AIRES DE CAMBIO Poemario
CARLOS RIOS VELAZQUEZ PUERTO RICO
CARLOS RIOS VELAZQUEZ PUERTO RICO
BiografĂa breve
Puertorriqueño, nacido y criado en la Playa de Ponce. Es catedrático del Departamento de Biología de la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez, donde lleva a cabo investigación científica en su laboratorio de Biotecnología Microbiana y Bioprospectos, además de investigación educativa. El Dr. Ríos Velázquez también se ha involucrado en diversas actividades de Investigación Acción Participativa (IAP) vinculando Ciencias con la comunidad a través del Instituto Universitario para el desarrollo de Comunidades. Forma parte del espacio cultural Parnassus Patria de Artistas y sus poemas han sido presentados en recitales y publicados en diversos medios como Cadencias en dos tiempos, El Periplo de las Mariposas, El Vicio del Tintero y el IX Festival Internacional de Poesía en Todas Partes, entre otros.
Lingüista, matemático, escritor y poeta. Nació en la ciudad de Tánger, ex provincia de España, hoy Marruecos. Hijo del ilustre escritor y periodista Levy Benlabrat con “DescubreMoses la ilimitada fuerza que habitaque en tucolaboró interior y tus capacidades sobrepasarán barrera lo imaginable” Federico García Lorca en la GuerralaCivil dedeEspaña. Actualmente reside en Beersheva. Carlos Ríos Velázquez Entre sus obras literarias publicadas figuran ‘ Hojas Muertas ‘, ‘ El hijo del viento’, ‘ La fragancia del jazmín’ , ‘Solica’, ‘ Haber vivido’ ,’ Poemas del alma’, ‘ Los últimos días de Alberto Franklin’ ‘ El silencio de las voces’,’ Himno a mi gitana’.
pr贸logo/pre谩mbulo
¿Quién no ha tenido que mirar atrás, cuando el hoy te recuerda cómo eras y lo que has perdido? ¿Quién no anhela escuchar una voz casi olvidada, un sonido pensado extinto, disfrutar de una imagen vista de cerca, o aún mejor, sentirla en persona?
¿Quién no ha añorado un cariño de quien nunca prestaste atención pues lo diste por sentado o ilusamente capturado en tu teléfono inteligente, en tu mente o su información escrita en tu empolvada libreta de bolsillo? ¿Quién tiene que vivir múltiples vidas en una sola, por justicia, dignidad, por supervivencia o humanidad?
¿Quién se mantiene viviendo con esperanza ante las tormentas, el dolor, la tecnología, las risas y lágrimas? Comparto en estas líneas del corazón y el alma, los vientos del hoy con aires de cambio. ¿Estamos listos a pagar su precio?. Aquello en lo que a veces no piensas por nunca haber sido parte del libreto escrito. Por los que creyeron que a veces hay que manifestar el amor con silencio por protegerte, por no hacerte daño. Por los personajes, experiencias y vivencias que conoces a través de tu libro-vida y que te permiten ver más allá de lo evidente con cristal de lo esencial y pertinente. A todos nos llegan los aires de cambio…
Dedicatoria del autor
A: Jeremy, Anaira, Alan y Amanda, Porque son ustedes, sin saberlo, nuestros aires de cambio, de esperanza. A: Carmen L. Díaz (Yiya), Por ser mi inspiración, ejemplo y el detonador de los aires de cambio en mi vida… A: Valeska (Vale) Cid Donat, Ángel L. Gullón Rivera, Manuel A. Ortega Jiménez y Rosivette Santiago González, Porque aun con sus aires de cambio, son y seguirán siendo aires de esperanza y cambio donde quiera que vayan…
Aires de cAmbio‌
Y comienzas tu camino con la nublada y quebrantada inocencia, sin imaginar los laberintos existenciales que hacen la trayectoria una de transición, de desbalances y cambio. Aparecen y desparecen de cada escenario, aquellos que forjan tu carácter, que debilitan tus aspiraciones, que te fortalecen con la palabra o la acción, que te permiten ver el mundo con un cristal nuevo, distinto… En tu caminar, permanecen contigo los queridos y los que no. Se escapan entre notas de nuevas y viejas canciones el amor, los recuerdos y los sueños.
Las aspiraciones se transmutan en tus neuronas para mantenerte vivo, para hacerte creer en lo ilusorio, en las fugaces, en las posibilidades infinitamente remotas. El amor se te presenta con uno y mil rostros, con precios altos que pagar, con prohibiciones y juicios, con ambigüedades, sin sabores e irrazonables acuerdos… Para algunos, la soledad se convierte en fiel consorte, en indeleble señal acompañada de silencio y rendición, de viajes imaginarios a mundos solo existentes en los movimientos rápidos de nuestros ojos.
La muerte, se hace presente, evidente, pasando de ser un tema insensato y tabú, a uno pertinente. Se acaban los espacios juntos y comienzas a verte y a los más cercanos, en el conteo regresivo en la lista de la Parca, 3, 2, 1… Una historia de decisiones muchas: del ayer y del hoy, de amor, de vida y muerte, de soledad, de encierro, yermo, de amigos y amigas, de esperanza, de lucha y de sueños, de mil escenarios, de aires de cambio…
mientrAs pAsA el tiempo‌
Luego de pasado el tiempo, acariciando entre vaivenes los recuerdos, sientes que las arenas son menos. Tic, toc, tic, toc Martillas con persistencia y desespero, tu coraz贸n, el gris de tu cabeza, tu alma, perdiendo queriendo y sin querer la calma. Suspiro asfixiante
Ante lo inevitable, lo ineludible, con tu cuerpo en tierra y la mente en las nubes, comienzas a ver la luz al final del túnel. Sueño despierto Te relatas con imágenes y en silencio, repitiendo una y mil veces, sin quererlo, tus aventuras, tus travesuras. Frunces el ceño
Atesoras con dolor y con cariño, el primer amor, el primer amigo, lo que se perdió cuando crecimos. Vuelves a ser niña/niño La mirada se pierde en lo que todo miras, para transformarlo sin medida, a lo que allí había antes. Transmutación delirante
Y mirando entre las rejas, esperas con sed de amor, cautiva, a los afectos de tu sangre. Ausente visitante Entre el vaivĂŠn de la mĂşsica, de la mecedora, te convences hoy y ahora, cĂłmo ha pasado el tiempo. Vetusto encuentro
Y cerrando los ojos, te arropas, desde la punta de los dedos hasta la copa, en un final y embriagante sue単o. Libertad del cuerpo
Se me ha perdido: La incontenible infAtuAción…
Busco entre las gentes, aquel que vi de cerca, que tras su impenetrable reja, me mostró un corazón noble, y que de repente se esconde, sin dejar rastro alguno, ¿dónde estás?, te lo juro, es cuestión de entender, que del canvas de mi vida, reniego tu partida, pues quiero encontrarte otra vez…
Solo me quedAs tú…
Y aun luego de haber crecido, te preocupas por mí como el primer día, sin importar mis errores, me das lecciones de amor, de perdón, de vida. Y sin importar a quién conozco, con quién he querido compartir mis días, sin resentimiento ni envidia, te preocupas, desvelas, me esperas.
Y aun en tu vetusta carrera, entre los grises destellos, de tu frรกgil caminar lento, sigo siendo esencial, el primero. Y sin querer admitirlo, no puedo resistir el dolor que siento, al pensar que en tu partida, sola se queda mi vida.
Y recordando tus ocurrencias, tus poemas y frases, tus canciones, seguiré empañando mi vista, al revisitar mi día a día. Que en soledad yo solo sé, yo solo veo y siento, dónde solo me quedas tú, no tan solo fuera sino adentro.
Se me ha perdido: La negación injustA…
Vivimos breves momentos, al borde del precipicio, y entre imposibles y peligros, seguí con la esperanza, al verte con mi alma, y pureza en el corazón, mientras dices resguardarte, en la consecuencia y la razón, me niego a aceptar pretextos, pues no fue lo que vi yo…
trAs lA ventAnA…
Me asustó pensar que podía perderte, sentí que te me escapabas entre los dedos, y al mirar al precipicio a través de esta ventana, mis pensamientos se pierden y divagan, sin razón ni explicación alguna. Te siento frío, pero el calor por la luz a través de esta ventana, me da fe, me da esperanza, y fijando mirada, sin observar lo que pasa, viajo contigo por cada minuto en el tiempo.
Finjo ser fuerte, mostrando frente a la ventana mi verdadero rostro, donde nadie puede verlo, y desfallezco en cada lágrima, con un corazón que parecería se saldría de mi cuerpo. Hoy desfallecí, no tuve fuerzas para caminar tras la ventana, ¿de qué me sostengo? si aun en tu profundo sueño, no me respondes como solías hacerlo.
Tras la ventana cada dĂa parece eterno, mantengo esperanzas pendiendo de un hilo, noches y dĂas parecen gemelos, mi ojos se cierran, me veo por dentro , suplicando al maestro, que no seas recuerdo.
Se me ha perdido: La rendición AfectuosA…
Tus silencios son mortales, me asfixia esta soledad, Y el “amor” juega conmigo, escenarios imagino, y entre rebuscadas letras, trato de hacer sentido, a lo que parece ya no será, y aunque parezca obsesión, a tus términos me allanaré yo, pues valoro tu amistad…
Desde la ventana, la Bella Vista; desde el corAzón, un Adiós…
Y en el ocaso de las cosas que pasan, comienzas con dos, luego tres y cuatro, terminas a lo largo, a merced del maltrato. Repasas en el silencio, por el silencio, todas las vivencias, las lĂĄgrimas, las risas, esperando poder ver, con vida, nuevamente la luz del dĂa.
El tiempo ya no existe, ni septiembre ni octubre, ni siquiera diciembre, ni lunes, ni martes, ni jueves, ni viernes. El cuerpo, la piel, se vuelve hojaldre, se vuelve grafiti, con manchas rojas, carmesĂ, sangre.
Y cierras tus ojos y temes abrirlos, un tubo en la boca, otro en las nasales, las venas vacías, no puedo apretarte. Latidos cansados, pulmones vacíos, te mueres de frío, sabiendo al final, que solo tu cuerpo a las llamas se irá, pues lo que más vale, conmigo estará.
Se me ha perdido: Un fin y un comienzo‌
La vida está repleta, de lecciones que apreciar, y emociones que sentir, las que te harán madurar, para poder estar listo, entre alegrías y dolor, para que en la búsqueda de vuelta, me pueda dar cuenta, que no eras tú quien merecía yo…
llevo en mi mAno tu foto‌
Camino con desquiciada esperanza, por cada rincón, haciendo de tu ausencia alarde, creí verte entre las sombras, en la niebla, en cada calle, juro que eras tú, hijo/a de mi sangre. ¿Lo has visto por acá antes? Me han dicho tal vez hallarte pueda, tras las frías y oxidadas barras de una celda, ¡bah!, pamplinas, si amas a tu patria , a tu tierra, si luchas por el amor, la paz y la justicia. ¿lo conoces?, ¿tienes prisa?
Al presionar con fuerza, contra mi pecho, lo que llevo en mi mano, grito y desgarrando al cielo pido, ¡conmutación, amnistía, clemencia al diferente, Dios mío!. ¿si contigo lo vieron?, ¿no eras su amiga, su amigo? Si no lo encuentro, mueren los sueños, y qué del futuro, la fe, la esperanza, la vida, de las canciones, el arte y las tradiciones, del enternecedor abrazo, del amor y los perdones. ¿será posible que se haya ido al norte?
He caminado un continente entero, siguiendo sin cansancio mi derrotero, buscando mi corazĂłn perdido, entre las injusticias de los mĂĄs poderosos, pues llevo en mi mano la foto, de una juventud de cambio, de una juventud vibrante, sin color, sin prejuicios, tolerante. Âżeres tĂş?
Cerrando capítulos…
Y quise regresar al principio, donde todo comenzó, al origen, sin dimes ni diretes, a lo simple quiero volver yo. No más formalismos, ni ritos, no amiguismos, las excusas y perdones ya no hay que fabricar, para la soberbia, el egoísmo, no hay cabida, están de más. Nadie tiene que fingir preocupaciones supuestas, si es el dinero la fuerza, para protagonismos o pedestales, pues no rendiré mi gesta, ni por esos ademanes.
Es triste verse obligado a tener que abandonar, aquello que más se ama, superando cualquier deber, si el llamado es por aquellos, que te dieron la vida y te han visto crecer. Es cuestión de respeto a tus principios, a lo que crees, prefiero dedicar mi vida, mi último aliento, mis energías, a aquellos que sin medida valoren el deber.
Cierro al abuso las puertas, y a la “profesional” ceguera, al yermo e infructuoso apoyo y a la incomprensión, caminando hacia al “abismo”, a la luz me acerco yo. Busco de nuevo el camino, que me regocije, me devuelva la paz, para cerrar finalmente estos capítulos, y una nueva historia volver comenzar.
Al compรกs suelo-cielo
Y entre los ĂĄridos silencios de lo imposible, del dolor, de lo eterno, me empino, resisto, me yergo. Traigo conmigo, lo que fueron los mĂos, lo que soy sin quererlo. Miro hacia atrĂĄs, adelante, adentro, ya no te veo, me parece estar ciego.
Cierro mis ojos, quiero dormir, y so単ar que no has muerto. Quiero despertar, y al mirar hacia el cielo, seguir creciendo.
Y pregunté…
ÂżPor quĂŠ das gracias hoy?, sin chistar me dijo: por haber nacido, por abrir los ojos, por los arcoĂris, por el aroma a tranquila maĂąana, por el calor del sol en mi cara, por los recuerdos, por los que he conocido, por la lluvia y el viento, por los verdaderos amigos, por el amor sincero, por la justicia,
por la oportunidad de soñar, por cada estrella fugaz, por la música, por la paz, por la verdad, por las lágrimas, por la salud, por cada nuevo día, por cada nueva oportunidad, por los alimentos: para el cuerpo, para el alma, porque todos los días, son días de dar gracias.
多me arrepiento?
Los recuadros de la mente, no son ya suficientes, son las nuevas expansiones en las que se embriagan las gentes: es la cara del libro, es el diminuto que ingiere alpiste, es el ¿cómo estás? anglosajón, es el anónimo bovino, es la foto sin sonido. Lo íntimo es sin sentido, lo secreto ya es olvido, todo estando por las nubes: lo relevante, lo querido, lo insignificante y divertido.
¿Dónde está lo emocionante?, la reacción improvisada, del efímero decir no abreviado, de las letras bien redactadas, de la presencia anhelada, que con el tacto es confirmada, del temor al descubrimiento directo, de saber yo y solo yo lo que pienso.
Veo la vida pasar‌
Entre el sonar del verbo sumergido y la amniocentesis primera, entre los rayos y centellas y ante la incipiente luz de mis primaveras, en la sonrisa inédita, fresca y prístina, sin razón, al saber del yo, papá y mamá, sí y no, mientras fui el ego-centro, la reina, el rey, el sol, cuando inocente e indestructible era por tu protección, cuando insociable, ermitaño, y misántropo me comporté yo,
al enamorarme, re-enamorarme y al llegar el desamor, cuando comienza el adentro a tomar más valor, al entender lo que a oídos sordos te resististe a escuchar, cuando comienzas a pensar y mirar atrás, al sentir que la mocedad yace y reposa en la conciencia, te encuentras contigo ayer, hoy y mañana, en el afluente del cual formas parte, de la vida que ignoraste al verla pasar.
Sueltan mis botes amarras‌
Te espero con ansias locas en cada golpe de agua, en lo profundo o en la orilla, no veo tu reflejo, ni tu silueta, no hay pista. Creí embarcarte de proa a popa, creí entender lo que la marejada constante, le hace a la roca. Aun en las noches de ensueño, busco la fugaz guía, siempre termino despierto, varado con disipada agonía.
Le he preguntado a las aves, a la brisa, a los cardĂşmenes buscando un rastro detengo, al indagar tu paradero, no hay vestigio, ni un provisional destello. Levo el ancla tal vez resignado, se aproximan vientos con permutados cambios, no puedo sin esperanza, mĂĄs de mi bote soltar las amarras.
La gran casona
Te observo de lejos vetusta morada, en tus maderas y techos de tarugos y lat贸n, narras en silencio una y mil vidas. Generaciones perdidas Entre tu doble punto, separas al visitante del alimento del alma, mientras en tus pasillos se empalman, sonidos veteranos, a帽ejos. Todos para uno, sin sesgo
Toleras incólume, inmovible, los abandonos no intencionados, y con los intencionales, das cátedra de terco estoicismo. Temple e imperturbabilidad
Desde entierros, hasta nacimientos viste, maltratos, cariños, lágrimas, abusos, prohibiciones y “cumpletantos”, inundaciones de perdones y recriminaciones. Una vida sésil en silencio .
Son tus melodías inigualables y sin medida, desde una torrente canción de “zinc” tras la llovizna, los “M. musculus” y hasta en asamblea “periplanetas”, quirópteros, visitantes asonantes. Chillidos de vida
Todo ha cambiado en tu entorno, los nombres, la calles, los moradores, y a pesar de la languidez y el abatimiento, es la majestuosidad tuya, inolvidable casona. Indeleble libro de cuentos .
Caja de sue単os
Aun te recuerdo en tu acostumbrada esquina, ni una hoja se movía sin que lo supieras primero. Tu risa era contagiosa y tu irrespetuosa picardía, hacían peligroso el pensar contradecirte. Tu amor sin medida, uno sin límites, y ante todos y todo, fiera de los tuyos defensora. Los aires del tiempo hicieron su agosto, tocando la soledad tu puerta y el aislamiento uno masoquista.
Te vi partir con dolor y agobio, con gran pena, lo que muchos vieron como bueno, yo no lo aprobé, no podía. La esquina dejó de ser la misma… En mis escasas visitas a tu nueva morada, hermético palacio, estabas distinta, resignada, con una enjugada sonrisa.
La dejé pues contigo… Repleta de esperanzas, de música y sueños, coloqué en ella, mis mejores deseos.
¡Qué efímero el tiempo! .
Aun en la partida, la inadvertida insensatez de aquel con vida, volvió entrópico tu descanso. Es hoy la piedad y la misericordia tu nuevo remanso… Ahora lo que era tuyo está conmigo, y con los aires de ayer guardo el tesoro en mi corazón, escondido.
Tiempo de escribir tu historia
Aun en la candidez de nuestro principio, donde lo sabido y desconocido no hace sentido, es la inocencia vital herramienta. La ignorancia, silencioso aliado y testigo, nos invulnerabiliza, a veces despacio y otras deprisa.
En nuestro caminar incierto, a veces con terquedad, del tiempo y de las gentes preso, los tatuajes existenciales te aĂslan, te vuelven silencio.
Aparecen oportunidades muchas, para valorar desde lo más simple, hasta la mismísima y liada vida. El dolor a nuestra puerta toca, transmutado de mil y una formas, a veces como el amor primero, el miedo, la soledad, el destierro planificado, lo desconocido, la comparación injusta, la testarudez inmadura. Es tiempo de escribir la historia, no un cuento, no drama, ni poesía, sin fantasía, una con aires de la realidad barricada, vivida. .
Es tiempo de encontrarnos dentro, de colocar las piezas juntas y como el mayor de los manifiestos, escribir la historia que el tiempo nos ha permitido empezar de nuevo.
Aires de cAmbio… Poemario
Carlos RÍOS Velázquez Puerto rico Todos los derechos reservados Todos los poemas están registrados en el Registro de la Propiedad Intelectual y en Safe Creative.org Queda prohibida la reproducción total o parcial, y/o transformación de esta publicación o re-publicación, sin contar con previa autorización de la titular de la propiedad intelectual y/o copyright.
Obra registrada: AIRES DE CAMBIO _Carlos Ríos Velázquez Información de la obra Tipo de obra: Literaria, Literaria: Otros Título: AIRES DE CAMBIO _Carlos Ríos Velázquez Etiquetas: poesia Resumen: Poemario autor puertorriqueño Carlos Ríos Velázquez Información de registro Safe Creative Identificador: 1507044557679 Fecha de registro: 04-jul-2015 8:25 UTC Licencia: Todos los derechos reservados
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