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Invertir en salud es invertir a futuro
“Una mayor inversión en salud impacta positivamente el desarrollo de un país y contribuye a tener poblaciones más sanas y productivas a futuro.”
Muchos países ven la inversión en salud como un reto; algunos porque sus sistemas no tienen los fondos suficientes y otros, porque segmentan el financiamiento y la prestación de servicios, de la forma menos eficiente, para tratar de salir adelante. Lo cierto es que una mayor inversión en salud impacta positivamente el desarrollo de un país y contribuye a tener poblaciones más sanas que, a su vez, suelen ser más productivas e influyen en la economía de una nación.
La pandemia por COVID-19 nos reveló problemas estructurales importantes a nivel de inequidad; sin embargo, también nos recalcó que la salud y la economía están estrechamente relacionadas, haciéndonos ver a la salud como un motor de crecimiento con una valiosa oportunidad de retorno en lugar de ser un costo.
Pero, ¿Cómo la inversión en salud permite un crecimiento sostenible? A través de tres vías clave, como lo son la microeconómica -por ejemplo, mejorando e incrementando la expectativa de vida-, la macroeconómica intermedia -al reducir la brecha en salud por raza, género o estatus económico-, y la macroeconómica nacional, con efectos directos e indirectos incluyendo el aumento del Producto Interno Bruto (PIB), impulsado por alianzas público privadas, la investigación clínica, la propiedad intelectual, la generación de pequeñas empresas (como start-ups), así como, el impulso a la innovación y el logro de beneficios en infraestructura y seguridad.
De acuerdo con datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el gasto público en salud en los países de Latinoamérica y el Caribe corresponde a cerca de un 3.8% del PIB, lo cual está muy lejos de la recomendación del 6% dada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Además, aproximadamente un 32.2% del gasto total en salud en dicha región corresponde al gasto del bolsillo de los hogares.2
Entonces, ¿de qué manera podemos alcanzar una inversión adecuada en salud?
La CEPAL recomienda colocar a los sistemas de salud y de protección social en el centro de cualquier estrategia de desarrollo sostenible.
Por su parte, el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, hace un llamado a repensar la economía desde una perspectiva de “Salud para todos”; es decir, cambios en el pensamiento económico y en los sistemas sanitarios locales, así como mundiales.
También, nosotros como industria debemos seguir trabajando juntos, para contrarrestar esos desafíos que no permiten ver a la salud como riqueza y que van de la mano de la implementación de marcos políticos y regulatorios sólidos, basados en la ciencia, así como en estándares internacionales para la presentación, revisión y autorización de productos.
Asimismo, hay que trabajar en el acceso a la innovación basado en el financiamiento estratégico, a largo plazo, del sistema sanitario. Para esto se requiere un modelo en donde se tomen decisiones basadas en evidencia, enfocado en resultados y que además sea transparente y consultivo para el establecimiento del presupuesto y la asignación de recursos.
En el caso de Pfizer, desde hace unos años para acá transformamos nuestro modelo de acceso y comenzamos a trabajar de cerca con las instituciones de salud pública de los países, para diseñar e implementar conjuntamente soluciones innovadoras e integrales, con el propósito de ofrecer un acceso equitativo a nuestras terapias, mientras contribuimos a fortalecer la sostenibilidad de los sistemas de salud.
Específicamente, utilizamos un enfoque basado en resultados, lo que significa que adaptamos acuerdos de acceso con base en evidencia del mundo real, que contribuyen al desarrollo de una mentalidad basada en la investigación clínica, y también, estamos en proceso de poner en práctica acuerdos basados en valor. Además, estamos implementando Programas de Asequibilidad, así como de Acceso Temprano, tanto a nivel público como privado, para facilitar la llegada de medicamentos innovadores en beneficio de los pacientes.
Otro punto medular de ese trabajo en equipo entre los actores del sector es aprovechar las soluciones de salud digitales y crear alianzas con estas para alcanzar su máximo potencial en atención médica y acceso, así como fomentar la adopción de nuevas herramientas.
Al día de hoy, en Pfizer, estamos comprometidos con hacer uso de las ventajas que ofrecen las herramientas digitales en las distintas áreas de la compañía, para mejorar las experiencias de los pacientes, profesionales de la salud, las instituciones y la sociedad en general. Contamos con plataformas y aplicaciones para dispositivos móviles, que pueden apoyar a los pacientes en el control de su enfermedad o inclusive, guiarlos para una adecuada atención médica.
Asimismo, hemos establecido alianzas con healthtechs de la región, ya que son clave en la creación de soluciones sanitarias sostenibles y adaptadas a la realidad de cada mercado, quienes, en colaboración con la academia, sociedades médicas, actores del sector privado e instituciones públicas, entre otros, han hecho que el sector salud se vuelva más eficiente, gracias a su capacidad de optimizar la atención médica con base en datos.
Finalmente, para que los países logren una adecuada inversión en salud es necesario contar con mercados abiertos y competitivos, en línea con los estándares internacionales y de la industria, y un sistema de adquisiciones transparente, así como basado en el valor.
La necesidad de invertir en salud está latente, aquí y ahora. La academia, los gobiernos, las empresas del sector, los profesionales de la salud y la sociedad en general debemos unirnos para aprovechar esas fortalezas colectivas en la construcción de ecosistemas de salud y economías equitativas, resilientes y sostenibles.
¡Invertir en los ecosistemas de salud promueve la competitividad y mejora, a futuro, la economía de un país…Es un beneficio para todos!