Normalmente el silencio verdadero se puede catalogar como ‘ausencia de’.
A día de hoy nos encontramos frente a un profundo cambio de las conductas cognoscitivas y comunicativas, dónde las definiciones de las cosas pierden su significado original para darle uno nuevo.
El silencio no solo se puede catalogar como un elemento auditivo sino que se puede transformar en materia, en algo artificial.
Tenemos miedo al silencio, al silencio verdadero, a ese silencio que para mucho carece de sentido ya que no aporta nada tangible ni aparentemente útil para la vida misma.
Por lo que se construye una barrera, un silencio artificial, para evadirnos de la realidad que nos rodea, esa realidad vacía con ausencia de elementos artificiales, y así percibir que tenemos todo cuanto necesitamos. Sin dejar paso a esos pequeños susurros de la realidad que son los que de verdad nos construyen.
Es momento, de que dejemos de lado ese silencio artificial, para empezar a percibir esa realidad verdadera.
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