Tesis ciudad en construcion abierta montes

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Ciudad en construcción abierta El fenómeno de la auto-gestión del espacio urbano

Proyecto Final de Máster Màster en Urbanisme Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) Departament d'Urbanisme i Ordenació del Territori (UOT) Escola Tècnica Superior d'Arquitectura de Barcelona (ETSAB)

Autor: Arq. Ana Paula Montes

Tutora: Dra. Zaida Muxi (agradecimiento al Dr. Miquel Martí Casanovas)

Noviembre, 2010

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Fig. 1 Portada. David Goldblatt. Mirando cómo llegan los aviones, El Mirador de El Prat. (2007)

El Prat instala un mirador de aviones a pie de las pistas. Las aeronaves sobrevuelan a tan sólo 30 metros de los espectadores El despegue y aterrizaje de los aviones del aeropuerto de El Prat es motivo de quejas por parte de los vecinos que sufren el ruido de las maniobras aéreas, pero también se ha convertido en un atractivo para muchos ciudadanos. El Ajuntament del Prat acaba de instalar una zona de ocio al lado de las pistas para que los aficionados a los aviones puedan ver cómo llegan o parten del aeropuerto. El espacio consiste de una veintena de bancos desde donde todo tipo de ciudadanos disfrutan de los incontables aterrizajes de los aviones que a diario llegan a la ciudad. Esta iniciativa del Ajuntament del Prat, pionera según ellos mismos, ha hecho más cómoda una tradicional costumbre en el municipio.1

Índice 1

CUCURULL, Ricard. (2007). El Prat instala un mirador de aviones a pie de las pistas. Periódico La Vanguardia, 15/06/2007. Disponible en: http://www.lavanguardia.es/premium/publica/publica?COMPID=51362192631&ID _PAGINA=22088&ID_FORMATO=9&turbourl=false 2

Introducción.

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PRIMER CAPITULO: Referencias históricas sobre la producción de la ciudad desde la práctica urbanística

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1. 1.1. 1.2. 1.3. 1.4. 1.5. 1.6.

La noción de orden urbano en relación a la producción de ciudad formal El sentido de orden en la ciudad antigua El sentido de orden urbano en el pensamiento utópico renacentista El sentido de orden urbano en el pre-urbanismo de las sociedades industriales El concepto de orden urbano moderno El concepto de orden urbano contemporáneo Lo urbano más allá de la ciudad. Reflexión sobre la disociación entre urbs y civitas

SEGUNDO CAPITULO: Referencias teórico-conceptuales en torno a procesos que inciden en la producción de lo urbano 2.1. Dialéctica crítica de lo cotidiano 2.1.1.Teoría de la producción del espacio social. Henri Lefebvre. 2.1.2.Teoría del urbanismo unitario. Guy Debord. 2.1.3.Teoría de las prácticas cotidianas. Michel de Certeau. 2.2. Análisis crítico inductivo del hecho urbano 2.2.1.Teoría de la complejidad organizativa. Jane Jacobs. 2.2.2.Teoría de los conjuntos. Christopher Alexander. 2.2.3.Teoría sobre el urbanismo posmoderno. Robert Venturi. 2.3. Dialéctica de la planificación urbana para las sociedades globales 2.3.1.Teoría del espacio relacional. David Harvey. 2.3.2.Teoría de la cultura del nuevo capitalismo. Richard Sennet. 2.3.3.Teoría de la cultura urbana. Manuel Castells. 2.4. Las prácticas artísticas en relación al hecho urbano 2.4.1.Experiencia de la ciudad desde las vanguardias artísticas (1era mitad s. XX) 2.4.2.Experiencia de la ciudad desde las neo-vanguardias (2da mitad s. XX) TERCER CAPITULO: Análisis de casos de estudio que ejemplifican formas de autogestión del espacio urbano 3.1. Prácticas de auto-gestión como transgresión al orden urbano. Acciones clandestinas en contextos hiperplanificados 3.1.1.Hábitos de ocio. Xavier Ribas- Barcelona 3.1.2.Fronteras del ocio. Bas Princen- Holanda 3.1.3.Huertos urbanos. Alternativa de ocio sostenible. Pau FausBarcelona

3.1.4.Re-habitando infraestructura en desuso. Map Office- Hong Kong 3.2. Prácticas de auto-gestión como forma de producción de ciudad informal. Acciones de supervivencia en contextos desregulados 3.2.1. Comercio informal callejero 3.2.2. Asentamientos informales 3.2.3. La ciudad informal en Latinoamérica

3.2.4. Programa Favela - Barrio 3.3. Prácticas de auto-gestión como territorios en proceso. Acciones concertadas 3.3.1.Producción simbólica de lo urbano desde la auto-gestión del conocimiento, la investigación y la reflexión sobre el territorio 3.3.1.a. Satlker (Barcelona / Italia) 3.3.1.b. City Mined / Krax (Barcelona / Bruselas) 3.3.1.c. Uncertain State of Europe / Multiplicity (Milán) 3.3.2.Producción de lo urbano con enfoque de sostenibilidad desde la autogestión del paisaje local-regional 3.3.2.a. Precare. (Barcelona / Bélgica) 3.3.2.b. Sitezise (Barcelona) 3.3.2.c. Idensitat (Barcelona) 3.3.3.Auto-gestión de proyectos de infraestructura comunal 3.3.3.a. Proyecto High Line, New York- USA 3.3.3.b. Ocupación temporal de solares, Sevilla 3.3.3.c. Open Air library, Magdeburg - Alemania

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47 50 50 54 56 59 59 62 65 73 73 76 79 82

CUARTO CAPITULO: Análisis cualitativo del fenómeno de la auto-gestión del espacio urbano 4.1. Hacia una comprensión política de lo cotidiano. Everyday urbanism 4.2. Instrumentalización de los usos temporales. Temporary urbanism. 4.3. Hacia un urbanismo político.. Bottom-up urban planning. 4.4. El valor cívico de las prácticas de autogestión del espacio urbano 4.4.1.La dimensión simbólica de las prácticas de autogestión en la reconfiguración de la esfera pública 4.4.2.La dimensión política de las prácticas de autogestión en relación a las nociones de ciudadanía emergentes 4.5. Algunas reflexiones finales sobre el fenómeno de la autogestión del espacio urbano. Conclusiones

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Bibliografía Anexos

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Introducción

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138 141 142 142 145 147 150 150 152 154 157 157 163 165 169 171 176 181 188 188 192 199 206


Fig. 2 Goldblatt, David “At Kevin Kwanele’s Takwaito Barber”, Lansdowne Road. Khayelitsha, Cape Town. In the time of AIDS series (2007).

El barrio Khayelitsha, municipio parcialmente informal en el sur de África, en las afueras de Ciudad del Cabo. Se ha convertido en el más rápido crecimiento del municipio en el sur de África. Véase: GOLDBLATT, David. (2008). Intersections Intersected. Porto, Portugal: Fundaçâo Serralves.

“¿Who shapes the city?”2 ¿Quién o qué da forma a la ciudad?

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JULIAN, Liam (2009).Who Shapes the City? Reseña sobre FLINT, Anthony. (2009) Wrestling with Moses: how Jane Jacobs took on New York's master builder and transformed the American city. New York: Random House. Artículo publicado en Policy Review Magazine, Oct/Nov. http://www.policyreview.co.uk/ 4


Con esta imprescindible interrogación acerca de quién -o quiénes- dan forma, regulan, articulan o definen los contornos y los complejos procesos que signan a la ciudad de hoy, quisiéramos iniciar esta introducción al presente documento, que forma parte del Proyecto Final de Máster en Urbanismo de la Universidad Politécnica de Cataluña. El presente proyecto final de máster se podría ubicar dentro una de las líneas de investigación del Departamento de Urbanismo y Ordenación del Territorio, vinculada a “teoría e historia urbana”, puesto que en términos generales con esta investigación en torno al tema de las formas de producción de ciudad, se ha propuesto articular un análisis que recupera tanto teorías urbanas como métodos de planificación y gestión ensayados a lo largo de la historia del urbanismo, y finalmente una serie de experiencias más recientes -de los últimos 15 años aproximadamente- que incluye ejemplos de proyectos que dan cuenta de esas diversas formas de autogestión del espacio urbano en diferentes contextos, tanto en países desarrollados como en países subdesarrollados o en vías de desarrollo. Este trabajo de investigación, titulado “Ciudad en construcción abierta. El fenómeno de la auto-gestión del espacio urbano”, expone los resultados parciales de una investigación aun en proceso (pues continuará delimitándose y profundizándose en la próxima fase de doctorado), pero que comenzó indirectamente y de alguna manera como inquietud investigativa, desde mis estudios de la Licenciatura en Arquitectura en la Universidad de Costa Rica, donde realicé una tesis relacionada con la articulación de proyectos o propuestas con características artísticas en el espacio urbano, pero que se ha ampliado y complejizado en este Máster de Urbanismo de la UPC, para expandirlo hacia

diversos modos de autogestión del espacio urbano como formas de creación de lugares de significación colectiva. El título “En construcción abierta” remite al término “código abierto” con el que se conoce al software distribuido y desarrollado libremente y que está licenciado de tal manera que los usuarios pueden estudiar, modificar y mejorar su diseño mediante la disponibilidad de su código fuente. Pero no obstante a que el término proviene del lenguaje de ingeniería en programación, recientemente este término se ha extrapolado al ámbito de discusión urbano, nombrando a proyectos que apelan por estrategias participativas de modificación del entorno urbano (incorporando el conocimiento de expertos profesionales y la participación de los mismos ciudadanos.) que abogan por una construcción conjunta de significados y representaciones en la complejidad mutable del contexto social de la ciudad. Nos referimos a proyectos como “Ciudades de código abierto”3 y “Ciudadanías y prácticas artísticas en código abierto”4 Igualmente, encontramos una referencia inscrita en el ámbito artístico sobre la creación compartida en el ensayo “Obra abierta” (título original en italiano: Opera aperta) de Umberto Eco publicado por primera vez en Italia en 1962 y que centra su atención una particular relación entre lectorautor, el lector o espectador de una obra de arte juega un

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La Casa Encendida de Madrid , 2 y 3 de diciembre de 2008 QUAM 2010. Entre grietas. Ciudadanías y prácticas artísticas en código abierto. Seminario que versó sobre tres diferentes líneas de exploración: experiencias que plantean alternativas a la relación entre ciudadanía y prácticas artísticas; prácticas artísticas en el espacio social, entre la interacción, la participación y la mediación; y los conflictos de la ciudadanía en el contexto social, cultural y político. Véase : http://artcvic.org/index.php?option=com_content&view=article&id=75:activitatfutura-1&catid=49:exposicions-actuals&Itemid=60mid=75 4

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decisivo papel para completar la obra de arte y de esta forma convertirse a sí mismo en autor o co-autor. En el libro de Eco, se encuentra también el término “obra en movimiento” en referencia a las obras abiertas donde el lector encuentra el sentido de una manera activa delante de la obra. Retomando el argumento de Eco que justifica la lógica de obra abierta en tanto que reacción del arte y los artistas ante la provocación del azar, de lo indeterminado, de lo probable, de lo ambiguo, lo indefinido y por consiguiente, de la sensibilidad contemporánea hacia lo transdisciplinario que supone un nuevo horizonte epistemológico; entendemos el uso de este término “construcción abierta” para referirnos en esta investigación a los procesos participativos y autogestionados de hacer ciudad y ciudadanía. También encontramos en la explicación de Eco sobre el concepto de “obra abierta”, argumentos para enfrentarnos conceptualmente a los dilemas de configuración urbana contemporánea que suponen por un lado, territorios como palimpsesto: capas sobre capas de registros de trazas yuxtapuestas; o por el contrario zonas intersticiales, fronteras ambiguas poco cualificadas de vertiginosa aparición y desaparición. Cuando Eco relaciona el concepto de la “obra abierta” con la idea de un “desorden fecundo” en el análisis del arte contemporáneo él explica que esto conlleva a aceptar y tratar de dominar la condición de ambigüedad tratando de elaborar modelos de relaciones en los que la ambigüedad encuentre una justificación y adquiera un valor positivo. Desde esta lógica, su argumento nos remite inmediatamente a pensar en la posibilidad de interpretar las configuraciones territoriales generadas por procesos

informales de autogestión (favelas) no como territorios con carencia de una estructura, sino como territorios que cuentan con una estructura detrás que se adapta y soporta otras micro estructuras dentro. En este sentido, el concepto de “orden” de Eco sería el rechazo de un orden singular por una pluralidad de órdenes. Tal concepción asume en la discusión sobre arte contemporáneo que la obra posee un significado polisémico, al igual entendemos que la ciudad es producida desde diversas participaciones y por ende vivida experimentada desde múltiples puntos de vista. Finalmente el concepto de “obra abierta” de Eco nos permite en el título de la presente investigación hacer referencia a la dimensión participativa del urbanismo. Según explica Eco, la obra abierta constituye una invitación a hacer la obra con el autor (coproducción); está "abierta" a una germinación continua de relaciones internas que el usuario debe descubrir y escoger en el acto de percepción de la totalidad de los estímulos; está sustancial mente abierta a una serie virtualmente infinita de lecturas posibles.5Desde esta perspectiva, la ciudad como obra abierta se entiende como "campo" de posibilidades interpretativas, como configuración de estímulos dotados de una sustancial indeterminación, de modo que el usuario se vea inducido a una serie de "lecturas" siempre variables; y como una estructura -"constelación" de elementos que se prestan a varias relaciones recíprocas.6 Así, estableciendo un paralelismo nos apropiamos de la idea que sugiere Eco respecto de que de “obra abierta”

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ECO, Umberto. (1992). Obra abierta: forma e indeterminación en el arte contemporáneo. Barcelona: Planeta-Agostini. 6 Ibíd. 6


como metáfora epistemológica7 (en un mundo en el cual la discontinuidad de los fenómenos puso en crisis la posibilidad de una imagen unitaria y definitiva); implica primordialmente un modo de retratar la discontinuidad y en nuestro caso, la ambigüedad y complejidad de procesos paralelos producir ciudad y ciudadanía hoy día. El interés por adentrarme en los problemas conceptuales del urbanismo, ha derivado hacia una inclinación por comprender los problemas urbanos en conjunción con problemáticas de índole social, económico, político. Específicamente sobre el tema de los fenómenos de la autogestión del espacio urbano, mi interés se plantea desde cierta dicotomía paradójica que hace referencia a complejas realidades urbanas, en la que se yuxtaponen sectores de la ciudad cuyo trazado y organización son producto de la planificación histórica o reciente, junto a otras zonas urbanas que han surgido de la improvisación permanente, como respuesta a las urgencias, problemas y carencias no resueltas de esa realidad política, social y cultural, tales como pobreza y marginación económicas, migraciones internas, déficit de vivienda, entre otros. El proceso investigativo en torno a esas dicotomías y contradicciones que presentan la mayoría de las ciudades y más específicamente aquellos que forman parte del contexto latinoamericano, de donde provengo; ha devenido en una toma de conciencia de una evolución en la concepción general del urbanismo como disciplina y de los mismos problemas urbanos y la naturaleza misma del quehacer profesional.

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La dimensión y complejidad que adquiere el fenómeno de la autogestión del espacio urbano en el contexto latinoamericano supone que se reconozca preliminarmente la existencia de la ciudad informal, espontánea y autoconstruida, que surge producto de las necesidades y carencias cotidianas, que se van afianzando en el territorio sigilosamente y de forma orgánica e impredecible, y supone al mismo tiempo mi interés por indagar en algunas alternativas que reconozcan e incorporen estas ineludibles formas de autogestión, dentro de las políticas urbanas. En tal sentido, más que pretender anular su propia naturaleza informal, la presente investigación sobre esas formas de autogestión, supone la interrogante fundamental de ¿cómo interactuar, dialogar e incorporar esa” informalidad” dentro de las complejas tramas urbanas de contexto sociales y económicos contradictorios como los latinoamericanos? Esto implicaría, entonces, reflexiones en torno a qué mecanismos proponer para conciliar, armonizar y/o relacionar las demandas e intereses de grupos y sectores informales, que no pretendan desaparecerlos o avasallarlos, algo que -por lo demás- es prácticamente imposible, sobre todo en contextos de precariedad económica y relativo o amplio desorden urbano, como los que se viven en los contextos de los llamados países subdesarrollados. Por otro lado, es imprescindible reconocer también que esos complejos procesos de autogestión del espacio urbano, se expresan de manera muy diferente en cada contexto, dependiendo de un sinfín de particularidades y connotaciones –grupales, individuales, cotidianas, psicológicas, etc.- y que a la vez poseen una alta dosis de impulso inmediato, creativo, subjetivo, lo cual pone en

Ibíd. 7


entredicho esa especie de fe ciega en valores como lo estable, lo acabado, lo estandarizado o lo tipológico, sobre las que se ha sustentado históricamente muchas de las prácticas de la disciplina del urbanismo. El fenómeno de la autogestión del espacio urbano, ha jugado históricamente un rol cívico-político que ha ampliado la definición del concepto de ciudadanía (según lo plantea S. Sassen) y la definición del concepto de “lo urbano” (F, Choay) y por tanto, indudablemente estos dos conceptos ampliados requiere extrapolarse a los proyectos de espacio público, en cuanto a la aplicabilidad de conceptos como accesibilidad, visibilidad, seguridad, equidad de género (según lo plantea Z. Muxi). Este rol cívico-político de las formas de autogestión de espacios urbanos se puede comprender de forma distinta según ocurran en contextos tanto desarrollados como no desarrollados, y aunque en el caso de los primeros, se podría ligar su existencia a líneas cercanas al pensamiento anarquista, o con luchas y protestas de movimientos sociales, en las realidades de las sociedades subdesarrolladas –y específicamente latinoamericanas- las prácticas de autogestión del espacio urbano, están en muchos casos relacionados directamente a escenarios de lucha por asegurarse la sobrevivencia, más que a posición de confrontación política-ideológica con respecto a un status quo o un orden establecido. Sobre todo en los contextos de países subdesarrollados, podría decirse que esos fenómenos de autogestión del espacio urbano, forman parte importante de diversas dinámicas urbanas del mundo contemporáneo, -pero no sólo en ellos- arraigados incluso de manera dominante, es decir, que forman parte constitutiva de la historia misma y las

características fundamentales en la conformación de esas ciudades y espacios urbanos. Entonces, el tema del que nos ocuparemos en esta investigación, apunta sobre todo a analizar particulares formas de interacción y producción con respecto a espacios urbanos sui generis, que se manifiestan de manera paralela o simultánea a otros modos tradicionalmente existentes o legitimados de producción de ese espacio urbano, realizadas sobre todo desde la administración pública o la inversión privada. En este caso, la investigación hará referencia a espacios auto gestionados por agrupaciones barriales o gremiales, y que pueden ocurrir -o no- al margen de mecanismos de regulación -normativas, leyes, reglamentos de propiedad, de uso del suelo y de edificación, etc.- o de los lineamientos generales de planificación establecidos por la administración pública. Así, esos fenómenos de la autogestión del espacio urbano, como una forma más de producción de ciudad (en estrecho vínculo con los fenómenos sociales según la perspectiva de Henri Lefebvre8 y el marxismo francés); nos llama la atención en un sentido investigativo por ser uno de los aspectos relegados en las discusiones de la disciplina del urbanismo. Pese a que varios investigadores y grupos de realización de proyectos con incidencia en el ámbito urbano, sobre todo en los últimos años, han expuesto la imperiosa necesidad de enfrentar, desde la disciplina y práctica misma del urbanismo, la tarea no solo de reconocer esa llamada “ciudad informal”, sobre el fenómeno de la autogestión del espacio urbano se podría señalar también, como motivo de visibilización y análisis, que ha sido un tema hasta hace muy 8

Ampliar en Critique de la vie quotidienne I (1946); El derecho a la ciudad (1968); Espacio y Política. El derecho a la ciudad II (1976) 8


poco reconocido y estudiado por las escuelas o proyectos de arquitectura y urbanismo; por eso necesario aclarar que nuestra investigación concuerda con la necesidad de producir nuevas y adecuadas herramientas de reflexión en torno a lo urbano9,- más allá del tradicional estudio morfo-tipológico, que ha sido una base importante de la investigación arquitectónica y urbanística dominante. La discusión en el ámbito académico del fenómeno de la autogestión como forma de producción de ciudad en los contradictorios contextos latinoamericanos es pertinente, en tanto que confronta las diferencias que existen entre el peso que se le ha otorgado históricamente dentro de la disciplina urbanismo a la ciudad formal, con respecto al tratamiento de la ciudad informal, entendida como esa realidad urbana marginal, surgida de la improvisación y la necesidad, y casi al margen de entramados y lógicas normativas. Es importante aclarar que la enunciación en este trabajo de una serie de ejemplos diversos de autogestión del espacio urbano tanto de Europa, Asia, como de América, no pretende hacer una apología o legitimar la precariedad, o incluso la producción de una supuesta ciudad informal contrapuesta a un necesario orden urbano formal. No significa que esta investigación intente exaltar esos fenómenos, ni mucho menos las condiciones de precariedad en que muchas veces ocurren y tampoco se pretende desde este acercamiento investigativo dar una respuesta definitiva a este problema múltiple. Por el contrario, la presente investigación, plantea un reto teórico-metodológico para ensayar cómo analizar una

serie de situaciones de interacción social en el espacio público, que muchas veces pasan desapercibidas, pero que resultan muy importantes para grupos de población casi siempre marginados o excluidos, en las que se entremezclan diversos factores o condicionantes no solo urbanísticos, sino también económicos, sociales, culturales y vivenciales. El fenómeno de la autogestión del espacio urbano se intenta explicar y analizar desde una perspectiva urbanística, pero con imprescindibles referentes e instrumentales interdisciplinarios, otras formas no dominantes de producir e interactuar con espacios urbanos. Por lo tanto, ante el reto que supone incursionar en las múltiples connotaciones dentro de estos fenómenos de autogestión del espacio urbano, reconociendo que es uno de los aspectos “marginales” en las discusiones urbanísticas de tipo académico o proyectual, y que ha sido recientemente visibilizado desde otros campos del conocimiento antropología, sociología, arte, entre otros- afrontamos la necesidad de un predominio de fuentes de información y herramientas interdisciplinares. Reconociendo las directa o indirectas connotaciones y conexiones sociales, políticas, económicas que tiene el ejercicio del urbanismo, la presente investigación se inscribe en una perspectiva multidisciplinar; posición desde la cual consideramos es posible visibilizar y analizar esas prácticas de autogestión del espacio urbano, no tanto como acciones antagónicas a un orden urbano, sino más bien como procesos vitales y complementarios a esos desarrollos de las dinámicas y prácticas urbanas más establecidas. Un enfoque de análisis que propiciaría el reconocimiento del fenómeno de la autogestión del espacio urbano, también como procesos

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MASSAD, Fredy; Guerero, Alicia. (2010) El peso de la experiencia. Entrevista con Oriol Bohigas. Revista Exit Express. N° 50, Marzo. Pág. 14 9


de interacción con un valor cívico intrínseco, capaz de proponer o articular espacios de significación colectiva. Se entiende como espacios de significación colectiva un espacio de representación que propicia las centralidades integradoras donde la sociedad se hace visible y se optimizan las oportunidades de contacto y de expresión comunitaria. Se entiende que los espacios de significación colectiva se construyen de una acción colectiva entendida como una renovada expresiones de ciudadanía. Esto quiere decir que a pesar de que suponen la construcción de una identidad “integrativa”, no dejan de ser campos de conflictonegociación en tanto que reúnen una diversidad de personas e intereses. Sobre el papel de la autogestión en la producción de espacios de significación colectiva, retomamos la perspectiva dialéctica en el estudio de los fenómenos socioespaciales desde la cual se explica que el espacio es socialmente producido, transformado, reproducido, configurado, ordenado e incluso inventado simbólicamente por causa de encontrados intereses materiales, de opuestas visiones ontológicas e ideológicas del mundo, de diferentes situaciones coyunturales y condiciones de vida. 10En este sentido, desde el argumento de Harvey, (uno de los teóricos presentes en el marco teórico de este proyecto) se entiende que el urbanismo llega a ser definido relacionalmente en tanto que espejo en el que se reflejan otros aspectos de la sociedad. Por lo que la preocupación de un “urbanismo como cosa en sí mismo” va transformándose en una

preocupación por todas las facetas del hombre, la sociedad, la naturaleza, el pensamiento, la ideología, la producción. 11 El primer capítulo de este trabajo final de máster plantea al inicio, la exploración de la relación histórica entre el concepto de orden urbano (en tanto que principio de control de la forma urbana) en la producción de ciudad formal. A lo largo del desarrollo de este capítulo en una breve panorámica de momentos claves de la historia, se expondrá el marco referencial que sustenta el orden urbano desde la ciudad antigua (entendido como una representación geográfica de un orden divino) hasta la ciudad moderna (entendido como instrumento jurídico normativo que garantiza los principios de ciudadanía). Al final de este primer capítulo se abre la discusión en torno al orden urbano que impera actualmente y a partir del cual es reconocible una paulatina disociación entre urbs (la forma espacial y arquitectónica de la ciudad) y civitas (las relaciones humanas y políticas que se generan en ellas).El reconocimiento de esta disociación entre urbs y civitas sea cual sea el contexto (desarrollado o no) supone la comprensión por un lado, de cómo la expansión del trabajo informal o la generalización de la informalidad laboral; la concentración de habitantes en asentamientos informales, la expansión periférica de la ciudad y el incremento de la violencia; han generado un marcado proceso de segregación territorial que atenta primordialmente con el concepto de centralidad de las ciudades y contra la significación colectiva (contra la naturaleza de espacio cívico). Por otra parte, en el contexto latinoamericano, todos los factores de segregación espacial anteriormente mencionados sumados a un incremento en la inseguridad ciudadana

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MARTÍNEZ López, Miguel. (2006) La participación social en el urbanismo, en los límites de la realidad. Ciudades para un Futuro más Sostenible. Boletín N°34. Universidade da Coruña. Disponible en: http://habitat.aq.upm.es/

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HARVEY, David. (1979). Urbanismo y Desigualdad Social. Tercera Edición. Madrid: Siglo XXI. Pág. 9 10


constituye una realidad vinculada a la pérdida de espacios públicos, a un comportamiento social más individualista y una creciente sensación de angustia y temor. Ante esta realidad, resulta un desafío político para los países de la región, gobernar la urbs sin civitas. 12 El segundo capítulo de este proyecto final de máster constituye un esfuerzo por constituir un corpus de obra bibliográfica que reúna reflexiones teórico-conceptuales en torno a procesos en la producción (o más bien coproducción) del espacio urbano reconociéndolo como acción colectiva de alta complejidad (Jane Jacobs, Robert Venturi y Christopher Alexander); como acción cotidiana banal y repetitiva (Henri Lefebvre, Guy Debord y Michel de Certeau); como producto de las fuerzas de la economía (David Harvey, Richard Sennet y Manuel Castells) y como acción artística de carácter micro político (movimiento activista de las décadas 60’s y 70’s, de Lucy Lippard, Martha Rosler y Rosalyn Deutsche) Como veremos en el tercer capítulo el esfuerzo se centra en reunir una serie de casos de estudio que ejemplifican el fenómeno de la autogestión urbana en los últimos años, tanto se en los países desarrollados como en los países subdesarrollados. Los proyectos aquí reseñados evidencian la creciente movilización alrededor del mundo en torno a este tema. El interés por los procesos autogestionados se ha hecho manifiesta inclusive como parte de políticas o proyectos públicos o institucionales; específicamente en el ámbito latinoamericano- en programas como “Favela-Barrio” (Río

de Janeiro, Brasil); o también, dentro del programa de apoyo a los países en desarrollo, la metodología del World Bank’s Urban Poverty Project (UPP); o en el ámbito europeo, el proyecto Post-it-city ciudades ocasionales (La Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior SEACEX, del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación de España), o el proyecto USE Uncertain State of Europe . Estas y otras importantes contribuciones, han inspirado de alguna manera la fundamentación de esta investigación que estoy llevando a cabo. Así mismo, y estrechamente vinculado al contexto de Barcelona, es reconocible en esta ciudad una larga impronta y trayectoria en torno a la auto-organización y la autogestión barrial, fenómeno del que dan cuenta -hoy día- una serie de iniciativas, tales como el proyecto “Repensar Barcelona. Recuperar la ciudad” (2005-2008), una plataforma virtual que ha seguido muy de cerca las luchas vecinales de agrupaciones y colectivos en la ciudad de Barcelona 13. Justificado en lo anterior, en el cuarto capítulo, a partir de un reconocimiento de la dimensión cívica del fenómeno 13

Entre ellas se podrían nombrar, proyectos de planificación e intervención urbana como el “Forat de la Vergonya”, un espacio calificado como zona verde y abandonado durante años por el Ajuntament de Barcelona, y que ante la degradación y el deterioro de la zona los vecinos trabajaron duramente para crear, en un proceso que se extiende por los últimos 6 años, una plaza ajardinada completamente autogestionada colectivamente, donde la ubicación de sus elementos -huerta, tarima central, fuente, zona de juegos infantiles, etc- responde al uso que le ha dado la gente que allí convive y a las dinámicas que se han ido generando con su uso. También se podría referir la Plataforma de afectados en defensa de la Barceloneta y la AAVV de l'Òstia, en torno al plan de construcción de elevadores en el Barrio en esa zona, o los cuestionamientos al tren de alta velocidad AVE, entre otros. Al respecto puede consultarse el video La ciutat suplantada, un acercamiento polifónico a diversos problemas de la ciudad, donde se exponen las perspectivas de investigadores y activistas como Manel Aisa, Joan Martínez Alier, Adolf Castaños, Antoni Castells, Manuel Delgado, Luís Andrés Edo, Raquel Fosalba, Eduard Masjuan, Bernat Muniesa, José Luís Oyón , entre otros. (Véase: http://www.sitesize.net/repensarbarcelona/)

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Expresión tomada de QUEIROZ Ribeiro, Luiz César (2007) Metrópolis brasileñas: ¿cómo gobernar la urbs sin civitas? Caracas: Revista Nueva Sociedad N° 212 noviembre / diciembre. Pág. 109 11


de autogestión del espacio urbano, en tanto que espacio de negociación (apropiado temporalmente) y espacio de representación (construido desde la socialización de saberes empíricos y las acciones cotidianas); se plantea una confrontación con una ampliación de la noción de ciudadanía, fundamentada en una revalorización del espacio público y una promoción de derechos, co-producida, en donde la auto-gestión de lo urbano, supone el reconocimiento del sector informal de la ciudad (la ciudad en código abierto)

Desde este primer reconocimiento, el quehacer urbano supone en la actualidad el reto de conducirse a través de conocimientos cada vez más especializados, pero a la vez amplios y diversificados, sobre la condición metropolitana de las ciudades y sus zonas periféricas, lo cual justificaría incorporar en un enfoque interdisciplinar para el análisis de la actual realidad urbana, concebida también desde campos de conocimiento y gestión cercanos al urbanismo. En tal sentido, desde el mismo momento en que se reconoce que los fenómenos urbanos trascienden hoy a la ciudad misma, entendida como espacio físico acotado y como concepto de ocupación del espacio habitable, se plantea la urgencia de incorporar a la discusión urbanística, no solamente los problemas derivados de la ciudad formal, sino también el estudio de las prácticas de autogestión de ese espacio urbano, como un mecanismo paralelo de producción de ciudad.

Objetivo general Realizar un análisis y reflexión teórico-contextual de distintas expresiones del fenómeno de autogestión del espacio urbano en la contemporaneidad, visto a través de ejemplos concretos de países tanto desarrollados como subdesarrollados. Estos proyectos serán visibilizados desde perspectivas de investigaciones inscritas en el ámbito artístico, con la intención de problematizar dilemas específicos sobre la producción de ciudad y espacios cívicos desde procesos complementarios a los oficiales y tradicionalmente establecidos desde la planificación y las políticas urbanas públicas. La disciplina del urbanismo enfrenta hoy el desafío de incidir en un complejo contexto, caracterizado no solamente por un cambio de escala -la de “ciudad-territorio”- sino además confrontar una serie de problemáticas de orden global -movimientos migratorios, movilidad exacerbada, expansión urbana- que suponen una deslocalización de los fenómenos urbanos más allá de la ciudad misma.

I Una tarea de visibilización y registro Exponer y analizar la existencia de prácticas de autogestión, en estrecha relación a la producción de una “ciudad informal”, vinculada a las formas históricas y tradicionalmente legítimas de producción del sector formal de la ciudad. Comprendiendo que muchas de estas formas de habitar y de producir la ciudad, de manera informal o autogestionaria, pasan desapercibidas debido a su escasa visibilidad, es necesario indagar sobre cómo reconocer estas prácticas y darle un lugar dentro de la planificación urbanística. Por lo tanto, el primer objetivo que proponemos es realizar un reconocimiento de la complejidad misma del 12


“físico-intersticial”, que vincula el entorno construido y las prácticas sociales cotidianas, y donde se podrían encontrar relaciones e insumos desde perspectivas vinculadas a la sociología, la economía, la ecología, entre otras.

fenómeno de la autogestión del espacio urbano, en sus diversas expresiones (tipos de actividades y espacios autogestionados), en sus categorías o nivel de autonomía y organización, o en los contextos y realidades sociopolíticas en que se manifiestan (contextos hiper-planificados, desregulados o contextos flexibles), mediante el análisis de una selección de casos de estudio que sean relativamente representativos de esa complejidad y multidimensionalidad.

III Una tarea de reconocimiento e instrumentalización Identificar el valor cívico -implícito o explícito- que está presente en la integración de diversas prácticas de producción de la ciudad formal e informal, a la luz de las nuevas dinámicas socioeconómicas y culturales que se derivan de los procesos de globalización. En el marco de la discusión que ha planteado Saskia Sassen sobre la transformación del papel del Estado en sus competencias como Estado benefactor y único hacedor de la ciudad, se construye la hipótesis en relación a una también redefinición de la noción de ciudadanía (no asociada exclusivamente al concepto de nación) y más bien relacionada con nuevas competencias y empoderamiento de los ciudadanos, un empoderamiento ciudadano que hipotéticamente incorporaría a las acciones auto gestionadas en la producción de ciudad. Hipotéticamente hablando, se intuye que existen, en algunos casos, un “valor cívico” evidente o indirecto en los fenómenos de la autogestión del espacio urbano, en el sentido de que dan cuenta de una conjunción de factores o circunstancias espacio- temporales que permiten producir lugares de significación colectiva entendidos como: espacios de negociación (suponen estrategias de participación) y espacios de representación (en tanto es de identificación colectiva).

II Una tarea de complejización y análisis transversal Proponer un análisis cuantitativo del fenómeno de la autogestión del espacio urbano, identificando aspectos relevantes desde un enfoque interdisciplinar, que incorpore perspectivas de estudio cercanas o tangenciales a la disciplina del urbanismo. La producción de espacios de significación colectiva autogestionados, podría explicarse por la conjunción de “lo cotidiano” (una actividad), lo “informal” (un determinado emplazamiento o recursos disponibles no óptimos o improvisados) y por lo “temporal” (unas circunstancias de duración determinadas por la condición de oportunidad). Por eso, este segundo objetivo pretende indagar en las características de estas variables -lo cotidiano, lo informal y lo temporal- opuestas a la condición estable, definitoria y permanente que prevén las prácticas urbanísticas tradicionales, puesto que tal dilema sugiere la necesidad de repensar ciertas categorías y definiciones: distinción entre la ciudad y lo urbano; distinción entre espacio público-privado, espacio controlado y residual, o distinción entre espacio público monumental y espacio público temporal. Las prácticas de autogestión revelan así, una especie de ámbito 13


Primer Capítulo

La producción de ciudad

Fig.3 Sundaying City, Barcelona. (2007). Proyecto de Roser Caminal, Cristina Garrido, Íngrid Quiroga. Véase: http://www.ciutatsocasionals. net/proyectos/53sunday/index .htm

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conjunto de normas jurídicas a través de las cuales se regula la ciudad y los mismos procesos mediante los cuales ésta es producida: derechos de propiedad, usos del suelo (organización espacial) y prácticas urbanas, formas de apropiación y significados atribuidos al espacio urbano, lugares e infraestructura que la constituyen, en sus dimensiones tanto pública como privada 14. Desde la perspectiva del poder político y la administración pública, el “orden formal urbano” se entiende como un aspecto imprescindible de la ciudad moderna, en tanto que provee de condiciones de vida y un ejercicio efectivo de los derechos de la ciudadanía. Desde esta misma óptica ese orden formal urbano, en tanto instrumento control de la forma urbana y la imposición de principios que determinan la vida urbana, moldea y construye la ciudad a través de su implementación en los procesos de regulación, planificación y ejecución de acciones específicas. Ahora bien, esta noción de orden formal urbano ha respondido en diferentes momentos de la historia a particulares visiones o ideas de ciudad sustentadas en un marco de referencia de orden religioso (ciudad divina), militar (ciudad amurallada), utópico (ciudad utópica) o social reformista. El investigador Joseph Rykwert argumenta que existe un vínculo entre la “idea de ciudad” y la noción de “ciudad ideal”15, por lo que plantea el estudio de la

1. El orden urbano y la producción de ciudad Los fenómenos urbanos contemporáneos se mueven entre el control y el descontrol, entre la defensa del interés público y la satisfacción de los intereses privados que supone la polarización de la existencia de la ciudad en términos de lo formal e informal. En este capítulo proponemos un repaso histórico por la noción de orden urbano, en tanto que constituye una de las bases que sustenta la idea de ciudad y su proyección en el tiempo, sirviendo de inspiración para doctrinas urbanísticas y los proyectos de planificación urbana. Una vez que se ha reflexionado sobre las formas de hacer ciudad desde instancias técnico-administrativas del Estado, es posible contrastar (cómo se analizará en el tercer capítulo) la forma en qué operan y se yuxtaponen otros mecanismos con capacidad de modificar el espacio urbano, tanto física como simbólicamente. Así sería posible comprender el doble significado del fenómeno de autogestión en sus diferentes derivaciones, tanto como una “acción transgresora” de un orden preestablecido, o bien como un conjunto de prácticas necesarias y muchas veces inevitables para ciertos grupos excluidos, o como procesos liberadores para otros. La comprensión de lo que se define como “acción legítima” de uso del espacio urbano, en el marco de un comportamiento cívico de carácter universal que viene dado por un orden urbano, entra en disputa ante el reconocimiento de otros mecanismos de producción del espacio urbano que van más allá de la práctica urbanística. Convencionalmente, la definición de lo que se entiende hoy como orden urbano, subyace sobre un

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DUHAU, Emilio (2003). La ciudad informal, el orden urbano y el derecho a la ciudad. Disponible en el sitio web del Proyecto Territorio y Suelo del Instituto de Estudios Urbanos de la Universidad Nacional de Colombia y Fedevivienda. http://www.territorioysuelo.org. 15 RYKWERT, Joseph (2002) La Idea de ciudad: antropología de la forma urbana en Roma, Italia y el mundo antiguo “Salamanca: Sígueme. 15


evolución de los modelos de ciudades idealizados, simbólicamente representativos de conjuntos de valores, aspiraciones y necesidades socio-espaciales, políticoadministrativas y espirituales en determinadas sociedades. Además de insistir en la relación entre la noción de orden urbano y el modelo idealizado de ciudad que plantea Rykwert, para argumentar hoy la subjetividad de la acción autónoma autogestionada, nos interesa también subrayar el vínculo entre el orden urbano y su acondicionamiento, desde las doctrinas urbanísticas que postulaban la regulación no solo la forma urbana, sino además de modelos de conducta ideal, tal como dan cuenta de ello los análisis histórico-críticos de la investigadora Françoise Choay: La reflexión (no filosófica) sobre la técnica y su historia tiende a aislarla en su campo propio, pese al hecho de hallarse implicada, simultánea y directamente tanto en la morfogénesis del espacio urbano como en la génesis de las mentalidades y de los comportamientos urbanos.16 Se expondrán brevemente, diversos paradigmas desde los cuales concebir la producción de la ciudad en distintos momentos de la historia de Occidente así como las connotaciones políticas, económicas y sociales del vínculo entre el orden urbano y la ciudadanía. Ampliaremos, en el cuarto capítulo, la conformación de nuevos órdenes urbanos, - a partir del concepto la disociación urbs-civitas y su relación con nociones de ciudadanía emergente, entre las que se citan ciudadanía des localizada, ciudadanía universal.

1.1. El sentido de orden en la ciudad antigua En las ciudades antiguas, el hombre era la medida de todas las cosas, por lo tanto, la ciudad debía estar acorde a este precepto. La filosofía clásica, desde sus inicios, con la ciudad por base social y fundamento teórico se esfuerza por determinar la imagen de la ciudad ideal por lo que los fundamentos de orden urbano griego, surgen de las ideas de ciudades ideales de Platón y Aristóteles.La ciudad es -para Platón- un espacio para la vida social y la vida espiritual, y debe estar encaminada a elevar a los hombres a la “virtud”. Platón diseña hasta tres modelos de ciudades teóricas o ideales, siendo su característica común, la planta circular que muchos autores atribuyen a influencias indoarias en el pensamiento platónico; en concreto, al símbolo mandálico del círculo, utilizado por la mitología hindú para expresar la forma del macrocosmos y del microcosmos. Por ejemplo, en el Critias o La Atlántida (uno de los últimos diálogos de Platón) Platón explica esta noción de totalidad. Este ve en la ciudad una imagen del mundo, del cosmos, un microcosmos. El tiempo y el espacio urbano reproducen obre la tierra a configuración del universo tal y como el filósofo la descubre.17 Posteriormente, Aristóteles acentúa así el carácter político de la ciudad, al definirla compuesta por un conjunto de ciudadanos, de manera que la polis no es solo un espacio físico determinado, sino un conjunto de hombres libres ejerciendo en común sus libertades públicas. Quizás por eso,

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CHOAY, Françoise (2004) El reino de lo urbano y la muerte de la ciudad. En Martín Ramos, Ángel, ed. Lo Urbano en 20 autores contemporáneos. Barcelona: ETSAB, Escola Tècnica Superior d'Arquitectura de Barcelona: Edicions UPC, Universitat Politècnica de Catalunya.

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LEFEBVRE, Henri. (1975). El derecho a la ciudad. 3era edición. Barcelona: Península. Pág. 141 16


en la ciudad aristotélica el ágora18 es el elemento fundamental, pues es el sitio donde los ciudadanos ejercen sus libertades públicas. La ciudad se convirtió así en el símbolo de la creación humana, representando una cultura, una comunidad de personas. Es así como la ciudad comienza a concebirse definida por los ciudadanos, tal como dio cuenta el pensamiento de Aristóteles, en La Política, definiendo la ciudad de este modo: “Llamamos ciudad a la multitud de ciudadanos capaz de gobernarse por sí misma, de bastarse a sí misma, de procurarse, en general, todo lo necesario a su existencia.19 En la antigua Grecia tuvo lugar el nacimiento de la ciudad y la política, al extremo que la ciudad no se diferenció del Estado. La polis griega, fundada en la democracia, integraba al ciudadano, quien la asumía como propia. De esta manera, la ciudad fue la primera forma de participación política y el escenario de construcción de la tríada compuesta por la ciudad, el Estado y la ciudadanía.20 Tal como lo apunta Henri Lefebvre, las ciudades antiguas como las Griegas, Romanas o Islámicas, responden un paradigma o ideal de ciudad que se proyecta sobre el terreno como una totalidad social o como una sociedad considerada como totalidad comprendida en supra estructuras (cultura, instituciones, ética, valores). Estas supra

estructuras se materializan en la ciudad en obras reconocibles (espacios públicos, monumentos y edificios) a través de los cuales esa sociedad se representa (constituyendo símbolos). Un todo es un concepto y por tanto una abstracción. 21 En la ciudad antigua, el orden urbano estaba estrechamente vinculado a la dimensión divina de la ciudad, en tanto que la ciudad ideal era la que los dioses construían para que en ella vivieran los hombres. Las razones que justificaban su fundación, su crecimiento y su orden procedían de los consejos de los sabios; las ideas de sanidad, defensa o respeto hacia las divinidades marcaban este origen del lugar en el que se desarrollarían los pueblos. Da cuenta de ello el nombre con el que se fundaron la mayoría de las ciudades de la antigüedad, ubicadas desde los valles del Tigris y el Éufrates (Babilonia) hasta las altas mesetas mesoamericanas (Teotihuacán o Tenochtitlán, entre otras) 22 Olives Puig, señala precisamente la producción de ciudad en la antigüedad subyacía a un rito religioso-político. Desde la concepción del plano de la ciudad misma, diseñado como representación geográfica del orden cósmico. Según este autor, el rito de proyectar y diseñar un establecimiento humano, es una acción de gran calado ceremonial y simbólico, el fundamento para la filosofía política, ya que se refiere al establecimiento de las bases donde descansa la vida en común y la construcción del escenario principal y más significativo en el teatro de la vida comunitaria23.

Como se conoce, ágora (del griego ἀγορά, asamblea, de ἀγείρω, reunir) es un término por el que se designaba en la Antigua Grecia a la plaza pública de las ciudades-estado (polis), que se sitúa en la ciudad dentro de un recinto circular, es decir, con forma de mándala hindú -como en la ciudad platónica- donde los elementos defensivos definen la separación entre vida de la polis y el exterior. 19 ARISTÓTELES (1932). La política. Libro III. Capítulo 9. Primera edición. Impreso por Casa Editorial Garnier Hermanos Pág.99. Disponible en formato digital: http://www.bibliojuridica.org/libros/2/766/pl766.htm 20 CARRIÓN, Fernando. (2007). El desafío político de gobernar la ciudad. Caracas: Revista Nueva Sociedad No 212 noviembre-diciembre. http://www.nuso.org/upload/articulos/3478_1.pdf 18

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LEFEBVRE, Henri. (1978). De lo rural a lo urbano. Barcelona: Península. Pág. 141 22 OLIVES Puig, José (2006) La ciudad cautiva. Ensayos de teoría sociopolítica fundamental. Madrid: Ediciones Siruela. 23 OLIVES Puig, José (2006) La ciudad cautiva. Ensayos de teoría sociopolítica fundamental. Madrid: Ediciones Siruela. 17


Fig. 4 Plano de la ciudad de Babilonia. Fig.5.Imagen de la ciudad de Babilonia, ubicada en la baja Mesopotamia. El nombre proviene del griego Babel, el cual deriva del nombre semita de la ciudad Babilonia, que quiere decir La Puerta de Dios.

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Fig. 7 de la ciudad de Teotihuacán (significa: lugar donde fueron hechos los dioses) uno de los principales centros urbanos antiguos de Mesoamérica. Dentro de la configuración de la ciudad se distingue un centro ceremonial religioso dedicado a las deidades Tláloc (dios de la lluvia), Quetzalcóatl o serpiente emplumada (dios de la sabiduría), Chalchiuhtlicue (diosa de ríos y mares) y Huehuetéotl (dios del fuego)

Fig. 6 Plano de la ciudad de Teotihuacán 1. Calzada de los muertos, 2. Templo de los animales mitológicos, 3 Templo de la agricultura, 4"Caracoles emplumados", 5.Palacio de los jaguares, 6. Pirámide de la luna, 7. Pirámide del sol, 8: Mural del puma, 9. Casa de los sacerdotes, 10. Templo de Quetzalcóatl, 11. Ciudadela

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Fig. 8 Plano de la ciudad de Delfos. Fig. 9 Imagen de las ruinas arqueol贸gicas de la antigua ciudad de Delfos, uno de los santuarios m谩s antiguos y conocidos de Grecia. Situado al norte del golfo de Corinto, en la ladera del monte Parnaso, aquel conjunto de edificios se consagr贸 al dios Apolo, y fue centro religioso y pol铆tico de la Grecia antigua.

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El concepto civitas24 traducido como ciudad, era más que una simple referencia territorial o arquitectónica, para ello se usaba el término urbs, urbe, urbanidad. Para los romanos imperiales, cualquier asentamiento donde hubiese una persona civilizada, es decir, quien tenía la ciudadanía, quedaba comprendida por la civitas. Así, ser civilizado era una especie de identidad, o de identificación con Roma y con su cultura. El Ágora como paradigma del espacio público en las ciudades-estado griegas (polis), era un espacio abierto, centro del comercio (mercado), de la cultura y la política de la vida social de los griegos. Estaba normalmente rodeada por los edificios privados y públicos más importantes, como las stoas (pórticos columnados), pritaneos (oficinas administrativas), Bouleterión (edificio para las reuniones de la boulé) y balaneia (baños).Junto al ágora, destacan en la ciudad griega la relevancia de sus templos, palacios, museos, gimnasios, teatros, parques urbanos, bibliotecas, que constituían un conjunto armónico que respondía a la geometría espacial de la época. Otro elemento importante que aparece en el urbanismo griego es la vía monumental o vía principal de la ciudad, sobre la que se alinean las edificaciones más importantes. En resumen, la evolución del ideal de ciudad en la antigüedad, da cuenta de que el orden urbano que inspiró a esas organizaciones socio-espacial no partió de valores estáticos, sino que fue evolucionando en el tiempo, por razones de índole religiosa-política primero, hasta su desplazamiento hacia lógicas más de tipo social, económica o militar. 24

Aunque la noción de ciudad ideal fue acuñada en la antigüedad con el propósito de concretar las características que debía reunir la ciudad para el desarrollo del hombre teniendo en cuenta su bienestar físico y sus necesidades sociales, podríamos deducir que Rykwert atisba la existencia hoy día, de otros modelos de ciudad ideal: los enclaves habitacionales y comerciales, ciertamente proyectados y diseñados desde otra lógica de orden urbano, en donde no coincide precisamente la organización social con la organización espacial, como se verá más adelante. Como veremos en el desarrollo de este primer capítulo, una serie de señales dan cuenta de que la definición histórica de la ciudad se ha ido transformada con consecuencias evidentemente políticas. El fenómeno urbano actualmente está atravesado por la disociación entre urbs (la forma espacial y arquitectónica de la ciudad) y civitas (las relaciones humanas y políticas que se generan en ellas)25 Esto es que la ciudad en cierta forma, en mayor o menor grado (dependiendo del contexto) se ha vaciado de la política y de lo público debido, lo que algunos han denominado como “agorafobia” en tanto que responde entre otras cosas, a los procesos de privatización, debido a la funcionalidad por los tecnicismos del nuevo urbanismo, a la fragmentación urbana y a la emergencia de otras instancias de socialización, como los medios masivos de comunicación.26

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QUEIROZ Ribeiro, Luiz César (2007) Metrópolis brasileñas: ¿cómo gobernar la urbs sin civitas? Caracas: Revista Nueva Sociedad N° 212 noviembre /diciembre. Disponible en: http://www.nuso.org/upload/articulos/3482_1.pdf Pág. 98 26 CARRIÓN, Fernando. (2007). El desafío político de gobernar la ciudad. Caracas: Revista Nueva Sociedad No 212 noviembre-diciembre. http://www.nuso.org/upload/articulos/3478_1.pdf

Ver el concepto de "civitas" en la teoría política de Tomás de Aquino. 21


Reconocido desde hace mucho tiempo como desconcertante y paradójico el texto de Tomas Moro, “Utopía” igual que el de Platón postula la organización racional de la civilización fundada en la noción de lo comunal más que en la propiedad privada; en lo colectivo más que en los intereses individuales. Esta ideal de bienestar común que en buena medida anticipó el modelo moderno de “estado de bienestar” es además, tal vez por necesidad, rígido, autoritario, hierático e intensamente restrictivo de la libertad personal.29 De tal modo, en la novela Utopía (1518)30, Tomás Moro describe la existencia de una comunidad ficticia con sus propios ideales filosóficos y políticos, cuya organización política, económica y cultural contrasta ampliamente con la sociedad contemporánea de Tomás Moro. Según el investigador José Olives, se trata de una cada vez más dominante organización de tipo nacional, en la que predominan las relaciones económicas materiales e individuales de los inicios de la modernidad mercantilcapitalista, contrapuesta relativamente a la idea simbólica de orden de ciudad antigua, entendida más como conjuntos humanos cohesionados por dimensiones político-divinas de la ciudad31. De forma relativamente similar, el filósofo italiano Tommaso Campanela (1568 – 1639) en su obra sobre la imaginaria Ciudad del Sol (escrita en 1602, pero publicada en1623), expone su concepción del orden que concibe para

1.2. El sentido de orden urbano en el pensamiento utópico renacentista A pesar de que Aristóteles no describió el marco físico de una ciudad modélica, el trazado de las ciudades griegas refleja que la defensa del círculo espacial urbano debía ser necesariamente la muralla. Así -por ejemplo- en el Medioevo Alfonso X El Sabio definió la ciudad como un lugar cerrado por muros, definición que respondía a la ciudad amurallada, característica de la época. La ciudad medieval aparece como lugar cerrado en el paisaje agrícola, cuya muralla funciona como fortaleza defensiva para el resguardo de sus habitantes y como control de recaudación de impuestos de paso. Por otro lado, en la ciudad medieval los ayuntamientos y la catedral constituían los ejes de la política ciudadana, y el mercado se definía como el espacio social27. Al término del período medieval se fue disolviendo el fuerte vínculo que había constituido el entramado y la dinámica socio-económica y religiosa de esa sociedad. En ese sentido, como paradigma de transición entre el Medioevo y el Renacimiento, en la ciudad sagrada del inglés Tomás Moro (1478–1535), se concibe la noción de “utopía” para restituir el sentido superior entre la sociedad, la religión y el ser humano, intentando recuperar – idealmente- la idea de ciudad anterior que dejó de ser reconocible en la organización institucional de la sociedad renacentista28.

Bingaman, Amy y otros “Embodied utopias: gender, social change, and the modern metropolis”. London : Routledge, 2002. Pág. 267 30 Ampliar información en los libros: Utopía, La Ciudad del Sol, La Nueva Atlántida son los clásicos sobre ciudades hipotéticas para la ciudadanía ideal en la edad moderna, en los siglos XVI y XVII y en la cultura europea. 31 OLIVES Puig, José (2006) La ciudad cautiva. Ensayos de teoría sociopolítica fundamental. Madrid: Ediciones Siruela. Pág. 339. 29

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Ampliar información en: LADERO Quesada, Miguel Ángel (1976) La Ciudad medieval: 1248-1492. Sevilla: Secretariado de la Universidad de Sevilla. 28 OLIVES Puig, José (2006) La ciudad cautiva. Ensayos de teoría sociopolítica fundamental. Madrid: Ediciones Siruela.Pág.339. 22


esa ciudad ideal. La obra, inspirada en los diálogos de La República de Platón, describe la existencia de la Ciudad del Sol como una sociedad de carácter teocrático, donde el poder está en manos de hombres sabios y sacerdotes. En esta especie de república político-religioso-filosófica, se conviene que la propiedad sea comunitaria y que todos los hombres tendrán que trabajar, pero los funcionarios serán los que harán la distribución de la riqueza 32. En su libro The Seduction of place: the history and future of the city33, Joseph Rykwert señala el enorme impacto que los modelos utópicos han tenido en el pensamiento social y en la planificación urbana moderna, pues de alguna forma contribuyeron a desarrollar una perspectiva de estimulo al progreso social. Así, tanto ha sido la influencia que los planteamientos utópicos renacentistas tienen sobre el tema de la ciudad, que han estado de alguna manera subyacentes en diversas ideologías progresistas durante el desarrollo de la modernidad y hasta el siglo XX, postulando reiteradamente que se debe alcanzar una suerte de estado ideal de felicidad y bienestar para todos, a partir del desarrollo de una riqueza material y espiritual que incluya –contemporáneamente- el derecho a la información y los medios de poder34.

1.3. El sentido de orden urbano en el pre-urbanismo de las sociedades industriales. A finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, con el afianzamiento y expansión de la Revolución Industrial inglesa, los “barrios obreros” ubicados en los extrarradios de las ciudades densamente pobladas, con escasos servicios y pocas condiciones de habitabilidad constituyeron una masa laboral (inmigrante) que compartió ese espacio periférico con las insalubres instalaciones industriales.El agrupamiento de las fuerzas obreras, consecuencia de la propia concentración fabril, favoreció una cierta “conciencia de clase” que puso en evidencia la necesidad de la intervención de entes administrativos públicos para solucionar los nuevos problemas urbanos (condiciones de trabajo y de vida precarias) mediante medidas de organización administrativa del territorio urbano carente de control. Así, los profundos cambios sociales y económicos producidos por el industrialismo cada vez más individualista y faltó de solidaridad, concentró el descontento y la crítica que sentó las bases del “socialismo utópico”, que comenzó a proclamar la necesidad de una reorganización de la sociedad –y la ciudad- en condiciones más humanas y justas, de esta forma podríamos deducir que tales ideales utópicos o reformistas, que planteaban una reorganización global de la vida social en una noción de cercana a la idea de “ciudad ideal” renacentista, constituyen de alguna manera la base de la fundación del “urbanismo moderno” En este sentido, a la luz de las transformaciones económicas y sociales que produjeron los desequilibrios de la ciudad industrial y de las modificaciones de la teoría política y de la opinión pública en esos momentos históricos,

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Ampliar información en: CAMPANELLA, Tommaso. (2005). La Ciudad del sol. La Città del sole. Barcelona: Abraxas. 33 RYKWERT, Joseph. (2002). The Seduction of place: the history and future of the city. New York: Vintage Books. Pág. 73 34 OLIVES Puig, José (2006) La ciudad cautiva. Ensayos de teoría sociopolítica fundamental. Madrid: Ediciones Siruela Pág.351 23


el investigador Leonardo Benévolo plantea un doble origen técnico y moralista- de las primeras medidas reformistaspaliativas que se planteaban en esa época. Benévolo identifica, por un lado aquellas posiciones que abogan por hacer tabula rasa, es decir, proyectos de ciudades nuevas (en este grupo se encuentran los impulsados por utopistas que van incluso más allá de las utopías de Moro o Campanella); y por otro lado, otras ideas más realistas que proponían la resolución de problemas específicos, partiendo de instrumentos técnicos y jurídicos, para instaurar los ideales de orden, higiene y uso del suelo que de alguna manera asientan las bases iniciales de la legislación urbanística moderna35. Durante esta época de inicios del siglo XIX y hasta las revoluciones de 1848, se plantearon diversos proyectos utópicos, entre ellos los de Robert Owen, Saint-Simón, Charles Fourier, Etienne Cabet, Víctor Considérant, PierreJoseph Proudhon, y Benjamín Ward Richardson, Jules Verne y Herbert –Georges Wells, entre otros. Así -por ejemplo- Robert Owen plantea de que como “las condiciones del ambiente determinan de forma preponderante la suerte de los individuos. Para mejorar esta suerte, es preciso partir del ambiente que debe ser reconstruido al servicio del hombre, antes de pensar en otro beneficio económico, individual o colectivo” 36. Por ello propuso progresistas reformas con respecto al trabajo humano y las condiciones laborales, así como su impacto en el sistema de producción industrial, sentando las bases del cooperativismo. Con la intención de llevar a la práctica

estos ideales, Owen convirtió la fábrica de algodón New Lanark Cotton Mills, en una sociedad cooperativa en la que se cumplían las premisas socialistas y en la que se reflejaba tales ideales en una distribución espacial, para optimizar las funciones de la ciudad fabril. De tal forma, Owen sentó las bases del movimiento cooperativista inglés, que posteriormente inspiró la fundación de New Harmony (1825), una pequeña comunidad en Indiana, en la que se abrió el primer jardín de infancia y la primera biblioteca pública de EEUU. La relevancia de la ciudad utópica de Owen, reside en que por primera vez prevé los problemas organizativos impuestos por el progreso industrial, señalando una nueva línea de pensamiento de la que en parte se nutre la experiencia urbanística moderna, al incluir además del orden urbano físico y los programas constructivos, algunas premisas político-económicas y presupuestarias necesarias para la realización de un plan urbanístico. El descontento político inspiró a varios reformistas, entre Saint-Simon, que a pesar de que nunca llevó sus ideales al terreno urbanístico, trasmitieron sin embargo a la tradición y cultura francesa una aspiración de actuar en gran escala y un énfasis puesto sobre el valor de las obras públicas 37. De la misma forma, la tradición igualitaria de Etienne Cabet inspiró su novela Voyage en Icarie (1849), en la que se describe un país imaginario que inspiró el “movimiento icariano”, que posteriormente llevó a un grupo de emigrantes a fundar comunas igualitarias en América del Norte (entre 1848 y 1898)38. También en Francia, la teoría de la armonía universal de Charles Fourier, basada en un fantástico

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BENEVOLO, Leonardo (1992). Orígenes del urbanismo moderno. Madrid: Celeste Ediciones. Pág. 8 36 Ibíd. Pág. 61

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Ibíd. Pág. 82 Ibíd. Pág. 106


sistema político-filosófico, lo llevó a proponer durante la segunda década del siglo XIX, la creación de unidades de producción y consumo autosuficientes -a los que llamó falansterios- basados en un cooperativismo integral y una libre persecución de lo que llamaba pasiones individuales y su desarrollo, anticipando con ello formas de “socialismo libertario”. Los falansterios se crearían por acción voluntaria de sus miembros y nunca deberían estar compuestos por más de 1.600 personas, que vivirían juntas en un edificio con todos los servicios colectivos. El falansterio de Fourier inspiró la fundación en EEUU de comunidades como Utopia (Ohio), La Reunion (Texas) y La Falange Norteamericana (Nueva Jersey)39. A diferencia de los proyectos utópicos de Moro y Campanella (relatos literarios de mundos fantásticos, perdidos o inalcanzables), los proyectos de los socialistas utópicos fueron concebidos con el objetivo inmediato de llevarse a la práctica por lo que compaginaron la reflexión teórica con labores concretas de reforma social; llegando a constituir descripciones detalladas de comunidades igualitarias que, en ocasiones, fueron copiadas en la realidad. Así, los diferentes proyectos del “socialismo utópico”, a pesar de las diferencias que hay entre ellos, tienen en común su interés por mejorar y transformar la precaria situación de las clases trabajadoras o incipiente proletariado de ese momento. Para ello, propusieron reformas concretas que buscaban hacer de la sociedad un lugar más solidario, en el que el trabajo no fuera una carga alienante y en el que todos tuviesen las mismas posibilidades de auto-realización.

Fig. 10 Imagen de New Lanark Cotton Mills, la ciudad utópica de Owen consiste en una fábrica textil impulsada por agua y una solución completa a las viviendas de los trabajadores, la escuela y otros servicios.

Fig. 11 Imagen de New Harmony, aldea utópica propuesta por Owen en Indiana, 1825 estaba trazada en damero con una plaza en el centro circundada por edificios de ladrillo.

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Ampliar en BENEVOLO, Leonardo (1992). Orígenes del urbanismo moderno. Madrid: Celeste Ediciones. 25


positivismo, que proponía una reorganización social, política y económica que inspiró una serie de planes urbanos, los cuales se oponían de alguna manera a las utopías metafísicas anteriores de “ciudad ideal”. En el contexto de este pensamiento positivista, se produce la transformación de París durante el Segundo Imperio (1852-1870) de Napoleón III, llevada a cabo bajo el dirección del barón Haussmann, y que incluyeron obras en toda la ciudad, tanto en el corazón de París como en los barrios periféricos. El trazado y la estructura de una ciudad medieval, que se mantuvo en Paris hasta el siglo XIX, urgía una reforma de corte higienista debido a las pésimas condiciones de salubridad, lo que justificó importantes obras públicas junto a demoliciones, apertura de calles y bulevares, restauración de fachadas, remodelación de los espacios verdes, mobiliario urbano, creación de alcantarillado y trabajos de conservación en monumentos públicos, etc. De tal forma, antes de la creación de la palabra misma “urbanismo”, el arquetipo de esta actuación –que Choay le llama “ordenación regularizadora”- aparece con las “grandes obras” de Haussmann en París. El verbo “regularizar” aparece repetidas veces en sus memorias, para confirmar el papel precursor de su enfoque y el parentesco con los de “Regulierungspläne” (planes reguladores) del urbanista alemán Hermann Joseph Stübben” y de Otto Wagner en Alemania y Austria, así como con los planes reguladores de los urbanistas franceses Hénard, Prost y Jaussely. 42

1.4. El concepto de orden urbano moderno. Ya adentrándonos en los muchos dilemas asociados al nacimiento y devenir del urbanismo como problemática en la modernidad, la investigadora Françoise Choay plantea: El urbanismo moderno no nace al mismo tiempo que los procesos técnicos y económicos que hacen surgir la ciudad industrial y la transforman, sino que se forma en un período posterior, cuando los efectos cuantitativos de las transformaciones en curso se han hecho evidentes y cuando dichos efectos entran en conflicto entre sí, haciendo inevitable una intervención reparadora.40 Como se expuso anteriormente, el pre urbanismo surgido como crítica de la ciudad industrial y desarrollado hasta finales del siglo XIX, está directamente asociado al “socialismo utópico”; mientras que el urbanismo como doctrina práctica-especializada, se desarrollaría desde la primera mitad del siglo XX, como una derivación directa de los planes urbanos inspirados en los ideales del positivismo y del racionalismo arquitectónico tras la primera guerra mundial. En ese sentido, Choay argumenta que las teorías del urbanismo moderno, como modelo urbano con capacidad de “dispositivo reductor” o “instrumento totalitario”, responden muchas veces a una ideología anacrónica derivada del pensamiento utópico41. Así, en el contexto de la revolución industrial, el filosofo francés Auguste Comte sentó las bases del 40

BENEVOLO, Leonardo (1992). Orígenes del urbanismo moderno. Madrid: Celeste Ediciones. Pág. 7 41 CHOAY, Françoise (2004) El reino de lo urbano y la muerte de la ciudad. En Martín Ramos, Ángel, ed. Lo Urbano en 20 autores contemporáneos. Barcelona: ETSAB, Escola Tècnica Superior d'Arquitectura de Barcelona: Edicions UPC, Universitat Politècnica de Catalunya.

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Ibíd.


Fig. 14 Vista perspectiva del Boulevard Haussmann de 2,53 kilómetros de longitud

Fig. 12-13 Plano que muestra una de las transformaciones de París durante el Segundo Imperio entre 1852 a 1870 y llevadas a cabo por Napoleón III y el barón Haussmann que planifica nuevos ejes a gran escala, como Boulevard RichardLenoir (desde la Bastilla hasta la avenida de la République); Boulevard Haussmann o el Boulevard de Sébastopol.

Fig. 15 Vista perspectiva del Boulevard de Sébastopol inaugurado en 1858, una arteria principal sentido norte-sur a través de París.

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Fig. 16 Imagen del plano del proyecto de ensanche de la ciudad de Barcelona, del Ingeniero Ildefonso Cerdá aprobado en 1859. Cerdá propuso el «Ensanche ilimitado», una cuadrícula regular e imperturbable a lo largo de todo el trazado urbano.

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La Teoría general de la urbanización, de Ildefonso Cerdá, se fundamenta en la observación empírica de problemas parecidos de movilidad urbana, insalubridad y condiciones de vida precaria que imperaban en la Barcelona de la segunda mitad del siglo XIX. El proyecto urbanístico para el Ensanche de Barcelona, conocido como Plan Cerdá (1859), recoge las preocupaciones y propuestas de este investigador, que fundamenta sus posiciones en un concepto de orden urbano basado en el principio de lo “igualitario”, que justifica la homogeneidad del trazado de la cuadrícula en busca de cierto principio de “igualdad”, ya no sólo entre clases sociales, sino en busca además de la comodidad y la fluidez en el creciente tráfico de personas y vehículos dentro de la ciudad 43. De tal modo, el concepto de “orden urbano moderno” se vino a constituir como una propuesta concreta del mismo Ildefonso Cerdá en su Teoría general de la urbanización (1867), obra pionera de la especialidad y que permitió designar, tanto los trabajos de ingeniería, como los planes de las ciudades y las formas urbanas reconocibles de cada época. Así, mientras que el urbanismo como procedimiento sobre todo pragmático, no pretende ya cambiar la sociedad, sino que busca más bien regularizar y organizar con la mayor eficacia el crecimiento y el movimiento de los flujos demográficos y de otro tipo, así

como el cambio de escala de los equipamientos y de las construcciones provocados por la revolución industrial; el urbanismo como disciplina autónoma, se postula más bien como la “ciencia de la concepción de las ciudades”, con la instauración de un control completo del hecho urbano, echando mano de teorías clasificables en dos corrientes: el modelo “progresista”, que apunta al progreso y a la productividad, y el modelo “culturalista”, que se concentra en objetivos humanistas. Según Choay, ambas corrientes se fundamentan de manera relativamente similar, en el análisis crítico de la ciudad existente y en contra de un modelo de ciudad que puede ser construida y reproducida ex nihilo44. De tal manera, el modelo “progresista” -planteado entre otros por Garnier, Gropius, Le Corbusier, y los CIAMapuesta por el progreso, la ciencia y la tecnología, y a la vez propone un análisis urbano cuyos componentes se distribuyen en función de orden geométrico-funcional45. El planteamiento urbano de los CIAM emergió de la crisis que suponía la transformación de las técnicas de construcción que al mismo tiempo ponía en duda el papel del arquitecto en esa nueva sociedad regida por la técnica. La fe en lo tecnológico y una voluntad común de romper con el pasado, se traducía en la concepción del edificio como un objeto técnico, como objeto autónomo desligado de toda dependencia o articulación contextual y que podía ser reproducido por la industria. De esto da cuenta el proyecto utópico de la Ciudad Radiante de Le Corbusier.

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Como expresa Choay, la propuesta de Cerdá asegura la continuidad y cierta homogeneidad en una trama edificada, cuyas manzanas normalizadas ofrecen una libertad arquitectónica y, sobre todo, se convierte gracias a la articulación de su reducida escala con el gran sistema viario, en el escenario de inéditas formas de convivencia. Por todo ello, el plan Cerdà debe ser clasificado dentro de la misma categoría que los de Haussmann y Otto Wagner. CHOAY, Françoise (2004) El reino de lo urbano y la muerte de la ciudad. En Martín Ramos, Ángel, ed. Lo Urbano en 20 autores contemporáneos. Barcelona: ETSAB, Escola Tècnica Superior d'Arquitectura de Barcelona: Edicions UPC, Universitat Politècnica de Catalunya. Pág. 67-68.

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CHOAY, Françoise (2004) El reino de lo urbano y la muerte de la ciudad. En Martín Ramos, Ángel, ed. Lo Urbano en 20 autores contemporáneos. Barcelona: ETSAB, Escola Tècnica Superior d'Arquitectura de Barcelona: Edicions UPC, Universitat Politècnica de Catalunya. 45 Ibíd. 29


Fig. 17 Imagen de perspectiva de la Villa Redieuse, Le Corbusier. La “ciudad radiante” se presenta como deconstrucción sistemática de todos los tipos anteriores de ciudades (en tanto aglomeración continua y articulada) y como paradigma del urbanismo progresista de los CIAM.

Fig. 18 Imagen de la planta de la Villa Redieuse, Le Corbusier. Según Choay la “ciudad radiante”, higiénica, ordenada y funcional, reducía la vida urbana a cuatro actividades fundamentales: el hábitat, el trabajo, la circulación y el ocio46.

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CHOAY, Françoise (2004) El reino de lo urbano y la muerte de la ciudad. En Martín Ramos, Ángel, ed. Lo Urbano en 20 autores contemporáneos. Barcelona: ETSAB, Escola Tècnica Superior d'Arquitectura de Barcelona: Edicions UPC, Universitat Politècnica de Catalunya. Pág. 67 30


Uno los ejemplos arquitectura inspirada en el orden urbano moderno, es el edificio “Corviale” "Nuovo Corviale" (il "Serpentone") es un proyecto diseñado en 1972 para un barrio satélite ubicado en la periferia de la ciudad de Roma, Italia (construido a lo largo del camino Portuense) propiedad del Instituto Autónomo Case Popolari como parte del Plan de Vivienda de 1964 para aliviar la aglomeración regional en la ciudad central. El “Corviale” constituye una propuesta de diseño, inspirada en las soluciones del racionalismo con claras referencias a las "Unités d'Habitation de Le Corbusier. Es el más largo edificio residencial en Europa: tiene 11 pisos de apartamentos y una longitud total aproximada de 1 km. Fue concebido como una comunidad independiente con capacidad para alojar a alrededor de 8000 personas, incluyendo otros servicios y equipamientos como escuelas, tiendas, instalaciones recreativas e incluso una iglesia, el edificio se basó en la idea de vivienda social para proporcionar todas las infraestructuras necesarias de una ciudad dentro del mismo complejo, y fomentar las relaciones sociales entre los ocupantes.47 Otro de los ejemplos de arquitectura inspirada en la herencia Le Corbusier es el enorme edificio residencial de influencia “corbusiana” conocido como República de Venezuela, ubicado en la ciudad de Cali, Colombia, mismo que fue donado por el gobierno de Venezuela (1952 y 1958). Hoy día el edificio sigue funcionando con comercio en algunos apartamentos y circulación de diversas cantidades de gente. Posee además enormes jardines cuasi abandonados

cual terrenos baldíos, en la que merodean mendigos, recogelatas, delincuentes y toda suerte de personajes que viven en los márgenes de la ciudad formal. Los nuevos usos no planificados para este edificio lo transforman en una suerte de ciudad en el centro de la ciudad. La idea de “ciudad máquina” también inspiró la renovación urbana y los grandes en planes de vivienda pública, implementados con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial48. Así, entre los proyectos icónicos de esta época, sobresalen el West Alton Estate, en Roehampton, Gran Bretaña (1958) y la unidad habitacional de Marsella, de Le Corbusier, ideado al finalizar la Segunda Guerra Mundial (1945-46) y construido en 195149. A diferencia de la idea totalizadora y globalizadora, poderosamente ordenadora que se expresaba en la coherencia entre el paradigma sociopolítico y la expresión formal de la ciudad antigua; la ciudad moderna y su sentido de orden espacial daban cuenta de un paradigma de la fragmentación y la segregación espacial, pero también social, como veremos más adelante, con relevantes implicaciones en el sentido cívico del espacio público actual. 48

CHOAY, Françoise (2004) El reino de lo urbano y la muerte de la ciudad. En Martín Ramos, Ángel, ed. Lo Urbano en 20 autores contemporáneos. Barcelona: ETSAB, Escola Tècnica Superior d'Arquitectura de Barcelona: Edicions UPC, Universitat Politècnica de Catalunya. Pág. 67-68. 49 Este edificio, proyectado para 1.600 habitantes donde cada piso contiene 58 apartamentos en dúplex, es una enorme construcción de 140 metros de largo, 24 metros de ancho y 56 metros de altura, y preveía un funcionamiento interno de más de 26 servicios independientes. El proyecto constituía una visión innovadora de integración de un sistema de distribución de bienes y servicios autónomos, que servirían de soporte a la unidad habitacional, dando respuesta a las necesidades de sus residentes y garantizando una autonomía de funcionamiento en relación al exterior. Esta naturaleza autosuficiente pretendida por Corbusier, era la expresión de una preocupación que comenzaba a surgir en los años 20’ en sus análisis de los fenómenos urbanos de distribución y circulación que empezaban a repercutir en la sociedad moderna.

47

Ampliar información en libro SANTORI, F.; Pietromarchi, B. (2006) Osservatorio nomade immaginare Corviale: pratiche ed estetiche per la città contemporanea. Milano: Bruno Mondadori. 31


Fig. 19 Imagen en perspectiva del Corviale, Roma, Italia.

Fig. 21 Imégenes del edificio el Venezolano, Cali, Colombia. El artistas Alexander Apóstol50 ha trabajado con el tema de la ciudad y específicamente en el escenario de este edificio un video en el que ha procurando plasmar lo que considera “el fracaso de la Modernidad” a través de este edificio cuyos semblante revelan el olvido y abandono de las urbes latinoamericanas.

Fig. 20 Imagen satelital del Corviale, Roma, Italia.

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Ampliar información en el http://www.alexanderapostol.com/ 32

sitio

Web

de

Alexander

Apóstol:


Por otra parte, el modelo de urbanismo “culturalista” – de Camilo Sitte, Ebenezer Howard y Raymond Unwin- se expresaba como una especie de nostalgia de los modos de vida y formas del pasado y es, por el contrario, más compacto y multifuncional. Así, la obra de Camilo Sitte ejercería una influencia decisiva en los proyectos de “ciudad jardín” inglesas y fue frecuentemente citado por Patrik Geddes y Lewis Munford, dado el carácter humano de las soluciones que preconizaba.51 Al término del siglo XIX, el urbanista británico Ebenezer Howard (1850- 1928), influenciado por la novela utópica “Looking Backward”, del novelista Edward Bellamy, concibió un nuevo orden urbano bajo el modelo de “Garden´s cities” (1898), expuesto en su tratado de urbanismo To-morrow: a Peaceful Path to Real Reform, reeditada en 1902 como Garden Cities of To-morrow y propuesto como reacción a la falta de vivienda obrera y a la necesidad de establecer un nuevo concepto de ciudad con un sistema organizativo diferente. La “ciudad jardín” de Howard constituye, más que una antítesis a la “ciudad radiante” de Le Corbusier, una contrapropuesta que incorpora el proyecto de sociedad global, que tiene por objetivo repartir armoniosamente los flujos demográficos y las actividades sociales, en aglomeraciones que no debían exceder los treinta mil habitantes, circunscritas por anchos cinturones verdes que agrupan concéntricamente todo tipo de instituciones y de actividades sociales. Esa utópica “ciudad jardín”, proponía preservar simultáneamente urbe y campo, poniendo en

marcha una revolución social gracias a un conjunto complejo de mecanismos territoriales y financieros. Aunque la proyección utópica y un tanto anacrónica neutralizó las innovaciones de la llamada “garden city”, resultó relativamente influyente en la planificación urbana de esa época, tanto en el movimiento de las “new towns” como en posteriores movimientos en la planificación urbana contemporánea, como el “New Urbanism” y los principios del “Urbanismo inteligente”52. Ya adentrándonos en el siglo XX, los teóricos-urbanistas idearon propuestas de ciudades o villas de nueva planta, que refundaban las ciudades de las posguerras, a partir de otra noción de orden urbano fundamentado en un indiscutible ideal de libertad personal, que prometía la planificación y la arquitectura racional. Para Elizabeth Grosz, el error de concebir la utopía como un modelo de temporalidad y realización, es claramente evidente en los ambiciosos proyectos de “new tows” durante la primera mitad del siglo XX, tales como Canberra (Australia, 1913), Chandigarh (India, 1950), Brasilia (Brasil, 1956) o Islamabad (Pakistán, 1961)53. Así, Camberra fue construida desde cero por Walter Burley Griffin, en un emplazamiento que fue seleccionado para ser ocupado por la capital en 1908, incorporando la proyección de importantes ejes que privilegiaban la vista hacia un punto focal central, así como también se apoyó en el diseño paisajístico y los sistemas de circulación vial que reducían el ancho de las vías y aumentaban la superficie de 52

CHOAY, Françoise (2004) El reino de lo urbano y la muerte de la ciudad. En Martín Ramos, Ángel, ed. Lo Urbano en 20 autores contemporáneos. Barcelona: ETSAB, Escola Tècnica Superior d'Arquitectura de Barcelona : Edicions UPC, Universitat Politècnica de Catalunya. Pág.68 53 GROZ, Elizabeth en Bingaman, Amy y otros “Embodied utopias: gender, social change, and the modern metropolis”. London : Routledge, 2002. Pág. 268

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CHOAY, Françoise (1976). El Urbanismo: utopías y realidades. Segunda edición. Barcelona: Lumen. Pág. 315 33


vegetación natural dando cuenta de la influencia del movimiento "garden city" y “city beautiful”. Por otra parte Le Corbusier -asociado con Edwin Fry- realizaron el proyecto para la nueva capital del Punjab, en 1950, la denominada Chandigarh, en la India, que se creó bajo el calificativo de “city beautiful”. Por último, es necesario mencionar en el contexto latinoamericano, el proyecto para la ciudad de Brasilia (1956), a cargo de Lúcio Costa y Oscar Niemeyer. Brasilia fue construida con la intención de transferir la capital federal -ubicada en la costa- hacia interior del país, y así ayudar a poblar aquella zona del país. Como enfatiza Rykwert, ciudades como Canberra y Brasilia han sido reconocidas como proyectos fallidos, pues restringen el crecimiento orgánico y todo acontecimiento espontáneo y sorpresivo en tanto que el orden urbano facilitaban el control de las personas dentro de un entorno político y natural.54 Pese a esta crítica, Oriol Bohigas, resalta como trascendente el argumento moral y ético que el discurso arquitectónico promulgó desde el período de las vanguardias (Walter Gropius, Le Corbusier) procurando una arquitectura en términos de comunicabilidad y de integración dentro de un sistema colectivo. Un significado de la arquitectura como un instrumento político decisivo para la articulación de los sistemas de vida, que se contrasta con la arquitectura del star-system al servicio de una serie de prerrogativas publicitarias que la determinan, antes que como una acción urbana, como una acción comercial. 55

1.5. El concepto de orden urbano contemporáneo. Como lo explica Miquel Martí, las transformación en la configuración y características de los espacios cívicos de la sociedad y la ciudad contemporánea, se remonta al siglo XIX cuando con la industrialización aparece por primera vez una clara distinción entre el espacio público y el privado en tanto que se acentúa el crecimiento de la esfera privada y la esfera pública se convierte en uno de los motores de animación del espacio público, asumiendo una función principalmente de circulación y comercio.56 Es a través de la confrontación vivida con esta diversidad en el espacio público que puede tener lugar el proceso de individualización que permite a cada cual alejarse de su comunidad de origen y al mismo tiempo tomar conciencia de las diferencias, es que se devela el sentido de algo común, de algo compartido, en definitiva, el sentido de la existencia de un proyecto de convivencia colectivo, sentido sobre el cual reposa la identidad colectiva de una sociedad moderna. En la ciudad industrializada, en las grandes metrópolis, la experiencia cívica es, simultáneamente, la experiencia de individualidad y de partencia a un grupo. El sentido cívico del espacio es la experiencia del otro, de la propia personalidad y de la comunidad. La individualidad y la diversidad son propias de las sociedades contemporáneas y no implican el debilitamiento del sentido colectivo del espacio. 57

56

MARTÍ Ccasanovas, M. (2004). A la recerca de la civitas contemporània. Cap una cultura urbana de l’ espai públic: l’ experiència de Barcelona (1979-2003) Tesis Doctoral. Barcelona: Universitat Politècnica de Catalunya. Disponible en: http://www.tdx.cesca.es/TDX-1019104-172234/ 57 Ibíd. Pág.12

54

Ibíd. Pág. 268 MASSAD, Fredy; Guerero, Alicia. El peso de la experiencia. Entrevista con Oriol Bohigas. Revista Exit Express. #50, Marzo, 2010. Pág. 14 55

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Continuando, Miquel Martí explica que los espacios públicos en la ciudad post-industrial difieren de las tipologías históricas y plantean tres grandes categorías: los artefactos urbanos (complejos lúdico-comerciales como los “malls”), espacios infraestructurales (nudos viarios) y los grandes espacios libres metropolitanos (tejido urbano del espacio fluvial ó marítimo como los waterfronts) 58 Como vemos estas tres categorías que señala Miquel Martí, constituyen ejemplos de espacios altamente segregados y especializados que responden en cierta forma al sentido de orden urbano heredado del urbanismo del movimiento moderno que se focalizó en el funcionalismo eficientista dotado de un instrumental separador (expresado en la zonificación espacial, en los modelos prototípicos justificado por urgencias sociales como la vivienda y acentuado por la compartimentación de las administraciones públicas y de los cuerpos profesionales). Todos los factores anteriormente mencionados constituirían los antecedentes para comprender el marco de referencia del cual se derivó el actual orden urbano. Por una parte, el movimiento moderno de la primera mitad del siglo XX (la influencia de la Escuela Bauhaus y de los Congresos Internacionales de Arquitectura CIAM) y por otro la incidencia de la aplicación de políticas públicas vivienda en la segunda mitad del siglo XX, dan cuenta de una comprensión limitada del problema urbano, minimizándolo a un asunto de obras públicas y vivienda59 La repercusión del sentido de orden urbano que supuso la distorsión de los principios del urbanismo

funcionalista combinando zonificación y privatización crearon una nueva imagen de la ciudad, en la que las piezas, los productos, la arquitectura de los objetos-mercadería, sustituyen la ciudad del intercambio y de la diversidad; - con la consecuencia de haber heredado en mayor o menor medida una predilección por la ciudad fragmentada, - el orden urbano actual ha constituido un prototipo de ciudad físicamente despilfarradora, socialmente segregada, económicamente poco productiva, culturalmente miserable y políticamente ingobernable.60 Así, comprendiendo la naturaleza de la realidad urbana contemporánea, las ideas de un orden urbano fundadas en el movimiento de la arquitectura y el urbanismo moderno, entendemos cómo bajo la idea racional de fragmentación, de zonificación y de especialización, se ha justificado la urbanización segregada en enclaves de diverso tipo que responden a actividades especificas como vivienda, ocio, industria y a necesidades cada vez más específicas como seguridad, privacidad, exclusividad y accesibilidad. Así se ha justificado la construcción de parques temáticos (para el entretenimiento y el ocio especializado), ciudades empresariales, la construcción de viviendas segregadas por clases sociales, entre ellas las “gated communities” (en español, los barrios cerrados de renta alta) y los guetos o barrios de renta baja; así como un tejido de infraestructuras al servicio del automóvil privado, para conectar estos anclajes urbanos disgregados por el extenso territorio. Por lo que, la repercusión más notoria del funcionalismo del urbanismo moderno con respecto al orden urbano pre

58 Ibíd. Pág.53 59 BORJA, Jordi; Muxi, Zaida. (2003). Espacio público: ciudad y ciudadanía. Diputación de Barcelona. Pág. 47

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Ibíd. Pág. 29


moderno; - heredado de la ciudad antigua y fundamentado en una definición de la ciudad como urbs (concentración de población); como civitas (cultura, comunidad, cohesión) y como polis (lugar de poder, de la política y de la organización y representación de la sociedad;- 61 es que descalificó el espacio público (el espacio cívico de representación) al asignarle usos específicos (vialidad, necesidades públicas, monumentalidad, embellecimiento) y accesibilidad limitada (segregación social para excluir o concentrar). En este sentido, Lefebvre señala que a la luz de la reducción funcional de las necesidades humanas, expresada en la Carta de Atenas a través de una idea simplista de zona mono funcional; la calle desaparece en tanto que la separación de funciones conlleva a una acción de desplazamiento obsesiva y compulsiva. La supresión de la calle supone una modificación del sistema urbano. 62 Hoy día, las políticas urbanas de segregación espacial y los modelos de privatización del espacio público; constituyen todos ejemplos de delegar el desarrollo urbano a la libre competencia y a los valores económicos inmediatos del mercado. Esta realidad que actualmente es palpable en los contextos desarrollados y dramáticamente visible en los países pobres con poca o nula inversión pública en proyectos urbanos, atenta contra la gestión ciudadana del espacio público que es especialmente rentable a corto plazo en términos sociales, culturales, civiles; pero lo es también a mediano plazo en términos políticos (la gobernabilidad) y

económicos (generando la creación de nuevas actividades).63 Al respecto, una amplia gama de perspectivas se despliegan para descifrar las motivaciones del orden urbano imperante, una combinación del fenómeno de la “metropolización” (“ciudad difusa”64 de Francesco Indovina ) y privatización de la ciudad (la ciudad como “parque temático”65 de Michael Sorkin); así como las múltiples consecuencias expresadas en modelos de ciudad con calificativos de “tecnoburbio”66 (Robert Fishman); “edge city”67 (Joel Grau) “Telépolis”68 (Javier Echeverría); “ciudad genérica” (Rem Koolhaas) entre otros. Para comprender qué se entiende por el fenómeno de la metropolización, empezamos por hacer referencia a la distinción entre “área metropolitana” y “ciudad difusa” que describe Francesco Indovina. Según Indovina, la primera definición corresponde a un espacio fuertemente jerarquizado por conexiones verticales con el resto del territorio; mientras que “la ciudad difusa”, es una organización de conexiones horizontales no jerarquizadas y de baja multi-direccionalidad de flujos, sin ser un “territorio autárquico” desligado del contexto territorial. Indovina explica que en la ciudad difusa son menos llamativos los 63

BORJA, J.; Muxi, Z. (2003). Espacio público: ciudad y ciudadanía. Diputación de Barcelona. Pág. 19 64 INDOVINA, Francesco (1990). La Città diffusa. Venezia: Istituto universitario di architettura di Venezia. Dipartimento di analisi economica e sociale del territorio (DAEST) 65 SORKIN, Michael (1992). Variations on a theme park: the new american city and the end of public space. New York: Hill and Wang. 66 FISHMAN, Robert. (1987). Bourgeois utopias: the rise and fall of suburbia. New York: Basic Books. 67 GARREAU, Joel. (1992) Edge city: life on the new frontier. New York: Doubleday. 68 ECHEVERRÍA, Javier. (1994). Telépolis. Barcelona: Destino.

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Ibíd. Pág. 35 GAVIRIA, Mario. (1968) Prologo en LEFEBVRE, Henri. (1975). El derecho a la ciudad. 3era edición. Barcelona: Península. Pág. 7 62

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procesos de especialización espacial y la complejidad urbana parece como diluida. Así, la ciudad difusa genera en su interior ciertas jerarquías y especializaciones (ya sea por intensidad o por forma organizativa de la propia ciudad), que podrían no ser tan negativos como lo serían para una ciudad concentrada (compacta)”69. La metropolización es una noción concebida a partir de la prolongación del término "metrópoli" para designar a un proceso de transformación cualitativo, funcional y morfológico, de las ciudades. En relación con la tradicional e histórica configuración espacial concentrada de la ciudad; la metropolización se caracteriza tanto por un crecimiento de las funciones, como por la concentración de la población. Joseph Rykwert señala que pese a la realidad traumática o fallida de la arquitectura y urbanismo del movimiento moderno, en la que se figura la pretensión de construir ciudades de nueva planta con una especie de fe ciega en el poder social de la arquitectura, junto a una escala no humana de las edificaciones (como lo vimos ejemplificado en el edificio Corviale, en Roma) sumado a la desatención de necesidades de masas de población; la historia ha repetido los mismos desaciertos en los movimientos más recientes del “new urbanism”70. El “New Urbanism” propone un esquema de organización espacial cerrado, un enclave residencial, para albergar a determinados grupos sociales que se desmarcan por su clase social y poder adquisitivo del resto. El “New

Urbanism" parte muchas veces de un estilo arquitectónico neo-tradicional, la incorporación de las necesidades de los peatones a la planificación, la inclusión de "parques de vecindarios pequeños", así como otros "espacios públicos", como un intento de alejarse de las consecuencias que producía la expansión de la ciudad, traducido en el intenso uso del automóvil y el aislamiento social-cívico de los suburbios americanos. Según J.Rykwert, ejemplos de ciudades inspiradas en el “New Urbanism”, como Columbia, Maryland ó Celebration, en Florida (EE.UU.), contienen la esencia del sueño modernista de “tabla rasa”, solamente que a una escala menor, a escala de suburbio71. El movimiento del “New Urbanism” en los EE.UU. , ha llegado a constituir un “modelo” de residencia urbana exportado a buena parte del mundo, en lo que hoy conocemos como los barrios residenciales de acceso exclusivo o “gated communities”; segregaciones de territorios con la única vocación de constituir una “ciudaddormitorio” en donde los promotores inmobiliarios apelan tanto a la seguridad (en respuesta al grave problema de la inseguridad urbana) como a una vuelta a la naturaleza (creciente conciencia de la responsabilidad medioambiental). Un discurso en el que el ciudadano se convierte en consumidor y la vida urbana en producto inmobiliario. 72 La ciudad de Celebration, en Florida, es un ejemplo de una comunidad planificada a partir de un plan maestro desarrollado por The Walt Disney Company. Desarrollada en 1990 sobre 20 km2, con una inversión estimada en 2,5 millones de dólares, la estética rigurosamente planificada y

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INDOVINA, Francesco. (2004) La ciudad difusa. En Martín Ramos, Ángel, ed. Lo Urbano en 20 autores contemporáneos. Barcelona: ETSAB, Escola Tècnica Superior d'Arquitectura de Barcelona: Edicions UPC, Universitat Politècnica de Catalunya. Pág. 55-56 70 RYKWERT, Joseph. (2002). The Seduction of place: the history and future of the city. New York: Vintage Books.

71

Ibíd. BORJA, Jordi; Muxi, Zaida. (2003). Espacio público: ciudad y ciudadanía. Diputación de Barcelona. Pág. 39 72

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superficies pulcras en extremo, dan a esta comunidad la idea de un “sueño” cumplido de Walt Disney y el programa de su corporación, que de manera casi perversa representa una poderosa manifestación de un tipo de pensamiento “utópico” en el contexto contemporáneo. Aunque diferente en apariencia de otro proyecto anterior de la compañía Disney (“EPCOT Experimental Prototype Community of Tomorrow” 73), Celebration comparte ciertos rasgos en común, pero también algunas diferencias cualitativas. Así, mientras que el proyecto Epcot partía de una especie de ideal de ciudad para el futuro, Celebration representa el desencanto con la metrópoli y la ciudad de las últimas décadas. Las casas y los espacios externos de Celebration, con terminaciones perfectas y equipadas con la última tecnología, se proponían -al estilo Disney- como "el lugar más feliz en la tierra". Celebración se ha convertido, de tal modo, en uno de los más sofisticados esfuerzos contemporáneos para idear una particular urbe construida prácticamente desde cero, como alternativa a la ciudad moderna y contemporánea. Otro tipo ejemplo de producción de ciudad bajo el modelo de la segregación espacial lo constituyen las “Edge City” (en castellano ciudad de borde) en tanto enclave comercial, se conforman como una concentración de negocios, compras y entretenimiento, por lo general ubicado

fuera de una zona urbana tradicional o en una comunidad semi-rural. Joel Garreau sostiene que la “Edge City” se ha convertido en una forma común de producir ciudad en el siglo XX. A diferencia de la forma de producción de centros urbanos centralizados del siglo XIX, las “edge cities” están constituidas de edificios medianos de oficinas, rodeadas de grandes superficies de estacionamiento masivo y jardines meticulosamente cuidados. En lugar de una trama uniforme, sus redes son jerárquicas, conformadas por amplias autopistas que, por lo general, carecen de aceras.74 Algunos ejemplos importantes o paradigmáticos de “edge cities” son la ciudad de Buckhead, (Atlanta, Georgia), que posee un centro altamente urbanizado con muchos rascacielos organizados a lo largo de las autopistas Peachtree y la GA-400, o Silicon Valley, en la zona sur del área de la Bahía de San Francisco, norte de California. Los “Malls” centros comerciales de las periferias de las ciudades y los parques temáticos de atracciones, constituyen según Michael Sorkin, constituyen hoy espacios simbólicos sobre los que se apoya un sentido de nuevo orden urbano disperso y expansivo.

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EPCOT, iba a ser a la vez un laboratorio para la tecnología del futuro y un hogar para los ciudadanos de mañana. Los orígenes EPCOT pueden rastrearse a través de la "World of Tomorrow", Feria Mundial celebrada en Nueva York en 1939-1940. La idea original de Walt Disney era construir una ciudad utópica que sirviera de “modelo” al mundo: lugar de residencia de miles de persona, que contara con negocios, edificios comunitarios, escuelas, complejos recreacionales y edificios residenciales. El sistema de transporte sería a través de monorraíles y el tráfico estaría por debajo de la superficie de la ciudad, permitiendo el paso libre de peatones en las calles.

74

GARREAU, Joel. (1992) Edge city: life on the new frontier. New York: Doubleday. 38


Fig.22 Lenox Square. Buckhead, Atlanta, Georgia

Fig. 23 Buckhead, Atlanta, Georgia Fig. 24 Edge City. Vista aĂŠrea de City of Clayton. St. Louis, Missouri

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Finalmente los “malls” como enclaves de ocio y consumo masivo constituyen nuevos paradigmas de espacio público plantean nuevas relaciones entre la privacidad y colectividad; suponen el desplazamiento del escenario del espacio público tradicional, a los grandes contenedores de ocio en las periferias de las ciudades. Sorkin reflexiona sobre la transformación siniestra y homogénea que sufren las ciudades norteamericanas debido a esta paulatina privatización del espacio público, que pese a que constituyen un entorno aparentemente benigno son espacios en donde todo se organiza para conseguir un control absoluto mediado por el consumo y donde la idea de interacción auténtica entre los ciudadanos se desvanece y se reduce. No obstante, frente a este nuevo orden urbano, mientras Michael Sorkin reclama un retorno a una urbanidad más auténtica, a una ciudad basada en la proximidad física y la libertad de movimientos, Rem Koolhaas se oponen a esta visión de espacio público cuyas bases ideológicas se construyeron durante el movimiento moderno. Rem Koolhaas, desde los años 70’ estableció una línea de reflexión que cuestionaba los baluartes de la arquitectura y del urbanismo de la tardo-modernidad y como una alternativa al academicismo predominante75 En Delirious New York (1978), Koolhaas se apoya en la arquitectura de Manhattan como una referencia de su posicionamiento intelectual frente a la producción ciudad, a la luz de la explosión demográfica y la invasión de las nuevas tecnologías. Para Koolhaas, Manhattan representaba el laboratorio de una nueva cultura: donde se hace realidad

el inconsciente colectivo de un nuevo modo de vida metropolitano (o nuevo orden urbano), como una fábrica de lo artificial donde lo natural y lo real han dejado de existir”76. La ciudad genérica, exportada a través de las comunicaciones, el conocimiento y la cultura instantánea, sería así el producto eficiente y pragmático que surge de los restos de lo que una vez fue la ciudad. Esta posición de Koolhaas frente a la cultura contemporánea le ha provisto de los argumentos para justificar y practicar una arquitectura que cristaliza acríticamente en la realidad socio-política del momento, al margen de las relaciones contextuales e históricas, tal como lo plasmó en su libro La ciudad Genérica, en sus propias palabras: “La identidad es la nueva comida basura para los desposeídos, el pienso con que la globalización alimenta a los desfranquiciados...Si se llama basura espacial a los desechos humanos que ensucian el universo, el espacio basura es el residuo que el ser humano deja sobre el planeta”77. Por otro lado, en La ciudad Genérica, Koolhaas se apoya en la idea de la virtualidad y el ciberespacio, para justificar el concepto de imagen global y genérica de las ciudades, y con ello plantear la anulación de la dimensión histórico-simbólica del urbanismo. En este sentido entendemos que en la negación de las relaciones de contexto, de la historia y de la identidad que expresa la lectura de

76

Ampliar información en: KOOLHAAS, Rem. (2004). Delirio de Nueva York: un manifiesto retroactivo para Manhattan. Barcelona: Gustavo Gili. 77 KOOLHAAS, Rem. (2007). Espacio basura. Barcelona: Gustavo Gili, cop. Pág. 6

75

MASSAD, Fredy y Guerrero Yeste Alicia. (2009). El fin de la fase REM o el gurú de un tiempo agotado. Revista Exit Express, N°45 Junio/ Setiembre. Madrid: Olivares & Asociados.Pág.81 40


Koolhaas de la sociedad contemporánea, la noción de espacio público no tiene cabida. Haciendo eco de la reflexión que hace Miquel Martí, es importante subrayar que la nueva relación que se establece entre espacio público y espacio edificado producto de la “segregación funcional” (diferente a la que vemos en la ciudad compacta), ha impactado las aproximaciones teóricas, filosóficas y prácticas a la hora de formular proyectos de espacio público. En tanto que los espacios públicos de la ciudad fragmentada y dispersa se distinguen de aquellos de la ciudad compacta esencialmente porque, a diferencia de las tipologías históricas (calle-plaza) no existe una relación de formalización recíproca entre espacio libre y espacio edificado; 78 se define una nueva dimensión simbólica del espacio urbano en la que toma partido la forma, la función y el significado79 No obstante, según explica Miquel Martí, esta nueva relación entre espacio libre y espacio edificado ha supuesto que el problema del diseño del espacio público hoy tienda a identificarse el proyecto de paisaje con las consecuentes transformaciones en el lenguaje expresivo y medios. 80 Tal y como da cuenta de esto, algunos de los proyectos de espacio público que han sido galardonados en el concurso de Premio Europeo de Espacio Público en su edición del 2010. Por ejemplo el proyecto Paisatgisme de la

línea 1 del TRAM (Alicante, España, 2009), diseñado por Eduardo de Miguel Arbonés, José Mª Urzelai Fernández y gestionado por la Red de Transporte y de Puertos de la Generalitat y la Consellería de Infraestructuras y Transporte. O el proyecto Madrid Río (Madrid, España, 2009) Diseñado por Burgos Porras & Lacasta Arquitectos. No obstante a que podríamos entender esta tendencia como una oportunidad de enriquecer el lenguaje de soluciones a proyectos de espacio público, Miquel martí señala que la lógica paisajística es una lógica proyectual que desde sus orígenes se caracteriza por ser autorreferente, por una tendencia a la desvinculación del contexto urbano. Al igual que los parques del siglo XIX, se manejaba a nivel de diseño interior del recinto sin preocuparse de los vínculos con el resto de la ciudad (ver Parque de la Ciudadela) y que por lo tanto reducir el proyecto de espacio público a una lógica estrictamente paisajística, limitar un análisis a su plano horizontal, renunciando a la articulación formal con el entorno edificado al mismo tiempo que se niega el valor estructurarte del espacio público, ambas condiciones del espacio cívico. “la diferencia entre las formas urbanas (parque ó jardín) y las formas no urbanas del proyecto paisajístico radica en la delimitación, en la articulación, en los aspectos narrativos de los primeros; el proyecto paisajístico es reducido a menudo a un proceso deliberadamente cosmético, convirtiéndose en uno de los flagelos de nuestro tiempo”81

78

MARTÍ Ccasanovas, M. (2004). A la recerca de la civitas contemporània. Cap una cultura urbana de l’ espai públic: l’ experiència de Barcelona (1979-2003) Tesis Doctoral. Barcelona: Universitat Politècnica de Catalunya. Disponible en: http://www.tdx.cesca.es/TDX-1019104-172234/ 79 Ibíd. Pág. 30 80 Ibíd. Pág. 41

81 Buchanan, P. Oltre il mero abbellimento, in Casabella, 557-598. Citado MARTÍ Ccasanovas, M. (2004). A la recerca de la civitas contemporània. Cap una cultura urbana de l’ espai públic: l’ experiència de Barcelona (1979-2003) Tesis Doctoral. Barcelona: Universitat Politècnica de Catalunya. Disponible en: http://www.tdx.cesca.es/TDX-1019104-172234/. Pág. 44. 41


Fig.

26

Planta

general de

la

actuación

del proyecto

Madrid

Río.

Fig. 27 El soterramiento de un tramo de la autopista de circunvalación M-30 posibilita una intervención de gran escala para recuperar un tramo del río Manzanares

Fig. 25 Proyecto Paisatgisme de la línea 1 del TRAM (Alicante, España, 2009)

42


1.6. Lo urbano más allá de la ciudad. Reflexión sobre la disociación entre urbs y civitas En referencia a la relación entre urbs y civitas que hemos mantenido como hilo conductor del primer capítulo, Louis Wirth considerado uno de los principales exponentes de la Escuela de Chicago, en el ensayo “Urbanism as a Way of Life”82 sentó las bases para el desarrollo de lo que él denomina una “teoría del urbanismo”, identificando los principales rasgos de la vida urbana moderna y sus efectos sobre las relaciones sociales, la conducta y la personalidad de los habitantes de las grandes ciudades. Wirth anticipa (30 años antes que Melvin Webber) una distinción entre la ciudad (el asentamiento) y el urbanismo (el modo de vida); prediciendo la disociación entre el componente físico (urbs) de la ciudad de lo que él llama urbanismo, esto es, el tipo de sociedad (civitas) que en ella se da. En sus propias palabras: “…una ciudad es un asentamiento relativamente grande, denso y permanente de individuos socialmente heterogéneos. El gran número implica la variabilidad individual, la relativa ausencia de conocimiento personal, y la segmentación de las relaciones humanas, que son en gran medida anónimas, superficiales y transitorias. La densidad implica diversificación y especialización, la coincidencia de cercanía física y distancia social, enormes contrastes, un complejo patrón de segregación, el predominio del control social formal y una fricción acentuada. La heterogeneidad tiende a romper las estructuras sociales rígidas e incrementar la movilidad, la inestabilidad y la inseguridad, Fig. 28 Explanada pavimentada especialmente preparada para acoger grandes eventos culturales, situada entre la Huerta de la Partida y el Puente del Rey sobre el Manzanares 82

WIRTH, Louis. (1968). Urbanism as a Way of Life. The American Journal of Sociology, Vol. 44, No. 1. (Jul., 1938), Pág. 1-24. Disponible en: http://www.sociol.unimi.it/docenti/semi/documenti/File/Wirth%20%20Urbanism.pdf 43


así como la afiliación de los individuos con una variedad de grupos sociales… Los nexos pecuniarios tienden a desplazar a las relaciones personales… De este modo, el individuo sólo llega a ser actuando a través de grupos organizados.”83 Luis Wirth en “Urbanism as a Way of Life”, argumentaba que la ciudad se caracterizaba por la heterogeneidad social, de la misma forma en que la filosofía y la sociología urbana coincidían en definir la ciudad como lugar donde se concentran las diferencias de origen, de aptitudes, de actividades, admitiendo que esta diversidad favorece lo imprevisible, introduce desorden y hace posible la innovación. Tal y como también lo defendió Aristóteles en La Política donde se refirió a que la ciudad debía estar compuesta por diferentes clases de personas y que no existiría una ciudad si la población se asemejase mucho.84 La distinción que Wirth, planteó tempranamente, significó a su vez una definición de “lo urbano” no exclusivamente como una condición espacial ni una delimitación demográfica o productiva, sino como una conducta, como una forma de vida que está determinada por las singulares características de la ciudad en tanto entidad material: específicamente su tamaño, densidad y heterogeneidad85. Desde este argumento, Wirth planteó una “definición sociológica de la ciudad” a partir de aquellos elementos del urbanismo que lo caracterizan como un modo distintivo de la vida humana de grupo, a través de la incidencia de determinadas condiciones de la ciudad en el carácter social de la vida colectiva. Esa incidencia -según

Wirth- puede ser entendida en términos de contactos sociales impersonales, superficiales, transitorios y segmentados; debilitamiento de las relaciones primarias y su consecuente sustitución por aquellas de tipo secundarias; y la promoción de una perspectiva relativista –y por ende- una mayor tolerancia a la diferencia y libertad de acción86. Así, este autor apunta a la necesidad de que el urbanismo actúe consecuentemente a partir de la definición y el análisis de las características particulares de las ciudades, tal y como lo planteó también Jane Jacobs, incorporando razonamientos inductivos (de lo particular a lo general) y menos deductivos, en sus propias palabras: “mientras identifiquemos urbanismo con la entidad física de la ciudad, viéndola sólo como rígidamente delimitada en el espacio, y procedamos como si los atributos urbanos cesaran abruptamente de manifestarse más allá de una línea limítrofe arbitraria, no estaremos en condiciones de elaborar ninguna adecuada concepción del urbanismo como modo de vida” 87. Por su parte Lefebvre señala que la distinción entre la ciudad y lo urbano se basa en que lo urbano aparece y se manifiesta en el curso de la dispersión de las antiguas urbes que suscita segregaciones multiformes y que provoca que los elementos de la sociedad queden inexorablemente separados unos de otros en el espacio. Lo urbano (la sociedad urbana) existe virtualmente entre las contradicciones existentes entre el hábitat, la segregación y la centralización urbana (que resulta esencial para la práctica social) se pone de manifiesto una contradicción llena de sentido. Lo urbano se manifiesta en el seno mismo del proceso negativo de la dispersión, de la

83

Ibíd. BORJA, Jordi; Muxi, Zaida. (2003). Espacio público: ciudad y ciudadanía. Diputación de Barcelona. Pág. 34 85 WIRTH, Louis (2005) El urbanismo como modo de vida. En bifurcaciones [online]. núm. 2, otoño. Disponible en: www.bifurcaciones.cl/002/reserva.htm 84

86 87

44

Ibíd. Ibíd.


segregación, en tanto que exigencia de encuentro, de reunión, de información.88 Tal lectura del fenómeno urbano a través de las contradicciones y de las negociaciones intrincadas o simultáneas permite dar una definición general en términos de un espacio-tiempo diferencial poniendo el acento en las diferencias. Treinta años después Wirth planteara la distinción entre ciudad y lo urbano, Melvin Weber argumentaba sobre este mismo tema que, a diferencia de la ciudad antigua, en donde “la organización social coincidía con la organización espacial”89, la condición de “la territorialidad” ya no es más un atributo necesario de los actuales sistemas sociales en tanto que, - como un reflejo de la revolución actual en el campo de la ciencia y tecnología, que ha conllevado a una deslocalización del empleo y múltiples facilidades que brinda los medios de transporte y comunicación; - la eliminación paulatina de las restricciones espaciales ha implicado una separación de los procesos sociales de urbanización de las regiones fijadas territorialmente. Un cambio al que Webber se refirió con el concepto post-city age90, (era post-ciudad) para referirse a la deslocalización de la ancestral civitas.

Según explica Melvin Webber, durante la segunda mitad del siglo XIX y la primera del siglo XX, la concepción territorial tradicional, que distinguía lo urbano y lo rural, era relativamente válida por las condiciones físicas y demográficas ya que una parte sustancial de la población aun vivía fuera de las ciudades. Sin embargo, a partir de la segunda mitad del siglo XX, esa pirámide poblacional se invierte en la mayoría de las regiones y países con la consecuente complejización del espacio urbano fundamentada a partir de un reconocimiento de que los “urbanitas” no residen ya exclusivamente en asentamientos metropolitanos, ni los “ruralitas” viven exclusivamente en los hinterlands 91. Esto explica que podría haber ciudades no urbanas (del mismo modo que hay pueblos muy grandes) y propiedades urbanas más allá de las ciudades, pero lo cierto es que ciertas características (demográficas, morfológicas) de la ciudad facilitan el surgimiento de lo urbano. Las ciudades, o mejor, partes de ellas, son un buen marco para lo urbano.92 David Closes apunta un argumento interesante al explicar que precisamente que el predominio de los sistemas de conectividad en la nueva configuración territorial suponen una nueva condición de “movilidad” exacerbada que potencia la extensión vertiginosa de las ciudades y la generación de aglomeraciones urbanas de gran escala, donde

88

LEFEBVRE, Henri. (1976). Espacio y Política. El derecho a la ciudad II. 1era edición. Barcelona: Península. Pág. 68 89 WEBBER, Melvin M. (2004) La era post ciudad. En Martín Ramos, Ángel, ed. Lo Urbano en 20 autores contemporáneos. Barcelona: ETSAB, Escola Tècnica Superior d'Arquitectura de Barcelona: Edicions UPC, Universitat Politècnica de Catalunya. Pág.15 90 El término propiamente se mencionó en WEBBER, Melvin. (1968). The PostCity Age. Daedalus, Journal of the American Academy of Arts and Sciences. Boston (Mass.): the Academy. Otoño. Pág. 1091-1110. No obstante desde años antes, Webber anunció este concepto en otros dos artículos , “Order in Diversity: Community Without Propinquity” (1963) y en “The Urban Place and the Nonplace Urban Realm” (1964)

91

WEBBER, Melvin M. (2004) La era post ciudad. En Martín Ramos, Ángel, ed. Lo Urbano en 20 autores contemporáneos. Barcelona: ETSAB, Escola Tècnica Superior d'Arquitectura de Barcelona: Edicions UPC, Universitat Politècnica de Catalunya. 92 MARRERO Guillamón, Isaac. (2008) La producción del espacio público. Fundamentos teóricos y metodológicos para una etnografía de lo urbano. Barcelona: Departament d’Antropologia Cultural i Història d’Amèrica i Àfrica de la Universitat de Barcelona. (con)textos. Revista d’antropologia i investigació social. Número 1. Mayo.Pág.79 45


es imposible definir los límites entre campo y ciudad, entre el “adentro” y el “afuera”, por lo que comienza a resultar absurdo plantear la definición de espacio urbano en contraposición del espacio no urbano(o espacio rural, o campo) como se ha asumido históricamente.93 Como lo señalamos en el apartado anterior, la “ciudad difusa”, el “tecnoburbio, las “edge city”, la “Telépolis” o la “ciudad genérica” son nuevos atributos urbanos para nombrar y describir un actual orden urbano que da cuenta de que las urbes actuales se suscitan al margen de la especificidad simbólica del lugar (o de la ciudad central tradicional), lo que Melvin Webber ha denominado como el fenómeno de la “urbanización más allá de la ciudad”94. Según Webber, el tardío reconocimiento de esta distinción entre la ciudad (definida espacialmente ) y lo urbano (los sistemas sociales allí establecidos) ha derivado en un limitado y anacrónico lenguaje para describir el actual orden social emergente en donde el problema central ha dejado de estar vinculado con la localización, en sus propias palabras: “Deberíamos ser capaces de acelerar la movilidad social de los que de otro modo jamás alcanzarían el nivel necesario. “La ciudad” no puede servir ya de idea central organizadora tras tal esfuerzo planificador. La siguiente fase de la planificación para la urbanización estará guiada por el concepto de desarrollo selectivo, por la formulación de programas tácticos que se adapten a planes

estratégicos cuyo objetivo sea lograr que los grupos rezagados ingresen en la sociedad urbana contemporánea 95 De tal modo, a la luz de la reconfiguración territorial justificada por el fenómeno de la “metropolización”, el orden urbano actual pone de manifiesto la supremacía la “sociedad movediza”96 según el término del antropólogo Manuel Delgado. Para este autor, la movilidad exacerbada es un fenómeno social autorreferencial en el que es posible reconocer dinámicas autónomas de concentración, dispersión, conflicto, consenso y recomposición, en las que las variables espaciales y de tiempo juegan un papel fundamental, precisamente por la tendencia a la improvisación y a la variabilidad que experimentan unos componentes obligados a renegociar constantemente su articulación97. Entendemos pues que la movilidad (los ritmos de dispersión y concentración de procesos y de flujos) no exceptúa la capacidad de relación de los habitantes dentro de esta condición de organización espacial de las ciudades contemporáneas. Como último punto al que queremos hacer referencia sobre las repercusiones de la disociación entre urbs y civitas, es que a partir de ello se ha inferido la muerte de la ciudad (o bien la degradación de su concepto antiguo y tradicional) y la muerte del espacio público (la agorafobia 98) como

95

WEBBER, Melvin M. (2004) La era post ciudad. En Martín Ramos, Ángel, ed. Lo Urbano en 20 autores contemporáneos. Barcelona: ETSAB, Escola Tècnica Superior d'Arquitectura de Barcelona: Edicions UPC, Universitat Politècnica de Catalunya. 96 DELGADO, Manuel. (2007) Sociedades movedizas: pasos hacia una antropología de las calles. Barcelona: Anagrama. 97 Ibíd. Pág. 30. 98 BORJA, Jordi; Muxi, Zaida. (2003). Espacio público: ciudad y ciudadanía. Diputación de Barcelona. Pág. 40

93

CLOSES, David. (2007). Espacios de identificación, ¿Espacios públicos? en Parramón, Ramón. Arte, experiencias y territorios en proceso. Calaf: Idensitat. Associació d'Art Contemporani. Pág. 51 94 WEBBER, Melvin M. (2004) La era post ciudad. En Martín Ramos, Ángel, ed. Lo Urbano en 20 autores contemporáneos. Barcelona: ETSAB, Escola Tècnica Superior d'Arquitectura de Barcelona: Edicions UPC, Universitat Politècnica de Catalunya. Pág.15 46


espacio público de uso colectivo 99y como espacio de la representación, en tanto que lugar en el que la sociedad se hace visible (ágora o plaza). Esto por cuanto el actual orden urbano imperante caracterizado por una fuerte segregación social y zonificación funcional en donde dinámicas de urbanización de las periferias y degradación o especialización de los centros tradicionales; ha supuesto invisibilizar y minimizar el protagonismo de los ciudadanos con respecto a la relevancia de los espacios de vialidad, los grandes contenedores de ocio y los enclaves habitacionales cerrados. La agorafobia en tanto desocupación del espacio público es una realidad de la cual parecen exentos los que permanecen en la ciudad como una opción de supervivencia, pues son los grupos sociales menos favorecidos aquellos que se ven obligados a vivir en /y del espacio público, no obstante a que la misma degradación que se desencadena a partir del éxodo de los centros urbanos la sufren aquellos que no pueden permitirse prescindir del espacio público para realizar actividades de comercio y vivienda informal. Estas dos hipótesis sobre la muerte de la ciudad y la muerte del espacio público o caos urbano expresan la mitificación de la ciudad des urbanizada (la urbs sin civitas) o de la urbanización sin ciudad.100 No obstante, contradiciendo las posturas que argumentan la declinación de las áreas metropolitas en relación con la presencia de la ciudad difusa, se entiende que la condición metropolitana subyace a los sistemas de conectividad que tienden en este caso a prevalecer sobre las relaciones de proximidad (propios de la ciudad compacta), sin que esta nueva 99

configuración territorial implique per se que se diluya la densidad de procesos (tal y como dan cuenta los casos de estudio presentados en los que se verifica la reutilización de espacios residuales, descampados para actividades de ocio clandestinas). Esto quiere decir que estamos ante una deslocalización del fenómeno urbano y ante una redefinición de sus dimensiones cívicas y simbólicas Volviendo a Manuel Delgado, vemos como este autor define la nueva realidad urbana en continua expansión, como un proceso construido a base del uso y de los desplazamientos, una realidad que es accesible mediante medios motorizados, es decir a través de los desplazamientos, para él la “urbanidad implica movilidad”101 . La disociación entre urbs y civitas lo que entendemos como la deslocalización del fenómeno urbano quiere decir que: “Lo urbano tiene lugar en muchos otros contextos que trascienden los límites de la ciudad en tanto que territorio, inclusive en espacios des-habitados e incluso inhabitables tales como los descampados (regiones desalojadas en periferias urbanas) representan el vacío absoluto como absoluta disponibilidad (olvidados por su intervención ó la espera de una) “En estos territorios

101

Sobre este tema, el antropólogo Manuel Delgado, en su libro El animal público (1999), como en Sociedades movedizas (2007), ha ensayado una aproximación a la antropología de los espacios urbanos desde el estudio de la noción de “movilidad”. Así, Delgado menciona que, teniendo en cuenta la explicación del concepto de lo “urbano” y de la calle como paroxismo de este concepto, el diseño del sistema viario adquiere relevancia total, “más allá de una intensión de colonización, la organización de las vías y los cruces urbanos es el entramado por el cual oscilan los aspectos más intranquilos, los más a sistémicos. Véase: DELGADO, M. (1999). El animal público. Hacia una antropología de los espacios urbanos. Editorial Anagrama S.A. Barcelona. Pág. 12-36

Ibíd. Pág. 28 Ibíd. Pág. 40

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47


residuales no hay nada: ni pasado, ni futuro, nada que no se presente, hecho diagrama, de quienes lo cruzan”102. François Choay coincidiendo Webber respecto a la distinción entre ciudad y urbano, clarifica y revela al mismo tiempo la hegemonía del término de “urbano” (región urbana, comunidad urbana, distrito urbano, espacio urbano) como un concepto que expresa con bastante eficacia el desvanecimiento de la ciudad y el anacronismo de “municipio”, “pueblo”, “ciudad antigua”. Para Choay, el advenimiento de lo urbano deshace la antigua solidaridad entre urbs y civitas. Se entiende entonces que, esta disociación implica una re-definición del concepto de lo cívico, puesto que supone aceptar que la interacción de los individuos es ahora desmultiplicada y des-localizada. Por lo tanto que la pertenencia a comunidades de intereses diversos deja de estar fundada en la proximidad o en la densidad demográfica local tal y como ocurría en la 103 ciudad compacta. Choay designa como lo urbano la nueva cultura planetaria y su manera, a la vez única y polimorfa, de ocupar el espacio habitable. En las palabras de Alain Gras de las que se apropia la autora, lo urbano es: “un sistema operativo válido y factible en cualquier lugar (ciudad como en el campo, pueblos o suburbios), como “un sistema de referencias físico y mental, constituido por redes materiales e inmateriales, así como por objetos técnicos, y cuya manipulación pone un juego un repertorio de es y de informaciones que resuena en un circuito que se

cierra sobre las relaciones que mantienen nuestras sociedades con el espacio y el tiempo y los hombres”104. Como cierre de capítulo asentimos con que la comprensión de la historia urbana en tres grandes momentos: la ciudad concentrada (amurallada y separada de su entorno, la ciudad medieval); la ciudad metropolitana (periférica) y la actual ciudad, la ciudad a repensarse en la globalidad. La ciudad región, la ciudad-red, la ciudad-multi-polar o policéntrica inserta en sistemas urbanos macro-regionales, ejes continentales y flujos globales; propicia focalizar la atención en las nuevas dinámicas no como un fatal destino, no como la expresión objetiva de la modernidad, sino como una forma de distinguir los nuevos procesos urbanos y nuevos modelos o planteamientos.105 En este sentido concordamos con que la nueva condición de movilidad sobre la que se sustenta la nueva definición de la noción de lo urbano, supone además un giro metodológico en cuanto a la planificación y la intervención urbana técnico-política, en tanto que las redes de transporte, los desplazamientos relativizan el problema del “emplazamiento” como una variable que condiciona lo urbano, en las palabras del arquitecto Sebastien Marot: “El gran problema del urbanismo ya no es saber cómo elegir el emplazamiento donde se va a construir una ciudad, sino cómo conseguiremos heredar unos emplazamientos que, en lo sucesivo, se verán afectados sin excepción por la mutación suburbana de los territorios, y qué proyectos deberemos emprender para abordarlos”106.

102

DELGADO, M. (1999). El animal público. Hacia una antropología de los espacios urbanos. Editorial Anagrama S.A. Barcelona. Pág. 80 revisar esta cita 103 CHOAY, Françoise (2004) El reino de lo urbano y la muerte de la ciudad. En Martín Ramos, Ángel, ed. Lo Urbano en 20 autores contemporáneos. Barcelona: ETSAB, Escola Tècnica Superior d'Arquitectura de Barcelona: Edicions UPC, Universitat Politècnica de Catalunya.

104

Ibíd. Pág.70 BORJA, Jordi; Muxi, Zaida. (2003). Espacio público: ciudad y ciudadanía. Diputación de Barcelona. Pág. 42 106 MAROT, Sébastien. (2006). Suburbanismo y el arte de la memoria. Barcelona: Gustavo Gili, cop. Pág.9 105

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Segundo Capítulo:

La producción de lo urbano

Fig. 29 CiudadMULTIPLEcity, Panamá (2003) Proyecto de Gerardo Mosquera, Adrienne Samos, Humberto Vélez. Fuente: http://www.ciutatsocasionals.net/proyectos/75pan ama/index.htm

49


Situacionista” que encuentra origen en el pensamiento de Guy Debord y “teoría de las prácticas cotidianas” de Michel de Certeau. La segunda línea se perfila desde un “análisis inductivo de casos de estudio”, de tres teóricos urbanos inscritos en el contexto norteamericano. Concretamente no referimos a la “teoría de la complejidad de Jane Jacobs que remite a la naturaleza auto-organizativa de la ciudad; la “teoría de los conjuntos” que Christopher Alexander propone para explicar la estructura organizativa semireticular de la ciudad y la “teoría del espacio subjetivo” de Robert Venturi para explicar el simbolismo y los valores comunicativos del espacio arquitectónico posmoderno. La tercera línea constituye una perspectiva de análisis sociológico de las implicaciones de los fenómenos globales (económicos y políticos) en la producción de lo urbano. Específicamente sobre la “teoría del espacio relacional” de David Harvey según la cual es posible la comprensión de los aportes de cada disciplina al urbanismo; la “teoría de la cultura del nuevo capitalismo” de Richard Sennet, que explica el impacto de la nueva forma suburbana en la producción de ciudad y la “ideología de lo urbano en la sociedad posindustrial” de Manuel Castells, que relaciona las formas espaciales y las formas de consumo. La cuarta línea se proyecta desde el ámbito artístico, específicamente en torno Lucy Lippard, Martha Rosler y Rosalyn Deutsche, tres autoras que relacionan la producción artísticas con la vida cotidiana y la esfera pública, específicamente ubicadas dentro de los movimientos activistas de las décadas 60’s y 70’s “arte activista community-based art”, “happenings” o “performances”.

En este apartado nos interesa conformar un marco de referencia a partir de una serie de reflexiones de diversa naturaleza sobre los dilemas urbanos a lo largo del siglo XX según los cuales se ha constatado, estados de vinculación de varias disciplinas con la realidad urbana contemporánea, en este caso, específico, con reflexiones sobre la naturaleza de la producción del espacio. Cómo vimos al final del primer capítulo, las formas de urbanizar y hacer ciudad hoy día a la luz del orden urbano actual que tiende a la dispersión territorial y a la segregación urbana; ha supuesto entre muchas otras reflexiones, una redefinición de la noción de lo urbano no como entidad física sino más bien cultural, tal y como lo plantean diversos autores: como una “forma de vida” o actitud (L.Wirth), como “sociedad urbana” (H. Lefebvre), como “cultura planetaria” (F. Choay), como “flujo” o proceso continuo (M. Delgado). Según esto, nos interesa argumentar y legitimar la investigación de la producción de la denominada “ciudad informal” desde diversas formas de autogestión precisamente a partir una profundización en conceptos que definen hoy la noción de “lo urbano”: lo cotidiano, lo procesual, lo temporal. Para ello se ha incluido a referentes teórico-conceptuales provenientes de los campos del arte, la sociología urbana, la antropología, geografía social y los estudios urbanos críticos que tienen en común la preocupación por los dilemas urbanos y se han agrupado en cuatro ejes temáticos que explicamos a continuación. La primera que hemos denominado “dialéctica crítica de lo cotidiano” reúne el aporte de tres filósofos franceses, concretamente en lo referente a las discusiones de “lo urbano” desde la “teoría de la producción del espacio social” de Henri Lefebvre; “teoría del urbanismo 50


2.1. Dialéctica crítica de “lo cotidiano”

2.1.1.

poder dominante por ejemplo el Estado, los urbanistas, los arquitectos y la tecnocracia; Las prácticas espaciales: la producción del espacio a partir de cómo es vívido, usado y percibido el espacio por sus habitantes a través de símbolos, es e intercambios: donde la imagen de la ciudad es construida colectivamente a partir de la experiencia y el diálogo, entre las observaciones de cada ciudadano, de la forma en que se apropian de lugares específicos para cargarlos de sentido y significado. Los espacios de representación, o de resistencias, en el que los actores se niegan a aceptar el poder hegemónico; el espacio vivido, en estrecha correlación con la práctica social, es decir, los modos en que cada ciudadano habita y recorre el espacio de la ciudad. En Le droit à la ville 110 (una de las obras de reflexión crítica más significativa después de la aparición de la Carta de Atenas del IV Congreso Internacional de Arquitectura Moderna-CIAM- publicado en 1942 por Le Corbusier), Lefebvre realiza una importante aportación a la teoría y crítica de la vida urbana en tanto que desmonta al final de la década del 50 el andamiaje teórico (“funcionalismo”) que justificaba los criterios de planeamiento de las grandes urbanizaciones francesas (“les grands ensembles”111). Para Lefebvre el derecho a la ciudad es el derecho a la vida urbana112 y el acceso a la vida urbana se opone a la perspectiva moderna de segregación espacial en centros de

“teoría de la producción del espacio social” Henri Lefebvre

En la obra Critique de la vie quotidienne 107 Lefebvre consumó uno de los mayores aportes intelectuales al tema de la producción del espacio en la explicación de los fenómenos sociales que motivaron la fundación de la revista COBRA y posteriormente al movimiento International Situationist. La teoría del espacio social de Lefebvre abarca tanto el análisis crítico de la realidad urbana como de la vida cotidiana; en tanto que lo cotidiano y lo urbano, vinculados de forma indisoluble (como producto y producción); ocupan un espacio social generado a través de ellos e inversamente. Su propuesta teórica sobre “la teoría de la producción del espacio”108 permite una aproximación a la realidad urbana a través de un análisis que incluye tres esferas distintas: las formas espaciales, la política del espacio y la reproducción capitalista en la ciudad.109 Las representaciones del espacio: la producción del espacio ligada a las representaciones del poder y el capital. Se trata del espacios concebidos o derivados de saberes técnicos y racionales, vinculados con las instituciones del

107

LEFEBVRE, Henri. (1947). Critique de la vie quotidienne, I. Introduction.París: Grasset y (1962). Critique de la vie quotidienne, II. Fondements d'une sociologie de la quotidienneté. Paris, L'Arche Editeur. 108 LEFEBVRE, Henri. (1974). La Production de l'espace. Paris: Anthropos, París. 109 VAZQUEZ, Romero, J. Antonio. (2009) Los aportes de Henri Lefebvre a la Geografía urbana. Un corpus Teórico para entender las nuevas espacialidades. 12 Encuentro de Geógrafos de América Latina (EGAL) 3 al 7 de Abril de 2009 Montevideo, Uruguay. Disponible en: http://egal2009.easyplanners.info/

110

LEFEBVRE, Henri. (1968). Le droit à la ville, Paris : Anthropos, París, 1968 Conjuntos habitacionales colectivos, a menudo en un gran número (varios cientos a varios miles de unidades), construida entre los años 1950 y mediados de la década de 1970 a mediados de marcado Planificación de un bar y torres inspiradas preceptos de la arquitectura moderna. 112 LEFEBVRE, Henri. (1975). El derecho a la ciudad. 3era edición. Barcelona: Península. Pág. 138 111

51


riqueza, de poder, de información, de conocimiento. El derecho a la ciudad apela en lugar de la fragmentación, por la reconstitución de una unidad espacio-temporal, de una unión, sin eliminar las confrontaciones y las luchas por lo tanto estipula el derecho a satisfacer ciertas necesidades transfuncionales: la necesidad de vida social, de funciones lúdicas, simbólicas del espacio.113 Y derecho a la ciudad, implica el conocimiento de la producción del espacio: “La producción del espacio no es una producción cualquiera, añade algo decisivo a la producción, puesto que es también reproducción de las relaciones de producción” No se puede comprender la reproducción de las relaciones de producción si no se tienen en cuenta tres elementos: la cotidianeidad y lo urbano. Lo urbano, que se expresa en los problemas de crecimiento de la ciudad, y lo cotidiano, como ámbito de la alienación, de la sociedad burocrática de consumo dirigido. 114 En tanto que la segregación urbana considerada como proyección sobre el terreno de la división social del trabajo, muestra la imposibilidad de crear una sociedad integrada por vías del urbanismo; 115 la principal preocupación de Lefebvre era una transformación profunda y total de la vida cotidiana de tal forma que se lograra que la cotidianidad se liberase mediante una subversión y rechazo de la vida prefabricada, programada por el capitalismo en tanto que la cotidianeidad es usada como el gran instrumento

del Estado para mantener y reconducir las relaciones sociales de producción.116 Para Lefebvre lo cotidiano es “lo que ocurre en simultánea en el mismo tiempo y mismo espacio y en el imaginario”, es entrar en contacto con el mundo humano”. Lo cotidiano es: la substancia del hombre, la materia humana, lo que le permite vivir residuo y totalidad a un tiempo, sus deseos, sus capacidades, sus posibilidades, sus relaciones esenciales, con los bienes y otros humanos…La cotidianidad es la apropiación por los seres humanos, de la vida en general y de su propia vida en particular. En la cotidianidad se esbozan las más auténticas creaciones, los estilos y formas de vida que enlazan los gestos y palabras corrientes con la cultura. En la cotidianidad opera la cultura, los rasgos que se heredan de generación en generación. 117 Esta reconquista de la cotidianidad, Lefebvre llama a la “revolución urbana” 118un conjunto de transformaciones que se producen en la sociedad contemporánea para marcar el paso desde el período en que predominan los problemas de crecimiento y de industrialización, a aquel otro en el que predominará ante todo la problemática urbana, y donde la búsqueda de soluciones propias a la sociedad urbana pasará a un primer plano. 119 La revolución urbana tiene un triple carácter: centralidad, dialéctica y praxis urbana. La politización de 116

NÚÑEZ, Ana. (2009) De la alienación, al derecho a la ciudad. Una lectura (posible) sobre Henri Lefebvre. Revista THEOMAI. Estudios sobre sociedad y desarrollo. N° 20 (segundo semestre) Disponible en: http://revistatheomai.unq.edu.ar/ Pág. 34-48 117 LEFEBVRE, Henri. (1978). De lo rural a lo urbano. Barcelona: Península. Pág. 85-90 118 LEFEBVRE, Henri. (1970). La révolution urbaine. Paris: Gallimard. 119 GONZALEZ, Ordovás, Ma José. (1998) La cuestión urbana: algunas perspectivas críticas. Revista de Estudios Políticos Nueva Época, N° 101. JulioSetiembre. Disponible en: http://www.cepc.es/rap/Publicaciones/Revistas

113

LEFEBVRE, Henri. (1976). Espacio y Política. El derecho a la ciudad II. 1era edición. Barcelona: Península. Pág. 19 114 Ibíd. Pág. 232 115 LEFEBVRE, Henri. (1975). El derecho a la ciudad. 3era edición. Barcelona: Península. Pág. 12 52


las cuestiones urbanas, implica un proyecto de transformación de la vida cotidiana, que incluya la autogestión generalizada, que puede inducir la autogestión urbana. 120 Para proponer y justificar otra centralidad, Lefebvre menciona que cada sociedad o cada modelo de producción ha tenido su propio modelo de ciudad y una centralidad específica y por lo tanto una nueva centralidad supone una apropiación-modificación-interpretación de los tipos de centralidad histórica. Se refiere a la construcción de una centralidad cultural, la reunión de los aspectos de la cultura, lo educativo, lo formativo, lo informativo, donde lo lúdico funciona como el principio para la unificación o la nueva centralidad. La centralidad lúdica tiene implicaciones: conceder prioridad al tiempo sobre el espacio y poner la apropiación por encima de la dominación. 121 La centralidad lúdica, es un collage de temporalidades que apela por conciliar la relación entre lo concebido y lo vivido, en tanto respeta la pluralidad y la apropiación de la ciudad al, asegurarle a los ciudadanos el derecho a figurar en todas las redes y circuitos de comunicación, de información, de intercambios. 122 Así, la crítica más importante a la obsesión operacional de los CIAM y la Carta de Atenas constituye en subrayar la reducción de las necesidades humanas a habitar,

trabajar, circular, cultivar dejando por fuera el deseo, lo lúdico, lo simbólico, lo imaginativo; 123 tal y como lo evidencian los desacertados proyectos de conjuntos habitacionales construidos en ciudades alrededor del mundo en la década de los años 70’s tales como Le Corviale (Roma), la ciudad de Brasilia, (Brasil) o La Mina (Barcelona) mencionados en el primer capítulo. Para Lefebvre, el movimiento moderno olvidó dos funciones fundamentales, la simbólica y la lúdica. La función simbólica ha sido relegada a los monumentos representativos (que contienen una información estática) por encima de la profundidad del flujo de información renovada constantemente (en la calle); mientras que la función lúdica, se ha olvidado de la vida urbana, en donde no solo existe el juego de la información, sino además juegos de encuentro y juegos de azar. En la ciudad antigua, las funciones lúdicas eran asumidas por edificios concretos, tales como el estadio, el templo y el ágora. Mientras que en la ciudad moderna, la función lúdica es limitada al juego del espectáculo pasivo, por lo que la función activa debe ser reconsiderada. 124 Desde esta perspectiva la ciudad ideal sería la ciudad efímera en donde el tiempo recupera su lugar primordial, y se convierte en obra perpetua de los habitantes; a su vez móviles y movilizados por y para esta obra. Para Lefebvre, ni las vacaciones, ni la producción cultural industrializada, resuelven el problema del ocio y por el contrario sus es (estereotipadas) impiden formularlo. Para Lefebvre el

120

NÚÑEZ, Ana. (2009) De la alienación, al derecho a la ciudad. Una lectura (posible) sobre Henri Lefebvre. Revista THEOMAI. Estudios sobre sociedad y desarrollo. N° 20 (segundo semestre) Disponible en: http://revistatheomai.unq.edu.ar/ Pág. 34-48 121 LEFEBVRE, Henri. (1975). El derecho a la ciudad. 3era edición. Barcelona: Península. Pág. 156 122 NÚÑEZ, Ana. (2009) De la alienación, al derecho a la ciudad. Una lectura (posible) sobre Henri Lefebvre. Revista THEOMAI. Estudios sobre sociedad y desarrollo. N° 20 (segundo semestre) Disponible en: http://revistatheomai.unq.edu.ar/ Pág. 34-48

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GAVIRIA, Mario. (1968) Prologo en LEFEBVRE, Henri. (1975). El derecho a la ciudad. 3era edición. Barcelona: Península. Pág. 7-8 124 LEFEBVRE, Henri. (1978). De lo rural a lo urbano. Barcelona: Península. Pág. 144 53


problema radica en eliminar la separación entre cotidianidad y ocio 125 Una de las novedades más importantes atribuible a Lefebvre consiste en el alcance más social que teórico de su reflexión así como su distinción en tres niveles del análisis del espacio urbano: el nivel global o estatal, el mixto o de organización urbana y el privado o del habitar. La importancia que adquiere el tercer nivel o nivel privado del habitar se explica desde el momento en que lo urbano se define como un contenido cultural, y lo cotidiano, el eje del desarrollo social. De esta forma, Lefebvre recupera la noción de “habitar” del reduccionismo del siglo XIX que le simplificaba como “lugar de habitación” (lugar de comer, dormir, reproducirse). Lefebvre comprende la noción de habitar como una definición primordialmente poética de apertura del ser, que ve el habitar como una de las manifestaciones esenciales del hombre. 126 Así el tiempo urbano recupera su papel lucidamente y el “habitar” redescubre su lugar por encima del “hábitat”. 127

2.1.2.

“teoría del urbanismo unitario” - Guy Debord

Debord planteó a mediados del siglo XX interrogantes y propuestas que son hoy todavía de indiscutible vigencia y validez, de la misma manera que su influencia puede rastrearse en lo que se ha dado en llamar "nuevos movimientos sociales urbanos"; 128 esto por cuanto trae a discusión cuestiones en torno al papel que juega la ciudad en la "construcción concreta de ambientes momentáneos de la vida " o la función que debe desempeñar el urbanismo en la promoción de una nueva relación entre las personas. Las teorías de Debord intentaron explicar el debilitamiento y la descomposición de la vida cotidiana en el curso de la modernización de Europa tras la Segunda Guerra Mundial, por las fuerzas del capitalismo. Pero Debord no se limitó a teorizar; su obra fue siempre una construcción viva desde la que se dio cuenta de una intención de liberar la personalidad y el comportamiento de las estructuras opresivas del capitalismo. La Internacional Letrista (IL) sobre el 28 de julio de 1957 se fusionó con el Movimiento Internacional Para Un Bauhaus Imaginista y la London Psychogeographical Association para fundar grupo de la Internacional Situacionista, (IS) que es considerado como el principal catalizador teórico de la tentativa de revolución de mayo de 1968 con base en París. Desde el movimiento de la Internacional Letrista, se lanzó la teoría de la derive, como una forma de construcción

125

LEFEBVRE, Henri. (1975). El derecho a la ciudad. 3era edición. Barcelona: Península. Pág. 152-158 126 GONZALEZ, Ordovás, Ma José. (1998) La cuestión urbana: algunas perspectivas críticas. Revista de Estudios Políticos Nueva Época, N° 101. JulioSetiembre. Disponible en: http://www.cepc.es/rap/Publicaciones/Revistas 127 LEFEBVRE, Henri. (1975). El derecho a la ciudad. 3era edición. Barcelona: Península. Pág. 157

128

DEBORD, Guy. (2005) Informe sobre la construcción de situaciones y sobre las condiciones de la organización y la acción de la tendencia Situacionista Internacional. Documento Fundacional (1957) Revista Bifurcaciones (online) N° 5, verano. Disponible en http://www.bifurcaciones.cl/005/reserva.htm 54


-experimentación de la vida real. De tal forma que la acción de “deambular” materializaba un modo alternativo de habitar la ciudad que suponía además de una lectura subjetiva de la ciudad (andar como una especie de escritura automática en el espacio real capaz de revelar las zonas inconscientes y oníricas y surrealista de la ciudad); un método objetivo de exploración de la ciudad: el espacio urbano era un terreno pasional objetivo y no solo subjetivo e inconsciente.129 La deriva se diferencia cualitativamente del “viaje” o “paseo” como experiencia arbitraria tal como lo planteaba el surrealismo, porque busca el reconocimiento de los efectos psíquicos del contexto urbano. La deriva presenta una doble dimensión activapasiva: implica la renuncia de los encuentros ocasionales (objetivos o metas) y refleja una situación urbana objetiva de interés o de aburrimiento. El objetivo de la deriva es superar la geometría euclídea que da pie a una visión exclusivamente cuantitativa del espacio.130 La “deriva” que la IS define como la forma de comportamiento experimental ligada a las condiciones de la sociedad urbana, la técnica del tránsito veloz a través de distintos ambientes se definió como el principal instrumento de la investigación psicogeográfica. La psicogeografía131 a diferencia de la geografía (que se ocupa de la acción determinante de las fuerzas

naturales sobre las estructuras económicas de una sociedad); proponía el estudio de las leyes y los efectos del medio geográfico, conscientemente organizado o no, en función de su influencia directa sobre el comportamiento afectivo de los individuos.132La deriva psicogeográfica se vuelve un medio con el que poner la ciudad al desnudo, pero también un modo lúdico de reapropiación del territorio: la ciudad era juego, un espacio en el cual vivir colectivamente y en el cual experimentar comportamientos alternativos, un espacio donde era posible perder el tiempo útil con el fin de transformarlo en tiempo lúdico constructivo. 133 Así, la deriva urbana letrista se transforma en construcción de situaciones. La IS definió el concepto de situación como el dominio individual y la valorización social del espacio-tiempo, es decir la variabilidad del comportamiento público del individuo con respecto a los demás. La situación no se alcanza de manera privada sino que implica una transformación total de las condiciones de existencia. La situación sería una superación del arte, en su concepción de producto artístico pues al contrario, la situación es de consumo inmediato como valor de uso, no responde a mecanismos de conservación como mercancía. La situación se distingue del instante irrepetible como del momento irrepetible: más bien se identifica con el proyecto existencial, con la dimensión de lo auténtico, que se manifiesta en la vida cotidiana.134

129

CARERI, Francesco. (2002). Walkscapes: el andar como práctica estética. Barcelona: Gustavo Gili. Pág.92 130 PERNIOLA, Mario. (2007). Los Situacionistas. Historia crítica de la última vanguardia del siglo XX. Madrid: Acuarela Libros. Pág. 25 131 GILLES Ivain (Ivan Vladimirovitch Chtcheglov en su "Formulaire pour un urbanisme nouveau" escrito en 1953 en el marco del movimiento de la International Letrista propuso una nueva aproximación a los fenómenos urbanos basada en la experiencia vivida del espacio a partir de la definición del concepto de la Psicogeografía que va a ser desarrollado más tarde por Abdelhafid Khatib

(miembro de la Internacional Situacionista) en su ensayo Description Psychogéographique des Halles, publicado en 1958. 132 DEBORD, Guy. Introducción a la crítica de la geografía urbana. Disponible en: http://caosmosis.acracia.net/ 133 CARERI, Francesco. (2002). Walkscapes: el andar como práctica estética. Barcelona: Gustavo Gili. Pág.114 134 Ibíd. Pág. 31 55


De la investigación psicogeográfica se desprendió el urbanismo unitario135, el proyecto de renovación urbana más ambicioso que la Internacional Situacionista definió como la teoría del uso combinado de las artes y las técnicas para la construcción integral de un entorno en relación dinámica con experimentos de comportamientos a partir de una invasión de lo lúdico en la vida cotidiana que supondrá la posibilidad de la construcción consciente del medio urbano. 136 El urbanismo unitario como un movimiento de crítica radical del urbanismo en tanto que disciplina separada y especializada que plantea una creación global de la existencia, 137 apelaba por la confrontación con el condicionamiento actual mediante la construcción de situaciones desde una actitud lúdica en pro de la liberación de la vida cotidiana: 138 Hemos inventado una arquitectura y un urbanismo que no podrán materializarse sin una revolución de la vida cotidiana, es decir, sin la apropiación del acondicionamiento por parte de todos los hombres, sin su enriquecimiento indefinido, sin su realización.139

2.1.3.

“teoría de las prácticas cotidianas”- Michel de Certeau

Michel de Certeau en su obra ya clásica “La invención de lo cotidiano” (1974) se ocupó de reconocer y visibilizar los significados y usos particulares que las personas atribuyen a algunas prácticas habituales, un campo de estudio bastante desconocido según el mismo explica, por la tendencia a ver la realidad a través de una mirada totalizadora (por ejemplo, a través del ojo celeste de las pinturas medievales o renacentistas); una visión presente igualmente en la ciudad- concepto que se esbozó desde el discurso urbanístico utópico del movimiento moderno y que comprendía la producción de un espacio propio que rechazando todas las contaminaciones físicas, mentales o políticas que pudieran comprometer su organización racional. La ciudad-concepto como simulacro “teórico” (es decir visual) es un cuadro que asume el olvido y desconocimiento de las prácticas y es en este sentido que se asienta su crítica hacia los ambiciosos planes modernos es en cuanto a que anteponen la voluntad de “ver” la ciudad por encima de los medios para satisfacerla.140 Si la ciudadconcepto sirve de señal totalizadora y casi mítica de las estrategias socioeconómicas y políticas, la vida urbana deja cada vez más de hacer reaparecer lo que el proyecto urbanístico excluía. Pese a que el lenguaje del poder se urbaniza, la ciudad está a merced de los movimientos contradictorios que

El término urbanismo unitario se introdujo en el ensayo “Programme elementaire du Bureau d’urbanisme unitaire“publicado en Internationale Situationniste el # 6, 1960. Ampliar en Internacional Situacionista, vol. I: La realización del arte, Madrid: Literatura Gris, 1999. 136 KOTANYI, Attila; Vaneigem Raoul (1961) Programa Elemental de la oficina de Urbanismo Unitario. Publicado en el # 6 de Internationale Situationniste. Traducción extraída de Internacional Situacionista, vol. I: La realización del arte, Madrid, Literatura Gris, 1999 Disponible en: http://www.sindominio.net 137 PERNIOLA, Mario. (2007). Los Situacionistas. Historia crítica de la última vanguardia del siglo XX. Madrid: Acuarela Libros. Pág. 27 138 GILLES, Ivain; Kotanyi, Attila; Vaneigem, Raoul (2006). Urbanismo Situacionista. Barcelona: Gustavo Gili. Colección GG mínima. Pág. 14 139 Ibíd. Pág. 31 135

140

CERTEAU, Michael de. (1996). La invención de lo cotidiano I. Artes de hacer. México: Universidad Iberoamericana. Pág. 106 56


se compensan y combinan fuera del poder panóptico. 141 Es decir, abajo, donde termina la visibilidad, donde se desarrollan las prácticas organizadoras de la ciudad habitada, es donde actúan los caminantes cuyo cuerpo obedece a los trazos gruesos y más finos (de la caligrafía) de un texto urbano que escriben sin poder leerlo; manejando espacios que no se ven, sus propios caminos escapan a la legibilidad: Cuando se escapa a las totalizaciones imaginarias del ojo hay una extrañeza de lo cotidiano que no sale a la superficie. Algunas prácticas ajenas al espacio geométrico o geográfico de las construcciones visuales panópticas o teóricas, remiten a una forma específica de operaciones (maneras de hacer), a otra espacialidad (una experiencia antropológica, poética, mítica del espacio) y a una esfera de influencia opaca y ciega de la ciudad habitada. Una ciudad trashumante o metafórica se insinúa en el texto de la ciudad planificada y legible.142 En contraposición a esta ciudad-concepto surge la necesidad de un retorno a las prácticas microbianas, singulares y plurales, que el sistema urbanístico se empeña en manejar o suprimir y pero que a pesar del control de la administración panóptica, sobreviven a su decadencia, se refuerzan en una ilegitimidad proliferadora al punto de constituir regulaciones cotidianas y creaciones subrepticias.

capitalizan para plantear una reflexión sobre las prácticas culturales comunes y cotidianas en tanto que éstas son apropiaciones (o reapropiaciones); que dan cuenta de maneras de marcar socialmente la diferencia producida a través de la práctica. En función de esto esboza una teoría de las prácticas cotidianas para hacer visibles a las maneras de hacer que a menudo sólo figuran a título de resistencias o de inercias en relación con el desarrollo de la producción sociocultural. 144 Estas prácticas constituyen micro resistencias, que fundan micro libertades, movilizan recursos insospechados, ocultos en la gente ordinaria y anónima. En la inteligencia y la inventiva del más débil, en su movilidad táctica, se dibuja una concepción política del actuar y de las relaciones inequitativas entre el poder y sus sujetos en tanto que tales mecanismos de resistencia y procedimientos de elusión sirven al débil como último recurso. 145 Dentro de esta confianza para con Elogio de la sombra y de la noche, de la inteligencia ordinaria, la creación efímera, la ocasión y la circunstancia; este viaje filosófico a través de la vida común, no permanece ciego ante las realidades políticas ni ante el peso de la temporalidad reafirmada por doquier.146 La visión de Certeau prioriza,- por encima del estudio de las estructuras del orden espacial,- un análisis de las acciones, para ello plantea el concepto de retórica habitante para explicar las maneras de apropiarse de los lugares: las prácticas del espacio corresponden a manipulaciones sobre elementos básicos de un orden

143

Certeau fija su atención hacia estas prácticas argumentando que las mismas tejen en efecto las condiciones determinantes de la vida social, como producciones anónimas y perecederas que hacen vivir y que no se

144

GIARD, Luce. Historia de una investigación. En Certeau, Michael de. (1996). La invención de lo cotidiano I. Artes de hacer. México: Universidad Iberoamericana. Pág. XVIII- XXI 145 Ibíd. Pág. XXIII- XXIV 146 Ibíd. Pág. XXXIV

141

Ibíd. Pág. 107 Ibíd. Pág. 105 143 Ibíd. Pág. 108 142

57


espacial (el orden urbano que organiza un conjunto de posibilidades y prohibiciones), que son desviaciones relativas de una especie de sentido literal definido por el sistema urbanístico.147 La retórica del andar plantea una homología entre figuras verbales y figuras caminantes, así, el acto de caminar es, al sistema urbano, lo que la enunciación es a la lengua. Hay una triple función enunciativa del acto de caminar: como proceso de apropiación del sistema topográfico por parte del peatón; como realización espacial del lugar (del mismo modo que el acto de habla es una realización sonora de la lengua) y como relación entre posiciones diferenciadas (del mismo modo que la enunciación verbal establece pone en juego relaciones entre locutores). La enunciación peatonal presenta tres características que la distinguen del sistema espacial: lo presente, lo discontinuo, lo fáctico. 148 El caminante de la ciudad realiza constantemente atajos, desviaciones o improvisaciones, desvaneciendo, exagerando, dislocando, fragmentando y apartando ciertas zonas espaciales, es decir creando una discontinuidad que introduce una retórica del andar. En este sentido, el acto de andar como práctica espacializante es no tener lugar en tanto que el vagabundeo hace de la ciudad una inmensa experiencia social de privación de lugar, una experiencia de desviaciones innumerables e ínfimas que forman entrelazamientos y crean un tejido urbano.149La retórica del andar plantea una relación entre dos lenguajes, el lenguaje

antropológico (recorrido) y el lenguaje simbólico (mapa) del espacio. Esta homología entre figuras verbales y figuras caminantes implica otra analogía en tanto que el espacio geométrico de los urbanistas y arquitectos, funcionaría como el sentido propio (construido por los gramáticos y lingüistas para disponer de una referencia normativa) para definir el sentido figurado (el construido por el caminante). La trashumancia retórica es un vagabundeo de la semántica producido por masas que de su orden no obstante inmóvil. 150 La retórica del andar es una forma en que el usuario consigue crearse lugares de repliegue, itinerarios propios para su uso o su placer. Es una forma de marcar e imponerse al espacio urbano en tanto que conjunto atiborrada de códigos y configuraciones impuestas, que el usuario no domina pero que debe asimilar para poder sobrevivir. Es así cómo se concluye que la práctica del espacio urbano es lo que es decisivo para la identidad de un usuario o de un grupo ya que esta identidad le permite ocupar su sitio específico dentro del tejido de relaciones sociales inscritas en el entorno.151 Según la idea anterior se entiende que un barrio es un dispositivo práctico en tanto que escenificación de la vida cotidiana cuya función es asegurar una solución de continuidad entre el espacio íntimo- privado de la vivienda y el espacio desconocido de la ciudad. El barrio es un término medio de una dialéctica existencial entre el nivel personal y social y entre el dentro (privado) y el afuera (público).152 El barrio es un objeto de consumo en tanto que es 150

Ibíd. Pág. 115-132 MAYOL, Pierre. (1999) Habitar. En DE CERTEAU, Michel. (1999) La invención de lo cotidiano 2. Habitar, Cocinar. Universidad Iberoamericana, México. Pág.10 152 Ibíd. Pág.6

147

151

CERTEAU, Michael de. (1996). La invención de lo cotidiano I. Artes de hacer. México: Universidad Iberoamericana. Pág. 113 148 Ibíd. Pág. 110 149 Ibíd. Pág. 111-116 58


particularizado y apropiado mediante el despliegue de una serie de prácticas sociales y culturales según los cuales el espacio urbano deja de ser exclusivamente un objeto de conocimiento para pasar a ser “el lugar de reconocimiento”. La práctica del barrio es un signo de una táctica que sólo ocurre junto con “la del otro”. Desde un análisis de la sociología urbana del barrio y un análisis socio-etnográfico de la vida cotidiana es posible dilucidar las prácticas culturales de los usuarios de la ciudad, es decir sus “maneras de habitar.153 En este sentido, los gestos y los relatos rehacen el paisaje urbano y estructuran la experiencia de la ciudad. “añaden a la ciudad” visible, la “ciudad invisible”. Para de Certeau, toda verdadera ciudad corresponde a una construcción hecha de situaciones y narraciones en donde los relatos constituyen un instrumento poderoso al servicio del poder político, gracias a la mediación de los medios de comunicación y al papel del urbanismo para construir relatos. Toda descripción es más que un acto de fijación, en tanto que es un acto culturalmente creador, en donde la descripción cuenta con un poder distributivo y con una fuerza performativa (hace lo que dice), así, en la organización del espacio urbano el relato desempeña un papel decisivo en tanto que le dota de una estructura y de unas fronteras. Los relatos como operaciones sobre los lugares, ejercen el papel cotidiano de una instancia móvil en materia de delimitación ofreciendo un campo muy rico para el análisis de la espacialidad. 154

2.2. Análisis crítico-inductivo del hecho urbano 2.2.1.

“teoría de la complejidad organizativa” - Jane Jacobs

Como se analizó anteriormente, el trabajo intelectual de Henri Lefebvre en torno a la sociología urbana se realizó desde la dialéctica crítica y desde el planteamiento de conceptos teóricos; mientras que otras voces investigadores realizan aproximaciones desde otros enfoques, como es el caso de Jane Jacobs, Robert Venturi y Christopher Alexander, desde la perspectiva del análisis inductivo de casos de estudio particulares y concretos. Jacobs planteó un método de investigación sobre las ciudades que incluía una especie de manifiesto contra el estructuralismo imperante. Ella propuso en aquel momento que se considerara siempre estructuras en movimiento, (en lugar de estructuras estáticas o rígidas); en procesos en curso; en trabajar inductivamente razonando de lo particular a lo general y no al revés y en buscar indicaciones o señales singulares, que refieran a muy pocas cantidades, a unidades pequeñas, de menor escala. No obstante a su novedoso metodología, Jacobs obtuvo diversos señalamientos sobre una insuficiencia metodológica con respecto a Lefebvre que consiste en no hacer referencia a la estructura social y política del contexto norteamericano, mediante el cual se podría explicar las razones históricas de la delincuencia y el crimen en las calles como una profundamente complicada realidad social de las ciudades que ella analizó. Es una insuficiencia metodológica en tanto que para Lefebvre, la solución de los problemas sociales por el urbanismo no es ni deseable ni posible. Y por este

153

Ibíd. Pág.5-12 CERTEAU, Michael de. (1996). La invención de lo cotidiano I. Artes de hacer. México: Universidad Iberoamericana. Pág. 135 154

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las ciudades: “un problema específico” (problemas simples de dos variables). Esto se entiende en tanto que la teoría urbanística de corte tradicional (que se inició en Europa a final de 1920 y en Estados Unidos en la década de 1930) empezó asimilando las más recientes ideas sobre teoría probabilística desarrollada por la ciencia física, como si las ciudades fueran problemas comprensibles estrictamente por el análisis estadístico. El razonamiento deductivo aplicado en la teoría urbanística de corte tradicional de inicios del siglo XX, inspirará proyectos utópicos alrededor del mundo, tales como los que se reseñaron en el primer capítulo: La Ville Rediuse (1933) de Le Corbusier, cuyo esquema de distribución asumía la ordenación estadística de un sistema de complejidad desorganizada solucionable matemáticamente, para organizar científicamente el espacio; pero también y posteriormente, inspiraría la construcción de edificios como la Unité d'Habitation en Marsella (1951) también de Le Corbusier, o Le Corviale (1972), en Roma, Italia. Jacobs argumentó que tanto las ciencias de la vida como las ciudades constituían problemas de “complejidad organizada”, en tanto que se descomponían en una serie de múltiples dilemas que requerían ser analizados a partir de series de problemas o segmentos de problemas conectados entre sí. Para la investigadora, tal y como lo hacen las ciencias de la vida, los problemas urbanos debían asumirse desde una comprensión microscópica y detallada de la realidad, y no simplemente desde una visión general totalizadora o panóptica.

razonamiento, que tampoco es posible separar la forma urbana del contenido de las relaciones entre los hombres.155 Salvando esta aclaración, Jacobs y Venturi, en contraste con el modernismo de los años 50’s, fueron pioneros en proponer abrir el discurso arquitectónico hacia el “diverso” e “intrincado” vínculo con el contexto, con la experiencia y los elementos de la vida cotidiana. La publicación The Death and Life of Great American Cities (1961) de Jane Jacobs156 considerada una de las obras más influyentes de la planificación urbana del siglo XX, planteó una ponderosa crítica de las políticas de renovación urbana en los Estados Unidos de los años 50’s y propuso nuevos y radicales principios y métodos de proyección para la reconstrucción de las ciudades. Su más incisiva crítica la dirigió hacia el método de razonamiento deductivo que utilizaban los planificadores racionalistas (entre ellos Robert Moses) en aquella época entre 1950 y 1960, para planificar las ciudades, criticando también la teoría urbanística de los urbanistas ingleses Ebenezer Howard y Patrick que proponían des centralizar las ciudades. Jane Jacobs argumentó que la planificación urbana del movimiento moderno rechazaba la ciudad, en tanto que rechazaba las formas humanas de convivencia en comunidad caracterizadas por capas de complejidad y aparente caos y que su propia naturaleza convertía a las ciudades en un “problema de complejidad organizada”, en contraposición con lo que los urbanistas de ese momento, suponían que eran

155

GAVIRIA, Mario. (1968) Prologo en LEFEBVRE, Henri. (1975). El derecho a la ciudad. 3era edición. Barcelona: Península. Pág. 5-14 156 JACOBS, Jane. (1967). Muerte y vida de las grandes ciudades. Trad. Ángel Abad Edició 1ª ed. Madrid: Península. 60


Para Jacobs, las ciudades constituían problemas de complejidad organizada, en tanto que organismos repletos de relaciones aún no examinadas, pero obviamente intricadamente interconexionadas y comprensibles. 157 La ciudad, entendida como un problema de orden tan particular, requeriría según Jacobs, otros métodos de análisis científicos que supondría un razonamiento inductivo (de lo particular a lo general) y una construcción procesual. 158 Paralelamente al método de análisis inductivo que Jacobs propuso para desentrañar las ciudades en tanto que orden de máxima intrincación y singularidad; se refirió a un sentido de orden urbano particular, es decir, a un modelo urbano basado en la diversidad de usos, en las concentraciones de elevada densidad y en una gestión urbana basada en la participación comunitaria. De estas tres características del modelo urbano que Jacobs proponía se desprendía una estética urbana producto de un uso denso e intenso de gran mixtura, que podrían preservar la singularidad individual inherente de los vecindarios. Una estética urbana disímil que antepusiera la vitalidad por encima del orden y la eficiencia que defendía la estética urbana del movimiento moderno. Junto con sus publicaciones, a Jane Jacobs se le reconoció por su trayectoria dentro del activismo político, por ejemplo, con una participación decisiva en la cancelación del proyecto de Robert Moses “Lower Manhattan Expressway” (LoMex) para la ciudad de New York e igualmente influyente en la cancelación en 1971 de la “Spadina Expressway”, propuesta para cruzar de norte a sur la ciudad de Toronto, Ontario, Canadá. 157 158

Ibíd. Pág.458 Ibíd. Pág.467

Fig. 29 es del plano del proyecto “spadina expressway” para la ciudad de Toronto

61


“teoría de los conjuntos” - Christopher Alexander En la misma época que Jane Jacobs publicó The Death and Life of Great American Cities (1961), Christopher Alexander escribió el ensayo titulado en inglés A City is not a Tree (traducido al castellano: La ciudad no es un árbol), donde Alexander parte desde la teoría de los conjuntos, como una posición crítica del estructuralismo, y le conduce a las mismas conclusiones a las que llegó Henri Lefebvre y Jane Jacobs respecto de la naturaleza del problema urbano. De ello da cuenta el ensayo “A City is not a Tree” (1965) en el que Christopher Alexander explicó que el diseño urbano no puede originarse en un simple proceso de decisiones sucesivas que se bifurcan como ramas de un árbol; y que por el contrario la ciudad es un semirretículo; un término matemático que extrapolado al análisis de la ciudad permitía explicar que la forma urbana proviene de un tejido enredado de elecciones y azares. Alexander estableció previamente, una distinción entre dos tipos de ciudad, las ciudades naturales y las ciudades artificiales, lo que le permitió a posteriori visualizar las diferencias entre las estructuras abstractas del árbol y del semirretículo como sistemas de producir la ciudad. En las palabras de Alexander: “Quiero llamar a aquellas ciudades que se han levantado más o menos espontáneamente a lo largo de muchos, muchos años, ciudades naturales; y llamaré a aquellas ciudades o partes de las ciudades que han sido deliberadamente creadas por diseñadores y planificadores ciudades artificiales. Siena, Liverpool, Kioto, Manhattan, son ejemplos de ciudades naturales. Levittown, Chandigarh 2.2.2.

Fig. 30 El Lower Manhattan Expressway (LoMex) fue un controvertido plan para una autopista a través de Manhattan concebido por Robert Moses en la década de 1960. Iba a ser una autopista de ocho carriles elevados, que se extendería desde el East River hasta el Hudson River, conectando el Túnel Holland en el lado oeste, hasta el Williamsburg y Manhattan Puentes hacia el este. 62


y las New Towns británicas son ejemplos de ciudades artificiales”.159 El rechazo del patrón arborescente que hizo Alexander fue una crítica hacia el mecanicismo tecnocrático que predominaba en las políticas urbanas de su época, y a la vez una defensa de la complejidad de los organismos urbanos. La comprensión de esta complejidad según Alexander, constituía uno de los mayores retos de la época y consideramos que aún, lo es hoy día, en tanto que: Es más fácil construir ciudades que vida urbana, puesto que la separación funcional destruye la complejidad de la vida. Alexander concluye, en todo objeto organizado, los primeros signos de destrucción inminente son la subdivisión extrema y la disociación de elementos. 160 Según Alexander, los diseñadores, arquitectos y planificadores se han enfrentado al problema real de descifrar el ingrediente esencial de las ciudades naturales, (es decir, la complejidad), esa especie de pátina de la vida que poseen las ciudades antiguas. Una gran cantidad de ejemplos de las décadas de 1960 y 1960 dan cuenta de proyectos de diseño de ciudades de nueva planta, en las que se simplificó y redujo la naturaleza compleja de las relaciones espaciales de una ciudad natural, para producir una ciudad artificial, tales como la ciudad de Sarcelles, 1950 (Francia) o la ciudad de Ashdod, 1956 (Israel). Ver es.

Fig. 31 Imagen de la ciudad habitacional de Sarcelles, Val-d’Oise Région Île-deFrance, la ciudad gueto más grande de Francia, es la capital de Val d'Oise, en Ile de France, esta es la primera ciudad sede de les Grands Ensembles (en español, los grandes conjuntos habitacionales) construidos en 1950. Le Grand Ensemble de Sarcelles incluye 5 zonas: Les Lochères, Les Sablons, Les Vignes Blanches, Les Cholettes y Les Flanades.

159

ALEXANDER, Christopher. (1965). A City is not a Tree. Berkeley, California. Disponible en: http://habitat.aq.upm.es/ 160 LEFEBVRE, Henri. (1975). El derecho a la ciudad. 3era edición. Barcelona: Península. 63


El árbol y el semi-retículo son dos modelos organizativos que constituyen maneras diferentes de concebir cómo una gran colección de muchos sistemas pequeños viene a componer un sistema vasto y complejo. En general, ambos son nombres usados para referirse a estructuras de conjuntos. Para Alexander, la comprensión de la teoría de conjuntos establece un método de análisis de la naturaleza del problema urbano. Así como también reconoce que la organización bajo el modelo del semirretículo es clave para una propuesta de diseño urbano de una ciudad nueva; no obstante a que hoy día, continúa el predominio de la comprensión de los problemas urbanos desde la perspectiva de análisis del de la estructura de un árbol. Debe enfatizarse, que las ideas de superposición, ambigüedad, multiplicidad de aspectos y el semirretículo no son menos ordenadas que la del árbol rígido, sino más. Representan una visión de la estructura más densa, robusta, sutil y compleja. El semirretículo, es la estructura de un complejo tejido: es la estructura de las cosas vivas, de los grandes cuadros y sinfonías. Alexander concluye que es vital encontrar la naturaleza intrínseca, el principio ordenador abstracto que resultaron tener las ciudades antiguas, aquello que les dio vida y que es el que precisamente distingue a la ciudad artificial de la ciudad natural; sin recurrir a reproducir las características plásticas y físicas del pasado. El argumento sobre la naturaleza compleja del fenómeno urbano que tanto la obra de Jane Jacobs como la de Christopher Alexander expone, da cuenta de la dimensión comunitaria y ecológica de la ciudad, una visión humanista del entorno a la que ambos dedicaron sus investigaciones.

Fig. 32 Imágenes de Ashdod, Israel construida fuera del lugar de asentamiento histórico, en las arenas vírgenes siguiendo un plan de desarrollo que dividía la ciudad en 17 barrios de diez a quince mil personas. Las grandes avenidas aseguraría el flujo de tráfico sea relativamente descongestionado. El plan original también consideraba una empresa y centro administrativo, construido a mediados de la década de 1990. 64


2.2.3.

“teorías sobre el urbanismo posmoderno” - Robert Venturi

El uso del término posmodernismo se generalizó, antes que en otras expresiones artísticas como la danza, teatro, la pintura, el cine o la música, en la arquitectura. El ámbito de la arquitectura proporciona ejemplos muy concretos sobre el debate del posmodernismo y particularmente, en el contexto norteamericano, se hizo visible, como en ninguna otra parte esta ruptura con el modernismo. 161 Para comprender lo anterior, es necesario explicar que la “utopía moderna” de la Bauhaus, de Mies van der Rohe, de Gropius y de Le Corbusier que caracterizó los orígenes del movimiento moderno en arquitectura, estaba justificada en el marco de la agenda de reconstrucción social de la Europa de posguerra. No obstante, después de 1945 la arquitectura moderna perdió gran parte de la visión social que la fundó, convirtiéndose en una arquitectura del poder y la representación, y sus proyectos en símbolos de alineación y deshumanización162; sucintado un movimiento crítico en la década de los años 60’s, en contra del modernismo o al menos en lo que había devenido el proyecto moderno y la metáfora maquinista de la que dependía. Así, las reacciones críticas en contra la arquitectura y el urbanismo del movimiento moderno se afirmaban en un interés por la especificidad regional, en una revalorización de la diversidad de las subculturas urbanas -pluralismo o multiculturalismo- y en una tendencia a diferenciar los 161

HUYSSEN, Andreas. (1993). Guía del Posmodernismo. La Habana: Arte y Literatura. Pág. 214 162 Ibíd. Pág.214-216

Fig. 33. Imagen nocturna de Las Vegas Strip

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monumentos públicos y las instituciones cívicas de la arquitectura doméstica.163 La inclinación hacia estas tres líneas se correspondía en cierta forma con los intereses que motivaron los orígenes de los estudios culturales en 1964 cuando se fundó el Centro de Estudios Culturales Contemporáneos o CCCS (Centre for Contemporary Cultural Studies 164) en Birmingham, Inglaterra. Como veremos, las reacciones críticas en contra del movimiento moderno se materializaron en propuestas de diseño que se realizaron a partir de los años 70’s que por lo tanto se interpretan en el marco de los orígenes del movimiento posmoderno. Pese a que podemos hablar de diferentes expresiones del movimiento posmoderno en arquitectura, el común denominador que las vincula es el interés por satisfacer necesidades no estrictamente funcionales y por el contrario abogar por la reintroducción de las dimensiones simbólicas multivalentes, por la mezcla de códigos y por la reapropiación de tradiciones locales y regionales. 165 La búsqueda de significados y simbolismos se entendía como una vía para establecer un vínculo arquitectónico con la

experiencia humana que había sido sustituida por el mecanicismo y funcionalismo moderno. 166 Uno de los documentos más significativos de la ruptura posmoderna con el dogma moderno es el libro de Robert Venturi, Denise Scott-Brown y Steven Izenour, Learning from Las Vegas, donde Venturi demuestra una sensibilidad por la ruptura pop respecto del canon austero del modernismo pictórico y una actitud crítica respecto del consumismo exacerbado de la cultura de masas. Por ello, Andreas Huyssen señala que la lectura que hace Venturi de la cultura del casino, sus visualidades en relación a la cultura de masas dio pie a la formación de un primer concepto de lo posmoderno, derivado desde la escena del pop art.167 Uno de los rasgos que caracteriza una de las expresiones del posmodernismo es la desaparición de límites, entre ellos la erosión de la antigua distinción entre cultura superior y la cultura de masas o cultura popular168 sobre la que Venturi reflexionó al plantear el impacto de los signos de la arquitectura comercial en Las Vegas (luces de neón, publicidad) y su repercusión en la expansión urbana. Tal reflexión puso en valor ciertos aspectos de la sociedad y de la cultura de masas para responder a las necesidades actuales de espacios para el ocio, el consumo y la cultura, rompiendo con los ideales doctrinales abstractos y utópicos que pretendían modelos espaciales universales del urbanismo moderno. En “Learning from Las Vegas”, Venturi expresa el interés por la diversidad arquitectónica y por un sentido de

163

ELLIN, Nan. (1995). Postmodern urbanism. Cambridge (Mass.): Blackwell. Pág. 10 164 El Centro para Estudios Culturales Contemporáneos (CCCS) fue un centro de investigación de la Universidad de Birmingham, fundado en 1964 por Richard Hoggart con el objetivo de incidir en el nuevo campo de los estudios culturales, un campo de investigación de carácter interdisciplinar que explora las formas de producción o creación de significados y de difusión de los mismos en las sociedades actuales. Desde esta perspectiva, la creación de significado y de los discursos reguladores de las prácticas significantes de la sociedad revelan el papel representado por el poder en la regulación de las actividades cotidianas de las formaciones sociales que se hizo evidente en la teoría cultural, de Theodor Adorno y de la Escuela de Frankfurt. Algunas de las áreas temáticas que fueron asociadas al centro fueron, los estudios sobre subcultura y cultura popular, posestructuralismo, feminismo, teoría racial crítica, entre otros. 165 HUYSSEN, Andreas. (1993). Guía del Posmodernismo. La Habana: Arte y Literatura. Pág. 216

166

ELLIN, Nan. (1995). Postmodern urbanism. Cambridge (Mass.): Blackwell. Pág. 156 167 HUYSSEN, Andreas. (1993). Guía del Posmodernismo. La Habana: Arte y Literatura. Pág.217 168 JAMESON, Fredric. (1999). El posmodernismo y la sociedad de consumo. En El Giro cultural: escritos seleccionados sobre el posmodernismo, 1983-1988. Buenos Aires: Manantial. Pág. 16 66


multiplicidad de la percepción urbana planteando una reflexión sobre cómo el lenguaje visual comercial, popular y ordinario contiene íconos cargados de un gran simbolismo, propios de una arquitectura cuyos valores comunicativos están por encima de sus valores espaciales; introduciendo de esta forma, los conceptos de la semiología al análisis del espacio urbano. En este sentido, la obra intelectual de Robert Venturi abrió el discurso arquitectónico hacia una nueva, diversa y la compleja lectura del contexto, de las experiencias y de la vida cotidiana,169 que lo convierte en una referencia fundamental en relación a la arquitectura y el diseño urbano posmoderno y consolidando así su hipótesis de que en todos los campos de conocimiento, excepto en la arquitectura, se había reconocido la complejidad y la contradicción. 170 Otra definición del posmodernismo en arquitectura es la que sugiere la frase “form follows fiction” 171(en castellano: “la forma sigue a la ficción” en contraposición de “la forma sigue a la función” que definía al movimiento moderno) que explica el consumo masivo de una estética que defiende que lo estético es más importante que lo auténtico. Lo anterior se comprende en tanto que mientras que la arquitectura y el urbanismo del movimiento moderno fueron inspirados por la metáfora de la máquina; como reacción a la excesiva tecnificación de la sociedad moderna, el

urbanismo posmoderno buscó la inspiración en los paisajes urbanos preindustriales para recrear la realidad de una sociedad posindustrial. Así, la ficción de la vida urbana se afianza en el gusto por un estilo de vida pre industrial y esto supone apelar a una serie de efectismos para recrear una ciudad simulacro en donde se ocultan casi perfectamente los procesos y las relaciones implicadas en su producción del espacio urbano, tal y como ocurre en los parques temáticos. 172 El énfasis que se ha puesto en la apariencia ha favorecido el tratamiento de las fachadas de los edificios que disfrazan los materiales auténticos, la escala, la historia y el propósito o función del edificio, tal y como ocurre en Las Vegas Strip. Esta tendencia usualmente responde a una intención por generar un sentido de urbanidad o tradición, antes que revelar la verdadera estructura de un edificio. Por ello las fachadas son designadas a fingir y expresar otro tamaño, un determinado estilo decorativo o una sensación de antigüedad. Pese a la falta de sensibilidad humana que se le reprocha al urbanismo moderno, la nociones del preocupación posmoderna por los tratamientos de superficies es igualmente culpable de ser negligente con el componente humano.173 Como ejemplo de lo anterior, “Las Vegas Strip” por su exuberancia formal y riqueza visual fue convertido en un icono del postmodernismo a raíz de su neo-eclecticismo: adoptando a menudo tipologías edificatorias históricas (ornamento, columnas, pilastras, molduras) yuxtapuestas con formas puras o limpias (propias de la arquitectura

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LAURENCE, Peter (2006). Contradictions and Complexities. Jane Jacobs's and Robert Venturi's Complexity Theories. Journal of Architectural Education, Volumen 59 N° 3.Febrero. Pág. 49-60. 170 Véase también VENTURI, Robert. (1966) Complexity and Contradiction in Architecture. Documento esencial en la literatura de arquitectura en tanto que “manifiesto de Venturi para una arquitectura no sencilla” Complexity and Contradiction in Architecture expresa en los términos más convincente y originales la rebelión posmoderna contra el purismo de movimiento moderno. 171 ELLIN, Nan. (1995). Postmodern urbanism. Cambridge (Mass.): Blackwell.

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67

Ibíd. Pág. 165. Ibíd. Pág. 186


racionalista; así como la recuperación de la calle y la edificación de pequeña escala. El eclecticismo histórico (Véase el AT&T Building 560 Madison Avenue, New York) como el equivalente cultural de la nostalgia neoconservadora por el pasado y signo manifiesto de la declinante creatividad de capitalismo tardío,174 supone el manejo de detalles arquitectónicos pertenecientes a movimientos históricos, el uso de ornamentación, de acabados y tratamientos de estética de ficción, la expresión y re juego con el significado irónico por ejemplo en el Piazza d'Italia (1978), una plaza urbana pública construida en Nueva Orleáns, donde Moore hizo uso de un prolífico vocabulario de diseño exuberante. Una tercera definición de la arquitectura posmoderna es la que Fredric Jameson define como el hiperespacio posmoderno que caracteriza por un espacio total que trasciende las capacidades del cuerpo humano para situarse, organizar perceptivamente su entorno y ubicar cognitivamente su posición en el mundo externo. 175 Encontramos diversos ejemplos de edificios que proponen un espacio total, un mundo completo, una especie de ciudad en miniatura, al que le corresponde una nueva práctica colectiva que supone un nuevo modo de verse y congregarse, según una especie de hipermultitud, entre ellos el Beauborg Centre Georges Pompidou (París, 1970-1977) o el Bonaventure Hotel (Los Ángeles, 1974 -1976).

174

HUYSSEN, Andreas. (1993). Guía del Posmodernismo. La Habana: Arte y Literatura. Pág.214 175 JAMESON, Fredric. (1999). El posmodernismo y la sociedad de consumo. En El Giro cultural: escritos seleccionados sobre el posmodernismo, 1983-1988. Buenos Aires: Manantial. Pág. 32

Fig. 34 Imagen del edificio AT&T (1978-1985) del Arq. Philip Johnson. Exhibe un eclecticismo histórico en el uso de columnas romanas en la planta baja y un remate estilo Thomas Chippendale (estilo medio-georgiano, rococó inglés y neoclásico)

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Fig. 36 Imagen de Piazza d'Italia, New Orleans (1978) del Arq. Charles Willard Moore

Fig. 35 Humana Building, Louisville, Kentucky (1982) del Arq. Michael Graves

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Acorde con el ideal de constituir una mini ciudad, el Bonaventure Hotel reduce el acceso a su mínima expresión y de forma sutil se separa del resto de la ciudad; a diferencia del radical gesto de los pilotis de Le Corbusier, que separaban el nuevo espacio utópico del degradado tejido urbano. El Bonaventure Hotel, no aspira a ser un espacio utópico, no obstante a que deja que el entorno urbano persista, lo repele con la superficie vidriada, que suscita la disociación singular y deslocalizada con respecto a su contexto176 Relacionado con el hiperespacio posmoderno, el maximalismo, se reafirmó en contra del asfixiante lenguaje minimalista del movimiento moderno en arquitectura, abrazando el axioma que expreso Robert Venturi en 1966 177 “less is bore” (en castellano “menos es aburrido” en contraposición con el “menos es más” axioma del movimiento moderno) Así, la arquitectura Maximalista como último movimiento del postmoderno del siglo XX y primero del siglo XXI, aparece en los años 90 como un movimiento complejo por sus conceptos de espacio residual, espacio parásito o espacio relativo contenido en otros espacios. Su máximo exponente es la obra de Frank Gehry. En síntesis podríamos decir que la principal característica del urbanismo posmoderno es el contextualismo (histórico, físico, social y cultural) en contraste con la ruptura con el pasado, la historia y el lugar del movimiento moderno. Hoy, el contextualismo se expresa en una reciente preocupación que reclama la vuelta a las calles, en esfuerzos consientes por mejorar la calidad del

espacio público tradicional que ha significado una especie de respuesta ante la tendencia a la privatización.178 Para el interés de nuestra investigación, el contextualismo dentro de la perspectiva de análisis posmoderna confirma que la experiencia estética no existe por separado, desvinculada de la historia y del entorno y que por lo tanto, la experiencia de la ciudad es de alta complejidad, no es una, si no que se nos demuestra como una experiencia entre muchas otras. La experiencia de la ciudad se devela diferente para aquel que la planifica, el que la habita o el que la produce aún de forma informal. Esto quiere decir que de alguna forma, el discurso posmoderno realiza un aporte a la disciplina de la arquitectura y el urbanismo al dejar reaparecer el pluralismo de las prácticas y de los valores. Este pluralismo remite a una especificidad de condiciones en que se da el hecho urbano, dentro o fuera de la ciudad central, que inevitablemente señala al habitante-ciudadano, como el actor político principal en la producción de ciudad. Como veremos en el cuarto capítulo este pluralismo es uno de los valores esenciales que debe retomar una práctica urbanística crítica a fin de incorporar las necesidades de nuevos actores urbanos (minorías) desde una perspectiva de género y a los nuevos territorios emergentes (periferias suburbanas) desde la sostenibilidad. También podríamos subrayar el potencial crítico del discurso posmoderno que entendemos igualmente como una posición constante a lo largo del análisis de los casos de estudio que dan cuenta de la autogestión urbana. En este sentido, y haciendo un balance crítico podríamos decir que pese a que el urbanismo posmoderno fracasó igualmente en

176

Ibíd. Pág. 29 ELLIN, Nan. (1995). Postmodern urbanism. Cambridge (Mass.): Blackwell. Pág. 156 177

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Ibíd. Pág. 187-188


varias de sus objetivos exacerbando inclusive los problemas del modernismo, ciertamente como vimos en los ejemplos, las reacciones en contra del movimiento moderno han introducido una especie de silenciosa revolución en la forma en la que las ciudades son producidas y mantenidas resultando la sustitución de las formas de planificación y edificación represivas patrocinadas por las burocracias gubernamentales; por formas más renovadas y sensibles de producir la ciudad.179 Dan cuenta de esta revolución silenciosa tanto proyectos de diseño urbano comprometidos con suturar el espacio público de la ciudad fragmentada con las trazas del pasado; pero también dan cuenta de esta forma renovada de producir ciudad los casos de estudio de proyectos auto gestionados, muchos de estos proyectos están directamente relacionados con el reciclaje de edificaciones e infraestructura del tejido industrial en desuso y comprometidos también con una visión diferente respecto de la participación ciudadana en la producción de ciudad. El discurso posmoderno que supuso el derrumbe general de las divisiones entre las disciplinas y especializaciones más antiguas y el colapso de la frontera entre el arte elevado y la cultura de masas, augura un nuevo tipo de proliferación espacial y de modos artísticos, 180 que para efectos de los objetivos de este proyecto de investigación, se traduce en una perspectiva de análisis multidisciplinar del urbanismo y de las formas de producir ciudad.

Fig. 37 Imagen que muestra la fachada del Beauborg Centre Georges Pompidou (París, 1970-1977), ubicado en Barrio de Les Halles, diseñado por arquitectos Renzo Piano y Richard Rogers.

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Ibíd. Pág. 187 JAMESON, Fredric. (1999). El posmodernismo y la sociedad de consumo. En El Giro cultural: escritos seleccionados sobre el posmodernismo, 1983-1988. Buenos Aires: Manantial Pág. 137 180

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Fig. 39 El Maximalismo propone usar al máximo el espacio interior como exterior. En este Banco en el frente de la entrada aparece una especie de forma doblada de madera y lámina de cobre que parece una escultura arquitectónica que invade el espacio interior del patio y lo deforma, para colocar una sala de juntas volada hacia el patio y suspendida. Es un espacio parásito porque ocupa un sitio que no está estructurado para este fin.

Fig.38 Imagen del edificio Bonaventure Hotel, Los Ángeles, California (1974-1976) del arquitecto y urbanista John Portman. Según Jameson, el edificio Bonaventure refirma su auto-referencialidad en tanto designa un nuevos emblemas y signos de movimiento (movimiento vertical de los ascensores que remplaza los desplazamientos propios) Existe una supresión de la profundidad que impide la percepción humana del espacio y de la forma del volumen.

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Gentrification A Back to the City Movement by Capital, not People (1979). Como concluimos al final del primer capítulo, la ciudad como forma construida y el urbanismo como modo de vida han de ser considerado por separado pues ya no son más conceptos sinónimos. Una vez que ha sido superado el antagonismo campo-ciudad, la ciudad, el suburbio y la zona rural se encuentran actualmente incorporados dentro del proceso urbano,183y precisamente de este argumento se deriva el argumento de Harvey que critica el determinismo espacial y ambiental del movimiento moderno y por el contrario centra su argumento sobre el fenómeno de la producción de ciudad vinculado estrechamente a la reproducción del capital. En Urbanismo y Desigualdad Social, Harvey se concentra en los problemas conceptuales y metodológicos de la planificación urbana planteando la conjunción entre proceso social y forma espacial y proponiendo una teoría sobre el “espacio social” El argumento de Harvey, consiste en afirmar que los teóricos de la localización y los analistas urbanos parten de una serie de conjeturas sobre las formas espaciales que posiblemente se quedan cortos para poder explicar el espacio urbano como multidimensional, heterogéneo, discontinuo, personalizado y significativo en diversos modos y en diversos contextos.184 Por lo tanto, la búsqueda de métodos para una concepción de la teoría mediante la cual investigar eficazmente el complejo fenómeno del urbanismo, supone indagar en la forma en que la ciudad y la planificación

2.3. Dialéctica de la planificación urbana para las sociedades globales 2.3.1.

“teoría del espacio relacional” - David Harvey

En la década de 1970 el manual de nueva geografía Explanation in Geography 181 de David Harvey abrió la disciplina de la geografía a una nueva etapa incorporando y diversificando las discusiones en torno a los procesos suburbanos, las repercusiones espaciales del imperialismo, la ecología de las regiones marginales, las teorías de la organización descentralizada del espacio, la relocalización industrial, la teoría de la economía global y la nueva división internacional del trabajo, y las relaciones entre espacio y las diferencias de género; con lo que se inaugura lo que se denominará la geografía radical (o geografía marxista) que critica la pretendida neutralidad y el cientificismo de la geografía cuantitativa cuyo determinismo supone creer en unas leyes naturales que guían la acción del hombre en el espacio. Posteriormente en su libro Social Justice and the City182 (traducido al castellano como “Urbanismo y desigualdad social”) Harvey introduce el campo de la geografía urbana (un campo de estudio especializado comprendido dentro de la geografía humana) sobre el cual continuarán reflexionando importantes investigadores entre ellos Neil Smith, en su libro Toward a Theory of

181

Véase: HARVEY, David. (1969). Explanation in geography. London: Edward Arnold. 182 Véase: HARVEY, David. (1973). Social Justice and the City. London: Edward Arnold.

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HARVEY, David. (1979). Urbanismo y Desigualdad Social. Tercera Edición. Madrid: Siglo XXI. Pág. 323 184 Ibíd. Pág. 44 73


urbana reflejan la desigualdad social, y contribuyen a reproducirla o incluso la refuerzan y profundizan dicha desigualdad. Para ello, Harvey propone que se investigue la forma en que los principios de justicia social podrían tener aplicabilidad en la geografía y la planificación urbana y regional, comprendiendo que el espacio, no es en sí mismo, ni absoluto, ni relativo, ni relacional, si no una de estas cosas o todas a la vez, según las circunstancias. Desde una perspectiva dialéctica del estudio de los fenómenos socioespaciales, Harvey deduce que el espacio es socialmente producido, transformado, reproducido, configurado, ordenado e incluso inventado simbólicamente y que sus cualidades varían a medida que varían la organización social y las formas de relación social. 185 En este sentido, la pregunta ¿Qué es el espacio? Se sustituye por ¿a qué se debe el hecho de qué prácticas humanas diferentes creen y utilicen distintas conceptualizaciones de espacio?”186 La construcción de la perspectiva dialéctica para el estudio de los fenómenos socio-espaciales enmarca los principales legados de David Harvey, al proponer entre otras cosas, una lectura de la lógica del capital en clave espacial; y al formular desde un materialismo histórico-espacial, la actualización del concepto de la compresión del espaciotiempo en tanto hegemónico sin menospreciar su coexistencia con múltiples espacio-tiempo, así como explicar el proceso de desarrollo espacial desigual como parte del proceso de reproducción del capital.

En Social Justice and the City, Harvey expone de forma destacada el análisis marxista del espacio urbano, investigación que se cristalizaría en su obra “The Limits to Capital”187, centrada en cubrir las lagunas de la teoría marxista cuando trata de formular una teoría del proceso de urbanización bajo las condiciones del capitalismo. El argumento que maneja Harvey es que en tanto que los terrenos se revalorizan (capitalizan, por medio de la renta) por estar en relación con otros terrenos o con fuerzas potenciales de población, mercado o comercio; esta relación de propiedad crea espacios absolutos dentro de los cuales puede funcionar un monopolio de control, un movimiento de población, de bienes, servicios e información que se desarrolla en un espacio relativo. De tal forma que el espacio relacional, se convierte en un aspecto fundamental de la práctica humana social.188 Para Harvey, lo anterior supone una transformación de la preocupación de un “urbanismo como cosa en sí mismo” (propia del movimiento moderno) hacia una preocupación por todas las facetas del hombre, la sociedad, la naturaleza, el pensamiento, la ideología, la producción; lo que conlleva a definir el urbanismo relacionalmente en tanto que se entiende como un espejo en el que se reflejan otros aspectos de la sociedad. 189 A partir de la definición de urbanismo relacional se deduce que no se puede llegar a una comprensión del urbanismo a través de investigaciones interdisciplinarias, pero sí se puede llegar a una comprensión de las

185

187

MARTÍNEZ López, Miguel. (2006) La participación social en el urbanismo, en los límites de la realidad. Ciudades para un Futuro más Sostenible. Boletín N°34. Universidade da Coruña. Disponible en: http://habitat.aq.upm.es/ 186 HARVEY, David. (1979). Urbanismo y Desigualdad Social. Tercera Edición. Madrid: Siglo XXI. Pág. 6

Véase: HARVEY, David. (1982). The Limits to capital. Oxford : Basil Blackwell 188 HARVEY, David. (1979). Urbanismo y Desigualdad Social. Tercera Edición. Madrid: Siglo XXI. Pág. 6 189 Ibíd. Pág. 9 74


contribuciones de cada disciplina a través de un estudio del urbanismo”.190 Para Harvey, en tanto que el espacio, la justicia social y el urbanismo son temas que no pueden ser comprendidos si se considera a cada uno de ellos por separado; no sería posible considerar la forma espacial de una ciudad como un determinante básico de la conducta humana. No obstante, este “determinismo ambiental y espacial” ha sido la hipótesis de trabajo de aquellos planificadores físicos que tratan de promover un nuevo orden social a través de la determinación del ambiente espacial de la ciudad. Esta hipótesis crea un marco causal simple o insuficiente en el que la forma espacial influye en el proceso social.191 Aunque el pensamiento de los precursores de la planificación urbana se encontró inmerso dentro de la filosofía dogmática y estática del “determinismo ambiental y espacial” (según el cual ciertos proyectos urbanos podrían remediar complejos problemas sociales); este paradigma fue cuestionado ampliamente en la década de los 60 y 70s por Herbert J. Gans (1969), Jane Jacobs (1961), Max Webber (1963) quienes dirigieron su atención hacia una hipótesis de trabajo alternativa según la cual los procesos sociales poseen su propia dinámica interna que dan lugar una determinada forma espacial, a pesar de la planificación. Desde este otro planteamiento, es innecesariamente ingenuo pensar en simples relaciones causales entre formas espaciales y procesos sociales y por el contrario, ambos planteamientos deben ser considerados como

complementarios y no como alternativas que se excluyen mutuamente. Según Harvey no existe un lenguaje adecuado para estudiar simultáneamente las formas espaciales y los procesos sociales. Si no que por el contrario lo que se hace es abstraer ya sea la forma espacial o el proceso social, haciendo uso de los lenguajes por separado. Entonces, debido a este proceso de abstracción, no se puede decir que una forma espacial es causa de un proceso social o viceversa, así como tampoco sería correcto considerar las formas espaciales y los procesos sociales como variables en continua interacción. Lo que en realidad se trata de hacer es traducir los resultados obtenidos en lenguaje (el lenguaje de los procesos sociales) a otro lenguaje (el lenguaje de las formas espaciales). 192 La propuesta de Harvey en este sentido es una estrategia de tipo iterativo para lograr la conjunción entre la forma espacial y el proceso social, en la cual se iría de la manipulación de la forma espacial (manteniendo constantes los procesos sociales) hacia las implicaciones del proceso social (manteniendo constante la nueva forma espacial).193 El urbanismo ha de ser considerado como un conjunto de relaciones sociales que refleja las relaciones establecidas en la sociedad como totalidad. Y estas relaciones han de expresar leyes según las cuales son estructurados, regulados y construidos los fenómenos urbanos.194

192

Ibíd. Pág. 42 Ibíd. Pág. 43 194 Ibíd. Pág. 319

190

193

Ibíd. Pág. 10 191 Ibíd. Pág. 39 75


2.3.2.

“teoría de la cultura del nuevo capitalismo”. Richard Sennet

misma ciudad. En otras palabras la escala de la vida suburbana se ha hecho demasiado íntima y demasiado intensa que ha implicado el retraimiento de la participación activa en situaciones sociales desconocidas en la ciudad y la pérdida de la esencia de la vida urbana, su diversidad y posibilidades de experiencias complejas.197 Esto se refleja en una implosión del hecho urbano como catalizador de la identidad colectiva de una sociedad. En las propias palabras de Sennett: La familia suburbana es un pequeño mundo dentro de sí mismo con la tarea de crear las bases de estabilidad y confianza. Dada esta transformación de la familia, las relaciones sociales íntimas en las ciudades han cambiado también. La abundancia material en la ciudad moderna ha sido manipulada para ganar espacio suburbano en las nuevas viviendas del casco urbano y en los mismos suburbios; espacio que es purificado hasta una simplicidad brutal y funcional.198 En síntesis, la teoría de Sennett contiene dos distinciones relevantes: el papel de la familia como pieza fundamental del proceso social y el énfasis sobre la comunicación interpersonal como mecanismo básico de socialización. En estas dos ideas se asienta la contribución más relevante: la visión de la organización social como resultado del conjunto de procesos de interacción simbólica, una visión que se enmarca dentro de una tendencia profunda de la tradición sociológica norteamericana. Esta tradición se

El sociólogo estadounidense Richard Sennet en The Fall of Public Man195, indaga en los nexos sociales que se construyen a partir del entorno urbano y los efectos de la vida urbana en los individuos en el mundo actual. En The Culture of the New Capitalism196 revisa la influencia de la nueva economía en las instituciones, las prácticas de consumo, las relaciones humanas y las transformaciones de los patrones espaciales de crecimiento urbano, un argumento relevante para comprender el fenómeno de la auto gestión del espacio urbano. En su otra obra “Vida urbana e identidad personal. Los usos del orden” Sennet realizó importantes contribuciones a la discusión sociológica contemporánea de los problemas de planificación urbana explicados a partir de una perspectiva de análisis weberiana (según la cual Webber explicó la relación entre la ética puritana norteamericana y la organización económica del capitalismo), que vincula la conducta humana al entorno urbano En este libro, Sennet construye una hipótesis en torno al análisis de la familia en tanto que lugar donde los procesos más profundos de causación social toman su origen. Para Sennett, la familia suburbana de la nueva era de la abundancia y prosperidad, ha contraído un poder para absorber actividades e intereses que en otros tiempos fueron desplegados en una variedad de marcos diversos dentro de la 195

Véase: SENNETT, Richard. (1977). The Fall of public man. New York: Vintage Books. 196 Véase: SENNETT, Richard. (2006). The Culture of the new capitalism. New Haven : Yale University Press

197

SENNETT, Richard. (2001). Vida urbana e identidad personal. Los usos del orden, trad. de Josep Rovira Barcelona: Península. Pág. 132-133 198 Ibíd. Pág. 135 76


fundamenta en la dicotomía conflicto / cooperación con la que Sennett conceptualiza los procesos sociales. 199 Para Sennett, la fantasía tecnológica de la planificación de las ciudades (según el paradigma tecnológico de la máquina), construye un orden trascendente (una sociedad ideal dentro del refugio que es el suburbio limpio inmune a la variedad de las diferencias humanas en la que los hombres viven en armonía) y con ello se evade el conflicto social en tanto que no propicia el desarrollo de situaciones sociales que puedan conducir una tensión pública. Desde esta óptica el conflicto es imaginado como una amenaza a la vida urbana que debe ser eliminada coartando las posibilidades de interacción imprevisible en toda su complejidad. En esta idealización de la coherencia de los planificadores, subyace una dimensión oculta, o la intención de aparentar una imagen pública de solidaridad para liberar a los individuos de la comunidad de la necesidad de enfrentarse e interaccionar mutua y directamente. 200 Para Sennett, esta imagen pública idealizada es reforzada y reproducida desde los planes y directrices urbanísticas que son concebidos para regiones metropolitanas completas, es decir desde la planificación masiva (extensiva) inspirada en el paradigma mecanicista que no deja espacio para el hecho de la historia, para la esencia del desarrollo humano, para que el conocimiento acontezca en el devenir de la experiencia del tiempo; para lo

indeliberado, para lo contradictorio, o hasta para lo desconocido. 201 Sennett explica que precisamente debido a que el ideal de planificación masiva es renuente respecto de la historia en la vida urbana, los planificadores están condenados a que esta planificación se les escape de control y de este modo se genere un vacío de liderazgo profesional en las ciudades. Los mismos hechos de la historia de la ciudad se encargan en desobedecer y contradecir en tanto que es real la aparición de zonas comerciales y habitacionales donde los planificadores no lo previeron así,202 la producción de la ciudad informal. El cambio en cuanto a la estructura de la ciudad remite a la necesidad de superar el supuesto de que la planificación de las ciudades debería ser encauzada para dotarla de un orden y legibilidad como conjunto (global). En vez de este presupuesto, la ciudad debe ser concebida como un orden social de piezas dentro de una forma coherente enteramente controlable. De tal forma que cuando se elimina el uso predeterminado que se establece desde la zonificación, el carácter de un vecindario dependerá de los específicos vínculos y alianzas entre las personas que lo habitan, su naturaleza estará determinada por actos sociales en el curso del tiempo (historia de la comunidad). 203 Para crear nuevas formas de complejidad (densidad) y experiencias de relaciones diversas dentro de las comunidades urbanas que generen un ambiente con un alto nivel de tensión que rompa con el asfixiante sentido de

199

LLORENS, Tomas. En SENNETT, Richard. (2001). Vida urbana e identidad personal. Los usos del orden, trad. de Josep Rovira Barcelona: Península. Pág. 15 200 SENNETT, Richard. (2001). Vida urbana e identidad personal. Los usos del orden, trad. de Josep Rovira Barcelona: Península. Pág. 150-152

201

Ibíd. Pág. 153 Ibíd. Pág. 154 203 Ibíd. Pág. 203 202

77


localismo, de “aldeas urbanas”, 204 sería necesario transformar las instituciones de la vida urbana: hacia una ampliación del personal activo en calidad de planificadores y líderes de la ciudad. Esta idea es claramente reveladora para la presente investigación en tanto que subraya el potencial cívico-participativo de las prácticas de autogestión. Vemos importantes similitudes entre la conclusión a la que llega Sennet respecto de la urgencia de la presencia de líderes en la ciudad y la filosofía de la mayoría de los proyectos de autogestión del espacio urbano que se reseñan en esta investigación. La filosofía de la autogestión ha supuesto que los planificadores, cumplan un roll como expertos conocedores de los problemas urbanos y como intermediarios para canalizar los ingresos para que las comunidades formulen las reglas de su propia supervivencia. Acotar las competencias de los técnicos urbanistas ha derivado en una necesidad de mayor involucramiento de la sociedad civil e la producción de la ciudad o de su propio entorno al mismo tiempo que el microcosmos familiar del que habla Sennet se he visto aminorado y ha obligado a los miembros de una comunidad a involucrarse en situaciones al margen de las actividades rutinarias de su vida cotidiana.205 Comprendemos como un aporte a la presente investigación, la crítica que lanza Harvey contra la forma endémica y piramidal de organización burocrática de la planificación urbana de corte tradicional al mismo tiempo que nos informa de la capacidad de reconstitución del poder público latente en las prácticas de auto gestión del espacio urbano en tanto que dan cuenta de una constitución de

comunidades de supervivencia activas dentro del ámbito público y conscientes del ambiente que les rodea y de la necesidad de crean vínculos sociales. Es por ello imprescindible puntualizar de forma sintética dos cambios para reestructurar la vida urbana actual: un cambio al alcance del poder burocrático en la ciudad y el otro un cambio en el concepto del orden urbano, en la planificación de la ciudad. 206 Al arrancar a la ciudad del control pre planificado, se le aporta conflicto como un principio positivo en tanto que una ciudad densa y desorganizada pondría de manifiesto estilos de vida personales y divergencias de opinión, estimularía la tolerancia, la sensibilidad y el conocimiento mutuo al cobrarse una conciencia de una clase de desequilibrio y de desorden dentro del entorno y dentro de la vida misma.207 Si la permeabilidad de los barrios de las ciudades se incrementara, mediante cambios en la zonificación, se disminuiría el aislamiento físico de ciertas comunidades, la aversión por lo desconocido, por los extraños y se potenciaría la experiencia de vivir dentro de grupos diversos.208

206

Ibíd. Pág. 199 Ibíd. Pág. 260-261 208 Ibíd. Pág. 265

204

207

Ibíd. Pág. 231 205 Ibíd. Pág. 232 78


2.3.3.

“teoría de la cultura urbana”. Manuel Castells

social) implica que es improbable imaginar la existencia o la definición de una teoría espacial disociada de una teoría social, por esto, para Castells, la organización espacial es el resultado del sistema económico, del sistema político institucional y del sistema ideológico. 211 La ideología urbana (que organiza el espacio marcándolo con símbolos que se expresan en el espacio a través de rejuegos de formas y ritmos) legitima en tanto que racionaliza ciertos intereses para un conjunto humano en común y comunica en tanto que el código urbano condiciona la interpretación del mismo discurso ideológico para los ciudadanos que lo comparten e identifica. En este sentido, el vínculo entre ciudadanos y código urbano produce un reconocimiento mutuo (identatario) al mismo tiempo que crea un “desconocimiento” o “extrañeza”. Puesto que este código se asienta sobre una ideología dominante (económica y político-administrativa), la comunicación no es total, no es entre todos los ciudadanos y es relativamente posible a través de una falsa aprehensión de la situación vivida.212 Por ejemplo, la vivienda constituye uno de esos símbolos que expresan en el espacio urbano la estructura social, en tanto que la vivienda no es un elemento neutro y posee una importante carga de acondicionamiento y control, se muestra como un mundo de signos, de deseos y de frustraciones, constituye un reflejo de la inserción social y de los procesos socio-económicos. Igualmente el denominado centro urbano hace referencia a centralidad geográfica y simbólica. Tampoco el centro es un elemento neutro, sino que por el contrario existe en tanto que juega un papel de

El aporte más sobresaliente de Manuel Castells a la discusión urbana es su concepción de lo urbano no como un objeto teórico, sino como un objeto ideológico. Para ello parte de un marco teórico de análisis sociológico (de ascendencia Marxista y basado en la obra de Louis Althusser) para circunscribir a los aspectos económicos, la reflexión en torno al fenómeno de la urbanización entendido como una función y como la estructura misma que soporta la organización en el espacio de los modos de producción que coexisten históricamente en una formación social. 209 La “ideología de lo urbano” que plantea Castells consiste en la articulación de las formas espaciales y formas de consumo (entendidas como los procesos de reproducción de la fuerza del trabajo); desde donde define el doble significado del fenómeno de la urbanización: tanto como concentración espacial de personas y como mecanismo de difusión de la cultura urbana, en tanto que sistema de valores, actitudes y comportamientos que responden a una forma de organización social urbana-asociativa, en contraposición a una forma de organización ruralcomunitaria210 La comprensión de la cultura urbana como ideología urbana que se produce y desenvuelve en la ciudad (entendida como proyección de una sociedad en el espacio, es decir como estructura espacial que refleja la estructura 209

CASTELLS, Manuel. (1988). La Cuestión urbana.12ª ed. Madrid: Siglo XXI. Pág. 79 210 GONZALEZ, Ordovás, Ma José. (1998) La cuestión urbana: algunas perspectivas críticas. Revista de Estudios Políticos Nueva Época, N° 101. JulioSetiembre. Pág. 311. Disponible en: http://www.cepc.es/rap/Publicaciones/Revistas Pág. 311-312

211 212

79

Ibíd. Pág. 312 Ibíd. Pág. 314


politique)214 Castells expone el análisis de las movilizaciones sociales populares que se han formado en respuesta a los cambios en los modos de organización urbana y los problemas urbanos que afectan a la inmensa mayoría de la población que habita las ciudades: escasez de vivienda, transporte y servicios públicos. En tanto que la presente investigación sobre el fenómeno de la autogestión del espacio urbano considera una serie de casos de estudio que provienen del ámbito artístico-cultural actual; nos interesa subrayar esta relación entre producción del espacio urbano desde la visión política de la participación ciudadana que consiguieron los movimientos sociales urbanos para establecer un vínculo con el movimiento del arte posmoderno activista de Estados Unidos de los años 70’s y 80’s que ampliaremos en el siguiente apartado y que en alguna forma el arte activista es una referencia latente en los proyectos de autogestión en los que se han implicado algunas de las más recientes las prácticas artísticas. Finalmente en el marco de la ideología urbana que desarrolla Castells, él concibe una definición para la planificación urbana como una práctica específica de política de clase, y que responde a “necesidades” no preexistentes, no naturales, sino creadas al efecto, y que sólo resultan tratadas “en la medida en que son socialmente expresadas por medio de un juego político”. En este sentido, define el proceso de planificación urbana como:

representar signos espacialmente dentro de la estructura urbana. Desde esta aproximación sociológica de la noción de centralidad, se alude a un contenido simbólico que termina siendo asimilado por la forma urbana. Según Castells, las políticas urbanísticas tienden a conceder una importancia esencial al centro como elemento integrador, por esto, el centro urbano expresa la simbiosis producida entre política y ciudad (por ejemplo en el plan de renovación de Haussman para convertir a la ciudad de País en símbolo de la grandeza francesa.)213 En La Question urbaine Castells intenta elaborar un instrumental teórico susceptible de analizar las nuevas contradicciones sociales denominadas también como urbanas, teniendo en cuenta el proceso de urbanización, la ideología urbana, la estructura urbana y los movimientos sociales urbanos. Castells entiende la ciudad como un sistema viviente en el que se produce una interacción entre el espacio y la sociedad bajo el auspicio del Estado y por ello asienta su análisis sociológico de la cuestión urbana sobre el estudio de la política urbana, entendida como la articulación entre procesos urbanos, lucha de clases e instancias políticas. Desde esta perspectiva, Castells disecciona la política urbana en dos campos analíticos: los movimientos sociales urbanos y la planificación urbana. En su libro Movimientos Sociales Urbanos (Traducción al castellano de Luttes urbaines et pouvoir

214

CASTELLS, Manuel. (1997) Movimientos sociales urbanos. 13ª ed. Madrid: Siglo veintiuno. Específicamente el libro incluye cuatro movimientos específicos de lucha urbana y política: la lucha contra la renovación urbana de París, los comités urbanos de Montreal, el movimiento ecológico en los Estados Unidos, y las luchas sociales en Chile.

213

GONZALEZ, Ordovás, Ma José. (1998) La cuestión urbana: algunas perspectivas críticas. Revista de Estudios Políticos Nueva Época, N° 101. JulioSetiembre. Pág. 316. Disponible en: http://www.cepc.es/rap/Publicaciones/Revistas 80


“la intervención de lo político sobre las diferentes instancias de una formación social (incluido lo político) y/o sobre sus relaciones, con el fin de asegurar la reproducción ampliada del sistema; de regular las contradicciones no antagónicas; de reprimir las contradicciones antagónicas, asegurando, de esta forma, los intereses de la clase social dominante y la reproducción estructural del modo de producción dominante215 La obra más reciente de Castells da un giro desde el enfoque teórico marxista al enfoque virtual, para reflexionar sobre la cuestión urbana, que lo conduce a consolidar una ideología para una nueva política urbanística orientada a favorecer procesos de crecimiento, concentración y transformación urbana. En La ciudad informacional (1995), se refiere a las diferentes modificaciones socioeconómicas que se han dado como consecuencia de la denominada revolución tecnológica, que está transformando las dimensiones esenciales de la vida humana en dos variables fundamentales, la del tiempo y la del espacio. En esta obra, Castells intenta analizar la relación existente entre las nuevas tecnologías de la información y los procesos urbanos y regionales La incidencia de las TIC’s (Tecnologías de la Información y la Comunicación ) en los patrones territoriales, no solamente ha conllevado a asumir una nueva terminología para designar a los fenómenos urbanos específicos entre ellos: “tecnópolis,”216 según Peter Hall;

“ciudad de bits”217 de William J Mitchell;218 el “tecnosuburbio”219 de Robert Fishman; sino que también ha supuesto teorías que explican la desintegración de la ciudad física hacia la E-Topía220 y la cibercity, así como una compresión del espacio en términos de las heterotopías y los no-lugares condiciones que ampliaremos más adelante. Sobre este mismo tema encontramos pertinente las observaciones de Paul Virilio y Christine Boyer sobre la incidencia de la revolución tecnológica en las prácticas de la vida cotidiana y su extrapolación en los patrones de asentamiento territorial y ocupación del espacio. También Paul Virilio221 ha reflexionado sobre la incidencia de la nueva relación espacio-tiempal en la forma de percibir los límites espaciales, un dilema que abre la disciplina de la arquitectura a un debate sobre “lo móvil” asociado con el incremento de los desplazamientos, de la autonomía individual, que al mismo tiepo implica poner en discusión las actuaciones de los individuos al margen de los grupos y con ello la compeljización de la composición de la sociedad y de la noción de ciudad. La movilidad exacerbada asociada al fenómeno de la disgregación del espacio urbano podría entenderse como principal motivación de la disolución de aquel ideal de ciudad, como espacio cívico, conformado de relaciones y encuentros humanos. 217

Véase: MITCHELL, William J. (1995). City of bits: space, place, and the Infobahn. Cambridge, MA. : MIT Press. 218 GARREAU, Joel. (1991). Edge City. Life on the new frontier. Nueva York: Doubleday. 219 FISHMAN, Robert. (1987). Beyond Suburbia: The Rise of the Technoburb último capítulo del libro: Bourgeois utopias: the rise and fall of suburbia. New York: Basic Books. 220 Véase: MITCHELL, William J. (1999). E-topia: Urban life, Jim–but not as we know it. Cambridge, MA: The MIT Press. 221 VIRILIO, Paul (2002) A Landscape of Events

215

GONZALEZ, Ordovás, Ma José. (1998) La cuestión urbana: algunas perspectivas críticas. Revista de Estudios Políticos Nueva Época, N° 101. JulioSetiembre. Pág. 317. Disponible en: http://www.cepc.es/rap/Publicaciones/Revistas. 216 Véase: CASTELLS, Manuel; HALL, Peter. (1994). Tecnópolis del mundo: la formación de los complejos industriales del siglo XXI. Madrid: Alianza Editorial. 81


Aquí son también relevantes las referencias al antropólogo francés Marc Auge (1935) y su teoría de los “no-lugares”222, para referirse a los sitios que se in-definen por la intensidad de su condición de transitoriedad; o las investigaciones del antropólogo español Manuel Delgado y su concepto “sociedades movedizas”, a partir de la intensificación de los desplazamientos físicos y virtuales. Algunos teóricos han apuntado las formas en que se adecua nuestra vida a la co-presencia de otras realidades (realidad virtual, inteligencia artificial), a la velocidad a la que se dan los desplazamientos y las comunicaciones gracias a la cada vez mayor presencia de las tecnologías de información y comunicación TIC’s. Tal es el caso de M. Christine Boyer en City of Collective memory223 o Cybercities: Visual Perception in the Age of Electronic Communication224, quien debate sobre la incidencia de las tecnologías de información en las relaciones entre el espacio público y el espacio virtual. Para el interés particular de nuestra investigación, construimos un marco de referencia sobre la condición de la periferia, considerando precisamente la modificación de relación entre el tiempo y el espacio que ha evidenciado el enfoque de análisis expuesto por Castells, Virilio y Boyer entre otros que nos permita reflexionar sobre las prácticas de autogestión del espacio urbano que ocurren fuera del centro simbólico de la ciudad, en las zonas suburbanas o a merced de la infraestructura vial.

2.4. Prácticas artísticas en relación al hecho urbano. Ante la pregunta ¿cómo producir espacio desde las prácticas artísticas? O ¿cómo las prácticas artísticas podrían participar de la producción de espacio público? Rosalyn Deutsche reorienta la pregunta hacia: ¿cómo el arte podría fomentar nuestra capacidad de estar en público? Su pregunta que desde ya constituye un argumento teórico-conceptual nos introduce a este último punto dentro del marco teórico que se plantea para esta investigación sobre el fenómeno de la autogestión del espacio urbano. No obstante, iniciamos haciendo una revisión muy breve sobre la evolución de las relaciones entre diversas formas de expresión artísticas implicadas en el entorno público para lo que dividiremos el período histórico del siglo XX en dos, concordando con los movimientos de las vanguardias artísticas (específicamente el movimiento dadaísta y surrealista que justificó la práctica del andar o “deambular” como práctica estética) en la primera mitad del siglo XX y con las expresiones de las neo-vanguardias que les sucedieron, concretamente el movimiento del Land Art y del arte posmoderno activista de la década de los 70’s y 80’s. Para efectos de la presente investigación se pondrá especial atención a la trayectoria de Lucy Lippard, Martha Rosler y Rosalyn Deutsche, en tanto que fueron pioneras (en la década de los setenta) de prácticas artísticas que vinculaban la esfera pública, las prácticas de la vida cotidiana, desde una perspectiva feminista con fuerte contenido político. Entendemos estas prácticas tangenciales al urbanismo, como otras formas de producción de espacios de significación colectiva, dentro del espectro que hemos presentado en este apartado de antecedentes.

Véase: AUGÉ, Marc. (1993). Los "No lugares”: espacios del anonimato: una antropología de la sobremodernidad. Barcelona: Gedisa. 223 Véase: BOYER, M. Christine. (1994). The City of collective memory: its historical imagery and architectural entertainments. Cambridge, MA. : MIT Press, cop. 224 Véase: BOYER, M. Christine. (1996).CyberCities: visual perception in the age of electronic communication. New York : Princenton Architectural Press 222

82


2.4.1.

lugar banal de la ciudad, con importantes connotaciones revolucionarias incita a anteponer lo cotidiano a lo estético, ofreciendo a los artistas la posibilidad de intervenir en la ciudad que antes solo pertenecía a los arquitectos y urbanistas.228 En este marco, los dadaístas definen el andar como una deambulación una especie de escritura automática en el espacio real capaz de revelar las zonas inconscientes y oscuras (oníricas y surreales) de la ciudad. La deambulación señala el paso de representar el movimiento (través de los medios tradicionales) a practicar el movimiento en tiempo y espacio real por medio de una acción estética que debía llevarse a cabo en la realidad de la vida cotidiana. Para los miembros de Dadá, el dadaísmo era un modus vivendi que hacían presente al otro a través los gestos y actos Dadá: acciones que pretendían provocar a través de la expresión de la negación dadaísta. Al cuestionar y retar el canon literario y artístico, Dadá crea una especie de antiarte, es una provocación abierta al orden establecido. Según la experiencia Dadaísta, entenderíamos que la experimentación de la ciudad y del hecho urbano, se asume como una experiencia racional e irracional, real o surreal, física y simbólica, individual y social, en otras palabras, de lata complejidad en tanto que no existen una única forma, sino múltiples de experimentar la ciudad pues entran en juego las divergentes percepciones, recuerdos y deseos de toda una sociedad.

La experiencia de la ciudad desde las vanguardias artísticas de la primera mitad del siglo XX.

La revuelta dadaísta fue una expresión de aversión, inquietud y desesperación ante el cataclismo mundial originado en la I Guerra Mundial. El dadaísmo225 reaccionó con triunfo de lo absurdo, contra la fe ciega e incuestionable en el progreso propio del movimiento moderno, de lo que se derivó la oposición al concepto de razón instaurado por el Positivismo. De esta inclinación por lo absurdo se comprende que muchas de las acciones dadaístas eran justificadas por un afán de diversión y placer en el juego, en el homo ludens226; de ello da cuenta el primer ready made urbano Dada (que consistió en convocar al público a que reunirse para una sesión del 14 de abril de 1921 frente a la Iglesia de SaintJulien-le Pauvre (un acto aparentemente banal y absurda imitando los paseos didácticos con guía incluido227) que constituye la primera representación simbólica que le atribuye un valor estético a un espacio en vez de a un objeto. Este hecho marca el cambio de la traslación de un objeto banal al espacio del arte; a la traslación del arte a un 225

Movimiento cultural que surgió en 1916 en el Cabaret Voltaire en Zúrich (Suiza) de la mano escritor de los primeros textos dadá Hugo Ball, al que posteriormente se le unió Tristan Tzara que llegaría a ser la figura emblemática. El dadaísmo que unificó a artistas y escritores internacionales provenientes de Zúrich, New York, Colonia, Paris, Berlín, Hanover, San Francisco, Moscú, Budapest y Tokio. Véase: WALTHER, Ingo F. (2005). Arte del siglo XX. Köln: Taschen. Pág. 119 226 Homo ludens, (en castellano “hombre que juega”) es un término planteado en 1938 en el ensayo del filósofo, historiador y teórico de la cultura holandés Johan Huizinga, quien reflexiona sobre la importancia del juego en la cultura y la sociedad, planteando una “Teoría de juego” para definir el espacio conceptual en el cual el juego ocurre. Véase: HUIZINGA, Johan. (2000) Homo ludens. Madrid: Alianza: Emecé. 227 Véase: MADERUELO, Javier. (2008). La idea de espacio en la arquitectura y el arte contemporáneos, 1960-1989. Madrid: Akal.

228

CARERI, Francesco. (2002). Walkscapes: el andar como práctica estética. Barcelona: Gustavo Gili. Pág.76 83


2.4.2.

las abandonadas periferias.231 Para el interés particular de nuestra investigación en las acciones autogestionadas, la práctica del andar constituye un concepto clave, en tanto que acción autónoma para la apropiación del espacio como se verá más adelante. En este sentido, la obra de Robert Smithson habla del potencial de los lugares remotos de las periferias (por ejemplo el polo norte y sur) los cuales pueden considerarse como formas de arte capaces de utilizar el territorio como un médium surreal a través del cual leer y escribir el espacio al igual que un texto. Así el naturalismo es sustituido por un sentido no objetivo del espacio y a partir de esto el paisaje se vuelve un plano en tres dimensiones antes que un jardín.232 Los earth-works abrieron la experiencia del lugar y del paisaje a una nueva preocupación estética que inauguró la disciplina del estudio de la selección de los emplazamientos. Gracias a la exploración del espacio, -como una odisea suburbana o una epopeya pseudo-turística, Smithson se lanzó hacia los despojados suburbios del mundo (los paisajes industriales, alterados por la naturaleza y por el hombre, las zonas abandonadas), hacia los territorios en disolución (terrain vague) desprovistos de representación y en busca de una naturaleza en estado salvaje híbrido, ambiguo, antropizado en constante mutación; sin duda asumiendo una condición existencial para enfrentarse a las contradicciones del espacio urbano contemporáneo. 233

La experiencia de la ciudad desde las neovanguardias de la segunda mitad del siglo XX Land art - earth-works

Durante segunda mitad del siglo XX, el andar se experimenta como una forma de intervención del espacio natural, del espacio público, o del espacio doméstico. Los artistas empiezan a explorar el tema del recorrido o del andar, primero como un objeto minimalista y después como experiencia performativa. Desde el movimiento del el Land Art se revisita los orígenes arcaicos del paisajismo y de las relaciones entre arte y arquitectura, haciendo que la escultura se re-apropie de los espacios y los medios de la arquitectura. Se devela que la relación entre y naturaleza ha cambiado, el paisaje contemporáneo produce su propio espacio. 229 Para comprender el paso del objeto minimalista a la experiencia sin objeto, es pertinente decir que mientras que el escultor minimalista estadounidense Carl Andre buscaba ocupar el espacio sin llenarlo apelando a elaborar unas presencias cada vez más ausentes en el interior del espacio real que conformaban esculturas; el artista del Land art Richard Long define un espacio que es vivido por el espectador. (Véase la obra de Keith Arnatt, Walter de Maria y Gordon Matta-Clark.) Su arte es el propio acto de andar. 230 Así, el recorrido errático vuelve a ser una forma estética dentro del campo de las artes visuales y se convierte en un campo de acción común a la arquitectura y el paisaje que toma como escenario, los desiertos y los terrain vagues de 229

231

CARERI, Francesco. (2002). Walkscapes: el andar como práctica estética. Barcelona: Gustavo Gili. Pág.23 230 Ibíd. Pág.124

Ibíd. Pág.126 Ibíd. Pág.158 233 Ibíd. Pág.168 232

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Fig.41 “Liverpool Beach Burial” (1968) Keith Arnatt

Fig. 40 “A line made by walking” (1967) Richard Long

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Fig. 42 “One Mile Long Drawing” (1968) W. de Maria

Fig. 43 “Secant” (1977) Carl Andre

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Fig. 42 “Conical Intersect 27-29, rue Beaubourg, Paris” (1975) Gordon MattaClark

Fig. 44 “Islas Rodeadas”(1980-83) Christo y J. Claude

Fig. 45 “Spiral Jety” (1970) Roberth Smithson

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los intereses que movilizaron a los artistas progresistas de las décadas de los años 70’s y 80’s para quienes cuestionaron las preocupaciones del arte de la modernidad,- la purificación del estilo, la innovación en la forma, lo sublime estético o la reflexión ontológica-, y se decantaron por temáticas relacionadas con el cruce de instituciones (el arte en relación a la economía o la política) y con los conflictos de las representaciones (de la identidad sexual y de la vida social o cotidiana). Como hemos dicho antes, el contexto norteamericano y concretamente la ciudad de New York fue el principal escenario del llamado arte posmoderno activista que se asentó sobre tres valores: la innovación artística, la revolución social y la revolución tecnológica. 236 De este movimiento consideramos pertinente referirse a la trayectoria de las artistas norteamericanas Lucy Lippard, Martha Rosler y Rosalyn Deutsche, en tanto que fueron pioneras, en la década de los setenta, de prácticas artísticas que vinculaban la esfera pública, las prácticas de la vida cotidiana, desde una perspectiva feminista con fuerte contenido político. Entendemos estas prácticas tangenciales al urbanismo, como otras formas de producción alternativa de espacios de significación colectiva, dentro del espectro que hemos presentado en este apartado de antecedentes. El principal aporte de Lucy Lippard consistió en establecer tempranamente una distinción entre el artista político de los setenta237, aquel que reflejaba de forma crítica

La ciudad y el movimiento de arte posmoderno activista y alternativo en Estados Unidos La participación de las prácticas artísticas en las reflexiones sobre el espacio y su producción es posible comprenderla a partir de la explicación de Lucy Lippard sobre "La desmaterialización del arte", 234 como se mencionó más arriba, a partir del proceso de transformación que incluyó tres hechos relevantes: el desprendimiento del objeto artístico en favor del “concepto” (movimiento Dadá); la experimentación del arte en otros escenarios (movimiento del Land Art) y en espacios alternativos a los tradicionales (museo, galería), así como la reflexión en torno a otra lógica (“lo procesual”), cuestionando los valores tradicionales que habían prevalecido en la esfera del arte (movimiento del arte activista) No obstante al encuadre histórico que hemos propuesto, para el interés de nuestra investigación sobre el fenómeno de la autogestión del espacio urbano, resulta imprescindible ampliar las consideraciones en torno al movimiento de arte activista, que junto con otras expresiones de contestación como los movimientos sociales alternativos y las prácticas críticas, reaccionaron frente a la revolución conservadora del Estados Unidos de la “era Reagan”235 También encontramos un eco, respecto de la perspectiva multidisciplinar desde la cual se ha formulado nuestra investigación sobre las prácticas de auto gestión, en 234

236

LIPPARD, Lucy R. y Chandler, John. (1968). The desmaterialization of art. Revista Studio International, Vol. 12, # 2, Febrero. Pág. 31-33. Y ampliar en LIPPARD, Lucy R. (2004). Seis años: la desmaterialización del objeto artístico de 1966 a 1972. Madrid: Akal. 235 GUASH, Ana María. 2001. El arte último del siglo XX Del posminimalismo a lo multicultural. Madrid: Alianza Forma. Pág. 471

Ibíd. Pág. 471 Véase la obra de Nancy Spero que en los años 60 se dedicó a denunciar de manera crítica la guerra de Vietnam con obras que incluían bombas fálicas, hongos nucleares y del argot militar. Posteriormente se concentró en la denuncia de los malos tratos que sufren las mujeres (Véase ‘Torture of Women’ 1976, en la que combina es estremecedoras con textos que aluden a las atrocidades que se cometían 237

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e irónica los problemas sociales y el artista activista de los ochenta, que asumía un rol testimonial y activo frente a las contradicciones y conflictos de la sociedad. Una de las artistas defensoras y teóricas del arte político fue la estadounidense Martha Rosler que desde los primeros años 70 centró su producción en torno a dos ejes principales: la interdependencia entre el espacio público y el privado y la representación de la mujer en los medios de comunicación, la publicidad y la vida misma. Por ejemplo, en su obra Semiotics of the Kitchen (1975), una videoperformance que parodia la visión tradicional del roll de la mujer en la sociedad, reflexiona sobre los contextos socioeconómicos que enmarcan nuestra vida cotidiana, sobre los rolles que se representan en los espacios domésticos y mediáticos (publicidad, TV) donde se legitiman estos patrones de conducta, desde un enfoque feminista cargado de ironía y sentido del humor. Martha Rosler explora los espacios cotidianos privados con la casa como paradigma, lugar refugio de la familia y reflejo de entramados sociales, roles, jerarquías; la construcción del espacio público, la calle, como territorio en constante definición; y por último la cocina, espacio ocupado tradicionalmente por la mujer, que padece sus constricciones y obligaciones, y lugar de elaboración de la comida, con las connotaciones que puede tener en relación al despilfarro y consumismo de Occidente. 238 en los regímenes dictatoriales suramericanos) y a finales de los años 80 se inclinó por obras la participación activa del espectador en obras en donde el cuerpo de la mujer pasa a ser prácticamente el único objetivo mediante reflexiones conceptuales sobre situaciones de la vida cotidiana que aluden al sexo y a la política expresando una crítica por la invisibilidad del trabajo de las mujeres desde un posicionamiento claramente político. 238 Véase el video de Martha Rosler (1975) “Semiotics of the Kitchen”

Fig. 46 “Semiotics of the Kitchen” (1975) Martha Rosler

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Por eso, podría decirse que la redefinición de “lo público” desde el movimiento de arte de los años 70’s se caracteriza por dos nuevas posturas fundamentales: por un lado, su carácter crítico y procesual, que se contextualiza en situaciones concretas locales, nacionales o globales y se produce en la “esfera pública”; por otro, dada su naturaleza colaborativa, participativa y colectiva, que involucra formas de auto-expresión y auto-representación para la “construcción de consensos” de eficacia política, mediante los cuales sería posible construir una comunidad, y que también construye “esfera pública”. Esta naturaleza participativa del arte de las décadas de los años 70’s y 80’s asumió la concepción de Walter Benjamín sobre el autor como productor (contraria al autor como individuo) que remite a la idea del trabajo colectivo y a una intención de reconciliar el arte con la praxis social.239 Esta es una de las ideas que aportan más contenido teórico a la reflexión sobre las formas autogestionadas de producir o construir espacios colectivos que nos ocupamos de visibilizar en esta investigación. Por su parte, desde el arte activista de los años ochentas, se redefinió el papel del artista de “productor de objetos” a “manipulador social de signos artísticos” que al mismo tiempo implicó una redefinición del papel pasivo del espectador como contemplador a lector activo de mensajes. De ello da cuenta la producción de los artistas como Barbara Kruger, Jenny Holzer o Krystof Wodiczko, entre muchos otros que reaccionaron en contra de la industria cultural (la abusiva mercantilización a la que estaba sometida la práctica artística) con productos de bajo coste y escaza

representatividad social y en contra de la conservadora sociedad norteamericana, refiriéndose en su obra a temáticas en torno a la Homosexualidad, las reivindicaciones feministas, la integración racial entre otras. 240 También constituye otra referencia teórica a nuestra investigación sobre la autogestión del espacio urbano, el trabajo en equipo que el arte activista propuso con la conformación de una serie de colectivos activistas (entre ellos Group Material, Tim Rollins+KOS, Guerrilla Girls y General Idea) que expresaban desde el anonimato de sus autores miembros, una crítica en contra del sistema de arte que primaba la autoría individual de las obras. Una de las referencias clave para nuestra investigación es la reflexión que elaboró Rosalyn Deutsche en torno al concepto de lo público también a la luz de los movimientos artísticos de los años 70’ y 80’s. Su argumento se asienta sobre la distinción entre dos significados del término “público” uno cuando hace referencia al concepto de “audiencia” y otro cuando hace referencia al grupo de personas que recibe un mensaje informativo o publicitario. Ello vincula la condición de ser público con la política democrática, ya que en las sociedades modernas, como nos recuerda Jacques Rancière, “el pueblo” es el sujeto político de la democracia.241 Deutsche, a propósito de la realidad del propio espacio que ella habitaba en la ciudad de New York, 240

Véase: GUASH, Ana María. 2001. El arte último del siglo XX Del posminimalismo a lo multicultural. Madrid: Alianza Forma. Pág. 476 241 Véase: DEUTSCHE, Rosalyn. (2007) Público. Conferencia en el curso Ideas recibidas. Un vocabulario para la cultura artística contemporánea, en el Museu d'Art Contemporani de Barcelona (MACBA), 19 de noviembre de 2007. Traducción de Marcelo Expósito. Disponible en: http://marceloexposito.net/pdf/trad_deutsche_publico.pdf

239

Véase: Benjamin, Walter. (2004). El Autor como productor. Colonia del Mar, México: Itaca. 90


concluyó que el espacio público en Estados Unidos estaba mediado por una democracia autoritaria en nombre la cual se utilizaban de forma tergiversada los conceptos como “libertad” e “igualdad” para promover programas urbanos de derecha: privatización, vigilancia y producción de espacios urbanos excluyentes que empujaban a los grupos sociales minoritarios y pobres hacia la periferia de la ciudad. Desde esta posición, Deutsche242 rescata el término “público” de las despolitizaciones conservadoras, definiendo el espacio público o la llamada “esfera pública” como un área de actividad política y redefiniendo el arte que en él se hace como un arte que participa en o crea por sí mismo un espacio político, es decir, un espacio en el que asumimos identidades y compromisos. Otro interesante argumento que concuerda con la indagación sobre el valor cívico de las prácticas de autogestión del espacio urbano de la que se ocupa la presente investigación; recae en el concepto de “hacerse visible” que define al concepto de “esfera pública” que Deutsche toma de Hannah Arendt quien definió en 1958 la esfera pública, o la comunidad política democrática, como “el espacio de aparición”. Al hacer hincapié en la aparición, Arendt vinculaba la esfera pública —cuyo modelo encontraba en la polis griega— a la visión, y, sin saberlo, abría la posibilidad de que el arte visual pudiera jugar un papel en la profundización

y la expansión de la democracia. En las propias palabras de Arendt: La polis [...] no es la ciudad-estado en su situación física; es la organización de la gente tal como surge de actuar y hablar juntos, y su verdadero espacio se extiende entre las personas que viven juntas para este propósito, sin importar dónde estén. [...] Se trata del espacio de aparición en el más amplio sentido de la palabra, es decir, el espacio donde yo aparezco ante otros como otros aparecen ante mí, donde los hombres [...] hacen su aparición de manera explícita.243 El espacio de aparición —la esfera pública— aparece, por tanto, cuando los grupos sociales declaran su derecho a aparecer. Fomentar la aparición de una esfera pública de apariciones es, por tanto, promover modos de ver noindiferentes. Y puesto que la visión no-indiferente nos obliga a ponernos en cuestión, los artistas y las artistas que exploran las posibilidades de ésta participan en una transformación psíquica y subjetiva que, al igual que la transformación material, constituye una componente esencial del cambio social. En la noción de esfera pública como espacio de aparición está latente el debate de cómo aparecemos y de cómo respondemos a la aparición de otros; es decir, la cuestión de la ética y la política del vivir juntos en un espacio heterogéneo. Ser público es estar expuesto a la alteridad. 244

243

Véase: ARENDT Hannah (1996) La condición humana. Traducción de Ramón Gil Novales. Barcelona y Buenos Aires: Paidós. Pág. 221 244 DEUTSCHE, Rosalyn. (2007) Público. Conferencia en el curso Ideas recibidas. Un vocabulario para la cultura artística contemporánea, en el Museu d'Art Contemporani de Barcelona (MACBA), 19 de noviembre de 2007. Traducción de Marcelo Expósito. Disponible en: http://marceloexposito.net/pdf/trad_deutsche_publico.pdf

242

DEUTSCHE, Rosalyn. (2007) Público. Conferencia en el curso Ideas recibidas. Un vocabulario para la cultura artística contemporánea, en el Museu d'Art Contemporani de Barcelona (MACBA), 19 de noviembre de 2007. Traducción de Marcelo Expósito. Disponible en: http://marceloexposito.net/pdf/trad_deutsche_publico.pdf

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Tercer Capítulo

Auto-gestión del espacio urbano

Fig. 47 Parcelas Vacantes: Ocupaciones Experimentales (2005-2006, Belo Horizonte y 2008, Fortaleza), Brasil. Proyecto de Louis Ganz, Breno Silva. Véase: http://lotevago.blogspot.com/

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La reflexión que proponemos en este capítulo se sustenta en la recopilación de proyectos de investigación multidisciplinares previamente realizadas sobre los fenómenos de autogestión del espacio urbano, que se han sido visibilizarlos desde diversas estrategias de comunicación y socialización. Tal y como lo señaló el geógrafo Neil Smith245, tras un largo período de indiferencia, el debate sobre la ciudad ha vuelto al primer plano de la actualidad, debido a que la crisis causada por el neoliberalismo es más evidente en la geografía social global de las ciudades 246. Por eso esta investigación comprende la emergente relevancia del tema urbano en la producción cultural y artística, como un espacio favorable para referirse a determinados dilemas de la compleja realidad urbana contemporánea, que han quedado relegados o en un segundo plano dentro del discurso predominante de la disciplina del urbanismo. Como se señaló en el primer capítulo, la nueva escala ciudad-territorio como nueva condición de organización espacial (producto de los procesos político económicos asociados a la globalización, entre ellos la expansión de las urbes y la movilidad exacerbada) plantea la necesidad de ensayar otras formas de representación de la realidad urbana, no solamente a partir de los tradicionales instrumentos de análisis de las formas de crecimiento urbano

de la ciudad planificada. La representación de la actual complejidad urbana se debe sustentar en la tarea de hacer visibles a éstas en el sistema de organización de redes y mallas, lo que significa situar a la arquitectura en un nuevos phatos radicalmente nuevo desde la vieja firmitas vitrubiana”247. Al respecto, la socióloga Saskia Sassen ha reflexionado en su libro The City Between Topographic representations and Spazialized Power Projects 248, sobre la urgencia de desviar las representaciones topográficas de la ciudad hacia representaciones que capturan la especialización de varias dinámicas en las ciudades. Las estrategias de reorganización territorial mediante las cuales se intenta dar una forma a la actual condición urbana (ciudades globales ó mega ciudades) que incluye los fenómenos de la explosión de la urbanización y la invasión de las tecnologías de información; ha encontrado los límites de representación mediante los instrumentos tanto tradicionales como modernos de la arquitectura y el urbanismo bajo los cuales se concibieron por ejemplo, las ciudades haussmannianas del siglo XIX ó las ciudades centrales europeas que inspiraron a Simmel y Le Corbusier.249 El reconocimiento de una nueva complejidad urbana supone la necesidad de “descubrir las interconexiones entre las formas urbanas que se presentan como desconectadas

245

Véase: SMITH, Neil. (1984). Uneven development: nature, capital and the production of space. Oxford : Basil Blackwell donde Smith argumenta que el desarrollo territorial desigual es una función de la lógica y de los procesos de los mercados de capitales y que, por lo tanto, la sociedad y la economía "producen" el espacio. A Neil Smith se le atribuye algunas de las más notables teorías sobre la “gentrificación”. 246 Véase: SMITH, Neil. (2009). Después del neoliberalismo: ciudades y caos sistémico. Barcelona: Museu d'Art Contemporani ; Bellaterra: Universitat Autònoma de Barcelona.

247

SASSEN, Saskia (2002).Prólogo en SOLÁ-MORALES, Ignasi. Territorios. Gustavo Gili. S.A. Barcelona. Pág. 9-11 248 SASSEN, Saskia (2001). The City: Between Topographic Representation and Spatialized Power Projects. Art Journal, Vol. 60, No. 2 Pág. 12-20 Published by: College Art Association. Disponible en : http://www.columbia.edu/~sjs2/PDFs/topographic.ArtJrnl.2001.pdf 249 SASSEN, Saskia. (2002). Prólogo en SOLÁ-MORALES, Ignasi. Territorios. Gustavo Gili. S.A. Barcelona. Pág. 10 93


para empezar a entender de qué tratan nuestras grandes ciudades hoy en día y comprender esa complejidad; en resumen, producir una nueva narrativa para reconstruir la ciudad”250. Igualmente, la teoría de Sassen se complementa con la perspectiva de Manuel Delgado, quien se refiere a una actual condición urbana definida desde la movilidad exacerbada que supone para la aproximación metodológica y las técnicas de registro y descripción de los hechos sociales (a la luz de esta nueva configuración de la “sociedad movediza e instantánea”); la urgencia articularse entono de técnicas etnográficas de observación sobre el terreno a estrategias de valoración cualitativas y cuantitativas que incorporen las aproximaciones macroscópicas y microscópicas.251 Al respecto Sola-Morales también se ha referido sobre la necesidad de la reivindicación de la intuición y la multiplicidad como capacidad de poder pensar en la arquitectura a través de categorías no fijas, sino cambiantes y múltiples, capaces de congregar en el mismo plano-lugar experiencias diversas que no son exclusivas ni jerárquicas. De ahí que se considere positivo un espíritu de indagación desde campos de conocimiento y prácticas que no son precisamente la disciplina del urbanismo, pues ello podría dar como resultado la posibilidad de establecer líneas de investigación y análisis desde perspectivas transdisciplinares, que no solo focalicen los problemas urbanos en función de actuaciones normativas o técnicas.

Para de Solá-Morales es necesario establecer una directa relación entre arquitectura y lo urbano tal como es percibida por artistas y pensadores en la realidad metropolitana contemporánea. Para él, los puntos de contacto entre la arquitectura y la nueva realidad urbana, tienen además del referente arquitectónico, un referente cultural.252 Teniendo en cuenta, además, que en el campo de los estudios urbanos se han venido incorporando e interactuando críticamente otras perspectivas y visiones de otros campos de conocimientos que reflejan el impacto de fenómenos macro en la organización espacial de los territorios –por poner unos pocos ejemplos fundamentales : las visiones de la “economía global” (Saskia Sassen), el “la cultura de la sociedad de consumo” (Richard Sennet), o la incidencia de las “Tecnologías de Información y Comunicación TIC’s” (Manuel Castells) entre otras- consideramos pertinente entonces, explorar las reflexiones sobre lo urbano desde acercamientos y producciones para indagar también en fenómenos urbanos microfísicos que aunque muchos de ellos, también encuentran su origen en los cambios globales, por lo general, pasan desapercibidos. En ese sentido –y para citar otros ejemplos cercanos a la ciudad de Barcelona, que dan cuenta de esfuerzos por realizar una representación artística -filosófica253 de la ciudad y las problemáticas en torno a lo urbano, en exposiciones como Post-It-City. Ciutats Ocasionals (CCCB, 2008) o Imatges metropolitanes de la nova Barcelona (MACBA, 2009), así como el seminario “Després del

250

BROWNE, Patricio. (2003) ¿Formal o informal?. Revista ARQ (Santiago) online Nº 53. Marzo. Disponible en: http://www.scielo.cl/pdf/arq/n53/art14.pdf 251 DELGADO, Manuel. (2007). Sociedades movedizas: pasos hacia una antropología de las calles. Anagrama, Barcelona. Pág. 140

252

SOLÁ-MORALES, Ignasi. (2002). Territorios. Gustavo Gili. S.A. Barcelona. Pág.83 253 Ibíd. Pág.57 94


neoliberalisme: ciutats i caos sistèmic” (MACBA, 2009), o el X Coloquio de Geografía “Geocrítica”, de la Universidad de Barcelona (2008), entre otros eventos. Con el objetivo de ampliar y complejizar el campo de los estudios urbanos, esta investigación incorpora exploraciones realizadas desde fuera del ámbito de reflexión del urbanismo académico que planteen reflexiones y debates sobre problemáticas urbanas contemporáneas que emergen de la realidad cotidiana, lo cual implican el desplazamiento de la observación del objeto de estudio hacia otros puntos de vista, más allá de dónde habitualmente se ha construido esta disciplina. Por eso, desde nuestra investigación pretendemos establecer algunos cruces transversales con esas disciplinas o saberes que puedan tornar más dinámicas las perspectivas del urbanismo, sobre todo para enriquecer sus capacidades de dar respuesta a las cada vez más complejas demandas de los espacios de la ciudad y quienes lo habitan. Comprendemos que posicionarse al borde de los límites del urbanismo significa mirar la realidad urbana desde otras perspectivas –en este caso cercana a prácticas artístico-visuales- lo cual implica entender cómo esas miradas se expresan ante los dilemas de lo urbano, cómo es registrada y entendida la ciudad desde otras sensibilidades, metodología de estudio y otros medios de expresión y representación, diferentes a los que tradicionalmente ha recurrido la disciplina del urbanismo. Lo que precisamente se intuye hipotéticamente como el principal aporte epistemológico que se deriva de los casos de estudio que se han incorporado para verificar la existencia del fenómeno de auto-gestión del espacio urbano.

En ese sentido, se han identificado y rastreado una serie de proyectos que han registrado mediante esas producciones visuales los fenómenos de ocupación temporal del espacio, así como proyectos interactivos que han ensayado la implementación de tácticas de autogestión, para legitimar o producir lugares de significación colectiva en contextos específicos. Ambos tipos de proyectos -los de producción visual y los interactivos- han sido generalmente realizados por equipos multidisciplinares de profesionales de la arquitectura, geografía, sociología, antropología, y/o las artes visuales, pero han sido divulgados o han trascendido fundamentalmente en el ámbito del sistema artístico-cultural. Ahora bien, es pertinente aclarar que, a pesar de que hemos expuesto el fenómeno de la autogestión del espacio urbano, incluyendo entre otras, investigaciones del ámbito artístico, esto no quiere decir que el objeto de estudio de esta tesina sea una discusión sobre las hipotéticas aportaciones del campo del arte al urbanismo. No obstante, a partir de la indagación en otras herramientas de investigación del ámbito del arte y otros cercanos sociología, antropología, política- se hace evidente otro tipo de sensibilidades que promueven lecturas alternativas sobre los fenómenos urbanos y específicamente sobre el fenómeno de la autogestión del espacio urbano en las realidades y contextos particulares en que se producen. 254 Igualmente, es necesario aclarar también que la intención de analizar estos referentes dentro de nuestra Probablemente esta tendencia pudiera ser interpretada como un “tema de moda” o “discusión en boga”, del cual se nutre hoy la producción cultural en general (literaria, visual, mediática); mientras que, para otros, esta tendencia podría reflejar otras cuestiones: la vida es cada vez más urbana, las ciudades se siguen extendiendo, la realidad de las regiones metropolitanas es cada vez más compleja, todos nos vemos afectados de alguna manera, y probablemente las soluciones muchas veces son lentas o poco efectivas. 254

95


investigación, no se hace con el propósito de proponerlos como una especie de “panacea” a los dilemas urbanos, de tomarlos como una “alternativa” a la planificación, mediante la exaltación del desorden, la espontaneidad o el caos urbano; ni tampoco de legitimar una “anti planificación” o contextos completamente desregulados. Se trataría más bien de la confrontación con prácticas, investigaciones y profesionales que, a pesar de que sus formaciones diversas (artistas, arquitectos, geógrafos, antropólogos, sociólogos, etc.) inscriben sus investigaciones casi siempre dentro del ámbito de las artes visuales, pero con preocupaciones y reflexiones vinculadas o cercanas a los espacios de la arquitectura y el urbanismo. Así, dentro de las referencias que se han seleccionado, dentro del contexto de Barcelona sobresalen las investigaciones de Xabier Rivas (antropólogo, Barcelona, 1960, http://www.xavierribas.com/); Xavier Arenós (artista visual, Castellón, 1968, http://www.xavierarenos.com/) y Pau Faus (arquitecto, Barcelona, 1974, http://www.paufaus.net/). Por otro lado, en el contexto europeo, hemos seleccionado proyectos como los de Bas Princen (diseñador, Holanda, 1975); Francesco Jodice (arquitecto (Nápoles, 1967, http://www.francescojodice.com/) y Armyn Linke (artista visual, Berlín, 1966, http://www.arminlinke.com/). Por otro lado, del contexto latinoamericano hemos seleccionado las propuestas de Tedy Cruz (arquitecto, Guatemala-EE.UU. y Julián Angiolillo (artista visual, Argentina, http://www.elnuevomunicipio.com.ar/). Finalmente, hemos hecho una selección de proyectos interactivos de cuatro colectivos, entre ellos: Estudio Map Office (Arq. Portefaix y Gutiérrez, China, http://www.map-

office.com/); Escola da Cidade (Brasil, http://www.escoladacidade.edu.br/site/index.php); colectivorevista SPAM Arq, (Revista, Santiago de Chile, http://www.spam-arq.cl/). Existe una circunstancia intermedia entre la hiperplanificación y la ausencia total de reglas o contextos muy poco regulados. Nos referimos a ciertos tipos de gestión del espacio urbano, en el que cabe la posibilidad de una participación directa de iniciativas de los mismos ciudadanos, circunscritos a un marco general de normativa o de organización. Los casos de estudio que presentamos a continuación como prácticas de autogestión concertada, no son por lo tanto proyectos enteramente auto-gestionados por la comunidad, sino que van más allá del registro del fenómeno urbano en cuestión, proponiendo diversas modalidades de intervención crítica e interacción social en el espacio urbano, en este caso, casi siempre guiados por profesionales. Así dentro del contexto de la Unión Europea, destacamos algunos proyectos de nuestro interés 255: City Mine(d), en Bruselas, Bélgica, Multiplicity (Milán, Italia); Observatorio Nomade ON (Roma, Italia), Urban Catalyst (Alemania / Austria), Sitesize: Servei d’Interpretació Territorial (Cataluña, España) e Idensitat (Cataluña, España). Por otro lado, incluido también propuestas de los contextos de EE.UU. y Latinoamérica: The High Line Park (New York), Urban Think Tank – u-tt (Caracas, NY, Sao Pablo) y Favela Barrio (Río de Janeiro). 255

Nota: Es básicamente una presentación de proyectos de interés para la investigación. En la continuación de la investigación de doctorado se trabajarán críticamente y más a fondo, los que sean de mayor interés o utilidad para el tema de la tesis doctoral. 96


3.1.

ocasionales256, en los contextos donde hay una mejor distribución de la riqueza y mejor efectividad de los mecanismos de acción y control sobre la ciudad, las acciones auto-gestionadas de producción de espacio urbano se vuelven un acontecimiento mucho más clandestino, efímero y esporádico. De tal forma que, paralelamente a una realidad oficial y visible, consecuencia de la aplicación de un orden urbano mediante una estricta planificación urbanística desde la arquitectura y la ingeniería -que podríamos llamar “hiperplanificación”- en las ciudades de los países desarrollados, existe otra “realidad invisible”, mediada y producida precisamente por las prácticas de autogestión. Cuando ocurren ocasionalmente dentro del espacio público, son perseguidas como acción ilegitima, ilegal y clandestina; mientras que pueden pasar inadvertidas, cuando de apropiación de espacios residuales y periféricos se trata. A diferencia con lo que, desde las administración pública se mira como “ocupaciones no planificadas o no legítimas del espacio”; el presente proyecto de investigación entiende estas prácticas “antagónicas”, espontáneas y a veces muy ingeniosas como una respuesta de determinados grupos humanos (ya sea pequeños grupos específicos o incluso de amplias capas de población) ante de determinadas insuficiencias o deficiencias del Estado de bienestar en su función de garante de sus derechos sociales mínimos (como trabajo y vivienda). En este sentido, en los contextos de países desarrollados con una consolidada gestión urbana y un

Prácticas de autogestión del espacio como transgresión del orden urbano. Acciones clandestinas en contextos hiperplanificados

Como se expuso en el primer capítulo, la idea de orden urbano, expresado a través de la aplicación de una determinada política urbanística (que incluye el planeamiento y la gestión), constituyó en buena medida la razón de ser del urbanismo desde mediados del siglo XIX y todo el siglo XX en Europa y América del Norte, mediante el cual se impuso una idea y necesidad de orden y saneamiento en estas sociedades. En el contexto de los países desarrollados, la producción de la ciudad ha sido tradicionalmente asumida por las instituciones de la administración pública, (por el Estado de bienestar) y en ciertos proyectos, en conjunto con a la inversión privada, pero siempre en el marco de lo que se entiende como “orden urbano”, dentro de la conformación de una ciudad planificada, es decir, ordenada formalmente por actores institucionales. Desde la perspectiva de la planificación urbana, entendida como un conjunto de instrumentos técnico-normativos mediante los cuales se ordena y regulan los procesos de urbanización del territorio; las prácticas de autogestión se podrían entender entonces como un cuestionamiento a la idea de “orden urbano” y de cierta forma como un concepto antagónico al urbanismo, es decir, como prácticas no planificadas, no legitimas o ilegales que atentan contra el orden establecido. Como quedó evidenciado en los proyectos recopilados en la investigación “Post-it-City ciudades

256

Ver Tabla de sistematización tipológica de los proyectos recopilados por la investigación Post-it-City ciudades ocasionales reseñada en el catálogo de la exposición: PERAN, Martí (2009) Post-it city ciudades ocasionales. Madrid: Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior. 97


señala Filippo Poli258- en aquellos puntos de desequilibrio entre derecho público y hecho político; en los contextos hiper planificados y por consiguiente hiper controlados, estos fenómenos sobreviven y se adaptan, precisamente gracias a una gama de expresiones que en ocasiones pasan desapercibidas, porque resultan de “bajo perfil”, es decir una forma de acción clandestina y su legitimación como prácticas antagonistas -intrusas, parasitarias o de reciclajeevidencian un cierto poder y capacidad de resolver de forma autónoma necesidades materiales primarias (en el caso de colectivos sometidos a diferentes grados de marginación) pero también necesidades y deseos intangibles de tipo más personal (ocio, deporte, recreación, distención , liberación, catarsis). Reflexionar sobre el fenómeno de la autogestión del espacio urbano en los contexto hiperplanificados, se comprende desde el dilema ético-cívico que supone la presencia de estos grupos sociales en el espacio público; el potencial crítico de estas prácticas de autogestión que remiten a una sensibilidad y hacia la no indiferencia que a efectos de nuestra particular reflexión académica sobre la producción del espacio urbano debería supone una tarea de documentación para hacer visibles a aquellos grupos sociales a los que se ha invisibilizado en las esferas públicas y un ejercicio de comprensión integral del fenómeno urbano que suponga contrarrestar las falsas es mentales y presupuestos desde los cuáles muchas veces se parte ingenuamente para planificar y producir ciudad.

consolidado tejido urbano, las prácticas de autogestión cumplen un rol muy diferente al que juegan en los países en vías de desarrollo. Por lo que, más que producir ciudad, podría decirse que las prácticas de autogestión del espacio como acciones clandestinas en contextos hiperplanificados, construyen espacios para la reflexión desde los cuales es posible cuestionar desde su misma naturaleza cotidiana, informal y temporal, algunos de los preceptos en torno al “orden urbano” (funciones permanentes y rígidamente definidas) y en torno a los mismos mecanismos de regulación y ejecución (normativa técnica que excluye la directa participación ciudadana) que rigen la práctica urbanística. Más adelante, en el cuarto capítulo de nuestra investigación, se retomará este potencial crítico de las prácticas de autogestión en el espacio urbano de contextos desarrollados, estableciendo un vínculo con la reflexión en torno a la dimensión cívica del espacio público que se ha formulado a partir de la incorporación de las referencias en torno al movimiento de arte posmoderno en su vertiente de activismo y arte político, así como la perspectiva de género aplicada a los dilemas urbanos, que refuerzan la definición del espacio público como “espacio de aparición” 257o visibilización. Desde esta definición de espacio público es posible comprender que, aunque muchas veces las prácticas de autogestión dentro de las realidades de los países desarrollados surgen en un “estado de excepción” -como

257

Hannah Arendt definió en 1958 la esfera pública, o la comunidad política democrática, como “el espacio de aparición”, es decir, de lo que la fenomenología llama “hacerse visible”. Véase: GUASH, Ana María. 2001. El arte último del siglo XX Del posminimalismo a lo multicultural. Madrid: Alianza Forma.

258

POLI, Filippo. (2009). El making of de la exposición. En PERAN, Martí (2009) Post-it city ciudades ocasionales Madrid: Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior. 98


Fig. 48 Localización e imagen de Gare de l’Est, Paris, Francia

Fig. 49 Stills del video Gare de l’Est video mono canal, color, sonido, 7'00" (2006) Francisca Benítez.

99


Las prácticas de autogestión como acciones clandestinas en contextos desarrollados, se encuentran estrechamente vinculadas a acciones de sobrevivencia (refugio y economía informal) de inmigrantes desplazados de sus propios países por diversos motivos. Sobre el caso particular la investigación de la Arq. Francisca Benítez sobre las prácticas cotidianas de los inmigrantes afganos en los parques públicos de París, o la obra de Xavier Arenós, sobre los recorridos de los inmigrantes sobre la línea costera de las rutas mediterráneas que conducen a los puertos de Alicante, Almería, Málaga o Algeciras. En su proyecto Gare de l’Est, Benítez da cuenta de una acción que irrumpe de manera clandestina y excéntrica en el espacio público, la práctica de los denominados “hatillos” pertenencias personales de los habitantes sin domicilio de una ciudad en este caso, los conjuntos de ropas y enseres personales envueltos en tela que los inmigrantes afganos esconden en las copas de los árboles del parque de la Estación del Este en París, fue revelada en un video que registró sistemáticamente cada árbol de este espacio público próximo a la Gare de l’Est en julio de 2005259. Sin mostrar rostros, la creedora de este video dota de una imagen simbólica y de una presencia pública a los inmigrantes que sobreviven de forma clandestina en París, desde una referencia metafórica los troncos de los árboles que se convierten en espacios intersticiales que conectan virtualmente dos realidades paralelas: la de la sociedad francesa y la de los inmigrantes ilegales, anónimos y desplazados, que viven en la ciudad casi al margen de ésta, y por lo general permanecen largo

tiempo a la espera de un empleo esporádico o de la reanudación de su viaje de migrante. Sobre el vínculo entre las prácticas auto gestionadas en el espacio urbano y la migración, el barcelonés Xavier Arenós, documenta las diferentes formas de economía informal que se generan alrededor de la ruta de migración entre África y España. La cartografía que nos muestra Xavier Arenós refuerza la hipótesis de Sasskia Sassen sobre que el fenómeno de la globalización tiene consecuencias muy específicas localizadas geográficamente al punto que esa especificidad se expresa en un territorio donde se desarrollan intensas relaciones de competencia a la luz de diferentes grados formales de tolerancia y permeabilidad que precisamente consienten de una u otra forma la existencia del fenómenos de la autogestión del espacio urbano como una forma “ilícita” de acción260. La comprensión de cómo las sinergias globales expresadas a través del el poder político-económico actúa para influenciar la producción del espacio, es un tema sobre el cual ha reflexionado Saskia Sassen desde una aproximación geográfica según la cual la espacialidad de lo urbano se ha polarizado alrededor de los centros territoriales de concentración masiva de los recursos (la nueva geografía del poder261) y alrededor de la conformación de las redes transfronterizas (contrageografía)262 260

Ibíd. Según explica Sassen, los Estados se ven confrontados hoy día a una nueva geografía del poder en tanto que ciertas políticas de base relacionadas con la mundialización económica (desregulación de un conjunto importante de los mercados, de sectores económicos y de límites nacionales, y privatización de firmas del sector público) supone el declive de sus capacidades de regulación. Ampliar en SASSEN, Saskia. (2000) Nueva geografía política. Un n u e v o c a mp o tra n sfro n terizo p a ra a c to re s p ú b l ic o s y p riv a d o . Revista Multitudes, Número 3. Noviembre. Disponible en 261

259

PERAN, Martí (2009) Post-it city ciudades ocasionales. Madrid: Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior. 100


El término contrageografía explica las conexiones sistémicas entre, por un lado, el crecimiento de los circuitos alternativos y el empobrecimiento de los países “en desarrollo” y, por otro, la feminización de los circuitos transfronterizos y el impacto de ciertas políticas económicas en estos mismos países. Tal y como da cuenta la cartografía realizada por Xavier Arenós que registra el espacio fronterizo que se define en función de un comercio que fluctúa entre lo legal y lo ilegal, una economía casi invisible generada en torno a los fujos miratorios. Estos circuitos trasfronterizos pueden ser ilegales (abarcar economía informal, desde trasiego de mercadería hasta de personas); o legales, como las remesas remitidas por los migrantes de los países empobrecidos.263Debido a la complejidad del fenómeno de la autogestión del espacio urbano asociado a la migración, es imposible la comprensión de los circuitos transfronterizos solamente como una frontera física: “la frontera ya no puede ser pensada como un simple obstáculo físico que demarca una línea divisoria, sino que ha de examinarse como la imagen paradigmática de los procesos formativos que organizan las dinámicas sociales (…) Si la frontera era tradicionalmente un escollo frente al sueño de un espacio fluido, hoy es más el modelo donde comprender precisamente la infinidad de flujos regulados mediante los cuales el poder produce su espacio, lo zonifica, lo conquista, lo defiende y lo controla. La frontera ya no anhela distinguir dos espacios erráticos, sino

definir los protocolos de gestión de un espacio nómada global.”264 Por lo que más allá de la definición política, el espacio fronterizo se define como lugares donde se desarrollan intensas expresiones de competencia por el espacio público, con varias connotaciones simbólicas que de ella se desprenden. Entre las que Sassen subraya una redefinición de la noción de ciudadanía. Lo anterior se explica en tanto que los inmigrantes desplazados y las mujeres, asumen el rol de garantizar la sobrevivencia de ciertas minorías a partir de la llamada economía sumergida o informal, e incluso la ilegal, para Sassen, la economía informal no es una desviación o anomalía del sistema, sino más bien un elemento más estructurales del mismo.265 De esta forma se entienden a las prácticas (auto gestionadas de supervivencia de estas minorías),- que de uno u otro modo actualizan cotidianamente el significado del concepto de ciudadanía,- tienen también una translación en el plano jurídico, en tanto que aunque son personas cuya presencia, si bien no está autorizada, reconocida o legitimada en la esfera pública, sus actuaciones cotidianas generan derechos y presencias.266 Saskia Sassen utiliza el término presencia para hacer referencia a la condición de actor político de sujetos desposeídos de poder como lo son los refugiados que no tienen nación o los inmigrantes que no están bajo la jurisdicción de su propio Estado nacional y que tienen que demostrar continuamente el valor de su vida para ver reconocidos unos mínimos derechos.

http://www.sindominio.net/arkitzean/multitudes/multitudes3/nueva_geografia_polit ica.htm. 262 SASSEN, Saskia (2002). Locating cities on global circuits. Environment&Urbanization Vol 14 No 1 April. 263 Véase: SASSEN, Saskia. (2003) Contrageografías de la globalización: género y ciudadanía en los circuitos transfronterizos. Madrid: Traficantes de Sueños.

264

PERAN, Martí (2009). Post-it city ciudades ocasionales. Madrid: Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior. 265 SASSEN, Saskia. (2003) Contrageografías de la globalización: género y ciudadanía en los circuitos transfronterizos. Madrid: Traficantes de Sueños. 266 Ibíd. 101


Fig. 50 Dossier del proyecto “Schengen el castillo” (2007) Xavier Arenós

102


Fig. 51 “Schengen El Castillo” (2007) Proyecto de investigación sobre movimientos transfronterizos entre España y el Norte de África. Xavier Arenós. Incluido en Post-it city ciudades ocasionales. (2009)

Fig. 52 “La ciudad de los coches abandonados” Milán (2007) C. Pirovano y F. Verona. Incluido en Post-it city ciudades ocasionales. (2009)

103


Siguiendo con los casos de estudio en torno a las prácticas de autogestión del espacio urbano como acciones clandestinas, encontramos otra expresión del fenómeno justificado desde una búsqueda informal de medios de subsistencia (vivienda y empleo), que acontecen en condiciones de ilegalidad y de transgresión muy contrastadas respecto a los modos en que se realizan en países subdesarrollados, donde estas irregularidades son asumidas casi siempre como algo normal y cotidiano. En ese sentido citamos la obra de las arquitectas Cecilia Pirovano y Federica Verona, sobre la reutilización de automóviles abandonados como “refugios temporales” en la cuidad de Milán, Italia. El fenómeno de los autos-refugio, demuestra cómo a partir de una acción clandestina de sobrevivencia, estos automóviles que han sido robados, o que constituyen la última pertenencia, pierden su función originaria y se convirten en contenedores para personas con necesidades–a menudo extranjeros inmigrantes. Así, mientras que para los ayuntamientos la presencia de autos abandonados en el espacio público constituyen un verdadero problema, para los “sin techo” constituyen medios disponibles para resolver una de sus necesidades más apremiantes: la vivienda. De esta forma, los autos abandonados activan sus nuevas funciones sobre todo de noche, cuando se convierten en refugios para dormir, comer o resguardarse de la lluvia y el frío. Según las autoras de este proyecto de registro de esta situación, no solo son indigentes los que se refugian en estos carros, pues también se han detectado casos límite de parejas a la espera de que les asignen una vivienda de protección oficial, o trabajadores en paro que se han quedado sin casa. Por eso no es fácil detectar un coche reutilizado; a veces esta segunda vida de los coches sólo dura unos días, y quienes los

utilizan casi no dejan rastro de su paso. Por eso los autosrefugio son por lo general “objetos discretos y fugaces”, las más de las veces, imperceptibles. Por su parte, en la ciudad de Barcelona, el espacio público es ocupado de manera efímera y clandestina, para convertirse en una tienda ambulante donde tienen lugar las más variadas transacciones económicas, tanto las dictadas por la mera necesidad de subsistencia, como las orientadas a complacer las necesidades turísticas, en ambos casos casi siempre unidas. De ello da cuenta el proyecto “Barcelona es Botiga”, realizado en 2007 por Rosa Cerarols, Giulia Fiocca y Jordina García mismo que documenta aquellos puntos de encuentro donde los inmigrantes ilegales se ubican temporalmente para vender productos.“Barcelona es Botiga” registró a manera de catálogo, estos “lugarestienda” que durante el período de investigación aún eran visibles en la ciudad, documentando aquellos productos que se pueden adquirir en el espacio público de Barcelona, sus localizaciones y su precio de venta 267. Las prácticas de autogestión en el espacio público en contextos desarrollados hiperplanificados, abren un debate cívico-político en tanto que éstas acciones clandestinas suponen poner en discusión el concepto de orden social de tal forma que, lo que se reconoce en la esfera pública es la legitimidad de la discusión sobre cuáles acciones son legítimas o no que al mismo tiempo remite a un debate sobre el significado de la democracia.268 267

PERAN, Martí (2009) Post-it city ciudades ocasionales. Madrid: Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior. 268 DEUTSCHE, Rosalyn (2007). Público. Conferencia en el curso Ideas recibidas. Un vocabulario para la cultura artística contemporánea. Museu d'Art Contemporani de Barcelona (MACBA), 19 de noviembre de 2007. Traducción de Marcelo Expósito. http://marceloexposito.net/pdf/trad_deutsche_publico.pdf 104


Las prácticas de autogestión en contextos desarrollados, no solo incluyen acciones clandestinas de de inmigrantes ilegales, sino también acciones de movilidad, o el desplazamiento de grupos de ciudadanos más o menos organizados a través de zonas muy delimitadas del espacio urbano que son ocupadas por “tribus urbanas”: desde emos y skaters, hasta okupas o grupos étnicos. Sobre esta otra cara del fenómeno, la investigación de Gloria Safont-Tria & Laia Solé sobre las prácticas lúdicas y deportivas que se despliegan de modo informal en Barcelona, dan cuenta de una serie de adaptaciones y transformaciones de espacios públicos o privados para la realización de deportes –como el críquet- en un aparcamiento de un hipermercado; o cómo se practica el skateboarding en la plaza del MACBA269 por una comunidad de jóvenes patinadores que provienen de diversas ciudades europeas y latinoamericanas. Por otra parte, en contextos hiper-planificados como muchas ciudades europeas, las expresiones de autogestión del espacio urbano, en algunos casos están vinculadas estrechamente con un estilo de vida que es particularmente visible en las prácticas de ocio informal. El “ocio informal” que incluye una amplia gama de actividades y de apropiación de lugares públicos y no públicos para pasear, tomar el sol, hacer deporte o socializar, da cuenta de cómo las personas gestionan de forma espontánea o más autónoma su tiempo libre. La condición de informalidad de estas formas de entretenimiento, se comprende como una respuesta a las restricciones, los parámetros de consumo y a las medidas de

Fig. 53 Imágenes del proyecto “Barcelona es Botiga” (2007). Incluido en Post-it city ciudades ocasionales. (2009)

269

PERAN, Martí (2009) Post-it city ciudades ocasionales. Madrid: Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior. 105


control que se imponen en las “catedrales del ocio organizado” (malls, gimnasios, estadios, parques temáticos). En ese sentido, el ocio informal se opone muchas veces a la imposición de modos de circular o estar en el espacio urbano que dicta casi siempre la regulación urbana del territorio. Para Martí Perán, el “andar ocioso” deviene en una acción antagonista y crítica, que puede examinarse como modalidad de “construcción de subjetividad”, tal y como han dado cuenta de ello, proyectos que promueven el caminar libremente de colectivos de tradición Situacionista como los grupos Fluxus, Stalker-Observatorio Nomade270. El proyecto PARCO, incluido en Post-It-City, da cuenta de que los procesos de autogestión no remiten necesariamente a realidades marginales o acciones ilícitas. En este caso en particular, la apropiación de legítimos espacios públicos por grupos de inmigrantes, remite a la necesidad de empoderamiento de minorías. Por eso, los parques públicos de muchas ciudades europeas, asisten desde hace tiempo, a una fuerte presencia de población inmigrada; fenómeno que se puede atribuir a la escasez de lugares privados y de reunión de los que estas personas puedan disponer. PARCO documenta cómo durante los días festivos o fines de semana sobre todo, los recintos de muchos parques de varias ciudades europeas acogen una variedad de prácticas sociales, donde convergen inmigrantes con personas de la ciudad, y donde se mezclan desde los juegos hasta el comer juntos, la música y los bailes tradicionales.

270

Fig. 54 Proyecto “PARCO” Marina Ballo Charmet (2006-2007) Incluido en Postit city ciudades ocasionales. (2009)

Véase: http://www.osservatorionomade.net/ 106


Es interesante comprender que estas actividades de ocio, permiten el disfrute de una “naturaleza” y un espacio de encuentro, que a menudo es inexistente en la vida cotidiana de los inmigrantes debido a sus restricciones económicas como también sociales-simbólicas. De tal forma que constituye una manera de aparecer, de visibilizarse de estar e intercambiar experiencias que hacen emerger problemáticas propias de los inmigrantes, tal vez ya no directamente vinculadas a una urgencia de supervivencia como si relacionadas con las costumbres culturales y domésticas de los inmigrantes y nativos, donde se mezcla la esfera pública y la privada. En este sentido, estos espacios se convierten en un contenedor de “diferencias”, pero a la vez ofrecen la oportunidad de desarrollar un sentimiento de tolerancia y una posibilidad de convivir.271 El presente proyecto de investigación ha considerado profundizar en algunos casos que ejemplifican las prácticas de auto gestión del tiempo libre, que hemos denominado dentro de las categorías tipológicas propuestas como prácticas de ocio informal, profundizando a continuación cuatro proyectos de investigación en los que es posible distinguir diferentes expresiones de ocio informal. Tanto Xavier Ribas (la práctica del picnic como hábito familiar) como Bas Princen (la práctica del deporte al aire libre fuera de la ciudad) entienden lo lúdico como un hábito capaz de estructurar a nivel social, grados de convivencia libre; mientras que Pau Faus (los huertos informales) y el despacho Map Office (re-habitación de autopistas) entienden lo lúdico como un juego de oportunidades, en torno al reciclaje en sus diversas expresiones.

3.1.1.

“Hábitos de ocio” (Xavier Rivas-Barcelona)

Las prácticas del “camping” (pasar una o más noches en una tienda de campaña con el fin de disfrutar de la naturaleza) y del “picnic” (almuerzo campestre) son dos ejemplos de un pasatiempo tradicional que se niega a desaparecer, aunque hoy día, adquiera la apariencia de una práctica intrusa para la cual, solo han quedado disponibles, los descampados de las zonas periféricas de las grandes áreas metropolitanas. En su ensayo Locus Amoenus272, Ramón Esparza retoma la polémica de la relativización de las nociones de “ciudad” y “campo” en los proyectos investigativos del antropólogo y fotógrafo barcelonés Xavier Ribas. Esparza señala que en la contraposición histórica entre estos dos conceptos, se incorpora como intermedia la noción de “paisaje”273. Este constituiría un “tercer espacio” que no es la “naturaleza salvaje” pero tampoco la “caótica ciudad”, y que este ensayista denomina como “locus amoenus” o espacio del ocio. Esparza señala que de esa imposibilidad de distinguir entre ciudad y campo, emergen espacios resultantes que constituyen formas primitivas de relación con el territorio. La indeterminación de esos espacios, se traduce a su vez en usos desde prácticas a veces insólitas; ejemplo de ello son los “descampados”, residuos que quedan entre los espacios de uso o calificados, a la espera de ser vendidos o 272

ESPARZA, Ramón. (1998). Locus Amoenus. En RIBAS, Xavier. Catálogo de Encuentro de Fotografía y Video IMAGO 98. Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca. 273 CAUQUELINE, Anne. (1989). L’invention du paysage. Paris, Ediciones Plon. Pág. 52 citado en RIBAS, Xavier (1998). Catálogo de Encuentro de Fotografía y Video IMAGO 98. Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca. Pág.55

271

PERAN, Martí (2009). Post-it city: ciudades ocasionales. Madrid: Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior. 107


transformados. Y justamente por la “indeterminación de estos espacios residuales”, según Esparza reside en ellos una cualidad como “espacios de libertad”274, que justamente son los que Xavier Ribas ha documentado en algunos sitios de la periferia de Barcelona.275 Las es fotográficas de este antropólogo dan cuenta de cómo a través de estas prácticas, se observa una curiosa vuelta hacia formas de compartir y convivencia “tradicionales”, e incluso hacia ciertas costumbres de características relativamente “nómadas” (como por ejemplo: la tienda de acampar donde se reúne parte de la familia, junto a la hoguera y la comida compartida) Xavier Ribas, en su exposición Barcelona Pictures (2007), disecciona el fenómeno de la autogestión del “tiempo libre”, mostrando el grado en qué esas actividades tienen lugar precisamente en los “espacios residuales o de libertad” a los que se refiere Esparza. En estos espacios todavía no codificados, aún sin regulación, es donde paradójicamente esas personas todavía tienen la oportunidad de hacer valer sus iniciativas de forma muy espontánea para el ocio. De tal forma, estas personas gestionan y reciclan estos espacios, manteniéndolos de alguna manera fuera del orden “eficiente y productivo” de la ciudad, al convertirlos en sitios para pasear, tomar el sol, hacer deporte, etc. En ese sentido, este investigador reconoce que las acciones auto gestionadas del tiempo libre constituyen reivindicaciones que cuestionan la “sociedad del ocio” en la que nos encontramos, no del ocio concebido como descanso,

sino de un ocio “activo” que ha sido convertido en otro negocio productivo más276. Xavier Ribas toma como escenario de reflexión el contexto de Barcelona, donde pese a la proliferación de centros comerciales y complejos deportivos, parques naturales o temáticos, es posible encontrar aun ciertos espacios donde la gente va a pasar su tiempo libre de manera más espontánea. Para Ribas, “la ocupación de estos espacios responde a una situación desesperada”, pues constituye una respuesta a las restricciones y a las medidas de control que se imponen en estos espacios y en la ciudad en general. Ribas argumenta que, ante la dominante oferta de “catedrales del ocio organizado” (tales como isla Fantasía, Port Aventura o Montigalà), resulta más placido y por supuesto económico y accesible, la opción de algunos ciudadanos de utilizar y disfrutar para su ocio de espacio de solares y descampados, convertidos en improvisados “comedores de domingo”. Para este artista, detrás de esta aparente improvisación, hay más de voluntad que de accidente, pues el interés de los ciudadanos por estos espacios residuales y poco cualificados podría develar la toma de conciencia de que la periferia es un lugar de cierta libertad, que admite ciertos comportamientos y actitudes que no son permitidos en los espacios de ocio más parametrados y controlados. Pese a la imagen mucha veces desoladora de las periferias metropolitanas, las prácticas de ocio informal ocurren allí con mayor intensidad”277.

274

276

Ver François Dagognet. Coloquio en la ciudad de Lyon. RIBAS, Xavier (1998). Catálogo de Encuentro de Fotografía y Video IMAGO 98. Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca. Pág. 56

RIBAS, Xavier. (1998). http://www.xavierribas.com/ 277 Ibíd.

275

108

Perfecta

distracción.

Disponible

en:


Fig. 55 “Zodiacs” Playa Viladecans (Asland)

Fig. 57 “Hombres bajo puente ” Playa Castelldefel S/T (1994) Xavier Ribas

S/T (1994) Xavier Ribas

Fig.56 “Catenaria” Premià de Mar S/T (1994) Xavier Ribas

Fig. 58 “Familia leyendo” Montigalà

109

S/T (1995) Xavier Ribas


Fig. 59 “Dos mujeres en el parking”Velódromo de Horta S/T (1994) Xavier Ribas

Fig. 61 “Hombre muletas” Playa Viladecans (Asland) S/T (1994) Xavier Ribas

Fig. 60 “Hombre con prismáticos” Montmeló S/T (1994) Xavier Ribas

Fig. 62 “Hombre desnudo” Montigalà S/T (1995) Xavier Ribas

110


Sobre el mismo tema de las prácticas de autogestión en los espacios urbanos de las periferias metropolitanas, Xavier Ribas, a propósito de su otra serie fotográfica serie titulada Habitus278, reflexiona sobre la relación entre los aspectos espaciales-formales de los polígonos de vivienda de interés social y expresiones de ocio informal entre sus habitantes. Ribas se ocupa de fotografiar y mostrar aquellos aspectos de las periferias urbanas surgidas bajo el modelo de polígonos y de ciudad-dormitorio en los años 60´ y 70´ que no se articularon de forma precisa durante la expansión de la ciudad. Para Ribas, las zonas vacías, obsoletas e improductivas, en transformación e incorporación a la vida metropolitana, apuntan hacia nuevas maneras de pensar la periferia, sintomáticas de una ambivalencia entre atracción y rechazo hacia lo que se percibe como la posibilidad de un modelo urbano diferente, difuso, y la eventual transformación del modelo histórico de la ciudad densa y compacta, que es característico de Barcelona279. En esta realidad, intrínseca de los polígonos en torno a la vida cotidiana en la periferia, en el bosque y mediada por la sociabilidad en espacios marginales. Ribas detecta en las prácticas auto gestionadas de ocio informal, independientemente del desarrollo diferencial, por ejemplo entre Can Serra y Ciudad Badía, una 'mentalidad de

Fig. 63 “mesa picnic” Montigalà S/T (1995) Xavier Ribas

278

RIBAS, Xavier. (2007). Habitus En Universal Archive, The Condition of the Document and the Modern Photographic Utopia. Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA), Octubre, 2008 es de actividades de ocio en los contextos de algunos de los polígonos de vivienda de Barcelona. 279 En Habitus Ribas quiso hacer énfasis, no tanto en la parte urbanística de mejora de los polígonos, sino en las actitudes ociosas de las personas a la hora de ocupar el espacio público. Una gestualidad del cuerpo, por decirlo en términos de Bourdieu, que sigue manifiesta y que tiene poco que ver con los nuevos jardines municipales llenos de palmeras y acacias”. Entrevista personal a Xavier Ribas (vía Internet). Noviembre, 2008.

Fig. 64 “Picnic en solar industrial” Zona Franca S/T (1997) Xavier Ribas

111


polígono' o una “identidad de polígono”, asentada en el concepto de “habitus” de Pierre Bordieu .El concepto de “habitus” es un principio generador de una intencionalidad sin intención, un juego (una estrategia sin cálculo y sin fines consientes del “sentido práctico”) una regularidad sin sumisión consciente a una regla, una racionalidad sin cálculo y una causalidad no mecanicista. El “habitus” es un mecanismo estructurante que opera desde el interior de los agentes sin ser estrictamente individual ni determinante de la conducta; es el principio generador de estrategias que permite a los agentes habérselas con situaciones imprevistas y continuamente cambiantes. Un sistema de disposiciones duraderas y trasladables, (permite predecir, en cierta manera, comportamientos ante una situación determinada). Integrando experiencias pasadas funciona en todo momento como una matriz de percepciones, apreciaciones y acciones y hace posible la realización de tareas infinitamente diversificadas y creativas280 Un “campo” un conjunto de relaciones objetivas e históricas “depositadas” bajo la forma de esquemas mentales y esquemas corporales de percepción, apreciación y acción desde donde se delimita un espacio socialmente. Un campo es una configuración relacional dotada de una gravedad específica que se impone sobre todos los objetos y agentes. Un campo es un espacio de conflicto y competencia. 281

Fig. 65 Serie “Habitus” (2007) Xavier Ribas

280

BOURDIEU, P. (1977). Outline of a theory of practice. Cambridge: Cambridge University Pres. Pág. 72-95. Citado en: Wacquant, L. Hacia una praxeología social. En Bourdieu, P.; Wacquant, L. (2005). Una invitación a la sociología reflexiva. Argentina: Siglo XXI. Pág.45 281 WACQUANT, L. Hacia una praxeología social. En Bourdieu, P.; Wacquant, L. (2005). Una invitación a la sociología reflexiva. Argentina: Siglo XXI. Pág.44 - 45 112


3.1.2.

“fronteras del ocio” (Bas Princen-Holanda)

El arquitecto Bas Princen asume las fotografías que realiza como una “construcción” en lugar de un simple “registro”. Por eso sus es parecen dotar al paisaje urbano de un sentido de orden que es independiente del ser humano, donde las personas son a veces accidentales o participantes aleatorios. Según él mismo expone, comenzó a fotografiar estos lugares de manera que el paisaje y las personas que aparecen dentro, se conviertan casi en una sola cosa o entidad, evidenciando que ambos resultan de similar importancia. De esta manera se hace imposible decidir qué es supuestamente más importante -el ser humano o el paisaje- pues Princen fotografía estos lugares como si hubieran sido hechos específicamente para estos visitantes. Por eso, sus fotos muestran fragmentos del paisaje, no como una ilustración de la realidad, sino más bien como es de una realidad potencial282. En esas fotografías, Bas Princen, muestra así el potencial oculto de esos “espacios residuales” para usos muy específicos. Lo que le interesa es –entonces- la apropiación de esos espacios y los rastros de actividades que revelan a esos lugares de la periferia; mutaciones del paisaje que, a través de nuevos y fugaces usos, llegan a tener un significado diferente. En ese sentido, su método se basa en una tensión entre el hombre y su medio ambiente, que produce a veces la sensación de que la ciudad y el paisaje se han fusionado; son espacios que -como afirma- "sólo pueden existir en una cámara" 283. 282

Fig. 66

Veáse: PRINCEN, Bas. (2004). Artificial Arcadia un-natural leisure spaces. Rotterdam: 010 Publishers. 283 Ibíd.

Serie “Habitus” (2007) Xavier Ribas

113


Fig. 67 ”Sand depot” (2001) en Artificial Arcadia Bas Princen

Fig. 69 ”Future Harbour II” (2001) Bas Princen

Fig. 68 “Dam” (2003) en Artificial Arcadia Bas Princen es actividades de ocio informal en la zona industrial de Maasvlakte, Rotterdam.

Fig. 70 “Blind river arm” (2001) Bas Princen

114


En su libro Artificial Arcadia un-natural leisure spaces , Princen registra un mundo en el que la industria del ocio se expande a cualquier momento y lugar. En su contexto específicamente, los Países Bajos, a pesar de la gran planificación que existe, quedan aún lugares temporalmente sin un uso planificado -como canteras de grava, lugares abandonados que el ejército destinaba a prácticas, depósitos de arena y vertederos- que este arquitecto ha investigado a través de sus fotografías. Como hemos mencionado en esta sección de nuestra investigación, en el contexto de los países nórdicos y concretamente en el contexto holandés resulta interesante encontrar un espacio donde es posible hacer algo que en realidad es prohibido, en tanto que las apropiaciones que documenta Bas Princen, se entienden como acciones ilícitas, para él las criaturas que pueblan sus paisajes fotografiados son “héroes modernos” que desafían el orden público. Desde su minuciosa observación por estas particulares formas de apropiación del espacio por grupos de personas que comparten una afición específica por un deporte o un pasatiempo; Princen construye un argumento que niega la pérdida de especificidad del paisaje, - uno de los debates más presentes actualmente entre los diseñadores urbanos, los políticos y geógrafos. Al contrario y como reacción a la postura que habla de la homogenización del paisaje urbano, Princen se ha dedicado escanear paisajes de forma meticulosa, por ejemplo, centrando su atención en las zonas periféricas de Rotterdam, concretamente el paisaje arenoso de la península artificial de Maasvlakte próximamente a convertirse en el 284

Fig. 71 ”Meadow II” (2000) Bas Princen

284

Fig. 72 “End of the highway” (2001) Bas Princen

Veáse: PRINCEN, Bas. (2004). Artificial Arcadia un-natural leisure spaces. Rotterdam: 010 Publishers. 115


principal puerto de Rotterdam. Según explica Princen él ha encontrado en estos paisajes, grupos de personas vagando con una actitud de confianza, misma que proviene no del lugar sino de los objetos que ellos portan para realizar actividades de ocio al aire libre (binoculares, cañas de pescar, bicicletas), un equipo que les permite a los “errantes” dentro de ese territorio a medio hacer, una mejor comprensión de su propio entorno. En las propias palabras de Princen, la observación de esta actitud de confianza de estos ocupantes ha sido la clave para descifrar el territorio y el paisaje: “Para decirlo de forma simple: estos grupos de personas me han guiado hacia paisajes específicos que no se me habían sido revelados antes porque yo mismo carecía de una razón para contemplarlos”285 No obstante a este hecho, las fotografías de Princen contienen además un elemento de la tragedia, que instantáneamente infunde un sentimiento de malestar en el espectador. A pesar del aire de fantasía con el que se miran los personajes de sus fotografías, detrás de ello está la intención de develar que el espacio es cada vez menos público y que las actividades de ocio poseen cada vez menos las características de lo espontáneo y lo despreocupado que Johan Huizinga atribuye a la auténtica actitud lúdica y por el contrario, hoy día los juegos de azar y de vértigo no parece posible atribuirles un valor pedagógico o cultural, más bien parecen estériles, si no funestos.286

Tal y como lo expresa en su ensayo Leisure kills (public space) (en castellano el “'Ocio mata espacio público) ” Wim Cuyvers escribe que en las fotos de Princen no se proponen usos alternativos de paisaje, sino señalar o denunciar el fin del espacio público en sí, en tanto que el ocio y el entretenimiento institucionalizado constituye una estrategia para la exclusión que se soporta en infraestructura privada especializada (los grandes contenedores para la diversión, como los gimnasios deportivos y los parques de diversiones).287 En este sentido, podríamos decir que la dimensión lúdica de estas prácticas auto gestionadas que devela Bas Princen, leídas desde el discurso de Huizinga, comparten una intención orientada a rescatar el significado de la dimensión lúdica en la cultura contemporánea como un núcleo primario de la actividad humana en tanto que hoy día, la vida social se halla marcada por la puerilidad: interés y tomarse a sí mismo demasiado en serio; en contraste, el juego moviliza, transforma, enfrenta y por ello mismo reúne e inspira comunidad, con potencial de constituir una auténtica infraestructura social. Para Huzinga, la característica común a todo tipo de juegos es su requerimiento de comunidad, su vocación social en tanto que los juegos no encuentran generalmente su plenitud más que en el momento en que suscitan una resonancia cómplice. Por eso los juegos hacen aparecer

285

PIMLOTT, Mark. (2008). Utopian debris: a conversation with Bas Princen. NAi Publishers: OASE Journal #76, Otoño. Rotterdam: Pág. 1-7. 286 MORILLAS, Carlos. (1990) Huizinga-Caillois: Variaciones sobre una visión antropológica del juego. Disponible en: http://ddd.uab.cat/pub/enrahonar/0211402Xn16p11.pdf

287

CUYVERS, Wim. Leisure kills (public space) en PRINCEN, Bas. (2004) Artificial Arcadia un-natural leisure spaces. Rotterdam: 010 Publishers. Pág. 117119 116


grupos de iniciados o aficionados, y suscitan estructuras permanentes e instituciones de carácter oficial. 288 Particularmente en lo que hemos denominado contextos hiperplanificados, como el holandés, lo lúdico adquiere una naturaleza o definición particular dentro del campo de lo político y abre un debate en torno a un orden político diseñado para dar espacio y para ajustar los conflictos dentro de un marco de equilibrio pacífico y acatamiento de determinadas reglas. Las prácticas de ocio informal y auto gestionadas, plantean interrogantes respecto a los modelos de un orden flexible que propicie la dinámica del conflicto (tal y como lo hemos explicado en el segundo capítulo lo define Richard Sennet, no como una amenaza a orden público a neutralizar, sino más bien como oportunidad de interacción simbólica entre los individuos de una comunidad) pero dentro de ciertos límites. Este orden político flexible urge de la presencia activa de lo lúdico como dimensión clave de la vida humana individual y colectiva.289 Para Huizinga el juego “es de hecho la libertad capaz de crear un orden propio; es decir que el juego “no excluye la seriedad”, no es algo “frívolo” 290 podríamos finalizar diciendo que las prácticas lúdicas gestionadas autónomamente al margen de la industria del ocio, visibilizan por así decirlo, espacios de libertad sin dejar de constituir al mismo tiempo una dimensión importante dentro de la convivencia civilizada.

3.1.3.

288

291

“Huertos Urbanos: una alternativa de ocio sostenible” (Pau Faus-Barcelona)

El proyecto de Pau Faus titulado “Barcelona: La ciudad jubilada”, constituye un breve diccionario sobre el fenómeno de los huertos informales en los ríos de Barcelona 291 . Estos “huertos informales” se encuentran adaptados, asombrosamente, a franjas sinuosas de tierra residual que existen entre las autopistas, las vías del tren y los ríos de Barcelona. Algunas veces aparecen visiblemente, distinguiéndose sus rejas oxidadas y sus cubiertas de colores, mientras que otras veces se esconden tras la vegetación o bajo los puentes que cruzan el paisaje de la periferia de la ciudad. Los huertos urbanos informales para el propio consumo son autoconstruidos espontáneamente a orillas de los ríos por los propios vecinos de estos lugares y son en su mayoría cultivados por personas jubiladas que decidieron que esa tierra no podía seguir abandonada 292. Pau Faus explica que esto ha transformado los “defectos” de estas zonas de la periferia metropolitana en sus mejores “virtudes”, pues lo que hace posible estos huertos es la unión de tres elementos residuales, los espacios desocupados, los residuos reciclados y la población de jubilados responsable de emprender de forma autónoma esta iniciativa.Así, por un lado hace referencia a los “residuos que genera el sistema de planificación del territorio”, en forma de franjas vacías paralelas a las infraestructuras. Por

MORILLAS, Carlos. (1990) Huizinga-Caillois: Variaciones sobre una visión antropológica del juego. Disponible en: http://ddd.uab.cat/pub/enrahonar/0211402Xn16p11.pdf 289 ROMERO, Anibal. (1998). El sentido de lo lúdico en la democracia liberal. Disponible en: http://anibalromero.net/El.sentido.de.lo.ludico.pdf 290 Ibíd.

FAUS, Pau. (2008). La ciudad jubilida. Breve diccionario sobre los huertos informales en los ríos de Barcelona. Proyecto comisariado por Martí Peran para la exposición Post-it City. Ciutats Ocasionals en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB) Tercera Impresión Barcelona. Disponible en: http://www.laciudadjubilada.net/ 292 Ibíd. 117


otro lado, estarían los “residuos materiales”, la basura que el sistema de producción vierte por estos lugares. Y finalmente, los “ciudadanos jubilados”, personas supuestamente ya improductivas, retiradas del sistema laboral. La paradoja ocurriría entonces cuando se pone a estos tres “elementos residuales” cerca de una tierra fértil. Por eso este investigador se refiere también a tres elementos claves en este caso: los “vacíos” (el terreno disponible), la “basura” (el material constructivo) y los “jubilados” (los trabajadores)293. A pesar de lo sorprendente que puede resultar este fenómeno, como afirma el mismo investigador, no es del todo “casual” que estos tres factores coincidan en un mismo lugar, pues se trata de contextos periféricos de la ciudad donde coexisten una serie de elementos comunes, tales como grandes infraestructuras, relativo abandono y población muchas veces de origen rural. En ese sentido, la visibilización y documentación de la “ciudad jubilada”, constituye otra interesante y alternativa práctica de reinvención de espacios residuales mediante prácticas de auto-gestión. Pese a que no es una práctica generalizada todavía, además de esta iniciativa que ha tenido como escenario Barcelona, actualmente, ya hay 20 proyectos de huertos ecológicos en la ciudad de Madrid, en barrios como El Pilar, Lucero o Vallecas,294 ejemplos que muestran el interés de la ciudadanía por el medio ambiente y por la que se habiliten espacios públicos como los parques de barrio o los parques verdes para darle impulso a estas iniciativas. Además de constituir una alternativa de ocio activo, subrayamos la importancia económica, ya que abre la 293 294

posibilidad del autoconsumo y el valor pedagógico de los huertos informales como una estrategia urbana que se inscribe dentro de un nuevo paradigma de sostenibilidad local. La sostenibilidad local constituye una nueva aproximación que tiene en cuenta la dimensión territorial en su conjunto, incluyendo los asentamientos humanos del medio rural y urbano, las distintas manifestaciones patrimoniales y paisajísticas, así como las relaciones estructurales de fuerte interdependencia entre los sistemas urbanos y los sistemas rurales. La sostenibilidad local se asienta sobre la hipótesis de que la calidad de vida de los habitantes tanto los que viven en entornos urbanos como los de las zonas rurales, depende mayormente de las condiciones de su entorno más próximo.295 En este sentido, la sostenibilidad local conlleva a un entendimiento de la sostenibilidad urbana desde un prisma multidimensional que incluye no sólo las acciones de ahorro de recursos, la reducción de la contaminación o los modos de ocupación del suelo, sino además la integración de todos ellos en torno a una ética del cuido296 como un nuevo paradigma para la gestión pública del territorio y del paisaje urbano. Los huertos informales son un ejemplo de sostenibilidad local, en tanto que es una opción de bajo coste de inversión que incorpora la filosofía del reciclaje y del bajo mantenimiento. Remite a los valores de la ecología urbana y de ciudad sostenible

295

Véase: Sostenibilidad Local: Una aproximación urbana y rural. Disponible en el sitio web del Observatorio de la Sostenibilidad de España (OSE) http://www.sostenibilidad-es.org/ 296 SEISDEDOS, Gildo. Estrategias urbanas para una ética del cuidado. Revista Ciudad Sostenible N° 1 Disponible en : Dhttp://www.ciudadsostenible.eu/

Ibíd. Véase blog de Caja Madrid : http://www.blogdemedioambiente.com/ 118


Fig. 73 Imagen de los huertos informales en Barcelona. Pau Faus

Fig. 74 Imagen de los huertos informales en Barcelona. Pau Faus

119


3.1.4.

Se trataría aquí -entonces- de la existencia de una problemática donde los migrantes de las áreas rurales están casi obligados a inventar una nueva geografía de vida. Quizás por eso, los arquitectos-artistas del estudio Map Office reconocen que: “la metrópolis del sur de China es ciertamente una de las más representativas caras del urbanismo del siglo XXI”298 que entendemos tiene entre sus retos la sostenibilidad, calidad de vida y desarrollo regional. Subrayando el aporte al discurso de la sostenibilidad que se ha develado en este ejemplo de autogestión del vacío urbano, queremos puntualizar el debate que se abre en torno a qué significa re habitar y qué sentido adquiere esta opción en diseño de cara al actual coyuntura económica mundial que reclama con urgencia un decrecimiento en la actividad de la edificación opuesto al desarrollo inmobiliario descontrolado. Re habitar significa habitar de otra forma un espacio, usar de la manera más simple, desinhibida y verdadera un espacio existente. 299 Ello conlleva a reconsiderar nuestro punto de vista sobre lo viejo o sobre lo que ya existe, habitualmente contemplado desde una valoración negativa, no solo simbólicamente, sino legalmente. Es por esto que la opción de re habitar dentro del discurso de las prácticas de sostenibilidad conlleva a una reflexión crítica sobre las normativas que rigen para la edificación que por lo general tienden a dejar fuera de la normativa a las construcciones existentes, fuera de los códigos de seguridad, por ejemplo, lo que incita a deshacerse de las edificaciones y en su lugar a

Re-habitando infraestructura en desuso. (Map Office -Hong Kong)

El proyecto Underneath: Exploring new urban fields (2005) de los arquitectos franceses Laurent Gutiérrez y Valerie Portefaix, constituye un ejemplo de investigación multidisciplinar que conjuga la arquitectura y las artes visuales, con el objetivo de explorar aspectos socio-políticos dentro de la arquitectura contemporánea. Específicamente nos interesa para esta investigación, reseñar las prácticas de ocio colectivo que ocurren bajo una red de autopistas, en tanto que se descubre o desnuda una realidad de la falta de espacios de socialización para ciertos grupos desplazados y la potencial reivindicación de “espacios muertos”, que se encuentran al reverso de grandes infraestructuras públicas. En este caso, la instalación multimedia de video y fotografía que incorpora este proyecto, retrata formas de autogestión del espacio urbano en la región del Delta del Río Perla (China), y más específicamente los nuevos tejidos urbanos debajo de la estructura del anillo de la autopista de Guangzhou. Underneath hace un cuestionamiento de estos lugares con diferentes particularidades en su distribución socioeconómica, con conflictos políticos y de identidad, mostrando principalmente la forma en que los trabajadores migrantes se adaptan a los espacios bajo la autopista, y revelando una transformación del paisaje urbano que -según los autores- va mucho más allá de las convencionales dicotomías entre las condiciones rurales y urbanas297.

298

Ibid. Véase: Grupo de investigación Habitar. Departamento de proyectos arquitectónicos. Universidad Politécnica de Cataluña. Re habitar en nueve episodios. Disponible en: http://rehabitar.blogspot.com/p/episodios.html

297

299

GUTIÉRREZ, Laurent y Portefaix, Valerie-Map Office (2005). Underneath: Exploring new urban fields. Disponible en http://www.map-office.com/maponline/index.html 120


seguir edificando con el pretexto de ajustar lo nuevo a la norma. Tal y como dan cuenta las actividades parasitarias que a primera vista nos remiten estos usos que los habitantes de la región del Delta del Río Perla hacen de los espacios residuales para los cuales no se ha concebido ninguna utilidad; en estos actos de re habitar las contra formas o los contra espacios de las infraestructuras viales, lo que sobresale son las presencias colectivas de los inmigrantes de las zonas rurales, la densidad de estos espacios de sociabilidad. Haciendo eco del pensamiento de Bruno Taut que se refiere a que son las personas quienes tienen esta capacidad de transformar un espacio y, por tanto, son esenciales para re habitarlo, es que se comprende el sentido de construir este argumento en torno al término re habitar puesto que hace referencia a la acción autónoma, al sujeto que la produce y al proceso mismo de la autogestión y no en torno al término que tradicionalmente se utiliza en la práctica de la arquitectura que es el de rehabilitar y que ciertamente hace referencia directamente a las modificaciones físicasestéticas del espacio como objeto. Es por ello que concluyendo con una de las afirmaciones que ha planteado el grupo de investigación Habitar, ciertamente y dentro de lo que hemos venido elaborando en nuestro proyecto de investigación sobre la autogestión del espacio, la opción de Re habitar constituye hoy un gesto amplio que contiene todos los usos de la arquitectura.300

300

Fig. 75 “Sleepping” Underneath (2005) Map Office.

Fig. 76 Imagen de la serie Underneath (2005) Map Office. Ibíd. 121


Fig. 77 “Playing at night 2” Underneath (2005) Map Office.

Fig. 79 Imagen de la serie Underneath (2005) Map Office.

Fig. 78 Restaurante comida rápida para pequeñas Villas que conforman una comunidad bajo la utopista. Underneath (2005) Map Office.

Fig. 80 Imagen de la serie Underneath (2005) Map Office.

122


3.2.

intervención, construcción y modificación) podría comprenderse lógicamente como una secuencia de instrumentos que van de lo teórico a lo pragmático o lo que es lo mismo del pensamiento a la experiencia misma, no necesariamente sucede así y casi nunca en los países en estado de subdesarrollo. Las condiciones estructurales de subdesarrollo y pobreza a las que actualmente se les atribuye el problema de la ciudad informal; se ven agravadas por el tipo particular de relaciones económicas sociales y políticas, que se manifiestan en una inequitativa redistribución del ingreso y las oportunidades y en una forma particular de gestión y gobierno, que en el contexto urbano, se ven expresadas. 304 Así vemos cómo en las realidades de los países en vías de desarrollo, la permisividad o falta de efectividad de los mecanismos de control, sumado a una incapacidad para satisfacer las necesidades primarias de sectores de la población y a una permanente necesidad de infraestructura con carácter de emergencia; la urbanización del territorio no ocurre precisamente de esta lógica secuencial de regulaciónplanificación y edificación, y por el contrario la urbanización de grandes áreas se le atribuye a manifestaciones de autogestión del espacio urbano de otro talante, de otra dimensión y significado muy diferentes a los que hemos revisado en el apartado anterior y que se correspondían con escenarios de ciudades de países desarrollados. En estos contextos donde las necesidades vitales de muchos sectores quedan al margen de la planificación, cualquier espacio no cualificado y que escapa a la

Prácticas de autogestión como forma de producción de ciudad informal. Acciones de supervivencia en contextos desregulados.

En tanto que la ciudad formal remite a un determinado orden, es decir a un conjunto de reglas, la informalidad urbana ,- la ciudad informal, la irregularidad urbana o la ilegalidad urbana,- implican procesos que se alejan de un determinado orden formal, regular, legal. 301 Así, la ciudad informal podría definirse como el espacio urbano producido al margen o en contraposición al orden formal302 La ciudad informal conlleva a la ocupación ilegal de terrenos que se encuentran en propiedad pública o privada (“squatting”, en castellano allanamiento), a la compra de pequeñas parcelas (100-150 m2), sin el registro de la propiedad, a la auto-construcción (y posterior remodelación y ampliación) sin permiso de construcción y sin la consideración de normas de construcción.303 Esto quiere decir que no obstante a que la lógica del proceso de producción de ciudad formal, incluyendo procesos de regulación (mecanismos de control, normativas, parámetros, criterios), procesos de planificación (procedimientos de ordenación, organización y distribución de funciones) y procesos de edificación (tácticas de 301

DUHAU, Emilio (2003) La ciudad informal, el orden urbano y el derecho a la ciudad. Disponible en el sitio web del Proyecto Territorio y Suelo del Instituto de Estudios Urbanos de la Universidad Nacional de Colombia y Fedevivienda. http://www.territorioysuelo.org 302 Ibíd. Pág.3 303 MERTINS, G.; Popp, J.; Wehrmann, B. (1998). Tenencia de la tierra en áreas de asentamientos informales en ciudades grandes de países en desarrollo. Facultad de Geografía de la Philipps-Universität de Marburg. Noviembre. Pág. 3. Disponible en: http://gtz.de/de/dokumente/es-land-tenure-urban.pdf. Pág. 5-6

304

ARANGO, Gilberto. (1990) La ciudad informal en el siglo XXI. Ponencia presentada en el Foro Perspectivas Metropolitanas Siglo XX, Octubre. Disponible en: http://agora.unalmed.edu.co/docs/gae07-CiudadInfo.PDF. Pág.1 123


regulación, paradójicamente “permite” a las personas tener la oportunidad de tomar la iniciativa y participar directamente en los procesos de transformación del territorio. Ahora bien, aunque en estos contextos los procesos de autogestión son más relevantes en el sentido que producen tanto o más superficie de ciudad, esto no quiere decir en ningún momento que sea el escenario ideal o justo, tampoco que no sea urgente y obvio lineamientos que enmarquen el desarrollo urbano propuestos desde la regulación y la planificación gubernamental. Al contrario, en los barrios informales como son espacios que escapan al control del poder público (o donde éste es muy frágil) es fundamental el papel del diseño urbano para determinar una nueva imagen, tanto para contribuir a la re-significación general del sistema urbano, como para la mejora de la calidad de vida de los que se ven obligados a vivir allí por falta de alternativas. El diseño urbano en estas circunstancias tiene como finalidad principal instaurar la dimensión del espacio público como ámbito de calidad y no sólo como provisión de servicios, equipamientos e infraestructura.305 Sobre esta importante afirmación se profundizará más adelante cuando se presenten una serie de casos de estudio que ejemplifican esfuerzos mancomunados dentro de la filosofía de lo que se podría denominar bottom-up urban planning (en castellano, urbanismo desde abajo).

Cuando la ciudad informal es el producto de operaciones en una escala significativa y la topografía lo permite, la traza suele presentar una estructura regular, no obstante el espacio público (como resultado de procesos más o menos azarosos orientados por el modo y las circunstancias en las que se produjo en la parcelación y apropiación del suelo; es reducido al espacio de circulación, sin diferenciación en muchos casos del área de circulación vehicular y el área de circulación peatonal. En la ciudad informal, las edificaciones se desarrollan, en su gran mayoría, de acuerdo con un saber empírico ajeno al orden urbano formal y tienden a ocupar todo el área disponible en cada terreno. Las viviendas se mejoran y amplían e incorporan usos no habitacionales, ignorando de modo generalizado el orden urbano formal.306A raíz de esta definición, comúnmente la noción de ciudad informal ha sido asociada a regiones urbanas condicionadas por procesos al margen del “orden urbano”, tales como los asentamientos autoconstruidos de viviendas precarizadas, caracterizadas principalmente por la parcelación ilegal e irregular de zonas urbano-marginales. Por eso, a diferencia de los mecanismos oficiales de hacer ciudad, en la producción de ciudad informal surgen opciones alternativas implementadas por la iniciativa ciudadana, representada en grupos vecinales o gremiales vendedores, artesanos, artistas, inmigrantes, etc.- que se organizan de forma autónoma o con relativa independencia

JÁUREGUI, Jorge Mario. (2004). Traumas urbanos: “urbanización” fuera de control, “urbanismo explosivo en América Latina” Conferencia pronunciada en el marco del debate “Traumas urbanos. La ciudad y los desastres”. Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona CCCB, 7-11 julio. Disponible en: http://urban.cccb.org/urbanLibrary/html 305

306

DUHAU, Emilio (2003) La ciudad informal, el orden urbano y el derecho a la ciudad. Disponible en el sitio web del Proyecto Territorio y Suelo del Instituto de Estudios Urbanos de la Universidad Nacional de Colombia y Fedevivienda. http://www.territorioysuelo.org 124


organizativa y económica de cualquier autoridad externa a ellas. La ciudad informal respondería, de tal manera, a otro tipo de mecanismos de producción del espacio -encabezados por la idea de autogestión- favorecido sobre todo por procesos más espontáneos que lo planificado estratégicamente, aunque no por ello desprovistos de un cierto orden propio muy particular. A partir de esta división entre ciudad formal e informal, se puede comprender que, mientras que los procesos de regulación, planificación y ejecución implican a una serie de instancias políticas y administrativas del gobierno central y local, conjuntamente con la inversión del sector privado; el fenómeno de la autogestión del espacio urbano lo protagonizan los ciudadanos directamente, desde sus estrategias de sobrevivencia cotidianas hasta la participación de agrupaciones o colectivos con un cierto grado organizativo pero por lo general actuando de forma autónoma. Dentro del gran espectro de prácticas auto gestionadas, nuestra investigación hará especial referencia a la economía y la vivienda informal. Así, podríamos mencionar -como ejemplos- la proliferación de “ventas callejeras” en las ciudades latinoamericanas o en los países asiáticos, donde el fenómeno adquiere tal dimensión y complejidad, que incluso se asume con relativa normalidad, debido precisamente al fenómeno de la pobreza urbana, que escapa del control de las autoridades públicas; o es igualmente verificable la existencia del fenómeno de “asentamientos informales”, mediante los cuales se llegan a consolidar importantes zonas de las grandes áreas metropolitanas, tal y como sucede en las “favelas” de la ciudad de Sao Paulo, Brasil.

3.2.1.

“comercio informal callejero”

Como plantea Michael G. Donovan, el “comercio callejero” representa actualmente una de las ocupaciones informales más visibles, populares y a la vez más conflictivas para el mantenimiento del orden del espacio público, enfrentando casi siempre un radical entorno de censura política, y represión policial al ser considerada como un problema para el orden o congestión de las calles, y además por supuestamente propiciar un estímulo más o menos directo al desorden, ilegalidad y la delincuencia. No obstante a esta connotación negativa que se le asocia al comercio informal casi de forma generalizada, inclusive en los contextos donde se verifica como actividad económica de relevancia; mientras que los opositores de las ventas ambulantes afirman que la informalidad en los espacios públicos arruina la imagen de una ciudad, y desde este argumento frecuentemente defendido por la clase profesional, urbanistas y administración pública se advierte que se pone en peligro la competitividad económica de la ciudad; ”307 las ventas callejeras son vistas desde otras miradas también como importantes redes de seguridad social que operan ante la ausencia de un sistema de bienestar organizado. Dentro de estas prácticas informales como prácticas de sobrevivencia, la venta de comida callejera es un fenómeno de crecimiento rápido, muy diseminado dentro de los centros urbanos densamente poblados y poco controlados. Así, por ejemplo, el proyecto “Streetfood 307

CENTENO y Portes (2006, Pág. 40) en DONOVAN, Michael G (2008) Informal Cities and the Contestation of Public Space: The Case of Bogotá's Street Vendors, 1988-2003. Revista Urban Studies, Vol. 45, N° 1. Pág. 29-51 125


Hanoi” del Arq. Matteo Aimini 308, revela las prácticas callejeras en Hanoi (Vietnam) en donde cada día más de dos mil mujeres circulan por las calles vendiendo un “plato típico”, el Pho Bo, una mezcla de soja, espaguetis, verduras, carne de cerdo o vaca y caldo caliente. Cada punto de venta es constituido por una mujer que carga en los hombros una vara de bambú, de cuyos extremos cuelgan dos recipientes; a uno de los lados lleva la olla de la sopa con palillos chinos y cucharas para comer, y al otro, amontonados en orden, taburetes pequeños de diez centímetros de altura. Este tipo de mini taburetes, produce una utilización temporal del espacio, como especie de “restaurantes” improvisados, directamente plantados en medio de la calle o acera. 309 Otro tipo de servicio ambulante paralelo a la venta de comida callejera, es el fenómeno de la venta de servicios de “reparaciones callejeras”, que los artistas Daniel Barriga y Carlos Muñoz documentaron en las calles del Barrio 7 de agosto, en la ciudad de Bogotá (Colombia). Este popular sector de la ciudad lleva casi dos décadas dedicado a ese negocio de las reparaciones callejeras, donde se trafica informalmente con distintos tipos de mercancías: desde repuestos “originales”, hasta repuestos “chimbos” (de segunda mano) o repuestos “robados” (de vehículos desvalijados). A su vez, hay mecánicos ambulantes, vendedores de accesorios, o los llamados “para calles” (quienes consiguen repuestos o reparaciones rápidas, sin necesidad que el cliente baje del vehículo). 308

Véase el sitio Web del Arq. Matteo Aimini, director fundador de POLA architects. Permanent Office for Landscape &Architecture con sede en Milán, Italia y Viethnam. http://www.polarch.eu/italiano/ 309 POLA+ALAD. (2007). Streetfood Hanoi. Incluido en PERAN, Martí (2009). Post-it city: ciudades ocasionales. Madrid: Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior.

Fig. 81 Imágenes del proyecto “Streetfood Hanoi” documentación sobre el fenómeno de los restaurantes móviles en Hanoi (2007) POLA+ALAD

126


Las labores de reparación que se efectúan en estas calles de Bogotá, conllevan también la aparición de objetos paraarquitectónicos, es decir, pequeños dispositivos autoconstruidos con materiales reciclados o que apelan a la modificación y transformación de vehículos y bicicletas, para funcionar ya sea como contenedores de herramientas amarrados a los postes de alumbrado eléctrico público; o como carritos con cachivaches y distintos talleres móviles; tal y como se muestra en las fotografías. El barrio 7 de agosto en Bogotá, se convierte así en uno de los muchos ejemplos de dinámicas económicas informales que operan en ciudades de países latinoamericanos en vías de desarrollo como Bogotá Colombia, donde la apropiación del espacio público, se convierte en un signo elocuente de las necesidades reales de una ciudad y una población sometida a condiciones económicas y de vida, que le obligan a buscar medios alternativos de sobrevivencia, a través precisamente de estas prácticas informales que, sin embargo, se van haciendo cada día más habituales 310. Otra expresión de la economía informal a un nivel organizativo más complejo, un tipo de asentamiento más permanente, lo constituyen los mercados de “productos ilegales”. En este caso, dos de los mercados de mayor superficie y mayor arraigo, en tanto fenómenos urbanos, sociales –e incluso culturales- es el famoso mercado Tepito (Distrito Federal, México), así como en el mercado La Salada, (Buenos Aires, Argentina).

310

BARRIGA, Daniel; Muñoz http://danibarriga.wordpress.com/

Carlos.

(2007)

Proyecto

El

Fig. 82 Imágenes del fenómeno de los talleres callejeros en Bogotá documentado por Daniel Barriga y Carlos Muñoz

7

127


Estos mercados han llegado a convertirse en enormes hábitats humanos (en tanto que lugar cotidiano de trabajo y socialización para un colectivo de comerciantes informales); con repercusiones evidentemente urbanas en tanto que ocupan zonas extensas y movilizan a su alrededor, importantes cantidades de visitantes y mercadería a diario, llegando a ser consideradas dos de las ferias informales más grandes de Latinoamérica. En el caso del mercado La Salada en Argentina, el proyecto de investigación “Tu parte salada”311, de Julián D’Angiolillo y otros, registró en un vídeo las permanentes interacciones entre feriantes y visitantes, con el trasiego de mercadería clandestina de imitaciones de marcas (conocida como mercadería “trucha”), donde es común que participen inmigrantes de Bolivia, Perú, Paraguay o del interior de Argentina, que además se organizan para afirmar la identidad y derechos de esos trabajadores informales. Así, lejos de tener algún estatuto legal, la feria La Salada establece sus propias leyes. Pese a que el comercio informal posee connotaciones negativas, paradójicamente la densidad de relaciones y presciencias que se documentan desde diferentes casos de estudio, es defendida por quienes se oponen a que las calles sean vaciadas como una medida para restablecer el orden y como garantía de seguridad tal y como lo defendió Jane Jacobs quien se opuso a la dispersión urbana pero también a la conformación de guetos residenciales estériles e hiper vigilados que aniquilan vitalidad misma como característica de centralidad y visibilidad sobre la que profundizaremos más adelante en el cuarto capítulo.

Fig. 83 Vista aérea del Mercado “Tepito”, D.F. , México

Fig. 84 Vista aérea de la feria La Salada, Buenos Aires, Argentina

Julián D’Angiolillo y otros. Ampliar en: http://www.elnuevomunicipio.com.ar y en http://www.ciutatsocasionals.net/proyectos/2tupartesalada/index.htm 311

128


3.2.2.

Los “asentamientos informales”

desarrollados. Son el producto de una necesidad urgente de obtención de vivienda de las comunidades urbanas de escasos recursos económicos que se generan cuando la administración actual y las autoridades de desarrollo urbano son incapaces de cubrir las necesidades de la comunidad entera o cuando un grupo de personas requiere de un lugar donde vivir pero no disponen de los recursos económicos necesarios para poder adquirir una vivienda de tipo “regular”. Sus residentes sobreviven y conviven en un estado permanente de inseguridad legal y social puesto que invaden terrenos que están sujetos a amenazas de desalojo y la negación de los servicios públicos municipales tales como agua potable, energía eléctrica, gas, recolección de basura, drenaje pluvial, pavimentación de calles y transporte público, e iluminación, servicios sociales comunitarios (educación, recreación) entre otros. Los asentamientos informales por lo general son establecimientos densamente poblados por comunidades enteras (barriadas, vecindarios) albergadas en prototipos de vivienda auto-construida -campamentos o chabolas de un carácter semi-permanente que ponen de manifiesto aspectos relacionados con la puesta en práctica de saberes empíricos asociados a ciertas tradiciones constructivas vernáculas que dan cuentan de una pericia para adaptarse a condiciones ambientales cambiantes en tanto que parte del reciclaje de materiales, del uso de materiales disponibles del entorno inmediato y del uso de pequeños porcentajes de recursos energéticos disponibles. 312

La prescencia de asentamientos informales vinculados a poblaciones migrantes está vinculada a una transformación territorial acelerada, desorganizada y no planificada. El crecimiento de las dificultades socioeconómicas, el desempleo y la exclusión social, se manifiesta en el crecimiento del sector de la población con necesidades básicas insatisfechas, que se disponen a ocupar terrenos periféricos, muchas veces no aptos para asentamientos humanos, frecuentemente se localizan en zonas de riesgo sujetas a la degradación ambiental y peligro de desastre natural, derrumbe o inundación, como son los suelos con riesgo geológico o riesgo sanitario. A diferencia de las prácticas de apropiación de espacios como un refugio temporal de carácter efímero (como por ejemplo los “sin techo” que hacen un uso más fugaz e intermitente para pernoctar) -; los “asentamientos informales” constituyen una forma de hábitat transitorio para satisfacer las necesidades de resguardo, almacenamiento y seguridad para un colectivo de personas que se establecen dentro de terrenos marginados que están dentro de los límites de las zonas urbanas sin el reconocimiento de derechos legales, expandiendo los bordes de las ciudades. Por lo general estos establecimientos se producen bajo precarias condiciones urbanas, de seguridad e higiene, por la falta de servicios públicos básicos; por la degradación ambiental del propio ecosistema local y por los severos problemas sociales que afronta la población. Los asentamientos informales son característicos en los países en vías de desarrollo o zonas de pobreza de comunidades de inmigrantes o minorías étnicas en países

312

ARBOLEDA, Gabriel. Primera base de datos en la red sobre arquitecturas indígenas y vernaculares. Investigación para el Programa de Doctorado en Arquitectura de la Universidad de California, Berkeley http://etnoarquitectura.org/ 129


Estas áreas experimentan una rápida extensión no estructurada y no planeada. A escala global, los asentamientos informales son un problema significativo, especialmente en los países del Tercer Mundo, los cuales albergan a la mayoría de los habitantes más desaventajados. Los establecimientos informales son sistemas sociales dinámicos complejos que experimentan un cambio continuo. El trazado urbano de un asentamiento informal por lo general es de forma irregular y de difíciles condiciones de accesibilidad al mismo, desvinculado estructuralmente del resto de la infraestructura de comunicación y/o los servicios y equipamiento urbano tal como escuelas, clínicas, y atención social. El espacio público abierto puede ser inseguro e insuficiente para las necesidades de la comunidad que habita un asentamiento informal. En este sentido, el proyecto “Cross-border suburbias” del arquitecto Teddy Cruz documenta el fenómeno de los asentamientos informales en la frontera internacional entre EEUU y México en el paso fronterizo de San Diego - Tijuana, la más concurrida del mundo (aproximadamente sesenta millones de personas la cruzan cada año, moviendo en ambos sentidos una cantidad incalculable de bienes y servicios). En esta frontera se pueden captar paisajes contradictorios, se pueden encontrar propiedades tan ricas como las que se erigen en las afueras de San Diego, a unos veinte minutos escasos de algunos de los asentamientos humanos más pobres de la América Latina, como los que se hallan en el extremo sur de Tijuana. Así, mientras que los “flujos humanos” se movilizan hacia el norte, en busca de un puñado de dólares, “el gasto infraestructural” se desplaza en dirección contraria, para construir un urbanismo insurgente, transfronterizo y de emergencia. Es por ello que el estudio Cruz ha puesto en

Fig. 85 Proyecto “Cross-border suburbias” Teddy Cruz, Estudio Cruz (20032008)

130


marcha una micro política con la organización Casa Familiar, como un proceso informal de desarrollo urbano y económico para el barrio de San Isidro, con el objetivo de ayudar a convertirse en un impulsor de prototipos alternativos de vivienda.313 Otro proyecto de documentación del fenómeno de la autogestión que ha registrado específicamente la presencia de asentamientos humanos en zonas inusuales e inapropiadas es el documental Entre los muertos, de Jorge Dalton. El escabroso tema de la muerte en El Salvador, uno de los países más violentos e inseguros de América Latina, donde la muerte se ha convertido en un hecho cotidiano que los salvadoreños parecen haberse acostumbrado durante el conflicto armado, a vivir (literalmente) entre la tortura, las desapariciones forzosas y la muerte. Esa situación no cambio luego de culminada la sangrienta guerra civil. La actitud hacia la muerte continúa siendo indiferente, al punto de que una comunidad entera vive desde mediados del siglo XX dentro de un cementerio capitalino. 314 Recapitulando las ideas centrales de esta sección, podemos decir que los conceptos de auto-construcción y de saberes empíricos que hacen posible la transformación casi intuitiva de solares y tierras no cualificadas para adaptarlos a la función de habitar, será retomado en el cuarto capítulo como uno de los conceptos claves para entender el derecho de las personas a la centralidad, a la visibilidad que algunos teóricos manejan como argumento en la re definición del sentido cívico del espacio público.

313

http://www.ciutatsocasionals.net/proyectos/10teddycruz/index.htm Véase: DALTON García, Jorge. (2006) “Entre los muertos”. Documental 60 minutos. El Salvador: Producciones Raíces, S.L.

Fig. 86“Entre los muertos” Documental sobre un asentamiento informal dentro de un cementerio San Salvador, El Salvador, Jorge Dalton.

314

131


132


3.2.3.

propiedad de la tierra, la salud o la educación, junto a la oferta de suelo comercializado ilegalmente y la permisividad frente a la invasión de tierras ociosas, sobre todo en áreas no consolidadas, conforman un cuadro favorable al surgimiento de la ciudad informal.316 Paralelamente, las nuevas capacidades de organización, las tecnologías de punta y diversos sectores de crecimiento económico, han provocado que se polarice la urbanización tanto por el surgimiento de la “dispersión geográfica” (desterritorialización de personas, prácticas económicas y culturales), como por la aparición de “nuevas centralidades” (lugares estratégicos dotados de enormes concentraciones de infraestructura, de mano de obra y de edificaciones).317 Estos fenómenos se termina expresando territorialmente con un incremento de la marginalización y la producción de ciudades muchas veces divididas entre el denominado “sector formal” (centro, sub-centros y barrios) y “sector informal” (favelas y periferias), donde se produce la ocupación de espacios privados y públicos, en medio del litigio constante de calles, plazas y espacios residuales, por todo tipo de agentes “clandestinos” 318. Así, en las metrópolis latinoamericanas la noción de “ciudad informal” se ha comprendido en términos de

La ciudad informal en Latinoamérica

Para empezar a dimensionar lo relevante del problema de la ciudad informal en los contextos en desarrollo y específicamente en Latinoamérica, señalamos como una de sus principales detonantes el aumento de la población urbana unida a una expansión correspondiente de la superficie y a una rápida expansión asentamientos informales: En los países en desarrollo, el 40-50% de la población de las ciudades grandes viven en barrios de asentamientos informales al margen de la ciudad (slums) o dentro de la ciudad y que por lo menos la mitad de la sustancia edilicia, es decir de los barrios, en algunos casos incluso hasta en un 80%, se han originado de forma informal es decir sin autorización o plan oficial. Entre ellos están comprendidos también los originados en otros tiempos de manera informal, en parte hace 20/25 años y antes, hoy ya y desde hace tiempo barrios consolidados y legalizados/”formalizados”, es decir, los reconocidos oficialmente.315 Ahora bien, concretamente en el complejo contexto latinoamericano, la reducción del trabajo asalariado y el incremento de la informalidad, junto con la creciente precarización del hábitat urbano y la destrucción de los mecanismos del Estado de Bienestar, son factores que han contribuido a la aparición de la ciudad informal. El déficit de vivienda y las políticas públicas deficitarias en sectores tan cruciales como el laboral, la

316

TARDIN, Raquel. La ciudad informal. Revista Ambiente Digital Nº 100. Disponible en: http://www.revista-ambiente.com.ar/ultimos_numeros/n100.htm 317 JÁUREGUI, Jorge Mario. (2004). Traumas urbanos: “urbanización” fuera de control, “urbanismo explosivo en América Latina” Conferencia pronunciada en el marco del debate “Traumas urbanos. La ciudad y los desastres”. Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona CCCB, 7-11 julio. Disponible en: http://urban.cccb.org/urbanLibrary/html 318 En las ciudades latinoamericanas, el porcentaje de «ciudad informal» en algunos casos es mayor que el de la «ciudad formal»: como en Caracas, donde se reconoce un 60% de ciudad informal y un 40% de ciudad formal; o en Lima, con el 70% de área informal. En la mayoría de ellas el porcentaje es alto, variando entre un 30 y un 50% en los dos mayores países del subcontinente: México y Brasil. En Buenos Aires, Santiago de Chile y Montevideo, es del orden del 5% al 10%. Ibíd.

315

MERTINS, G.; Popp, J.; Wehrmann, B. (1998). Tenencia de la tierra en áreas de asentamientos informales en ciudades grandes de países en desarrollo. Facultad de Geografía de la Philipps-Universität de Marburg. Noviembre. Pág. 3. Disponible en: http://gtz.de/de/dokumente/es-land-tenure-urban.pdf 133


existencia “asentamientos informales”, que se desarrollan al margen de la planificación urbanística, conformando una parte considerable del suelo y la problemática urbana. Por eso, es común que junto a la ciudad formal, aparezcan territorios confusos, donde la formalidad y la informalidad se superponen en una composición difícil de interpretar, y en la que la intervención urbanística es muy compleja. Por eso, podría decirse que surge “otra” geografía que pasa desapercibida en muchos de estos países latinoamericanos: desde las quebradas de Caracas (Venezuela), las barriadas de Lima (Perú), los barrios clandestinos de Bogotá (Colombia), las villas miseria de Buenos Aires (Argentina), las callampas de Santiago (Chile), o los alagados de Salvador, las favelas de Río y los mocambos de Recife (Brasil)319. El fenómeno de los asentamientos informales en Latinoamérica está casi siempre caracterizado por una ocupación indiscriminada del suelo, malas condiciones de accesibilidad, inexistencia de títulos de propiedad, carencia de equipamientos y servicios, y diversos grados de precariedad de las viviendas, pero también por un alto nivel de participación de la población. Al mismo tiempo, la informalidad no se refiere únicamente a la autoconstrucción320, sino que incluye casi siempre la habilitación

de diversos espacios de usos comunitarios e infraestructuras fragmentarias321. El tipo de contexto en el que se dan los fenómenos de auto-gestión definen al mismo tiempo sus cualidades de permanencia o transitoriedad y en el caso específico de los asentamientos informales en Latinoamérica, se entiende que son formas de ocupación del espacio que son un poco más estables o recurrentes a diferencia de las acciones clandestinas propias de otros contextos de países desarrollados. Es decir que a pesar de que constituyen ejemplos de ocupación ilegal, se asume su existencia de forma casi natural y permanente o al menos de forma temporal. Vemos cómo en el contexto de esos países en desarrollo dentro de sus complejas realidades, las prácticas cotidianas informales no son vistas como contrarias a las tradicionales o nuevas formas de producción del espacio. Por eso, por lo general los procesos informales de autogestión del espacio constituyen muchas veces una forma de producir ciudad. En tal sentido, esas formas de autogestión podrían comprenderse como “espacios intersticiales” (zonas de transición social de alto potencial) o proyectos de estructuración capaces de articular lo estratégico (la planificación urbana a largo plazo) con lo táctico (intervenciones puntuales, específicas), capaces de 322 responder a las mayores urgencias cotidianas .

319

321

JÁUREGUI, Jorge Mario. (2004). Traumas urbanos: “urbanización” fuera de control, “urbanismo explosivo en América Latina” Conferencia pronunciada en el marco del debate “Traumas urbanos. La ciudad y los desastres”. Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona CCCB, 7-11 julio. Disponible en: http://urban.cccb.org/urbanLibrary/html 322 Ibíd.

TARDIN, Raquel. La ciudad informal. Revista Ambiente Digital Nº 100. Disponible en: http://www.revista-ambiente.com.ar/ultimos_numeros/n100.htm 320 Se entiende la autoconstrucción como la práctica de la fabricación, reparación o edificación de espacios, mobiliario, artefactos, por uno mismo, con poco o ninguna supervisión técnica profesional o conocimiento especializado, si nomás bien empírico de modo que se ahorra dinero, recuros. Más adelante se volverá sobre este término en el cuarto capítulo. 134


De esta forma vemos como la llamada “urbanización informal” en el contexto latinoamericano, ha acabado por ser el elemento dominante en la producción de ciudades en varios países. La magnitud de esta forma de producir ciudad se ha convertido en una norma más que en una excepción, e incluso ha provocado que no se le considere como contraria u opuesta a la planificación urbana, o a las formas contemporáneas de intervención de la ciudad. Aunque si es cierto que pese a su contundente presencia, es un hecho ampliamente aceptado por la mayoría de los estudiosos del tema de la informalidad en América Latina que el paradigma del “orden formal” de la ciudad latinoamericana ha ignorado durante largo tiempo la “ciudad informal” como una realidad emergente y propia de una particular estructura social, de la inequidad en la distribución del ingreso y de las condiciones prácticas en las que gran parte de la población urbana accede o gestiona un lugar dentro de esas urbes dispares 323. Lo anterior se entiende en tanto que pese a que desde inicios de los años 80’s, la ciudad fue el escenario de la competencia política, la mayoría de los Estados de los países latinoamericanos no lograron formular políticas urbanas claras, integrales y coherentes, a punto tal que la creciente urbanización y la separación entre el organismo político y la participación social, características esenciales del Estado moderno, le restaron atributos a la condición de ciudadanía y transformaron a los gobiernos locales (de cercanía) en

apéndices del gobierno nacional (de distancia), según una lógica clientelar.324 Las mismas razones de orden social y económico que han hecho emerger la ciudad informal, (deterioro sistemático de las condiciones materiales de vida de su población, necesidades básicas insatisfechas) han dejado a una vasta población vulnerable sin capacidad para politizar la ciudad y sin espacios de representación (espacios cívicos). En otras palabras, aunque los derechos civiles están formalmente asegurados, la propia organización social del territorio de las metrópolis latinoamericanas parece desconectar la condición urbana de la ciudadanía. 325 Es justamente en este sentido, que se comprende la urgente necesidad de politizar y socializar los problemas de la ciudad Latinoamericana, reconociendo las diferencias y las desigualdades, con el objetivo de consolidar nuevos espacios para la ciudadanía 326 así mismo incorporar progresivamente esta discusión a las doctrinas urbanísticas. Esta realidad que urge de una problematización desde el eje de discusión que supone la relación entre espacio urbano, sociedad y Estado en América Latina con el objetivo de hacer explícita la especificidad de la problemática urbana en el contexto latinoamericano y la urgente necesidad de “repensar la ciudad de América Latina” a la luz de el surgimiento de una diversidad de

324

CARRIÓN, Fernando. (2007). El desafío político de gobernar la ciudad. Caracas: Revista Nueva Sociedad N° 212 noviembre / diciembre. Pág. 36-52 325 QUEIROZ Ribeiro, Luiz César (2007) Metrópolis brasileñas: ¿cómo gobernar la urbs sin civitas? Caracas: Revista Nueva Sociedad N° 212 noviembre / diciembre. Pág. 109 326 Ibíd. Pág. 109

323

DUHAU, Emilio (2003) La ciudad informal, el orden urbano y el derecho a la ciudad. Disponible en el sitio web del Proyecto Territorio y Suelo del Instituto de Estudios Urbanos de la Universidad Nacional de Colombia y Fedevivienda. http://www.territorioysuelo.org 135


proyectos y formas de organización colectiva que dan cuenta del espacio social que resulta privilegiado 327 Desde el Centro de Estudios del Hábitat Popular (CEHAP), de la Universidad Nacional de Colombia, el arquitecto Gilberto Arango ha planteado una reflexión en tomo a qué hacer para que el futuro de los asentamientos populares urbanos sea una oportunidad para formular propuestas de cambio en las políticas, concepciones y prácticas que, hasta el presente, han predominado en los discursos urbanísticos con respecto a la ciudad informal latinoamericana 328. Arango reconoce que el problema de la urbanización descontrolada y precaria de las ciudades latinoamericanas es en la actualidad -y al parecer lo será por mucho tiempo másel resultado directo o indirecto de condiciones estructurales de subdesarrollo y pobreza que se ven agravadas por el tipo particular de relaciones económicas, sociales y políticas que se manifiestan, con una inequitativa redistribución del ingreso (la más injusta del mundo) y de las oportunidades, así como una particular –y deficiente- forma de gestión y gobierno, que en el contexto urbano se ve expresada en la existencia de dos ciudades: la “planificada” para las clases altas y medias, y la “informal o espontánea”, donde se alojan los sectores de bajos ingresos; ambas producto de dos tipos diferentes de relaciones económicas y distintas formas de ejercer la gestión urbana y de planificación329. 327

PENALVA, Susana. Espacio urbano y sociedad en América Latina: la problemática local, emergente en un contexto de crisis. Revista Mexicana de Sociología, Vol. 48, No. 4 (Oct. - Dec., 1986), Pág. 163-173. Universidad Nacional Autónoma de Mexico. Disponible en: http://www.jstor.org/stable/3540395 328 ARANGO, Gilberto. (1990) La ciudad informal en el siglo XXI. Ponencia presentada en el Foro Perspectivas Metropolitanas Siglo XX, Octubre. Disponible en: http://agora.unalmed.edu.co/docs/gae07-CiudadInfo.PDF 329 Ibíd.

Fig. 87 Imágenes de asentamientos informales en Costa Rica “tugurios”

136


Fig. 88 Favela Dona Marta vista desde el Cristo de Corcovado, Río de Janeiro, Brasil

Fig. 90 Dos imágenes de la Villa Miseria 31, Buenos Aires, Argentina (2009) La Villa 31, es una villa miseria ubicada en la Ciudad de Buenos Aires, más precisamente en el barrio de Retiro. En el corredor lindante con la Estación Terminal de Ómnibus de Retiro se constituye una feria franca.

Fig. 89 Ocupaciones Temporales en La Cuenca del Riachuelo-Matanzas, Buenos Aires, Argentina

137


3.2.4.

El Programa Favela Barrio / Brasil.

Los asentamientos informales son una manifestación del desajuste social que se verifica por toda América Latina aunque en cada país adquieren nombres diferentes (favelas, villas miseria, poblaciones, callampas, tugurios) y características particulares. Las favelas son edificaciones muy rudimentarias construidas alrededor de las grandes ciudades (Río de Janeiro y San Paulo). Generalmente, en los barrios formados por favelas no hay ninguna clase de servicios básicos tales como agua potable, electricidad, alcantarillado. Sus habitantes, provenientes de regiones rurales del país, viven en condiciones de pobreza extrema y delincuencia. Actualmente, en las favelas de todo Brasil viven alrededor de 6,5 millones de personas. El Programa Favela-Barrio, creado por la alcaldía de Rio de Janeiro en 1993, como instrumento para la “integración urbanística y social” de estas zonas marginales, buscó regenerar tanto la estructura física como social. Por ello se planteó resolver el problema de la “segregación socio-espacial” de la composición urbana, para re integrar dentro de las dinámicas de la “ciudad formal” a los estratos de población excluidos. De este modo, se trató de incidir sobre dos aspectos fundamentales: el problema de la degradación urbana asociada a los asentamientos informales en general, que obligó a la implantación de mejoras urbanísticas, incluyendo obras de infraestructura, accesibilidad y creación de equipamientos; así como la incidencia sobre los asentamientos habitacionales informales y espontáneos, planteando construir viviendas que suplieran el déficit habitacional.

Fig. 91 Favela de Campinho antes y después de la construcción del P.O.U.S.O. (Puesto de Orientación Urbanístico y Social) Programa Favela- Barrrio.

138


Subrayando la relevancia de los “procesos”, el programa se propuso realizar una “acupuntura urbana” a modo de intervenciones menores, que desencadenaran procesos que se extendieran en el tiempo y en el espacio. Buscando substituir la acción aislada de construir casas, por la variante de organizar de una estructura urbana, donde los estratos de población excluidos de los servicios públicos, se integren a la dinámica funcional y vital de la ciudad formal. Por eso se partió de la hipótesis de que para “construir ciudad”, no es estrictamente necesario un plan totalizador y acotado, sino que es posible re-construirla interviniendo para que se maximicen los efectos y se desencadenen una serie de autogestiones por parte de los mismos habitantes. De tal forma, cada “acción pública” generaría una “acción ciudadana”, que incentive a su vez nuevas inversiones privadas. Así, uno de los máximos impulsores de este proyecto, el investigador Jorge Mario Jáuregui, expone la importancia de estos intercambios, que no solo se establecen en un sentido urbanístico y social, sino también con implicaciones subjetivas y psicológicas: “Entre un arquitecto y la comunidad siempre tiene que haber un diálogo de igual a igual. Es necesario establecer transferencias psicoanalíticas, donde la individualidad del proyectista se conecte con la subjetividad de las personas, que finalmente es la demanda… Jamás hay que responder directamente a la demanda, sino interpretarla. Respuesta directa e interpretación son dos cosas muy diferentes, entonces, no es que haya que hacer lo que el otro pide.” 330 330

JÁUREGUI, Jorge Mario. (2006). Jorge Mario Jáuregui: El rol del arquitecto en la participación. Entrevista publicada la Revista Ciudad y Arquitectura. Colegio de Arquitectos de Chile. N° 127, Octubre-Diciembre. Disponible en: http://www.revistaca.cl/

Fig. 92 Dos vistas del edificio de usos comunitarios del Complejo FubáCampinho. Programa Favela- Barrio

139


En esta re definición de “roles”, que se propone desde el proyecto Favela-Barrio, los técnicos (urbanistas, arquitectos) hacen una lectura en escala micro y macro de esas demandas, y luego gestionan a modo de “acupuntura urbana” en los puntos más críticos que permitan integrar el tejido informal dentro un mayor plano socio-espacial. Entonces, los especialistas intervienen aquí “detectando” las demandas latentes de la gente y la comunidad, por medio de un espacio de “transferencia e interlocución”, para traducirla en una respuesta proyectual y coordinar la participación activa de los habitantes en el diseño y la definir el proyecto. Así, mediante la implicación de la comunidad en la gestión directa de su entorno próximo, se logra que los proyectos se vuelvan más consensuales y a la vez se asegura su “sostenibilidad” en el tiempo, aprovechando además el conocimiento empírico de los habitantes del lugar y considerando sus preferencias en las relaciones previas con esos contextos o espacios vivenciales. Jorge Mario Jáuregui, creador del Programa Favela Barrio, a lo largo de su trayectoria ha intentado aproximarse de esta manera a un “urbanismo atípico”, éticamente comprometido con el devenir social y con la resolución de problemas sociales 331. La naturaleza híbrida del proyecto Favela-Barrio en tanto que la iniciativa ciudadana se ve complementada y guiada por un equipo técnico profesional, nos da pie para introducir el tercer tipo de prácticas de autogestión en el espacio urbano que hemos detectado como parte de nuestro proyecto de investigación. 331

JÁUREGUI, Jorge Mario. (2006). Jorge Mario Jáuregui: El rol del arquitecto en la participación. Entrevista publicada la Revista Ciudad y Arquitectura. Colegio de Arquitectos de Chile. N° 127, Octubre-Diciembre. Disponible en: http://www.revistaca.cl/

Fig. 93 Detalle del Patio Comunitario del Edificio de Viviendas para relocalización de la Favela de Macacos. Programa Favela- Barrio

140


3.3.

Prácticas de autogestión como territorios en proceso. Acciones concertadas.

Existe una circunstancia intermedia entre las prácticas de autogestión que se suscitan de forma clandestina en los contextos de los países desarrollados, donde la planificación urbana y el control son eficientes y las que se dan en la ausencia total de reglas o contextos muy poco regulados o planificados, como en el caso de los países en vías desarrollo. Nos referimos a ciertos tipos de gestión del espacio urbano, en el que cabe la posibilidad de una participación directa de iniciativas de los mismos ciudadanos, circunscritos a un marco general de normativa o de organización. Los casos de estudio que presentamos a continuación como prácticas de autogestión concertada, no son por lo tanto proyectos enteramente auto-gestionados por la comunidad, sino que casi siempre son procesos guiados por profesionales. Las acciones concertadas, que a continuación reseñamos332 se inscriben en dos líneas: Producción del espacio desde la investigación, la reflexión conceptual para el conocimiento del territorio con perspectiva pedagógica: Stalker/ Osservatorio Nomade –ON, Krax (Barcelona) una iniciativa de City Mine(d), Uncertain States of EuropeU.S.E. una iniciativa de Multiplicity.

Fig. 94 Edificio de lavandería Comunitaria. Favela de Macacos, el edificio se inserta en la esquina de dos importantes accesos al interior del Morro dos Macacos. La intervención del edificio de la lavandería en la favela Macacos consiste en una intervención en menor escala y dentro de un camino ya consolidado, como un objeto que manifiesta su presencia en las formas y volúmenes irregulares tratados con fuerte contraste cromático para restituir un trayecto cotidiano y poco atrayente, Jáuregui ofrece un retrato utópico de cómo podrían ser las construcciones de esta favela, en caso de que algún día pudiesen ser finalizadas.

332

Nota: Es básicamente una presentación de proyectos de interés para la investigación. En la continuación de la investigación de doctorado se trabajarán críticamente y más a fondo, los que sean de mayor interés o utilidad para el tema de la tesis doctoral. 141


El colectivo interdisciplinar Stalker planteó en 1995 un método innovador de exploración del territorio inspirado en la doctrina de la Internacional Situacionista. Su propuesta se centra en la investigación y las acciones en el paisaje, con especial interés por explorar las áreas periféricas de los márgenes de la ciudad, las zonas abandonadas, olvidadas del espacio urbano y las regiones en transformación. Estas investigaciones se llevan a cabo en varios niveles, en torno a tres nociones: prácticas, representaciones e intervenciones en estos escenarios antes mencionados y que se les denomina como "territorios reales." Como parte de su quehacer, sus acciones están destinadas a confrontar las contradicciones aparentemente irresolubles de estos territorios reales; por medio de la representación a través de la percepción sensorial y de la intervención en las condiciones inestables y mutables de estas áreas particulares.333 Los “territorios reales” constituyen el negativo de la ciudad construida, los espacios intersticiales y marginales, abandonados o en proceso de transformación. Los territorios reales son el devenir inconsciente de los sistemas urbanos, los espacios de confrontación y la contaminación entre lo orgánico y lo inorgánico, entre la naturaleza y el artificio que producen un nuevo horizonte de territorios inexplorados,

mutante y por defecto virgen. El término "real" indica que el proceso en el que el espacio llega a existir. Estos territorios son difíciles de proyectar porque carecen de conexiones con el presente y por lo tanto son ajenas al lenguaje contemporáneo. Su presencia consciente no puede tener lugar por la experiencia directa, son físicamente testigos antes que ser físicamente representados. El archivo de experiencias es la única forma de mapas posibles para estos territorios "reales".334 El método innovador de exploración del territorio de Stalker incorpora el recorrido como una herramienta para elaborar un mapa cognitivo que se entiende de antemano, se actualiza constantemente a través de cada cruce o desplazamiento. Igualmente que lo propuso la Internacional Situacionista, los recorridos erráticos (caminatas a la deriva) o transurbancias constituyen la forma de reconocer una geografía caótica y nómada de la periferia que se transforman a una velocidad mayor que el propio ritmo de proyectación urbanística.El andar por su característica intrínseca de lectura y escritura simultánea, plantea la posibilidad de interaccionar con la mutabilidad y complejidad del espacio contemporáneo que se caracteriza por un sistema de espacios vacios – en tanto que amnesias urbanas o espacios banales (dadaístas) definen el inconsciente de la ciudad (surrealista) – que son generados por procesos de transformación, por los desechos y por la ausencia de control. Aquí la noción de recorrido se entiende como un instrumento de conocimiento fenomenológico y de interpretación simbólica, una forma de lectura

333

334

3.3.1.

Producción simbólica de lo urbano desde la autogestión del conocimiento, la investigación y la reflexión crítica del territorio 3.3.1. a. Stalker/ Osservatorio Nomade (ON)

Ampliar en el sitio Web : http://www.osservatorionomade.net/ 142

Ampliar en el sitio Web : http://www.osservatorionomade.net/


psicogeográfica del territorio. 335 Al modificar los significados del espacio atravesado, el recorrido se convirtió en la primera acción estética que penetró en los territorios del caos construyendo un orden nuevo sobre cuyas bases se desarrollo la arquitectura de los objetos colocados en él.336 Careri plantea la acción del andar como una herramienta crítica, como una manera de mirar el paisaje, como una emergencia de cierto tipo de arte y arquitectura y como forma de intervención urbana que entiende el acto de transformación simbólica y no solo física del espacio. El andar como un instrumento estético es capaz de describir y de modificar aquellos espacios metropolitanos que presentan una naturaleza que debería de comprenderse y llenarse de significados, más que proyectarse y llenarse de cosas.337 Stalker / Osservatorio Nomade (ON) propone estrategias experimentales para la intervención del territorio, basadas en las prácticas de exploración espacial lúdicas, de convivencia e interacción que buscan relacionar un entorno específico, sus habitantes y su cultura local.Este tipo de prácticas y métodos están pensados para estimular y desarrollar los procesos evolutivos y de auto-organización a través del tejido social y medioambiental específicamente en las áreas donde a través de abandono o empobrecimiento de las necesidades básicas. Los rastros de estas intervenciones dan cuenta de la complejidad y la dinámica del territorio, a través de la contribución colectiva de los individuos de

diferentes procedencias y disciplinas, que conjuntamente investigan, documentan y participan en las transformaciones que tienen lugar sobre el terreno. Stalker propone el uso de estas estrategias que emplean las formas directas de cooperación para contribuir y promover entre la población local, una profunda conciencia de sí mismo, de su comunidad y de su entorno con el fin de ampliar la retroalimentación creativa y participativa y mejorar y fortalecer los métodos de la comunidad para la gestión local de los problemas territoriales y urbanos.338 De la metodología desarrollada por el Observatorio Nómada se comprende que intervenir un territorio no es solamente un mero acto de planificación, sino un acto de creación, un intento de reunir las contradicciones y transformarlas en relaciones poéticas: significa apostar por modificar cómo el espacio es percibido, en vez de como existe en realidad. 339 El Osservatorio Nomade creado en 2000 por el colectivo Stalker, ha desarrollado diversos proyectos en diferentes ciudades del mundo, por ejemplo, Rieres//Rambles. Roaming Ultra Barcelona 340 es un proyecto transdisciplinario de investigación sobre las problemáticas territoriales y urbanísticas a partir de la exploración y la interacción con Mataró y en la comarca del Maresme. Su vinculación con Can Xalant Centre de Creació i Pensament Contemporani de Mataró341 como colectivo residente durante 338

Ampliar en: http://www.osservatorionomade.net/ Manifiesto. Disponible en: http://www.osservatorionomade.net/tarkowsky/manifesto/manifesting.htm 340 Ampliar en reseña del proyecto publicada en el sitio web de Can Xalant Centre de Creació i Pensament Contemporani de Mataró. Disponible en: Xalathttp://www.canxalant.org/resources/pdfs/rieres/RieresRambles_es.pdf 341 Can Xalant es auspiciado mediante un convenio con el Ajuntament de Mataró y la Entitat Autònoma de Difusió Cultural del Departament de Cultura de la Generalitat de Catalunya. Véase: http://www.canxalant.org/ 339

335

TIBERGHIEN, Gilles. (2002) La ciudad nómada. En CARERI, Francesco. (2002). Walkscapes: el andar como práctica estética. Barcelona: Gustavo Gili. Pág.11 336 CARERI, Francesco. (2002). Walkscapes: el andar como práctica estética. Barcelona: Gustavo Gili. Pág.20 337 Ibíd. 143


el periodo 2006-2007, ha hecho centrar su proyecto en Durante los días 11-12- 13 y 14 de abril tuvo lugar Rieres // Rambles. Roaming Ultra Barcelona, cinco recorridos simultáneos desde las comarcas del Maresme, el Vallès Oriental, el Vallès Occidental, el Baix Llobregat y el Garraf, hasta la ciudad de Barcelona. Rieres i Rambles, en el área metropolitana de Barcelona, y Campagnaromana, en área metropolitana de de Roma, han constituido, ante todo, dos experiencias sin precedentes en cuanto al número de personas, a la diversidad de los enfoques disciplinarios y a la extensión del territorio investigado. Más de cien personas, incluidos artistas, arquitectos, urbanistas, fotógrafos, escritores, geógrafos, antropólogos, sociólogos, investigadores y estudiantes, han recorrido a pie durante varios días esos territorios en rápida transformación que se extienden mucho más allá de la ciudad contemporánea y de los cuales no parece posible hoy día determinar ni sus límites ni su potencial. Son territorios a los que se les ha denominado como la Ultraciudad. 342 La comprensión de la Ultraciudad y de los fenómenos que le están dando vida requiere una reinvención no sólo de los instrumentos de lectura y análisis del territorio, sino también de los instrumentos administrativos y de gestión, así como proyectivos. Se necesitan instrumentos que permitan elaborar nuevas modalidades de convivencia entre la ciudad y el campo así como formas de ciudadanía inéditas.

342

ROMITO, Lorenzo. Investigar la ultraciudad y su posible futuro. En Rieres i Rambles: Un recorrido por Cataluña. ON/BCN, abril 2007.Disponible en: http://www.canxalant.org/resources/pdfs/rieres/RieresRambles_es.pdf

Fig. 95 Imágenes del proyecto Rieres // Rambles (2007) organizado por Stalker / Osservatorio Nomade (ON)

144


3.1.1.b. Krax (Barcelona) una iniciativa de City Mine(d) Bruselas City Mine(d) es una red internacional de individuos y colectivos implicados con la ciudad y la acción local que cree que el desarrollo urbano y económico, no es solo lo que se logra a través de organismos oficiales, sino también por medio de iniciativas de menor escala, de carácter temporal e informal, donde es posible contribuir a una dinámica positiva de resolución de problemas y conflictos 343. City Mine(d) proponen los temas de actualidad City Mine(d) apoya proyectos artísticos, campañas y debates en relación al contexto barrial en la agenda pública y política, ofreciendo una base inicial para que la experiencia, los contactos y la información puedan ser compartidos, entre ellos: Krax (Barcelona), Precare Using vacant buildings as workspace (Londres-Milán-Barcelona) sobre los que profundizaremos. Desde el año 2004 Krax (Barcelona) como espacio de de reflexión, encuentro y acción, investiga herramientas alternativas de transformación socio-espacial que incluye la participación y la apropiación ciudadana, mediante iniciativas autónomas y auto gestionadas del sector urbano que individuos, colectivos y espacios socio-culturales utilizan para construir nuevas identidades culturales y políticas. Este proyecto también participa estimulando a diversas iniciativas conectándolas para intercambiar experiencias, empoderándolas a través del conocimiento de nuevas y diferentes formas de reflexión, actuación y organización, así como vinculándolas en nuevos proyectos. Fig. 96 Imágenes alusivas a la realización de las Jornadas KRAX

343

145

Véase: http://www.citymined.org/


En ese sentido, se propone también influir en la agenda de las administraciones públicas y de instituciones políticas, para poder de esta forma implicar a los movimientos urbanos en los procesos de definición y construcción de la ciudad; incidiendo a su vez en los puntos de inflexión o desarrollo en los que cultura, política y urbanismo se tornan participativos-inclusivos y se formulan de abajo hacia arriba (desde el llamado Bottom-up urban planning). Los ejes fundamentales de reflexión y acción de este proyecto son: iniciativas ciudadanas autónomas y sus formas de implicación en la formulación de la ciudad; la creatividad ciudadana y la cultura como herramienta de desarrollo y transformación social; políticas culturales y urbanísticas Bottom-up, donde los ciudadanos actúan como co-planificadores y co-desarrolladores; el espacio público como lugar de negociación; el reconocimiento y la valoración de las procesos informales, autónomos y autoorganizados dentro del pensamiento social, cultural y urbanístico. Las estrategias de actuación y empoderamiento que se fomentan desde Krax son: la conexión horizontal entre actores urbanos locales y globales; la conexión vertical entre diferentes sectores de la ciudad y entre sus gestores y habitantes; la visualización de saberes y redes para una reinterpretación del territorio; el intercambio de conocimiento y recursos técnicos y humanos para fortalecer e impulsar a las iniciativas autónomas; la creación, desde y con el contexto local. 344 Esta reflexión, recopilación y gestión del conocimiento urbano, se materializa en diferentes recursos

abiertos y permanentes y en programas o actividades concretas, tales como KRAX Cargo, un centro de documentación y reflexión sobre la implicación ciudadana en la transformación de la ciudad. Cargo es de libre acceso online (http://kraxcargo.citymined.org), y asimismo el programa Krax TV (http://krax.tv): una plataforma de intercambio audiovisual, con material relacionado con las iniciativas del proyecto y en general con otras temáticas urbanas. Algunas de las actividades impulsadas son las Sesiones KRAX (presentaciones y debates sobre proyectos, iniciativas y temas urbanos a nivel local y global); la Gira Krax (espacio de intercambios de formación entre agrupaciones y colectivos culturales autónomos, en torno a prácticas locales, técnicas culturales y conocimientos comunitarios); y asimismo las Residencias KRAX (que contituye un programa de residencia en la ciudad de Barcelona al que son convocados a desarrollar proyectos de incidencia urbana a artistas de todo el mundo, con el objetivo de ofrecer la oportunidad a activistas de experimentar el contexto urbano de la ciudad, conociendo, compartiendo o aprendiendo de los movimientos sociales y culturales de la urbe, y fomentando así una participación creativa dentro de los debates sobre la ciudad. Por último, en las Jornadas KRAX, en sus versiones anuales realizadas desde 2007 a 2009, se presentan ponencias-investigaciones que recogen iniciativas de diferentes ciudades del mundo, en las cuales se debaten herramientas creativas y participativas dentro de las transformaciones actuales de la ciudad. 345

344

345

Véase: http://krax.citymined.org/ 146

Véase: http://krax-jornadas.citymined.org.


"no-imperial” entendimiento de / con los otros, lo que podría ser definido como un modelo de "universalismo experimental” de Europa, mucho más "modesto y prudente" quela propuesta de “universalismo dogmático" de los EE.UU.348 Multiplicity es un intento original de la capturar la nueva y geografía "incierta" y cada vez más desterritorializada en una serie de "atlas eclécticos”. Toman la forma de un atlas en la medida en que buscan nuevas correlaciones entre los elementos espaciales, las palabras que se usan para nombrarlos, y las es mentales que se proyectan sobre ellos. Este proyecto produce estrategias de intervenciones, instalaciones y publicaciones acerca de distintos procesos de transformación de lo urbano, en tres propuestas: “USE” Uncertain States of Europe, “Solid Sea” y “Border Device(s)” Uncertain States of Europe es un proyecto de investigación colectiva sobre las transformaciones territoriales de la Europa contemporánea. La propuesta está enfocada a encarar situaciones de incertidumbre, confrontando los constantes cambios en la identidad territorial, económica y geopolítica de Europa, con la incapacidad actual y el vacío de herramientas de análisis o representación de estas nuevas dinámicas que redibujan la geografía política y económica europea. Más particularmente, USE explora también las relaciones entre las mutaciones territoriales y los procesos de autogestión del espacio urbano.

3.1.1.c. Uncertain States of Europe - USE una iniciativa de Multiplicity (Milán) Multiplicity es una agencia para la investigación territorial con sede en Milán, conformado por una red de arquitectos, geógrafos, artistas, planificadores urbanos, sociólogos, economistas, cineastas, entre otros. Es un proyecto implicado con el urbanismo y la arquitectura contemporánea, con las artes visuales y la cultura en general. Aborda el entorno físico, investigando las claves y las trazas producidas por los nuevos comportamientos sociales.346 … todas las representaciones del espacio, todas las imaginaciones geográficas, tienen efectos políticos por lo que la propuesta de Multiplicity de representar a Europa como incierta, complicada, contradictoria, incluso desordenada, cuenta con importantes consecuencias políticas y geopolíticas.347 La crítica latente dentro del proyecto Multiplicity se dirige hacia la condición geográfica poderosa que se da por sentada y que incluye el privilegio implícito de una definición cartográfica de la soberanía y la identidad europea así como la presunción de que un proyecto político válido y legítimo es necesariamente territorial y unívocamente impulsado por fuertes valores y demarcados límites claros. La importancia de un proyecto como Multiplicity recae sobre la tarea de replantear la imagen de "poder" de Europa proyectada en el territorio, según Habermas reflexiona sobre la posibilidad de desarrollar un proceso 346

Boeri Stefano. Véase: http://www.multiplicity.it/ BIALASIEWICZ, Luiza. The Uncertain State(s) of Europe. Royal Holloway, University of London. European Urban and Regional Studies. Disponible en: http://eur.sagepub.com/content/15/1/71.short 347

348

BIALASIEWICZ, Luiza. The Uncertain State(s) of Europe. Royal Holloway, University of London. European Urban and Regional Studies. Disponible en: http://eur.sagepub.com/content/15/1/71.short 147


Basada en una serie de análisis de casos de estudio localizados, se presenta panoramas donde la innovación y el cambio se derivan de procesos no planeados y vagamente regulados. Bajo la impronta de una necesidad o una oportunidad, los fenómenos visibilizados son creados y moldeados por los actores que toman parte dentro de un sistema particular, y no por iniciativas externas institucionalizadas. En este sentido, esos fenómenos dan cuenta de un conocimiento individual y especializado. Los involucrados en este tipo de iniciativas no responden a un sistema de regulación jerarquizado o centralizado, si no que son el resultado del fortalecimiento temporal de las estructuras locales. Con el objeto de presentar estas es de Europa, Multiplicity ha establecido una red conformada por más de 70 personas, localizadas en más de 15 países diferentes. La necesidad de representar problemáticas determinadas desde diversos puntos de vista, escalas y locaciones, encuentran de alguna manera respuesta en la estructura de esta red virtual349.El espacio Europeo, que es un palimpsesto de proyectos sedimentados en el tiempo, es también hoy el campo de acción para un conjunto indeterminado de personas muchas de los cuales mantienen una relación temporal con el territorio. Una batalla de los códigos y de la interpretación se desarrolla sin cesar en este campo, que está continuamente siendo re-escrito. 350 En esta nueva configuración del territorio, surgen diversas formas de innovación en el espacio, se trata de una serie de mecanismos que componen estas acciones que se pueden describir como patrones. USE está abocado a

identificar esos patrones de las dinámica de interacción fundamentales en el trabajo en la construcción de nuestro territorio a través de la auto-organización de nuestra sociedad en subsistemas, llevada a cabo por las "minorías" que actúan como microcosmos (familias extensas, clanes étnicos y profesionales, comunidades culturales, de ocio o de asociaciones de consumidores).351 Dentro de este proyecto y esta visión se entiende la "auto-organización" no exclusivamente en el sentido de la espontaneidad, la informalidad o el carácter no institucional de los procesos de transformación territorial. Por el contrario, la auto-organización - que a menudo crea espacios de innovación, significa sobre todo que las normas (que dotan de un orden a un cierto conjunto acciones individuales) son producidas y compartidas por los sujetos que participan en el sistema mismo.352 Desde el proyecto USE se plantean los nuevos temas para la práctica de la arquitectura: la capacidad de intervenir en los mecanismos de la variación individual, el cuidado de los espacios comunitarios nuevos y temporales, el intento de utilizar el poder económico de la construcción de ciertos procesos para producir un valor simbólico añadido simbólico que va mucho más allá de la pretensión personalista del diseñador. El proyecto USE plantea observar el territorio desde varios puntos de vista a la vez: desde arriba, sino también a través de los ojos de aquellos que viven en el espacio, o en la base de nuevas perspectivas, imparcial y experimental. Por hábilmente entrelazados los puntos de vista, los atlas eclécticos proponen un pensamiento visual múltiple que

349

351

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Véase: http://www.multiplicity.it/ Boeri Stefano. Véase: http://www.multiplicity.it/

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Boeri Stefano. Véase: http://www.multiplicity.it/ Boeri Stefano. Véase: http://www.multiplicity.it/


abandona la utopía de una visión desde un único ángulo óptimo de observación. El paradigma de investigación de USE, ofrece una nueva "estrategia" y sugiere cuatro revisiones importantes de las técnicas para la representación del territorio. 353 En primer lugar, el nuevo paradigma busca dar cuenta de las mutaciones en tiempo real, introduciendo el concepto de lo temporal (sobre el que volveremos a profundidad en el cuarto capítulo) un término que por lo general se encentra ausente, al menos hasta hace poco tiempo, de las reflexiones hechas desde las disciplinas que estudian el ambiente físico que rodea la vida humana, es decir, el espacio habitado. En segundo lugar, propone observaciones limitadas a ciertas muestras del territorio, con una actitud de caza en busca de pistas, testimonios, y los indicadores que a menudo son temporales y se han quedado atrás en el espacio, ya que aún no son acciones o comportamientos estandarizados y por el contrario, son pormenorizados y muy específicos de un contexto particular (micro físico) En tercer lugar, el nuevo paradigma indaga sobre la identidad de quienes habitan en el espacio y la construcción de sus representaciones. En otras palabras, se trata de enriquecer el concepto de "paisaje" de la investigación sobre la compleja identidad de sus usuarios, y en las formas de la percepción dinámica y memorización de los territorios habitados354 que supone otro argumento más que se suma a las voces que hoy día se ponen a la idea de la homogenización del paisaje (tal y como lo vimos atrás, es la posición que defiende Bas Princen). 353 354

Fig. 97 Imágenes alusivas a la realización de la exposición de la red Multiplicity

Boeri Stefano. Véase: http://www.multiplicity.it/ Boeri Stefano. Véase: http://www.multiplicity.it/ 149


3.3.2.

atractivos para el mercado inmobiliario –se deteriorado estado, o su mala ubicación y el corto tiempo de disponibilidad- hacen de estos espacios potenciales lugares de trabajo para iniciativas que están dispuestas a aceptar condiciones más flexibles para trabajar. Por eso, Precare estimula a los propietarios públicos y privados, a ceder temporalmente en uso esos edificios y propiedades desocupados. De esta manera se pretende crear conciencia sobre el hecho de que un inmueble vacío, aunque sólo sea por unas semanas, podría permitir a un individuo o un grupo de realizar un proyecto, iniciar un proyecto de investigación o al menos crear un lugar de encuentro. Para ello, el programa ofrece garantías necesarias de asegurar también los intereses del propietario, al ser una efectiva manera de mejorar muchas veces la seguridad del edificio e incluso su visibilidad de promoción. Para citar otra referencia próxima al programa Precare. Using vacant buildings as workspace, citamos el proyecto Templace356 es un proyecto europeo de investigación sobre estrategias de uso temporal en áreas urbanas residuales realizado entre 2001 al 2003 por Philipp Misselwitz, Philipp Oswalt y Klaus Overmeyer. Esta iniciativa fue impulsada por Urban Catalyst UC 357 una plataforma interdisciplinaria creada con el objetivo fomentar el discurso público sobre la problemática urbana.

Producción del espacio urbano con enfoque de sostenibilidad desde la auto gestión y la intervención a escala local-regional 3.3.2.a. Precare. Using vacant buildings as workspace. Otra iniciativa de City Mine(d) Bruselas

El proyecto Precare fue creado en Bruselas (Bélgica) en 1999, como parte de la agenda de proyectos de City Mine(d) Bruselas para dar soporte a colectivos emergentes en la ocupación de edificaciones en desuso. Tiene como objetivo facilitar el uso temporal de edificios desocupados de la ciudad como espacios de trabajo, de tal forma que se preserve y fomente el uso de la ciudad como un laboratorio. Precare está operando así como una especie de intermediario entre los propietarios de los locales desocupados y un grupo de proyectos o iniciativas artísticas y sociales de tipo temporal, que tienen la necesidad de espacios de trabajo. Desde su origen, ha participado en la apertura de 14 edificios, por períodos que van de seis meses a cinco años, dotando con un espacio de trabajo a más de 100 proyectos. Debido al éxito del programa, Precare. Using vacant buildings as workspace se ha puesto también en marcha en Londres, Barcelona y Milán355. De tal forma, aunque los edificios vacíos suelen considerarse por lo general signos de abandono, paradójicamente todos los factores que los hacen poco

356 355

357

Véase: Proyecto Precare en http://www.precare.org/ 150

Véase: Proyecto Templace en http://www.templace.com/ Véase Proyecto Urban Catalyst en http://www.urbancatalyst.net/


Fig. 99 “OP'L Plaza”, antiguo estacionamiento subterráneo (que se encontraba a la espera de su demolición) fue transformado en una superficie de 2000m2 para albergar talleres de escultura, pintura, salas de ensayo de un baile y música y un estudio de sonido. De las reuniones de los diversos usuarios nace el proyecto conjunto Opéra Décor (taller de construcción escenografía).

Fig. 98 Imágenes del Antiguo Edificio Comunal de Jette, Bruselas. Ocupación: entre 09-08-2005 al 31-05-2006 Ocupado por el colectivo l'Ecurie (música, artes visuales); por la asociación de arte para todos (teatro) y dos artistas plásticos.

151


urbanístico 22@ 360; Por otro lado, o el documental “La comunitat inconfesable”361,que constituye una indagación sobre la naturaleza de lo comunitario en el ámbito del arte, centrando su análisis en entrever las estructuras de representación y las formas de incidencia colectiva que el arte puede proponer.362 El SIT también apoya R.C.C. REGIÓ_ metropolitana _CULTURAL_ Comunitari, que desarrolla propuestas de trabajo cultural para el ámbito territorial de la Región Metropolitana de Barcelona, abordando la emergencia de la construcción del espacio social metropolitano desde las comunidades locales, para frenar los fenómenos de desterritorialización de los imaginarios regionales o su indefinición, así como la atomización de las relaciones sociales y fijar valores culturales comunitarios de cohesión363. Por otro lado, el Taller S.I.T. Manresa, tiene la finalidad de debatir sobre el territorio metropolitano y su crecimiento, sobre tácticas de apropiación y valor de uso del espacio urbano en expansión; elaborar un programa de acciones en el espacio público de Manresa; realizar acciones de análisis y comprensión del crecimiento urbano, con entidades locales y asociaciones de la ciudad; trabajar con instituciones educativas y centros de enseñanza la relación entre pedagogía y el proyecto artístico desarrollado. 364

3.3.2.b. Sitezise. Servei d’Interpretació Territorial (SIT) / Barcelona. El Servicio de Interpretación Territorial- SIT se ofrece como una plataforma de producción e intercambio de conocimiento local, con la finalidad de evaluar la transformación presente y futura del territorio, para así convertirse en una especie de “auditoría pública y colectiva”, capaz de vincularse con el planeamiento territorial y la cohesión social. En el proyecto participan una serie de profesionales de diversos ámbitos, cuyo trabajo cultural y artístico sobre el territorio, prioriza dimensiones como la geografía, el paisaje, la participación ciudadana, la gestión del conocimiento y la pedagogía 358. Por ejemplo, uno de sus proyectos “Construcció autònoma: relats i narracions metropolitans”, es una investigación en proceso que busca establecer ciertos puntos o lugares en común a partir de una estructura de trabajo en internet que recopila, a modo de cartografía abierta, diferentes relatos y narraciones de la metrópolis de Barcelona. Son relatos en construcción, que van de lo personal a lo colectivo, de lo histórico a lo singular.359 Otras producciones incluyen desde el proyecto editorial “SIT Manresa”, que recopila textos de reconocidos investigadores sobre lo urbano, como Francesc Muñoz o Joan Nogué; o la producción del documental “La Ciutat suplantada” , el documental “Ciutadans 22@”, que fue grabado a lo largo del año 2003 en el barrio de Poblenou de Barcelona, donde tiene lugar la construcción del plan

360

Ibíd. Documental elegido para participar en el Pavelló de Catalunya de la 53ª edición de la Biennale di Venezia 362 ROMA, Valentín. (2009) La Comunitat Inconfessable. Barcelona: Institut Ramon Llull: ACTAR, cop. 363 Ampliar en: http://www.sitesize.net/ 364 Véase: en: http://www.sitesize.net/sitmanresa/ 361

358

PUJOL i Masip, Elvira (2008) S.I.T. Manresa: Servei d'Interpretació Territorial. Barcelona : Sitesize 359 Véase: http://www.sitesize.net/construccioautonoma/ 152


Plaça Sant Domènec Manresa, febrero

Fig. 100 Imágenes varias del archivo de documentación de la investigación del territorio de Manresa. Tal y como dan cuenta estas es de acciones en el espacio público, el S.I.T. tiene la intención de proponerse como una metodología, que respetando las singularidades, pueda aportar una forma de representación/interpretación que conecte con otras acciones en diferentes ámbitos territoriales, como por ejemplo las acciones de políticas urbanísticas. Un trabajo en red con otras iniciativas, para construir una base cultural y social que genere argumentos y proposiciones en relación a las dinámicas de transformación del espacio urbano contemporáneo. Passeig Pere III, Manresa, abril

153


3.3.2.c. Idensitat / Barcelona. Según coordinador, Ramón Parramón, el programa bianual “Idensitat”, pretende reunir lo que aparentemente procede de naturalezas disciplinares inconexas: arte, experiencias y territorios en proceso, con el fin de aportar mecanismos para la articulación de proyectos creativos, que apelan por una reconfiguración del espacio público desde una perspectiva interdisciplinaria. IDENSITAT se propone así como un programa que convoca proyectos, promueve intervenciones y propone debates en el ámbito de la creación vinculada al espacio público, con el objetivo de congregar una serie de personas vinculadas a prácticas creativas relacionadas con el espacio público y la participación social, ya sea a través de procesos de colaboración, prácticas de intervención o de debate abierto y crítico.365 Progresivamente, IDENSITAT se ha ido consolidando como un proyecto de producción que ensaya formas de trabajo vinculadas a un lugar concreto, proponiendo mecanismos de implicación con el ámbito social y estableciendo redes de colaboración con otros centros y entidades. La interferencia con el contexto, la inserción con los aspectos concretos de su ámbito social y cultural, intenta potenciar el análisis crítico, el debate, el cuestionamiento y la reinterpretación de fragmentos específicos de la realidad social, así como la “observación microscópica” de los efectos provocados por dinámicas que se generan a niveles extra locales. Asimismo, el trabajo en red se ve estimulado por el hecho que Idensitat, que no es un programa vinculado Fig. 101 imágenes del proyecto “Ground Specific”, 2A + P Architettura. Recuperación del jardín en conjunto con el Casal de la Gente Mayor, Calaf (20072008) Idensitat

365

154

Véase: http://www.idensitat.org/


directamente a un centro cultural o de arte, y ni siquiera a un espacio físico, sino que funciona como plataforma desde donde impulsar un trabajo difuso, híbrido, conjugando múltiples enfoques y disciplinas a partir de establecer puntos nodales con otras entidades, centros e iniciativas, con la finalidad de articular una red de proyectos de temporalidad flexible. Se posibilita así, también, la oportunidad de establecer colaboración con individuos tradicionalmente desvinculados de los canales artísticos, planteándose nuevas estrategias de comunicación y de presentación para llegar a audiencias poco atentas a la actividad creativa. 366 Entre los proyectos que ha realizado Idensitat, “Topografía Sensible” fue un trabajo de Anna Recasens y Mercè Ramos, que formó parte de la Acción Educativa de la quinta edición de Idensitat, en Calaf, Cataluña. Creado como un espacio de experimentación, difusión, debate y observatorio del territorio, la naturaleza como paisaje activo constituía el eje central en torno al cual giraban sus actividades. Concretamente, el proyecto abarcó una serie de acciones que fueron desde la realización de recorridos por el área del término municipal de Calaf, en los cuales se hacía un reconocimiento del paisaje, a partir de un catálogo y mapa botánico que iban más allá de las taxonomías, hasta la creación de una huerta y la realización de encuentros casuales en el centro urbano, donde se intercambiaban productos cosechados, recetas de comida, información y otras diversas experiencias. De tal forma, se propiciaba aquí una valoración de lo local y de la vida comunitaria, en relación con el entorno y mediante la implementación de

estrategias que favorecieran procesos participativos y horizontales.367 Otra iniciativa coordinada por Idensitat fue “Ground Specific”, un proyecto de 2A + P Architettura (Gianfranco Bombaci, Domenico Cannistraci, Pietro Chiodi, Matteo Constanzo, Valerio Franzone), que consistió en la recuperación de un espacio verde, el jardín de Can Bertran. El proyecto de 2A+P partía de la voluntad de plantear mecanismos para el desarrollo urbano que estuvieran íntimamente relacionados con el territorio, y así entrelazar el tejido natural con el social, para generar sistemas de ecología urbana. La materialización de este proceso en la construcción de un jardín, fue posible a raíz de la localización de un emplazamiento que su propietaria había cedido al Ayuntamiento, con la condición que el lugar estuviera destinado a la gente mayor del pueblo. A partir de esta localización, se dio lugar un proceso de colaboración con el Casal de la Gente Mayor de la localidad, para la planificación y diseño del emplazamiento, así como a la colaboración con la concejalía de Urbanismo del Ayuntamiento de Calaf, para la realización y construcción de la obra. Para su futura gestión también se ha procurado disponer de un mecanismo de colaboración entre el colectivo de gente mayor y el ayuntamiento. 368 Sobre esta deslocalización de los fenómenos urbanos que explicamos al final del primer capítulo, los proyectos como Idensitat, han incorporado el interés del ámbito del arte por la ciudad y el territorio desde una mirada propia, que entendemos ha generado prácticas que intensifican la 367

http://idensitat.net/topografiasensible/?page_id=4 Véase: PARRAMÓN, Ramón. (2007). Arte, experiencias y territorios en proceso. Calaf: Idensitat. Associació d'Art Contemporani. 368

366

Véase: http://www.idensitat.org/ 155


relación del territorio con sus habitantes, a través de la interacción, la participación y la coproducción; es decir, lo que Paul Ardene ha definido como arte contextual, una transformación de formatos y tácticas que pretende la visibilización de nuevos espacios de actuación y experimentación de la realidad. Sobre este tema de la deslocalización de lo urbano, que se explicó en el primer capítulo, son pertinentes las reflexiones hechas desde el proyecto “Idensitat”, donde precisamente se explora la nueva escala territorio-ciudad para entender cuáles son las nuevas categorías que la definen, se cuestiona si hay o puede haber un espacio público propio de la nueva escala urbana, en tanto que los fenómenos urbanos ya no son exclusivos de las ciudades compactas y se producen a escala de territorio. Es precisamente a partir de esta necesidad que el proyecto “Idensitat” pretende estimular prácticas creativas que experimenten nuevas formas de implicación social insertas en las dinámicas de un territorio específico. De igual forma, el proyecto SIT, Sistema de Interpretación Territorial, también incorpora el componente interactivo con el contexto y el espacio territorial a manera de programa educativo, de tal forma que es reconocible el esfuerzo por producir lo urbano, desde el mismo reconocimiento del propio espacio por sus habitantes. Al vivir, demarcar temporalmente, reconocer, nombrar, experimentar individual y colectivamente el propio espacio, se produce ciudad, en otras palabras se construye el espacio físico referencial desde la perspectiva de lo urbano y no al revés, como tradicionalmente se ha ocupado a la disciplina del urbanismo, primordialmente desde la intervención meramente física.

Fig. 102 Imágenes del proyecto “Topografía Sensible” de Anna Recasens y Mercè Ramos. Acción Educativa de la quinta edición de Idensitat, en Calaf, Cataluña.

156


3.3.3.

Autogestión de proyectos de infraestructura comunal

3.3.3.a. Proyecto High Line / New York (1999-2009) El proyecto High Line (New York, USA, 1999), constituye un esfuerzo de autogestión para la reconversión de una abandonada línea férrea elevada construida en el West Side en 1930. Este proyecto en un principio fue de naturaleza híbrida, pues la organización vecinal encargó el diseño a un ente privado y posteriormente el ayuntamiento financió la ejecución del proyecto369.Debido a que la línea de ferrocarril dejó de utilizarse en 1980, en 1999 David y Robert Hammond -dos residentes del barrio de la High Linefundaron el grupo de vecinos, “Amigos de la High Line”, para abogar por la preservación y reutilización de la estructura histórica que estaba bajo amenaza de demolición como espacio público. El estudio realizado por la asociación vecinal demostró que el proyecto era rentable y en el 2002, el mismo obtuvo el apoyo de la administración de la ciudad de Nueva York hasta la reutilización de la línea constituyó una política de la ciudad. En el verano del 2003 se abrió el concurso “Designing the High Line”, que convocaba ideas para el diseño del parque elevado. El equipo de diseño de arquitectos del paisaje James Corner, junto con los arquitectos Diller Scofidio-Renfro, ganaron el proyecto en 2004. La sección al sur de la Calle 30 fue donada a la ciudad por CSX Transportation Inc. en 2005 y la construcción del parque se inició en 2006. La primera sección, de Gansevoort Street hasta la calle 20, se proyecta abrir en junio de 2009370. 369 370

Fig. 103 Imágenes de la abandonada línea férrea antes de la intervención

http://www.thehighline.org/ http://www.thehighline.org/ 157


Fig. 104 Im谩genes de las actividades comunales que se organizaron al inicio de proyecto de recuperaci贸n de la High Line, New York

158


Fig. 105 Imágenes del proyecto de reconversión de la “High Line”, West Side, New York

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En relación al proyecto anterior, cabe mencionar también otros esfuerzos de autogestión de espacios de los que da cuenta la ciudad de New York, tal y como se ejemplifica en la existencia de los primeros jardines comunitarios en el barrio de Loisaida, en el East Village de Manhattan, a comienzos de los años 70´. Los jardines de Lower East Side siguen las huellas del movimiento ambientalista, y lograron rehacerse gracias a que la comunidad local co-gestionó la reutilización de los numerosos espacios urbanos abandonados, cuando el Ayuntamiento aún las consideraba terrenos carentes de valor. Hoy, existen unos sesenta jardines, cada uno de ellos con su propia historia y su propio carácter, que se han convertido en un importante punto de referencia para la vida del barrio puesto que son centros comunitarios informales.Los jardines también han sido objeto de una batalla entre la Administración pública –que ha puesto en marcha un programa de especulaciones urbanísticas en las parcelas vacantes– y algunos grupos de activistas, que se han movilizado con todo el barrio para salvar sus espacios autogestionados, por lo que algunos de ellos se han convertido en permanentes, pero muchos han sido desmantelados 371. También, mencionamos el Proyecto de Recuperación de Centros de Manzana del Eixample, Barcelona, que aunque no se trata de una iniciativa autogestionada, posee unas características de escala de intervención similares a los proyectos de recuperación de espacios residuales. Fig. 106 Imágenes de los jardines comunitarios de Loisaida, Nueva York

371

Véase: PASQUALI, Michela; Dalla, María Vittoria (2006). Loisaida: NYC community gardens. Milán: A&Mbookstore Edizioni. http://www.ciutatsocasionals.net/proyectos/25pasquali/index.htm 160


El Proyecto de Recuperación de Centros de Manzana para el uso público, mediante la rehabilitación de espacios subutilizados, es una tarea encomendada a ProEixample 372 y constituye una estrategias para dotar de espacio público al Eixample373 La idea de consolidar un sistema de espacios verdes en el Eixample, es una iniciativa que desde ya encuentra lugar por medio del impulso que Pro- Eixample ha dado al proyecto con la creación de un sistema de itinerarios mediante los cuales no solamente se dan a conocer las intervenciones, sino que además desde ya es posible comprender las relaciones entre los patios de manzana de un mismo sector. Así, los planes de mejora de los interiores de manzana podrían convertirse en auténticas actuaciones de micro-urbanismo del espacio público que integran el tratamiento del espacio, del entorno edificado y urbano. Los jardines interiores de manzana, enfocados a un uso casi doméstico y familiar de estos espacios públicos que por su discreta ubicación son fácilmente resguardados de la intensa actividad de las calles. Como por ejemplo El Jardín de la Torre de Aguas ó como los “Jardines de la Casa Elizalde, en torno a equipamientos públicos de carácter barrial (centros culturales, iglesias, centros cívicos).

Fig. 107 (superior izq.) Vista aérea del Jardín de la Torre de Aguas

372

ProEximaple S.A. es una empresa creada por el Ayuntamiento de Barcelona con el fin de mejorar los edificios del Ensanche de Barcelona de Ildefons Cerdà, así como para recuperar los interiores de isla convirtiéndolos en espacios de uso público y zonas verdes. El objetivo de la empresa es poder recuperar una de cada 9 interiores para uso público antes del año 2010 para que los vecinos del Ensanche puedan disponer de una zona verde a menos de 5 minutos andando. 373 El Plan Cerdá solamente consideraba para el sector del Ensanche, el Paseo de Gracia y cinco plazas más debido a que estaba previsto también un parque metropolitano en la frontera del Besòs. 373 No obstante con la consolidación de esta pieza urbana como una de las principales zonas residenciales, fue urgente la necesidad de liberar más espacio público.

Fig. 108 Plano del itinerario por los patios de manzana rehabilitados

161


La definición de una calificación urbanística asociada a cada tipología de espacio libre que se pudiera reglamentar a través de normativas que condicionan el tratamiento de estos espacios habría podido ser la consecuencia lógica del planteamiento propuesto por el Plan de Espacios Libres, al querer definir la tipología de cada espacio y unos criterios propios a cada tipología. Hasta ahora, la traducción de la noción de tipología de espacio público en una calificación urbanística sólo se ha producido en este caso de los patios interiores de manzana del Eixample. 374 L'ORME de 2002 aumenta el número de supuestos que obligan a liberar el interior de la parcela, y define el Plan de Mejora Urbana como la figura de planeamiento adecuada para obtener los espacios interiores con sus correspondientes accesos (a través de los diversos sistemas de gestión, incluida la reparcelación discontinua) y para regular los usos y actividades vinculados al patio interior. En este sentido, el ORME ofrece la posibilidad de normativizar los planes de mejora urbana de los espacios interiores de manzana, para incidir en cuestiones tan relevantes como la multiplicidad de accesos que permitan insertar el espacio en itinerarios, como la necesidad de elaborar proyectos de conjunto de rehabilitación de las fachadas interiores o como el fomentar actividades abiertas al espacio interior.

374

MARTÍ Ccasanovas, M. (2004). A la recerca de la civitas contemporània. Cap una cultura urbana de l’ espai públic: l’ experiència de Barcelona (1979-2003) Tesis Doctoral. Barcelona: Universitat Politècnica de Catalunya. Disponible en: http://www.tdx.cesca.es/TDX-1019104-172234/

Fig. 109 Imagen del Jardín de la Torre de Aguas, en La Dreta del Eixample. Fuente: Pro-Eixample. http://www.proeixample.cat/

162


3.3.3.b. Ordenación y Ocupación temporal de solares en Sevilla (2004) Recetas Urbanas (Arq. Santiago Cirugeda) Este proyecto consistió en la creación de un sistema de espacios y equipamientos públicos a partir de la reutilización de los solares vacíos, residuales e inoperantes, para asignarles un uso temporal mientras no se ejecute ninguna obra y se garanticen beneficios para los propietarios. La reutilización de los solares incluye la demolición del muro de cerramiento, limpieza de basura y escombros, mejora del suelo mediante albero compactado e incorporación de vegetación y mobiliario urbano construido reciclando material existente en los depósitos municipales: se rellenaron de hormigón balizas de tráfico sobre las que se fijaron estructuras auxiliares, como bancos y columpios. También se reaprovecharon las marquesinas de las antiguas paradas de autobús, adaptándolas a modo de parasoles. En tanto que el proyecto se gestionó conjuntamente entre la ciudadanía y el ayuntamiento de Sevilla; también incluyó la propuesta de una ordenanza municipal urbana encaminada a revalorizar y revitalizar la ciudad consolidada con el objetivo de reducir el número de solares existentes en el tejido urbano de Sevilla. La normativa municipal vigente en ese momento establecía que un solar vacío debía cerrarse con un muro protector de 2,4 m de alto, medida que no impide que se viertan escombros en él y se convierta rápidamente en un lugar insalubre. La misma normativa establecía que el Ayuntamiento podía expropiar el solar si pasados dos años su propietario no había presentado un proyecto de construcción, ya que un vacío dentro de la ciudad implica la

Fig. 110 Vista de solar de la calle Sol 144, Sevilla, antes de la intervención

Fig. 111 Vista del espacio de uso público habilitado en el solar de la calle Sol 144, Sevilla,

163


desaparición paulatina del tejido urbano. Aun así, en Sevilla existían solares públicos y privados que llevaban cerrados más de veinte años sin que el Ayuntamiento hubiera actuado. No obstante, con un simple cambio en la ordenanza municipal sobre solares en desuso se logró que espacios tapiados y en desuso se transformaran en plazas o jardines municipales. El nuevo plan de ordenación urbana de Sevilla, aprobado en 2006, prevé el uso temporal de solares en el apartado "destino provisional de los solares", que corresponde al artículo 3.3.13 y siguientes. Esta modificación, que implica tener un censo actualizado del estado de cada solar, facilita un mayor control sobre los solares de la ciudad permitiendo planear una estrategia para la gestión de los mismos como espacios públicos, en beneficio de usuarios y propietarios. Además establece medidas para que los propietarios cesionistas no perdieran sus derechos sobre los terrenos y obtengan a cambio ventajas fiscales. Este proyecto tiene como antecedente el proyecto de parques infantiles que desarrolló el arquitecto holandés Aldo van Eyck al finalizar la Segunda Guerra Mundial, para el área de desarrollo urbanístico de Ámsterdam. Igualmente en aquella época van Eyck aprovechó la existencia de plazas y solares abandonados para construir en ellos parques infantiles de bajo coste. 375 En relación a la filosofía del proyecto de ocupación temporal de solares en la ciudad de Sevilla y en general respecto del proyecto intelectual de su autor Santiago Cirugeda es importante subrayar la voluntad de sus

proyectos por crear consciencia de la importancia de participar activamente en la creación del entorno urbano en el que vive. La manera de acometer este objetivo primordial es por medio de la filosofía de lo que podría señalarse como una arquitectura de la acción376 que suponen respuestas conceptuales antes que formales a problemas de diseño que tienen un trasfondo más de contenido social que arquitectónico y que por ende son respuestas que llevan una carga política asociada en tanto que actitud deliberadamente directa e inmediata a situaciones cotidianas, reta la inmutabilidad aparente del oficio proyectual-constructivo. El ejercicio profesional en éstos términos, se fundamenta en el constante ejercicio de indagación de los parámetros no regulados de las leyes urbanas que abren la posibilidad de invertir la lógica constructiva so pretexto de que la normativa (que no parecen responder a las demandas del usuario, sino más bien a otro tipo de leyes de mercado) están no ya para ser utilizadas de la manera obvia, sino para buscar sus resquicios; así como también en la idea de pensar en el vacío urbano como material de proyecto, como espacio potencial que pueda ser manipulado. Este interés por las soluciones personalizadas de diseño del espacio no tiene ninguna relación con la intención de generar proyectos a la carta, a la manera de las casas prefabricadas para colocar en cualquier lugar; por el contrario configura un nuevo tipo de ciudad basada en la multiplicidad producto de las variaciones, de las oportunidades y de pequeños gestos emancipadores de la cotidianeidad. 376

PEREZ Torres, Agustín. (2005). Recetas Urbanas de Santiago Cirugeda. Revista Archfarm. Fascículos aperiódicos de arquitectura. N° 6, Febrero. Disponible on–line en : http://www.archfarm.org/fasciculos/Archfarm-06pantalla.pdf

375

Véase: Sitio Web de Santiago Cirugeda http://www.recetasurbanas.net/index.php?idioma=ESP&REF=1&ID=0008 164


3.3.3.c. Open-Air-Library. Alemania (2005-2009)

Magdeburg,

El distrito de Salbke, al sudeste de Magdeburgo, está inmerso en una profunda decadencia física (escacés de equipamientos públicos) y social (altos índices de paro) por lo que en el casco antiguo de la ciudad abundan los comercios cerrados y las viviendas desocupadas y su paisaje postindustrial está poblado de fábricas abandonadas y solares en desuso. En el marco de este contexto constituyó en 2005 el punto de partida de un experimento urbanístico denominado “Ciudad en pruebas” orientado al refuerzo de las redes sociales de Salbke. Fue así como los vecinos, en medio de un proceso participativo y abierto, se organizaron para que en el local abandonado de una tienda adyacente al solar de la antigua biblioteca, se recolectaran libros. Con el asesoramiento de un equipo de profesionales, se consensuó un programa de necesidades y se elaboraron varios diseños para construir una biblioteca al aire libre en el propio solar que abasteciera a la población de la ciudad de Magdeburg de 230.052 habitantes. Se reunieron cerca de veinte mil volúmenes y, con más de mil cajas de cerveza, se levantó sobre el emplazamiento definitivo una maqueta a escala 1:1 de la propuesta mejor valorada por los vecinos. Durante dos días, la construcción temporal acogió un pequeño festival de lectura y poesía. El éxito de la iniciativa sirvió para lograr del Gobierno Federal los fondos necesarios para construir el equipamiento, que fue inaugurado en 2009. Las piezas prefabricadas de un edificio de los años sesenta recién derribado fueron recicladas para revestir las fachadas del nuevo edificio. Un muro espeso que contiene las estanterías para los libros abriga un espacio verde donde se

Fig. 112 Detalle del mobiliario urbano construido con materiales reciclados

Fig. 113 Detalle del mobiliario urbano construido con materiales reciclados

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puede leer al aire libre y culmina en un cuerpo más alto que contiene una cafetería y un escenario en el que se interpretan obras de teatro de la escuela primaria, lecturas públicas y conciertos de bandas jóvenes. Finalmente, el nuevo edificio de la biblioteca con una superficie total de 488 m2 y un COSTE TOTAL: 325.000 € fue finalmente promovido por el Department of Building and Construction, Bürgerverein distrito de SalbkeFermersleben-Westerhüsen y diseñado por KARO* en colaboración con Architektur+Netzwerk. Aparte de abaratar la construcción reutilizando materiales y de evitar el consumo energético de la climatización, la ausencia de cubierta y de cerramientos supone la aparición de una forma cercana y responsable de usar un equipamiento público. La participación ciudadana, que refuerza el tejido social, no termina con la concepción del edificio, ya que, una vez se han ido los profesionales que les asesoraban, los vecinos han tomado el control de su gestión para mantener abierta la biblioteca las veinticuatro horas del día, sin registro ni control, retiran y devuelven los libros libremente. La exitosa experiencia representa las posibilidades de una sociedad civil capaz de emanciparse de la protección vertical del Estado cuando no llega a cubrir satisfactoriamente sus necesidades a la vez que desmiente el escepticismo que a menudo planea sobre la compatibilidad entre los procesos participativos y el ejercicio de una buena arquitectura. Lejos de ser gentrificado, el contexto urbano de Salbke gana valor añadido con la presencia de este edificio, que se apodera sabiamente de un espacio intersticial y degradado para ordenarlo y significarlo. 377 377

Fig. 114 Vista del solar en desuso, Open-Air-Library. Magdeburg

Fig. 115 Detalle de fachadas que simpatizan con el imaginario colectivo porque recuperan las piezas prefabricadas de un edificio emblemático desaparecido. Bravo, David. Véase: http://www.publicspace.org/en/prize 166


Fig. 117 Con mĂĄs de mil cajas de cerveza, se construyĂł sobre el emplazamiento definitivo una maqueta a escala 1:1 de la propuesta durante un festival de lectura y poesĂ­a.

Fig. 116 Vista en planta y dos elevaciones del proyecto Open-Air-Library.

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Fig. 118 Tres es de la Open-Air-Library un edificio innovador hecho con recursos limitados que se adapta con precisiĂłn a las demandas de los vecinos.

Fig. 120 ImĂĄgen es de las facilidades que ofrece el espacio para punto de encuentro

Fig. 119 El volumen que contiene en su interior la cafeterĂ­a y el muro, delimitan un escenario y una zona verde.

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Cuarto Capítulo

Análisis cualitativo del fenómeno de la auto-gestión del espacio urbano

Fig. 121 Urban Intimacy. Mapa de la disidencia sexual en Barcelona, España (2005-2007) Proyecto de Natalia Angel, Alex Barhim, Jep Cardona, Dirk Nagel y Anna Recasens. http://www.ciutatsocasionals.net/proyectos/89lotes/index.htm

169


En este cuarto y último capítulo de la investigación sobre el fenómeno de la autogestión del espacio urbano, se plantea realizar un análisis cualitativo, en función de los casos de estudio presentados en el tercer capítulo y en función al marco teórico conceptual desarrollado en el segundo capítulo. Para retomar el hilo de lo que se ha venido concluyendo capítulo a capítulo y al mismo tiempo ir construyendo el argumento que sintetiza este trabajo de investigación es importante subrayar que en torno a la pregunta con el que se introduce el tema ¿Who shapes de city? , se articularon dos capítulos que desde una u otra perspectiva respondían o reformulaban el debate en torno a la interrogante. ¿Se trata del urbanismo como doctrina lo que ha moldeado la ciudad o el mundo urbano? una doctrina que, tal y como lo revisamos en el primer capítulo, a lo largo de la historia ha descansado en un sentido de orden urbano de fundamentación religiosa, táctica-militar, ideal-utópica, social-reformista o sobre las actuales fuerzas de orden global que responde a nuevas dinámicas socioeconómicas y nuevas posibilidades tecnológicas?; o ¿Se trata de procesos híbridos y por ende de alta complejidad, que incorporan, además de los procesos tradicionales, legítimos y reconocidos dentro de la ciencia del urbanismo, otro tipo de conocimientos no estructurados que se derivan de la praxis cotidiana de los mismos ciudadanos? En torno a estas dos hipótesis anteriormente formuladas en resumen podemos decir que, el orden urbano imperante, dominante y globalizado que concuerda con una disociación entre la urbs y la civitas y que responde al modelo de la expansión de los centros urbanos,- lo que hemos denominado la metropolización, o el urban sprawl,

remite a una realidad en donde la definición de lo urbano se comprende más allá de la ciudad, o por lo menos, no exclusivamente concerniente al paradigama de ciudad tradicional (central y densamente poblada). Esta redefinición de la condición de urbanidad lleva implícita la tarea de debatir y cuestionar las definiciones enraizadas de ciudad, ciudadanía y espacio civico, tradicionalmente asociadas a un espacio geográfico definido física y simbólicamente.Así como también trae consigo una apertura hacia un nuevo horizonte epistemológico dentro de la disciplina del urbanismo lo que ha motivado que en este trabajo de investigación hemos formulado la hipótesis general de que precisamente las prácticas de autogestión ponen en evidencia un giro disciplinar que amerita repensar algunos supuestos principios de la tradición urbanística que se daban por asumidos. Guiados por esta necesidad de comprender la forma en que operan estos procesos no estructurados en relación con la producción de ciudad, de ciudadanía o mejor dicho de espacios cívicos de representación, nos dimos a la tarea de exponer en el tercer capítulo una serie de casos de estudio de prácticas autogestionadas que dan cuenta de acciones políticas a escala microfísica, que tienen impacto en un ámbito muy delimitado, de las cuáles se puede extraer un conjunto de reflexiones de naturaleza crítica que pueden ser interpretadas dentro de un marco teórico-metodológico para ampliar o completar la praxis urbanística. En síntesis hemos extraído tres cualidades de la forma de hacer ciudad o producir espacios cívicos desde las prácticas de autogestión que hemos reseñado: por lo que las podemos definir como una experiencia real, contextual y continua en un determinado territorio. Es una experiencia real, porque son 170


prácticas que nace de la misma vida cotidiana y no de un estado excepcional o ficticio o recreado artificialmente o ambientado por otros. Es una experiencia contextual porque se arraiga en un profundo conocimiento fenomenológico de la comunidad y el entorno que se habita. Y es una experiencia contínua porque nace de hábitos cotidianos que tienen a mediano y largo plazo la capacidad de estructurar el espacio desde la perspectiva de lo urbano (espacio social) y no al revés como producto acabado de una intervención meramente física. Así, estas tres cualidades que definen la experiencia de hacer ciudad y ciudadanía inéditas desde las prácticas de autogestión en el espacio urbano y que de alguna forma, ya han constituido o inspirado corrientes dentro de la disciplina del urbanismo como el “everyday urbanism” (en castellano “urbanismo cotidiano”), “temporary urbanism” (en castellano: “urbanismo temporal”) y el “botom-up urban planning” (“urbanismo desde abajo”) La manera en que se ha estructurado la organización de la información en este cuarto capítulo supone en primer lugar, explicar estas corrientes del urbanismo en relación a los casos de estudio que hemos presentado para extraer y puntualizar el debate crítico que inauguran que, además de constituir como dijimos antes, un giro epistemológico, constituye una acción política desde la cual es posible concebir, el valor cívico de estas prácticas de autogestión. Por lo que en segundo lugar, pasaremos a puntualizar específicamente esta dimensión cívica del fenómeno de la autogestión de cara a las redefiniciones de los términos de ciudad, de lo urbano y de ciudadanía, retomando el argumento que justifica el sentido de orden urbano actual.

4.1. Hacia una comprensión política de lo cotidiano. Everyday urbanism. Como se explicó en el segundo capítulo, Lefebvre, Debord y Certeau, se ocuparon de reflexionar sobre el vasto acumulado de significados urbanos de lo cotidiano (habitar, deambular, practicar, marcar) en relación a la producción de la ciudad como resultado de toda experiencia social (experiencia vivida) antes que como mera construcción física (forma edilicia). Desde este antecedente, otros investigadores han debatido más directamente sobre la posibilidad de estructurar el espacio desde la perspectiva de la incidencia de las prácticas cotidianas, lo que se define como el everyday urbanism (urbanismo cotidiano). La función estructurante de las prácticas cotidianas podría explicarse por su misma capacidad de hacer converger una serie de significados sociales, espaciales y estéticos. Tal y como lo ha explicado Ana Rosenblüth, pese a que lo cotidiano puede definirse como todo aquello que ocurre día tras día, que llega a constituir nuestra realidad más permanente y por ende aquello que es obvio y hasta banal; lo cotidiano adquiere un significado propio a través de la acción.378 De tal forma que lo absolutamente ordinario revela un tejido de espacio y tiempo definido por un complejo ámbito de prácticas sociales y por una conjunción de accidente, deseo y hábito379 378

En el sentido sociológico, y de acuerdo a la definición de los autores interaccionistas simbólicos (Berger y Luckman, 1968), la vida cotidiana emerge del conjunto de interacciones subjetivas sujeto- sujeto, sujeto-objeto. Veáse: ROSENBLÜTH, Ana. (2001). Reflexiones sobre la Cotidianeidad y la Ciudad. Pontificia Universidad Católica de Chile. Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos. Revista ARQ N°948, Julio. Pág. 6-7. 379 CHASE, John. (1999). Everyday urbanism. New York: The Monacelli Press. Pág. 8 171


En este sentido, entendemos que persisten prácticas cotidianas o “hábitos” que dan cuenta de apropiaciones simbólicas del espacio urbano, de carácter más bien efímero,- antes que consolidadas transformaciones físicas,que poseen un potencial intrínseco para producir espacios de significación colectiva y de representación para ciertos grupos de población que se encuentran al margen o en cierto grado de exclusión dentro de contextos de países desarrollados y en vías de desarrollo. El carácter simbólico de lo cotidiano fue visibilizado en los casos de estudio de prácticas autogestionadas (analizados en el tercer capítulo). Así se identificaron prácticas cotidianas clandestinas, con un signifcado más de carácter político, que transgreden el sentido de orden fáctico en contextos de países desarrollados donde el control y la vigilancia desafían su misma consumación. En el caso de los proyectos de Bas Princen o Xabier Rivas que registraban prácticas de ocio informal en Holanda y España o bien en el caso de Francisca Benítez y Xavier Arenós que registraban las acciones ilegales de inmigrantes que sobreviven en las ciudades europeas. Así como también se indentificó, otro tipo de acción clandestina, pero con un sentido de sobrevivencia como en los ejemplos de comercio y asentamientos informales que recopilamos de ciudades de países en vías de desarrollo como Hanoi, Bogotá, Buenos Aires, México), no obstante aclarando que debido a la magnitud que el fenómeno de la autogestión adquiere en estas latitudes, la capacidad estructurante de lo cotidiano se vuelve más tangible, más permanente y con implicaciones físicas sobre el territorio relevantes lo ejemplifican el mercado Tepito en México DF y la feria La Salada en

Buenos Aires, Argentina o el barrio instalado en el cementerio del San Salvador. Frente a este desapego que la práctica urbanística a demostrado por lo cotidiano y justificado por el ensayo de Louis Wirth titulado “Urbanism as a way of life”, la publicación, “Everyday urbanism” (New York, 1999) recopila el simposio titulado “Urban Revisions: Current Projects for the Public Realm” organizado por el Museo de Arte Contemporáneo de los Ángeles, California y en donde se expone la noción de Everyday urbanism ( en español: urbanismo cotidiano) como aquel que identifica una nueva posición para entender y acercarse a la ciudad desde la supremacía de la experiencia humana y cotidiana como el aspecto fundamental de la definición de la praxis urbanística. Existe una connotación ambigua y en buena medida negativa respecto de la complejidad intrínseca lo cotidiano que se podría explicar porque con frecuencia, los usos cotidianos crean una tensión entre el lugar formal conforme se designa según lo previsto y la forma en cómo éstos lugares finalmente son utilizados y habitados efectivamente. Debido a la naturaleza fundamental y esencialmente ambiagua de lo cotidiano, misma por la que se advierte una dificultad para decodificar este concepto desde la praxis urbanística; lo cotidiano es raramente objeto de atención de los arquitectos y urbanistas. 380 Pese a ello, los planteamientos en torno a un posible Everyday Urbanism (urbanismo cotidiano) resitúan al urbanismo dentro de un amplio campo discursivo socialhumano en donde se combinan diversas disciplinas en una consideración multidimensional de la ciudad que se 380

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Ibíd.


desmarca del discurso tecnocrático de algunos autores, diseñadores y críticos que descubren en la incoherencia visual de los espacios cotidianos, los desaciertos de algunas ciudades. 381 No obstante este potencial del espacio cotidiano se asienta sobre una serie de elementos que siguen siendo difíciles de definir y utilizar en el diseño urbano y arquitectónico, puesto que lo cotidiano remite a conceptos como lo efímero, la cacofonía, la multiplicidad y la simultaneidad; 382 estos conceptos a la vez constituyen principios para distinguir, diferenciar o caracterizar de forma particular la “experiencia de la vida real”, lo que Margaret Crawford, explica como el “juego de las diferencias”. De esto se despresde que el espacio de la vida cotidiana, el espacio real se contrasta con las cualidades estandarizadas y homogéneas de los espacios urbanos abstractos diseñados para ser reproducidos como espacios genéricos, segregados y especializados tal y como se visualizó desde el paradigma de la máquina en el marco del movimiento moderno para la arquitectura y el urbanismo.383 También de lo anterior se deduce por lo tanto que la vida cotidiana no es reproducible desde el paradigma de la maquina tal y como lo pretendió el urbanismo moderno. En este sentido este reto supone para todos los creadores inmersos en la producción legítima y consiente de la ciudad, el dilema de poder vincular exitosamente el diseño urbano y la vida cotidiana.384

Como se explicó en el primer capítulo, el urbanismo del movimiento moderno intentó construir ciudades a partir de un método universal que intentaba reproducir una verdad esencial arquitectónica única. Se buscaba soluciones prototípicas, modulares y replicables, aplicadas a todo modelo de ciudad, en donde se visualizaba un sujeto tipo, con acciones y necesidades predecibles. Este diseño buscaba orden y control en lugar de incorporar a la persona ordinaria, su cultura y las necesidades que surgían a partir del acontecer cotidiano.385 En este sentido, Chase reflexiona que las redefiniciones de conceptos, categorías y variables en el diseño urbano a partir de la incorporación de lo cotidiano, supone un reto a la hora de producir ciudad, desde la planificación urbana. …desde finales del siglo IX, los arquitectos han intentado transformar las delicias de la ciudad directamente en los principios del diseño urbano. La ideología de diseño dominante de los últimos 100 años continua siendo construida a partir de verdades (esencialistas) arquitectónicas. La tensión entre la búsqueda arquitectónica moderna de lo “conceptualmente puro” y la pluralidad de la ciudad moderna define el dilema fundamental del diseño urbano del siglo XX386 Para Chase, precisamente el espacio urbano cotidiano constituye el nexo entre esos dos distintos ámbitos (el formal y el informal). En este sentido, lo cotidiano articula lo estratégico (la planificación urbana a

381

385

CHASE, John. (1999). Everyday urbanism. New York: The Monacelli Press. Ibíd. .Pág. 9 383 CRAWFORT, Margaret en CHASE, John. (1999). Everyday urbanism. New York: The Monacelli Press. Pág. 10 384 CHASE, John. (1999). Everyday urbanism. New York: The Monacelli Press.

ROSENBLÜTH, Ana.(2001). Reflexiones sobre la Cotidianeidad y la Ciudad Pontificia Universidad Católica de Chile. Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos. Revista ARQ N°948, Julio. Pág. 6-7. 386 CHASE, John. (1999). Everyday urbanism. New York: The Monacelli Press. Pág. 90

382

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largo plazo) con lo táctico (respuestas inmediatas de tipo puntual y específico). En tanto que el espacio cotidiano donde acontece la experiencia vivida tiene una energía o vitalidad especial con potencial para abrir nuevas vías de discusión política, producir nuevas formas de ciudadanía y reestructurar el espacio urbano; Margaret Crawford apela por una redefinición de los conceptos de espacio público e identidad a partir de la noción de lo cotidiano; 387 por lo que se entiende que, debido a que a nivel espacial, el concepto de espacio cotidiano delinea el ámbito físico de la actividad pública diaria, los espacios urbanos cotidianos, definidos y físicamente identificables como el hogar, el lugar de trabajo; constituye un tejido con capacidad estructurante de la vida diaria. Según lo anterior, Crawford atisba que introducir el discurso de lo cotidiano a la praxis urbanística evidentemente conlleva a un replanteamiento de la noción de lo público y su incidencia en la noción de lo urbano al concordar con la caracterización de Habermas del “ámbito público” primordialmente como un campo de relaciones discursivas entre el estado y la economía. Desde esta definición del ámbito urbano, se está en desacuerdo con la noción universal, racional del espacio público, que enfatizan un escenario ideal de condiciones de equidad, (los estados nación y la democracia representativa) según la cual, la esfera pública es representada como el “espacio democrático” al que supuestamente todos los ciudadanos tienen acceso por decreto.

Es por ello que la noción de espacio cotidiano se opone al espacio público cuidadosamente planeado, designado oficialmente y generalmente sub-utilizado. Los espacios cotidianos, ambiguos, como todos los espacios intersticiales, constituyen zonas de transición y eventualidad social de alto potencial para nuevas y creativas intervenciones. Sobre el impacto de lo cotidiano en el espacio público, Jane Jacobs señaló la relevancia de la vida diaria a pequeña escala como el componente generador de un buen urbanismo argumentando que esta posee una escala reconocible que propicia una constante negociación horizontal que ocurre con total autonomía. Según lo anterior, los espacios cotidianos se contraponen también a la producción de ciudad a base de íconos de la arquitectura que responden al paradigma del arquitecto estrella, arquitectura que por lo general posee una escala desconocida, que genera extrañeza y que esta mediada por una relación de poder asimétrica y por una serie de reglas, pactos y normas de uso. El “everyday urbanism” se opone a la producción utópica del espacio urbano y a la rigidez formal involucrada en la construcción de la ciudad desde los principios del movimiento moderno, como explicamos en el primer capítulo. En este sentido, Ana Rosenblüth indica que las actividades y funciones cotidianas moldean un tipo de ciudad diferente a la que moldean las actividades “no cotidianas”. Las actividades no-cotidianas existen en función de un interés secundario que no forma parte de las necesidades fundamentales y reales y que moldean un estado de excepción para seducir y consumir esporádicamente lo excepcional (una excepcional relación pasajera con la ciudad, con el entorno, estados de “relajación” – “meditación”, o de estados excepcionales de “excitación”-

387

CRAWFORT, Margaret. Blurring the boundaries: public space and private life. En CHASE, John. (1999). Everyday urbanism. New York: The Monacelli Press. Pág. 24 174


“alteración”; que podemos conseguir mediante determinadas actividades, deportivas, recreativas, en entornos ficticios, irreales, teatrales (centros comerciales, parques temáticos, discotecas)388 Rosenblüth señala como ejemplo de lo anterior la convivencia en un barrio multicultural como el Raval en Barcelona, se convierte en una escena excepcional, en una experiencia inmersiva por la cual los turistas o estudiantes de intercambio pagan para experimentar por un plazo de tiempo limitado. Esta forma de actuar revela que ciertamente hay situaciones irrelevantes que deberían ser parte de la cotidianidad, pero sin embargo, no lo son como por ejemplo optar por una residencia en cualquier centro histórico que ha sido convertido en un lujo. Las exploraciones sobre lo cotidiano no deberían basarse exclusivamente en las percepciones de los usuarios, sino que deben abordar la interacción, la interrelación e interdependencia entre los poderes institucionales y los rituales cotidianos. Esta complicidad entre la política y la vida cotidiana evitaría caer en cualquiera de las trampas: la de satanizar el trabajo de los arquitectos como medio de control de entornos o de mistificar el papel de los usuarios como opositores de orden. Es por ello que se justifica la necesidad de que lo “cotidiano” sea entendido como otro mecanismo más construido o impulsado también por el Estado (o por circunstancias que se desprenden de su forma de operar) puesto que manifiesta un orden particular, una

forma de distribución del suelo y de la riqueza, el “everyday urbanism” tiene implicaciones evidentemente políticas.389 Precisamente una forma de desmitificar y de transformar la apreciación romántica sobre “lo cotidiano” hacia una comprensión más política de su significado es reflexionando sobre cómo implementar la construcción política de lo cotidiano a la práctica arquitectónica a partir de la comprensión de la metáfora cosido / descosido que remite a una manera de asumir la materialidad de la vida cotidiana en el contexto urbano como un proceso continuo de cambio y de revisión llevado a cabo de mutuo acuerdo o consentimiento, estableciendo una estructura de 390 negociación. Las connotaciones socio-políticas de la metáfora cosido / descosido supone ampliar la noción de lo cotidiano como un elemento trascendente e integrante de los procesos de producción urbana y reconocer el sentido cívico de las prácticas de auto-gestión del espacio urbano en su capacidad para moldear, o re-significar, desde un comportamiento social, el carácter funcional y simbólico de un lugar. Una praxis urbanística que incorpore también la producción procesual y simbólica del espacio urbano supondría incluir espacios que están fuera del ámbito de aplicación de arquitectura y presentar nuevas agendas profesionales para no comprende el espacio en términos exclusivamente formales (delimitación física). 391

389

HATUKA, Tali and Kallus, Rachel. The myth of informal place-making: stitching and unstitching Atarim Square in Tel Aviv. Revista The Journal of Architecture, Volumen 12, N°2, Pág. 147-164 390 Ibíd. , Pág. 147-164 391 HAYDN, Florian. (2006). A material that never comes to rest. Concepts and potentials of temporary spaces. en HAYDN, F.; Tamel, Robert. Temporary Urban Spaces. Concepts for the use of city spaces. Basel: Birkhäuser, cop.Pág. 73

388

Veáse: ROSENBLÜTH, Ana. (2001). Reflexiones sobre la Cotidianeidad y la Ciudad. Pontificia Universidad Católica de Chile. Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos. Revista ARQ N°948, Julio. Pág. 6-7. 175


suponen itinerancias y flujos constantes de personas y mercadería. Ligada a la idea anterior, es posible comprender que los usos temporales son comprendidos como una excepción legal y que constituyen una ocupación ilegal de espacios vacantes – vacíos. Es decir que, en la medida en que este fenómeno representa una excepción económica y legal, los usos temporales del espacio para los cuales la sociedad generalmente no concibe un espacio, suelen acontecer en espacios que permanecen vacantes y por lo tanto se encuentran fuera de la atención del ámbito social y privado.392 En este sentido podemos asociar los espacios residuales393 a las periferias, entendidas éstas como aquellas zonas que se ubican en los límites de la ciudad histórica o formal, aquellas zonas en las que es reconocible un tejido urbano diferente, en la que se evidencian otras tipologías edificatorias y otros elementos estructurantes (como vías de tren, autovías, instalaciones portuarias, industriales). Estas zonas periféricas, son zonas territoriales por lo general menos “acabadas”, menos consolidadas y en constante transformación. La condición ambigüedad de las zonas periféricas, se explica por la pérdida de la noción de territorialidad que se caracteriza por la destrucción del entorno natural, la indefinición de las fronteras (la red de ciudades) y la

4.2. La instrumentalización de los usos temporales. Temporary Urbanism. Del análisis de los casos de estudio podemos deducir una relación directa entre “los usos temporales” y los llamados “espacios residuales” que como vimos suelen transformarse en puntos estratégicos y escenarios las prácticas de autogestión, en contextos que enfrentan una gran demanda de suelo urbano como en el caso de la ciudad de Guangzhou en China, donde existe una constante presión por vivienda y un déficit de espacio de uso público. De tal modo, espacios bajo puentes o autopistas –por ejemploterminan albergando los usos más variados, tales como mercados informales, lugares para hacer deporte, asentamientos de vivienda autoconstruida, jardines; todas actividades para las cuales estos espacios no fueron diseñados. Igualmente como se ha hecho evidente los ejemplos autogestión vinculados al ocio informal, en los contextos desarrollados ocurre con frecuencia en las zonas periféricas de las áreas metropolitanas, tanto en torno a zonas que han escapado al diseño y la planificación urbana, como los descampados; como también en torno a infraestructuras urbanas propias de los márgenes de la ciudad, tales como los polígonos de vivienda, las zonas industriales en desuso, o la infraestructura vial de gran envergadura. Los usos temporales del espacio como lo hemos constatado en los ejemplos citados en el tercer capítulo, dan cuenta de la complejidad del fenómeno de la economía urbana entendida en un sentido amplio, incluyendo a los negocios estables y competitivos y los sistemas de trueque ilegal o las ventas ambulantes y los mercados informales que

392

Ibíd. Pág. 30 En cuanto al tipo de espacio ocupado, se ha hecho una distinción entre espacios diseñados para el “uso público” (calles, aceras, plazas, parques urbanos), espacios de “uso semi-público” o con acceso restringido (zonas de aparcamiento, zonas verdes en rieras, bosques), así como espacios no diseñados para uso, es decir, “espacios residuales” (zonas de descampados, zonas bajo puentes y autopistas, ruinas e infraestructuras obsoletas o en desuso). 393

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desconcierto entre la definición del espacio público y el espacio privado (vigilancia, seguridad y exclusión del otro)394 supone hoy día la aparición de espacios urbanos ausentes. Ignasi Solà-Morales se refierió a estos espacios ausentes con el concepto terrain vague, como una forma de problematizar el espacio de las periferias a través de la metáfora de la ausencia, haciendo referencia a espacios residuales, lugares abandonados, obsoletos, improductivos o indefinidos. La noción de terrain vague, expresa una especie de “contra-espacio” que encuentra en su “nodiseño” y en su resistencia al planeamiento urbano, un determinado valor como espacios de vacuidad, ambigüedad, memoria y libertad. El análisis de los terrain vague no es cuantificable dentro de la lógica de los sistemas de análisis del urbanismo tradicional; 395 en tanto que son territorios ajenos a la efectividad productiva de la ciudad. El entendimiento del terrain vague también se activa, como espacio de memoria y de potencialidades, como refugio de la diversidad, constituyendo así una de las bases de la regeneración de los espacios degradados en las ciudades contemporáneas del contexto global396. Partiendo de la definición de espacio como una cierta posesión del mundo por el cuerpo; el cuerpo y su entorno (como producto cultural) según la cual se transforma y reinscribe el paisaje urbano, en función de sus necesidades

(demográficas, económicas y psicológicas)397 , podemos entender la forma en que operan las prácticas de autogestión dotando a estos espacios olvidados de un sentido de uso, una función y una dimensión de espacio civil, al menos de forma temporal. Esto no significa que la planificación urbana no se ocupe necesariamente de esos espacios “periféricos”, tampoco que algunos instrumentos de planificación o determinados proyectos urbanísticos para esas zonas sean poco efectivos, o que sean innecesarios; solamente intentamos constatar en esta investigación que, durante el proceso de hacerse esa “periferia” o al completarse sus “funciones”, estos espacios en algunos casos van quedando relativamente “vacíos” de actuación urbanística, lo cual provoca e incentiva in-directamente algunas los usos temporales. Como vimos en los casos de estudio, las prácticas de autogestión del espacio urbano poseen un potencial para establecer una fértil tensión entre previsión y uso que abre un debate crítico sobre la planificación urbana tradicional a la luz de su (in) capacidad para asumir la “noción de temporalidad”, en contraposición a cierto determinismo que impone la administración pública y el sector privado, tal como lo señala Giovanni La Varra398. Este debate sobre la determinación de uso remite a una gran inflexibilidad en el tiempo, que es particularmente contradictoria de analizar a la luz de las dinámicas urbanas globales que como hemos mencionado antes se caracterizan

394

397

CORTÉS, José Miguel G. (2006). IMPASSE 6 : Ciutats negades 1 : visualitzant espais urbans absents. Lleida: Ajuntament de Lleida. 395 http://www.atributosurbanos.es/terminos/terrain-vague/ 396 SASSEN, Saskia. (2002) Prólogo en SOLÁ-MORALES, Ignasi. Metrópolis: ciudades, redes, paisajes. Gustavo Gili. S.A. Barcelona. Pág. 18

CORTÉS, José Miguel G. (2006). IMPASSE 6 : Ciutats negades 1 : visualitzant espais urbans absents. Lleida: Ajuntament de Lleida.Pág. 153. 398 LA VARRA, Giovanni. (2009) El último espacio público de la ciudad contemporánea. En PERAN, Martí (2009) Post-it city ciudades ocasionales Madrid: Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior. 177


por la alta movilidad, la inestabilidad y la pérdida de noción de territorialidad. La noción de temporalidad399 está presente en las acciones que dan cuenta de procesos de auto-gestión del espacio urbano, por ejemplo en relación a la vivienda autoconstruida, estos asentamientos sufren una mutación constante de mejora, ampliación e incorporación de usos no habitacionales y en relación a la actividad comercial, se apela a artefactos para-arquitectónicos, dispositivos móviles, de gran flexibilidad por medio de los cuales se realizan itinerancias en la ciudad. O bien, en cuanto a las prácticas urbanas y los usos del espacio público, la temporalidad se entiende desde una aceptación pragmática que responde a reglas de convivencia y tolerancia de diversas formas de apropiación ocasional del espacio público para usufructo personal y privado. La instrumentalización de los usos temporales como una estrategia de planificación urbana implica ensayar formas de definirlos, y de examinar su potencial, una tarea que no es fácil, máxime cuando últimamente todos los usos urbanos son limitados en tiempo y un creciente número de usos existen frecuentemente en períodos cada vez más cortos.

La instrumentalización de los usos temporales requiere entre otras medidas transformar el poder burocrático al mismo tiempo que se replantea el paradigma de la desregulación orientándolo esta vez hacia un manejo procesual y un uso secuencial y flexible del espacio, fundamentado en los valores de la participación y la negociación, tal y como lo ha planteado el proyecto de habilitación de solares en la ciudad de Sevilla, España del Arq. Santiago Cirugeda. Una reinterpretación del paradigma de la desregulación, implica un uso más flexible y secuencial del espacio público para diferentes eventos o situaciones, un aprovechamiento del espacio sobre la base de la lógica de los diferentes tiempos o ciclos de usos permitidos, el establecimiento de nuevos límites de tiempo de uso en las leyes de alquiler de espacios. La instrumentalización de los usos temporales podrían asumirse como una metodología de planificación urbana orientada hacia lo procesual diferente a la metodología urbana rígidamente orientada. Desde algún tiempo y con creciente frecuencia, los “usos temporales” se han convertido en un discurso cada vez más común en la planificación, como un nuevo concepto que da cuenta de que existe una creciente demanda de otros enfoques con respecto a la planificación en este sentido se plantean acercamientos con perspectiva de participación, cooperación entre actores públicos y privados y también de uso temporal del espacio. La instrumentalización de los usos temporales es una realidad en Estados Unidos, en tanto que el término “uso temporal” forma parte de varias ordenanzas de construcción y planificación urbana que indica determinados usos de breve duración. Este pragmatismo americano explica él

399

Hemos tomado como punto de partida para la explicación de la noción de temporalidad en los procesos de auto-gestión del espacio, la investigación “Temporary Urban Spaces. Concepts for the use of city spaces” 399en el que se recopilan diferentes aspectos del uso temporal del espacio en zonas urbanas. Las ideas básicas que han sido desarrolladas en esta publicación, se originaron en el contexto del Proyecto de Investigación Urbana de la Unión Europea 2001-2003 así como la “Temporary Urban Space Conference”, Viena, 2003. Algunos otros ejemplos de la relevancia de este tema está el “Camp for Oppositional Architecture” Berlín, (2004).

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porque el término “uso temporal” no simplemente sigue demandas pragmáticas sino que representa más que un concepto programático que se deriva de cierto usos tradicionales (mercadillos de navidad) propios de culturas alternativas, una metodología o estrategia de planificación urbana. El urbanismo temporal constituye una alternativa de gestión local descentralizada (proceder táctico) con respecto a la gestión nacional centralizada (proceder estratégico). Es de pequeña escala y a corto plazo a diferencia del urbanismo tradicional a gran escala a largo plazo. El urbanismo temporal podría ser considerado como un instrumento de planificación para aquellos gobiernos municipales con una limitada capacidad económica de gestión y que se ven obligados a proceder tácticamente y no estratégicamente, reaccionando a las situaciones existentes, intentando localizar los puntos de apoyo que hacen posible conseguir grandes resultados con los mínimos medios. En tanto que la noción de “uso” posee una duplicidad: por un lado expresa un uso una utilidad y al mismo tiempo habla del derecho de concesión, como lo expresa el término “usufructo; esta sola palabra contiene en sí misma, la transición de una práctica de uso o de función, a una relación jurídica de la disposición y beneficio (aprovechamiento) regulada por el código civil sobre la base de la propiedad privada. Desde esta definición de “uso” se entiende que apelar por la instrumentalización de los usos temporales del espacio implica necesariamente revertir la connotación negativa según la cual los usos temporales como un usufructo de la propiedad privada con fines personales o de sobrevivencia son vistos como una actividad subcultural,

como una excepción económica, como una situación de marginalidad y de escasez. O directamente asociados a contextos de guerras, de desastres naturales y de marginalidad. En este sentido es obvio lo que se dista de convertir esta acepción de lo temporal en una noción positiva. Antes de que las prácticas de usos temporales sean elevadas a programas, se debe reconsiderar el su significado negativo.400 En tanto que la noción de “uso” no se comprende como una cualidad inscrita en las cosas, en los edificios o en los espacios, la instrumentalización de los usos temporales también precisa restituir la comprensión de los usos temporales como una forma de relación flexible entre el triangulo: propiedad-posesión-derecho de uso que supone un aprovechamiento de los ciclos de utilización, hoy día cada vez más cortos. En este sentido, “uso” implica una relación más o menos flexible dentro de la cual las personas pueden hacer matices 401. Restituir la comprensión de los usos temporales como una forma de relación flexible conlleva el hallazgo de potencialidad de uso de infraestructura y edificaciones obsoletas o en transición, supone la implementación de otra forma de consumo del suelo que admite una distinción entre usos efímeros y usos provisionales del espacio. Por un lado, lo temporal refiere a lo efímero como una temporalidad existencial, como una corta vida y una existencia no puede ser dilatada. Por el otro, lo temporal refiere a lo provisional como una sustitución de algo, por otra cosa que no es definitiva, una prolongación del tiempo 400

HAYDN, Florian; Temel, Robert. (2006). Temporary Urban Spaces. Concepts for the use of city spaces. Basel: Birkhäuser. Pág. 35 401 Ibíd. Pág. 26 179


ciudad de una nueva vitalidad.402 Los usos temporales del espacio, crean conocimiento social y ofrecen oportunidades de participación activa, 403jugando un papel determinante en el nivel de las estructuras de acción e interacción y en niveles de representación espacial. A manera de resumen, podríamos decir para terminar que el fenómeno de la auto-gestión en el espacio urbano, supone una revisión de conceptos hasta ahora invariables sobre los que se ha asentado la gestión pública del territorio, entre lo que supondría: - Reconsiderar la definición de suelo no urbanizable, o espacio residual o suelo rústico para considerar el potencial de los espacios naturales (forestales, marítimos, agrícolas) en regiones urbanas y otorgarles usos públicos y diseño cualificado compatible con un concepto de sostenibilidad. Esto supone además reciclar las áreas vacantes del espacio metropolitano para entretejer la trama urbana en las periferias y reforzando áreas de centralidad - Reconsiderar la definición de los espacios de vialidad e infraestructuras de comunicación, no minimizándolos a espacios mono funcionales de circulación vehicular de alta velocidad (como anillos de circunvalación, intercambiadores) para generar espacios públicos y suturar barrios en lugar de fragmentarlos. 404

por un período más del previsto originalmente. Lo provisional hace referencia a algo que algunas veces es de corta duración pero que frecuentemente puede permanecer por un largo período. Lo “provisional” es uno de los principios clásicos de la economía de mercado según el cual se rentabiliza el uso de un espacio hasta haber cumplido con las obligaciones contractuales de renta de ese espacio. En tanto que hoy en día las áreas urbanas por lo general están sujetas a una utilización de los edificios que suponen ciclos cada vez más cortos de ascenso y contracción (o recesión), en el transcurso del tiempo hay algunos momentos de transición, incertidumbre y paralización que muchas veces provocan lagunas de utilización entre el momento en que una actividad cesa y los nuevos programas son implementados. Estos tiempos de subutilización generan espacios urbanos abiertos donde frecuentemente son localizados rápidamente e inclusive ilegalmente, otros nuevos usos. Las apropiaciones de espacios en desuso nos revelan que el uso temporal en un principio más productivo, es un concepto que se comprende en el ámbito de la economía y que asegura que cada uso concedido de paso a otro nuevo. El “urbanismo temporal” habla pues de velar por un aprovechamiento de los vacíos generados por los tiempos improductivos que se crean por los mismos procesos burocráticos propios de la planificación oficial de gran envergadura. Los “usuarios temporales” invisibilizados en la ciudad, emergen en estos espacios urbanos abiertos, ellos son pioneros en desarrollar nuevos programas experimentales para espacios subutilizados, dotando a la

402

Ibid. Pág. 75 Ibid. Pág. 71 404 BORJA, J.; Muxi, Z. (2003). Espacio público: ciudad y ciudadanía. Diputación de Barcelona. Pág. 70-73 403

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En este sentido, se entiende el papel de las prácticas de autogestión del espacio urbano para definir la producción de la ciudad desde lo urbano (desde el conjunto social) como experiencia permanente, cotidiana y procesual, en lugar de ser al revés, definiendo a lo urbano desde la urbanística (doctrina científico-política) en términos de un espacio acotado que responde a una densidad de población, a características morfo tipológicas y de uso del suelo, inscritas en rangos preestablecidos. Entendemos que esta producción de ciudad desde lo urbano, supone una alta participación ciudadana, que como hemos constatado en los casos de estudio explicados en el tercer capítulo, tiene una serie de matices y un resultado de mayor o menos incidencia física en la transformación del espacio, (dependiendo del contexto en el que se da y de los niveles de desarrollo, planificación y control específico) que al mismo tiempo hace que la propia capacidad crítica de las prácticas de autogestión dependan del contexto. La capacidad crítica apunta hacia una reflexión sobre la actual cultura de planificación urbana, esto por cuanto cuestiona la naturaleza altamente especializada del urbanismo reservada hasta ahora para una minoría;407 lo que a la vez se traduce en una falta de opotunidades para que los ciudadanos puedan participar de la transformación de su espacio vital-social (urbano). Y también señala una redefinición del concepto de urbanidad definida por acumulación y densidad de procesos socio-espaciales, que incorpora algunas reglas mínimas de orientación y ordenación.

4.3. Hacia un urbanismo político. Bottom-up urban planning Manuel de Solà Morales señala que ante el desmesurado volumen de actividades técnicas, artísticas, jurídicas político-económicas y empresariales que se amparan bajo el término “urbanismo”, hoy día ya no es factible justificar el quehacer urbanístico en los supuestos genéricos del pensamiento utópico y del reformismo social, (propuesta moral de mejora social y bienestar público) que constituyeron las bases ideológicas de legitimación del urbanismo. Debido a que estos fundamentos ideológicos podrían ser actualmente inciertos, sobre-entendidos y desfasados es preciso un replanteo de las bases filosóficas sociales (“ética urbanística”) para legitimar la actuación urbanística, esto supone no un código quizás, pero sí un repertorio de los principios morales de una actividad que, a falta de ellos, tiende a diluirse en la banalidad del empirismo”. 405 Pese a los recientes esfuerzos desde las administraciones locales por incorporar los procedimientos de participación y concertación para convertir al ciudadano en el protagonista de pleno derecho a la ciudad; la participación como instrumento que se supone debería asegurar el “derecho de control” y de constituir una auditoría pública y colectiva, pocas veces supera el escalafón consultativo, con lo cual el ciudadano continúa mantenido su estatus de espectador.406

405

Ibíd. Pág. 63 Garnier, Jean-Pierre. (2006) Contra los territorios del poder: por un espacio público de debates y de combates. Barcelona: Virus. Pág. 136 406

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Ibíd. Pág. 136


La participación ciudadana entendida como una organización cívica, propicia un poderoso efecto de significación colectiva pese a la pequeña escala de intervención de los casos de autogestión que hemos reseñado. Esto por cuanto desde la perspectiva de la transformación del espacio urbano, los “usos temporales” y las “ocupaciones informales” subrayan las diferencias culturales, sociales y económicas de determinados colectivos humanos no representadas en las políticas urbanas estatales que encuentran en las prácticas auto gestionadas una forma de representación e identidad en tanto que pueden tomar el control. Así, cada ejemplo de prácticas de autogestión del espacio urbano, constituye una expresión única, mediante la cual se produce una adecuación del espacio de manera específica y respondiendo a una necesidade puntual. El peso contundente de una respuesta creativa y contextual (que devela una profunda conciencia de la comunidad, del entorno y de lo específico de la vida cotidiana); contrarresta y anula el culto por lo estándar y por las soluciones repetibles. 408 Ha quedado evidente en los casos de estudio presentados, que los mecanismos de control políticoadministrativo de cada contexto específico, en mayor o menor medida determinan un marco de actuación desde la auto-organización social-civil de los ciudadanos, para dar respuesta a ciertas formas de exclusión y falta de representatividad que poseen determinados grupos sociales por parte de quienes gobiernan y dictan las políticas urbanas.

Tales circunstancias en torno a modelos de administración pública de la ciudad, crean un espectro de niveles de control, que abarca desde una hiper-planificación hasta una ausencia casi total de la planificación urbana y territorial (laize-faire). Realizar un análisis contextual de las formas de autogestión del espacio urbano es determinante para compreder la incidencia de dicho fenómeno en una realidad determinada; implica reflexionar sobre su naturaleza jurídica puesto que no todas las prácticas de autogestión suponen un acto ilegal. Por el contrario, existen ejemplos de iniciativas en donde la autogestión ha sido sistematizada e implementada, dando lugar a conceptos como el bottom-up urban planning, el advocacy planning409 o community driven development, modelos de gestión urbanística desde los que se han propiciado un gran número de actividades y funciones que han sido desarrolladas con cierto grado de autonomía, con los mínimos recursos y con la mínima intervención técnica-profesional. De este tipo de esfuerzo concertado dan cuenta los casos de estudio como High Line Project, New York. No obstante a estos matices, lo cotidiano y lo temporal son conceptos transversales a las formas de participación cívica 410en la producción de lo urbano actualmente. Paul Davidoff (USA, 1930) responsable del término “advocacy planning” lo anotó para definir una línea de diseño arquitectónico y planificación para determinados grupos sociales de la ciudad, desposeídos sin voz, que resulta relevante ante situaciones de desprotección o carencia de políticas urbanas lideradas desde la administración pública. Entre sus primeros practicantes fueron ARCH (arquitectos la renovación del Comité en Harlem), un grupo formado por el arquitecto C. Richard Hatch en 1964. 410 Cabe señalar que en la historia contemporánea al menos, como punto detonante del derecho de participar a los habitantes en la mejora de su entorno de vida; la teoría de Henri Lefebvre en torno al “derecho a la ciudad” que supuso en la década de los 70’ una serie de luchas urbanas contra los proyectos de planificación tanto de la tecnocracia como de las inmobiliarias que supuso que los ciudadanos incurrieron por primera vez en una discusión reservada a la arquitectura y el urbanismo. Véase: 409

408

FERNÁNDEZ, Miguel. (2008).Diseño en estructuras urbanas informales. Tesis Doctoral. Departamento de Proyectos Arquitectónicos. Escuela Técnica Superior de Arquitectura (ETSAB). Universitat Politécnica de Catalunya. 182


Desde lo temporal, se fomenta la participación ciudadana bajo la actitud de do-it-yourself (“hágalo usted mismo) o la autoconstrucción. Ambas formas de involucrarse en la producción de espacios o de mejorar el entorno conlleva a la comprensión del concepto de espacio social fundamental en la gestión del espacio físico tradicionalmente moldeado desde la perspectiva determinista de la planificación urbana. Por el contrario las formas de autogestión conllevan a la producción del espacio desde los conceptos de lo real lo contextual y procesual, según tácticas y estrategias cotidianas adaptables en el tiempo (temporalidad), trabajando simultáneamente a corto plazo (respondiendo urgencias inmediatas) y con una visión integradora de los procesos, buscando su confluencia según una secuencia programada de acciones y proyectos complementarios, de variada índole. En tanto que la práctica de la arquitectura ha estado marcada por el elitismo y el autoritarismo y ha estado desde sus orígenes al servicio del orden, tal y como lo vimos en el primer capítulo, a un orden urbano que ha respondió en el transcurso de la historia a intereses políticos-religiosos411 ( prueba de ello son los templos para honrar a los dioses, los palacios para proteger a los poderosos o los monumentos para la gloria de los tiranos); las prácticas de autogestión plantean interrogantes en torno a la posibilidad real de establecer una relación entre el diseño y la vida cotidiana, sin caer el populismo exótico (de algunos antropólogos enamorados de la cultura de la pobreza) que mitifican las

soluciones de la auto-construcción en situaciones de emergencia (y descubren en los barrios de chabolas un modelo alternativo de creación arquitectónica). En tanto que el “everyday urbanism” ó urbanismo cotidiano del cual dan cuanta los casos de prácticas autogestionadas tiene una energía o vitalidad especial singular que los arquitectos, paisajistas, planificadores, diseñadores urbanos y artistas visuales también tratan constantemente de capturar, reproducir o imitar. Con mayor o menor éxito, a pesar de los sustanciales y variados esfuerzos profesionales, solo una deslucida simulación de esta vitalidad del urbanismo cotidiano es por lo general lograda. Lo que supone un reto para todos los creadores inmersos en la producción legítima y consiente de la ciudad, el dilema de poder vincular exitosamente el diseño urbano y la vida cotidiana.412 Como respuesta a esta interrogante entendemos que la participación ciudadana se entiende como un mecanismo para vincular el diseño urbano y la vida cotidiana para intervenir por ejemplo, estructuras sociales profundamente fragmentadas pero salvaguardando su propia identidad y sus propias y específicas circunstancias espaciales, económicas y su propia capacidad de resolución de problemas, tal y como lo demuestra el proyecto Favela –Barrio, del Arq. Jorge Mario Jáuregui que busca vincular el ámbito formal y el informal de las Favelas. En este sentido, la participación ciudadana apela por la práctica de la auto construcción como una de las múltiples maneras de propiciar una relación creativa entre

Garnier, Jean-Pierre. (2006) Contra los territorios del poder: por un espacio público de debates y de combates. Barcelona: Virus. Pág. 134 411 Garnier, Jean-Pierre. (2006) Contra los territorios del poder: por un espacio público de debates y de combates. Barcelona: Virus. Pág. 129

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CHASE, John, Everyday urbanism. New York: The Monacelli Press, 1999


los habitantes y su hábitat, es decir, de vincular el diseño y la vida cotidiana. La auto-construcción requiere de altos niveles de participación y de negociación de los involucrados y una compleja interacción entre aspectos físicos (territoriales) y acciones sociales. La auto-construcción da cuenta de una intensa y rica interacción entre acciones humanas cotidianas y condiciones espaciales contextuales, desde el modo original de proveerse de servicios e infraestructuras (reciclaje, invasión ilegal, uso temporal) la elección de materiales económicos, la utilización de los saber-hacer locales, las adaptaciones de las disposiciones espaciales a los modos de vida.413 Podemos distinguir dos motivaciones detrás de la auto-construcción. Por un lado aquella que a menudo se realiza bajo el signo de la urgencia y la miseria y que constituye hoy en día, una forma de supervivencia en contextos de países en vías de desarrollo donde un alto porcentaje de los procesos de edificación no responden a un conocimiento científico o sistematizado, sino que por el contrario, a procesos más o menos azarosos de acuerdo con un saber empírico (vernacular) o un saber intuitivo propio del carácter de emergencia de las necesidades de estos sectores de la población. Por otro lado, la autoconstrucción como forma de organización barrial responde también a esfuerzos innovadores por recuperar los intersticios del tejido urbano degradado mediante iniciativas concertadas entre los propietarios y un profesional. Entre estos ejemplos tendríamos, las “barracas reformadas” de las zonas rurales, los lofts reformados de las zonas

industriales-urbanas y las casas okupas (espacios culturales, artísticos) 414 que se oponen a otras formas de autoconstrucción donde predomina la mediocridad y la banalidad estética (como por ejemplo, la reproducción naif de los estereotipos estéticos de casas prefabricadas divulgadas por catálogo). A pesar de que el concepto de lo cotidiano ha sido utilizado en la arquitectura, principalmente como una reacción a la globalización, o como un intento de resistir a la mercantilización y el consumismo, asumiendo que la arquitectura cotidiana está en contra de “la burocracia del consumo controlado”, otros defiende el argumento de que los procesos formales de planificación espacial (oficiales y profesionales) no son necesariamente limitadores, así como tampoco los procesos espaciales informales (personales y comunitarias) no siempre son liberadores, y que ambas son endémicas de la socio-construcción política de lo cotidiano. De lo anterior podemos concluir que la relación entre el diseño y lo cotidiano se halla en las prácticas de autogestión que incorporan el saber empírico / vernáculo que inspira las soluciones ingeniosas a problemas reales del día a día. En este sentido, Bárbara Kirshenblattt define la noción de cotidiano a partir del concepto de lo “vernáculo” explicando que lo vernáculo es todo aquello que las personas realizan en su vida cotidiana, constituyendo prácticas locales que toman forma fuera del planeamiento, diseño, zonificación, regulación. Las relaciones entre el entorno construido y las prácticas sociales, revelan tanto efectos intencionados como no intencionados de gran importancia. Mediante la comprensión de lo vernáculo se puede dilucidar

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GARNIER, Jean-Pierre. (2006) Contra los territorios del poder: por un espacio público de debates y de combates. Barcelona: Virus. Pág. 131

GARNIER, Jean-Pierre. (2006) Contra los territorios del poder: por un espacio público de debates y de combates. Barcelona: Virus. Pág. 133 184


qué es aquello que no debería ser objeto del planeamiento, diseño y debería dejarse libre para que encuentre por si mismo su forma espacial. Debido a que el “urbanismo vernáculo” es naturalmente una táctica, las prácticas espaciales de la ciudad vivida o experimentada tienen un carácter temporal y efímero.415 La llamada arquitectura vernácula materializa y simboliza al mismo tiempo, la autonomía de la propia colectividad de los habitantes en oposición a la construcción industrializada que supondría una relación de dominio sobre los usuarios (habitantes / ocupantes) y que se implantaría conjuntamente con el urbanismo tecnocrático para implantar un modo de vivir según los cánones de la modernidad. 416 La arquitectura vernácula417 refleja el vínculo entre el diseño y la vida cotidiana en tanto que remite a una manera de vivir (habitar en sentido antropológico) y concebir el entorno (saber hacer) indisociable. 418 Desde esta posición, no se concibe que la vida cotidiana niegue o se oponga la dimensión física y concreta de la arquitectura, y tampoco se afirma que la arquitectura sea el único medio

para soportar lo cotidiano, pese a que lo incorpora y construye de alguna manera.419 No obstante, ciertamente las prácticas de autoconstrucción, desvinculadas del mercado inmobiliario y de los requerimientos de rentabilidad y del beneficio, ofrecen infinitas posibilidades de expresión artística e invención personal de índole participativa. Probablemente aquí está la clave para comprender porque actualmente, las tecnologías vernáculas vuelven a emerger con fuerza como paradigma que inspira una serie de alternativas disponibles para enfrentar los actuales problemas ambientales. Aunque la arquitectura vernácula parezca exclusiva del reino de lo exótico y lo distante puesto que tradicionalmente ha sido más motivo de curiosidad etnográfica que de interés arquitectónico (lo que explica que el concepto arquitectura vernácula se asocia a arquitectura primitiva, arquitectura indígena, arquitectura anónima, arquitectura folk, popular, rural o tradicional); hoy día, a la luz del sobreconsumo energético y de la urgencia de opciones de diseño sustentable, resulta estratégico mirar a la tradición constructiva vernácula, en su capacidad de ofrecer alternativas para prácticas convencionales inspiradas en las técnicas constructivas tradiciones que sólo utilizaban un pequeño porcentaje de los recursos disponibles. En un momento en que las condiciones socioambientales demandan alternativas, el de la construcción vernácula se convierte, consecuentemente, en un concepto fundamental en la teoría y la práctica de la arquitectura 420

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KIRSHENBLATTT, Barbara, Performing the city: reflexions on the urban vernacular en CHASE, John, “Everyday urbanism”. New York: The Monacelli Press, 1999. Pág. 19 416 GARNIER, Jean-Pierre. (2006) Contra los territorios del poder: por un espacio público de debates y de combates. Barcelona: Virus. Pág. 138 417 La “arquitectura vernácula” o la “arquitectura sin arquitectos” es la que se producía en permanente colaboración entre al artesano (mediador técnico) y la manera de vivir de sus habitantes. El hábitat resultante se ajustaba a las necesidades, creencias, deseos de estos mismos habitantes, por lo que se podría considerar al mismo pueblo como auténtico creador de su “entorno” (o más correctamente, de su espacio construido). Véase: Garnier, Jean-Pierre. (2006) Contra los territorios del poder: por un espacio público de debates y de combates. Barcelona: Virus. Pág. 137 418 GARNIER, Jean-Pierre. (2006) Contra los territorios del poder: por un espacio público de debates y de combates. Barcelona: Virus. Pág. 138

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HATUKA, Tali and Kallus, Rachel. The myth of informal place-making: stitching and unstitching Atarim Square in Tel Aviv. Revista The Journal of Architecture, Volumen 12, N°2, Pág. 147-164 420 Ampliar en The Center for Vernacular Architecture http://www.vernarch.com/ También en The International Vernacular Architecture Unit (IVAU) del 185


puesto que remite al conocimiento empírico, la experiencia de generaciones anteriores sobre cómo adaptarse a condiciones ambientales cambiantes y la experimentación con materiales disponibles en el entorno inmediato. 421 La incidencia de las nuevas tecnologías en transporte, información, edificación después de la Segunda Guerra Mundial llevó a muchos arquitectos y planificadores a cuestionarse los supuestos elitistas de su profesión y volver a visualizar sus clientes y sus tareas. Lucien Kroll422 cuyo enfoque se inscribe en una serie esfuerzos contra el autoritarismo de planificación estadística de la década de 1940 en los Estados Unidos y Europa occidental; fue uno de los defensores más activos de la “community architecture” (en español “la arquitectura comunal”) también llamada como “arquitectura participativa” o “diseño participativo”) o como Kroll lo llama, "la arquitectura etnológica"; vehementemente objetó el modo estándar de la producción arquitectónica según el cual los arquitectos imponen sus propios ideales de belleza y de utilidad expresados artísticamente por encima de la satisfacción del usuario. Al contrario, Kroll apela por una reorganización de los valores profesionales y prácticas profesional remitiéndose a la experiencia pre-industrial de producción de la arquitectura,

que supondría la inclusión de habitantes en el proceso de diseño. En sus propias palabras: Los arquitectos deberían desarrollar una actitud "etnológica"…un proceso no un procedimiento, que supone recibir y transmitir, sin querer dominar todo que al mismo tiempo supondría practicar una "arquitectura de la complejidad" que cuente con tres tipos de diversidad: funcional (uso mixto del suelo); estética (que ofrece una variedad de estilos arquitectónicos) y social (diseñada para una población mixta) 423 Posteriormente durante 1960 y 1970, esfuerzos similares tuvieron lugar con la incursión en el “social planning” (planificación social), la tendencia denominada “community-based planning” (planificación comunitaria) o la “participatory architecture” (arquitectura participativa), o la denominada “process architecture” (arquitectura procesual) , la “open architecture” (arquitectura abierta), o el modelo del “advocacy planning”, o el proceso “selfbuilding” (auto-construcción) o el “cohousing” (vivienda cooperativa).424 Así, el Instituto Americano de Planificadores (AIP) durante la conferencia de 1965 tuvo lugar una ampliación de su declaración de propósitos para hacer la tarea de planificación física menos exclusiva dando paso a la incorporación dentro de las agendas de los aspectos sociales, económicos y ambientales. También en 1967, el Instituto Americano de Arquitectos (AIA) estableció los “Regional/Urban Design Assistance Teams- R/UDATs, (en español “Equipos de Asistencia de Diseño Regional /

Architecture, Culture and Technology Group (ACT), The Oxford Institute for Sustainable Development (OISD) http://www.brookes.ac.uk/schools/be/oisd/ 421 ARBOLEDA, Gabriel. Primera base de datos en la red sobre arquitecturas indígenas y vernaculares. Investigación para el Programa de Doctorado en Arquitectura de la Universidad de California, Berkeley http://etnoarquitectura.org/ 422 Ha descrito su perspectiva y métodos sobre la “arquitectura etnográfica” en su libro An Architecture of Complexity y ha colaborado con los habitantes en el diseño de la Escuela de Medicina en Lovaina-la-Neuve, Bélgica (1969), en el rediseño de un proyecto de viviendas en Alençon, Francia (1963-1969), yen una subdivisión en la ciudad de Emerainville, Francia (1979). Véase: NAN ELLIN, (2000). Participatory Architecture on the Parisian Periphery:Lucien Kroll’s Vignes Blanches. Journal of Architectural Education. JAE February 53/3. Pág. 178–183. Disponible en: http://www.jaeonline.org/

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NAN ELLIN, (2000). Participatory Architecture on the Parisian Periphery:Lucien Kroll’s Vignes Blanches. Journal of Architectural Education. JAE February 53/3. Pág. 178–183. Disponible en: http://www.jaeonline.org/ 424 Ibíd. 186


Urbano”) para estudiar de forma interdisciplinaria, problemas específicos de las comunidades y proponer soluciones a través del trabajo con estudiantes locales, líderes empresariales y otros miembros de la ciudad. De forma paralela se hicieron importantes contribuciones teóricas durante la década de 1960 y 1980 por Kevin Lynch, Donald Appleyard, John Turner, Christopher Alexander, Davidoff Pablo, Herbert Gans, Hartman Chester, Lisa Peattie, Kaplan Marshall, Mazziotti, La Haya, y Hester Randall. 425 El “community-based design”426 (“diseño comunitario”) supone un proceso de diseño inclusivo que asegure la toma de decisiones por acuerdo común y minimizando las diferencias, no solo entre las voces más enérgicas sino también entre las minorías pocas veces representadas. Por su parte, el community-driven development (CDD), implica la descentralización de las políticas de planificación urbana, la aplicación de estrategias comunitarias de planificación y el uso de métodos de investigación-acción participativa para monitorear y evaluar programas. La posibilidad de implementar un modelo de desarrollo impulsado por la comunidad (community-driven development), está fundamentalmente vinculada con su propia capacidad para la acción colectiva. Lo que determina esa capacidad de acción colectiva en una comunidad está basado en una serie de factores que dependen o no a esa

misma comunidad por lo que es importante que los proyectos de desarrollo gestados por las comunidades sean lo suficientemente flexibles para tener espacios de negociación de los intereses particulares.427 El CDD es un enfoque de gestión local que le transfiere el control sobre las decisiones de planificación y los recursos de inversión a los grupos comunitarios y gobiernos locales. Los programas de CDD operan desde los principios de la autonomía local, la gestión participativa, la autonomía administrativa y la rendición de cuentas.428 El CDD complementa el mercado privado y las iniciativas del sector público, mejora la sostenibilidad, mejora la eficiencia y la eficacia, permite que los esfuerzos de reducción de la pobreza puedan adoptarse a escala, promueve un desarrollo más inclusivo de los intereses de los pobres y grupos vulnerables y fortalece los grupos vulnerables, construye capital social y fortalece la gobernabilidad. El communitydriven development del World Bank’s Urban Poverty Project (UPP) se enmarca dentro del tipo de políticas de reducción de la pobreza que pretende incorpora las personas pobres y sus instituciones en la búsqueda de soluciones sostenibles a los desafíos del desarrollo y propone la acción comunitaria colectiva para tres áreas: la gestión de los escasos recursos del medio ambiente, la elección de un modelo de comportamiento humano racional y la evidencia empírica de los entornos rurales.429

427

BEARD, Victoria A; Dasgupta, Aniruddha. (2006). Collective action and community-driven development in rural and urban Indonesia. Revista Urban Studies, Vol. 43, No. 9, Pág. 1451-1468, Agosto. 428 http://web.worldbank.org 429 BEARD, Victoria A; Dasgupta, Aniruddha. (2006). Collective action and community-driven development in rural and urban Indonesia. Revista Urban Studies, Vol. 43, No. 9, Pág. 1451-1468, Agosto.

425

NAN ELLIN, (2000). Participatory Architecture on the Parisian Periphery:Lucien Kroll’s Vignes Blanches. Journal of Architectural Education. JAE February 53/3. Pág. 178–183. Disponible en: http://www.jaeonline.org/ 426 ROBERTS, John N. (2008). Community Activism vs. Community Design. Revista Places Volumen 20, N°2. Otoño. Pág. 80-84 http://places.designobserver.com/ 187


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el fenómeno de la institucionalización y privatización del espacio público que significa la sustitución de calles, plazas y mercados por los “malls” o la aparición de nuevas figuras de privacidad y colectividad que han dado origen a los llamados POPS privately owned public spaces ó “espacios públicos de propiedad privada que suponen codificación, control, segregación, 431 especialización. Tal reconfiguración de la esfera pública lleva implícitos claros costos sociales en términos de la dimensión simbólica-política, como espacio de representación e identificación colectiva según la cual el espacio público se define como el lugar de la ciudadanía. Un problema urbano generalizado que ha mantenido a ciertos grupos de población al margen de una condición de ciudadanía en tanto que muchas de sus necesidades y aspiraciones no se encuentran representadas ni atendidas 432lo que se traduce en niveles de exclusión, desigualdad social, marginalidad e inseguridad urbana. El espacio público como espacio de la representación social se entiende como un espacio central donde la sociedad se hace visible. 433 En la ciudad antigua (griega y romana) la centralidad es representada en el ágora o espacio vacío; la centralidad de la ciudad medieval integró en la plaza del mercado, su centro comercial y la centralidad urbana acoge productos y personas. La ciudad capitalista ha

4.4. El valor cívico de las prácticas de auto gestión del espacio urbano 4.4.1.

La dimensión simbólica de las prácticas de auto gestión en la reconfiguración de la esfera pública.

Mientras que la noción física-jurídica430 del espacio público, en tanto que noción universal, racional, enfatiza un escenario ideal de condiciones de equidad (asegurados por los estados nación y la democracia representativa) según la cual la esfera pública es el “espacio democrático” al que supuestamente todos los ciudadanos tienen acceso por decreto; la noción simbólica-política del espacio público se ha visto coartada por la reconfiguración de la esfera pública producto de una serie de procesos de carácter global vinculados a un nuevo orden urbano latente, como hemos visto al final del primer capítulo, entre los que citamos: - el fenómeno de la metropolización el urban sprawl o la expansión de las urbes que ha implicado la disolución o la especialización de los centros urbanos; - el fenómeno de la migración que por un lado implica la movilidad exacerbada de poblaciones nómadas y por el otro la conformación de guetos según las clases sociales y la procedencia) y

430

Desde la dimensión física-jurídica, el espacio público moderno resulta de la separación formal (legal) entre la propiedad privada urbana (expresada en catastro y vinculada al derecho a edificar) y la propiedad pública (dominio público por subrogación normativa o por adquisición de derechos por medio de la cesión); que normalmente supone reservar este suelo libre de construcción (excepto equipamientos colectivos, infraestructura de movilidad, actividades culturales, comerciales (mercado público, mercadillos informales) y referentes simbólicos monumentales. Véase: BORJA, Jordi; Muxi, Zaida. (2003). Espacio público: ciudad y ciudadanía. Diputación de Barcelona. Pág. 46

431

BORJA, Jordi; Muxi, Zaida. (2003). Espacio público: ciudad y ciudadanía. Diputación de Barcelona. Pág. 432 Véase: CORTÉS, José Miguel G. (2008). Cartografías disidentes. Madrid: Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior: SEACEX. 433 BORJA, Jordi; Muxi, Zaida. (2003). Espacio público: ciudad y ciudadanía. Diputación de Barcelona. Pág. 57 188


creado una centralidad con doble sentido como el “lugar de consumo y consumo de lugar”.434 No obstante a que la centralidad hoy día se entiende como espacio de consumo y por ende es una centralidad que discrimina y segrega a la misma sociedad, recuperar el sentido de representación del espacio público constituye una oportunidad para la justicia urbana, en otras palabras para garantizar la condición de ciudadanía a toda la población. Esta tarea de voluntad política supone abrir la vía de la participación en la tarea de configurar y producir la misma ciudad. La participación ciudadana no debería entenderse como una exigencia retórica, o como una formalidad informativa, sino más bien como una oportunidad para abrir debate político y cultural en el cual han de poder intervenir muchos actores, residentes y usuarios, pero en particular una oportunidad para hacer emerger las aspiraciones y necesidades de ciertos colectivos con escaza visibilidad y representación política, como es en el caso de las mujeres, los niños, los jóvenes o los adultos mayores. 435 La participación ciudadana entendida de forma ampliada incluye lo que Isaac Marrero defiende como una “infraestructura práctica”, la sumatoria de competencias cívicas, de operaciones comunicativas, de saberes prácticos, de prácticas auto-gestionadas. Su concepto de infraestructura práctica se asienta en dos elementos importantes: el espacio

público como lugar de la acción (Hannah Arendt ) y como lugar de la comunicación (Jürgen Habermas)436 Como lugar de acción, remite a un lugar donde la pluralidad de usos implica una serie de interacciones y de encuentros que definen una situación de “co-presencia y la visibilidad mutua” que vuelven porosa e inestable a la realidad de la esfera pública. Como lugar de comunicación, el espacio público está basado en formas de adaptación y cooperación que supone una reciprocidad de perspectivas. Estas dos definiciones hacen del espacio público un espacio sensible, en el cual evolucionan cuerpos, perceptibles y observables, y un espacio de competencias, es decir, de saberes prácticos detentados no sólo por quienes operan y por quienes conceptúan (arquitectos o urbanistas), sino también por los usuarios ordinarios.” 437 Las oportunidades de representación social construyen el sentido de identificación colectiva en las ciudades contemporáneas, que no se consigue por la monumentalización (“polis”) sino más bien por la experiencia cotidiana (participación directa) del espacio público según la cual el espacio público se define como lugar de la “cultura urbana”, 438 es decir como un espacio sociocultural donde se optimizan las oportunidades de

436

MARRERO Guillamón, Isaac. (2008) La producción del espacio público. Fundamentos teóricos y metodológicos para una etnografía de lo urbano. Barcelona: Departament d’Antropologia Cultural i Història d’Amèrica i Àfrica de la Universitat de Barcelona. (con)textos. Revista d’antropologia i investigació social. Número 1. Mayo.Pág.79 437 Ibíd. Pág.80 438 MARTÍ Ccasanovas, M. (2004). A la recerca de la civitas contemporània. Cap una cultura urbana de l’ espai públic: l’ experiència de Barcelona (1979-2003) Tesis Doctoral. Barcelona: Universitat Politècnica de Catalunya. Disponible en: http://www.tdx.cesca.es/TDX-1019104-172234/

434

LEFEBVRE, Henri. (1975). El derecho a la ciudad. 3era edición. Barcelona: Península. Pág. 153 435 BORJA, Jordi; Muxi, Zaida. (2003). Espacio público: ciudad y ciudadanía. Diputación de Barcelona. Pág. 66-69 189


contacto social, de expresión comunitaria, de integración entre una población heterogénea. 439 Para que se propicie tal experiencia cotidiana del espacio público por la comunidad que lo habita son precisas ciertas condiciones formales del espacio, - entre ellas que los límites del espacio sean perceptibles como condición de legibilidad y claridad compositiva del espacio; - y ciertas condiciones estructurales como la articulación entre las diferentes partes para constituir un sistema urbano que se entienda como una la unidad. 440 Pero también, para que tal experiencia cotidiana del espacio constituya una experiencia cívica, es necesario reconocer ciertos valores dentro del mismo espacio público, entre ellos: visibilidad, accesibilidad, seguridad. El valor de la visibilidad garantiza la expresión colectiva de grupos sociales (minoritarios y marginales) y con ello el propio el ejercicio de los derechos. Remite al derecho a la centralidad física y simbólica, que se entiende como la acción de fijar el arraigo, la identidad y el reconocimiento social mediante la convivencia en equipamientos y espacios públicos. 441 La accesibilidad supone garantizar el intercambio, el acceso a la información, a oportunidades de formación y ocupación, el acceso a todas las ofertas urbanas y a apropiarse de la ciudad en tanto que el espacio público supone dominio público, uso social, colectivo y

multifuncionalidad. La accesibilidad debe comprenderse no tanto como una cuestión jurídica o física (iluminación y diseño atractivo) sino como una coproducción, depende de que los usuarios hagan el espacio visiblemente accesible para los demás a partir de sus prácticas, espaciales y comunicativas.442 Esto supone altos niveles de inclusión social. La seguridad urbana, no debe entenderse exclusivamente como la urgencia de mediadas policiales correctivas, si no del control social que hacen posible la convivencia dentro de la diversidad. Para ello se deben considerar la calidad del diseño en sus aspectos formales (mantenimiento, iluminación, accesibilidad, legibilidad, rotulación), el uso social intenso fomentado por un tejido urbano denso y mixto (incorporando al diseño las necesidades por género, por grupo de edad, por colectivos culturales o étnicos) para potenciar las relaciones contextuales con el entorno, la convivencia y la vitalidad del ambiente (la presencia de las personas en la calle, y el uso intensivo del espacio público)443 Como vemos, las definiciones de espacio público incluye aspectos físico- jurídicos pero también aspectos socioculturales que apoya nuestro argumento sobre la existencia de espacios públicos auto gestionados que no son jurídicamente públicos, pero sí de un uso colectivo intenso. De esto da cuenta la el registro de diversas dinámicas urbanas específicas y propias a cada ciudad (dinámicas contextuales), incluidos comportamientos de las personas,

439

BORJA, Jordi; Muxi, Zaida. (2003). Espacio público: ciudad y ciudadanía. Diputación de Barcelona. Pág. 16 440 MARTÍ Ccasanovas, M. (2004). A la recerca de la civitas contemporània. Cap una cultura urbana de l’ espai públic: l’ experiència de Barcelona (1979-2003) Tesis Doctoral. Barcelona: Universitat Politècnica de Catalunya. Disponible en: http://www.tdx.cesca.es/TDX-1019104-172234/ 441 BORJA, Jordi; Muxi, Zaida. (2003). Espacio público: ciudad y ciudadanía. Diputación de Barcelona. Pág. 28

442

MARRERO Guillamón, Isaac. (2008) La producción del espacio público. Fundamentos teóricos y metodológicos para una etnografía de lo urbano. Barcelona: Departament d’Antropologia Cultural i Història d’Amèrica i Àfrica de la Universitat de Barcelona. (con)textos. Revista d’antropologia i investigació social. Número 1. Mayo.Pág.79 443 BORJA, Jordi; Muxi, Zaida. (2003). Espacio público: ciudad y ciudadanía. Diputación de Barcelona. Pág. 65 190


que pueden generar espacios públicos que jurídicamente no lo son o que no están previstos como tales. Aquí, lo que define la naturaleza del espacio público es el uso y no el estatuto jurídico, tal y como hemos visto que los ejemplos que hemos incorporado en este proyecto lo demuestran ampliamente. Al valorar este argumento, sobre la naturaleza del espacio público y las formas de producirlo, se produce una “contra-acción” respecto al discurso de la “muerte de la ciudad” y de la “desaparición del espacio público”. 444 Los de autogestión del espacio urbano dan cuenta de la extensa red de propuestas que recientemente se ha ido creando guiados por la urgencia de reivindicación de la complejidad de los fenómenos ciudadanos y por una política del espacio público que incorpore los cruces culturales, transnacionales y las políticas de género; así como espacios existenciales, vivencias marginales o geografías invisibles que son elementos constitutivos claves en la existencia ciudadana y que han permanecido ignorados. Son propuestas que inciden en una praxis híbrida, multifacética y plural que se opone a toda intento de estandarización, normatividad o universalidad de las geografías urbanas específicas y de las relaciones socioculturales que en ellas se llevan a cabo. Y, todo ello, con el propósito de responder a postulados mucho más inclusivos, participativos e integradores que aquellos que organizan actualmente la vida en las ciudades contemporáneas.445 En tanto que la ciudad ha perdido sus cualidades de auto representación, es necesario recuperar la dimensión simbólica del espacio público como referente de centralidad,

intercambio y expresión. En este sentido, los ejemplos de prácticas auto gestionadas como una forma de producir espacios de significación colectiva, constituyen, un instrumento de la política urbanística para calificar las periferias, para mantener y renovar los antiguos centros urbanos, para generar y consolidar nuevas centralidades, para suturar los tejidos urbanos y para dar valor ciudadano a las infraestructuras en desuso y a los espacios residuales. De esta forma se supera de otra manera la concepción de espacio público como espacio de la experiencia excepcional, monumental o como espacio de alineación, es decir como espacio de consumo o del espectáculo, para apelar por un espacio real producido para y desde la experiencia de la vida cotidiana. En este sentido, las prácticas de auto gestión juegan un rol crítico desde el cual es posible distinguir la urgencia de las políticas urbanísticas que propicien crear condiciones de ciudadanía, teniendo como horizonte la dialéctica entre espacio urbano y espacio político (entre lo físico-urbano / lo simbólico-cívico.) Tal y como lo anuncia el título de nuestra investigación, el código abierto en este contexto se refiere a la posibilidad de modificar de manera compartida, de construir conjuntamente significados y representaciones en la complejidad mutable del contexto social de la ciudad en tres diferentes líneas de exploración: experiencias que plantean alternativas a la relación entre ciudadanía y prácticas artísticas; prácticas artísticas en el espacio social, entre la interacción, la participación y la mediación; y los conflictos de la ciudadanía en el contexto social, cultural y político.446

444

Ibíd. Pág. 41-70 CORTÉS, José Miguel G. (2008). Cartografías disidentes. Madrid: Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior: SEACEX. 445

446

QUAM 2010. Entre grietas. Ciudadanías y prácticas artísticas en código abierto. 191


4.4.2.

pertenecientes a ella.449 Es en este sentido que surgen las interrogantes sobre ¿Cómo concebir la comunidad política bajo las condiciones de democracia moderna? ¿Cómo concebir la ciudadanía, a la luz de la nueva esfera pública? En contraposición a la noción de ciudadanía nacional plateada desde el discurso político-jurídico de tradición occidental-griega 450 que remite a una relación política entre individuo y una comunidad política; Cahantal Mouffe apela por una ciudadanía (o comunidad política) concebida como una superficie discursiva, una forma de identidad política y no como un referente empírico (práctico-experimental). Esto quiere decir que la comunidad política en tanto superficie de inscripción de una multiplicidad en la que se constituye una colectividad (nosotros) requiere de la idea correlativa del bien común como un imaginario social (un horizonte común con el cual identificarse).451 Por otra parte, Adela Cortina va más allá de la definición de ciudadanía social 452 y sitúa su reflexión en

La dimensión política de las prácticas de autogestión en relación con las nociones de ciudadanía emergentes.

En tanto que esta reconfiguración de la esfera pública ha supuesto el fin del roll de las ciudades como estructuras organizativas de las sociedades o lo que es lo mismo “el fin de la civilización como cultura de la civitas” 447 (la desaparición del espacio público como espacio de ciudadanía); el reconocimiento del fenómeno de la autogestión del espacio urbano como un mecanismo paralelo a las formas tradicionales o históricas de producción de ciudad supone reabrir el debate en torno al desvanecimiento o no del espacio público, partiendo de una reflexión sobre el valor cívico de las prácticas auto gestionadas que hemos reseñado en el tercer capítulo. En el marco de esta reconfiguración de la esfera pública, se podría intuir hipotéticamente que la sociedad posindustrial448 o sociedad posmoderna adolece de ciudadanía entendida como el reconocimiento de la sociedad hacia sus miembros y la consecuente adhesión por parte de éstos a los proyectos comunes, un tipo de identidad en la que los miembros de esa sociedad se reconozcan y que les haga sentirse

449

CORTINA, Adela. (2001). Ciudadanos del mundo. Hacia una teoría de la ciudadanía. Madrid: Alianza. Pág. 22-25 450 El ideal del ciudadano tiene su origen en la democracia ateniense de los siglos V y VI a.C. según la cual el ciudadano es el que se ocupa de las cuestiones públicas a través de la deliberación (no a través de la violencia o la imposición) y no se contenta con dedicarse a sus asuntos privados. Aunque las raíces de la ciudadanía sean griegas y romanas, el concepto actual de ciudadano procede de los siglos XVII y XVIII de las revoluciones francesa, inglesa y americana y del nacimiento del capitalismo. Cortina. Adela. (2001). Ciudadanos del mundo. Hacia una teoría de la ciudadanía. Madrid: Alianza. Véase: Pág. 55-56 451 MOUFFE, Chantal. (1999). El retorno de lo político. Comunidad, ciudadanía, democracia radical. Barcelona: Paidós. Pág. 138-139 452 Desde el es decir el de La “ciudadanía social” (concepto canónico de ciudadanía moderno) que se configuró en torno a la aparición del Estado Nación; el ciudadano es aquel que en una comunidad política goza no solo de derechos civiles (libertades individuales) no sólo en derechos políticos (participación política), sino también de derechos sociales (trabajo, educación vivienda, salud, prestaciones sociales). El concepto de “ciudadanía social” fue concebido por Thomas H. Marshall en 1950 en el ensayo “Citizenship and Social Class”. Cambridge: Cambridge University Press. Véase: CORTINA. Adela. (2001). Ciudadanos del mundo. Hacia una teoría de la ciudadanía. Madrid: Alianza. Pág.56- 66

http://artcvic.org/index.php?option=com_content&view=article&id=75:activitatfutura-1&catid=49:exposicions-actuals&Itemid=60mid=75 447 WEBBER, Melvin M. (2004) La era post ciudad. En MARTÍN Ramos, Ángel, ed. Lo Urbano en 20 autores contemporáneos. Barcelona: ETSAB, Escola Tècnica Superior d'Arquitectura de Barcelona: Edicions UPC, Universitat Politècnica de Catalunya. 448 Sociedad posindustrial es un concepto propuesto por varios teóricos para referirse a un estadio de desarrollo posterior a la sociedad industrial que ha sido caracterizado por una economía basada en los servicios, una división del capital nacional y global (globalización), una privatización masiva y una relevancia de las tecnologías y la información. Véase: TOURAINE, Alain. (1971) La Sociedad postindustrial. Barcelona: Ariel y BELL, Daniel. (1976). El Advenimiento de la sociedad post-industrial: un intento de prognosis social. Madrid: Alianza. 192


contexto actual de la nueva esfera pública configurada por la influencia de procesos globales y se refiere a la necesidad de universalizar la ciudadanía social para garantizar a todas las personas (independientemente de la vinculación geográfica a un Estado) los bienes universales, los bienes sociales y no solamente conformarse con concluir que, en tanto que el Estado de bienestar ha colapsado, hoy día el ciudadano es aquel que goza solamente de derechos civiles y políticos, quedando desterrados los derechos sociales del concepto de ciudadanía.453 Argumenta que en tanto que el hombre trasciende su dimensión política, es decir que el vínculo político constituye solamente uno de los elementos de identificación social para los ciudadanos y es imposible reducir la persona al ciudadano; cualquier noción de ciudadanía que pretenda responder al mundo moderno debe asentarse en la unión de la ciudadanía nacional y la cosmopolita (que trasciende los marcos de la ciudadanía nacional propia de los Estados nacionales), como una identidad “integrativa” más que disgregadora.454 En torno a la idea de universalizar la ciudadanía social que plantea Adela Cortina, incorporamos dos conceptos la perspectiva de género y la participación ciudadana, esto por cuanto ambos apelan por hacer efectiva y pragmática la idea de ciudad inclusiva. La concepción de una ciudad inclusiva pretende re significar lo público como opción frente a los problemas urbanos, a través de dos estrategias: por un lado, la reconstitución del aparato municipal como una instancia estatal y pública de gobierno, dentro del cual la participación y la representación son 453 454

elementos claves, y por otro, la reconstitución de la ciudad a partir del espacio público, como un factor estructurante de la urbe en su dimensión física (organización espacial), social (identidades e integración) y ciudadana (constructor de derechos) 455 En la misma línea de Adela Cortina, Saskia Sassen argumenta que a la luz de políticas de base relacionadas con la mundialización económica que han supuesto una transformación del papel del Estado en sus capacidades de regulación y planificación; el concepto de ciudadanía nacional ha sido puesto en cuestión por cuanto la ciudanía legal no se traduce efectivamente en el goce de los derechos de forma plena y equitativa si no que por el contrario, la ciudadanía se ve afectada por la posición de los diferentes grupos dentro de una nación-estado. 456 Por lo que ante la emergencia de nuevos territorios, sujetos y prácticas existenciales y políticas, el irrumpir conflictivo que significan las “presencias” o la visibilidad de grupos humanos carentes de representación (por ejemplo a través de prácticas auto gestionadas como la economía y los asentamientos informales); plantean una la relación (paradójica) entre el impulso transnacional implícito en los procesos económicos y el declive o la transformación del papel de los Estados-nación 457

455

CARRIÓN, Fernando. (2007). El desafío político de gobernar la ciudad. Caracas: Revista Nueva Sociedad N° 212 noviembre-diciembre. Pág. 50 456 SASSEN, Saskia. (2003) The Participation of States and Citizens in Global Governance. Symposium- Globalization and Governance: The Prospects for Democracy. Indiana Journal of Global Legal Studies, Vol 10, N°5, Issue 1 457 SASSEN, Saskia. (2003) Contrageografías de la globalización: género y ciudadanía en los circuitos transfronterizos. Madrid: Traficantes de Sueños.

Ibíd. Pág. 90 Ibíd. Pág. 40-41 193


Sobre este aspecto, Melucci458 afirma que la creación de nuevas identidades tiene lugar en las interacciones dentro de lo que denomina “redes sumergidas”, pues allí se crea una definición de la situación grupal en tanto que las prácticas sociales configuran y expresan identidades y subjetividades, tanto de las y los individuos como de los colectivos que las agencian. Se comprende así que dichas redes como unos verdaderos “laboratorios culturales”, en tanto propician la generación de interpretaciones alternativas de la realidad por medio del intercambio entre las y los actores sociales. 459 Desde este argumento Sassen aboga por una definición de la ciudadanía como un campo de conflictos. Un argumento justificado por la actual circunstancia global que define a las mismas ciudades como un campo de relaciones y conflicto social460 permanente debido a la diversidad de personas e intereses que conviven en ellas. La condición de ciudadanía está sometida al conflicto en tanto que el conflicto no existe si no hay conciencia de identidad.

En esta comprensión del papel que ha jugado el conflicto social como agentes dinámicos en la cultura política y en la configuración de nuevas identidades colectivas ha de subrayarse la relevancia que tienen los movimientos sociales en tanto que esfuerzos conscientes realizados por un grupo de personas para forjar identidad colectiva entendida como una definición compartida e interactiva de interpretar la realidad que produzcan cambios en el sistema de normas, en las relaciones sociales , en los significados y en los estereotipos culturales que dominan un orden social.461 Ante la inevitable existencia de sectores informales de la ciudad (como hemos visto en el tercer capítulo) y la consecuente estigmatización de sus habitantes que atenta contra el reconocimiento de sus derechos ciudadanos, la comprensión de la ciudadanía como campo de conflictos, supone la necesidad de ampliar los márgenes de lo que se entiende por legalidad. Ahora bien, pese a que proclamar la ilegalidad como una práctica social en un Estado de derecho podría entenderse como una forma de favorecer la arbitrariedad; como dilema ético desde la dialéctica de los movimientos sociales y la evolución de la opinión pública, esa afirmación no sería estrictamente cierta en tanto que el derecho a la “ilegalidad” es eficaz si se apoya en valores y principios universales (derechos humanos) Es decir que la “ilegalidad

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Melucci (sociólogo italiano) que planteó la teoría de la acción colectiva. Véase: MELUCCI, Alberto. 1999. Acción colectiva, vida cotidiana y Democracia. México, El Colegio de México. 459 DELGADO Salazar, Ricardo. (2007). Los marcos de acción colectiva y sus implicaciones culturales en la construcción de ciudadanía. Universitas Humanística N° 64 julio-diciembre. Pág. 41-66 Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana. Facultad de Ciencias Sociales 460 Es pertinente distinguir entre las nociones de violencia y conflicto social. El conflicto es consustancial con la ciudad y por ende su anulación significa la imposición de un enfoque autoritario que establece una única mirada e interpretación de la realidad. Mientras que la violencia se genera a través de los medios de comunicación masiva, que difunden tanto una imagen distorsionada de la realidad y como de medidas para la reducción de las tasas de criminalidad. De esta manera, se tiende a confundir conflicto con violencia, violencia con criminalidad y criminalidad con sensación de inseguridad. Véase: DAMMERT, Lucía. (2007). Seguridad pública en América Latina: ¿qué pueden hacer los gobiernos locales? Caracas: Revista Nueva Sociedad N°212 noviembre-diciembre.

461

DELGADO Salazar, Ricardo. (2007). Los marcos de acción colectiva y sus implicaciones culturales en la construcción de ciudadanía. Universitas Humanística N° 64 julio-diciembre. Pág. 41-66 Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana. Facultad de Ciencias Sociales 194


jurídica” es relativa y se apoya en la legitimidad moral o social.462 En este sentido, comprendemos que las prácticas autogestionadas son expresiones profundamente políticas como resultado de su inherente elemento de auto organización y negociación permanente entre una necesidad de uso y una disponibilidad de recursos limitada, que se asientan sobre la base de procesos participativos de toma de decisiones acotadas a una circunstancia socio-espacial. Esta negociación se comprende por lo tanto en el trasfondo de un comportamiento colectivo y como estructura de representación espacial con poder evocativo y simbólico (auto-referencial) que implicaría una comprensión de lo cívico, más allá de lo relativo a la ciudadanía como rasgo inherente a una nación (territorio) y significa un camino para des-localizar lo cívico o des-nacionalizar lo cívico, desterritorializar lo cívico. Pero Sassen va más allá y ve en la misma transformación del papel del Estado en sus capacidades de regulación y planificación (como contenedor de los procesos sociales), una pérdida de poder a nivel nacional que abre la posibilidad de nuevas formas de poder y la política a nivel sub nacional que permite a los actores políticos no formales participar de los componentes estratégicos del capital global.463 La política a nivel sub nacional constituye una oportunidad de transformación de las condiciones de lo "local" y sus ámbitos institucionales (la familia, la comunidad, el vecindario, la escuela) donde, por ejemplo,

las mujeres “confinadas” a cumplir funciones domésticas emergen como los principales protagonistas.464 En tanto que el espacio público hace posible el empoderamiento de nuevos tipos de sujetos políticos que no dependen del sistema político formal, las ciudades son sitios claves para la espacializar un proyecto de poder diferente, tipo contestatario. Así, la ciudad global, - cruzada por redes digitales que fortalecen las transacciones y las comunicaciones,- surge como un sitio estratégico para la expresión de nuevas demandas de los actores políticos informales en condiciones de desventaja, constituyendo lo que Saskia Sassen denomina como contra geografías. 465 Finalmente Saskia Sassen transforma su argumento de la existencia de una contrageografía a un problema de su propia representación. Esto por cuanto el cambiante escenario de las ciudades que supone la presencia visible en el espacio público de la multiplicidad cultural y étnica, hace que la movilización social para redefinir la condición de ciudadanía alcance nuevos espacios de representación. Esto supone distinguir entre la representación topográfica de los aspectos clave de la ciudad y una interpretación de estos mismos aspectos en términos de la espacialización económica, política y cultural. Así, en tanto que las representaciones topográficas simplemente capturan las condiciones físicas, no captan el hecho de que las ciudades siguen siendo los sitios clave para la espacialización de proyectos de poder de tipo contestatario, 466 se entiende el valor de visibilizar las prácticas de auto gestión del espacio

462

464

BORJA, Jordi; Muxi, Zaida. (2003). Espacio público: ciudad y ciudadanía. Diputación de Barcelona. Pág. 114-116 463 SASSEN, Saskia. (2001). The City: Between Topographic Representation and Spatialized Power Projects. Art Journal, Vol. 60, No. 2. Pág. 12-20 College Art Association Stable URL: http://www.jstor.org/stable/778059

SASSEN, Saskia. (2001). The City: Between Topographic Representation and Spatialized Power Projects. Art Journal, Vol. 60, No. 2. Pág. 12-20 College Art Association Stable URL: http://www.jstor.org/stable/778059 465 Ibíd. 466 Ibíd. 195


urbano, en tanto que expresión de esta contra geografía a la que apela el argumento de Sassen. Como hemos visto en esta investigación las prácticas artísticas han jugado un importante rol en la visibilización de esta contra geografía ya sea desde el ámbito de la acción, la representación o la participación directa en proyectos concertados. Por ejemplo, la Quinzena d'Art de Montesquiu (QUAM) en su edición del 2010 planteó tratar el concepto de ciudadanía desde la perspectiva de las prácticas artísticas que trabajan en el espacio social temáticas estrechamente vinculadas a la ciudad y a las políticas culturales y sociales comprendiendo que la relación local-global, nacionaluniversal afecta a la lógica de la ciudadanía expandida y afecta, también, a las prácticas artísticas que buscan en la ciudad un lugar para la acción.467 En este punto cabe incorporar algunas claves que encontramos en la perspectiva de género que apoyan y rectifican las definiciones de ciudadanía emergentes dentro de esta nueva realidad urbana territorial y que sin duda se corresponde con los valores de participación e máxima inclusividad ciudadana que pautan las prácticas autogestionadas en el espacio urbano que hemos reseñado en nuestra investigación. Como hemos venido explicando, dentro de la reconfiguración de la esfera pública a la que asistimos actualmente por la repercusión de una serie de dinámicas que constituyen la globalización, uno de los efectos llamativos que señala Saskia Sassen es la feminización de los circuitos transfronterizos, fenómeno

estrechamente vinculado con un crecimiento de los circuitos económicos alternativos (que pueden ser ilegales, como el tráfico para la industria del sexo o legales, como lo es el envío de remesas al país de origen) y con el empobrecimiento de los países en vías de desarrollo. 468 De lo anterior podemos inferir que, en algunos contextos, las prácticas de la vida cotidiana vinculadas a los trabajos domésticos no remunerados que exigen un esfuerzo físico y emocional considerable, se experimentan de una forma inequitativa y agobiante por el conjunto de las mujeres que ven en simultánea mermadas las opciones de incorporarse a los trabajos sociales que les son reservados. La ambigüedad de la condición femenina hoy día en algunas latitudes conlleva a una reducción de su propio empoderamiento y del disfrute de su condición de ciudadanos en pleno derecho. Aunque esta situación podría sugerir a priori la de concepción de una ciudadanía de grupo diferenciado (grupo femenino) y la urgencia una política feminista, Chantal Mouffe por el contrario defiende la idea de una “ciudadanía democrática radical” sobre a base de la construcción de una identidad política común, no diferenciada por género, asentada sobre la base de nuevas relaciones, prácticas e instituciones para que las demandas ciudadanas sean construidas alrededor de un principio de equivalencia democrática y no se entienda como la persecución de derechos de las mujeres como mujeres, sino más bien como la persecución de las metas y aspiraciones

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QUAM 2010. Entre grietas. Ciudadanías y prácticas artísticas en código abierto. http://artcvic.org/index.php?option=com_content&view=article&id=75:activitatfutura-1&catid=49:exposicions-actuals&Itemid=60mid=75

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SASSEN, Saskia. (2003) Contrageografías de la globalización: género y ciudadanía en los circuitos transfronterizos. Madrid: Traficantes de Sueños. 196


feministas dentro del contexto amplia articulación de demandas.469 La perspectiva de género470 entendida como esta suma de metas y aspiraciones enfocadas a la transformación de todos los discursos, prácticas y relaciones sociales donde la categoría “mujer” está construida de manera que implica subordinación; entiende que el mundo de las mujeres es parte del mundo de los hombres y rechaza la utilidad interpretativa de la idea de separación de las esferas que ha supuesto la realización de estudios aislados sobre la mujer, perpetuando la ficción de una esfera, la experiencia de un sexo, tiene poco o nada que ver con la experiencia del otro sexo. 471 En tanto que la perspectiva de género es una categoría sociológica que permite poner de manifiesto las relaciones desiguales entre hombres y mujeres, desde su definición no como seres biológicos sino como sujetos sociales, la misma tiene un valor de incidir en los objetivos sociales comunes sobre los que se construye el sentido de colectividad de una sociedad, es decir el sentido cívico. 472

No obstante, pese a que dichos objetivos sociales en torno a la calidad de vida, - el desarrollo sostenible y participación ciudadana- aparecen con más frecuencia como parte de las políticas urbanas, en tanto que el urbanismo actual tiende hacia un equilibrio entre objetivos de eficiencia económica, equidad o justicia social, y conservación o protección de medioambiente; por lo general también dichos objetivos sociales son vagamente traducidos en acciones, planes, programas y proyectos concretos. Es aquí donde la perspectiva de género se sitúa como una de las vías para dotar de contenido específico a la noción de calidad de vida y contribuir a trasladas el concepto de sostenibilidad desde un ámbito del lenguaje político al ámbito de las instrumentalización técnica propia del urbanismo. 473 En tanto que el trabajo doméstico que es una garantía de calidad de vida cotidiana (puesto que asegura condiciones materiales, psicológicas y emocionales a los miembros de la sociedad) y garantía de reproducción de la fuerza laboral, hoy día es una tarea que no se realiza exclusivamente al interior de la vivienda y que por el contrario tiene lugar en espacios públicos (educativos, de salud, administrativos, ocio, abastecimiento, ) que implican una serie de desplazamientos diarios que dependen en gran medida del transporte público; velar por un espacio urbano y unos servicios urbanos que contribuyan a facilitar y reducir la carga de trabajo doméstico, supondría la posibilidad de reducir la limitada participación cívica de las mujeres gracias a la participación y a la representación en igualdad de condiciones dentro de la esfera pública.474

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MOUFFE, Chantal. (1999). El retorno de lo político. Comunidad, ciudadanía, democracia radical. Barcelona: Paidós. Pág. 125 470 El término “género” parece encajar dentro de la terminología científica de las ciencias sociales y por lo tanto este término se entiende desasociado de las políticas feministas. En este sentido, el término “género” no implica necesariamente un pronunciamiento sobre aspectos de inequidad o poder así como tampoco designa a la parte perjudicada o agredida. El término “género” incluye pero no designa a la mujer, y por ende pareciera no asumirse como una amenaza de crítica. RENDELL, Jane (2000). Gender space architecture: an interdisciplinary introduction. London; New York: Routledge. 471 RENDELL, Jane (2000). Gender space architecture: an interdisciplinary introduction. London; New York: Routledge. 472 SÁNCHEZ de Madariaga, Inés. (2004). Urbanismo con perspectiva de género. Sevilla: Instituto Andaluz de la Mujer: Consejería de Economía y Hacienda. Disponible en: www.generourban.org/Documentos/98.pdf Pág. 11

473 474

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Ibíd. Pág. 8-10 Ibíd. Pág. 13-16


Debido a que la calidad de vida (bienestar de las personas) confluyen aspectos como la renta, la salud, la educación, el alojamiento, todos factores que tienen una dimensión espacial, hoy día la calidad de vida se entiende en estrecha relación con la noción de sostenibilidad que asegura la calidad del ambiente para el óptimo funcionamiento de la vida urbana en su estructura social y económica.475 En tanto que las mujeres son las principales usuarias de los equipamientos públicos urbanos, facilitar la vida cotidiana y las actividades relacionadas al trabajo doméstico significa dotar de calidad de vida a toda la población. 476 Por lo que pensar y diseñar las ciudades desde la perspectiva de las mujeres es hacerlo desde la máxima inclusión lo que significa asegurar la mayor autonomía de los grupos de personas más débiles y dependientes (como la gente mayor y niños). Desde esta óptica, el espacio público no es diferente en concepto pero sí en necesidades y usos por tanto ha de tener en cuenta la forma en que estos miembros más vulnerables de de la sociedad experimentan los espacios para aportarles seguridad. 477 Por ejemplo, considerando la particular experiencia corporal de los niños para diseñar un espacio público de máxima accesibilidad e inclusividad.478

Pese a que el incremento de la inseguridad en las ciudades está igualmente relacionado con una serie de procesos que ha reconfigurado el orden urbano-territorial (dispersión, baja densidad, reducción de intensidad de uso y privatización) que repercuten en las relaciones de la vecindad en los barrios y del sentido de colectividad; la seguridad es una condición básica para la experiencia cotidiana del espacio público que asegura el sentido de colectividad de una sociedad. La seguridad incluye a protección frente la agresión física, el mantenimiento de la privacidad y la posibilidad de reducir amenazas psíquicas de otras personas. Se trata de una necesidad elemental sobre la que se sustentan otras necesidades, sin la cual no es posible satisfacer las necesidades sociales que igualmente que asegura el disfrute de los derechos ciudadanos.479 Como vimos en los casos de estudio que dan cuenta de prácticas de autogestión en el espacio urbano, aunque no explícitamente, deducimos de los mismos una serie de valores que se enmarcan dentro de la perspectiva de género. Constituyen una serie de temáticas que convergen en los objetivos de mejoramiento de la calidad de vida y de las condiciones del entorno. Tal y como lo ejemplifican los proyectos de huertos urbanos en espacios residuales (Barcelona y Francia), la filosofía de reciclaje de infraestructuras y de materiales, para producir nuevos espacios de uso comunal que aseguren espacios de sociabilidad con sentido de seguridad. Igualmente podemos mencionar otras iniciativas tales como el proyecto “Generourban: mujeres, ciudades,

475

Ibíd. Pág. 9 Ibíd. Pág. 21 477 MONTANER, Josep María; Muxí, Zaida. A la altura de niños y niñas .La deriva del espacio público 6. La Vanguardia Miércoles, 28 octubre 2009. Pág. 22-23 478 La reflexión de la ciudad desde las necesidades específicas de los niños tiene un referente contemporáneo ineludible en los textos y las experiencias de Francesco Tonucci, creador en Turín del proyecto internacional “La ciudad de los niños”, que propone a las administraciones de diversas ciudades del planeta pequeños cambios urbanos para hacerlas más seguras, amistosas con la infancia, como parámetros de calidad ambiental y sostenibilidad. Véase: MONTANER, Josep María; Muxí, Zaida. A la altura de niños y niñas .La deriva del espacio público 6. La Vanguardia Miércoles, 28 octubre 2009. Pág. 22-23 y TONUCCI, Francesco. (1997). La Ciudad de los niños: un modo nuevo de pensar la ciudad. Madrid: Fundación Germán Sánchez Ruipérez. 476

479

SÁNCHEZ de Madariaga, Inés. (2004). Urbanismo con perspectiva de género. Sevilla: Instituto Andaluz de la Mujer: Consejería de Economía y Hacienda. Disponible en: www.generourban.org/Documentos/98.pdf Pág. 36 198


urbanismo y género” 480es un foro internacional sobre la perspectiva de género en el urbanismo, desde la investigación y la enseñanza hasta la planificación urbana y el desarrollo local. Tratan temas como “feminismo y desarrollo sostenible” o “género y participación urbana” También el proyecto Mujeres y Ciudades Internacional 481 una red para la participación de las mujeres constituye un espacio de intercambio a nivel internacional sobre la participación de las mujeres en los procesos de cambio de sus ciudades y reivindicación de la perspectiva de género en la administración municipal orientada hacia una habitabilidad de la ciudad desde una visión feminista. Finalmente el proyecto “Plan Y” ,-Y Plan Center for Cities and Schools482 - una iniciativa en donde los jóvenes participan como actores genuinos en proyectos de planificación local junto con la tutoría de estudiantes de Planificación Urbana, Diseño y Educación de la UC Berkeley, California. Fundamentan su trabajo en la metodología del Civic-Driven Work-Based Learning (en castellano: Aprendizaje basado en el trabajo cívico) como un instrumento para el desarrollo académico, relaciones comunitarias, la sostenibilidad y el cambio social.

4.5. Reflexiones finales sobre los fenómenos de la autogestión urbana El interés por visibilizar el fenómeno de la autogestión del espacio urbano -primer objetivo específico de la investigación- no es ajeno a una intención de reconocimiento de la coyuntura económica, política y social actual, dentro de la que se inscriben la mayoría de los proyectos que reseñamos en el estudio de casos. Es por ello que la tarea de contextualizar, referenciar y problematizar el fenómeno en cuestión –nuestro segundo objetivo especificonos ha llevado al cruce de dos hipótesis: la primera sobre la producción de la ciudad -primer capítulo- y la segunda sobre la producción de lo urbano -segundo capítulo- tal y cómo lo plasmó Henri Lefebvre483 en su teoría del espacio social, cuando reconoció que el espacio que habitamos es un híbrido entre las representaciones del espacio (producción desde los saberes técnicos-arquitectónicos) y los espacios de representación (producción desde las prácticas cotidianas). Así, en el primer capítulo de la investigación hemos analizado la producción de la ciudad (“urbs” como entidad física o representación del espacio) y planteado un recorrido histórico siguiendo como hilo conductor las motivaciones que a lo largo de la historia han conformado las doctrinas, ideales y códigos de ordenamiento de los asentamientos humanos. En ese sentido, hemos cubierto un espectro que va desde la concepción de las ciudades antiguas como “reflejo del universo”, hasta la ciudad industrial como “extensión

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Surgido en el año 2000 a partir de un grupo de investigación multidisciplinar de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid, incluye un catálogo de experiencias de integración de perspectiva de género en España y acceso a proyectos realizados en Europa y Canadá. Véase: http://www.generourban.org/ 481 Originado en Canadá en el año 2002, reflexiona sobre el tema de las “mujeres y seguridad” y propuestas para futuros campos de trabajo como “mecanismos de identificación de las necesidades de las ciudadanas” o “aplicación de la perspectiva de género en la gestión urbana”. Véase: www.femmesetvilles.org 482 Véase: http://citiesandschools.berkeley.edu/yplan.html

483

LEFEBVRE, Henri. (1974). La Production de l'espace. Paris: Anthropos, París. Véase también NÚÑEZ, Ana. (2009) De la alienación, al derecho a la ciudad. Una lectura (posible) sobre Henri Lefebvre. Revista THEOMAI. Estudios sobre sociedad y desarrollo. N° 20 Pág. 45 199


del proceso productivo” y la ciudad actual que se articula en torno a las reglas del “mercado globalizado”. Por otra parte, en el segundo capítulo hemos referido la producción de lo urbano (“civitas” como entidad simbólica o espacio de la representación) desde una perspectiva crítica y multidisciplinar. Los autores reunidos en la primera línea de investigación -Henri Lefebvre, Guy Debord y Michel de Certeau- establecieron un movimiento de crítica de la ideología urbanística fundamentado en el análisis de cómo los conflictos entre clases y las contradicciones múltiples se plasman en la estructura y forma urbana terreno 484. Desde estas posiciones, se reivindicó el rol del espacio público como lugar de representación, gracias a movimientos intelectualesartísticos multidisciplinares como CoBrA485 , la Internationale lettriste-IL y Internationale Situationniste – IS, a su vez detonantes del Mayo del 68, que defendían el valor social del tiempo por encima del valor productivo, lo cual supondría una liberación de la vida cotidiana mediante la reapropiación subjetiva del territorio, por medio de la acción de habitar, según lo definió Michel de Certeau486 De este entrecruzamiento de ideas sobre la producción del espacio físico y social, concluimos que asistimos a una creciente complejización del hecho urbano, lo cual representa un desafío epistemológico para disciplinaprofesiones como la arquitectura, el urbanismo, la geografía, entre otras cercanas. Lo anterior por cuanto una serie de

reconfiguraciones del orden urbano-territorial -movilidad exacerbada, urban sprawl, migraciones o circuitos transfronterizos- que han supuesto la disociación entre la urbs y la civitas, es decir, el desvanecimiento de la esfera pública como espacio de representación ciudadana, evidencian que los fenómenos urbanos en la actualidad trascienden la misma ciudad como entidad física, política y jurídica, y en sentido aquellas disciplinas por separado, abordan con dificultad esta nueva era urbana 487. De ello da cuenta el hecho de que la producción informal de la ciudad es un tema relativamente relegado en las discusiones del campo del urbanismo, tanto en contextos desarrollados como en países en vías de desarrollo. De tal forma que, respondiendo al primer objetivo específico de nuestra investigación de visibilizar este fenómeno, ofrecemos un inicial acercamiento y perspectiva de sistematización de diferentes expresiones del fenómeno de la autogestión urbana, a partir de la exposición y debate en torno a una serie de casos de estudio -tercer capítulo- que constatan de diversas maneras (bajo la modalidad de registro visual, inscrito en el ámbito artístico; o de proyecto de gestión, en el marco de iniciativas de activismo), la existencia de prácticas de autogestión alrededor del mundo, tanto en contextos desarrollados como en vías de desarrollo. Del análisis de los casos de estudio -tercer capítulodeducimos que las formas de producción de la ciudad no responden exclusivamente a procesos de crecimiento orgánico y autónomo –como en la “ciudad antigua”- ni tampoco es producida meramente desde el impulso del racionalismo y las inevitables leyes económicas –como en la

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LEFEBVRE, Henri. (1975). El derecho a la ciudad. 3era edición. Barcelona: Península. Pág. 10 485 Nombre acrónimo de “Copenhague, Bruxelles, Amsterdam” para designar un movimiento artístico creado en Paris el 8 noviembre 1948 en el café de l'hôtel Notre-Dame. 486 CERTEAU, Michael de. (1996). La invención de lo cotidiano I. Artes de hacer. México: Universidad Iberoamericana. Pág.110-113

487

LEFEBVRE, Henri. (1976). Espacio y Política. El derecho a la ciudad II. 1era edición. Barcelona: Península. 200


“ciudad moderna”-. Por el contrario, nuestra investigación ha apuntado a la complejidad del hecho urbano, a partir de la hipótesis de que la ciudad como producción humana se construye a partir de motivaciones conscientes e inconscientes (como planteaban Guy Debord y la Internacional Situacionista); pero también producto de la compleja relación entre la necesaria planificación y las muchas veces no resueltas necesidades continuas de sus habitantes, e incluso de las muchas veces inevitable y hasta necesaria espontaneidad de la vida cotidiana (como han insistido Henry Lefebvre y de Michel de Certeau). En este sentido, se debe subrayar que pese a que el urbanismo como disciplina y práctica, ha estado tradicionalmente ligado a formas de regulación constituidas sobre todo por políticas urbanas como mecanismo técnicoracional indispensable para la gestión territorial y la orientación de funciones productivas, la expansión económica y el desarrollo; en la actualidad, ante las notables transformaciones que hemos mencionado, asociadas a los complejos fenómenos de la globalización, tales formas urbanas y sus políticas presentan hoy desafíos inéditos, que demandan nuevas respuestas y posturas, de cara a considerar también los procesos de urbanización irregulares o informales, lo que implica mayor descentralización y darle más relevancia en la gestión urbana a los gobiernos locales, la flexibilización de regulaciones y normativas urbanísticas demasiado burocratizadas, así como la mayor participación y potenciación de la autonomía y auto-gestión ciudadanas. Tales desafíos teóricos y prácticos para la disciplina del urbanismo, constituyen demandas necesarias y vigentes, que vienen perfilándose desde las décadas 60´s y 70’s del siglo XX, como parte de emergentes movimientos críticos de la

modernidad. Entre algunas de esas perspectivas críticas que expusimos en la investigación, podríamos nombrar: los “análisis inductivos de casos específicos de estudio” (Jane Jacobs), los “esquemas de organización reticular de la ciudad” (nombre Christopher Alexander), así como el “contextualismo”, que incorpora una dimensión cultural e histórica en las propuestas arquitectónicas, orientado hacia una compresión subjetiva del simbolismo y los valores comunicativos del espacio arquitectónico posmoderno (Robert Venturi). Por otro lado, como consecuencia de la naturaleza compleja del hecho urbano, que han expuesto con acierto y desde diferentes perspectivas estos mismos autores, nuestra investigación enfoca el fenómeno de la autogestión del espacio urbano desde una perspectiva interdisciplinar, para evidenciar cómo operan algunas de esas prácticas autogestionadas en la producción de ciudad, desde un enfoque hacia la integración conjunta con las prácticas urbanísticas no como alternativa a las prácticas institucionalizadas, sino más bien desde una complementariedad indispensable. Dicha comprensión ampliada y multidisciplinar del hecho urbano, ha sido una preocupación del ámbito de teorías culturales-urbanas de investigadores como André Corboz, Sébastien Marot o Richard Sennett, pero también de arquitectos, artistas, antropólogos, sociólogos o geógrafos –entre otros- que han pretendido dar a conocer e investigar perspectivas, visiones y prácticas distintas a las hegemónicas o más reguladas dentro de la planificación urbana. Así, los ejemplos de autogestión que hemos reseñado en nuestra investigación, dan cuenta de que no existe una sola ciudad ni una sola manera de entender el 201


que se legitimó la disciplina del urbanismo –como el pensamiento utópico y el reformismo social- sino que al mismo tiempo significaron la expansión de los límites de la disciplina a otros campos de conocimiento, propiciando desde entonces la búsqueda de una mejor gestión urbana que fomentara el intercambio y una mayor cooperación horizontal, y que por lo tanto derivara hacia un urbanismo más inclusivo-participativo. En tal sentido, identificamos tres contribuciones relevantes de estos movimientos de “arteactivista” de las décadas 60’s y 70’s a la reflexión sobre la ciudad de finales del siglo XX: a) La revalorización del espacio público como base del mejoramiento de la calidad de vida urbana, a partir de la reivindicación paralela de la dinámica barriociudad y del poli-centrismo de la ciudad moderna. b) La recuperación del protagonismo de los gobiernos locales en la política urbana y de la gestión urbana de proximidad, mediada por prácticas democráticoparticipativas. c) La revalorización del concepto de ciudadano como sujeto de la política urbana, quien precisamente se hace “ciudadano” al intervenir en la toma de decisiones sobre la gestión de su propia ciudad.489 Tal expansión de los límites de la investigación en urbanismo hacia lo interdisciplinar, ha supuesto una multiplicidad de enfoques de lo urbano, así como una oportunidad única para concebir a la ciudad también como espacio subjetivo, al mismo tiempo que los discursos sobre la naturaleza compleja de lo urbano, nos permiten explorar las características ambiguas y contradictorias de la ciudad

hecho urbano488. Esta perspectiva interdisciplinar, sumada a los desafíos epistemológicos mencionados anteriormente, nos ha permitido explorar recursos de investigación provenientes de otras disciplinas cercanas o de relación más tangencial con respecto al urbanismo, como resultan las prácticas artísticas o los estudios urbanos cercanos a las ciencias sociales. En ese sentido, queremos subrayar el sentido de incorporar en nuestra investigación recursos provenientes del ámbito artístico. Primero, por cuanto han significado la redefinición de formas de representación de las dimensiones espacio-temporales desde el arte, que han supuesto la implicación de nociones de interactividad, simultaneidad o ubicuidad en prácticas artísticas que se alejan cada vez más de la idea del objeto sacralizado y coleccionable, para dar paso a acciones en tiempo real, instantáneas y/o efímeras, implicadas directamente en la producción del espacios públicos y colectivos. Segundo, por cuanto esa ruptura con los cánones establecidos propios del arte tradicional, permite una creciente vinculación de las prácticas artísticas contemporáneas a las reflexiones sobre la ciudad y los dilemas urbanos, vinculados sobre todo a prácticas de naturaleza colaborativa y participativa, que involucran formas de auto-expresión y auto-representación para la “construcción de consensos” de eficacia política y cívica, desde los cuales se construyen los posibles sentidos lo de comunitario. Así, estos movimientos críticos de los 60´ y principios de los 70´, no solo cuestionaron bases fundamentales en las 488

CORTES, José Miguel G. (2006). QUAM 06 . Bajo los adoquines, la playa. Mutaciones y disidencias en la ciudad contemporánea. Disponible en: http://www.h-aac.net/html/quam/06/index.htm

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BORJA, J.; Muxi, Z. (2003). Espacio público: ciudad y ciudadanía. Diputación de Barcelona. Pág. 53 202


informal, que no es equiparable necesariamente al desorden o caos en un sentido literal, sino la suma -a veces incontroladade múltiples complejidades microestructurales, tal y como lo han expuesto investigadoras como Jane Jacobs490 Así, la complejización del hecho urbano, pasa también por reconocer que a la luz de las reconfiguraciones del orden urbano-territorial y las dinámicas demográficas vinculadas al fenómeno global de la migración, las nociones de ciudadanía y ciudadano deben de replantearse, en tanto que la multiplicación de las prácticas culturales de las poblaciones inmigrantes, complejizan también los procesos de participación y de representación ciudadana. 491 Según Saskia Sassen, en tanto que la aparición de nuevos actores políticos ha sido facilitada por los mismos procesos globales de comunicación y movilidad, las prácticas de auto-gestión del espacio urbano constituyen estructuras de confluencia de estos dos ámbitos local-global, que interrelacionan los sistemas mundiales y las distintas escalas territoriales en la conformación de lo que ella denomina la contrageografía urbana. 492 Desde este argumento, la presencia de nuevos actores políticos resulta vital para la organización y la acción civil a escala local y regional, desde la que se concibe a la ciudad como una producción humana. Asimismo, las prácticas de autogestión del espacio urbano son claves para comprender la forma de articular los proyectos de intervención macropolítica –

como las decisiones de poderes centralesy las micropolíticas -las experiencias y las prácticas de la cotidianeidad- donde se concreten las transversalidades entre las fuerzas de orden global y el entorno local social y subjetivo493. Este sentido de la micropolítica se refiere a lo que Richard Sennet ha denominado la constitución de comunidades de supervivencia, orientadas a transformar el poder burocrático, que amplíen la participación públicaciudadana y que reduzcan las mediaciones del poder tecnocrático; es decir, que apelen a la auto-gestión dentro del concepto de conflicto social - tal como lo ha expuesto Sennet partiendo de referentes sociólogos y políticos- en tanto que valor positivo de tolerancia, sensibilidad y conocimiento mutuo, que solo se pone de manifiesto en la convivencia con de opinión divergentes. De esta forma, aquí también los diferentes conceptos de ciudadanía (ciudadanía universal, ciudadanía cosmopolita, ciudadanía deslocalizada) constituyen una forma para hacer frente y comprender las demandas de los nuevos actores políticos, y por ende implican una revisión crítica de los propios instrumentos técnico-administrativos tradicionalmente utilizados desde el urbanismo, en tanto que escasamente hacen referencia a los procesos y a la normativa de participación ciudadana en la producción de ciudad desde el diseño urbano494. Así, vemos como sumado a la complejización del hecho urbano, la crisis inmobiliaria a la que asistimos en la actualidad, ha potenciado la búsqueda de nuevos cambios de

490

JACOBS, Jane. (1967). Muerte y vida de las grandes ciudades. Trad. Ángel Abad Edició 1ª ed. Madrid: Península. 491 RÍOS, Michael. (2008). Envisioning Citizenship: Toward a Polity Approach in Urban Design. Journal of Urban Design, Vol. 13, N° 2, Junio. Pág. 213–229. 492 SASSEN, Saskia. (2003) Contrageografías de la globalización: género y ciudadanía en los circuitos transfronterizos. Madrid: Traficantes de Sueños.

493

CORTES, José Miguel G. (2006). QUAM 06. Bajo los adoquines, la playa. Mutaciones y disidencias en la ciudad contemporánea. Disponible en: http://www.h-aac.net/html/quam/06/index.htm 494 RÍOS, Michael. (2008). Envisioning Citizenship: Toward a Polity Approach in Urban Design. Journal of Urban Design, Vol. 13, N° 2, Junio. Pág. 213–229. 203


paradigmas en las disciplinas de la arquitectura y el urbanismo, logrando que la atención se redirija hacia prácticas críticas que incluyen en su agenda la sostenibilidad, la participación y la perspectiva de género, en contraposición a prácticas únicamente auto-referenciales de la arquitectura y el urbanismo de corte más ortodoxo y pragmático. Podría decirse, entonces, que asistimos a un nuevo impulso para reducir la distancia o incomunicación relativa entre profesionales del diseño urbanístico y otras disciplinas más o menos cercanas, así como los demás actores de la sociedad. Por eso, aunque desde un carácter aun marginal y muy alternativo, las prácticas de auto-gestión del espacio urbano (en diferentes acepciones que hemos explorado, como bottom-up urban planning, Community Driven Development CDD o la arquitectura comunitaria en cierta forma se empiezan a generalizar 495), implican procesos participativos que se han infiltrado en algunas prácticas del diseño y la gestión urbana más oficiales. Estas experiencias, como prácticas alternativas a la arquitectura y el urbanismo más formalizados o burocráticos, deben desarrollar mecanismos de gestión y actuación crítica, pero también propositivos y dialógicos; es decir, cercanos a las propias vertientes y contradicciones en que se producen los múltiples dilemas del espacio urbano. En ese sentido, las prácticas de auto-gestión que hemos expuesto en nuestra investigación, apuntan hacia una producción de lo urbano mediado por una gran pluralidad de perspectivas que le imprime la participación ciudadana, que a la vez funciona

como una variable contextual de diseño (tal y como lo defiende Jane Jacobs). Por eso, dado que la criticidad no solo implica una simple oposición a las condiciones existentes en las que se inscribe la urbanístico, estas capacidades críticas deben comprenderse como un proceso complejo que responde a una serie de variables contextuales especificas de una realidad, y que justifican por lo tanto emplear diferentes y probablemente no probados métodos de trabajo.496 Cercano a esta idea y respondiendo al tercer objetivo de nuestra investigación, reconocemos que las prácticas de autogestión analizadas en la tesis, constituyen ejemplos de formas críticas de producción del espacio urbano, que se sustentan en la participación ciudadana y que, por tanto, dichas práctica críticas implican además una directa o indirectamente acción política 497, que da cuenta de un valor cívico que se deriva de la vinculación, la identificación, la implicación personal y/o comunitaria con la producción del espacio. En tal sentido, la implicación ciudadana se enfocaría con el objetivo de que cada individuo se convirtiese en un practicante o productor del espacio urbano mucho más reflexivo498, tal y como se plantea desde el modelo plural de práctica de la planificación urbana abordado desde una perspectiva cultural, enfatizando un reconocimiento de puntos de vista divergentes y la existencia de múltiples intereses comunales. Esas manifestaciones de pluralismo en 496

WIGGLESWORTH, Sarah (2005). Critical practice. The Journal of Architecture Volume 10 Issue 3 Pág. 335 – 346. Disponible en: http://dx.doi.org/10.1080/13602360500162238 497 Ibíd. 498 RÍOS, Michael. (2008). Envisioning Citizenship: Toward a Polity Approach in Urban Design. Journal of Urban Design, Vol. 13, N° 2, Junio. Pág. 213–229.

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NAN ELLIN, (2000). Participatory Architecture on the Parisian Periphery: Lucien Kroll’s Vignes Blanches. Journal of Architectural Education. JAE February 53/3. Pág. 178–183. Disponible en: http://www.jaeonline.org/ 204


el diseño urbano, priorizarían procesos temporales por sobre la forma urbana, lo cual nos remite a nuevas y diferentes herramientas de diseño urbanístico, que se asientan en un reconocimiento de las demandas ciudadanas y que negocian las diferencias en cuanto a la experiencia, la percepción y los potenciales sentidos del espacio público. Este modelo enriquecería el diseño urbano con una serie de nuevos usos, símbolos y significados, como resultado de mayores procesos públicos participativos499, desde donde el espacio público se pueda volver un nuevo vertebrador de identidades 500. El fenómeno de la autogestión se constituiría, entonces, en una dinámica que actúa en sentido contrario a aquellas fuerzas que atentan contra el desvanecimiento de la esfera pública y lo político-ciudadano. Así, al considerar el diseño urbano como tarea tanto profesional como política, estas prácticas de auto-gestión podrían servir como una herramienta práctica para fines más participativos y democráticos. No obstante, esto exige a los profesionales de urbanismo, competencias y habilidades fuera del ámbito tradicional del diseño urbano, incluyendo el análisis de dinámicas de la política y el poder, la coordinación de estrategias de acción colectiva a través de escalas o sectores, así como la posibilidad de interactuar con procesos de participación ciudadana, en tanto que actividad de construcción institucional. Desde esta perspectiva, la formación de comunidades y la concepción de ciudadanía a

través de la auto-gestión, pueden contribuir a dar un enfoque ético-político muy necesario a las prácticas del urbanismo501. Entonces, reconsiderar desde enfoques políticociudadanos la práctica urbanística, puede ser muy importante para ejercer una práctica profesional crítica, desde la cual contrarrestar las actuales limitaciones en materia de participación ciudadana que tienen los tradicionales instrumentos y metodología de la urbanística, de cara a la formación de comunidades entendidas como organizaciones de ciudadanos con la visión de conformar especie de microsistemas de gobierno502. En el caso de los contextos en vías de desarrollo como el latinoamericano- marcados por prácticas urbanísticas precarias en muchos casos, y además con una desigual distribución de los riquezas e ingresos y con la consecuente segregación social-espacial que dificulta diferentes acciones 503, así como en ocasiones un precario acceso a la condición de ciudadanía, la realización e instrumentalización de prácticas auto gestionadas conllevaría necesariamente la re-configuración y consolidación de comunidades ciudadanas-políticas 501

RÍOS, Michael. (2008). Envisioning Citizenship: Toward a Polity Approach in Urban Design. Journal of Urban Design, Vol. 13, N° 2, Junio. Pág. 213–229. 502 RÍOS, Michael. (2008). Envisioning Citizenship: Toward a Polity Approach in Urban Design. Journal of Urban Design, Vol. 13, N° 2, Junio. Pág. 213–229. 503 Según un informe de la CEPAL, sobre el Panorama Social de América Latina y el Caribe 2004, se señaló que uno de los rasgos más sobresalientes de la situación social de América Latina es la marcada desigual distribución del ingreso que prevalece en la mayoría de los países, con la consiguiente polarización y segregación social… incrementando al mismo tiempo, el proceso de polarización del espacio urbano y sus consecuencias en torno a los crecientes niveles de delincuencia, secuestros, y otros crímenes, el enclaustramiento de las familias ricas en zonas protegidas. Véase: QUESADA Avendaño, Florencia. (2006). Imaginarios urbanos, espacio público y ciudad en América Latina. Pensar Iberoamérica. Revista de Cultura Número 8 abril-junio. Disponible en: http://www.oei.es/pensariberoamerica/ric08a03.htm

499

RÍOS, Michael. (2008). Envisioning Citizenship: Toward a Polity Approach in Urban Design. Journal of Urban Design, Vol. 13, N° 2, Junio. Pág. 213–229. 500 CORTES, José Miguel G. (2006). QUAM 06 . Bajo los adoquines, la playa. Mutaciones y disidencias en la ciudad contemporánea. Disponible en: http://www.h-aac.net/html/quam/06/index.htm 205


conscientes de esos derechos de ciudadanía. Profundizar –o en muchas ocasiones abrir- un debate profesional y público en torno a la producción de la ciudad y la experimentación cotidiana del espacio público, es imprescindible como paso previo para que los sujetos de forma colectiva, adquieran conciencia de esta oportunidad y para exigir grados diversos de interacción y planificación urbana en las agendas políticas de estos países. Así, pensamos que la ciudad como producción humana y viviente, constituye un contrapeso crítico frente a la definición de una ciudad entendida como simulación y mercantilización de cualquier actividad, tal y como se ha entendido en buena medida la ciudad contemporánea. Por eso entendemos que los diferentes fenómenos y prácticas de auto-gestión urbana que hemos referido y analizado en esta investigación , con todas las complejidades y contradicciones que las recorren, constituyen sin embargo un insumo de gran potencial –e incluso de contrapeso necesario- a la planificación, la legislación y en general las prácticas urbanísticas más instrumentalizadas, sobre todo por su valor como espacio crítico ciudadano, desde los cuales plantear la posibilidad de una serie de proyecciones o demandas cotidianas, participativas y vitales.

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