ENRIQUETA PALACIOS
Desde el saloncillo
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Datos de la autora: Enriqueta Palacios, nace en Palencia. No tiene una obra poética extensa publicada. Pero eso no importa porque no siempre lo bueno viene de la mano de lo mucho. “Otoño íntimo”, de 1980; “Coplas de Amor y Desamor”, y “Cadencia rota”, ambas de 1982; “Guardo tu caracola”, con el que obtuvo el premio Jorge Manrique en 1992. Al año siguiente, retoma la continuidad de las coplas con el libro “Coplas del Vivir cotidiano”, tras un paréntesis de diez años, y tan es así, que incluso sigue la numeración como si esos años no hubieran existido. No podemos olvidar la labor de promoción de la poesía palentina que la autora realizó desde su “Saloncillo de las Cuatro Estaciones”. Durante más de veinticinco años, Enriqueta abrió su casa a cuantos poetas quisieron compartir allí sus versos una vez al mes. Por allí pasamos muchos, siempre agradecidos y siempre extraordinariamente bien acogidos. De aquellas tertulias nacieron dos libros: “Veinte Otoños” en 2006, y “Estaciones de Plata” en 2011, con los que se conmemoraron los 20 y 25 años de las tertulias, y en los que Enriqueta comparte sus poemas con los que en aquellos momentos participaban en su tertulia. Hoy, ya alejada del mundo literario, sigue escribiendo, como muestra su poema inédito. Además, sigue disfrutando de lecturas y amigos y mirando más allá de los muros que se levantan delante de los ojos.
ENRIQUETA PALACIOS
Desde el Saloncillo Selección de Carmen Álvarez Prólogo de Luis Antonio Gutiérrez
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Idea, diseño y dirección: Julián Alonso © los autores Imprime: Edición virtual de “Cero a la Izquierda” Ilustración de portada de Josefa Lozano Depósito legal:
PRÓLOGO – PRESENTACIÓN “¿Sabéis cómo se llama la Amistad/ o cómo se apellida la Dulzura/ y cómo firmaría la Ternura / o cuál es el sinónimo de Paz, / de ilusión y de entrega, lo sabéis? / Delicada en el trato y es poeta…/ Por supuesto que os hablo de Enriqueta / que construyó los versos que leeréis,” Sirva este introito para presentar a Enriqueta Palacios, a quien se dedica esta nueva entrega de Cuatro Cantones. Enriqueta Palacios es una mujer castellana, palentina, dilatada en edad y fructificadora de versos humanos y sencillos pero elocuentes; de los “de andar por casa y por la vida” que ella define así: “Vivir es respirar y saturarse / de oxígenos, de luz, de verde. / Vivir es como abrirse las entrañas / y dejar que se llenen de infinito. / Vivir es ofrecerse y embriagarse. / Vivir es contagiar a quien nos mira. / Vivir es plenitud, vivir es ansia…/ Vivir es un caudal que engendra vida.” Y en ese y transcurrir y versificar la vida Enriqueta Palacios no se conforma con escribir sus sentimientos y experiencias cotidianas, expresar sus inquietudes: Enriqueta adquiere la categoría de “mecenas de la Poesía” y abre las puertas de su casa para convocar a lo más granado de los poetas de la tierra y organizar las Tertulias del Saloncillo de las Cuatro Estaciones”, que han permanecido más de veinticinco años, que sirvieron de germen y mantel de las vivencias compartidas para degustar los manjares que cada cual aportó de sus musas. Su obra poética ha visto la luz en ocho publicaciones además de cuatro libros conjuntos de los participantes de las citadas Tertulias. En el titulado OTOÑO ÍNTIMO (1980) Enriqueta [3]
funde en sus páginas tres temas primordiales, la tierra, los hijos y el amor, plasmando con palabras expresivas lo que los demás sentimos en la hondura del alma pero no somos capaces de expresar. “Tú eres, amado mío,/ como el mar ondulante de las mieses/ que se doran al sol del mediodía…/. En muchas ocasiones se identifica con el paisaje y los escenarios naturales : “Yo te quiero, Castilla, como eres: / áspera, agreste, austera, llana. /Te siento en los resquicios de mi vida. / Yo soy parte de ti, soy de tu casta.” O se vuelve tierna hablándole a un hijo: “Miro tu rostro, faz de adolescente/ Salpicado de granos. / Ya no eres César el que me robaba/ las horas de mis días…/. O confiesa su sentimiento más íntimo: “Amor, si o me escuchas…Amor, si no me miras…Amor, si no me amas…” COPLAS DE AMOR Y DESAMOR, es, según Nicomedes Sanz y Ruiz de la Peña, un pequeño gran libro, de poemas minúsculos escritos con donaire, con dolor y regocijo del alma, que tiene como fondo de algunas la amargura por el amor perdido, acaso truncado por la muerte: “En el amor y en la vida he llegado a comprender/ que es mucho menos feliz / el que se deja querer/”. “Conté las piedras que había / hasta llegar a tu casa. / De cada tres quité dos / para acortar la distancia / ”. De CADENCIA ROTA (1983) dice José Hierro en el prólogo: “Enriqueta nos introduce en la vida y nos da la sensación de haber conectado con un ser vivo que nos cuenta sus sueños y sus esperanzas. En su mundo hay tres claves: el amor, el tiempo y Castilla, una vez más, reflejados, por ejemplo, en dos magníficos sonetos titulados “Afinidad” y “Desprecio”. Con GUARDO TU CARACOLA (1992) obtuvo el premio “Jorge Manrique” y continua siendo una lírica ofrenda a los temas que más la apasionan: “Conocer la llanura, / sentir miedo, / ¿Acaso están mis ojos avezados / a soportar el sol de la meseta?.../ Pero un día te dije / si me faltas / recorreré los páramos y oteros / por donde tus abuelos / dejaron el sudor de cada día.”. La obra poética de la autora se completa con los títulos TRÍPTICO DE NAVIDAD, HUMANA NAVIDAD, COPLAS DEL VIVIR COTIDIANO Y MI PENÚLTIMA CARTA. En la presente publicación figuran además los poemas incluidos en las obras conjuntas VEINTE OTOÑOS (2006) y ESTACIONES DE PLATA (2011) y finaliza con un poema inédito, cerrando de esta forma una parte representativa e importante de esta poeta palentina. Luis Antonio Gutiérrez
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Enriqueta Palacios
CASTILLA
… Y SERÉIS DOS EN UNA SOLA CARNE Tú eres, amado mío, como el mar ondulante de las mieses que se doran al sol de mediodía. Como agreste ladera del otero áspera y escarpada. Como frescor sedante de plantío regado por arroyos… Eres el pan, la lucha y el descanso. Tú lo eres todo. yo soy como la sombra de tu vida. Donde tú estás, yo estoy, con un solo latir y un solo aliento… De “Otoño íntimo” (1980)
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DE TU BARRO Yo te quiero, Castilla, tal como eres: áspera, ruda, agreste, austera y llana. Te siento en los resquicios de mi vida, yo soy parte de ti. Soy de tu casta Tengo el sol riguroso de tu estepa metido en lo más hondo de mi entraña. Los surcos de tus campos, yo lo tengo sobre la piel oscura de mi cara. Me gustan los paisajes de otras tierras que también son las mías. Son España. Pero el ocre color de tus llanuras me llena de placer. Me ensancha el alma. ¡Castilla soberana y sempiterna hecha de roca dura y tierra parda, día vendrá en que el polvo de mi cuerpo se haga barro contigo, tierra amada! De “Otoño íntimo” (1980)
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Enriqueta Palacios
POEMAS DE VIDA CÉSAR, MI PEQUEÑO Miro tu rostro, faz de adolescente salpicado de granos. Ya no eres César el que me robaba las horas de mis días. Muchachito enjuto, de nervioso gesto con agudos y graves en la cambiante voz de cada día. Puedes estar contento. No me robas las horas solamente. Contigo se me han ido siguiéndote de lejos por la vida mi corazón y el sueño. De “Otoño íntimo” (1980)
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PARTIR ES MORIR… Siento como un desgarro. Tengo un dolor profundo en las entrañas. así pausadamente sin violencias, iras o reproches, como el fruto maduro se desgaja, así te has separado de mi tronco. Pero me duele al alma y hay algo más que lágrimas y sueño en mis cansados ojos. Hoy te he visto partir, calladamente. Te di por despedida un “hasta luego” pero he sentido que hemos muerto. De “Otoño íntimo” (1980)
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Enriqueta Palacios
AMOR Amor, si no me escuchas quién recogerá el eco de mi canto. ¿Qué montaña o qué río guardará para siempre las cadencias sutiles de mis versos, las bellas melodías que formé con tu nombre? Amor, si no me miras el mundo entero girará en tinieblas y ni el azul del cielo, ni el brillo de los campos percibirán mis ojos apagados que siguieron mil veces de lejos tu camino. Amor, si no me amas… ¡Oh Dios! Perdóname… Si no me ama todo habrá sido inútil, hasta la misma vida, y el vacío profundo de mi alma se llenará de llanto, como un copioso rio. De “Otoño íntimo” (1980)
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SUEÑOS CONMIGO Una vez y otra vez y muchas veces, tantas que no podría recordarlas, yo te imagino cerca de mi vida. Te presiento mezclado entre mis cosas. Quisiera compartirlas. No te encuentro. Pero sé que tú estás y estás en todo. Te cuento mis problemas. Mientras hablo siento vagar tu espíritu en la sombra. Te dedico mi enfado y mis reproches. ¿No será el poco juicio que me queda, lo que me hace creer que estás conmigo sabiéndome profundamente sola? De “Otoño íntimo” (1980)
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Enriqueta Palacios
IRONÍAS EXTRAÑOS Extraños… Paralelos… Miedo entre las dos líneas. Los caminos derechos. Ni una curva. No respires el aire del extraño Que camina a tu lado… ¿Meta? Quizá la misma. Pero eso sí, las líneas separadas… Fraternidad… ¡Qué es eso? De “Otoño íntimo” (1980)
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Desde el Saloncillo
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Tengo un río caudaloso metido dentro del alma. Cuanto más me crece el río más transparente es el agua.
He pecado por querer a quien no lo ha merecido, no sé si tendré perdón por lo mucho que he sufrido.
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Por un barranco tiré toditos los mis recuerdos y al bajar de las alturas me los encontré de nuevo.
Mientras los hombres duermen la luna vela. ¡Cuántas cosas diría si hablar pudiera!
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La fuente donde bebimos debió de estar “embrujá”, porque los dos enfermamos, sin querer, del mismo mal.
En el amor y en la vida he llegado a comprender que es mucho menos feliz el que se deja querer.
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De sueños y de esperanzas tengo el corazón muy lleno. De fracasos y mentiras me lo despojé primero.
Conté las piedras que había hasta llegar a tu casa. De cada tres, quité dos para acortar la distancia.
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Hay una nube en el cielo que no deja ver el sol. Cuando tú la miras, niña, la nube se parte en dos.
Mi niño tiene los ojos oscuros como la noche: su cuerpo es flaco y moreno, parece un Cristo de cobre. De “Coplas de amor y desamor” (1982)
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Enriqueta Palacios
COMO SUEÑO SIN SUEÑO Como sueño sin sueño, como llama sin lumbre, como dolor sin lágrimas. Como risa sin labios, como espejo sin rostro, como duelo sin armas; como lluvia sin nubes, como día sin horas, como amor sin entrega… Como yo, sin tu sombra. De “Cadencia rota” (1983)
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Desde el Saloncillo
TÚ, QUE PUEDES Descúbreme la vida buscando lo imposible, señálame los cielos abiertos a tus ojos. Recógeme del suelo como si fuera tierra sin herirte las manos por entre los rastrojos. Enséñame las cosas que me fueron ocultas y abrígame del viento que enfría las entrañas. No me lances al rostro mordientes ironías, aunque a veces mis obras parezcan extrañas. Perdóname lo débil de mi pobre carácter, y alábame lo fuerte de mi temple roqueño. no analices los fallos de mi vida, son muchos, pero en borrarlos todos, cada día, me empeño. Ayúdame a sentirme tan viva como humana y a ser como esa tierra que resbaló en tus dedos. Mi esperanza se queda prendida entre tus manos, mientras el alma ría rechazando sus miedos. De “Cadencia rota” (1983)
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Enriqueta Palacios
AFINIDAD Miro la luz del sol cada mañana con la misma ansiedad que tú la miras. Suspiro por la luz, como suspiras por el fresco placer de una fontana. Hay en tu risa franca y campechana promesas de verdad y no mentiras, y es hermoso saber que cuanto admiras lo cuidas como rica filigrana. Enséñame a mirar a las estrellas como las miras tú, de madrugada, cantando tu canción no interrumpida. Enséñame a vivir y dejar huellas que otros puedan pisar en su escalada, cuando suban la cuesta de la vida. De “Cadencia rota” (1983)
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DESPRECIO No quiero renegar de tu memoria pero no fuiste nunca buen amigo. Si a pesar del “pesar” no te maldigo puedes regocijarte en tu victoria. Pero no te refugies en la gloria de creer que es placer estar contigo. No quiero tu amistad. Y no mendigo ni siquiera un minuto de tu historia. Los días y las horas que nos diste fueron con interés, que te cobraste, y nada gratuito, recibimos. No me digas ahora que estás triste porque crees, tal vez, que nos amaste, si nada de lo tuyo compartimos.
De “Cadencia rota” (1983)
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Enriqueta Palacios
DESENCANTO III Esta noche de luz y escalofrío he ingresado en las filas de los que aman a Bach. Las bóvedas del claustro han estallado deshaciéndose en ecos que cubrieron mi cuerpo en el desmayo. Mejor hubiera sido morir en ese instante de delicia que seguir soportando la miseria de estar sin ti, contigo. Vuelven a entrar las sombras por las paredes limpias de mi frente. Recuerdo nuestra risa compartida y el delirio del llanto por una riña torpe. Nada llena el vacío de mis ojos sin verte. Quiero ser la gaviota que rastrea la presa por ese mar tan tuyo, por ese mar tan nuestro. No parará mi sangre hasta saberse fundida en ti por el silencio eterno de los siglos. De “Guardo tu caracola” Premio Jorge Manrique 1992
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Desde el Saloncillo
VIII Cuanto mis manos han acariciado Ha sido barro, Salvo la azul mirada de los niños Que son un ventanal a la esperanza Si esto es la vida Dime: ¿qué nombre le daremos a lo nuestro?
De “Guardo tu caracola” Premio Jorge Manrique 1992
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Enriqueta Palacios
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Como las altas cumbres son mis pesares, van derramando el llanto por los pinares
Te cambio tu tristeza por mi alegría, ya ves cuánto te quiero, más no podría
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Te he pagao con mi querer, pero hubiera preferido dejarte todo a deber.
Cada vez que tú te vas yo salgo al balcón a verte. no me puedo acostumbrar a tenerte y no tenerte
172 ¡Qué ironías del destino… Haber cambiado de calle y encontrarte en mi camino!
188 Hubo una puesta de sol más triste que las demás cuando vi que te marchabas sin volver la vista atrás.
203 No me olvido de tu nombre que tengo memoria yo, lo guardo con las espinas que me regaló tu amor.
245 Alguien me dijo una vez - y no he podido olvidarleque en determinados juicios somos el juez y el culpable.
276 Hay quienes tienen oficio de palomas mensajeras, corren a dar la noticia sin saber si es mala o buena De “Coplas del vivir cotidiano” (Retoma la numeración de las “Coplas de amor y desamor ”de 1983)
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Desde el Saloncillo
GRACIAS ¿Por qué no me dijiste que vivir era esto: cuatro días hermosos plenos de luz y ocasos y el resto… la tortura de recordarlos siempre? ¡Si me lo han dicho…! Yo te escuchaba a ciegas, creía en tus palabras, eras como el oráculo que avisa del peligro, pero no me dijiste que jugaba con fuego. ¡Si me lo hubieras dicho…! Si me lo hubieras dicho… yo no hubiera podido vivir los cuatro días plenos de luz y de ocasos, ni haber purificado mis sueños en el fuego. Gracias por no decírmelo. De “Veinte otoños” (2006) (Poemas de los componentes de las “Tertulias del Saloncillo”, con motivo de su vigésimo cumpleaños)
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Enriqueta Palacios
EL MAR Dulce mar de mis noches y mis días donde aprendí a soñar por vez primera. Mar que me habló de angustias y de esperas cuando “el amor” surcaba lejanías. Mar de mis inquietudes y alegrías, siempre cerca de ti, siempre a tu vera. Vivo tu realidad y tu quimera como si solamente fueran mías. Te conozco, te admiro, te deseo, eres dulce, cruel desafiante, tu tesoro interior me maravilla. En tu serenidad yo me recreo y no hay atardecer más relajante que ver morir el sol desde tu orilla. De “Veinte otoños” (2006) (Poemas de los componentes de las “Tertulias del Saloncillo”, con motivo de su vigésimo cumpleaños)
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Desde el Saloncillo
UN RECUERDO No volviste jamás a la llanura. ¿Acaso te olvidaste del camino? No quisiera creer que tu destino lo perfilaron mentes sin cordura, Dime con honradez qué te tortura, quien te ofendió. No puedo, no imagino ver arrastrado en duro torbellino al que siempre mostró su galanura. No escuches la palabra del que miente porque te dañará, no lo permitas y vuelve con nosotros. Olvidemos. Se trata de ser tú mismo. Sé consciente de todos tus valores. Necesitas vivir entre los tuyos. Te queremos. De “Estaciones de plata” (2011) Poemas de los componentes de las “Tertulias del Saloncillo”, con motivo de su vigésimo quinto cumpleaños
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Enriqueta Palacios
INÉDITO Entre los días, ¡ay! entre los días se esconden nuestros logros, los que sólo se asoman de improviso cuando el tiempo no es propio, cuando nadie responde a las preguntas; cuando el hombre está solo. Y entre las noches, ¿qué? entre las noches llega la luz que ciega nuestros ojos.
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DESDE EL SALONCILLO, de Enriqueta Palacios, se editó en octubre de 2019 como número 14 de la edición virtual de “CUATRO CANTONES”, colección de mini antologías de poetas palentinos, dirigida por Julián Alonso y editada por “Cero a la Izquierda”.
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Títulos publicados: 1.- Tocad su corazón José María Fernández Nieto 2.- Árbol del paraíso Juan José Cuadros 3.- Una palabra menos Felipe Boso 4.- ¿Estás contenta? Cres Sanz Ruipérez 5.- In memoriam Santiago Amón 6.- Versos ocultos Juan Manuel Díaz-Caneja 7.- Paraíso y exilio Jesús Alonso Burgos 8.- Memorias y reincidencias Javier Villán 9.- Fechas retenidas Marcelino García Velasco 10.- Casi una vida - Versos e imágenes Antonio L. Bouza 11- Pasos contados Manuel Carrión Gútiez 12.- Cierta cantidad de silencio Joaquín Galán 13.- Campo a través Fernando Zamora 14.- Sonetos Gabino-Alejandro Carriedo 15.- Ecos del alma Carlos Urueña González 16.- Aire de un tiempo moderadamente vivo Manuel de la Puebla 17.- Palabra o claridad Manuel Bores Treceño 18.- De acá para allá Jesús Aparicio 19.- De niños. Poemas Esperanza Ortega
20.- Como un lento veneno Julián Alonso 21.- Exilio César Muñoz Arconada 22.- Señas de identidad Mariano Íñigo 01 V.- Micropoemas Ajo 02 V.- El desorden del aire Elpidio Ruíz Herrero 03 V.- Itinerarios Victorino Martínez 04 V.- En cuatro idiomas Gregorio San Juan 05 V.- La voluntad del paso Julia Gallo Sanz 06 V.- Naturaleza accidental Jesús López Santamaría 07 V.- Mientras dure la nieve Amalia Iglesias Serna 08 V.- Un poco de mi ausencia Pedro Quintanilla Buey 09 V.- Treciembre Andrés Quintanilla Buey 10 V.- Larga madeja de caminos Roque Nieto Peña 12 V.- Sociedad Limitada Carmen Álvarez 13 V - Cuando cierras los ojos Sari Fernández Perandones 14 V - Desde el Saloncillo Enriqueta Palacios
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