Rebolledo de la Torre

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Rutas

70 N VIDA&OCIO

EL NORTE DE CASTILLA VIERNES, 13 DE JUNIO DE 2008

Olas de piedra Capiteles románicos y espectaculares pliegues rocosos, en torno a Rebolledo de la Torre JAVIER PRIETO GALLEGO

Dios los cría y ellos se juntan. En este caso dos obras maestras del modelado en piedra. Por una parte, la artística, uno de los mejores pórticos del románico castellano, el que antecede la entrada a la no menos bella iglesia de San Julián y Santa Basilisa, en la localidad de Rebolledo de la Torre; por otro lado, la geológica, el espectacular muestrario de pliegues orogénicos situados a unos pocos metros de la población, en el entorno, casi mágico, de la elevación de Peña Mesa, conformado por una serie de cresterías rocosas, inmensas tanto en belleza como en magnitud, auténticas olas de piedra dúctiles y maleables cuando el mundo estaba en formación y ahora petrificadas para siempre dibujando sobre el paisaje una serie de inclinaciones ciclópeas y rebufos impensables. Ambas muestras, en su género, rivalizan en belleza, maestría y originalidad. También en su capacidad para brindar una jornada de asombros difícil de excusar. Y todo ello sin obviar que la localidad de Rebolledo de la Torre, a un salto de mata de la comarca de Las Loras burgalesas, se presenta como una pequeña población con importantes retazos patrimoniales de su histórico pasado, como la aún enhiesta torre fortificada que aparece en el topónimo, resto de un castillo levantado en el siglo XIII. De aquellos tiempos data la condición de behetría adquirida por los pobladores del lugar y que, a lo largo de los siglos, contó con señores notables como la familia Lasso de la Vega, a la que perteneció el poeta y militar Garcilaso de la Vega.

Templo románico Junto a la torre, coronando un pequeño resalte del terreno en el costado septentrional de Rebolledo, se alza el templo de arcadas románicas. Puede que la maestría con la que fue tallada su apabullante colección de capiteles se convirtiera, a la postre, en el salvoconducto que evitó el derribo del pórtico cuando la iglesia románica a la que pertenecía fue echada abajo para levantar la actual. De entre todas las maravillas que brinda el repertorio de escenas y figuras retratadas sobre la piedra arenisca de los capiteles destaca de manera especial la ventana geminada abierta en uno de los costados del pórtico, en la que el artista, además de retratar a Adán y a Eva, y hablar del abad repoblador de estas tierras estampó su propia firma. Frente al pórtico se localiza la primera de las señales que guía el paseo de asombros geológicos por el entorno inmediato de la población, mediante el que se denomina itinerario geológico Las Fuerzas de la Tierra. Si en el pórtico fue la

Un paseante atraviesa los plegamientos rocosos en el itinerario geológico Las Fuerzas de la Tierra. JAVIER PRIETO EL EXPERTO

De interés F En marcha: A Rebolledo de la Torre

puede llegarse desde la N-611 tomando el desvío que a tres kilómetros de Alar del Rey conduce hacia Villela y Rebolledo. F El paseo: Circular, con inicio y final en la localidad de Rebolledo. Tiene un trazado total de unos cinco kilómetros que pueden hacerse en unas dos horas. Perfectamente señalizado excepto en la acometida del descenso desde la meseta hacia el valle Congosto, donde es preciso mucha precaución para encontrar la rampa que encamina sin peligro. Con lluvia o niebla la ruta puede ser muy peligrosa. Existen diversos paneles interpretativos coloca-

dos a lo largo del recorrido que instruyen sobre la formación del paisaje. FLa iglesia: Puede visitarse el inte-

Pórtico de Rebolledo de la Torre. / J. P.

rior preguntando en el pueblo por la persona encargada. F Dormir: Tel. de información turística: 902 20 30 30.

mano del hombre –uno o todo un taller– la encargada de dar forma a la piedra hasta conseguir que hablara, a menos de un kilómetro de la población se evidencia cómo las fuerzas tectónicas son capaces de amasar la sustancia del globo terráqueo hasta lograr las mismas formas que un niño con una canica de plastilina de varios colores. El paseo, tras pasar junto al depósito de agua, enseguida se encamina hacia lo que parece un valle ciego, sin salida, sobre cuyo fondo se eleva la mole caliza de Peña Mesa. Poco antes de alcanzar el fondo del valle se abre por la izquierda una alternativa para quienes deseen realizar el circuito sin encaramarse a los riscos. La alternativa más espectacular e interesante empuja, sin embargo, a continuar hasta el mismo fondo para iniciar la subida por entre las repisas de piedra hasta acabar culminando en la meseta herbosa que sujetan los espectaculares repliegues. El punto más delicado del recorrido, justo en el que falta la señalización, está en el trayecto de regreso, en el descenso de la meseta hacia el vallejo por el que se inicia el recorrido. Hay que prestar mucha atención para localizar, bordeando hacia la izquierda con cuidado los cortados, la rampa que permite regresar a las repisas que conducen, ahora de vuelta, al fondo del valle. info@javierprietogallego.com


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