VIRGINIA MOLINA ORTIZ 2ºA ECO
UN APLAUSO POR LOS IGNORANTES LA COMUNICACIÓN EN LA INFANCIA
Para empezar este artículo tengo que decir que los adultos somos unos ignorantes. Ignorantes porque creemos saberlo todo por ser adultos y creemos que los niños no saben comunicarse con nosotros, lo vuelvo a repetir IGNORANTES. Un niño no nace sabiendo hablar, pero sí que nace sabiendo comunicar, nos comunica cuando tiene hambre, nos comunica cuando necesita que le cambien el pañal, incluso nos comunica cuando está aburrido, pero nosotros creemos que no hace más que llorar y para solucionarlo corremos para mecerlo o para ponerle el dichoso chupete para que se calle y deje de molestar. El adulto está acostumbrado al pensamiento plano de antaño y debemos hacernos a la idea de que los niños tienen su propia comunicación e inventan códigos que nosotros gracias a nuestra ignorancia no somos capaces de descifrar, como por ejemplo los diferentes tipos de llanto o el simple intento de decir una palabra a su manera por no tener bien desarrollado el aparato fonológico, pero no quiere decir que no sepa cómo se dice la palabra, pero… ¡claro que lo sabe! El niño es capaz de comunicarse no sólo balbuceando, llorando o creando códigos,
sino que también es capaz de comunicar sus emociones por medio de la expresión plástica, por medio del juego, por medio de la música… y ahí debemos estar los adultos para saber descifrar lo que intentan decirnos y saber escucharlos y que ellos sepan que les escuchamos y les entendemos. Desgraciadamente, hoy en día, aunque el niño “esté hecho de cien”, los adultos les recortamos su amplio abanico y sus amplias facetas para comunicarse y todo esto para que todos sean iguales, para que todos piensen igual, para que todos se comuniquen igual… ¿pero no nos damos cuenta de que todos los niños no son iguales?, ¿es que ya no nos acordamos de la atención a la diversidad?, ¿por qué no dejamos a los niños que cada uno exprese lo que siente y de la forma que él crea correcta en ese momento?, eso mismo es lo bonito de los niños, que nunca sabes por dónde te va a salir al intentar comunicar algo, porque ninguno es igual. Y por todo esto y como conclusión, dar las gracias a todos aquellos ignorantes que oprimen la comunicación en la infancia, que confunden a los niños y que los hacen ser robots, siempre iguales los unos a los otros. ¡Un aplauso por ellos!