Por: Alicia Sánchez Díaz-Hellín | Macarena Sogorb Zaragoza | Roberto Torres Belmonte
CON TAN SOLO 20 AÑOS DE VIDA LA COMUNIDAD CROSSFITERA ES LA MÁS GRANDE DE LA HISTORIA DEL DEPORTE «Para ganarme, tendrás que matarme», reza la pared en la que, más abajo, se anotan con orgullo los resultados de cada uno de los cuerpos bañados en sudor que visitan todos los días el box de Crossfit ALC. Hoy las piernas de María han llegado medio kilómetro más lejos que ayer, y sus brazos han soportado dos kilos más de peso. Ella se acerca a la pizarra, observa con satisfacción sus progresos, e inmediatamente sus niveles de dopamina –la hormona del placer– en sangre alcanzan lo escandaloso. Igual que ella, cientos de miles de personas en todo el mundo ya han hecho del Crossfit su religión.