Edición Especial Versión Provita

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Directorio

EDITOR EN JEFE: Alberto Blanco Dávila. DIRECTORES EJECUTIVOS ASOCIADOS: Bernd Kroening / Norelys Rodríguez. DIRECTOR EDITORIAL: Charles Brewer-Carías. DIRECTOR GRÁFICO: Fernando Batoni. MONTAJE: Reinaldo Acosta. CONSEJERA EDITORIAL: Bianca Castillo. AUTORES: Jon Paul Rodríguez, Franklin Rojas Suárez y Ariany García-Rawlins. COLABORADORES: Bibiana Sucre, Jon Paul Rodríguez, Franklin Rojas Suárez, Ariany García-Rawlins, María A. Oliveira-Miranda, Provita. CORRECCIÓN Y EDICIÓN: Teresa Casique, Alberto Blanco Dávila. MAPAS: Sergio Zambrano Martínez. SOCIAL MEDIA MANAGEMENT: Alberto Blanco Dávila, Valentina Mena Machado. FOTOGRAFÍA DE PORTADA: Alberto Blanco Dávila (Crocodylus intermedius) ASESORÍA LEGAL: Karel Bentata PREPRENSA E IMPRESIÓN: Altolitho, C.A. PRODUCCIÓN GENERAL: Alberto Blanco Dávila, Provita, Fundación Empresas Polar. Website: www.provita.org.ve Facebook: Provita ONG Twitter: Provita_ONG Instagram: Provita_ONG © Provita y Fundación Empresas Polar. 2016 HECHO EL DEPÓSITO DE LEY Depósito legal lf2592016600235 ISBN: 978-980-379-369-2 Cita recomendada Rodríguez, J.P., Rojas-Suárez, F. y García-Rawlins, A. (2016). Extinción en Venezuela: situación de la fauna en 2015. 28 pp. Provita y Fundación Empresas Polar. Caracas, Venezuela. Recuperado de: http://animalesamenazados.provita.org.ve/content/ extincion-en-venezuela-situacion-de-la-fauna-venezolana-en-2015

JUNTA DIRECTIVA Presidente: Jon Paul Rodríguez. Vicepresidente: Marcelo Arancibia. Directivos: Arianna Arteaga Quintero, Alberto Blanco Dávila, J. Celsa Señaris, Kathryn M. Rodríguez-Clark, Rafael Rojas Alas. EQUIPO GERENCIAL Directora Ejecutiva: Bibiana Sucre. Directora de Investigación y Desarrollo: María A. Oliveira-Miranda. Directora de Administración: Janiel Navas. Subdirectoras: Irene Zager, Marianna Domínguez. Coordinadores de Área: Ariany García-Rawlins, José Manuel Briceño, Miguel Arvelo. Coordinadores de Proyectos y Analistas: Carlos Peláez, Delymar Velarde, Grecia De La Cruz M. Torres, Jesús Morales-Campos, Mariana Cover, Mariana Hernández, Mario González. Asistentes: Iván Lau, Juan C. Amilibia.

JUNTA DIRECTIVA Presidenta: Leonor Giménez de Mendoza. Vicepresidente: Rafael Antonio Sucre Matos. Directores: Alfredo Guinand Baldó, Leopoldo Márquez Áñez, Vicente Pérez Dávila, José Antonio Silva, Manuel Felipe Larrazábal, Leonor Mendoza de Gómez, Morella Grossman de Araya, Luis Carmona, Leopoldo Rodríguez. EQUIPO GERENCIAL Gerente General: Alicia Pimentel. Gerente de Desarrollo Comunitario: Daniela Egui. Gerente de Formulación y Evaluación de Proyectos: Johanna Behrens. Gerente de Administración y Servicios Compartidos: Rubén Montero. Gerente de Programas Institucionales: Laura Díaz. CENTROS ESPECIALIZADOS Casa Alejo Zuloaga. Coordinadora: Cheryl Semeler. Casa de Estudio de la Historia de Venezuela. “Lorenzo A. Mendoza Quintero” Directoras: Elisa Mendoza de Pérez, Leonor Mendoza de Gómez. Coordinador: Gustavo Vaamonde. Centro de Capacitación y Promoción de la Artesanía. Coordinador: Rogelio Quijada. Coordinación de Ediciones: Gisela Goyo.


Danta o tapir (Tapirus terrestris) Vulnerable Foto: Rafael Hoogesteijn

Carta del editor 12. 2016

Esta edición especial de Río Verde nació como una esperanza a nuestra profunda e importante tarea de enaltecer nuestro megadiverso país pero mostrando la triste realidad de las muchas especies que se encuentran en algún grado de amenaza por acciones de carácter antrópicas, para esto hacemos alianza con unos luchadores incansables, pioneros en documentar y divulgar los maravillosos programas de conservación y protección de nuestra biodiversidad y de sus ambientes, una institución que es una referencia obligada en el área científica y que ha dado mucho por la conservación y educación en Venezuela, se trata de Provita, que para Río Verde es un verdadero honor estar aliados a ellos y trabajar en conjunto por la divulgación, la educación y el incremento del conocimiento biológico y geográfico de nuestro hermoso país. Provita viene a ser el aliado perfecto de la naturaleza, su loable labor va más allá de ser una referencia de los excelentes programas de conservación que dirigen, para nosotros es una satisfacción presentar en coedición un número especial de Rio Verde cargado de Fe y de optimismo en la posibilidad de seguir luchando y divulgando, de seguir creciendo, de no abandonar y luchar a muerte aferrados a la necesidad de seguir vivos en una sociedad donde cada día desaparecen las cosas buenas y prevalece lo malo. Provita ha sido una fuente de inspiración hacia nuestro trabajo por muchísimos años, les damos las gracias por confiar en nosotros y permitirnos de ir de la mano en proyectos de esta naturaleza. Queremos decirles que la sociedad, el país y el mundo necesitan que se muestren los resultados y trabajos de personas buenas y capaces que luchan día tras día por el ambiente, por su biodiversidad que es nuestro más valioso tesoro, por su equilibrio, que las especies que están desapareciendo, no lo hacen sólo por cumplir órdenes de un ciclo de vida, si no potenciado por la intervención del hombre en sus hábitats guiados por la avaricia, el poder y el desconocimiento. Río Verde ha construido su mensaje sobre bases sólidas de cooperación, honradez y sobre todo de humildad, trabajamos para ofrecer un producto de calidad que sea un referente en la divulgación y conservación, de difundir lo positivo que sucede en nuestro país y en el mundo, no somos ajenos a las crisis, lamentablemente el momento socioeconómico se ha convertido en un torbellino de extinción en el cual siempre los más afectados serán los ecosistemas y por ende sus protectores, pocos países en el mundo han descubierto que el respeto a la naturaleza y la protección pueden ser el mejor sustento de su sociedad y un tesoro invaluable, no perdemos la esperanza de llegar a ese estado de conciencia y responsabilidad. En esta edición hacemos un resumen y un pequeño recorrido por la historia de los Libros Rojos de la Fauna en Venezuela de Provita que reúnen a los más prominentes científicos e ilustradores de Venezuela, libros que se han convertido en consulta obligada para todo aquel que directa o indirectamente trabaje con la fauna silvestre, la investigación y la conservación en nuestro país, libros que han ganado premios internacionales, libros que son ejemplos para el mundo, libros sobre los cuáles debemos sentirnos orgullosos de tenerlos, libros que poseen un mérito sin precedentes. Río Verde se enorgullece profundamente por presentarles este resumen de los Libros Rojos de Venezuela y sobre la situación en que se encuentra la Fauna en Venezuela. Este pequeño repaso por los Libros Rojos y la Situación de la Fauna en Venezuela es otro granito de arena con el que Río Verde contribuye al conocimiento y a seguir creando en la población una conciencia sobre la protección y el arraigo hacia nuestra fauna venezolana y de sus ecosistemas. Río Verde cumpliendo con los principios de la evolución, se adapta a las nuevos tiempos, apalancándonos en instrumentos audiovisuales, redes sociales y comunicación directa, para solapar la posibilidad de tomarse un receso temporalmente como medio impreso, nuestra revista no es ajena a la falta de recursos que hacen posible su impresión, agradecemos a los anunciantes que fielmente nos han acompañado a lo largo de estos 6 años en la construcción de Río Verde, ponemos a su disposición nuestras nuevas estrategias de difusión para seguir llegando a nuestros lectores quienes más que un mercado, son amigos y piezas importantes de esta comunidad Río Verde que tiene un norte claro, que no es más que la continuidad de los proyectos que glorifican a nuestra sociedad y son partícipes de los cambios positivos para consolidarlos. En nombre de todo el equipo Río Verde, agradecemos el apoyo que nos brindan día a día, cada vez que compran un producto con nuestra marca están apoyando la continuidad de nuestros proyectos de divulgación, educación y de conservación, queremos decirles que no estamos solos y cada día somos más los que queremos seguir Explorando Maravillas, afirmando y teniendo la muy fuerte convicción que Conocer Es Proteger y seguir siendo esa herramienta que nos ha hecho reconciliarnos con nuestro maravilloso país. Ender Jáuregui

Alberto Blanco Dávila


Sumario Situación de la fauna en venezuela

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Categorías de riesgo de extinción

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La diversidad venezolana en libros rojos

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Los primeros libros rojos para el país

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El libro rojo de la fauna venezolana

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Situación de la fauna venezolana

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Amenazas que enfrenta la fauna venezolana

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Índice de la lista roja de la fauna venezolana

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Una mirada hacia el futuro

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Tortuga Carey (Eretmochelys imbricata) En Peligro Crítico Fotografía: Gaby Carías Tucker


Staff

JON PAUL RODRÍGUEZ InvestigadorTitular del InstitutoVenezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), es miembro fundador, directivo y presidente (2001 hasta la fecha) de PROVITA (Asociación Civil Venezolana dedicada a la conservación de la biodiversidad desde 1987). Biólogo egresado de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Realizó sus estudios de maestría, doctorado y certificado en el Departamente de Ecología y Biología Evolutiva y en la Escuela de Asuntos Públicos e Internacionales Woodrow Wilson de Princeton University. En el 2007 recibió el Premio Nacional al mejor trabajo científico, tecnológico y de innovación, mención Ciencias Naturales (compartido con Jennifer K. Balch y Kathryn M. Rodríguez-Clark), y en el 2013 obtuvo el Premio Fundación Empresas Polar “Lorenzo Mendoza Fleury”. En el 2009 fue nombrado vicepresidente d ela Comisión para la Supervivencia de las Especies de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y líder temático del Grupo de Trabajo sobre la Lista Roja de Ecosistemas de la Comisión para el manejo ecosistémico de UICN. Sus investigaciones están enfocadas sobre el estudio de los patrones de distribución espacial de especies y ecosistemas amenazados de extinción, al igual que en el análisis de las causas de estos patrones, así como en el desarrollo de lineamientos para políticas públicas relativas a la conservación de la biodiversidad. Es autor y coautor de más de 160 publicaciones. Incluyendo artículos científicos y de divulgación arbitrados en revistas internacionales y nacionales como Nature Science, Biodiversity and Conservation, Biological Conservation, Biotropica, Conservation Biology, Diversity and Distributions, Ecology and Society, Environmental Conservation, Oryx, Revista de Biología Tropical y Revista Río Verde.


FRANKLIN ROJAS-SUÁREZ

ARIANY M. GARCÍA-RAWLINS

Biólogo con máster en Biodiversidad (Universidad Central de Venezuela, Universidad de Barcelona), y estudios adicionales en Ingeniería agronómica y Gerencia de instituciones sin fines de lucro. Amplia experiencia en conservación ambiental con énfasis en biodiversidad, especies amenazadas, aves (en especial, loros), zoológicos, áreas protegidas, desarrollo comunitario y sustentabilidad institucional. Es miembro fundador de Provita, donde ejerció como presidente, director ejecutivo y director técnico. Fue secretario privado del gobierno del estado Bolívar, y director ejecutivo de Conservación Internacional Venezuela. Se desempeñó como asesor de la Comisión de ambiente del senado de la República, del programa Expedición de Radio Caracas Televisión, y de organizaciones como Inparques y Fundación Empresas Polar, entre otras. Ha sido secretario ejecutivo del Comité Venezolano de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), Comité editor de la revista Natura, Conafasi, Comité MAB-Unesco, Comisión Técnica Biodiversidad Conicit, Comité Ramsar Venezuela, Comité Coordinador Red ARA, y fue miembro de las juntas directivas de Cavsa, Venalum y Fundación Nacional de Zoológicos y Acuarios. Frecuentemente participa en eventos nacionales e internacionales, en calidad de conferencista, ponente u organizador, y posee experiencia docente como instructor invitado en varios centros académicos. Autor de artículos en revistas científicas y divulgativas, y de libros, incluyendo las tres ediciones del Libro rojo de la fauna venezolana (Mejor libro divulgativo, 1995), Manatíes: las últimas sirenas (Mejor libro infantil, 1998), Libro rojo de los ecosistemas terrestres de Venezuela, 10 parques nacionales de Venezuela y Animalitos amenazados. Ha obtenido los siguientes reconocimientos: Botón Honor al mérito (Inparques), Crystal Life (Swarovski), Reconociendo legados (Buchanans), Orden Ciudad de Angostura (Alcaldía de Heres), Jóvenes forjadores de la nueva Venezuela (Seagram) y Gente que hace escuela (Banesco). Es director para Asuntos internacionales en Provita, y doctorante de la Universidad de Barcelona (España).

Cursó estudios en la Facultad de Ciencias de la Universidad Central de Venezuela (UCV), donde obtuvo el título de licenciada en Biología, mención Ecología, en el año 2006. Posteriormente, inició la maestría en el Centro de Ecología del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), graduándose en 2011 como Magíster en Ciencias. Sus especialidades son la ecología y la conservación de quirópteros, particularmente especies cavernícolas de zonas áridas y semiáridas. Tiene experiencia docente como preparador durante sus estudios universitarios y docente contratado en la Facultad de Educación de la Universidad de Carabobo, específicamente en la carrera de Educación, mención Biología. A partir de 2012 y hasta la fecha, se desempeña como investigadora en la asociación civil Provita, donde coordina el área de Especies amenazadas, y desarrolla proyectos como WikiEVA y la actualización del Libro rojo de la fauna venezolana, así como otros trabajos de conservación y educación ambiental sobre murciélagos en Macanao (Nueva Esparta) y Paraguaná (Falcón). También participa en proyectos conjuntos entre el Programa para la Conservación de Murciélagos de Venezuela (PCMV) y Provita. Asimismo, presta asistencia a la iniciativa mundial Lista Roja de Ecosistemas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), además de revisión de documentos y evaluaciones de riesgo, entre otros. Desde 2010 se integró a la Red Latinoamericana y del Caribe para la Conservación de los Murciélagos (Relcom) y desde 2011 al PCMV, del cual fue promotora y miembro fundador. Además, forma parte de la Comisión para la Sobrevivencia de las Especies (SSC, por sus siglas en inglés) de UICN y del Grupo de Especialistas en Murciélagos dentro de la mencionada comisión. Es la autora de más de seis trabajos científicos y es miembro del comité editorial del Boletín de Relcom.


Chicagüires (Chauna chavaria) Vulnerable Fotografía: Cesar Barrio-Amorós


SITUACIÓN DE LA FAUNA EN VENEZUELA Jon Paul Rodríguez · Franklin Rojas-Suárez · Ariany García-Rawlins


Poniendo en contextos sobre libros y listas rojas Los libros rojos de datos

En 2014 se cumplieron cincuenta años de la publicación del primer Libro Rojo de Especies Amenazadas, por parte de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Los libros y listas rojas constituyen la principal fuente de evidencia de la magnitud de la crisis de extinción a escala mundial. En paralelo, las listas y libros rojos a nivel regional continúan proliferando. Sólo en Europa se sabe de la existencia de 3.562 listas rojas actuales y pasadas2, mientras que se conoce de 108 países, más de la mitad de los países del mundo, que han alrededor de 500 listas rojas nacionales sobre al menos un grupo taxonómico, 56% de ellas desde 20053. Pero qué es la extinción, es la desaparición del total de individuos de una especie, por lo que el riesgo de extinción se trata de la probabilidad que tiene una determinada especie de dejar de exitir. Una pregunta frecuente cuando se habla de listas y libros rojos, es acerca de los usos que se pueden dar esta información. Con base en esto se pueden destacar entre los principales usos o utilidades: aumentar el conocimiento del público sobre la situación de las especies amenazadas, servir como punto de referencia para evaluar cambios en el estado de conservación de la biodinacionales de áreas protegidas, dar seguimiento de las actividades humanas que amenazan a la biodiversidad, documentar el cumplimiento de metas y compromisos establecidos en leyes nacionales y convenios internacionales, y contribuir a definir prioridades para la inversión de recursos limitados para la conservación4,5,6,7. En 2001, UICN adoptó un conjunto de categorías estandarizadas, basadas en criterios cuantitativos y cualitativos, para la identificación de las especies que debían ser incluidas en listas rojas de una manera objetiva, repetible y transparente, ya que previamente dichas clasificaciones eran subjetivas8. Adicionalmente, el sistema actual separa claramente el proceso científico de la asignación de riesgo de extinción, del proceso socioambiental de la definición de prioridades de conservación5, 9, 10. No siempre es posible asignar a las subpoblaciones regionales de una especie la misma categoría que tiene dicha especie a nivel global, como puede ser el caso de las ubicadas en un grupo de países, una nación particular o alguna de sus provincias. Para hacer evaluaciones a estas escalas se debe tomar en cuenta una serie de factores adicionales, ya que la distribución de las

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especies generalmente no coincide con fronteras geopolíticas, a veces ocurren migraciones de individuos no reproductivos entre poblaciones vecinas o se trata de animales que no son autóctonos, es decir, propios del lugar. Para estos casos, UICN desarrolló una serie de directrices para la aplicación de los criterios de las listas rojas a nivel nacional o regional, mediante un proceso que sigue tres pasos11. Primero, se debe identificar claramente la población regional que será evaluada. Por ejemplo, puede tratarse de una población definida por límites políticos, como un país o un estado. También puede ser la que habita una cuenca hidrográfica, o si es un animal acuático, un tramo de un río. En cualquier caso, lo importante es delimitar claramente la población de interés. El segundo paso es aplicar las Categorías y Criterios de las Listas Rojas de la UICN8 a la población regional, como si se tratara de la población global de la especie, con el objetivo de obtener un estimado preliminar de su riesgo de extinción. La razón por la cual el riesgo de extinción obtenido en este paso no es definitivo, es que las poblaciones regionales típicamente son parte de la población global y regularmente intercambian individuos con subpoblaciones ubicadas fuera de la regional. Por lo tanto, es posible que el riesgo de extinción de la población local se vea influenciado por lo que ocurre fuera de ella. Si la población regional regularmente recibe individuos provenientes del resto de la población global, su riesgo de extinción real sería menor al estimado preliminar, ya que de extinguirse localmente podría ser fácilmente recolonizada. Si por el contrario, la población local es exportadora neta de individuos hacia la población global, el riesgo de extinción de la población local podría ser mayor que lo reflejado al aplicar las categorías globales. Por esta razón, como tercer paso, se hace un ajuste de la categoría: en el primer ejemplo (cuando el riesgo de la población local es menor) se recomienda disminuir en una categoría (o más) el riesgo de extinción preliminar de la población, mientras que en el segundo ejemplo (cuando el riesgo de la población local es mayor), se recomienda aumentarlo. En ambos casos, la decisión de ajustar la categoría debe ser claramente justificada por el evaluador.

Categorías de riesgo de extinción Son once categorías claramente definidas en las que las plantas, animales, hongos o algas pueden ser clasificados según su riesgo de extinción8, 11. Las primeras tres categorías son bastante obvias y se refieren a especies extintas (la


Oso Palmero (Myrmecophaga tridactyla) Vulnerable Fotografía: Daniel De Granville

Toninas del Orinoco (Inia geoffrensis) Vulnerable Fotografía: Roland Edler Edición Especial 2016

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Caimán del Orinoco (Crocodylus intermedius) En Peligro Fotografía: Javier Mesa

Caimán de la Costa (Crocodylus acutus) En Peligro Fotografía: Humberto Ramírez Nahím

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peligro”, lo cual es erróneo desde el punto de vista biológico, ya que todas las especies tienen asociado algún riesgo de extinción aunque sea mínimo y a largo plazo.

Fig 1. Categorías empleadas en las Listas Rojas de Especies

convención es usar las siglas del nombre en inglés): Extinto (EX) quiere decir que no hay una duda razonable de que el último individuo ha muerto, Extinto en Estado Silvestre (EW) significa que está extinta en su hábitat natural y sólo existe en cautiverio (e.g. jardines botánicos o zoológicos) o en una región que no corresponde a su distribución histórica original, mientras que Extinto a Nivel Regional (ER) indica que no hay una duda razonable de que el último individuo capaz de reproducirse en una región particular ha muerto o desaparecido de ella o, en el caso de ser un antiguo visitante, ya no hay individuos que visiten la región. Las tres categorías siguientes, En Peligro Crítico (CR), En Peligro (EN) y Vulnerable (VU), se asignan sobre la base de criterios cuantitativos y cualitativos que están diseñados para reflejar los diferentes grados de riesgo de extinción, siendo las clasificadas en estas tres categorías conjuntamente denominadas “especies amenazadas”. Una forma sencilla de explicarlo es que las CR enfrentan un riesgo muy alto de extinción en el futuro inmediato, las EN un riesgo de extinción alto en el futuro cercano, mientras que para las especies VU el riesgo es alto pero a mediano plazo. Por su parte, Casi Amenazado (NT) aplica a casos que no califiquen como amenazados en el presente, pero que están muy cerca de alcanzar los valores umbrales y podrían calificar en el futuro cercano. Preocupación Menor (LC) se debe asignar a aquellas especies que no califiquen (ni estén cerca de calificar) como amenazadas o casi amenazadas; de hecho aquí estarían incluidas todas las especies mal llamadas “fuera de

La categoría Datos Insuficientes (DD) es asignada a especies sobre las cuales no se dispone de suficiente información como para hacer una evaluación confiable de su riesgo de extinción. Antes de asignar esta categoría se recomienda agotar todas las fuentes de información existentes y aprovechar cualquier dato del que se disponga. Esto para evitar que aquellas que realmente estén amenazadas o ya se hayan extinguido sean ignoradas o subestimadas a la hora de definir acciones de conservación. No Aplicable (NA) se utiliza en listas rojas regionales para identificar especies que no representan una población silvestre estable o no se encuentran dentro de su área de distribución natural en la región considerada. Por último, No Evaluado (NE) se refiere a las que aún no han sido contrastadas con los umbrales de las Categorías y Criterios de las Listas Rojas de UICN. Las categorías DD, LC, NA y NE no reflejan riesgo de extinción.

La diversidad venezolana en libros rojos Los primeros libros rojos para el país La publicación de un Libro Rojo de Datos para Venezuela fue considerada como una prioridad nacional en el Plan de Acción para la Conservación de Especies de 1988-199212. Abordada por Provita a partir de 1989, y con apoyo de Fundación Polar, se publica la primera edición del Libro Rojo de la Fauna Venezolana en 1995 (Mejor Libro Divulgativo del año – Fundalibro). El reciente 2015 marcó el vigésimo aniversario de su aparición13. Las recomendaciones apuntan hacia reevaluar las listas y libros rojos periódicamente, por lo que en 1999 se publicó una segunda edición corregida y aumentada del Libro Rojo de la Fauna Venezolana14, la cual fue reimpresa en 2003, coincidiendo con la publicación del Libro Rojo de la Flora Venezolana de parte de Fundación Instituto Botánico de Venezuela, Fundación Empresas Polar, Conservación Internacional Venezuela y Provita15. En ese entonces, para la preparación de las dos primeras ediciones del libro rojo de la fauna, se contó con un Comité Asesor y 29 asesores especialistas en los diferentes grupos taxonómicos, con quienes se elaboraron listas preliminares de especies potencialmente amenazadas, evaluadas posteriormente por 130 investigadores.

Edición Especial 2016

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Margay o Tigrito (Leopardus wiedii) Vulnerable FotografĂ­a: Adriano Gambarini

Danta o Tapir (Tapirus terrestris) Vulnerable FotografĂ­a: Ernesto O. Boede

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Oso Frontino (Tremarctos ornatus) En Peligro FotografĂ­a: Denis A. Torres EdiciĂłn Especial 2016

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La cantidad y calidad de la información aumentó significativamente en los años posteriores a estos primeros esfuerzos, coincidiendo con el desarrollo de nuevas Categoría y Criterios de la Lista Roja de la UICN26, lo que replanteó completamente el enfoque metodológico y el contenido para el siguiente libro rojo de la fauna nacional, el cual fue emprendido como un proyecto de investigación y de desarrollo editorial que tomó cuatro años, liderado por Provita con el apoyo de Fundación Empresas Polar, Conservación Internacional Venezuela, Wildlife Trust, Shell Venezuela S.A. y UICN.

El Libro Rojo de la Fauna Venezolana 2015

Para la tercera edición del Libro Rojo de la Fauna Venezolana, publicado en 2008, la asignación de Categorías y Criterios de la Lista Roja se realizó a través de un proceso más claro y transparente, abarcando grupos completos de vertebrados venezolanos, específicamente mamíferos, aves, anfibios, reptiles y peces de agua dulce, identificando aquellas especies endémicas, residentes o migratorias. Otros grupos, como los peces marinos, en especial la Clase Chondrichthyes (tiburones, rayas, peces sierra y afines), no pudieron ser evaluados como grupo completo por falta de información, y en general se optó por identificar a las especies venezolanas incluidas en la Lista Roja global de UICN, y se utilizó esta categoría a escala nacional o se optó por la categoría de Datos Insuficientes. Por las mismas razones, sólo se evaluó un grupo pequeño de invertebrados17.

En 2015, se evaluó el riesgo de extinción de casi 4.000 especies de la fauna venezolana. Además de los cinco grupos mencionados en el párrafo anterior, se examinó el estatus de una selección de arácnidos, corales, crustáceos, insectos, moluscos y peces marinos (óseos y cartilaginosos). En esta labor participaron tres editores generales, 19 editores asociados, más de 150 autores de fichas, 1 geógrafo, 18 ilustradores y 4 fotógrafos – un auténtico trabajo en equipo. Para el caso de las ilustraciones, se incluyeron en esta cuarta edición las elaboradas para las fichas de la edición del 2008 y para las especies recien incluidas, una pareja de diseñadores se encargó de elaborar ilustraciones digitales a partir de fotografías.

Luego de siete años de publicada la tercera edición del Libro Rojo de la Fauna Venezolana, se culminó en 2015 una nueva evaluación, proceso que duró más de dos años. Al igual que en 2008, se analizó exhaustivamente la información de mamíferos, aves, anfibios, reptiles y peces de agua dulce (todos óseos), por lo que combinando con los datos recopilados desde 1999 hasta el presente, se puede examinar cómo ha cambiado el estatus de un conjunto significativo de la fauna venezolana en las últimas dos décadas.

La publicación de esta cuarta edición no sólo coincide con el veinte aniversarios de la publicación de la primera, sino que también se distingue por la consolidación de la alianza entre Provita y Fundación Empresas Polar, la misma que hizo posible aquel primer Libro Rojo de la Fauna Venezolana.

Situación de la Fauna Venezolana en 2015

Siguiendo la cronología de los libros rojos para el país, en el 2010 Venezuela resulta pionera en la elaboración y publicación del primer libro rojo, ya no de especies, sino de ecosistemas, titulado Libro Rojo de los Ecosistemas Terrestres de Venezuela, primer ejercicio que eleva la aplicación de las categorías de amenaza más allá de las especies de fauna y flora, a la complejísima escala de los ambientes, constituyendo además la puerta de entrada a una iniciativa mundial y creciente como es la Lista Roja de Ecosistemas, actualmente avalada por la UICN y con un representativo equipo de investigadores nacionales.

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La Lista Roja de la Fauna Venezolana 2015 está conformada por 915 especies: dos extintas globalmente (sapito arlequín amarillo de Maracay y corroncho desnudo del Lago de Valencia), una extinta a nivel regional (zorzal), 289 amenazadas de extinción (32 En Peligro Crítico, 117 En Peligro y 140 Vulnerables), 256 Casi Amenazadas y 367 con Datos Insuficientes (Tabla 1). No tenemos suficiente información para definir la proporción de especies amenazadas de la fauna venezolana en su totalidad, pero si nos enfocamos en los grupos estudiados exhaustivamente, podemos afirmar que los anfibios y mamíferos son los grupos bajo mayor riesgo, con 12% de sus especies amenazadas o extintas. Le siguen los reptiles con 7%, los peces de agua dulce con 4% y las aves con 3%. Resaltan


Caballito de Mar (Hippocampus reidi) Vulnerable Fotografía: Gaby Carías Tucker Edición Especial 2016

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especialmente los anfibios, con 18 especies En Peligro Crítico, mucho más que ningún otro grupo. Aún estamos relativamente lejos de los países con mayor concentración de especies amenazadas. Por ejemplo, en la Polinesia Francesa, 48% de las aves están amenazadas o extintas; en Mauricio, 39% de las aves y 64% de los mamíferos corren con la misma suerte; en Cuba, se trata de 31% de los mamíferos; y en Antártica, 15% de las aves. Igualmente ocurre con algunos grupos de plantas: en China 26% de las coníferas y 60% de las cícadas están amenazadas o han desaparecido, mientras que en Australia las cifras respectivas son 25% y 26%, y en México 20% y 86%18. Una característica de las especies amenazadas es que no se encuentran distribuidas uniformemente a través del mundo19, 20 y lo mismo ocurre en Venezuela (Fig. 2). En el caso de los anfibios, se concentran en las zonas montañosas al norte el territorio, con mayores densidades en la cordillera de la Costa, los Andes, la sierra de Perijá y el macizo deTurimiquire. Como las distribuciones geográficas de los anfibios tienden a ser pequeñas, sus áreas de concentración son pequeñas también. Desde el punto de vista de conservación, esto ofrece una oportunidad, ya que zonas

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pequeñas son relativamente menos difíciles de proteger. Una oportunidad adicional surge si estas zonas son también de valor para la conservación de otros grupos animales. Las principales concentraciones de aves amenazadas están en los mismos sitios que los anfibios, sólo que su importancia relativa difiere. La sierra de Perijá y el macizo de Turimiquire son los más destacados, seguidos por la cordillera de la Costa y los Andes. Para los mamíferos, los Andes representan la zona resaltante, con un componente significativo también al sur del río Orinoco. El mayor tamaño de las distribuciones geográficas de las especies de mamíferos se ve reflejado en una cobertura más uniforme de especies amenazadas a lo largo del país. El grupo que más difiere de los cuatro es el de los reptiles. En este caso, las zonas de mayor importancia son la línea de costa Caribe y atlántica, el delta del río Orinoco y localidades dispersas en el estado Amazonas. El patrón obedece a que 14 de los 25 reptiles amenazados son acuáticos (caimanes y tortugas marinas o de agua dulce), por lo que se concentran a lo largo de los cursos de agua. En 1999, la Lista Roja de la Fauna Venezolana incluía 102 especies amenazadas, en 2008 el número ascendió a 198


Nutria o Perro de Agua (Pteronura brasiliensis) En Peligro Fotografía: Alan Highton

Manatí (Trichechus manatus) En Peligro Crítico Fotografía: Gaby Carías Tucker Edición Especial 2016

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Cardenalito (Sporagra cucullata) En Peligro Crítico Fotografía: Gerhard Hofmann

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Águila Harpía (Harpia harpyja) Vulnerable Fotografía: Javier Mesa

Cóndor Andino (Vultur griphus) En Peligro Crítico Fotografía: Denis A. Torres Edición Especial 2016

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Fig. 2. Número de especies por Km2 de anfibios, aves, mamíferos y reptiles amenazados de Venezuela.

y en la presente edición alcanza 289. Hay tres mecanismos que pueden haber producido este aumento: 1) Desmejora generalizada del estado de conservación de las especies del país, causando la disminución de la distribución y abundancia de un mayor número de especies, hasta alcanzar los umbrales definidos por los criterios cuantitativos de las Categorías de las Listas Rojas. 2) Incremento en el número de especies evaluadas según las Categorías y Criterios de la Lista Roja. 3) Mejora en el grado de conocimiento general sobre la fauna, especialmente sobre las especies menos abundantes o más restringidas, de manera que aumenta la información disponible para su evaluación frente a las Categorías y Criterios de la Listas Roja8, 11. Seguramente, los tres mecanismos han contribuido con el crecimiento de la Lista Roja de la Fauna Venezolana. Para los anfibios, por ejemplo, su situación ha empeorado a escala global durante las últimas décadas21. Cuando se publicó la primera y la segunda edición del Libro Rojo de la Fauna Venezolana en 1995 y 1999, respectivamente, no se había reportado ningún anfibio extinto y siete estaban considerados amenazados. En la actualidad, 43 anfibios venezolanos se encuentran amenazados y uno está extinto. Es probable que los cambios experimentados por los anfibios durante

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los últimos 20 años sean parte del fenómeno global de la declinación de los anfibios, que en gran medida sigue siendo controversial. Sin embargo, aunque no se descarta que el estado de conservación de otros grupos de especies pueda haber desmejorado en tiempos recientes, creemos que parte del crecimiento de la Lista Roja Venezolana se debe a una expansión significativa de la información disponible. Por una parte, todas las especies de cinco de los grandes grupos taxonómicos – mamíferos, aves, reptiles, anfibios y peces de agua dulce – fueron evaluadas en 2008 y en esta oportunidad, contrastando con la evaluación selectiva realizada en 1995 y 1999. El número de especies evaluadas en otros grupos taxonómicos también creció, aunque por tratarse de grupos poco estudiados no se logró su cobertura total. Por otra parte, uno de los efectos más notables de las ediciones anteriores del Libro Rojo ha sido el aumento creciente del interés de la comunidad científica, las organizaciones gubernamentales y la sociedad civil organizada, por la investigación y la conservación de las especies amenazadas de extinción. Programas de apoyo financiero a la investigación y conservación, como la Iniciativa Especies Amenazadas, también jugaron un papel preponderante22. Sin embargo, el reto aún continúa, ya


que 40% de las especies de la Lista Roja presentan Datos Insuficientes (Tabla 1).

Amenazas que enfrenta la fauna venezolana Para facilitar el análisis de las causas de disminución de especies amenazadas, UICN20 creó una clasificación que las agrupa en doce factores principales (Tabla 2). Al igual que ocurre a nivel global23, 24, la principal amenaza a la sobrevivencia de la fauna venezolana es la conversión y transformación de hábitat a diferentes usos humanos. Sobresale por encima de todos la conversión con fines agrícolas, pecuarios y piscícolas, ya que afecta a 65% de las especies (Fig. 3). Su impacto es especialmente significativo sobre insectos, con 92% de las especies evaluadas afectadas, mamíferos con 83%, aves con 80%, anfibios con 63% y reptiles con 60%. Varios otros factores también tienen un efecto transformador del hábitat de la fauna. La modificación de sistemas naturales, como por ejemplo, por el dragado de ecosistemas costeros, y el desarrollo residencial y comercial (que incluye infraestructura turística), son causantes de la disminución de 34% y 29% de la fauna venezolana amenazada.

El uso de recursos biológicos, ya sea por aprovechamiento directo mediante caza y pesca, por el control de animales considerados plaga de cultivo, o su captura incidental, ocupa el segundo lugar del listado, con 35% de las especies amenazadas en su haber. Para algunos grupos marinos, como los moluscos gasterópodos (que incluyen el botuto y la quigüa) y los peces cartilaginosos (que abarca a los tiburones, rayas y peces sierra), la sobre explotación de sus poblaciones afecta a 100% de las especies evaluadas. Igualmente, amenaza a 60% de los reptiles, 53% de los peces óseos y 50% de los arácnidos. En el caso de moluscos, reptiles y peces, la sobre explotación está motivada principalmente por su consumo como alimento, mientras que los arácnidos son capturados para surtir el mercado de mascotas. La contaminación ambiental también ocupa una posición prominente con 34%. Es el factor que afecta a más grupos animales, estando asociado a diez de los grupos considerados. Para peces óseos es la principal causa de extinción, con impacto sobre 70% de las especies. También tiene peso substantivo en corales (67%), crustáceos (60%) y moluscos (50%). Es de notar que todos estos grupos tienen estrecha vinculación con medios acuáticos, por lo que elevan una alerta a la contaminación de cuerpos de agua como un factor principal en la amenaza de su fauna asociada. Edición Especial 2016

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Tortuga Arrau o del Orinoco (Podocnemis expansa) En Peligro Crítico Fotografía: Jorge Provenza

Tortugas Verdes (Chelonia mydas) En Peligro Fotografía: Gaby Carías Tucker

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Tortuga Cardón o Laúd (Dermochelys coriacea) En Peligro Fotografía: Oswaldo Fuentes Ramos

Tortuga Carey (Eretmochelys imbricata) En Peligro Crítico Fotografía: Gaby Carías Tucker Edición Especial 2016

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Mapanare Viejita (Bothriopsis medusa) En Peligro Fotografía: Juan Pablo Diasparra

Rana (Minyobates steyermarki) En Peligro Crítico Fotografía: Wolfgang Schmidt

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Sapito Rayado (Atelopus cruciger) En Peligro Crítico Fotografía: Cesar Barrio-Amorós

Sapito Rugoso del Ilú (Oreophrynella vasquezi) Vulnerable Fotografía: Javier Mesa Edición Especial 2016

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Fig. 3. Principales factores de riesgo de extinción de la fauna venezolana

A nivel global, la introducción de especies exóticas ha sido documentada como una de las principales amenazas a la biodiversidad y el bienestar humano23, 25. En los Estados Unidos, 47% de los vertebrados están en riesgo por esta causa, incluyendo a 69% de las aves, 53% de los peces y 36% de las mariposas26. En Venezuela, una proporción comparativamente menor está bajo presión por dicho factor (16%). Sin embargo, esto no quiere decir que no se trate de una amenaza importante para algunas especies. De hecho, la totalidad de los corales deben su situación a patógenos emergentes, al igual que una fracción significativa de los anfibios, que como se mencionó previamente, constituyen el grupo animal más amenazado en la actualidad. La principal razón por la que presentan un número tan alto de especies En Peligro Crítico, se debe al hongo patógeno Batrachochytrium dendrobatidis, causante de la quitridiomicosis, capaz de diezmar las poblaciones de anfibios que infecta. En Venezuela, su impacto ha sido especialmente severo en la cordillera de la Costa y los Andes. Una amenaza emergente, que aún afecta a una proporción minoritaria de las especies examinadas (9%) es el cambio climático y el aumento de frecuencia de climas extremos. Sin embargo, 100% los corales y 42% de los anfibios deben

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su situación, en parte, a este factor y para estos grupos representa una amenaza importante. A medida que el cambio climático continúe avanzando27, se esperaría que su relevancia aumentara en próximas evaluaciones del Libro Rojo de la Fauna Venezolana. Ninguno de estos factores actúa sólo, de hecho, para la mayor parte de las especies su situación de riesgo se debe a la acción simultánea de más de uno (Tabla 2). En promedio, cada una de las especies amenazadas del país es afectada por tres factores a la vez. Pero el número máximo de amenazas de un grupo animal puede ser mayor. En el caso de los anfibios, el máximo es siete, para los peces óseos y aves es seis, mientras para reptiles y mamíferos es cinco. Conocer cuáles son las principales amenazas de cada especie es clave para proponer medidas de conservación efectivas.

Índice de la Lista Roja de la Fauna Venezolana 1999-2015 El Índice de las Listas Rojas (ILR) mide las tendencias generales en riesgo de extinción de grupos de especies sobre la base de cambios genuinos en su estatus dentro de la Lista Roja a


Fig. 4. Evolución del Índice de la Lista Roja (ILR) de la fauna venezolana entre 1999 y 2015

más crítica. Destaca también el papel de la sociedad en pleno, mediante la divulgación masiva de la situación y acciones prioritarias, más la promoción de la participación activa de las comunidades locales. Muchas de estas recomendaciones no son exclusivas a los anfibios y pueden ser aplicadas a los otros grupos animales.

Valor del índice

A los anfibios les siguen los mamíferos, cuya situación también continúa deteriorándose (Fig. 4). Aunque la transformación de su hábitat es su factor de riesgo más importante, es uno de los grupos más afectados por la cacería (Tabla 2). Igualmente ocurre con los reptiles, que a pesar de tener un nivel de riesgo menor que anfibios y mamíferos, su tendencia es también negativa. De hecho, en balance, todos los grupos examinados, incluyendo aves y peces de agua dulce, presentan ILR en disminución.

Año de publicación del Libro Rojo

través del tiempo28, 29. Su valor oscila entre uno y cero. Cuando todas las especies de un grupo clasifican como Preocupación Menor (LC), el índice vale uno. Cuando todas las especies de un grupo se extinguieron, el ILR vale cero. Puede ser aplicado a todas las especies de una lista roja, a algún grupo taxonómico o a las especies de una región particular. También puede ser calculado en años diferentes, para tener una idea de cómo varía el riesgo de extinción en el tiempo. Una condición fundamental para aplicar el RLI es que el riesgo de extinción de todas las especies del grupo taxonómico debe haber sido evaluado. En Venezuela, esto se cumple para anfibios, aves, mamíferos, peces de agua dulce y reptiles. Aunque en 1999 no evaluamos la totalidad de las especies, el método estima cuál era su categoría más probable en esa fecha, lo que nos permite calcular el ILR de la Fauna Venezolana entre 1999 y 2015 (Fig. 4). El ILR verifica lo que ya ha sido mencionado: los anfibios son el grupo más amenazado de Venezuela y su situación continúa en una trayectoria negativa acelerada (Fig. 4). Es decir, no sólo presentan el menor valor del índice, sino que también tienen la pendiente más pronunciada de todos los grupos. Está claro que urgen acciones de conservación para los anfibios del país, y estas, ya han sido identificadas y esbozadas30. Abarcan desde incrementar el conocimiento sobre su diversidad y abundancia poblacional, hasta la promoción de su conservación en vida silvestre y la implementación de programas de cría en cautiverio para las especies en situación

Una mirada hacia el futuro 1. Actualización de la legislación sobre especies amenazadas En 1996, el Gobierno adoptó dos decretos de la Presidencia de la República: el número 1485, que identificaba a los animales vedados para la caza, y el número 1486, que designaba oficialmente la lista de especies en peligro de extinción31, 32. Los decretos estuvieron influenciados por el Libro Rojo de la Fauna Venezolana, evidenciado por la coincidencia en los listados de los decretos y el contenido del libro. Esto representó un gran honor para todos los que aportaron el conocimiento y experiencia que condujo a las evaluaciones de riesgo, sirviendo de ejemplo de cómo la ciencia puede servir para informar a las políticas públicas. Ya han pasado dos décadas desde que los decretos fueron aprobados y hoy en día contamos con mucha más información. Es una excelente oportunidad para convocar a los actores relevantes del gobierno, la academia, la sociedad civil organizada y el sector privado, y proponer la actualización de los decretos 1485 y 1486 a la luz de los nuevos datos disponibles. 2. Prioridades de conservación de la fauna venezolana amenazada Los procesos de evaluación del riesgo de extinción y la definición de prioridades de conservación son dos ejercicios diferentes pero relacionados8, 9, 33. La evaluación del riesgo de extinción, tal como la empleada para asignar las categorías de la Lista Roja de la IUCN, por lo general precede a la definición Edición Especial 2016

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Gato de Monte o Tigrillo (Leopardus tigrinus) Vulnerable FotografĂ­a: Adriano Gambarini

Cunaguaro (Leopardus pardalis) Vulnerable FotografĂ­a: Rafael Hoogesteijn

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Cuspón (Priodontes maximus) En Peligro Fotografía: Luiz Claudio Marigo

Yaguar (Panthera onca) Vulnerable Fotografía: Ernesto O. Boede Edición Especial 2016

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Angel del Sol Amatista (Heliangelus spencei) En Peligro FotografĂ­a: Javier Mesa

Guacamaya Verde (Ara militaris) En Peligro FotografĂ­a: Luiz Claudio Marigo

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Paují Copete de Piedra (Pauxi pauxi) En Peligro Fotografía: Denis A. Torres

Cotorra Cabeciamarilla (Amazona barbadensis) En Peligro Fotografía: Leopoldo García Edición Especial 2016

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de prioridades. Sin embargo, la evaluación de riesgo es un proceso científico, mientras que la definición de prioridades es un proceso social, que también debe tomar en cuenta aspectos biológicos, culturales, logísticos, financieros y éticos, a fin de garantizar la efectividad de las acciones de conservación. En el contexto de la evaluación del riesgo a escala regional, existen otras piezas de información que pueden ser valiosas durante la definición de prioridades. Por ejemplo, es importante considerar las condiciones dentro de la región, pero también lo es el considerar el estado de cada especie desde una perspectiva global y la proporción de la población global que habita dentro de la región. No existe un método único establecido para definir prioridades de conservación, equivalente al empleado para la asignación de las Categorías de la Lista Roja de UICN. Cada sociedad debe identificar los parámetros que considere más importantes y emplearlos para definir las especies que recibirán una mayor proporción de los limitados recursos financieros disponibles. Sin embargo, el hecho de que la definición de prioridades sea flexible y adaptable, no quiere decir que no deba ser transparente9. Al contrario, la definición de prioridades de conservación de especies también puede ser un proceso sistemático, cuantitativo, con reglas claras. Pero el proceso no tiene que ser complejo, puede ser relativamente sencillo. Una alternativa consiste en combinar el riesgo de extinción con otras variables y asignarle a cada una de ellas un valor de uno a tres, multiplicándolas luego para generar un índice que refleja el grado de prioridad de la especie: a mayor el valor del índice, mayor la prioridad. Rodríguez et al.5 propusieron un método que considera cuatro variables: riesgo de extinción, grado de endemismo, unicidad taxonómica y preferencia del público. La definición de prioridades de conservación de la fauna venezolana amenazada podría ser un ejercicio abierto y participativo, que integre la contribución de todos los actores interesados. El producto permitiría orientar la inversión de recursos financieros y humanos hacia los casos considerados más prioritarios. 3. Conservación en acción Una vez identificadas las especies prioritarias, el siguiente paso es definir las acciones requeridas para reducir su riesgo de extinción o para prevenir que su riesgo aumente. El desarrollo de planes de acción, que claramente identifiquen las intervenciones necesarias, el lapso de tiempo en las que deben ser ejecutadas y las entidades o personas responsables de velar por su cumplimiento, es fundamental. 4. Fortalecimiento de la capacidad profesional Nada de esto puede ser llevado a cabo sin talento humano adecuadamente formado. Es indispensable formalizar el entrenamiento de personal en la evaluación de riesgo de extinción en las instituciones académicas del país. Se pueden aprovechar las herramientas disponibles, como los cursos on-line ofrecidos por UICN (https://www.conservationtraining.org/mod/page/ view.php?id=3756&lang=es) y la certificación oficial de evaluadores de las Listas Rojas. Pero lo más importante es la creación de una masa crítica capaz de realizar estimados periódicos del riesgo de extinción de la fauna venezolana para cuantificar el progreso de las intervenciones de conservación y orientar las acciones futuras a favor de la fauna venezolana.

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Mono Viudo (Pithecia pithecia) Casi Amenazado FotografĂ­a: Javier Mesa EdiciĂłn Especial 2016

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Mero Guasa (Epinephelus itajara) En Peligro Crítico Fotografía: Gaby Carías Tucker

Mero Batata (Epinephelu striatus) En Peligro Fotografía: Gaby Carías Tucker

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Nutria o Perro de Agua (Pteronura brasiliensis) En Peligro Fotografía: Alan Highton

FICHAS DESCRIPTIVAS DE LA FAUNA VENEZOLANA Ejemplos de las Fichas Descriptivas de las especies del Libro Rojo de la Fauna Venezolana

Edición Especial 2016

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Zorzal

Margarops fuscatus (Vieillot, 1808) Aves Passeriformes Mimidae

Extinto a Nivel Regional Nombres comunes: zorzal, zorzal pardo, zorzal de ojos perlados, pearly-eyed thrasher Descripción Se trata de una paraulata de gran tamaño que mide entre 27 y 30 cm de longitud. Su aspecto es ordinario y poco llamativo, siendo en lo básico de un color uniforme marrón grisáceo opaco, y más pardo oscuro en cabeza y cola. El plumaje del vientre es blanco, espesamente estriado de pardo en garganta y pecho. Su pico es pardo pajizo y los ojos tienen iris blanco, rasgo que le da su nombre común en inglés. Es una especie descrita como un omnívoro agresivo y oportunista, que se alimenta sobre todo de grandes insectos, así como de frutas y bayas, y en ocasiones de lagartijas, ranas, pequeños cangrejos, huevos y pichones de otras aves (Phelps Jr. y Meyer de Schauensee 1979, Hilty y Brown 1986, Hilty 2003, Restall et al. 2007). Distribución Margarops fuscatus se distribuye ampliamente en la mayoría de las Antillas, incluyendo Anguila, Antigua, Aruba, Bahamas, Barbados, Dominica, República Dominicana, Guadalupe, Martinica, Montserrat, Puerto Rico, Santa Lucía, San Vicente e Islas Vírgenes, entre otras.También ha sido observada en Curaçao y Jamaica. En Venezuela solo se le conoce en la isla La Horquilla del archipiélago Los Hermanos (Dependencias Federales), el cual está conformado por un grupo de ocho pequeñas islas e islotes, con una superficie de 2,14 km² de norte a sur. Algunos autores mencionan a «La Horquilla» como «La Orchila» o «La Orquilla», en cualquier caso se refieren al islote con mayor superficie del archipiélago Los Hermanos, y en ningún caso a la isla La Orchila, otra de las Dependencias Federales venezolanas cuya separación con respecto a estas islas e islotes es de 188 km. Es probable que su distribución sí pudiera haberse extendido hasta la cercana isla La Blanquilla, localizada a 12,4 km al oeste del archipiélago, y donde predominan zonas áridas con árboles dispersos, el tipo de hábitat mayormente utilizado por la especie, aunque también frecuenta arbustales y diversos tipos de bosques, incluyendo zonas intervenidas como plantaciones de café. No se le considera un ave migratoria (Phelps 1948, Phelps Jr. y Meyer de Schauensee 1979, Hilty y Brown 1986, Hilty 2003, Restall et al. 2007). Situación El único reporte y colección de Margarops fuscatus data de cien años atrás (1908). En el mismo se resalta que era extraña la presencia de esta ave en una pequeña isla sin fuentes naturales de agua, sin embargo, la población existente parecía establecida de forma adecuada y no se trataba de individuos migratorios o desplazados por tormentas u otras causas. Los animales colectados resultaron ser de menor tamaño que los reportados en otras localidades, y se especuló que los zorzales de La Horquilla y Bonaire pertenecían a una nueva raza sin determinar (Phelps 1948). Ya en los años setenta se le consideraba como Probablemente Extinta en el archipiélago Los Hermanos, categoría que le fue asignada en las primeras ediciones del Libro Rojo de la Fauna Venezolana (Rodríguez y Rojas-Suárez 2003). Esta situación contrasta con su realidad global, cuya distribución se estima en más de 20.000 km2, y aunque el tamaño global no se ha cuantificado, se considera que sus poblaciones son grandes y bastante comunes en la mayor parte de su área de distribución, y no enfrenta mayores amenazas. En consecuencia, a escala global se clasifica en la categoría de Preocupación Menor (Rodríguez y Rojas-Suárez 2003, IUCN 2014). Amenazas Antiguamente no se reportaron amenazas específicas para Margarops fuscatus, por el contrario, se le consideraba como un ave con gran capacidad de adaptación y de utilización de diversos hábitats. Las causas de su extinción del archipiélago Los Hermanos son en su totalidad desconocidas. En otras islas ha experimentado incrementos poblacionales significativos, lo cual incluso ha llevado a afectar a diferentes especies de aves a las cuales depreda. En apariencia su abundancia varía entre las islas, siendo algo escasa en unas mientras que en otras es un ave frecuente e incluso abundante (Rodríguez y Rojas-Suárez 2003, IUCN 2014). Conservación No se proponen medidas de preservación relacionadas con esta especie. Su reintroducción en el archipiélago Los Hermanos es poco probable, dada la ausencia de información y lo restringido del hábitat que ocupaba en Venezuela. Autor: Franklin Rojas-Suárez Ilustrador: Robin Restall

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Murciélago nectarívoro de Luis Manuel Anoura luismanueli (Molinari, 1994) Mammalia Chiroptera Phyllostomidae

Vulnerable Nombres comunes: murciélago nectarívoro de Luis Manuel, Luis Manuel’s tailless bat Descripción Es la especie más pequeña del género Anoura. Longitud de la cabeza y cuerpo de 5,8 a 56,5 cm. Peso de 7,5 a 10,0 g. Cola presente y visible en lo externo, aunque muy corta, de 0,3 a 0,6 cm. Calcáneo muy corto, de 0,25 a 0,35 cm. Antebrazo de 3,3 a 3,7 cm. Hocico alargado, con dientes pequeños y una larga lengua que se puede proyectar al menos dos centímetros. Pelaje denso y sedoso, pardo con un brillo rojizo. Membrana interfemoral de forma semicircular, estrecha y densamente cubierta por pelos de longitud uniforme, más o menos cortos y tan gruesos como los del cuerpo (Molinari 1994, MantillaMeluk y Baker 2006, Mantilla-Meluk et al. 2009). Se presume nectarívora, aunque con seguridad también asimila proteínas y otros nutrientes de insectos presentes en las flores que visita en búsqueda de néctar. Distribución En Venezuela se ha comprobado su presencia en los estados Táchira, Mérida y Trujillo, en el macizo del Tamá al sur de la depresión del Táchira, y en la cordillera de Mérida al norte de dicha depresión. Aproximadamente el 95% de los ejemplares conocidos de Anoura luismanueli proceden de selvas nubladas por arriba de los 2000 m sobre el nivel del mar. Considerando una potencial distribución asociada a bosques húmedos de la cordillera, entre 1200 y 2400 m sobre el nivel del mar, los remanentes no intervenidos ocupan menos de 9000 km2. Es probable que su distribución se extienda hasta los estados Portuguesa y Lara (sierras de Barbacoas y Portuguesa, que son las estribaciones más norteñas de la cordillera de Mérida) y el estado Zulia (sierra de Perijá). En Colombia su distribución está restringida a la cordillera Oriental (Molinari 1994, MantillaMeluk y Baker 2006, Mantilla-Meluk et al. 2009). Los únicos refugios diurnos conocidos de la especie están constituidos por cavernas. Con base en ejemplares de Ecuador identificados como Anoura caudifer se ha propuesto que Anoura luismanueli es un sinónimo de la especie (Jarrín-V. y Kunz 2008, Jarrín-V. y Coello 2012). Sin embargo, el material de Ecuador (Jarrín-V. y Kunz 2008, Jarrín-V. y Coello 2012) en su mayor parte no pertenece a ninguna de las dos especies, sino a una tercera, pequeña, del género que debe llevar el nombre Anoura aequatoris (J. Molinari obs. pers.), tal como ha sido propuesto por otros autores (Mantilla-Meluk y Baker 2006, Mantilla-Meluk et al. 2009). La descripción presentada en la sección anterior permite diferenciar a Anoura luismanueli de Anoura caudifer y de Anoura aequatoris, aunque esta última no se encuentra presente ni en Venezuela ni en la cordillera Oriental de Colombia. Situación Anoura luismanueli se considera poco común en toda su área de distribución (Pacheco et al. 2008). En Venezuela, se conocían solo dos pequeñas colonias permanentes formadas por la especie, una ubicada en la cueva de El Salado, cerca de Bailadores, estado Mérida (Molinari 1994), y otra ubicada en la cueva de Loma de Benito, cerca de Guaraque, estado Mérida. La primera de estas colonias desapareció a consecuencia de un derrumbe parcial del techo de la caverna que alteró el microclima interior de la misma (Molinari et al. 2012). A nivel internacional está clasificada en el nivel de Preocupación Menor (Pacheco et al. 2008). Amenazas Las selvas andinas en las cuales habita Anoura luismanueli están siendo fuertemente intervenidas: los bosques húmedos (siempreverdes y nublados) de la cordillera de Mérida han disminuido su extensión en un 40% entre 1988 y 2010. Considerando solo los bosques nublados (de los cuales proviene la mayoría de los registros conocidos), este porcentaje se ubica en 42% (Gómez y Molina 2007, Oliveira-Miranda et al. 2010). Estos valores por sí solos dan cuenta de la presión a la que se encuentra sometida la especie y el nivel de amenaza indirecta que condiciona la supervivencia de sus poblaciones al considerar el creciente grado de fragmentación que vienen sufriendo estos ecosistemas, lo cual probablemente ya ha llevado a una disminución de sus poblaciones (<30%), en los diez últimos años, y conducirá a una reducción mucho mayor (>30%) en los próximos 10-20 años. Conservación En Venezuela la única medida de protección a favor de la especie la constituyen los parques nacionales andinos. Los acelerados procesos de deforestación que afectan a los Andes venezolanos alcanzan también a parte de las selvas nubladas de estos parques nacionales (Gómez y Molina 2007), en las cuales habita Anoura luismanueli. Sería recomendable estudiar su dieta para conocer de cuáles componentes de la vegetación depende para sobrevivir, lo cual permitiría comprender mejor su ecología y enfocar de manera estratégica algunas medidas que ayudarían a revertir su riesgo actual. Autores: Jesús Molinari y Daniel Lew Ilustrador: Pigmalion’s Workshop

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Mariposa paramera de Los Frailes Redonda frailejona (Ferrer-Paris y Costa, 2015) Insecta Lepidoptera Nymphalidae

En Peligro Nombres comunes: mariposa paramera de los frailes Descripción Similar a Redonda empetrus, pero en promedio un poco más pequeña, el macho presenta una longitud del ala anterior de 24 a 29.5 mm. Se distingue de aquella principalmente por poseer la banda postdiscal de la cara ventral de ambas alas más clara y mejor definida. La hembra, dorsalmente dorada, es en extremo pequeña y braquíptera. Tiene una longitud del ala anterior de 13 mm (Viloria et al. 2015). Distribución Hasta ahora conocida únicamente en un sector de la vertiente sur de la serranía de Santo Domingo, donde vuela en el nivel inferior del páramo (entre 3000 y 3300 m), por debajo de la zona ocupada por otra especie endémica, Redonda chiquinquirana (Viloria et al. 2015). Situación Por muchos años los ejemplares de esta especie fueron confundidos con R. empetrus. Una vez aclarado su estatus taxonómico, se ha podido delimitar con suficiente confianza su distribución conocida y esperada, sobre la cual se basa el presente análisis. Se estima que ocupa un área menor o igual a 31,3 ± 4,3 km2 (AOO), con una extensión inferior a 500 km2 (EOO). Su hábitat está moderadamente fragmentado, con una tendencia negativa significativa en los últimos diez años (Ferrer-Paris MS). Con base en estos análisis se clasifica como EN según el criterio B1ab(iii)+2ab(iii). Amenazas Gran parte del ambiente hipotéticamente ocupado por Redonda frailejona se encuentra en buen estado natural. Las presiones antrópicas, como en otros sitios altiandinos de Venezuela, se dan principalmente por territorios ocupados en actividades agropecuarias. La falta de control de estos trabajos puede ocasionar graves daños a la vegetación natural, incluso dentro de las áreas protegidas (decreto presidencial Nº 2335). Conservación Parte del hábitat natural de R. frailejona se encuentra dentro de los linderos del parque nacional Sierra Nevada, en zonas de usos recreativos (laguna Victoria) que cuentan con vigilancia regular y monitorización de guardaparques, y en zonas de usos especiales (zonas de hoteles y paradores turísticos), donde es posible implementar medidas de conservación compatibles con las actividades turísticas permitidas (decreto presidencial Nº 2335). Autores: Ángel Luis Viloria y José Rafael Ferrer-Paris Ilustrador: Pigmalion’s Workshop

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Corroncho desnudo del lago de Valencia Lithogenes valencia (Provenzano, Schaefer, Baskin y Royero, 2003) Osteichthyes Siluriformes Loricariidae

Extinto Nombres comunes: corroncho desnudo del lago de Valencia, litógenes del lago de Valencia, Valencia Lake litogenes Descripción Pequeño corroncho que llega a alcanzar hasta seis centímetros de longitud estándar (desde la punta del hocico hasta la base de la aleta caudal). Su cuerpo, muy deprimido y alargado, a diferencia de otros loricáridos, es desnudo, a excepción del pedúnculo caudal que presenta unas placas óseas diminutas. Su coloración general es marrón claro uniforme, con la región ventral de cabeza y cuerpo blanquecina. Se trata de la segunda especie conocida perteneciente a este género (subfamilia Lithogeninae), antes considerado monotípico, y es la primera presentada Lithogenes villosus, descrita con base en un único ejemplar colectado en el río Potaro de Guyana. Después se han colectado nuevos especímenes, y recién se reportó un corroncho aún no descrito en el río Orinoco, estado Amazonas. Lithogenes valencia se distingue por su cabeza más ancha, con placas pequeñas dispuestas de forma irregular en series dorsal y ventral a los lados del tronco, además de otras variaciones morfológicas (Provenzano et al. 2003). Distribución Especie endémica de Venezuela cuyos registros de distribución no son precisos ni totalmente confiables. Aunque los únicos ejemplares conocidos se reportaron en la cuenca del lago de Valencia, es posible inferir que estas informaciones se referían a algún lugar circundante de la cuenca del lago, en los estados Aragua o Carabobo, lo que potencialmente podría incluir a los estados Yaracuy, Cojedes y Guárico. Aunque en la actualidad la cuenca está aislada, se conoce que hasta hace poco tiempo mantenía una comunicación hacia el sur con el río Orinoco, siendo la aparición de este corroncho una prueba de ello, aunque los especialistas proponen una explicación biogeográfica más antigua sobre su actuación inesperada en la región norte-costera del Caribe, la cual toma en consideración aspectos sobre su hábitat y su ubicación basal en la filogenia de los loricáridos (Provenzano et al. 2003). Situación La bioecología de Lithogenes valencia se considera completamente indocumentada. Solo se conoce por seis ejemplares en los cuales se basó su descripción, colectados en la década de los años setenta. En la actualidad no se sabe con claridad el lugar donde fueron capturados los especímenes, ya que la localidad reportada para los individuos depositados en el Museo de Biología de la Universidad Central de Venezuela (MB-UCV) indica textualmente una duda: «¿Cuenca del lago de Valencia?». No obstante, todos los esfuerzos realizados, incluyendo nuevos muestreos para determinar el hábitat preciso de estos organismos, han sido infructuosos. Este resultado pareciera revelar que se encuentra Extinto (Provenzano et al. 2003). Amenazas Las condiciones ambientales reinantes en la mayoría de los cuerpos de agua de la cuenca del lago de Valencia, quizás determinaron las causas de su extinción. El lago es un sistema endorreico que ocupa un graben tectónico situado entre los ramales costero y del interior de la cordillera de la Costa, y tanto sus aguas como sus tributarias han sido severamente degradadas por contaminación y alteraciones debidas a las actividades industriales, urbanas y agrícolas que se realizan en la zona (Provenzano et al. 2003). Además, desde 1958 se introdujeron allí varias especies exóticas voraces y muy agresivas, entre ellas las tilapias (sobre todo Oreochromis mossambicus), que en la actualidad se han convertido en los animales dominantes y se considera que han sido la principal causa de la extinción del aterínido del lago, Atherinella venezuelae. Conservación No ha sido objeto de medida de preservación alguna. La cuenca del lago de Valencia está protegida como Área crítica con prioridad de tratamiento, y posee un Plan de ordenamiento y Reglamento de uso y normas técnicas para el control de la calidad del agua (Venezuela 1979, 1999, 2000). Cuenta también con un programa de saneamiento que contempla actividades de investigación, educación ambiental, construcción de plantas de tratamiento de aguas residuales y establecimiento de reglas que determinen la calidad de las aguas, el cual es liderado por el Ministerio de Ecosocialismo y Aguas. Se recomienda continuar con la búsqueda de información y realizar censos en todas las localidades señaladas para tratar de confirmar su localidad de origen y su situación de conservación. Autor: Francisco Provenzano Ilustradora: Ximenamaria Rausseo

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Rana Dorada Arborícola Phytotriades auratus (Boulenger, 1917) Amphibia Anura Hylidae

Vulnerable Nombres comunes: rana dorada arborícola, rana dorada de Trinidad, golden tree frog, El Tucuche golden frog. Descripción Phytotriades es un género monoespecífico de ranas de la familia Hylidae y de la subfamilia Lophiohylini, exclusivo del extremo nororiental de Venezuela y el norte de la isla de Trinidad. Es un anfibio de pequeño tamaño, que logra alcanzar hasta 35 mm de largo hocico-cloaca, siendo las hembras ligeramente mayores que los machos.Vive exclusivamente en sincronía con la bromelia tanque Glomeropitcairnia erectiflora. El cuerpo es particularmente deprimido dorso-ventralmente. Color dorsal marrón con dos líneas (una a cada lado) de color amarillo iridiscente o amarillo verdoso que se extienden detrás de los ojos hasta la cloaca. Los machos poseen un saco bucal subgular. Los renacuajos se desarrollan dentro de la bromelia G. erectiflora. En Trinidad se han encontrado renacuajos a lo largo del año, por lo que la reproducción pudiera ser continua. Durante mediados de junio de 2015, se observó en cerro Humo y dentro de una bromelia un ejemplar hembra adulto, una cría que recién había pasado por una metamorfosis y un ejemplar adulto hembra del lagarto Euspondylus monsfumus. (Kenny 1969, Murphy 1997, M. De Freitas y G. A. Rivas, obs. Pers.). Distribución Durante muchos años se creyó que P. auratus era endémica del norte de la Isla de Trinidad, hasta su descubrimiento reciente en cerro Humo, península de Paria, estado Sucre, a 1250 m de altura. En Venezuela es probable que se encuentre en otras localidades donde la bromelia tanque G. erectiflora ha sido señalada. Al igual que en Trinidad, los ejemplares venezolanos fueron observados dentro esta bromelia, las cuales crecen entre los 1150 m y 1250 m de elevación en las laderas de cerro Humo. (Rivas y De Freitas 2015, M. De Freitas y G. A. Rivas, obs. pers.). Situación Se desconoce el estatus poblacional de la especie en Venezuela. Durante la primera visita realizada a cerro Humo, se determinó que su hábitat no era mayor a dos hectáreas; sin embargo, en otra visita reciente se avistó un ejemplar dentro de una G. erectiflora, por debajo de la cumbre, en la ladera sur, a unos 1150 m, lo que parece indicar que la especie no está restringida al grupo de bromelias de la cumbre de Cerro Humo y por lo tanto la extensión del hábitat podría ser ligeramente mayor. Desafortunadamente, es la ladera sur la que ha sufrido un grado mayor de intervención. Evaluaciones en Trinidad han arrojado que el hábitat potencial de P. auratus es de 206 hectáreas (Jowers et al. 2008), sin embargo, este dato parece provenir de otra investigación (Clarke et al. 1995) quienes señalan 259.000 m2 de hábitat potencial en Trinidad, lo cual representa apenas 25,9 ha para la especie en ese país, en vez de 206 ha como fue inicialmente señalado en la literatura (Clarke et al. 1995, Rivas y De Freitas 2015). Amenazas Los mayores riesgos de esta especie son su extrema especialización, restringida disponibilidad de hábitat y escaso conocimiento sobre su historia natural. Actualmente se le conoce sólo de tres cumbres particularmente aisladas, e influenciadas por los vientos alisios; dos en la isla de Trinidad (El Tocuche y cerro del Aripo) y una en Paria (cerro Humo). En Cerro Humo, la cumbre ha sido deforestada en varias ocasiones para instalar infraestructura de telecomunicaciones relacionada con la prospección petrolera. Los cazadores mantienen rutas que atraviesan la cumbre, lo que hace el acceso relativamente fácil, y la pérdida de microhábitat constante (Rivas y De Freitas 2015). Parte de la cumbre y del hábitat de P. auratus se encuentra fuera del lindero del parque nacional Península de Paria. La reciente apertura de una nueva carretera hacia el caserío de Roma, en la falda sur de Humo, junto a la que ya existe en Las Melenas, pondrá aún más presión sobre los mermados recursos de la ladera sur de la montaña. Se ha constatado la presencia de conucos que pertenecen a pobladores de otras comunidades, lo que indica una creciente migración de cultivos debido a la sequía de las zonas bajas. No se pueden descartar otros riesgos derivados del cambio climático (Hailey y Cazabon-Mannette. 2011), el hongo quítrido (Alemu et al. 2013) y la colección ilegal de individuos de esta especie. Conservación Es extremadamente urgente que se incorpore la ladera sur de cerro Humo al parque nacional Península de Paria, por lo menos hasta los 600 m, creando una zona de amortiguamiento entre los cultivos y la cumbre y su bosque nublado. Para esto es importante que a la par de su incorporación legal, la zona sea objeto de un proyecto que integre y armonice tanto las necesidades de conservación como las de desarrollo local. Se recomienda demarcar la zona de la cumbre donde está presente la bromelia Glomeropitcairnia erectiflora y restringir el acceso de alguna manera, creando una zona de protección integral, como paso previo a la creación del plan de ordenamiento y reglamento de uso. La colección de datos atmosféricos es de especial importancia para entender la influencia del cambio climático en estos ecosistemas montanos y las especies que los habitan. Por último, se recomienda llevar a cabo inspecciones de las cumbres con presencia de G. erectiflora en el noroeste del país, para descartar o confirmar la presencia de P. auratus en estas localidades. Autores: Mayke De Freitas S. y Gilson A. Rivas Ilustración: Pigmalion´s Workshop

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Cuspón

Priodontes maximus (Kerr, 1792) Mammalia Cingulata Dasypodidae

En Peligro Nombres comunes: cuspón, cuspa gigante, cuspa grande, cachicamo gigante, armadillo gigante, giant armadillo Sinónimo: Priodontes giganteus Descripción Es el cachicamo viviente más grande y corpulento. Mide de 75 a 100 cm de longitud, y puede llegar a pesar hasta 30 kg. Su cabeza es gruesa con el dorso cubierto de placas poligonales; tiene un rostro de forma cónica, desprovisto de pelos y es de color carne. Aunque su vientre es desnudo, el resto de su cuerpo está cubierto por un caparazón flexible formado por placas pequeñas, grises y con tonos amarillentos hacia los bordes inferiores. Porta garras muy grandes y robustas, y la central mide hasta 20,3 cm siguiendo la curvatura. Es una especie nocturna, solitaria y terrestre, cuya dieta está compuesta principalmente por hormigas y termitas coloniales, aunque puede consumir larvas de otros artrópodos, culebras y carroña en general (Mondolfi 1971b, Barreto et al. 1985, Gremone et al. 1986, Eisenberg 1989). Por su tamaño, aspecto peculiar y mansedumbre, constituye un valioso atractivo para el turismo ecológico. Distribución Priodontes maximus es el único miembro de un género monotípico endémico de Suramérica y de amplia distribución. Se extiende al este de los Andes desde el norte de Colombia,Venezuela y las Guayanas, hasta el norte de Argentina, abarcando la cuenca del río Amazonas (Wetzel 1982, Eisenberg 1989, Emmons 1990). Está extinto a nivel regional en Uruguay (Anacleto et al. 2014). En Venezuela se encuentra a lo largo de bosques densos del piedemonte de las cordilleras de la Costa y los Andes. Se ha registrado en el occidente de Apure, Barinas, Portuguesa, Lara, Yaracuy, Zulia, nororiente de Guárico, y sur del río Orinoco en Bolívar y Amazonas (Handley 1976, Gremone et al. 1986). Utiliza una gran variedad de hábitat que incluye desde sabanas hasta bosques húmedos siempreverdes (Eisenberg 1989). Situación Es una especie de biología frágil, escasa por naturaleza, con baja capacidad reproductiva y de hábitos muy especializados. De ningún fragmento de su distribución se conocen estudios poblacionales. En Venezuela se distribuye de forma amplia pero se encuentra localmente restringida con densidades poblacionales muy bajas (Mondolfi 1971b, Mondolfi 1976, Gremone et al. 1986). Es probable que habitara zonas de sabana donde en la actualidad ha sufrido extinciones locales debido a las altas tasas de explotación y destrucción de hábitat (Emmons 1990). Al norte del río Orinoco sus poblaciones están virtualmente extintas, sobre todo en la cordillera de la Costa (Mondolfi 1976). A escala internacional, se considera Vulnerable de extinción (IUCN 2014). En Colombia se reporta En Peligro, y en Perú y Ecuador Vulnerable (Pulido 1991, Rodríguez-Mahecha et al. 2006, Tirira 2011). Amenazas Al ser un animal tan grande, enfrenta una cacería indiscriminada con fines comerciales como fuente de alimento. Además, algunas poblaciones indígenas amazónicas utilizan sus pezuñas para fabricar ornamentos (Mondolfi 1976, Suárez y García 1986). Al norte del río Orinoco la presión de cacería se une a la destrucción de su hábitat (OliveiraMiranda et al. 2010), factores cuya convergencia resulta mucho más nociva que el impacto que ocasionan de manera separada. Esto ha dado lugar a la fragmentación y aislamiento de sus poblaciones (Pdvsa 1992, Rodríguez y Rojas-Suárez 2003). Conservación A escala internacional la especie está incluida en el Apéndice I de la Convención sobre el comercio internacional de especies amenazadas de fauna y flora silvestres (Cites 2014). En nuestro país se encuentra especialmente protegida desde 1983, mediante una resolución que prohíbe la cacería de cachicamos, la cual se ratifica en 1996 por un decreto que establece su veda indefinida y otro que la declara de manera oficial como Especie en Peligro de Extinción (Venezuela 1983,Venezuela 1996a,Venezuela 1996b). Algunas de las subpoblaciones se localizan en parques nacionales como Río Viejo-San Camilo (estado Apure), Guatopo (quizás la última en la cordillera norte de Venezuela), Parima-Tapirapecó (estado Amazonas) y Canaima (estado Bolívar), aunque se desconoce la efectividad de estos parques como medida de conservación. Entre otras acciones para su protección, se han emprendido iniciativas de concientización y educación que lamentablemente no han tenido continuidad. Se recomienda realizar investigaciones básicas que definan su distribución, tamaño poblacional, presión de cacería y efectividad del sistema de áreas protegidas para garantizar la sobrevivencia viable de la especie. Debido a las peculiaridades de Priodontes maximus y a la naturaleza de su amenaza, es prioritario desarrollar campañas de concientización para divulgar los problemas que enfrenta, tomando en cuenta que no se tiene hasta el momento ningún indicio de recuperación de sus poblaciones locales (Rodríguez y Rojas-Suárez 2003). Autores: Juhani Ojasti y Pablo Lacabana Ilustrador: Astolfo Mata

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