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Encuéntrame hoy, y mis trajes el próximo lunes 21 de marzo.
José María Córdova
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Entrega 3/12 de las páginas informativas que complementan a Próceres de Mi Tierra.
Fuerza y valor de la Juventud Por: Demetrio Quintero Quintero Antioquia en la colonia era una región geográfica y políticamente aislada por encontrarse entre grandes ríos y su superficie montañosa y abrupta; escasos y tortuosos caminos, y una economía circunscrita a la minería y productos de pan coger. A esas características se ajustaron sus moradores: individuos recios, fuertes y audaces frente al medio que los rodeaba, individualistas y con gran sentido práctico para superar las dificultades. Los padres de José María Córdova Muñoz, don Crisanto y doña Pascuala, buscaron el bienestar de sus hijos trabajando duramente en la minería, y recorrieron varios lugares con su familia: de Barbosa a Concepción, de Concepción a San Vicente y de San Vicente a Rionegro. Don Crisanto fue alcalde y juez en Concepción, cargos públicos que en aquel tiempo se desempeñaban gratis. Desde muy joven, Córdova mostró un carácter dominante, que rápidamente supo dirigir al servicio de la causa libertaria. Cuando se supo en Antioquia que había nacido un movimiento por la independencia, algunos patriotas antioqueños se sumaron: representantes de los cabildos de Santa Fe de Antioquia, Medellín, Rionegro y Marinilla se reunieron en Santa Fe para formar Junta
de Gobierno. No todos los antioqueños apoyaban la idea de la independencia y los realistas de Popayán querían atacar a esta provincia; por eso don Juan del Corral con mucho patriotismo y energía aceptó ser Presidente Dictador de esta provincia; le ayudaron el sabio Caldas y el coronel Manuel Serviez. En es entonces, José María Córdova dejó la escuela para entrar a la Academia Militar que el sabio Francisco José de Caldas había instalado en Rionegro. Córdova apoyaba la independencia y quería ser soldado para conseguirla. Poco después se hizo apuntar en el batallón que estaba entrenando Manuel Serviez para combatir a Sámano y actuó como soldado patriota cuando apenas tenía 16 años en el combate del río Palo, cerca de Popayán. Luego se mostró igual de valiente en Casanare, Venezuela, y en toda la campaña que terminó con la victoria en Boyacá. Consciente del compromiso moral de independizar a Antioquia, en 1819 se vino de Honda a Rionegro; allí organizó el gobierno y reunió un ejército que derrotó al español Francisco Warleta en Chorrosblancos, cerca a Yarumal, el 12 de febrero de 1820. Y sin permitir descanso a los realistas que había derrotado, ordenó a su hermano Salvador que siguiera en su persecución por el
Casa donde murió Córdova a manos de Ruperto Hand, en El Santuario, Antioquia.
Retrato al óleo de Córdova como General de División. Autor: José María Espinoza. Museo 20 de julio, Bogotá D.C. bajo Cauca, por las sabanas de Corozal, Magangué y Bolívar hasta poner sitio a Cartagena, plaza que se tomaron el 10 de octubre de 1821, cuando se puede decir que se dio el punto final a la reconquista española. Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander, conocedores de las dotes militares del antioqueño, lo estimularon mandándolo para la campaña del Perú donde participó en batallas tan importantes, como las de Pichincha, Junín y Ayacucho. Córdova fue un hombre noble y jamás rencoroso: estando en la campaña del Perú, fue acusado por algunos actos de su ejercicio militar y llamado a responder ante un tribunal de Bogotá. No se excusó por estar tan lejos ni se disculpó de lo que era acusado; emprendió el viaje y se presentó hasta ser absuelto de lo que se le acusaba. Otra faceta de su personalidad fue su cordialidad, espíritu generoso y conquistador. Virtudes que no solo le sir-
Mural sobre la Batalla de El Santuario, por el maestro Claver Ramírez. Consejo municipal de El Santuario, Antioquia.
vieron en las filas militares, sino que, unidas a su presencia gallarda y victoriosa, atraían a las jóvenes de los lugares que recorría. Entre sus grandes amores están Manuelita Morales, de Rionegro, y Ana Anderson, hija del cónsul inglés en Bogotá. Las importantes misiones militares y de mando que se le encomendaron a pesar de su juventud, dotaron a Córdova de gran madurez para comprender el papel del gobierno frente al pueblo que había logrado libertad e independencia. Por ello, cuando aparecieron en Bogotá partidos que querían hacer de Bolívar un rey o un Presidente que suprimía las garantías que había logrado el pueblo con la independencia, Córdova se alzó con rebeldía para defender la democracia. Para alcanzar su propósito de impedir la tiranía sobre el pueblo colombiano dejó la comandancia de Popayán para dirigirse a Antioquia a organizar la oposición. En Rionegro convocó a los antioqueños a tomar las armas para enfrentar el batallón enviado de Bogotá a someterlo. Cuando supo que O´Leary se acercaba salió a su encuentro. En el sitio que hoy ocupa el municipio de El Santuario fue herido y luego fue asesinado; murió ofrendando su sangre y su vida por la democracia. Sin cumplir 30 años de edad, Córdova sentó cátedra al anteponer abiertamente el interés general de la libertad, a pesar de la amistad y lealtad debida a su amigo y jefe, Simón Bolívar. La Historia siempre se ha preguntado los valiosos aportes que este héroe antioqueño pudo hacer a esos primeros años de vida republicana, de no haber sido truncada su vida tan tempranamente por manos “amigas”. José María Córdova representa mental y espiritualmente al antioqueño de fines del siglo XVIII. Fue un volcán fogoso en el que afloraron con vigor y fuerza la ambición, la agresividad, la generosidad, la valentía frente a los peligros, todo ello movido por el amor por la patria hasta el sacrificio. En la galería de próceres de la Independencia sobresale por ser el antioqueño de más alta graduación en el escalafón militar de ese tiempo y por haber ocupado los más altos cargos, en la carrera militar y administrativos y políticos: General de División a los 24 años de edad; altos puestos de mando antes de cumplir 20 años, en los Llanos y en la Campaña Libertadora; encargado de misiones de gran significado, como la de dar libertad a Antioquia, continuar hacia la Costa y más tarde hacia la provincia de Popayán; Comandante de Antioquia y también de Popayán.
Datos curiosos Toponimia Córdoba con “b” es un nombre común en los dominios hispanos de Europa y de América: desde el emirato de Córdoba en España y la bella ciudad cruzada por el Guadalquivir pasó a Méjico y a la Argentina. En Colombia existe el departamento de Córdoba y más de 40 sitios y poblados con el mismo nombre, todos con “b”, entre ellos tres municipios en Bolívar, Nariño y Quindío. No hay ningún sitio en nuestro país, según el Diccionario Geográfico del IGAC, llamado Córdova con “v”, que era la forma como se firmaba nuestro prócer antioqueño. El aeropuerto internacional de Rionegro, sí recuerda el nombre del prócer y por eso se escribe con “v”.
Otro tanto debería hacerse con el departamento y muchos de los sitios mencionados, pues fueron así nombrados como homenaje al héroe (José María Córdova está en el escudo del departamento de Córdoba, constituido como tal en 1951, luego de separarse del departamento de Bolívar). Curiosamente el apellido escrito con la ortografía con que se firmaba José María Córdova se encuentra fuera de Colombia en Gonzalo Córdova, elegido presidente del Ecuador en 1924 y en Jorge Córdova, militar y político boliviano, presidente de Bolivia en 1855. Cuatro municipios antioqueños conmemoran cada año las fechas más sobresalientes en la vida de José María Córdova, así: Concepción, el 8 de septiembre, día de su nacimiento; Yarumal, el 12 de febrero, recuerda su triunfo en Chorrosblancos; Rionegro celebra el 9 de diciembre el triunfo en Ayacucho, y en El Santuario se conmemora su muerte el 17 de octubre de cada año. Calles y avenidas de algunas ciudades llevan el nombre de Córdova; es el nombre oficial del Centro Administrativo de Antioquia y Medellín, más conocido como “La Alpujarra”. Entre los monumentos más expresivos de Córdova están, la bella estatua en el parque Boston de Medellín; la que se levanta en su ciudad natal, Concepción; el bello monumento de Arenas Betancur, en Rionegro, y la estatua semiyacente, en el museo y lugar donde fue asesinado en El Santuario.
Estatua en bronce por el escultor francés Jules de Chin, en el parque de Concepción, Antioquiq. Fue donada por el Ecuador y en la inscripción reza: “A la verdadera cuna de Córdova”.
Pinta aquí tu retrato de José María Cordova
José María Córdova en la escultura del maestro Rodrigo Arenas Betancur, ubicada en el parque principal del municipio de Rionegro. *Córdova fue masón. Con Santander, Sounlette, Páez, Hermógenes Maza y demás altos oficiales reunidos en los Llanos durante la Campaña Libertadora trabajaban intensamente en sus logias con el fin de crear conciencia de la libertad dentro de una gran república americana. Un autor afirma que fue el 8 de octubre de 1821 cuando se fundó en Rionegro la Logia La Concordia, por Pedro Acevedo Tejada, y que a esa logia pertenecieron José María Córdova y Liborio Mejía. *Chalán humillado. El 28 de diciembre de 1819, en Rionegro, con entusiasmo y alegría celebraba las fiestas navideñas y montado en su caballo llamado “El inca” exhibía sus dotes de gran chalán ante su novia Manuela Morales. De repente estalló un cohete, el caballo dio un salto inesperado y José María Córdova fue a dar al piso; el golpe lo produjo un golpe en la cabeza con trauma que lo tuvo en estado de coma durante varios días. *Córdova y Manuelita Sáenz. Eduardo Posada cuenta: “En el buque que lo condujo de Lima lo acompañaban Giraldo…y la célebre doña Manuela Sáenz. Aseguraba Giraldo que las impertinencias de esta señora y su manera de ser
para con Córdova en la travesía fueron causa de algunos desaires de parte del general, todo lo cual motivó la enemistad que reinó después entre los dos, y que tan funesta fue, en el andar de los tiempos, al héroe de Ayacucho”. *Defendió a un periodista en Bogotá. En los días anteriores a la reunión de la convención de Ocaña, 1828, Vicente Azuero se había dedicado a su tarea de escritor para su periódico El Conductor con franca oposición a la constitución boliviana que habría de presentarse a discusión en Ocaña, lo que ocasionó constantes amenazas contra su vida. Transitaba por la calle Florián, centro de Bogotá, y de repente le cayó encima el coronel venezolano José Bolívar, de gran estatura y complexión atlética, recientemente incorporado al séquito del Libertador. Le fracturó la mano y lo golpeó fuertemente en el suelo hasta dejarlo bañado en sangre. Apareció en ese momento el general José María Córdova quien, al ver aquello montó en cólera y arremetió contra el salvaje agresor quien cobardemente huyó del lugar. De este hecho nació la inquina de la oficialidad venezolana contra Córdova hasta su muerte.
Firma de Córdova. Nótese cómo escribía su apellido con “v”.
Retrato de Córdova a los 18 años, pintado en Quito, 1822. Autor anónimo.
Hoy circula el figurín de José María Córdova y su ficha técnica, espera el próximo lunes, 21 de marzo, sus trajes intercambiales. Patrocinan:
Dibujo a lápiz por el maestro José María Espinoza. Quinta de Bolívar, Bogotá D.C.
Retrato al óleo en el Museo Nacional de Bogotá. Autores: Constancio Franco, Julián Pubiano y José Montoya.