Que vine hacer a Tijuana

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Autor Alex Gómez, es natural de Barranquilla, Colombia, llegó a San Diego en 1992 a continuar sus estudios en historia en la universidad estatal de San Diego. La frontera se convirtió de forma accidental su área de enfoque. Desde Colombia, la ciudad de Tijuana siempre había significado para Gómez como una ciudad enigmática por su historia. Desde Colombia y otros países de Latinoamérica la frontera es conocida como el “hueco”. Donde muchos cruzan legal o ilegalmente. Es una región históricamente rodeada de cercos, atravesadas por túneles, rodeada de una macroeconomía la que ha forzado a que la ciudad se adapte a un ritmo global como lo han hecho las grandes metrópolis. Gómez durante su maestría en SDSU hizo trabajos investigativos con muchos académicos que analizan este corredor desde varios puntos multidisciplinarios. Enseñó por una década en la Universidad Estatal de San Diego, California la clase sobre Frontera Internacional entre USA y México, y sobre “el folklore fronterizo” las cuales lo inspiraron a trabajar en este corto cuento. Fascinado por ese mundo controversial, donde la cultura, la política y la economía funcionan conjuntamente, decidió escribir este cuento. “En la últimas tres décadas la frontera a crecido de una forma desproporcionada, las nuevas aperturas económicas como NAFTA, ha atraído un número masivo a las ciudades fronterizas, conocidas como las ciudades gemelas. La frontera es un lugar único, a lo que muchos historiadores la llamamos una comunidad híbrida, un corredor simbiótico, o metafóricamente el ombligo umbilical que nutre a ambas comunidades. El que nace en este corredor crece con una mentalidad binacional y bicultural. Sus ciudades fronterizas llamadas, ciudades gemelas se convierten inseparables, la línea, como la conoce todo fronterizo es el ombligo umbilical que nutre a ambas ciudades. La zona de la frontera entre Estados Unidos y México representa un sistema geopolítico binacional basado en sólidas conexiones culturales, es imposible hablar de las dos independientemente.” Alex Gómez


Capítulo 1 La Tijuana de hoy no es la foto del Burro Cebra

Foto del famoso burro cebra Llegué a Tijuana con la idea de trabajar en las maquiladoras. El plan era que mi tía me iba a palanquear con su jefe para que entrara a trabajar con ella tía una vez que cumpliera mis 18 años. Esa había sido mi motivación ya que mi tía Dolores llevaba más de 10 años trabajando en la Foxconn, una de las maquilas más grandes de la frontera, allí es donde hacen los televisores de marca Vizio. Que ironía, Vizio es la marca de televisor que hoy tengo en mi sala y que compré en la tienda Walmart el pasado viernes negro en San Diego. Antes de haber llegado a Tijuana, tenía más de dos años que no veía a mi tía Dolores. La última vez que la vi, fue en el funeral de mi papá, el cual murió por causa de una bala perdida en medio de un tiroteo en Hermosillo. Fuera de mi plan de irme a vivir a Tijuana con la tía, existía otro motivo mucho más fuerte, y se llamaba Braulio. A él lo conocía de toda la vida, ya que desde niño había vivido muy cerca de mi casa y éramos vecinos. El fue uno de los muchos que con su padre, había dejado el pueblito de Ures para irse a la ciudad de Tijuana. Nos llevamos tres años de diferencia. Siendo él mayor que yo. Siempre que él llegaba a Ures, después de ver a su madre venía a verme inmediatamente, y como disco rayado comenzaba a insistir que me fuera con él a TJ. Me llenaba la cabeza de sueños, pero al mismo tiempo, no me tenía que insistir mucho para convencerme, ya que en Ures, no existía futuro alguno, era un pueblito sin oportunidades, el cual se reducía e irónicamente lo único que crecía era la violencia. El cartel de Sonora empezaba a afectar toda la región. Mi padre, que descansa en paz, fue una víctima inocente del narcotráfico, que por andar de chismoso, salió a la calle al escuchar una discusión y lo encontró una bala perdida. Braulio, me hablaba mucho de cómo había cambiado Tijuana. Me contaba de los nuevos


centros comerciales, el nuevo estadio de los Xolos, los casinos, el nuevo corredor gourmet, y que habían partes en TJ que eran hasta mejor que el otro lado, así le decimos a los Estados Unidos. Yo por el contrario, desde que tengo razón, Tijuana la pintaba sucia, peligrosa y sin ley. En realidad TJ siempre ha tenido la mala reputación, de ser una ciudad corrupta, controlada por los carteles, llena de prostitutas, deportados, refugiados, maquiladoras y farmacias por todos lados. Recuerdo desde niña las películas de narcos que solía ver mi papá, como “Asalto en Tijuana”, esas imágenes del mafioso y la patrulla fronteriza siempre habían estado en mi memoria. También se escuchaba en la radio los famosos narcocorridos. Historias como la de Camelia la Tejana o la famosa Teresa, La Reina del Sur eran corridos tan conocidos como la misma Virgen de Guadalupe en todo el mundo Norteño. Todo empezó cuando Braulio se quedó en Ures por un mes entero, y coincidía con mi graduación. Apenas cumplía 18 años, cuando empezamos a salir. Me cayó súper bien, me encantaba como vestía, parecía un gringo de esos que salen en los programas de la tele. Siempre llevaba jeans apretados estilo boca tubo, camisetas polos y una gorra toda chic. Me gustaba que no se vestía como los nacos norteños, con botas vaqueras, cinturón piteado, y con esas feas camisas campiranas que tanto me chocan. Braulio era muy diferente a pesar de haber crecido rodeado de la música norteña y los malditos narco corridos. Esa imagen del mero macho me fastidiaba y la relacionaba directamente con la muerte de mi padre. En cambio mi Braulio, era muy diferente, calmado, reservado, había que sacarles las palabras de la boca cuando hablábamos. Yo soñaba con sacar mi licenciatura en gastronomía en la Universidad Tecnológica de Hermosillo, pero a duras penas en casa teníamos para completar para los servicios del agua y luz. Braulio me decía que podía estudiar en la UABC de Tijuana. Entre mis planes estaba el trabajar y estudiar por las noches. En Tijuana pagaban mucho mejor que en Hermosillo. Braulio trabajaba en San Diego y vivía en Tijuana. El disparate de salarios entre los dos países es muy grande. En México, una persona gana alrededor de $4 dólares al día, mientras que en Estados Unidos son aproximadamente $60 al día. Obviamente, por eso, son miles los que vienen a buscar chamba al otro lado y los muchos que no pueden cruzar terminan quedándose en Tijuana. Mi madre no quería que me fuera a Tijuana, pero entendía mi situación. También sabía que estaría cerca de mi tía Dolores, y que Braulio me cuidaría. Le prometí que le enviaría dinero, que la llamaría todos los días y que iba a venir a verla lo más que pudiera. Al llegar a Tijuana, el olor de sus tacos acompañados del tráfico de carros, y la cantidad de gente fue abrumador. Mi primera impresión de Tijuana no era como la había pintado las noticias ni tampoco como las películas de las que tanto recordaba de la tele. Mientras Braulio entraba por la vía rápida, se ven los cerros completamente llenos de casas, a un lado se ve el enorme canal del río de Tijuana completamente pavimentado, el que parece dividir a la ciudad en dos. Me llamó la atención lo muy bonita que es la Zona Río, llena de edificios altos y modernos, restaurantes lujosos, hermosos centros comerciales. Con el tiempo era la parte de Tijuana que más frecuentaba, allí íbamos todos los fines de semana a almorzar a la Zona Río y por la tarde al CECUT, donde me encantaba ver las películas en el Domo Imax. Era la Tijuana a la que Braulio se refería como súper chida. La imagen de Tijuana que tenía de niña había sido reemplazada por una Tijuana moderna. Por eso me chocaba el tradicional burro cebra o burro con rayas que aún existe en la avenida Revolución, o “la revu” como muchos la conocen, uno de los lugares más turístico de la ciudad, es como la Hollywood Boulevard en Los


Ángeles, pero llena de bares, donde van los americanos a divertirse. En varios lugares de la avenida Revu, está el burro cebra. Lo cómico es que el dueño del burro dejó de tomar fotos con su vieja cámara polaroid, ya que el turista de hoy se toman una selfie con sus celulares para más tarde subir sus fotos a su Facebook o haciendo un hashtag #burrocebra a su cuenta twitter o de instagram.

Capítulo 2


Al diablo con las maquilas

Al siguiente día de haber llegado a TJ, lo primero que hice fui a visitar a mi tía Dolores, le di un fuerte abrazo, me dio tanto gusto verla, siempre había sido su sobrina predilecta. Esa tarde, me sorprendí mucho al verla, desde la última vez que la vi hace dos años, había envejecido mucho, tenía unas grandes ojeras, el pelo muy canoso, y llevaba un semblante muy triste. Mi tía me contó que estaba muy enferma, y le echaba la culpa a su trabajo. Llevaba 10 años pegando partes electrónicas con un tipo de soldadura que tiene un químico al cual estaba expuesta diariamente por horas, y según la pobre de mi tía era lo que le había generado sus fuertes migrañas. Me contaba, de las docenas de denuncios que hacían los trabajadores de las maquiladoras. Recuerdo sus historias, mi tía las contaba encabronada y hasta se exaltaba al hablar: “Ay Izel, la lista de abusos es larga, desde la contaminación que generan estas industrias al medio ambiente, como la fábrica de químicos de Dupont, cuya emisión de tóxicos había provocado nacimientos de niños con espalda bífida. Hay mujeres que han perdido sus dedos operando las maquinarias y que aún continúan trabajando en esas empresas. Hay maquilas que les exigen a las mujeres una prueba de embarazo, supuestamente es el pasaporte de entrada a estas empresas y que para conservar el trabajo, las mujeres aceptan ser humilladas al someterse a una revisión cada periodo menstrual que descarte su estado de embarazo. El hostigamiento sexual hacia las trabajadoras es muy común, al igual que otros abusos, como impedirles que beban agua para evitar que pierdan tiempo en sus puestos de trabajo. Los permisos para ir al sanitario son de escasos cinco minutos para no afectar la producción. Todas las mujeres estamos obligadas a cumplir con cuotas de producción, y de no hacerlo, nos podrían despedir. En comparación a todo el país el número de muertes producida por cáncer de tráquea y enfermedades pulmonares es mucho más alta en las ciudades fronterizas donde están las maquilas. Esta última referencia era la que le preocupaba a mi tía quien sospechaba que su tos que cada vez empeoraba y tenía algo que ver con el químico de la soldadura que usó por muchos años. Estaba muy preocupada por su salud, y también por su situación económica y por mi primitos que aún estaban morros. Al final mi tía me dijo con los ojos bien abiertos, “ni se te ocurra trabajar en ninguna de la


maquilas.” Mi tía pertenecía a la Coalición pro Justicia en las Maquiladora, esa organización se encarga de denunciar los abusos que aún existen en las industrias de las maquiladoras. Esa tarde, mi tía, habló, por horas, si no lo no hubiera escuchado de su boca, no lo hubiera creído, así que dejé la idea de buscar chamba en las maquilas. Fue así como a través de un tío de Braulio, Don Pedro, quien es dueño de una farmacia me dio chamba de inmediato. En Tijuana hay más farmacias que enfermos. Le pregunté a Don Pedro por curiosidad de la razón del porqué de tantas farmacias. Me respondió que la mayoría de los medicamentos que requieren una receta médica en Estados Unidos no requieren una en México. A la tienda venían muchos clientes del otro lado a comprar medicina, por ser mucho más barata. Es el otro turismo de Tijuana, el adicto que viene del otro lado y puede comprar en las farmacias sus drogas. Durante mi tiempo en la farmacia, lo más solicitado por los turistas y por lo general hombres, eran las pastillas de viagra, las pastillas para el dolor y todos los medicamentos que no son aprobados por la FDA en Estados Unidos, se venden en Tijuana. Llegaban hasta atletas profesionales a comprar drogas que los ayudaría a tener mejor rendimiento físico en sus competencias. Aprendí mucho como usaban las personas ciertas drogas para doparse. Los que sólo compraban 0.5 miligramos de rivotril o diazepam ya sabía que lo usaban con una cerveza para que diera el mismo efecto de un calmante. A pesar de que el gobierno mexicano exige que las farmacias demanden una prescripción médica, no falta el doctor que por $40 dólares se deje transar y escriba una receta a su adicto paciente. En la farmacia, pasé un año trabajando y lo poco que ahorraba se lo enviaba a mi madre a Ures. Una tarde que fui a llevarle unas medicinas a mi tía, para mi sorpresa, su esposo Carlos me dijo que la había llevado de emergencia a la clínica. A mi tía le habían detectado cáncer en el pulmón. Esa tarde pasé acompañando a mi tía, la muy pobre, estaba super agotada porque le habían hecho muchos exámenes médicos. Mi tía empezó quimioterapia un par de semanas después de su diagnóstico, la pobre se le cayó el cabello, y dejó de trabajar, fue tan agresivo su cáncer que la pobre no duró ni tres meses. El día del funeral de mi tía, Braulio no apareció. Al principio pensé que no había venido porque quizás su trabajo se lo impedía. Esa tarde lo llamé más de 10 veces, le dejé más de 20 mensajes de textos. Fue cuando una fuerte corazonada me decía que algo andaba mal. Lo más desesperante es que no conocía a nadie en su círculo de amigos, siempre que salíamos lo hacíamos solos, y llegué a pensar que su vida era muy rutinaria, solitaria ya que él no era nada amiguero. Esa noche no llegó a casa, no pude pegar un ojo, no sabía qué hacer, y su teléfono celular estaba apagado. Pasé el siguiente día como loca, visitando todos los hospitales, indagando con la policía, sin que nadie me diera ninguna noticia de su paradero. Para echar limón a mi herida, la paranoia me carcomía la cabeza. Empezaba a recordar las malas noticias, como la historia macabra del famoso pozolero, quien había derretido a un centenar de personas en un tanque de ácido. Al día siguiente, muy temprano por la mañana, le dije a Don Pedro lo que pasaba. Era el único familiar de Braulio en Tijuana. Don Pedro empezó a ser algunas llamadas y me dijo que me iba ayudar a buscarlo.


CapĂ­tulo 3


(Foto, Jesus Malverde, Narco Santo)

Narco-Santos y polleros Soy muy devota de mi virgencita de Guadalupe, a la que le puse una veladora para que me regresara a mi Braulio. Al Igual que yo, él era devoto de un tal santo conocido en Tijuana como “Juan Soldado” dicen que protege a todos los emigrantes y por eso es conocido como el santo de los emigrantes. Llegué a saber de este santito por Braulio, siempre llevaba una cadenita con la estampita de Juan Soldado. Una vez, por curiosidad fui con Braulio al panteón #1 de Tijuana donde tiene una pequeña capilla a este santito. Recuerdo que Braulio entró y se puso de rodillas al frente de la imagen, igual cuando uno va a la misa. Desde afuera observaba todas las flores, y lápidas que estaban empotradas en la pared, muchas de ellas dándole gracias por los favores recibidos a Juan Soldado. Braulio con un marcador escribía en la pared, no supe que puso, pero me imagino que pedía por algo importante. La leyenda de Juan soldado, es muy interesante, dicen los que saben, que en 1938, Juan Castillo Morales, era un soldado raso, quien fue acusado del asesinato y violación de una niña llamada Olga Camacho de 8 años de edad. Juan fue encontrado culpable y ejecutado por un pelotón de fusilamiento. Le dieron ley de fuga, pero Juan le fue imposible escapar a las ráfagas de balas y cayó donde hoy están enterrados sus restos. Dicen que su espíritu ha regresado a probar su inocencia haciendo cientos de milagros. La ironía del día en que Braulio no regresó, había encontrado su cadenita de Juan Soldado en el baño, la que Braulio nunca se la quitaba de su cuello. Empecé a sospechar de sus malos pasos, ya que él también era devoto de la Santa Muerte y del famoso narco santo, Malverde, ambos conocidos por todos en México en el mundo del narcotráfico. En mi desesperación, regresé al panteón a ver la tumba de Juan Soldado, me acordé en que parte del mausoleo Braulio había escrito su mensaje. Pensé que su escrito me daría alguna


clave a dar con su paradero. Con la linterna del celular leí su nota escrita en la pared que decía: “Querido Juan Soldado te pido que siempre me protejas y en este viaje te encomiendo tu protección para poder cruzar al otro lado este grupo a que lleguen a su destino final sin tropiezos. Te prometo que este será mi último viaje de pollero, y mientras estoy lejos cuida a mi Izel a quien la amo con todo mi ser. Gracias Juan soldado por siempre estar a mi lado. Tu fiel servidor B. C.” No supe qué pensar, lloré por saber que me amaba, lloré por su nobleza, Lloré de rabia por haberme mentido. Me puse de rodilla al frente de la estatua de la imagen de Juan Soldado. Saqué un lápiz y en una servilleta le escribí: “Querido Juan Soldado, no soy creyente tuyo, ni tampoco tu seguidor, te pido que me perdones por llegar a ti y pedirte que si estás cuidando a mi Braulio, devuélvemelo sano y salvo. Te prometo traer flores y una muy bonita veladora. E. S.” Dejé la nota en un rincón de la pequeña capilla y esa tarde después del panteón, cuando llegué a casa seguí buscando a ver si encontraba algo que me diera una pista de su paradero. En nuestro cuarto y dentro de un par de calcetines que estaban en una mochila encontré dos teléfonos celulares. Uno de ellos estaba aún encendido. Inmediatamente empecé a leer los mensajes. Al comienzo no entendía la conversación, pero entre más leía los mensajes, empecé a deducir de que se trataba todo. El texto que enviaba Braulio decía … “Cuidado, agáchense y no se muevan de donde están hasta nueva orden.” El que mandaba el texto era un tal “goleador” que respondía, ”la migra está muy cerca que hacemos” Fue una conversación a través de textos muy larga, donde se daban instrucciones bien detalladas. Al final pude atar cabos y darme cuenta cual era el verdadero trabajo de Braulio.. Pasada una semana, supe de él. Me llamó de Matamoros, diciéndome que había sido deportado. Ese día me fui a una tienda Oxxo que está en la esquina de la casa para girarle dinero para que comprara su pasaje a Tijuana. Matamoros está al polo opuesto de Tijuana. Braulio tardó 3 días en llegar. Dicen que la frontera tiene unos 3200 kilómetros y que hay


pedazos donde no vive un alma. No podría imaginarme tanta cerca a lo largo de la frontera si es que la llegan los gringos a construirla toda por completo. Esa noche cuando llegó a TJ en casa discutimos, le reclamé por muchas cosas, por mentirme, por estar siempre callado, ya no sabía si podía confiar en él. Inicialmente lo habían acusado formalmente de contrabando de personas o sea de coyote, pero por falta de pruebas ya que ninguno de los pollos lo denunciaron fue deportado sin derecho a entrar por 10 años. La pérdida de su visa de turista cambió la situación de Braulio. Sin poder ir a trabajar al otro lado, mi trabajo solo daba para escasamente pagar la renta del apartamento. Así que asumí la mayor parte de los costos, y lo duro que era, porque me tocó plan austeridad, y restringirme con todos mis gastos. “No soy tan menso como piensas, jamás me arriesgaría a que me agarren cruzando a un grupo de mojados, en ambos lados la sentencia es grande y me pudriría en el bote.” Fue la primera vez que Braulio me daba una explicación. Le grité, diciéndole: “vi tus textos en esos teléfonos que tenías escondidos dentro de una bolsa, todo esto me da miedo” le respondí llorando. Continúe reclamando porque aquí en TJ se sabe que todos los polleros están conectados con los narcos. Con una voz nerviosa, él me respondió que él trabajaba para un señor que traía exclusivamente a centroamericanos. Me explicaba con detalles que En Tijuana las cosas ya no eran tan fáciles para cruzar. “La migra ha reforzado la vigilancia, y los equipos de alta tecnología, han hecho que el cruce sea muy difícil. Por eso era necesario irse por las montañas.” Braulio sonaba frustrado. Braulio me contó como funcionaba la operación de los polleros, y cuanto dinero tenían que pagar aquellos que querían cruzar. Entró en detalles, como si estuviera desahogándose y por primera vez poder contar todo lo que hacía con tanto secreto. Sin que le pidiera explicación, Braulio me explicaba todo lo que él sabía sobre el mundo clandestino de un coyote, él había empezado a trabajar de pollero a los 18 años. “Un coyote no trabaja solo: tenemos un equipo para coordinar todo el viaje de los migrantes. Hay quienes conducen en México y llevan a los grupos hasta donde se inicia la caminata; otros, los recogen en camionetas o en vans en la frontera cuando llegan a Estados Unidos e incluso hay chequeadores que saben los movimientos exactos de la migra. Al comienzo, aprendí a cortar parte de abajo de la malla de metal del cerco, usábamos sopletes industriales y en menos de 5 minutos teníamos un hueco hecho lo suficientemente grande para el que iba cruzar. Esto lo hacíamos cuando la neblina es tan espesa que las cámaras no nos podían ver. Mi trabajo era de levantón, así les dicen a los que recogemos a los que logran cruzar. Siempre en San Diego tenía mi rutina, primero, pasaba a la gasolinera, llenaba el tanque, entraba a la tienda y compraba unas papas fritas, galletas y las repartía a los que recogía. Siempre los pobres pollos venían con sed y mucha hambre. Los recogíamos en puntos donde ya se había


acordado. En todo caso quien iba de guía nos alertaba por teléfono y así sabíamos a donde ir. Es una operación totalmente bien organizada. Habían otras formas de cruzar, desde playas de Tijuana y Rosarito salen las pangas, que son unos pequeños botes, pero con un motor súper fuerte de alta velocidad. Los de este negocio llegan a cobrar más de $10,000 mil dólares y terminan dejándolos por la playa de La Jolla. Luego, hasta allá los íbamos a buscar. Esa noche lo escuché hablar como nunca lo había hecho. Me alegraba saber que él no iba cruzar más hacia los Estados Unidos. Me daba pavor que él fuera una estadística más de los muchos que mueren en el desierto y al final terminen en una fosa común como las que hay que el cementerio de Holtville en Calexico.

Capítulo 4 Pole Dancer y las buchonas Al pasar el tiempo, había conocido a Rosa, una compañera de trabajo que había dejado el trabajo en la farmacia para ir a bailar en los bares exóticos de la Coahuila. Ella fue quien empezó a contarme lo muy bien que pagan como bailarina exótica. También, Braulio me había sugerido al comienzo de llegar a Tijuana lo mucho que ganaban las conejitas en los antros. Rosa trabajaba en uno de los bares de la conocida zona de tolerancia de Tijuana. La única área en Tijuana donde las chicas pueden vestir con súper minifaldas, camisas cortas y usar maquillaje pesado. Es tan bueno el negocio que Incluso se habla de mujeres que por el día son profesionales o amas de casa y que por la tarde o por la noche llegan a los bares en busca de más y mejores ingresos para su familia. La primera vez que fui a la Coahuila, en medio de las calles se ven mujeres de todo tipo, para todos los gustos y todas las edades afuera de las puertas de los bares escuchas a los que promueven el bar con sonrisas y con voz alta, como animadores de circo, invitan a los transeúntes que pasen el mejor rato de su vida.


En la Coahuila el bullicio es de 24 horas al día 7 veces a la semana. Hay dos grupos de chicas que trabajamos en este mercado. Un grupo que le llaman las paraditas, ya que tienen que pararse estratégicamente en la calle afuera de los moteles. Las mayoría de las chicas van vestidas de colegialas, todos los moteles a su alrededor rentan un cuarto por $25 pesos por media hora en la que entregan un condón y un rollo de papel higiénico. El otro grupo son las que pertenecen a los clubes o antros. En “la Coahuila” hay bares de 5 estrellas conectados a los hoteles. El bar Hong Kong es el epicentro del sexo comercial de alto nivel. Hay más de 300 mujeres trabajando día y noche en distintos turnos. Las chicas bailan en diversos escenarios y están distribuidas por todo el lugar. En un extremo hay un espectáculo de espuma; en el otro, de chocolate. Los espacios reservados para bailes privados son para los clientes VIP. La mayoría de las trabajadoras sexuales ganan entre $300 y hasta $1,000 dólares al día, las chicas parecen modelos sacadas de revistas, todas exuberantes vestidas sólo con una tanga y brassier mientras caminan dentro del bar. Algunos de los bares ofrecen servicio de transporte en limusina gratuito de ida y vuelta a la frontera, exclusivamente para los clientes que vienen del otro lado. Es tanto el potencial que el Comité de Turismo de Tijuana con el apoyo del alcalde Jorge Astiazarán abrieron una campaña para promover e impulsar el turismo de la prostitución llamada “Tijuana Coqueta”. Esta campaña recibió oposición de organizaciones de derecho humanos, porque hay problemas muy graves involucrados como la trata de personas, en las que un número importante de víctimas son menores de edad. En Tijuana, habían muchas de las paraditas que eran traídas de Tlaxcala por las mafias de proxenetas que las enganchan con toda clase de engaños prometiendoles trabajo de modelos y terminan trabajando como esclavas. Leí en el periódico que según la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) hay más de 16 mil niñas menores de edad, víctimas de la trata y alrededor de 80 mil mujeres, un negocio que genera ganancias de $32 millones de dólares al año. Aprovechándome de mi buenos genes que había heredado de mi madre, quien era una bella mulata nacida en Veracruz, ya de por sí, llenaba los requisitos principales, que eran mi juventud y un trasero muy grande. A mis casi 19 años, no se me hizo fácil trabajar en la noche en un bar de conejita, me daba un poco de vergüenza estar vestida con sólo ropa interior, pero al menos conservaba mi dignidad de no venderme. En el bar uno de los mejores atractivos eran las bailarinas del tubo. Al comienzo, la idea de bailar desnuda me aterraba. Allí conocí a Claudia, era la mejor bailarina de tubo del bar. Ella fue la que me dijo que bailar en el tubo no sólo dejaba buenas propinas, sino que era fácil y no había que acostarse con los clientes si uno no quería. Claudia era morena, delgada, muy esbelta tenía el cabello largo teñido de rubio y acababa de cumplir 21 años. En la pista había un aro del que se colgaba como si fuera trapecista, y como una rutina de gimnasia olímpica se colgaba del aro para luego pasarse al tubo por el que entrelazaba sus piernas y bajaba muy despacio de cabeza hasta tocar el suelo. Era un acto totalmente acrobático. Al frente de ella había una docena de hombres parados


rodeando la tarima, literalmente con las bocas abiertas viendo el espectáculo, parecían niños en un circo. Ellos súper entusiasmados aplaudían y la bailarina del tubo terminaba su espectáculo recogiendo las propinas que eran puestas en su tanga. La idea del baile exótico me llamó mucho la atención, siempre me gustó bailar, y fue de esa manera en la que me animé a empezar mi nueva carrera de bailarina de tubo. El baile de tubo no era solo para las que bailábamos en los bares, hay gimnasios y hasta academias de baile de tubo en Tijuana. Al menos no tenía que pagar para aprender a bailar en un tubo. Tenía a Claudia, quien me enseñaba en sus ratos libres. Lo más difícil no fue aprender las piruetas, sino el tener que perder mi pudor para bailar completamente desnuda. Con el tiempo, el bailar desnuda se convirtió en algo rutinario, como cepillarme los dientes, pero la idea de sacar dinero como la hacían muchas de mis amigas vendiendo el cuerpo, era una idea que no podía aceptar. Este mundo me recordaba las novelas que veía cuando estaba en la prepa, como “las muñecas de la mafia” o mi favorita que era una novela colombiana, sin “tetas no hay paraíso”. Nunca pensé ver en carne y hueso el mundo de la prostitución tan fuertemente conectada a los narcos, y la triste explotación de muchas que trabajaban fuera de los bares. El sólo ser mujer y vivir en la zona norte del país nos hacía blanco fácil de las redes del narcotráfico, y más si tienes cara bonita y un cuerpo escultural. En el norte de México, las mujeres se preocupan cada vez más por su apariencia física desde muy temprana edad, el “verse bien” y “ser la más linda” es lo único que importa. Los narcotraficantes ven como presas fáciles a las jovencitas, es por eso que buscan a las chicas más bonitas en las prepas. Se les acercan conduciendo en un carro de último modelo para impresionarlas, jugando a ser su príncipe azul para que se enamoren de ellos y con el tiempo, se las llevan, convirtiéndolas en sus mujeres. Pero los narcos no sólo buscan a estas chicas en los colegios, también lo hacen en gimnasios, centros comerciales, bares clandestinos, fiestas privadas o en las ferias del pueblo. Por otro lado, están las mujeres que viven con los capos por conveniencia lo hacen para sacar a su familia adelante o salir de los lugares marginados en donde viven. Hay otras que ven como un sueño estar en brazos de un peligroso narcotraficante. Las mujeres de los famosos capos o narcos les dicen la “buchonas” el término viene de Sinaloa y se refiere a las chicas con senos muy grandes y que son muy voluptuosas. Las buchonas son mujeres sumamente guapas y despampanantes. Se caracterizan por su cabello largo natural o las que tienen que ponerse extensiones, por lo general su cabello está siempre bien arreglado como si fueran a ir a una fiesta o ceremonia importante. Siempre andan maquilladas, sus cejas tatuadas o delineadas, pestaña postiza, sombras, rubor que resalta sus pómulos, iluminador para dar una visión más estilizada de las zonas delgadas de su cara y lipstick en tonos rojo o rosa fluorescente. Todo con el fin de llevar un rostro perfecto, un rostro de muñeca. Todo lo que llevan es de marca, usan ropa, bolsos, accesorios y zapatos solamente de diseñadores y marcas exclusivas como Bebe, Louis Vuitton, Studio F, Ed Hardy, Channel, Dior, Coach, Tiffany &Co, Cartier y otras más. Ellas siempre andan bien vestidas y entaconadas como si fueran a modelar por una pasarela. También, la mayoría de sus accesorios están llenos de diamantes o piedras preciosas. Les encanta la buena vida, comer en los restaurantes más caros de la ciudad, ir a narco fiestas, escuchar música de banda y narcocorridos. A cualquier lugar al que vayan, llegan en una camioneta o un auto deportivo de último modelo y siempre protegidas por guardaespaldas. Muy similar a como lucen las Cardassians o el ver un video de un rapero rodeado de lujos. Entre ese mundo falso y de aparentar clase, igual están sus senos, glúteos, nariz, abdomen, todo lo que ellas puedan cambiar en un quirófano que no les guste de sí mismas. Yo diría que los cirujanos aquí en TJ se hacen ricos con tantas intervenciones quirúrgicas que muchas de estas chicas se someten.


El negocio de la vanidad, también le llena los bolsillos de muchos centros médicos en Tijuana. Los cirujanos en Tijuana, hacen tanta lana como las maquiladoras. Tijuana es considerada la capital latinoamericana de la cirugía plástica así como lo es con sus tacos! Yo no contemplaba ser una buchona, primero odiaba la cultura del narco. Mi vida en el bar cambió una noche que llegó un chavo muy guapo, bien vestido al bar, el cual no me quitaba los ojos mientras bailaba. La atracción parecía mutua y se me hizo fácil reír y coquetearle muy naturalmente, por primera vez, sin tener que fingir. Esa noche me invitó a que me sentara con él y después de 5 cervezas, de las cuales uno recibe un porcentaje del bar por cada cerveza que uno le haga tomar al cliente. Su mano acariciaba mis piernas y sin querer queriendo deje que me tocara completamente. Me preguntó si quería ir con él al cuarto, un poco fastidiada, le respondí que no se confundiera, que sólo era bailarina y que bailaba nada más por propinas. Pero cada cabeza tiene precio, y me ofreció el doble de dinero de lo que usualmente se cobraba. Sonreí y le dije que tenía que pensarlo, eran más $200 dólares, lo que resolvería pagar un par de cuentas atrasadas. Me gustaba el chavo, era guapo, limpio, y hasta amable, así que acepté, y así de fácil, fue mi primer cliente. Desde ese día en adelante, entré a la profesión más antigua del mundo. Me había convertido en una piruja oficial. Con el tiempo aprendí a dominar el “pole dancing” y empezaba a tomar clase de inglés. La mayoría de la clientela eran gringos. Como cualquier prostituta en Tijuana, me tuve que inscribir como demanda la ciudad. Me dieron una tarjeta de salud en la que estaba por ley sometida a chequeos médicos regulares, se nos aplican pruebas rápidas de VIH/Sida y otras Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) que pudieran poner en riesgo nuestra salud y la de otros. Los doctores nos recalcaban siempre usar protección al tener relaciones sexuales. Muchos de los hombres en los bares no quieren usar el condón, y llegan a ofrecer hasta 30 dólares más. Es como jugar con la vida ya que cualquiera de afuera podría estar infectado con cualquier enfermedad, no solo el SIDA. Para mi sorpresa, Braulio no se inmutó cuando le conté sobre mi primera relación que tuve con el chavo en el bar. Pensé que se iba a enojar, pero según él, el trabajo de piruja no lo afectaba y para él, el sexo y los sentimiento podían separarse. Me dijo que no besara a nadie, porque para él un beso era mucho más personal. Lo bueno de este mercado es que uno puede estar disponible 24 horas si uno quiere. Yo aprendí a usar la Internet y ponerme en venta en línea. La competencia era dura. En mi cuarto ponía una cámara, donde hacía shows privados y como la clientela era de todas partes del mundo, aceptaba la famosa bitcoin como pago. Braulio se había convertido en mi manejador, el cual me dejaba en el hotel y estaba pendiente de que nada me pasara. Mi salario había crecido exponencialmente y mandaba el doble de dinero a casa. Con sólo 20 años ya veía un mejor futuro. Con mi nuevo salario, nos habíamos mudado a Playas de Tijuana, cerca del monumental cerco, donde se veía el otro lado y alcanzaba a ver a la distancia los edificios de San Diego y el puente de Coronado. Conocía a muchas de la chicas en los bares que vivían en el otro lado y venían a trabajar en TJ. Se aprovechaban de tener doble nacionalidad y me decían que un polvo en el otro lado era el doble de lo que se cobraba en TJ, pero en San Diego era ilegal la prostitución. Siempre había soñado con conocer los Estados Unidos. Fue cuando me decidí en sacar mi visa para entrar no de mojada sino legalmente como lo hacen muchos en Tijuana. Lo difícil era que necesitaba, mostrar suficientes pruebas en el consulado americano para que me la dieran. Don Pedro me hizo el paro, de darme una carta, en la cual decía que aún trabajaba para él tiempo completo y que era la administradora de su farmacia, que él me pagaba un buen salario, toda esa mentira con el fin de convencer a los americanos en la embajada que tenía un trabajo estable y que no


quería quedarme en Estados Unidos con el fin de obtener mi visa láser. Fue un proceso costoso, me tocó pagar $160 dólares para llenar un formato de solicitud. Mi nuevo pasaporte me había costado $135. En total fueron casi $300 dólares. Por eso muchos cruzan ilegalmente, es muy difícil para una familia poder ahorrar tanto dinero. Tenía todas las esperanzas de que me la dieran, mis documentos estaban en orden, mi cuenta de banco, que para ese entonces ya habían casi tres mil dólares, tenía la carta de trabajo que me había dado el señor Pedro, mi acta de nacimiento, mi credencial para votar. Lo que único que no me favorecía era lo muy joven que me veía. Solo esperaba que mi virgencita de Guadalupe y Juan Saldado me ayudaran a que me dieran la visa americana. El día de mi entrevista, el oficial tomó todos mis papeles, me miró fijamente y me dijo que iba a hacer al otro lado. Le dije al oficial que mi mejor amiga vivía en Los Ángeles y que siempre había soñado con ir al otro lado para visitarla. Luego, miró mi cuenta de banco y cerró el folder donde estaban todos mis papeles. Esa fue la única pregunta que me hizo el oficial. Fue amable, y sonriente me dijo: "Okey Señorita, su VISA ha sido otorgada! En 7 días la podrá retirar en la sucursal DHL elegida". Ese día en la embajada los nervios me comían viva. Al día siguiente fui a ponerle una veladora a la virgen de Guadalupe y fui a ver a Juan Soldado al que le compré un veladora y flores por haberme ayudado. Mi sueño era conocer Los Ángeles, ir a Disneyland y caminar por la famosa Hollywood Boulevard. Son esas las imágenes que desde niña había visto en muchas películas, ese gran letrero en la cima de un cerro con las letras “Hollywood” es lo que se viene a la mente a la mayoría de mexicanos cuando alguien dice California. Una vez que tuve mi visa, fui a San Diego con Claudia. La primera vez que entré a los Estados Unidos fue un abrir de ojos a un mundo totalmente desconocido. Antes de cruzar tardamos dos horas en la línea. Pensé que nunca llegaríamos. Por algo es la frontera más transitada del mundo. Escuché que aproximadamente más de 300 mil personas cruzan la frontera de San Ysidro diariamente. Al llegar mi turno, el agente, que por cierto de apellido latino, Rodríguez, tomó mi tarjeta de identificación la pasó por un aparato electrónico, me preguntó en español medio pocho que si tenía algo que declarar, le dije que no y sin hacer ningún gesto me la entregó . Esa fue mi primera experiencia cruzando la garita internacional. Una vez ya en el otro lado, está San Ysidro, que es la puerta de entrada a Los Estados Unidos. Allí compramos los pasajes del Trolley de San Diego. San Ysidro no es tan diferente de Tijuana, llena de cajas de cambios, una muchedumbre por todos lados, la gente rodando sus maletas, parecía como si estuviera en la estación de camiones de Tijuana y no en el otro lado. Tomamos el Trolley, que estaba solo a unos pasos de cruzar la frontera, “aquí comienza los Estados Unidos” dijo Claudia, es la puerta a las Américas, así se llama también el outlet gigantesco donde muchos tijuanenses van de compras. Mientras el Trolley nos llevaba al centro de San Diego, veía la enorme autopista número cinco desde la ventana, todo se me hacía más grande y limpio. Totalmente se siente el cambio al entrar a los Estados Unidos. Nos bajamos en la calle H, en Chula Vista, y pocas cuadras estaba el apartamento de Claudia. Su depa era una chulada, con dos cuartos un baño, y vista a la piscina. Claudia soñaba con comprar una casa y estudiar enfermeria. Ella estudiaba en un community college, algo así como una universidad de dos años y por las noches iba a trabajar en Tijuana. Claudia y yo con el tiempo nos hicimos mejores amigas, era como una hermana. Me encantaba ir a San Diego y quedarme con ella.


A Braulio la idea de quedarme en San Diego no le gustaba, ya que Braulio se había quemado con el antecedente criminal de coyote. A él le era imposible volver a entrar por la vía legal. Una noche volvimos a discutir, yo le dije que no quería seguir la vida de piruja, me daba asco hasta conmigo misma y que estaba decidida a irme a vivir al otro lado de mojada. “que vas a hacer allá sin papeles para trabajar, sin el inglés, sin conocer a nadie” me reclamaba Braulio. Claudia, conocía bien los Estados Unidos, ella me decía lo mismo que Braulio, lo duro que iba a ser indocumentada, sin el inglés y sin ninguna educación. Pero, ella me entendía, de igual manera había llegado su madre y más de la mitad de su familia. Braulio al final me apoyó, y también pensó renunciar del todo a su vida de coyote y cruzar para estar conmigo. Una semana antes de salir de Tijuana, Braulio me dijo: “Haré mi último viaje de coyote, arreglaré todo para ganarme una buena lana y poder estar contigo en San Diego”. Ambos nos abrazamos, yo tenía mucho miedo, a pesar de que Braulio conocía la frontera como la palma de su mano. Esa noche escuchamos el famoso corrido de los “Mandados” ambos lo cantábamos como si fuera Braulio el protagonista de la canción. La parte favorita de Braulio decía: “Conozco todas las líneas caminos, ríos y canales desde Tijuana a Reynosa de matamoros a Juárez de piedras negras al paso Y de agua prieta a nogales La migra a mi me agarró trescientas veces digamos pero jamás me domó, a mi me hizo los mandados los golpes que a mi me dio, se los cobré a sus paisanos” Todo estaba planeado, yo le rentaría un cuarto a Claudia en su apartamento en Chula Vista mientras me organizaba. Braulio cruzaría la frontera tan pronto como él consiguiera a un grupo de centroamericanos que han estado llegando a Tijuana escapando de la violencia. La última vez que me fui de Tijuana, con la ayuda de Claudia, empaqué lo necesario, en el fondo quería dejar todo atrás. A pesar de querer dejar mi vida de piruja, continué trabajando los primeros meses con clientes que conseguía en la Internet. Corría un gran riesgo si me agarraban de piruja, ya que podía ir a la cárcel y perder mi visa. Claudia me enseñó a que siempre preguntara primero con cualquiera que estuviera haciendo negocio si era un policía, supuestamente ellos no pueden mentir y de esa forma confirmaba que el cliente fuera legítimo. La mayoría de mis clientes eran mexicanos, casi todos casados, se me hacía triste saber que sus cándidas esposas no tenían la menor idea de la clase de hombres con las que estaban casadas. Tenía claro que era peligroso trabajar sin ninguna seguridad, la mayoría de los famosos padrotes, en Estado Unidos a los que se les dice dicen pimps, muchos de ellos son cholos de las pandillas que forman parte de una terrible mafia y que están bien organizadas. Los cholos fuera de “proteger” terminaban robándose el dinero de ellas y convertían a las chavas en esclavas sexuales.


CapĂ­tulo 5


Foto del Trolley de San Diego

Once Millones de Indocumentados Para colmos o bendición de Dios, al mes de estar en San Diego, me enteré que estaba embarazada. Tenía ahora claro que no podía seguir en esas viejas andanzas. Era el momento de tomar un nuevo rumbo en mi vida. Llamé a Braulio para darle las buenas noticias de mi embarazo, él se puso muy contento, nunca lo había visto tan animado. Desde ese mismo día empezó a hablar de como iba a hacer para volver a cruzar para estar conmigo en Estados Unidos. A las dos semanas, ya había conseguido un grupo de pollos al que iba a cruzar, la gran mayoría centroamericanos. Con muchos detalles Braulio me había dicho exactamente donde tenía que recogerlos. La travesía les iba a tardar toda una noche, iban a cruzar por el cerro, por el lado de Jacomé, al otro lado está el pueblo de Jacumba, California. Es muy peligroso irse por las montañas, ya que el frío en el invierno es tan duro que cualquiera puede morir de hipotermia y en el verano el calor es mortal. Desafortunadamente, es por las montañas donde la gran mayoría de migrantes mueren. En México en la tele, pasan comerciales informado a la comunidad que no vale la pena arriesgar sus vidas cruzando por el desierto. El día que cruzó Braulio estaba muy nerviosa, esa noche había una neblina muy espesa, es cuando aprovechan muchos para cruzar ya que las cámaras o sus binoculares de la migra no pueden ver a través de la neblina. Recibía mensajes de textos de Braulio cada hora, dejándome saber que todo marchaba bien, luego los mensajes dejaron de llegar. Pensé que había perdido señal como suele pasar en las montañas, y conduje al lugar donde él me había indicado inicialmente. Me hospedé en el único hotel del pequeño pueblo de Jacumba, y allí


esperé hasta muy temprano por la mañana. Eran las 7:00 de la mañana, y ya era para que hubieran llegado. De acuerdo a los cálculos, entrarían por la madrugada. Algo había salido mal. Tenía una fuerte corazonada. Llame a Claudia, la que también estaba pendiente en su teléfono. Ella fue la que empezó a llamar a los diferentes centros de detención que hay uno en Otay Mesa y el otro que está en Caléxico. Nos enteramos que a Braulio lo habían detenido en Calexico en el centro de detención de la región Imperial. Ya no se podía hacer nada, sentía que mundo se derrumbaba era sólo esperar a que lo procesaran y ver qué cargos le daban. Al menos fue un alivio saber que estaba vivo, tantas cosas horribles que suelen ocurrir. Desafortunadamente, era la segunda vez que a Braulio lo agarraba la patrulla fronteriza y le deparaba una larga sentencia. Supimos después que a Braulio lo acusaban de coyote. Recientemente las sentencias contra los traficantes de migrantes son muy fuertes. Los coyotes han dejado morir a muchos en el desierto y hacen parte de bandas criminales. Claudia, me ayudó a buscar un abogado, al que le pagué $2,500 dólares para que defendiera su caso. El día de la corte el juez le preguntó a Braulio si él era el guía del grupo, él contestó que no. Desafortunadamente, a Braulio lo había denunciado uno de los que venía en el grupo como el guía. El abogado peleó de que no habían pruebas suficientes que conectarán a Braulio con el grupo. Aún recuerdo como si fuera ayer, cuando el juez le decía que bajo la sección 274(a)(1) era sentenciado a 10 años de cárcel por tráfico ilegal a migrantes. El abogado me dijo que iba a apelar nuevamente. Yo estaba agotada emocionalmente, tampoco quería gastar el poco dinero que tenía ahorrado en abogados. Los meses pasaban muy rápido, y existía un nuevo miedo de cuando naciera mi bebé. Había escuchado en las noticias que ciertos hospitales de Texas se rehusaban a darle el acta de nacimiento si la madre no podía probar que estaba viviendo legalmente en el país. Le comentaba todas mis inquietudes a Claudia, ella se había convertido en mi consultora legal, ya que siempre entraba a la Internet para averiguar los mil y un rumores que se escucha en la comunidad. Leímos juntas que, el tener a mi hijo en suelo americano no me resolvía mi estatus de ilegal, ya que me tocaría esperar hasta que mi hijo cumpliera 21 años para que él pudiera pedirme legalmente. Hoy legalización de los que están aquí sin papeles en Estados Unidos se ve muy gris. Claudia odiaba a Obama, quien supuestamente ayudaría a dar amnistía a los supuestos 11 millones de indocumentados, pero la realidad fue toda contraria a sus promesas que usó durante su elección para ganarse el voto latino. Ahora se le conoce como el presidente con el número de deportaciones más grande en la historia del país. Lo más interesante de todo era que Obama era el amigo de los latinos, que se deja para el nuevo presidente Donald Trump, quien cree que todos los mexicano son hombres malos. En su plan de hacer una mejor América, no se incluyen a los latinos y menos los que no tenemos papeles. Recuerdo un domingo en Playas de Tijuana, había asistido a una misa que hacen en el parque de la amistad todos los domingos, ese día, había un grupo de soldados veteranos que habían sido deportados. Llevaban camisetas verdes con un emblema rojo que decía “alto a la deportación de veteranos”. Me pongo a pensar la falta de tolerancia que existe dentro del sistema de inmigración en este país. A esos veteranos que pelearon en guerras y que pusieron sus vidas en riesgos el gobierno no los quiere, que se puede esperar para el resto de nosotros. Es muy gacho. Cuando mi hijo nació, coincidía con el día de independencia en Estados Unidos. Mi hijo me dio mucha fuerza para seguir con mi plan de dejar atrás la vida de piruja. Se que estoy limitada aquí en Estados Unidos, sin el inglés y sin papeles para trabajar. Aquí en California se había aprobado la ley AB60, el cual permite a los indocumentados que residen en California obtener


licencias de conducir. Con la ayuda de Claudia aprendí a conducir, estudié el manual de conducir que afortunadamente estaba en español. El día que fui a inscribirme mostré mi pasaporte mexicano con la visa láser que aún estaba vigente. Claudia me esperaba afuera de la oficina del Departamento de Motores y Vehículos, cuando la vi grité de alegría.. pasé, pasé, pasé. “eres ya una americana” me decía Claudia bromeando. Nos abrazamos de felicidad. El dinero que ahorré durante mi vida de piruja me había dejado unos casi nueve mil dólares, de los que me quedaban solo unos cuatro mil. Compré mi primer carro usado, era un Ford Fiesta, pero en muy buen estado. También compré la silla para el nene en una tienda donde venden todo de segunda. Al menos con mi carro ya me podía movilizar y empezar a buscar un mejor trabajo. Al comienzo fue duro, afortunadamente la mamá de Claudia que no trabajaba me cuidaba al bebé cuando salía a buscar trabajo. Por fortuna, y gracias a unos bueno papeles falsos, logré conseguir un trabajo de mesera en un restaurante mexicano. Cuando llegaba por las noches, desde mi cuarto, conectaba mis audífonos al celular, y con mi hijo en los brazos tomaba clases de inglés por la Internet. Aún hablo con Braulio por teléfono cuando le dan permiso de hacer llamadas desde la prisión. Estoy planeando visitarlo en futuro para que conozca a su hija. Mi futuro es incierto, hoy hago parte de esos 11 millones de indocumentados que hemos puesto el sueño Americano en espera hasta que exista una nueva política que nos beneficie a todos.

Preguntas: Capítulo 1: 1. Lee este artículo de Fronter.Ifo, y explica ¿por qué Tijuana, ha cambiado mucho en los últimos años? En qué parte del capítulo uno, se hace referencia a este cambio? http://www.frontera.info/EdicionEnlinea/Notas/Noticias/12062016/1091552-Tijuana-una-ciudadcosmopolita.html 2. ¿Qué imágenes siempre ha tenido Izel de Tijuana? ¿Qué dice este artículo del Daily Aztec, sobre los estereotipos de Tijuana? ¿Cómo se ha mantenido Tijuana estigmatizada como una ciudad llena de violencia? http://thedailyaztec.com/82321/mundoazteca/rompiendo-estereotipos-de-tijuana/ 3. ¿Qué motivó tiene Izel de irse a vivir a Tijuana? ¿Cuál fue la reacción de Izel al ver Tijuana? 4. ¿Qué estereotipo representa el burro cebra de Tijuana?


Capítulo 2: 1. ¿Qué aprendió Izel de su tía dolores referente al trabajo en las maquilas? 2. Lee este artículo y te darás cuenta donde trabaja la mayoría de los que viven en Tijuana. ¿Qué beneficios ofrecen las maquiladoras? http://www.frontera.info/EdicionEnLinea/Notas/Noticias/01052018/1335803-Maquiladora-genera-60-detrabajos-formales-en-Tijuana.html 2. La gran mayoría de maquiladoras o plantas o fábricas binacionales pertenecen a NAFTA. En los últimos años el tratado de libre comercio ha sido muy controversial, recientemente el presidente Trump ha acusado al Tratado de Libre Comercio como injusto. Investiga por qué? 3. ¿Por qué hay tantas farmacias en Tijuana? ¿Qué puedes inferir de la industria farmacéutica en relación a los Estados Unidos?

Capítulo 3 1. ¿Cuál era el verdadero trabajo de Braulio que con tanto secreto ocultaba? 2. Lee este artículo, y podrás entender un poco más a fondo lo complejo que es el trabajo de un pollero? https://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-4260631 una vez que hayas leído el artículo, ¿qué es lo que mas te llamó la atención? 3. El título de este capítulo es “narcos y santos”, la fe juega un papel importante el mundo del migrante ¿por qué Juan Soldado es el santo protector de Braulio? 4. ¿Cómo pierde Braulio su visa, y por qué contó con suerte de no pasar más tiempo en la cárcel? 5. ¿Qué aprende Izel del reporte de Comisión Nacional de los Derechos Humanos?

Capítulo 4 1. ¿Qué motivó a Izel a trabajar en los bares? 2. Es la prostitución en Tijuana legal? Qué tipo de papeles requieren las trabajadoras sexuales para poder trabajar en ese medio? 3. ¿ A través de la historia de Izel, ¿cómo es el mundo de la buchonas y por qué lo compara con las Cardassians? 4. ¿Cuál es la percepción que tiene Izel de San Diego? 5. ¿Por qué Braulio no quería que Izel se mudara a San Diego? 6. La canción de los mandados es un clásico corrido mexicano que de una forma satírica muestra el ciclo vicioso del indocumentado. Lee la letra de esta canción y por qué Braulio y Izel la cantan? Cuál es tema


de la canción? 7. ¿Explica por qué es tan difícil obtener una visa? ¿Qué hace Izel para probar que no se va a quedar en Estados Unidos? 8. ¿Por qué Izel temía trabajar en San Diego sin protección? Qué referencia se hace sobre el mundo oscuro de los proxenetas?

Capítulo 5 1. Braulio decide cruzar por Jacumba, California, ¿qué peligro representa cruzar por las montañas? ¿Qué ha hecho el gobierno mexicano para prevenir que lo migrantes crucen. 2. Izel obtiene su licencia de conducir por medio de lo que se conoce en California como la AB60 qué piensas al respecto? 3. Lee el siguiente artículo el que habla del sistema ecológico de la región, ¿cuál es el problema que representa el tener una barrera física entre los dos países. https://defenders.org/sites/default/files/publications/defenders_borderwall_report_full.pdf 4. Por qué Braulio es sentenciado a 10 años de cárcel? Piensas que es una sentencia justa? Investiga qué sanciones existen para los polleros o coyotes, es como se les llaman a los que se encargan del tráfico ilegal de migrantes. 5. ¿Tiene Izel alguna posibilidad que a través de su hijo reciba algún permiso legal? 6. ¿Piensas que Izel debe regresar a México? 7. ¿Cuál será el futuro de Izel? ¿Qué crees?


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