Por: Alicia Sánchez Díaz-Hellín | Macarena Sogorb Zaragoza | Roberto Torres Belmonte
CON TAN SOLO 20 AÑOS DE VIDA LA COMUNIDAD CROSSFITERA ES LA MÁS GRANDE DE LA HISTORIA DEL DEPORTE «Para ganarme, tendrás que matarme», reza la pared en la que, más abajo, se anotan con orgullo los resultados de cada uno de los cuerpos bañados en sudor que visitan todos los días el box de Crossfit ALC. Hoy las piernas de María han llegado medio kilómetro más lejos que ayer, y sus brazos han soportado dos kilos más de peso. Ella se acerca a la pizarra, observa con satisfacción sus progresos, e inmediatamente sus niveles de dopamina –la hormona del placer– en sangre alcanzan lo escandaloso. Igual que ella, cientos de miles de personas en todo el mundo ya han hecho del Crossfit su religión.
— LA RELIGIÓN DEL CROSSFIT
E
sta modalidad de deporte nació en la América de los años 70 y se gestó en la cabeza de Greg Glassman, al que hoy ya se conoce como el Steve Jobs del fitness. Glassman, atleta secuaz, sucumbió a esa clase de fuerza sobrenatural que empuja a la mayoría de americanos en etapa universitaria a convertirse en miembros de algún equipo deportivo. Durante esos años observó que mientras la mayoría de sus compañeros buscaban la excelencia en un único ámbito, pocos eran capaces de alcanzarla en varios. Y entonces, creó la comunidad deportiva más grande de la historia: el CrossFit. El primer box –véase: lugar en el que se entrena– de CrossFit se abrió al mismo tiempo que Bill Gates enseñaba al mundo su tesoro más preciado: el sistema operativo Windows 95. Desde aquel remoto año 1995, el CrossFit –y también la tecnología– ha crecido como la espuma. Sin embargo, a España llegó tarde, como a quien miran de forma extraña el primer día, pero que al final demuestra ser más listo que los demás . En 2011 eran 15 boxes; en la actualidad ya son aproximadamente 200, entre afiliados y no afiliados.
Pero, ¿qué tiene el CrossFit? Para Miguel Borrazás, entrenador nacional de halterofilia e instructor en CrossFit ALC, la respuesta es muy sencilla: «Es el entrenamiento más efectivo para conseguir los resultados de coordinación, potencia y resistencia. Además es sumamente personalizado, y también es escalable». No obstante, la rapidez en la obtención de los resultados es uno de los reclamos más importantes de esta modalidad deportiva. «Lo más preciado de hoy en día es el tiempo. Es muy difícil que alguien tenga tres horas al día para ir al gimnasio, pero se ha comprobado que con el CrossFit sólo es necesario una hora un par de veces a la semana», señala con seguridad Borrazás. Tal y como explica Greg Glassman en el documental ‘The King of CrossFit’ (en español, ‘El rey del Crossfit), que la CBS emitió el pasado año, el CrossFit está basado en una serie de ejercicios funcionales que tienen como objetivo preparar al crossfiter de turno para cualquier situación cotidiana –o no tanto–. En palabras de Glassman: «No sabemos lo que nos espera en el futuro, pero seguro que es un reto.
En 2011 había en España 15 boxes; en la actualidad ya son aproximadamente 200, entre afiliados y no afiliados Por ello, el CrossFit está haciendo las cosas correctas, para las personas correctas y por los motivos correctos». Pese a ello, Google registra más de 240.000 resultados a la búsqueda “CrossFit muerte”. Miles de artículos en los que profesionales médicos atemorizados relatan los peligros de esta práctica, otros tantos sobre noticias de varias muertes súbitas con el CrossFit como protagonista, y unos cuantos más sobre anónimos que hacen gala de esa cualidad que tiene el ser humano de no fiarse de lo que a simple vista parece perfecto. «Como en cualquier deporte, el riesgo existe. Pero por muerte súbita fallece mucha menos gente al año que por la caída de un rayo. Los problemas físicos, tanto internos como externos, que se dan en el CrossFit suceden muy
esporádicamente, y cuando lo hacen son leves o transitorios. Hay que darle a cada problema su magnitud», alega Javier Soro, médico especialista en Medicina del Deporte y miembro del staff técnico de Crossfit ALC. Lucía Sogorb, inmersa en la galaxia CrossFit desde hace apenas medio año, considera como único inconveniente las lesiones. Por ello, cree esencial que se emplee el tiempo necesario en encontrar el coach –’entrenador’ en la lengua de Shakespeare– perfecto. «El CrossFit te convierte en un súper atleta; te descubre músculos que ni siquiera sabías que existían», confiesa entusiasmada. Si bien existen crossfiteros a los que la práctica del CrossFit no les ha afectado en su estilo de vida, otros prefieren acogerse a su metodología por entero, alimentación incluida. Entre las dietas más seguidas dentro del mundo crossfiter se encuentran la ‘Dieta de la zona’ y la ‘Dieta Paleo’. Esta última es la más extendida entre los entendidos, que se encargan de pregonar a viva voz sus beneficios. Lo cierto es que la Paleo ayuda a controlar la insulina y los niveles de hormonas de los atletas,
— LA RELIGIÓN DEL CROSSFIT
Cualquier crossfitero del mundo puede entrenar en otro box que sea el suyo si ofrece a cambio la camiseta con el nombre de su box
En las imagenes: ESTIRAMIENTOS FINALES EN UNA CLASE DE CROSSFIT EN CROSSFIT ALC | ALICIA SÁNCHEZFITSTERS
— LA RELIGIÓN DEL CROSSFIT
a través de un estilo de alimentación del que se eliminan de forma radical los alimentos procesados. Alba vive en Berlín, donde hace cuatro años descubrió el CrossFit, y es dueña junto a su hermana Belén del blog Fitsters, en el que relatan sus aventuras fitness y donde, además, comparten con sus lectores diferentes tipos de recetas Paleo. «Seguíamos la dieta de forma estricta pero tuvimos que hacer algunas modificaciones porque había cosas que no nos hacían felices. Cuando salíamos con amigos y ellos se pedían una hamburguesa, nosotras nos la teníamos que pedir sin pan», confiesa apenada. Sin embargo, Alba sabe por experiencia propia que la forma de alimentación es determinante en el mantenimiento de una buena salud: «Tengo asma, y el año en el que seguí la dieta de forma estricta no tuve ninguna crisis». Al igual que la alimentación, otra de las cosas que van asociadas al CrossFit es el sentimiento de comunidad. Cuando por razones personales Alba tuvo que abandonar su lugar de entrenamiento en Berlín sintió como si el primer amor de su vida la hubiese abandonado. Así de trágico, pero real. «Tu box de CrossFit no es como un gimnasio convencional en el que haces una rutina y te vas.
Aunque suene un poco a secta, la comunidad une muchísimo. Conoces a gente que ha pasado por lo mismo que tú y eso te convierte en uno más de la piña», comenta la creadora de Fitsters. Miguel Borrazás asegura que en Crossfit ALC no se van todos hasta que no ha acabado el último: «Además comparan sus marcas de las pizarras, hablan de sus progresos, las competiciones, las dietas, incluso de las zapatillas y complementos de deporte» Curioso cuanto menos es el ‘trueque de camisetas’: cualquier crossfitero del mundo puede entrenar en otro box que no sea el suyo si ofrece a cambio la camiseta con el nombre de su box. Los más críticos se empeñan en creer que se trata de una moda peligrosa, mientras que los devotos siguen defendiendo a capa y espada su valor. Sin embargo, la única verdad universal es que el CrossFit, tras 20 años de su nacimiento, está más fuerte que nunca. Casi tanto como sus fieles.
— OPINIÓN
En la imagen: ALBA -FITSTERSHACIENDO UN “DOUBLE UNDERS” | IMAGEN BLOG FITSTERS
Nuestro cuerpo no es un basurero Imagine que quiere ir a ver la nueva peli de “Star Wars”, tomar una caña con los amigos, ir al gimnasio, visitar a su primo, sacar a pasear al perro, comer en el nuevo restaurante que han abierto en la ciudad y mandar foto de todo ello a los siete grupos que tiene en Whatsapp. Además, desea dormir las ocho horas recomendadas y comer sano para mantener la línea. Todo ello en el poco tiempo que le han dejado las horas de trabajo y estudio. Uno de esos días en los que, por suerte, mi jornada laboral no había resultado del todo estresante pude reencontrarme con un gran amigo que había pasado un año en Polonia. Nos pusimos al día y hablamos de lo que nos esperaba el próximo curso. Entre la lista interminable de objetivos estaba, sin sorpresas, el deporte. Yo me quería apuntar al gimnasio y él quería buscar un “box” en Alicante para practicar CrossFit, deporte que había descubierto en tierras polacas. Para mí todo eso del “box”, del “Crossfit” y muchas palabras más que no recuerdo, era algo completamente nuevo, pero él sólo me contó maravillas, como si se hubiese contagiado por todo ello. La curiosidad se despertó en mí e investigué hasta que descubrí que el CrossFit es algo más que un método para ponerse en forma. Es, al fin y al cabo, un estilo de vida que une a una comunidad y cuya principal ventaja recae en su efectividad a corto plazo. No es casualidad que gran parte de los ‘crossfiteros’ que pueblan este planeta sean devotos de la “dieta paleo”: tal y como hicieran nuestros ancestros, sólo comen verdura, carne, pescado, huevos, frutos secos, semillas, aceites y hierbas; y evitan el azúcar y otros granos procesados como la harina, el trigo o el maíz. Según los “paleonívoros” se pierde peso y se gana en salud, ya que se previenen gran parte de las enfermedades que causa el estilo de vida moderno.
Alba nació en 1986, y es la mayor de las componentes del blog de “Fitsters”. Desde bien pequeña siempre ha sido una gran practicante del deporte. Pero la última y actual técnica deportiva que practica es el CrossFit. Afirma que nunca se ha encontrado tan en forma como en los casi tres años que lleva en este mundo que descubrió en Berlín, ciudad a la que se mudó por amor.
Hace unos días descubrí el blog de dos hermanas que practican CrossFit y que se hacen llamar “Fitsters”, y me puse en contacto con ellas de inmediato. Lo que me contó Alba –la mayor– me dejó anonadada: «Sigo la dieta ‘paleo’ desde hace cuatro años y sólo he estado enferma una vez». Pero, ¿cómo puede ser posible? Ante mi estupefacción, ella respondía: «Nuestro cuerpo no es un basurero, y cada vez que abrimos la boca para meternos un “Bollycao” aumentan las posibilidades de que padezcamos cáncer en el futuro». De esta forma, entendí la relación “paleocrossfitera”. Es una simbiosis: al hacer Crossfit y al alimentarse bien se consigue el ejercicio completo; no existen una cosa sin la otra. Para los ‘crossfiteros’ esa unión es la más asequible en cuanto estilo de vida a largo plazo. Pero es precisamente algo a largo plazo lo que no se busca hoy en día entre el común de los mortales. Lo queremos aquí y ahora. Ahora, tras haber descubierto todo esto y siendo plenamente consciente de mi tiempo, tan sólo pienso en el eslogan de las Fitsters: “Lamentarás no haber empezado antes”.
— ENTREVISTA
«INCLUSO CUANDO LOS CROSSFITEROS SE VAN DE VACACIONES HACEN TURISMO DE CROSSFIT» Miguel F. Borrazás, coruñés de 47 años, entrenador nacional de halterofilia y defensor del trabajo duro y la ambición, descubrió en 2007 una nueva modalidad de entrenamiento: el ‘crossfit’. Desde entonces, se dedica por entero a esta disciplina en el centro CrossFit Alc, donde prepara físicamente a decenas de personas a través de un entrenamiento personalizado: «Debo saber quién no ha dormido, quién está en período de exámenes o quién tiene alguna lesión». Aunque muchas son las acepciones que acompañan al crossfit la realidad sólo es una: ya se practica en más de 10.000 ‘boxes’ en todo el mundo. Se dice que el CrossFit es adictivo ¿por qué? Porque la gente se siente parte de un grupo que lucha por unos objetivos determinados y vienen aquí a no perder el tiempo, siendo conscientes de que es un entrenamiento muy efectivo. Otros motivo es por la pizarra del box, donde escribimos los progresos de cada crossfitero. A todo el mundo le gusta compararse, ver sus progresos y sus récords. Además el crossfit tiene uno de los índices de abandono más bajos del sector. Incluso cuando se van de vacaciones hacen turismo de crossfit, porque como se sienten tan bien practicándolo lo necesitan. ¿Cómo se crea esa pertenencia a un grupo? Funcionamos como un grupo porque aquí hay una serie de normas no escritas. Hay que tener una puntualidad, se presenta la clase y se pregunta cómo está la gente. Y luego, según la actividad que toque cada día, todo el mundo espera a que todos acaben las series que correspondan. Los que acaban antes animan al último, nunca va cada uno a su bola. Aunque los grupos no se mantienen por horarios, cuando viene alguien nuevo la labor del entrenador es presentarlo.
¿Qué otras características tienen los crossfiteros como grupo fuera del box? El propio CrossFit es un nexo de unión muy grande. Siempre comparan sus marcas de las pizarras, hablan de sus progresos, las competiciones, las dietas, incluso de las zapatillas y complementos de deporte. Además se vive una cosa que no se daba hace diez años, que es el fenómeno de las redes sociales. Ahora todo el mundo sube fotos entrenando y esa es la mejor publicidad para nosotros. Es muy raro que en tu círculo de amigos seas tú solo el que hace crossfit. El CrossFit es criticado por algunos expertos porque lleva al límite la capacidad física de la persona que lo practica, ¿es cierto? No y no hay que tener miedo a las lesiones. Cada uno tiene que coger una balanza y decidir hasta dónde quiere llegar: crossfit como entrenamiento para la salud o crossfit de competición. Lo primero que buscamos es la salud.
¿Cómo se llega a ese nivel de comunidad con unos objetivos tan individuales? Hay que entender que lo que se busca aquí más que objetivos estéticos son objetivos funcionales. El fin último es crear gente sana y funcional que sea capaz de correr, saltar, levantar y empujar en cualquier momento. Se trata de crear un hábito de vida tanto con el
¿Cree que ese crítica proviene del desconocimiento? Creo que no hacer nada sí que es perjudicial. Se trata de preparar a la población normal para que mejore sus cualidades físicas y pueda ser más independiente, sobre todo en la tercera edad. El ejercicio físico es la mejor terapia contra muchas enfermedades. Una cosa es lo que el cuerpo médico dice y otra cosa es la realidad. Nosotros somos las trincheras, el campo de batalla, pero es más difícil crear unos hábitos saludables que dar una pastilla.
entrenamiento como la alimentación.
Quizás estamos un paso por delante.