Esta noche te sue単o Poemario
Ronny levy benlabrat Israel
BiografĂa breve
Ronny levy benlabrat
Israel
Lingüista, matemático, escritor y poeta. Nació en la ciudad de Tánger, ex provincia de España, hoy Marruecos. Hijo del ilustre escritor y periodista Moses Levy Benlabrat que colaboró con Escribo en elen olvido Federico García Lorca la Guerra Civil de España. en cada fuego de la noche Actualmente reside en Beersheva. cada rostro de ti. Entre sus obras ‘ Hojas Hayliterarias una piedra publicadas entonces dondefiguran te acuesto mía, Muertas ‘, ‘ El ninguno la conoce, hedel fundado pueblos en tu dulzura, hijo del viento’, ‘ La fragancia jazmín’ , ‘Solica’, ‘ Haber vivido’ sufrido esas cosas, eres fuera de mí, ,’ Poemas del he alma’, ‘ Los últimos días de Alberto Franklin’ ‘ El me perteneces extranjera. silencio de las voces’,’ Himno a mi gitana’. Juan Gelman, poeta argentino
escribo tu rostro
Escribo tu rostro con la sed de mi fuego y el llanto del desvelo, Escribo la sombra de tus pechos lejanos esparcida en grises horizontes, Tallo tu imagen como la cara de la luna fijada en un cielo de espejos, Invento tu rostro con el crepĂşsculo del silencio en un papel de sombras y demonios, Hundo mis piernas en el polvo de tu vientre y la tinta de tus corales, Escribo tu rostro mismo sin conocer el color de tu lucero y el ritmo de sus luces, Te veo crecer como un fuego furioso envuelto en tus carnes escarlatas, Te cruzo en tu humareda y me resbalo como una estrella en tu vientre angustioso.
Escribo tu rostro , caigo con mis alas desmayadas en la lluvia de tus estrellas, Si existes, ven, baja a mi tierra con la fiel promesa de tu cuerpo conmovido, Si existes, háblame, contémplame antes que me muera de sed en mi desierto, Si existes, ven a navegar conmigo entre musgos encendidos y susurros luminosos. Escribo tu rostro, me mezclo en tus cabellos, tu viento me engaña, tu sangre me miente, Nado entre tus ojos tristes, descanso en tu cuello frío, vuelo como una hoja muerta, Pongo mis manos debajo de tus aguas en tu mágica isla hilada por el viento, Esa lejana mansión tuya desbocada en la furia de los gigantes sueños míos.
Escribo tu rostro, soy su dueño, recorro la cordillera de tus pechos dormidos, Amor y sueño, las alas de la vida, flores frescas que brotan en los ríos de tu cielo, Soy tu narciso ante el espejo de tu rostro, un narciso oscuro sin oro y sin eco, Escribo tu rostro con la tinta de la noche, una sombra dibujada en mi río ilusionado, Un ángel sosegado que me mira con el reflejo de su hechizo transitorio y cristalino, Escucho tu trueno con el sonido de mi tormenta y el aroma de tu sombra, Se funden nuestras bocas en medio del silencio y el secreto de las rosas, Soy el aire que te besa, ese aire puro que te envuelve y te reclama.
Sí, soy el aire que libera tu vuelo y desafía la distancia de tu ausencia, Ese que comparte la locura de tu sangre y las flores supremas de tu himen, Soy el aire que deshila tus fervores y devora el néctar de tu jacinto, Soy el aire que te penetra y te mece hasta el fondo de tu dorado diadema, Soy el aire que canta sobre tus hojas y cautiva el secreto de tu voz solitaria. Escribo tu rostro con el aire que en vano te llama con la quimera de su llanto, Un aire puro de agua y frescura que sopla entre tus labios alucinados, Esa poderosa magia del instante congelada en el paraíso frío del olvido.
Abre tu cuerpo
Abre tu cuerpo de lluvia y barro, de sombras blancas en esta noche interrumpida, Abre tu cuerpo para que veas la fragilidad de mi sueño y la intensidad de mi sangre, Dame tu mano, no te alejes, no me dejes hundir en tu ausencia sin el calor de tu boca, Búscame en tu milagrosa noche hasta que me alcances en un desahogo fugaz, Búscame entre las nubes fugitivas ocultas en el rojo crepúsculo y su brillo invisible, Tu cuerpo no me será frontera ni río de refugio o recuerdos de fantasmas, Abre tu cuerpo, quédate viva en mi aire para que mi llanto te transforme en poesía, Para que sea tu nube, tu lluvia, tu mar, tu noche y sus miradas de blancas rosas.
Abre tu cuerpo, déjame posarme en tus ramas y entrar en tu estuche sedoso Para que en un sólo soplo seamos juntos un cuerpo de sangre y luna, Dame tu mano, vivamos la cima de este encuentro con estallidos de lágrimas de oro, Besos de vértigo y brisa vaporosa con el eterno instante del presente despierto, Abre tu cuerpo de agua y fuego para que nuestro temblor se deshaga de su inmovilidad, Para que seamos un río vertiginoso al borde de un divino abismo de inocencia, Un horizonte líquido, una danza frenética de olas y espumas enloquecidas, Un amor de ternura con la voz suave de su trueno desgranando mazorcas de alivio.
Abre tu cuerpo, mira esa última estrella que deja una huella de luz en tu boca, Una fiesta incesante donde el letargo se precipita en una roja furia espumante, Ese gran viento del acoplamiento que llena el silencio y fecunda la fiebre tempestuosa, Abre tu cuerpo, déjame atravesar tu transitable desnudez asomado a tu prodigio, Déjame sentir los relámpagos de tus hechizos bajo el zumo dulce de tu himen, Tuyo y mío es este reino de violetas de pétalos lucientes y hondos azules, Tuyo es este narciso que te desnuda, te enreda y te mece, te enrosca y te desenrosca, Una raíz que te bebe, te devora, camina sobre tu pelo y brilla sobre tu luna.
La sombra de tu rosa
Tiré mi rostro a la sombra de tu rosa colmado de fuego y madrugada Y no pude ver en esa tierra tuya más que tu cuerpo y el sol de su locura, Te busqué aunque supe que estabas allí tan cerca pero tan lejos, Una mujer desafiante galopando desnuda en un caballo de fuego y viento, Amé tu cuerpo y mi cuerpo te amaba en esa torre escondida alzada hasta el cielo, Una blanca mariposa de largas alas sedosas aleteándome en un banquete de caricias, Te busqué en tu espejo rosado en el molde de tu magia y la sombra de tu rosa, Un eros de agua en ríos y arrecifes, concha nácar y molusco de sal y leche, Mar de noche con su luna llena sumergida en los latidos de su esponja.
Te busqué en la caída del rocío, entre los pistilos de las sirenas y los delfines, Te busqué entre las burbujas de tu espuma y el cuerpo acuático de tu luna coronada, Una estrella de oro surcando la noche en un castillo de miles de fantasmas, Te busqué en el ruido de la lluvia y en la fruta madura de tu luminoso vientre, Un manantial húmedo y suave envuelto en velos de seda y terciopelo, Un fuego espiral de júbilos y presagios en el silencioso disfraz de la tormenta, Te busqué, entré en tu melodía encendida, crucé tu puerta de caricias y sonrisas, Eras una paloma blanca de viento e incienso, una larga llovizna de tibieza divina, Un ave migratoria de blancas plumas en un eterno vuelo sin fin y sin afueras.
Te busqué en tu espejismo como dentro de un oasis de delirios vagabundos, Busqué el sabor de tu lengua dormida y el ópalo brío de tu lirio voluptuoso, Busqué la sangre de tu tierra como una orquídea de pétalos ocultos en su fiebre, Esquivé tus contornos venenosos y toda la arena mojada de tus playas, Te busqué desafiando tu bruma espesa y sus oscuros mundos abismales, Ah! dime ahora dónde te escondes con tus tesoros de lagunas y esencias, Dime qué hacer ahora sin tus besos y tus señas, sin mis velas y mis anclas, Ahora que ya no soy tan joven desnudo de su aliento y derrotado de su tiempo, Ah! deja mi sombra vestirte y desnudarte con el confuso grito de mis labios, Déjame llenarte de hondos y fieros jadeos en una danza de silencio y armonía.
Espérame
Espérame en ese eterno arroyo de olas y lágrimas donde navegan el sagrado Deseo de la sangre y la bella trama creada para nuestro infinito deleite, Espérame en el espacio de tu vivo cuerpo y en sus sedosos vestales Para que caminemos con nuestros heraldos de sueños realizados, Para que el agua corra sin melancolía y los versos aparezcan como dioses inmortales. Espérame entre las yedras mojadas de tus soles y las granadas de tu sangre fundida, Ven con tu raudo abanico salpicado de rocío y satinado de besos y halagos, Espérame, recógeme en los trenzados bucles de tu bosque adolescente Con ese amor nuestro sin palabras ni argumentos, sin nombres ni colores, Ese amor todo hecho de júbilos y espejos con su pérfida danza en su dulce pervertir.
Espérame con los obsequios de tu prodigio allá donde yerra la mirada de tu humo, Soy tu pájaro de almíbar que se posa en tus ojos en un silencio intacto, Ese que siente el viento de tu boca y vibra con las cuerdas tensas de tu guitarra, Una melodía de mar y cielo desnudando los paraísos de sus esencias y sus delirios. Espérame golondrina y primavera, feminidad de tierra en sus esencias incitantes, Palacio de futuro, aire divino que mece la frescura de las flores y la hierba, Alfabeto de estrellas que escribe los más profundos versos del universo, Cuerpo monte, cuerpo viento y fuego, cuerpo donde habitan el día y la noche, Almohada de plumas y espumas, lecho enredado de su hiedra pretenciosa, Oro que te desnuda y te transforma en un jardín de rosas seductoras.
Espérame para que desate tus negras trenzas e impetuoso arranque tu blanco velo, Para que cubra tu suave cuerpo de flores perfumadas por un alba recién nacida. Espérame con mi infantil deseo de amarte en los confines de tu pureza Inclinado sobre ti como un ave enamorada perdida en la aurora de tu viento, Espérame para que nos estremezamos en una compañía más intensa que la soledad, En un diálogo más rico que el silencio, más bello y eterno que la esperanza, Espérame para que te encuentre a solas más luciente que una estrella fugaz En el minucioso pecho jadeante de la noche y el paraíso de sus sombras alumbradas, Espérame para que me enseñes a oír el canto de tu sirena en el espectro de tu lecho, Un prodigo derroche de sedales arenas con los sonidos de mi lluvia sobre tu tierra.
Valiosa orquĂdea
Ah! llámame otra vez valiosa orquídea, tú a quien tan deliciosos Cibeles de ofrendas virtuosas debo desde el jardín de tus delicias, Ah! llámame otra vez con los ojos de la noche y los suplicios de los placeres, Llámame otra vez, inflámame traspasado de ti hasta el desvarío de tu cumbre, Una medusa de agua entre mis piernas en desvelo de reverencia y de sed, Acércame a tus pezones irisados con el ardiente tacto de mi confusa lengua, Ah! dulce silencio mío, mi único tesoro de largas visiones y cálidos deseos, Estrella de mi alba, valiosa orquídea, máscara de Diosa en la fragante espuma De su invisible e impetuoso dominio en el febril laberinto de su virginidad divina.
Aún intacto me guardo el son de tu sagaz audacia con los pétalos lucientes de tu alma, Aún ardo en tu cupido túnel hundiendo mi boca en la fresca reseda de tu ternura, Mira mis manos, esas fieles herramientas temblando entre tus senos celestes, Ah! qué incitante instante cuando penetro en las jugosas sedas de tu vientre, Un tulipán sonrosado inoculándose al sensual delirio de su lúbrica malva, Ah! llámame otra vez, lacérame, vulnérame con el botín enloquecido de tus labios, Toma mi viril fortuna en el templo absorbente de tu inviolado y sagrado himen , Arrebátame, escúrreme, vacíame con el secreto de tus llamas y la fuente de tus licores, Yo , falo ardiente y tú, incensario de estampas nacaradas y vitrales encarnados, Dos cuerpos en fragmentos estallados derramándose en los estanques de los topacios.
Imantado a ti
"En todo momento de mi vida hay una mujer que me lleva de la mano en las tinieblas de la realidad". (Gabriel García Márquez) Esta luz abierta que eres en la noche me habla de un amor sin distancias, Una mujer que me besa con los labios de sus trenzas y el oro de su risa, Una mujer que me despierta de mi nostalgia y me pone una rosa en mis ojos, Una sombra de ángel divino que deshoja mi tristeza con la fuerza de su boca. Recuerdo tu mirada inclinada de recuerdo como un largo dolor de árboles marchitos, Recuerdo tus ríos oscuros y el lento flujo de tus olas y la espuma de tus orillas, Ahora ya has llegado nunca más dispuesta a cortar mariposas de mis ojos, Oigo tus pisadas acercándose en mi sueño como dulces voces de sirenas, Veo tu cabello naciendo como un árbol cuyas ramas se extienden hasta el cielo.
Esta luz abierta que eres me habla con versos de lágrimas y fantasía, Si algún día te encontraría sería para esconderme en las trincheras de tus pechos, Viéndote navegando con mi cuerpo en una oleada de entrañable victoria, Dejándome morder los fragmentos de tu alma en los resquicios del vacío, Un camino encendido para siempre calmando el llanto de mis heridas, Un perenne instante en ese tren que sigue su curso en un bosque de encanto, Tu cuerpo con mi cuerpo, un gemido que comienza y termina en trechos de luces, Algo que agita el ramaje de nuestra alma y el fuerte tronco de su móvil sombra, Una espada y una cítara rogando amores y agotando el aliento de la noche.
A tu esperanza vuelvo perdiéndome como el viento en las aduanas de tus labios, Extraviándome como una llama en tu primavera y la locura furiosa de tu luna llena, A tu estrella transitoria vuelvo para desmajarme sobre ti y el misterio de tu sangre, Me acerqué a ti con la velocidad de mi fuga y el tremor agobiante de tus alas, Encontré en ti una eterna verdad hecha del viento de tu fuego y las ruinas del olvido, Me acerqué a tu selva poderosa y a los espesos placeres de su absoluto celeste, Te busqué en la penumbra de tu regazo con el rotundo rayo de tu aurora, Me uní eternamente a ti para sembrar en tu cielo ofrendas de besos y caricias, Para apartar tus nubes en un concierto inmantado de ti y del refugio de tu origen.
C贸pula divina
Ayer vi tu aurora en su goce sonoro y el ritmo de su mágico viento, Tu tierra se cubría de lágrimas de oro como un sol de primavera, Ayer vi la plata de tu luna en tu cuerpo con su sabor de hierba y vino, Una estrella que se transformaba en flor y ecos de gotas de rocío, Eras un vasto mar de maravillas trenzando el viento con la belleza de su silencio, Una suave mariposa nocturna que aparecía con su pureza y su dulzura.
Ayer conocí tu noche con los rumores de tus labios lácteos de íntima lumbre, Juntos nos dispersamos en una larga tormenta de flujos y reflujos, Mujer y hombre de luz y viento, cuerpos acuáticos entre sabanas sedosas, Dos pulpos enardecidos en un eros de luna y agua y amplias estrellas de oro Lamiéndonos los ojos y los oídos en una eterna marea de besos navegantes, Vapor y hermosura, una furia primaveral, un templo edificado de noche y rocío.
Ah! qué extensión luminosa de polen y sonrisa de dos cuerpos genuinos y nimbados, Qué afán de lluvia y versos en su péndulo apacible de espuma y candil, Atravesando tu cuerpo y la rosa de su viento sin brújula de sueños y silencios, Encontrando tu astro oculto y el bello centro de su rojo lirio enamorado, Una tierra de fuego y corales, un vasto mundo despierto de nardos y cristales, Una cópula divina con la fuerza de su marea y su ir y venir en el furioso mar de tu isla.
El mar me ense単o a dibujarte
El mar me enseñó a dibujarte e inventar tu beso con las espumas de sus olas, Con él adiviné ensueños de silencio y largas sombras archivadas de recuerdo, Escuché tu queja distante en el tiempo azul y lejano de tu cuerpo impalpable, Te vi rodar como un manojo de hojas en el espacio imantado de mi sueño, Te vi saborear el viento lento de mi polvo con el lenguaje cifrado de tus labios. Ah! dame tus pechos alzados en un largo festín de caricias y lunas enamoradas, Déjame descubrirte entre los espejos de tus astros caídos en el mar y sus olas, Tú, cuerpo de ídolo eterno como un dios escondido entre las tinieblas del firmamento, Una flor deshojada de su miedo y locura, una flor húmeda de frescura y de deseo.
El mar me enseñó a velarte eternamente con rumores de vacío y ceguera luminosa, Te vi prenderte en mis dedos como una mariposa brillante en su desnudo celeste, Una mariposa dulcemente rendida al cante de mi silencio en suspiros y quimeras, Un cante de algas amorosas meciéndome en las brisas de tu esencia perfumada, Un molde de asombro hecho de estrellas encendidas en un himno de cosechas. El mar me enseñó a abrir tus puertas, puerta tras puerta, espejo tras espejo, Llamas de perpetuas hogueras con tu cuerpo inventado en una noche embrujada, Una felpa desnuda sellada de gracia divina, un césped de silencio y azul sensual, Algo como una bella leyenda gitana con voces vegetales y sabores marinos.
El mar me enseñó a llegar a tu impulso imperioso diluido en zumos y mieles, Espumas de jacintos en éxtasis de delicias batiéndose con mi cuerpo y tu cuerpo En el péndulo de la noche y la alquimia de tu carne desnuda en su cima celeste, Un cielo sin aire, un oro sin peso, un sueño sin raíces atándome tu desnudez ajena. El mar me enseñó a esculpir tu silueta, eran negros tus ojos como esa luna oculta, Una flor cerrada en apariencia, un fruto amargo envuelto en ráfagas de viento, Una espesa tela de araña enclavándome en sus miles de magias hechiceras. Ah! siglos te esperé en un estado embrionario sin poder ver las estratos de tu cuerpo, Siglos te esperé para beber tus pechos frondosos en los pastos suaves de tus campos.
El mar me enseñó a descifrar el sol confuso de tu misterio y el fulgor de tus estrellas, Eras toda una alfombra, una luna de cara blanca durmiendo bajo las tejas de la noche, El mar me enseño a llegar al justo centro de tu vientre y la luz de su silencio, Siglos busqué tu nada en el espeso oscuro de tu ausencia y los espejos de mis quimeras, Eras un aire sin tacto ni alas, una estrella con frontera de horizontes imaginarios, El mar me enseñó a adivinarte desintegrándome como una mota de polvo y ceniza, Y no eras más que una mujer aprisionada en cárceles de vientos y espumas, Y me fui a ti como a un río desatado, un afuera compartido por el viento de mi sueño, Algo como la semilla del silencio y su musgo arrancado con la brisa del encanto.
Esta noche te sue単o
Esta noche te sueño y descubro la proa de tus olas y la madurez de tus rocas, Sueño que caminas a mi lado y danzas con el viento de mi sombra, Una indescifrable e impuesta danza de nubes y lluvias ante una luna llena, Esta noche te sueño y busco el calor de tu espalda y el deshielo de tu vientre, Sueño como si estuviéramos en un una corta cena de suspiros encendidos, Sueño que tejo las trenzas de tu pelo y te peino como si fueses una Diosa Jugando con tu cuerpo al escondite hasta el cielo de tu secreto y la piel de tus labios.
Esta noche sueño que te abres a mis pies mientras duermo en tu fuente, Te persigo y te encuentro como una nube blanca flotando en el firmamento, Cruzo tu puente con el peso de mi sombra y el secreto profundo de tu nombre, Conozco el viento de tu precipicio y la historia deshojada de tu mar de silencio Oyendo la seca espera de tu pozo hasta los náufragos que pueblan tu isla encontrada, Un ámbito de olas y tormentas en ese allá armonioso de nácares enmascarados, Un fino escenario donde acoplo mi vientre con tu vientre y tu imagen con mi aliento.
Ah! quién sino a ti cantaré la hora llorada del alba con las huellas de tus astros Donde crece y calla el ansia incierto de tu marea inmóvil con el humillo de tus torres. Ah! quién sino a ti ataré mi lazo con el dulce sueño de tus frutos y tus aguas, Ahora te hago un poema inefable con la centella luciente de los sueños, Un poema nudo y nuevo que llora en la lluvia con el alba de las caricias, Un poema que abre tus ventanas y desliza tus cortinas y conjura con tu fantasma.
Ah! quién sino a ti hecha de voces y aguas creciendo pura al filo de mis letras, Quién sino a ti cantaré mi sueño y disfrutaré tu cuerpo de desvelo y maravilla, Hoy te sueño y crezco a la altura de tus portales más lejanos y más lucientes, Hoy te sueño con el olor tormentoso de tu alma y su sencilla majestad, Me acerco a las alarmas de tus espumas donde eres reina y princesa, Una mujer de olas incandescentes, una Diosa fragante en mi camino, Cuerpo a cuerpo feroces y desnudos, erguidos en el secreto estrecho del hechizo.
GITANA DE AZABACHE
Gitana de azabache, cuerpo negro y luciente, lignito de hulla y oro, Collar y anillo, talism谩n de belleza inflexible, mantel de cobre y plata, Cuerpo jur谩sico en su fauna y su flora y la voz de sus fuegos y latidos, Gitana de azabache desnuda en una visi贸n de furia, de humo y llamas, Cuerpo mineral, cuerpo inyectable de brazas y sombras con rostro de cenizas, Estancias tibias de f贸sforos y cirios entre tus largas piernas y tu profunda barca, Claro arroyo donde el sol de Granada te sumerge como peces de colores.
Gitana de azabache con tu cuerpo de danzas y sueños en pálpitos fluyentes, Brazos de leves alas, única eternidad divina de mil luces y visiones, Frescura y calma y tentación, vestigios ventanales donde Narciso enamorado Se reflejaba en el brillo de tus nalgas y la lengua húmeda de tu gloria, Dos alas de fiero deseo con múltiples rumores de lumbres y encantos, Una magnolia divina de carnes fértiles y boca de coros de campanas, Una galaxia de pulpas doradas y raíces jugosas en tersos muslos.
Gitana de azabache, no te mojarán las lluvias sinó las lágrimas del cielo, Tú, hermosa Diosa morena de luminosa risa en tus caderas de bronce, Bajo tus ojos brillantes se duerme el sueño con los pasos trashumantes de la noche, Dos labios de luz y sombra, una música nocturna en un mundo de volcanes, Tú, mujer y Diosa hija de la gracia nacida del pecho jadeante de Granada, Tú, cuerpo de infinitos amantes estirado en la noche y su sombra vigilante, Tierra y selva con las plantas de su jade y la aura de su poeta mensajero.
Gitana de azabache, leona serena que estremece con sus ojos de ciclones, Himno de silencio que nunca se detiene en la intensa soledad del embrujo, Caminas en la noche, bajo las estrellas, bajo la lluvia, bajo la vida y su alba, Dos senos de seda negra crepitando como un incendio de enjambre luminoso, Una gitana de azabache que ondea con su viento el secreto del abismo, Ese triángulo de crespo vello donde miles de ojos se hunden en busca de tu perla, Un paraíso de sonrisa fecundado más allá del universo y las caricias de tus espejos. .
Dentro de ti
Dentro de ti fue donde mi poesía era agua y espuma y mieles de magia, El bello follaje del sueño y la floración del verso en el espejo de su barro, Dentro de ti era una muralla de suspiros, un alma de fuego en tu apellido de viento, Un reino movible donde mi sombra temblaba entre las puertas de tus cielos. Me decías “despiértate“ y me encontraba en la ciudad habitada por tus luces, Y veía tus ojos de cristales en los platos de tus astros y las luces de tus campanas.
Dentro de ti brotaban los volcanes de tus espacios en irrupciones de rojo vespertino, Eras una sirena hambrienta, un temblor de sacudidas entre los soles y las lunas, TĂş y yo, dos faroles encendidos y entrecruzados asaltando el insomnio del aliento, Una tierra de lava derretida en flecos de hojas verdes y perfumes de primavera, El rostro del amor enmascarado brillando sobre las pistas de los milagros, Dos pĂĄjaros sedientos bebiendo el polen de las flores en los bosques de la noche.
Dentro de ti hundía mi alma con bocados hambrientos de mar y carne, Lloraba tu llanto y reía tu risa saltando con tu cuerpo como un copo de leve nieve, Te sentía a prado en celo y a retama de montes ocultos detrás de las estrellas, Dentro de ti llegaba en busca de tus mieles y la dulzura de tus labios desbocados, Dentro de ti era la historia de tu nido y la gracia viva de tus selvas vegetales, Un espejo que fingía ser un cesto de fresas maduras y cisternas de melodías.
Dentro de ti era la arquitectura de un mar de destierro y el éxtasis ante tu espejo, Un destino de pasión y nostalgia que nacía entre miles de saltimbanquis y aureolas, Un mar de silencio y tan sólo de silencio emergiendo del fondo de tu blancura, Todo un arcón de magia y misterio en júbilos sonoros hechos de oro y plata, Dentro de ti era el milagro de mi nacimiento en sueños de trompetas y muros caídos, Un concierto de himnos de pureza en el sublime rostro del parque del paraíso.
Prendida a mi alma
Prendida en mi alma como una luciente mariposa callada y clandestina, Un gran sol poniente de amarillentos rayos y fugitivas llamas, Tan de la tierra de mis clamores y tan del aire puro y las olas espumosas. Todavía deslumbras y acrisolas como bellas fuentes en crepúsculos vespertinos, Una estrella que me vela con sus lunares luminosos de rumores y caricias, Una rosa de silencio y armonía abriéndose en su cáliz entre voces y esperanzas.
Prendida en mi alma como una gracia divina e imprevista disuelta en el eterno, Brota tu aurora con su risa sonora y su cortejo encastillado de maravillas, Voy a acercar mi boca a tu desolada playa y a su devastado reino insondable, Un mar fiero y melancĂłlico ante un cielo humeando en tormentas de estrellas, Un inmenso rĂo que canta su lĂĄnguido ruego en el triunfo secreto de la noche, Un amor de sangre y espinas vestido de la lujuria de tus alas fugaces.
Prendida en mi alma adorando mi locura con el perfume de tu primavera, Una larga sonrisa a cuatro labios donde palpita la esencia de tu hechizo, Trago tu boca con bocados de ansiedad en tus labios de corales mecedores, Dos cuerpos que ceden al destino trenzado de sus furias corrientes, Nada de esto es rito, son venturas de emociones deslizadas en la lluvia, Algo iracundo y lunĂĄtico que brota del delicioso residuo de un amor inĂŠdito.
Prendida en mi alma en el temblor del vaivén y su brisa venteada, Una ninfa aureolada atada a mí en el bajo fondo de un eterno pacto, Ahora eres el velo de mi espejo y la afinidad absoluta de tu violácea espuma, Pezones de colores, un bolsín de mallas de oro en las coronas de los mares. Ah! qué pueden ser tus ojos asomados a los paisajes ondulados del poema, Tantas cosas, fondos marinos eclipsando el espeso velo que eleva y deshace.
Prendida en mi alma como una lámpara cristalina de tesoros y reliquias, Qué pueden ser tus ojos asomados en mis ojos de silbidos y silencios, Tantas cosas, el suave y ardiente frenesí de mi casto idilio pensante, Tantas cosas, lagos y fuentes con la gracia divina en los caminos de tus orillas, Algo inviolable en las reminiscencias lujosas e incandescentes del deseo, Aguas de un río de lluvia y fuego haciéndote real ante la blancura del alba.
Esta noche te sueño Poemario
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