ELENA GUTIÉRREZ
De sueños y de ángeles
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Datos de la autora: Elena Gutiérrez nace en Palencia. Perteneció al grupo cultural palentino, “Astrolabio”, en el que fluyeron intercambios de conversación y poesía durante diez años, hasta su disolución. Ha participado en publicaciones literarias donde han ocupado un lugar sus textos: — Libro editado por el Ayuntamiento de Palencia, en Homenaje al “Día de la Mujer”, titulado “Tanto que decir”, año 2008. — Libro editado por el Ayuntamiento de Palencia, en Homenaje al poeta palentino José María Fernández Nieto, titulado “Rebotica”, publicado en el año 2010. — Libro editado por Forcal, en su proyecto “Soñando Futuros”, dedicado a la ciudad de Palencia y titulado “Tiempo Aprehendido” publicado en el año 2011. — Libro editado por la editorial Endymion, participando con otros poetas del grupo Astrolabio. — Libro editado por la Excma. Diputación Provincial de Palencia, en el que se incluyen poetas palentinos nacidos en el siglo XX, titulado “Palencia. Palabra y luz, publicado en el año 2013. — Publicación de plaquettes, cuadernillos de poemas, titulados: ”El cabello del Viento”, “Por un Sendero me iré” y “Cuarteto de Otoño”(este último en colaboración con otros autores). — Participación en el libro patrocinado por el BBVA, en su parte dedicada a “Poesía de los Pájaros”, año 2013. — Autopublicación de la novela titulada “Llegó en la luz” 2016 Ha obtenido el premio “Ciudad de Palencia” y el Premio “Jorge Guillén”, este último otorgado por Los Viernes del Sarmiento, asociación cultural que goza de un reconocido prestigio en la ciudad de Valladolid. Ambos premios en el género literario de poesía.
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De sueños y de ángeles Selección de la autora Prólogo de Conchi Gordón
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Idea, diseño y dirección: Julián Alonso © los/as autores/as Imprime: Edición virtual de “Cero a la Izquierda” Fotomontaje de cubierta: Antonio Mora. Depósito legal:
Elena Gutiérrez
LOS VERSOS DE ELENA Los poemas de Elena Gutiérrez no son una obra cerrada, sino que hace posible que el lector cree infinitos significados. Capaces de transmitir los sentimientos más profundos, sus versos engendran belleza, transpiran sutilezas delicadas y profundas. Logra en su poesía, reflejar literariamente la realidad del estilo de éstos últimos años, a la vez que, hábilmente, las circunstancias diarias de hoy mediante el verso libre. Poemas llenos de gestos, artificios que juegan con el lenguaje de sus versos para “tejer” una red que atrapa al lector: muestra, oculta, sorprende y con sus matices y tonos describe los sentimientos y vaivenes que producen el dolor y el amor. Una poetisa que con su palabra justifica la existencia del ser humano, las emociones cotidianas y transcendentales. Escribe sobre lo divino y lo humano, lo que conoce y desconoce, de lo pequeño y de lo humilde. El misterio circunda las palabras que son indumentaria y desnudez para los versos. “De sueños y de ángeles”, es una invitación a un viaje por lugares a los que no es posible conseguir un pasaje. Un viaje del que no conocemos imágenes, porque sólo habrán de ser posibles cuando estén nuestros ojos cerrados. En el mundo de los sueños todo es posible. El reino que espera descubrir sus enigmas cuando lo visitamos, despojado de nuestro cuerpo tangible, es el mundo onírico. Poetisa dotada de una asombrosa y gran capacidad de expresión, con una riqueza de imágenes que utiliza magníficamente. Elena Gutiérrez, indaga cuando está en “éste lado”, preguntándose por la existencia o inexistencia de “otros lados”
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y seres. Presenta en éstos poemas sus incertidumbres y sus certezas. Elena, tiene la necesidad de explicarse y explicar con una gran intensidad en sus metáforas. Es una poetisa de la honestidad y del compromiso, también comprometida en lo social con su narrativa. Es la conciencia del SER y del ESTAR con una sensibilidad única, generadora de nuevas ideas y acciones. Poeta de la palabra encontrada, fantasía y realidad mezclada al unísono. El enigma del ser humano y del dolor que plasma todo su mundo. CONCHI GORDON
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Apágale la luz a tu mirada. Intenta desdoblar tu imagen de tenerte de la que tú contemplas más allá de la noche. Seguramente seas, entonces, de los sueños, y tu historia, también, la de tus sombras.
Aunque creas en una enredadera donde respirar hondo no descuides los sueños; pasar por sus ciudades puede ser un ingenio de los traviesos duendes que habitan en la noche.
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Aún eres un ángel? No habitas en un cuerpo y en el vacío vagas. Transcurres por el vacío de la nada. La nada. El principio y el fin para que tú te nombres. Para que nombres uno a uno todos los escenarios que han de darle refugio a tu existencia. Mas has de ser muy pulcro. Cuando al amor le des en todo lo que amas un germen de camino para empezar de nuevo, nada de lo que asignes a la merced del pálpito del aire será eterno.
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Queda sin alumbrar los aledaños grises de tu casa. Más no ignores el beso. Los besos nunca vuelven al instante oportuno donde una primavera te esperan. Sin embargo un rincón siempre puede anhelarse y que otras manos lleguen a asignarle la luz que al cruzar por tu vida te dejaste olvidada.
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Cambia la luz. Te quedas ciego. Sin posibilidad de vislumbrar clarividencias, incapaces de renacer en ti, en la infértil verdad de tu locura. Emancipado de tus sombras, subir y descender a la velocidad del vértigo, que tampoco comprende el zig –zag del abismo y pierde en intervalos la coherencia estable de sus límites. Aunque cambie la luz, escala la nostalgia donde la almidonada paz de una vía olvidada te preste sus maletas. Porque viajas desnudo
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y al tornar a la vida en la que te contienes quizás vuelva el pudor cuando a solas te escuches siendo tan sólo TÚ.
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Como una trasparencia inherente a las aguas, se adhieren a las piedras; al canto sin amor de las cigarras y al amor de los sueños. Cuando aún no han llegado a pasear las mentes que ajenas a su tiempo se dejan transcurrir. Los ángeles desnudos se desatan mientras indescifrables sombras de mortales se les desaparecen en su esencia sin alma. Vagan hacia lugares de inconcreta apariencia donde tal vez se inviten a embeberse de luz.
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Crees en ti y tu sueño es un viajero anónimo cruzando por la vida; En tu sueño la angustia es lo que duele. Te han abierto en canal y te desangras. Quieres seguir viviendo y hay manos abrazando pero aquí, en este lado, ni un pequeño rasguño se demanda. Ni tan siquiera ves en qué ser te has unido, engendrándote solo, sin palabras. Resucitar es eso, venirte de este lado,
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donde campeas documentado y con espejos. Habrás de entristecerte antes de regresar, haciéndote senderos de nostalgia, cuando entres en tu cuerpo, como un cáliz de luz, en la mañana.
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Guerreros de la luz los ángeles estaban cuando la luna era sin su nombre de luna, y era ausencia de ti y el hueco de nosotros un vagabundo mendigando abrigo sobre destellos del crepúsculo era.
Detente en el silencio. Igual que la gaviota al filo de la ola o el suspiro de un duende cerrando las bisagras, que habitan en tu sueño, de una historia.
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Dónde estaban los sueños antes de descender; cuando aún no eras nadie ni nadie te nombraba; cuando el sexo no era un obstáculo inútil y a solas las respuestas vagaban en silencios. Dónde estaban los sueños cuando aún no eras hombre y millones de historias, ajenas a tu nostalgia erecta, se asomaban. O es quizás que los sueños anidaban entonces e hiciste en tu existencia de ellos tu patrimonio; Como Dios es a veces patrimonio de pocos y en aras de otra era, cuando vivir le cambie
Elena GutiĂŠrrez
los desmanes al gesto de sus dudas, el tiempo le coloque un todopoderoso al resto de los hombres.
Hasta la sutileza de un tren imaginario subimos nuestros pies para escribir el dĂa. Como a la fragua suben, modelando su estampa, los inviernos. O se llega la noche hasta tus ojos que ignoran su existencia antes de la llegada de una estrella.
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Dónde estarán los sueños antes de descender, cuando te realojas en tu vida diaria y aún no sabes quién eres a pesar de los años. Cuando lloras sin ver y crees que has dejado todas las consistencias que tu cuerpo te da sin que sepas cuál es el nombre de tus huesos. Dónde estará tu sueño de lograrte creer si insatisfecho sigues incierto de segundos y en un segundo yaces a la intemperie de la noche.
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Los sueños deben ser un lugar sin palabras,. una esquina de nadie que en ti buscan refugio; una nave de nubes cuando el desierto existe y el mar y las fronteras, y existe una herradura sobre un suelo empeñado en herirte si osas caminarte descalzo. Los sueños han de ser y tú ni tan siquiera te pretendes. Donde antes existían pensamientos la lascivia converge igual que el desenfreno donde sabes te abocas sin que nunca lo nombres; donde te sientes luna
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compartiéndote, y entonces tal vez seas una luna de sueños y el principio de ti sea a la vez tu fin; cuando la mente está fuera de tu control, sin tenerte que huir por miedo a la DERROTA..
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En blanco y negro. Sé que los sueños son en blanco y negro. Y no presumes nunca de haber adivinado la sutileza de un matiz, porque son los matices también un sentimiento cuando a solas te huyes convergiendo la noche con tu alma; y es el alma la clave de tu esencia aunque sólo te alojes en su nombre para intentar decir lo que queda de ti, ya sin tu cuerpo. Y te avecinas cerca de unos pasos en los que reconoces
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una extraña simbiosis a pesar de estar lejos de saber sus espacios. Porque nunca comprendes donde estás, sólo tienes un eco imaginario y vuelves a reír; sólo tienes un sendero de ida y una duda.... Tal vez si no regresas podrías inventarte y el límite estaría detrás de alguna luna.
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Estaba alto. Se ha acercado. Ha rozado un minuto final que ya no será el último. Alrededor de mí curiosea un segundo antes de seguir ruta sobre el resto del aire. Tan alta como el rayo quizás esté la estancia en la que habite absorta la fe de un pensamiento. O la esencia de un ser que amaba la dulzura mientras fue residente, igual que tú, de un cuerpo.
De sueños y de ángeles
Estar en este lado igual que está la luz amenizando un muro y sus helechos, que crecen sin saber lo que detrás espera; ausentes del jardín y de la casa, del cuidado de un sueño que después de millones y varada una cita desliza su silueta y es sólo un sueño más. Estar en este lado resignado a tenerte sin que nunca tu rostro de frente te converse ni puedas observar cómo caminas cuando en la tarde dejas, como el sol sus estelas sobre el agua, tus huellas al pasar.
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Se han ido los lugares y a tientas imagino desvanes invadiendo sus recuerdos con la corpórea realidad de nuestra forma. Absurdo es adornar de apellidos las sombras cuando a ciegas sabemos que tan sólo es el sueño un viejo vagabundo abriendo con sus llaves, cuando amanece el día, de nuevo la mirada. Reinventamos entonces millones de trayectos donde empezar a andar del otro lado al que en la claridad llamamos vida.
“DE SUEÑOS Y DE ÁNGELES”, de Elena Gutiérrez, se editó en mayo de 2020 como número 18 de la edición virtual de “CUATRO CANTONES”, colección de mini antologías de poetas palentinos, dirigida por Julián Alonso y editada por “Cero a la Izquierda”.
Títulos publicados: 1.- Tocad su corazón José María Fernández Nieto 2.- Árbol del paraíso Juan José Cuadros 3.- Una palabra menos Felipe Boso 4.- ¿Estás contenta? Cres Sanz Ruipérez 5.- In memoriam Santiago Amón 6.- Versos ocultos Juan Manuel Díaz-Caneja 7.- Paraíso y exilio Jesús Alonso Burgos 8.- Memorias y reincidencias Javier Villán 9.- Fechas retenidas Marcelino García Velasco 10.- Casi una vida - Versos e imágenes Antonio L. Bouza 11- Pasos contados Manuel Carrión Gútiez 12.- Cierta cantidad de silencio Joaquín Galán 13.- Campo a través Fernando Zamora 14.- Sonetos Gabino-Alejandro Carriedo 15.- Ecos del alma Carlos Urueña González 16.- Aire de un tiempo moderadamente vivo Manuel de la Puebla 17.- Palabra o claridad Manuel Bores Treceño 18.- De acá para allá Jesús Aparicio 19.- De niños. Poemas Esperanza Ortega
20.- Como un lento veneno Julián Alonso 21.- Exilio César Muñoz Arconada 22.- Señas de identidad Mariano Íñigo 23.- Micropoemas Ajo 24.- El desorden del aire Elpidio Ruiz Herrero 25.- Itinerarios Victorino Martínez 26.- En cuatro idiomas Gregorio San Juan 27.- La voluntad del paso Julia Gallo Sanz 28.- Naturaleza Accidental Jesús López Santamaría 29.- Treciembre Andrés Quintanilla Buey 30.- Un poco de mi ausencia Pedro Quintanilla Buey 31.-Paco Vighi, el ingeniero poeta Francisco Vighi 07 V.- Mientras dure la nieve Amalia Iglesias Serna 10 V.- Larga madeja de caminos Roque Nieto Peña 12 V.- Sociedad Limitada Carmen Álvarez 13 V - Cuando cierras los ojos Sari Fernández Perandones 14 V - Desde el Saloncillo Enriqueta Palacios 15 V - El chico del rincón Gregorio Antolín 16 V - El corazón de la palabra Conchi Gordón 17 V.- Gracias, sombra Jacob Iglesias 18 V.- De sueños y de ángeles Elena Gutiérrez