CARMEN ÁLVAREZ
Sociedad Limitada
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Datos de la autora: Carmen Álvarez: Nace en Palencia donde ha transcurrido gran parte de su vida. Ha realizado numerosas lecturas poéticas en Castilla y León, País Vasco, así como en Aveiro (Portugal, y en Madrid, en la Casa de Ávila y en la Tertulia Café de Oriente. Publicaciones: • Diversas publicaciones conjuntas del Grupo Poético Astrolabio, al que perteneció hasta su disolución, entre ellas los libros “Avalón”, 1992, y “Espacio Colectivo”, 1997, Editorial Endymión, y en solitario, la plaquette “Caminos”. • “No todo es metáfora”, 1999, Editorial Torremozas. • “Manantial”, 2001, editado por la Academia Castellano Leonesa de la Poesía, en el que participa junto con otros tres poetas del Grupo Sarmiento con el poemario “A pie de vida”. • “Campo de Sal”, 2004 Colección Rocamador. • Diversas publicaciones en revistas literarias del País Vasco y Castilla y León. Premios: • 2º premio de Narrativa en el Concurso Estatal de Artes Plásticas para funcionarios, (Cádiz, 1989). • 1º Certamen del Día de la Mujer Trabajadora, (Palencia, 1991). • Premio “Sarmiento”, (Valladolid, 1997). • Premio “Justo Alejo”, (Valladolid, 1999) • Botijo de Plata en las Justas Poéticas de la ciudad de Dueñas, 1999. • 2º Premio de Poesía en el X Concurso Estatal de Artes Plásticas para Funcionarios, (Estepona, 2005) • 2º Premio de Poesía en el 2º Premio de Poesía en el X Concurso Estatal de Artes Plásticas para Funcionarios, (Oviedo, 2010)
CARMEN ÁLVAREZ
Sociedad Limitada Selección e ilustración portada de la autora. Prólogo de Blanca Sarasúa
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Idea, diseño y dirección: Julián Alonso © los autores Imprime: Edición virtual de “Cero a la Izquierda” Ilustración de Carmen Álvarez Depósito legal:
A MODO DE PRÓLOGO “Pero a veces sucede / que hay más horizonte tras la mirada, / y otra tierra fértil nos espera”. De acuerdo, Carmen. Estoy aquí, ante unos poemas con carné de identidad, que hablan por sí mismos. Irrebatibles. Breves y concisos, como pienso que tiene que ser un poema. Sus imágenes sin capa, mostrándose desnudas, sin nada que ocultar. Se agradece esa sinceridad, esa falta de oropeles que sólo distraen, esa llaneza que recuerda al horizonte tan lejano de Castilla, a la fuerza de sus páramos, a esos árboles solitarios que de vez en cuando surgen plantándole cara a la soledad y desde la carretera consiguen que les veamos con simpatía, porque siguen ahí contra todo pronóstico. Como la poesía, que enseña ingenua sus garras ante esa sociedad que no mira donde pisa. Pero empecemos el viaje. “Si al nacer, / con el llanto / sacamos la entrada / en este mundo, / ¿qué pasa luego / que no hay aforo?”. A esta idea, Carmen, habría que ponerle marco y colgarla de la pared más cercana. “No pertenezco / al nombre que me llama /… Hurgo en mí, / terreno donde aún / está por hacer la faena, / con mis propios aperos de labranza”. Eso, hay mucha gente que no lo entiende, sólo se adornan por fuera para aparentar lo que no son. Esa lucha dentro del poema, como ese árbol solitario desafiando al páramo. Ésa, sí merece la pena. En otra situación distinta, me recuerda a la idea de Einstein cuando ironiza, “Los que dicen que es imposible, que dejen de molestar a los que están haciendo”. Y Carmen llega a una magnífica deducción: “Hay que ganarse los buenos epitafios”. Caray! Me dan ganas de parar la marcha ante esta verdad que barre todas las señales de la carretera. Realmente, ganarse un epitafio que merezca la pena qué pocos lo consiguen. Y lo dejo en un rincón de mi memoria, [3]
no vaya a ser que me la pegue antes de conseguir un epitafio decente. Continuamos. “Anoche amaneció, / tuvo tu amor el tacto de la rosa”. Paro el coche, porque después de esta idea necesito hablar un rato con las amapolas que surgen con humildad a los pies del trigo. Y son mucho más que el trigo. No digamos el tacto de la rosa. De nuevo el motor en marcha. Contradictoria como es una, me emociona ese crucifijo abandonado “asumiendo que después de tanto padrenuestro / no es éste tu reino… nos hemos comido los peces / sin escuchar tu palabra… Es el destino, Señor, / donde fue tu palabra / canta tu salmo seco”. Y sigo buscando el riego de sus imágenes sobre el páramo escueto, reduciendo la velocidad para no pegármela. En su poema “Regresé”: “Dónde estuve no importa. / Nada traje de allí salvo a mí misma”, tremenda deducción pero cierta, me recuerda al impagable Unamuno cuando nos confía esta idea, “y Sancho, al dejar la ínsula, supo quién era”. Aprendemos de las equivocaciones. Y Unamuno se introduce de nuevo en nuestra charla: “Como yo, fundamentalmente no soy más que palabras, el no hablar es morir, y francamente, a morir no estoy dispuesto”. “Disecarán al último poeta, / y lo pondrán cual momia en un museo”, vaticinó Amado Nervo. Pues no. No acertó, por mucho que algunos lo piensen. Esta “Sociedad Limitada” de Carmen Álvarez, porque el mundo en el que vive no le gusta – ya somos dos-, encontrará personas que quieran entrar en ella, porque van a comprender su profundidad, su espíritu crítico, su exquisito cuidado en la búsqueda de las palabras, su quejido y su alegría. Desde luego, quien se merezca un buen epitafio, creedme, no se lo va a perder. Al tiempo. Blanca Sarasua
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Carmen Álvarez
DICEN
Dicen que en general, somos felices como si hablaran de síntomas, y apostillan: Ustedes viven bien, -nos tratan de usted, como si fuésemos importantes-: Viajan, visten, se divierten, gozan de la libertad y la salud que desearon siempre aquellos que les precedieron. Ustedes son felices, -dicencomo si eso bastara. Pero a veces sucede que hay más horizonte tras la mirada, y otra tierra fértil nos espera. Aunque tengan razón, y seamos felices como dicen, a veces, eso sólo no basta.
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Sociedad Limitada
OTRA POESÍA …Existe poesía por vicio, porque es una manera que tienen unos pocos de vivir su declive. Carlos Marzal
Llegado a este punto creo cierto que hay poemas vacíos de palabras y poetas que del diccionario, borraron los significados y escriben tan sólo bella caligrafía. Es tan necesario conocerlos como saber dónde se abre el precipicio. Pero al fin ellos viven del arduo trabajo de tallarse en balde un sitial preferente en el parnaso, de ponerle precio al aire y repetir con saña lo que valen. Y esa es su vida: pura metáfora de lo que codiciaron.
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A los que piensan que valen sólo por su nombre. A los que avalan su ser con palabras en el aire que ni el aire escucha. A los que lloran sin llanto en el corazón y ofrecen la garra escondida en el guante. A vosotros, sí, que pedís avales para no dar nada, os digo: seguid vuestro camino, y recitad vuestra rapsodia, que yo seguiré hablando de otras cosas.
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Que no entre en la batalla quien sucumba ante el rencor pequeño de las humillaciones. Raquel Lanseros
He sucumbido. Nunca más la batalla será mía ni tocaré jamás arma alguna. La humillación está en el corazón de aquellos que sólo hieren. Los que presentamos batalla, los que somos convocados a jurar en Santa Gadea, despojados de bienes y allegados partimos con los ojos limpios y sin nada en las manos. No todos pueden decir lo mismo.
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FALTA DE AFORO Si al nacer, con el llanto sacamos la entrada en este mundo, ¿qué pasa luego que no hay aforo?
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TU SOMBRA Tu sombra es mรกs l a r g a que tu figura. Y tu sombra no es nada.
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INCAPACES Ya no espero. No sé en qué punto de mis días te quedaste, ni siquiera si fui yo quien se apeó de tu existencia. Pero andamos sin mirarnos como los maniquís de ese escaparate, con los pies anclados y la postura conveniente, vestidos a la moda y conjuntados, pero incapaces de volver el cuello y echarnos una mirada complacida.
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Sociedad Limitada
No pertenezco al nombre que me llama ni al adusto gesto con que se rompen las amarras. No vuelvo donde estuve ni voy donde me señalan. Hurgo en mí, terreno donde aún está por hacer la faena, con mis propios aperos de labranza. Utilizo el mar como cuna para mis ojos y las cumbres para dar altura a mis sueños más nuevos. Y, sin embargo, reconozco que no soy ni estoy, que entre mis manos la nada es el bien más preciado la materia con la que todo es posible.
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USTED Usted construyó un mundo reducido a la exacta dimensión de sus deseos y calladamente, recortó los mapas domiciliares para ampliar horizontes puertas afuera. Usted creía que estar cerca de aquellos que miraban desde lo alto concedía altura a su mirada. Pero usted, el hombre cabal que se negaba a sí mismo por no manchar su linaje, se quedó con el papel de plata que envuelve la chocolatina. Le doy la enhorabuena, logró su objetivo. Hoy está en el reducido mundo de la memoria, a la altura de sus expectativas.
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Cuantos recuerden tus hazañas ensalzarán tu nombre. Pero aquellos que conocen la oscuridad de tus mazmorras, la sinrazón de tus leyes, la dureza que se esconde tras tu mano tendida, esos enmudecieron hace tiempo y ya nunca volverán a pronunciarlo. Hay que ganarse los buenos epitafios.
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LÚXOR Mientras en Lúxor se estrena la noche una luz de milenios ha enraizado en la arena y brota como papiro de piedra tallando el atrio contra el cielo. Mis ojos tienen hoy siglos de deseo en las pupilas, lapislázuli por cielo a mediodía y un brillo de jade que reverdece las palmeras. Cantan como entonces los mirlos y el sésamo perfuma lo que antaño aromó el incienso. No hay barca que haya cruzado esta eternidad esplendorosa y sin embargo, en esta faluya he cruzado todo el tiempo del mundo.
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HOY Hoy es un día importante. Un día que crea calendario. Hoy soy yo de nuevo. Que nadie venga a limar mi voz, que hoy canta.
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Como un largo recuerdo frente al mar, como un número exacto a las afueras de la luz, tus ojos destilan ¡oh sabroso maná!, estrellas y silencios.
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TU – YO Tú manejas la palabra, yo el silencio. Tú traficas con los otros, yo trabajo. Tú te vendes bien, yo casi no sé ni regalarme. Tú te sientes real, yo no sé si lo soy. Tú no aspiras a más, yo quiero cuanto no tuve. No sé si alguna vez acompasaremos la vida.
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ANOCHE AMANECIĂ“ Anoche amaneciĂł. tuvo tu amor el tacto de la rosa, la sed del agua, el fuego de un incendio. Anoche fue la luz, la sola luz ante mis ojos y el mundo tuvo piel en tu piel y risa en mi llanto.
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A UN CRUCIFIJO ABANDONADO En silencio, como asumiendo que después de tanto padrenuestro no es este tu reino, que como los que estaban contigo en la montaña aquella tarde, nos hemos comido los peces sin escuchar tu palabra, estamos aquí, Señor: Tú en la cruz clavado, yo a tus pies, en el suelo. Tú con los ojos abiertos, yo con los míos ciegos, con las manos descarnadas como tú, pero sin hierro. Es el destino, Señor, donde fue tu palabra canta su salmo seco un zureo constante de palomas ajenas a nuestro destierro, pero siempre es lo mismo, mi Dios, mientras Tú por tu palabra mueres, yo con mi palabra brego.
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HE VUELTO A SALIR He vuelto a salir, amor he recorrido el surco de la tarde ajeno hoy a tu paso, y he descubierto que la ciudad está cansada, que son largas las calles, inmensamente largas y sombrías. Atronador, sin tregua, el eco de tu voz va y viene sobre el asfalto. Ha llovido, amor. Llueven gotas de vacío sobre el techo del mundo. Mis pasos, como el frío, buscan cobijo bajo los soportales. Pero no hay sitio fuera de ti ni el tiempo, antes indulgente, hoy perdona.
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Carmen Álvarez
MUNDO El tiempo es más lento esta tarde la luz, más leve. El mundo se ha dormido en mi regazo y siento paz. Tú eres el mundo. He posado mi mano sobre tu respiración tranquila y se ha vuelto clavel sobre tu pecho. Duerme amor, cuando despiertes la tarde se habrá ido lejos. Duerme
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Sociedad Limitada
REGRESÉ Regresé por una senda cubierta de espinos mientras atardecía un día cualquiera. Regresé como quien viene de su propio exilio, dolorida y vacía, con el paso quedo, los ojos cansados, las manos deshabitadas de caricias. Dónde estuve no importa. Nada traje de allí salvo a mí misma. Bastante es haber sobrevivido.
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Carmen Álvarez
LLUVIA DE ABRIL Una tiene un corazón que poner a resguardo de esta lluvia de abril fina como alfileres. Una tiene que esquivar sus lanzas, ponerse bajo los soportales del saber que esto es así, que de nada vale soñarlo, ni echar cuentas de lo que queda pendiente. Ni siquiera escribir de nuevo el cuento sirve como escudo. Al fin y al cabo, un corazón a la intemperie se acatarra, sufre arañazos y siempre, siempre, acaba sangrando
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SOCIEDAD LIMITADA, de Carmen Álvarez, se editó de manera virtual en junio de 2018, como número 33 de la colección “CUATRO CANTONES”, colección de mini antologías de poetas palentinos, dirigida por Julián Alonso y editada por “Cero a la Izquierda”. Cuaderno número 12 de la edición virtual
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Títulos publicados: 1.- Tocad su corazón José María Fernández Nieto 2.- Árbol del paraíso Juan José Cuadros 3.- Una palabra menos Felipe Boso 4.- ¿Estás contenta? Cres Sanz Ruipérez 5.- In memoriam Santiago Amón 6.- Versos ocultos Juan Manuel Díaz-Caneja 7.- Paraíso y exilio Jesús Alonso Burgos 8.- Memorias y reincidencias Javier Villán 9.- Fechas retenidas Marcelino García Velasco 10.- Casi una vida - Versos e imágenes Antonio L. Bouza 11- Pasos contados Manuel Carrión Gútiez 12.- Cierta cantidad de silencio Joaquín Galán 13.- Campo a través Fernando Zamora 14.- Sonetos Gabino-Alejandro Carriedo 15.- Ecos del alma Carlos Urueña González 16.- Aire de un tiempo moderadamente vivo Manuel de la Puebla 17.- Palabra o claridad Manuel Bores Treceño 18.- De acá para allá Jesús Aparicio 19.- De niños. Poemas Esperanza Ortega
20.- Como un lento veneno Julián Alonso 21.- Exilio César Muñoz Arconada 22.- Señas de identidad Mariano Íñigo 23.- Micropoemas Ajo 24.- La voluntad del paso Julia Gallo Sanz 25.- Itinerarios Victorino Martínez 26.- En cuatro idiomas Gregorio San Juan 27.- Mientras dure la nieve Amalia Iglesias Serna 28.- Naturaleza accidental Jesús López Santamaría 29.- El desorden del aire Elpidio Ruiz Herrero 30.- Un poco de mi ausencia Pedro Quintanilla Buey 31.- Treciembre Andrés Quintanilla Buey 32.- Larga madeja de caminos Roque Nieto Peña 33.- Sociedad Limitada Carmen Álvarez
PALENCIA