Acayucan

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Acayucan

de mis recuerdos

Una mirada al pasado a travĂŠs de las letras y las imĂĄgenes

Jaime E. Flores Cornelio. 1


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Acayucan DE MIS RECUERDOS

UNA MIRADA AL PASADO A TRAVÉS DE LAS LETRAS Y LAS IMÁGENES

Jaime E. Flores Cornelio. 3


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Prólogo Esta publicación que hoy tiene usted en sus manos, más que un libro es un catálogo de vivencias del autor sobre su ciudad natal, desde diferentes ópticas de acuerdo a la edad que irremediablemente va pasando y pesando, dejando su valiosa carga de recuerdos y anécdotas que hoy son amenamente relatadas desde su lejana niñez, hasta la época estudiantil en sus diversas etapas y que también retratan los cambios que a lo largo de los años ha venido trasformando Acayucan, conocida también por su importante posición geográfica como “La Llave del Sureste”. Apodada “Piedra de Agua”, porque cuenta una anécdota de que “Cuando por vez primera llegaron las barras de hielo a la Estación de Ojapa procedentes de Coatzacoalcos embolsadas en costales de yute y empacadas con aserrín, algunos acayuqueños allí presentes exclamaron que eran Piedras de Agua”, de tal suerte que por eso le deviene tan singular denominación para la ciudad de Acayucan. Se delata en sus páginas e imágenes, la intención de dicho escribano por dejar un testimonio escrito sobre el Acayucan que se fue y solo subsiste en el recuerdo de las generaciones de su época y de algunas más antiguas. Calles, barrios, personajes y negocios de antaño son repasados y liberados de la mente del autor para conformar esta modesta aportación escrita y grafica del Acayucan del ayer. Esperamos que sea de su agrado.

Lic. Raúl Amador Ramírez.

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Sobre el Autor

Jaime E. Flores Cornelio es abogado egresado de la Facultad de Derecho de la Universidad Veracruzana, Campus Xalapa. Realizó diversos Diplomados sobre Análisis y Marketing Político en la Ciudad de México. Se ha desempeñado como funcionario público en el ámbito estatal y municipal, en los que ocupó diversos puestos a lo largo de su carrera profesional. Autor de la Columna Panorama Político desde el año 2006, que se publica en el Diario del Istmo de la Ciudad de Coatzacoalcos, en la Revista Análisis Político que se edita en la ciudad de Xalapa y en la página virtual www.gobernantes.com.

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Presentación de la Obra Representa un gusto especial presentar la obra de mi amigo, Jaime E. Flores Cornelio “Acayucan de mis recuerdos”, semblanza que es una vívida estampa de diversos pasajes históricos y sociales que han dejado huella indeleble en la vida de varias generaciones de habitantes de esta ciudad y sus alrededores, pues como bien señala el autor, ha Acayucan siempre le ha caracterizado su vocación libertaria. La vocación libertaria de los acayuqueños volvió a confirmarse en 1906, cuatro años antes del inicio de la Revolución de 1910, cuando integrantes del entonces clandestino Partido Liberal, como Hilario C. Salas, Miguel Alemán González e Hilario C. Gutiérrez, entre otros, tomaron por asalto el palacio municipal ocupado por fuerzas federales porfiristas, aunque la mayoría de la tropa al servicio del dictador les sometió y encarceló en el fuerte de San Juan de Ulúa, en el puerto de Veracruz. Para los que ya acumulamos edad y experiencia, resulta grato leer esta semblanza y recordar detalles tan significativos como cuando a Acayucan llegó la energía eléctrica gracias al altruismo de don Carlos Grossman Prisque, en 1946, y poco después, con el arribo del licenciado Miguel Alemán Valdés a la Presidencia de la República, en el sexenio 1946-1952, Acayucan se convierte en una pujante ciudad con la construcción del Hospital Civil, el nuevo Palacio Municipal, el entubado de las aguas del arroyo Michapan para dar suficiente abasto a la creciente población, y una completa red de drenaje, la pavimentación de todo el primer cuadro de la ciudad, un nuevo mercado municipal, otra escuela primaria, el otorgamiento de créditos agrícolas a numerosos productores y agricultores, y dos obras de capital importancia, como lo fueron las carreteras Costera del Golfo y Transístimica, que consolidaron a Acayucan, en efecto, como la Llave del Sureste y puerta de entrada al Istmo de Tehuantepec. La obra del licenciado Miguel Alemán Valdés, oriundo de la cercana cabecera de Sayula, fue de tal trascendencia que, a 35 años de su partida física de este mundo, sigue siendo recordada y reconocida como de singular importancia. También el periodismo surgió en Acayucan con publicaciones como Tribuna, El Mensaje, Crisol, El Diario del Sur, de la mano de Ángel Leodegario “Yayo” Gutiérrez Castellanos, y posteriormente El Diario del Golfo, Notisur, Acayucan Hoy y Diario de Acayucan. Son tantas y tan variadas las anécdotas aquí plasmadas que podríamos pasarnos horas y horas rememorándolas y enriqueciéndolas con la presencia de todos ustedes. En vez de ello, los invito a leer “Acayucan de mis Recuerdos”, una obra de consulta obligada para grandes y jóvenes, desde la tranquilidad de su hogar, y como consulta obligada por ser una obra amena y de agradable lectura.

Lic. Melitón Morales Domínguez 9


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Índice Capítulo I - Los orígenes de Acayucan

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Capitulo II – Mi lejana niñez

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Capitulo III – Testigo presencial de un asesinato

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Capitulo IV – La época de la secundaria

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Capítulo V – La preparatoria de tejas

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Capítulo VI – El propedéutico en Minatitlán

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Capitulo VII – La influencia del grupo Alemanista

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Capitulo VIII – La administración de Rosalino Guillen Tapia

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Capitulo IX – Rumbo a Xalapa

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Capitulo X – Las terminales de antaño

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Capitulo XI - La feria patronal de Acayucan

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Capitulo XII – La huella de Miguel Alemán

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CAPíTULO PRIMERO

Los orígenes de

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Acayucan

cayucan es un municipio situado en la región Olmeca del Estado de Veracruz. Limita con los poblados de Hueyapan de Ocampo, Oluta, Sayula de Alemán y San Juan Evangelista, entre otros. Su nombre deriva del vocablo nahual que significa “Lugar de Cañas” o “Lugar de Carrizos”.

Ha sido inspiración de músicos y poetas que la han cantado y escrito poemas como es el caso del Danzón Acayucan, del compositor Macario Luna, el cual ha sido interpretado por orquestas y artistas de renombre.

Así también, existe la alegoría musical denominada, vals “Acayucan”, de Plutarco Barreiro Pavón, quien le canta a sus bellezas y a sus mujeres y que dice así; VALS ACAYUCAN. “Acayucan palabra de ensueño, que traes a mi mente recuerdos de ayer, he venido de nuevo a tu suelo trayendo en mis notas un tierno cantar. En tus huertos que son maravillas, quisiera un instante ponerme a soñar, al amparo de tus cafetales, en tus naranjales que huelen a azahar. En tu brisa perfumada, en tu clima tropical, tus mujeres son dulzura y en sus labios hay miel de panal... Acayucan palabra de ensueño”. 13


ACAYUCAN EN LA HISTORIA; FECHAS RELEVANTES 1787 Estalla una rebelión indígena que expulsa a los españoles de la cabecera mayor de Acayucan. 1824 por decreto del Gobernador del Estado Acayucan se convierte en uno de los primeros ayuntamientos veracruzanos. 1848 por decreto Acayucan se convierte en Villa. 1906 Rebelión de Acayucan .Miembros del clandestino partido liberal al mando de Hilario C. Salas, Miguel Alemán González, Hilario C. Gutiérrez entre otros rebeldes, atacan a las fuerzas porfiristas en pleno palacio municipal .Los principales dirigentes son detenidos y trasladados a la Fortaleza de San Juan de Ulúa. 1910 por decreto se otorga a Acayucan la categoría de ciudad. 1946 se introduce la energía eléctrica gracias al gran benefactor de la ciudad el señor Carlos Grossman. 1959 El 26 de agosto de dicho año, la región sur es colapsada por un sismo de fuerte intensidad, Acayucan es una de las ciudades más afectadas, Una de las torres que se encontraba sobre la calle Victoria, de la parroquia de San Martin Obispo resulta con daños menores motivo por lo que el templo es demolido en el año de 1961. Se construye de manera provisional uno de madera que resulta consumido por el fuego en 1965. ACAYUCAN Y LA GESTA REVOLUCIONARIA En el cantón de Acayucan se encontraban las Haciendas Corral Nuevo propiedad de José A. Cházaro con una superficie de más de 80,000 hectárea, Cuatotolápan propiedad de Miller Plantación con más de 15 000 hectáreas, Buena Vista propiedad de Chicago Tide and Trist Co. Con más de 1000 hectáreas, El Blanco de Juan E. Franyútti. Poseedor de más de 10,000 hectáreas y la Hacienda Nopalápan de Otilio Franyútti. Haciendas en las que se sembraban grandes extensiones de caña, algodón, café y árboles para la extracción del hule y la comercialización de maderas preciosas .En el Cantón de Minatitlán y el Istmo de Tehuantepec ,Manuel Romero Rubio ,Secretario de Gobernación y suegro de Porfirio Díaz, poseía más de 120 mil hectáreas y la Mexican Eagle Co. Con más de 20 mil hectáreas. En los Cantones de Minatitlán y Acayucan Cándido Donato Padua, Hilario Calixto Gutiérrez, Juan Rodríguez Clara, José María Leyva, Miguel Iglesias, 14


Arcadio Patraca, Genaro Sulvarán entre otros se encontraban ya en franca rebeldía organizando a los campesinos que eran explotados en las Haciendas y las compañías petroleras recién instaladas en la región. El Constructor ingles Weetman D. Pearson adquirió al Gobierno Federal cientos de miles de hectáreas en el Istmo de Tehuantepec ,Coatzacoalcos y Minatitlán, lugar en donde se construiría la Refinería El Aguila,desalojando a miles de campesinos que ocupaban tierras comunales .Estos despojos fueron el “caldo de cultivo” para la rebelión. Hilario C. Salas fue asesinado en 1914, Hilario C. Gutiérrez, Juan Rodríguez Clara, Genaro Sulvarán, Donaciano Pérez y Agustín L. Rosado fueron confinados en la fortaleza de San Juan de Ulúa .Ricardo Flores Magón muere asesinado en una prisión de Kansas, E.U. en donde se encontraba detenido junto a Librado Rivera. A pesar de la insurrección de los comuneros, organizados por la logística guerrillera del Partido Liberal Mexicano fracasó, se considera a esta ciudad de Acayucan, junto a Cananea, Rio Blanco y Las Palomas con la denominación de Cuna de la Revolución. Aunque oficialmente la Revolución Mexicana inicia el 20 de noviembre de 1910, cuando Francisco I. Madero lanza el llamado Plan de San Luis, convocando al pueblo a tomar la armas. Madero se encontraba exiliado en los Estados Unidos, después de estar en prisión, había sido encarcelado por el régimen porfirista para anular su candidatura presidencial. El lema “Sufragio Efectivo, No Reelección” unió las conciencias de los ciudadanos, quiénes cansados y agraviados por el Gobierno de Porfirio Díaz Móri esperaban el momento indicado para dar inicio a la mencionada gesta. El guerrillero suriano Emiliano Zapata lideraba ya a los campesinos del sur y José Doroteo Arango Arámbula “Francisco Villa” atacaba desde el norte del país. Los grupos políticos de los cantones de la región de Acayucan y Minatitlán se encontraban enfrascados en problemas locales que tenían que ver con litigios de tierras, los líderes se enfrentaban a los jefes políticos y terratenientes. Miguel Alemán se identificó con el Carrancismo y con las fuerzas Obregonístas, estuvo al mando de varias jefaturas militares en el país. Hilario C. Gutiérrez, Juan Rodríguez Clara, Donaciano Pérez y Genaro Sulvarán se encontraban detenidos en San Juan de Ulúa. Santana Rodríguez Palafox “Santanón” nativo de San Juan Evangelista continuaba organizando la guerrilla, operando en Acayucan y Soteapan, por lo 15


que Teodoro A. Dehesa entonces Gobernador del Estado, informa a través de un telegrama fechado el 10 de junio de 1910 al Presidente Porfirio Díaz del descontento social que existe en la región. Porfirio Díaz envía refuerzos militares. El 15 de junio, Julio S. Novoa quien había sido Diputado Local por el Estado de Yucatán y en su calidad de Jefe Político del Cantón de Minatitlán secunda la petición de solicitar refuerzos al Gobierno Federal con un telegrama del 15 de junio ,meses antes Don Porfirio pedía explicaciones a Dehesa sobre Ángel Andonégui Jefe Militar en el General Hilario C. Salas. Cantón de Acayucan y que había renunciado a la jefatura presionado por los hacendados, es que Andonégui al parecer simpatizaba con los rebeldes, según la había informado Isidro A. Montero rico terrateniente de Acayucan, por tal motivo Dehesa nombra a Francisco B. Pavón Jefe Politico,el 18 de octubre Montero informa a Díaz que Santana había sido derrotado en la sierra de Soteapan. En la Capital del País, Francisco I. Madero apoyado por Emiliano Zapata, “El Caudillo del Sur “y Francisco Villa Jefe de la División del Norte obliga a Porfirio Díaz a dejar el poder .Madero es electo Presidente de la República el 6 de noviembre de 1911.inicia su periodo presidencial desoyendo a sus colaboradores más cercanos de deshacerse de los militares ligados al porfirismo y alejado de los Caudillos revolucionarios .nombra a José Victoriano Huerta Jefe Militar de 16


su gabinete. Este último una vez reorganizado a los generales más poderosos conspira para derrocar a Madero, logrado su renuncia el 19 de febrero de 1913... Madero y José María Pino Suárez vicepresidente de la República son asesinados el 22 de ese mes por órdenes de Victoriano Huerta. Una vez asesinado Madero, es nombrado Presidente provisional Pedro Lascuraín Paredes, quién sólo dura en el cargo 45 minutos, Victoriano huerta le arrebata el poder y renuncia en 1914 al triunfo de los Constitucionalistas-Madero, Villa y Carranza- Francisco Carbajal Guál es nomCapitán Hilario C. Gutiérrez brado Presidente interino pero resulta desconocido por la Convención Revolucionaria la cual impone como Presidente de la República a Eulalio Gutiérrez Ortiz , Carranza primer jefe del Ejército Constitucionalista lo desconoce y asume el interinato el villista Roque González Garza, este renuncia a los 6 meses de asumir la presidencia, siendo reemplazado por el veracruzano Francisco Lagos Cházaro, ex síndico de Córdoba y Gobernador de Veracruz. Ocupaba este cargo cuando asesinan a Madero. Carranza toma el mando del país en 1916, cuando llama a elecciones para elegir a los Diputados que habrían de reformar la Constitución de 1917 en el Estado de Querétaro, asumiendo plenamente el poder ese mismo año. 17


El Diputado Constituyente por el 19 Distrito Electoral Puerto-, México-Acayucan es Fernando A. Pereyra Sarlat y su suplente Antonio Ortiz Ríos. La Revolución concluye en 1917, precisamente con la promulgación de la Constitución de Querétaro. Aunque para muchos mexicanos la Revolución no ha concluido, toda vez que los principales líderes no vieron cumplidos sus sueños de la equitativa repartición de la tierra, esos fueron asesinados por los burgueses que se adueñaron del poder, Emiliano Zapata nunca se retiró de la lucha armada seguía demandado el justo reparto de tierras y la desaparición de las haciendas ocupadas por los terratenientes. Carranza y Álvaro Obregón Salido –Ministros de Guerra y Marina- se valieron de los oficios del general Jesús Guajardo para asesinarlo. En 1920 Carranza pretendió imponer a su embajador de México en Washington Ignacio Bonillas Fraijo .quien había sido ya Diputado Federal y Secretario de Comunicaciones. Obregón y Felipe Adolfo de la Huerta Marcos desconocen a Carranza –Plan de Agua Prieta- y es asesinado el 22 de mayo de 1920 .Por Su parte Francisco Villa que se encontraba retirado en su Hacienda de Canutillo, Durango pretendía levantarse en contra de Obregón y Huerta pero se encontraba ya sin armas y sin su ejército y es asesinado el 20 de julio de 1923. La lucha por la plena repartición de la tierra y el monopolio petrolero fue representada por los agraristas que se aliaron a los comunistas. El Partido Comunista Mexicano, con su bandera roja y el dibujo impreso de la hoz y el martillo proclamó esta causa. Finalmente, los líderes comunistas fueron asesinados por el régimen en turno que declaró concluida la lucha revolucionaria. *Tomado de www.acayucan.com

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LOS BENEFACTORES DE ACAYUCAN.

MIGUEL ALEMÁN VALDÉS. Uno de los grandes benefactores de Acayucan que contribuyeron enormemente para sentar las bases de su desarrollo socioeconómico es sin duda alguna, el Licenciado Miguel Alemán Valdés quien se desempeñó como Presidente de la República durante el periodo comprendido de 1946-1952,nacido en Sayula, hoy Sayula de Alemán ,Veracruz . Sus padres fueron el General Miguel Alemán González y doña Tomasa Valdés de Alemán, oriunda esta última dama del vecino poblado de Oluta, Veracruz. Podemos decir que durante la gestión presidencial del Lic. Miguel Alemán, a partir de 1946 se colocan los cimientos para la construcción y despegue del Acayucan moderno, ya que en dicha época fue construido en 1949 el Palacio Municipal de este localidad, se construye también el Hospital Civil, se lleva a cabo la remodelación del parque Benito Juárez, se inician los trabajo para llevar a cabo el entubado de las aguas del arroyo Michapan y de la red de drenaje. Se inicia la construcción de las carreteras Costera del Golfo y la Transístmica que enlazan a Acayucan y lo convierten en paso obligado para desplazarse al sureste de la República., ordenando también la pavimentación de las calles del primer cuadro de la ciudad. La mayoría de estas obras son llevadas a cabo a través de una compa19


ñía constructora que se denominó Comisión del Papaloapan, promovió la entrega de créditos agrícolas por medio del llamado Banco Regional Agrícola del Papaloapan, instruyó asimismo la construcción del mercado Municipal Miguel Alemán, la construcción de la Escuela Primaria Miguel Alemán, entre otras obras sobresalientes. Se puede afirmar que aún concluida su gestión al frente de la primera magistratura del país, siguió influyendo, gestionando y tramitando obras de relevancia para la zona de Acayucan. Su muerte sobrevino en el año de 1983. CARLOS GROSSMAN PRISQUE. Nació en Ucrania en 1889 y llego a la ciudad de Acayucan en 1924 .Entre las aportaciones más grandes para el país y para la humanidad, están el hecho de haber encontrado una manera más eficiente de obtener la penicilina. Con los recursos económicos que obtuvo, hizo posible en 1946 la introducción de la energía eléctrica para beneficiar a la Ciudad de Acayucan, Así también en la ciudad de México llevo a cabo la fundación de los laboratorios Grossman. Cabe destacar que su esposa la acayuqueña Inés Jara fundó en 1950 en Acayucan el llamado Colegio Carlos Grossman.

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PERSONAJES ILUSTRES DE ACAYUCAN. 1.-BENITO BARRIOVERO Y ORTUÑO; Maestro de la Escuela Cantonal Guadalupe Victoria., Un hombre muy culto y de avanzado pensamiento en su época. Fue profesor de instrucción primaria del General Miguel Alemán González. 2.-MIGUEL ALEMÁN GONZALEZ; Militar, político liberal y revolucionario, participó en el alzamiento anti-porfirista en 1906. Maderista y luego constitucionalista, firmó la proclama de Los Tuxtlas a la muerte de Madero, en 1913. Participó en la batallas de Celaya y León en contra de Villa. Enfrentó “el Delahuertismo”, se adhirió al Plan de Agua Prieta. General de División. Fue Diputado Local de 1927-1928.Se opuso a la reelección de Obregón, perseguido por el gobierno murió en Mata de Aguacatillo. Padre del ex Presidente de la República Miguel Alemán Valdés. 3.- ROSITA BREMONT PEREYRA; El 5 de diciembre de 1943 fundó la Delegación de la Cruz Roja en Acayucan, siendo ella misma una de las damas voluntarias que prestaron sus servicios como enfermera a los heridos y enfermos. Servicio que brindó hasta el día de su muerte en 1984. 4.- BENIGNO MENDOZA VENTURA.- Líder campesino que gestionó la mayoría de los ejidos de la región, Fundó el Partido Comunista en esta Zona, contaba con la simpatía de los campesinos de Pajapan, Mecayapan y Soteapan, murió asesinado en una emboscada. 5.- ATENÓGENES PÉREZ Y SOTO.- Fue Director General de Educación en el Estado, Maestro de la Escuela Nacional Preparatoria del Distrito Federal. Autor de varios libros como “El Instante de la Poesía”, “Un Cuento de Navidad”, “Cuentos Psicológicos “, entre otros. 6.- ATENEDORO PÉREZ Y SOTO.- Caricaturista y Pintor, estudio en la escuela Nacional de Bellas Artes, comenzó su carrera en 1919, en la revista Sucesos Ilustrados, la Sátira, EL Anáhuac, El País. Después del asesinato del Presidente Francisco I. Madero se refugió en Cuba. A su regreso a México trabajó como ilustrador en el Departamento de Divulgación de la Secretaria de Educación.

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CAPíTULO SEGUNDO

Mi lejana niñez

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os primeros recuerdos que me vienen a la mente de mi lejana niñez, son de cuando vivimos en la prolongación de la calle Manuel Acuña muy cerca con el entronque de la carretera Costera de Golfo en el populoso Barrio El Zapotal, con mi señora madre Guadalupe Cornelio Jara (qepd) y mi padre adoptivo el señor Mario Flores Jiménez (qepd) eso sería por los años setentas. Recuerdo que de niño veía yo a los lejos, desde el frente de mi casa, cuando construían lo que hoy es la carretera Costera del Golfo, los camiones de volteo de la entonces SOP que era la Secretaria de Obras Públicas, pintados de color negro y amarillo, que iban y venían de un lugar a otro, las pipas que esparcían el asfalto y los obreros en ese ir y venir frenético para acelerar y darle forma a esta obra del Gobierno Federal. También me acuerdo de que entraban muy seguido a este barrio camiones grandes de redilas de la compañía cervecera Carta Blanca pintados de amarillo y blanco .Y ya entonces me las ingeniaba para ponerles vidrios en las calles –según yo para que se poncharan – y no siguieran enviciando con sus bebidas espirituosas a los vecinos de esta barriada. Y lo que son las cosas, ahora soy un bebedor ocasional de esta bebida y de otras más. 23


Por cierto, famosa en ese entonces en este populoso barrio era la cantina de Catarino Villegas un tipo longevo y delgado que caminaba muy erguido por las calles con su tradicional guayabera blanca y su pantalón negro muy bien planchado y almidonado y zapatos de charol negro o en ocasiones blancos. Según recuerdo que el imán y el atractivo de este centro de vicios era el popular mesero o mesera no sabría cómo llamarlo para no herir susceptibilidades ajenas, al que nombraban como “La Maritza” que solía trasgredir con desfachatez y alegría los rígidos cánones morales de esa época, al vestirse como toda una damisela y lo que provocaba en consecuencia que este lugar fuera abarrotado sobre todo los días de quincena, por los más intrépidos mancebos que creo yo, iban en busca de sus encantos y más íntimos favores . Recuerdo también que la calle Antonio Plaza entre Altamirano y 5 de Mayo de este mismo barrio, lucía en el centro de esta arteria, un frondoso árbol de Roble que en la primavera daba unas hermosas flores de color rosa y que dicho árbol servía al igual para jugar al “encantado” o a las “Escondidas”. En la mencionada calle vive aun el señor Jesús Caamaño, mejor conocido como Don “Chucho Caamaño” porque es propietario de una melodiosa marimba llamada “La Lira del Zapotal” con la cual amenizaba y ponía de ambiente las fiestas, tardeadas, los acontecimientos sociales y familiares de esa bonita época. Más bien dicho lo sigue haciendo, porque aun a pesar de los años siguen vigentes en el gusto de mucha gente de Acayucan y la región. Allí mismo en una cuartería vivía su señora madre doña Zeferina Reyes quien era la curandera del barrio El Zapotal .Lo mismo te curaba del mal de ojo, que el empacho, o de espanto. Recuerdo que daba unas friegas con ramas de albahaca y se daba tremendo buches de aguardiente. La mitad se lo tomaba y la mitad te escupía en el cuerpo al son de la las palabras; “Secular seculoro “. Lenguaje que hasta la fecha no he comprendido y mucho menos he entendido su significado. Pasaba también ocasionalmente, anunciando en su antigua camioneta Dodge de color azul, con las salpicaderas ovaladas, con su capacete blanco y arriba de la cabina de esta, las bocinas tipo trompeta de la marca Rad Son , Don Chucho Alegría quien era el que se encargaba de anunciar y vocear algunos acontecimientos importantes a celebrarse en la ciudad. Los terrenos en donde está establecida actualmente la policía Naval- antes policía Municipal- pertenecían al extinto Ramiro Leal Domínguez, conocido en Acayucan por sus amigos y familiares como “Tío Rami”.Eran unas grandes 24


extensiones de tierra en donde habían plantados frondosos árboles de mango y con enormes zanjones, y en las partes más planas se llegaban a instalar los famosos “húngaros” con sus carpas en donde brindaban funciones de títeres y de cine cobrando a un peso la entrada y a veces uno que otro circo pequeño. Se escuchaba que eran muy habilidosos para el comercio, pues vendían pailas y este tipo de cosas para la cocina y se dedicaban a la compra-venta de autos usados. También recuerdo vagamente, que sobre la calle Flores Magón y Altamirano se desarrollaban los torneos de cinta y concursos del famoso palo encebado. Este último consistía en que enterraban un palo de grandes proporciones sobre la calle y en lo más alto prácticamente en la punta, le colocaban regalos pero también lo untaban de cebo o grasa animal, para que los competidores no tan fácilmente pudieran alcanzar dicho objetivo. Entre los periódicos de esa época existía El Mensaje, antecesor de lo que sería el Diario del Sur, propiedad de un vecino también del Barrio El Zapotal. Me refiero al extinto licenciado Ángel Leodegario Gutiérrez Castellanos, quien vivía en la calle Hidalgo esquina con Antonio Plaza en donde de niño me llamaba la atención que ocasionalmente permanecían estacionados los llamativos autos Ford Galaxie 500, que eran los de moda en esos tiempos de los años setentas propiedad del Lic. Yayo Gutiérrez. El DIARIO DEL SUR. “En los inicios de los sesentas en el panorama acayuqueño aparece un periódico llamado Tribuna, a iniciativa del licenciado Ángel Leodegario Gutiérrez, apoyado por Agustín Sainz Mayo, .Un año más tarde se transformó en el Semanario El Mensaje que en poco tiempo pasó a ser Diario. A través de los años se convirtió en Diario del Sur y bajo ese nombre siguió circulando. Como directores desfilaron Ángel L. Gutiérrez, Andrés Siu Hernández, Adrián Medina Olaya, Gustavo González Godina, Carlos González Godina, Carlos Guillen Tapia, Ricardo Gutiérrez Carlín, y José Luis Ortega Vidal hasta 2007.Cabe destacar que dicho medio de comunicación dejo de circular de manera definitiva en el año 2017. EL CRISOL. El 15 de julio de 1964 nació otro periódico llamado Crisol, publicado semanalmente por Editora de Acayucan S.A. Su primer Director fue el Licenciado Armín Cañas Salazar, su jefe de redacción Rafael Barreiro Gutiérrez y como gerente fungía el Señor Rafael Pavón Bremónt .Seis meses después 25


Crisol cambió de semanario a diario, imprimiéndose en la calle Constitución. Al frente de esta nueva etapa estuvieron el Licenciado Eduardo Moreno Gutiérrez, el Profesor Joel Vargas Cruz,el señor Rafael Pavón Bremónt e Isidro Ibáñez Córdoba en 1974 hubo cambio en su dirección y administración. Se formó una nueva sociedad con el doctor Benito Jara, Mario Colonna, Jesús Velázquez Salazar y Tomás Mortera Miravete.La publicación salió bajo la dirección de Isidro Ibáñez Córdova y Manuel Salas Ceballos, la cual tuvo una circulación efímera. En los sesentas inició actividades el semanario EL Azote y en abril de 1978 se publicó el último número al ser asesinado su director Juvencio Hernández Alfaro. En los setentas salió a la luz el semanario Denuncia Popular dirigido por Carlos Guillén Tapia, espacio en donde se hicieron famosas las ocurrencias de Patricio Aragonés y la Columna Campanario, por el Tío Pechi, Personajes que creara el director.

DIARIO DEL GOLFO Y NOTI SUR. En 1979 nace el Diario del Golfo fundado por Rosalino Guillen Tapia llevando a la luz pública la primera edición el día 21 de septiembre. El primer Director fue Carlos Guillen Tapia, quien posteriormente dejaría en su lugar a la señora María del Pilar Rosario Gutiérrez. En 1988 por iniciativa de Maximiano Figueroa Guillén se publica el semanario Letra Libre. Su período de circulación fue de aproxi26


madamente año y medio. En 1991 sale al público el semanario Noti Sur fundado por Jorge Cárdenas Romero. Este semanario se ha mantenido hasta el momento y tiene una circulación Ejemplar del periódico Mensaje 28 de agosto 1964 regional. En diciembre de 1996 nace Voz del Sureste con José Luis Ortega Vidal como su Director. Su presencia permaneció por 8 meses. ACAYUCAN HOY Y DIARIO DE ACAYUCAN. El 24 de febrero de 1998 el Diario Acayucan Hoy, circula por primera vez en la ciudad .Surge a iniciativa de 4 socios en la Empresa, Contador Carlos Fonseca Patraca, el doctor Radamés Trejo González y los periodistas Cecilio Pérez Cortés y José Luis Ortega Vidal. Los dos últimos años toman las riendas del medio informativo, como Sub Director y Director respectivamente. Su Ciclo dura 2 años siendo en el año 2000 cuando deja de editarse. El 6 de enero del 2002 nació el Diario Acayucan su Director es el licenciado José Lorrimer Álvarez Peña. “(1) Tomado del articulo El Periodismo , del extinto Germán Rodríguez Filigrana publicado en el tomo II del libro Acayucan Cuna de la Revolución páginas 103 y 104. LAS LEYENDAS DE LA ÉPOCA. Estremecedoras para la época, las noticias que solían aparecer en sus páginas del Diario del Sur, sobre “Las apariciones de la Llorona en algunas partes alejadas o las goteras de la ciudad”. “los avistamientos por algunos vecinos del jinete sin cabeza”. “O las hazañas de los Chamanes o Brujos”. Seres que 27


Vista de la calle Enríquez esquina con Vicente Guerrero.

según cuenta la leyenda, tienen la facilidad o el don aquel de transformarse de humanos a bestias. Bueno aunque algunos en la actualidad, aun sin poseer el don de la trasformación, también lo hacen. Lectura obligada para la alta sociedad de Acayucan, era la famosa reseña de sociales llamada Terraza que con gran tino y gracia escribía el difunto Román Quiñones. Pasado el tiempo y ya más crecidito quien esto escribe, no mudamos a la cuartería de la familia Antonio Rincón en calle Miguel Alemán entre Negrete y Callejón Jiménez. De lo que recuerdo de esta barriada cuando recién llegamos, es que aún me tocó ver trabajar en su “Fragua” hoy le llaman balconerías, al difunto Don Sixto Fernández quien a golpe de martillo y cincel le daba las más variadas formas a las estructuras metálicas en las brasas ardiendo para luego sumergirlas en un estanque de agua fría. De allí surgían las ventanas o puertas que se elaboraban en la fragua de Don Sixto. Vecinos también de este popular barrio muy cercano al centro de la ciudad, era la familia Mata Sordo quienes habitaban en una enorme casona precisamente frente a la fragua de Don Sixto y lo novedoso en ellos es que tenían unas llamativas Mojigangas que solían prestar o alquilar para algunos desfiles o carnavales que se celebraban en Acayucan. Viviendo en dicha cuartería es cuando nace mi hermano menor Mario de Jesús Flores Cornelio y partir de allí deje de ser el consentido de la familia. Ya tenía competencia. 28


Vista Frontal de la Escuela Primaria Hilario C. Salas sobre la calle Hidalgo.

Mi señora madre Guadalupe Cornelio me inscribió para cursar mi educación primaria en la Escuela Hilario C. Salas, por lo que tenía que atravesar a “golpe de calcetín” todo el centro de la ciudad día a día durante seis años que duró mi instrucción hasta graduarme a Dios Gracias. Recuerdo que me tocó observar todavía en el atrio de la iglesia pidiendo limosna todos los días al difunto Chemita, quien era un viejito calvo, blanco y cieguito que vestía continuamente con camisolas color caquis- parece que eran de las que daba Pemex a sus obreros-se sentaba en su sillita de madera de pino, frente al Colegio Carlos Grossman. Mi ruta diaria consistió de manera inalterable salir de la calle Miguel Alemán, subiendo por la calle Marco Antonio Muñoz –la que nosotros de chamacos conocíamos como la Subidita- para alcanzar la calle Miguel Hidalgo a la altura de la Escuela Miguel Alemán para seguirme de largo pasar por la parroquia de San Martin Obispo , pasar por el antiguo restaurant San Miguel-hoy Arcos del Parque –por el restaurant hoy desaparecido La Parroquia, el bar La Cabaña y el Restaurant Acayucan, la licorería EL Súper Extra y pasar también por el desaparecido cine Olmeca propiedad de la familia Leal Domínguez, que era el cine de moda en ese entonces y dejaba atrás en términos de modernidad, al antiguo Cine San José que se ubicaba en la calle Plaza de Armas. Muchas veces, antes de llegar a la escuela, me daba mi tiempo para entrar al Súper Mercado de moda que era la Casa Iglesias, para comprar algo para merendar durante el recreo. De ese negocio recuerdo también que allí 29


compraba mis libros o fascículos semanales de varias editoriales para formar mis enciclopedias o algunos discos de los llamados LPS de los negritos- de 33 y de 45 revoluciones - de los artistas de moda. Todavía permanecen frescos en mi memoria los recuerdos de que la calle Hidalgo entre Enríquez y Porvenir era un gran mercado al aire libre, donde podría uno encontrar mercaderías de todo tipo. De hecho recuerdo que muchos de los hijos de estos comerciantes, fueron mis compañeros de escuela, en la Primaria Hilario C. Salas. Allí aprendí a leer y a escribir bajo la tutela de la Profesora Rubicela Contreras López que fue mi maestra de primer grado, que Dios la guarde en donde quiera que se encuentre. Posteriormente, estuve al cuidado de la maestra Andrea y el Profesor Guadalupe respectivamente- quienes eran de los más temidos del plantel- por la utilización de sus métodos poco convencionales de jalar de las patillas y de lanzar el borrador- si alguna falta cometías o tenías alguna equivocación. Otros Maestros apreciados fueron el Profe Zonda, el Profe Pepe, la Maestra Lucila Estanislao, el Profesor Revueltas y otros más que escapan a mi memoria.

Modelo de vehículo utilizado en los años setentas en los principales comercios de Acayucan.

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CAPíTULO TERCERO

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Testigo presencial de un asesinato

epito que quien esto escribe estaba ya bien crecidito y vivíamos muy cerca del centro de la ciudad, de hecho a dos calles de distancia, en la calle Miguel Alemán. Por lo que me movía como pez en el agua en mí deambular por esta zona.

Como olvidar que una de esas tardes- noches calurosas de Acayucan, en la cual se celebraba un carnaval, paseaba yo con uno de mis primos, en el parque Juárez entre la rueda de la fortuna, el famoso Trabant que era el juego mecánico que causaba sensación entre los jóvenes de la época y curioseando en los puesto que exhibían una amplia variedad de serpientes y reptiles, que se colocaba frente a la desaparecida papelería SEOSA de la calle Victoria, se me fue el tiempo prácticamente sin sentir y ya las sombras de la noche comenzaban a cubrir la ciudad, por lo que percibí que ya era hora de ir a casa. Debo decir que regresé solo pues mi primo todavía se quedó en los futbolitos que eran propiedad de don Chucho (qepd) que se ubicaban a un costado de la parroquia de San Martín Obispo y en donde también tenía su famosa refresquería. Bajaba yo solo con mi alma, por la calle Marco Antonio Muñoz- no sin antes mirar de reojo hacia los billares de la familia Béjar- que se ubicaban en la mera esquina de la calle Ocampo y Marco Antonio Muñoz – ya que mi madre me tenía estrictamente prohibido que me metiera en dicho lugar, pues decía que era refugio de gente sin oficio .Por lo que me seguí de largo sin hacer ninguna escala técnica. A poco llegue casi a la esquina con la calle Miguel Alemán y me llamó la atención que había mucha gente reunida en la calles y a 33


la expectativa, entre las cuales recuerdo estaba doña Teresa Ríos y el difunto Don Mago Fararóni. Cuál fue mi sorpresa que al voltear hacia la acera de enfrente cerca de donde había un lote baldío estaba un policía auxiliar o bancario como se les llamaba antes, que tenía encañonado con un revolver negro a un señor de mediana edad, que sostenía un portafolio en la mano izquierda, al parecer era agente de ventas y todavía alcanzamos a escuchar que le decía el policía a gritos a este pobre cristiano (qepd) “No te hagas pendejo que ahí traes todavía”. Seguramente se referían al dinero. “Te lo juro que ya no traigo “, le contestaba el infortunado. El policía ya no contestó. Le dejo ir un tiro a quemarropa sobre su espalda de este pobre sujeto que cayó sobre su portafolio en un inmenso charco de sangre, para luego salir corriendo el uniformado aun con el revólver en la mano, calle arriba en dirección hacia la esquina con la calle Francisco Javier Mina, para desaparecer entre las sombras de la noche. Escuche que decían- después de dicho crimen- que allí en ese lugar espantaban a la media noche. Unos comentaban que se aparecía “La Llorona” y otros platicaban que habían visto a una mujer vestida de blanco que barría con una escoba en la madrugada. Obviamente que quien esto escribe, por precaución evitaba yo pasar por esta calle cuando me agarraba la noche por andar de “pata de perro”, como se dice coloquialmente.

Vista panorámica del Parque Benito Juárez y la Parroquia de San Martin Obispo, calle Guadalupe Victoria

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CAPÍTULO CUARTO

La época de

secundaria

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omo olvidar que una típica mañana soleada acayuqueña, de septiembre del 76, nos encaminamos mi señora madre Guadalupe Cornelio y este escribano siendo niño, al callejón Ruiz Alarcón, entre Guerrero y Altamirano a las instalaciones del Instituto La Salle, donde nos recibiría en la puerta el Director del plantel el Maestro Luis Escobar Sol, para iniciar mis estudios de Secundaria. Lo que me llamó inmediatamente la atención es que las estalaciones que albergaban esta escuela eran de grandes dimensiones, había una enorme casona de tejas con una gran alberca al frente en desuso, cercada por tela ciclón en la que se podían advertir una que otra rana o sapo no lo sé, tomando los rayos mañaneros del sol. Además había otras construcciones estas si de concreto que la circundaban y que hacían las veces de salones de clases, sin ventanas en las que se recibía el fresco de la mañana y el aire puro .Nada de aires acondicionados como hoy día- era “aire con condición”, como dicen las paisanas. Ya más al fondo de este inmenso terreno, estaban habilitadas lo que eran prácticamente unas galeras de madera techadas con láminas de zinc, sin puertas y sin ventanas, según recuerdo solo un trozo de lona hacía las veces de puerta. 37


Pronto me hice famoso al menos en mi salón, y no precisamente porque fuese yo un erudito o un Nerd, no hombre que va. Sino porque tenía este servidor una habilidad innata para contar cuentos e historietas rodeado en círculos por mis compañeros y compañeras de clases, con lo que matábamos el tiempo en las horas libres. Lo que me valió el mote de “Jaime el de los Cuentos”. De lo que recuerdo también del Instituto La Salle es que tenían la costumbrita de celebrar las pastorelas en vivo- lógicamente que en el mes de diciembre- y en la que debíamos participar voluntariamente “a la fuerza” so pena, de que te quitaran los famosos puntos que te servían para salir de paseo en grupo a algún balneario cercano o al rancho de los padres de algún compañero pudiente de esa época. Allí habría de conocer y entablar amistad con Jorge Diz Reyes, Ignacio Martínez Escamilla, Abraham Barreiro, Ricardo Gutiérrez Carlín, Martin Sánchez, Ricarda Solís, Estela Matheu Morando, Thelma Barreiro, Mireya Rodríguez, Olga Lajud, Sabina Garduza Salcedo, Camelia Salcedo, entre otros muchos más que escapan a memoria y a los que de antemano pido una disculpa por mi omisión involuntaria. Lo que detestaba de esta época decembrina, era que te pedían llegaras vestido con un cotón de popelina de colores chillantes para participar en estas celebraciones y de un bastón. A fin de interactuar con el resto de los compañeros disfrazados de igual manera y un bebe que simulaba ser el niño Dios, rodeado de animalitos y toda una escenografía a modo.

Vista panorámica de la calle Miguel Hidalgo

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Otro ángulo de la calle Miguel Hidalgo

De tal suerte que lo que detestaba era ponerme ese llamativo cotón de popelina, pensaba yo; “No vaya a ser el diablo y al rato me guste andar vestido de cotón o de vestido”. Dios me libre de terminar como el Gran Varón. En ese entonces no surgían al mercado las computadoras de hoy y tomábamos cada jueves las clases de taquimecanografía que impartía la profesora María Luisa, a la sazón esposa del Director de la escuela Luis Escobar Sol. Como no recordar que mi madre me compro para tales actividades una máquina de escribir de la marca Olivetti Dora de color gris, con su cubierta de vinil color verde oscuro que llevaba para tomar las dichosas clases de mecanografía. El problema es cuando se enrollaba o se salía del carrete la bendita cinta bicolor negra y roja y para volverla a meter era una bronca y terminaba uno con las manos manchadas de ambos colores. Más complicado cuando nos ordenó la profesora tapar con etiquetas las letras del teclado y había que escribir de memoria los textos. Que predicamento. Al término de las clases, nos encaminábamos hacía el centro de la ciudad, a andar de curiosos entre los anaqueles y vitrinas de los comercios de esa época. Otras veces nos íbamos de largo y nos íbamos a pasar el rato o hacer tarea a lo que hoy es Helados Holanda, que ya no recuerdo si se llamaba igual o tenía otro nombre. 39


Era la época de moda de los famosos tenis Converse o Súper Faro de botita, las playeras Chemisse Lacoste, de los tocacintas con audífono o llamados Walkmans y por supuesto que la música de moda la escuchábamos en los discos negritos de 33 o 45 revoluciones y también en los llamados casettes.La inolvidable época de Vaselina y John Travolta y su Noche de Fiebre de Sábado por la Noche y para los tradicionalistas sonaba en su apogeo José José –El Príncipe de la Canción- Con Mi Vida, Payaso y otros éxitos como también, Joan Sebastián con su éxito Las Mariposas , que nos hacían derramar más de una lagrima ocasionalmente a cuenta de esos amores platónicos de secundaria. A unos cuantos pasos de la nevería La Holanda, en la calle Plaza de Armas, se localizaba el inolvidable Cine San José, en donde acudíamos de chamacos deleitarnos con las películas de Santo Contra La Momias, Allí habríamos de ver también la famosa película de Tiburón, El Exorcista, la película icono del terror en nuestra época, entre otras tantas cintas famosas. Ni en sueño imaginábamos que llegarían a existir los teléfonos celulares o las tabletas electrónicas, lo de nosotros era hablar por los teléfonos tradicionales de Telmex. Cuantas veces nos sucedió que le llamábamos a las amigas o a la novia y de repente escuchábamos contestar el auricular a una voz ronca y malhumorada que era la del papá de la susodicha y teníamos que colgar el teléfono de inmediato.

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CAPÍTULO QUINTO

La preparatoria de tejas

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a para entonces entramos a la década de los ochentas y si mal no recuerdo, la única escuela preparatoria era la Escuela de Bachilleres Acayucan, conocida popularmente como la “prepa de tejas”, en razón de que era una inmensa casona con techo de tejas de barro y cuyo Director era el profesor Agustín Morales, “Moralitos” le decíamos los estudiantes, por su diminuta estatura y estaba ubicada en la calle Guerrero entre Enríquez y Moctezuma. De uno u otro modo todos los que llegábamos a la edad de estudiar el bachillerato coincidíamos en la “prepa de Tejas”. Quien esto escribe asistió en el turno de la mañana, pero ocasionalmente por motivo de alguna tarea u otras cuestiones, solía ir ocasionalmente por las tardes a la escuela, y me tocó vivir una anécdota que ha quedado grabada para toda la vida en mi mente y que protagonizó el popular profesor Betancourt, a quien bautizaron con él sobre nombre de “El Chícharo” quien en honor a la verdad es una eminencia y domina varias ramas del saber, cómo las matemáticas, física, química y música. Resulta que llegó una tarde a dar su clase de química, en uno de los salones del interior del plantel que estaba ubicado sobre el patio central y un servidor junto con otros amigos por curiosidad nos acercamos al ventanal del salón, que carecía de vidrios y era un espacio abierto por el cual se podía observar hacia el interior con toda claridad y escuchar también perfectamente, 43


pues resulta que “el profe Chícharo”, recuerdo que comenzó a aplaudir y a decirles a sus alumnos que les iba a aplicar el examen de química, y aquellos comenzaron a gritar y a protestar, por lo que el profesor les dijo que tenían que “cooperar” para hacer práctico el experimento de química y recuerdo que paso de silla en silla con la mano extendida recogiendo la “cooperación voluntaria” de los muchachos unos dieron de 10 pesos, otros de 20 y otros hasta de 50 pesos y al terminar les volvió a llamar la atención y les pidió a los del frente un pedazo de hoja de papel y un encendedor y de inmediato encendió la hoja y una vez hecha la fogata comenzó a echar los billetes que recién acababa de recoger bajo el grito “A ver ahora si viene el examen práctico de química”, “pongan atención”, “primero los de cincuenta, luego los de veinte y a lo ultimo los de diez”. “Únicamente voy a dejar 20 pesos para la gasolina de la moto, lo demás se va a la lumbre como parte del examen muchachos”. Ya se imaginarán el griterío de los jóvenes que le pedían que no quemara los billetes .Que barbaridad. Recuerdo que en esa época estaba de moda el Cine Olmeca, ubicado sobre la calle Hidalgo, donde hoy se ubica conocida tienda de ropa, allí habríamos de acudir a ver la galardonada cinta de “E.T. El Extraterrestre” de Steven Spielberg, “La Gimnasta”, La Laguna Azul con Brooke Shieldes y otras más. Las tardeadas se llevaban a cabo en la Sala de Cabildos del Palacio Municipal, y eran amenizadas por música disco, o en ocasiones acudían Las Almas de Julio Cruz, y hasta David Haro en algunas ocasiones vino a cantar allí. En la explanada del parque Juárez exactamente enfrente de lo que era el Teatro Aire Libre Tomasa Valdés Viuda de Alemán, recuerdo que los domingos se llevan a cabo rumbosos bailes amenizados por los Estéreos de San Diego, La Sonora Acayucan, que estuvo muy de moda en esa época, llegando a grabar varios discos LP.En ese tiempo estuvieron sonando fuerte “El Súper Show de Los Vázquez”, y sus famosos cañonazos ambientados con la voz del cronista de la época Ángel Fernández. La verdad que siempre han tocado bien y su música es muy alegre y contagiosa. Lo único que nunca me agradó de ellos es que renegaban de Acayucan y de su barrio, que fue el populoso Barrio El Tamarindo, solían decir y declarar en sus entrevistas que eran nativos de Minatitlán. Era común ver bailar a los “campiras” de la zona en dichas tertulias del parque Juárez, con su cerveza en una mano y en otra “apretujaban” a su “peor es nada” y en la bolsa trasera del pantalón traían insertada su inseparable lámpara de mano plateada para alumbrar el camino de regreso a sus congregaciones, en las que pocas de ellas contaban con luz eléctrica en ese 44


entonces. Por cierto, también el patio central del Palacio Municipal fue escenario de fenomenales bailes con orquestas de renombre nacional y de hecho hasta lo alquilaban para la celebración de bodas y XV años de algunas chicas de familias pudientes de la época. Eran los tiempos en que estaba de moda también ir a “rematar” en la madrugada, a la taquería “La Piedra de Agua” de doña Ramona, sobre la calle Enríquez frente al mercado Miguel Alemán, quien trabajaba noche y día, y por cierto también tenía su Rokola para lo que querían continuar la fiesta, escuchando sus melodías favoritas por la módica cantidad de un peso. En dicha época estuvo de moda también acudir los fines de semana a las Discos que se celebraban en el Bar Don Pepe, ubicado sobre la calle Francisco Javier Mina, los bailes o presentaciones de artistas famosos que de vez en cuando venían a Acayucan se llevaban a cabo en el salón del club de Leones de la calle Hidalgo .Si mal no recuerdo en cierta ocasión se llevó a cabo en dicho lugar la presentación del organista de moda de la época Juan Torres y quedará grabada en la historia que dicho evento término en una batalla campal, por un pleito de borrachos y el órgano de este artista , terminó también hecho pedazos en esta fenomenal trifulca . Eran los tiempos en que estaba de moda el deporte de las carreras de Motocross que se llevaban a cabo en los terrenos del CECYT, hoy CBTYS 48 o en los terrenos del balneario Acayucan que también era uno de los sitios de moda en ese entonces. Asiduo concurrente a estas carreras era el finado cantautor tabasqueño “Chico Che y la Crisis”, que en paz descanse, quién seguido visitaba Acayucan y le encantaba convivir con “la plebe” de estos rumbos, consumiendo bebidas espirituosas y una que otra “yerbita”, pues era fama pública que le gustaba “quemarle las patas al diablo”. Personajes célebres de esa época lo eran don Romeo Bejar”Mister Fiesta”, quien vestido con su camisas psicodélicas o de tonos muy alegres, siempre traía una sonrisa a flor de oreja y un saludo cordial para todo el que se cruzaba por su camino, además de que fue un excelente organizador junto con Román Quiñones, de los mejores carnavales de que se tenga memoria en esta ciudad. Como olvidar que en uno de esos carnavales, tuvieron el tino de traer en su mejor momento a la actriz Sasha Montenegro, quien hizo el recorrido en uno de los carros alegóricos por el centro de la ciudad con minúsculas prendas y chamacos al fin, anduvimos literalmente “pegados” como avispas a la miel en ese carruaje de ensueño, con la boca abierta desde que inició el paseo hasta que descendió de ese vehículo la fenomenal vedete. 45


Otro personaje típico que me toco conocer fue a Don Alberto Jiménez Rufino - Beto Jiménez- el afamado “Zumba” quien tenía su puestecito de jugos de naranja a un costado de la entonces llamada Escuela Secundaria Federal llamada hoy la ESGA. Quien con su inconfundible grito y chiflido “Hey Zumba, Vas a querer” “Con o Sin”. Los conocedores o sus clientes habituales ya sabían que “Con”, implicaba que le dejaba caer un generoso chorro de aguardiente a su jugo, sobre todo para aquellos que se andaban muriendo de tremenda cruda o resaca. Gustaba también vestirse de arriero en las ferias de noviembre de San Martin Obispo y corretear por las calles de Acayucan, a las damitas de todos los estratos sociales de esta ciudad. También me toco conocer al famoso mesero Abraham Facundo Caamaño, mejor conocido como “Ñaña”, quien se hizo famoso entre los acayuqueños porque “nunca le cuadraban las cuentas”. Es decir llegaba a las mesas en cualquier festejo o celebración y contaba a los invitados. Pero siempre se equivocaba a su favor. Si eran 4 invitados llevaba 5 cervezas y solía exclamar muy “preocupado” “A chingao me equivoque” “si solo son 4 ustedes”. “Sobra una”. “Bueno pues ahora por pendejo me la tomo” y así terminaba bien “servido” al final de las fiestas en las que le tocaba atender y perdiendo continuamente su charola redonda de lámina color azul con roja, de conocida marca cervecera que tradicionalmente usaba para trabajar. En otro orden de ideas, casi olvidaba comentar que de niño pasaba con mi madre Guadalupe Cornelio rumbo al mercado Miguel Alemán y me llamaba mucho la atención observar que la cárcel local se ubicaba en la parte baja del Palacio Municipal, precisamente frente a lo que hoy es el llamado Paseo Bravo y que allí a través de los gruesos barrotes los presos sacaban sus brazos hacia la calle para mostrar las hamacas y otras artesanías que elaboraban en este centro de reclusión, tratando de venderlas entre los transeúntes que pasaban cerca de este lugar. Así también, habré de agregar una anécdota que se me quedó muy grabada en mi mente “Resulta que estábamos en la celebración de plena misa vespertina que oficiaba el Padre Alberto Villanueva en la Parroquia de San Martin Obispo y de repente esta se vio interrumpida por la intromisión de un sujeto que entró corriendo pidiendo auxilio y atrás de él venían corriendo un piquete de policías municipales tratando de darle alcance y lo tumbaron a los pies del sacerdote y comenzaron a “garrotearlo” con sus inseparables macanas que 46


utilizaban en esos tiempos para persuadir a los presuntos delincuentes. Tuvo que intervenir el Padre Villanueva a gritos diciéndoles paren, paren, no lo golpeen que estamos en la casa de Dios. A lo que los genízaros le contestaron Si Padrecito lo sabemos, pero es que este hombre es el meritito Diablo”.

Vista del Parquecito “Constitución”, sobre la Calle del mismo nombre esquina con calle Negrete

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CAPÍTULO SEXTO

El propedéutico en

Minatitlán

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los de mi generación nos tocó todavía realizar lo que se llamaba el Propedéutico (El Prope), que era un curso de un año previo a la carrera que uno deseaba estudiar y que en mi caso fue de Ciencias Sociales por estar encauzado para cursar la carrera de Licenciado en Derecho y que tuvimos que tomar en la ciudad de Minatitlán, allí se ubicaba también el edificio de Ciencias de la Salud que albergaba las carreras de Medicina, Enfermería y Odontología en la colonia Nueva Mina de Minatitlán. Esto fue en el año de 1983 en pleno auge del “boom” petrolero y la terminal de los Autobuses de Segunda Clase estaba ubicada en la calle Victoria de Acayucan, por lo que un servidor que vivía en la calle Miguel Alemán me tocaba abordar estos camiones en la esquina de la calle Marco Antonio Muñoz y Miguel Alemán y lo que se me quedó muy grabado es que eran muchos los acayuqueños y gente de esta región que viajaban a Jaltipan para trabajar en la Azufrera Panamericana ( APSA ) y otros que se bajaban en la desviación de Texistepéc que laboraban para la CEDI, que era otra compañía azufrera pero ubicada en el vecino municipio que menciono y otros más se iban de largo que eran los petroleros que trabajaban en el Complejo Cosoleacaque y se bajaban en Minatitlán y los que iban a laborar al Complejo Pajaritos y al Morelos cerca de Coatzacoalcos . Era la época de la bonanza petrolera, cuando había trabajo suficiente para todo mundo y nos revoloteaba en la cabeza la frase del Pre49


sidente de la República José López Portillo quien nos decía; “Los mexicanos debemos estar preparados para administrar la abundancia”. Al final de su sexenio vendrían las terribles devaluaciones y nos dejó como legado otras de sus frases; “Defenderé el peso como un perro “. De esos tiempos, me admiraba de las fabulosas despensas que les daba la CEDI a sus trabajadores azufreros, por lo que muchos de ellos tenían la posibilidad de partirlas en dos, una parte para la casa principal y la otra parte para la casa “chica” y decían que otros más abusados, ponían sus changarros para hacer negocio con estas mercaderías. En lo que se refiere a los petroleros, era fama pública de que ganaban buenos salarios y prestaciones sobre todo los de planta y los que gozaban de un buen nivel escalafonario y también se acuñaron frases como cuando bebías una cerveza a medias y luego te decían “ Pa´la madre hasta pareces petrolero”, termínatela. Otro detalle que recuerdo de cuando abordaba esos autobuses por la mañana, era que iban inundados de un penetrante olor a carne de Chinameca y longaniza y es que muchos sayuleños y sayuleñas viajaban también a esos lugares, llevando consigo estos productos para su venta en los mercados y domicilios particulares de Coatzacoalcos y Minatitlán.

Vista panorámica de la calle Guadalupe Victoria.

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CAPÍTULO SÉPTIMO

La influencia del grupo “Alemanista”

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ntrando en materia política, según se recuerda que para relevar en la Presidencia Municipal al Doctor Benito Jara se comenzaron a manejar los nombres de varios distinguidos acayuqueños e iniciaron los constantes viajes a la capital del país para visitar al Lic. Miguel Alemán y presentarle las “cartas credenciales” de los aspirantes y “suspirantes” obviamente que en dichos viajes, no podían faltar los generosos cargamentos de los productos típicos de esta zona, como son la carne “enchileanchada”, costillas de cerdo ahumadas, y los tamales de elote y de chipile para “convencer” al Lic. Alemán de los atributos de cada pre candidato. Destacaban entre los aspirantes el C.P. Hilario Gutiérrez Rosas, quien por intermediación de don Rubén B. Domínguez logró finalmente obtener la candidatura priista. Y el incansable luchador social y líder campesino Jonás Bibiano Landero, ex Diputado Local y quién gozaba de gran presencia en el medio rural , quien hábilmente formó el Partido Revolucionario Acayuqueño el famoso PRA y es que en ese entonces, la Ley Electoral del Estado, permitía la conformación de partidos municipales para contender en las elecciones respectivas. Partido este último, que nominó al mencionado líder campesino en su convención correspondiente como su abanderado a la Alcaldía de Acayucan. 53


Coincidentemente, también el C.P. Hilario Gutiérrez Rosas acababa de dejar la Diputación Federal por el distrito de Acayucan y era muy conocido en la ciudad y sobre todo entre las clase alta y media alta, pero no tenía el arraigo y la presencia de la que gozaba Jonás Bibiano Landero en las comunidades rurales de este municipio y por ende, entre el entonces poderoso sector agrario que pesaba mucho en la escena política del Estado y del Municipio. Recuerdo que desde que dio inicio su campaña político-electoral le orquestaron los priistas descontentos, innumerables protestas callejeras, a las que se sumó la entonces poderosa Sociedad Cooperativa de Transportes del Istmo, cuyos choferes con sus autobuses de la marca Dina desfilaban por las tardes –noches tocando sus claxon y al grito inconfundible de “PRI SI Chato No” expresaban su rechazo a la candidatura del Contador Hilario Gutiérrez Rosas, pero aun con todo y protestas, el PRI fiel a su costumbre nunca dio marcha atrás y los jerarcas tricolores de esa época se obstinaron en sostener la candidatura de “El Chato Gutiérrez”. Lo que devino en una derrota más que anunciada para el candidato del PRI, ya que el día de las votaciones la gente sobre todo la del campo, que es la que tradicionalmente es más participativa en Acayucan y es la que define el triunfo, se inclinó a favor del candidato del PRA , Jonás Bibiano Landero. Claro que en esos tiempos no era tan fácil ganarle al partido de estado, al partido hegemónico que era el invencible PRI. Don Jonás Bibiano hábilmente maniobro y exigió el reconocimiento de su triunfo en base a la presión que ejerció con los innumerables grupos de campesinos ante la Junta Computadora que era la encargada de contabilizar los votos como su nombre lo indicaba, hasta que finalmente obtuvo el reconocimiento por parte del Gobierno del Estado. Se recuerda que las principales obras de la administración de Jonás Bibiano, se centraron en la zona rural de Acayucan, ya que como forma de corresponderle al apoyo que recibió del campesinado, les construyó una extensa red de caminos vecinales engravados que les sirvieron para que se introdujeran también corridas de autobuses hacia sus comunidades, para contribuir a una mejor comunicación pero sobre todo para fortalecer su economía ya que de esta manera podían sacar con mayor facilidad las cosechas de los productos agrícolas que comercializaban en la cabecera municipal y en la región cercana a Acayucan. 54


Podemos concluir este capítulo, señalando que Jonás Bibiano Landero “el Poeta y Campesino”, como se le conocía también, pasará a la historia no por haber alcanzado la Presidencia de Acayucan, que de por sí ya es bastante meritorio, sino más bien porque fue el hombre que hizo morder el polvo al PRI y su candidato, en una época cuando era misión casi imposible lograrlo, teniendo en contra todo el aparato del Estado.

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CAPÍTULO OCTAVO

La administración municipal de

Rosalino Guillen Tapia

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engo recuerdos muy claros de la administración de Rosalino Guillen Tapia, cursaba la secundaria en el Instituto La Salle, cuando llegaron a vivir justo al lado de mi humilde morada en la calle Miguel Alemán del barrio Tamarindo, Rosalino Guillen Tapia (qepd) su ex esposa Martha Cordero (qepd) y sus 4 hijos, quien en ese entonces se desempeñaba como Secretario del Ayuntamiento en el trienio de Jonás Bibiano Landero y más adelante- hasta donde recuerdo con la bendición del Lic. Miguel Alemán Valdés- contendería como abanderado del PRI a la Alcaldía de Acayucan para el trienio 76-79, logrando el triunfo pero con algunas inconformidades e impugnaciones de los grupos antagónicos del extinto PARM. Y es que el juego de la política de antaño en Acayucan era en verdad muy rudo y el portón de acceso al vecindario donde vivía Rosalino Guillen, después de las elecciones estuvo mucho tiempo custodiado por elementos de la tenebrosa Columna Volante, que no era otra cosa más que la Policía de Seguridad Pública de la actualidad. Y aun con todo eso, al poco tiempo de que tomó posesión del cargo, una calurosa madrugada manos criminales llegaron a quemar el coche oficial del ayuntamiento, que era en el que se transportaba el alcalde, un Caprisse de la Chevrolet de esos “lanchones” de color negro y esa contingencia puso a correr 57


Vista frontal del Palacio Municipal, desde el Parque Benito Juárez.

a todo el vecindario cuyos moradores con cubeta en mano corrían para tratar de apagar el siniestro y evitar una tragedia mayor con este auto en llamas estacionado en la cochera de Doña Oralia Antonio Rincón . Sobra decir que en ese entonces en la década de los setentas, ni soñar que tendríamos un cuartel de bomberos en Acayucan. Y es que según las crónicas de la época, Rosalino Guillen Tapia contó con el visto bueno del “máximo dedo elector” que no era otro más que Lic. Miguel Alemán Valdés al través de la recomendación de Jonás Bibiano Landero, de quién era su Secretario del Ayuntamiento pero el problema es que hubo resistencia de los grupos locales , en ese tiempo gobernaba Veracruz Don Rafael Hernández Ochoa, principalmente de Octavio Ochoa quien se desempeñaba a la postre como Director General de Tránsito y Transporte Del Estado, avecindado en el Rancho Las Hojitas de esta localidad y quien según cuentan era el que le daba “cuerda” y dinero al candidato del PARM el ingeniero agrónomo Benigno Mendoza, para que le hiciera la vida de “cuadritos” a Rosalino Guillen Tapia. Aun con todos esos obstáculos, ganó la Alcaldía Rosalino Guillen Tapia, pero su administración tuvo que sortear infinidad de bloqueos por parte del Gobierno del Estado, a tal grado que la tesorería municipal estuvo intervenida por la Legislatura, por medio del Contador Luis Alberto Pozos Guzmán y dicen 58


que difícilmente le autorizaban los presupuestos a Rosalino Guillén. Pese a todo eso, logró concretar algunas obras como la construcción del teatro al aire libre al que le puso hábilmente para halagar al Licenciado Miguel Alemán el nombre de su señora madre, Doña Tomasa Valdés viuda de Alemán, y pavimentó algunas calles del primer cuadro de la ciudad como la Enríquez, la calle Zaragoza y las calles aledañas al mercado que más tarde se llamaría Vicente Obregón Velard. Parte importante de dicha administración, lo fue el abogado nativo de Villa Oluta, Melitón Morales Domínguez, quien se desempeñó como Secretario del Honorable Ayuntamiento y fungió como el brazo derecho de Rosalino Guillen Tapia, en los manejos de este complicado período municipal en la década de los años setentas.

Vista panorámica del Palacio Municipal y lo que era el teatro al aire libre, Tomasa Valdés Viuda de Alemán.

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CAPÍTULO NOVENO

Rumbo a Xalapa a estudiar la carrera

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omo olvidar aquella noche , en que salí de mi de casa en el barrio Tamarindo, en la vecindad de la familia Antonio Rincón solo- porque nadie me fue a despedir- con una maletita roja al hombro , cargada con mi mejores trapos y de ilusiones porque no, rumbo a la terminal de los ADO, que se ubicaba entonces en la calle Enríquez y tuve que pasar caminando frente al Restaurant La Parrilla, propiedad del estimado caballero Don Abraham Barreiro Alemán, que daba servicio hasta altas horas de la madrugada. Corría el año de 1984. Pude saludar de pasada a algunos personajes, que eran clientes consuetudinarios de estos portales nocturnos, en los que abundaba la comida y la bebida. Me tocó llegar a Xalapa en la década de los ochentas ya que realicé mis estudios profesionales en la Facultad de Derecho de la U.V. del 84 al 88, ubicada en la Zona Universitaria, era la época en que prevalecía el llamado “chipi-chipi” es decir esa tenue lluvia y neblina que permanecía por dos o tres días seguidos y mantenía la ropa guardada y los zapatos con una estela de moho. En Xalapa ni siquiera utilizaban ventilador por el frio que hacía la mayor parte del tiempo y mucho menos aparatos de aíre acondicionado, como hoy día. 61


Antigua terminal de primera clase sobre la calle Manuel Ávila Camacho, Xalapa Enríquez Veracruz.

Me habría de quedar a vivir inicialmente en una casa de interés social deshabitada, de mis parientes la familia Hipólito Serrano, que de manera muy generosa me facilitaron, en la unidad Indeco muy cerca de la Avenida Circunvalación o Lázaro Cárdenas como también le llaman. En ese entonces estaba muy reciente la apertura de Plaza Cristal que era el centro comercial de moda, la cual me quedaba relativamente cerca de donde habitaba en la capital. Dicha plaza había llegado a relegar un poco el súper Chedraui del centro de Xalapa que era la tienda de mayor importancia en esta ciudad. Nos tocó llegar a un nutrido grupo de acayuqueños y minatitlécos , en la época en que estaba pesada la actividad política estudiantil de la Facultad de Derecho, toda vez que había mucho interés de algunos funcionarios de Palacio , sobre todo , de la Secretaria General de Gobierno, por manipular las elecciones de las mesas directivas de este centro de estudios y por manejar a algunas organizaciones estudiantiles y a líderes o “porros”, que los ocupaban para realizar desmanes o manifestar inconformidades, favorables para sus intereses políticos. 62


Recién acababa de suceder la desgracia de la muerte del joven estudiante de apellido Morales Huerta a quien apodaban “El Escalofrió”, hermano del catedrático de esta misma escuela, el Maestro Evaristo Morales Huerta. Escuchábamos decir que lo acribilló a balazos en la misma Dirección de la Facultad de Derecho, un sujeto de sobre nombre “El Tierra Blanca”, así que se imaginarán como estaban caldeados los ánimos políticos al interior de la famosa “Fac” cuando nuestra generación llegó. Recuerdo que me diría uno de mis primos de Xalapa “Aquí en la facultad de Derecho las cosas se ponen de la chingada, hasta balazos hay de repente… así que tú sabes si te metes a la grilla o te dedicas a estudiar únicamente”. Me decidí por ambas cosas. Estudiaba mi carrera y me dediqué a hacer grilla también. Pues me dije asimismo, “lo uno no está reñido con lo otro” y “Que sea lo que Dios disponga”. Llegué a convertirme en Jefe de Grupo por tres ocasiones al interior de la Facultad de Derecho y posteriormente en Presidente de la Asociación de Estudiantes de Acayucan Radicados en Xalapa, y nuestro operador local era el amigo Daniel Fausto Hernández Flores y al final de la carrera me tocó el gran honor de pronunciar el mensaje de despedida de mi Generación 84-88, en la sala audiovisual de la Emérita Escuela Normal Superior de Xalapa, por la confianza y el respaldo que recibía de la entonces Directora de la Facultad de Derecho, la Maestra Emma Rodríguez Cañada. En esos tiempos Xalapa era muy tranquila y no existían tantos problemas de inseguridad como hoy .Caminábamos largos tramos desde la Zona Universitaria para ahorrarnos el pago del urbano o taxi y sabíamos muy claramente que las zonas de alto riesgo lo eran la Del Dique y la de la Colonia Progreso Macuiltépelt a las que no nos arrimábamos, ni porque nos pagaran por las noches. Los lugares de moda eran la cafetería El Emir, el Restaurant El Escorial, el café Terraza Jardín que era el centro de reunión de los políticos de la época, y de antros se escuchaban que había muy pocos en ese tiempo, hablaban de “El Bum Bum” y “El Chipi-Chipi”, entre otros. Otra cosa, para los depósitos de dinero no existían tantas facilidades como hoy con las dichosas tiendas de conveniencia. Tenían que ser a través de Telégrafos de México que te avisaba a domicilio o por la mentada Lista, para que pasaras a recoger el importe de lo que tus padres te enviaban para tu manutención en Xalapa.

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Autobús Dina Diesel modelo Olímpico de la línea ADO.

No había mayor felicidad en ese entonces, que salir de las oficinas de Telégrafos de México con los centavos en los bolsillos que te daban tranquilidad y seguridad para no pasar privaciones por una temporadita. En ocasiones nos daba por reunirnos a los acayuqueños con los minatitlécos- que encabezaba a estos últimos el amigo Obed Abad Izquierdo con los cuales habíamos cultivado amistad desde la época del propedéutico – para convivir y gracias a que uno de ellos, nuestro amigo Rafael Martínez quien seguido recibía remesas de mariscos porque sus padres eran dueños de un expendio de estos especímenes en su tierra, es que disfrutábamos de un rico ceviche de pescado ,preparado por nuestras compañeras y amigas Martha Fernández y Miriam Montoya, rociada con las bebidas que estaban al alcance de nuestros bolsillo y que no eran otras más que el Ron Antillano y el Richardson. El problema era que la borrachera o la resaca te demoraba a hasta tres días en disiparse. Asiduo concurrente también a estas tertulias estudiantiles, era mi amigo el hoy prospero abogado Jorge Diz Reyes y Francisco López Acosta quien era el encargado de darle el sazón acayuqueño al mencionado ceviche y 64


a las mariscadas que disfrutábamos en esa etapa estudiantil. Los amables anfitriones como ya dije eran nuestros amigos Rafael Martínez y Demetrio Brioso Soto. Por cierto, viajar en esas épocas era toda una odisea y sufrimiento, porque nos tocaron los antiguos ADO de los llamados Dina “Olímpicos” y luego los Avante, que no traían sanitarios y mucho menos pantallas planas con películas como los de hoy. Así que ya se imaginarán cuando surgía una emergencia fisiológica y además. El recorrido era de seis horas o más, saliendo desde Acayucan, ya que tomaban la ruta de los Tuxtla- toda vez que en ese entonces aun no construían la autopista La Tinaja –Cosoleacaque- pasando a cenar los conductores y algunos pasajeros media hora o más en un restaurant llamado El Mirador en Catemaco . Y nosotros como estudiantes nos quedábamos trepados en el autobús como los chinitos “Nomas Milando”. A propósito de privaciones, como se me quedó grabada una fría mañana de domingo con norte y “chipi- chipi” en Xalapa, cuando nos quedamos sin dinero, un servidor y mi amigo José Luis Lanzagorta y estábamos mirando el horizonte por la ventana de la casa que habitaba y de repente levanté la mirada y alcancé a distinguir un buen número de chayotes o erizos, en una mata del predio vecino que estaba abandonado, y dichos tubérculos, se mecían de un lado a otro con el aire tan fuerte que corría esa mañana. Recuerdo que le dije algo más o menos así “No cabe duda que Dios es grande y te provee”, ya tenemos para desayunar y aquel pensó que este escribano deliraba por la falta de alimentos y se me quedó mirando con cara de asombro y me dice “Pero como vamos a desayunar, si no tenemos dinero”, a lo que le contesté “Allá arriba está nuestro desayuno, acaso no ves cómo se hamaquean los chayotes”. Agregue “Te me pones tus botitas y te trepas por ellos “. Mientras aquel corrió por los chayotes, yo me puse a hervir agua con sal en una palangana, en un calentador eléctrico, un cuadrito amarillo que hacía las veces de estufa y calentador de agua para bañarse y ese bendito domingo a Dios Gracias, desayunamos, comimos y cenamos una rica ensalada de chayotes hervidos, con unas pencas de galletas saladas y agüita natural. Que me van a platicar a mí de las limitaciones de estudiantes. Para ir al cine de vez en cuando, como estudiantes acudíamos por lo regular a los cinemas del IPE, llamados Carmela Rey y Claudio Estrada, que eran los más económicos a ver alguna película que nos recomendaba nuestra amiga de Tuxpan Rosa Lilia Alonso y si al caso venia y lo permitía nuestra escasa economía, disfrutábamos de una bolsa de palomitas y un refresco, porque en ese 65


entonces tampoco surgían los mentados combos, que son lo de moda entre la chaviza de hoy que acude a ver películas en tercera dimensión y toda la cosa. Para finalizar el fragmento de mis andanzas como estudiante en la ciudad de Xalapa, como olvidar esas delicias que vendían las canasteras al pie de la escalinatas de la Rectoría, los tacos de chicharon en salsa roja o verde, los chiles rellenos, los dorados de papa, las tortitas de vena, los molotes y otros antojitos. Para economizar acudíamos a comer en las múltiples fondas que habían y hay en el populoso Mercado de San José en donde los precios eran por demás accesibles y el menú muy cotidiano, ya que logré darme cuenta que hervían en grandes ollas la carne de cerdo, res o pollo y en otras aparte el caldillo o el adobo y según la carne que pidieras te servían y la bañaban con el mismo caldillo acompañada de una generosa porción de arroz y frijoles y agua de polvo kool Laid , que no se si exista todavía ese producto para preparar dicha bebida. Precisamente en Xalapa, recién titulado de mi carrera, habría de tener una experiencia paranormal, resulta “Que una noche de tantas acudimos con mi tía Inés Serrano –que Dios la tenga en su Santa Gloria- a una fiesta de graduación junto con mis primos y bueno pues este servidor se quedó hasta más tarde a disfrutar de la tertulia y ya entrada la madrugada me trasladé a la calle Rébsamen en donde guardaba yo mi primer carrito que fue un Gremlin Azul Marino modelo 82 , en la casa de mi primo y compadre Juan Manuel Hipólito y cuál fue mi sorpresa de que me estacioné frente al portón para meter el coche y se me atravesó de repente una chiquilla junto al cofre del auto y me dije asimismo, Debe ser mi sobrina que me va a dar algún recado quizá de mis padres que están en Acayucan y de repente que reacciono y digo a “chingao” pero como va andar mi sobrina a estas horas de la madrugada, no es ella… y que se me pone la “piel de gallina” como dicen y no supe ni como metí el coche al patio y salí de allí como “Tapón de Sidra”. Y les juro que no andaba tan “alegre” como para no distinguir entre lo natural y lo sobrenatural.

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CAPÍTULO DECIMO

M

Las terminales de antaño y la estación de Ojapa

ención aparte merecen las terminales de autobuses tanto de primera como de segunda clase, que estaban ubicadas en Acayucan en lugares muy distintos en donde están actualmente. Déjenme decirles que estos lugares en donde se congrega mucha gente, son auténticos centros de negocios que le dan empleo a infinidad de personas y son los que rigen la economía de las zonas en donde están instaladas. Ganan los choferes, los cobradores, los boleteros, los franeleros, los vendedores de todo tipo de mercaderías, los cargadores o maleteros, los taxistas, los boleros y vaya ocasionalmente hasta los indeseables carteristas. Y me viene a la mente que de niño observaba como se congregaba la gente en estas terminales , en torno de los que realizaban el famoso juego “De la Bolita”, que consistía en una tablita forrada con paño verde o rojo y con las manos con una agilidad asombrosa más rápido que la mirada, movían una bolita blanca que ocultaban con unas tapitas y al grito de “Donde quedó la bolita a ver apuéstele usted” y aparecía de repente el llamado “palero” o cómplice del tahúr que adivinaba todas las veces y se llevaba aparentemente un buen billete ,para animar a los incautos a apostar. La cosa es que cuando la gente apostaba sacaban a propósito la dichosa bolita entre los dedos, sin que nadie se diera cuenta y nunca le atinabas donde quedaba la bolita, lo único cierto es que tus centavos si quedaban en sus bolsillos de estos vivales, que tenían una predilección especial por los “campiras” que llegaban de las distintas comunidades de la región. 69


Hasta donde recuerdo, la terminal del ADO estuvo ubicada sobre la calle Victoria, frente al Parque Benito Juárez a un lado de famosa papelería de la época llamada La Pirámide, justo enfrente sobre la acera del parque, estaba ubicado el sitio Victoria, con sus taxis de color verde con blanco que era el color que utilizaban en ese tiempo estos vehículos de transporte público. Uno de los recuerdos más gratificantes en términos gastronómicos, de este periodo , es rememorar que a un lado se ubicaba el negocio de doña Tula Saút, en donde preparaban unas ricas tortas a la plancha de pierna, jamón y queso amarillo y unas deliciosas horchatas, denominado precisamente “Tortas Saut”.Jamás he vuelto aprobar unas tortas tan ricas como esas. Y mire que he caminado y consumido tortas y tacos en diversos lugares. Sobre la calle Pípila casi esquina con Guerrero estaba ubicada la terminal de los llamados “Flecha Roja “ que eran famosos por ser muy rápidos, pero también temibles porque hacían fama al slogan que le había endilgado la picaresca, “Primero muertos que llegar tarde”. Si no me equivoco eran los camiones de segunda clase que viajaban a la capital del país y Puebla, antecesores de los llamados AU. Relativamente cerca de allí, pero en la calle Moctezuma esquina con Hidalgo se encontraba la terminal de los llamados “azulitos”, frente a la antiquísima tienda “La Esperanza” de la familia Baruch Maldonado, -que por cierto después de tantos años la cambiaron de sitio a la calle Pípila- y allí se estacionaban estos autobuses que hacían el recorrido de Acayucan hasta la estación de Ojapa y Texistepec. Una calle más arriba, en forma paralela sobre la avenida Enríquez, se ubicaba una singular terminal que era la de los autobuses Díaz Ordaz, pintados de color rosa con blanco y que sobresalían por sus enormes canastillas sobre el techo y dos escalinatas por la parte trasera y que traían sobre si todo tipo de mercaderías del istmo de Tehuantepec, es decir rollos de manta conteniendo los singulares totopos, canastas de camarón seco, pescado seco, costales de ciruelas naturales, cubetas de nanche curtido y ciruelas , gallinas y hasta costales de iguanas verdes y negras. De esta época me viene a la mente, una anécdota que le sucedió a uno de mis sagrados compadres. Resulta que viendo el intenso movimiento económico de esta terminal, se quiso convertir en un próspero empresario y que se va a la Nuaber de México que era un negocio grande ubicado en la esquina de la calle Hidalgo con Moctezuma, dedicado a la venta de artículos de peltre 70


Antigua Estación del Ferrocarril en Ojapa, municipio de Oluta, Ver.

y plásticos y todo ese tipo de trastes y que se anima a comprar media docena de cubetas y posteriormente se cruzó la calle a la Casa Iglesias, que se encontraba muy cerca de allí en contra esquina precisamente y compró una caja de jugos de lata –de esos muy conocidos de la lata azul- y convocó a un buen número de chamacos que reclutó en la calle y les ofreció ahora sí que “el jugoso” negocio de irse cada uno con su cubeta llena de jugos y un trozo de hielo a venderlos a la terminal de los llamados “tecos”. El problema fue que al caer la tarde le pasó como la canción; le dieron las 12, la 1 y las 2 y nunca llegaron sus “vendedores”. Hasta la cubeta se llevaron y como dicen los corridos “nunca más los volvió a ver”. Sobre la calle Victoria, esquina con Hilario C. Salas se encontraba la terminal de segunda clase que aglutinaba a los Transportes del Istmo o los blancos como los conoce mucha gente, los de Sotavento o verdes, los Tuxtlas o los rojos y una línea ya desaparecida que se le conocía como Los Amarillos. Recuerdo que cerca de dicha terminal se ubicaba un conocido centro de vicios llamado el “Noche y Día” precisamente porque nunca cerraba, permanecía abierto todo el tiempo recibiendo en sus “confortables” instalaciones y por medio de sus “edecanes” a los trabajadores de Pemex, de las azufreras Cedi 71


Antigua terminal de los autobuses Acayucan- Oluta Sobre la calle Moctezuma

y Apsa y otros noctámbulos, que de manera generosa y por voluntad propia llegaban a depositar parte de sus quincenas en estos lupanares. Me tocó en suerte conocer también en su momento de apogeo, la antigua Estación de Ojapa, ya que uno de mis tíos Leobardo Baruch, tenía un bonito rancho en la comunidad de El Azufre, y muy seguido visitábamos este lugar y de hecho para llegar hasta allá, teníamos que abordar uno de los camiones “azulitos” en su terminal de la calle Moctezuma, que atravesaba el centro de la ciudad y tomaba sobre la calle Zaragoza para salir rumbo a Oluta y llegar hasta la estación del tren en Ojapa. Hasta la fecha, la edificación de esta antigua estación que data de 1911, permanece firme al paso del tiempo. Recuerdo ese ir y venir frenético de la gente en los corredores de esta estación con sus maletas o bultos en la mano, los carretilleros con grandes carretones de madera y llantas de fierro que bajaban y subían las más diversas mercaderías de los ferrocarriles que llegaban y se iban, los vendedores de todo tipo de comidas y antojitos, refrescos y jugos que los ofrecían a gritos. Se me quedó muy grabado que las tienditas que circundaban la estación estaban hechas totalmente de láminas de zinc y pintadas con colores chillantes. Ahí mismo abordábamos el tren de pasajeros que nos llevaba hasta la comunidad el Azufre para poder llegar al mencionado rancho del Tío Leobardo y viene a mi mente que esos trenes llevaban hasta el final del mismo o el llamado 72


cabús, un par de militares que iban de escolta con sus famosos máuser con bayoneta calada en la punta de los mismos. El tren que iba rumbo al Istmo de Tehuantepec pasaba por la estación de Ojapa en su trayecto hacia Salina Cruz cerca de las 9 de la mañana, mientras tanto el que iba a Coatzacoalcos se abordaba a las 5 de la tarde para arribar al antiguo Puerto México alrededor de las 9 o 10 de la noche y es que mucha gente que iba a vender carne “enchileanchada” y longaniza y los que se dedicaban a la venta de cerdos y aves eran los que tomaban el tren de la tarde para ir a comercializar sus mercaderías a dicho puerto. Para viajar a la capital del país era considerado en esos tiempos toda una aventura. Dicen que se necesitaban hasta 3 días de viaje, primeramente se abordaba el tren de pasajeros en la estación de Ojapa, para trasladarse a la estación de Santa Lucrecia, lo que hoy se conoce como Jesús Carranza en donde los viajeros se tenían que quedar a dormir o a pernoctar como también se dice ,para reiniciar el viaje al día siguiente muy temprano rumbo al Puerto de Veracruz para llegar allí al anochecer y ya estando en este Heroico Puerto se abordaba el otro ferrocarril que finalmente iba llegando a la capital del país a las 7 de la mañana en la antigua estación de San Lázaro. ¿Cómo la ven mis estimados y finos lectores? Toda una odisea. Ya mucho más grande, si mal no recuerdo cuando andaba de vacaciones de la Facultad de Derecho me mandó mi madre Guadalupe Cornelio a Salina Cruz, Oaxaca a visitar a mi padre adoptivo Mario Flores que trabajaba en ese entonces en PEMEX, en la construcción de la Refinería de este Puerto Oaxaqueño y me ordenó que viajara por tren saliendo de Ojapa. Como olvidar este dichoso “viajecito” que tardó 12 horas de camino. Eso sí, disfruté al admirar impresionantes paisajes tanto en el lado de Veracruz como en el estado de Oaxaca. Salí de Ojapa desde las 8 de la mañana y llegue al puerto de Salina, Cruz todo tiznado de la cara por el humo del ferrocarril a las 8 de la noche. Qué barbaridad.

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CAPÍTULO DÉCIMO PRIMERO

La feria patronal de

A

Acayucan

diferencia de otras poblaciones vecinas que llevan a cabo la celebración de por lo menos dos ferias anuales, en el caso particular de Acayucan se realiza su única Feria el día 11 de noviembre en honor de su Santo Patrono San Martin Obispo. ¿Pero quién fue San Martin Obispo?

“La iglesia celebra cada año la fiesta de San Martin Obispo, pero no se sabe casi nada de él y en cambio es muy familiar la imagen de un soldado vestido estilo romano antiguo y partiendo su capa para compartirla con un anciano que yace tirado bajo sus pies y le llamamos San Martin Caballero, sin tener en cuenta que es el mismo personaje. Martin nació en Pavía, Italia alrededor del año 334 ,cabalgaba el joven soldado, ya bautizado por el portón de la ciudad de Amiens ,cuando vio a un mendigo muriéndose de frio. Con su espada partió su capa militar y le regaló la mitad al pobre anciano que se encontraba tirado en el suelo helado “. San Martin es un gran Santo queridísimo por los franceses y muy popular en todo el mundo. Martín significa el Batallador, de Mart; Batalla. Esa es la referencia que he encontrado, buscando saber un poco más de la historia del Santo Patrono de Acayucan. 75


No está por demás decirlo y creo que a muchos nos tocó vivirlo pero las ferias tradicionales en honor de San Martin Obispo y algunos Carnavales, se celebraban siempre en el centro de la ciudad lo que provocaba muchos problemas ya que los comerciantes y tianguistas de las ferias, afectaban a los comerciantes locales , toda vez que les bloqueaban el frente de sus negocios y consecuentemente también provocaban dificultades a los vecinos que vivían en el centro de Acayucan , era una situación incómoda tolerar que el parque y las principales calles fuesen ocupadas como viviendas y tendederos de ropa de los comerciantes que acudían a vender sus artículos en estas festividades , dando consecuentemente un mal aspecto a propios y extraños provocando también innumerables trastornos para la circulación de los vehículos en la zona centro de la ciudad. Como parte de los festejos de la Feria de San Martin Obispo, se presenta también en esa época del mes de noviembre la celebración de la Danza de los Arrieros y los Morenos que es una antiquísima tradición que se ha venido conservando y promoviendo incluso por grupos como los del Barrios San Diego y los del Zapotal, que inician anunciando la proximidad de tal celebración con el toque del tambor por los llamados coimes en cada barriada desde el mes de octubre , así como también ha sido impulsada por instituciones como la Casa de la Cultura que tan atinadamente dirigió en sus tiempos el Radiólogo Don Germán Rodríguez Filigrana y por algunos personajes en particular, como es el caso de Isabel Bernardo , quien ha luchado por preservar esta tradición para que no se pierda con los avances de las nuevas tecnologías y costumbres. LOS ORIGENES DE LA DANZA DE LOS ARRIEROS. De acuerdo a lo que señala la tradición oral y lo que platican al respecto los más ancianos, la llamada Danza de los Arrieros y Morenos se traslada en sus orígenes hasta la época colonial en que surge como una réplica de la actividad de los arrieros comerciantes que recorrían palmo a palmo las regiones más inhóspitas de nuestros país y el estado, trayendo y llevando las más variadas mercaderías tradicionales de cada región que visitaban. Retomando el tema de los trastornos que provocaban en el centro de la ciudad las celebraciones de las ferias y carnavales, que bueno que en la actualidad se ha tomado la medida de sacar estas festividades de esta zona de Acayucan y se realizan en las instalaciones de lo que hoy es la Casa de la Cultura, sobre la avenida Enríquez para mayor seguridad de los que acuden a divertirse en estos festejos y a la vez libran al centro de tantos trastornos y dejan atrás y para siempre la imagen de que Acayucan es un “Rancho Grande”. 76


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CAPÍTULO DÉCIMO SEGUNDO

La huella de

Miguel Alemán Valdés

N

o podemos concebir el desarrollo de Acayucan, sin la valiosa intervención del Lic. Miguel Alemán Valdés quien desde su alto encargo de Presidente de la República durante el periodo 1946-1952, siempre se preocupó en gran medida por favorecer con proyectos carreteros y edificios públicos al municipio de Acayucan y la región lo que le viene a conceder un auge económico sin precedentes a esta ciudad que mantiene su economía propia basada en la actividad comercial, agrícola y ganadera. Prueba de ello es que a través de la desaparecida Comisión del Papaloapan, se construye el bello edificio del Palacio Municipal, que fue considerada una joya arquitectónica en su época, se lleva a cabo también la construcción del Mercado Municipal que no faltaba más también lleva su nombre, Miguel Alemán Valdés y la escuela primaria Miguel Alemán, que como todos sabemos se encuentra en pleno corazón de la ciudad, así también dispuso la construcción del desaparecido Hospital Civil denominado Miguel Alemán Valdés y cuyo edificio hoy remodelado ocupa el conocido Banco de Sangre, así como se trabaja en el mejoramiento de la red de agua mal llamada “potable”, porque siempre ha estado lejos de serla y si en un tiempo utilizábamos la conocida como “agua de tamarindo” , que procedía del arroyo de Michapan y que corría a cielo abierto por los canales de concreto que estaban expuestos a que las reses de 79


Vista de la Escuela Primaria “Miguel Alemán”, calle Miguel Hidalgo.

los ranchos aledaños defecaran en el agua que nos llegaba a los acayuqueños y decían que no faltaban los maldosos campiras que utilizaban de retrete el famoso canal de Michapan. Fue fama pública que de igual manera durante el sexenio del Presidente Miguel Alemán fluían en demasía los famosos “créditos” del Banco Agrícola y Ejidal, y no dudamos que las intenciones del Lic. Alemán fueron muy buenas de apoyar al campesinado de la región de Acayucan, Oluta, Sayula y Soconusco - sus paisanos- pero lamentablemente el fenómeno de la corrupción como en muchos aspectos también se hizo presente y sirvieron también para ser desviados y enriquecer a determinados funcionarios bancarios vivales de la época y estos cuantiosos recursos de algún modo también fomentaban el ocio y el conformismo de algunos campesinos que los utilizaban para consumir bebidas espirituosas y otras cuestiones pero menos para sembrar y cosechar la tierra. Considero que esta época del sexenio del primer presidente de la era civilista del nuestro país, fue la de bonanza y bienestar para la zona de Acayucan y la región, toda vez que sentó las bases para consolidar un municipio con una economía propia basada en la agricultura, la ganadería y el comercio que es lo que mantiene el inusitado movimiento socio-económico de dicha ciudad. Qué decir de la política de Acayucan que también a partir de ese periodo de 1946 hasta 1983 en que sobreviene la muerte del Lic. Miguel Alemán, se vio influenciada por las decisiones o “dedazos” de este personaje que definían el 80


rumbo de las sucesiones municipales mayormente de Acayucan, Oluta y Sayula, hoy llamada Sayula de Alemán precisamente en recuerdo de esta influyente familia. De hecho en Acayucan era fama pública que se había conformado de facto un poderoso grupo político regional denominado “Alemanista” que encabezaba Don Rubén B. Domínguez quien era la cabeza visible y el hombre que gozaba de la confianza y las querencias de Miguel Alemán y se le consideraba como el enlace regional con este poderoso personaje. Le seguía Don Ramiro Leal Domínguez, conocido también como “Tío Rami” en Acayucan, el Notario Público David Dávila Domínguez, el C.P. Hilario Gutiérrez Rosas, Don Erasto Armas Jiménez, quien fue el líder vitalicio por mucho tiempo de la Sociedad Cooperativa de Autotransportes del Istmo, Don Jonás Bibiano Landero , Rosalino Guillén Tapia y Antonio Dodero Cano entre otros.

Antiguo Edificio del Hospital Civil Miguel Alemán

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Bibliografia • CARLOS GUILLEN TAPIA; EL DEDO DE ALEMAN 1997 – UNIDAD DE CULTURAS POPULARES. • ACAYUCAN CUNA DE LA REVOLUCION; 2007- GRUPO EDITORIAL PUBLICOM.

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Acayucan de mis recuerdos

Vista de la Torre de la antigua parroquia de San Martin Obispo desde el pasillo del Palacio Municipal. Edición: Fátima Flores Montiel Fotografías: Josué Viveros Cuervo

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