MIRANDO ATRÁS ANTONIO ABANTO HIJAZO CAPITULO I Fue un niño que nació un veintitrés de mayo del año mil novecientos treinta y siete, en plena guerra civil española; mis padres eran Hilario Abanto Prieto y mi madre Justa Hijazo Ibáñez. Mis abuelos paternos eran Pascual Abanto y Santas Prieto, eran de familia humilde, tanto mis abuelos como mis padres; mis abuelos maternos eran Lamberto Martín y María Ibáñez. Mis padres, tanto uno como otro, son naturales de Used. Familia humilde pero buena, éramos cuatro hermanos: dos mujeres y dos varones. La hermana mayor es María, el hermano segundo era Gregorio, el tercero un servidor de ustedes y, detrás de mí, la hermana más pequeña, que es Matilde. Como bien digo en el año 1936 estalló la guerra civil española, que duró tres años hasta 1939. Acabada esta guerra quedó todo racionado, esto además de aquellas familias que, de una forma u otra, perdieron algunos de sus seres queridos. Una vez que acabó la guerra quedó el pueblo de Used con mucho sufrimiento, con muchas necesidades y me atrevo a decir que, en algunos casos, hasta con miseria. Y sobre todo lo que se racionó, lo más duro era alimentación. Yo, aunque era un niño de muy corta edad, recuerdo perfectamente ver ir a mi madre a la tienda, como todas las demás mujeres, y tener que llevar la cartilla de racionamiento en el bolsillo. Yo era un niño muy joven y, como pueden comprender, no tenía edad y ni siquiera entendía qué era eso de las guerras, ni qué era eso del racionamiento. Cuando tenía tres o cuatro años mi madre me llevó a casa de una señora que tenía una especie de guardería