12 b sábado 9 de noviembre de 2013
MILENIO
varia FERSHOW ESCÁRCEGA
ESPECIAL
El fundador de Aldvs
De la serie Él no Lo Mató
In Memoriam Pepe Sordo
Nezayork de Fershow Escárcega
ARCHIVO HACHE
GUÍA VISUAL
Heriberto Yépez hyepez.blogspot.com
E
l 22 de octubre murió Pepe Sordo, fundador de la editorial Aldvs. Su partida invita a reflexionar. Gerardo González dirige Aldvs desde hace cinco años. Al preguntarle sobre Pepe Sordo, respondió: “Su padre fundó la Imprenta Aldina a principios de los años cuarenta. Pepe Sordo desde pequeño empezó a tomarle cariño a la impresión. Cuando su padre murió (1989), Don Pepe fundó Aldvs”. “Don Pepe era un hombre muy culto, gran conocedor de ópera, de historia, de literatura. Tocaba el piano y era un lector maníaco. Le gustaba mucho ir al mar. Aldvs hasta hoy ha publicado 420 libros y él inventó todas las colecciones (excepto la de autores franceses)”. En los últimos años, don Pepe sufrió una enfermedad que consumió su salud. La actual propietaria de Aldvs es Fernanda Sordo. Aldvs, por supuesto, seguirá. Aldvs es una de las mejores editoriales independientes mexicanas. No ha recibido el apoyo ciudadano debido. Sus cientos de títulos y la gama internacional de autores la hace sobresaliente dentro y fuera del país. Aldvs apuesta por libros de calidad, aunque no tengan salida comercial. Hace poco en Estados Unidos me preguntaban cuál era el fenómeno más importante de la literatura mexicana en el nuevo siglo. Respondí que, sin duda, no se trataba de la aparición de una obra o corriente sino de algo más interesante: el auge de editoriales pequeñas. Sin este auge de micro– editoriales —entre las que Aldvs es protagónica— no se entendería la actual literatura mexicana. Hay dos libros ya necesarios: una recopilación de testimonios de estos grupos y un estudio histórico– analítico especializado. La partida de Sordo señala la urgencia de
documentar y analizar estas historias personales y colectivas. Se requiere registrar y explicar el rechazo de estos grupos a entender la edición como una empresa comercial. Así como pensar su compleja y agridulce relación con el Estado y los lectores. No existiría un corpus asequible de poesía mexicana contemporánea sin la pequeña edición. Este hecho me parece tremendo, innegable y, en muchos sentidos, preocupante. Lo mismo sucede con la traducción de obras literarias no comerciales. Las pequeñas editoriales mexicanas logran sobrevivir por apoyos del gobierno, ese mismo gobierno cuyas corruptas políticas educativas han destruido la posibilidad de la lectura en el país. Están sucediendo demasiadas cosas en la literatura mexicana. Por eso el tipo de críticos y comentaristas que producen, por inercia, los grupos que llevan décadas monopolizando la cultura literaria deben ser reemplazados por nuevas comunidades ciudadanas que se hagan de la pluma y el teclado, el papel y la pantalla. La siguiente prosa literaria mexicana debe ser una prosa contra ese sistema. Esa nueva mentalidad crítica, por ejemplo, comprenderá la importancia de escribir una historia de los microcosmos personales y macrocosmos políticos de la edición independiente en México. Venga pronto una historia de la edición alterna, minoritaria, codependiente o independiente en México, que —como lo exigen los tiempos— debe ser una historia no oficializable, una historia que no sea formada por el gobierno, una historia crítica. Descance en Paz, Pepe Sordo. Larga vida al apasionado esfuerzo de hacer libros a contracorriente. L
Magali Tercero mtercero2000@yahoo.com.mx
F
ershow Escárcega es su nombre artístico. Su serie Él no Lo Mató sucede en Nezayork -así bautizó hace treinta años el municipio el escritor Emiliano Pérez Cruz, el primero en cronicar la vida en el pobladísimo Nezahualcóyotl del Estado de México- , y fue expuesta hasta el 28 de octubre en la Biblioteca Vasconcelos, como exposición internacional itinerante de Saltando muros. Convocatoria iberoamericana de proyectos fotográficos, proyecto internacional de fotografía emergente. Fernando Escárcega resultó finalista del concurso organizado desde España por la Fundación Fondo Internacional de las Artes (Fiart) y la Secretaría General Iberoamericana (Segib). Escárcega fue seleccionado para representar a México con Evelyn Karina Urias León, Yair Jaime Soria, Sebastián Arce Manrique y Lucía Liliana Castañeda Garma. Por ahora me concentraré en él porque sus temas cazan con la crónica extensa sobre Neza que estoy haciendo, pero la gran calidad de los trabajos de los cinco fotógrafos mexicanos puede verse en el catálogo electrónico subido a la página de Saltando muros (http://www. fundacionfiart.org/eventos/finalistascomienza-la-itinerancia-saltando-muros/ ). Cambiar la realidad La exposición es parte de una itinerancia por ocho museos iberoamericanos. Una de las preguntas planteadas en la convocatoria inicial es: “¿Puede cambiar una realidad a través de un proyecto de fotografía?”. Es interesante que se defina así la tendencia del arte contemporáneo a reflexionar abiertamente sobre sociedad e identidad. Él no Lo Mató (…) busca descriminalizar, a través de la fotografía y la puesta en escena, la idea de ciudad Nezahualcóyotl (…), para dar pie a una nueva forma de expresión (relacionada) directamente con la violencia, pobreza y falta de oportunidades para forjar un proceso de identidad. (En) ‘The Chingón of Fighter´ escenifico una lucha social, de poder y de género, en la que la vestimenta y el escenario definen los combates, (...) en 2012, como becario del Fonca (realizo) ‘Nezayork’, (sobre) mi proceso de identidad en el lugar que habito”, describe Escárcega después de citar un poema de Nezahualcóyotl.
Multidisciplinariedad Esta cronista conoció su obra vía Facebook. Para él, las redes sociales y la fotografía son “herramienta de diálogo y modo de vida en un mundo multidisciplinario y diverso”. Son su sellos los colores ácidos, los personajes cotidianos más barrocos y agrestes, más entrañables. Forma parte de cierto tipo actual de “docu–ficción” (como bautizó Sarah Minter, en 1986, su extraordinario filme Nadie es inocente, sobre la banda rockera Mierdas Punk). No me matan las puestas en escena de la realidad, menos en el género del documental, pero con Escárcega y Minter la calidad me calló la boca. Ambos presentan verdades de forma mucho más potente que si se limitaran al realismo. Saltando muros es un proyecto para artistas emergentes, para saltarse pasos y cortejos innecesarios a los consagrados. Solo una observación: hay varias faltas de ortografía en la descripción del artista publicada en internet y eso no se vale. Antes de terminar, citemos a los organizadores del concurso: “El proyecto quiere inscribirse en esta dinámica de elección y toma de posición frente a valores, modelos e ideas que reclaman las redes sociales y, finalmente, evaluar su capacidad de acción”. En alguna entrevista, Escárcega dijo creer en la fotografía como una forma de resistencia, concebir su trabajo como un discurso alternativo, en el que la crítica a estándares y cánones estéticos y sociales es irónica y a veces divertida. ¿Irónica? Sí, hasta el sarcasmo. ¿Ácida como sus colores? Acidísima. No olvidemos que el autor viene de una tierra salitrosa, de un llano desierto signado por las inundaciones y los remolinos, los terregales, que, cuenta la leyenda urbana, arrancaban los techos de las casitas, hechas a base de cartón pegado con chapopote o laminado, con todo y las hamacas de los bebés dormidos. Viene de un lugar que sus abuelos domaron, no totalmente porque aún existen esas viviendas precarias en las orillas del Bordo de Xochiaca, a fuerza de amor a la vida y necedad (cualidades destacadas por muchos de mis entrevistados este 2013). Neza es, en buena parte, un municipio mexiquense pavimentado, electrificado y lleno de actividades comerciales (también asolado por las “rentas” del crimen organizado de Edomex). Escárcega se hizo el loco, y me hizo perder tiempo, cuando quise entrevistarlo. ¿Pensó que iba yo de turismo sociológico? No importa: su obra es extraordinaria. (¿La edad del artista? Curioso: no la encontré por ningún lado.) L