Esto no es una broma ni mucho menos una falsa alarma. Los monitoreos realizados por este consultor en imagen pública dan cuenta que en los últimos meses ha aumentado el número de convocatorias para puestos de comunicación y gestión del conocimiento cuyo requisito NO ES SER COMUNICADOR.
Así, los profesionales egresados de la carrera de comunicación son considerados idóneos para puestos similares al de gestor de redes sociales, porque se considera que tienen el entendimiento de las nuevas tecnologías para enfocarse en una implementación efectiva de estrategias de marketing digital, de contenidos y audiovisual.
Así es, el análisis realizado evidencia que en la actualidad los profesionales requeridos para dichos puestos van desde psicólogos, antropólogos, arquitectos, ingenieros, sociólogos hasta médicos. Sí, un médico haciendo comunicación y relaciones públicas.
En la actualidad, lo que se ha producido es una reducción de las nociones de la comunicación, pasando por quienes la conciben
Incluso para los puestos destinados al establecimiento de relaciones públicas se convocan a personas de nivel medio o con experiencia en mercadeo y ventas para que funcionen como edecanes, enfocados en la organización de eventos y recepción de personajes importantes, labor que también realizan las secretarias o recepcionistas de las empresas u organizaciones. No, no es una exageración. Los resultados del monitoreo dan cuenta que existen dos grandes divisiones a las que son requeridos los profesionales de la comunicación: 1. Por un lado, a los comunicadores los buscan preferentemente instituciones gubernamentales u organizaciones de la sociedad civil, para que se dediquen a la comunicación organizacional, política y social; 2. Por otro, son los profesionales de la mercadotecnia, publicidad o diseño gráfico a los que convocan para ocupar puestos en la iniciativa privada especialmente (enfocados en mercadeo corporativo y digital).
¡Alerta! La profesión del comunicador está en riesgo en Guatemala como una vinculación necesaria para sabernos comprender mutuamente, a quienes la ubican simplemente como un instrumento para acercarse a las audiencias vía las “redes sociales”. ¿Cuándo pasó esto?, ¿cómo pasó?, ¿quién provocó esta modificación?, ¿quién la apoyó?, ¿cuándo cambió la visión del comunicador, pasando de un profesional multidisciplinario (capaz de entender la diversidad de mensajes institucionales) a un agente de servicio al cliente digital?
En síntesis, lo que quieren es un conocedor de la materia prima con la que trabaja una entidad determinada, aunque no tenga las calidades técnicas para remitir el mensaje a las audiencias y generar las percepciones correctas. Es cierto, todas las subdisciplinas de la comunicación se han ido adaptando al nuevo escenario y lógicas digitales. Pero los comunicadores no estamos cubriendo, como gremio, el abismo que hay entre eso y el hecho de que en sociedades como la guatemalteca se considera más importante el manejo correcto de la información para que no se cometan errores técnicos que provoquen crisis virales. Pareciera ser que esa tendencia hacia la NO CONTRATACIÓN DE COMUNICADORES ya no tiene vuelta atrás. Será necesario hacer esfuerzos valiosos desde diferentes espacios para reposicionar el valor de un comunicador y, por lo tanto, el de un imagólogo, para comprender que hoy es TAN IMPORTANTE EL FONDO COMO LA FORMA, forma para la cual los comunicadores siempre proporcionaremos una perspectiva diferente. Lo curioso es que cuando el manejo de dicha información específica falla por no tener a un profesional competente, entonces sí, en definitiva, no hay gobierno, empresa o institución que se resista a contratar a un consultor en comunicación, en imagen pública o agencia de publicidad y relaciones públicas que los saque del problema.
A ver, dimensionémoslo bien. Mientras que las universidades siguen formando a comunicadores que tienen conocimientos generales de la sociedad, la cultura, la política, lo audiovisual y lo digital, el mercado está pidiendo cada vez más profesionales que manejen específicamente UN área del conocimiento.
Por Alex Castillo | Consultor en Imagen Pública | Artículo 74