Huelgas Magallanicas

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LAS HUELGAS MAGALLANICAS EN LA PRENSA DE CHILOE Luis Mancilla Pérez


LAS HUELGAS MAGALLANICAS EN LA PRENSA DE CHILOÉ LUIS MANCILLA PÉREZ

CASTRO – CHILOÉ 2010

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LAS HUELGAS MAGALLANICAS EN LA PRENSA DE CHILOE Por: Luis Mancilla Pérez En el

sur austral

chileno y argentino surgió

una

región

excepcional

desde

un punto de vista socioeconómico que entrec ruza

la

frontera

de

dos

países.

Por

esta

razón la historia de los emigrantes

chilotes a

la

Patagonia no puede limitarse a las líneas demarcatorias de las fronteras regionales o nacionales. Si obviamos esa perspectiva nos empantanamos en el análisis parcial de la realidad social de los acontecimientos que desembocaron en la matanza de cientos de chilotes en las estancias de Santa Cruz Argentina, y nos quedaríamos en la superficial descripción sin profundizar en aspectos políticos, sociales, económicos y culturales, que originaron la emigración y sus consecuencias más allá de la ubicación geográfica y temporal inmediata.

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INTRODUCCION Los principales periódicos de las dos más important es ciudades de Chiloé eran de tendencias políticas ideológicamente contrapuestas; conservador y tradicionalista católico La Cruz del Sur; democ rático liberal en sus primeros años y radical después La Voz de Castro pero ambos en sus comentarios edit oriales, noticias locales, regionales, nacionales y también internacionales mostraban intereses comunes. El contenido de sus pocas páginas, no más de oc ho, abundaba en novedades del mundo social loc al, publicidad comercial, decretos e informaciones municipales, denuncias citadinas y ásperos ent retelones de la política local que enfrentaba a liberales y conservadores, en violentas dis putas que muchas veces se concretaron en riñas callejeras o violent as discusiones en lugares de diversión, y hasta en duelos que terminaron con la muerte por causa de un disparo que no disipo rencores politicos . En esos años cuando en Chile gobernaban las oligarquías

únicamente participaban de la política los

contribuy entes dueños de algún bien raíz . Los art esanos, trabajadores a jornal, el campesino, la gente del pueblo estaba excluida de intervenir en las decisiones políticas. En esos años Chiloé y sus islas era el cent ro poblacional más cercano a la Patagonia lo que permitió la vinculación migracional entre esta área geográfica y esos despoblados territorios, por esa razón geográfica durante toda la mitad del siglo XX Chiloé se convirtió en una zona abastecedora de mano de obra barata a la Patagonia, chilena y argentina. Además el pago de un salario era una de las principales atracciones para un campesinado emigrante. En ese contexto Chiloé fue una región marginada del desarrollo industrial, subordinada a abastecer las necesidades de mano de obra en los establecimientos ganaderos y frigoríficos de la Patagonia. Los terrat enientes dueños de los despoblados territorios australes, los frigoríficos, almacenes, bancos y empresas de navegación, durant e casi un siglo promovieron la migración de hombres solos para no permitir que la Patagonia fuera poblada por los

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chilotes. Esta situación excluyente inc rementó la emigración de fuerz a laboral joven, frenó el desarrollo económico del archipiélago y fue uno de los factores de la pobreza en que vivían sus habitant es. En Chiloé; - donde prolifera el minifundio con una anticuada agricultura de subsistencia - , el latifundista pat agónico dispone de abundante reserva de brazos baratos. En esos años la temporada de emigración se iniciaba en octubre cuando hasta Castro llegaban centenares de isleños a esperar los barcos de l a naviera Braun y Blanchard o de la Menéndez B ehety que llevaban c omparsas de chilot es contratados para las faenas de esquila en las oficinas que los repres entant es de esos monopolios tenían en Castro; otros aguardaban la llegada de un vapor de la Kosmos o de la Compañía inglesa de vapores. La población de la ciudad casi se triplicaba con la multitud de emigrantes y este acontecimiento en muy pocas ocasiones aparecía como noticia publicada en los periódic os de la época. Los dueños del único periódico castreño además de ser dirigentes de los partidos políticos, eran representantes de las empresas navieras que transportaban obreros y mercaderías para los establecimient os ganaderos de la P atagonia por esa razón las páginas de este periódic o reflejaban las opiniones de la oligarquía local, los dueños del poder económico en Chiloé. E n l os periódicos la mas a de los obreros emigrantes, permanece invisibilizada, algunas vec es aparecían en las noticias policiales o en otras de menor importancia que no trascienden de ser sucesos anecdóticos. La endeble economía de Chiloé, que desde el siglo XI X sufría una endémica escasez de dinero circulante, y se mantenía de las ganancias obtenidas en la Patagonia por miles de emigrantes que antes de iniciar el viaje se endeudaban en las casas de comercio de Castro cuyos dueños eran parte de la oligarquía político social que gobernaba en el archipiélago. Los chilotes a su regreso con el salario ganado como esquiladores, peones de campo o como obreros en los frigoríficos cancelaban

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las mercaderías compradas para la mantención de sus familias durante el tiempo que estuvieron ausent es. Para se mantuvieran estas condiciones de expoliación del trabajo del chilote, -que era explotado en las estancias, y que a su regreso debía cancelar deudas por mercaderías que el comerciante local cobraba al doble o al triple de su valor real -, las informaciones de una prensa no neutral tergiversaban y manipulaban las huelgas promovidas por la Federación Obrera de Magallanes de acuerdo a sus intereses económicos e ideológicos. Las estancias patagónicas nacieron de la demanda de lana, carne y sebo que en E uropa se convert ía en vestuario, carne enlatada, paté, jabón y otros art ículos elaborados con la materia prima exportada. El auge de la industria ganadera patagónica se vivió en los años de la Primera Guerra Mundial, terminado ese conflicto bélico disminuyeron las ganancias de sus propietarios y administradores financiados por el capital ingles de la Duncan Fox. Además hasta la Patagonia comenzó a llegar una gran cantidad de emigrantes europeos educados en las ideas del anarquismo, y del socialismo marxista. Estos emigrantes promueven la creación de las mutuales obreras primero, y los sindicatos después; alcanzando una gran capacidad de convocatoria entre los trabajadores; entonces, en la Patagonia surgieron los conflictos obreros que organizados protestaban reclamando por el encarecimient o en el precio de los artículos de primera necesidad, incremento en los salarios, jornada laboral de 10 horas diarias con descans o dominical, mejoras en las condiciones de habitabilidad en las estancias. A principios del siglo XX en la Patagonia se inician manifestaciones y huelgas que muestran una fuerte cohesión obrera frente a una sociedad cerrada por las influencias de poder de las familias terratenientes. La organización obrera más representativa durante el primer cuarto del siglo XX es la Federación Obrera de Magallanes que integra a miles de trabajadores, en P unta Arenas posee un periódico

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El Trabajo; una sede con biblioteca y escuela obrera. Esta organización obrera estaba estructurada en una directiva central y en diversos sindicatos por rubro de actividad. En estas páginas se presentan y analizan algunas informaciones publicadas en los periódicos de Chiloé referidas a conflictos obreros promovidos por la FOM en Magallanes como fueron la Segunda Huelga Grande de Magallanes ocurrida en diciembre de 1916, la insurrección obrera en Bories y toma de P uert o Nat ales ocurrida el 23 de enero de 1919; y el incendio de la sede de la FOM ocurrida en julio de 1920 y la represión obrera posterior según la presentan los principales periódicos de las dos ciudades

mas

importantes

del

archipiélago

de

Chiloé: La V oz de Castro de la ciudad del mismo nombre y La Cruz del Sur de Ancud.

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HUELGA EN PUNTA ARENAS, DICIEMBRE DE 1916 Chiloé era una región aislada y deteriorada económica y socialmente; y se mantenía al margen del descontento y las movilizaciones obreras, vegetando en el caudillismo político de liberales y conservadores, sin q ue en el archipiélago existiera una clase obrera organizada e ideológicamente educada. Los caudillos locales con su política de client elismo y prebendas, y los representantes de las oligarquías sociales isleñas eran empleados o representantes de los monopolios industriales propietarios de los establecimientos ganaderos, los bancos, casas importadoras y las compañías de navegación establecidos en t oda la P atagonia. Los periódicos locales a través de sus editoriales y noticias estructuraban un discurso que se ajustaba a la defensa y protección de los intereses de estos dueños de la Patagonia. Este discurso disfrazaba ideas conservadoras y era presentado como la defensa de los intereses c omunes de t odos los miembros de la comunidad, y esto especialmente s e aprecia en el discurso narrativo de las informaciones que publicaban estos medios de comunicación describiendo los conflictos laborales y sobre todo en la invisibilización de las demandas obreras y la caracterización como actos vandálicos la defensa obrera frente a la represión de la polic ía y el ejército durante las huelgas. En estas noticias los obreros caían en la categoría de bandoleros, y se les presentaba como forajidos que pretenden destruir las bases del progreso. Con la finalización de la Gran Guerra Europea se produjo el cierre de los mercados importadores de la materia prima obtenida de la explotación ganadera ovina: lana, c arne, sebo, tripas; y aumentó la c esantía en Magallanes, la Patagonia argentina y en consecuencia en Chiloé. En las estancias ya no eran necesarios esos trabajadores

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“emigrantes temporeros de idas y regresos”, “esos peones golondrinas ” que viajaban a un territorio empobrecido, y donde por la carestía de los fletes y los usurarios aument os del precio de las mercaderías con que los dueños de las empresas navieras, los mismos dueños de las estancias, pretendían paliar sus perdidas, hac ían imposible la vida. “La vida allí esta muy cara basta saber que el s aco de papas está costando 50 2

pesos ”. En otras regiones del país la cesant ía s e acrecentaba con el cierre de las oficinas salitreras. Esta situación social aumentó los conflictos laborales en toda la Patagonia. El origen de la Federación Obrera de Magallanes fue una asamblea c onvocada por la Sociedad de Obreros Carneadores. El 11 de junio de 1911, en Punta Arenas, en el local de la cosmopolita se reunieron más de 150 trabajadores la mayoría esquiladores y peones de campo quienes resolvieron crear una nueva S ociedad Obrera 3

que representara a toda la clase obrera magallánica . En 1916 la FOM inauguró su filial en Puerto Natales y su militancia superó los seis mil trabajadores con 2500 afiliados 4

que se mantenían al día en sus cuotas . En diciembre de ese año y a principios del siguiente s ucedió la segunda huelga rural que se extendió del campo a la ciudad paralizando varios gremios urbanos, entre ellos los jornaleros y los trabajadores de mar y playa que paralizaron las faenas en los muelles. 1

El calificativo metafó rico de peón golondrina se aplicaba a aquellos trabajadores que emigraban siguiendo el ritmo de los diferentes ciclos productivos en las estancias de la Patagonia (baños, señalada, esquila y arreo de hacienda para los frigoríficos). Incluía a los chilotes que cada año se embarcaban en octubre y regresaban en abril del año siguiente. 2 La Cru z del Sur, 16 de febrero de 1919. En 1921 un esquilador ganaba 28 pesos cada 100 animales esquilados con un máximo tres a cuatro mil; el sueldo de un peón de campo era de 210, el de un vellonero 168 pesos. 3 Harambour, Alberto (1999). El movimiento obrero y la violencia política en el Territorio de Magallanes, 1918-1925. Santiago. Tesis para optar al g rado de Licenciado en Historia. pag 82 4 Harambour, Alberto (1999). El mov imiento obrero y la v iolencia polít ica en el Territorio de Magallanes, 1918-1925. Santiago. Tesis para optar al g rado de Licenciado en Historia. pag 87

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El 8 de diciembre de es e año La voz de Castro en una de las informaciones contenida en su página de noticias relat aba: “… desde ayer vienen circulando persistentes rumores de haber estallado una formidable huelga de trabajadores en P unta A renas y en Ultima Esperanza, Territorio de Magallanes. Este movimiento huelguista lo dirige y patrocina la Federación Obrera de Punta A renas, y que la causa sería la disminución de salarios que los dueños de estancias y haciendas quieren pagar a los trabajadores. Se nos ha dicho que para contener el orden y resguardar

los

intereses en dicha ciudad se ordenó que el Regimiento Chiloé se traslade a Punta A renas en el Blindado Blanco que había partido de A ncud en el día de ayer. No tenemos otros antec edentes por el moment o que nos permitan asegurar la verdad de estos hechos que al ser efectivos tendríamos que lamentarlos porque la casi totalidad de la gente trabajadora de Magallanes es de Chiloé que anualmente se trasladan a esa región para la es quila u otros

trabajos

de

campo.

Conocemos

además

que

nuestros

coprovincianos no son capaces de formar huelgas o movimientos subversivos”. El anonimato de las fuentes que entregaban las noticias, “se nos ha dicho que…”,

“persistentes

rumores ”,

“un telegrama llegado

a nuestra

redacción”,

“declaraciones de viajeros que regresan des de Magallanes”, en noviembre de 1921 será algo común en la procedencia de las noticias que describían a los huelguistas de Santa Cruz como un ejercito de bandoleros que asaltaban las estancias. Para la oligarquía isleña estas huelgas eran acontecimient os repudiables, actos vandálicos que no podían s er realizados por nuestros “coprovincianos”, sumisos e ignorant es de la

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lucha obrera que en la Patagonia; - dicen -, destruía la modernidad capitalista y retras aba el desarrollo de esos territorios. La exculpación, “nuestros coprovincianos no son capaces de formar huelgas o movimientos subversivos” que otorga a otros conductas sociales que para la pasividad de la isla resultan extrañas , refleja la distancia cultural que en la Patagonia separaba al inmigrant e chilote del europeo. Gabriela Mistral refleja estos abismos de participación en las decisiones y luchas sociales en un ensayo que escribió cuando en 1919 era directora del Liceo de Niñas de Punta Arena y tituló “Inmigración” donde afirma: “P ara nuestro pueblo el inmigrante europeo es sólo un hombre con dos brazos como los suyos y un estomago ávido, como el suyo. Sin embargo lo arroya en la competencia, porque desde el napolitano turbulent o hasta el silencioso yugoslavo, llevan en esos mismos brazos desnudos pot encia que no se toca ni se ve y que se llama “ la civilización de doscientas generaciones”… E nfrente de él 5

queda el obrero nuestro, con padre albañil o gañan, y abuelo albañil o gaña n”. Para ese obrero, campesino pobre en Chiloé, la sociedad dueña del poder económic o y político en el archipiélago solo cabía el servilismo, la pasividad, y el aceptar sin cuestionar las condiciones de vida, las jornadas de trabajo y el salario que en la Patagonia daban los terrat enientes. “Por los telegramas que fijamos en nuestra pizarra se sabe que la huelga en Punt a Arenas se sigue ext endiendo en todo el territorio de Magallanes en forma t ranquila, sin que hasta este momento se halla producido algún des orden y la Fuerza Pública halla tenido que intervenir. Son ent erament e falsas las noticias alarmant es que ciertas personas hacen circular con respecto a la huelga que no obedecen sino a mantener intranquila a la gente que tiene parient es en aquel territorio. La huelga en 5

Arraigada, Ramón. (2010) La Rebelión de los Tirap iedras. Puerto Natales -1919. Ediciones Universidad de Magallanes. Punta Arenas.

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Punta Arenas la inició el gremio de carret eros y se extendió al campo. Últimamente se plegó al movimiento huel guista la gente de mar: 6

lancheros, fleteros, etc .” El trabajador chilote que viajaba a Magallanes en temporada de esquila era un pequeño propietario que en Chiloé sobrevivía en la carencia de lo más indispensable para llevar una existencia digna. Miseria que apenas era paliada por una agricultura de subsistencia y la recolección y pesca de productos del mar, y en la Patagonia este empobrecido propietario se c onvirtió en un as alariado rural que carecía de c onciencia y solidaridad de clase. Su analfabetismo y las ansias de viajar a la Patagonia, la Ciudad de los Césares que atrae con sus fantas ías de riqueza fácil, les impide saber que en Chiloé; en diciembre de 1916, se contrataban para trabajar como carneros, “krumiros”, rompehuelgas en los muelles de Punta Arenas. “La Agencia de Vapores de los señores B raun y Blanchard, servida en esta por don Olegario Miranda, ha contratado 80 trabajadores para la Sociedad E xplotadora de Tierra del Fuego, los que se dirigen a Punta Arenas por el vapor Chiloé. Los contratad os han firmado un compromiso ante el notario público declarando que no pertenecen a la Federación Obrera de Magallanes; que es la que ha declarado la huelga en aquel territorio. Se obligan a t rabajar en las f aenas que la referida sociedad le indique por el termino de cuatro meses. La Sociedad E xplot adora le paga a estos trabajadores un s ueldo mensual de seis libras y diez chelines a contar del día que firmaron el 7

contrato; comida diaria, y pasaje gratuito de ida y regreso ”.

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La Vo z de Castro, 15 de d iciemb re de 1916. La Vo z de Castro, 22 de diciembre de 1916.

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Terminadas las faenas muc hos de estos emigrantes no regresan al archipiélago, “cruzan el alambre” y se quedan vagando por las pampas de la Pat agonia A rgentina, allí son los vagabundos “tumbeadores” que mendigan trabajo en las estancias, “trabajan por lo que sea”, y fueron los por siempre desconocidos chilotes fusilados por la tropa del Capit án Viñas Ibarra en la zona de Lago Argentino, Calafate, La Leona y otros lugares. A muchos ni siquiera mal enterraron en una fosa mal cavada. Era gente sin valor, fusilados en descampado sin que nadie se tomara la molestia de saber s us nombres. Esta clase de chilotes emigrantes de ocasión, “brazos obreros desplazados 8

por la traidora hambre creada por la explotación del capitalismo ”, fueron el origen de la disminuida imagen del c hilote como trabajado r apatronado y sin solidaridad con s us 9

pares reflejado en el “¡ chilote tenía que ser…! que marca y discrimina ; y fue una de las causas que motivaron el fusilamiento de tanto chilote sin nombre durant e la represión de la huelga de 1921 en las estancias de Santa Cruz, República Argentina.. “[…] Entre los prisioneros no requeridos por los estancieros se hizo una selección muy apresurada. Chilote que tenía alguna prenda nueva se lo acusaba de robo y sin más vuelta se lo ejecutaba. Por supuesto esas pilchas nuevas tenía que dejarlas antes de ir a lavar sus culpas con plomo argentino. Tanto ellos como los otros, los chilotes demasiado rotosos, tomados ya como escoria, morralla. Para qué podía servir esa gente de mal aspecto, mal entrazado, de mirada torva; evidentement e no era necesario dejarles la vida, era como limpiar la tierra argentina. Esos tal vez fueron los que más sufrieron porque se los dejó para lo último, como quien hace un barrido para juntar todo el descarte después de una s elección. O no sufrieron, porque acaso se pueda admitir 8 9

El Trabajo N° //, 30/ 10/ 1921. Coloane, Francisco. El Ch ilote Otey y otros relatos.

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que a una cochambre humana así Dios ni siquiera le haya dado capacidad de sufrimiento. Parec ían budas mugrientos esperando pacientemente su muert e o un latigazo, o unos cuantos palos por el lomo. Tal vez para ellos 10

todo fuera lo mismo ”. Esa era la imagen que en la P atagonia t enían, según Os valdo B ayer, de los chilotes fusilados. Esa discriminación impulsó a los militares argentinos a fusilar a esos miserables peones vagabundos que ensuciaban su P atagonia. Una discriminación expresada con duros calificativos, cochambre humana, escoria, morralla, gent e de mal aspecto. Así sin heroísmos en la Argentina reconocieron el trabajo de ese indígena, o mestizo chilote, que por estos lados creemos que con el sudor de un t rabajo que le cancelaron con miserias, fue el forjador de la Patagonia. Pero de los humildes nunca fue la Patagonia, ellos fueron los explotados, y los engañados para viajar durante siete días encerrados en las bodegas de los barcos a servir de rompehuelgas, buscando en o tras tierras el trabajo que en la propia no encontraba. “La huelga en Magallanes va adquiriendo cada día mayores proporciones. La FOM mantiene firme su posición de que se le pague en libras esterlinas a los trabajadores, y han dado orden de paralizar las faenas de esquila y demás trabajos en las estancias; diariamente llegan a la ciudad centenares de hombres que abandonan el trabajo recorriendo enormes distancias que caminan durante ocho a diez días. Para reemplazar a los huelguistas llegaron a Punta Arenas por el vapor Orense numerosos obreros procedentes de Buenos Aires. La marinería del crucero Blanco, y tropa del Regimiento Chiloé hacen los trabajos de carga y descarga en los muelles del puerto. El gobierno 10

La Patagonia Rebelde (2004), To mo II, La Masacre. Osvaldo Bayer. Pág. 328, describ iendo los fusilamientos en la Estancia La Anita.

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argentino ordenó que el crucero Buenos Aires salga para Río Gallegos para hac er vigilancia e impedir

que los huelguistas chilenos pasen a

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territorio argentino ”. En diciembre este movimient o obrero se extiende a las estancias de Tierra del Fuego; además de paralizar las faenas del campo a esta huel ga t ambién se adhirieron los jornaleros marítimos. La gente de mar y playa detienen toda actividad en los muelles de Punta Arenas y Puerto Natales. Los trabajadores de las estancias abandonan las faenas y se movilizan hacia Punta Arenas donde en la sede de la FOM se habilitan comedores. El periódico El Trabajo informaba que 1200 obreros caminan desde Puerto Natales hasta Punta Arenas escapando de la provocación de los 12

Carabineros . A mediados de

enero

de

1917

se

resuelve el conflicto laboral aceptando los obreros el salario

ofrecido

por

los

estancieros. En la historiografía oficial de la P atagonia si los emigrantes de la isla de Chiloé

no

invisibilizados, identificados

están aparecen por

sus

carencias. Esta exclusión

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La Vo z de Castro, 25 de d iciemb re de 1916. El escuadrón de Carabineros antes del año 1927 no era una fuerza policial, era parte del ejército. 12

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histórica que los margina de la categoría fundacional del desarrollo cultural, económico y social de toda la Patagonia es causada por una comparación y tendenciosa diferenciación que los historiadores de la Patagonia hacen del europeo, el chileno y el chilote. En la historia oficial de la Patagonia se hace una apología a la obra fundacional de los pioneros, emigrantes europeos que sin escrúpulos se convirtieron en terrat enientes dueños de la Pat agonia, con sus bancos, almacenes, frigoríficos y empresas de navegación. Para obtener tierras donde cri ar ovejas asesinaron a los aborígenes de la P atagonia. Menéndez decía a sus cazadores de indios: “A mi no me traigan cuentos, tráiganme orejas”, y fueron tantos los indios d esorejados que después pidió,

testículos

cabezas.

y

Esos

muy

reconocidos historiadores magallánicos

y

trasandinos nunca vieron el

abismo

cultural

que

separaba al europeo hijo de pueblos de tradiciones milenarias

y

el

chilote

directo descendiente de quienes

hasta

aun

hacían cien años

no eran

siervos tributarios de la corona española y sus representantes en el archipiélago. Pero el chilote aprendió de los europeos y superando sus carencias se convirtió en dirigente obrero, adquirió conciencia de clase, hizo suyas ideas políticas contrarias a su formación basada en la predica religiosa, y se integró a las sociedades obreras para

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intentar cambiar las condiciones miserables en que vivía en las estancias, los sueldos precarios y las extenuantes jornadas de trabajo.

LA INSURRECCION OBRERA EN BORIES Y TOMA DE PUERTO NATALES En octubre de 1918 la prensa de Chiloé sacaba de la bruma que invisivilizaba a los asalariados rurales que eran los chilotes obreros emigrantes e informaba que un telegrama del Gobernador de Magallanes al Ministro del Interior daba a conocer la escasez de trabajo en ese Territorio: “El vapor Magallanes trajo centenares de obreros buscando trabajo que no encontraran estos individuos. La mayor parte embarcaron en Castro. Reitero rec omendamos hacer amplia dif usión de que en Magallanes hay abundancia de brazos y quienes vayan en b usca de t rabajo se enc ontraran en una situación muy difícil. Rogamos al Señor Ministro del Interior ordenar a los Gobernadores: “impedir por medios disuasivos que los trabajadores no emigren al sur…” Firmaba: Garc ía de la Huerta. Gobernador del Territorio de Magallanes”. La V oz de Castro publicaba este telegrama y comentaba: “Es muy dif ícil convencer a la gente de Chiloé que no viaje a Punta Arenas en busca de trabajo que no encuentran en sus islas; […] y usan hasta el ultimo recurso para embarcarse. […] Mientras el gobierno no tome medidas para det ener esta emigración, no dejaran de viajar a Punta Arenas miles de chilotes anualmente.” Las precarias condiciones de vida que empujaban al chilote a emigrar a las salitreras o a la Patagonia, no era noticia para la prensa conservadora ni preocupaba a las autoridades de la época, y hoy no aparece en los trabajos de los inventores de una historiografía oficial que niegan los problemas sociales existentes en el Chiloé de

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principios del siglo XX. Se crea una historia que idealiza un sistema de vida y esconde las ideologías que sustentaban el actuar de las oligarquías dueñas del poder político y económic o. Ideología conservadora que en esos años pontific aba que los asalariados chilotes deben mostrarse agradecidos con el patrón que les da trabajo en un tiempo cuando muc hos de sus semejantes carecen de una fuente laboral; y ese privilegio se debe, sin cuestionamientos, cancelar con servilismo. En esos años los marginados eran los “changueros ” que en una región sin indus trias viven mordisqueando trabajo de cuando en cuando. Son los mozos de los mandados, los sacamalezas, los picadores de leña, los limpiadores de caños y estufas; brazos disponibles para lo que venga. En las ciudades isleñas las Sociedades de Beneficencia escamotean la miseria de quienes habitan en un archipiélago empobrecido, incomunicado, descapitalizado y con gravísimos problemas de estructuración social. Archipiélago que fue para los monopolios dueños de la Patagonia una región de segunda clase, que exis tía al servicio de las necesidades ajenas. Pero para los chilotes no existían las fronteras, y aquellos que no lograban embarcarse para ir a la Patagonia; se iban para Aysén, cruzaban a pie o en caballo la cordillera y se iban por las estancias del Chubut mendigando trabajo hasta que después de casi dos o tres meses de andar de vagabundos, llegaban a las grandes estancias de Sant a Cruz. Otros se iban en lancha velera hasta Angelmo, en Llanquihue, desde allí iniciaban el viaje de irse caminando por senderos y huellas hasta 13

llegar a los latifundios de los colonos alemanes a t rabajar de “destripa t errones ”, y por una miserable paga soportar humillaciones durante la temporada de siembras y cosechas de trigo, cebada, avena, papas, arreglar establos y cercos, cortar y picar leña para el próximo invierno. 13

Calificativo dado por Darío Cavada, en algunos comentarios editoriales de La Cru z del Sur, y en el libro : “Chiloé por N.N”. (1896), Ancud, Imp renta y encuadernación de “El Austral”.

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El 12 de enero de 1919 en Puerto Natales la FOM convocaba a un comicio para protestar por la carestía y la represión de los obreros que permanecían en huelga en Punta A renas. Los obreros de P uert o Natales enviaron al President e de la República las “conclusiones ” de ese comicio con la firma de los gremios de esquiladores, metalúrgicos, carpinteros, gente de mar y playa, y carreros. En esa carta solicitaban se tomaran medidas para “controlar el inescrupuloso estado d el comercio” y para abaratar “... los artículos de primera necesidad – recargados enormemente en el Territorio por los fletes – excesivamente caros que cobra la Línea de Navegación B raun & Blanchard. Como dat o ilustrativo nos permitimos […] exponer que un saco de papas que en Chiloé vale seis pesos cobra la casa nombrada cinco pesos de flete hasta Punt a Arenas y cuatro desde esa hasta esta población con un recorrido solo de 300 millas [de ese modo] un sac o de papas que vale en Chiloé seis pesos nos cuesta a quí cincuenta pesos y [por el] saco de harina cobran en los almacenes [de la B&B] cuarenta y nueve pesos cuarenta cent avos. Para remediar esta anomalía bastaría que V.E. ordenara […] que los transportes y escampavías hicieran el servicio de cabotaje entre esta región y las 14

provincias del centro del país. Como lo hacen en la vecina República .” Semanas después por extrañas circunstancias las conclusiones de ese comicio coincidían con el discurso que el senador Sivestre Ochagavia

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pronuncia en el

parlamento dando a conocer la situación del Territorio de Magallanes. Este discurso fue publicado en La Cruz del Sur, el domingo 26 de enero de 1919 en una editorial que

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Fondo Gobernación de Magallanes, Ministerio del Interior, expediente 50, 20/03/1919, p. 470. En Harambour, A lberto (1999). El movimiento obrero y la violencia política en el Territorio de Magallanes, 1918-1925. Santiago. Tesis para optar al g rado de Licenciado en Historia 15 Silvestre Ochagavia Echaurren, uno de los más grandes industriales vinícolas de Ch ile, fue senador del Part ido Conservador por Chiloé durante el período 1912 – 1918 y reelecto para el período 1918 – 1924.

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decía que este parlamentario, representante de las oligarquías que gobernaban este país dijo: “Los habitantes de Magallanes se mueren de hambre. Esta es la verdad comprobada por las publicaciones de la prensa local, las cartas de las pers onas que allá residen, las declaraciones de viajeros que regresan desde allá. P ara quienes consideran que esa frase es exagerada debemos decir que el litro de leche cuesta por aquellos mundos de dos a tres pesos, las legumbres valen en igual proporción. La c omida cuesta un ojo de la cara; que todo escasea en forma horrorosa. Lo único que abunda es el licor, y la mortalidad infantil es cosa de miedo”. Este

parlamentario

parece haber leído, y ahora repite, comicio

las

conclusiones

obrero

Presidente

de

enviadas la

del al

Republica.

Continuaba su discurso diciendo: “Causa inmediata es el servicio de vapores,

antes

había

un

servicio regular aunque tardío. Hoy el servicio de provisiones esta en poder de armadores en Punta Arenas , dueños de los muelles y todos los elementos de transporte, y que manejan el mercado de consumo de acuerdo con sus particulares intereses”. Pero omite identificar las empresas dueñas del monopolio comercial en toda la Patagonia, y la sos pecha de que este discurso transcribe casi textualmente las conclusiones que los gremios enviaron al Presidente de la Republica s e confirma cuando repite lo expresado por los trabajadores: “Hay un monopolio absoluto, indestructible, a menos que el gobierno

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ordenara a algunos de los transportes de la armada que se encargara de este aprovisionamiento. E xiste una verdadera dictadura comercial ejercida por los que tienen en sus manos los elementos de aprovisionamient o. Es la causa inmediata de la carestía que se acabara el día que se establezca un servicio de cabotaje especial para esa región…” Y a en esa época los politicos defensores del capital usaban la estrategia de aparentar defender los problemas de la clase obrera para nunca solucionarlos. El 22 de enero de 1919 los trabajadores de P uerto Bories inician una huelga solicitando una rebaja del 40% en los fletes marítimos, el 30% en los artíc ulos de primera necesidad, el 30% en los alquileres de las casas habitaciones, y una jornada de oc ho horas diarias. Los dueños del frigorífico “conc edieron algo” de las demandas obreras y se firmó un acuerdo. A la mañana siguiente al volver los trabajadores a Puerto B ories para reiniciar las faenas, se encontraron con que el administrador amenazaba ejercer represalias contra los cabecillas de la movilización. Los trabajadores liderados por el encargado de la FOM en Natales reclamaron a la administración, y durante la discusión se caldearon los ánimos, entonc es, el administrador extrajo un revolver y disparó dos balazos contra un trabajador que cayó 16

herido de muerte . Los obreros indignados atacan el retén que los Carabineros tienen en Bories. Allí resultan muertos dos carabineros y dos obreros. A mediodía, los huelguistas regresaron a P uerto Natales, y a ellos se unieron otros trabajadores para en una manifestación de protesta recorrer las calles del pueblo, durante ese recorrido se atac ó a balaz os a los manifestantes desde el cuartel de carabineros, esto generó un enfrentamiento de seis horas que terminó cuando los voluntarios de la Cruz Roja mediaron ante los dirigentes obreros y consiguieron la rendición y entrega de los carabineros; “desde ese moment o el pueblo se constituyó en 16

Para un mejor conocimiento de la To ma de Puerto Natales léase Harambour, Alberto, obra citada, páginas 101-120.

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autoridad, porque exigió que los carabineros, que por desgracia quedaron vivos, fueran desarmados, y quedaron en calidad de detenidos”. Según la versión del periódico El Trabajo. “En el fragor del combate sostenido por el pueblo, […] empezaron a arder las casas de los culpables: el edificio de la B raun y Blanchard quedó reducido a escombros. Con algo saldaron t odo el prejuicio y la miseria que ha ocasionado al pueblo que lo enriqueció”. La siguient e es la descripción de la toma de Natales dada a conocer por La Cruz del Sur buscando crear un impacto emocional en los habitantes de Chiloé. “Los diarios de Punta Arenas traen extensos det alles de los sangrientos suc esos ocurridos en P uerto Natales que por varios días estuvo dominada por elementos exaltados. Últimamente muchos obreros se declararon en huelga dirigidos por el subcomité de la FOM en ese pueblo. Valiéndose que había poca fuerza [policial] amenazaban a las autoridades y cometían atropellos, vino el choque con los carabineros quienes estaban desprevenidos y murieron cuatro quedando dos 17

heridos ; entre los paisanos hubo seis muertos y diez o quince heridos ”. En Bories los obreros habían atacado el reten que los Carabineros tenían en el frigorífico; durante el proceso judicial los obreros chilotes: Hilario Cárc amo, Clodomiro Barría y Francisco Bontes fueron acusados de formar parte del grupo que persiguió y as esinó a golpes de palos, piedras y fierros, a los Carabineros de Bories mientras otro grupo de obreros disparaba contra los administradores y demás empleados ingleses que disparaban desde la tonelería del frigorífico. La Cruz del S ur en un sincretismo confuso describía un resumen de la noticia que en Punta Arenas publicaba el diario “La unión”, propiedad del 17

Párrafos más adelante esta noticia se contradice afirmando que solo un carabinero resultó muerto.

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obispado de Magallanes. Vicaría Apostólica que dos veces al año recibía un aporte en dinero del Directorio de la Sociedad Explotadora de Tierra del 18

Fuego ; “para atender las necesidades de orden social que consideren de mayor importancia”; una de estas obras sociales era el financiamiento del diario “La Unión” de Punta Arenas fuentes de las noticias que publicaba La Cruz del Sur; que en Chiloé describía que los obreros: “Quemaron el almacén de la B raun y Blanc hard, bodegas, garajes y la agencia del banco quedaron en cenizas. Felizmente llegaron tropas de Punta Arenas y todo volvió a la calma. La Cruz Roja se hizo cargo de la población a falt a de f uerz as y as í se pudo evit ar asesinatos y destrucción del pueblo de 259 casas ”. La verdad era que después del mediodía en Natales ; - cuando ya se conocían los incident es ocurridos en B ories -, una poblada encabezada por el chilote Froilan Vásquez Huenul asalt ó el cuartel de la Policía, y de allí robaron ocho fusiles máuser, dos revólveres colt, algunos sables de caballería y yataganes. Por su actuación durante estos sucesos Froilan Vásquez será apodado “El Capitán Mac hete” por dirigir a los sublevados llevando un sable y un revolver en cada mano durant e el ataque al cuartel de polic ía y el saqueo e incendio del almacén de la Braun y Blanchard. A media tarde la poblada se dirige a atacar el cuartel de Carabineros, lanzando piedras y balazos contra la casucha des de donde contestan izando la bandera y dis parando contra la muchedumbre que escapa asustada, quedando varios atacantes heridos. En este enfrentamiento mueren un obrero y un policía. El obrero muert o es el carpintero Ramón Mansilla Miranda, de 21 años. Tenía una herida en el

18

Arraigada, Ramón. La Rebelión de los Tirapiedras. Puerto Natales 1919; pág. 221.

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estomago y falleció a las siete de la tarde de ese día. La Cruz del Sur afirmaba que: “El día dos un individuo le disparo un tiro al cura reverendo padre Víctor (S alesiano) pero no le pegó y la bala se incrustó en el edificio de la Cruz Roja; dicho individuo fue el primero en morir at ravesado por una bala. Otro obrero, que era zurdo, dio un bastonazo al padre, y res ultó con un balazo que le destrozó el brazo izquierdo, el doctor se lo cort ó y después murió. Los católicos tenemos un ejemplo en esto de cómo Dios castiga a los sacrílegos. Los obreros querían además quemar la iglesia y 19

la casa parroquial ”. Esta referencia a un hecho particular, - que nunca sucedió-, y que parece una imagen sacada de una predic a de catequesis, es la reiteración de un suceso que el narrador sabe impactará en las emociones y sentimientos de la católica sociedad insular. Un suc eso que descrito en forma vaga es la t endenciosa representación de los huelguistas como seres sac rílegos, sin respeto por las instituciones religiosas y que integran agrupaciones que amenazan destruir el orden y la paz social. Este párrafo de la noticia refleja el modo de pensar de la oligarquía dueña del poder político y económico en la sociedad c hilota marcada por la confusión entre las normas del orden civil y la moral de lo religioso. Es notorio que esta narración hace una interpretación moral de los hechos que refleja el absolutismo político y el oportunismo conservador marcado por la explotación de los temores y las creencias ancestrales; el imperio de la tradición y del dogma. La cosmovisión religiosa es usada para mantener a todo un pueblo sumiso y en la inmovilidad social.

19

La Cru z del Sur, Ancud, 16 de febrero de 1919.

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“El día tres llegó el Alejandro

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con 55 hombres del regimiento

Húsares, con armas y ametralladoras. Parece que el gobierno ya no tendrá abandonada esta rica región, en materia de tropas. Ahora está todo normalizado con la llegada del juez se tomaron medidas enérgicas, y se procedió a allanar casas sospechosas pues la casa de la Braun y Blanchard fue saqueada antes del incendio. La Cruz Roja atendió desde el primer momento a los heridos, consiguió con los obreros se detenga el fuego graneado que mantenían contra el cuartel de carabineros. Estos se portaron como héroes no obstante que eran solo cuatro, uno había muerto y había uno o dos heridos. El cuartel parecía un harnero. Parece que estas revuelt as vienen de Buenos Aires y son obra de socialistas

o

anarquistas

pues

los

cab ecillas

son

extranjeros

especialmente españoles. En Puerto Natales ya no hay nada que temer los revoltosos ya están muy

tranquilos

muchos emprendido

y han

las

de

20

Barco de la empresa de navegación Menéndez Behety. Buque que fue usado como juzgado y cárcel. Encerrados en las bodegas de este barco fueron trasladados a Punta Arenas 26 obreros detenidos; al menos 15 de ellos eran chilotes.

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Villadiego por temor a la justicia ”. La eficacia de estos tendenciosos relatos describiendo la Toma de Puerto Natales como un acto de vandalismo, reside en el hecho que esos relatos influyeron para que los habitantes de Chiloé, sin cuestionamientos de ninguna clase creyeran las confusas noticias de un acontecimient o real que fue convertido por la predica católica y el discurso conservador, en una violenta rebelión de extranjeros sin Dios ni Patria, vándalos socialistas o anarquistas, de los cuales los obreros chilotes eran victimas por ignorancia o buena fe. Esta descripción de la toma de Puerto Natales concluía afirmando que: Entre los muertos chilotes figuran: Juan Saldivia Alderete, de Castro, maestro carpintero, soltero de 24 años de edad. Ramón Mansilla Miranda, de Castro, Punahuel, carpintero, soltero de 21 22

años ”. Nada se decía que durante esta violenta rebelión resultaron muertos cuat ro carabineros y seis obreros, dos de ellos dirigentes de la Federación obrera de Puerto Natales. Además nunca se informó que la mayoría de los obreros det enidos que permanecieron casi tres años en la cárc el de Punt a Arenas ac usados de los delit os de

21

Entre los obreros que en el proceso judicial fueron acusados de cometer delitos durante la Rebelión de Puerto Natales, y no fueron apresados, se encontraban los chilotes: Abraham Gó mez, José Cárdenas, Clodomiro Barría, y Manuel Catelican que había sido herido durante el asalto al cuartel de Carab ineros. 22 La Cruz del Sur, Ancud, 16 de febrero de 1919. Ramón Mansilla aparece en el listado de trabajadores heridos que publicó el periódico El Trabajo de la FOM el 26/ 01/ 1919. Otros chilotes heridos fueron: Pedro Ruiz, Ignacio Torres, Manuel Catilicán, José García, Ignacio Millalonco, Pedro Pérez.

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23

sedición, incendio, lesiones, robos y desordenes, eran chilot es ; según se demuestra en las páginas del expedient e del proceso judicial. Se puede concluir que el

relat o de la Cruz del

Sur contiene las

representaciones que sobre la nación, el territorio, sus habitant es y su cultura tenían los grupos conservadores dueños del poder político y económico en Chiloé. Un archipiélago empobrecido, incomunicado, sin intercambio comercial y con gravísimos problemas de estructuración social; que para los monopolios dueños de Pat agonia siempre fue una región de servidumbre, productora de mano de obra barata. Esta mano de obra inmigrante ocasional y poco ilustrada, cuando no analfabeta, pagada a bajos salarios y sin protección legal alguna, constituye uno de los fundamentos de la riqueza y del capital constituido en la P atagonia, al que contribuyeron con su trabajo asalariado. Era Chiloé una región de segunda clase que existía al servicio de necesidades ajenas. Desde 1880/1890 en adelante la expansión de la actividad ganadera, atrajo e instaló un flujo migratorio de considerable t amaño e importancia, que partía desde el archipiélago de Chiloé en Chile, continuaba en las faenas anuales de las estancias de Magallanes y Tierra del Fuego y podía des embocar finalmente en las estancias argentinas de Santa Cruz y Tierra del Fuego, o en los establecimientos portuarios, frigoríficos o industriales de la costa atlántica. Estas migraciones inducidas por la expansión territorial del capital industrial (ganadero y frigorífico en particular), consiguió constituir y radicar una parte importante de la población pat agónica en Punta Arenas, Puerto Natales y Porvenir por el lado chileno, as í como en Río Grande, Río Gallegos, Puerto Deseado, por el lado argentino.

23

Aparecen identificados en La Rebelión de los Tirapiedras; páginas: 127 – 152; 193 – 220.

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LOS REBELION DE LOS CHILOTES DE PUERTO NATALES 24

Puerto Natales se fundó oficialmente el 31 de mayo de 1911 . Con la fundación del Frigorífico de Puerto Bories, por la Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego (SE TF), se abrieron muchas posibilidades de trabajo, no sólo en las divers as instalaciones sino también en las estancias aledañas. Así fueron llegando colonos desde la Isla Grande de Chiloé, aument ando rápidament e el número de habitantes del pequeño poblado. Aun hoy es innegable la chilota idiosincrasia natalina. En esos años en la Pat agonia eran muy marcadas las diferencias sociales y económic as de los chilotes respectos de otros grupos de inmigrantes. Además el modo de vida, la pobrez a, la rusticidad les hacia merecedores de fuertes prejuicios teñidos de discriminación con mucho de xenofobia y racismo, por habitar en sectores marginales, el acento idiomático, la escasa capacidad de progreso, el color de la piel y el alcoholismo. Además los chilotes persistían en sus usos y costumbres tradi cionales. Esas marcas sociales y culturales eran parte de los habitant es de Puerto Natales, hasta donde cada verano llegaban “comparsas” de chilotes a trabajar en las faenas de la temporada de es quilas. Resulta evident e afirmar que los obreros que llegaban a las estancias de Ultima Esperanza y al frigorífico de Puerto Nat ales, lo hac ían ingresando por el puerto de Punta Arenas donde las Sociedades Ganaderas que traían a estos trabajadores los alojaban en precarias viviendas. La Braun y Blanchard, la Menéndez Behety eran las 25

empresas que mantenían oficinas de contratación, “enganc hadores”, en Castro . Estas

24

El Comercio de Punta Arenas, 28 de junio de 1911. “Trabajadores que en su mayoría eran contratados anualmente en la provincia de Chiloé y sus alrededores, llevados por las industrias y compañías ganaderas en la temporada de esquilas y matanzas de los ovejunos en los frigoríficos”. Belisario Fritz Silva. Teniente Coronel de Carabineros en 1919. 25

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empresas llevaban y traían a estos trabajadores descontando de sus salarios el costo del viaje. Trabajadores que no tenían cómo comparar sus salarios con los de los demás trabajadores ni con las demás estancias del Territorio o de la Patagonia argentina, dada su dispersión y las dificultades de comunic ación y transporte. Al analizar las causas que provocaron la Rebelión de los obreros de Puerto Natales se dan razones sindicales, no cancelación de salarios, extenuantes jornadas de trabajo, trato prepotent e y discriminador de los administradores y capataces del frigorífico, maltrato e injusticia policial, la carestía de la vida, la especulación en el precio de las mercadería en los almacenes propiedad de las empresas ganaderas, y el costo del transporte de mercaderías para quienes quisieran competir con las empres as dueñas de la Patagonia. Pero se silencian las razones de exclusión social de los chilotes que c onstituían una mano de obra barata, siempre c ontratada a muy buen precio por las Sociedades Ganaderas, en las diferentes faenas que se realizaban en el territorio. La Rebelión Obrera de Puerto Nat ales sin cometer ningún error histórico también podría llamarse, la Rebelión de los Chilot es de Puerto Natales, si bien unos pocos no chilotes eran dirigentes de la FOM, la gran mayoría de los obreros y gent e del pueblo que participaron en la revuelta eran chilotes ya establecidos en Ultima Esperanza o cont ratados para las faenas del Frigorífico Bories. La condición irregular del emigrante chilote en la pat agonia c hilena y argentina se evidenciaba en las condiciones de trabajo, condiciones violatorias de los mas elementales derechos laborales, que resultan funcion ales a la economía de la P atagonia para obtener una ventaja ganancial en los mercados, en competencia c on otros centros de producción;

Cabo primero durante los sucesos de Río Gallegos. Escuadrón Puerto Montt de Carabineros. La Rebelión de los Tirapiedras, pag. 223

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por la utilización de mano de obra barata que disminuía los costos de producción. Cont ra aquello se sublevaron los chilotes de Puerto Natales el 23 de enero de 1919. De los 26 detenidos y trasladados a la cárcel de Punta Arenas después de la violenta rebelión de Puerto Natales quince de ellos eran originarios de Chiloé según quedó establecido durante el proceso, y a estos chilotes se debe agregar a aquellos que huyeron de las acusaciones de sedición, incendio, lesiones, robos y desordenes. Algunos fueron identificados durant e el proceso s egún destaca Ramón Arriagada autor del libro La Rebelión de los Tirapiedras; ellos son: Juan Silva Subiabre, herrero de Cucao, casado, 26 años. Acusado de andar con un rifle máuser. Aunque justific aba como falsa esta acusación, diciendo que era invalido del brazo derecho. Eulogio Silva Subiabre, hermano del anterior, calderero en Bories. Eladio Cárcamo Borquez; de Castro, carpintero, soltero, tenía 28 años. Fue acusado de haber asaltado el ret én de los carabineros en B ories; y revólver en mano haber perseguido a los carabineros. Delfín Oyarzún Cárdena s, de Ancud, obrero, de 33 años. Dirigente del Sindicato Obrero acusado de recolectar armas en la población y haber sido parte del grupo q ue asaltó el cuartel de carabineros. Domingo Miranda Miranda, carnicero de 29 años. Pedro Godoy Vargas, obrero de 36 años. Pedro Cárcamo Bórquez, soltero, 31 años. Obrero engrasador de la sala de maquinas del frigorífico acusado de portar un rifle máuser que se supone obtuvo durante el asalto al cuartel de carabineros de Bories. Francisco Bonte s Mansilla; de 18 años, nat ural de Achao, peón del frigorífico. Se le acusaba de integrar el grupo que asaltó y persiguió, revolver en mano, a los carabineros del retén de Bories. Uno de los carabineros declaró que Bontes, Hilario

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Cárc amo y Clodomiro B arría estaban en el grupo que persiguió a los carabineros del retén de Bories. Cuatro de los cuales fueron alcanzados antes de salir del frigorífico, y golpeados con piedras, palos y fierros; dos murieron en es e lugar y los ot ros llegaron heridos al local de la Cruz Roja donde, horas después, falleció uno de ellos. Antonio Vidal Chiguay, de 24 años, originario de Queilen, declaró que el día siguiente a los violentos sucesos concurrió hasta el local de la Federación para hacers e cargo del entierro de los obreros muertos. Fue acusado de disparar contra el capataz de B ories en la oficina de fichas del Frigorífico. Juan Ruiz Pérez, de 18 años, natural de Lemuy, obrero del frigorífic o. Acusado de andar con un revólver haciendo cumplir la orden del Sindicato; que nadie debía salir de Puerto Natales. Ventura Muñoz Soto, calderero de 31 Achao; durant e el proceso consideraba a Juan Ruiz un delator, y afirmaba lament ar no haberlo matado durante los desordenes. Froilan Vásquez Huenul, de 24 años, natural de Castro. Fue acus ado junto con su hermano Abraham Vásquez Huenul, de asaltar el cuartel de policía y robar las armas; ocho fusiles máuser, dos revólveres colt, diez sables de caballería y varios yataganes. Lideraron a la multitud durante el incendio y saqueo del almacén de la Braun y Blanchard. S egún las declaraciones s e consideraba, a Froilan Vásquez, un líder espontáneo de la rebelión, líder que armado de un sable y un revólver, surgió después de la muerte de los dirigentes obreros. Por es o se le apodó “Capitán Machete”, después fue uno de los que se dedicó a requisar las armas que hubieran el las casas del pueblo. Durante los años que estuvo en la cárcel de Punta Arenas ejerció el oficio de zapat ero. Ignacio Torres Durand, obrero del frigorífico, de 23 años. Herido de gravedad durante la rebelión. Es llevado a Punta A renas, muere el 6 de noviembre de 1920 en el Hospital de Caridad.

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Isaías Latorre Mansilla, de Curaco de Velez, 27 años, obrero del frigorífico apodado “El Caleuche”. Herido en la espalda cuando los obreros atacaban a los carabineros refugiados en la Tonelería de Bories. Resulta e vidente que muchos de los obreros eran tiradores inexpertos que hirieron a varios de sus compañeros. Fue acusado de liderar a un grupo de los que atacaban el cuartel de carabineros de Puerto Natales. El otro grupo lo lideraba Froilán Vásquez. Saturnino Barriéntos Pérez, carpintero de 45 años, natural de Pid pid, Castro. Integró la comisión que en Punta Arenas se entrevistó con el Gobernador de Magallanes. José Chodil; obrero del frigorífico, herido en el tórax con salida de proyectil. No fue considerado como testigo, ni acusado durante el proc eso judicial. Se cree que huyó hacia Argentina. Arturo Gallardo Alvarado, de Ancud, chofer del camión del almacén de la Braun y Blanchard; declaró que Manuel Muñoz le quitó el camión para transportar hasta el local de la Federación Obrera, las mercaderías robadas desde el almacén incendiado. Ramón Mansilla Miranda, 21 años, carpintero. Resultó herido en el estomago durante el ataque al cuartel de carabineros. Uno de los testigos declaró que recibió un tiro cuando con otro obrero disputaba por el bot ín robado del almacén de la Braun y Blanchard. Murió a las siete de la tarde del jueves 23 de enero. Domingo Miranda, obrero de la curtiembre de Bories, de 29 años, casado, de Castro. Participó en el ataque disparando contra los carabineros del reten de Bories; durante el proceso acusaba a Francisco Bontes, Hilario Cárcamo y Manuel Bucarey; maquinista del tren a Bories; de perseguir con revólver en mano a los carabineros. José Galvez, capataz del frigorífico acusaba a Miranda de haberlo atacado con un fierro cuando se enfrentó a un grupo de obreros que perseguía al administrador del frigorífico.

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Juan Saldivia Alderete, carpintero, 24 años, soltero, de Castro. Murió durante el ataque al cuartel de carabineros de P uerto Natales. La bala penet ró la región front al, “atraves ando la masa cerebral, salió por atrás perforando el occipital”. Manuel Catelicán, obrero de Bories, herido durante el asalto al cuart el de carabineros; después huyó de Puert o Nat ales. Gabriel Bustamante Barría: Integrante de la Cruz Roja cuyos miembros fueron después condecorados como héroes por haber mantenido el orden en el pueblo luego de ocurrir los trágicos sucesos. Durante el proceso judicial declaró haber visto a los obreros perseguir a un carabinero que mome ntos antes había matado a un obrero. “Lo alcanzaron, le pegaron un palo en la cabeza y le dieron un balazo en la sien”. Herido de muert e fue llevado al local de la Cruz Roja donde murió.

No existiendo una autoridad que res petar, una asamblea obrera dirigí a el pueblo y se esperaba la llegada de tropas desde Punta Arenas. En esa asamblea participaban los chilotes que más se destacaron como lideres durante la rebelión. El 6 de febrero, a pocas horas de haber llegado en el vapor “Alejandro”, el juez Oscar Miranda Aguirre dicta orden de aprehensión a los implicados en esta rebelión que acusados de los delitos de sedición, incendio, lesiones, robo y desordenes son encarcelados en las bodegas del barco. Este juicio durará tres años y en marzo de 1923 se les deja en libert ad porque el tribunal ha llegado “a la conclusión que la deducción de culpabilidad de los reos en los delitos no constituye prueba plena”.

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ASALTO E INCENDIO DE LA SEDE DE LA FOM Y LA REPRESION AL MOVIMIENTO OBRERO EN MAGALLANES

En las elecciones presidenciales de1920 se esperaba el triunfo del “León de Tarapacá”, Arturo Alessandri, con un gran apoyo obrero. Elección donde hubo reclamos de fraude, y se des ató una enorme agitación callejera. Para evit ar que int ervinieran los militares apoy ando a Alessandri el gobierno alejó las t ropas de S antiago hacia el norte por supuestas amenazas de Perú y Bolivia; fue la llamada “Guerra de don Ladislao”; y se inició la represión de las sociedades obreras y de la Federación de Estudiantes. En este contexto en Magallanes la Federación Obrera promovía el descontento obrero impulsando reivindicaciones salariales y mejores condiciones de trabajo. En julio de 1920 una fiebre de patrioterismo se adueñó de Chile. En todo el país se realizaban manifestaciones, y para defender a la pat ria amenazada se movilizan tropas hasta la frontera con Perú y Bolivia. En Ancud una multitud encabezada por la banda de músicos desfiló por las calles de la ciudad. En este desfile patriótico, que se había aplaz ado desde hac ía una semana por causa del mal tiempo, marcharon los soldados y oficiales del Regimiento Chiloé, miembros del clero, empleados del B anco de Chile y A rgentina, de Correos y Telégrafos, las brigadas de boy scouts , sociedades

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de socorros mutuos, profesores y alumnos del Liceo de Hombres, del Seminario, y de las escuelas; y demás habitantes de la ciudad. Las casas y los edificios públicos habían 26

izado el tricolor nacional . Estas movilizaciones patrióticas fueron parte de un complot político hoy conocido como “La Guerra de don Ladislao” que fue un intento por frenar el triunfo de A rturo Alessandri en las elecciones presidenciales de ese año y encubrir la represión a las organizaciones obreras y estudiantiles que denunciaban este complot. Motivados por esta fiebre nacionalista los políticos llamaron al ejército y a la policía a asaltar y quemar las sedes sindicales y los locales de reunión de los estudiant es. En Santiago, Valparaíso y Concepción se perseguía y encarcelaba a los dirigentes obreros “as ociados a IWW con fines anárquicos”, y se descubre un soviet 27

internacional en Magallanes . En las sesiones del Congreso Nacional los políticos desafiaban al gobierno a tener “mano firme para expulsar del territorio a esos pirat as que vienen predicando doctrinas de disolución social y que llegan a nuestro país a cumplir un enc argo de los enemigos de nuestra patria, por el cual ya tienen s us servicios pagados con anticipación…”; y fue en Punta Arenas donde se les escuchó con más atención. La madrugada del martes 27 de julio de 1920 es allanada e incendiada la sede de la Federación Obrera de Magallanes. Los bomberos que acudieron a apagar el incendio fueron obligados a retirarse por oficiales del ejército que los amenazaban pistola en mano. Pero la versión que publicó la Cruz del S ur, el domingo primero de agosto tergiversaba totalment e lo acontecido: “Avisan de Punta A renas al Gobierno que en esa ciudad s e han desarrollado graves sucesos. En momentos que pasaba un desfile patriótico frente al local de la

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La Cruz del Sur; Ancud, miércoles 4 de agosto de 1920. La Cruz del Sur; Ancud, viernes 20 de agosto de 1920. En 1919 los sindicalistas anarquistas formaron la FOCH que se constituyó como una sección chilena de la IWW norteamericana (Internacional Workers of the World) 27

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Federación Obrera los manifestantes pidieron a varios federados que se plegaran a la columna y como los que allí estaban se negaron, se exaltaron los ánimos, arremetiendo a balazos contra los federados. Luego la muc hedumbre asalt ó el local de la Federación y le prendió fuego ardiendo totalmente el edificio”. La verdad era que a las dos de la madrugada soldados del bat allón Magallanes, vestidos de civil, iniciaron el asalto de la sede de la FOM con sucesivas descargas de fusilería, y con golpes de combos y hac has intent aban derribar las puertas mientras otros ingresaban por las vent anas de la “bibliot eca popular” para comenzar la destrucción y el incendio de la s ede obrera. Los obreros que custodiaban la sede, sino resultaron muertos fueron heridos por los disparos, otros sufrieron gra ves quemaduras tratando de salvar algunos bienes de la organización obrera; eso fue lo que sucedió con Melitón Ojeda, un carrero de A ncud que esa noche ayudaba en la vigilancia de la sede, y escapó envuelto en llamas, y pese a sus quemaduras fue apresado y permaneció en la cárcel más de tres mes es. Además Maurilio Moreno, un chilot e de 26 años, que a causa de múltiples heridas en la cabeza, para poder huir, fue c argado en hombros por 28

otro compañero; falleció al día siguiente . Esa noche comenzó la persecución, detención y tortura de los dirigentes obreros. Se allanaron los domicilios. La policía y el ejército realizaron un allanamiento masivo en el campamento de los mineros de la Mina Loreto.

Más de treinta

trabajadores fueron detenidos, sufriendo abusos y tort uras en el cuartel policial. Un número indeterminado de obreros fue herido, (E n la Cruz Roja fueron atendidos 14), muert os en tortura y/o fondeados. (Se amarraban sus manos con alambres, y amordazados; en un bot e se les llevaba mar adentro y eran lanz ados al mar atados a 28

Harambour Ross, Alberto. El Movimiento Obrero y la Violencia Po lít ica en el Territorio de Magallanes, 1918 – 1925. Santiago 1999, pág. 147

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una piedra o a pesados trozos de fierro) . En las semanas siguientes la represión s e extendió hasta las estancias persiguiendo a los delegados de la FOM, chilotes que debieron huir hacia A rgentina. Mientras en Chiloé se seguía creyendo en la falsa movilización de tropas peruanas hacia la ciudad de Tacna, chilena en esa época. En agosto de ese año La Cruz del Sur informaba que tropas bolivianas avanzaban hacia la frontera, y el ejército peruano se preparaba a arrebatar a Chile las provincias de Tacna, Tarapacá y Antofagasta, “y se teme que la indiada boliviana asalt e el ferrocarril de Arica a La Paz y destruya las minas y los capitales e industrias chilenas en ese país…”. La Cruz del S ur publica la lista de los alumnos del Seminario Conciliar que solicitan a la Comandancia del regimiento Chiloé ser alistados para concurrir a la defensa del país amenazado por un enemigo más imaginario que real. Las movilizaciones obreras y los fenómenos sociales acontecidos en las primeras décadas del siglo XX en Magallanes fueron abordados, reconstruidos y tergivers ados

por la prensa insular des de la perspectiva de un periodismo

decimonónico y con una tendencia a mantener las condiciones sociopolíticas de dominación de una pequeña oligarquía dueña del comercio y repres entada en las instituciones sociales de un archipiélago que económicamente dependía de la emigración de sus habitantes durante la temporada de las faenas de esquila en el territorio de Magallanes y la Patagonia Argentina.

29

Harambour Ross, Alberto. El Movimiento Obrero y la Vio lencia Política en el Territorio de Magallanes, 1918 – 1925. Santiago 1999, págs. 137 – 156.

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Fueron muc hos los chilotes que en Magallanes adhirieron a la causa obrera, participaron en la FOM, se educaron en la Escuela Sindical y se formaron como dirigentes pero esa conciencia de clase no fue trasplantada a Chiloé, región que permanecía alejada de los conflictos sociales que vive el país en esos años. En las ciudades chilotas si bien se crearon

Sociedades

de

Soc orros

Mutuos, Sociedades de Artes y Oficios que agrupaban a sastres, costureras, carpinteros, herreros y hojalat eros, y un Sindicato de Gente

de Mar,

estas

organizaciones nunca adquirieron un carácter ideológico. En esa época en Chiloé

no

organización resistencia

hubo

un

popular, por

las

proc eso

de

actos

de

condiciones

de

ni

trabajo y de vida de las clases populares que carec ían de formación de conciencia de clase obrera. Chiloé era un archipiélago donde el trabajo estable y pagado con dinero casi no existe, y allí la prensa conservadora y elitista ocultaba los problemas sociales y la incapacidad del sistema político – social de comprender y resolver esos problemas. Así sucedió en 1921 cuando la prensa isleña fue utilizada para difundir la noticia de un ejército de bandoleros que en Santa Cruz, Argentina, as altaba y destruía las estancias; y amenazaba con invadir la zona de Aysén. Esa prensa que defendía los intereses de los latifundistas patagónicos; con s us

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alarmantes informaciones inició la represión de la memoria de aquellos obreros de estancias que regresaron a Chiloé huyendo de esas matanzas. El objetivo de incrementar la emigración temporal chilot a a la Patagonia era el aumento de la producción, el abaratamiento de la mano de obra para obtener ganancias en la competencia con otros merc ados, y así fortalecer el crecimiento económic o de la Patagonia. El chilote era una mano de obra que producía el efecto de aumentar el producto total de la región; abaratar costos de producción y otros beneficios para lograr el desarrollo económico y soc ial de esa región. Desde Chiloé emigraba el potencial humano más calificado, retrasando el desarrollo del archipiélago. Es indudable que la emigración chilota cambio el tamaño y la composición de la población, y las estructuras internas de la Sociedad Patagónica. Las migraciones son parte de procesos sociales, económicos y políticos. Si bien los individuos experimentan la emigración como un resultado de sus decisiones personales, la opción de emigrar es ella misma era producida socialmente. Muchas veces el chilote c riollo de apellido de ascendencia gallega, asalariado rural en la Patagonia, pequeño propietario sin identidad proletari a en Chiloé; en las estancias adquirió una identidad de camuflaje para lograr un mejor estatus laboral, puestero, capataz, jefe de troperos. Pero fueron más los que se educ aron en las escuelas de la FOM y adquirieron conciencia social, sentido de pertenenc ia y adhirieron a las ideas socialistas y anarquistas; esos obreros fueron delegados de la Federación Obrera en las estancias, y durante la huelga del año 1921 lideraban las comisiones que requisaban mercaderías, alimento y armas en los almacenes, mientras otros en s us ansias por salir de la pobrez a y la angustia por conseguir dinero, servían de baqueanos y peones al servicio de las fuerzas del Teniente Coronel Varela y la Guardia Blanca de la Liga Patriótica Argentina. Durante la represión de la Huelga Grande del año 1921 muchos presos chilotes por sus apellidos en las listas aparecieron c omo gallegos

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mientras el chilote de apellido huilliche fue la victima invisible, fueron los fusilados desconocidos y despreciados, enterrados sin identificar en las tumbas masivas durante esa matanza.

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