LABORATORIO DE ANATOMÍA ANDREA ROJAS RIOJA
Un cólico nefrítico es un dolor agudo que se produce debido a la hiperpresión en el tracto urinario, a consecuencia de una obstrucción en el paso de la orina. Sin embargo, se debe tener en cuenta que la obstrucción lenta y progresiva puede ocasionar escaso dolor, o incluso pasar desapercibida. En la mayoría de los casos es un dolor extremadamente intenso que parte de la zona baja de la espalda y se va expandiendo, pudiendo causar en algunos casos incluso un desmayo. Este tipo de cólico puede presentarse sin previo aviso en personas en aparente buen estado de salud. Una manera de prevenirlo es, especialmente en verano, hidratarse correctamente para evitar la formación de cálculos en las vías urinarias. Causas:
Uropatía obstructiva (obstrucción de la vía urinaria) por una litiasis, un coágulo, un tumor, un síndrome de la unión pielouretral, o una patología retroperitoneal (fibrosis, linfoma).
Pielonefritis aguda
Tumores renales avanzados.
Traumatismo renal.
La causa fundamental de cólico nefrítico es la litiasis renal. Los cálculos renales son estructuras sólidas compuestas por diversas sustancias minerales, que se forman y crecen en el interior del riñón. Ocasionalmente, se desprenden del riñón y pasan al sistema excretor. Se han identificado numerosas sustancias que forman parte de los cálculos. La clínica más típica de la litiasis renal es el cólico nefrítico. Este dolor puede acompañarse de náuseas, vómitos y sudoración. El dolor irradiado hacia la ingle generalmente indica que el cálculo ha alcanzado el uréter.
Cuando el cálculo está situado cerca de la vejiga, o dentro de ésta, puede aparecer un cuadro irritativo con polaquiuria (aumento de la frecuencia de micciones), disuria (expulsión de la orina dificultosa, dolorosa e incompleta) y tenesmo vesical (deseo urgente de orinar que obliga a hacerlo constantemente). Síntomas: El cuadro se acompaña de síntomas como náuseas y vómitos (ya que el ganglio celíaco
es
compartido
por
riñón,
estómago
y
otros
órganos),
sudoración
profusa, ansiedad, intranquilidad, y fiebre si existe una infección concomitante. Diagnóstico: La primera actuación ante un cólico nefrítico es tratar el dolor; para ello se debe hacer un
diagnóstico
diferencial
con
otros
cuadros
clínicos
tales
como:
dolor
osteomuscular, aneurisma disecante de aorta, apendicitis, dolor ginecológico, etc. Por ello es fundamental una buena historia clínica y exploración física del paciente que permiten calificarlo de cólico renal simple o complicado. Las pruebas diagnósticas que se pueden realizar son:
Bioquímica sanguínea (urea, creatinina e iones).
Analítica de orina: siendo característica la aparición de una hematuria microscópica.
Radiografía simple de vías urinarias: es la primera prueba que se debe realizar ya que permite valorar las siluetas renales, la línea del psoas, la presencia de litiasis.
Ecografía: esta prueba informa de la existencia de una dilatación de la vía urinaria, presencia de una masa renal, patología vesical y alteraciones de otras vísceras abdominales. Tratamiento: Cada persona percibe el dolor de una manera específica. Para realizar un tratamiento adecuado para el cólico nefrítico, se debe primero conocer la causa y la intensidad del dolor, las medidas farmacoterapéuticas disponibles y, además, tener en cuenta las circunstancias concretas de cada paciente. Si no hay infección, el tratamiento consiste en la analgesia e hidratación. Raras veces es necesaria la cirugía para extraer un cálculo. Analgésicos: noramidopirina y el metamizol son los más utilizados. Antiinflamatorios: como el diclofenaco, indometacina, ayudan a la migración del cálculo.
Antieméticos: solo si hay vómitos, como por ejemplo la metoclopramida. Hidratación oral si es posible o en caso contrario intravenosas ya que favorece la expulsión del cálculo La aplicación de calor seco y baños de asiento de agua caliente alivian el dolor.