Autores
Guardado Rodríguez, Daniela Ariel. Jiménez Gallegos, Alejandro Enrique. Mejía Coreas, Carlos Eduardo. Mejía Escolero, Karina Brigith. Valle Rodríguez, Gabriela Belén.
PRÓLOGO
Durante la pandemia del año 2020, en El Salvador se libró una dura contienda entre los poderes del estado, las fuerzas empresariales influyentes y la crisis de salud. Todos los anteriores peleaban entre sí, pero al mismo tiempo se unieron para afectar a la población del pequeño país. Diversos relatos de personas que sufrieron en carne propia los estragos de una guerra que parecía interminable, marcan cada una de las páginas de esta obra llamada “Mal informados” La vida de todos nosotros no volverá a ser igual.
Texto Expositivo L O S EFECTOS DE L A D E S I N F O R M A C I Ó N D U R ANTE LA PAN D E M I A
Los coronavirus son una extensa familia de virus que pueden causar enfermedades tanto en animales como en los humanos. El coronavirus que se ha descubierto más reciente y peligroso causa la enfermedad de COVID-19, la cual es muy infecciosa. Actualmente el COVID-19 es una pandemia que afecta a muchos países de todo el mundo. El tiempo que transcurre entre la exposición del virus y el momento en que comienzan los síntomas, suele ser de alrededor de cinco a seis días, pero puede variar entre uno y catorce días. Los síntomas más habituales son los siguientes: Fiebre o escalofríos, Tos seca, Cansancio.
Otros síntomas menos comunes son los siguientes: Molestias y dolores generales, Dolor de garganta, Diarrea, Conjuntivitis, Dolor de cabeza, Pérdida del sentido o del gusto. La principal forma de propagación del COVID-19 es a través de las gotículas respiratorias expelidas por alguien que tose o que tiene otros síntomas leves. Estas son demasiado pesadas para permanecer suspendidas en el aire y caen rápidamente sobre el suelo o las superficies. Esto es particularmente cierto en las primeras etapas de la enfermedad. Es posible contagiarse de alguien que solamente tenga una tos leve y no se siente enfermo. Al 20 de octubre en El Salvador tenemos los siguientes casos de COVID-19:
32,120 casos.
27,670 personas recuperadas.
933 muertes.
Todos los países 40.3 M casos
1.12 M muertes
27.6 M personas recuperadas Los medios de comunicación y el gran impacto que ellos generan en las personas son muy inmensos y peligrosos. Al igual que son grandes plataformas potentes y capaces de viralizar en pocos segundos y en todas las partes del mundo información valiosa, pero también hay argumentos demasiado falsos que amenazan el bienestar y vida de la humanidad.
La viralización de estos, reprimen riesgos en la seguridad, confianza y vida de las personas a nivel mundial que deciden actuar y luchar contra la gran pandemia del coronavirus en función de argumentos incorrectos, peligrosos y en muchos casos hasta falsos. Según ha declarado la OMS, el brote de COVID-19 y la respuesta correspondiente han estado acompañados de una infodemia masiva, es decir, de una cantidad excesiva de información. En algunos casos correctos y en otros no. Se dificulta que las personas encuentren fuentes confiables y orientación fidedigna cuando las necesitan. El término infodemia se refiere a un gran aumento del volumen de información relacionada con un tema particular, que puede volverse exponencial en un periodo corto debido a un incidente concreto como el COVID-19. El termino se deriva de la unión entre la palabra información y la palabra epidemia.
La desinformación es la información falsa o incorrecta con el propósito deliberado de engañar. En el contexto de la pandemia actual, puede afectar en gran medida todos los aspectos de la vida, en particular la salud mental, habida cuenta de que la búsqueda en internet de información actualizada sobre el COVID-19 se han disparado de 50% a 70% en todas las generaciones. En una pandemia, la desinformación puede afectar negativamente la salud humana. Muchas historias falsas o engañosas se inventan y difunden sin comprobar su veracidad ni calidad. Gran parte de esta desinformación se basa en teorías de la conspiración.
La desinformación puede difundirse y asimilarse muy rápidamente, dando un lugar a cambios de comportamiento que pueden llevar a que las personas tomen mayores riesgos en sus vidas. Todo esto hace que la pandemia sea mucho más grave y emergente a nivel mundial, ya que esto perjudique a muchas más personas y así mismo esto ponga en peligro el alcance y la sostenibilidad del sistema de salud mundial. El mayor acceso en el mundo han sido los teléfonos móviles con una conexión a el internet y a las redes sociales, eso ha dado un lugar a la producción exponencial de la información.
La pandemia no solo ha golpeado ni interferido en el frágil sistema de salud en el país, sino que también ha generado olas de desinformación. Es muy fundamental romper este peligroso ciclo: la desinformación ha aumentado al mismo ritmo que las fuertes modalidades de producción y distribución de los contenidos. Ya que así, la propia infidencia acelera mucho la desinformación y esto hace que perdure. La infodemia puede perjudicar y empeorar la pandemia de Covid-19.
¿Qué clase de información buscan las personas y que esperan obtener hoy en día? ¿Por qué la infodemia puede empeorar la pandemia la pandemia?
-Dificulta que las personas, los encargados de tomar las decisiones y el personal de salud encuentren fuentes confiables y orientación fidedigna cuando las necesitan. Entre las fuentes figuras las aplicaciones para teléfonos móvil, las organizaciones científicas, los sitios web, los blogs y las personas influyentes, entre otros.
-Las personas pueden sufrir ansiedad, depresiĂłn, agotamiento emocional y sentirse incapaces de satisfacer necesidades importantes. -No hay ningĂşn control de calidad en lo que se publica y a veces tampoco lo hay en la informaciĂłn que se utiliza para adoptar medidas y tomar decisiones. -Cualquier persona puede escribir o publicar algo en internet.
Desde la venta en línea de curas falsas contra la enfermedad, hasta ciberataques a sistemas de información críticos de los hospitales, hay personas que explotan la crisis de COVID-19. Las Naciones Unidas advierten de estas actividades delictivas e intensifican su lucha contra la proliferación de información falsa sobre el virus. El enemigo común es el COVID19, pero también nos enfrentamos a la difusión de información falsa. Según los medios de comunicaciones, estas compañías de búsqueda en línea o redes sociales filtran de manera agresiva consejos médicos infundados, engaños y otras informaciones falsas que podrían poner en peligro la salud pública.
En un caso poco habitual, Facebook, Twitter e Instagram han retirado de sus plataformas la publicidad de un jefe de Estado que afirmaba falsamente la eficacia en cualquier parte del mundo de un medicamento contra el COVID-19. También, hay personas que se hacen pasar por la Organización Mundial de la Salud para estafar o robar información sensible. Mientras que el mundo intenta encontrar una vacuna y un tratamiento para el Covid-19, parece que no hay algún antídoto a la vista para el creciente brote de teorías de conspiración sobre el coronavirus. Engaños, mitos contras mascarillas y falsos remedios o medicamentos.
Muchas veces la desinfodemia oculta las falsedades entre informaciones veraces, se disfraza en formatos conocidos. Recurre a métodos muy conocidos, desde los memes falsos o engañosos y las fuentes falsas, hasta trampas para que las personas hagan clic en operativos criminales phishing. El resultado es que la desinformación sobre el COVID-19 afecta todos los contenidos en general incluyendo el origen, la propagación e incidentes de la enfermedad; sus síntomas y tratamientos. Las motivaciones para la desinformación son diversas. Pueden ser para ganar dinero, obtener ventajas políticas, culpar a terceros, polarizar a las personas y socavar las respuestas a la pandemia.
Por otro lado, algunos conductores del tema pueden ser ignorancia, egos individuales o una intención equivocada de ser útil. La desinformación sobre el COVID-19 que amenaza no solo a los individuos sino a las sociedades en su conjunto, conduce a que la ciudadanía se exponga a peligros al hacer caso omiso a los consejos científicos; amplía la desconfianza hacia los formuladores de políticas y los gobiernos; y desvía los esfuerzos de los periodistas hacia la refutación de falsedades, en lugar de reportar proactivamente sobre información nueva. Las respuestas de identificación puntualizan cual contenido constituye desinformación sobre el COVID-19. Esto requiere el monitoreo y análisis de los canales de información, por ejemplo: Los medios sociales, las aplicaciones de mensajes, los medios de comunicación, los sitios web, entre otros. Algunas de las respuestas en esta categoría incluyen el chequeo de datos, usualmente seguido del desenmascaramiento. Esto implica develar las imágenes falsas o descontextualizadas, o las aseveraciones falsas, para luego probar porqué estas son falsas y revelar la falsedad al público. Otro tipo de respuesta en esta categoría es exponer a la luz las campañas encubiertas coordinadas de desinformación.
La viralización de la información falsa influye de forma directa en conciencia colectiva y el problema está en la velocidad con la que se propaga, especialmente si su creador la promociona y comparte desde múltiples cuentas y redes al mismo tiempo. Según datos publicados por la OMS, durante abril se subieron más de 360M de videos a YouTube bajo la categoría COVID-19, mientras que en marzo de este año unos 550M de tuits incluyen los términos de coronavirus o pandemia.
Las noticias falsas entorno a la pandemia han hecho circular desde noticias, mensajes y videos en los que se afirmaba la inexistencia del virus (lo que motivó a muchas personas a ignorar las medidas sanitarias) hasta la distribución de información sensacionalista que contribuyó al aumento del temor y angustia de las personas. Otro tipo de noticias falsas alentaban a ignorar las recomendaciones realizadas por médicos, científicos y especialistas, al punto de que reconocidos médicos de comunicación se vieron influenciados por las fake news y pidieron hacer caso omiso a las medidas recomendadas por las autoridades sanitarias, exponiendo aún más la salud.
Como mencionaba anteriormente, las supuestas curas o medicamentos para tratar la enfermedad que circulaban a través de las redes sociales proliferaron, a pesar de que de forma oficial no existe un tratamiento específico para el nuevo coronavirus y solo se indican medicamentos para aliviar los síntomas. En este sentido, la difusión de este tipo de información ha provocado que la infodemia potencie el impacto de la pandemia. De hecho, según datos de una encuesta realizada por ESET Latinoamérica en el mes de mayo, más del 70% de los participantes aseguró que durante la pandemia obtuvo contacto con noticias falsas relacionadas al COVID-19.
Dado el impacto y el riesgo de este fenómeno, algunas plataformas sociales, se unieron en el combate de la desinformación y las estafas que giran en torno a la pandemia, cambiando las reglas para censurar informaciones falsas. No es que las noticias y llamadas fake news hayan aparecido a raíz de la nada. Es más, las noticias falsas siempre han existido. El hecho es que este ecosistema del que hablamos hace difusión global sea cada vez más exponencial y peligrosa. El director general de la OMS, Tendros Adhannom Ghebreyesus, aseguró en febrero que “la evolución del brote del coronavirus dependerá de la medida en que se haga llegar la información correcta a la gente que la necesita”. La OMS ha realizado un esfuerzo enorme para difundir toda la información posible para frenar la pandemia y pronto detectar la necesidad de luchar contra las teorías conspirativas, desde acusaciones de negocios hasta supuestas curas, pasando por la especulación sobre su verdadero origen.
Se han detectado hasta el momento millones de cuentas falsas o bots que reproducen mensajes interesados a través de las redes sociales y que desinforman sobre el coronavirus. El mundo entero corre un grave riesgo ante este aluvión de noticias falsas que buscan crear alarma social y sacar provecho económico. Lo que es difícil de combatir, por otro lado, es la necedad humana. Algunas personas han aprovechado mucho para compartir fotografías con la voluntad de alertar del peligro causado por COVID-19.
Por otro lado, hay distintos tipos de factores como los intereses políticos, cibercrimen o simplemente para propagar bromas virales. Sin importar el origen y las motivaciones, cada vez con mayor frecuencia nos encontramos con distintos niveles de información falsa y en diferentes ámbitos, con consecuencias cada vez más impactantes que demandan que las personas estén más preparadas para lidiar con este escenario. La crisis del coronavirus es una emergencia sanitaria causada por la naturaleza. Sin embargo, el manejo de la situación, desde los primeros momentos del brote hasta que se ha convertido en pandemia, son una responsabilidad de los humanos.
¿Cómo pueden las personas ayudar en la lucha contra la infodemia sobre el COVID-19?: -Reconozca los datos científicos, Evite las noticias falsas, Apoye la ciencia abierta. -Determine si la información realmente tiene sentido, aun cuando provenga de una fuente segura y haya sido compartida anteriormente. -Notifique los rumores perjudiciales, Proteja la privacidad, Datos abiertos de (calidad). -Si no puede confirmar la fuente de la información, su utilidad o si ha sido compartida antes, es mejor que no la comparta. -Corrobore que la información ha sido compartida antes por otras personas. -Participe de forma responsable en las conversaciones sociales. Continúe colaborando. -Intercambie información de forma responsable. -Si la información no ha sido confirmada, no comparta.
La pandemia ha empeorado todos y cada uno de los aspectos de la sociedad humana y como no, si el ámbito de la información o la desinformación no se ha quedado atrás, incluso en el entorno científico. El miedo, conformado como el gran aliado de la desinformación, ha dado un gran paso a la “nueva realidad” en donde las empresas tecnológicas siguen sin invertir los suficientes recursos para tratar de eliminar la información toxica de sus sitios web. La UNESCO también trabaja para que las personas adquieran más críticas con lo que se les ofrece en línea y en otros medios, de modo que sean menos propensas a creer y difundir falsedades.
Frecuentemente en los debates políticos y en los medios de comunicación se hace referencia al carácter multidimensional de la pandemia, con implicaciones sanitarias, pero también económicas y sociales. Debido a la naturaleza extrema, crítica y muchas veces desalentadora de COVID-19, las reacciones de la sociedad frente al avance de la emergencia resultan en emociones como el miedo y el rechazo, estimulados por la difusión de información falsa. Este es el caso de las personas migrantes, quienes con frecuencia son acusadas de traer el virus a un determinado país o de ser las causantes del aumento de casos.
Muchas son las historias de la desinformación y el riesgo en las Américas, como la que vivió un grupo de migrantes salvadoreños que llegaron a Oluta, un municipio al sur de Veracruz, en México. Acogidos en un albergue especializado por razones humanitarias y para evitar ulteriores contagios, fueron víctimas de afirmaciones falsas propagadas por algunos medios de comunicación, los cuales reportaron un número incorrecto de migrantes y los describieron como portadores de virus, aunque su estado de salud estaba siendo monitoreado.
Las historias y denuncias similares se aplican en los demás países de la región. Allí donde la figura del migrante o migrantes es en ocasiones utilizada como un desconocido expiatorio, el avance del virus se ha acentuado nuevamente con la percepción desfavorable sobre la población de los migrantes. Acusados de traer o de contribuir deformidad a la transmisión del COVID-19, las personas migrantes pasan por experiencias dolorosas que se unen a las condiciones poco estables en las que muchas veces viven.
Beber alcohol y comer ajo, son algunas falsedades sobre la cura del COVID-19 que corren por el internet, redes sociales y otras plataformas de comunicación a nivel mundial. Esta información falsa y poco fiable se propaga de forma vírica hasta el punto de estar en riesgo muchas vidas humanas. Esta también, es el nido donde aumentan los estafadores. Así mismo, contrarrestar las mentiras, promoviendo los hechos acerca del COVID-19. Mucho antes del brote del virus la organización también conocida como UNESCO, advirtió el gran impacto a la transformación política, tecnológica, económica y social que ha sido gracias a la forma de los intercambios de información en estos últimos años.
Texto Descriptivo LA SOCIEDAD EN REDES
En términos simples, podemos definir a la desinformación como la ausencia de información verdadera o la falta de información como tal, de un hecho, noticia, dato, etc. El pasar de los años ha dado pie a que la desinformación tome mayor auge en la sociedad, ya que, con el internet presente en la vida de todos, cualquiera puede manejar información y distribuirla a cualquier lugar del mundo. Sin embargo, la desinformación no es algo que haya surgido de un año a otro, es una conducta que lleva presente, incluso, desde que las comunicaciones de cualquier tipo empezaran a surgir alrededor del mundo, empezando con la influencia que tenían las personas que se colocaban en una posición económica alta.
Cuando los medios de comunicación surgieron, se pensó que serviría para que la población tuviera pleno conocimiento de lo que pasa en su entorno. Al día de hoy se sigue pensando, pero los dueños de cadena de radio, de televisión, periódicos, y cualquier medio que informe, tienen el poder de elegir qué les transmiten a las personas; por lo que los medios de comunicación son un arma de doble filo, y lastimosamente, en la actualidad en nuestro país, se puede ver que los grandes empresarios manipulan la información a su conveniencia, girado en torno al ámbito político.
“Es más fácil engañar a la gente, que convencerlos de que han sido engañados” - Mark Twain.
Todos tenemos la necesidad de estar informados, desde que necesitamos comprar un nuevo celular, hasta cuando queremos comprar una casa. Así mismo sucede con lo que pasa en nuestro entorno, necesitamos saber qué está pasando, para saber si nos puede afectar o no, sobre todo en el tiempo de crisis que estamos viviendo, donde las verdaderas intenciones de todas las personas salen a luz. Actualmente es cuando más necesitamos información sobre la política y la economía de nuestro país, y es donde los medios de comunicación juegan un gran papel como difusores de información.
También podemos definir a la desinformación como la información que ha sido manipulada o que no es totalmente cierta, que es difundida intencionalmente. Normalmente suele tener tres ingredientes: una intención, una parte de falsedad y una presentación con apariencia de verdad. El principal objetivo de la desinformación es formar la opinión pública con información subjetiva presentada como objetiva. Una variante más sofisticada de eso son las “deep fake news”, donde, por ejemplo, utilizan los videos reales, para modificar los movimientos de los labios de los involucrados, así como el sonido de los mismos, todo esto para generar un beneficio a las personas que los están realizando, esto lo hacen mediante programas informáticos que ahora en día, con un poco de conocimiento en el área, se pueden conseguir.
Pero, todos nos hemos llegado a preguntar: ¿qué son las “fake news”? Pues bien, este término ha sido empleado para la conceptualización de la divulgación de noticias falsas alrededor de todo el mundo. Las redes sociales han permitido que los usuarios se conviertan en generadores y consumidores de contenidos falsos y engañosos, generando un círculo vicioso que parece no tener fin. Sin duda todos estamos teniendo efectos muy negativos debido a esta problemática, con el hecho de que es difícil saber si las noticias que te presentan en la televisión son 100% ciertas, y los funcionarios con poder no las manipulan a su conveniencia.
Poniendo un ejemplo internacional sobre la desinformación, son las pasadas elecciones del presidente Trump en el 2016. Todos estábamos seguros de que su contrincante, Hillary Clinton, iba a tener la victoria, debido a encuestas que distintos medios habían realizado, y nos llevamos la sorpresa que no fue así, surgieron muchas dudas sobre lo que en verdad pasó en esas elecciones, y según la web “Politicaft” el 70% de las declaraciones de Trump eran falsas. En la microfísica de la posverdad, publicado en Digitalísimo por Hugo Pardo Kulinski, se dice que la estrategia de Donald Trump fue difundir en redes sociales noticias falsas sobre su contrincante, que, aunque fueron desmentidas las acusaciones, las personas ya no confiaban al 100% en Clinton, demostrando así que las redes sociales y la desinformación, si van de la mano, pueden generar grandes estragos en un país entero.
Planteando un ejemplo en el ámbito de farándula, los jóvenes, en mayor fuerza, nos damos cuenta de que la desinformación tiene un gran poder, poniendo en tela de juicio a un famoso youtuber llamado AuronPlay, donde en redes sociales se difunden fotos de él acusándolo de terrorista, de vendedor de estupefacientes, y el más reciente, de haber quemado el Amazonas. Como ya se ha mencionado, la mayoría de las personas somos jóvenes mayores de los 15 años, y nos parece ilógico, hasta gracioso, que a esta persona se le acuse de esas acciones, pero esto es porque estamos informados de quién es en realidad. Claro, no es el caso de las personas más adultas, sobre todo a las personas de la tercera edad, que no lo conocen, nunca lo han visto, por lo tanto, creen que las publicaciones que ven en las redes sociales son ciertas.
En el ámbito político, más precisamente, en nuestro país, hace pocos días, personas de la oposición hicieron un montaje a las camisas que llevaban unos sujetos que fueron capturados; dicho montaje consiste en colocar el color y el logo del partido del actual gobierno, y escribiendo en la publicación de dicha foto, que los sujetos fueron capturados en el momento que cometían el hecho ilícito, pero ellos declararon que solo iban a una convocatoria que se había hecho. Horas después se desmintió dicha publicación, revelando la fotografía original donde estaban con camisas blancas. Debido a la pandemia han surgido problemas en varios aspectos. Y en nuestro país uno de los problemas que más hemos visto es la desinformación en las personas. Un ejemplo de ello es que el gobierno está constantemente publicando cifras de las personas contagiadas, de los fallecidos, de las personas estables, así como de las que están en estado crítico; por lo que la oposición plantea por varios medios de comunicación que las cifras que se muestran no son reales. Esto genera un entorpecimiento de la información verídica en las personas.
Tratar de combatir la desinformación en el mundo, es un problema que nos compete a todos, tanto a personas que su labor es comunicar, como quienes reciben esas noticias. Los comunicadores tienen el deber de difundir las noticias reales, los hechos como en realidad pasaron, y en caso de que el comunicador no cumpla con eso, el receptor, tendría el deber, primero, averiguar por varias fuentes las noticias que se le presentaron; y en caso de ser falsas, no difundir esa noticia por ningún medio de comunicación, sino por el contrario, presentar pruebas de que dicha noticia es falsa. Así, con esas pequeñas acciones, poco a poco, se puede acabar con este virus que mata sin que nos demos cuenta, en todo el mundo.
La organización First Draft ha diferenciado siete tipos de contenidos erróneos que puede circular: 1. Sátira o parodia: no pretende causar daño o engaño. 2. Contenido engañoso: se trata del uso engañoso de la información para incriminar a alguien o algo. 3. Contenido impostor: es el tipo de información que suplanta fuentes genuinas. 4. Contenido fabricado: contenido nuevo que es predominantemente falso, diseñado especialmente para perjudicar y dañar. 5. Conexión falsa: cuando los titulares, imágenes o leyendas no confirman el contenido. 6. Contexto falso: cuando el contenido genuino se difunde con información de contexto falsa. 7. Contenido manipulado: cuando información o imágenes genuinas se manipulan para engañar.
Pero nos preguntamos ¿por qué y quiénes generan este tipo de contenido engañoso? First Draft establece las ocho “P” de motivos que ayudan a explicarlo: 1.Periodismo deficiente. 2.Parodia. 3.Provocación. 4.Pasión. 5.Partidismo. 6.Provecho. 7.Poder o influencia política. 8.Propaganda. En los tipos de mala información puede existir al menos una de esas ocho “P”.
Mucha de la información que nos llega no siempre será la realidad, por ese motivo, a modo de recomendación, se pueden implementar las siguientes medidas básicas para el consumo de información de todas las personas: -Tenemos que tener como sistema un pensamiento crítico, imparcial, de modo de no ponerse en alguna de las esquinas que se están disputando, sino en un punto medio donde ninguno de los dos puntos salga más beneficiado que el otro -Analizar las fuentes de las noticias que vemos. Esto sobre todo en redes sociales, donde es más común que las personas difundan contenido erróneo.
-Comprobar el origen y contexto de imรกgenes y noticias. Muchas veces ocurre que un mensaje textual o audiovisual es tomado por un contexto muy distinto a la realidad. Por tal motivo, debemos de buscar por otro medio un posible video o imagen original. -No transmitir las noticias falsas, por lo mismo que debemos investigar la veracidad. Si sabemos que el contenido es falso, no hay que difundirlo, sobre todo las que se dan en las redes sociales.
La herramienta más fácil para conectarse es por un celular. Y con el pasar de los años, el número de personas que tienen acceso a uno ha ido aumentando. Pero, aunque se cuente con un celular, no es seguro que se pueda obtener información. El medio principal para conseguir datos, en pleno 2020, es el internet. Cada vez son más personas las que pueden tener acceso a internet. Esto se puede traducir a que las personas cada vez tienen más herramientas para investigar los hechos que pasan en el país y el mundo.
Texto Argumentativo IMPACTO DE LA DESINFORMACIÓN EN EL SALVADOR
La desinformación proveniente de la esfera política y empresarial afecta e intenta manipular a la población salvadoreña. El constante debate político que ha polarizado el sistema democrático exponiendo dos bandos (los que están a favor del gobierno y los que están en contra) ha sido causa para que los medios de información y comunicación se vean inmersos en una lucha para argumentar y defender las posturas de las partes involucradas. Durante la actual crisis de salud que afecta al mundo entero y que, sin duda alguna, lo está haciendo en nuestro país, se ha desarrollado una dura contienda entre los diferentes poderes del estado, las esferas políticas y las fuerzas empresariales que tienen inclinación hacia alguno de los bandos antes mencionados.
La respuesta del gobierno ante la necesidad actual de la nación es uno de los temas más controversiales en el debate sociopolítico. El buen actuar, o no, del ejecutivo ha sido el titular de los grandes medios de comunicación en medio de esta coyuntura. Por otra parte, la autoproclamada oposición o contrapeso representada por el órgano legislativo y demás entidades gubernamentales relacionadas con este poder del estado, también han tenido intervenciones acertadas, o no, durante la crisis. Ahora bien, el “estira y encoge” expuesto anteriormente tiene como objetivo principal; desmentir, evidenciar, defender y exponer la verdad que cada parte pregona ante el pueblo salvadoreño sin importar cuan maquillada o adulterada pueda presentarse la información.
Las opiniones de organismos y entidades internacionales también han tenido injerencias en este vaivén, algunos noticieros como la BBC comparten entre sus artículos, ideas al respecto. "Y aunque 12 meses después sigue disfrutando del rotundo y mayoritario apoyo de la población salvadoreña según las encuestas, Bukele también enfrenta duras críticas por algunas de sus decisiones, especialmente desde organismos internacionales y de derechos humanos." (BBC NEWS, 2020).
Sigue sin responderse una de las tantas preguntas que a más de uno le causan incomodidad; ¿Quién dice la verdad y quién miente? Está muy claro y evidenciado el proceder corrupto de los gobiernos antiguos y que ahora dominan el órgano legislativo con imposición y bajo la influencia de sus intereses propios. Por otro lado, el “nuevo” gobierno que se muestra transparente y enfocado, también presenta vacíos en la ejecución de sus planes y proyectos, como consecuencia de todo lo anterior, cada uno se apoya de la libre expresión para presentar argumentos que, con toda alevosía y ventaja, intentan manipular la opinión pública y así ganar la guerra fría que sostienen.
En conclusión, el irresponsable uso de los medios de información masivos es inminente y basta referirnos a medios como las redes sociales para encontrar los miles de perfiles falsos que tienen como tarea desinformar y, al mismo tiempo, crear una “infobesidad” nociva y, sobre todo, enfermiza que afecta la salud emocional y psicológica de la sociedad. Estamos en contra del uso negligente de los medios de comunicación masiva para la persuasión y manipulación a la sociedad salvadoreña, con el fin de crear adeptos o enemigos a cualquiera de las fuerzas que rigen el poder político (Gobierno y oposición).
TEXTOS NARRATIVOS
"Cuidado" Victoria y Elizabeth son amigas de toda la vida y quedan de ir a cenar una noche. Victoria empieza a sentirse mal por lo que acude inmediatamente a un hospital. Estando ahí, se entera que tiene COVID-19, un virus del que ella no sabía de su existencia, por lo que no le tomó importancia. Poco a poco, empiezan a surgir casos de la misma enfermedad en distintos puntos del planeta, pero las personas al ver noticias falsas o rumores se hacen la idea de que no es peligroso y siguen saliendo sin precaución. Victoria, empieza a sentirse mal, cansada, con tos y fiebre. Debido a eso, prefiere investigar por sus propios medios y ve muchos casos con sus mismos síntomas; y, aun así, prefiere ignorar y seguir saliendo con sus amigas, y así sucesivamente, hasta ya no poder caminar y quedar postrada en su cama.
Elizabeth, al enterarse de que Victoria está mal decide visitarla sin precaución, estando en la misma habitación Victoria le dice a Elizabeth que lo que tiene no es contagioso, que decidió investigar por sí sola y con algunos medicamentos estará como nueva. Elizabeth, aun así, decide investigar por sí sola también sobre el COVID-19 y se entera de algo terrible sobre el virus. Rápidamente, se retira. Al día siguiente Elizabeth se siente mal y decide llamar a su madre. Al igual que Victoria, su madre decide comprar medicamento sin consultar con un doctor y esto trae consecuencias graves, a tal punto que se infecta toda su familia de este virus maligno. Victoria es llevada a urgencias al Hospital El Salvador. Llegando ahí, es ingresada de emergencia. Estando hospitalizada se entera de las terribles consecuencias que trae este virus en las personas, causándoles hasta la muerte si no se trata con tiempo.
Victoria al ver esto, entra en pánico, al saber que estaba muy mal informada sobre este virus maligno. La madre de Elizabeth se entera que Victoria fue ingresada de urgencia y sale de inmediato al hospital sin precaución. Cuando ella llega al hospital los vigilantes no la dejan entrar debido a que no está protegida. Corre de inmediato a protegerse y decide volver a entrar al hospital preguntando por la paciente Victoria. Las enfermeras buscando su nombre le dan la trágica noticia que ella ha fallecido ese mismo día, ya que no soportó los síntomas de esa enfermedad. La madre de Elizabeth corre con todas sus fuerzas a traer a su hija y hospitalizarla, dándole la noticia que su amiga Victoria había fallecido por causa del COVID-19 y su mala información respecto a ello.
Elizabeth se recupera y decide informar bien a las personas sobre esta pandemia, contando sus experiencias vividas con su mejor amiga y sobre su mala información del virus COVID-19. Así mismo, contando el porqué de la muerte de su mejor amiga y compartiendo información valiosa de esta enfermedad, hablada por expertos y científicos. Los médicos se verán obligados a luchar contra el reloj para evitar lo que parece ser una terrible pandemia.
-Daniela Guardado
"El desempleado" Julio Carrillo trabaja en AGROSEL, una empresa multinacional que tiene programas de Responsabilidad Social, los cuales ayudan a prevenir deficiencias educacionales o económicas. Antes de la pandemia, AGROSEL ya estaba comenzando a caer en una crisis económica como empresa. Se veían varios empleados, junto con exposiciones y gráficos de caída de bolsa. Lo demás, es historia, hicieron despidos masivos en el personal mientras la mayoría estaba en sus hogares ya en cuarentena. En ese recorte de personal iba Julio, que ríe con sus compañeros y llora a solas.
El correo electrónico que un día llega a la bandeja de entrada de Julio le da un golpe fuerte. Su casa no es extravagante, pero si lujosa. A metros se nota que no gana el sueldo mínimo. Julio cierra su computadora y se echa a llorar en su cama alta. Amanece, y Julio tiene los ojos hinchados. Hace mucho tiempo no lo despedían. Pasa en cama, a veces abre el Netflix. El sol y la luna se coordinan varias veces para aparecer por su ventana, marcando una semana. Hasta que por fin vuelve a la decadente y triste realidad, Julio ve una escena en un noticiero: El Hospital General del ISSS colapsado. Posteriormente, las fosas del cementerio municipal abiertas. Recordó que, por falta de información ante la pandemia, fue despedido de AGROSEL; por lo tanto, se levantó a buscar información de manera masiva acerca del tema. No estaba totalmente desconectado porque ocasionalmente abría sus redes sociales. Pero al percatarse que en el país no había información clara sin que tuviera algún tinte político, decide convertirse en una voz.
Se baña, se viste y sale a la calle en automóvil a buscar a un amigo. La calle está sola. A lo lejos, unos policías. Llega a la casa del amigo, nada modesta; menos modesta que la de Julio, por cierto. Le presenta su propuesta y hablan. Estrechan sus manos. Algunos días después, Julio vuelve a llegar a la casa de su amigo. Después de golpear, le abre la puerta, lo invita a pasar, y salen con varias cajas grandes llenas. Se suben a la camioneta del amigo y parten de la casa. Momentos después, llegan al centro de San Salvador, más vacío que de costumbre. De las cajas sacan boletines informativos, mascarillas y diversos elementos.
En un salto temporal, en el mismo lugar, pero un poco más lleno de personas, Julio y su amigo visten uniformados. En sus camisas y camioneta se alcanza a leer un logo con las letras “COVINFÓRMATE”. El semblante de Julio ya es muy distinto. Le apasiona prevenir problemas más grandes a causa de la desinformación y facilitar acceso a datos que salvan vidas. Además, contrarresta algunas de las consecuencias de una crisis política. Julio ha aprendido varias cosas: La información debe tener emisores responsables y nunca dejar de ser imparcial. Se pueden perder vidas por un dato incorrecto o manipulado. La vida es un teléfono descompuesto que ocasiona un desastre por no sonar claro. Infórmate. ¡Sé como Julio!
-Alejandro Jiménez
"La rutina" Otro día empieza en la vida de Lucía. Se levanta otro lunes por la mañana, con grandes ojeras, sintiéndose más cansada que cuando se fue a dormir. La cuarentena le ha pegado más fuerte a ella que al resto de su familia. Siempre se pregunta del por qué pasa eso. No es como que hubiera estado en alguna parte con sus amistades, visitando algún lugar. De hecho, ni siquiera le gusta le gusta salir, no entiende porqué se siente así. Como siempre, se levanta y lo primero que hace es preparar el desayuno para su familia. Cuando termina, empieza a realizar las tareas de la casa, rogando para que sus hermanos le ayuden, pueda terminar más rápido y así empezar con sus trabajos de la universidad. Está estudiando lo que más le gusta, tenía grandes planes al inicio de este año, pero claro, vino ese gran problema que infectó a todo el mundo.
Pasan los días, los problemas en su casa son casi a diario. Ella cada vez se siente más cansada. No sabe qué pasa, se supone que serían menos pesados los días sin las clases presenciales. Y otra vez llega su mamá tambaleándose. No necesita siquiera detenerse a analizar su estado, sabe cómo está y que esa será otra noche larga. Siguen pasando las semanas, trata de mantener su mente ocupada para no pensar en sus problemas. Siente que no la está teniendo fácil, antes de la cuarentena terminó con su pareja, con el cual ya llevaban años; su familia le critica todo lo que hace, los problemas del alcohol de su mamá cada día son peores. Y, por si fuera poco, la salud de su abuela se ha visto afectada.
Ya va medio año, inicio del segundo ciclo de la universidad, no siente la misma alegría ni entusiasmo que tenía al inicio del año. Sigue sin entender por qué esas conductas en su entorno la han perjudicado más. Ya han pasado dos meses desde que inició su ciclo. Está más preocupada por entregar todo a tiempo que de aprender bien lo que hace. Sabe que no puede fallar, toda la presión de su familia la tiene presente día con día. Se ha resignado a que no va a cambiar su ambiente, ya todo lo hace sin ganas.
Un día que navegaba por internet, se encontró con el contacto de un amigo que no veía hace años. Pasaron los días y siguieron manteniendo contacto. Su humor mejoró, tenía más energía para todo. No entendía por qué. Hasta que una tarde, cuando estaba sentada escuchando música, escuchó su celular vibrar, y era ese amigo, sonrió y ahí se da cuenta que es él quien, inconscientemente, le ayudó a salir del hoyo en el que ella misma se había metido. Dándose cuenta de que no tiene que cerrarse al mundo, y que una amistad es una de las mejores cosas que se pueden tener. Y así, se levantó con la frente en alto para seguir luchando por lo que quiere.
-Karina Mejía
"Lejos de la realidad" Los esposos Zepeda, una pareja de ancianos de edad avanzada, con aproximadamente 84 años, que residen en un pequeño cantón del municipio de Ahuachapán ubicado en El Salvador, se dedican a vender verdura en el mercado de su pueblo, ya que es la única manera para ellos de salir adelante y poder subsistir. Por motivo de abandono de sus hijos y familiares, viven solos y en estado de precariedad, porque, en ocasiones la venta no va muy bien, a veces se vendía y a veces no. Esta pareja de esposos no cuenta con acceso a los medios de comunicación masiva, una televisión, internet, ni mucho menos redes sociales; pero si con una pequeña radio donde apenas se escucha por la mala señal donde ellos viven. Eso era lo único con lo que contaban. En ella escuchan información sobre lo que pasaba a su alrededor, y ahora sobre el tema de la pandemia producida por el COVID-19.
Ciertamente es muy poca o nula la información que reciben. En el mes de marzo, cuando empezó la cuarentena, en muchas ocasiones las noticias que escuchaban por la radio eran erróneas; ya que, a lo mejor en estos programas de radio no estaban muy informados, como ha de ser común, pues era algo desconocido, y la información podría ser alterada o manipulada. Sin embargo, ellos no estaban conscientes que a lo mejor la información podría ser falsa.
Entre las pláticas e intercambios de palabras con sus vecinos ellos mantienen otra fuente de información, donde les anuncian qué hacer, qué no hacer, remedios caseros y demás. Además, existió un dato que circulaba mucho. Gracias a una mala experiencia que se vivió en el pueblo, tiempo después se dieron cuenta que era falso. El dato era: “el virus no afecta a jóvenes, solo a personas adultas y adultos mayores”, pues primeramente en los números de las cifras de personas contagiadas, comúnmente eran de edad avanzada. Pasaron los días y los jóvenes de esta comunidad sentían confianza en que ellos no corrían mucho riesgo; mientras que los Zepeda estaban muy preocupados por la situación, en donde cada día la cifra subía y subía.
Un día, Francisco de 21 años, el hijo de la vecina comenzó a sentirse mal de salud. Al parecer sus síntomas eran iguales al COVID-19. Esta familia trató de ayudarlo con los remedios y medicinas que las demás personas que residían a su alrededor aseguraban que funcionarían. Claramente estos medicamentos no eran los oficiales para combatir la enfermedad, hecho del cual se dieron cuenta luego cuando Francisco no mejoraba, e incluso los dolores de cabeza incrementaban y la falta de respiración aumentaba. El miedo de los vecinos que habían tenido contacto con él era muy grande, y el de la pareja Zepeda aún más, por el hecho de ser ancianos. Toda la comunidad decidió tomar una cuarentena estricta, para así descartar más casos mientras el muchacho se recupera o se convierte en una cifra más de las personas fallecidas debido a este catastrófico virus.
-Gabriela Valle
"Vivir para servir" Esta es la historia de Juan, un joven como cualquiera lleno de sueĂąos y con un gran corazĂłn. Durante la cuarentena en El Salvador a causa de la pandemia por COVID-19 Juan busca formas de poder ayudar a todas aquellas familias que tristemente fueron afectadas por la crisis de salud, ya que muchas familias perdieron sus fuentes de ingresos, diversas organizaciones gubernamentales y no gubernamentales buscaban voluntarios para realizar reparticiones de alimentos en aquellas comunidades necesitadas en todo el paĂs.
Juan buscó entre tantas opciones alguna que le diera la oportunidad de prestar sus servicios, aun en medio del peligro inminente de contagiarse de esta rara y muy delicada enfermedad, Juan consiguió una oportunidad para realizar entrega de alimentos en algunas comunidades en el oriente del país. Obligado a dejar su hogar por algún tiempo, se despidió de sus padres con mucho sentimiento, pero con la esperanza de volver sano y salvo. Partió hacia aquella enorme bodega donde almacenaban los alimentos para poder ser empacados y prontamente repartirlos a la población necesitada.
Como todo procedimiento protocolario del momento, se le realizo una prueba PCR para la detección del virus, como era obvio, Juan dio un resultado negativo. Estaba listo para realizar las entregas de alimentos en aquellos cantones. Visito muchas comunidades y pueblos donde encontró necesidad y miedo. La duda y la incertidumbre ero lo único que no guardaba cuarentena pues se podía encontrar en cada calle por la cual él caminaba. Después de varias semanas fuera de casa, Juan tuvo la oportunidad de regresar. Sin embargo, una segunda prueba PCR se convirtió en el detonante de una difícil situación, Juan y su grupo de entrega, obtuvieron un resultado positivo a Sars-Covid-19, sinónimo de muerte y sufrimiento en esos duros momentos para toda la humidad.
Fue enviado a su casa para guardar cuarentena domiciliar, al ser uno de los muchos casos asintomáticos, no presentaba complicaciones médicas y por esa razón fue enviado a su hogar. Con la esperanza de poder curarse pronto y recibir los cuidados de su familia, informo a sus padres de lo sucedido, estos le recibieron con preocupación como era de esperar, pero Juan estaba consciente de la situación y no esperaba más debido a las estrictas medidas de seguridad que debía tener. Los días pasaron y Juan seguía sin presentar síntomas. Sin embargo, hubo algo que si le llamo su atención y le sembró dudas en su mente y su corazón. Su familia, en quien el tanto confiaba, comenzó a discriminarle y tenerle miedo.
Su madre, una fiel oyente de las noticias a toda hora del día y su padre, un stalker de primera cuando de malas noticias en las redes se trataba, fueron consumidos por el miedo, la desinformación y los comentarios de la gente. Este coctel de situaciones le hizo a Juan un infierno durante su cuarentena. Pasaron los días y la recuperación llego al cuerpo de Juan, este encontró una nueva forma de ayudar, se dio cuenta que la enfermedad mata, pero la desinformación y el miedo lo hacen más rápido.
-Carlos Mejía
FIN