Hernán Jiménez Fonseca Andrés Cordero Alfaro
Monografia “No se puede plantear como teoría la universalidad de la Arquitectura. Comprendiendo esto iniciamos el recor- rido del camino que nos puede llevar a la configuración de una arquitectura propia y regional que responda a las exigencias del medio y como tal, sus conceptos, adquieren una dimensión universal... Los conceptos son universales no las soluciones”. -Hernan Jimenez Fonseca
INDICE ALCANCE TEORICO........................................................................................................................6
FORMACION......................................................................................................................................7
INQUIETUDES...................................................................................................................................9
CFIA....................................................................................................................................................12
ESTACION DE BOMBEROS......................................................................................................20
ASAMBLEA LEGISLATIVA........................................................................................................26
CENAC..............................................................................................................................................35
CASA SANTA CRUZ...................................................................................................................42
BIBLIOGRAFIA...............................................................................................................................47
ALCANCE TEORICO Frecuentemente caemos o somos victimas de la influencia transnacionalizada de la arqui- tectura que nos enseñan las soluciones de otras latitudes y que rápidamente se aplican sin consideraciones al contexto. El resultado es la proyección hacia a una arquitectura super- flua y carente de identidad propia. Estudiando a los grandes maestros de la arquitectura costarricense y sus insignes edifica- ciones, deseamos aclarar la diferencia entre los conceptos de mera construcción y “obra arquitectónica”. El primero entendido como la mera realidad física o construcción de un espacio habitable y el segundo como un proceso de tanteo, de experimentación, de proposi- ciones consistentes, de riesgos, de decantaciones paulatinas y fundamentalmente; la idea. Bajo este marco teórico analizaremos, la obra arquitectónica de Hernán Jiménez Fonseca para tener un criterio sobre su teoría y evolución profesional. Dentro de sus obras y filosofía, Jiménez, nos plantea una arquitectura pesante, clara en su función y en su contexto, sin caer nunca en caprichos formales. La claridad que se nota en su obra es el resultado de una búsqueda comprometida y persistente. Jiménez, distinguido por tener un cuidado formal y escrupulosa técnica permite que sus edificios sean respalda- dos por la poesía de sus detalles, siempre enfocado en la rango expresivo de los materiales.
FORMACION Anterior a 1950, no existía en Costa Rica, una tradición arquitectónica de formación académica, esta se limitaba a un par de arquitectos de formación europea. Así, a partir de 1950 se empiezan a reintegrar al país los primeros arquitectos, que en su mayoría eran de una formación académica mexicana, esto en vista de que no existían escuelas de arqui- tectura en el territorio nacional. Tal fue el caso de muchos otros maestros de la arqui- tectura costarricense como lo han sido Beer, Calderón, Barahona, Ferreto, etc.
Jiménez no fue la excepción y en 1970 obtiene su titulo de Arquitecto en la Universidad Autónoma de México (UNAM), otorgándosele medalla de plata, mención honorifica y la posterior publicación de su tesis profesional. Es relevante comprender que en aquella época predominaba un fuerte movimiento racional y brutalista en la UNAM.
Al regresar al país se le abren las puertas para convertirse en profesor de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Costa Rica, puesto que desempeña de 1974 a 2004, alcanzando el grado de catedrático (1996). Su obra se desarrolla en temas muy variados, entre ellos proyectos residenciales, institu- cionales, industriales, culturales, religiosos, turísticos y comerciales. Entre sus logros destaca el primer premio en el Concurso Nacional de Diseño para el Edificio del Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos de Costa Rica (1976), de igual manera su partici- pación y triunfo en el Concurso Nacional de Diseño para el Centro Nacional de Cultura (CENAC)(1991), formando parte del Grupo Calicanto junto a Nicolás Sánchez y Marcos Valverde.
Ganador del Concurso Nacional de Diseño para el Edificio de Oficinas y Auditorio de la Asamblea Legislativa de la Republica de Costa Rica (1991), obra que no llegó a construirse.
INQUIETUDES Hernán Jiménez, en su conjunto de obra, nos habla de una fidelidad en la arquitectura. La fidelidad hacia el hombre y su cultura. De una experimentación continua de la forma y del uso del material. Su vocación es el trabajo humanista, metafísico y libre de caprichos pasajeros o tendencias mediáticas. El legado de su formación en la UNAM evidencia el desarrollo de una arquitectura extrem- adamente racional que con el pasar del tiempo ha insistido en comprender e integrar las exigencias del clima latinoamericano. Su obra es un llamado al aprovechamiento y aprendi- zaje de las soluciones vernáculas. “Las conceptos son universales, no las soluciones” esta frase encapsula el concepto de arraigo e identidad que busca la arquitectura de Hernán Jiménez. La trascendencia de sus conceptos es lo que motiva la constante búsqueda del arquitecto. El tema predilecto en las obras de Jiménez suele ser la integración del entorno al proyecto arquitectónico. Siempre existe una búsqueda por parte de Jiménez, en traer el exterior al interior y viceversa; de fundir los limites y formar un continuum del espacio ya sea en el medio urbano o rural.
OBRAS
CFIA En la Carretera Interamericana que atraviesa Curridabat, se levanta imponentemente la Nueva Sede de la CFIA. Su edificio es una prueba latente de una arquitectura rica en formas y de osadas geometrías, que a su vez con un simple gesto comunica un pujante mensaje. Es su forma, materialidad, escala e impacto que afirma una arquitectura de gran monumen- talidad. El fuerte carácter y lenguaje del edificio es atenuado al formar una relación formal directa con el edificio de apartamentos que se encuentra a su costado, un edificio de vivienda vertical y mayor altura que el CFIA. El conjunto que forman estos dos edificios, no obstante, si representa una ruptura ante el lenguaje urbano monotono y pre existente en el sitio, resaltando así su ya imponente presencia.
Dos formas piramidales invertidas sustentadas por gruesos muros se desprenden del suelo generando una libertad espacial en la primera planta. El programa arquitectónico del edificio tiene como foco organizador al espacio central que se proyecta con una altura de tres niveles, conformando de esta forma el ambiente interno de algunas oficinas administra- tivas. .En este nivel, el proyecto, se integra con una plaza que inevitablemente atrae el espa- cio urbano a su interior.
El gesto frontal del edificio comunica una abertura hacia la comunidad, alusión a la ruptura elitista de los gremios. Su fachada, con una ortogonalidad dominante, esconde las disloca- ciones importantes que se llevan a cabo en su interior. Las dislocaciones en planta delimitan espacios amplios y a su vez contienen masivamente los núcleos de circulación vertical haci- endo el recorrido una rica experiencia de contracciones y dilataciones del espacio.
ESTACION DE BOMBEROS En Tres Ríos, San José, dentro de este suburbio que lo fracciona la carretera hacia Cartago, se encuentra el terreno donde se construyó la Estación de Bomberos. Las estaciones de bomberos que se encuentran en la periferia usualmente son edificios de poca actividad diaria, donde habitan permanentemente dos o tres personas. Cada cierto tiempo, los bomb- eros realizan actividades al aire libre que captan la atención de los niños. Por este motivo, el edificio se construyó en un extremo del terreno en dos plantas para dejar libre una plaza que pudiese funcionar de escenario o espacio recreativo para los vecinos de la comunidad. La plaza misma se integra al interior del edificio y ella nos comparte el interior del edificio desde su exterior. Aquí los limites entre el contexto y proyecto se desdibujan una vez mas, creando una arquitectura consiente de su entorno. Se planteo el edificio con una gran apertura espacial, nuevamente exaltando la estrecha relación que existe entre el cuerpo de bomberos y sus ciudadanos. Las diferentes activi- dades propias de la estación dictaron las perforaciones en los entrepisos, los muros, y las dobles alturas. Compositivamente, el proyecto se construye a partir de un eje longitudinal que marca la circulación principal, siendo esta acentuada por la estructura de cubiertas y la luz que esta deja fluir.
ASAMBLEA LEGISLATIVA Desde el año 1960 se viene discutiendo la necesidad de construir la nueva sede de La Asamblea Legislativa en vista del crecimiento del personal y de las distintas facciones políti- cas. En el año 1990, nuevamente se retoma el proyecto en la Asamblea Legislativa y se designa un comité que organice el concurso a escala nacional. El contexto del sitio se considera como el centro cívico del país. El terreno disponible para la construcción en forma de “L” se ubica al sur del Parque Nacional en conjunto con la Bibli- oteca Nacional y el CENAC. Además, se ubica en la cuadra al Norte de la Plaza de la Democ- racia y El Museo Nacional (MNCR). El edificio se conceptualizo en dos grandes volúmenes de distintas alturas, divididos por las circulaciones horizontales. La idea de separar los volúmenes pretendía mitigar la posible competencia de masas entre las actuales instalaciones de la Asamblea y el nuevo proyecto. La masa del lado Este, integrada al auditorio, va disminuyendo en altura hasta tomar una adecuada escala con respecto los edificios del Sión del lado Norte. Esto se planteó medi- ante una línea ondulante que suavizara la transición entre cerramientos y cielo. El edificio de 5 pisos pretendía la no inclusión de sistemas de ventilación, tomando en cuenta el tratamiento de la fachada en términos de controles de climatización pasivos, como para- soles y cerramientos diseñados. Esto era posible debido a lo angosto del volumen mas alto, dictado por las condiciones del lote. El único volumen que requeriría ventilación mecánica seria el auditorio por su concentración masiva de gente y el control de la luz propia del espacio.
La propuesta contemplaba cerrar la calle 17 del transito vehicular con la intención de integrar la manzana del Sión. Se formarían tres plazas en las esquina del lote. Se formaría un eje visual de valor urbano hacia el museo Nacional El proyecto le daría un mismo tratamiento a las aceras, plazas y calzadas para darle unidad al conjunto. Se propuso demoler el muro que aísla la capilla. A través de este proyecto se marca de manera mas clara la lógica que dicta el diseño arqui- tectónico de Hernán Jiménez, sin dejar nunca de la lado la exploración formal y el tratami- ento único de sus fachadas. La dimensión de este proyecto nos deja ver una madurez en el Arquitecto, el cual desplegó una gran conciencia por la integración del contexto y mostraba ya un dominio de sus materiales predilectos: el concreto expuesto, el ladrillo y la madera en su interior. Desafortunadamente, esta obra maestra, con el potencial de convertirse en su mejor proyecto, no fue construido. Sin duda, alguna de haberse construido la ciudad y gozaría de espacios verdaderamente para el hombre y su cultura en un lugar privilegiado y articulado adecuadamente.
FACHADA ESTE
CENAC En 1994 el grupo Calicanto, formado por Hernán Jiménez, Marco Valverde Y Nicolás Sánchez ganó el II Bienal de Arquitectura al diseñar el proyecto de intervención para transformar la antigua fabrica Nacional de Licores en el CENAC. Proyecto clave para Hernán Jiménez en el cual demostró su sensibilidad y apego por el sitio: “La cimentación carga con toda la efectividad y emotividad de mi parte, pues fue ahí donde nací y pasé mi primera infancia. Como el administrador de la FANAL era tío de mi mamá, nos dejó vivir adentro por un tiempo. Aunque recuerdo poco, sé que esto definió el acercamiento y apropi- ación del lugar. Fue descubrir lo que había detrás de esas murallas que examinaba en mi recorrido habitual hacia la Buenaventura Corrales, y evocar el olor a guaro fermentado que salía de esa ciudad medieval”.
Conservar los muros perimetrales originales constituye parte fundamental de la conceptu- alización del proyecto; un conjunto microurbano dedicado a la cultura y el arte. Interven- ciones precisas y edificios discretamente modificados son el resultado de una arquitectura consecuente con la historia y de un valor espacial armónico, sin competitividad formal. Los generosos espacios abiertos son la prueba de la vinculación con el origen y la historia de la FANAL. Se mantuvo la esencia del espacio creando una obra minuciosa y consecuente en un tejido urbano ya consolidado. Por su condición de fortaleza amurallada, Jiménez busca recurrentemente la conexión entre el interior y el exterior del conjunto por lo cual se genera una continuidad visual de la vegetación; integrándose a los parques circundantes de la zona. Los edificios creados por el grupo Calicanto son una muestra de la exploración material impulsada por Jimenez. Tejidos de ladrillos de diversa composición interpuestos por estruc- turas de concreto expuesto son la norma en esta obra. Se lleva a cabo un trabajo casi arte- sanal del material exponiendo sus capacidades y alcanzes
CASA SANTA CRUZ (TURRIALBA) Acarreando su obra a un ambiente distinto, Hernán Jiménez, construyo una residencia en las montañas de Santa Cruz de Turrialba, lugar de su actual hogar. El proyecto nace a partir de su relación con el entorno, donde la naturaleza se vuelve anfitriona, vecina e invitada. Esta visión conduce a la aplicación de estrategias de diseño bioclimático para adaptarse a su contexto y ser consecuente con las condiciones extremadamente particulares del sitio, esto sin dejar de lado el característico cuidado formal y la esmerada técnica de su obra. La vivienda muestra orgullosamente sus grandes aleros que abrazan la fachada y representan el cobijo ante el sol excesivo del oeste y la insistencia de la lluvia por penetrar el espacio habitable. El paisaje se introduce al interior por medio de un jardín central, recordando al usuario que todo gira en torno a la naturaleza. Las fachadas y cada ángulo de la vivienda responde a una solicitud del paisaje circundante. Jiménez, una vez mas, recurre a su uso de material característico, todos naturales, de fácil mantenimiento y en su mayoría nacionales. Con esta vision justifica que...“El ladrillo es nues- tro barro, la madera proviene de nuestros árboles y el cemento nos lo cede las piedras de nuestros ríos… así evitamos importar y gastar en divisas. La verdadera sostenibilidad se adapta al ambiente y reduce costos”. Nuevamente, se encuentran variadas configuraciones del ladrillo enmarcadas por vigas de concreto de una plasticidad muy particular, donde se aprecia su descomposición formal a distintos niveles de la estructura. Con esta vivienda, se ejemplifica la obra de Hernan Jimenez; un arquitectura carente de caprichos temporales, tendencias mediáticas y enfocada en la correcta integración de su contexto.
BIBLIOGRAFIA Altezor, Carlos. "BIBLIOGRAFIA CONTEMPORANEA CENTROAMERICANA." Anuario De Estu- dios Centroamericanos No. 1 (2012): 403-06. Web
"Hernán Jiménez: Natura Al Descampado." Revista Su Casa. Web. 31 Mar. 2015.
"Costa Rica En El Siglo XX." Google Books. . Web. 31 Mar. 2015.
"Un Mundo En Una Manzana - Esta Edición - Áncora." Un Mundo En Una Manzana - Esta Edición - Áncora. N.p., n.d. Web. 31 Mar. 2015.
Hermida, Alvaro. Proa Internacional 97; Costa Rica.