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Prólogo - PNUD México
from Madres trabajadoras y COVID-19: Efectos de la pandemia en circunstancias de teletrabajo en México
by AD NOTICIAS
El estudio “Madres trabajadoras y COVID-19 – efectos de la pandemia en circunstancias de teletrabajo en México” que tengo el honor de presentar, existe gracias al testimonio de 57 mujeres, fue realizado por mujeres y ha sido enriquecido por un comité de referencia constituido enteramente de mujeres, para hablar de un tremendo problema de desigualdad que, si bien afecta a toda la sociedad, golpea de forma directa a las mujeres y a las niñas.
Si bien pertenezco a la otra mitad de la población que no necesariamente vive este fenómeno, los hombres, hablo desde una posición conferida institucionalmente como Representante Residente en el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en México. Un rol desde el cual he tenido la oportunidad de ver cómo la pandemia de la COVID-19 ha afectado a las mujeres madres que ahí laboran y que, sin duda, se replica a nivel nacional.
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Es justamente este el objetivo del estudio que a continuación presentamos, describir los fenómenos detrás de esta erosión de la participación de las mujeres en la Población Económicamente Activa (PEA), situación derivada del incremento de las labores de cuidados y su desigual distribución al interior de los hogares. Lo anterior, como consecuencia de las medidas de confinamiento adoptadas en el contexto de la pandemia de la COVID-19 en México.
Previo a ahondar en la importancia de este estudio, me permito hacer una pausa para explicar a aquellas y aquellos lectores escépticos que al saber que esta investigación es fruto del trabajo exclusivamente de mujeres, pudieran considerar la existencia de un sesgo. No es el caso, pues desde el PNUD estamos convencidos de la importancia de garantizar igual acceso al empleo para todas las personas, además de la riqueza del trabajo de equipos plurales y diversos.
Detrás de esta investigación está la convicción de que para alcanzar la igualdad sustantiva es fundamental romper las desigualdades estructurales que se han instalado. Y, si hablamos de pertinencia, tiene sentido que sean mujeres las que escuchen los testimonios de otras mujeres sobre situaciones que sólo a ellas, por el hecho de ser mujeres, les están afectando de forma desproporcionada. También, consideramos esencial que personas expertas, involucradas en instituciones y organizaciones dedicadas a asegurar que las mujeres accedan a sus derechos, fueran quienes opinaran sobre la calidad del trabajo que les presentamos. Finalmente, las iniciativas sobre la temática que abordamos hoy se enriquecen de un mayor involucramiento de aquellas personas que históricamente han padecido estas desigualdades estructurales de la sociedad. Si anteriormente referí mi posición en el PNUD es porque creo que la debo usar para ser el portavoz de un mensaje sumamente importante que, desde la institución, queremos documentar en este estudio: la pandemia ha exacerbado tanto la desigualdad de género como la dependencia de la sociedad hacia las labores de cuidado, las cuales, debido a los roles y estereotipos de género, son mayormente realizadas por mujeres.
Este mensaje profundiza mi convicción de que tanto los gobiernos como los centros de trabajo, debemos actuar ante este problema tan apremiante. Acepto también que todas las instituciones tenemos áreas de oportunidad e igualmente me comprometo a identificar y actuar para revertir aquellas bajo mi responsabilidad.
Sin más, invito a todas las personas a apropiarse de los resultados del presente estudio. Tanto gobierno federal como los gobiernos estatales y el sector privado pueden aprovechar el conocimiento generado en el estudio para enfrentar el periodo inédito que atravesamos. Es una responsabilidad histórica, pero es ahora cuando debemos incluir el tema de cuidados en las políticas laborales desde una perspectiva de corresponsabilidad, a fin de asegurar un piso parejo para el desarrollo profesional de las mujeres y los hombres.
Felicito a mis colegas del PNUD por el trabajo para desarrollar este estudio inédito, además de agradecer profundamente a cada una de las mujeres madres que otorgaron su tiempo para que el documento pudiera existir. Finalmente, le cedo la palabra a Nadine Gasman, presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres; a la Red de Cuidados en México en su conjunto; y a Lourdes Jimenez Brito, especialista de la Conferencia Interamericana de Seguridad Social, para que introduzcan este estudio con su propio prólogo. Sus voces son determinantes para que en México sea atendido el tema de la responsabilidad social de las labores de cuidados. Sus palabras son sumamente valiosas. Les agradezco por su energía y por compartírnoslas.
Lorenzo Jiménez de Luis Representante Residente, PNUD México