Ana María Cobos Serrano
Reseña ·Título: El hombre que confundió a su mujer con un sombrero ·Título Original: The man who mistook his wife for a hat. ·Autor: Oliver Sacks ·Número de páginas del libro: 271 ·Número de páginas a reseñar: 19 ·Numero de Capítulos a reseñar: 2 ·Editorial: Anagrama Compactos ·Año: 1958
El hombre que confundió a su mujer con un sombrero es un libro escritó, por el neurólogo y escritor británico, Oliver Sacks. Este libro es de carácter investigativo y científico, orientado hacia la psiquiatría y la neurología. Muestra diferentes relatos que ayudan al lector, a entender los diferentes trastornos de la mente humana. En esta reseña me voy a centrar solo en dos relatos, los cuales son: El hombre que confundió a su mujer con un sombrero (capitulo 1) y ¡Vista a la derecha! (capitulo 8). En el primer capitulo, “El hombre que confundió a su mujer con un sombrero”, Nos muestra el análisis visual, neurológico y psicológico que hace el autor Oliver Sacks a una persona nombrada por él como “el doctor P.” (esto para mantener el anonimato). En el desarrollo del texto, Sacks explica como se dieron las cosas entre él y el doctor P.; dice que él doctor P. comenzó a tener diferentes incidentes inusuales; todos estos al parecer relacionados con la vista. Cuando el doctor P. fue a ver a un oftalmólogo, esté le dijo que su visión era perfecta y que no tenia problemas con ella. Pero que sí tenía problemas con las zonas visuales del cerebro. Al final el oftalmólogo le recomendó visitar a un neurólogo. Ahí, es cuando el doctor Sacks entra en la historia, pues el doctor P. acudió a él buscando ayuda. Durante el riguroso estudio que le hizo el escritor al doctor P., se dio cuenta que el doctor P. si tenía un problema bastante inusual en su cerebro, Ya que el doctor P. tenía dificultades para reconocer las cosas de manera visual. Por ejemplo, el doctor P. no logro reconocer un guante; por más qué lo miro y lo toco, no pudo resolver que era realmente. Al final, Oliver llega a la conclusión que el doctor P. tenía un tumor, el cuál le estaba afectando todas las funciones que no lograba realizar y que además él no se inmutaba de sus propios problemas de salud, para él todo estaba bien. Afortunadamente, El doctor P.
Ana María Cobos Serrano
había encontrado la manera de sobrellevar estas dificultades. Al ser un músico excepcional, había estado utilizando la música y los sonidos naturales para orientarse en los quehaceres cotidianos que se le dificultaban. Sacks decide no seguir tratando al doctor P., ya que este había encontrado una solución a su problema. En cuanto al capitulo 8, “¡Vista a la derecha!”. El psiquiatra nos explica el caso de la señora S. una mujer inteligente, ya avanzada en edad. Sacks dice que esta mujer padece problemas en las partes posteriores y más profundas del hemisferio derecho. Más exactamente ella sufre de Hemidesatención, lo que significa que ella no sabe que existe un lado. En este caso el izquierdo. Por tanto, ella no puede realizar nada que tenga que ver con ese lado. Por ejemplo, cuando se maquilla, solo lo hace del lado derecho, en otras palabras, se maquilla solo la mitad del rostro. Cuando come, solo se come lo que está al lado derecho. Ella no se puede mover hacia la izquierda y tampoco puede ver por el ojo izquierdo. Ella a pesar de sus dificultades, elaboro algunas estrategias para lograr hacer las diferentes tareas de manera correcta. La que más usa es la de la silla de ruedas giratoria. La cual le ayuda a girar a la derecha; esto para lograr encontrar cosas que estaban a su izquierda y que no lograba ver desde el punto en el que estaba. Durante el proceso de investigación, el doctor Sacks y su grupo de colegas ayudaron a la señora S. a maquillarse bien, por medio de una cámara y un monitor. Estos le mostraban a la señora S. el lado izquierdo de su cara. Ella al verse a si misma, se espantó y gritó “¡Quítenme eso de ahí!”. Desde entonces Sacks y su grupo de colegas no pudieron seguir avanzando en la investigación, ya que la señora S. no ponía de su parte, algo que fue una verdadera lastima para ellos. En conclusión, opinó que en cuanto a la redacción y traducción el texto es muy fácil de leer; se logra entender la idea que presenta el autor. También es un texto muy entretenido. Además, el texto me parece que fue muy interesante y enriquecedor. Pues logré aprender cosas que nunca hubiera imaginado que existían. Me aprendí a conocer más como ser humano. Ahora después de reflexionar, pienso que sí yo perdiera alguna de esas capacidades cerebrales, no sabría realmente que las perdí; puesto que estas personas no sabían que ellos también las habían perdido. Sin embargo, supongo que lograría encontrar alguna solución, en caso de que eso sucediera. La raza humana, en definitiva, es muy inteligente y evolutiva. Y estas lecturas precisamente demuestran esto sin ninguna duda.
Ana María Cobos Serrano