TEMA DE PORTADA EL INTENSO ROMANCE DEL PADRE ANDRES AGUIRRE OVALLE
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Víctor Gutiérrez REDACCION DE LA NACION aula tiene hoy 27 años y estudia leyes en una universidad privada. Antes, desde los 13 hasta los 20 años, fue la “pareja” del padre Tato, el sacerdote Andrés Aguirre Ovalle, actualmente procesado por abusos deshonestos en contra de ochos menores. Paula es linda y los hombres se dan vuelta a mirarla. Su carácter es duro, habla directo y pone condiciones para revelar su testimonio: - El nunca me violó, que te quede claro. A pesar de que yo era una niña, estaba enamorada. Ahora que me doy cuenta que Andrés me mintió voy a contar mi historia. Toma, lee estas cartas... ahí está todo. Paula me entrega una bolsa plástica con 19 sobres. Extensas cartas que le había enviado el padre Tato desde Madrid, Uruguay y Honduras. “El y yo nos amábamos. Yo era su cariño, su niña. Durante muchos años nunca dije nada. Era nuestro mayor secreto, pero cuando supe que andaba con más niñas, y hasta con una de 15 años que tuvo un hijo con él dije esto se acabó. Ahora quiero que todos conozcan detalles de esta relación, porque veo cómo la iglesia trata de tapar todo y hay gente que duda de los testimonios. Entonces yo voy a relatar el mío, que fue una relación íntima de más de siete años”. Paula decide dar la entrevista en las mismas parroquias donde comenzó su “romance” con el padre Tato. “Quiero que conozcas dónde lo conocí. Hace ochos que no he ido a esas iglesias pero llegó el momento de ir”. Sólo la llamaré Paula. Me explica que no desea revelar su apellido porque sabe muy bien la reacción de la gente. Las niñas vamos a ser las malas y los sacerdotes las víctimas. “Si hasta mi mamá me culpó de todo. Cuando salió la noticia en la televisión comenzó a gritarme: ‘¡Tú fuiste la culpable! ¡Tú lo tentaste! ¡¿Ahora estás contenta?!’ Entonces si tu propia madre te culpa y defiende al sacerdote imagínate lo que va a decirme la gente”. Viajamos en su auto hacia el sector de Recoleta. Nos detenemos en la parroquia Emanuel. Se coloca sus lentes oscuros y un sombrero para que no la molesten. “Hay gente que me conoce y no quiero problemas”. Le digo a Paula que la iglesia está cerrada, pero no me escucha. Entiendo que no me quiere oír porque todo le trajo recuerdos, fue como un flashback. Después de unos minutos de silencio se queja contra algunos curas de la iglesia. “Yo creía que no era tan grave tener relaciones sexuales con él, si cuando me confesaba con los sacerdotes me mandaban a rezar y eso era todo. Ellos sabían, si hasta algunos de ellos adivinaban que era el padre Tato. Pero todos miraban para otro lado, nadie me orientó ni ayudó”. Entramos a la parroquia y de inmediato
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AMOR ES MAS FUERTE PAULA ESTABA ENAMORADA, ERA UNA NIÑA. Se lo contó todo al padre Tomi, hoy obispo auxiliar de Concepción, y a otros sacerdotes, pero nunca la guiaron. Esta es la reveladora historia del gran amor del padre Tato, a través de su testimonio y de las cartas que el sacerdote le envió cuando estuvo en el extranjero. LUIS HIDALGO
LA NACION•DOMINGO
P.3-7 DOMINGO 10/6,0
DOMINGO 10 DE NOVIEMBRE DE 2002
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09/11/2002, 21:22
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