1 Muchos grandes descubrimientos fueron por casualidad o accidente, tal como el que yo hice y relato en este libro. El conocimiento solo se da en tres áreas, en tres dimensiones, por decir. Para entender esto hay que saber que uno de los pocos grandes acuerdos que hay entre la ciencia y la filosofía es que la TOTALIDAD se compone solo de DOS SUSTANCIAS, tal como lo advirtió durante la revolución científica el filósofo Baruch Spinoza, considerado el padre del racionalismo. Una es la sustancia MATERIAL y otra es la sustancia MENTAL. Una cosa es, por ejemplo, la piedra material y otra piedra mental. No se ha probado la existencia de absolutamente nada más que no sea materia y mente. Es necesario aclarar que cuando decimos materia nos referimos a los dos aspectos que posee la materia, que son energía y masa. Cualquiera que sabe un poco de física sabe que esto es así. Cuando decimos mente también nos referimos a los dos aspectos que ella posee, que son pensamiento y espíritu. Los creyentes, por ejemplo, ven en Dios a un espíritu que piensa. Los descubrimientos solo son posibles en dichos ámbitos. Nunca se ha hecho un descubrimiento fuera de ellos. En consecuencia, el tercer tipo de descubrimiento se
da en la intersección que entre ellos se produce. Diremos, entonces, que hay descubrimientos materiales, mentales e híbridos. Veámoslo con algunos ejemplos. Cuando Cristóbal Colón descubrió América (aunque él mismo no lo sabía entonces) hizo un descubrimiento en el ámbito de la materia pura; en cambio cuando Sigmund Freud descubrió el inconsciente lo hizo en el ámbito de la mente pura. No está demás hacer presente que ni Colón ni Freud andaban buscando descubrir lo que descubrieron, y, sin embargo, sin querer, uno descubrió un nuevo continente material y el otro un nuevo continente mental. En consecuencia, hay descubrimientos que se dan en un ámbito y en el otro ámbito. Otro descubrimiento absolutamente material fue el de William Herschel, que descubrió el planeta Urano con su vista, gracias a un potente telescopio. Urbain Le Verrier, en cambio, dedujo que debería existir un noveno planeta, Plutón, solo por medio de cálculos mentales, a partir de la información de que disponía. Es decir que el primero descubrió un planeta a través de los sentidos (la vista en este caso) y el segundo lo intuyó (adivinó) a través del intelecto. En ambos casos se descubrió algo material, pero en un caso el descubrimiento se hizo a través de nuestro ser físico (con los ojos) y en el otro a través de nuestro ente psíquico (con el pensamiento).
Esto es muy importante porque la gran discusión que se dio durante la revolución científica fue si accedemos a la verdad por los sentidos o si accedemos a ella por el intelecto. En el primer grupo estaban los científicosfilósofos encabezados por John Locke y en el segundo los científicos-filósofos encabezados por René Descartes. La gran mayoría de los descubrimientos se dan, sin embargo, en una etapa intermedia, híbrida, entre la materia-pura y la mente-pura, cuyo intermedio puede estar más cerca de uno o de otro. Pensemos en el descubrimiento realizado por Galileo Galilei, que si bien es un descubrimiento material necesitó por una parte de un instrumento material (que utilizó con su ser físico), y por otra necesitó de un instrumento mental (que utilizó con su ente psíquico). En el primer caso es el telescopio, y en el segundo las matemáticas. El primero asociado a la vista y el segundo asociado al pensamiento. Aprovecho de señalar que su descubrimiento fue mucho más que espectacular, al punto que “jubiló” la visión cosmológica aristotélica que reinaba hacía dos mil años. Descubrió que el mundo se mueve, algo total y completamente impensado para el 99,9% de la población de su tiempo. Esto sucedió por el año 1.500, es decir hace
500 años. Aunque no lo percibamos ni en lo más mínimo, nos estamos moviendo a 1.670 kilómetros por otra. Aprovecho de hacer hincapié en lo siguiente: No podemos hacer grandes descubrimientos si no es por medio de instrumentos, los que se dividen en instrumentos materiales, instrumentos mentales e instrumentos híbridos. No hay más. Algunos de los instrumentos más conocidos utilizados, además del telescopio y las matemáticas, han sido la brújula, el compás y el catalejo utilizados por Colón, por Hernández de Magallanes y muchos otros grandes navegantes. Esto de los instrumentos es muy importante por cuanto solo puede ser descubierto aquello que un instrumento lo permite. Pensemos por ejemplo en el descubrimiento del virus, que mucho antes de ser descubierto fue intuido (adivinado) por Luis Pasteur; fue descubierto posteriormente cuando fue creado un filtro de porcelana que permitió ‘colar’ microorganismos más pequeños que las bacterias (que son mucho más grande que los virus). Los instrumentos pueden ser de lo más diverso y de lo más ingenioso, como fue el instrumento utilizado por Freud, el péndulo, que le permitió hipnotizar a sus pacientes y así descubrir lo que nadie jamás ni por asomo imaginó, el ‘otro yo’ que hay ‘detrás’ en todos nosotros.
Otro descubrimiento tan asombroso como este es el que hizo Max Planck, gracias a un instrumento llamado cuerpo negro, que permitió descubrir la realidad subatómica (el universo subatómico), el de la mecánica cuántica. Planck nunca se imaginó que descubriría lo que descubrió, ni por asomo. Absolutamente nadie se lo había imaginado. Hasta entonces los científicos creían que el átomo era lo más pequeño que podría existir. Freud y Planck tenían algo en común, y que han tenido la mayor parte de los descubridores, curiosidad. La curiosidad suele ser el otro gran motor de los grandes descubrimientos. Muchos de los más grandes descubrimientos han sido gracias al azar (casualidad) y la curiosidad. Serendipia es el nombre que se da a los grandes descubrimientos hechos de manera accidental o casual. Uno de los ejemplos más famosos es el descubrimiento de la penicilina realizado por el médico británico Alexander Fleming, que permitió tratar ciertas infecciones bacterianas, salvando con dicho antibiótico millones de vidas. Dicho descubrimiento accidental, en todo caso, no habría sido posible si no hubiera sido por su curiosidad y su deseo de curar las enfermedades. Mientras Freud descubrió la mente sub-consciente Planck descubrió la materia sub-atómica. Digo todo esto por cuanto yo con un instrumento muy singular, jamás imaginado, creo haber descubierto la relación entre ellos.
No pretendo ser presumido ni nada por el estilo, pero si quiero comunicarlo tengo que decirlo de algún modo. Para no extenderme más en esto, solo quiero citar resumidamente a cuatro más de los más grandes descubridores de la historia; por un lado a Charles Darwin, descubridor de la evolución, a Isaac Newton, descubridor de la gravedad (formulador de las tres leyes del movimiento), a Albert Einstein descubridor de la relación masa/Energía (E=mc2) y a Daniel Goleman, descubridor de la inteligencia emocional. Mientras que Newton y Einstein necesitaron de las matemáticas para hacer sus descubrimientos, no las necesitaron ni Darwin ni Goleman. Mientras las necesitó Planck no las necesitó Freud. Para efectos de este libro diremos que en el primer caso (materia pura) para su conocimiento se requiere de la lógica matemática y en el segundo para su conocimiento se requiere de la lógica lingüística. Para efectos de este libro también diremos que la materia pura se asocia a la racionalidad y que la mente pura se asocia a la intuición. No me ha parecido conveniente distinguir entre ciencias formales y ciencias informales por cuanto hay muchos campos de estudio que son híbridos, como la sociología, por ejemplo, en que (a mi modo de ver) no está del todo claro los límites entre lo formal y lo
informal. No es fácil explicar algo nuevo con un lenguaje antiguo.