Libro - Drácula en el espacio

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DRÁCULA EN EL ESPACIO



DRร CULA EN EL ESPACIO Mรกs de lo que te imaginas...

Alejandro Pelรกez Salazar


Primera edición: octubre 2020 Depósito legal: B 7302-2020 ISBN: 191-21-246-5823-5 Diseño portada: Alejandro Peláez Salazar Maquetación: Alejandro Peláez Salazar Ilustraciones: Alejandro Peláez Salazar Imprime: Autores Editores Edita: PublishWay info@publishway.es Todos los derechos reservados. No se permite reproducir, almacenar en sistemas de recuperación, ni transmitir alguna parte de esta publicación, cualquiera que sea el medio empleado: electrónico, mecánico, fotocopia, grabación, etc, sin el permiso previo de los titulares de los derechos de propiedad intelectual. Impreso en Colombia / Printed in Colombia © Alejandro Peláez Salazar, 2020


Dedico este libro a todos los soĂąadores que viven el arte, quienes disfrutan mĂĄs del proceso que el resultado.



“Todo gran sueño comienza con un gran soñador. Recuerda siempre: tienes en tu interior la fuerza, la paciencia y la pasión para alcanzar las estrellas y cambiar el mundo.” -Harriet Tubman



Advertencia Este libro tiene dos finalidades, como primero, fomentar la lectura con intenciones de disfrute en aquellos que no han tenido la maravillosa experiencia, naveguen en el mundo de las letras y divertir a la comunidad joven que generalmente no se ausenta de las pantallas. Encontrarás opiniones y posturas personales, algunos momentos específicos de la historia serán crueles, no confíes en ningún personaje. Si eres o crees ser sensible a lo anteriormente comunicado, se recomienda no continuar con el libro. Las únicas versiones autorizadas por el autor, editorialmente, son las que publicará esta casa.



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Introducción En este libro encontrarás una historia no muy común, construida a partir de numerosos personajes generalmente fantásticos que han tenido relevancia en la vida del autor. No te preocupes si no entiendes algún párrafo o expresión, solo basta con repasar las tendencias de internet en los últimos 10 años. Un recién egresado, es contactado para hacer parte de una misión en el espacio, no será fácil, le espera un arduo proceso de selección. Luego, en la nave, se encontrarán con dificultades aún mayores, mientras las solucionan, sus vidas están en palpante riesgo. El trabajo de este astronauta no es que sea muy entretenido. Inspirado a partir del último juego de moda, Among Us y el estilo de vida de un gordo que se sienta todo el día en su computador.



Contenido Introducción............................................................................................................... 13 Among Us .................................................................................................................. 17 Capítulo 1. La sorpresa ............................................................................................. 19 Capítulo 2. Un punto rojo ........................................................................................ 25



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Among Us Among Us​es un videojuego modo fiesta multijugador en línea desarrollado por InnerSloth y lanzado el 15 de junio de 2018. El juego tiene un grupo de jugadores a bordo de una nave espacial, cada uno de los cuales asume uno de los dos roles, la mayoría son compañeros de tripulación y algunos son impostores. El objetivo de los tripulantes es identificar a los impostores y expulsarlos de la nave mientras se mantienen las funciones de la misma, y el objetivo de los impostores es matar a todos los tripulantes o sabotear la nave sin ser identificados. Si bien se lanzó inicialmente en 2018 con poca atención generalizada, recibió una afluencia de popularidad en 2020 debido a que muchos streamers de Twitch y youtubers conocidos lo comenzaron a jugar. https://es.wikipedia.org/wiki/Among_Us



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Capítulo 1.

“La sorpresa”

Todo pasó muy rápido, no asimilo en qué momento hice tanto. Estábamos completamente concentrados en nuestras tareas, tanto así, que nadie recordaba el alarmante informe que nos presentó el jefe de la misión: sin saberlo, un astuto y sangriento ser se había infiltrado en la nave. Debíamos descubrirlo, pero, en el momento, solucionar la ausencia de oxígeno era prioridad, y así estaban las cabezas, tan carentes de aire, que apenas los pulmones alcanzaban para suplir el afán de llegar a la sala y poner la palma de la mano en el sensor. Mimetizado y con elevada credibilidad, caminando de puntas, se mofaba de la muerte de nuestro capitán; mientras tanto, iba preparando el ataque para su próxima víctima. Les cuento todo. Cuando recién salí de la universidad, como la mayoría, algo novato e inseguro, pero con ganas de darle tres vueltas al mundo, vale aclarar, en el


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sentido de lograr mis objetivos; me contactaron desde una gran organización para hacer parte de la próxima misión espacial, la más importante del momento, ni yo me lo creía… no era confirmado, puesto que debía competir con otros, demostrar por qué debía ser yo y no alguno de ellos, pero de igual manera, estaba muy feliz, era una oportunidad maravillosa de saludar más de cerca a las estrellas y sentirme en conexión indiscutible con el universo. Algo sí habían dejado muy claro, el concurso era para valientes, en la pelea por ser uno de los elegidos, no nos aseguraban el regreso a casa, eso confirmaba, que la competencia no era a punta de exámenes de opción múltiple, por el contrario, con intenciones de calcular el poder de control, querían gritos, rasguños, y apuros, anhelaban que estuviéramos al borde de perder la cabeza, … se les hacía placentero. Debíamos ser impecables estrategas para poder volver a sentir un abrazo de mamá. La primera prueba, era ponerle la cola al burro, una fila de aproximadamente setenta participantes se estaba moviendo, yo era de los últimos, eso me permitía ir puliendo mi plan para calcular certeramente la distancia y lograr pasar al siguiente filtro, que según nos informaron, era la mitad de los que estábamos en el momento. Para no hacerles muy largo el proceso, quedé en el puesto número veintidós, vaya casualidad, el favorito de mi abuelo, él siempre me decía que ese número tenía un poder superior, porque así iniciaba su canción escuelera favorita… dos y dos son cuatro, cuatro y dos son seis, seis y dos son ocho y ocho dieciséis. A mí me daba risa cuando él decía eso, porque no es la razón que uno se espera, pero hoy, justamente hoy, tenía más sentido que mi propia vida. Nos pusieron unas máscaras mientras nos dirigíamos a la cancha, en ese momento, mientras me preparaba mentalmente para la próxima prueba, ¡es que iba a estar en el sol, el que tanto daño me hace! Mientras me aplicaba el protector solar especial de líquido de tiburón, de los nervios y la ansiedad, me puse a detallar pausadamente todo lo que había a mi alrededor, en eso, aunque me tardé un buen rato en asegurarme, veo al frente un viejo amigo de infancia, el unicornio Pabek, no había cambiado mucho, pero, su presencia me tomó con sorpresa, su cacho afilado era inconfundible; junto a él, jugaba casi todos los días a tin tin corre corre por todo el barrio. Lo saludé con una sonrisa, estaba caminando hacia su puesto para abrazarlo, pues estaba solo y asustado, además de eso, quería preguntarle por la familia y esas cosas que en un inesperado encuentro siempre cuestionan, pero, me detuvieron las gruesas palabras del supervisor, que, por cierto, aturdían en gran medida por un potente megáfono, “RECUERDEN QUE ESTÁ PROHIBIDO COMUNICARSE CON LOS DEMÁS PARTICIPANTES”. En tiempos así, se me olvidan las condiciones, bueno, a cualquiera le hubiera pasado lo mismo. Por el momento, seguiría pendiente de él, para estar hasta la última prueba a su lado y poder contactarlo, además de preguntarle por el dinosaurio de plástico que me robó hace como 13 años.


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Pero es que nada en la vida es perfecto, Pabek fue el primer descartado, por lo tanto, tenía que quitarse la máscara y retirarse del lugar, pero vaya sorpresa, ¡No era Pabek! Era un torpe burro con una zanahoria pintada como un arcoíris, estuve engañado durante todo ese rato, a lo mejor, ese jugo de cabra que me compré a la entrada me estaba poniendo a alucinar. Ahh, se me olvidaba, esta prueba, consistía en escuchar por 10 minutos, la última canción de Luisa Fernanda W, los organizadores justificaban, que era para calcular la sensibilidad y fortaleza de nuestro sentido del oído, un verdadero desafío para mis puntiagudas orejas. Ahora entiendo al burro, ¿quién soportaría tan dañinas frecuencias por el mencionado tiempo? Pobrecillo. Por otro lado, yo estaba muy pálido y acalorado, pues esta era una clara desventaja para mí, por poco me quedo en ese filtro, sin embargo, gracias a las clases de yoga que me ayudaron a mejorar mi nivel de concentración, logré ubicar el sonido del grillo por encima de las bocinas de mi diadema. No crean que fue fácil. Estaba agotado, me quedaban mínimos deseos de continuar, necesitaba recargarme para tener un mejor rendimiento en el próximo examen. Mientras los jurados analizaban las estadísticas de esta prueba, nos enviaron a la oficina, un lugar muy fresco, no pudo haber mejor anuncio para mí, ya estaba tan sudado y mal oloroso, que todos me evitaban, algo así, como un repelente. Después de un buen rato de hambre e incertidumbre, los jurados se comunicaron por las bocinas e informaron como inicio, que ya habían llegado a un acuerdo, pero, como en cualquier evento, había una mala noticia, que no estaba pensada desde la convocatoria del concurso. Algo que a nadie se le pasó por la cabeza: primeramente, que por el poco nivel de preparación de algunos participantes, no era necesaria la última prueba, los cupos ya estaban completos, por lo tanto, los tripulantes de la nave ya habían sido elegidos, y como segundo, que ni el jefe, ni los


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supervisores, ni el gran equipo de ingenieros y astrólogos, habían visto el anuncio que colgaron los aliens en Facebook la noche anterior, el cual tenía un titular de gran tamaño que decía: “A partir del próximo 4to mes, toda nave que sobrevuele los planetas será destruida, ya que, por el actual nivel de contaminación, presenta un gran riesgo para los habitantes del lugar”. ¡¿Quééé?! Eso significaba que, como mínimo, en las próximas dos semanas, ya debíamos estar en órbita. Pero es que… ¿A quién se le ocurre una idea de tal nivel? ¿Qué creen? ¿Que no se necesita preparación ni testeos mecánicos? ¿Que es solo pinchar un botón y lo demás se hace por arte de magia? Pues también es cierto que, por encima, a todos se nos notaban las incalculables ganas de tocar pronto las estrellas, pero es que se entendía prácticamente que debíamos volar al próximo día, o tal vez esa misma noche. Desgraciados marcianos, han apresurado de repente nuestro plan. Era una decisión bastante arriesgada, y por el momento, la única opción, así que, no hubo tiempo para discutir, en menos de media hora se estableció que la próxima semana sería el viaje. Ahora, la mayoría estábamos sin uñas y con la mandíbula temblando, nos comía la ansiedad de conocer la lista de los tripulantes que minutos atrás, los dinosaurios habían elegido. En ese momento, se pone de pie el más anciano, da unos agigantados pasos, enciende el micrófono y dirige su mirada hacia todos los participantes, luego, procede a mencionarlos. Aunque lo imaginaba, me tomó con sorpresa, como tercero, mencionó mi nombre, en ese momento se escuchan los aplausos, melodía para mis oídos, nunca me había sentido tan orgulloso, sería mi primera experiencia como astronauta. Apenas descubría mi maravilloso trabajo y calculaba la gran responsabilidad que tenía con los de mi mundo. Iba a poder sonreírle de cerca a los planetas, contarles mis historias y escuchar sus añejas anécdotas.


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Capítulo 2.

“CAMBIO DE DIRECCIÓN” Esa noche, nos fuimos muy preocupados a dormir, bueno, es que ni a eso, ¿quién iba a conciliar el sueño sabiendo que su nombre estaría estampado en todos los noticieros de última hora? Además, teníamos claro que los próximos días serían de mucho trabajo, era un encuentro de emociones que no nos permitían descansar. Son las 3:33, tengo los pelos de punta, las manos temblando y el corazón que se me sale. Han tocado la puerta mencionando mi nombre. Muy nervioso, me cubro con la cobija de pies a cabeza, desde niño, aprendí que esta técnica permite, que ningún avieso ni extraño ser invada mi cuerpo. Después de unos diez minutos de escuchar llamados continuos, ya me iba tranquilizando, se me hacía una voz muy familiar, sin embargo, muy en el fondo, aún sentía recelo de girar la manija; por otro lado, quería saber quién era y por qué su afán de ser atendido, ¿para qué me necesitará? pues no es habitual que a estas horas mencionen mi nombre acompañado de unos sonidos bien extraños, se escuchaba como si hubiese una multitud al otro lado de la puerta ¿pasaría algo? ¿será que es muy urgente? no sé si sea producto de mi imaginación, a veces los pensamientos juegan en contra y resultan proyectar más de lo que realmente es. Luego de un buen tiempo de perplejidad, he tomado una decisión, así que, me siento en la cama, me pongo las pantuflas y me dirijo a abrir. Son los habitantes del bajo mundo, manifiestan que están molestos conmigo porque esta madrugada los he olvidado. Presuroso, pero con impecable sigilo, entro de inmediato a la ducha, me organizo en contados minutos, me echo perfume y salgo disparado como si todo estuviese calculado. Con tantos afanes y compromisos se nublan las prioridades, se me caía la cara de vergüenza con los colegas, les prometí que no volvería a pasar. Los extrañaba, me hacían falta las travesuras para conseguir algo de energía. Salimos camino a una granja que tiempo atrás habíamos evaluado, cerca del cementerio municipal, posiblemente sería el banquete de hoy. Desde lejos se notaba la calidad, bastante provocativo, desde ya se me hacía agua la boca. Los chicos ajustaban una semana completa sin comer, imagínese ¿bien feos y hambrientos? No dudé en decirles que eran los que merecían darle el primer mordisco al festín. Pitillo, el más pequeño tenía un gran apetito, con los ojos brillantes, señaló a una enorme y primorosa vaca, había que comprenderlo, el pobre ya andaba en los meros huesos, donde alguno estornudara lo mandaba al abismo o cogería vuelo como un avión de papel. Llevábamos un par de horas disfrutando de nuestro exquisito manjar y de la maravillosa compañía, de repente, presenciamos una luz extremadamente intensa por


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encima de nosotros, como si hubieran encendido un reflector gigante de algún estadio, o como si hubiese amanecido más pronto de lo normal, (esto último me preocupaba) apenas podía levantar las cejas, mis ojos estaban 404 Not Found, por más que lo intentara no lograba abrirlos. Por fortuna, mi querida amiga Treya, siempre carga unas gafas oscuras para este tipo de situaciones, pego un grito gigante tratando de ubicarla, apenas soy capaz de dar unos cuantos pasos, parecía un bebé aprendiendo a caminar, cuando llego donde ella, de inmediato me las pongo y… Es que es difícil de digerir, probablemente creerás que toda esta historia es cuento mío, pero bueno, aquí voy: ¡¡Los marcianos estaban llevándose todo el ganado!! Se sentían las voces robotizadas y los mugidos de las pobres criaturas en el aire. En menos de un abrir y cerrar de ojos, sale el anciano de la granja con una escopeta como de metro y medio a darle piso a todos los marcianos que se encontrara, los forasteros no se quedaron quietos, de inmediato activaron su tecnología y además de atacar al señor, empezaron a quemar todos los cultivos con rayos láser, mientras tanto, nosotros, aunque temblorosos, fuimos en un suanfonson a la tienda por unas buenas crispetas y activamos la invisibilidad para apreciar lo que parecía una película de acción. Disparos por aquí y por allá, se veían más chispas que en Halloween, apenas nos despeinaban las explosiones (no se preocupen por Pitillo, él ya había comido, sin embargo, lo atamos a una estaca para que no corriera peligro) fuegos artificiales en vivo y en directo, parecía el inicio de una cinta de Disney, destellos por doquier.


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Luego de un buen rato de acción, cuando ya se acabó la pelea, nos hacemos los locos, llegamos simulando estar en aterrados a la granja, le dirigimos la palabra al dueño, el momento ameritaba manifestarle algunas palabras de aliento. Nos comenta que no era la primera vez que estos intrusos trataban de quedarse con sus vacas, que, por eso, ya permanecía preparado, solo que hoy le fue peor de lo normal, se enteró que además de los daños en la huerta, le hacían falta más de cincuenta bovinos. Son locuras de juventud, momentos que son entretenidos para recordar en una conversación entre viejos y traviesos amigos, pero que no son para mucho orgullo que digamos, pues era un momento de gracia para nosotros, mientras el desolado anciano pasó un mal rato, del cual, mientras regresaba a su rancho, mencionó que ya estaba bastante agotado y que situaciones como estas ya se estaban volviendo costumbre. Todos nos miramos a los ojos, estábamos afligidos por las cortas, pero sentidas palabras, por poco nos ponemos a llorar. Cuando estaba a menos de un metro de la puerta, gira un poco su cabeza, arruga sus cejas, respira profundo y corre como un demente hacia nosotros mientras hace disparos con su voluminosa arma acompañado de unos gritos amenazantes, ¡ustedes acabaron con mis animales! ¡largo de aquí! ¡no quiero verlos! Nosotros que salimos apresurados esquivando balas, escombros y saltando las cercas del lugar, en la última, que era ya para llegar a la calle, tomo gran impulso y pego un salto enorme, por desgracia, se me queda atorada la bota del pantalón en un clavo, salí volando en cámara lenta, me dio tiempo para saludar a un pequeño murciélago que me encontré en el aire, iba de cabezas en caída libre y justo cuando estaba cerca del suelo, siento un taco en el pecho ¡y me despierto con el corazón que se me sale!, seguido de esto, suena el llamado mañanero del líder del campamento ¡despierten, despierten, es un nuevo día! ¡todos a la sala de reunión!... Vaya, vaya, que mal sueño, por poco y me quedo sin viaje, y sin cabeza. Nos levantamos, estiramos, hicimos ejercicios breves e iniciamos la labor del día; hoy, acompañados del ingeniero triceraptos, estudiaríamos la programación del sistema de electricidad de la nave. Teníamos una semana para prepararnos, el viaje sería el domingo. Y así, con el resto de los días: el martes, fuimos a ajustar varias tuercas del motor superior, el miércoles, tuvimos teoría y prácticas del reactor, el jueves nos llevaron a la sala de navegación para enseñarnos sus funciones, el viernes estuvimos concentrados adecuando el ala médica y el espacio de cafetería y el sábado fue todo un día de pruebas y testeos a la máquina. Aunque cada uno tenía su área de especialización, hicimos un sondeo general por si ocurría algún problema todos pudieran aportar. Ya es domingo, el día más esperado por todos, suena mi despertador, sonriendo abro los ojos, me cubro con mi capa, corro la cortina y miro por la ventana, es una mañana muy fría y lluviosa, abrazo mi cobija mientras me pregunto si será posible despegar hoy. Como si me hubieran escuchado, entran a informarnos que por las


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inesperadas condiciones climáticas se suspende el vuelo hasta el día siguiente y que el día de hoy, será de actividades ajenas a la misión, con intenciones de relajar el cuerpo y la mente, pues en todo el proceso no nos había quedado tiempo para eso, entonces organizaron un salón gigante con diferentes juegos de mesa, podíamos escuchar música, conversar, reír, comer y disfrutar del momento. Era una ventaja para mí, pues me facilitaba mucho la tarea de análisis, examino a cada uno de los nueve tripulantes, sus comportamientos, reacciones y estrategias para que las mías sean mucho más potentes y mis ataques en la nave impecables, todo con el fin, de que no logren descubrirme. Al otro día, la sala de recepción estaba llena de cámaras, periodistas y noticieros de todo el mundo, procedemos a revisar el combustible, últimos detalles, hacemos todos los testeos, la reunión final y 3…2…1… procedemos a despegar, una nueva vida nos espera, o puede que no sea vida. Activamos los motores y en escasos minutos ya podíamos apreciar desde la distancia, cobijada por las nubes, la esfera de donde veníamos, me sentía tan pequeño, no me imaginé que las estrellas eran tan hermosas, podía sentir su brillo y observar la perfecta alineación de los planetas, le moví la mano a Venus y con los cachetes rojos me sonrió, esto apenas comienza, la misión investigativa había iniciado su camino. Debíamos aterrizar en Mercurio, y pues claro está, yo no podía llegar hasta esos puntos, estaba muy cerca al sol y me convertiría en ceniza en menos de un segundo, por lo tanto, mi intención era conseguir desviar la nave más o menos hasta Júpiter, allí tenía unos amigos que conseguí por Facebook mientras me daban clases en el campamento. Me dirijo


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silenciosamente hacia la sala de navegación para modificar las coordenadas, por desgracia, allí había presencia dos tripulantes, tendría que esperar un rato cerca de la entrada, pero eso levantaría muchas sospechas, por lo que decidí caminar un rato, simulando que hacía algún trabajo y cuando menos se lo esperaran cortar el circuito de electricidad para que fueran corriendo a repararlo. Así fue, mientras todos corrían asustador por organizar la energía, yo estaba sentado en la oficina de navegación, para que cuando apenas hubiera una señal de la pantalla, configurara el transbordador para iniciar el cambio de dirección. Pero me puse a analizar algo, era muy probable que todos se enteraran, puesto que la sacudida que íbamos a sentir no era normal, además, cuando ellos regresaran a la sala, verían el gigante título “en dirección a: Júpiter” y tendrían mucho tiempo para solucionarlo, por el momento, no haría eso, primero, acabaría con el par de encargados de ese sector y de allí, continuaría con los demás. Así que, apenas entró el primero a la sala de navegación, cerré las puertas, me le tiré al cuello y lo mordí con mis afilados colmillos, ya era un fantasma, luego, para evitar señalamientos, entré y me arrastré por las rejillas hasta llegar a armería, quería distraerme un rato peleando contra los asteroides. Después de un tiempo, cuando llega su compañero y encuentra el cuerpo partido a la mitad, aterrorizado lo reporta, ¡muchachos, me he encontrado el cuerpo de mi colega! ¡no he sido yo!... Que mal por él, pues logré convencer a los demás que lo expulsáramos, con el discurso de que era el único acompañante, por lo tanto, no había alguien más de quién sospechar. Y así continué, haciendo daños para que corrieran por toda la nave a solucionarlos, mientas tanto, yo los asechaba, uno por uno, los de electricidad, el que estaba solo en el ala médica, los encargados del almacén, el de comunicaciones… los únicos que se salvaron, fueron los de seguridad, pues ellos, aparte de que no se podían parar de la silla, tenían cámaras y sensores sincronizados con el edificio de estudios en la Tierra, además del registro de entradas y salidas de la oficina, por lo que, se me hacía irrealizable. Por si algo, reuní todos los cuerpos y los cubrí con el mismo tapete del suelo, de manera que quedaran muy bien camuflados. Mientras tanto, corría hacia mi destino, al fin podía ir a navegación, ya era hora, un minuto más y me quedo sin dedos, el sol se sentía bastante y me estaba consumiendo. Con el corto dedo índice que me quedaba, digito los datos de ingreso, pongo la huella del cadáver, me hago pasar por uno de los responsables de este apartado y logro modificar el sistema. Se dispara una alarma y salen los de seguridad con unas espadas luminosas a cazarme, habían visto cada una de mis jugadas por las cámaras, por fortuna, existía una salida justo donde me encontraba, sería una gran estrategia de escape, pero, ¿en qué nave voy a terminar mi viaje? Desesperado, busco por todos los cajones de la oficina y no había ningún paracaídas o cualquier aparato extraño, no encuentro nada, lo único que falta por revisar es mi maleta, por buenaventura, tenía el prototipo perfecto de la mini nave espacial que hice de trabajo final en la academia, así que, configuro la autodestrucción de la nave principal, abro la salida de emergencia y


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salto al vacío con mi grandioso invento, que maravilla, desde aquí todo se ve mucho mejor, mientras tomo un refrescante vaso de sangre, puedo tirarle besos a las irresistibles estrellas, aunque por mi cuerpo corre la adrenalina, logro dominar las fuertes corrientes de viento que generaron la explosión de la nave y las aprovecho para tomar más velocidad, seguramente en menos de dos días, me encontraré con todos mis amigos de Júpiter. Será una gran experiencia.

Continuará...




Agradecimientos especiales mi primito Maximiliano GutiĂŠrrez QuinchĂ­a Por hacer posible esta historia gracias a sus grandes e ingeniosas ideas.


Te encontrarás con una historia algo inusual, construida a partir de numerosos personajes generalmente fantásticos que han tenido relevancia en la vida del autor. No te preocupes si no entiendes algún párrafo o expresión, solo basta con repasar las tendencias de internet en los últimos 10 años. Un recién egresado, es contactado para hacer parte de una misión en el espacio, no será fácil, le espera un arduo proceso de selección. Luego, en la nave, se encontrarán con dificultades aún mayores, mientras las solucionan, sus vidas están en palpante riesgo. El trabajo de este astronauta no es que sea muy entretenido. Inspirado a partir del último juego de moda, Among Us y el estilo de vida de un gordo que se sienta todo el día en su computador.


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