico generado al mismo tiempo por empresa y gobierno. Inicialmente se establecen las condiciones de equilibrio bajo las cuales el * Universidad Autónoma

gobierno puede generar un cambio tecnológico, y se determina

Metropolitana, Unidad

el nivel óptimo de gasto tal que maximiza el bienestar de los

Azcapotzalco,

hogares y establece la tasa de crecimiento económico.

Departamento de Economía, Área de Empresas, Finanzas e

Posteriormente se cierra el modelo con la introducción del cambio tecnológico que se genera al interior de la empresa a

Innovación

través de la contratación de capital humano para el proceso

rivas.salvador@gmail.com

productivo, con lo que se determina la nueva tasa de crecimiento económico. Abstract Within an endogenous growth model with constant returns and marginal decreasing returns, I study the effect on economic growth due to a technological change generated jointly by government and firms. At the outset the principal conditions of equilibrium required to get public technological change are established, afterward the optimal government expenditure that maximize the agent’s wealth together with the rate of growth are characterized. To close the model I introduce the standard private technological change generated by human capital and subsequently the new equilibrium conditions and the rate of economic growth are found.

PALABRAS CLAVE: crecimiento endógeno, gasto de gobierno, cambio tecnológico. CLASIFICACIÓN JEL: O33, O38 Recibido el 19 de marzo del 2009 Aceptado el 11 de enero del 2010


40

El cambio tecnológico público y privado y su efecto sobre el crecimiento económico

Introducción Las nociones básicas sobre las cuales se construye la teoría del crecimiento económico moderna fueron planteadas por primera vez por los economistas clásicos. Al respecto, Adam Smith (1776) consideraba que la capacidad productiva por si misma permitía el crecimiento, mientras que David Ricardo (1817) argumentaba que el comercio era un componente principal del crecimiento. Así mismo, Thomas Malthus (1798) explicaba que la expansión de la economía se daba principalmente por el incremento poblacional y enfatizaba el papel de la oferta. Posteriormente, el proceso de acumulación de capital y la propiedad de los medios de producción se estudió dentro de la teoría del crecimiento, tomando a la productividad de manera exógena. Más adelante, a partir de considerar el crecimiento de la población y la capacidad productiva como variables predeterminadas, surgieron los modelos de crecimiento exógeno. Los principales aportes dentro de este marco fueron realizados por Ramsey (1928) al mostrar que el crecimiento económico

depende

de

la

fracción

del

ingreso

que

se

ahorre

independientemente de la tasa de interés y por Cass (1965) y Koopmans (1965) al determinar de manera endógena dicha fracción del ingreso. Por su parte Domar (1946) planteó que el crecimiento del producto depende de la propensión marginal al ahorro. Finalmente Solow (1956) y Swan (1956) argumentaron que el crecimiento económico se produce siempre y cuando la razón capital-trabajo crezca a la misma tasa a la que crece la población, y en donde el producto por trabajador depende de la tasa de ahorro, de la tasa de crecimiento de la población y del tipo de función de producción. Sin embargo uno de los principales factores que influyen en el crecimiento económico de las naciones es el cambio tecnológico. El aumento en el nivel tecnológico al interior de una economía conduce a condiciones de organización, producción, asignación y distribución más eficientes, lo cual conduce a un incremento en la productividad. Lo anterior necesariamente se


41

Rivas Aceves

traduce en un mayor nivel de actividad económica, y esto se ve reflejado en la tasa de crecimiento económico. Francis Bacon (1626) fue el primer científico que se preocupó por el porvenir de la ciencia y sus posibilidades futuras orientadas hacia la conquista de la naturaleza por el hombre, desarrollando así los primeros estudios relacionados con el progreso tecnológico. El efecto sobre el crecimiento económico que tiene el progreso tecnológico fue estudiado inicialmente por Harrod (1939) mediante la introducción de una función de producción con producto marginal del capital constante. Posteriormente, los avances en este campo se dieron gracias a las aportaciones de Arrow (1962), Uzawa (1965), Sheshinski (1967) y con un análisis exógeno Nordhaus (1969). Este último mostró que bajo condiciones de competencia monopolística, en un modelo de crecimiento, la empresa puede obtener una ganancia monopólica por sus innovaciones durante cierto periodo de tiempo. Las

primeras

aportaciones

del

crecimiento

endógeno

con

cambio

tecnológico, que inicialmente concibieron al cambio tecnológico como un proceso que explica las modificaciones en las condiciones de producción de las firmas en función de cambios cualitativos o cuantitativos de los insumos, tales como el stock de conocimiento, el capital humano o el trabajo calificado, fueron desarrolladas por Romer (1986 y 1990), Lucas (1988), Rivera-Batiz y Romer (1991). Recientemente Ludvigson (1996) muestra que el progreso tecnológico sólo se da a través de un aumento en la productividad laboral, mientras que Boucekkine y De la Croix (2003) mostraron que si se presenta un cambio tecnológico, el cual se dé a través de un sector de investigación y de trabajo calificado, entonces los shocks tecnológicos afectan a la tasa de crecimiento y no así los shocks en capital. Por último Reikard (2005) encontró que cuando el cambio tecnológico se da a través de


42

El cambio tecnológico público y privado y su efecto sobre el crecimiento económico

un sector de investigación, las trayectorias de equilibrio dependen negativamente de los precios y positivamente del producto. El desarrollo de la teoría neoclásica del crecimiento normalmente ha supuesto que la empresa, al interior del sector privado, es el único agente económico capaz de realizar actividades de investigación y desarrollo tecnológico que permitan sentar las bases para el cambio tecnológico. Debido a la búsqueda perpetua de una mayor ganancia, las empresas tratan de obtener las mayores ventajas posibles en la tecnología adoptada. Una de estas ventajas consiste en tener acceso a condiciones más eficientes de producción y distribución, vía el cambio tecnológico generado por la propia empresa. Es aquí en donde se encuentra la motivación principal que tiene una empresa para invertir recursos en la investigación y el desarrollo tecnológico. Sin embargo, el gobierno es otro agente económico que puede invertir recursos en la investigación y el desarrollo tecnológico. En este caso, la motivación principal para invertir no se encuentra en la obtención de ganancias sino en el establecimiento de mejores condiciones estructurales, económicas y sociales, que se traduzcan en mejoras en la calidad de vida de sus habitantes, en otras palabras, metas de crecimiento y desarrollo de largo plazo. El gasto público puede tomar dos formas; puede ser un subsidio a la innovación a través de programas que busquen fomentar las actividades de investigación y desarrollo en las empresas; o bien puede tratarse de un gasto directamente destinado a paraestatales con el mismo objetivo. A pesar de lo anterior, la teoría neoclásica del crecimiento económico presenta muy pocos desarrollos teóricos en esta dirección, algunos de los cuales se hacen al interior de la teoría de la organización industrial, véase a Morales

(2004).

Los

análisis

que

incorporan

al

gobierno

estudian

fundamentalmente los efectos sobre el crecimiento debidos a modificaciones


Rivas Aceves

43

en la política fiscal y/o monetaria, a la deuda pública, al gasto en bienes públicos y a los niveles óptimos de impuestos, como en el caso de Turnovsky (1993, 1996, 1998, 1999, 2000a y 2000b), Futagami, Morita y Shibata (1993) y Cazzavillan (1996). Sin embargo, algunos de los modelos que han incorporado el progreso tecnológico generado por el gobierno, en el marco de la teoría neoclásica del crecimiento, se pueden encontrar en Rivas-Aceves y VengasMartínez (2008), Rivas-Aceves y Carranco Gallardo (2009) y una aplicación del primero en Vengas-Martínez y Rivas-Aceves (2008). En estos desarrollos, a través de un análisis de estática comparativa a partir del equilibrio macroeconómico, los autores encuentran que el impacto que tiene el gasto de gobierno sobre el crecimiento y el bienestar económico de los hogares es positivo, por lo que, aumentos en el gasto incrementan la tasa de crecimiento y el bienestar económico. La presente investigación, a través de un modelo de economía cerrada con rendimientos constantes a escala y productos marginales decrecientes, estudia el efecto que tiene sobre el crecimiento económico un cambio tecnológico generado al mismo tiempo por empresa y gobierno. Inicialmente se establecen las condiciones en equilibrio bajo las cuales el gobierno puede generar un cambio tecnológico, y se determina el nivel óptimo de gasto tal que maximiza el bienestar de los hogares y establece la tasa de crecimiento económico. Posteriormente se cierra el modelo con la introducción usual del cambio tecnológico que se produce al interior de la empresa a través de la contratación de capital humano para el proceso productivo, con lo que se determinan las condiciones para el nuevo equilibrio y la nueva tasa de crecimiento económico. Para ello, el trabajo se estructura de la siguiente forma; en el apartado 2 se introduce la participación del gobierno como un agente generador del progreso tecnológico; en el apartado 3 se establecen las condiciones bajo las cuales empresa y gobierno generan un cambio en las condiciones de


44

El cambio tecnológico público y privado y su efecto sobre el crecimiento económico

producción de la economía, para finalmente en el apartado 4 presentar las conclusiones, limitaciones y agenda pendiente de la presente investigación. Un apéndice se presenta al final del documento. I.

El cambio tecnológico público

En principio suponga que el cambio tecnológico es generado por el gobierno al interior de una economía que presenta rendimientos constantes a escala, rendimientos marginales decrecientes y agentes racionales con vida infinita, la cual no sostiene intercambios comerciales con otras economías, por lo que es cerrada. Por el momento se supone que en esta economía las empresas deciden no realizar actividades de investigación y desarrollo tecnológico como consecuencia del poco desarrollo de mercado, o debido a la ausencia de una institución que garantice los derechos de autor, patentes, etc., o por cualquier otra causa que genere que las empresas tengan la certeza de que dichas actividades no generarán ganancias adicionales. Características que generalmente están presentes en economías emergentes, como México. Por lo tanto, el gobierno es el único que interviene en las actividades de desarrollo de nuevas tecnologías, generando así un cambio tecnológico, a través de un gasto. De esta manera, la productividad del capital se ve afectada y en consecuencia la función de producción de la empresa representativa toma la forma:

en donde

es el gasto per capita que el gobierno destina para la

generación de nuevas condiciones tecnológicas, tecnológico disponible en la economía,

representa el nivel

es el producto y

es el capital

físico. La especificación establecida en la ecuación (1) para el gasto de gobierno presenta una pequeña variación a la realizada por Rivas-Aceves y Venegas-Martínez (2008) y por Barro (1990), ya que muestra el gasto de gobierno, que además supone la ausencia de congestión, como una variable


45

Rivas Aceves

que depende del tiempo lo que permite introducirla en la función de producción como si fuera un insumo más. En consecuencia se puede pensar que el modelo no tiene estado estacionario, sin embargo más adelante en esta misma sección se determina el nivel óptimo de gasto de gobierno (constante) tal que permite el estado estacionario de la economía. Por lo tanto, la especificación utilizada por Rivas-Aceves y Venegas-Martínez (2008) en términos de un gasto constante es pertinente para el análisis que realizaron. Dicha especificación muestra que para que se dé el cambio tecnológico es necesario que

, ya que sólo así se cumple que

. Asimismo se

supone que cuando se gasta la totalidad del gasto se genera una mejora en las condiciones tecnológicas de la economía, es decir, no existe una parte del gasto que sea improductivo en el sentido de que no genere cambio tecnológico. El gobierno obtiene recursos por medio de un impuesto al consumo

que destina en su totalidad para financiar la generación de

nuevas tecnologías, por lo que, la restricción presupuestal del gobierno es:

Por su parte, el consumidor representativo busca maximizar el nivel de utilidad que obtiene gracias al consumo de un único bien perecedero, el cual está dado por:

en donde

es el consumo per capita y

es la tasa subjetiva de

descuento que mide qué tan impaciente está un individuo por el consumo presente. La forma funcional de la utilidad,

cumple con que

De manera adicional se supone que el consumidor es dueño de la empresa, por lo tanto, toma decisiones de producción y consumo


46

El cambio tecnológico público y privado y su efecto sobre el crecimiento económico

simultáneamente.

En

consecuencia,

la

restricción

presupuestal

del

consumidor está dada por:

en donde

es el capital inicial y es conocido, y

es la tasa de interés real.

Como el objetivo de la empresa consiste en maximizar sus beneficios, dados por:

y al sustituir (1) en (5), dicha maximización muestra que

. Entonces

se puede reescribir (4) como:

Las condiciones de primer orden (condiciones necesarias) para una solución interior resultantes del problema de optimización dado por (3) y (6) son:

Bajo estas condiciones los niveles de consumo, capital físico, producto y tasa de crecimiento

en el equilibrio macroeconómico, son:


Rivas Aceves

47

Se aprecia que el nivel de consumo depende de las preferencias de los individuos y del capital inicial de manera positiva, en consecuencia un incremento en cualquiera de estas variables conduce a un mayor consumo, mientras que depende del impuesto al consumo de forma negativa, por lo que, un aumento en el impuesto al consumo disminuye el mismo. Por su parte, el nivel de capital sólo está determinado por el capital inicial de la economía. El producto depende del nivel tecnológico existente en la economía, del gasto que el gobierno realice en desarrollo tecnológico y del capital inicial. Por último, la tasa de crecimiento económico depende del nivel tecnológico existente en la economía, del gasto de gobierno (todavía en función del tiempo) y de las preferencias de los individuos. Dicha crecimiento es balanceado y será positivo siempre que se cumpla con:

Una vez que se han determinado los óptimos, se encuentra la función de bienestar económico de los hogares,

a través de la sustitución de (11) en

(3), la cual está dada por:

Ahora se determina el nivel óptimo de gasto de gobierno que permite encontrar el estado estacionario de la economía. En virtud de que la tasa de interés real es una variable que depende del tiempo, y al considerar que


48

El cambio tecnológico público y privado y su efecto sobre el crecimiento económico

como lo muestra la maximización de (5), en consecuencia se puede definir lo siguiente:

La ecuación (18) es el resultado de derivar los dos términos del lado derecho de la ecuación (17) con respecto al tiempo. Por lo tanto, el bienestar económico de los hogares se puede reescribir como:

Equivalentemente,

En consecuencia, el bienestar económico depende de las preferencias de los individuos, del capital inicial, del nivel tecnológico de la economía y de las variables de decisión del gobierno, gasto e impuesto al consumo. Con lo anterior se conocen sólo las condiciones de equilibrio del sector privado pero no así del sector público, por lo que, a continuación se determina el comportamiento del gasto. El gobierno, debido a su carácter altruista y con el objetivo de regresar a la sociedad los recursos obtenidos por el impuesto al consumo, tiene el interés de determinar el nivel óptimo de su gasto tal que el bienestar económico, de los hogares sea el máximo posible. Sí se sustituye el nivel de consumo


49

Rivas Aceves

óptimo dado por la ecuación (11) en (2), entonces la restricción del gobierno es:

y de manera análoga, cuando se sustituye (17) y (18) en (21) se encuentra que:

Por lo tanto, el problema de optimización correspondiente al gobierno consiste en maximizar (20) sujeto a (22), y mediante la ecuación de EulerLagrange (condición de primer orden) se obtiene:

Debido a que el gobierno obtiene los recursos, que va a destinar a la generación de nuevas tecnologías, a través de un impuesto al consumo que aplica a los hogares, entonces se puede decir que el gasto de gobierno tiene un costo social. Dicho costo social está medido por

, en consecuencia si el

gobierno considera el costo social de su gasto de la forma renombrar

, entonces de la ecuación (23) resulta que:

, y al


50

El cambio tecnológico público y privado y su efecto sobre el crecimiento económico

En consecuencia, el gasto de gobierno que se destinará a las actividades de investigación y desarrollo tecnológico, debido a la condición establecida en (18), es:

La ecuación (1) muestra que, tanto para las empresas como para los hogares, el gasto de gobierno es una variable que no afecta en sus decisiones ya que no deciden en función de ella, lo que se aprecia en el equilibrio macroeconómico establecido por las ecuaciones (11)-(14). Por otro lado, la ecuación (25) muestra que cuando el gobierno toma la decisión de determinar su nivel de gasto en función del máximo bienestar de los hogares, dicho gasto es constante y modifica las condiciones tecnológicas bajo las cuales se produce en la economía, siempre y cuando se cumpla con que

.

Para que el gasto sea mayor a la unidad bajo las condiciones establecidas por la ecuación (25) y así lograr el cambio tecnológico, es necesario que

,

es decir, que la economía esté creciendo. Si se cumple lo anterior, entonces y al sustituir (25) en el término de la izquierda de la desigualdad anterior, y en (13) y (14) se encuentra el nuevo nivel tecnológico, la tasa de crecimiento y el producto de la economía, los cuales son respectivamente:

Evidentemente

representa las nuevas condiciones tecnológicas de

producción en la economía debido al salto en las mismas ocasionado por la participación del gobierno, por lo tanto, el nivel tecnológico y la tasa de


51

Rivas Aceves

crecimiento son mayores. Asimismo, el producto, el consumo y el capital presentan trayectorias mayores que las correspondientes en ausencia del gobierno, debido a (27). De manera similar, si ahora el gobierno considera el costo social de su gasto de la forma

, entonces:

y

en donde

se tiene que cumplir para que

, sin importar si la

economía está creciendo o no. Por lo tanto, el nuevo nivel tecnológico, la tasa de crecimiento y el producto, bajo estas nuevas condiciones, son:

De igual manera el nivel tecnológico, el crecimiento y el producto son mayores que en ausencia del gobierno, con lo que el salto en las condiciones tecnológicas se vuelve a dar. Por último, si el gobierno considera que , en consecuencia se obtiene que:

y


52

El cambio tecnológico público y privado y su efecto sobre el crecimiento económico

Para que

es necesario que

, en cuyo caso el nuevo nivel

tecnológico, la tasa de crecimiento y el producto son:

Análogamente se cumple que el nivel tecnológico, el crecimiento y el producto son mayores que en ausencia del gobierno. El modelo hasta aquí propuesto muestra el efecto positivo sobre el crecimiento debido al gasto gubernamental en investigación y desarrollo tecnológico, cuando el gobierno maximiza el bienestar económico de los hogares, toda vez que genera un salto en las condiciones tecnológicas de la economía. Dicho salto se produce cada vez que el gobierno destina un gasto constante en cada momento . En consecuencia, la tasa de crecimiento económico es mayor cuando el gobierno participa en las actividades económicas a través de la generación de tecnología, en relación a la tasa de crecimiento económico del modelo simple, es decir, en ausencia del gobierno. A continuación se introduce el cambio tecnológico generado por la empresa para analizar el efecto conjunto sobre el crecimiento económico debido al cambio tecnológico total generado en la economía. II.

El cambio tecnológico público y privado

Suponga ahora que el cambio tecnológico se puede dar también a través del sector privado, una vez que las empresas han decidido intervenir en el progreso tecnológico. Dicho cambio se puede dar por medio del capital humano,

que es considerado como fuerza de trabajo con habilidades

especiales, que deciden contratar en lugar de fuerza laboral sin habilidades


53

Rivas Aceves

para participar en el proceso de producción. El capital humano está definido de acuerdo a la siguiente ecuación:

en donde

representa a un trabajador y

el capital humano que este

posee. Hay que recordar que la cantidad de trabajo, trabajo,

y la calidad del

son sustitutos perfectos en la esfera de la producción, en el

sentido que lo que importa sólo es la combinación

por producto. En

consecuencia es necesario suponer que la fuerza laboral disponible en la economía no crece y que, por lo tanto, el progreso tecnológico sólo puede darse por un incremento en el capital humano. Por otro lado, suponga que el producto puede ser usado para el consumo o para invertir en capital humano y que tanto el capital físico como el capital humano se puede depreciar a una misma tasa . La depreciación del capital humano consiste en la pérdida de habilidades debido al paso del tiempo. En consecuencia, cambios en ambos tipos de capitales están dados por:

en donde

es la inversión per capita en capital físico e

es la

inversión per capita en capital humano. Por lo tanto, la restricción de los recursos de la economía es:

Con la introducción del capital humano al proceso productivo las condiciones de producción de la empresa representativa se han modificado, por lo que, y


54

El cambio tecnológico público y privado y su efecto sobre el crecimiento económico

al suponer una función de producción Cobb-Douglas, la ecuación (1) se puede reescribir como:

Significa que la restricción presupuestal del agente representativo está dada por la siguiente ecuación de acumulación de capital físico:

Por lo tanto, las remuneraciones a los factores de la producción, capital físico y capital humano, respectivamente son:

Bajo estas hipótesis, las condiciones de primer orden (condiciones necesarias) para una solución interior resultantes del problema de optimización dado por (3), (40), (41) y (44) son:


55

Rivas Aceves

Cuando se despeja

de la ecuación (53), se resuelve la ecuación diferencial

resultante y posteriormente se sustituye

en (47) se obtiene la tasa de

crecimiento del consumo dada por la siguiente ecuación:

Por otro lado, las ecuaciones (53) y (54) muestran que la productividad marginal del capital físico es

y que la productividad

marginal del capital humano es

. Evidentemente, la

productividad de ambos tipos de capital es mayor cuando el cambio tecnológico también es generado por el gobierno que cuando el gobierno está ausente en dichas actividades. Al igualar ambas productividades y al despejar la relación capital físico entre capital humano se obtiene:

En consecuencia, la tasa de crecimiento de la economía, la tasa de interés y salario

de

equilibrio,

considerando

siempre

las

condiciones

de

transversalidad correspondientes, que resultan de la sustitución de (56) en (55), (45) y (46) respectivamente son:

Se puede apreciar que la tasa de crecimiento de la economía, en este caso depende de los parámetros tecnológicos del sector privado y del gasto de gobierno destinado a la generación de nuevas tecnologías. El salto en las condiciones tecnológicas de la economía ocasionado se mide a través de

,

mientras que el aumento en la productividad se puede medir por medio de


56

El cambio tecnológico público y privado y su efecto sobre el crecimiento económico

. Asimismo, esta tasa es mayor cuando el cambio tecnológico se da a través de empresas y gobierno que cuando sólo el gobierno interviene en la generación del cambio tecnológico, y obviamente mayor que en ausencia de ambos, es decir,

Asimismo, el salario y la tasa de interés real

aumentan conforme se incrementan el gasto de gobierno y los coeficientes tecnológicos de las firmas. III.

Conclusiones

Utilizando un modelo de economía cerrada con rendimientos constantes a escala y productos marginales decrecientes, se mostró que el efecto que tiene sobre el crecimiento económico un cambio tecnológico generado por el gobierno, cuando el sector privado no lleva a cabo actividades de innovación que generen el progreso tecnológico, es positivo. Más todavía, existe un nivel óptimo de gasto de gobierno que se destina a la generación de nueva tecnología tal que maximiza el bienestar económico de los hogares, bajo diferentes hipótesis de evaluación del costo social inherente al gasto de gobierno. Al respecto, los resultados aquí obtenidos concuerdan con los encontrados por Rivas-Aceves y Venegas-Martínez toda vez que un constante gasto de gobierno destinado a la generación de tecnología en efecto modifica las condiciones tecnológicas en la economía, incrementa la tasa de crecimiento de la misma y aumenta el bienestar social. En particular, la presente investigación arroja que cuando el gobierno decide su nivel óptimo de gasto de gobierno en función del máximo bienestar de los agentes, éste debe ser constante. Por otro lado, la tasa de crecimiento económico es mayor sí, al mismo tiempo, empresas y gobierno modifican las condiciones tecnológicas de la economía. En el equilibrio, la tasa de crecimiento y los niveles de tasa de interés y salarios dependen de las condiciones tecnológicas del sector


Rivas Aceves

57

privado y de los recursos que el gobierno destina a la generación de nuevas tecnologías. En consecuencia, políticas públicas encaminadas a ejercer un gasto para fomentar el progreso tecnológico y actividades empresariales con el mismo objetivo son deseables en las economías, sobre todo en vías de desarrollo. Dentro de las principales limitaciones que caracterizan este tipo de análisis se pueden enlistar las siguientes; en primer lugar, suponer que el gobierno sólo interviene en el desarrollo tecnológico es poco real, ya que existen muchas otras actividades más que realiza este agente económico, por lo que ampliar el papel del gobierno resulta necesario. En segundo lugar, suponer que el gobierno sólo obtiene recursos a través de un único impuesto al consumo es muy restrictivo, ampliar sobre este camino sin duda es necesario. En tercer lugar, el supuesto de que la economía es cerrada elimina los posibles efectos que puedan tener el comercio internacional y la difusión tecnológica sobre el crecimiento. Finalmente, modelar las variables de manera determinista limita los efectos de las mismas, en específico sobre la volatilidad inherente a la tasa de interés y sobre todo si se introducen variables monetarias o un sector financiero. En consecuencia, futuros desarrollos teóricos deberán extender el análisis a una economía abierta y cambiante, incorporar otras variables financieras relevantes y establecer actividades económicas gubernamentales más amplias Apéndice El Hamiltoniano y las condiciones de primer orden correspondiente al problema de optimización dado por (3) y (6) son:


58

El cambio tecnológico público y privado y su efecto sobre el crecimiento económico

Con lo que se encuentran las condiciones establecidas en (7)-(10), y al simplificar dichas condiciones se encuentra el equilibrio caracterizado por (11)-(14). Respecto al comportamiento del gasto de gobierno y su determinación como magnitud constante, el Lagrangiano correspondiente al problema de optimización dado por (20) y (22) es:

en donde

y

. La solución está dada por la ecuación de

Euler-Lagrange siguiente:

con lo que se encuentra la ecuación 23. En cuanto al problema de optimización establecido por las ecuaciones (3), (40), (41) y (44), que se presenta en el apartado 3, se tiene que el Hamiltoniano y las condiciones de primer orden a satisfacer son:


59

Rivas Aceves

Por lo tanto, se encuentran las condiciones necesarias para una solución interior establecidas en las ecuaciones (47)-(54). Bibliografía Arrow, Kenneth (1962), “The Economic Implications of Learning by Doing”, Review of Economic Studies, 29(39): 155-173. Bacon, Francis (1926), “The New Atlantis”, London. Barro, Robert (1990), “Government Expending in a Simple Model of Endogenous Growth”, Journal of Political Economy, 98(5): S103S125. Boucekkine, Raouf y David de la Croix (2003), “Information Technologies, Embodiment and Growth”, Journal of Economic Dynamics and Control, 27: 2007-2034. Cass, David (1965), “Optimum Growth in an Aggregative Model of Capital Accumulation”, Review of Economic Studies, 32: 233 – 240. Cazzavillan, Guido (1996), “Public Spending, Endogenous Growth and Endogenous Fluctuations”, Journal of Economic Theory, 71: 394415. Domar, Evsey (1946), “Capital Expansion, Rate of Growth and Employment”, Econometrica, 14(2): 137-147. Futagami, Koichi, Morita Yuichi, y Akihisa Shibata (1993), “Dynamic Analysis of a Endogenous Growth Model with Public Capital”, The Scandinavian Journal of Economics, 95(4): 607-625. Harrod, Roy (1939), “An Essay in Dynamic Theory”, The Economic Journal, 49(193): 14-33. Koopmans, Tjalling (1965), “On the Concept of Optimal Economic Growth”, in

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Equilibrio Económico, Año XI, Vol. 6 No. 1, pp. 63-92 Primer Semestre de 2010

El desenlace de la experiencia populista en Argentina: la crisis de 1975 Stella Maris Settimi*

* Profesora en Economía y Sociología. Licenciada en Economía. Profesora Adjunta de la Universidad Nacional del Sur de las cátedras Historia Económica e Historia Económica Argentina ssettimi@uns.edu.ar ** Licenciada en Economía. Magister en Economía. Asistente de docencia de la Universidad Nacional del Sur de las cátedras Historia Económica e Historia Económica Argentina patricia.audino@uns.ed u.ar

Patricia Audino** Resumen La Argentina experimentó, entre 1973 y 1976, uno de los períodos más controvertidos de su historia reciente. La sociedad imaginaba que la transformación y la superación de las contradicciones existentes eran posibles. Sin embargo, las tensiones acumuladas, la imposibilidad de implementar el "Pacto Social" y la dificultad de incluir el heterogéneo movimiento social convergieron hacia una crisis múltiple. El objetivo del presente trabajo es analizar las causas que condujeron a la crisis económica argentina de 1975 teniendo en cuenta la multiplicidad de factores que la sustentaron. Se utiliza la metodología de la historia económica, analizando cronológicamente las políticas aplicadas y sus resultados, teniendo en cuenta el contexto nacional e internacional, además de incluir algunos hechos extra económicos. Se presenta también una revisión, aunque incompleta, de otras interpretaciones de la crisis que han intentado explicarla desde diferentes puntos de vista sobre el fenómeno. Abstract Between 1973 and 1976 Argentina experimented one of the more controversial periods of its recent history. The society imagined that the transformation and the overcoming of existing contradictions were posible. Nevertheless, the accumulated tensions, the impossibility to implement " social agreement" and the difficulty to include the heterogenous social movement converged towards a multiple crisis. The objective of the present work is to analyze the causes that lead to the Argentine economic crisis of 1975 considering the multiplicity of factors that sustained it.The methodology of economic history is used, analyzing chronologically the applied policies and their results, considering the national and international context, besides including some extra economic facts. A revision, although incomplete also appears, of other interpretations of the crisis that have tried to explain it from different points of view on the phenomenon.

PALABRAS CLAVE: política económica- crisis económica- inestabilidad socio política CLASIFICACIÓN JEL: N1 Recibido el 3 de noviembre del 2009. Acepado el 24 de febrero del 2010


64

El desenlace de la experiencia populista en Argentina: la crisis de 1975

Introducción La Argentina experimentó, entre 1973 y 1976, uno de los períodos más controvertidos y complicados de su historia reciente. La sociedad entera, con sus diversas manifestaciones políticas y sociales, imaginaba que la transformación

y la superación de las contradicciones existentes eran

posibles. Sin embargo,

la magnitud de las tensiones acumuladas, la

imposibilidad de implementar exitosamente el "Pacto Social" y la dificultad de incluir el heterogéneo movimiento social dentro de los tradicionales modelos -nacionales y populares- desembocaron en una crisis múltiple, política, social y económica. El objetivo del presente trabajo es analizar las causas que condujeron a la crisis económica argentina de 1975 considerando, para ello, la multiplicidad de factores que interactuaron entre sí. El drástico giro operado en la economía, la desfavorable coyuntura internacional, el escenario de las fuerzas políticas y la espiral contradictoria de intereses desembocaron en una de la crisis más importantes de la Argentina. La intención de este análisis es exponer una interpretación alternativa a las que, a nuestro parecer, solo presentan una explicación parcial del fenómeno. Para ello, se presenta en primer lugar, una revisión, aunque incompleta, de diversas interpretaciones de la crisis de 1975 que han intentado explicarla desde diferentes posiciones sobre el fenómeno. En este análisis, se recurre a la utilización de la metodología de la historia económica, analizando cronológicamente las políticas aplicadas en cada período y sus consiguientes resultados, teniendo en cuenta el contexto nacional e internacional del momento, además de incluir algunos hechos extra económicos relevantes para el análisis.


Maris - Audino

I.

65

El contexto internacional en los años setenta: estanflación y

crisis La economía del mundo capitalista comenzó a percibir, en la última mitad de los años sesenta y principios de los setenta, una serie de transformaciones que auguraban el comienzo de una etapa de crisis. A lo largo de los años ´60 la situación de la moneda norteamericana se fue deteriorando como consecuencia del déficit sistemático de su balanza de pagos dada la creciente competitividad de la producción europea y japonesa y por la permanente salida de capitales hacia el exterior bajo la forma de gastos militares e inversiones de las empresas. Por otro lado, la suspensión de la convertibilidad del dólar en agosto de 1971 derrumbó uno de los pilares básicos de Bretton Woods. Se establecieron recargos a las importaciones norteamericanas y controles de precios y salarios para detener la inflación. El resultado fue una devaluación sustancial del dólar que sería seguida por otras monedas. El dólar

terminó con el sistema de paridades fijas

estimulando las políticas de expansión monetaria y crediticia para prevenir los inconvenientes derivados de la disminución del comercio internacional. Estas medidas contribuyeron al

incremento sostenido de precios que se

potenció en estos años por la espiral precios-salarios que se desencadenó en una situación de pleno empleo. Por otro lado, el aumento del precio del petróleo, en octubre de 1973 dado en un contexto de crisis del capitalismo, tuvo un impacto decisivo aunque sus efectos no fueron similares para todo el mundo. De esta manera, la existencia de factores externos, como el aumento del precio del petróleo y también de las materias primas, determinó claramente un escenario de crisis: estancamiento productivo, persistencia de la inflación y desocupación.


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El desenlace de la experiencia populista en Argentina: la crisis de 1975

Esta singular combinación, sin precedentes históricos, llevó a acuñar el término estanflación. El estancamiento vino acompañado de elevados niveles de desempleo, que se disparó y no dejó de crecer, acompañado por una inflación generalizada, que se triplicó en el momento más agudo de la crisis. La caída de la actividad y el consiguiente aumento del desempleo, por un lado, y la inflación por el otro originaron una contradicción difícil de superar, pues todo esfuerzo de relanzamiento económico para luchar contra el desempleo agravaba la inflación; de igual manera, los intentos para contener la inflación acababan frenando la economía y agravando el problema. En este contexto de crisis aguda, las sociedades del mundo desarrollado se encontraron con la necesidad de realizar cambios que transformaran la situación establecida desde 1945. Desde el punto de vista productivo, la crisis alentó la búsqueda de nuevas formas de organización de la producción capaces de ahorrar materia prima y mano de obra. El quiebre del sistema fordista dio paso a nuevas formas como el toyotismo en el Japón. Otro aspecto a destacar es el inicio de una etapa de expansión multinacional cuya estrategia era la segmentación de su producción con el objetivo de generar una nueva división internacional del trabajo. El abandono del sistema monetario de Bretton Woods y la crisis del petróleo añadieron más confusión al ya convulsionado estado de cosas en la economía y en la teoría económica. El cuestionamiento permanente de las teorías keynesianas, por considerárselas responsables de la inflación, permitió el surgimiento de las teorías neoliberales. Las grandes transformaciones de los años setenta constituyeron un punto de inflexión que dieron origen a grandes cambios en la economía y en la sociedad. Fueron apareciendo, en estos años, los elementos constitutivos de una realidad económica inédita, impulsada por una revolución tecnológica acompañada por un desempleo persistente, el cuestionamiento creciente al


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welfare state y la reivindicación del mercado libre como el asignador más eficiente de recursos. II.

Algunas interpretaciones de la crisis argentina de 1975

Existe cierto consenso entre quienes analizan esta crisis acerca de las causas generales que llevaron al fracaso de los sucesivos planes económicos del período. A las características propias de una crisis de stop & go, se agregan conflictos distributivos exacerbados por la enorme inestabilidad y caos político y social que aceleran el desenlace inflacionario en 1975. Sin embargo, la mayoría de los autores enfatizan solo sobre cuestiones particulares del período. En este sentido, se han identificado tres líneas de investigación de acuerdo al aspecto que los autores destacan respecto de la génesis de la crisis. Un primer grupo de trabajos subraya el carácter inflacionario de la crisis y que el fracaso en la contención de la misma se debió a la incapacidad del gobierno para resolver los conflictos originados en la reditribución del ingreso. En uno de los primeros y más citados análisis sobre el tema dentro de esta línea de investigación es necesario mencionar el aporte de Adolfo Canitrot. El mismo desarrolla la dinámica del modelo peronista de redistribución del ingreso por aumentos salariales y afirma que “…las propias características de esas experiencias engendran, al ponerse en marcha, los elementos objetivos que han de ponerles fin" (Canitrot, 1975:331). El modelo también permite explicar el éxito del Plan Gelbard en el corto plazo:“La alianza política del populismo nace en la recesión y se propone un programa expansivo. Asalariados y burguesía industrial tienen entonces intereses complementarios....El éxito del programa destruye el elemento constitutivo de la alianza. Al aproximarse al pleno empleo, los intereses conflictivos reemplazan a los complementarios" (Canitrot, 1975:348). El


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conflicto se intensifica en medio de un contexto inflacionario explosivo, que resulta de incrementar los salarios para expandir la demanda. Esta situación, de empresarios nacionales débiles y sindicatos fuertes, es la contradicción institucional más grave de la política redistribucionista. En esta línea de pensamiento algunos autores estudian la generación de estos conflictos como resultado de la evolución en las relaciones de poder entre el Estado y el resto de los actores sociales. Juan Carlos Portantiero en 1987 destaca la peculiar distribución de poder entre los distintos actores, que resultó de la firma del Pacto Social. Este arreglo institucional funcionó mientras Perón pudo mantener el “equilibrio corporativo” entre los suscriptores al pacto. Para él se mantuvo una situación de "empate hegemónico" que dilataba la pugna entre sectores que carecían del poder suficiente como para imponer sus intereses en forma permanente. El autor sostiene que el retorno del peronismo al poder agravó la crisis económica existente, por haber trasladado al Estado la crisis por la que atravesaba el propio peronismo. Daniel Heymann y Fernando Navajas en 1989 estudian los conflictos de distribución que se generan en torno de los recursos fiscales y las presiones inflacionarias a que dan origen, desde una perspectiva que combina el análisis institucional con la metodología de la teoría de juegos. La hipótesis del trabajo sostiene que, en economías con gran debilidad institucional, la política fiscal no se basa en un presupuesto discutido y decidido de antemano, sino que resulta de las presiones que van surgiendo a medida que se presentan los desequilibrios. En el juego, cada grupo presiona bilateralmente al gobierno, quien cede ciertas transferencias o concesiones impositivas, en función de la presión que es capaz de ejercer cada uno de los sectores que, a su vez, no se autolimitan por los costos que implica un déficit

elevado.

"Bajo

determinadas

condiciones,

el

grupo

obtiene

efectivamente la transferencia y el costo (que incluye la pérdida atribuible


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al mayor déficit fiscal, con su impacto inflacionario) está diluido en el conjunto; pero al generalizarse esta situación a todos los grupos, y ante la ausencia de impuestos poco distorcionantes con suficiente capacidad de recaudación, se genera un déficit que debe cubrirse con impuesto inflacionario" (Heymann y Navajas, 1989:323). Las crisis inflacionarias, como la del ‟75, son el resultado de esta descentralización de las decisiones de presión, que implican costos sociales mayores a los que surgirían de un compromiso duradero de distribución de los recursos públicos. "El análisis anterior es obviamente parcial. Sin embargo tal vez tenga alguna relevancia para el análisis de ciertos casos. La experiencia argentina parece interesante como materia para una discusión en ese sentido, dado el carácter agudo de la inflación y la dificultad para encontrar mecanismos permanentes de financiamiento del sector público" (Heymann y Navajas, 1989: 312). Un segundo grupo de trabajos está inscripto en el marco de la Teoría de la Regulación. La importancia de esta visión radica en que contextualiza la crisis de 1975, dentro del fenómeno mundial de la caída del fordismo, como paradigma tecno-productivo y político. Si bien no se descarta la existencia de una dinámica propia de nuestra economía, estos autores sostienen una visión más bien externa del conflicto que debía desatarse, tarde o temprano, por la presión de los gigantescos cambios que estaban operando en el mundo desarrollado. Los autores de esta escuela (Panigo y Torija-Zane, 2004; Quenan y Miotti, 2004; Neffa, 2004) señalan que el proceso de crisis de mediados de los '70, se explica por las contradicciones existentes entre el modo de regulación – predominantemente monopolista – y el régimen de acumulación, restringido por el tradicional estrangulamiento externo y por una caída tendencial en la tasa de inversión.


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El desenlace de la experiencia populista en Argentina: la crisis de 1975

El poder de los sindicatos se revelaría en la sobre-indexación salarial (respecto de la productividad del trabajo) y en el aumento en la participación de los salarios en el PBI, factores que inciden negativamente sobre la tasa de ganancia y de inversión. El régimen de acumulación se tornaría aún más inviable, si se tiene en cuenta el resultado hallado econométricamente por Luis Miotti que indica que hacia 1975, las decisiones de inversión se muestran más sensibles a la tasa de beneficios, que al nivel de la demanda interna. Por su parte, Robert Boyer sostiene que las perspectivas de profundización de la industrialización sustitutiva se vieron muy comprometidas hacia mediados de los ‟70, no sólo por sus propias limitaciones, sino también por la llegada de una nueva ola tecnológica de escala mundial. Para él, en los países de América latina, las crisis reiteradas no tienen su origen en la incoherencia de la viabilidad en ese modelo de desarrollo, sino más bien a su llegada al límite, debido a su propio éxito. En un tercer grupo de trabajos pueden incluirse las perspectivas de la historia y la política económica argentinas, de autores como Mario Rapoport, Roberto Cortés Conde, Pablo Gerchunoff y Lucas Llach y Juan Carlos De Pablo. Para Rapoport, la principal falla en los planes peronistas reside en la carencia de definiciones e incentivos de largo plazo. Si debía sostenerse un incremento en la oferta monetaria, éste debía tener su correlato productivo, algo que era imposible lograr en dicho contexto, ya que las nuevas inversiones se determinan por las expectativas a largo plazo. Por otro lado, el plan Rodrigo tampoco podía frenar la inflación, ya que la concebía como “…un acontecimiento autónomo y sin vínculos con otros aspectos de la economía”. (Rapoport, 2005:571).


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Por su parte, Cortés Conde afirma que si bien, las administraciones peronistas generaron un enorme déficit fiscal y una emisión monetaria en consonancia, que detonaría la crisis en 1975, “…debe decirse que los problemas de fondo que tan mal manejó, venían de vieja data, muchos de ellos de su anterior gestión” (Cortés Conde, 2005:276). El autor se refiere a los errores en la concepción de la inflación que cometieron las diferentes administraciones anteriores, que se movían pendularmente desde el estructuralismo a la ortodoxia, sin término medio. De acuerdo a la periodización que realiza el autor, en 1974 comienza una “gran depresión”, que llegaría a su fin recién en 1989. De Pablo analiza el Pacto Social en cuanto “institución”: “aparece en forma clara, sobre todo en las medidas de naturaleza coyuntural, la idea de modificar por última vez las reglas de juego, es decir, de modificar y congelar la nueva realidad (por un par de años)”. Respecto al fracaso del plan Gelbard, coincide con Cortés Conde en destacar la inconsistencia técnica entre el manejo financiero y la dinámica del gasto público. De acuerdo a la interpretación de Gerchunoff y Llach, el deterioro del plan comenzó a partir de los shocks externos. Si bien el Pacto Social había resultado eficiente para controlar la inflación originada por la puja distributiva, su rigidez le impidió absorber los desequilibrios que provocaba una inflación importada no prevista. La distribución de sus efectos iba a depender, entonces, de una pugna renovada, por afuera de lo acordado, y por lo tanto, con límites desconocidos. Por otro lado, los autores no descartan la importancia de los conflictos políticos en el desencadenamiento de la crisis (y el posterior golpe de Estado), afirmando que “…el 24 de marzo de 1976, concluía por la fuerza la segunda experiencia del peronismo en el poder, ese extraño caso de un


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El desenlace de la experiencia populista en Argentina: la crisis de 1975

gobierno que cayó casi exclusivamente por las luchas internas en el partido oficial” (Gerchunoff y Llach, 1998: 336). III.

El marco político y sus actores

La apertura política iniciada por el anterior gobierno militar desencadenó un proceso en el cual tanto peronistas como radicales1 recurrieron a sus viejos líderes para movilizar políticamente a sus seguidores dado que, el largo período de proscripciones había impedido la renovación de dirigentes políticos;

los

estudiantes

universitarios

cuestionaban

la

estructura

universitaria, el contenido de la enseñanza y a la sociedad en su conjunto haciendo sentir su presencia en las luchas políticas; los trabajadores cada vez mejor organizados y con una larga experiencia de lucha exigían al gobierno la eliminación de las proscripciones para el retorno de Perón y por último el movimiento guerrillero se oponía con violencia al gobierno militar. En esa situación se convoca a elecciones, el peronismo triunfa y se presta a gobernar. Retorna así el populismo que intenta reeditar la política social del anterior período peronista. En estos años se pueden identificar tres momentos claramente definidos por las presidencias constitucionales del período. El primero de ellos transcurre durante la presidencia constitucional de Héctor J. Cámpora - entre el 25 de mayo y el 12 de julio de 1973- y se caracteriza por una marcada movilización de las distintas fuerzas sociales2 que coinciden en identificar el regreso de Perón con la posibilidad de introducir grandes cambios. El segundo momento comprende desde la renuncia de Cámpora y la asunción inmediata del presidente provisional Raúl Lastiri -en julio de 1973- hasta la muerte de J. D. Perón - 1 de julio de 1974-. En este período se hacen evidentes las contradicciones entre los distintos actores sociales que 1 2

Unión Cívica Radical, fundado en 1890. Junventud, sectores del sindicalismo combativo e intelectuales ligados a la modernización desarrollista.


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terminarían interrumpiendo el cumplimiento de los objetivos enunciados en el Pacto Social, tanto en el plano político como en el económico. El antagonismo entre los distintos sectores políticos culminaría desvaneciendo aquella esperanza de reencuentro nacional que giraba en torno al regreso de Perón. La última etapa se corresponde con la gestión de María Estela Martínez de Perón -entre julio de 1974 y marzo de 1976- y el rasgo central es la crisis social, política y económica una vez producida la disociación de las fuerzas sociales movilizadas anteriormente. Ya en el poder el peronismo intentará rearticular su antigua alianza de clases para revertir el proceso de acumulación anterior. Pero el país había cambiado significativamente en los dos decenios anteriores. En lo económico, el modelo vigente hasta ese momento encontraba serias dificultades para su continuidad lo cual se expresaba en inflación, alto endeudamiento externo, pérdida del dinamismo del PBI y un considerable déficit fiscal. La primera noticia sobre las intenciones del gobierno de Cámpora fue la designación, por sugerencia de Perón, de José Ber Gelbard (líder del movimiento empresario que se nuclea en torno a la Confederación General Económica –CGE-) como Ministro de Economía. Comenzó su gestión apelando a un acuerdo social entre sectores empresariales, gremiales y el Estado cuyo objetivo era, en el corto plazo, mejorar la participación de los asalariados en la distribución del ingreso y frenar la creciente inflación. Electo por tercera vez Juan Perón, no introduciría

modificaciones en el

rumbo y en la conducción económica. La muerte de Perón significó la pérdida del más importante factor de poder que mantenía aglutinados intereses casi siempre opuestos. Gelbard fue reemplazado por el economista peronista Alfredo Gómez Morales. En septiembre de 1974, terminó las negociaciones establecidas en el Pacto


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Social y elaboró un Plan de Emergencia. Pero la falta de respuesta hacia el mismo, por parte de la presidente, obligó al ministro a presentar su renuncia, a fines de mayo de 1975. El nuevo Ministro de Economía, Celestino Rodrigo a pesar de la brevedad de su gestión, marcó una decidida reorientación económica que puso fin a la política económica nacionalista y reformista que había caracterizado al peronismo. IV.

Un intento de compromiso nacional: el "Pacto Social"

El nivel de desarrollo alcanzado por la economía argentina, el cambio registrado en la composición del empleo y su repercusión sobre el comportamiento de la sociedad y la modificación del encuadre internacional que enmarcó el retorno del peronismo diferían de los que caracterizaron a los diez años que conformaron la anterior experiencia del movimiento (1946 - 1955). Además, durante el anterior gobierno militar, las empresas multinacionales habían comenzado a adquirir paquetes accionarios de empresas argentinas lo que generaba gran preocupación entre los empresarios nacionales. Por otro lado, la disminución en la participación en el ingreso nacional, la pérdida del poder político y el aumento de la desocupación inquietaban también al sector asalariado. No resulta extraño, entonces, que el nuevo gobierno acudiera a la antigua receta cooperativa para resolver los problemas económicos. Por otro lado, las empresas estatales mostraban un acentuado desequilibrio y la tasa de inflación mensual alcanzaba al 6%, aunque en el orden internacional, el panorama se presentaba favorable debido al incremento de los precios de las exportaciones argentinas, lo que representó un alivio, al menos en el corto plazo.


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El mencionado acuerdo político entre la CGT3, CGE4, y los principales partidos políticos nacionales, conocido como “Coincidencias programáticas del plenario de organizaciones sociales y partidos políticos”, se había firmado tres meses antes del triunfo peronista en las elecciones de marzo de 1973. Las coincidencias giraban en torno al desarrollo nacional autónomo, la justicia social, la independencia económica, la integración regional del país, la transformación del Estado y el cambio del modelo económico por entonces vigente. Los diversos sectores firmantes se comprometían a implementar los lineamientos generales de la política económica y social. Se explicitaron la política laboral y de seguridad social, tributaria, crediticia y de comercio exterior, el rol del Estado y el tratamiento al capital externo. En junio de 1973, la CGE, la CGT y el Ministerio de Hacienda y Finanzas, firmaron el Acta de Compromiso Nacional, una explícita institucionalización del compromiso que asumían las partes, para el cumplimiento de un programa de estabilización y la puesta en marcha de un plan de reformas estructurales. Lo que se conoció como el "Plan Gelbard" es la expresión en el campo de la política económica de un plan de capitalismo nacional autónomo apoyado en una alianza entre sectores empresariales y sindicales e insertado en un acuerdo básico entre la mayoría de los partidos políticos del país y que parecía contar con una sólida base de sustentación política en la sociedad civil argentina. El "programa antiinflacionario" que formaba parte del plan económico más amplio, se proponía principalmente lograr una solución cooperativa del

3

Confederación General de Trabajo

4

Confederación General Económica


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El desenlace de la experiencia populista en Argentina: la crisis de 1975

problema de la puja distributiva, basándose en la idea de que la inflación era una cuestión de expectativas, de tal forma que si se lograban eliminar las expectativas inflacionarias se evitaba la lucha por la distribución del ingreso y así la economía podría estabilizarse. Como

dice

Arnaudo

"las

medidas

tomadas

se

focalizaron

casi

exclusivamente,..., en los mecanismos de propagación inflacionaria, dejando de lado los problemas de las presiones inflacionarias que pudieran haber existido". (Arnaudo, 1979:31) El programa implicó el congelamiento de los salarios, de los precios de los bienes de consumo y la suspensión de las negociaciones colectivas de trabajo por dos años. Según el Acta de Compromiso Nacional se establecía "fijar el salario mínimo en $ 1.000 ley por mes a partir del 1°-6-73. Incrementar los salarios en $ 200 ley por asalariado y por mes a partir del 1°-6-73". (Arnaudo, 1979:30). Este aumento alcanzó aproximadamente al 20% del nivel salarial mínimo y a una cifra un poco inferior para los salarios más altos, de acuerdo al propósito de disminuir los diferenciales y compensar la caída de los salarios reales del año anterior. En cuanto a los precios "no podrán modificarse los precios de las mercaderías y servicios por motivo de los mayores

costos

originados

por

los

aumentos

salariales

dispuestos.

Infracciones a estas normas serán severamente penadas". (Arnaudo, 1979:30). Respecto a las Convenciones Colectivas de Trabajo ”tendrán plena vigencia para la discusión y acuerdo de condiciones laborales que no modifiquen la política salarial establecida". (Arnaudo, 1979:30). También se contemplaba un aumento de tarifas y precios de los servicios públicos, no uniforme y selectivo, vigente hasta el 1 de junio de 1975, sin posibilidad de modificarlas. Teniendo en cuenta que el objetivo de las medidas anteriores era el recorte de las utilidades de las empresas se dispuso, para compensarlas, una rebaja


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de la tasa de interés y la apertura de líneas de créditos especiales para empresas nacionales (públicas o privadas) a efecto de atender los aumentos salariales. Hacia fines de 1973 el gobierno dio a conocer el "Plan Trienal para la Reconstrucción

y

Liberación

Nacional",

cuyos

objetivos

primordiales

apuntaban a la reactivación de las industrias nacionales, la corrección de las diferencias regionales, la independencia económica a través del control de la inversión extranjera y el comercio internacional y un decidido apoyo a la integración de América latina. El Estado establecería las reglas y las orientaciones básicas para las nuevas actividades. Por consiguiente, las medidas del plan que intentaban evitar los efectos perjudiciales de las devaluaciones sobre el nivel de la actividad económica y los ingresos reales de los trabajadores, incluyeron estrictos controles sobre el mercado cambiario y una política de cambios sobrevaluados. Para proteger el mercado interno de la competencia extranjera se prohibió la importación de bienes suntuarios y se fijaron aranceles para proteger la producción nacional. En cuanto a las exportaciones industriales recibirían incentivos fiscales y créditos fáciles. Al mismo tiempo se ampliaron las funciones de las Juntas Nacionales de Granos y de Carnes centralizando el comercio exterior de esos productos, con el objetivo de ejercer un mayor poder en los mercados internacionales. En cuanto a las inversiones extranjeras, si bien no fueron prohibidas, se fijaron requisitos tan estrictos que, en la práctica, constituyeron un verdadero desaliento. IV.1.

Resultados en el corto y largo plazo

El Pacto Social, como política transitoria y bastante excepcional, demostró su validez, por lo menos, en cuanto a su capacidad para contener durante corto tiempo las expectativas de inflación. "Desde el punto de vista formal, del comportamiento de precios y salarios, el programa lanzado a fines de


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El desenlace de la experiencia populista en Argentina: la crisis de 1975

mayo de 1973 tuvo un resultado sustancial e inmediato" (Arnaudo, 1979:32). Los números con los que cerró el año fueron francamente alentadores, la consigna "inflación cero" se convirtió en un logro. Sin embargo, es necesario aclarar que, esto fue posible solo durante un tiempo porque las empresas habían tomado recaudos contra la inflación aumentando los precios con anterioridad permitiéndoles absorber el aumento de los salarios. La congelación de precios de todos los bienes y servicios se tradujo en un aumento salarial de igual impacto en cuanto a términos de recuperación del poder adquisitivo y si a ello le agregamos que hubo una significativa disminución en el nivel de desocupación 5 el resultado fue un efectivo aumento del sector asalariado en la distribución del ingreso de un 4% respecto al año anterior. Además es necesario señalar que las políticas de demanda implementadas lograron ese crecimiento no inflacionario del PBI, gracias a la existencia de una importante capacidad instalada subutilizada. Otros indicadores de la economía resultaron favorables durante la segunda parte de 1973. El incremento efectivo en la demanda de bienes y servicios determinó un aumento del PBI del 4.5% en el año; las reservas en poder del Banco Central crecieron de 790 millones de dólares, al inicio del plan, a 1412 millones para fines de 1973; las exportaciones agropecuarias crecieron un 86%, incentivadas por un alza en los precios de la carne y de los cereales en el mercado mundial y una cosecha récord de granos, lo que produjo una mejora sustancial en la balanza comercial. Sin embargo, la inflación es un fenómeno que está relacionado con la diferencia entre la cantidad de bienes que hay en el mercado y la demanda de esos bienes determinada a través de la cantidad de dinero que hay en el 5

El índice de desocupación que en abril de 1973 era de 6.1% disminuyó al 5.5% en julio y al 4.5% en octubre del

mismo año. La tendencia continuó hasta llegar al 2.5% en octubre en 1974. De manera que se podría decir que técnicamente no había desocupación. (Podestá, 2004:176)


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mismo. Esto constituyó el principal error del Plan para contener la inflación. El aumento de los precios, se pensaba, no era tanto producto de la expansión monetaria a la que conducía el déficit fiscal, es decir, frenar el aumento de precios no era exclusivamente un problema monetario o financiero. Si bien el congelamiento de precios había sido eficaz para quebrar las expectativas inflacionarias no lo fue tanto en presencia del significativo crecimiento de la demanda, causado por los aumentos en la cantidad de dinero y en los salarios reales. Por otro lado, la disminución de la tasa de desocupación fue el resultado de la creación de puestos de trabajo en el sector público. Es de destacar que la cantidad nominal de dinero era más del doble de la que existía al comienzo del plan, lo cual implicaba una tasa de emisión mensual del 4.5%. Esta expansión monetaria fue consecuencia directa de un mayor gasto de la tesorería general necesario para afrontar los gastos corrientes, especialmente el pago de aumentos salariales y de nuevas designaciones de personal. La evolución del plan en el largo plazo estuvo sensiblemente condicionada por la incidencia de shocks externos y crecientes conflictos políticos, que se agravaron desde mediados de 1974. Una hipótesis compartida por la mayoría de los autores es que el alto grado de conflictividad social resultante de estas tensiones, funcionó como fuente de

inestabilidad

económica

e

institucional,

y

determinó

el

desencadenamiento de la crisis en 1975. Según Di Tella, las propuestas de reformas estructurales presentadas por el gobierno se constituyeron en equívocas señales de política económica, que gravitaron sobre las expectativas que se formaron los actores, respecto a la dirección general


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que tomaría el gobierno. Este es un aspecto que no puede ser minimizado, en el examen de un período donde “…incluso estuvo en cuestionamiento la deseabilidad de mantener el propio sistema capitalista en el país.” (López, 2004:360). Entre las diversas iniciativas de reforma presentadas en el Congreso, se pueden mencionar las más controvertidas de acuerdo a su incidencia sobre los distintos actores. El sector agropecuario se vio especialmente afectado por dos medidas. Una de ellas es la nacionalización de las exportaciones de granos (ley 20.573/73) y carnes (ley 20.535/73), “…estas leyes suponían un avance del papel del Estado en momentos en que un sector de éste se encontraba en manos de elementos de izquierda; ello creó, por parte de los grupos tradicionales, una oposición que fue más allá de lo que habría podido esperarse en respuesta a las medidas mismas" (Di Tella, 1985:157). Además estas leyes hallaron una fuerte resistencia por la forma en que se preveía su implementación y porque el momento en que se aplicaron resultaba inoportuno, hacia finales de 1974 los precios agropecuarios comenzaron a descender. La otra iniciativa, que no llegó a ser aprobada en el Congreso, proponía la aplicación de un impuesto progresivo al propietario de un predio rural que arrojara una renta inferior a la estipulada como “normal”. El malestar que causó esta propuesta en el sector rural fue agudizado por la incertidumbre en torno de cuáles serían las verdaderas intenciones del gobierno peronista. La industria local fue, en principio, beneficiada con las medidas aprobadas, que implicaban mayores márgenes de protección, estimulando los nuevos proyectos industriales y la instalación de pequeñas y medianas empresas.


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Un punto particularmente sensible de las reformas se refiere a la nueva Ley de Inversiones Extranjeras (20.557/73) 6. La disconformidad que generó la medida es paradójica: el peronismo más radicalizado la consideraba insuficiente para frenar el avance del “imperialismo”. Para el otro extremo del arco político, era otra clara muestra de la orientación “marxista” del gobierno. Sin embargo, el factor de disuasión más decisivo que actuó sobre las inversiones extranjeras no fue tanto la ley en cuestión sino el creciente deterioro de la situación política y económica. A las tensiones políticas deben agregarse la repercusión de los shocks externos:

en

1974,

la

CEE

prohibió

la

importación

de

carnes.

Simultáneamente, la primera crisis petrolera comenzó a repercutir a nivel local, provocando un considerable aumento en los costos de producción. El brusco cambio de precios relativos, en un marco de precios congelados, castigó severamente los márgenes de ganancia de las pequeñas empresas, base política de la CGE, ya que dependían en alto grado de las importaciones, para las que no existían sustitutos locales. Ante el reclamo de los empresarios para efectuar un cierto ajuste de precios, la CGT opuso una fuerte resistencia. El gobierno, intentando sostener el plan original, sin perder el apoyo político de sus bases, implementó un mecanismo alternativo al aumento de precios: la revaluación del tipo de cambio para trescientos insumos importados. “Era un lujo que el gobierno podía darse gracias a las cuantiosas reservas acumuladas durante el año, pero no dejaba de ser síntoma de nuevas dificultades.” (Gerchunoff y Llach, 1998:346)

6

Las implicancias más sobresalientes de esta ley son: prohibición de adquirir empresas ya constituidas de

capital nacional; exclusión de capitales extranjeros en determinadas áreas (servicios públicos, bancos, seguros, transportes, medios de comunicación); límites a la transferencia de utilidades, repatriación de capital y endeudamiento externo; prohibición de efectuar pagos a las casas matrices, entre otras.


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El desenlace de la experiencia populista en Argentina: la crisis de 1975

El gasto público también fue utilizado como instrumento para aliviar las presiones. De esta forma, el gobierno respondía a las demandas sindicales (a través del aumento en el número y en los sueldos de los empleados públicos), y a las de los empresarios (a quienes se les concedieron crecientes subsidios). Sin embargo, si bien se crearon nuevos impuestos, el financiamiento genuino comenzó a resultar insuficiente, por lo que se produjo un ascendente déficit fiscal, que fue cubierto con una impresionante creación de dinero. Según Cortés Conde, la expansión monetaria, contenida por los controles de precios, ocultaba una importante inflación reprimida aunque el equipo económico confiaba en que la emisión no crearía tensiones inflacionarias. La combinación entre aumento del consumo interno y falta de nuevas inversiones llevó a la economía a trabajar en niveles muy próximos al pleno empleo, pero a la vez, indujo a los empresarios a adoptar mecanismos ilegales (desabastecimiento, cobro de agio, mercado negro) para evitar los efectos del congelamiento de precios. Las presiones sectoriales fueron cada vez más intensas y las formas de expresión cada vez más virulentas lo que provocó el fin del Pacto. En marzo de 1974 se firmó una nueva Acta de Compromiso Nacional entre las mismas partes: CGT, CGE y Gobierno Nacional. Las nuevas medidas acordadas no lograron revertir la situación, sino que por el contrario se agudizaron las presiones sectoriales en torno a un cambio de rumbo en la política económica. La muerte de Perón, en julio de ese año, significó la pérdida del más importante factor de poder que mantenía aglutinados intereses casi siempre opuestos. En septiembre de 1974, Gelbard fue reemplazado por el economista peronista Alfredo Gómez Morales por iniciativa de la Presidente M. E. de Perón.


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V.

Una política económica gradual y sin rumbo

Durante

la

gestión

de

Gelbard,

Alfredo

Gómez

Morales

se

había

desempeñado como Presidente del Banco Central. Sin embargo discrepancias en torno a la forma de financiar el déficit fiscal con emisión monetaria determinó su alejamiento definitivo del cargo. La

misión

prioritaria

del

reemplazante

de

Gelbard

consistió

en

compatibilizar, por un lado, una economía próxima al pleno empleo con una fuerte expansión monetaria y expectativas inflacionarias y por otro, con la crecientemente desfavorable situación externa. El nuevo ministro no se animó a efectuar cambios drásticos en el rumbo de la política económica. En su breve gestión intentó resolver los problemas de coyuntura a través de una intervención gradual y, en la medida de lo posible, solidaria con los acuerdos que habían inspirado al Pacto Social. Se pusieron en práctica una serie de medidas que tendían a la reducción del gasto público y la expansión monetaria, a la mejora de la rentabilidad mediante un reajuste de precios paulatino y avanzar hacia la atracción del capital extranjero con el propósito de compensar la reducción de la inversión pública planeada. En un clima de indefinición marcado por la falta de aval del poder ejecutivo para lanzar su plan económico, se produjo un nuevo llamado a las negociaciones colectivas de trabajo. En noviembre de 1974 la CGT y la CGE fueron convocadas para suscribir una Nueva Acta de Compromiso Nacional, según la cual se acordó un aumento en los salarios y en las asignaciones familiares. A su vez, el gobierno estaba dispuesto ahora a autorizar alzas en los precios siempre que pudiera demostrarse un aumento en los costos exceptuando, el originado por el aumento de los salarios. Esta flexibilidad apuntaba a evitar la pérdida de rentabilidad de las empresas y el desabastecimiento. Los empresarios, frente a controles más débiles, comenzaron a aumentar los precios de acuerdo con los costos efectivos y los incrementos salariales. Mientras la inflación crecía a un ritmo cada vez


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mayor el gobierno, en medio del desorden económico, insistía en la necesidad de comprimir la demanda y aumentar la productividad. Por otro lado y para atenuar el déficit de las empresas estatales se dispuso una modificación de las tarifas de los servicios públicos que se trasladó inmediatamente a los precios. Ante esta situación el Gobierno concedió, una vez más, un nuevo ajuste para todos los asalariados prohibiéndose su traslado a los precios. A su vez, la mayor erogación originada por los incrementos salariales impactaba negativamente sobre el gasto público y era financiada con emisión monetaria. En materia de política cambiaria la nueva conducción económica, tratando de evitar presiones inflacionarias, no introdujo ninguna modificación hasta marzo de 1975 cuando el tipo de cambio del mercado negro empezó a superar la tasa oficial. En este momento el peso fue devaluado pero no logró eliminar la sobrevaluación de la moneda que había alcanzado ya niveles muy altos. Esto significaba un estímulo a la importación de bienes, complicando más aún la situación del sector externo que debía soportar la caída de los precios de nuestros productos exportables. También se puso en marcha un riguroso recorte en los planes de construcción de viviendas económicas y en los gastos corrientes del gobierno, en especial los del personal, lo que provocó una fuerte oposición. Por otro lado, se intentó reducir la cantidad de moneda en circulación, medida que se vio favorecida por el déficit en el sector externo y se emprendió un estudio tendiente a liberalizar la ley de inversiones extranjeras con la intención de que estos capitales compensaran la reducción de las inversiones estatales. Pero estas medidas no podían tener efecto a corto plazo y de hecho, no lo tuvieron.


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Los precios en continuo aumento y los salarios ajustados de tanto en tanto determinaron un significativo proceso de deterioro del salario real. Los conflictos recrudecieron entre mayo y junio de 1975. La proliferación de las protestas obreras, las manifestaciones callejeras y las ocupaciones de fábricas hicieron abandonar la calculada inacción del grupo presidencial que aceptó la renuncia de Gómez Morales y nombró en su reemplazo a un miembro del círculo más íntimo del ala derecha del peronismo, el Ingeniero Celestino Rodrigo. VI.

"Remedio", crisis y colapso

"...La situación económica que tomamos como punto de partida de nuestra gestión

es

grave.

Las

medidas

que

vamos

a

implementar,

serán

necesariamente severas y durante un corto tiempo provocarán desconcierto en algunos y reacciones en otros. Pero el mal tiene remedio...". (Restivo y Dellatorre, 2005: 104) . Con estas palabras concluía Rodrigo su primer mensaje dirigido al país el 2 de junio de 1975, cuando asumía sus funciones como Ministro de Economía. Si bien ese día no hubo anuncios concretos de política económica, identificó como enemigos a la violencia y al terrorismo que según sus palabras

"obedecen a fuerzas e intereses foráneos que

quieren imponerse a nuestra voluntad nacional..."(De Pablo, 1984:193) y a la especulación "...que lucra con las necesidades del pueblo y con las distorciones del sistema económico para hacer ganancias no lícitas y sustraerlas al quehacer nacional inviertiéndolas en plazas financieras extranjeras" (De Pablo, 1984:193). Para Rodrigo, estos factores entorpecían la actividad produtiva y hacían disminuir el bienestar general. Indicó además, otros signos de perturbación en la estructura económica: el control de precios no había logrado contener la inflación y había originado mercado negro y especulación; una fuerte caída de divisas en el último año; el incremento del déficit fiscal; una caída de la productividad nacional que generaba una oferta escasa para una demanda creciente por razones inflacionarias.


86

El desenlace de la experiencia populista en Argentina: la crisis de 1975

Al momento de asumir sus funciones Rodrigo contaba con el apoyo del Poder Ejecutivo y la colaboración del Congreso Nacional para poner en práctica las medidas necesarias tendientes a superar los problemas coyunturales y estaba convencido de que el proceso de negociaciones paritarias había terminado y que no se fijarían nuevas remuneraciones superiores a las últimas otorgadas del 38% en los salarios nominales vigente a partir del 1 de junio 7. El 4 de junio el ministro en conferencia de prensa dio a conocer las medidas que serían conocidas como el "Rodrigazo". Las mismas consistían en una maxi devaluación de la moneda. La devaluación no fue única dado que al momento regía un control de cambios y que dentro de éste existían cambios múltiples. Se devaluó el dólar utilizado para transacciones financieras en un 100%; el dólar turista en un 80% y el dólar para transacciones comerciales en un 160%. En cuanto a las tarifas públicas, la nafta común aumentó 181%, la especial 172%, el gasoil 50%, el gas tuvo un aumento promedio del 50% al igual que la electricidad, las tarifas del transporte un 75%, el cospel del subterráneo 150%. El incremento en el precio de los combustibles tenía como objetivo disminuir su importación y mejorar los ingresos de las empresas. Por otro lado, se dispusieron reajustes en los préstamos del Banco de la Nación y del Banco Nacional de Desarrollo y se liberó la tasa de interés para los depósitos transferibles a plazo fijo. Al mismo tiempo se anunciaba una nueva política en materia de precios, tales como el congelamiento y control de treinta productos esenciales y la liberación para el resto de los productos. A su vez, se determinaron alzas en los precios sostén para el campo y en las retenciones a las exportaciones.

7

La convocatoria a paritarias se había hecho en febrero de 1975, conforme al Acta de Compromiso Nacional de

junio de 1973 y marzo de 1974.


Maris - Audino

87

La reacción fue inmediata, el descontento se generalizó a todos los sectores. La CGT rechazó el plan económico y decidió no aceptar el último aumento de salarios del 38% que había quedado totalmente rezagado en virtud de estas medidas. De aquí en más los acontecimientos comenzaron a precipitarse. Dos días después el Poder Ejecutivo anunció un aumento del salario mínimo del 65% y una semana después el gobierno ofreció reemplazar las paritarias por un incremento del 45% en los salarios nominales. Mientras tanto, los trabajadores exigían el cumplimiento de las negociaciones libres y firmaban algunos convenios (gremio de la construcción, empleados públicos, industria automotriz, metalúrgicos, textiles) acordándose subas entre un 60 y 200%, con un promedio estimado de 160% (Restivo y Dellatorre, 2005:83). En un contexto de medidas de fuerza que exigían la confirmación de los aumentos negociados con las patronales, el Ministerio de Economía lanzó una nueva propuesta que se dio a conocer el 26 de junio: dejar sin efecto los acuerdos salariales concluidos en las paritarias y autorizar un aumento inmediato del 50% en los salarios nominales retroactivos al 31 de mayo más otros dos del 15% para octubre y para enero del año siguiente. Estos anuncios no hicieron más que aumentar la tensión, mientras los paros y las manifestaciones de protesta se sucedían en todo el país. Con el propósito de calmar los ánimos el Ministro de Economía se dirigió al país para explicar la real situación de la economía nacional. Mientras tanto, la CGT disponía un nuevo paro general de 48 horas para los días 7 y 8 de julio con movilización exigiendo la renuncia de Rodrigo. Finalmente, el gobierno ante la contundencia de la medida de fuerza decidió homologar los convenios laborales que originaría la renuncia de todo el Gabinete de gobierno incluido el mismo Rodrigo. El resultado del drástico reajuste de Rodrigo, de acuerdo a lo expresado por Di Tella (1985:215), tuvo entre otras, las siguientes consecuencias: gracias a


88

El desenlace de la experiencia populista en Argentina: la crisis de 1975

la devaluación de la moneda aumentaron en términos reales algunos precios públicos (combustibles); disminuyó la cantidad de circulante dada la caída de la demanda de dinero; el promedio de los salarios reales no bajó y aparecieron grandes diferencias entre los salarios de los distintos sectores; la actividad industrial se resintió aún cuando algunas empresas deudoras se beneficiaron por la disminución de sus deudas en términos reales; el sector agropecuario siguió declinando. La economía se movió entre la hiperinflación y la recesión mientras se acrecentaba el desempleo. VII.

Otros intentos de solución

En el Ministerio de Economía, se sucedieron en el cargo Pedro Bonanni, Antonio Cafiero y Emilio Mondelli. Bonanni quien solo permaneció en el cargo durante 20 días, careció de todo sustento político dentro del gobierno y de los sectores de poder. No tuvo propuestas propias, se limitó a dar a conocer la decisión del Poder Ejecutivo de convocar a todos los sectores para elaborar conjuntamente un Plan de Emergencia Económica. El nuevo titular de Economía Antonio Cafiero debió enfrentar, ante la ineficacia de Bonanni, los problemas heredados de la gestión de Rodrigo. El nuevo equipo económico decidió alcanzar sus objetivos por medio de medidas graduales. En materia salarial, después de un aumento general del 27% en promedio se acordó que los salarios serían aumentados cada tres meses conforme la inflación. Respecto a los precios, se permitirían aumentos justificados por incrementos de costos. Las tarifas de los servicios se incrementaron en promedio un 25%. Por último, el tipo de cambio se modificaría según un régimen de miniedevaluaciones periódicas con el objetivo de no desestimular las exportaciones y no perjudicar a los importadores. A pesar de estas medidas la economía nacional continuaba sin rumbo.


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Emilio Mondelli será quien cierre este período de gobierno. En principio, intentó resolver la crisis del sector externo y el impulso inflacionario, que a su juicio representaban los dos problemas prioritarios. Solicitó tres clases de créditos al Fondo Monetario Internacional y aumentó el control sobre los precios de bienes y servicios prohibiendo el traslado automático a precios de los aumentos tarifarios y salariales dados anteriormente. Estas medidas no hicieron más que agravar el clima de desconfianza e inseguridad que se vio reflejado en una nueva aceleración del índice inflacionario. VIII.

Conclusiones

En 1973 el gobierno reencauzó la política económica dentro de la línea histórica del peronismo hacia la redistribución del ingreso, la expansión del empleo improductivo en el sector público y la hostilidad al capital extranjero, sin considerar una política de inversión alternativa. Sin embargo, la situación económica, social y el contexto internacional que enmarcó el retorno del peronismo, diferían de los que caracterizaron los diez años de su anterior experiencia. La dificultad de conducir eficazmente, partiendo de un sector público ineficiente, controles tan amplios y complejos dentro de una economía mixta donde, las respuestas del mercado tienen una importancia considerable demostraron una gran falta de realismo. El Pacto Social demostró su validez para contener, en el corto plazo, la expectativas de inflación que se redujeron en forma espectacular, quizá más de lo previsto. Sin embargo, a fines del año la reversión de la coyuntura internacional y la política de expansión monetaria comenzaron a crear algunas dificultades. A su vez, las autoridades económicas no tenían claro si el congelamiento de precios sería una política permanente o cómo habría de continuar frente a estas nuevas dificultades y esto se convertiría en un problema crucial para el futuro


90

El desenlace de la experiencia populista en Argentina: la crisis de 1975

desenvolvimiento del plan. En este contexto hicieron eclosión todas las contradicciones del Pacto Social. Trabajadores y ermpresarios se enfrentaron vulnerando uno de los frentes básicos de la alianza política que sustentaba el Pacto Social generando inestabilidad y el comienzo de una espiral inflacionaria que justificarían el drástico reajuste del período siguiente. La política implementada, que no apuntaba a modificar la estructura productiva, intentó atacar la inflación a partir de una interpretación puramente monetaria y fiscal. Lejos de ser exitosa provocaron el recrudecimiento de la puja distributiva. La economía se acercó a una situación de caos y de parálisis. A las dificultades económicas se sumaron los enfrentamientos políticos entre los diferentes sectores en pugna, dentro y fuera del partido gobernante, condicionando la acción del gobierno. La acción del terrorismo, el desorden administrativo y la incapacidad de la Presidente de la Nación para imponerse al caos, parecieron justificar la intervención militar y la ruptura constitucional. Por lo tanto, en este análisis, se puede advertir el carácter sistémico de la crisis -en la medida en que actúan diversos factores que se refuerzan mutuamente- como una interpretación alternativa a las que, a nuestro parecer, solo presentan una explicación parcial del fenómeno. Bibliografia

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El desenlace de la experiencia populista en Argentina: la crisis de 1975

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www.


Equilibrio Económico, Año XI, Vol. 6 No. 1, pp. 93-111 Primer Semestre de 2010

Especialización manufacturera en la región Sureste de Coahuila Magdalena Aguilar Dubois * Arnoldo Ochoa Cortés ** Arnoldo Hernández Torres *** Resumen El trabajo estudia las transformaciones en la estructura manufacturera de la región Sureste de Coahuila bajo el modelo * Profesora de asignatura de la Facultad de

de economía abierta y a partir de ello, se analiza la especialización industrial en su evolución entre los años 1988 y

Economía de la

2003. Para tal efecto, con datos proporcionados por censos

Universidad Autónoma de

industriales, se calculan coeficientes de localización a partir de

Coahuila

las variables personal ocupado y valor agregado, así como un

malenaad@prodigy.net.mx

índice mixto obtenido de la relación entre los anteriores. Los

** Profesor de Tiempo Completo de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de

resultados muestran una tendencia hacia la monoespecialización en torno a la industria automotriz, que confiere a la región una marcada vulnerabilidad por la sensibilidad de esta actividad respecto a las fluctuaciones económicas de los Estados Unidos.

Coahuila ochoaarnoldo@hotmail.com

Abstract This study examines changes in manufacturing structure in the

*** Profesor de Tiempo Completo de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Coahuila aherna@uadec.edu.mx

SE región of Coahuila, under the open economy model, and then analyses the evolution of industrial specialization from 1988 to 2003. For this purpose, using data from industrial censuses, location

coefficients

are

calculated

from

variables

for

employment figures and value-added, as well a mixed index obtained from the relation between these two variables. The results show a tendency towards specialization around the motor industry, giving the region a marked vulnerability because of the sensitivity of this activity to economic fluctuations in the United States.

PALABRAS CLAVE: Sureste, Coahuila, manufactura, especialización. CLASIFICACIÓN JEL: L60, R11. Recibido el 16 de diciembre del 2009 Revisado y aceptado el 20 de mayo del 2010


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Especialización manufacturera en la región Sureste de Coahuila

Introducción La economía Mexicana, a partir de la apertura comercial que inicia en los años ochenta, se ha integrado profundamente a las transformaciones globales mundiales y cada vez más a los ciclos económicos de la economía norteamericana. El sector manufacturero de Coahuila ha estado inmerso en estos grandes cambios cualitativos que ha presentado la economía de forma acelerada. Por esta razón el observar al sector manufacturero de Coahuila, nos permite no solo darnos cuenta de los impactos que estos cambios han provocado, sino analizar el significado de los mismos. En este trabajo, concentramos la atención en la región Sureste de Coahuila, integrada por cinco municipios: Arteaga, General Cepeda, Parras,

Ramos

Arizpe y Saltillo. El seguimiento se realiza en torno al comportamiento de dos variables; el personal ocupado y el valor agregado bruto. Se consideran cuatro momentos en el tiempo, los dos primeros correspondientes a los años 1988 y 1993, coinciden con el

proyecto modernizador una vea que se

recupera el crecimiento después de la crisis de los años ochenta (Lustig, 1994; Sotelo, 1988). Con el cambio estructural se pretendía pasar de una economía de mercado cerrado con barreras arancelarias, control de cambios, tarifas, cuotas y todo tipo de controles, a otra de mercado casi totalmente abierto al mercado internacional tanto a nivel de bienes como a nivel financiero. Las observaciones correspondientes a los años 1998

y 2003, permiten

acercarnos a los efectos que el cambio de modelo económico ha provocado en la actividad del sector manufacturero de la región. I.

Comportamiento de la región Sureste en el periodo 1988-2004

En este apartado se enfoca la atención en los cambios estructurales del sector manufacturero en la región Sureste del Estado de Coahuila, en el


Aguilar – Ochoa - Hernández

95

período 1988-2003, mismo que coincide con la consolidación del cambio de modelo económico, hacia una economía de mercado abierto. Para ello, se observa el comportamiento del personal ocupado y del valor agregado. El comportamiento de estas dos variables darán las primeras luces para entender lo que ha sucedido en la región en el período señalado. En el año 1988, la región Sureste de Coahuila contaba con 35,529 personas. Los subsectores de equipo de transporte, productos metálicos, productos de minerales no metálicos, alimentos, textil, metálica básica así como maquinaria y equipo eléctrico fueron los más significativos con 29.1, 11, 10.9, 9.3, 6.7 y 5.6 por ciento respectivamente. Al final del periodo de estudio, esto es en 2003, el personal ocupado llegó a 59,247. El empleo manufacturero en la región a lo largo del periodo creció a 45,082 en 1993, a 58,009 en 1998 y llegó a 59,247 en 2003. En este último año los subsectores más importantes fueron: equipo de transporte con el 33.4 por ciento, vestido con 18.1, alimentos con 8.3, productos metálicos con 8.1, maquinaria y equipo eléctrico y electrónico con 6.7, maquinaria y equipo con 4 y productos de minerales no metálicos con 3.9 por ciento. En lo que se refiere al valor agregado, en el año 1988 la región mostraba ya una fuerte concentración en torno a la rama de equipo de transporte, después de la conformación durante los primeros años de la década de los ochenta del complejo automotriz localizado en los municipios de Saltillo y Ramos Arizpe (Dávila 1982; Muller, 1994; Arteaga 1988). En ese año la rama mencionada representó el 78.6 por ciento del valor agregado manufacturero, seguida muy lejanamente por productos de minerales no metálicos con 6.1 por ciento, alimentos 3.1 por ciento y textil con 2.6 por ciento.


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Especialización manufacturera en la región Sureste de Coahuila

La elevada concentración permanece a los largo del tiempo y para 2003, siete subsectores concentran el 91.7 por ciento de la estructura porcentual de la región: Equipo de Transporte 51.2 por ciento, Alimentos 9.6 por ciento, productos de minerales no metálicos 9.2 por ciento; química 8.2, papel 5.2 por ciento, Hule y Plástico 4.2 por ciento y productos metálicos con 4.1 por ciento. II.

Coeficientes de Localización Industrial en la Región Sureste de Coahuila

El objeto de este aparatado es presentar un tipo de indicador regional que muestre con claridad y sencillez, el impacto que el sector manufacturero del sureste de Coahuila ha experimentado durante el período 1988-2003. Comprende, el cálculo de coeficientes de localización industrial para la región, clasificadas en 19 subsectores de actividad, para las variables de personal ocupado y valor agregado. El coeficiente de localización industrial (Lqi), es una técnica para evaluar el grado de especialización económica de una región, es una medida comparativa que permite medir el grado de aglomeración económica. Este indicador resulta muy útil, ya que la composición industrial de una economía local puede ser mejor entendida al comparar la estructura industrial local con la de otras regiones. Lo más usual, es tomar como base de comparación las cifras a nivel nacional. El coeficiente de localización del valor agregado se define como: la relación porcentual entre el valor agregado de la rama i de la actividad manufacturera en una región y el valor total del sector manufacturero en la región (a) y el mismo cálculo anterior, pero tomando el nivel nacional del sector manufacturero como punto de referencia (b).


Aguilar – Ochoa - Hernández

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Consecuentemente el coeficiente de localización para la industria i se expresa generalmente como: a = (ei / et) b = (Ei / Et) Lqi = (ei / et) / (Ei / Et)

(1)

Donde: Lqi = Coeficiente de localización industrial de la rama i en la región Sureste del Estado de Coahuila, a partir de cifras de valor agregado (o de personal ocupado). ei = Valor agregado de la rama i del sector manufacturero en la región Sureste del Estado de Coahuila. et = Valor agregado total del sector manufacturero en la región Sureste del Estado de Coahuila. Ei = Valor agregado de la rama i del sector manufacturero a nivel nacional. Et = Valor agregado total del sector manufacturero a nivel nacional. Para el caso de medición de los coeficientes de especialización basados en el empleo la técnica se maneja e interpreta de manera similar. Un coeficiente de localización industrial igual a la unidad, (Lqi=1) para una industria particular significa que la región tiene el mismo porcentaje en el empleo o el valor agregado en esa industria i del que se presenta a nivel nacional. Un coeficiente de localización industrial inferior a la unidad (Lqi<1), implica que la rama en esa región tiene una menor participación en el empleo o en el valor agregado de la que presenta esa misma rama a nivel nacional, mientras un coeficiente de localización industrial superior a la unidad (Lqi >1), implica una mayor participación de la variable analizada en la rama i, de la región estudiada, es decir, que la región tiene especialización en esa actividad económica.


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Especialización manufacturera en la región Sureste de Coahuila

Ahora bien, como ya hemos explicado, los coeficientes de localización nos permiten identificar aquellos subsectores en los cuales la variable de referencia, participa de forma significativa en la actividad de la región. Para efecto estaremos comparando el comportamiento de dos tipos de coeficientes de localización, uno del empleo y otro del valor agregado. El coeficiente Lqipo RSE/N, nos indica que tan significativa es una industria de la región Sureste de Coahuila respecto a la misma industria a nivel nacional. II.1

Coeficientes de Localización de Personal Ocupado

Al aplicar la técnica de coeficientes de localización industrial en el año de 1988, se aprecia que el coeficiente Lqipo RSE/N, el cual compara a la región Sureste contra la información a nivel nacional, muestra resultados significativos en solo cinco subsectores: productos de minerales no metálicos 1.9, metálica básica 1.5, productos metálicos 1.6, equipo de transporte 4.9 y maquinaria y equipo 1.0 (Cuadro 1). Para el año de 1993, respecto a los coeficientes de localización del personal ocupado, podemos observar que la región Sureste presentó resultados significativos en cuatro subsectores únicamente, siendo estos: productos de minerales no metálicos 2.2, productos metálicos 2.1, maquinaria y equipo 1.0 y equipo de transporte 4.8. La industria metálica básica desaparece en este coeficiente, lo que resulta lógico dada la crisis del sector, dejando de ser importante, a partir de este momento, para la región Sureste del estado.


Aguilar – Ochoa - Hernández

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Cuadro 1 Región Sureste de Coahuila. Coeficientes de localización de personal ocupado. 1988, 1993, 1998, 2003 Alimentos Bebidas Textil Vestido Cuero y calzado Madera y corcho Muebles de madera Editorial e imprenta Otras manufacturas Papel Derivados de carbón y petróleo Química Hule y plástico Prod. De minerales no met. Metálica básica Productos metálicos Maq. Y equipo no eléctrico Maq. Y eq. Elec. y electrónico Equipo de transporte

1988 0.6 0.5 0.9 0.9 0.0 0.4 0.7 0.6 0.5 0.0 0.0 0.7 0.3 1.9 1.5 1.6 1.0 0.5 4.9

1993 0.6 0.7 0.6 0.7 0.0 0.7 0.6 0.6 0.7 0.5 0.0 0.6 0.3 2.2 0.5 2.1 1.0 0.5 4.8

1998 0.8 0.7 0.9 0.7 0.2 0.4 1.0 0.4 0.5 1.0 0.1 0.7 0.4 1.4 0.0 1.7 1.0 0.6 2.7

2003 0.8 0.6 0.9 0.3 0.2 0.3 0.4 0.4 0.1 0.7 0.1 0.9 1.1 1.5 0.0 1.4 1.7 0.5 3.0

Fuente: Elaboración propia con datos de Censos Industriales.

Podemos afirmar que la región muestra desde este periodo una vocación claramente especializada hacia los subsectores de equipo de transporte, maquinaria y equipo, productos metálicos y productos de minerales no metálicos, es decir una región francamente orientada la industria de los bienes duraderos y de capital, así como en la producción de bienes elaborados con minerales no metálicos entre los que se encuentra la producción de cemento, ladrillo y piso. Comparativamente al año 1993, se mantienen los cuatro subsectores y se incorpora la producción de muebles como una rama emergente, aún cuando sea poca su importancia relativa en la estructura manufacturera regional. Para el año de 1998, se presentan cinco coeficientes significativos: muebles 1.0; productos de minerales no metálicos 1.4; productos metálicos 1.7; maquinaria y equipo 1.0; y el mayor de todos, equipo de transporte 2.7. Finalmente, para el año 2003 el coeficiente deja ver nuevamente cinco subsectores significativos: hule y plástico 1.1 como sector emergente,


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Especialización manufacturera en la región Sureste de Coahuila

productos de minerales no metálicos 1.5, productos

metálicos 1.4,

maquinaria y equipo 1.7 y equipo de transporte 3.0. II.2

Coeficientes de Localización de Valor Agregado

En el año de 1988, los resultados obtenidos a nivel de coeficientes de valor agregado fueron menos satisfactorios que los obtenidos en la variable personal ocupado. Al hacer la comparación con la estructura nacional, solo dos subsectores, equipo de transporte con un coeficiente del 6.2 y productos de minerales no metálicos con un 1.1, resultaron significativos (Cuadro 2). Es decir, la región Sureste se encontraba especializada en la fabricación de equipo de transporte principalmente automóviles, motores y auto partes y en la elaboración de bienes de minerales no metálicos como, cemento y productos de arcilla, como pisos y tabiques.

Cuadro 2 Región Sureste de Coahuila. Coeficientes de localización de valor agregado. 1988, 1993, 1998, 2003 Alimentos Bebidas Textil Vestido Cuero y calzado Madera y corcho Muebles de madera Editorial e imprenta Otras manufacturas Papel Derivados de carbón y petróleo Química Hule y plástico Prod. De minerales no met. Metálica básica Productos metálicos Maq. Y equipo no eléctrico Maq. Y eq. Elec. y electrónico Equipo de transporte

1988 0.2 0.1 0.5 0.3 0.0 0.1 0.1 0.1 0.0 0.0 0.0 0.2 0.1 1.1 0.3 0.5 0.3 0.2 6.2

1993 1.1 0.4 0.6 0.4 0.0 0.6 0.2 0.3 0.1 0.3 0.0 0.4 0.4 2.4 0.5 1.5 0.5 0.3 4.3

1998 0.6 0.4 1.4 0.3 0.1 0.2 0.8 0.2 0.2 1.0 0.1 0.5 0.6 1.5 0.0 0.5 1.8 0.4 3.2

2003 0.7 0.1 0.7 0.1 0.5 0.2 0.2 0.1 0.1 2.1 0.0 0.7 1.0 1.4 0.0 0.6 1.1 0.2 3.0

Fuente: Elaboración propia con datos de Censos Industriales.

Con esto podemos decir que personal ocupado,

en éste

en cuanto a las variables valor agregado y momento, la región Sureste, presentaba de


Aguilar – Ochoa - Hernández

101

forma unívoca y definitiva especialización en el sector de producción de Equipo de Transporte. Observando los coeficientes de localización de valor agregado en 1993, encontramos cuatro subsectores con coeficientes superiores a la unidad, dos más que la observación anterior: alimentos 1.1, minerales no metálicos 2.4, productos metálicos 1.5 y equipo de Transporte 4.3. Para el año de 1998, en coincidencia con el comportamiento de la variable personal ocupado, se observa una fuerte y sostenida tendencia ascendente, ya que el número de coeficientes Lqiva significativos nuevamente se incrementó junto con el valor de los mismos. La región alcanzó cinco coeficientes significativos, contra cuatro del período anterior estos fueron: equipo de transporte 3.2; maquinaria y equipo 1.8; productos de minerales no metálicos 1.5; textil 1.4; y papel 1.0. En el año de 2003, el coeficiente de valor agregado permite destacar a los subsectores: equipo de transporte 3.0, maquinaria y equipo 1.1, minerales no metálicos 1.4, hule y plástico 1.0; papel 2.1. Asimismo, se aprecia la desaparición de la industria textil y la aparición del subsector productor de papel, es decir, nuevamente son cinco los subsectores que presentan resultados significativos. Resulta muy interesante

ver cómo, a través del cálculo de indicadores

regionales,

mayor

obtenemos

claridad

para

la

evaluación

del

comportamiento de las variables personal ocupado y valor agregado. Esto permite en algunos casos decadencia.

identificar subsectores emergentes o en


102

Especialización manufacturera en la región Sureste de Coahuila

Se pueden desprender algunos comentarios, sobre el estado que guardan algunas ramas del sector manufacturero y sus tendencias a lo largo de este período de estudio, así como de sus potencialidades. A lo largo de estos años, la región presenta una clara especialización respecto al nivel nacional en los subsectores de equipo de transporte, maquinaria y equipo, productos de minerales no metálicos y productos metálicos; en el caso de minerales no metálicos el nivel de empleo se ha mantenido prácticamente constante a lo largo del período, dado que esta industria ha modernizado sus procesos productivos haciéndolos más intensivos en capital. Resulta también interesante ver como existen algunas áreas de oportunidad en subsectores pequeños tales como papel, muebles de madera y hule y plástico. En la variable personal ocupado se presentaron más subsectores con coeficiente significativos Lqipo a lo largo de la cuatro observaciones, en comparación con dichos coeficientes en la variable de valor agregado. A lo largo de los diez y seis años considerados en el estudio, el subsector de equipo de transporte está presente de manera permanente con coeficientes de empleo significativos aunque decrecientes. Respecto a los coeficientes de valor agregado nacionales, la región Sureste del estado, ha podido avanzar, al pasar de dos coeficiente significativos en el año 1988, hasta cinco coeficientes en el 2003, lo que pone en evidencia, el que la región ha sido capaz de incrementar su capacidad de generar valor agregado.


Aguilar – Ochoa - Hernández

103

Parece que los pequeños subsectores como papel y hule, han sido capaces de producir con esquemas eficientes, dado que alcanzaron en el año 2003, niveles significativos. Nuevamente enfocamos nuestra atención sobre el sector de equipo de transporte el cual, aún cuando a través de los diez y seis años considerados, se ha mantenido positivamente en niveles significativos respecto a los valores nacionales, no dejamos de observar cómo estos coeficientes presentan consistentemente valores decrecientes, lo que presupone una marcada tendencia

decreciente en la capacidad de generación de valor

agregado; este fenómeno puede explicarse por las

propias tendencias

internacionales dentro del sector productor de equipo de transporte, dado que dicho subsector de capital estadounidense está siendo desplazado en términos de competitividad por su contraparte oriental y es el que conforma el núcleo principal de la industria automotriz en la región. Sabemos que por las características inherentes a su forma de producción, no se puede esperar de este sector que sea potencialmente importante en la generación del empleo, pero si debería de serlo en la generación del valor agregado y fuerza de arrastre regional. El sector de minerales no metálicos, a pesar de tener una larga presencia en la región y de contar con los recursos naturales para la producción, mantiene siempre indicadores apenas significativos, con importantes reducciones de personal

a lo largo del período, explicado por la modernización de

su

producción que es ahora más intensiva en capital. Sin embargo, no mejora el nivel de sus coeficientes, lo que indica que mantiene limitaciones para incrementar su capacidad de generar valor agregado.


104

II.3

Especialización manufacturera en la región Sureste de Coahuila

Índices Mixtos

Existe un indicador más estricto, calculado a partir de coeficientes de localización, que permite detectar las ramas más productivas en las que el uso de los factores se caracteriza por una mayor generación relativa de valor agregado respecto al personal ocupado en el sector. Este indicador denominado Índice mixto, se obtiene a partir del cociente entre los índices Lqiva y Lqipo, pero solo son considerados como significativos, para su cálculo, aquellos subsectores que se distinguieron previamente, por presentar ambos coeficientes de localización positivos y mayores a la unidad, es decir, coeficientes de localización mayores a uno en ambas variables dado que solo de estas ramas se pueden obtener los índices mixtos significativos, esto es: Si Lqiva>1 y Lqipo>1, entonces el Índice Mixto, será Lqiva/Lqipo>1,

significativo si,

lo que supone, Lqiva>Lqipo.

Por lo anterior, los subsectores claramente especializados a través de los índices mixtos pueden considerarse de alguna manera como productivos, puesto que su especialización descansa en mayor medida en su capacidad de generar valor agregado, por encima de su capacidad de generar empleo. En 1988, primer año de análisis, solamente encontramos un subsector en la región Sureste, que cumpla con todas estas características, siendo este el de equipo de transporte (Cuadro 3). Para 1993, al observar los cambios en los coeficientes mixtos significativos, podemos confirmar que se están gestando cambios cualitativos interesantes, tanto a nivel estatal como regional. Se observa que se torna significativo el subsector de productos minerales no metálicos con un coeficiente Lqiva/Lqipo de

1.1.

Este

importante

subsector desde

1988,

venía


Aguilar – Ochoa - Hernández

105

presentando coeficientes de valor y de personal superiores a la unidad, pero no había alcanzado un coeficiente mixto positivo superior a la unidad, dado que el Lqiva era menor al Lqipo. Este resultado confirma no solo lo consistente del crecimiento de éste subsector tanto a nivel de valor agregado como de personal ocupado; sino un crecimiento relativo mayor en valor agregado, mismo que se explica por la tecnificación del subsector, además de una actividad regional mayor a la nacional.

Cuadro 3 Región Sureste de Coahuila. Coeficientes mixtos de localización. 1988, 1993, 1998 y 2003 Alimentos Bebidas Textil Vestido Cuero y calzado Madera y corcho Muebles de madera Editorial e imprenta Otras manufacturas Papel Derivados de carbón y petróleo Química Hule y plástico Prod. De minerales no met. Metálica básica Productos metálicos Maq. Y equipo no eléctrico Maq. Y eq. Elec. y electrónico Equipo de transporte

1988 0.4 0.2 0.6 0.3 0.2 0.2 0.1 0.1 0.1 0.1 0.0 0.3 0.2 0.6 0.2 0.3 0.3 0.3 1.3

1993 n.s. 0.5 n.s. 0.6 0.3 0.8 0.4 0.4 0.1 0.7 0.9 0.7 n.s. 1.1 1.0 0.7 0.5 0.6 0.9

1998 0.7 0.5 n.s. 0.5 0.7 0.4 0.8 0.4 0.5 n.s. n.s. 0.8 n.s. 1.1 n.s. 0.3 1.8 0.6 1.2

2003 0.9 0.2 0.7 0.5 n.s. 0.6 0.5 0.4 0.5 n.s. 0.0 0.8 1.0 0.9 n.s. 0.5 0.7 0.4 1.0

Fuente: Elaboración propia con datos de Censos Industriales.

Llama también la atención observar como en este período el subsector de equipo de transporte no logró alcanzar en ninguno de los dos índices mixtos un nivel significativo. Es decir, para este

período, el índice de valor

agregado, todavía era inferior a la contribución del índice de personal ocupado. Esto se verá superado en el siguiente, período donde serán muy evidentes los efectos en el índice de valor agregado explicados a partir del cambio tecnológico realizado.


106

Especialización manufacturera en la región Sureste de Coahuila

La Región Sureste en el año de 1998 mostró especialización respecto al nivel nacional Lqiva/Lqipo en tres subsectores: productos de minerales no metálicos (1.08); maquinaria y equipo 1.77 y; equipo de transporte 1.19. Estos indicadores nos dejan ver la clara vocación de la región Sureste en tres subsectores

en que se ha

realizado una modernización productiva,

reduciendo el número de trabajadores e incrementando la tecnificación del subsector, para convertirlos en subsectores intensivos en capital. Es interesante ver cómo a pesar de su importancia en el nivel de empleo, la industria alimenticia deja de ser significativa a nivel de índices mixtos, lo que los hace comprender el perfil de esta industria que es intensiva en mano de obra. Finalmente, para 2003 los datos aportan una información más contundente. El índice mixto, Lqiva /Lqipo está indicando que para este año, la región Sureste del Estado es significativa en dos subsectores, el de equipo de transporte con un índice apenas significativo de 1.0 contra 1.2 de 1998 y el subsector de hule y plástico, también con un índice apenas significativo de 1.0. Es decir, la región ha venido perdiendo importancia tanto a nivel de subsectores como al interior del propio sector de equipo de transporte, lo que debe llamar la atención sobre la vulnerabilidad de la región. Dicho en otras palabras, el índice mixto del subsector equipo de transporte ha caído, ya sea por disminución en el numerador Lqiva, por aumento en el denominador

Lqipo, o por ambos aspectos. Si este subsector

ha venido

reduciendo el número de empleados, lo que ocasionaría el aumento en el índice mixto, entonces la caída del mismo se explica por disminución en el índice de valor agregado. Con respecto a la aparición del subsector de hule y plástico, esto puede explicarse ya sea por cuestiones del cambio de criterios en la captura de la


Aguilar – Ochoa - Hernández

107

información, o por un avance real del subsector en la región. Para tener una respuesta segura se requiere realizar estudios posteriores más profundos sobre la integración de estas cifras. Los indicadores hacen evidentes los efectos en la región Sureste de Coahuila, de la incorporación de México en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte y la creciente apertura económica. En el año 1998, la región tenía presencia significativa en tres subsectores y en 2003, como ya se señaló, solamente en dos, además de que ambos se encuentran en el mínimo nivel de significancia. Causa preocupación lo que estos indicadores dejan ver, la región Sureste se ha especializado en un solo subsector, el cual a su vez ha venido perdiendo importancia respecto al ámbito nacional. Asimismo la región ha dejado de participar en forma significativa en otros subsectores en los que parecía adquirir mayor presencia, o por lo menos eran subsectores que habían respondido ante las oportunidades que se presentaron en el período anterior. El subsector de minerales no metálicos, importante en la región Sureste y altamente

automatizado,

no

alcanzó

un

índice

mixto

significativo.

Igualmente, el subsector de alimentos, importante también en la región no ha logrado llegar a ser

significativo en términos de los indicadores

comentados. De esta manera, los índices mixtos significativos del sector en la región Sureste del estado de Coahuila comparados con su contraparte nacional, muestran que a lo largo del período, cinco subsectores han tenido niveles significativos; uno de ellos, metálica básica, prácticamente ya no existe en la región; maquinaria y equipo solo alcanzó a estar presente en 1998; productos de minerales no metálicos, subsector de añeja tradición regional, solo tuvo presencia en dos períodos 1993 y 1998; hule y plástico aparece


108

Especialización manufacturera en la región Sureste de Coahuila

como significativo únicamente en la última observación y con un nivel de apenas 1.0. Finalmente el subsector de equipo de transporte, con presencia en tres períodos, ve cerrarse el margen de significancia año tras año, al grado que en el período 2003 apenas alcanzó el valor mínimo de 1.0. III.

Comentarios finales

Procederemos ahora a desprender algunos comentarios sobre el estado que guarda el sector manufacturero en la región Sureste de Coahuila, de acuerdo a las tendencias mostradas a lo largo de este período de estudio. Es pertinente aclarar que los indicadores resultantes aportan información, aunque estos distan de ser suficientes para contar con un conocimiento profundo y concluyente. Al observar las modificaciones que ha mostrado la estructura del sector manufacturero en la región Sureste de Coahuila bajo un modelo de apertura comercial total, ha sido muy interesante ver cómo resulta evidente que en el transcurso del periodo de estudio. La región se ha especializado en un solo subsector, el de equipo de transporte, es decir, se ha convertido en una región monoespecializada. Los indicadores dejan ver que los subsectores significativos de la región Sureste del Estado de Coahuila, están perdiendo importancia relativa al presentar cada vez menores márgenes, pues se han reducido los valores de los coeficientes de localización de manera sistemática. A su vez, el que los índices mixtos en el subsector de equipo de transporte hayan disminuido sus márgenes hasta llegar a incluso a la unidad, pone en evidencia la fragilidad de los beneficios obtenidos, por dicha apertura y


Aguilar – Ochoa - Hernández

109

alerta sobre riesgos adicionales, al considerar que la actividad depende de empresas exportadoras de capital extranjero, totalmente ligadas al ciclo económico de los Estados Unidos de América y que han perdido participación en la producción y venta mundial de automóviles, al ser desplazadas tecnológicamente por las empresas de capital japonés. Sin lugar a dudas, el comportamiento del subsector de equipo de transporte es un foco rojo para nuestra región, la cual parece confiar su suerte en un subsector productivo extranjero y poco competitivo en términos globales. Por lo anterior es preciso tener precaución al considerar al subsector de equipo de transporte como un pivote seguro para el desarrollo de la región. Por otra parte, al observar el comportamiento del subsector hule y plástico en el año 2003, se confirma que éste subsector cuenta con un índice mixto significativo de apenas 1.0. Este resultado coincide con los cambios metodológicos efectuados en este período por el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática, por lo que dicha presencia significativa del subsector hule y plástico resulta dudosa, es decir, los resultados de este subsector podrían ser solo una distorsión de la manera en la que se capturó la información, pudiendo corresponder a insumos del subsector de equipo de transporte. Este punto, requiere de un análisis más profundo que clarifique la relación entre los resultados de ambos subsectores, al tiempo que confirme si realmente se puede afirmar que éste subsector se tornó realmente significativo en la economía de la región. Un punto interesante planteado al inicio de este trabajo y que al parecer podemos ya parcialmente responder era si, con la apertura comercial y el cambio tecnológico, la región Sureste ha resultado fortalecida en el incremento en la productividad de los subsectores más significativos, si ha tenido posibilidad de desarrollar otros subsectores ya sea relacionados con los subsectores más significativos o

independientes de estos y si se ha


110

Especialización manufacturera en la región Sureste de Coahuila

fortalecido la planta laboral. Con base en lo observado en este trabajo, parece que la respuesta a estos cuestionamientos es negativa, como muestra tenemos el caso del subsector de minerales no metálicos, actividad con una larga presencia regional, que ha modernizado en algunas plantas sus procesos productivos para hacerlos más intensivos en capital y, a pesar de lo anterior, sus índices de valor agregado no han mejorado. Éste subsector, a pesar de ser importante para la región, no se volvió más eficiente ni más competitivo. Resulta interesante ver como existen algunas áreas de oportunidad en el sector manufacturero, las cuales casi califican con índices significativos. Estos subsectores no hay que perderlos de vista dado que podrían justificar estudios de factibilidad para tomar la decisión de desarrollarlos, dado que juegan un papel interesante a nivel del empleo, además de que sus coeficientes son cercanos a uno. Estos subsectores, entre los que se encuentran química, papel, editoriales e Imprenta y alimentos, podrían confirmarse como emergentes. La región estudiada requiere de políticas tendientes a una mayor diversificación productiva para disminuir su fragilidad, así como su dependencia del capital y de las tendencias cíclicas de la economía de los Estados Unidos. Asimismo es importante fomentar en mayor medida la productividad y la competitividad, puesto que es un factor que se ha erosionado. Las políticas de infraestructura capacitación empleo temporal y combate a la pobreza extrema, deben articularse con las estrategias de competitividad de los clusters locales y con las de diversificación de sus economías. (Félix y Dávila, 2007)


Aguilar – Ochoa - Hernández

111

Bibliografía Arteaga, Arnulfo. (1988). Reconversión industrial y flexibilidad del trabajo en la industria automotriz en México, 1981-1986 en Gutiérrez Garza, Esthela

(coord.)

Testimonios

de

la

crisis

3.

Austeridad

y

reconversión. Ed. Siglo XXI – UNAM. México. Dávila, Mario (1982) El complejo automotriz de Ramos Arizpe, Coahuila, Saltillo, Escuela de Economía, Universidad Autónoma de Coahuila. Gobierno del Estado de Coahuila - Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática, Anuario Estadístico 2004, Coahuila de Zaragoza. Gobierno del Estado de Coahuila - Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática, Anuario Estadístico 2006, Coahuila de Zaragoza. INEGI (1992) XIII Censo Industrial. Coahuila. Censos Económicos 1989, Aguascalientes, México. INEGI (1995) XIV Censo Industrial. Coahuila. Censos Económicos 1993, Aguascalientes, México. INEGI (2001) XV Censo Industrial. Censos Económicos 1999. Aguascalientes, México. INEGI (2005) XVI Censo Industrial. Censos Económicos 2004. Aguascalientes, México. Lustig, Nora (1994) México. Hacia la reconstrucción de una economía, México, El Colegio de México-Fondo de Cultura Económica. Muller, Federico (1994) Patrones de localización de la industria automotriz. El caso de la región Sureste de Coahuila. Tesis de Maestría, Facultad de Economía, Universidad Autónoma de Coahuila. Sotelo Valencia, Adrián (1988): “Política y reconversión industrial en México” en Gutiérrez Garza, Esthela (coord.) Testimonios de la crisis no. 3. Austeridad y Reconversión, México, Siglo XXI – UNAM.



Equilibrio Económico, Año XI, Vol. 6 No. 1, pp. 113-120 Primer Semestre de 2010

NOTAS Y COMENTARIOS

El poder televisivo y su influencia en los procesos electorales Carlos Payán Vélver Discurso pronunciado el día 17 de noviembre de 2009, Al recibir el Reconocimiento que le otorgó la Universidad Autónoma de Coahuila por su amplia trayectoria periodística y su contribución a la vida política de México

Recientemente se conmemoró el vigésimo aniversario de la caída del Muro de Berlín. Ese acontecimiento histórico fue interpretado por muchos como el triunfo universal y definitivo del capitalismo neoliberal y como el fin de las grandes confrontaciones ideológicas mundiales. “El fin de la historia”, lo llamó el politólogo Francis Fukuyama, en una pretensión por extender, de paso,

el

certificado

de

defunción

de

los

grandes

paradigmas

de

transformación social, y por instaurar la democracia representativa occidental como un “pensamiento único” aplicable a todas las realidades planetarias. Veinte años más tarde, con el telón de fondo de la magna crisis económica que aún sacude al mundo, no faltaron quienes se apresuraron a anunciar el fin del modelo capitalista y el colapso de la globalización neoliberal que nos rige. Esa profecía se evidenció tan prematura y tan fallida como la que Fukuyama había pronunciado dos décadas antes: en medio de la crisis, o tal vez gracias a ella, se mantiene el orden económico y político establecido. En México el desajuste mundial ha sido como llover sobre mojado, no sólo porque se abate sobre una población depauperada, damnificada de antemano por más de dos décadas de políticas económicas neoliberales, sino también porque encontró al país con un gobierno sin ideas, sin capacidad ni


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El poder televisivo y su influencia sobre los procesos electorales

voluntad para proteger al grueso de la población de los efectos devastadores de la contracción económica. De hecho, el grupo gobernante no ha sido capaz ni siquiera de defender los intereses corporativos a los que representa, y ello explica, en parte, los agrios intercambios de acusaciones entre Felipe Calderón y las cúpulas empresariales. Pero el deterioro nacional no sólo se percibe y refleja en las cifras económicas, como la caída del Producto Interno Bruto y la multiplicación del desempleo, ni en indicadores sociales como el grave incremento del número de pobres y miserables y el crecimiento de la desigualdad, sino también en datos alarmantes que apuntan a un naufragio de la legalidad, del estado de derecho y de la seguridad pública: recorte de derechos humanos, sociales y laborales, de garantías individuales y de libertades; crecimiento descontrolado de la violencia, consolidación de la delincuencia organizada y pérdida del control gubernamental en diversas regiones del territorio nacional. En la base de los problemas nacionales está la raíz común de la falta de justicia social, del abandono de la población, de priorizar las conveniencias financieras y comerciales por sobre las necesidades de la población y del interés nacional. Sin unos mínimos lineamientos gubernamentales de justicia social, de redistribución de la riqueza y de combate a la marginación, la miseria, las carencias educativas y de salud, no hay modelo democrático que funcione; la institucionalidad democracia en su conjunto se convierte, de hecho, en un gran ejercicio de simulación, en el cual los poderes fácticos, legales o no, avasallan y se imponen a la que es, de acuerdo con el artículo 39 de la Constitución, la fuente del poder público: la voluntad del pueblo. Los estudiosos de las sociedades modernas y democráticas coinciden en subrayar la importancia de medios informativos independientes y veraces para el desarrollo y la preservación de la democracia. Sin embargo, en México la gran mayoría de los medios, prácticamente todos los electrónicos y buena parte de los impresos, se desempeñan de manera distorsionante y


Payán Vélver

115

distorsionada: conforman una maquinaria hegemónica que, lejos de informar, desinforma en función de sus propios intereses económicos, políticos y de opinión pública, y que mantiene, con modalidades nuevas, la vieja red de complicidades e intercambio de favores entre los poderes públicos, empresariales y mediáticos. La mayor parte de las publicaciones, y prácticamente la totalidad de las cadenas de televisión y radio, presentan a la sociedad una visión uniformada del país y del mundo que es réplica del discurso oficial. El llamado cuarto poder fue concebido como un contrapeso a los tres poderes tradicionales del orden republicano –el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial-. Pero en nuestro país y en otras latitudes, el poder mediático ha servido para tomar por asalto atribuciones o instituciones del poder público. En Brasil, a principios de la década pasada, el empresario Fernando Collor de Mello llegó a la Presidencia usando como trampolín su emporio mediático. Duró poco en el cargo, porque propició una corrupción sin precedentes en la historia brasileña. Ha corrido con mejor suerte su colega italiano, Silvio Berlusconi, quien también impulsó su carrera política con los canales de televisión, las estaciones de radio y las publicaciones de que es propietario y quien, desde el poder, ha legislado para dotarse de un blindaje judicial que implica una escandalosa impunidad. En México no se ha llegado a esos extremos. Sin embargo, los medios, especialmente la televisión, han resultado determinantes para distorsionar los procesos electorales e inclinar la balanza, de esa forma, a favor de las candidaturas oficialistas. Fue inocultable el papel de Televisa en la demonización de la figura de Cuauhtémoc Cárdenas en 1988 y en la legitimación del cuestionado triunfo de Carlos Salinas. Una historia semejante, pero a escala mucho mayor, ocurrió en 2006, cuando la generalidad de los medios electrónicos, y la mayor parte de los escritos, fueron partícipes de la campaña de terror lanzada por el régimen foxista


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El poder televisivo y su influencia sobre los procesos electorales

para reducir las posibilidades de Andrés Manuel López Obrador, entonces candidato presidencial de la coalición “Por el Bien de Todos” y aumentar las del aspirante oficialista quien, a la postre, fue colocado en la Presidencia bajo una inocultable cobertura policial y militar, pero también mediática. En tiempos posteriores se ha visto crecer el poder televisivo hasta grados que impiden el funcionamiento regular de las instituciones: Televisa ha llegado a conformar su propia bancada parlamentaria, negociando la postulación de sus ejecutivos como candidatos a diputados por distintos partidos, y desde antes se sabe de iniciativas legales que no fueron elaboradas en el Senado ni en la Cámara de Diputados –la llamada “Ley Televisa”-, sino en las oficinas de ese consorcio. Otro dato que ilustra el poder de las corporaciones mediáticas es el pánico que les tienen la mayor parte de los legisladores y los funcionarios, los cuales perciben una capacidad –real o imaginaria- de canales de televisión y estaciones de radio de acabar con la carrera de cualquiera de ellos. Por si no bastara con este panorama desalentador, los partidos políticos se han ido volviendo instrumentos del grupo en el poder. La manera opaca, e incluso turbia, con la que los institutos políticos manejan sus propios presupuestos –procedentes del erario- así como los dineros legislativos, los llevan a preservar la opacidad general imperante y a bloquear cualquier investigación orientada a esclarecer el destino de miles de millones de pesos. Así se explica la disputa en torno a la Auditoría Superior de la Federación, una disputa que no busca ensanchar la transparencia sino el efecto contrario.

Otro

ejemplo

reciente

del

predominio

de

los

intereses

patrimonialistas y facciosos fue la incapacidad del Legislativo para elaborar una alternativa adecuada a la Ley de Ingresos presentada por el Ejecutivo, la cual, a fin de cuentas, hizo recaer en los sectores populares y en las clases medias el costo principal del desfalco de las arcas públicas provocado por la


Payán Vélver

117

crisis mundial, por la ineficiencia administrativa y, sobre todo, por la monumental corrupción que afecta a la mayor parte de la administración pública. Otro tanto ocurrió con la distribución del presupuesto fijada en la Ley de Egresos, establecida, a fin de cuentas, en función de los cálculos electorales de los partidos dominantes, y no de las necesidades reales de reactivación económica y de desarrollo del país. De esa manera, el Legislativo, que debiera enmendar las falencias y los desvíos del Ejecutivo, se ha convertido en un obstáculo más que impide no sólo las transformaciones que el país requiere con urgencia, sino incluso de las mínimas correcciones al ejercicio gubernamental. Otro tanto puede decirse del Poder Judicial, convertido en instrumento legislador de injusticias. Baste recordar los fallos de la Suprema Corte de Justicia que exoneraron a Mario Marín por las agresiones que promovió contra la periodista Lydia Cacho y que excarcelaron a varios de los asesinos de Acteal. Esta parálisis ante el creciente descontento económico, social y político, propicia rupturas y estallidos sociales que podrían expresarse en revueltas populares pero también en movimientos de corte autoritario y aun fascista. En suma, las instituciones republicanas, que debieron ser mecanismos de intermediación, convivencia y resolución de problemas, han perdido el sentido de sus atribuciones constitucionales y su operación ha generado agravios adicionales en distintos ámbitos. Si hemos de atenernos a la definición de Antonio Gramsci de que un partido verdadero es aquel que produce efectos y cambios reales, resulta inevitable concluir que en el México contemporáneo el único actor social que desempeña este papel es el movimiento ciudadano que encabeza López


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El poder televisivo y su influencia sobre los procesos electorales

Obrador. Frente a la descomposición de los partidos con registro y a la postración del Legislativo y del Judicial, el Movimiento en Defensa de la Economía Popular, el Gobierno Legítimo y las redes ciudadanas no sólo ha constituido un contrapeso social permanente ante el poder acanallado, sino que, en distintos momentos, han logrado alterar la agenda pública, han orientado el debate político e incluso han conseguido frenar iniciativas claramente antinacionales, como la propuesta calderonista presentada el año pasado para privatizar los segmentos esenciales de la industria petrolera. La eficacia política del movimiento lopezobradorista puede medirse con precisión en la aversión y las fobias que suscita en la gran masa mediática: conforme esa expresión ciudadana y cívica logra sobrevivir al acoso gubernamental, avanzar en organización y ejercer un contrapeso real a los designios del poder oligárquico, las empresas que hegemonizan las concesiones radiales y televisivas y la mayor parte de los medios impresos acentúan una hostilidad que se traduce en silenciar las actividades del movimiento y en distorsionar de manera sistemática sus propósitos y sus medios y en calumniar a sus dirigentes. Un ejemplo claro de esta actitud es el endilgarle el mote de “violento” a un movimiento que se ha caracterizado en todo momento por sus conductas y sus convicciones pacíficas, y que se ha conducido con un respeto a la legalidad del que carecen, en contraste, la mayor parte de las autoridades. No es extraño, por ello, que en las filas del movimiento lopezobradorista se perciba con claridad el carácter antidemocrático del aparato mediático y que su configuración actual sea vista como uno de los obstáculos centrales para los propósitos de democratización del país. El propio Andrés Manuel hizo explícita esta postura el 22 de octubre de 2009, en el Zócalo capitalino, durante la concentración con la que se conmemoró el tercer año de la constitución del Gobierno Legítimo.


Payán Vélver

119

Entre los “diez postulados básicos” del proyecto alternativo de nación que presentó en ese acto, el segundo es, precisamente, la democratización “de los medios masivos de comunicación” porque, se dijo, “es inaceptable que un pequeño grupo posea el control de la televisión y de la radio, y administren la ignorancia en el país en función de sus intereses”. López Obrador habló de auspiciar la libre competencia abriendo el espectro magnético a “todos los canales de televisión o estaciones de radio que sean técnicamente posibles” e “impidiendo que se concentren en unas cuantas manos, como sucede actualmente”. Me parece, sin embargo, que el problema de fondo no sólo es el acaparamiento de concesiones por unos cuantos, sino también el régimen de propiedad de los medios. Ocurre que la incursión de inversionistas privados en el quehacer periodístico y en la industria de la radio y la televisión genera distorsiones inevitables, por cuanto la línea editorial acaba siendo puesta al servicio de los intereses económicos de las accionistas. Además, a la larga, la misma lógica de la utilidad máxima termina por exigir cuotas ilegítimas e indebidas de poder político. En esta lógica, no sólo es necesario impulsar la diversificación de los medios y la libre competencia entre ellos, sino también establecer regímenes de propiedad colectiva, social y pública que fundamenten la diversidad deseada. Asimismo, se requiere de una regulación transparente y justa de los presupuestos publicitarios oficiales, los cuales, en la actualidad, constituyen un instrumento para controlar a medios independientes e incluso para asfixiarlos, cuando se considera que la línea editorial resulta indeseable para los gobernantes en turno. Un factor de transformación que no debe perderse de vista es el surgimiento de medios de nueva tecnología que, por hoy, no parecen ser acaparables ni controlables por los poderes políticos y económicos. Están aquellos basados en Internet, como las páginas, las listas de correo, los foros, los blogs y las redes sociales que no sólo incorporan


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El poder televisivo y su influencia sobre los procesos electorales

texto y gráfica sino también audio y video, y que permiten la difusión púgil y eficiente de contrainformación, es decir, de información libre que se contraponga a la desinformación de la gran masa mediática. Pero asistimos también a formas de comunicación ajenas al desarrollo tecnológico, como las reuniones vecinales, los círculos de estudio y las asambleas informativas. Es posible que estos medios alternativos, tan modernos como Facebook o tan milenarios como el Ágora, hayan sido una de las claves de la supervivencia de la resistencia civil pacífica al cerco mediático, al acoso policial y a los afanes corruptores del poder gubernamental. En contraste, el duopolio televisivo enfrenta una circunstancia paradójica: mientras más poder acumula, más impotente se vuelve para asfixiar y dislocar el movimiento cívico. Para desarrollar la paradoja, apuntemos que los noticieros de las dos empresas hegemónicas, verdaderas correas de transmisión de la ideología y del discurso oficiales, podrán tener altas cuotas de rating, pero carecen de credibilidad, y la prueba de ello es que, a pesar del vacío y del ataque sistemáticos e implacables dirigidos desde esos espacios que, en teoría, tendrían que modelar las ideas de la opinión pública, el movimiento popular conserva su energía y su poder de convocatoria, como pudo verse en la concentración del Zócalo del día 22. Vivimos tiempos sombríos, pero también esperanzadores. Ante el curso autoritario, depredador y desestabilizador del grupo gobernante, ante la bancarrota moral y profesional del aparato mediático del régimen, no debemos perder de vista el desarrollo de un movimiento social y popular que integra,

articula,

resiste

y

comunica,

y

acumula

posibilidades

de

transformación nacional sin precedentes. Tal vez, más que esperanzadores y al mismo tiempo sombríos, los momentos actuales resultan inciertos, o sea que la moneda está en el aire


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Título de licenciatura o carta pasante (un cuatrimestre para su entrega)

Aprobar examen de admisión (CENEVAL)

Realizar una entrevista con el Comité de Maestría. Mayor información en: Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Coahuila Lic Elvia Romero Durán e-mail: eromero_us@yahoo.com Unidad Universitaria Camporredondo Edificio “E” Planta Baja Tel:(844) 412 87 82. Fax (844) 410 26 79 Saltillo Coahuila


Normas para publicar en Equilibrio Económico Las investigaciones presentadas a Equilibrio Económico deberán abordar algún tema teórico o empírico de especial interés en las áreas de Economía, Sociología, Ciencia Política y otras ciencias sociales. Equilibrio Económico considerará para su posible publicación trabajos terminados escritos en español o inglés (si se elige esta última el autor será responsable de la forma estilística del documento), que no hayan sido publicados y que no estén siendo sometidos simultáneamente para su publicación en otro medio. Los manuscritos deberán dirigirse a: Revista Equilibrio Económico Facultad de Economía, Universidad Autónoma de Coahuila Unidad universitaria Camporredondo, Edificio “E”, C.P. 25280 Tel. (844) 412 87 82 y Fax (844) 410 26 79 Saltillo, Coahuila, México O enviarse por correo electrónico a: equilibrioeconomico@yahoo.com.mx equilibrioeconomico@mail.uadec.mx y/o con copia al Coordinador Editorial. Las publicaciones de Equilibrio Económico estarán disponibles en la página web: www.uadec.mx Los autores deberán contemplar en la realización de sus trabajos las siguientes normas de publicación en Equilibrio Económico: 1.

El documento final deberá estar escrito en el procesador de Microsoft Word en letra Arial 12 puntos con los márgenes superior, inferior y derecho de 3 cm. y el margen izquierdo de 3.5 cm. Las gráficas, tablas o figuras pueden estar incluidas dentro del texto (como imagen) en el lugar donde se prefiera que aparezcan.

2.

Los artículos deberán estar escritos a espacio y medio y no deberán exceder de 25 hojas numeradas progresivamente, incluyendo el texto principal, cuadros, figuras, tablas y referencias bibliográficas.

3.

En la primera página deberán aparecer: título del trabajo, autor (o autores), la institución a la que pertenece(n), la dirección completa a la que se debe enviar toda correspondencia, correo electrónico, fax y teléfono.

4.

A continuación deberá aparecer un resumen del trabajo, en español e inglés, no mayor a 100 palabras.

5.

Los autores deberán incluir las palabras clave que definan el trabajo (entre 3 y 5) y la clasificación JEL (entre 3 y 5).

6.

Después se adjuntarán el texto principal, las referencias bibliográficas, los apéndices, los cuadros y las gráficas.

7.

Las citas en el texto deberán ser de la forma: Arellano (1989) o (véase Baltagi, 1993).


8.

El listado de referencias, al final del documento, deberán aparecer alfabéticamente de la siguiente manera: Para el caso de citar un artículo de investigación: Arellano, Manuel (1989): “A Note on the Anderson-Hsiao Estimator for Panel Data”, Economics Letters, 31(1): 337-341. Para el caso de cita de un libro: Gujarati, Damodar N. (2004) Econometría, Colombia: McGraw-Hill. Para el caso de un capítulo de libro: Johnson, D. Gale (1988): “Policy Options and Liberalizing Trade in Agricultural Products: Addresing the Interests of Developing Countries”, en Anne O. Krueger (ed.), Development with Trade. LDC‟s and the International Economy, San Francisco: International Center for Economic Growth.

9.

Toda ecuación matemática que se desee numerar debe ir con números arábigos, entre paréntesis y a la derecha de la ecuación. Las numeraciones deben ser consecutivas.

10.

Todo documento que se someta a revisión para publicarse en Equilibrio Económico, debe cumplir (por lo menos) con la siguiente estructura (secciones del texto): 

Título del artículo

Resumen (y abstract)

Introducción

Marco de referencia

Desarrollo del tema

Conclusiones

Referencias

Aunque hay que subrayar que las anteriores secciones no necesariamente deberán aparecer en ese orden ni los autores tienen que limitarse solamente a estas secciones. 11.

Toda propuesta de investigación que se someta a publicación en Equilibrio Económico deberá pasar dos procesos de revisión. Una revisión inicial por parte del Comité Editorial sobre su cumplimiento con la línea editorial de la revista, y una revisión posterior, preferentemente por un dictaminador externo a la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Coahuila.

12.

El Comité Editorial de Equilibrio Económico, Revista de la Facultad de Economía, someterá a una revisión de estilo (si lo considera necesario) todo artículo aceptado.


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