Revista Mexicana de Tanatología

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R€VI/TR M€XKRNR DE TRNRTOTOGIR

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osoclo(lóñ

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A$rIACIoI ¡fXrCAlrA Df

IISA

ÍA|{ATOL0CIA, A.C.

DIRECTIVA

PRISIDEI{TE:

L. Alfonso

Reyes Zubirf6.

YICI -PRESIDI t{TE GEtf RAL ! Enf. Psmela Bebb Stanley. YICE-PRESIDf i{TE AREA CIEI¡TIFICA:

llartfnez Ar.onte.

DR. Felipe

VICI-PiESIDE¡IE

AREA }lISTICO..RELIGIOSA: Guemes.

Arq. Plutorco Bo¡reiro YICI-PRESIDEf,TE ARf^

ltñAt{Isf ICA.

Psic. Pilsr Calvin Ruiz.

VICE-PRESItfI{IE AREA ESÍETICA: Psic. Hontserrst Chalamanch C6steIla. SECREIARIA

!

Enf. Gusdslupe Salinas Karq. IEgmn^r o,ec. Leoño¡ López Godoy.


REVISTA I,fXICA'{A

(

DE

TANATOLOGIA

organo oficiel de Is Asociqción t"lexicano de Tanatologfs, A . C. ) DIRECTOR:

Dr. Pedro Arzac Pal¡mbo. EDITORES:

l,la. del Carmen Carrillo Farga, L. Alfonso Reyes Zubirfa. CONSEJ{I EDITORIAL:

Mesa

Directiva de la A.l"l.T.A.C.

DIsEÑO'

Lic. Letici6

Saad.

¡q dror rrrúo qr p¡at !¡r dü. .¡ p¡!Ér E. óI c!r.d,¡¡to. lú-.rtL6, ñ¡o. alldrt . v. át tutlF, péE m thl! ü ñl!.¡.¡ p¡só. cr.D et eto & iD¡lr: v. . ¡. irAt , y t¡tt&! ! ¡. v!ó. tbri¡, rtr¡t., rb3 @6ptos qr @s h-¡. m .ó¡o ó (l.tfi.Erló.. Irbtil y ..b¡.todo, ó Uó., & Et6¡né4 d. ADr, Ct po¡ ¡o 4¡..coglrD.. Jflo cdlE rlito¡o ó ¡. rú!.t..


CONTENIDO

....7

EDIIORIAL LA ASOCIACION I{EXICAI{A DE L. Atfonso Reyes Zubirfa EL I{IÑO ANTE LA

IANATOLOGIA

ENFERHEDAD

Lic. en Psic. Pilar Calvin

9

If

TER¡IIi{AL Ruiz

EL i{EDICO AI{TE LA EUTAI{AsIA Dr, Pedro Arzac Palumbo iIUERIE EN LA VEJEZ: FE '¡0|lEi{0 Enf. Pamela Babb Stanley

NAIURAL

LA }IUERTE EN LA VEJEZ l. Al fonso Reyes Tubiría AREA MISTICO_RELIGIOSA: TALLER DE VIDA, HUERTE

Y

TRAI{SICIOi{

Arq. Plutarco y Angelina Barreiro

19

.

29

.

35

.

45

PRIHER CONGREsO NACIONAL DE TANATOLOGIA EI{ I{EXICO 49

Programa p¡el

iminer del

Congreso


EDITORIAL

con este ñúmero, e1 primero de la REVrsra MExIcANA oficiar de 1a Asociació¡ Mexicana de Tanatología, A. C., se curiple uña meta. Una meta que durante mucho tienrpo sentiamos muy Ieiana todavia. Pero gracias al esfuerzo de muchas personas, que entregaroñ su tierñpo y su trabajo, hoy se hizo ¡ealidad. DE TANATOLOGIA, órgano

La razón de ser de 1a REVISTA MEXICANA DE fANATOL0cIA es e1 servir de cor¡unicacióñ a todos 1os interesados en eI c ampo de 1a tañatología: un hedio por el que todo§ podremos compartir nuestros estudios y ex_ periencias relacionados con eI tema. Eñ donde podre_ mos, tambiéñ, aprende¡ de los maest¡os. 0 enseñar aI que sepa un poco menos. 0ja1á que logremos siempre tales ob jetivos. 0ueremos que nuestra revista tenga siempre estas secciones: editorial, e s tudl os y t r abajo § direrentes, spccjó- ro,.Fspo_dienLe " 1", di"-,sác árPa' quP componen 1a A-M.I.A.C., un t ena moñoqráfico y noticlas y resencióñ de llbros o artícuIos. Creemos que asi será cofro cunrpla su cometido.

Noy es un número pequeño. No importa. Porque lo Como Ia misna Asociación: coñ muchas ganas, auñque con las carencias del princlplo. SaIdrá a 1u, tres veces aI año, para poder hacer de ella una revista de prestigio y serierjad. Por hoy, simplemente, aqui está: con optimismo, con cariño. como todo e. 1a Asociación Mexicaña de Tanatología. térámeñte á sÜs órdenes- Como debe ser.

necesario,

AI f onso Reyes

zuhi¡1a

Pre.idenLe .ie la Aso.iaclón Mertcana

ranatoloqla,

A.C,

de


LA ASOCIACIOÍ{

T.IEXICANA DE TAÍ{ATOLOGIA,

A.C.

Es una Asoclacióñ civil N0 luc¡ativa. Nació para ]Ienar un hueco, existeñte y existencial, en todo rlexico. Es multidisciünaria y debe ser interdisciplinarla. EI 18 de NovieÍbIe de 1988 - apenas curnplió su pririe! año de vida - fue cuando se firmó, anteNotario Púb1ico, el Actá Constitutiva. Veinte fueron los Socios Fundadorcs. Ahora somos un poco riás, Pueden ser Socios Activos aque]]as personas interesadas en las metas de la Asociación y que hayan llenado los reqLrisitos que se pide, sin irportar nacionalidad, flIiación política, credo religioso, sexo, o profesión.

}.-

CIETIVOS

a) Ayudar a] Enfemo feúinal

- 6quel que padezca de uña enfemedad por ]a que probablemente va a morir en uñ tiempo relátivamente corto - a que muem coñ plen3 aceptacióñ, coñ dignidad y paz. b) Aylrdar a los faÍriliares o amigos de estos ennemos a que se prepa¡en para este momeñto, quizás cercanor sequramente doloroso, de ]a muerte del ser querido-

c) Ayudar a quienes estén padeciendo por 1a muerte rido, a que elaboren su duelo, con el me¡or dolor

de un

se¡

que-

y en el menor

d) ayudar a los que tenqan ideación suicida a que cambien s! sltuaclón de profuñda desesperanza o de plofunda depreslóñ, dándoles uña €speránza ñuevá y real.


2.-

(nE¡NIZACIO{:

La Asociación está regida.por unos Estatutos. Su máxima autoridad será Ia Asamblea General y el Conselo Directivo que 10 fo¡man Ios siquientes: Un

vice-Presidente Geñeia].

Lln Encargado de Fiñanzas.

Cuatro vice-Presidentes, cada uno de 1os cuales está al frente cada uña de lás diversas á.eas de estudio y trabajo, que son:

de

tlls[ IDI)-EIGIGA: debe promover l¿ reali/acióñ oe p oqranas de investigación tendientes a obtener toda la información posible sobre los conceptos y 1a conducta místico_reliqiosá del morlr' de la muerte y de] culto a los muertos, así coÍro Ia actitld v conducta místico-religiosa en relación al suicidio. La avuda directa será, rás que ñada, á travé5 de.! conl¿cro ojtec'o v de ra orqañ /á _ ción de Talleres de Vida, We¡te v lrañsición. aflEA

tuür¡Isrlc¡: su objetivo es ]a recolección de t¡abajos sob¡e morir de la n¡erte y del .u]to 3lo3 mue¡tos , 10 mismo que Io rela)ionado con el slicidio, sea a t¡avés de la historia de México, o sea en ]a actualidad, bajo e1 puñto de vista de 1as ]eyes, de la filosofÍa, de la socioloqía o de cualquie¡ otra AFEA

e1 concepto del

del Hmanismo. La ayuda que brindará será, a¡te to.lo, aseso¡ia leqat y de trabajo social. rama

su finalidad es p¡omove. trabajos de investigación médlca, psÍcológica, antropolóqica y de otras indoles cientíiicas relacionadas con ]as metas de ]a Asociación, principalÍrente lo que _:r e] morlrr Ia nuerte y el culto a los mue¡tos, eñ el mexicano. Lá divulgación de estos trabajos. La recolección de trabajos cientificos que pudieran ser útiles a la Asocia.ióñ. La comunicación con orqanizaclones cie¡tÍficas qúe tenqan iñtereses comunes. Y ]a ayuda directa al paciente, o a sus iamiliares, que la requieran, y que quepa dentro de 1os fines propios. AffEA CIEIITIFICA:

l0

tie¡e que iñvestigar cómo siente e] mexicano, cualquierá que sea su cultura, y cáio proyecta, todo lo qle es muerte, morirr culto a los mue¡tos, o suicidio, a través dql arte. Bellás artes o Artes Populáres: Iiteratura, cine, danza, cánto, fotografía calaveritas, etc. La ayuda qLre brindará es 1o que ]lanamos "Realizar una l]!sión" de todo enfermo teminal, siempre que ésta quepa dentro dé L¿( pocibrlio¿o.. op ld asocláció_. Cada Vice-Presidente cuenta con Ia ayuda de \rn Vocal que 1o au/jlie en sus funciones, y cada Area con los asesores que necesiten. AnEA

EsrErrCA:

otra área de trabajo. Su funcióñ es publica¡ los estudios que los socios hayan he.ho, colaboraciones que vengan de otxas partes, noticia§ del nundo tanatológico.

FEVISTA: Es

socI05:

Los hay de tres clases: Fuñdadores, Activos' Honorarios Las dos primeras categorias deberán realizar actividades de investiqación y/o de trabajo, dependiendo del interés personal de1 socio, y de acuerdo con el área, o áreas, a las que se haya adscrito. Para eI trabajo directo con e¡femos, familiares, gente que pida ayuda te_ rdpéutica. qente con ideación s-ic:d¿, qó]o tendlán el ¿val de .a Asociación ]os socios que hayan aprobado el entrenamiento y losc(n} sos que exiqe Ia Asociación Mexicana de Tanatologia, A.C

tf

LA Asmnclcl{: f .- rf[(ErA La AMraC ( Asociación Mexicaña de ranatologia, A.c. ) cree fimemen_ Le en estos pri_cipios y Fn esi¿s Fetas: a) La mue¡te, y eI miedo a Ia muerte, son fuente de muchos problemas humanos. Quitar estos miedos, es dar vida: vida a p1en1tud. Vida lleña de calidad. Alcañz3r catldad de vida, es nuestrameta pri-

b) El suicidlo es un ma] que se puede prevenir; en Ia mayoria de l¡s casos se ve q.e quienes timen ideaclón suicida, más que fabricar su propia muerte, prefieren recibh ]a ayuda adecuada. Prevención, lntelvención, Postvencióñ en cásos de suicldio, es nuestra siguien-

tl


las enseñánzas de (Üble¡-Ross, creemos qJe es Lrn ideal asequibte. Si loqramos q.e la qen_ incondicio¡al amor qle uno es responsable de sus sentimientos, pensacada acepte y si ]ogramos que echen fuera las acciones, elecciones, mientos, que reprihidas en el pasado, entonces han sido ñeqativas enocioñes gente viva ]ibre, feliz v en paz, que esa misma a estaremos áyudando Es nuestra meta tercera. y los demás. misfros, con coñ el]os

c) eI te

Por último, siguieñdo

Por todo esto se iundó lá Asociación Mexicana de Tanatología, A.C. Hasta eI momento hemos tratado de brindar Ia ayuda que nos iBT pedido: henos dado Cu¡sos, Conferencias, Ta11e.es, publicado artículos en difere¡tes ¡evistas, herios dado ayuda directa eñ tratarnientos médicos y psicolóqicos, en te¡ápias i¡dividuales' familiares o de qrupor heÍros dado o¡ientación espiritLral, ásesoría ]egal,

EL NIÑO AÍ{IE LA Realidad

cruda y

ENFERI,IEDAD TERI,II]{AL

dura pero

al fin

ur-E

realidad

.,.,

Lrc. en Psrc. Pilar Calvin Ruiz. Para llegar a hablar del niño con enfermedad terninal, hay que ver primero co¡ro vive eI niño una enfemedad física. Prime¡amente, vemos que Ia eñfermedad provoca en el niño cierto nunero de álteraciones: un carñb1o en pañado o no de

la

experimentación de su estado

corpolal,

acom-

dolor, de fiebre que puede modificar su nivelde

con

ciencia, u¡ estado de angustiá más o oenos coñsciente que puede s6 provocado por 1a misma enfe¡medad o por lo que se imagine el niño y toda uña alteración a nivel costumbres de forma de vida, alteracioñes a ñivel escola¡, etc.

el momento en eI que aparece Ia eñrermedad ya que, entre más pequeño es el niño tiene menos fortaleza a nivel de estructura psíquica; "EI daño desorganizador es tanto más grande, cuanto más temprano se produce y más se p¡olonqa',. Rodriqué afirña que para poder defenderse del daño desorqanizador, el niño tiene que haber foflnado ya objetos totales , haber Iogrado la posición depresiva, 1€ capacidad de simbolización, sentimientos ambivalentes hacia 1a qente y considerarse a sí mismos Es muy importante

Esto es Io que la Asociación mexicana de Tanatología debe ser y hacer. Y 10 que pretende, es crecer, para fortiiicarse v poder' de esta manera, dar cada vez una mayor y mejor avuda. TodavÍaestámos naciendo. La AMÍAC está débi] aún. Pero quiere, y p¡etende, hacer§e mayor: más que en ñúmero de socios, en calidad de los mignos AsÍ cumolirá coñ sus objetivosr propósitos y metas.

fisica,

Los daños corporales en

L. Alioñso

Reyes Zubiría

Presidente de

]a

A.M.T.A.C.

la

temprana

infancia son graves pmque

interfieren e¡ eI desarrollo psíquico de] niño aI impedir 1a discrimiñación entre self y no self, y con Ia fomación de uña imagen corporál nc- á.

a la imaqen corporal se reiie¡e, tenemos que ésta que tenemos de nosotros misr¡ros, no sólo físicamenla visióñ ábarca te sino tambiéñ fi s iológicamente , sociológica y psicológicamente. En Ia literatura, la ir¡aqen corporal ha sido denominada cmo autoconciencia, concepto del yo, eI yo corporal, la identidad perEñ 10 que

sonal y esquema corporal. Al ser eI cuerpo y el mu¡do experiencias mutuamente correla.ionadas, uño no es posible sÍn eI otroi así tenemos que 1a imagen corporal no se dá po¡ si sola. Schilder considera como factores importantes para la estructura.ión derinitiva de la imaqen corporal:

t2

t)


e] dolor, las

zonas erógeñas, las acciones de nuestras menos sobrc cuerpo, las acclones de los demás sobre éste. et interés de tos demás por é1 y el escozor provocado por las funciones de nuestrc

el

La imagen del cuerpo no es un fenómeno estátlco, se adqriere, se construye y se recibe su estructuraclón a merced a un continuo contacto con e1 mundo. Cade ve2 que una parte dada obteñga una ab¡madora prtudcia en la i¡ragen del cuerpo, cesará ]a simetría y et equilibrio interior de ]a imagen corporal. Tambiéñ cuando sufrimos un dotor orgánico, se altere de inmedláto la estructura lfbidinat det nodelo del cuer_ Con lo menclonacto anterlomente, verEs córno la imaqeñ corpo-¿l se modllica indudablemente por inftuencia ae r:na entermeOaa corpo_ rali ésto se ve clatamente reflejado en los dibuJos proyectlvos de la figura hunana que ¡eatizan niños en estas condiciones, yá que , se observan notablemente marcadas tas áreas afectadas por ia enfa_ nredád; ta] es el caso de tos niños que padeceñ árt¡itis quienes sre Ien remalcar e¡ sus dlbujos de figura humana, tas a¡ticutaciones

lhblancto de la distribución de ]a Iíbido se tiene que ésta se modifica, ya que el cuerpo enfermo exlge más cetexia libldlnal. El niño retl¡a libldo de sus obJetos y carga su plopio cuerpo, transforrna libido objetál en narclslsta. Lo que se obs€¡va desde afue¡a es un qran retralmlento. El ñtño se voelve hacia la pared, recna2a llguetes, alinentos, cariño, parece gravemente enfemo, pero sunacisismo secundario está al servicio de Ia recuperaclón. otros niños que no pueden proporciona.se a sl mismos ta cant1, dad adiclonaL de libido que necesitan, la rcclanan det a,¡biente. Son exlgentes y un tanto pegajosos ... Es inportante destacar que el tlpo de leacción del niño freñte a ]a enfemedad dependerá der caracter aqudo o p¡ogresivo y de la duractón de ésta; de la actitud de ta fanilia, cbt tuga ctel rütamiento (casa u hospital), del ctima emotivo en que se encuentran e1 niño y sus padles en e] momeñto de Ia enfemedad, det g¡ado de evolución afectlve del niñb y de los fantasms reáctivados, es dech, de todos los miedos ocultos .]tle tlme el nlño y que en íErnento dado puede ver que se están convirtlendo éstos en reallded, asl como factores aprendldosi por todo ésto se puede aflmar que cada caso es total¡¡Ente difereñte y

'joim. t¿

EI niño, al igual que eI adulto, pasa por uña serie de etapas a1 saber de su enfermedad terminal; dichas etapas no tieñeñ un lapso de du¡ación definido y el ordeñ puede va¡lar. ceneralmeñte el niño e,perimenta primero una nJÉcióñ(prinera etapa) al darse cuentá de ]a gravedad de su padecimiento; en corDaración co¡ eI adulto, suele ser menor eI tienoo de duración de esta etapa. Aqui 1o que se observa es uña ño aceptaclón del pádecimiento y de rr culminaclóoPosterlorment€ se presenta Ia ¡eUA o 9!qiq, aqul sale todo el coraje, es el ¿Porqué a ñi? un niño aquí va a descalqar todá su aqresió¡ contra las personas ñás ce¡canas a él qeneralñente con los

0tra de las etapas es el rcoáteo o neoociación, esta fase es parte de Ia esperanza, es et ... bueno si . . . si solo pudiera tensl una fiestá de clxnpleaños, etc. vieñe ra !9pl9n!É1, esta fase se caracteriza por tristeza abierta o eñnascarada. Es apenas en Ia década de ]os setentas cuando se reconoce 1a depresión en Ie infancia. Aquí hay que dalIe aI n.iño su tiempo, pe¡o no dejár que se sienta solo, siño que cueñta Finalmeñte vieñe Ia aceptación, aq,Jí se recoñoce Ia lealidad y el paciente está en paz consigo misÍro. Eñ el caso del niño se óse¡va con frecuencia que él ya aceptó su realidad mieñt¡as que Ia familia todavia ño puede aceptarla. En 1o que ¡especta a la faírilla del ñiño con enfemedad terminal, se tiene que, ésta sufre un fue¡te impacto, el cual, eñ ocasiones remueve culpas y reproches sobre todo e¡ lá madre; Ilegando incluso a prcvocar la desiñtegración r¡nilia!. En lo que ¡especta a las repercusiones psicplóglcas que Lrna enlermedad te¡nrinal tiene en uñ ñiño, se puede declr que dependen de uña grañ cantidad de factores, tanto internos coí)o extemos, sisr do adeñás dife¡entes en cada enfemedad, dado que los sintsnas y Iás alteracioñes va¡ian de uña enfemedad a ot¡a. En base a lo anterior se puede hablar así de personalidad del niño heoofÍlico, personalidad del niño ca¡diaco, etc. Eñ térniños generales, es nuy irportante hablar de ta percep( ió¡ tañ fiña que el niño tiene de lo que está sucediendo; ya que L}jrnrr¡lmeñte, los adultos pensamos que los ñlños no se da¡ cuenta, Lrnxnr en r.alidad cI ñiño sabc mejor que ñosotros lo que le está


Raimbault dice

al

respecto: presiente niño 10 que pasa en su cuerpor en el pe'rEl riodo teminal (enremedades crónicas): si no está hundido en el malestar fisico, habla de lo que le amenaza, nuchas veces de manera negativa. E] niño se aisla, como si huyera antes del abandono que teme (]os niños a lo que más temen es a que sus padres los abandonen); e] niñoF-. queño percibe ]a mLrerte como una separaciónr como ú ais-

lániento, como una ausencia. Va a faltar pará los qle qpe dan y se sieñte culpable de no estar coñ los que le ama¡; se acusa de hacer sufrir a todos los que 1e rodean y se prequnta, por otra parte, que falta ha cometido pa¡a ser así castiqado".

los casos, aparentemente eI niño no se dá cueñta delo que pasa, pexo en realidad, está juqando eI papel que et adulto quiere que jueque: a ringir que no sábe de Ia gravedad de s! padeciEn muchos de

Por medio de] dibujo, nos podemos dar cuenta de cómo et niño percibe su realidad, ya que, en ellos eI niño proyecta de una manera clara ]a situación po¡ ]a que está pasando. Un ejemplo claro de ésto fue un caso de una niña de once años con un padecj¡iento de leucenia, quien a] pedirle que dibujara 1o que e]Ia quisierar dibujó un cementerio, (supuestamente no sabía to que teñÍa) y at preguntarle porqué habia dibujadu eso ella respondió qLre porque era el lusar donde estaría nuy proñto. Es muy nocivo e] decirles mentiras a los niños pues como venros, saben lo que tienen, quizá no 10 perciban como un adutto pero sí a su nranera y si no se les dlce ]a verdad de ]as cosas, ésto provocá eñtre otras reacciones, mucha agresión hacia 1a gente que les rodea así como !ña descoñfianza muy grande. Se les debe de explicar a los niños en Ia medida que 1o demanden y en Ia foma que ellos lo puedan entender, dependiendo de ta edad y madurez del ñiño. Hablando de madLJrez, se ha visto que los niños con eniermeda_ des crónicas y terminales, maduran más ¡ápido que tos nlños sanos

l6

En 1o qJe respecta a la hospitall¿ación de] niño. ésta po¡ rEcesaria y úti] que sea, constituye un t¡aumati§¡IE erDclonal, ésta puede ocasionar reaccior¡es irmediatas en eI mlsmo morcnto de la se_ paráción de los tamiliares (gritos, I]antos, negativas a quedarse en el hospital), o bien, reaccloñes que aparecen después de la hos_ pitallzación, actitudes de castigo, ¿e rechazo o d€ agresión: problemas alimenticios, pe¡tuÉaciones del sueño, ¡egÉsión esfinte riam, estados dep¡esivos o trastornos del comportániento. Estos ti oos de reacciones dependen del grado de iñfornación del niño sobre ]a hospitalizBción y de la actitud de1 personal hospitalario' por una parte; por otra, Ia edad y du¡ación de ]a hospitallzación, así como también ]a personaldad del niño, el tipo de relación padre-hi.io y de 1a reacción personal de los padres ante ]a hospitallzación La hospitalizacióñ, no tiene para los niños otlo sentido que e] de uña separación angustiante e incomprensible; ]a noción de1 tiempo les es extraña, y Ia sepa¡ación les parece definitiva. La hospitalizacióñ es una tuptura que enqendra sentlmieñtos de abandono, por tanto de miedo, aqresividad sentimientos de culpabilidad. Los ñiños por debajo de los t¡es 6ños de edad' menos capaces de comunicar sus ñecesidades y con uña concepción irreal de la hos_ pitalización, son más suceptibles de reaccionar con a¡gustia. EI niño de cuátro a diez año§, después de reaccionar a la agresión de Ia hospitalización, al dolor y a las ámenazas que rcge_ sentan 1os medios diagnósticos y te¡apárticos; (agitacióñ ansiosa, lloros, anorexia); a veces se da cueñta de que está gravemente aquejado, siente lá ñecesidad de ser asistido y acepta notablemen te las molestias del tratamie.to. En e] caso específico de Ia enfemedad c¡ónica o terminal además de las reacciones mencionadas con anteriorldad, se presentan profundos cuadros deprcsivos debido a Ia duración de Ia hospitalización. Este puñto es muy importante ya que no sóIo se ]e debe de explicar a] niño todo lo concer¡iente a su hospitalización, sino que también se debe de tener mucho cuidado en dicha depresión, bJscañdo alqÚn medlo pára tratar de aminorarla. Para flnalizar, se ha visto que el coñcepto de mLrerte es diferenle eñ cada edad de ]a niñez; el concepto de irreversibilidad' o constancia de la muerte no es plenanente entendida antes de los cinc., años de edad; los .iños en este periodo no ven la nue¡te sino c.rmo ¡lqo transiiorio, como !^a sensación de separación; es arrrrrrif[]rl¡tuñlr,hasta la ednd de dieT años claniio ]a moerte es.omf'1 ftrlirll y¡ r,)n. l¡ rlIlprrffl.o.r nosot¡.r.


EI concepto de muerte que se foflEn, va a ser e1 que te trasnitañ los adultos que se encuentrañ a su ahededor y ésto va a depender de ]a cultura, reliqióñ y facto¡es sociales en rcIacióñ con ]a edad y madu¡ez del niño.

EL IIEDICO ANTE LA

Dr, Bibliografia Abraham,

(.

The

i¡fañtile pñtotype of melancholic

lected Papers of K. Abraham.

New

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México: Paidós, 198I.

I8

Pedro Arzac Palumbo. La razón de se¡ del presente artícu]o, radica en ]a doble faz y penal de1 viejo y siempre palpitante eñiqma de la muerte

médica

y patético, el problema de ]a eutañasia i¡teresa y concierne actualmente, no só]o a médicos y juristas, sino también a socióIoqos, psicólogos y teóloqos; y rne atrevo a llamar a ta eutanasia 'rp¡obleman , porque e] tema se presta a las más diversas opiniones, unas a favo¡, otras en cont¡a, sin faltar las ec1écticas que vend¡ian a se¡ ]ás que ]a aceptan en ciertos casos o las que ju.!:riL¿¡ la eur.ñasiá pasira J orLota_aqiá. Pero eI principal motivo que ne mueve a tratar el aspecto médico de ]a eutañasia, es que son p¡ecisameñte los médicos los que primero se enfrentan al probleña, ya que conocen antes que nacli€ el diagnóstico del paciente, saben de sL pronóstico y se enirentan al g¡ave cuestionamiento sob¡e si harán del conocimiento del pacirente, estos dos puntos; en otras palab¡as si creen conveniente eñterárlo de que padece una enfermedad incurable y 10 próximo que puede esAspero

Masson

I986.

F¡eud, A. "lhe role of bodiliy illness in the mental d¡en", Psi.hoana]. Studv Child., ylI, t9>2.

EUTANASIA

Es por éste

y ot¡os puntos, que considerá pertinente y nec6a-

¡io tratar la faz Írédica añtes que la penal cla¡a y completa de todo lo oue encierra el

para da¡ una idea más oroblema de ta eútáñá-

Pa¡a poder habla¡ de ello he tenido largas e interesantes pliticas con médicos de varias especialidades, he v.isitado diferentes hospitales generales y de especialidades y he realizado diversos 6tudios e iñvestiqaciones 10 suficieñtemente serias como pa¡a atrev-prme a abordar 1á panorámica médica de Ia eutañásia, que ¡epito 6 sóL con el objeto de dar a conocer lás sbaciones que rodean al tema .eotrá1; ya eñ .ápitulo. !Iteriores trataré con la ámptitud nece'.¡ria las impli.a.ioo.. .lLrrídirias deI tena.


2.1- DrAcU¡5rIC6

DE OES&r¡:rO-

(

r€Dr(¡s

ulllrzaoG

)

EI diagnóstlco de desahucio coñsiste eñ determiñar el carácter de una enfermedad o¡gánica que verdaderémente es de sufrimiento grave, sin esperanzas de reclperación o cura po§ibte y que inetudi blemeñte conduci¡á aI paciente a ta muerte. Los medios utilizados para tlevar at diag.óstico de desahucio soñ de .Iíñica ñédica, ayldado po¡ exámeñes de taboratorio, ¡adio grafíast medicina nuclear, ultrásonido y estudios ¡le tonog¡afia 6táticos y diñámicos. oesde el punto de vista médico es impo¡tante defini¡ cuates son los padecimieñtos o las situaciones que en relacióñ aI conoci_ mieñto y aI avance tecnológico de esta ciencia hoy en dÍa pueden ubicarse añle ]a elecución de 1a euranasia activa o pasiva. No solamente debeñ considerarse tas situaciones en base a 1as ci¡cunstancias actirales, sino que debe toma¡se eñ cuenta el camino que lleva el desarrollo médico y los enfoques que se estarán prac_ ticañdo en 1os próxinros t0 a 20 años. En la actualidad son básicameñte dos las circunstancias en las que se pLreden observar cla¡ameñte la decisión médicá, la det oaciente y,/o la de sus familiares en Ia alte!ñativa de iñtervenir añte eI proceso de Ia muerte, coñ sus impllcaciones médicas, jurídicas y éticas, tales circunstancias son: nel estado de coma,,y e1 que se ha denominado "e] paciente en estado terminal!'; ambos padeciirientos quedan ennrarcados en et témino de Io i¡reve¡sible, es deci¡, su evolucióñ desde eI punto de vista médico conduce j¡defectiblenrente a la ñuerte. (r ) Las caracterÍsticas que presenta e] enfermo en estado o fase teminal son: sufre dolo¡ inteñso, rá]ta de apetito, hipo, constipación, diarrea, disnea, boca abie¡ta o adolo¡ida, tos, f¡éclencia uri¡aria o incontinencia, pru¡ito, insomnio, conrusión, ansiedad , depresión y en alguños casos agresividad y convutsioñes. E] desahucio eñ un ,testado de coma,, actuálmente se realiza cuando se diagnostica muerte cerebral, clatquiera que sea ta causa de esta (coma hepático o encefalópatÍa hepática, insuficiencia rená], choque septicémico, pol i traumat ismo , tétanos, status epitepticus, hid¡orobia, choque hipovolémico, etc.). y en este caso se acepta coÍro válido el diaqnóstico de nruerte de] paciente. La muerte cerebral se diagnostica basándose en el crite¡io pmpuesto po¡ el qrupo de la Universidad de Harvard en 196A e) y aceptado por ta xII Asamblea Médica Mundial en Sidney , Alrstralia (l) y consiste en: 20

r.-

Ausencia de ¡espuesta a estímulos ñocivos.

2.-

Apnea

o pérdida de la respiración espontánea. l.- Ausencia de ¡erlejos craneales. ¿.- tlFcr,oaññpialoqramd lsoetéctr iLo o'pIa-o dur¿ñtF 24 horas mínimo. E

pli ".é ore'qe__.

l.-

L¿da uno de e<,to<

i.r:so5:

AirsencÍa de resplestá a estímulos nocivos: No

ta frecuencia

de estÍmulos cardiácos o de

existe

auneñto m

la teñsión arterial

a tos

estirulos dolo¡osos. Y aLnque se iñdique que los reflejos osteotendinosos deben esta¡ ausentes o sea que debe eristir Arreflexia, se ha descrito que hasta en 2/l de pacieñtes con muerte cereb¡al comborada por todos los criterios aquÍ mencionados, los Eflejos osteoteñdinoso§ pueden persistir; Io cual iñdica que persiste el funcionamlento de la médula espinal, pero se aclara: la presencia de estos refrejos osteoteñdinosos no excluyeñ el diaqnóstico de mlre¡-

2--

Apñea (pé¡dida de

tir po¡ tres ninutos, lo

que indicará

,--

Ausencla de

Ia respiración

espontánea): ésta debe persis-

después de háber desconectado

el

respirador,

lesión i¡Jeversibre a nivel de] butbo raquídeo.

reflejos craneales: Las pupilas estáñ dilatadas fia Ia luz iñtensá, tañpoco háy movimieñtos oculares en ¡espuesta a la rotación de ta cabeza o a Ia aplicación de agua helada en e] conducto auditivo erterño; no existen rEnejos de vocalización, deqlucióñ o vómito. No hay parpadeo espontáñeo ni al iocar ra córñea del ojo con ei dedo o un alqodón. jas y ño

respoñden

4.-

Eleclroeñcefaloqrama Isoelé.trico o pla.o durante 2¿ horas mÍ ñimo: Eñ atención a qúe este tipo de enceraloqrama también se puede presentar en -p] caso de una i.toxicación masiva de medicamentos Lranquili2antes . ba¡bitúricos, es coñveniente que se mañtenqa po¡ .r, hora., qL,e es 10 más que dura y por ello debe vigilárse cuida,1,,.,¡me¡tr, 1¡ poiible recúperación coñ !n aumenlo gradual de los rerlt,i,r., p,,pilillFs, oculoceráticos, y corneales así .omo el reqreso l,r,r. y r),¡Lrl,,r in0 {le ¡.tividad electroenccfaloqráiicá.

,1


Finalmente es conveniente meñcionar que 1a realización de una añgiografía cerebral es útil pára confirnra¡ 1a nuerte csebral, pero en ningún mome¡to es requisito necesa¡io, y oebe coñsidera¡se , como un medio y un gásto extraordina¡io al cual ni e1 hospital, ni el médico, ni tos familiares de] paciente tienen obliqación o éber alguno de ¡ea112ar. Ya definido, eñ base a estos criterios, el diagnóstico étrLEte cerebral preséntase cuando el médico les pide a 1os familiarcs que autoricen 1a no utilización de medios extraordinarios, o sea, que renuncieñ a ]a distanasia ( eutanasia pasiva ), o bien, si desean que se utiticen estos medios. A1 respecto existen dos crite-

rios: que se erpleeñ por 24-48 o más ho¡as para esperar a un ráirilia¡ que viene en camino desde un luqa¡ distánte, o para que se encuent¡e al receptor al que se donará alqÚn órqano de este paciente pára trasplante. Fuera de estos casos es raro que en México e utilicen medios ert¡aordinarios, o que se apliquen por nás tiempo del mencioñado, y es en éste mor,rento cuando de no surgi¡ ]a de.isión por parte de los familiares, ésta es tomada por eI médico, ya que está autorizado para cesár de inmediato toda accióñ médica ordinaria o extraordi¡aria y dejar at paciente qlre evolucione tranquilamente a lá mue¡te natural total de todos sLrs órganos y funciones. En estos casos, como ya Io cité en eI capítulo r, es cuando , sesún el criterio de la lqlesia católica desde 19tB por Pío }[I (4) y después po¡ las declaraciones hechas por eI vaticano en 1980 (5) se áutoriza "la suspensión del tratamiento que prolonga¡á Ia vida cuando la mue¡te es inminentert. Y es en ésta misma situación, en la que 1a reglamentación sobre los trasplañtes de órganos puede srlrar en acción de acuerdo a la Ley General de Salud (6), Título Decimocua¡to: 'rDe Ia disposición de órsanos, tejidos y cadáveres é seres numanos". En estos casos 1a situación es definida, e] diagnóstico, es preciso y la decisión médica, ásÍ como la de tos familiares del pacieñte no debe acarrear ningúñ problema ni desde el punto é vista mora], ni ético. rodos estos criterios expuestos no sóIo han sido aceptados en eI extrañjem, sino que en México también los ap¡obó La academia Nacional de Medicina, y se encuentran requlados en de Sallrd vigeñte. es

la

Ley General

Por todo esto, se considera que el enfemo en estado tern¡ina] que plantea decisiones dificiles de evallar, estos se carac-

eI

22

terizan por tener uñ padeci¡riento crónico progreslvo qle en semmas ó meses los conduci!á inevltablemente a ]a muerte, y este tipo de enfermos puedeñ ejemplificarse con los cancerosos y los ancianos que desarrollan un "síndrome de deme¡cia progresiva't'que los invalida física y nrentalmente. Los enfemos que padecen cáncer y no han respondido al tratamiento aplicado, el mal se va exteñdieñdo por todo su cuerpo deteriorándolos progresivamente, siendo plesos de intensos dolores, además de otro tipo de molestias que puedeñ presenta¡ tales como faLta de apetito, estrcñimiento, hipo, etc., sintornas que en páginas anteriores meñcioné, pero es conveniente hacer hincapié en que Ia inteñsidad del dolor que sLrfren, está muy ¡elacionada con su estado de ánimo, la ansiedad y la depresión las que en puntos posteriores analizaré y tienen un efecto muy marcado en el iinbral del nisno. oor eso se dice que cuando e] pacieñte tiene dolor intolerable y está profu¡damente depriÍrido no qoza en ese momeñto de uña mente sana y c]ara, y por tanto es imposible qLre pueda decidir sobre su EI enfemo añci8no que desarrotla un rtsÍndrome de denenciá" , ha perdido ya sus capacidádes iñtelectuales y su función meñta1 se ha reducido a ñiveles muy prlmitivosi su estado de vegetación va áumentando coñ el tiempo, asi como 1a dependenciá de todas sus funcioñes corporales, de aquellos que 1e rodean. En estos dos ejemplos se ilustran claramente dos enfemedades er las que actualmente Ia posibilidad de curación ño existe, po¡ eIIo cabe dos opciones: practicár Ia eutanasia activa o ¡eallza¡ un constante control, dar una ayuda médlca pemaneñte pslcolóqlca, itsica y socialmente a estos enfemos, para que lo que 1es lesta de vida estén serenos dentro de Io posible, y sin tanto sufrimiento hasta eI momento de su muerte, ya que hoy día existen potentísimos analqésicos del orden de los tranqullizañtes, que realizan aÉas iunciones: mitigar eI dolor y t¡anquilizar al paciente. Los eñfe¡mos en estado te¡ninal usualmente no pueden ser atendidos en su casá, o en ]os Hospitales Generales y por tanto reqriereñ de los hospttáles especiálizados o de las casa hogar experir€ntadas en enfermos terninales(7), ta] y cor¡o ocurre en Inglater¡a y los Estados uñldos de Norteamérlca. oesde 1967 en Iñglaterrá eL l_tÉpltál de St. Chrlstopher lntció sús labores enfocadas precisame¡te


a ]a atención y el cuidado de ésta clase de pacieñtes. Eñ }os Estados unidos de Norteamérica por su parte, existeñ actualmente 800 hospicios que luchan y se especializan en el cuidado del enfe¡mo terminal. (8) Estos hospitales tieneñ personal eñtrenado en e1 manejo de todos los problemas que tieneñ los enfermos v que va cité E1 objetivo de estos hospitales es e] de mantene¡ ]a vida del desahuciado, meñtal y eírocionalmente eslable, para que llequen a 1á mue¡te lo mas tranquilos posible y sin sufrimientos o casi sin e_ l]os. Este tipo de hospitá1es desgraciadamente no Éxiste eñnuestro

país actualmente, y se ñota coñ tristeza qle tampoco hav suflcie.te personal entrenado en e] cuidada del pacieñte terminal.

2.2.

II,PGIAT€IA PSICq.GICA

gI

EN EL PACIET{IE

gBE

LA

EVII.EI(¡I tE

PADECIXIE¡¡Io.

La cuestión psicológica e.] el paciente teminal o desahuciado es imoortantisima al q¡ado que hay autores actualmente que hablan de que "sin lugar a dudas, existe una úrgente.ecesidad de que 1¿ sociedad trascieñda los niveles de Ia nuerte biolóqica v .erebral, para recoñocer Ia nuerte psicolóqica; esto es la muerte de uñ jndividuo como persona conciente" (9), o seá que esto se reriere al pa_ cieñte comatoso o al canceroso que, ya en s! fase te¡ninal v debl_ ilo a los analqésicos y tranquilizantes que le son administrados FarÁ .álm¿r sús severos dolores. lo mantienen eñ estado de i¡corEcieñ_

tre

El p¡oblema psicolóqicó del paciente empieza añtes de qle eneñ estado de inconscien.ia, ya que se ha comprobado que desde

qle e] paciente tiene ciertos síntomas y/o desde que ñota ciertas coñiluctas reservadas o extrañas en sus famillares o médico, éste

experimeñta rna serie de canrbios en su conducta, tiende a aqravar o a exaqerar sus nalestares, a decir que tiene otros nuevos, etc., Jr todo esto antes de saber que padece una enfermedad iñcurable. Cuando los pacientes sében o coñocen so disgnóstico, sus conductas pueden ser diversas, pero con puntos simirares entre sÍ; asi tenemos qúe los pacientés presentan ansiedad gene¡a]Írente extrema, co. pánico y fobiá, rechazos a aceptar diagnósticos o eI iratamiento que amlnore sls malestares y ]es haqa rñás Ilevadero et últÍmo periodo de 1a enfeÍredad, piden i¡reales demandas de miLaqros, üenen !ña .onducta aqresiva, uña gran hostÍIidad a todo tipo de tráñite

administ¡ativo, po¡ ejemplo, un consentimiento para una operación, q'an desó.oFr¿nra / É-orr' dés-o, de morir, q-p pañan con teñdencias al suicidio. Al tener un convenciniento de su desahucio sÍenten una impotencia y u.a infelicidad qrLre los enba¡ga y llegañ a c¡eer que los analqésicas ño 1es producen casi alivio , es entonces cuando se 1es vé con un marcado grado de ansiedad;tambiéo se ha visto que experimentan señtimientos de cu]pa, deli¡io , psicosis, además de diversos desórdenes neurolósicos y metab¡licos ájenos a Ia enfemedad, casi todos estos síntomas repito, en qrl6es más se han observado es en pacientes teminales de cáncer. (i0) Lo nás importante a observar aqui, es que toda esta ansiedad, en general dura más que la misma enfe¡medad y aparece antes que.los sintomas lísicos ¡eales de ]a mismá. Eñ resumen, 10 que se observó iue que antes de que trogrese 1á varios temo¡es corno son la pé¡ dida de la autonomía, e1 de convertirse en una carga, el de estar físicamente repulsivo, eI de enfrentarse a 1o desconocido y varias eñrermedad 1os pácientes expresañ

otras preoclpaciones; pero cuando se compararoñ estas fobias en un grupo de paclentes se notó que predominaban tres: el abandono po¡ Ios demás, dolores iñtolerables y finalnente muerte po¡ asfixia(I1) Han sido varios los médicos especialistas que han p¡ofundizado en el tema. La doctora Cicely Saunders del Hospital de Sa¡ José en Londres realizó un estudio de los problemas prácticos q€s presentan en el cáncer teminal, registrando con q¡án precisión la frEcuencia de los mismos, encontrañdo que 1as quejas más frEcueñtes de los pacientes eran: náusea y vómito, respiración difícil y disfaq:a o oeql rtac.id- ai'íci1. lI2) Un hecho sorprendente fue que eI dolo¡ no ocupaba un tuqa.Frominente entre otros problemas, en carñbio las náuseas y respiración dificil soñ fenómenos psicofisiotógicos agobiadores. E] alivio de éstos y otros sÍntomas Írolestos le ayudan aI paciente a recuperar la calma y mejora su estado de ánimo.

asi como el cuerpo responde a uña eñfermedad mortal t¡s reaccioñes típicas, por ejemplo las náuseas, también .a\ l¡s reacciones mentales d€ los pacieñtes.

coñ

son

cier-

típi-


Po. su parte Ia docto¡a E. Kübler-Ross publicó un libio titulado "Muerte y Ago¡Iar', donde expoñe una serie de ,,casos,,basados eñ su práctica profesionai con eñiermos incurables y aqonizantes á Ios que estuvo rñida eñ sus últlmos r¡onentos, con ésta expertencia y para desc¡ibir el proceso psicolóqico que se tntcia at enterarse eI paciente de su enferoedad y termina con et decesor la doctora küb1e¡-Ross utilizó uñ marco de leferencla de clnco etapas por las qire pasa la persooa que ír!¡ere, misñas que son coDarttdas por la mayoría de los autores y qre son: Primera Etapa.- comienza con conste¡ñacióñ

y recharo, asi cog.an rebeldia, lleváñc,olo a exctsn¡a¡: ',yo, no p¡rede ser". A veces muest.an insenstbilidad, parccen totatmente inconsctentes de La mala noticia, contieñden con el médlco sobre su diagñóstlco, y a veces pasan por alto las implicaciones del mismo. EI rechazo y Ia rebeldÍa pueden coñtiñua¡se eñ foma intermitente o dominar por el resto de su vidá. pero lo más caracte¡ístico es que fluctúe aumentando o disminuyendo en iñtensidad mtentras P¡ogresa Ia enfermedad. s€qunda Etapa.- Se mañiflesta por la ira o desesperacióñ c,el paciente cuañdo dtce: ,'¿Porqué yo?',. Los estaltidos de cótera pueden se¡ diriqidos hácia el meñú del hospltá], los requisitos é txatamiento, los médicos, ra fámilia, Ia vlda €n qeneral, o Dlos. Los pacientes exaDinan su vic,a pasada usualiEnte, sln eñcoo _ trar alguna falta sociál o de orden nlorat de la que pudieran inoJt_ parse. Uña sensación de inJusticiá, frustraclón e impotencta geñe_ ran a su vez sensación ñomal de agravto que puede lleva! a perio_ mo uña

Terce¡a Etapá.- Denominada de regateo, mantfiéstase cuando el pacieñte asevera: ,,Si moriré, pe¡o ...", y suJetan ta aceptación a condiciones, esperando o pl.aneando atgo que pueda mltiqar sr desen_ gaño. Lha esperañza tfpica es que se pueda plotorlfF¡ su vida hasta qre ocurra algún evento especial, tat cono su cLrnpleaños, boda o graduación, etc. Cuarta Etapa.- Llamada de depreslón, obsérv.se cuando los pacientes se enfrentañ a la triste realidad: ,'Sí, m tocó". pueden pa sar larqos ratos lloriqueando, tener pertoc,os interñitentes de retraimiento o inconunlcación, se vletven tñtrcvertldos, en general están apesádu¡brados por el fmpacto de su coñdlctóñ. Eñ este paiodo sulgen los problemas c,e al$jn acto ctesespeÉdo o cte sutctdto.

OJiñta Etapa.- De Ia aceptaclón o de Ia ¡esignación, se concomo un estado que se ha alcanzado a t¡avés c,e uñ trabaloso proceso enrocloñalr en e] que se lamentan las pérdldás y se aquarda eI fin con cierto glado óe esperenza y reslgnación, s¿ le constdera cmo un perÍodo de calña y a Ia vez de gran taciüd, en el cual el enfermo ya ño etperimenta nlñguna sensaclón o casi niñguña.(Il)

cibe

El concepto de adaptación por etapas no es novedoso y no se lirnita únicamente a la muerte. Esto co.rE proceso dinámico es uncaso particula¡ de pérdida, y las etapas representañ un modeto dinámico de adaptacióñ enoclonal a cualquier példida, yá sea física r mental o emocional. Así pues, se deben considera¡ estas fases cdno

CÚ|tirl-Erá

27

26

una

reacclón

nomal a una párdida cuálquiera, debiendo aclarar que pueden presentarse siñultá¡eamente, desaparecer y volve¡ a aparece!, o blen ocurrir eñ un o¡deñ cualquiera. Auoque es clam que si se lesponde a los sufri¡nientos ernocionales del indivi.Juo morlbundo es muy frecuente qle se reduzcan estos, especialmente los dolores, cuando se le hace sentir a1 desás ciado comprendido, menos angustledo y rcnos solo. Se le debe hacer senti! al enfemo co.no una persona, ño cc¡no una cosa qE e*aba.(I4) El objeto de que haya hecho este pequeño estudio es para dar uñá idea de 1o que sufre moral y psicológlcamente et paciente termlnal, pues, 1o ideal se¡ía que tuvle¡a áyuda especializada y que si lleqara arbedir', su mue¡:te no fuera eñ un odlEnto de desesperación, sino después de haber pasado por tas etapas de edaptación a las que hice nrención y por tanto que estuviera conclente de lo que pide y de si en verdad es eso 1o que quiere, peto no como un escape, sino por los sufrlmimtos que pac,ece.


I'IUERTE

El{ LA VEJEZ:

FEI{0MENO NATURAL

Enf. Pamela Babb Stanley. En los úItimos años ha habldo un mayor lnterés en los aspectos hunañisticos ¡elacionados con ]a atención de] individuo enfemo.La medicina humanística abarca una apreciación de ]os aspectos psicosociales, asÍ como 1á consideración del individuo corno un ser hJmano único, con derechos y dlgnidad. A1 recibir el paeiente una atención altamente humanÍstica, asune un rol más activo y participánte en su propia atención, 1o cuaL a.su vez, pemite un diáIogo entre éI y aquellos que Io atienden. La agonia, asi cono eI morir, involuclan procesos de adaptación siñgulares para la persona, su fámilia y aquellos q! le stjenden. Cada persoña moribunda, así cono aquellas que le rodean, Iesponden a Ia amenaza de muerte en ¡e.Lación a su pasado, circunstancias de sú vida y aspiraciones personales para su fvturo. l4orir es un acto altamente indlvldual, ñadie rnrere igua], cada persona 1leva consigo valores, creenclas, experiencias y sentimientos muy ¿ifercntes. Es por e]]o que ]a muerte de una persona siernpre será dirercnt€ a Ia de otra. Cada día se ha ido manifestando más eI lnterés hacia Ia atención sl senescente, asÍ como al proceso oe rruerte, Arbos tenas se encuent¡an íntimaírente relacionados debido a que, en el proceso de eñvejecimlento y enfermedades concomitantes, es eI anciano quien suele est6r más p!óxiflro a ]a Íuerte que cualquier otm tndlvidlo é Es nuy lmpoltante para la enfemera ten€r un claro enbendim1eñto de coñceptos como muerte vejez, si se desea participar

y

ll

lá atenclón fnteqra y real de] individuo senescente y próxino a Ia mue¡te. Por etenclón lntegra me reflero a la consideración de tcdas las asfe¡Es d6 Ecclón de la persona, lncluyendo ]a flsica, pslcologle soclel y culturEt que hEcen de la persona un ser slngular entra todos ¡os dmás. 29


Asimismo, es de g¡an importañcia hacer mención que en ]a vejez son con mucha frecuencia mayores las ñecesidades psicolóqicas que las físicas, Io cual requiere que ]a eniermera desarrolle habilidades y dest¡ezas que le permltan interveni¡ en forma oportuna

pa¡a ]a satisfaccióo de dÍchas necesidades. Todo esto implica un cambio en Ia actitud tradicional de }a enfermera, donde el énfasis está en la cantidad de trabaJo desarrollado, observabre v conclLJído, y no necesariamente en la calidad de Ia atención ofrecida. Hay ot¡os factores que inhiben Ia atención psicológica ofrecida al paciente en fase teminal, estos incluven ]a dificultad ' ási como la evasión aue se tie.re para clestionarse a si mismo sob¡e los valorcs, c¡eeñcias, sentimientos y temores hacia Ia muerte propia, así como Iá de otros. Aún cuando se tieñe 1á teñdencia a presenciár la aqonía v ]a muerte de un añciano con cierta ecuanimidad, esta aparente ecuani_ midad no attera la naturaleza de las interacciones coñ el paciente no¡ibuñdo. En lealidad ]as diiicultades que se tienen procurando mañtene¡ una comunlcacióñ abierta con e] paciente, no tiene nada qúe ve¡ con el hecho de que éste sea joven o anciano. El conflicto con que se eñfrenta coñ frecuencia eI avudar a morir a un anciáno es generálmente una ambivalencia: por un lado re asequramos, al paciente y anosotros mismos, que é1 ya vivió Lrna vida de larqos años, y por el ot¡o, hablámos de la veje, como "l.s áñ.s dorados"' c.ñ fre.ueñcla sLrcede oue lá persona añciana es la que trata de hace! de su mue¡te una situación más coñfortable, pem no para eIIa, sino para sus faniliares y amigos, así corno pa¡a.osot¡os los trabajadores det secto¡ salud. Aún cuando ]ás pe¡sonas tie¡eñ una g¡an necesidad de hablar de sus temores, angustias v dudas, sigue¡ con su falsa pretensión en sus relaciones interper sona les , de que proñto han de sanar. Hablan de actividades cotidianas con cierta jovialidad, hacen mención de planes para eI futu¡o; perc no hablan de aquello que tes acecha más, 5u propia muerte. A1 habla¡ de la muerte se hace necesario mencio¡ar agJellas pérdldas que se asocian a ella y qre son de caracter irreversible. La oé¡dida de1 a1ma. Siendo aquello que parte al úItimo, aquello las funciones espirituates, eñrotivas y mentales de Ia persona. La esce¡cia de individuo siñgula¡. vitales, como lo son eI otí_ flujo del de substañcÍas La oérdlda -

-

que incluye

qeño

y la sanqre.

- La pérdida de Ia inteqridad corpo.al como unidad bio-psico-§ocial.. - La pérdjda de la coñcieñcia o capacidad para iñteractqa¡ socialmente, así como de las iunciones integradoras de ]a pelsona. éstas cuátro grandes pérdidas nos da¡ Ia muerte como un proceso total y iinal. No con ello quierc decir que hay o no vida en el más 611á. Esto dependerá de las creencias y valores de lE Étrsona misma añtes de mo¡ir, siñ que dichas crcencias influyan o sean influenciadas por las nuestms durante nuestras inte¡acciones Sunradas,

Existen otros conceptos asociados aI tema de ]a muerte en los reilexión para asÍ poder ayudar a 1a pe.sona a bien mo¡ir. Es ]a muerte !n proceso inevitable que siemp¡e ha estado con el hombre y de hecho siempre estará. La muerte ño discrimina, llega p6ra todos, hoirbres y mujeres, ricos y pobEs, Dodemsos y no poderosos. Tarnbiéñ es cierto que la muerte puede ser uná iuerza creadora, cuántas ob¡as literarias, musicalesr de cultura han sido inspiE¡ das en ella ! Por Último recordemos que la mue¡te es una fuerza Ienovadolá, pues sin eua no habria vida. qLre debemos hacex

Por probabilidades, es el anciano quien se encuentra más cerca de ]a muerte. lambién se sabe que por años de vida vivida, es el anciano e] que ha tenido mayor núme¡o de oportunidades de coñfrontar la muerte, ya q'Je por su edad, es muy p¡obable que haya súfrido pérdidas de seres queridos; experienciás que en geñeral pocos jóvenes, y rnenos aún ñiños, han tenido. coñ frecuencia eñcont¡arios que el anciano ya ha hecho alguños planes para su partida, como 1o es su testamento, tener un lote en el cementerio, y haber dado alqú1 tioo oe i4srr-ccio.es iindles a a gu.ie. oe .u co1fi"1za. En qeñerá] el anciano tiene mayor teñdencia a aceptar ta posibilidad de su propia muerte. Estudiañdo este facto¡, se han cla'iricddo d l"s oerso-ds r¿yores e. tre\ qrLpos coho sigue: El primer grupo 1o componen aquellos que a través del p¡oceso de adaptación confrontan Ia posibilldad de su inevitable muerte y eñ qeñeral la ñraneja¡ sin que les inqutete demasiado. Estas perso, nas se enclentran más dÍspuestas a hablar sobre la muerte en qeneráI y coñ mucha frecLiencia sob¡e su propia muerte. Estas pláticas rúéleñ ser muy realislas y, en ocasiones, terceras personas pudiera¡ sentlrse lncómodas por dár la p-"rsona ta imp¡esión de ser frÍa

y .¡l.,rla'ior¡ lobre o1 tcmá.

1l


aquellas personas que no se permiteñ áfro;tar }a Dosibilidad de su prcpia mlerte y por Io mismo la hecho muy lejano. Este grupo está fomado por aquellas que viven al dÍa. personas persoñas que no hañ planeado mucho a través de su vida v Son que en geñeral no veñ e] temá de muerte aplicable a s! persona' E] tercer grupo Io foman aquellas pelsonas que reaccionan ae iremádámente emotiva a Ia mue¡te de seres que¡idos o conocidos v C[n el]o coñirontan su propia muerte. Este gruPo lo forma la gra¡ mi-

EI

segundo qrupo

Io

componen

Estudiando e1 Dasado de muchos de estos se¡es' se eñcontrá¡á que ileron perso¡as que tuvieron problemas en e] manejo de situa ciones c!ítlcas a 1o la¡go de su vida. Tan es asír qJe es probable

que manifiesten prcblemas de inestabilidad emotiva' Por esto se hace necesario que Ia enfemera recabe datos sobre la personalidad del anciano, pues en Ia veiez' son mucha§ ]as situaciones cáusadas por problemas iísicos, psicolóqicos o sociales que dan mañifestacioñes a nivel de cambios en la conducta Es bien sabido oue el anciano tiene menos ansiedad por morir' el g¡a. temor que ]e acosa está en la posibilidad de morir solo v desamparado, y con frccuencia tambié', temor á ]a posibilidad de que haya dolor físico intenso Es común el comentario por parte él añciano, de que desea ]a mue¡te como !n flna] a su existencia, pero más aún como lna resolución a su probtemática psicológica, fÍsica y social. Eñ muchas ocasiones, la persona havor se angustia más ante 1a muerte de iamiliares o amigos que ante Ia Posibilidad de ]a súya propia. 5e sabe .on certeza que el anciaño tiene Lrña necesidád imperiosa de hablar sobre 1á muerte en general v sobre la posible suva en partlcula¡. En dichas p]áticas e] desahogo de su ansiedad' temores, anglstias por aquellos seres queridos que deja atrás; sus inquietudás muy personales sobre 1a posi'Jilidad de una vida eñ eI co_ más allá, ]a posibilidad de la presencia del dolor fisico, asi morir' que 1e toque hora a ]a solo mo ]a de poder estar totalmente

]os temas que e] anciano expresa al dá¡sele la q@tunidad para el]o. La nrejor manera eñ qre podemos promover éste tipo de charlas con el individuo, requiere de la enferme¡a dos gra¡des átributos : la disponibilidad de tiempo v su perso¡a' v el permitir la libre expresión al individuo sobre aquello que ]e 6queja'

soñ algunos de

\|

5i se vá a pernriti¡ a la persona anciana expresar sus anqus tias, enre¡meriá debe darse e] tiempo necesario para e]]o, recordando que la persona mayor requiere de más tiempo para procesar y re,porde " la inlorrérió- ¡anFj¿d¿. L¿ libr. ./pre§ió' impl'La el permitirle aI anciano decir todo aquello que él desea y como lodesee, sin emiti¡ juicios ni criticas hacia el contenido de la inio¡mació. transmitida. Esto último actitud empática. Es de gran valor e] uso adecuado der silencio asi como el sa-

ber tocá¡ a la persona en ioma siqnificativa. El r¡anejo del silencio es en gene¡a] dificll para todos nosotros. Creemos que e1 estar calados ir¡plica ei no estar. Sin embarQo, si partimos de que la comunicación es un proceso multisensorial, estamos diciendo que Ia comunicación es a través de todos nuest¡os sentidos, actitudes y poses. Asi, en un periodo de silencio estamos transmitiendo y compartlendo con ]a persona ]a infornación ¡ecibida. Es también é !alor h€cer hincapié, que es válido e] no siempre saber qé Ésponda; es más, en mlchas ocasiones decinros más con nlestra sola presencia y aI tocar a la pe¡sona, qre con una respuesta verbal. Este tocar, debe llevar consiqo !n mensaje, el cuá] transmite aceptacióñ y compáñía pá¡a ]a persona que lo recibe. El escucha! las iñqJietudes o angustias de alquien, no quiere decir que siempre sepamos o tenganos ]a respuesta adecuada, pero eI hecho de permi, tir ]a libre expresión de esas dudas, son nedios por los cuales ei anciano log¡a aliqera¡ la carga emotiva que 11eva consigo, en enfemería con su actitLrd, disponibilidad y aceptación loq¡a estáte¡pr uña rela( ió- !éroádFr¡'é- e LerapéLticá.

Po¡ ú]timo, recordemos siemp.e que eI anciano tiene puntos de los que cuenta y probabtemente ha contado por mucho tjem_ po. Estos son: sus c¡eencias filosóficas y .etiqiosas, sus valores, sus experiencias vivenciales, sus relaciones interpersonates y su sensación de segu¡idad. Todo esto puede ser de g¡an valor si se i_ dentifica en forma temprana para ayudar a la disminución-de tos te_ mores asociados a su posible muerte. A1 habtar de segu¡idad , me refie¡o a la seQu¡idad que en un momento dado tenga Ia persona so_ bre su posible muerte. Cuantas veces un anciano se despide de noapoyo con

difere.te y siqnificaüva un día, yal regiesar noso_ tro., aI día siquients no lo hallámos más con nosot¡os. Ap¡endamos pLn'.; .r inte¡pretar los mensájes emitidos por nuest¡os pacientes a-r_ t lir(r, p,¡r¡ ¡sl r.spó¡rjer .n f.rma má. qenuina a sus necesidadessotrEs en uña forna


AIbrioqraffa: Bárton, Davidi Edito.. OYING ArS DEATH, A CLINICAL GIJIDE FmCARE_ cIvERS: rhe Uilliems & íilk.ins Co. Baltimore, 1977.

LA

fuItET, RObEIt; TIE LIFE REVIE$: AN INfERPREfATIOI] tr Iñ TIE ACED; in Ner thooots on ald age, kasterbaun R. ( Editor ) Spriñqer, Ne, York' 196¿.

L. Alfonso Reyes Zubiría.

IITUERTE Ef{

LA VEJEZ

REMINISCEME

Kalis, Ftchard,

LAIE ADLf,THooD:

PERSPECTIVES

0ll

Brooks/cole PubI. Co. Moñterey, Ca., 1975.

HUMAN DEVELCP¡'€Nf

I - Las etrys Éf Drir

segñ Kjb¡er-RossLa OIa. Ellzabeth (ible¡-Aoss, pioñera en tenatoloqia, descibe eñ su libro Oi Oeath and Dyiñq, qutzás el prtnctpal de sus escritos, Ias etapas po¡ las que ñomslmeñte pasa todo indivtduo que está enfermo en fáse iermlnal Estas soñ: a) Negaclón. Lh n€can¡srm cte defensa que sirve, en un principio,rÉra que eI paciente se eñcueotre constgo mismo, |,la vez que hayaÉ sado el choque inicial de Ia fatal ñotlcta de su grave enferriedad b) Babla- Etapa llena de suirimiento, tanto para eI eñfermo cono para sus fanillares, o qente a su culdado. El paclente está lteno de reseñtimiento, susceptlbllidad, coraje, envidia. Se sieñte f¡6trado tanto por la perspectiva de su prórima niuerte, como por la sume de f¡ustraclones acuñuladas du¡áñte ]a vida, c) Regateo. El eñiemo adqule¡e otrá actitud opuesta a la añtetior. 5e porta bien con todo y con todos. EDieza a hacer prff)esás á Oios de uñ cambio eñ su vidra pa¡a cuando sane. Con esta conductá esperá álqo así como gana! uñ premlo que merece: más t.lempo de vlda. d) oepresióñ. Qutzás ]a nas larga y dolorosa de todas las etapas Es la experleñcia de una példida que ya está vtviendo: el enfermo sabe qJe pronto perderá a sus seres qlleriós y á'cuantos ame. ¡irchas veces está mezclada con ansiedad y sentimientos de culpa y de vergÜen¿a.

e) Aceptac.ióñ. Sl el enfeúE tuvo tlempo y, además, la ayuch adecuadá en las etapas anterio¡es, entoñces vivirá su últi¡E etapa:la Aceptación. Se dispondrá a morir con dtgnidad y en paz. (r) ¡¡ornalmeñte todos pasaremos por estas etapas. Pelo debemos E ner en cuenta que las reacciones ante ]a muerte son siempre un suceso úñico, lñdlvidual y cien por clento personal. Cabe aqul ¡a trE.Inta: ,'. ñu€stros "viejos" tu€ren pasaffb por estas etapas ?. Para co¡testarños ¡reo convenlente tener primero uña defiñi , lól .t¡ 10 qle .s veJer.

t,


Ir-DefiniciÚ¡évejez.

uI -

Los Dres. Luis y Raúl Fuentes aguilar, en su Iibro " Salud v vejez " muestran que el eñvejecimiento humaño es un proceso cb cambios irreversibles oslcorisiolóqicos ocurridos en eI transclrso de ]a vida- v et envejecimie¡to cronoróqico no ñecesariamente coñc-Bda con el enve.jecimiento biolóqico, psicolósico o social. En 1a vejez hay un deterioro 1ñderectiblemente, pero su nedidá rcál Ia oa ]a capacldad c¡eativa del iñdiliduo y su comportamiento dentro del q¡upo social aI que pertenece o foma parte. La edad cronológica m es suficiente oara defiñir Ia vejez. La edad es alqo ¡e1ativo. Iodos conocemos casos de personas mayorcs, con más de setenta años a clestas, que llevan uná vida plena de actividad. Y conocemos tambiéñ a personas, relativamente jóvenes, que, con eI pretexto del peso de los años y del tiempo, Uevañ una vida sin pmductividad En nuestra cultura, envejecer signirica uña contínua disninucióñó la caoacidad de hace¡ cosas y un aumento coñstañte de Io pasado, é lo ya realizado. Sin en¡ba¡go, debemos tener en cueñta que, asi cono eI niño no es un ad!]to sin acaba¡, así er viejo no es un adulto mutilado, slno un individuo completo que vive una experienciá o-

La espe¡anza de vida de tos á¡ciaños depende, en g¡an parte , de1 afecto con que se les rodee. E] viejo confronta los alterñativas en ]a ú1tima etapa de su existencia: po¡ uña parte se dice que ellos ya só]o tieñen pasado, y por otra, que no tienen iuturo, Frecuentemente, basados eñ esta teoría, Ios privamos de sus queÉrti6 muebles, sus cosas a las que tieñen apego, porque, ¿ Para qué las quiereñ si son cosas que de nada les sirven ? Cuando el anciano ve obstaculizada sus tendencias a peiñanecer juñtoasus objetos, entonces se vuelve suspicaz e i¡ritable, o cae en estados depresivos, lleqando a creer, por ]a iñcorprcnsión familiar , qle sus se¡es que¡idos esperan con an§ia su muerte. se ha observado q€ cuando un anciano vive en un ambieñte cordial, en donde siente que es ¡espetado por su edad y experienciB y que es querido como persona, en donde se Ie quiere en fo¡ma auténtica y se le esclcira, eI proceso iñvolutivo del deteriorc tarda más eñ p¡eseñtarse. Es orando eñcontramos ancianos, de más de ochenta años, mentalmente bien, con aleqria de vivir, creativos, porque saben y sienten qre su Eesenciá es grata y que no estorbañ.

riqinal. Lánsing, qerontólogo americano, propone la defiñlción siquien_ te: " ra ve¡ez es un proceso progresivo' desiavorable' de cambio perceptjble ordÍñariane;te lisado al paso del tiempo, que se vuelve muerte" Y después de 1a madLirez y concluve invariablemente en la stieglitz suqiere, aceptando esta definición, dividi¡ el ciclo viata], Lrna vez pasados ]os clarenta años, eñ tres etapas: madurez (mrás é (6r 75 senilidad a años) (¡O v vanza¿a a 60 años), senectud 76 años de edad).

ver la anciañidad ba.io el pLrnto de vista de los cañios fisiológÍcos, morfolóqicos, médicos o de legislaclón ]aboral no entraa el caÍrpo del presente tra¡iajo. Pero sÍ quiero añadir que una d las ca¡acteristicas m᧠constantes eñ eI plano mental del horibre que envejece es Ia pé¡dida de alegrla. Y qJe ]a tristezá. de las personas de edad avánzada ¡o es provocada por un acontecimiento parti cular, sino por el tedio que los domina, por et amargo sentiir¡iento de inutilidad y por Ia soledad que sieñten en una sociedad qu€ só1o mueslra iñdifercncia háciá el]os. )6

Esperanza (le

virh-

La vejez implica cambios psicológicos que no siempre soñ tocuenta: soledad, sentimiento de inutilidad, ialta é afecto, aislaÍriento social, iñactividad, teno¡ a la múerte, depresión, etc. Estos estados psicolóqicos provocan daños proiuñdos en la salud mental de ]a persoña anciana con la co¡siguiente rcpercusión en el medio iamiliar o institucioña] en que vive. E] anciano pierde asi, la esperdn/¿ de vi,.ir, el deseo oé vivir'

mados en

Freclentemente se olvida que tanto la iñfañcia como la senec_ tud no soñ siño etapas de un mismo proceso' y, en ambos, el aiecto y la protección son indispensabtes para una adecuada realización del ser hurnaño. EI viejo, para vivir, requiere de dar y recibir afecto. Lo priírerc Io entenderios cuando se trata de ra imaqen del a_ bueltto cariñoso, pero el sequndo, Io tlldamos como de pu¡o sentimentaltsmo. €I amor no es un privileqio exclusivo de edades jóven.s, l-ooo tampo.o lo soñ la inteltqenciá o 1á sociabilidad.


IY

-

¿ La vejez es ef'feñE(lad ?

ley de vida

envejecer y morir; de no l€garprematura, todos llegaremos a vie.jos. Pero parece nos una muerte que tendemos a olvidarnos de esto. En cie¡to sentido, todavia toEs

a la vejez como tema tabú. Tomamos a la niñez o a la juver¡ün corio etapas naturales de la vida humana, y pe.samos en ]a veiez como !ña enfe redad. Ciertamente existe la decadencia biológica que trae conslqo una propención a enfermedades, pero no es 10 mismo aceotar esto, a decir que ]a vejez es una enfermedad. El envejeci miento de] organismo va incapacitando a ]a persona para lá vida artiva. Esto sobre todo debido a tres factores: invalidez proglesiva acentuación de las enfermedades que ya e¡an importantes antes ; y probla¡as psicológicos y sociales debidos generalÍrente a situaciones familiares y económicas. Las relacioñes familiares jueqan !n papel muy impo¡tante en ]a salud del anciano. El envejecimiento eno rcqLriere de trcs etementos principales: ar'triente afectivo, sa]ud, y status social adecuado. mamos

Fijándome más que ñada en los aspectos psicológicos, pa¡ece que Ios factore§ que más iniluyen en eI deterioro de la salud mental de ]a persona nayor, son: aislamiento y soledad , jubilación, Dérdida de pode¡ ante 1os hijos quienes vañ tomando poco a poco 16 derechos de decidir quitándoselos a1 anciaño, y ]a pobreza; además están las deficiencias fisicas, Ias conrplicaciones eon enferr¡eda -

des anteriores, los accidentes propios de ]a edad.

y,

eñ general,

todos los

cambios

Las peisonas ancianas tieneñ poca eñerqía para enfrentarse

3

todos los estímulos que vimen de] exterior, por Io que' úconsosÉ temeñte, bloquean algunos de ellos y atienden sólo a 1os emo.,iomlmeñte importantes. Así, se tornan más introvertidas, se muestran más indiferentes, exageran ]os rasgos caractetisticos de su perso_

más egocéntricas. Su criterio se hace má es_ trecho pára acepta¡ ñuevas ideas. Algunos se haceñ sobredependien_ tes, temen a] dolor, al accidente o ala muerte que ven cercana.

nalidad, y se vuelven

La personalidad de ]os ancianos no está solamente tensionada por 1os excesos de estimulos extemos, sino qLre también debe enfrentarse y defenderse del nunero crecieñte e inevitable de irus-

:r8

t¡aciones personales. Cúando laltan los mecanismos de ajuste de Ia personalidad, sobreviven 1os padecinientas psicosomáticos o lasnrás serias enfermedades mentales caracte¡ísticas de ta senectud. A menudo, el dramé del anciano coñsiste en que ya ño puede Ieá_ lizar 10 que desea: concibe, p¡oyectar pero en et momento cb actuar su organismo no le respo¡de; busca sus recuerdos para afirmarse, pero su peosamiento se apa¡ta del objetivo señarado. La vejez es sentida entonces como una especie de e¡fermedad neñtat en la qre el anciano conoce ]a angustia de escapa¡ de sí mismo at no co¡¡esponder 1as facultades psíquicas a las sonráticas. La angustia y ta ailicción existe¡cial hacen pensar, en atqunos casos, en 1a mue¡te, con temor expectante o como posible escapato¡ia a un intoterabte

V

- EI suicidio

en

los anciams-

hanscribo parte de la carta de Lrn suicida de 69 años: (2) " Querido l-rermano: Sé que ésta será una ca¡ga dolorosa, pero no tenqo más nadie que a tÍ, con quien me tiga un estrecho afecto sentimental. Primero, quiero que nre incineren, es mi úttimo deseo y además cuesta más barato. El ISSSTE tiene que entregar $40,000.00 que quiero que se los dés a mi hijo que no sé donde está... oe.Ias cenizas que queden guarda Lrnas pocas para Nora y dite que siemp¡e Ia ¡ecordé con sublime afecto. Teñgo unas cartás de e11a, si tas quie¡e dáselas; tuvo siempre tanta sensibitidad y me quiso tanto.. esto es p¡oducto de años de p¡ogresivos estados depresivos. NUNCA 5E i.4ATA EL FELIZ, S0L0 LOS TRISTES. Es una añgustia contínlra , un desasosiego inteminabl€, siento un gran vacío qle nada ni nadie podrá llena¡. No se puede sequir viviendo así. El tránsito a Ia de_ cisión ha sido muy dotoroso y no tiene cura. No hay esperanza.¿Qué hacer?... Querido hemano, siéñtete feliz que aI fin encontré 1a paz y e1 sosiego que vañamente busqué toda ta vida. peldí la fe y me quedó la tristeza. Se fué e] amor y me quedó el deseo y así he ido siñ ¡umbo y sin co¡rieñte... Si ño hay fe, si tos ideates no ettsteñ, sólo queda un p¡ofundo pozo neg¡o, interminable, y sin ninquna puerta doñde britle cualqule¡ páIida tuz de espelañ2a. Este vlvlr, .s mortr le^ta y anqustiosanrente... La ¡enta det departameñ lo ..,tá 0aqa.la hasta eL ..,'


dice Mar Zúñiga, uno de cada r0 suicidios es realizado po¡ pe¡sonas mayo¡es de 60 años. Y 1á causa más írpcrtante del suicidio en Ia senectud, es ]a depresión, a la que el Dr. Stengel la define así: rr Eñferfiredad depresiva o melancolía es e] trastorno mental c.n más alto riesqo de suicidlo. su síntoma principal es una depresión g¡ave con profundo pesimismo, sensación de rutilidad e insign.ificancia y tendencia a excesivos sentimientos de c!]pa y de autorreproche. Invariablemente los pacieñtes depresivos desean mmir y mLrchos, aunque no todos, 10 inteñtan ". En México, nos

I. oepres.iói e la veje/, más ro"¡unes, pa,ece que son: sucesos desaqradables habidos recientemente o en alguna s de las etápas de la vida; pérdida de ]a salud física debida a tantas y tañ variadas enfernedades que aquejan a los ancianos; y , en luqar especial, 10 relativo "Aistamieñto", r'0o1or físico" y "Preocupaclones económicasrr. Siñ embarqo 1a vejez e¡ sí no presupone depresión. La depresión en la vejer, 10 sabemos, será mejor tratada ccr¡do interviene un equipo completo: médico, psicoterapeuta, trabajadorcs sociales, eñferrieras, sacerdotes o miñistros de ]a reliqión de] anciano. Pero quiero Écalcar 1a importancia que tieneñ, enestos casos, más si existe conducta suicida, las relaeiones de los miembros de ]a familia o de ]as personas allegadas afectivamente á1 viejo. Estas, las personas importantes, podrán ayudarlo a mejorar la com-r iracló. oel enf.rno deprimido, a o.up¿r uñ. rejor posrciór en el entorño en que viva, y, sobre todo, a darle una esperanza : esperanza de poder modificar 1a situación crítica en ]a que se encuentra. La riayoria de 1os casos de ancianos deprimidos con ideación suicida, preiieren modificd su situación a perde¡ la vida.

tra

vI -

Ia vejezLa actitud hacia Ia muerte prcsenta un prcblema para todos. Parcce se¡ que los añcianos sanos usan e] intelecto como defeñsa. Por 1o general pensamos que ]a gente muere como ha vivido: temerosa o valiente, realista o ñeuútica- La vejez concluye con la nruerte, y el morir constituye la última acción del indivichro. La mErte en

tener en cue.ta qle t.rlo ro¡ibundo necesita rnanifestacianes de afecto y de apoyo. Por nlcsl¡o ñiedo a la ñuerte tratamos de eLudi¡ el estar prese.te. a.le !.'¡!loni7a.te. Pero éI nenecesir- ét a. o .-to ó. .F ú6 -a óñjó el o.. ido expresa su miedo de morir solo. El añciano que muere po¡ enrerriedad, o qle muere porrrviejo", se enircnta con el Último slcesa imporlante de su existencia: la aqonia y la muerte. Yo creo qle óL liene el derecho de ser iñfo¡ma do sobre su estado/ no decirle "ya te vas a morir", pero si háblar le de ]a qravedad de la sitúació.. Igualmente debe¡án de ser inrorñrádos los familiares. esto ayuda á1 pacieñte a que pueda hablar de la mlert€, de sus miedos, de sus rrust¡acioñes; lo ayudará a qle se prepare a nrorir, pernitiéndole que a¡reqle sus asuñtos peñdientes y que se despida de 1as pers.nas que éI ama.5ó1o así mori¡á con dignidad y en paz. Aquí entran las direreñt€s etapas descritas por Debemos

VII -

A]gtr¡as

'rÉrÉras

de ayudár

al arEiafE

a

flDrir en pa7.

Mucha gente piensa qJe ]a mLrerte esi para eI ancia.o, u.a es pecie de aoiqo q're es bieñvenido; esto.o es sino una ve¡dad parciaf. ser viejo no es sinónirio de ser lelÍz con riori¡. MLrchos de los áncianos que desean morir, ¡o están en la etapa de aceptación, sino más bien sufren Resignació¡ porque sienten qle su vida m tie ne ya sentido. Suizás porque los hemos privado de oportunidades de sentirse aún útiles a los demás. E] diáloso es importante; sl !n anciano comLrnica que su vida ¡o vale la pena, y en cierto sentido esto es verdad, con hoñesii dad uno puede estar de acuerdo, pero sienpre abrir. Ia esperañza Frequntarle: ¿ hay algo que yo pueda hacer para que tu vida tenga un poco más sentida ? Küb]er-Ross ha encoñtrado respuestas, por parte de los añcianos, que e]]a no duda en cálificar de "rña¡avillosaa, cosas que sólo los enfenros pueden inaginar, que se pueden hacer , pero que, para toq¡a¡lo, ¡eqúiereñ un diálogo abierto, honesto y lleno de amor hlmano. 5i L. áñ.iá-o o'presá eu deseo de morir, pero muerte sea lnminente, entonces habrá que descubrir aquello que ha.. su vidá tan miserable, tratañdo de qratificar sus necesidades , .l c. humanamente Dosible.

4l


DesgÉs

anciano, que adeñás está serlameñte enferho, noshabla de su deseo de morir, nosotros podemos decirle que 1o entendemos. Pero es muy probable que 10 que é1 nos esté coÍrunicando es que se siente terriblerñe¡te. solo y que a nadie ]e impo¡ta si é1 vive Entonces, habrá que platicar con é1, tratar de conve¡cer]o de que realmente hay gente a quien le interesa; estimular a alqunas personás, familiares o no, a que 10 visiteñ y que lo hagan sentir que aún es parte importañte de lá sociedad. Y, eñ 1os momentos cercanos a su iruerte, estar con é1. No hablar. Simplernente estar: tocarlo' respeta¡ sus Últimos monentos, écirle, con nuestra p¡esencia, que está bien, q're ahí permaneceremos hasta que cierle sus ojos para siempre. Po¡ supuesto que existen nuchas otras maneras de avudar. 0e1a peñde de cada caso en particular ya que, como lo diie antes , muerte es siemp¡e un acontecimieñto sin calca y cren pE ciento personal Pero, ojálá 1o hasta aqui descrito, sirva de alqo a alquien. Cuando uñ

é fa r-Erte-

- ¿ Hablar de Dios ? Puede se¡ inapropiado en esos momentos hablar del Dios que nos ana, depeñde¡á r¡ucho de ]a fe de ]a famili^

- Cuando perdernos a un ser querido, espeeialmente si tuvtÍros poco o nada de tiempo para prepararnos a nosotros Írismos, nos sentimos llenos de rabia y desesperanza: debemos poder echar fuera estos sentimientos: expresarlos. - El vacío y eI hueco, vienen después del funeral, cuando los parientes se van. Ouizás sea eI tiempo en que ]a familia aqradezca ]a presencia de alguien con quien hablar, especialmente si ese a1guien tuvo coñtacto reciente con el difuñto y puede conta¡ anécdotas de algunos buenos momentos ce¡ca del fin de su vida. - En pocas palabras: dejenos que la familia háb]e, lIore, g¡ite si es necesario. Que eche fue¡a todos sus dolores y los ventile. Pero, estemos siempre dispuestos.

(I)

La fanilia del pacimte-

NOTAS:

aI paciente, en un sentido pleño, si ño Por el1os y por el eñfermo: los familia¡es incluÍmos a su famitia. juegan un pápe] muy importante en Ia respuesta del paciente a su

Kübler-Ross, puede lee¡se

-

No podemos ayudar

- los problemas del páciente tocan a su fin; los de ]a

fami-

Primero: negación (buscar y buscar más médicos) rabia (eI Dr., las eniemeras, el hospital) culpa: quizás ]a compañera más dolorosa con Ia muerte. es

cua¡do ]a rabia, eI resentimiento' la culpa son trabajados , decir, si podemos ayudar a los familiares a que expresen estos

sentimleñtos antes que nue¡a su pacienter entonces pasarán a esa etapa preparátoria: depresióñ anticipatoria, al igúal que su en_ femo: se oodrán preparar para tal muerte: A más dolor expresado antes de 1a muerte, más pronto se pod¡á ela_ borár el duelo por ta] muerte. Si 1os niembros de ]a familia pueden sacar iuntos estas emociones, nrás oronto, qradualmente, podrán da¡ cara a esta separeión iñevitable, y se ayudáráñ mutlanente a la áceptación.

para estudiar 1as etapas descritas por ]a D!a. Eizabeth e] artículo: "Las etapas del morir y s! psicoterapia'r. V1DA. Ns t, r¡arzo de 1988. (2) Tomada del libro: rrsalud y Vejez", de ]os Drcs. Luis y Raú] Fuentes Aguilar, Edit. E] Caballito, México, 1978. Notas Bibliográficas:

ruentes Aguilar Luis y Raú]. Salud y Vejez. ediclones El Caballito México, 1978. (übler-Ross Elizabeth. 0n death and Dying. Collier 8ooks. Mc MiLIán

o.oIiq inq .o. \e¿ forr, Collier

1e69.

Questions and Answers 0n Death and Dying. Books. Mc Mil]an publishing Co. New York, 1982.

liorking it rhrouqh. Collier Books. Mc. MiIlan publishing Co. Nelr York, i982. 5tieglit2 E. J. Geriatric Mediciñ. J.B. Lippincott Co., PhiladelMár zuñiqa Santiago. Vejez, Depresión y Suicidio. Jomada sobre problemas de ia veje, y del Envejecinieñto. !ñiversidád del Elérctto y Fuerzá Aérea, México, 1979.

4t


AREA I{ISTICO_RELIGIOSA:

TALLER DE VIDA,IiIIJERTE

Y

TRANSICIOf{

Arq. Plutarco y Antelina Barreiro. EI pasado mes de novier¡bre se real1zó nuest¡o primer Tat]er de Vida, ltluerte y Translción. Tuvo luqar en garrañca seca, Va]te de Bravo, Edo. de r,léxico, casa de rctiro de Iá Escueta Apostótica de los Misloñeros del Espiritu Sánto, de1 vielnes tO at domlngo 12. Participaron l0 personas, fue dirigldo por Reyes Zubiría , pilar Ca]vin y Arzac Palunbo, y organizado por e1 Area Místico-Religiosa de ]a AMTAC. GDjettvo;

8¡indar una iñtensa ayuda psicotógica y espiritual a enfeflnos que padeceñ de uña enfermedad teminat, a famitlares de enfermos teminales, y a persoñas que deban etaborar eI dueto Dor ta mue¡te

de un ser que¡ido.

Éto<f¡: S-iquiendo a (übler-Ross, comenzanos contemptando pmfundr_ zando cada una de las cinco etapas det morl¡: negación y aistanien_

y

to, rabia, regateo, depresión y áceptación. Esto, a base de ptaticas, dinámicas diferentes, re exión partlcular de cada uno de tos participañtes y, más que nada, po¡ Íredio del compalttr los señtimientos, 1os teflores, los sufrimientos, las espe¡anzas, etc., de to_ dos los asistentes. No es un curso. No se tr6ta de esoi es crear un ambiente y una atmósfera ta], que todos 1os suirientes (porque esos soñ tos que toman parte de un taller) puedan echar fuera tos sentimientos ne_ qatlvos que invaden su interlor. Ft

EIt&d

:

0!e todos los partlcipantes del laller llogreñ: a) Alcanzar una acepteclón total de su sltuación personal y familiar. b) Renaccr E 1á paz lnterior. c) vlvlr su vlda coo ple¡Ítud y diqniclad.

4'


bieñ, eñ ñuestro p¡iñer Taller de vida, r4Jerte y trañ_ sición,¿alcanzaños los objetivos y ]a fiñálidad ? Es LJna pregunta Ahora

que merece una profunda respuesta. Empecemos:

cáncer, aunqre ño aún en etapa y te¡minal, enfermos se¡opositivosr va con alguñas sintomatoloqías propias del síndrooe de imuño deficiencia adquirida: SIOA. Participaron tanbiéñ personas que querían prepararse para Ia muy p¡óxima muerte de un ser querido: esposo' madre, hermaño. También hubo personas que debíañ t¡abajár eñ la elaboracióñ de su duelo: muerte tuy cercaña del pad.e, de Ia madre, de un hermaño Hubo eñfermos que padecen de

de Llr amigo muy querido-

Por último, asistieron taírbién voluñtarios' ministros de 1a Eucarlstía, enfe¡rieras, y dirigentes de Asilos. Persoñas que teni_ an interés en obteñer coñocimientos sobre el tena.

QintrEs:

En cuanto al luqar: todos ]os que hablarcn aI rcspecto qredaron muy contentos coñ la casa eñ doñde estuvlmos: senclllez, comodidad suficiente, pe¡o sob¡e todo, esa irmensldad de les jardines que daban pie a 1a ¡eflexión, a ]e colúJflicact¡jo, y, úís qre nadá, a poder echar fuera 10 ñeqativo que ]levaban dentrc.

remario: muy impoltante. Novedoso pa¡a casl todos. fodos qúmucho más de 1o que esperaban. Fué ..ilúinador,'. t¡uizá sea necesarlo dar resu¡enes escritos de las pIátlcas.

dierm

Horalio: pa¡a la mayoria estuvo bien. Equitibrado en cuanto al tiempo de p]áticas, dinámicas, etc., y tienpo para estar solo con uno misnE; hubo facilidad de cdriíicación. Los tiempos librcs ayudaron para Lrn reencuentro con el Yo, con Dios, con la Vlda o con la paz. Sin embargo, hubo tres de ]as pe¡sonas que solo fue¡oñ a qg1der a qrieries les parecló largo el tleflpo de tas p]áticas y de lás diñámlcas. No así a los enfemos ni a los familiares de enfernEs nl a los que querlan elaborar su duelo. EI tiempo libre final, pareclo demasiado largo.

(ts r€alizar

el táller:

la optñi&r general.izada fué qre sirvleron de mrho. a abrlrse, no só]o con los denás, sino, sobre todo r con los sentiírientos ocultosr rep¡imidos, que eI dolor provoca. SóIo dos de las pelsonas que asistieroñ pera aprender, piensan que no vioieron al cáso, y tres más, hubleran prefertdo más ptáticas para aprende¡ más y menos dinámicas. Diñámicas: Ayudaron

vlernes: ¡os citamos a las dos de la tá¡de. En lno de los ja¡dines de la casa, tuvinos. orimero, uña comida iniormal, de bieñvenida y lompimieñto del hielo natural que nace ante una sltuación del todo desconoclda. Después, cada uño de los presentes hlzo sú presentación pe.sonal, y explicó eI porq!é de su participación en

eI talle¡. Plática sobre los obletlvos del

mismo. merá etapa: Negációñ; dinámica encaminada a

Plática sobre la pri_ facilitar et abrirse de

y eI echar fuera éste sentlmiento. Síbado: dos temas fueroñ Ios rmportantes: Rabia, po¡ la matuna, y Oepresióñ, por Ia tarde. Pláticas, psicodramas, v rñrcho tisn_ po para comartir. lucho dolor que soltar. l'bchá labia que sacar. Domlngo: luego de una Meditaclón, nos fiJamos en dos diferentes etaoas del norl!: Reqateo y aceptación. Después, una vlsión total de las cinco etapas. ruvirDs qre lleqar a una conclusloñ. Pero' sabiendo que ]a conclusión personal debla ser i n terna' plofuñda, pa_ ra que fuera duradera, Teminando ]a comlda, f¡Jé eI regreso a la ciudad de ¡exico.

¡ía

flempo: a todos les parecló demasiado poco. Suqtere otros falleres, almentemos de menos un dia.

que para

la

mayo-

cada uno

En casi todo fué muy positivo. €1 saldo fue nuy favorable. Alq(nás personas piden repetir su asisteñcia. Teñieñdo en cuenta que todos los párticlpentes fueron i¡terogados al respecto clañdo habÍan pasado ya de menos dos senanas, Fsra que sus oplnlones ño estuvieran dorninadas por un ñatural senti-

meñtalleno, el clen por ciento c,e Ios participantes reconoció lo importante qle el laller habfa sldo en su vidá, ]a qran ayuda que ha servtdo para su eñtrega a los humános que sufren. Para éLlos, sl !e loqraroñ tañto los obJetivos .ono Ia rinalldad d€I laller.


tenido iuntas para callficar el Taller' Para la Asociacióñ Mexicana de ránatoloqia, A.C., estos eventos deberán s alqo asi como ]a columna vertebrat de ]a misma Quedarnos contentos' Iambién hañ

habrá que mejorar: ambientacióñ' horarios' dis_ tribucióni pa¡ece que debemos prorundizar bastante más en cada uña de dichas etapas,oara loq¡ar una más verdade¡a aceptación v paz eñ .á.1á úno de los sisitentes. Y.por la experiencia obtenida ' parece conveniente que e] próximo raller sea uñ poco írás la¡so: de j'Pves a dominqo. Porque estamos trstando de uñ temá demasiado importa.te; mucho más importante que cualquier negocio rratamos de dar vlDA, pe¡o VIDA a plenltud. Porque qlitando e1 miedo a Ia MUERIE dámos paz, damos calidad a nuestro vivir. Esa será nuestra perSabemos qúe mucho

fecta

fFANSICIoN.

Por n-coqrdadp. d. lc a<ociació_. 'o pod,'ro' tenP- eloIó'imo Talier de vida. Muerte v fransición, sino hasta finales del mes de ahora ya Io sabemos que sí valen Ia pena. ojalá tenqamos a mLrcha más qente en el siglriente: enfermos, familiares de eñfermos, quieñes tengan que elabora¡ su due]o. Sobre todo. Y menos de los que sóIo busquen aprender. Es taller, repetimos, no curso No con eslo los e§tamos eliminando. Serán todos blen ¡e.ibidos.

InforÉs y Etafles: Arq. Plutarco Ba¡reiro, o Sra. angelina de 8a¡reirc' Íel't ó 612-A519

.

56a-46t9

PRIÍ'IER COÍ{GRESO NACIONAL DE TANAIOLOGIA

(

organizado por

la

asociación Mexicana de ranatologia, A.C.

)

Lugar: Ciurhd de ¡Éxico Fechas: DeI 21 al 26 @ Sede: Tema

Óril (b 1990hstituto lbciorEl de cardiología, Dr. IgEcio

Ce.tral: La lañatoloqía'

ctrávez.

tkry-

rnvitamos a todos los interesados en eI campo de ]a ranatologia a participar en este eve.to, eI primero, e. su campo, qle se realiza en nuestro País. Está diriqido á Psiquiatras, 0.cóloqos, rñternistas, Cardiólogas, Ge¡iatras, Pediátras, Iñteñsivistas y, en qeneral, a todo médico, cualqLriera que sea su especialidad. sacerdotes, Pastores , Rabiños. Enfermeras, Enferme¡os. Trabajadores Sociales. Psicólogos,

Ta¡atólogos. Aboqados. Enrermos que pádezcáñ una enfermedad termina]. Familiares de eñlemos te¡minales. Persoñas que tenqan que elaborar el duelo por uña muerte. Eñ qenerá], a todos aquellos que de alquna manera tienen contacto con 1¿ Mue¡te o con el proceso de morir o coñ las consecuencias de éste acoñtecimiento. Por

o

.r r- 'n'o"-\,

ranto Io referente a inscripciooes

0r. FeliFe Ma¡tinez Ar¡onle, ¡e),.t 9t-595-1AO)6 Fadio: t-959 222. Clare

2244

como

a rrabajos Libres.

Coordinador Gene¡al

del

Congreso.

-

r\r, r 1.,, r,ri.¡inr.jIro. i.vit¿.i.s: Dra. EIi2abeth (übler-Ross y 0r, li,r L r r (tr '.,,rj .rx trirrx .


PRIÍ,IER CONGRESO NACIONAL DE TANATOLOGIA EN I,IEXICO Pro8rama preliminar del Congreso. Aspectos rarEtol6gicos:

- Qué es Ia ranatoloqía - oefinición de Eniermo Teflninal - Hacia donde se dirige la Tanatología

Moderna.

Aspectos ¡€dicos: - Los cuidados paliativos en e1 enfemo teroi¡al. Manejo del dolor en eI eniernro terminal. Electos

seclndarios

óe

los analgésicos.

- ¡. Conciencia o sedación en e] enfernro terminal - El e.fermo coñ Alzheimer en su etaoa fiñal. - EI enfeflro terminal cardiaco.

?

aspectos Psicoloqicas y rÉdicos: - Angustia, depresión y ánsiedad en el enfermo terminal con cáncs. - AnErstia, depresión y añsiedad en el enfemo teminal con Sida. - Angustia, depresión y ansiedad er el enfermo teririnal coñ fa1la

- Suicidio: causas, prevención, intervención, - Suicidio infantil. - No res,citar.

postvención.

Aspectos de EnfeñEría: - Aspectos tanatológicos en eofemeria. - Fueñtes de apoyo para el personal de eñfermeria. Aspectos Psicolóqicos :

- rl pro.cso del morir eñ eI niño q¡re es eniermo termiñal. - lill, r(,1 (1. Vida, Muerte y Irañsición. I r,r.t,r, p.,l,r¡lóql.o.i de ReaIizár uña Ilusión, eñ el enfermo y en

-

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- f¡.EIo y ¡E¡. - Duelo y sBpa!6clóñ. fFtc l¡¡ústlcG y E+I¡lü¡lÉ: - Lo quc ms rnsetlen lE Ant¡opologle y ]a Etnologla, - Eúrceclón pa¡a dcsFJés c,e Is ¡lEte! Aspcctos ecm&úc!s.

EntieBo o C¡gráclóo

?

- Ibñaclón (b ólgems - Rltos y Rltúles: Católlcos, ,ll(,fos, PlotBtentes. - ¡lclo Testíenta¡Io e IntestúEnterlo. l¡s.s E* o TaflerB: - llE¡te y VeJez: aspectos nalcos, pslc.I6glcos, seiáIes. - Eutemsier E ¡tos (b vtsta médlco, pstcológtco, Ieg.], socle], espl¡Itual.

Asistencia o1 enfeñm teñDln6l¡ en su dooicllio, eñ lnsütudorÉs, en Hosplclos. - La Fúllla (bl Enleñm terfiinol: aspectos n&lcos, psicológlcos, .espl¡ltua]es, leg€les y cle tEbaJo soclal. - Aspectos !.egales y étlcos cle¡ eñfet]llE te¡r¡lnal. Los Oe¡ecJDs del EñfenD: pl¡to (b vlste del r¡édlco, & la enlbme!e, del sbogac,o, del cepellán, d€ Ia famtlla, de las lnstltucldres, - llÉ¡te y ¡ellgfór¡r esp€ctos fllosóficos, teol6gicls y pa*o¡e]es.

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