Levantate y vuelve a empezar

Page 1

Levántate y vuelve a empezar Lectura: Salmo 37:23-40 La Biblia En Un Año: 2 Reyes 1-3 Cuando el hombre cayere, no quedará postrado, porque Jehová sostiene su mano. --Salmo 37:24. ¿Te sientes deprimido hoy? ¿Te has desanimado por lo que experimentaste ayer? En un momento de descuido, ¿tropezaste y caíste cediendo al pecado? Hay algo peor que caerse: es quedarse abajo. El malvado se cae y no se levanta, pero en el caso del cristiano, la cosa es distinta. Aunque a veces nos caigamos, no vamos a estar contentos hasta que estemos restaurados. No deberíamos pecar, pero lo hacemos demasiado a menudo. El apóstol Juan escribió: «Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos. . .» (1 Juan 1:8). Pero he aquí las buenas nuevas: «Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. Y él es la propiciación por nuestros pecados. . .» (2:1-2). Admite tus fallos. No te preocupes por ellos, sino confiésalos. Antes de que Jesús muriera por nosotros sabía que seguiríamos luchando con el pecado. Por eso hizo provisión para que pudiéramos limpiarnos diariamente. Empieza de nuevo cada día apartando tiempo para confesar tus pecados, admitir tu debilidad, y pedir a Dios fortaleza para hacer lo que Él quiere que hagas. Cuando dependas de la gracia y la fortaleza de Dios, ¡al poco tiempo sabrás lo que es la victoria en verdad! --MRD EL ÉXITO SIGNIFICA QUE TE LEVANTAS UNA VEZ MÁS DE LAS VECES QUE TE CAES.

Paz en la Tormenta Lectura: Salmo 37:1-11 La Biblia En Un Año: 2 Reyes 4-6 Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará. --Salmo 37:5. Durante una terrible tormenta en el océano, un pequeño barco de pasajeros se bamboleaba precariamente en la ruidosa tempestad. Habían amarrado los muebles y todo lo que se pudiera mover, y los pasajeros estaban confinados a sus camarotes para que estuvieran seguros. Muchos de los que estaban a bordo pensaron que el barco se hundiría. Finalmente, un pasajero decidido a averiguar si había alguna esperanza de sobrevivir fue a ver al que estaba al mando. Aferrándose a las paredes y los pasamanos, llegó hasta la cubierta azotada por las olas, subió por una escalera, y llegó hasta la timonera. Notó que el barco estaba cerca de tierra y entre rocas dentadas. Parecía que el capitán estaba tratando de llegar a la seguridad de una bahía en calma que había más adelante. Puesto que sabía que el hombre no lo oiría por el ruido del viento y las olas, el capitán sencillamente se dio la vuelta sin hablar, miró al preocupado pasajero, y sonrió. Sintiéndose más tranquilo, el hombre regresó a donde estaban los demás y dijo: «No tengan miedo. Todo está bien. He visto el rostro del capitán y lo vi sonriendo.» Cuando nos azotan las tormentas de la vida, puede que nos veamos tentados a sentirnos desesperados. Pero si miramos a nuestro soberano Capitán y le encomendamos nuestro camino (Salmo 37:5), hallaremos paz incluso en medio del tormento. Podemos confiar en que Él nos va a sacar bien de la tormenta. DIOS PUEDE CALMAR LA TORMENTA QUE HAY A TU ALREDEDOR, PERO POR LO GENERAL CALMA LA QUE HAY EN TU INTERIOR.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.
Levantate y vuelve a empezar by Americo Hernandez - Issuu