El Primer Año Zayra Valdebenito Salfate
8vo Básico A – Colegio Los Reyes 2013
Era una fría y húmeda mañana de mayo, martes para ser exactos, cuando Emilia, una tímida y tierna adolescente de 14 años, llegaba a su primer día de clases en su nuevo colegio. Durante el verano, sus padres se habían divorciado y Emilia se fue a vivir al apartamento que compro su padre, pues con su madre no tenía muy buena relación. Con todos los conflictos que causaban tener unos padres separados, se le sumo a la pobre y dolida adolescente el problema de adaptarse en un nuevo colegio. En su primer día, se sentía extraña, todos la miraban y nadie la saludaba, hasta que un niño, no muy alto, con cabello claro y ojos verdes, se le acerco, la saludo y se quedaron conversando. Luego de unos minutos entraron al salón, los nuevos amigos se sentaron juntos y rieron toda la clase. Camilo, así se llamaba el niño, era muy simpático y divertido. Con el tiempo se hicieron muy buenos amigos, eran personas totalmente diferentes, pero se llevaban excelentes. Al paso de unas semanas Emilia y Camilo se convirtieron en mejores amigos. Camilo era muy sociable, pero la muchacha no, por lo cual ella no tenía ningún otro amigo a parte de él. Nadie más la aceptaba, todos siempre la miraban con odio, pero ella no entendía por qué, siempre fue muy buena con todos, y en el poco tiempo que llevaba en el colegio, solo ponía atención en clases, como cualquier otra alumna. Un mes antes de las vacaciones de invierno, a Emilia se le acercaron dos niñas. La más alta era de pelo rojizo y ojos cafés, la otra, de la misma estatura que Emilia, tenía el pelo y los ojos negros, con un tono de piel blanca como la nieve. - Hola – saludo la pelirroja – me llamo Javiera. - Y yo soy Mila – agrego la otra muchacha – y ¿tú eres? - Soy Emilia – dijo algo tímida – voy en su misma clase. - ¿Enserio?, ¿estas segura? – Pregunto Javiera – nunca te habíamos visto, pero bueno, ¿hablamos? Las tres muchachas se sentaron en una de las bancas y se pusieron a conversar de diversos temas. Emilia solo asentía, no sabía que opinar, pensaba que simplemente al recreo siguiente la abandonarían, nunca antes había hablado con otra compañera o compañero, aparte de Camilo. Sonó la campana y entraron a clases. Mila se sentó con Emilia. Durante la clase Mila desconcentraba a cada rato a Emilia, ella se molestaba, pero prefería aguantarla, “tal vez sea la única amiga que logre tener”, pensaba la adolescente. Al siguiente recreo estuvo hablando con sus nuevas amigas, pero todos la seguían mirando, pero no era de la misma forma de antes, miraban a Emilia y luego
se susurraban entre ellos con cara de compasión. A Emilia le extraño y se preguntaba en su mente, porque la reacción de sus compañeros, no le dio mayor importancia y siguió caminando. Luego de unas semanas, Emilia ya casi no veía a Camilo, cada vez que se acercaba, o intentaba hacerlo, Javiera y Mila interrumpían y se la llevaban lejos. Después del regreso de vacaciones todo había empeorado. Todos evitaban a Emilia, ya ni siquiera le dirigieran la mirada, excepto Camilo, quien solo agachaba la cabeza apenado. Un día, cuando Emilia se fue a lavar los dientes, se le aproximo una muchacha, su nombre era Lily. Emilia, aprovecho que no estaba ni con Javiera ni Mila e intento conversar con la joven. Lily, al parecer, era muy tímida, pero igual lograron hablar unos minutos. Lily le conto a Emilia que Javiera y Mila, “las divas” como ella las llamaba, había amenazado a toda la clase. El dúo les dijo a cada uno de sus compañeros que no se acercaron a Emilia, o se las verían con su padre, el director del colegio. Emilia escuchaba sobresaltada todo lo narrado por la dulce y tierna jovencita, quien termino el relato con un “se siente terrible, pues yo también lo viví”. En ese instante Emilia se fue corriendo a buscar a “las divas”. Ambas malcriadas se impactaron por todo lo dicho hacia ellas de parte de Emilia. Intentaron hacerse las inocentes, pero no les funciono. Emilia sabía todo, y ahora solo quería recuperar a sus verdaderos amigos, Camilo y Lily.