Y como los perros son parte de nuestro día a día (así tengas uno o no) es importante que su convivencia con nosotros y con el entorno sea lo más positiva posible. Durante siglos los perros han sido parte de la vida de los seres humanos, tanto así que en el presente no podemos vivir sin ellos ni ellos sin nosotros.
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La educación canina hará que tu perro sepa reaccionar mejor ante diferentes estímulos en su cotidianidad, además mejorarás el vínculo que tienes con él, corregirás conductas inapropiadas y se entenderán mucho mejor.
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Cuando tenemos un cachorro debemos saber que ellos estรกn pasando por un momento de aprentizaje sobre el nuevo mundo que estรกn conociendo y en ocaciones tienen comportamientos que podemos considerar incorrectos pero que son muy normales de esta etapa. Esto no quiere decir que no debemos educarlos, pero la educaciรณn de un perro adulto debe abordarse de forma diferente a que si es un cachorro.
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Cada perro adulto es un mundo, con sus experiencias anteriores y circunstancias particulares. Sin embargo, sin importar la raza, edad, caracterĂsticas o habilidades innatas, cualquier perro puede aprender pautas de comportamiento.
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A veces sentimos que nuestro perro no es obediente o que quiere hacernos molestar a propósito, pero la realidad es que ellos no hablan nuestro idioma y la mayoría de las veces no entienden lo que decimos. Los perros reaccionan a travéz de estímulos positivos y negativos. En esta guía recomendamos educarlos con la menor cantidad de estímulos negativos posibles (evitando agredirlos o estresarlos) así nos obedecerá porque nos respeta y no porque nos tiene miedo. Por lo tanto debemos asegurarnos de alentarlos positivamente cuando hagan algo bien.
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Una de las formas de que ellos sepan qué queremos decir es mediante nuestro tono de voz. Cuando hablamos de forma alegre ellos saben que lo que están haciendo es bueno y lo toman como un estímulo positivo. Así mismo cuando nuestro tono de voz es de reclamo ellos sabrán que lo que hacen no es correcto.
Otra forma de reforzarlos positivamente es a travéz de las caricias. Por ejemplo, si al llegar a casa mi perro me salta encima y yo lo acaricio, estamos propiciando que repita esa acción.
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Sin embargo, los perros necesitan tiempo para aprender por completo el mensaje que queremos transmitirle y esto se logra a travéz de los comandos. Estos comandos pueden ser cualquier palabra y cada uno debe estar asociado a una única acción que debemos enseñarle en varias sesiones de entrenamiento.
El estímulo positivo más efectivo es la comida, por su puestro. Por ello, en las primeras sesiones de entrenamiento, vamos a utilizarla acompañada de las caricias y un tono de voz alegre. Poco a poco, con el paso de los días, vamos a ir eliminando la comida hasta que haga la acción sólo por acatar a el comando.
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Aquí te explicamos cómo enseñarle a tu perro algunos comandos básicos para que sepa reaccionar a diferentes situaciones atendiendo a tu orden. Recuerda que debes tener mucha paciencia y hacer varias sesiones de entrenamiento a la semana para ver los resultados.
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Nombre: Cerca de ĂŠl, le mostramos un pedazo de comida para llamar su atenciĂłn y decimos su nombre. Le damos la comida y repetimos. Poco a poco vamos a ir aumentando la distancia entre nosotros y el perro, y con el tiempo ĂŠl asociarĂĄ su nombre con algo positivo y estarĂĄ atento a nosotros.
Sentado:
Colocamos un pedazo de comida encima de su cabeza para hacer que se siente y decimos el comando. Repetimos varias veces para que comprenda la orden.
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Las necesidades en su sitio:
En este punto es muy importante tener paciencia y no regañarlo si tiene un accidente. Debemos estar muy atentos en los momentos clave del día: después de comer o beber, después de jugar y después de dormir. Cuando veas las señales de que quiere ir al baño agárralo y llévalo muy rápido a su lugar. Si no lo hace, paciencia, atento y repite varias veces hasta que haga donde debe hacer. Cuando lo logre refuérzalo con un estímulo positivo.
No halar la correa: En los paseos,
cuando el perro camine demasiado rápido y hale la correa vamos a detener la marcha en seco. Cuando la afloje le damos un trocito de comida. Con el tiempo entenderá que la única forma de avanzar es no tensando la correa.
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No: Es importante decir el
comando con un tono imperativo pero sin gritar. Debemos practicarlo diariamente, y cuando el perro tenga una conducta inapropiada debe asociarlos con la no aparición de premios. También debemos ignorarlo y hablarle con un tono de disgusto.
Quieto: Con el perro sentado, colocamos la palma de
la mano adelante de él, diremos el comando y nos iremos moviendo al rededor suyo. Si se levanta o se gira debemos darle la orden de sentado de nuevo en la misma posición que tenía inicialmente. Desués de unos segundos felicitaremos y daremos un premio. Repetimos varias veces y a medida que vaya comprendiendo el ejercicio vamos a ir aumentando la distancia, siempre recordando que para darle el premio debems nosotros ir hacia él y no al revéz.
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Es importante educar a nuestro perro con amor y paciencia, y hay que entender que cada perro es diferente y tiene sus propios ritmos. Si tu perro presenta algún comportamiento que no sepas cómo manejar consulta con un profesional que siempre sabrá cuál es la forma más sana de afrontar las distintas situaciones.
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