CONTOS PARA A IGUALDADE
Para nenos e nenas sen prexuizos
Os contos que ides ler son novas versións de contos vellos. Son eses contos que nunca deixamos de escoitar e que atopamos en case calquera libro infantil. Pero estes son un pouco distintos porque cambiaron o xénero dos personaxes: de masculinos a femininos e ao revés. É unha forma de chamar a atención sobre a igualdade, en todo e para todos. E veredes como a historia parece distinta cando aquela rapaciña con carrapuchiña xa non é vermella nin e nena....
BLANCONIEVES Y LAS 7 ENANITAS Érase una vez en un gran castillo un rey y una reina. Un día tuvieron un hijo tan blanco que le llamaron Blanconieves. Cuando Blanconieves creció murió su padre y lloró, y lloró. Al cabo de dos meses la madre de Blanconieves se casó con un hombre que se hacía pasa por un hombre que vendía manzanas. Un dia el hombre le dijo a la madre de Blanconieves: “ Mata a tu hijo con este cuchillo o sino me ocupare de matarle yo”. La madre llamó a Blanconieves y le dijo: “ ¡Corre, hijo, corrre, que el hombre nos quiere matar!”. De repente vieron una casa y entraron. Estaba todo limpio con 7 platos puestos y 7 camas en las que estaban durmiendo 7 enanitas. Se despertaron y vieron allí a un niño y a una señora y se pusieron a presentarse; ellos también se presentaron. Las enanitas le invitaron a quedarse porque nunca habían tenido compañía.
Un día Blancaniebes fue con 4 enanitas a buscar comida y la madre se quedo con 3 enanitas ayudando en casa. De repente, una flecha apuntó a la madre de Blanconieves la madre se desmayó y una enanita dijo: “ Apartaos todos yo soy médica, le sigue sonando el corazón, es un conjuro”. Otra enanita fue a llamar a las demás, vinieron corriendo. Blanconieves venía estresado, cuando llegaron los demás la madre estabá en un ataud. De repente, allí se acercaban un rey y una princesa. El rey les dijo: Que señora más guapa. ¿Quién es? - Mi madre, dijo Blanconieves. El rey abrió el ataud y le dio un beso en la mejilla y ¡plllaaaas! La madre despertó y el rey, la reina, Blanconieves y la princesa vivieron felices.
PULGARCITA
Pulgarcita era una niña tan pequeñita que fácil alcanzaba en una caja de sorpresas. Era la última de siete hermanas y sus padres estaban en la miseria. Una tarde la niña pudo oírlos en extraña conversación: “Que Dios nos perdone, pero tenemos que eliminar a nuestras hijas o sera el hambre y la miseria quienes se encargan de hacerlo”, decía su dolido padre y ella musitaba incesante llantó. Horas más tarde y con engaños, el padre marchó con sus siete hijas a lo más frondoso del bosque donde los abandonaría, pero la pequeñina que había oído la terrible sentencia, fue dejándo guijarros en el camino, lo que los permitió volver a su cálida casa. Su padre se sintió feliz de verlos sanos y salvos, aunque persitiría en acabar con ellos. Esa vez el padre en pleno invierno, revisó a Pulgarcita y no pudo hallar las migas de pan que iba a esperar en el camino. Al ser abandonados, la niña buscó las migas y casi se mueren al comprobar que las aves se las habían comido. ¡ Estaban perdidos! Mientras que sus hermanitas lloraban, en medio de la oscuridad y el grito de las fieras, Pulgarcita se subió a un árbol y a lo lejos divisó una solitaria cabaña. “Quizas nos ayuden, pero debemos calmarnos para llegar a ella”, les dijo a sus hermanitas y ellas obedecieron.
Al llegar tocaron la puerta y un horrible sonido de pisadas hicieron temblar a la tierra. No podían creer lo que estaban viendo: era el horrible ogro come–niños cuyos ojos brillaron al verlos allí esperando. Las capturó de inmediato, al tiempo que le gritaba su mujer: “Ya tengo siete niñas para mi gran cena”, y el gigante se fue a dormir la siesta. El llanto de las niñas hizo que la mujer del ogro se apiadara de ellas y les dio libertad. Pero el gigante las alcanzaría al despertar, por lo que Pulgarcita planeo una habilísima estrategia . El ogro despertó y al no hallar servida la cena puso el grito en el cielo. Su mujer le dijo que una bruja logró liberarlas y el ogro, para ir en su busca, alcanzó las botas mágicas que había robado al rey de esas tierras. Pulgarcita, por su parte, cobijó a sus hermanitas en un refugio y empezó a correr y a correr en círculos, logrando marear al ogro que la perseguía y a que sufriera un ruidoso desmayo . Al verlo asií, la niña le quitó las botas, se las calzó y corrió al castillo del rey de esas tierras. Alli devolvió lo robado y el rey agradecido ordeno rescatar a las niñas y honrar a Pulgarcita con un titulo y una gran recompensa. Las siete hermanitas volvieron a casa, salvaron su hogar y perdonaron a su padre por tan equivocada sentencia.
EL BELLO DURMIENTE
Hace mucho tiempo vivieron un rey y una reina que estaban muy tristes porque no tenían hijos. Hasta que llegó la gran noticia de que serían padres. Organizaron una gran fiesta e invitaron a todos, incluso a la bruja que vivía en aquellos dominios. El día de la fiesta en el castillo al príncipe le otorgaron tres dones: la virtud, la belleza y la salud. Cuando la última persona llegó venía en busca de venganza, la bruja, y maldijo al pequeño a dormir para siempre cuando cumpliese 15 años. Aún así continuaron la fiesta. El día en el que el príncipe cumplía quince años, todos los que estaban en el castillo se quedaron dormidos. La reina consiguió salir, pero al rey lo habían capturado y se quedó dormido. En los pueblos cercanos se enteraron de lo sucedido y una princesa decidió salvar al príncipe durmiente. No iba a parar hasta encontrarlo. Después de muchas horas la princesa encontró al principe en una urna y entonces pensó: “de donde...bueno, lo habriré yo sola”. Pero ella sola no daba, entonces fue a buscar ayuda pero por cada pueblo que pasaba por cada reino que iba no encontraba a nadie. Pero en el último reino encontró una persona, la única tan fuerte como para sacar un árbol y romper una piedra al mismo tiempo. Se llamaba Juan Pedro y consiguió sacar al príncipe durmiente. Y todos felices comieron perdices.
Éranse una vez 3 cerditas. Un día su papá les dijo que ya eran mayores y que tenían que hacerse una casa para protegerse de la loba feroz que habitaba en el bosque . La más pequeña de las tres cerditas hizo una casa de paja para no pasar esfuerzo; la mediana, hizo una cabaña de madera para ir a jugar, y la mayor hizo una casa de ladrillos, le costó mucho pero valió la pena. Un día mientras jugaban vino la loba feroz, todas se refugiaron en su casa. La más pequeña, en su casa de paja pensó que estaría segura, pero la loba sopló y sopló y la casa derribó. La pequeña se refugió en la casa de la mediana, pero la loba feroz sopló y sopló y la casa derribó. La pequeña y la mediana se fueron a la casa de la mayor. La loba sopló, sopló, sopló y sopló pero la casa no derribó. La loba tuvo una idea y se tiró por la chimenea. Pero cayó en el fuego. La loba con un pie quemado se fue al bosque y las 3 cerditas vivieron felices juntas.
LAS TRES CERDITAS
ALA BABÁ Y LAS 40 LADRONAS Era una chica que buscaba leña llamada Ala Babá. Un día se encontró a 40 ladronas y vio como con palabras habrían una cueva. Su hermano cogió todo el dinero de la cueva. Las ladronas se enteraron y querían matarlo. Cuando supieron donde vivía intentaron entrar para matar a todos y recuperan su dinero. Pero Ala Babá tenía un plan. Las engaño de manera que pensaran que ya estaba muerto y que no sabía donde había escondido el dinero. Las ladronas se lo creyeron y se marcharon disgustadas por no poder recuperar su tesoro. Así Ala Babá salvó a su hermano y pudieron disfrutar del dinero.
CAPERUCITO AZUL
Había una vez un niño llamado Caperucito Azul que vivía en una casa en las afueras de Londres. Un día fue al bosque a recoger leña cuando, de pronto, sintió que algo le mordía la oreja. Se dio la vuelta y vio una simpática ratoncita que le dijo: Soy Lula y me he perdido, vivo en el árbol del lago del bosque. Entonces Caperucito decidió llevarla a su casa. Cuando llegaron, Lula lo invitó a un té. Después de tomar el té, Caperucito dio a Lula una piedra mágica y le dijo: Si te vuelves a perder, esta piedra te ayudará a volver. Dicho esto, Caperucito volvió a su casa.
LA SASTRECILLA VALIENTE Érase una vez una sastrecilla que siempre estaba cosiendo en un campo y unos moscones le molestaban; y venga, y venga a molestarla alrededor suya. Ella siempre las intentaba matar pero un nunca lo conseguía. Hasta que un día consiguió matar tres a la vez e iba diciendo por la calle: ¡¡¡Maté a tres, maté a tres!!! Y todo el mundo se creía que había matado a tres gigantes y la contrataron para matar a los gigantes que había en el pueblo. Y ella dijo: ¡vale, acepto ese plan!. Cuando llegó el momento de matar a los gigantes dijo: ¡yo puedo hacerlo, soy una sastrecilla valiente y seguramente acabo con ellos en un abrir y cerrar de ojos! Y así fue, los mató a todos en una hora. Y los vecinos gritaban: ¡¡viva, viva, viva la sastrecilla!!!!! Y desde entonces, fue cuando la nombraron como la sastrecilla más valiente del poblado y desde ese día todo el pueblo vivió en paz y tranquilo. Y colorín colorado, este cuento se a acabado.
En una casa cerca del monte vivía una cabra con sus 7 maravillosas cabritillas. Una tarde soleada, la mamá se iba de compras y le dijo a sus hijas: “voy a comprar comida, no le abráis la puerta a nadie”. Cuando la mamá se fue, apareció la loba y timbró en la puerta,”ding dong”.
LAS SIETE CABRITILLAS
Soy vuestra mamá, ¿me podéis abrir la puerta?
Soy vuestra mamá, ¿me podéis abrir la puerta, por favor?
Enseña la patita. La loba paso la patita por la puerta y las cabritillas le dijeron: “no, no, tú no eres nuestra mamá, eres la loba. Nuestra mamá tiene la patita blanca. Entonces la loba se fue al molino más cercano, se cubrió las patitas de harina y volvió a timbrar “ding, dong”
No, no, tú no eres nuestra mama.
¿Quién es?
¿Por qué?
Soy vuestra mamá, enseña la patita. La loba metió la patita por debajo de la puerta. Las cabritillas vieron la patita blanca y abrieron la puerta. La loba se comió a todas las cabritillas menos a una que se escondió. Al llegar su mamá le contó todo, se fueron al río, le abrieron la barriga a la loba, sacaron las cabritillas, le metieron ladrillos en la barriga y cuando la loba iba a beber le pesaba mucho la barriga y murió.
¿Quién es?- respondieron las cabritillas a la vez.
Porque nuestra mamá tiene la voz mas suave. Entonces la loba se comió una docena de huevos y volvió a timbrar “ding, dong”. - ¿Quién es?- respondieron las cabritillas.
RAPUNZO
Érase una vez un rey y una reina que vivían en un castillo. Un día, a la reina le dolía la barriga porque iba a tener un hijo al que le iban a llamar Rapunzo y antes de que tuviera a Rapunzo la reina se había desmayado. El rey le pidió a sus guardias que fueran a buscar una flor que podía aliviar a su mujer para que tuviera a Rapunzo. Una mujer fea, asquerosa, quería robar al hijo de la reina y se lo llevó cuando estaba en su cuna. Pasados unos años, Rapunzo se convirtió en un príncipe, y vivía con sus otros padres en el reino. Un día una princesa llamada Estrella vio un papel que ponía: “el hijo de la reina y el rey se había perdido”. La princesa, que vivía con su madre y padre en el castillo, quería ayudar a encontrar a Rapunzo. Un día, Estrella fue a ver donde estaba Rapunzo. Vio un castillo enorme: ¡que castillo! Allí había un príncipe con una melena muy larga. La princesa Estrella le dijo: “¿Eres tú Rapunzo? “Sí”, contestó el príncipe. La princesa Estrella le preguntó si quería bajar. Y el príncipe le contestó que sí. Rapunzo se bajó. Al final fueron al pueblo de Rapunzo. Fueron al castillo y le dijo Rapunzo a Estrella: “¿Te quieres casar conmigo? Si -dijo
la
princesa. Se casaron y vivieron felices y comieron
LA FLAUTISTA DE HAMELIN Había una vez un pueblecito muy pobre porque había muchos ratones que les comían la comida. Así que llamaron a una flautista. La flautista dijo: “¿En qué os ayudo? Y los de pueblo le explicaron: “¡A echar a estos ratones, porque nos están comiendo toda la comida. Entonces la flautista tocó su flauta y los ratones le siguieron y la flautista los echó al río, se ahogaron y la flautista volvió y le nombraron la flautista de Hamelin.
PINOCHA
Érase una vez una carpintera llamada Gepetta, que fabricaba juguetes. Un día construyó una marioneta llamada Pinocha. La noche siguiente, un hada hizo que Pinocha cobrara vida. Gepetta se había puesto muy contenta. Fue al colegio, pero la capturaron. Pero el hada la liberó durmiendo a los malvados con un hechizo. Y le dijo a Pinocha: “Ten más cuidado. Te convertiré en una niña de verdad” Y fueron felices y comieron perdices.
Había una vez un hombre que tenía una burra que durante largos años había estado llevando sin descanso los sacos al molino, pero cuyas fuerzas se iban agotando. De tal manera que cada día se iba haciendo menos apta para el trabajo. Entonces el amo pensó en deshacerse de ella, pero la burra se dio cuenta de que los vientos que soplaban por allí no le eran nada favorables, por lo que se escapó, dirigiéndose hacia la ciudad de Bremen. Allí, pensaba, que podría ganarse la vida como música callejera. Después de recorrer un trecho, se encontró con una perra que estaba tumbada en un camino: “Mi dueña no me quiere porque estoy envejeciendo y estoy débil. Mi dueña ha querido matarme y me escapé”. Y le dijo la burra: “Yo voy a Bremen. Ven conmigo, nos haremos famosas tocando instrumentos”. A la perra le gusto la idea; y encontraron una gata tumbada. Hola ¿que le pasa a tus bigotes? Que mi dueña ha querido ahogarme porque no tengo unos colmillos afilados y soy muy débil. Y la burra le dijo : “Ven con nosotras a Bremen, tu sabes mucho de música nocturna”. Después pasaron por una granja y vieron a una gallina: “¿Qué te pasa?” Que como no tienen más gallos ni más gallinas me van a cocinar a mi.
LAS MÚSICAS DE BREMEN
Y siguieron las cuatro. Pero Bremen estaba lejos y no podían hacer el viaje en 1 solo día. Por la noche llegaron a un bosque donde la burra y la perra se pusieron bajo un árbol y la gallina y la gata en las ramas. De pronto vieron una lucecita. Era una casa; y se dirigieron allí. Y dijo la burra : “Veo una mesa con mucha comida y bebida y unos ladrones sentados a su alrededor”. Y la gallina dijo: “Eso nonos vendría mal a nosotras”. Entonces las cuatro se pusieron a deliberar sobre el modo de hacer salir a los ladrones. La burra tenía que alzar sus patas hasta el alfeizar de la ventana, luego la perra encima, después la gata y al finalla gallina. La burra rebuznaba, la perra ladraba , la gata maullaba y la gallina cantaba como un gallo. Luego se arrojaron por la ventana al interior de la habitación rompiendo cristales con gran estruendo. Al oír tan tremenda algarabía, los ladrones se sobresaltaron y, creyendo que se trataba de un fantasma huyeron despavoridos al bosque. Y colorín colorado cuento acabado.
EL TRITÓN
Érase una vez un tritón llamado Martín y estaba nadando solo. El había sido el príncipe del reino Valletano por su bello pelo. Pero su buena presencia se vió enturbiada por su madrastra, ya que mató a su padre para quedarse con todo su dinero, pero el hijo apareció y por herencia le toco el triton jefe. La madrastra se lo impidió con un maleficio malvado hacia él y hacia todo sus seres queridos. Estos se ponían verdes y les salían bultos por todo el cuerpo; donde no paraban de rascarse. La madrastra le arruinó la vida al gastarse todo el dinero y murió solo, sin nadie a su lado.
Había una vez un hado que se llamaba Campanillo. Tenía el pelo muy rubio y era pequeño. En sus alas tenía un polvo especial, mágico, ese polvo hacía volar. Tenía una ayudante y se llamaba Peter Pana. Un día a Peter Pana se le escapó su sombra y Campanillo fue a buscarla. Y le dijo: ¿Quieres acompañarme? Claro que sí -contestó Peter Pana. Entonces fueron enbusca de la sombra y la encontraron...en un cuarto con tres niños. La sombra estaba allí metida, en un armario. Hizo ruído. Uno de los niños se despertó. Campanillo, ante el asombro del niño, le dijo en voz baja: Perdón, es que a mi amiga se le perdió la sombra y....ahora que nos has visto, ¿quieres despertar a tus hermanos e ir a la Isla de Nunca Jamás?
CAMPANILLO Vale! Entonces, Campanillo movió sus alas y echó en las camas y sobre los niños polvos mágicos. Así, los cinco volaron hasta la isla. Se encontraron al pirata Garfio. Amenazador le dijo a Peter Pana: “Te voy a matar”. Entonces lucharon un buen rato y Garfio ató a los niños y Campanillo los rescató. Garfio se cayó del barco. Entonces los cinco volaron devuelta a casa. Y Campanillo les dijo: “otra vez os veré niños”, entonces los tres niños se quedaron dormidos otra vez.
EL RATONCITO PRESUMIDO Había una vez un ratoncito presumido. Vivía en un pueblo pequeño pero con muchas casas y muchas tiendas. Un día fue de paseo y a un ratón se le cayó una moneda, la cogió y fue a comprar una prenda de vestir. Llegó a casa y se la probó y le quedaba fascinante.
J
JUANA Y LAS HABICHUELAS uana vivía con su madre en el campo, eran muy pobres
y sólo tenían una vaca, y dinero justo para ir viviendo.
con su leche ganaban el
Hasta que un día la vaca dejó de dar leche. “Tendrás que ir a venderla”, dijo la madre de Juana. Pero no te dejes engañar porque es lo único que tenemos. Por el camino Juana se topó con una vieja que le pidió que le vendiera la vaca y Juana le preguntó que le daba a cambio. La vieja le dijo que le daba unas habichuelas mágicas. Juana, que era muy soñadora acepto. Su madre, cuando se enteró, empezó a llorar. Pero resulta que las habichuelas empezaron a crecer hasta llegar al cielo. Juana llegó a lo alto y vió un castillo de un ogro, pero su mujer era muy simpática. Desde su escodite, Juana descubrió que tenía un arpa y una gallina que ponía huevos de oro. El ogro se durmió con la música del arpa. Juana tuvo la oportunidad de coger el arpa y la gallina. Corrió, corrió y corrió hasta la enredadera y apuró a bajar las habichuelas. Juana y su madre ya no son podres. Fueron felices y comieron perdices.
LA GATA CON BOTAS
Había una vez una gata que tenía unas botas rosas, un pañuelo rosa de puntos blancos que llevaba en el cuello y un sombrero rosa con plumas blancas. Un día la gata con botas encontró a un príncipe que se quería casar con la princesa y la princesa no quería. Un día la princesa casi se cae a un lago y, antes de que se cayera, el príncipe la rescató (gracias a los consejos de la gata). Y al final se casaron y tuvieron 3 hijos.
JUANITA SIN MIEDO Érase una vez una niña que le tenía miedo a todo, pero que a todo. En la escuela se metían con ella porque era muy tímida. Pero, un día, todos tuvieron una pesadilla, todos menos Juanita que soñó con unicornios y arco iris. Entonces en la escuela, Juanita dijo que no tuviera ninguna pesadilla y los demás como la tuvieron Juanita se río de ellos. Y desde entonces no tiene miedo a nada y... colorín colorado esto se ha acabado.
ALADINA Y LA LÁMPARA MÁGICA Aladina era una chica pobre que vivía en Agrata y siempre la perseguían las soldados de la sultana. Jafara es la consejera real, muy mala que quiere la lámpara mágica. Un día atrapa a Aladina y le pide la lámpara mágica que está en la cueva de las maravillas. La cueva se hunde y Aladina sale con la ayuda de una alfombra mágica y una genio. La génio le concede 3 deseos a Aladina por ser la dueña de la lámpara mágica. Con el primer deseo Aladína se convertiría en una princesa muy rica para poder casarse con Jasmino, el hijo de la sultana y aparece como la princesa Alía. Jafara hace trampas para casarse con Jasmino. Un día tiran a Alía al mar y Alía se salva porque se lo pidió a la genio, es su segundo deseo. Aladína se pelea con Jafara y le ganó, que se lo dice a Jasmino pero le dice que está enamorada de él. El 3º deseo es que la genio sea libre.
Alumnas y alumnos por orden de aparición: Semahel
Lía
David Sandá
Matías
Michael
Lara G.
Ana
Eric
Pedro
Paloma
Laura
Eli
Lara C.
Iria
Alba
Carmen
Aroa
Breixo
Gabi