50 años de la muerte del Che Guevara

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UNA INTACTA CONDICIÓN DE NÁUFRAGO

LO ASESINARON UN DÍA DE OCTUBRE DE 1967. A pecho descubierto. Sin camisa. En una mesa. Ante un pizarrón de escuela. Con los ojos abiertos. Se despacharon con sus humildes pertenencias. No dejó botín: sólo amuletos. Traía en la mochila el Canto General de Pablo Neruda. En su primera foto de muerto se le ve tranquilo, como descansado después de tanta bronca contra tanta mierda y luego de andar semanas y semanas sin brújula por unos Andes demasiado crueles para sus asmáticos pulmones. Le cortaron las manos, a manera de trofeo de guerra. Fueron los únicos huesos de su cuerpo que se guardaron en la historia oficial, porque el resto de la osamenta lo sembraron en un pedazo de tierra, a cuatro metros de profundidad, allá por Casa del Diablo —no fuera a ser que resucitara al tercer día de entre los muertos.

Foto>Lee Lockwood

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POR ELISEO ALBERTO

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CHE GUEVARA

CHE GUEVARA: LA MUERTE DE UNA UTOPÍA HOMBRE RÍGIDO Y SIN SENTIDO DEL HUMOR, el revolucionario es figura clave para el régimen; en Cuba, antes de clases, los niños proclaman: “Pioneros del comunismo, seremos como el Che” POR CARLOS OLIVARES BARÓ

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rnesto Guevara de la Serna (Rosario, Argentina, 14 de junio, 1928 – La Higuera, Bolivia, 9 de octubre, 1967) abrazó una transcripción profana de creencias religiosas durante su corta y febril existencia. Figura clave de los 82 insurrectos del yate Granma que sale de Tuxpan, Veracruz, comandado por Fidel Castro (1926 - 2016), el 25 de noviembre de 1956 y naufraga siete días después en Playa de Las Coloradas, Golfo de Guacanayabo (Oriente de Cuba), el Che encarna la doctrina ética de Jesús: paria, trotamundos y soñador, simboliza cabalmente el milenarismo, legado cristiano que solventa el regreso de Cristo. Consciente de su papel y de su perspectiva jacobinista-bolchevique, Che Guevara es uno de los gestores de la conformación de la más grandiosa secta religiosa-política en América Latina, la Revolución cubana. El cristianismo en su concepción teológica de la historia humana: consumación. Propuesta de una sociedad más justa: para eso hace falta el hombre nuevo, el ‘nuevo cristiano’. “La Revolución no es sólo una transformación de las estructuras sociales de las instituciones del régimen pasado: es además una radical y profunda metamorfosis, de los individuos, de su conciencia, costumbres, valores y hábitos”, escribe Guevara. Itinerario. Viajes por América Latina (1947 – 1954), Guatemala (1954). Estancia en México (1954 – 1956): encuentro con Raúl Castro y el Movimiento 26-7. Sierra Maestra. Creación de Radio Rebelde. La batalla de Santa Clara (¿?). Cabaña: fusilamientos. Funcionario del gobierno cubano. Encuentro en La Habana con Jean Paul Sartre. Confrontación con Estados Unidos: Girón, 1961. Crisis de los misiles, 1962. Guerra Fría. (“Crear dos, tres… muchos Vietnam, es la consigna”). Congo. Tanzania. Bolivia (1966 – 1967). Protagonismo en varias encrucijadas políticas de la segunda mitad del siglo XX. / Fábula de un revolucionario. Guerrillero heroico. Los niños cubanos cada mañana, antes de entrar a tomar sus lecciones, proclaman: “Pioneros por el comunismo, seremos como el Che”. Ministro ineficaz al frente de la rama industrial. Presidente del Banco Nacional de Cuba: los billetes con su firma: ‘Che’, son codiciados por los turistas. Carta de despedida a Fidel (octubre, 1965). “He vivido días magníficos y sentí a tu lado el orgullo de pertenecer a nues-

PERSONAS muestran retratos de Ernesto Guevara, ayer, en Santa Clara, Cuba.

tro pueblo en los días luminosos y tristes de la crisis del Caribe. Pocas veces brilló más alto un estadista que en esos días, me enorgullezco también de haberte seguido sin vacilaciones, identificado con tu manera de pensar y de ver y apreciar los peligros y los principios. Otras tierras del mundo reclaman el concurso de mis modestos esfuerzos. Yo puedo hacer lo que te está negado por tu responsabilidad al frente de Cuba y llegó la hora de separarnos”. / Poema a Fidel (México, 1956): “Vámonos / ardiente profeta de la aurora, / por recónditos senderos inalámbricos / a libertar el verde caimán que tanto amas. / […] /Cuando suene el primer disparo y se despierte / en virginal asombro la manigua entera, /allí a tu lado, seremos combatientes / nos tendrás”. Muchas especulaciones nacen de este enajenamiento del argentino por el caudillo de Birán. Hombre rígido, homofóbico, autoritario, sin sentido del humor (nunca entendió eso que Raúl Roa llamó: ‘So-

cialismo con pachanga’)… / Las mujeres cubanas colgaban su retrato en las casas: era el ‘novio’ de muchas. El poeta Allen Ginsberg: “Me encantaría hacer el amor con él”. “Cuba te sabe de memoria. Rostro / de barbas que clarean. Y marfil / y aceituna en la piel de santo joven. […]. / Te vemos cada día ministro, / cada día soldado, cada día / gente llana y difícil / cada día. / Y puro como un niño / o como un hombre puro, / Che comandante, / amigo.”: Nicolás Guillen. // Los jóvenes cubanos de hoy saben de la célebre fotografía de Alberto Korda por los anuncios publicitarios de Europa y Estados Unidos. Los ídolos tienen su momento, la gloria los acompaña en un tiempo, a veces, fugaz: otras veces cosido a la pausa de la nostalgia. Hoy, a cinco décadas de su muerte, se venden muy bien las playeras con la imagen de la boina negra con estrella: ojos angustiados: mirada a la lejanía: Guerrillero heroico. Che Guevara: consumación de uno de los tantos espejismos del convulso siglo XX.

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MEMORIAS DE UN SOLDADO CUBANO

“UN VERDADERO

MIEDO A ÉL

SE HABÍA

POR DARIEL ALARCÓN RAMÍREZ Yo he querido muchísimo al Che; hubiera sido capaz de morir por él en cualquier momento, de darle todo lo que estuviera a mi alcance, pero se le ha consagrado con el título de hombre sin manchas y, honradamente, yo no creo que así fueran las cosas. Para mí esto son manchas: cuando, haciendo uso de su poder, no se le da al agredido la oportunidad de defenderse. Eso no es ni más ni menos que avasallar al subalterno y es lo que en verdad él hizo con nosotros, que por una mezcla de respeto, de admiración y de miedo callábamos. Así sucedía conmigo y no pienso equivocarme si digo que, con los demás compañeros, también sucedía lo mismo. Ya he hablado de los castigos que él solía infligir por cualquier falta o error, y eso que nadie está exento de cometer faltas o errores, sobre todo en aquel tipo de condiciones. Un verdadero miedo a él se había apoderado de nosotros, ya desde la Sierra Maestra, por esas medidas despiadadas que él a veces tomaba. Yo lo que pretendo es hacer la historia verdadera con el fin de que, en un futuro, quizá cercano quizá lejano, se la pueda conocer y sirva a los que nos sucederán a nosotros. Repito que, aún con todos sus defectos, respeté y amé al Che como hombre y como revolucionario, por su integridad y sus principios. Pero, si de verdad se quiere hablar seriamente, no se pueden omitir los errores que se hayan cometido, vengan del lado que vengan. Eso me parece ser la vía de la honradez, y yo creo haber trabajado en todo el transcurso de mi vida con mucha honradez, independientemente de los errores que yo mismo pueda haber cometido. Al principio, al Che lo veía, digamos, como a un ser extraño. Yo no estaba acostumbrado a ver extranjeros, y tampoco lo estaba la mayoría de los campesinos de la Sierra Maestra. Ese argentino que hablaba de manera rara, con una serie de costumbres ajenas a las nuestras, nos sorprendió sobremanera. Y el hecho de verle con un fusil al hombro para ayudarnos a hacer nuestra revolución, aunque él no fuera cubano, ya eso iba creando en nosotros un mito de superhombre, de una valentía absoluta. Es verdad que él demostró ser un hombre valiente, inteligente e intransigente en sus ideas, en su forma de actuar y de pensar. Pero ese mito se fue creando también con otra cosa, que era su forma de actuar con los compañeros. Por ejemplo, cuando uno huía botando un fusil, nosotros más bien tratábamos de disfrazarlo, de darle otro matiz, mientras que el Che no vacilaba en decirle: “Tú eres un cobarde, eres esto, eres lo otro”. Y nosotros, sin darmos cuenta que estaba humillando al hombre a la máxima expresión, tomábamos gusto a que se le dijera que era un cobarde e incluso nos dedicábamos a propagarlo: “que el Che cogió a fulanito de tal y le dijo esto, esto, y esto porque es un cobarde, porque robó tal cosa, y el Che lo castigó de tal forma”. Cuando nosotros veíamos a un hombre cometer un error que a nosotros no nos agradaba, pero no nos atrevíamos a decirlo por

APODERADO DE

NOSOTROS, YA

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miedo a cualquier represalia, veíamos que el Che cogía y le decía: “Eres un descarado, eres un ladrón, eres esto, eres lo otro”. Así fuimos viendo al Che como a aquel hombre que sí se enfrentaba a todas las cosas. Lo digo sin la menor hipocresía, así le veíamos nosotros. El Che tenía el valor de decirle a cualquiera lo que sentía. Por ejemplo, muchas veces lo vi interrogando a un hombre o cuando un hombre le estaba informando sobre cualquier situación, y él se quedaba fijo mirándolo y, después que el hombre hubiera terminado, con un carácter serio, muy fuerte, le decía: “Mira, tú lo que estás hablando es mierda”. Así, tranquilamente. Entonces nosotros, los analfabetos, los que no teníamos casi ningún tipo de ideología, mirábamos aquello casi como aplaudiendo al Che, sin darnos cuenta de que muchas de aquellas cosas de ideología y de principios él no se las explicaba al hombre. Eso no era más que una forma de apoyarse en su mando y avasallar al subalterno. No puedo ocultar que para mí, verdaderamente, esas son manchas. También, muchas veces, actuaba marcando preferencias, por ejemplo: Pombo y el Tuma podían cometer cualquier error y el Che no lo veía, podían tener en sus mochilas cualquier tipo de confituras para comer y el Che no las veía —pero si las tuviera cualquier otro él ya lo sabía, sabía incluso cómo las tenía, y enseguida lo llamaba para arreglarle cuentas. Veíamos que, a escondidas del Che, Pombo iba y sacaba productos de la cueva, y después se los veía por allá, a él, al Tuma y a Ricardo, que eran los que hacían del Che lo que querían, comiendo cualquier cosa; y el Che se quedaba pasivo. Y eso que a menudo se ponía hasta grosero con otros compañeros. Yo, por ejemplo, un día me lo encaré. Cuando yo iba a cocinar, ya estaba inventando lo que iba a cocinar, y él vino y me dijo: —¿Qué estás haciendo? —Voy a hacer la comida. —¿Y qué vas a hacer? —Bueno, voy a hacer unas papas sancochadas y una camita ripiada. —No, no hagas esa camita ripiada, haz un arroz con frijol y sardinas. —Bueno, como usted mande. Esa palabra le cayó muy mal y contestó: —¡Como mande yo no, chico! ¡Como me sale de los cojones mandarte! —No, pero espérese, yo no le hice a usted nada, yo no lo he ofendido a usted en nada para que usted me conteste de esa forma tan bruta, yo creo que yo no le he faltado al respeto a usted. Pero él me dio la espalda y se fue sin contestar palabra. Yo creo que eso fue producto del informe que le acababa de hacer el compañero peruano Sánchez, como que éste se iba a retirar para Perú. Yo oí que iban hablando de los soviéticos y de la no ayuda de Cuba. Así, actuando él así, se fue construyendo el mito. Tanto por parte de la dirección del movimiento como de nosotros, de las tropas, se iba sintiendo un respeto y una admiración cada vez más grandes.

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CHE GUEVARA

ÚLTIMAFOTO de Ernesto Guevara con vida, 1967.

MILITARES bolivianos muestran el cuerpo de Ernesto Che Guevara, en 1967. CARTEL con los rostros de los compañeros del Che.

EL GUERRILLERO HECHO LEYENDA ERNESTO GUEVARA fue capturado por la cámara en muchos momentos de su vida y en su muerte. Desde imágenes del periodista estadounidense Lee Lockwood hasta la fotografía postmortem atribuida a Freddie Alborta, el guerrillero cautivaba a la lente con un carisma propio. La placa de su muerte incluso se compara con composiciones utilizadas por Rembrandt y Mantegna en La lección de anatomía y Lamentación sobre Cristo muerto.

PLAYERA con el rostro del Che y la lengua de los Rolling Stones, en La Habana, 2016.

FIDEL Y EL CHE en una imagen de 1959.

RAÚL CASTRO y Ernesto Guevara en 1964.

Fotos>Especial y Lee Lockwood

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EXHUMACIÓN de los restos de Guevara, en julio de 1997.

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La Razón | Lunes 09.10.2017

CHE GUEVARA

UNA INTACTA CONDICIÓN DE NÁUFRAGO POR ELISEO ALBERTO

Hoy nos dicen/ que estás muerto de veras, que te tienen/ por fin donde querían./ Se equivocan más que nosotros figurándose/ que eres un torso de absoluto mármol/ quieto en la historia, / donde todos pueden hallarte. “Donde nunca jamás se lo imaginan” Eliseo Diego

Las dos figuras más legendarias de la Revolución cubana, los comandantes Camilo Cienfuegos y Ernesto Guevara, compartieron en vida muchas hazañas comunes. En medio de combates, bajo el diluvio de las balas, se gritaban de trinchera a trinchera bromas e insultos cariñosos. El simpático habanero cantaba desde su parapeto: “adiós muchachos, compañeros de mi vida”. El argentino le respondía con unos versos de León Felipe. Se querían. Esa insolencia siempre acababa por restarle dramatismo a los truenos de la guerra. Dicen que las carcajadas de los traviesos guerrilleros confundían a los soldados de Fulgencio Batista, que no alcanzaban a disparar contra las piedras del camino tras las cuales se escondían aquellos dos muchachos, doblados de la risa. La muerte, siempre en octubre, les permitió a ambos el romántico deseo de morirse jóvenes, sueño de todo héroe, y les concedió además la posibilidad de esfumarse de este planeta sin la exigencia funeraria de tener cadáveres ni tumbas —lo cual a veces resulta una ventaja. Camilo desapareció en el agua o en el aire un odioso día de 1959, a los veintiocho años de edad. El avión donde viajaba dejó de parpadear en los radares. Se lo tragó la tierra. El cielo. O el pantano de la Ciénaga de Zapata. Fue un acto de magia negra. A falta de velorio, los cubanos le depositamos flores en el enorme panteón del mar, otoño tras otoño. Ernesto Guevara, que lloró su ausencia como un niño que pierde a un compañero de colegio en un absurdo accidente de tránsito, bautizó a uno de sus hijos con el bonito nombre de Camilo —y se fue a las selvas de África y a las sierras insoportables de Bolivia, un poco más solitario y mucho menos alegre porque ya no tenía con quien canturrear tangos entre los plomazos. Lo asesinaron un día de octubre de 1967. A pecho descubierto. Sin camisa. En una mesa. Ante un pizarrón de escuela. Con los ojos abiertos. Se despacharon con sus humildes pertenencias. No dejó botín: sólo amuletos. Traía en la mochila el Canto General de Pablo Neruda. En su primera foto de muerto se le ve tranquilo, como descansado después de tanta bronca contra tanta mierda y luego de andar semanas y semanas sin brújula por unos Andes demasiado crueles para sus asmáticos pulmones. Le cortaron las manos, a manera de trofeo de guerra. Fueron los únicos huesos de su cuerpo que se guardaron en la historia oficial, porque el resto de la osamenta lo sembraron en un pedazo de tierra, a cuatro metros de profundidad, allá por Casa del Diablo —no fuera a ser que resucitara al tercer día de entre los muertos. A muchos de los que lo amamos, y lo seguimos extrañando, nos dejó huérfanos. Los políticos, en especial los canallas, le tienen pánico a los fantasmas. El Che acababa de cumplir treinta y nueve años. Estaba flaco. En la foto, las costillas le estiran la piel del torso. El esqueleto se infla bajo la carne. Los pómulos de la calavera le pican la cara. Por la mirada, desde el otro lado de la moneda que es la vida, queda claro que no se arrepintió de sus ideales. Qué va. Entró volando en la leyenda. Al morir el hombre, había nacido un nuevo arcano. Llegó a la orilla salvadora. Camilo Cienfuegos lo estaba esperando, con la “farra querida, de aquellos tiempos”.

II

La Razón reproduce una crónica que el gran autor cubano Eliseo Alberto escribió el 16 de julio de 1997, cuyo original conserva, en sus archivos personales, su amigo Rubén Cortés. Lichi se lo envió, firmado de puño y letra, a las 9:42 de la mañana de ese dia, desde la casa donde vivía entonces, en el Desierto de los Leones.

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Cuando era estudiante de medicina y practicaba autopsias en la morgue de la universidad (entonces sus condiscípulos le decían El Pelao o El Furibundo Serna), Ernesto Guevara escribió en su poema “Autorretrato oscuro” estos versos premonitorios: “La ruta fue larga y muy grande la carga,/ persiste en mí el aroma de pasos vagabundos,/ y aún en el naufragio de mi ser subterráneo/ —y a pesar de que se anuncian sillas salvadoras— / nado displicente contra la resaca,/ conservando intacta la condición de náufrago”. Diríase que los acaba de firmar hoy, en la ciudad de Santa Clara, destino final de sus restos, a la sombra de su propia estatua. Ahora resulta que lo encontraron donde mismo lo escondieron los que le temían. Lo volvemos a ver, después de treinta años. Ha llovido mucho. Dicen los técnicos, antropólogos cubanos, laboriosos y leales, que los fémures son fosforescentes porque los barnices del formal tienen la virtud de ser pertinaces. La dentadura, perfecta, parece sonreír, no sin un gesto de ironía. Faltan las manos en el maderamen del cuerpo. Las

Foto>Lee Lockwood

I ¿Dónde estás, caballero gallardo, caballero sin tacha y sin miedo? (…) Hecho historia, señora, hecho historia. “Canción antigua para el Che Guevara” Mirta Aguirre

manos están en Cuba, guardadas como un tesoro. Lo siento. A mí no me dice nada el faraónico hallazgo. Lo respeto pero no me conmueve. Entiendo a sus amigos. Ellos lo despidieron cuando se fue a hacer la guerra en un escenario inhóspito, sin ninguna posibilidad de triunfo. Ellos fundamentaron el mito, no así la leyenda porque las leyendas las soplan los pueblos en la hoguera de la historia. Comprendo a su viuda y a sus hijos, para quienes se acabó una pesadilla: ya podrán llevarle flores al mausoleo donde tal vez arda una llama eterna. Merecida. Alguna que otra pareja de recién casados se retratará ante el osario minutos antes de las lunas de miel y de las fiestas. Muchos podrán rezarle unos padrenuestros o pedirle un milagro de fin de siglo, con urgencia y fe. Falta que hacen. Pero decenas de poemas se quedarán sin el sustento del misterio, que es condición indispensable de la poesía. La pregunta que hace Mirta Aguirre, y que cito al comienzo de este texto, tendrá una respuesta concreta, geográfica, precisa aunque poco metafórica. ¿Será el Che Guevara un torso de absoluto mármol, quieto en la historia, donde todos podamos hallarle? Espero que no. Ojalá que los versos de mi padre sigan inquietándonos, al menos hasta el fin de nuestros días. Que el Che permanezca “donde nunca jamás se lo imaginan”. No me conmueve, repito, la descarnada y ósea resurrección de los amados difuntos. Una calavera jamás podrá tener treinta y nueve años, aunque la envuelvan en la bandera de la patria, porque en el lugar de los ojos, entonces inquietos, siempre habrá un hueco profundo, una caverna vacía, y por más vueltas que se le dé al asunto, las estacas de las tibias, los escudos de los omóplatos, los metacarpos de los dedos, las vértebras de la columna y cóndilos femorales de las rodillas son apenas unos hierros viejos, fragmentos dispersos de una armadura que alguna vez soportó la humana integridad de un caballero. Una tarde lluvia, el poeta cubano Manuel Díaz Martínez escribió ante la fosa de Franz Kafka, en el cementerio judío de Praga (“que es un bosque inventado por una primavera oscura”) una advertencia que los vivos olvidamos muy a menudo: “Sepa usted que en este mundo/ toda tumba está vacía”.

ERNESTO CHE Guevara en Santiago de Cuba, en 1964.

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VI

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La Razón | Lunes 09.10.2017

CHE GUEVARA

UN NE ESPÍRITU SP SPÍR PÍR RIT I U LIBRE L BR LI BRE E

NO OPUSO RESISTENCIA

“ESTABA MUY ACORRALADO”

Viaje por Argentina Viaje por la Costa Atlántica

EU EU

Cuba 1957 Nace su primera hija, Hilda Beatriz. Comienza el entrenamiento militar del movimiento 25 de Julio. Es detenido junto a Castro y otros exiliados. Parten hacia Cuba 82 hombres del movimiento 25 de Julio para derrocar al dictador Fulgencio Batista. Se iniciaría la revuolución cubana.

Primer viaje por Latinoamérica Segundo viaje por Latinoamérica

EL CAPITÁN DEL Ejército boliviano, que capturó a Ernesto Che Guevara, Gary Prado, indicó que la localización y aseguramiento del guerrillero fue sencilla, pues además de que no tenía opciones de escape, estaba mal equipado, herido, desnutrido y sin una estrategia clara, por lo que cuando la patrulla lo aprehendió el 8 de octubre de 1967 no opuso resistencia.

Guatemala 1954 Ya en Guatemala, vive allí 9 meses. El 20 de diciembre conoce a la exiliada peruana, Hilda Gadea. 7 días después se produce un golpe militar contra el gobierno de Jacobo Arbenz. En septiembre viaja a México.

CAMPAÑA EN BOLIVIA

Mé Mé Méx éx xico iiccco o 4

3

2 Panamá 1953 Publica dos notas en la Revista Siete, “Un vistazo a los márgenes del gigante de los ríos” y “Machu Picchu, enigma de piedra en América”.

a Camiri

9 de julio

e

Samaipata S 3 de julio

b Lagunillas

Es el pequeño pueblo donde se refugió junto a un grupo de sus hombres, mientras sigue buscando un sitio para instalarse.

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h

Vallegrande V

Quebrada

Ñancahuazú Se instaló el campamento y se produjeron los primeros combates y muertes.

La Higuera

g

21 de junio Cabezas Abapó

Alto Seco

19 de septiembre

27 de agosto

10 de septiembre

e Samaipata

d

Vado del Yeso

Último combate; allí es detenido e interrogado.

g La Higuera

Fue asesinado junto a algunos de sus hombres. Allí se construyó el conocido monumento al Che Guevara.

Ñancahuazú 4 de abril

b

Ticucha 22 de abril

1

Muyupampa 21 de abril

Argentina 1950 Inicia su primer viaje por el interior de Argentina, recorriendo 12 provincias (4,500km). Lo hace en una bicicleta con motor. 1951 Primera incursión en el periodismo Publica 6 notas en la revista Tackle, bajo el pseudónimo de Chang-Cho.

Arrg A Arg gen en ent nttin iina na na El código del gobierno boliviano para ejecutar a Guevara fue 500-600.

Lagunillas L

Taperilla 21 de abril

En este sitio fue sepultado.

11

c 13 de abril

h Vallegrande

6

Meses duró la campaña del Che Guevara en territorio boliviano

20 de mayo Gutiérrez

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Zona detalle

3 de junio

4 de abril

Recargaron alimentos y medicinas.

f Quebrada

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Perú Pe erú er

Pucará

d Vado del Yeso

Allí ocurrió la emboscada en la que resultaron muertos todos los integrantes, menos uno de la segunda columna.

Co C olo om o omb ombi mb m bia ia

26 de junio

27de julio

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1951 Recorre la Costa Atlántica sudamericana. Lo hace como paramédico en los barcos de YTF. Realiza cuatro viajes en total.

5

Cada punto de esta ruta es considerado histórico y turístico. Es el sitio en el que, según muchos documentos, inició formalmente la marcha.

México 1955 Agencia Latina lo contrata como corresponsal y fotógrafo para los Juegos Panamericanos. Publica sus investigaciones científicas en la Revista Iberoamericana de Alergología.

En sus sus diarios diari di arios ari o Ernesto os Ern E nest nest essto Guevara Gue Guev uevar uev a si ara siempre iemp pre tie tiene ne una co cconstante: nstant ante: e: con conoce conocer ocerr América, Amér mérica ica caa, conocer cual consiguió. cono occceeerr al oce o al continente cont on nttine n nte ne nente nte nt te y su su gente, gen ge gen ntte te, e lo cu ual a con co sig guió uió..

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C Camiri

CAPTURA Un campesino indicó al Ejército dónde se escondían los rebeldes. Acompañantes Cuarenta y siete combatientes iban con él. 16 cubanos

1

D Desde el 27 de septiembre hasta eel 8 de octubre los guerrilleros se mueven muy lentamente por las m quebradas de La Higuera.

2

En la madrugada del 8 de octubre E eel campesino Pedro Peña informa a los militares que los guerrilleros se encuentran en la quebrada de el Churro.

3

26 bolivianos

3 peruanos

2 argentinos

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IIngreso de tropas por el interior de la Quebrada la Tusca. d

5

Primer combate P Mueren dos militares y ambas M ffuerzas quedan neutralizadas en ese lugar. Ni los guerrilleros pueden subir ni los militares bajan.

6

Huida H IInexplicablemente, los hombes de la rretaguardia de la guerrilla no participan en los combates y escapan de la zona. Grupo central alrededor de la quebrada, G een el que se encontraba el Che.

El Che y su compañero Willy E iintentan romper el cerco por uno de los lados de la Quebrada y son apresados. Fue la tarde del 8 de octubre de 1967.

5 4

Quebrada

Muerte 11 M

1

Es llevado a la comunidad de La E Hilguera, donde el sargento Jaime H Terán se encarga de dispararle, dando muerte al guerrillero.

2 9

Cerca del mediodía el Ejército ya C eestá en la zona y listo para realizar lla emboscada. En tanto que los guerrilleros se han percatado de la presencia militar y se preparan para la defensa.

4

7

10 LLa caída 3

8

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Refugio del Che

10 6

Gary Prado

Captor del Che Guevara en Bolivia

7

estaba muy acorralado. “FueElfácil, área de operaciones que se La Higuera

8

Segundo combate. S El grupo central de los guerrilleros E iintenta romper el cerco por abajo y no lo consigue. El Che es herido y su arma está inutilizada.

9

Nuevo enfrentamiento N En el interior de la Quebrada E un militar y tres guerrilleros están u heridos en ambos grupos. Los demás se encuentran en una situación muy difícil.

estableció y se aisló bastante bien era de 40,000 kilómetros cuadrados, más o menos el tamaño de Suiza, una Suiza sin caminos, boscosa, y allá había que encontrar a una cincuentena de hombres que se mueven de un lado a otro, porque lo primero que hace el Che es perderse y perder su campamento. Se queda sin base y no tiene ninguna posibilidad de sobrevivir”

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La Razón | Lunes 09.10.2017

CHE GUEVARA

EL INFORME DE LA CIA

La agencia reportó la muerte del combatiente argentino el 18 de octubre de 1967.

UNA INTENSA VIDA

1928

14 DE JUNIO. Nace en la ciudad argentina de Rosario. Hijo de Ernesto Guevara Lynch y Celia de la Serna.

1930

Foto>Especial

2 DE MAYO. Antes de cumplir dos años cae enfermo y sufre su primera crisis de asma.

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junto al cadáver del gue

via, en 1967. rrillero, en La Higuera, Boli

LA MALDICIÓN QUE PERSIGUIÓ A TODOS

La misiva está fechada 9 días después de la ejecución.

El documento es la confirmación oficial del suceso.

1951

SUS CAPTORES LOS MILITARES Y POLÍTICOS que orquestaron y ejecutaron el asesinato sufrieron muertes atroces o accidentes; algunos de ellos incluso desarrollaron enfermedades psiquiátricas

En el informe se suscribe que Ernesto fue ejecutado durante una emboscada en la provincia de La Higuera, un día después de ser capturado por elementos del ejército boliviano.

P

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durante la captura de Guevara— murió aquejado de una enfermedad, pero antes tuvo que soportar el trágico fin de su hijo Ovando Jr, quien murió al instante en que el avión —un Mustang F-51— que pilotaba se estrelló contra el lago Titicaca. También el jefe de Estado Mayor, el general Juan José Torres —presidente entre 1970 y 1971—, encontró la muerte en Buenos Aires, se presume, a manos del grupo paramilitar Triple A, en tiempos del dictador argentino Jorge Videla. La misteriosa maldición del Che continuó con dos asesinatos y una incapacidad de por vida; el primero, en 1968, cuando dos pistoleros asesinaron al general Joaquín Zenteno —comandante de la unidad que capturó a Guevara—, en París, Francia; tres años después Roberto Quintanilla —el jefe de inteligencia— fue abatido en su despacho del consulado en Hamburgo por la boliviana Mónica Ertl; por último el comandante de la patrulla que capturó al Che, el capitán Gary Prado, fue herido en 1981 por un disparo que aún lo tiene postrado en una silla de ruedas. Para 1973 el mito mortal alcanzó al coronel Andrés Selich, asesinado tras ser sospechoso de conspirar contra el dictador Hugo Banzer, y a Antonio Arguedas —quien envió a Fidel Castro las manos mutiladas del Che acompañadas por sus diarios, en 1967—. En el 2000 un cuerpo se desprendió en mil pedazos después de que le estallará una bomba de alto poder, el dueño de aquella pedacería era Arguedas. Cuentan los pobladores de La Higuera que Ernesto Che Guevara, mientras estaba prisionero en ese lugar, horas antes de ser abatido, maldijo la región. Desde entonces las muertes en la localidad que continúa en el subdesarrollo se multiplican, algunas de las cuales, según los locales, son inexplicables.

SE EMBARCA en un viaje en moto con su amigo Alberto Granado para recorrer el subcontinente sudamericano.

1954

POR MIGUEL J. CRESPO asó hace exactamente 50 años. El 9 de octubre de 1967 el fotógrafo boliviano Freddy Alborta estaba frente a un grupo de militares bolivianos que rodeaban el cadáver de Ernesto Che Guevara —aún con los ojos y labios entreabiertos— que fue exhibido dentro de la lavandería del hospital de Vallegrande, Bolivia, después de su ejecución en La Higuera. Minutos antes el suboficial Mario Terán había descargado su arma a quemarropa sobre el cuerpo del guerrillero. Freddy preparó su cámara y disparó. La imagen que capturó es un símil gráfico de la obra titulada Cristo muerto, que Andrea Mantegna pintó entre 1457 y 1501. La comparación atribuyó a la muerte del Che un valor sobrenatural a la inquietante maldición que pareció pesar contra quienes ordenaron y consumaron su ejecución. Apenas dos años después de la captura y asesinato del Che, el general René Barrientos Ortuño, ex presidente boliviano que ordenó la ejecución de Guevara, supuestamente por instrucciones de la CIA estadounidense, murió quemado en un inusual accidente de helicóptero. “El helicóptero hizo una maniobra y el piloto buscó el paso entre dos colinas de más o menos la misma altura. En la borrachera sumamente alegre, pero obnubilante, de la chicha, no alcanzó a ver que: una mente práctica había aprovechado esas alturas para tender una amplia conexión de alambre telegráfico, ahorrándose dos postes. El helicóptero rebotó en el tenso alambre y cayó verticalmente, incendiándose de inmediato”, escribe el periodista Ted CordovaClaure, en uno de sus reportajes sobre la muerte del Ernesto Guevara. Quince años después, el general Alfredo Ovando —comandante en jefe de las Fuerzas Armadas

1950

PRIMER viaje por América Latina.

LOS IMPLICADOS

Algunos de los involucrados en la captura y ejecución sufrieron accidentes. René Barrientos Presidente de Bolivia Caso: Murio carbonizado el 29 de abril de 1969 al desplomarse un helicóptero en el que viajaba. Andrés Selich Coronel del Ejército boliviano Caso: Fue torturado hasta la muerte durante un interrogatorio del gobierno de Bánzer por presuntamente fraguar un golpe de Estado. Roberto Quintanilla Jefe de Inteligencia de Bolivia Caso: Fue ejecutado en Hamburgo por una integrante del ELN. Gary Prado Capitán del Ejército boliviano Caso: Recibió un balazo accidental que le perforó pulmones, le lesionó la columna y lo dejó paralítico.

SEPTIEMBRE. Cae el gobierno de Arbenz, en Guatemala. Guevara llega a México.

1955

JULIO. Conoce a Fidel Castro y decide sumarse a su lucha contra Fulgencio Batista.

1956

15 DE FEBRERO. Nace Hildita, su hija. Su padrino es Raúl Castro

1958

24 DE FEBRERO. Primera transmisión de Radio Rebelde, emisora creada por el Che.

29-31 DICIEMBRE. Che lidera la Batalla de Santa Clara, golpe definitivo contra Batista.

08/10/17 9:12 p.m.


50 AÑOS

VIII

DE LA MUERTE DEL

La Razón | Lunes 09.10.2017

CHE GUEVARA

1 DE ENERO. Triunfa la revolución liderada por Castro y el Che. Batista se exilia.

7 DE FEBRERO. Declaran a Ernesto Guevara ciudadano cubano.

1961

4 DE AGOSTO. El Che encabeza la delegación cubana a la Conferencia de las Américas de Punta del Este, Uruguay

1

LA IMAGEN QUE SE CONVIRTIÓ EN ÍCONO CAPITALISTA LA FOTOGRAFÍA de Alberto Diaz Gutiérrez, tomada en 1960, es de las más famosas en el mundo; reclamó derechos de autor en el 2000

Foto>Especial

1959

UNA PLACA LEGENDARIA

(1) Ernesto Guevara en una fotografía tomada por Korda, en 1960 en La Habana; (2) Korda, el autor de la foto más famosa de Guevara, en 1965; (3) pintura del guerrillero de Gerard Malanga, discípulo de Andy Warhol, 1968.

POR MARTHA ROJAS

1966

3 DE NOVIEMBRE. Llega a Bolivia y el 7 a la zona de Ñancahuazú. Comienza a redactar su Diario de campaña.

9 DE OCTUBRE. Es ejecutado por el sargento Mario Terán a las 13:10 horas en una escuela del pueblo de La Higuera.

18 DE OCTUBRE. Castro anuncia la muerte del Che ante una multitud en la Plaza de la Revolución.

1997 28 DE JUNIO. Identifican los restos del Che enterrados en Valle Grande.

18 DE OCTUBRE. Ceremonia de inhumación de los restos del Che Guevara y los de sus compañeros en el memorial de la ciudad de Santa Clara.

E

s 5 de marzo de 1960. En la esquina de la Calle 23 y 12 , en La Habana, hay un templete cubierto con la bandera cubana. Arriba, Fidel Castro grita: “¡Patria o muerte!”. Abajo, entre la multitud está el fotógrafo Alberto Díaz Gutiérrez, mejor conocido como Korda, carga una cámara Leica, antigua pero con un lente de 90 mm, un teleobjetivo corto, perfecto para retratos. Tras 20 disparos su atención se fija en un hombre de melena quebrada, está en una segunda fila, detrás de Fidel. Lleva una gorra revolucionaria con una estrella de comandante rebelde, una cazadora de cuero con la cremallera ligeramente cerrada al cuello. El fondo es blanco. Korda sabe que tiene algo grande, una foto mayúscula. Lanza el disparo 21. Tiene una instantánea asegurada de Ernesto el Che Guevara. Korda intenta un retrato limpio, pero el Che se va. Pasan siete años, aquella foto desechada por el editor gráfico del diario Revolución, cuelga al lado de una de Pablo Neruda y otras fotos familiares en la casa de Korda, en La Habana. En ese año (1967) el Che ha sido capturado y ejecutado en Bolivia. En la casa de Korda aparece Osvaldo, un sabueso editorial cuyo verdadero nombre es Giangiacomo Feltrinelli, su amistad con Fidel le da el derecho de publicar, el último diario de Guevara. Tiene una mina de oro entre sus manos, y lo sabe. Esa tarde pide a Korda una copia de la instantánea que cuelga de su pared. Decide que hará un póster. El ícono revolucionario se imprime miles de veces, luego millones y luego cientos de millones. En el mercado aparecen pines, camisetas, gorras, postales, cuadros, libros, tatuajes, tazas, llaveros, calcetas, jarrones, aretes y hasta calzones... ahora la marca del Che es igual o más famosa que la propia Coca Cola. La foto fue considerada por la crítica como una de las cien mejores de la historia y también una de las más reproducidas. Che, revolución y capitalismo, una ecuación que deja ganancias millonarias a un sistema que iba en contra de sus propios principios. Hasta el último informe de Google, el nombre del guerrillero registró 5 millones de búsquedas. En 2013 la imagen original fue subastada por más de 9 mil dólares. Korda aseguraba que de haber cobrado regalías, por cada una de las veces en que se reprodujo la imagen, hubiera sido millonario. Su objetivo nunca fue el de lucrar con aquella fotografía, que no fue “concebida sino intuída”. La única ocasión en que hizo uso de sus derechos de autor fue en 2000 cuando una agencia utilizó la imagen para promocionar una marca de vodka. Demandó y ganó. Los 50 mil dólares que obtuvo los donó a la sanidad cubana. A pesar de todo creía en el Che y en la Revolución. “La maña con la cual el capitalismo es capaz de absorber íconos subversivos, entendidos éstos como los llamados ‘contracultura’, para hacerlos sencillamente un ícono más, un producto, una mercancía” es inevitable, suscribe el libro Rebelarse vende. Por ironía, durante 50 años el culto a la figura del Che ha alimentado un sistema económico que intentó destruir.

Foto>Lee Lockwood

ENERO. Viaja a China, luego a Malí, Congo, Guinea, Ghana, Dahomey, Tanzania, Egipto, Argelia.

3

KORDA conservó la cámara y los negativos de aquella fotografía hasta el día de su muerte, ocurrida en 2001.

Foto>Especial

1965

2

Firma Del Che Guevara »COORDINADORES Javier Chávez Martha Rojas

»DISEÑO Carlos Mora

»INFOGRAFÍA Alfredo Peralta Giovanni Ascencio Ernesto Meneses Arturo Ramírez

»RETOQUE DIGITAL Luis De la Fuente Zeus Gomezmont

»CORRECCIÓN Alfonso González Panzzi

»VENTAS Ileana Salinas

CONTÁCTENOS Conmutador: 5260-6001. Publicidad: 5262-8170. Suscripciones: 5250-0109. Para llamadas del interior: 01-800-8366-868. Diario La Razón de México. Nueva época, Año de publicación: 9

PAGINAS_8.indd 2

08/10/17 9:01 p.m.


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