Esta ciudad ya no es la misma

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Esta ciudad ya no es la misma. Poemas y relatos Selección y compilación: ©Alexis Cuzme ©Kenia Gil ©Yuliana Marcillo Autores: ©Jorge Cedeño Palacios ©Erika Pico Zea ©Zoila Guadalupe Mera Santana ©Stefy Estrella Lucas ©Alberto Alejandro Villamarín ©Jhonny Saulo Villafuerte Holguín ©Adriana Elizabeth Romero Zambrano ©Angie Clara Farfán ©Eyleen Delgado ©Carlos Andrés Palacio Pablo ©Martín Alex Cedeño Cedeño ©Fátima Mendoza Ramos ©Manfred Cacabelos ©Nelly Ramírez Castro ©José Morán ©John Milton Palma ©José Felipe López Alvia ©Alexandra Flores Álava ©Xavier Soto ©Jhonny Zavala ©José Luis Alonzo Flores ©Ignacio Rodríguez Diagramación: Stephanie Apolo – DADAIF[cartonera] E-Mail: cartoneradadaif@gmail.com Corrección: Betty J. Alonso Cedeño Centro Cívico Ciudad Alfaro Teléfonos: (05) 2311210 - (05) 2311209 - (05) 2311208 Dirección: Prolongación de la Av. 10 de Agosto S/N E-Mail: info@ciudadalfaro.gob.ec Web: www.ciudadalfaro.gob.ec Montecristi Grupo Cultural Papagayo K Teléfonos: 0993188757 / 0987516241 E-Mail: grupoculturalpapagayok@gmail.com Manta Tinta Ácida Ediciones E-Mail: tintacidaediciones@gmail.com Teléfonos: 0999905002 – 0995795411 Manta Primera edición: septiembre de 2019 ISBN: 978-9942-8779-1-8 Montecristi, Manabí, Ecuador

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Índice Prólogo………………….06 EL NIÑO ELOY SE REVELA CONTRA LA OPRESIÓN Y LA INJUSTICIA………………….08 MARÍA ISABEL MUENTES (Perfil) ………………….09 Jorge Cedeño Palacios ÉL ME IGNORABA TODOS LOS DÍAS………………….10 VIDA………………….11 Erika Pico Zea YO………………….12 MI HIJO EN DROGAS………………….13 Zoila Guadalupe Mera Santana LA IMPRUDENCIA DE SUS MANOS EN MIS INSOMNIOS………………….15 SOY LA PÓLVORA QUE SOBRA………………….16 Stefy Estrella LOS CUATRO ENEMIGOS DE LA HUMANIDAD Y EL CABALLERO………………….17 UN HÉROE DE PIEDRA (Legado) ………………….19 Alberto Alejandro Villamarín LA ESCUELA DE AVIACIÓN………………….20 Jhonny Saulo Villafuerte Holguín PÉTALOS………………….24 Xx + xx………………….24 Adriana Elizabeth Romero Zambrano NINGÚN CRISTO TIENE CONSUELO EN ESTAS TIERRAS………………….25 MAL DE OJO………………….26 Angie Clara Farfán 3


CAPÍTULO 2 (novela en proceso) ………………….28 Eyleen Delgado ANCIANA………………….31 EXTRAÑARTE………………….31 Carlos Andrés Palacio Pablo REFLEJO………………….33 INSPIRACIÓN………………….33 EL AGUA………………….34 Martín Alex Cedeño Cedeño CARTA A MI AMOR………………….35 CONFESIONES………………….37 Fátima Mendoza Ramos PENSAMIENTO DE UN VAGABUNDO………………….38 Manfred Cacabelos RÍO………………….40 QUIMERA………………….42 Nelly Ramírez Castro RETIRADO………………….44 DE LUTO………………….44 José Morán LA VACA DE MI MUJER………………….46 NOCHE BOHEMIA………………….47 John Milton Palma 16A………………….49 PLACER………………….51 José Felipe López Alvia 4


LIBRE………………….52 ESTARÉ………………….52 Alexandra Flores Álava LA NOCHE QUE LAS MUJERES AULLARON………………….53 A NIGHT LIKE THIS………………….54 Xavier Soto AMOR MUERTO………………….55 ESTIGMA………………….55 Jhonny Zavala LA FINAL SOÑADA………………….57 José Luis Alonzo Flores EN EL CORAZÓN DE LA CIUDAD………………….59 ENERO ESTÁ MOJADO DE TRISTEZA………………….59 Ignacio Rodríguez Biografía de los autores………………….61

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Prólogo

ESCRIBIR CON EL ALMA NO BASTA Si algo hay que destacar de los talleres literarios es que sirven para recomendar lecturas y sugerir mejoras en textos, nunca para crear escritores. Esto porque no hay fórmulas ni moldes para formar escritores de la nada. Todo deviene de un proceso donde la lectura es casi la base de desarrollo del futuro autor. Además de cientos y miles de horas entregadas a borronear textos. Escribir y corregir como parte de un proceso que puede madurarse rápido, o contrariamente tomar muchos años. Si en todo este proceso se entiende que la desesperación y la literatura no son aliadas, que se necesita tiempo para pensar y escribir; para pensar y editar; para pensar, borrar y reescribir. La literatura es un oficio de paciencia que no siempre es aceptado por todos. Acercamiento a la literatura manabita Conocer la literatura manabita es una tarea obligada para quienes están interesados en esta materia, saber de los autores y sus obras que irrumpieron en las distintas décadas, lograr un recorrido necesario y clave para comprender qué temas y motivaciones estuvieron detrás de historias en géneros tan diversos como la novela, el cuento y la poesía. Este acercamiento sería inacabable si no se hubiera trazado un mapa para su recorrido; por ello, el Taller de lecto-escritura y encuadernación que el Centro Cívico Ciudad Alfaro realizó entre agosto y septiembre de 2019 tuvo el acierto de centrarse en las décadas del 30 hasta el 70, del 80 al 90 y del 2000 hasta la actualidad. Un análisis que dio cuenta de los autores y obras más destacadas, de los libros que más resonancia tuvieron dentro de su época, de los temas e historias más interesantes. De ese Manabí profundo, literario que pocos conocen.

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Convocados y publicados Este libro, titulado a partir de un verso del poeta lojano Carlos Eduardo Jaramillo, es el resultado de las sesiones de trabajo a las que asistieron un grupo de ciudadanos manabitas. Todos ellos interesados en conocer la literatura producida en su provincia, todos lectores y autores con decenas de páginas borroneadas y escritas, y con una necesidad desbordada por aprender y entender a sus coterráneos que saltaron al vacío de la creación literaria antes que ellos. Más que técnicas de escritura, los talleristas fueron reconociendo una particularidad en las obras analizadas y sus autores: todos habían escrito obras literarias de ruptura en su tiempo. Escribiendo y publicando temas a contracorriente. Siendo los raros y extraños junto a otros autores más alineados a su década. Así, este conjunto de textos es el resultado de las sesiones realizadas. Donde la lectura de obras representativas de Manabí cumplió un rol importante: reflejar técnicas, recursos y estilos utilizados. Es arriesgado decir que este grupo de autores es la nueva generación de escritores manabitas; sin embargo, en estas páginas hay un desborde de originalidad y muchas ganas por hacer de la literatura más que un mero pasatiempo. Siempre y cuando sus autores recuerden que “escribir con el alma” no basta, que el proceso de creación literaria demanda escritura y reescritura, y muchas veces aceptar que todo lo que se ha escrito puede que no sirva para ser publicado.

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EL NIÑO ELOY SE REVELA CONTRA LA OPRESIÓN Y LA INJUSTICIA Desde mediados del siglo XIX hasta las primeras décadas del siglo XX, Montecristi vivió su época de mayor apogeo en el ámbito económico, social y cultural. En aquellos días, las familias foráneas, especialmente de nuestra zona rural, confiaban sus hijos a las familias acomodadas de la ciudad con la finalidad de que ellos obtuvieran educación. En estas circunstancias llegó la niña María Flora Mero Vera a la casa de la familia Alfaro Delgado. Inmediatamente, se convirtió en la predilecta de la maestra Séfora Alfaro Santana, quien le prodigó afecto y esmerada educación a la recién llegada. Doña María Flora Mero Vera fue una mujer con gran capacidad intelectual; leía los grandes clásicos literarios, tocaba la bandolina, cantaba polkas, valses, mazurcas, pasodoble y música lírica devota. A los 19 años contrajo matrimonio con don Segundo Franco, convirtiéndose en matriarca de una numerosa descendencia en nuestra ciudad, como lo son Franklin Franco Palacios y Arturo Franco Moreira, sus nietos, entre otros. De ella rescatamos lo que por tradición oral ha ido perpetuándose entre sus descendientes. “Cuando Eloy Alfaro Delgado tenía siete u ocho años de edad, Natividad lo llevaba siempre a escuchar misa. En una de esas tantas visitas a la iglesia, ella iba acompañada de una empleada que le trasladaba el reclinatorio para orar y al cruzar frente al mercado, intempestivamente, el niño detuvo la marcha, soltó la mano de su madre y se abalanzó sobre un hombre que, con un látigo, bárbaramente, castigaba a un afro-ecuatoriano. La reacción del pequeño hizo que el vil hombre detuviera el castigo, ya que el valiente niño, con la bravura propia de un adulto, dijo: “Madre, cuando yo sea grande no permitiré la injusticia y peor aún permitiré que un hombre castigue a otro”. (Franco, 2017).

Jorge Cedeño Palacios

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MARÍA ISABEL MUENTES (Perfil) Mujer de exótica belleza, sentimientos nobles y espíritu indomable. Al igual que su hermano Bruno Muentes y su esposo Pascual Alvia tomó parte en el primer levantamiento armado y bautizo en armas del Gral. José Eloy Alfaro Delgado, acontecimiento histórico que ocurrió en la hoy parroquia Colorado el 5 de junio de 1864. Contemporánea y prosélita de nuestro máximo referente, fue proscrita por el Gobierno de aquella época al igual que los otros participantes en esta gesta histórica. El 23 de octubre de 1864 se le dio aviso del fusilamiento de su esposo Pascual y de su hermano Bruno, trágico hecho acaecido en el parque central de Montecristi. Viuda, y con un futuro incierto, se puso al frente de sus propiedades agrícolasganaderas; alumbró a su primogénito a quien le brindó todos sus afectos; el niño creció y al cumplir la mayoría de edad emigró hacia Perú. Posteriormente, María Isabel Muentes formó hogar con Manuel Toro. Residente permanente en nuestra ciudad, recibía una pensión económica por el montepío de quien fuera su esposo, el capitán Pascual Alvia, tal como lo describe el informe que el Ministro de Guerra y Marina presentó a la nación en 1915. Ya octogenaria recordaba a los estudiosos de la historia, la trayectoria heroica del Gral. Eloy Alfaro Delgado y sus prosélitos, tal como lo indica en su colección de Obras Completas el intelectual azuayo Dr. Carlos Aguilar Vásquez.

Jorge Cedeño Palacios

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ÉL ME IGNORABA TODOS LOS DÍAS Muy temprano me levantaba a prepararle el desayuno y adelantar algo del almuerzo antes de irme a trabajar para sostener a mi pequeña y recién formada familia. Lo veía con ojos de amor desde el día en que lo conocí, mas él no correspondía mi gesto, permanecía inmóvil y con la mirada perdida en el infinito, nunca le recriminé nada. Cuando retornaba, agotada del trabajo, lo encontraba en casa y con la misma expresión de apatía, nada importaba, yo era feliz solo por el hecho de tenerlo a mi lado. —Amor,

ya es hora de descansar—, le decía.

Y todas las noches dormía feliz abrazada a su pecho, cerraba los ojos y soñaba. Ya por la mañana, tras la rutina acostumbrada, me vestía y salía a trabajar, me sentaba en el andén del autobús; mientras tanto, solía escuchar la misma conversación acerca de un hecho que desde hace varios meses mantenía al pueblo en vilo: —De

seguro fueron los estudiantes de medicina —, refería una señora que se sentó a

lado mío. —

¡Qué infames los que lo hicieron!, ya no hay respeto en este pueblo—, le

respondía otra señora. — ¡Que —Pobre

Dios se apiade de sus almas! —, decían mientras se persignaban ambas. don Enrique—, refirió la primera, —desde que profanaron la tumba de su

hijo y se robaron su cadáver no tiene a quién llevarle flores—. El pito del autobús interrumpió la breve charla, las tres mujeres nos pusimos de pie, yo me volteé y les dije amablemente: —No

sientan pesadumbre, seguro que el hijo de don Enrique está feliz y bien

cuidado; ellas me miraron con cara de incertidumbre e hicieron un gesto de incomprensión.

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No me quedé a explicar mi comentario, subí rápidamente al autobús, me acomodé en el asiento y mentalmente empecé a contar los minutos para retornar a casa y estar junto al amor de mi vida.

Erika Pico Zea

VIDA Nunca en mi vida fui realmente feliz, y ahora la alegría me saturaba. Después de meditar sobre aquel extraño fenómeno por varios minutos, lo comprendí. Había muerto.

Erika Pico Zea

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YO Mi padre nos abandonó. Fui criada por mi abuela, pues mi madre tuvo que salir a trabajar. Crecí en medio de indiferencias para muchos y en el amor de la abuelita, que lo era todo. La familia no estaba de acuerdo con que ella me cuidara mientras mamá trabajaba. Crecí con esa parte que nadie desearía: sin papá y con una madre ausente. Todo empeoró, mamá buscó otra alternativa, debimos cambiar de hogar, por lo que pasé al cuidado de una tía. Las indiferencias continuaban. Tenía nueve años, lo recuerdo perfectamente: en las navidades no había juguetes. O quizá sí había, pero no me pertenecían. Todo era para sus hijos y para mí las sobras. ¿Dejé de ser su hija? Quizá en algún momento de la historia dejé de serlo, pero estaba muy pequeña para darme cuenta. La madre vuelve a comprometerse, reinicia su vida, mientras mi infancia se quedaba en algún lugar, en el lugar donde habitan las niñas solas. Una niña va con la tina en la cabeza al río. Lleva a la escuela un cuaderno hecho de papel de imprenta, uniforme a medias, infancia a medias, así terminé la escuela. Una niña siembra, cuida a sus hermanos, los vuelve suyos, sus hijos, que también son niños. Migramos, a Manta nos llevaron. Muchos aseguraron que de felicidad me rodeaban, mentían. Unas hermanitas me pidieron para llevarme a Guayaquil a aprender manualidades, me internaron en un colegio, trabajé y estudié. Fui explotada, nada podía hacer a la distancia, uno hace de todo para ayudar a la familia, así que fingí que todo iba de maravilla, que era una niña feliz. Un octubre llegó la noticia de la muerte de mi padrastro, mamá estaba sola, así que emprendí mi camino de regreso a Manta. Las hermanas mayores cargamos, peso en la espalda, así que tuve que recapitular para volver a escribir la historia de mi vida. Un buen día me casé, me convertí en madre, en profesional, porque nunca dejé de estudiar; todos me admiraban, la niña sufrida quedó atrás.

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Los recuerdos persisten, pero el camino es amplio, nunca es demasiado tarde. Ahora hago teatro, escribo, lleno las páginas con otras historias, donde nunca dejo de ser yo.

Zoila Guadalupe Mera Santana

MI HIJO EN DROGAS No puedo creer que mi bebé, la inocente criatura de cabellos claros, ojos incandescentes y travesuras se haya convertido en un adicto a las drogas, y que, en sus 30 años de vida, 11 los haya dedicado al consumo. Ya no es un niño. Ahora es un adolescente convertido en un consumidor (adicto y enfermo) y busca culpables. El demonio se apodera de su vida tierna y sigue en este mundo oscuro. A los 19 años empieza a consumir y sigue con desórdenes personales a causa de sus desequilibrios, creyendo que todo está bien hasta el punto de robar y mentir. Como madre nunca dejé de apoyarlo con clínicas para que se rehabilite y pueda ser una persona de bien. Pasaron los años y mi dolor de madre aumentaba, con la impotencia de ya no saber qué hacer sin recursos económicos; las energías se quieren agotar, pero en mi mente la lucha sigue; la fe, la esperanza, el amor propio de madre que el Todopoderoso nos da para luchar por ellos hasta el último momento de nuestras vidas. De clínica en clínica lo cargué, era lo que podía hacer. No sé en qué fallé; hijo de mis entrañas a Dios ora, que Él a ninguno lo deja solo. Ya con 28 años formó una familia, pero sus ansias por la droga otra vez volvieron. Nuevamente, quedó solo; decidió seguir en las calles.

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Después de un mes ocho días de desaparecido, el teléfono convencional sonó. Con los nervios me acerqué, una voz me decía: “usted es la mamá de Jandry” y, temblorosa, dije “sí”. “Tranquila, mi señora, su hijo aquí muy atendido está en el hospital psiquiátrico San Juan de Dios Quito”, me comunicó. Un milagro a este lugar lo ha hecho llegar. Mientras hablaba nunca dejé de llorar, saber que mi hijo estaba bien no me podía calmar. “Necesitamos que estén atentos a las llamadas para indicar cuándo lo pueden visitar y así coordinar su encuentro”, me dijo. El dolor nos consume, pero la fe y esperanza jamás. Hoy mi hijo agradece a Dios por el milagro y estar más cerca de nosotros, al menos en sus pensamientos.

Zoila Guadalupe Mera Santana

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LA IMPRUDENCIA DE SUS MANOS EN MI INSOMNIO La imprudencia de sus manos en mi insomnio, Su mirada en el mundo y mi piel Que se eriza con la melodía de su boca Y de ella su aliento, lento, apretando el corazón No son azules sus ojos, pero en ellos el cielo Y de miedos pocos cuando eleva su voz Quema por dentro mi pecho En mi vientre el desliz de su calor El ímpetu de cada embestida directa en mi deseo Su boca, pincel… mi cuerpo, lienzo Mi voz entiende de bulla más allá de las palabras Contiene la magia que convierte mis piernas en temblor Los fluidos de sus ganas entre mis pechos Y luego paz, que cultiva en mi lecho su aroma Droga que colma y encanta, que inhibe y arrastra Que sostiene y atrapa, que mata lento Que se vuelve canción, poema, cuento La historia sin fin de amantes necios que entre idas y vueltas Regresan para marcharse y se van para volver Así somos, ni mucho ni poco, Ni lo escaso, ni el colmo, ni el para siempre, ni el hasta nunca Tercos Cuerdos Locos.

Stefy Estrella

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SOY LA PÓLVORA QUE SOBRA Soy la pólvora que sobra cuando el disparo nunca fue posible Cuando quedaron las ganas Pero no hubo corazón dispuesto a recibir el impacto Ni persona que lo resistiera, aunque conmigo la gloria Contigo solo vacío y silencio, Dicen que en el paraíso no hay dolor ni llanto Solo felicidad y el placer de gozar sin ataduras Y eso era yo, La pólvora que te llevaba al paraíso sin quitarte la vida No cualquiera soporta tanta dicha Humanos, esos somos, pero hay de dos Los valientes que luchan sin máscaras Los cobardes con armaduras Hay quienes son más amor que gente Y otros solo saben ser herida Unos, balas perdidas y otros que apuntan y hieren A veces matan lento y te miran mientras agonizas Eso fuiste tú, hoy la cicatriz lenta de sanar Como todo lo tuyo, sin apuros, aunque se acabe la vida Eso fuiste, entre el tiempo que va y viene. Poco de amor y mucho de herida Y yo, la bala perdida.

Stefy Estrella

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LOS CUATRO ENEMIGOS DE LA HUMANIDAD Y EL CABALLERO Un caballero cabalgaba por el bosque a lomos de su corcel, en un punto en donde se espesaba más de lo común, y las ramas de los árboles se retorcían a grado tal que parecían garras, encontró a cuatro seres encapuchados que le cerraban el paso. El caballo se encabritó, pero el caballero logró tranquilizarlo. Los cuatro personajes se acercaron a él y le rodearon, el caballero desenvainó su espada y con su escudo en la otra mano, se dispuso a dar batalla, pero uno de los personajes dijo “es por gusto”; se escuchó un eco que repitió “por gusto”, tras lo cual, el sujeto encapuchado manifestó “somos los cuatro mayores enemigos que puedes encontrar tú y cualquier mortal”. El caballero se puso en guardia ante estas espectrales palabras: —Yo

soy el Silencio, el que si os usas y omites verdades te condenará si es por

conveniencia, por sedición, cobardía o pereza—. El caballero, algo perturbado al escuchar hablar al Silencio, se sacó el yelmo para apreciar bien el rostro de los otros tres espectros. —Yo

soy el que no tiene amigos, no perdona, no hace pactos con nadie y soy cruel

por naturaleza, hago que todos se olviden de ti y que tus huesos envejezcan hasta quedar a merced de la voluntad del destino y depositarte en las garras de mi amiga, la muerte. Me conocen como el Tiempo—, expresó el otro personaje. El caballero miró al siguiente espectro que sentenció con voz de ultratumba: —De

mi nadie se escapa, a mi vienen todos, yo soy eterna, a mí nadie me puede

burlar, desde el momento en que naciste tienes una deuda conmigo, yo moro en la eternidad, ante mi comparecen los ricos y reyes; el pordiosero y el ciervo; el liberto y el esclavo todos son iguales ante mí, mi nombre, si no lo has intuido, es la Muerte—. Un eco repitió su voz en todos lados, en ese momento se sacó la capucha y se vio una calavera que se reía del caballero, éste -de un rápido movimiento- le quitó la capucha al Tiempo, que tenía la apariencia de un anciano, con la cara del

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caballero, que se le burló. El Silencio se sacó la capucha, mostrando un rostro asexuado que indicó: —Ya

conoces a tres de los cuatro mayores enemigos del ser humano, ¿acaso no

intuyes quién es el cuarto? — El caballero sintió erizarse la piel, mientras el cuarto personaje avanzó hacia él diciendo: —Yo

soy el maldito, el que nadie desea nombrar, ni siquiera pensar en mi

existencia, yo soy el príncipe de los condenados, nadie se escapa de mi crueldad, no me compadezco ni me conduelo de ningún alma, mi reino es tan vasto que todos los que moran allí hierven como judías en el interior de un caldero, de seguro ya has de saber quién soy… yo soy el Diablo —, tras decir esto se sacó la capucha dejando ver el rostro de un macho cabrío que empezó a reír, pero su risa no provenía de su boca, procedía de una ubicada a la altura de su estómago. —Nosotros

somos los cuatro enemigos de la humanidad, los grandes y crueles

enemigos con los cuales tienen que lidiar y a quienes nunca podrán derrotar, es una Némesis que poseen desde que se crearon los tiempos—, señaló la Muerte. El caballero al escuchar esto lanzó una estocada al Silencio, con el sonido de la espada, le hizo desaparecer. —La

noche de los tiempos no me amilana, yo soy un caballero de Dios—, tras esto

el caballero se santiguó y empezó a cabalgar al horizonte, empuñando un crucifijo de oro que pendía en su pecho; mientras se alejaba en el misterioso horizonte, los tres espectros restantes echaron a reír, el eco de sus risas sonaba al hielo cuando se desprende de las altas cumbres estivales, mientras el caballero desapareció entre la arboleda y la niebla del atardecer. Cuatro jinetes marcharon. Misión importante emprenden. Retornaron los cuatro caballos. Mas, dónde están los jinetes.

Alberto Alejandro Villamarín 18


UN HÉROE DE PIEDRA (Legado) En silencio medita, observa contemplativo la ausencia, la presencia. No sabe cuál es su porvenir, ni le inquieta saberlo. Su rostro, de piedra, desafía al olvido, al tiempo. Su mirada penetra, perfora, quema como el metal fundido. Su sonrisa indica todo, coraje, respeto, poder, misticismo. Otrora todos hincaban su rodilla ante él y su señorío, La U es una letra, pero él cree que es más que ello, pero es más que eso, es la personificación misma del Universo. Esa fuerza mística que nos mueve, que nos dio la vida. Intrincadas formas y figuras son parte de un lenguaje primigenio que él conoce y nosotros ignoramos, qué ignorantes son los que moran en la actualidad. De seguro pensará, reflexiona si valemos la pena. Mestizos infieles, extranjeros en su propia tierra. Yo me alzo en medio de tormentas y huracanes.

Alberto Alejandro Villamarín

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LA ESCUELA DE AVIACIÓN Estoy muy contento, la “Escuela de aviación” reabrió por fin sus puertas, después de las vacaciones necesarias, pero eternas para quienes estudiamos aquí. Este es un nuevo año lectivo y la oportunidad para las aves que queremos volar alto. Esta escuela está ubicada en el centro de la nación de los extremos. Aquel bello país donde están las montañas con picos blancos de hielo y muy cercanos al mar azul. El país de las islas encantadas y de las selvas inexploradas. El paraíso dulce con sabor a coco y cacao. La nación de los ríos, lagos y paisajes llenos de flores y melodías de marimba, guitarra y rondador. Hasta la “Escuela de aviación” vienen jóvenes aves llenos de ilusiones por aprender a volar. Cada uno de ellos es único y con una clara misión por cumplir. Por su parte, los maestros y maestras son geniales y se esmeran por enseñar las técnicas más apropiadas para el despegue y aterrizaje. Les quiero contar que, en la escuela, todos somos tratados con igualdad, cariño, paciencia y respeto. Por ejemplo, mi compañero Danilo es un gorrión de color café. Él canta como mariachi, pero su fascinación es el fútbol. Él es un excelente goleador, a pesar de que por alguna razón que yo desconozco una de sus alas es más pequeña y débil que la otra. Danilo es el capitán del equipo de fútbol; y un tanto vanidoso. Pasa muchas horas frente al espejo arreglándose para salir a coquetear a las chicas. A veces llega tarde a clases por quedarse a platicar con alguna de ellas. ¡Qué chico!, exclama la maestra. Hay que reconocer que Danilo es un excelente aviador. Muy seguro y veloz. Mi amiga Isabel es una gaviota de pelaje blanco y brillante. Yo no sé por qué, pero ella siempre habla de un tal “Salvador”. Ella conversa sobre temas diversos e interesantes. Todo lo que ella hace está lleno de vida y es que se trata de una chica creativa y detallista. Me contó que cuando era niña solía salir de paseo con su padre y madre por las playas para disfrutar comiendo peces frescos. Ella siempre se aleja del grupo ya que su espíritu explorador la lleva hacia rumbos desconocidos; así fue como se enredó en redes de pescadores y luchó tan fuerte para liberarse al punto que se lastimó con un anzuelo su ojo derecho. Ella cuenta que hasta se desmayó. Cuando se recuperó, nunca más pudo volver a ver con ese

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ojo. Ahora, cuando hacemos prácticas de vuelo, ella se concentra y según la intensidad de la luz del sol sobre sus alas reconoce la altitud, velocidad y el momento preciso para aterrizar. En una ocasión todos en la escuela decidimos volar con los ojos vendados, pero como no tenemos la sensibilidad de Isabel nos chocamos entre nosotros antes de despegar. De esa forma pudimos ver el mundo de Isabel, que no es oscuro ni claro. Mi amigo JC es un sonriente colibrí. Él es un verdadero superhéroe que quiere ayudar a todos los débiles y desprotegidos. Por eso, lo elegimos presidente de la clase. JC nació sin su ala izquierda, pero a pesar de eso él es un gran jugador de básquetbol. Ayuda a cuidar a sus hermanos más pequeños en casa, ya que sus padres se divorciaron. JC estuvo muy triste durante muchos meses, pero con la ayuda de los maestros y de sus amigos cercanos la alegría volvió. Ahora salimos juntos de paseo por los campos de café y cacao. Así aprendimos que unidos, con generosidad y persistencia, podemos hacer realidad el más improbable de nuestros sueños. Stalin es un compañero nuevo en la clase. Cuando llegó me dio un poco de envidia, pues ser el ave símbolo de un país es lo máximo. Stalin es un cóndor y, pese a sus pocos años, es un ave muy grande y fuerte. Stalin es muy callado y observador, a veces hace ruidos extraños o se mueve de forma rara. En varias ocasiones, mientras estamos concentrados y en silencio haciendo las tareas, Stalin se levanta de forma inesperada y grita: “¡Victoria!”; con ese grito nos volvemos a animar para seguir con las tareas. Las profesoras Conchi y Toñi nos explicaron una clase sobre el amor, ellas dijeron que todos tenemos derecho a ser amados y respetados, pero que algunos compañeros necesitan de más protección y ayuda. Ése es el caso de Stalin, el cóndor,

pues su

enfermedad tiene un

nombre

difícil,

algo

así

como

automovilismo, hace que él repita una palabra varias veces o tenga temor al ruido. Ya me acordé de la palabra correcta: autismo. Él quiere ser algún día guardaespaldas del residente de la República del Ecuador, pero mientras que ese día llegue, él analiza las estrategias de seguridad que aplicará. El nombre de mi profe de matemáticas es Oswaldo, pero todos le llaman Carlos. Él es un búho sabio y promueve la puntualidad y exactitud. Según él, esa es la manera de demostrar el respeto a los demás, es decir: llegando a tiempo. Cuando 21


el profe Carlos era joven, fue un importante empresario. Ahora, él se dedica a enseñar matemáticas y economía, él prefiere invertir su más apreciado recurso: el tiempo, en los emprendedores del futuro. Lo más divertido es cuando nos cuenta de sus viajes por el extranjero. El profe Carlos voló por toda América Latina viendo las maravillas de la naturaleza y de las diversas culturas. Hace poco regresó al país. Espero con ansias la semana de olimpiadas en el plantel. Es cuando todos -desde los más pequeños hasta los más grandes; desde los más delgaditos o débiles hasta los más gorditos y fuertes, junto a nuestros padres, madres, profesores y profesoras- organizamos juegos y coreografías. Decoramos los salones con adornos hechos con materiales reusables, ya que siempre tenemos el cuidado de no contaminar o destruir la naturaleza. Son días muy divertidos. Hacemos carreras de ensacados, trucos de magia, organizamos yincanas y actividades que, más que competencias, son encuentros de camaradería y amistad. Otra compañera clave en la “Escuela de aviación” es Nancy Maribel Campanioni, ella es un pájaro piquero de patas azules que vino a la escuela desde la Isla de la Plata, en Manabí. Ella es muy activa y le gusta hacer figuras con globos. Su pasatiempo es la fotografía. Me explicó que su cabecita es más grande que la de otros pajaritos porque su cerebro es más grande, por eso es más alegre y optimista que los demás. Mi mamá me dijo que eso se llama Síndrome de Down. Lo que yo sí les puedo asegurar es que cuando las cosas se complican, Nancy Maribel Campanioni es la única ave optimista que ayuda a todos con una sonrisa y no se detiene hasta completar su labor. Hay una fragata. Por su altura y glamur es la lideresa de las bastoneras del plantel. Su nombre es Mayra. Para mí ella es el ave más bella de todas, y ya saben, yo la amo. Al inicio del curso nadie quería volar junto a ella. En realidad, le teníamos miedo por su color de plumaje diferente al nuestro. La profesora Sandra nos explicó lo valioso de las diferencias en nuestros colores del plumaje. Nada de eso nos hace peores o mejores, todos tenemos belleza. Mayra es una amiga que nos anima cuando estamos tristes o con temor de volar, así nos dice cuando flaqueamos: “¡Vamos, tú sí puedes!” y cura nuestras heridas. También está el Xavi quien adora bailar y hace sonidos de rap, la verdad es que yo no sé cómo puede seguir la música, pues no la puede oír como lo hacemos los 22


demás. Yo me he dado cuenta: Xavi abre sus manos o toca las paredes para escuchar los sonidos. Pero él tiene una cualidad: nos mira directo a los ojos para escuchar el alma. Recuerdo que el año pasado dos compañeros dejaron la escuela. Son los coloridos papagayos, Alexis y Fernando. Siempre pasaban contando chistes y haciendo ruido. No sé la razón, pero ellos no tenían cabello y siempre bromeábamos de la frente amplia que tenían. Los extrañamos mucho, pero me dijo Sandra, la profesora, que ellos ahora están en una escuela con maestros muy sabios. Me dijo que algún día, en el futuro, todos nos encontraremos en esa escuela que se llama “Paraíso”. Nuevos pajaritos llegaron a la escuela. Carlitos y Darinka son chicos concentrados en el estudio, ellos son hermanos y les encanta el pie de limón que les prepara su mamá. También llegó Heidy y su gemelo Roddy. Ella disfruta de la danza, lectura y canto. Es muy inteligente y hace preguntas muy curiosas, ya que mira la vida pensando en mejorar las cosas. Él se peina como rapero y le interesan los deportes. Uno de los más tiernos es el pollito Cristian que, a pesar de su pequeño tamaño, ya es una promesa del tae-kwondo. Estos nuevos estudiantes son ejemplo de solidaridad y verdadera amistad. Yo soy muy feliz en mi escuela de aviación, tenemos lecciones y actividades llenas de emoción. Practicamos deportes y compartimos en vez de competir. Hacemos uso de nuestras fortalezas y nuestro positivismo. Nuestras debilidades las superamos con trabajo y dedicación. Un poco de esfuerzo siempre es necesario. Terminamos el día agotados y agotadas, pero muy satisfechos con la misión cumplida. Llévate esa lección de vida y sigue volando sin temor, que nadie ni nada te impida volar alto.

Jhonny Saulo Villafuerte Holguín

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PÉTALOS Cada hoja que leía era un idioma que consumí completa. Como los pétalos de las mujeres de Puerto Montt.

Adriana Elizabeth Romero Zambrano

Xx + xx El Sol a las doce del día destiñe los rostros de la fingida alegría, se observan ojos perdidos, brillantes. Celos fruncidos y un cardumen de seres disonantes, particulares. Se mueven sin cuestionarse qué hacen en este plano existencial. Van solos, juntos de la mano tocándose, juegan las palabras soeces como diccionario coloquial. — ¡Marimacha! —

Se oye entre el tumulto sobresaltado a la muchedumbre, entre murmuro, gemidos y expresiones de asco, se abre un camino embarazoso. Dos faldas, camisas blancas encorbatadas. Transitan cercanas, les dicen siamesas por conveniencia. Desdichadas y sucias. Una vergüenza para la patria, concluyen algunos veredictos flotantes. Ellas acarician, atrevidamente, las miradas curiosas ante la cosquilla poco acostumbrada. — ¡Desviadas! —,

otro grito.

Dos delicados labios se rozan al son de una despedida. Se alejan tranquilas de la camada anonadada. Nunca soltaron sus manos, ni ante la lluvia de piedras.

Adriana Elizabeth Romero Zambrano

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NINGÚN CRISTO TIENE CONSUELO EN ESTAS TIERRAS Veo esta ciudad a través de los ojos de mi abuela / Anita / Ésa que nunca fue mi abuela / Ésa que fue mi abuela dos veces / Veo las nalgas de Juanita a través de sus ojos / Seguimos su andar desde el ventanal / Vemos muertos por las tardes / No nos gusta la televisión / Hasta que llega el día que la cicatriz desborda el cuerpo / Anita ya no se asoma al ventanal / Ningún cristo tiene consuelo en estas tierras / Eso mi madre lo sabe bien / Curandera de todas las llagas, menos las suyas / Sus manos vienen sangrando desde la infancia / Y no se trata del cuerpo y sangre de ningún salvador / De ninguna profecía divina / Se trata de sacar la mugre / De la maldición de nacer Farfán / De la maldición de nacer mujer / De nacer pobre / Del cuerpo como laberinto / De la imposibilidad de escapar violencia / Clase / Credo / Del maíz seco en las rodillas / Por machonas / Por putas / Por no cerrar bien la puerta / Por no cerrar bien las piernas / Se trata tejido que deviene cuero / De curtir la piel / No sin antes salarla y quemarla al sol / Se trata de enclenques paridos por el mar / Que roban los sueños de niñas melancólicas / Se trata del hambre / La pobreza / La humildad ante todas las cosas / Las manos de mi madre siguen sangrando / Y no importa / Las medias ya están blancas / Las escaras se han secado / Ya nadie se mira en esta ciudad.

Angie Clara Farfán

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MAL DE OJO —¿Y usted por qué está aquí? —, pregunta una mujer que carga en sus brazos a un niño dormido. Veo a mi hermana y ella adelanta la respuesta sosteniendo y acariciando al menor de mis sobrinos. —Vinimos porque está ojeado. Veo a mi alrededor y observo, no tan detenidamente, a todas las mujeres reunidas en la sala, unas bastante mayores cargan bastones, otras jóvenes cargan a sus hijos en brazos, mientras los maridos aguardan en el balcón fatigados por el calor, el ruido y la espera, al igual que muchas de ellas, claro, pero con la tranquilidad y omisión que se les concede porque no son madre. En las paredes de caña cuelgan retratos de fallecidos, adornados con imágenes enmarcadas en corazones de ángeles, Jesucristo o el Divino Niño. “Un ser querido no muere cuando se va de este mundo, sino cuando se deja de pensar en él”, lee el retrato de María. Los llantos de niños que jamás podré consolar me devuelven a mi cuerpo. El llanto tiene esa virtud, ritual curioso donde se vuelve imposible excusar el pellejo. —El mío tenía mal del entripado. Yo siempre lo traigo aquí porque me lo curan rapidito. —Yo, en cambio, no respeté la cuarentena, entonces le entró el frío, ahí lo trajimos para acá. Éste es su segundo baño. Cuando el menor de mis sobrinos, Adrián, nació mi abuela viajó para conocerlo, le curó el vientre con una vela de cebo y lo fajó para que no se le escape el frío. Adrián se parece a mí, sus ojos son rasgados -aunque más grandes que los míos, su piel también lleva el color de la corrupción-, marca indeleble de los que nacemos burro y buey, pero sobre todo coincidimos en lo inconsolable de nuestro llanto. —Igual de llorón que la tía—, reconoce mi hermana con una sonrisa.

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Mi madre confiesa, en un tono que se esmera en enunciar, preocupación; que ella jamás siguió “esas reglas”, que jamás nos fajó ni nos quitó el frío y que jamás había escuchado de la llamada cuarentena. Se detiene a mirarme con algo de pena, como si pudiese ver el frío en mi cuerpo. Niña amarilla, ¿entiendes lo curioso de tus llagas? ¿Entiendes por qué nunca aprendiste a hacer de tu cuerpo hogar?

Angie Clara Farfán

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CAPÍTULO 2 (Novela en proceso) Rea nunca olvidaría aquella tarde en la que se enteró de la desgracia que tejía los hilos de su existencia. Sus hermanos habían salido a hacer pastar a las ovejas, su padre trabajaba hasta tarde en la mina, y su madre estaría en la sastrería hasta la puesta de sol. En ese momento, ella habría preferido cualquier cosa a quedarse sola y aburrida en la tranquilidad de su hogar, pero no podía hacer nada para cumplir sus deseos. Meses atrás, mientras perseguía a una de las ovejas del grupo de su madre, había tropezado con un extraño montículo y rodado dolorosamente por una colina, hasta llegar a un pequeño arroyo que puso fin a su recorrido. Como si terminar mojada, despeinada y cubierta de pasto y barro no fuese suficiente, su pierna también decidió jugarle una mala pasada arruinándose por completo, o, como el sanador de la aldea le llamó: quedándose inútil para el resto de su vida. Era un tipo bastante optimista. Rea nunca podría negar que pensó en él cuando la figura envuelta en una capa violeta apareció de repente al otro lado de la puerta de su casa. —Mis padres volverán en unos minutos —le informó la pequeña desde la ventana, tratando de disimular el temor en su voz. La figura procedió a quitarse la capucha que cubría su rostro y acercarse al lugar en el que estaba la niña. Se trataba de una mujer; sus facciones eran rectas y filosas, sus ojos eran grandes y oscuros, sus labios no parecían maquillados, pero albergaban un extraño y débil color orquídea, como los labios de los que mueren de hipotermia. El cabello negro lo llevaba recogido en una trenza que terminaba en algún lugar dentro de su capa. k

—Eres la pequeña Rea —dijo ella. Su voz era suave y desprendía una seguridad aterradora. La frase confundió a Rea. Aun cuando lo lógico era que fuese una pregunta, no sonaba como tal, pero ¿cómo podía conocerla una completa extraña? —Ehh… —la niña empezó a cerrar la ventana—, mis padres volverán pronto… —Te busco a ti —contestó la mujer, levantando una de sus manos y deteniendo, de alguna manera, las acciones de Rea.

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—Yo… yo no la conozco, debe estar equivocada —respondió la pequeña, mientras se convencía de que ella misma era quien no quería cerrar la ventana. —No me conoces, Rea —siguió—, pero debes escucharme… tengo entendido que el conocer el nombre de los demás provee a los humanos de una irracional sensación de confianza y seguridad; desgraciadamente no tengo un nombre, he vivido en este mundo desde el principio de los tiempos, cuando la maldad y la bondad eran fuerzas corpóreas que rondaban libres por el universo. Un escalofrío recorrió cada uno de los huesos de la niña, su instinto de supervivencia le pedía que corriera, pero su cuerpo parecía haber dejado de obedecerle, cualquier comando que enviara su cerebro era ignorado, por lo que solo podía quedarse allí, con los ojos muy abiertos, oyendo las aterradoras palabras de la mujer. k

—En los tiempos ancestrales, la muerte perdonaba a los que eran protegidos por la maldad: los peores criminales. La vida de los buenos era miserable, por eso tuvimos que ponerle un alto. Después de una guerra, el bien y sus aliados lograron enviar a todas esas almas a un lugar terrible, que queda entre la vida y la muerte, pero estas no se fueron por las buenas: reunieron la fuerza suficiente para crear una maldición que se cumpliría inevitablemente en una familia cada diez generaciones. Rea al fin pudo mover sus brazos, pero estos ya no quisieron cerrar la ventana, un nudo en su garganta le impedía hablar, y aun cuando sentía que ya podía moverse, permaneció quieta. —Tus ancestros han pagado esa maldición por siglos, yo me he encargado de hacerles saber su destino, así como ahora te hago a ti conocedora del mismo. —No —murmuró Rea, recuperando la voz—, mamá dice que las maldiciones no existen, ni la magia, ni las brujas… —No he venido aquí con la intención de que creas todo lo que te diré, solo a informarte. Con el tiempo notarás que es verdad, siempre es igual. —Mamá no mentiría, ella es muy inteligente —siguió la pequeña Rea, negando con la cabeza.

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k

—Tu madre no conoce la historia de sus ancestros. Todos en su descendencia están condenados a separarse de su familia, de seguro uno de tus hermanos se separará de ustedes antes de conocer tu destino… eso ya sucedió, ¿no es así? — agregó la mujer luego de un momento, como si acabara de recordarlo. Rea se sentía cada vez más débil. Antes de que incluso tuviera todos sus dientes, su hermana mayor se había escapado con el hombre que les ayudaba con el ganado. Viajaron en la noche para no ser atrapados. No volvieron a saber de ellos. k

—Escucha, pequeña, la desgracia tiende a elegir a las almas más bellas, es atraída a ellas como la polilla a las telas más finas, como la mosca a los dulces más placenteros, y tú, mi niña, has sido elegida para ser la portadora de la maldición. Rea dejó escapar un pequeño gemido, las lágrimas humedecieron súbitamente sus mejillas y el respirar se le hizo cada vez más dificultoso. —La pluma de la muerte ha escrito tu destino y ha marcado tu fin en medio de una multitud —dijo la mujer, como hipnotizada por sus propias palabras—, morirás sin llegar a la adultez, pero solo tu alma descansará, pasará hacia la muerte creando una brecha entre esta y la otra vida, y una de las almas encerradas en el lugar entre ambos lados escapará… y tomará tu cuerpo como propio. Está escrito que causará caos y desgracia, pero solo así se cumplirá la profecía, el alma en tu cuerpo habitará la tierra por treinta días buscando lo que buscan en cada generación: una forma de liberar a sus hermanas; luego tu cuerpo dejará de servirle, y esta volverá a estar atrapada hasta luego de diez generaciones más. Rea rompió en llanto. —No puedo… no puedo morir… —alcanzó a decir entre sollozos. —La muerte no es tan mala, pequeña —trató de calmarla la mujer—, al fin y al cabo, si la vida empieza solo para acabar y la muerte es eterna, ¿no estamos ya todos muertos?

Eyleen Delgado 30


ANCIANA Inmediatamente, la pequeña y tierna anciana se dirigió a la puerta de su casa, obedeciendo la insistencia de los golpes; del otro lado, su gran anhelo, sus lágrimas cayeron y la tristeza desapareció.

Carlos Andrés Palacio Pablo

EXTRAÑARTE Extrañarte son diez letras que, pronunciadas, son armas mortales cuando las siento. Extrañarte es este vacío en el pecho al dormir, cuando recuerdo que eres libre y yo un esclavo. Extrañarte es un despertar en la mañana, esperando encontrar tu mensaje “basta de esto”. Extrañarte es detener las fauces del tiempo, cuando los recuerdos me atacan sin piedad. Extrañarte es recordarte en mis canciones de amor, cuando las lágrimas cantan al unísono. Extrañarte es extrañar la sensación de tu cuerpo, cuando con tus brazos y piernas me llevaban al cielo. Extrañarte es ver tu foto a cada momento, y desentrañar el por qué la vida es así.

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Extrañarte es declararme en guerra, y oficialmente enemigo de las circunstancias. Extrañarte es sentir esta distancia, y medirla en años luz hasta tu ser. Extrañarte es tratar de seguir viviendo así, cuando mi vida ya se fue contigo. Extrañarte es querer morir de vez en cuando, ¿pero cómo no extrañarte?, si extrañándote me extraño a mí.

Carlos Andrés Palacio Pablo

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REFLEJO Acostumbrado a jugar y convencido que era un niño, cierto día descubrió un espejo y éste lo descubrió viejo.

Martín Alex Cedeño Cedeño

INSPIRACIÓN Ya no busco belleza ni palabras llenas o vacías solo encontrarte. Escribirte o reinventarte, ser suspicaz en las posibilidades, cortar con ideas lo infinito de una sombra.

Martín Alex Cedeño Cedeño

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EL AGUA Hace algún tiempo, en un pueblo montubio y nativo de la costa ecuatoriana, se tenía por costumbre sembrar durante los meses de invierno y descansar prolijamente en verano; y como los meses, el clima y la estación orientan tal acciones y planificación. La familia de don Eurípides Zambrano ya en noviembre afilaba los machetes y ordenaban los garabatos para dar comienzo, como siempre, a sus actividades propias. Cierto año, teniendo ya todo listo, ya en los primeros días de diciembre, soñaba él y su familia, ansiosamente, en las primeras gotas que, generosamente, por efecto de la gravedad y del ciclo, llegarían; pero terminó diciembre y esas primeras gotas nunca llegaron, lo mismo ocurrió en febrero y marzo. Cuando se dieron cuenta que ya la comida escaseaba y que los animales se morían a diario de sed y hambre, don Eurípides pensó en la forma de sacar venta de aquel panorama que se presentaba desolado. Y dijo a su esposa, doña Priscila Loor: “Hoy vamos a construir un pozo para poder tener agua en invierno y en verano”. Haciendo uso de las fuerzas de sus hijos y de ellos mismos construyeron el pozo que culminaron al cabo de unos días. Desde entonces, la familia Zambrano Loor, que habita en una pequeña parcela en el litoral ecuatoriano, comenzó una nueva vida cargada de muchas más bendiciones.

Martín Alex Cedeño Cedeño

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CARTA A MI AMOR Llegué a tu vida sin ambiciones, y de tu vida sin nada me voy. No llores si acaso un día por los rincones te encuentras con un recuerdo de los dos. No es por ti que yo me alejo, jamás culpable te he de sentenciar. Me alejo de ti porque me muero, porque no quiero morirme, porque no estás. Mi corazón no aguanta ironías. Mi alma no soporta la soledad. Estar contigo es estar sin compañía Estar conmigo es estar en soledad Si por desdicha de mí te acuerdas Te pido, de tu mente, mi imagen borrar Solo he sido para ti una maestra Solo fuiste para mí un alumno más por instante allá en mi pensamiento lúcido Tu alma quise un día abrazar No pude, no me dejaste Y ese rechazo para mí fue mortal Me voy como hablan los poetas Entre vacíos profundos, angustia y oscuridad. Juego de luces entre amaneceres Miradas efímeras que van al mar Me voy temblando y sin maletas Me voy para nunca regresar Adiós, mi otro sueño roto Infiel, tú nunca me quisiste Infiel, nunca te quise de verdad Solo por un tiempo necesité tu compañía

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Y el dulce néctar que quería saborear Mas tu reflejo era el mío propio Tu ingratitud un obsequio te quise dar Y terminamos ambos rotos Como dos cristales tirados en el sofá Si por mí tu odio sentiste, quizás odio por ti sienta igual Y no me ofende de verdad Pues bien, lo tengo merecido Pues tengo el alma gitana, no soy de aquí ni soy de allá No te pude dar lo que no tenía No te puedo dar lo que no tengo Bésame y haré más honda tu herida Herida misma que por ti tengo No te aferres porque te mato y no es juego Te desangraré poco a poco con ironías Con tormentos diarios y desesperos Porque, querido mío, así es la vida No hay varón que pueda soportar mi desenfreno Ardí de pasión por ti un día, mas el amor que te tenía, desapareció entre todas las cenizas

Fátima Mendoza Ramos

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CONFESIONES Lo nefasto de ser artista es la maldición de las tragedias con ideas. La musa inspiradora es una cruel doncella que se deleita a costa del dolor de quien las crea, porque sin lágrimas y días grises no habría poemas. Quienes nos leen sádicos que les divierte lo que ven, lo que sienten e imaginan. empáticos que se identifican con nuestros fantasmas. La poesía es aire para quienes la leen, puñal para quienes la aman y caigo en el pecado de aferrarme a lo que no tengo, añorando las palabras, como un sueño, como un deseo. Mi poesía será siempre eterna, como ninguna.

Fátima Mendoza Ramos

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PENSAMIENTO DE UN VAGABUNDO Ideales perseguidos por acciones adversas Pensamientos confundidos por la paz y la guerra No quiero cazar, pero tampoco ser la presa Pero somos adversarios en una misma arena Conflicto tras conflicto por situaciones ajenas Señalan al drogadicto y para el pobre en Navidad no hay cena Hablan de igualdad en todas las cadenas Nunca dicen la verdad y eso sí que me da pena Pero cómo juzgar sino quiero ser juzgado No puedo tratar como me han tratado No hablaré de amor, sino del odio que me ha ganado No dejaré que me hagan a un lado Siempre lucharé, aunque esté derribado Son mis ideales los que me han formado Por eso en esta vida no me he conformado Gracias a todo eso hoy me siento liberado Perdido sin fuerzas el orgullo me ha doblado He roto en llanto como aquel niño descalzo He querido perderme como el Sol en el ocaso Cupido tocó mi puerta y no le hice caso Siempre voy a cien sin mirar para los lados Soy algo apresurado, pero vigilo mis pasos Quizás soy algo loco, pero bien aventurado

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Hoy puedo caminar por tierras que he labrado Por eso no me quejo si llueve en la mañana O quizás si hace frío en el día La tormenta es pasajera no dura toda la vida Como la felicidad que, si está ganada, está perdida.

Manfred Cacabelos

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RÍO Dedicado al río Portoviejo Naces de los cerros con claro frescor te vistes de espejos y perfumas de sol bajas las laderas con gracia y candor llevas para el agro húmeda ilusión. Emprendes tu viaje, de prisa y sin miedo, sin premoniciones, de cruel desafuero y la negligencia de tanto empoderado, que no hacen más nada por darte cuidado. En tu hídrico paso juegas, bailas, cantas, preñas a la Tierra, siembras esperanzas. Besas a la Luna, saludas al viento, vas regando vida, creando sustento. Corres, corres, corres, corre tu torrente llegas a los pueblos te ataca la gente con su podredumbre de poca conciencia sin compasión sin Dios sin vergüenza. Con vil egoísmo, cual lobo sangriento derraman veneno, donde hay alimento sin darse ni cuenta, que con sus acciones niegan el futuro a más generaciones. Mi río Portoviejo huérfano indigente lleva por espejo, lodo pestilente en invasión su lecho y roto su caudal espero que algún día lo podamos salvar

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¿Ya no gozarán los niños del mañana? Aquello que he vivido a la edad temprana ¡Qué hermoso mi río! El de mis recuerdos que mi alma se asoma de puro contento. Con sus aguas mansas claras hasta el suelo Que podía verse en ellas el cielo Junto a mis hermanos sendos chapuzones Bebíamos de ellas y hacíamos buchones. Ya caían los mangos, que eran ambrosía el que los ganaba nos los compartía, espera el siguiente, eso se decía pero era seguro que otro ya venía. Tanta delicia ahí se encontraba las viejas los chillos y los camarones, uno de los chicos ponía las catangas y otros se encargaban de asar en fogones. Garzas en la orilla, a sus anchas comían Las aves trinaban con tanta emoción El entorno era lleno de policromía Y todo el paisaje en conjugación. Todo este torrente de mágicas memorias Quisiera gritarlas por el mundo entero Que todos conozcan esta bella historia De este Portoviejo al que tanto quiero.

Nelly Ramírez Castro

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QUIMERA Las alas de tus manos ya no vuelan Tu ingrato corazón ya no me anhela Y desbordándose de amor el pecho mío Busco tus besos que de amor están vacíos. Y me miro en tus ojos, Y en ellos no me encuentro Ya no hay la ternura De otros cálidos tiempos. Y te extiendo mi mano Con mi ternura modesta, Y te lanzo un “te amo” Que no tiene respuesta. ¡Qué dolor! ¡Qué tristeza! Ser hoy solo cenizas Cuando fui tu princesa. No hay nada más triste. Ni mal más temido. Que amar, amar, amar, Sin ser correspondido. Y se ahuyenta, totalmente, El perfume de las cosas, ¡Y apesta la vida! ¡Y apestan las rosas!

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Se evapora el alma, Entre cielos de hielo Y no existe la calma, Solo amargo silencio. El desamor y el olvido Aniquilan a cualquiera. ¡Te creí mi destino! Y resultaste quimera.

Nelly Ramírez Castro

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RETIRADO Él sabía que sus erecciones cada vez eran más espaciadas. Al parecer, era hora de retirarse de los combates sexuales, no en vano el calendario ya había sido deshojado por más de 60 ocasiones. Eso lo arrastró a estimularse con jovencitas para probar que aún le quedaban arrestos de macho cabrío... todo fue inútil. Cuando conoció a María sucedió lo imprevisto; en su torrente sanguíneo se produjo una descarga eléctrica que recorrió todo su cuerpo, recordándole que todavía estaba vivo. Lo extraño fue que aquella juvenil mujer poseía los mismos años que él.

José Morán

DE LUTO ¿Cómo fue? No sé decirte cómo fue No sé explicarme qué pasó pero de ti me enamoré… Benny Moré no supo cómo fue; en cambio, lo mío fue tan claro desde el principio: tu negra y voluptuosa escultura, pavoneándose por las nocturnas callejuelas de mi pueblo, me lanzó un arponazo que me arrastró hacia ti, para siempre. Hermano lindo, no sigas a esa mala mujer Ni siquiera me fijé en tu rostro, solamente liberé el animal impulso de poseerte a como diera lugar. Sí, sin importar el precio que tuviese que pagar, aunque éste me llevara hasta las mismas puertas del infierno; por eso, no te perdí de vista y te seguí hasta alcanzarte.

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Compadre, esa hembra no es para ti No oí a nadie, dejé atrás esas voces carcomidas por la envidia… Por primera vez quise ser el protagonista de mi propia historia y vencer todos los obstáculos hasta alcanzar mi objetivo, tú. Ella va a acabar con tu vida Cuando rasgué tu tostado vestido y volteaste tu rostro, ya fue tarde; vi en cámara lenta cómo acercabas tu boca a la mía para darme, el que sería, el último beso de mi Lutona vida.

José Morán

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LA VACA DE MI MUJER El padre de mi mujer le regaló a ella una pequeña vacona como herencia familia. Dicha ternera, con el pasar el tiempo, tuvo su primera cría, pero antes le puso su marca con un hierro sus iniciales, eso significa en el campo propiedad de la persona. Ella vivía en la ciudad y la vaca en el campo, muy de repente visitaba a su familia y a su vaca preferida. El padre tenía varias hijas y a todas les regaló una vaca. Las hermanas vivían en el campo; hubo un año en que el tiempo se puso muy malo, el invierno fue pésimo, todas las vacas se pusieron flacas; como eran días difíciles no había cosecha ni pasto para las vacas, todo se complicaba. Los niños comenzaron a enfermarse y después toda la familia. El dinero estaba por el aire, prácticamente no había ni para los alimentos del día. Todas las hermanas conservaban cada una su vaca y era la única esperanza que tenían para pasar este terrible momento; cada una vendió su respetiva vaca, pero como estaban tan flacas fueron vendidas a precio muy bajo. Solo quedó la vaca de mi mujer, esa vaca era intocable para su dueña, aunque se conservaba flaca, pero era su preferida. Al pasar el tiempo aquella vaca ya tenía varias crías y empezó nuevamente la abundancia familiar. La armonía de la familia volvió a su normalidad con la vaca de mi mujer y sus crías. Ya existían varias cabezas de ganado, todo giraba en torno a las vacas, vendían muchos litros de leche en el mercado cercano del lugar donde vivían; ese dinero servía para la alimentación de toda la familia. Unos años después volvió la sequía al campo y las yerbas escaseaban, ya no hubo pasto y las vacas se ponían muy flacas, tenían que llevarlas todos los días a un lugar lejano donde había un poco más de monte para su alimentación; solamente, se quedaba la vaca vieja preferida de mi mujer en el corral, esa vaca no se movía a ningún lado. Durante varios días llevaban y traían las vacas al corral después de alimentarlas, esa rutina es normal cuando el invierno es malo en el campo. En uno de esos días llevaron todas las vacas a comer hierba fresca lejos del corral, y por la tarde fueron a traerlas para la casa y se llevaron una terrible sorpresa, todas las vacas

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se las habían robado los cuatreros, aquello fue terrible y angustiante para toda la familia; nuevamente, se quedaron tristes, solo con una en el corral, la vaca vieja y preferida de mi mujer.

John Milton Palma

NOCHE BOHEMIA Ebrio y desesperado Al filo de la medianoche Abrazaba mi nostalgia De este mi sufrimiento La noche vestía como siempre Tiritaban los vientos oscuros Y yo ebrio y desesperado Violaba la virgen noche Compañera de mi soledad Para arrancarme esta desdicha Que el destino me marcó. Mientras el sueño se consumía Contemplaba las estrellas Y suspiraba por una de ellas En lo infinito de mis calles Deambulaba taciturno Entre frío y penumbra Pasaba el tiempo Y sin darme cuenta Estaba prisionero 47


Al filo de la medianoche Me abracĂŠ con mi sombra Y contemplando el firmamento Me dejĂŠ ya de mis lamentos Porque vi a la madre mĂ­a.

John Milton Palma

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16A Cómo no recordar aquel día trágico para nosotros; mi ciudad, mi provincia, mi país ya que sucedió algo inesperado e imprevisible que no lo habíamos imaginado ni vivido nunca, será muy difícil borrarlo de nuestras mentes, hecho suscitado en aquella fatal fecha, 16A (dieciséis de abril) de 2016. En aquel día todo transcurría con normalidad, siendo un sábado cualquiera, como los que ya habíamos vivido sin ninguna novedad. Tenía una reunión, pero gracias a Dios se suspendió y decidí no salir para ningún lado, preferí quedarme en casa trabajando en el proyecto que en ese entonces y por aquella fecha habíamos llevado a Quito para inscribirlo en el CNE, lo que sería el primer partido político nacional de la ciudad de Manta, llamado Siembra, el que quedó solamente en eso. Siendo las 18h00 sentía pesado el ambiente, hacía un calor insoportable, yo pensaba que era mi laptop porque me pasé escribiendo en la mañana y tarde, ya pasadas las 18h35 llegaron a casa mi mamá con mi sobrina de apenas 8 años de un juego de bingo que ellas solían ir a recrearse los fines de semana; mi mamá se metió a su cuarto a cambiarse de ropa y mi sobrina se quedó en la hamaca que tenemos en la sala viendo televisión, ya para eso de las 18h50, comenzaron los perros a ladrar y se oía un zumbido, yo miraba para todos lados y no dije nada para no alarmar a nadie, justo en eso sentimos un pequeño remezón, pero leve y con el pasar de los eternos segundos y minutos se sintió más fuerte y con mayor intensidad, me paré de la mesa del comedor en donde estaba trabajando, fui a buscar a mi madre para sacarla y llegar a donde estaba mi sobrina, ese trayecto se me hizo distante, a pesar de la corta distancia que había, costándonos mucho nos juntarnos en media sala. Lo primero que pensé fue hacer una pirámide entre los tres, recuerdo que se me ocurrió sujetar mi mano derecha y entrelazarla con la hamaca, de esta manera evitaría que nos cayéramos, sentimos el recorrido de las ondas expansivas internas que viajan a través del interior de la Tierra. Arriba, abajo, a los lados y en círculos fue como una batidora, yo le decía a mi mamá que ya pasaría, que esperáramos. Escuchábamos que todo se venía abajo, sonaban; vasos, vidrios, palos, fierro; sentí que el palo que aguantaba el techo me partía la cabeza. Mi

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sobrina gritaba, mi madre lloraba y suplicábamos a Dios que ya parara, fueron los segundos y minutos más largos de nuestras vidas, debido a la variedad de la densidad y composición de la fuerza del terremoto. Logré sujetarlas y abrazarlas lo más fuerte que pude. Creí imaginar que mi padre, que está en el cielo desde hace muchos años, estuvo ahí con nosotros y no nos abandonó en esos momentos hasta que todo pasó. Quedamos desconcertados, las piernas me temblaban y como pude las llevé al patio, porque ahí tenemos nuestro punto de encuentro por cualquier emergencia. Siendo las 18h58 se nubló todo para los mantenses y manabitas sin mirar las consecuencias y desastre que nos dejaba este terremoto, llamado así por sus características y magnitud de 7.8. Fueron 75 segundos o más el tiempo que nos tomó pasar el peor sismo del Ecuador en décadas, estremeciendo al país, marcando el nombre de una tragedia que apenas empezábamos a memorizar los que sobrevivimos esa noche de tragedia.

José Felipe López Alvia

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PLACER Ella, tuvo un hombre que la hizo temblar, un hombre para el placer increyente en el meter y sacar. Ella tuvo un hombre que no pensaba solo en el tamaño en su placer y en su trabajo. Entendió que los gemidos en ocasiones mienten pero la humedad no.

José Felipe López Alvia

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LIBRE Libre… cuando mi cabello baila con el viento, cuando mis manos se juntan con otras para detener el tiempo, cuando mi voz se une a los acordes de mi guitarra para formar melodías que viajan, cuando mis trazos se vuelven arte y mis palabras fluyen como el agua, cuando mis pies descalzos sienten las pisadas del asfalto, de la tierra, de la arena y del mar que me abraza, cuando mi mirada atraviesa horizontes en tempestades y calmas… soy libre. Eres libre cuando la vida nos inspira, cuando la compañía se vuelve ausencia y a la vez cercanía… seré y seguiremos siendo libres aun cuando nuestra voz no se escuche, ni nuestros ojos vean, ni nuestros pies bailen.

Alexandra Flores Álava

ESTARÉ Estaré en sus pensamientos, en la aurora del día, en una lluviosa tarde, en una luna escondida, en el fulgor de una estrella, en los ojos que miren, en los poemas que lean, en cada oración que recen, en cada melodía, en cada lugar que se encuentren su sombra estará junto a la mía, porque cada muerte es renacer, porque cada renacer es una nueva vida.

Alexandra Flores Álava

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LA NOCHE QUE LAS MUJERES AULLARON La noche que las mujeres aullaron se escuchó en todo el barrio, fue mucho después del horario estelar, mientras unas arreglaban la ropa del marido pensando en el hogar de su amor, otras acostaban a los niños espantando sus propios monstruos, pocas sentadas en la terminal de buses indecisas si ir o volver, alguna leía a Plath viendo de reojo la estufa; la mía me hacía el amor. El satélite en creciente desenredaba sus hilos invisibles ejerciendo su magnetismo en el compás de las olas de Barbasquillo y el mecer de mi amante, en una sincronía que fue agitándose a medida que aumentaba el rubor de su cara y la calentura de su sexo mientras ella, la Luna, se llenaba como si del mismo pulso de sangre bombeara también dicho encantamiento. Aullaron todas al mismo tiempo. Mi mujer, con el torso erguido, la turgencia de sus pechos bamboleantes y cerrados los ojos, llamaba a la Luna. Silente y con mis manos en sus muslos la miraba suspicaz, ¿era acaso un lamento, una celebración o un desahogo en comunión? Te lo digo, aullaban lobeznas, con puños apretados la mía, más que tierno fue místico. Me pareció ver a la Luna respirando a su compás. Todas aullando la llenaron, sus jadeos formaron la luna llena. No fue más que aquello y se desvanecieron las mujeres luego de ese clímax. Se acomodó en mi brazo y durmió como una niña, la mía, al igual que todas, supongo. La perla colgante las observaba a través del vidrio de la ventana y les cantaba sólo a ellas, mascullando su secreto, el esperanto que no alcanzan a transcribir los poetas sordos, rigiéndolas como a los mares y sus períodos; yo era un voyeur, un sol lejano de su interacción, negado a lo arcano de ambas, profundas y oscuras. —No

es mía (a pesar de toda la identificación con ella), en la Luna debe yacer la

isla de Lesbos de dónde nacieron todas—, pensaba al dormitar abrazando su corazón de mar y su vientre de luna.

Xavier Soto

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A NIGHT LIKE THIS Apenas no llueve. El mar incluso brama poco. ¿Dónde se cobija uno en una tarde gris si no asoman las piernas adecuadas? El tedio de estar echado es lo único que llena las horas; la luz en sepia entra como un mal chiste por la claraboya de esta habitación. The Cure nunca falla. A night like this suena y llueve; como toda lluvia, algo lava a pesar del pesar que detona. Me asomo al ventanal del balcón y apuro un tabaco. Desde la melodía infalible y con el correr del gentío evitando que deshaga sus máscaras la llovizna, veo un rostro entre las hebras de agua, me alcanza a reconocer y levanta la mano invitándome a bajar, y claro ¡cómo no! Tan sencillo es quedarme en la angustia que rebota en el reflejo del cristal que repica, pero al lado de esa sonrisa esta lluvia se vuelve liberación del gris y me doy la chance sin creérmelo mucho. Dejo consumiéndose el cigarrillo en el colorido cenicero y voy corriendo a su encuentro mientras Robert Smith canta “voy a encontrarte, aunque me tome toda la noche (...), por siempre jamás es siempre para ti”.

Xavier Soto

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AMOR MUERTO Al poseer tu virginidad diste luz y calor a mi vida. Hoy me la quitas con esta lapidaria frase de despedida: “Eras el amor de mi vida, pero para mí hoy has muerto, y a los muertos se los olvida”. Por ti me privé de muchas noches de placer. Hoy es tarde para lamentos. Gracias te doy por dejarme vivir de tu entrepierna. Para ti hoy estoy muerto y pronto pasaré al olvido. Mas en mi piel llevaré tu olor hasta que mi alma descanse.

Jhonny Zavala

ESTIGMA Como una crónica anunciada, el 22 de noviembre de 2017 te dediqué el poema “Despedida” del poeta cubano José Ángel Bueza. Espero no lacerarte el alma cada vez que lo leas… De ti, mujer, me queda un perdurable beso. Sí, “El beso”, tal y cual, 55


como el poema del poeta peruano Federico Barreto. Si en tu soledad te besan otros labios. Por lo que más quieras “Calla corazón” Y refúgiate en el poema de Juan Carlos Crohare. Hay despedidas que nunca se olvidan y heridas que nunca cicatrizan. El poeta Pedro Gil tiene cicatrices en su piel; y para él, 17 puñaladas no son nada… El escritor John Milton Palma fue doblemente traicionado, y dentro del pecho lleva la marca de la traición. Yo, tu eterno enamorado llevo con tinta sangre en mi alma y mi corazón el estigma de las cuatro letras de tu nombre. Hoy con este poema pongo fin a este capítulo, arranco la página y cierro el libro… ¡Adiós, fue lindo conocerte! “Mi Gaby”.

Jhonny Zavala

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LA FINAL SOÑADA El calendario registra un 25 de julio de 2022. El despertador señala las 6:00 del domingo, una mañana soleada y fresca. Miguelito oye el trinar de los pájaros e, inmediatamente, se dirige al baño, se cepilla los dientes con su pasta dental favorita y va temprano a comprar el periódico. En la portada del diario el titular está escrito en musulmán, pero logra traducirlo el cual decía “Hoy la gran final del campeonato mundial entre Ecuador y España”, ese partido se iba a jugar nada menos que en el lejano Oriente, en Qatar. Impaciente desayuna, pensando la hora del partido y el momento de dirigirse al estadio. Oriundo de Esmeraldas, Miguelito es un adolescente de contextura gruesa, moreno, un tanto obeso, apasionado al deporte e hincha del Barcelona; dueño de un espíritu emprendedor y triunfalista. Como Miguelito se había ganado un tour completamente gratis a través de un concurso de pronóstico deportivo, tenía los boletos en su billetera. Qatar era la sede de la final soñada. En su país recuerda cuando acompañó a su selección a todos los partidos de la eliminatoria jugados en la capital, obteniendo el primer lugar en la clasificación general, venciendo a todos los rivales que llegaban a Quito. Ortiz, Perlaza, Quinteros, Noboa, Ibarra, Angulo, Rezabala, Campana, entre otros, eran los seleccionados que más se destacaron bajo la dirección técnica de Jorge Célico. Miguelito entra al estadio dos horas antes del partido, en un lugar cuya ubicación era ideal para ver el juego en toda su plenitud y se mezcla entre la multitud de hinchas de su país; mientras, la cuarta parte del estadio está llena de españoles. El árbitro argentino, Néstor Pitana, inicia el partido y las emociones se acrecientan. A los 20 minutos le cobran penal a España, Ortiz ataja y se convierte en héroe en ese instante. Avanza el encuentro y Rezabala hace una jugada fenomenal donde lanza un tiro de larga distancia y convierte el primer gol; así, termina el primer tiempo. Ya en el segundo tiempo se originan mutuas jugadas de peligro; los arqueros se convierten en protagonistas. De Gea y Ramos impiden que Campana marque el gol cuando iba a concluir el partido. Busquets y Alba avanzan a la portería y definen

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el empate; tras esa magistral jugada finaliza el tiempo reglamentario y se van a tiempos extras donde llegan igualados, definiéndose la final por medio de los penales. Ecuador marca cinco tantos, mientras España solo convierte cuatro; el último penal Ortiz le tapa a Sergio Ramos y Ecuador se lleva la Copa del Mundo. Un grito de frenesí hizo que Miguelito se despertara por la madrugada, emocionado ve el reloj que marca las 5:00, mientras escucha el relincho de su caballo.

José Luis Alonzo Flores

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EN EL CORAZÓN DE LA CIUDAD Prefiero ser esa rosa sin nombre que abandonaron en el teléfono público de alguna plaza cualquiera, porque de ser así podría escuchar a hurtadillas y con el alma de puntillas innumerables confesiones de amor; o quizá alguna despedida, o podrías ser tú con tu risita descarada detrás de la bocina. Que de tantos teléfonos públicos decidiste abandonarme justo aquí, en el corazón de la ciudad, por donde me arrastra la rutina, día sí, día también, días sin ti.

Ignacio Rodríguez

ENERO ESTÁ MOJADO DE TRISTEZA No hay nada que duela más que enero precipitándose con tristeza sobre el asfalto desde un cielo gris que ya borró el color de tu sonrisa. Ya no llueve por las cosquillas que solían hacerle tus manos cuando acariciabas jazmines en las galerías de la primavera. Si llueve es porque las sábanas están frías, porque a mi espalda ya no se le marcan las constelaciones de letras que solías dibujar cuando me pintaba los labios de alegría, porque ya no me invitas a bailar los lunes en la azotea al ritmo de Gardel, con gardenias marchitas en el pelo. Decías que ésa era la única manera de amar los lunes, la única manera de no salir corriendo y aventarse por la barandilla que separaba el suelo del cielo. Llueve porque el cielo está triste, porque tu boca ya no pronuncia mi nombre, porque la mía ha olvidado tus besos. Llueve en estos días de enero que se precipitan sobre las frías aceras que recubren las huellas de tus viejas botas de invierno, llueve sobre mi cama, habitada de libros, poemas y poetas.

Ignacio Rodríguez

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LA ESCOBA QUE BARRE La familia, la altura, la educación y el trabajo. En ellos se puede dar situaciones tanto de desigualdad como de igualdad de género. En el contexto familiar, el reparto de tareas domésticas debe ser por igual. Una amiga tuvo una educación sexista, los padres no lo dejaban jugar ni estudiar con sus hermanos varones, aduciendo que lo que hacían los machos no lo hacían las mujeres. Esta confusión es el resumen de lo que durante siglos han vivido las mujeres en cualquier parte del mundo y que hoy siguen presentes en muchos hogares.

Carlos Alberto Santana

SEÑOR CORRUPTO Corrupto el que le pone agua a la leche y el que vende alcohol alterado. Corrupto el político que le pide una tajada al contratista para adjudicar una obra al parque, la del puente, la de las calles. Todas ninguna se salvan. Corrupto el policía que por $20, se hace de la vista gorda y permite que se siga conduciendo sin licencia “circule”… “circule”. Corrupto el tendero que altera la romana donde pesa la carne, el arroz, el queso. Corrupto el fiscal, el juez que se reparten los $20.000 dólares, para no culpar al narco traficante y por tanto al criminal más avezado de la ciudad. Corruptos todos, menos “yo”, dice el corrupto.

Carlos Alberto Santana

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Biografía de autores Carlos Andrés Palacio Pablo (Manta, 1987). Abogado de los tribunales y juzgados de la República del Ecuador. Músico y aficionado a la escritura, labora actualmente en la función pública. Ha publicado artículos en la prensa local, así como también algunos de sus textos y poemas en plataformas digitales. José Felipe López Alvia. Lcdo. Ciencias de la Comunicación, especialidad Publicidad y Mercadotecnia. Locución en radio y animación de eventos. Músico, percusionista. Integrante de orquesta y DJ. Stefy Estrella Lucas (Manta, 1994). Psicóloga Clínica. Maestrante en Sexología en la Universidad de Almería-España. Capacitadora. Voluntaria de Cruz Roja Ecuatoriana-Manta. Apasionada por la escritura y el deporte. Ha publicado artículos en la prensa local. Actualmente, trabaja en consulta privada. Jhonny Saulo Villafuerte Holguín (Manta, 1969). Doctor en Psicodidáctica y didácticas específicas de la Universidad del País Vasco, España. Ha publicado artículos científicos en revistas de impacto mundial y regional; y libros sobre temas de educación, desarrollo local y sostenible. John Milton Palma. Autor de 22 libros. Ha participado en dos antologías poéticas, profesor de dibujo y pintura. Licenciado en Publicidad y diseño gráfico. Mentalizador y fundador de la Asociación de Escritores de Manta (ASESMAN). Alexandra Virginia Flores Álava (Manta, 1987). Estudió en la Facultad de Educación Física, Deportes y Recreación de la ULEAM hasta el cuarto semestre, atleta élite de maratones hasta los 20 años de edad. Actualmente es bailarina de la CIA Latinoamérica danza, amante de las letras, movimientos, sonidos, trazos y colores, del arte en toda la extensión de la palabra. Erika Pico Zea (Manta, 1977). Doctora en Medicina y Cirugía. Autora del relato En el lugar equivocado, publicado en el libro Memorias del 16A (Dpto. de 61


Comunicación GAD Manta, 2018). Coautora del Libro Fantasmas de otros cuerpos (Tinta Ácida, 2019). Gestora cultural e integrante del Grupo Cultural Papagayo K. Nelly Aracely Ramírez Castro (Portoviejo, 1967). Licenciada en Ciencias de la Educación. Trabaja como docente de Lengua y Literatura en la Unidad Educativa de Artes Plásticas “Tohallí” en la ciudad de Manta. Su poesía se encuentra inédita. José Morán (Jipijapa, 1960). Licenciado en actuación UCE. Especialista en Gestión cultural y patrimonio UASB. Actor y narrador oral. Ha escrito algunas de las obras que ha puesto en escena como director teatral, entre ellas "Cholo Soys". Ha colaborado con la revista teatral mexicana "Paso de gato". Eyleen Ariana Delgado Moreira (Manta, 2000). Estudiante de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí, del tercer semestre de la carrera de Pedagogía de la Lengua y la Literatura. Ha publicado algunas de sus historias en plataformas digitales. Actualmente trabaja en la escritura de novelas de distintos géneros. Fátima Mendoza Ramos (Portoviejo, 1985). Ingeniera en Administración de Empresas Turística en la ULEAM. Magíster en Práctica del Desarrollo en el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza - CATIE, Costa Rica. Promotora cultural y turística. Ha publicado el artículo académico Análisis de las políticas para el turismo en Ecuador con énfasis en el turismo rural comunitario (Revista San Gregorio, 2016). Angie Clara Farfán (Portoviejo, 1995). Graduada en Antropología, investiga desde los campos de la geografía e historia. A través de la escritura y tradición oral explora temas sobre mestizaje, colonización, deseos y sexualidades disidentes. Jorge Cedeño Palacios (Montecristi, 1965). Gestor Cultural. Ha publicado: Origen y descendencia del grupo familiar Palacios en Montecristi (2006). Montecristenses gobernadores de Manabí durante los siglos XIX – XX (2014). Gestores e historia de los símbolos patrios de Montecristi (2014) y Tributo a la excelsa figura de don 62


Aníbal San Andrés Robledo (2018). Versado en la historia de Montecristi; es celoso guardián del legado de su pueblo, ha colaborado en varios proyectos culturales e históricos que guardan relación con Montecristi y el general José Eloy Alfaro Delgado. José Luis Alonzo Flores (Manta, 1972).

Licenciado en Ciencias de la

Comunicación. Varios de sus textos constan en plataformas digitales. Ha colaborado en revistas de la provincia: La Brisa, Calabaza y El Centinela. Martín Alex Cedeño Cedeño (Manta, 1986). Licenciado en Ciencias de la Educación, especialidad Lengua y Literatura. Promotor de la educación de calidad en el sector público y director de una unidad educativa. Escritor del glorioso Himno de la centenaria y emblemática escuela Sucre - Eloy Alfaro. Varias de sus obras literarias se encuentran inéditas. Ignacio Rodríguez (Rocafuerte, 1998). Estudiante de Psicología Clínica en la Universidad Técnica de Manabí. Ha participado en algunos proyectos sobre poesía y conciencia y talleres de narración. Realizó estudios de Filosofía en Nueva Acrópolis y ha colaborado en un plan de reminiscencia para adultos mayores con el municipio de Rocafuerte. Zoila Guadalupe Mera Santana (Portoviejo, 1967). Licenciada en Ciencias de la Educación. Jhonny Alejandro Zavala Reyes (Membrillal, 1978). Licenciado en CCFF, Deportes y Recreación. Abogado de los juzgados y tribunales de la República del Ecuador. Varios de sus textos están en proceso de publicación. Xavier Soto (Guayaquil, 1979). Ingeniero. Integrante del Grupo Cultural Papagayo K. Ha publicado crónicas musicales en El Telégrafo y en la revista metal literaria Marfuz. Autor del relato Cerca del cerro, lejos de todo publicado en el libro Memorias del 16A (Dpto. de Comunicación GAD Manta, 2018).

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Alberto Alejandro Villamarín (Rocafuerte, 1988). Ingeniero Agrónomo y Gestor Cultural. Ha publicado editoriales y puntos de vista para El Diario, El Universo, Viva y Gaceta Cultural Republica Sur. Pertenece a la Casa de la Cultura de Manabí. Varias de sus novelas, hayku, cuentos y poemas están inéditos y otros constan en plataformas digitales. Ha colaborado con producciones de teatro, cine y audiovisual del país.

Manfred Mauricio Cacabelos (Guayaquil, 1986). Estudiante de arquitectura. Adriana Elizabeth Romero Zambrano (Manta, 1996). Graduada en Psicología, mención clínica. Miembro del Club de Lectura el Quijote. A través de la literatura investiga

temas

existencialistas,

relaciones

interpersonales,

inteligencia

emocional, suele profundizar desde la mirada psicoanalítica.

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