La arquitectura rural es la respuesta a la implantación de un programa residencial y productivo en el paisaje agrario, un entorno muy heterogéneo, que en el caso de nuestra geografía se acentúa por la diversidad de climas. Los vientos principales, el soleamiento, la diferencia de temperaturas entre día y noche, los materiales del entorno, … proporcionan unos condicionantes específicos en cada lugar y su aprovechamiento ha generado una arquitectura basada en diferentes estrategias bioclimáticas. El presente artículo pretende descomponer esa relación entre las diferentes arquitecturas rurales de nuestro país, los condicionantes de su entorno y su programa, para llegar a comprender el acondicionamiento pasivo desarrollado en estas construcciones.