Espacio(s) Públicos(s), recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba.

Page 1

ESPACIO(S) PÚBLICO(S) recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

Andrés Loza Armand Ugon Mauricio Anaya Zubieta

Cochabamba, 2019

Asdi



ESPACIO(S) PÚBLICO(S) recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

Andrés Loza Armand Ugon Mauricio Anaya Zubieta

Cochabamba, 2019

Asdi


Loza A. & Anaya, M. (2019) Espacio(s) Público(s), recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba. UMSS-ASDI. Cochabamba, Bolivia.

Autores A. Loza Armand Ugon M. Anaya Zubieta Equipo de estudiantes investigadores del proyecto Digno Alvarez Salazar

Marcelo Arnez Orellana

Juan Carlos Bernabé Bascopé

Eva Cerón Cortez

Andrea Pérez Tarqui

Carlos Torrico Navarro Auxiliar SIG Erick Heredia Tudela

Agradecimientos A Graciela Landaeta por su apoyo a la implementación y desarrollo del proyecto de investigación. A Humberto Solares y Huáscar Bolívar por su lectura comprometida y sus valiosos aportes.

Universidad Mayor de San Simón Arq. Joaquín Balderrama Birhuet - Decano Facultad de Arquitectura y Ciencias del Hábitat Arq. Marina Sturich Tamaín- Directora Instituto de Investigaciones de Arquitectura y Ciencias del Hábitat D.L. Nº 2-1-1702-19 ISBN: 978-99974-0-780-1 Salvo mención expresa todas las fotografías pertenecen al equipo de investigación PROHIBIDA SU VENTA

Esta publicación se realiza gracias al apoyo del Programa Horizontal de Fomento a la Investigación, en el marco del convenio entre la Agencia Sueca de Cooperación para el Desarrollo Internacional (ASDI) y la Universidad Mayor de San Simón.


Contenidos Prólogo 1 Introducción 7 01 Lo público en la realización de lo urbano 01/01 lo público en cuestión 01/02 Espacio público y producción urbana 01/03 El espacio público en entredicho

13 13 19 23

SECCIÓN A Condiciones de producción del espacio público en Cochabamba 02 Producción urbana y espacio público 02/01 La razón colonial 02/02 Oligarquía e higienismo 02/03 Aires de modernidad 02/04 (R/N)acionalismo 02/05 Desregulación y expansión urbana

31 31 39 50 62 73

03 Morfología urbana 03/01 Cochabamba y su Macroforma 03/02 Espacios naturales y semi-naturales

85 87 88


03/03 Componentes de la Macroforma y modos de composición del tejido 03/04 Casos de análisis

93 97

SECCIÓN B El espacio público en cuestión 04 Condiciones morfológicas y urbanas 04/01 Morfología del espacio público 04/02 Dinámicas en el entorno

103 103 125

05 Espacios practicados y representados 05/01 La plaza del Granado 05/02 El Prado y plaza Colón 05/03 La plaza 14 de Noviembre 05/04 Parque Fidel Anze 05/05 Avenida y parque Suecia 05/06 Síntesis

135 137 149 167 179 195 211

SECCIÓN C Problemas actuales y campos posibles 06 Lo público en recomposición

231

07 El espacio público como proyecto

239

Bibliografía

245


Prólogo

El libro que tiene entre sus manos el lector, no es uno más que se debiera sumar a la abultada bibliografía de diagnósticos sobre la tragedia de vivir y soportar la ciudad moderna, con sus cargas de necesidades insatisfechas, no solo en lo que hace a los servicios básicos, el caos vehicular y los padecimientos de la contaminación, sino a las angustias laborales, la inseguridad social y los sentimientos de miedo por una criminalidad siempre creciente. Espacio(s) públicos(s): recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba, obra de los arquitectos Andrés Loza y Mauricio Anaya, se sumerge en un tema, muy discutido pero poco analizado, por los planificadores que se limitan a reducir su sorprendente y rica complejidad tras la etiqueta de “áreas verdes” o “pulmones de la ciudad” y el discurso gastado de la “defensa de las áreas verdes”. Pensar en el espacio público en medio del torbellino del mundo global y las ciudades globales, es ciertamente desafiar el discurso que reduce las realidades urbanas al espacio de los flujos y las redes, donde todo lo sólido, como dijo algún filósofo, se desvanece en el aire. Pareciera que las nuevas tecnologías de la información han reducido la necesidad del contacto físico para la comunicación de unos y otros, han convertido la charla cara a cara en algo innecesario, algo efímero y, según mis nietos, “poco cool”. Ese pequeño y fantástico objeto – el celular-, es el responsable de un proceso de cambio en las relaciones sociales interpersonales que parece incontenible. Los viejos círculos de amistades que se organizaban en torno a la vecindad y el espíritu de barrio con su “chihi” donde se tejían lazos de amistad de niños y adolescentes que perduraban por toda la vida, parecen haberse extinguido. La niñez y la juventud no requiere del contacto físico para interconectarse, les vasta adscribirse a esa suerte de tribus inmateriales que se desplazan por las redes sociales potenciando a las transnacionales de la información (Facebook, WhatsApp, Instagram, Twitter y otras). Día y noche, sin pausa ni reposo, millones de mensajes materializan la nueva realidad del ciberespacio. A través de ellos se resuelven infinitos problemas de complejidad diversa: se abren y cierran negocios, se establecen y se terminan amistades, se definen citas, se componen y descomponen romances, se arman y se desarman ilusiones, se intercambian imágenes y memes que llenan el vacío de la ausencia, y por si fuera poco, se multiplican los adictos a los juegos en red y los fanáticos por el uso de audífonos para escuchar música proveniente de Spotify y otros servidores, ampliándose la masa crítica de individuos que no requieren de nadie, sino de la tecnología, para pasarla bien… Pareciera que el Internet y sus redes de información hacen que los problemas terrenales, incluyendo los graves problemas urbanos, se conviertan en un tema realmente intrascendente. El espacio de los flujos de información, como sugiere Manuel Castells, ha reemplazando al espacio de los lugares, incluido el espacio público. Por todo ello, este ensayo, posee un valor inicial, recupera la validez de la discusión de lo público desde la dimensión de los lugares. Reencamina la idea fuerza del espacio público como componente fundamental de la calidad de la ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

1


vida urbana, no solo por su función ambiental de oxigenar el contaminado aire de la urbe, sino por propiciar, en una dimensión real y no virtual, la experiencia humana de la interacción de unos y otros desconocidos que tienen la capacidad de ser tolerantes entre sí, de exponer los valores propios y aceptar los valores ajenos, de reafirmar sus identidades sin menospreciar las identidades de los demás. Un segundo aspecto ponderable, es la postura teórico-conceptual que adoptan los autores para abordar la temática que se proponen estudiar. Fijan con claridad su alejamiento de los viejos vicios formativos, tan comunes en los arquitectos, de confundir el objeto con el sujeto, es decir, de tratar una problemática urbana desde la dimensión de su realidad material, sea esta geométrica o funcional, para intentar comprender esa problemática desde la limitada visión de los aciertos o desaciertos de forma y diseño de este u otro problema de la ciudad. Un buen punto de partida para hablar del espacio público es considerar que este, como el resto del espacio urbano, son fruto de un proceso histórico de construcción social, es decir, como sugieren los autores, de una suerte de “dialéctica entre formas espaciales y sociales”(p. 21). Desde esta perspectiva, ciertamente el espacio público no es un campo de neutralidad y de beatífico convivir, sino, por el contrario, un escenario donde en forma explicita o implícita se despliegan actores que buscan en este escenario la reafirmación y la validación de sus concepciones de la realidad, ya sea en el ámbito ideológico, político, cultural, de género, o de pertenencia social. No todos están imbuidos por los valores universales de la tolerancia y la alteridad, sino, como diría Pierre Bourdieu, buscan proyectar en la esfera de lo público, su habitus, es decir, gestos, posturas, juegos, que corresponden a un cierto condicionamiento social, a través de los cuales se tratan de expresar valores que incrementan el capital social y cultural, además de los barnices de prestigio de unos, en desmedro de otros. Una vez más, como señalan los autores, los espacios públicos suelen ser escenarios donde cobran nitidez las contradicciones sociales y los conflictos entre Estado y sociedad, por tanto, “resulta necesario destruir la ficción según la cual el espacio público es neutro” (p. 16). Como espacio social construido, tanto material como simbólicamente, el espacio público, además de no ser una entidad aséptica, un objeto solo portador de valores formales y funcionales, en esencia, es un sujeto cargado de historia y de roles cambiantes donde se escenifican y se escenificaron los delicados juegos de las disputas de poder, por ello, los usos de este espacio están atravesados por comportamientos simbólicos que ejercen los actores para convertir el mismo, en portador de sus propios valores, una veces cargados de amplitud democrática y otros dominados por obsesiones repletas de exclusión, segregación y represión. Metodológicamente, los autores aplican, en el desarrollo de la investigación realizada, tres momentos y estrategias: Un primer momento que dirige su mirada a definir los roles del espacio público como un componente del proceso histórico de construcción de la ciudad en términos de la macroforma urbana y su evolución, es decir, de las formas de apropiación espacial que tuvieron lugar en distintos momentos históricos. Los consiguientes ejes de análisis hacen mención a: las estructuras espaciales y los condicionantes económico-sociales; los soportes y formas territoriales y las representaciones territoriales. Un segundo momento se dirige a la identificación y selección de los casos de estudio, velando por que tal procedimiento garantice la diversidad de situaciones y contextos respecto a la producción de los espacios públicos; aquí se aplican criterios de periodo histórico, localización, características morfológicas, escala territorial, tipo y diversidad de actividades y presencia de componentes naturales. Finalmente, un tercer momento corresponde al análisis específico de los espacios públicos elegidos a partir de tres variables: el estudio de las condiciones morfológicas del tejido urbano que rodea al espacio público, las prácticas cotidianas que tienen lugar en este espacio y las representaciones sociales que se vinculan con cada uno de los espacios públicos analizados. Bajo el manto de este entramado metodológico, el libro se organiza en seis capítulos, cuyo contenido es descrito en la introducción de este libro por los propios autores, razón por la cual nos eximimos de entrar en mayores detalles, sin embargo, ello no impide la posibilidad de expresar algunos comentarios a este respecto:

2

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


La disputa entre espacio público y privado se remonta a los orígenes mismos de los asentamientos humanos, pero donde cobra mayor nitidez es en el proceso de configuración de la urbe industrial transformando-destruyendo sin piedad las viejas ciudades medievales. Las exigencias perentorias de la revolución industrial para adecuarrefuncionalizar las mismas, abriendo camino a los grandes complejos industriales, ferroviarios y portuarios que hicieran viable la mundialización del sistema capitalista moderno, no solo estuvo precedida por el empuje creciente de las nuevas fuerzas productivas y la liberación del capital y el trabajo respecto a las tradiciones gremiales, así como el derrocamiento del ancien regime, a veces en forma violenta y haciendo rodar testas coronadas, para dar impulso a las ideas liberales pregonadas por Adam Smith, David Ricardo y otros, para plasmarlas en un orden legal, cuyo fundamento central es la propiedad privada de los medios de producción, incluyendo la propiedad de la tierra, se entiende, rural y urbana. Convertir los conglomerados medievales en urbes funcionales a la economía capitalista, no solo fue una tarea titánica, sino que para arrojar frutos equivalentes a los enormes costos sociales y monetarios empleados, tuvo que dar cabida a la “razón planificadora” y por tanto al urbanismo como una herramienta técnica que cubriera con un manto de cientificidad los excesos de destruir-reconstruir las ciudades del viejo mundo, incluyendo la permisividad para considerar las grandes miserias de la ciudad industrial como un precio necesario que había que pagar para imponer el progreso y la modernidad. El saldo, es la mercantilización de la tierra urbana y el inicio de la larga lucha entre lo público y privado en que se debaten los planes de desarrollo urbano, donde como se describe en el libro que comentamos, el espacio público es una especie de presa que se debe arrancar de las fauces del voraz mercado inmobiliario resultante. Compartimos la idea de los autores, al sugerir, en el caso de Cochabamba, que las “áreas verdes”, excepto las que se configuraron en tiempos coloniales o en las primeras décadas republicanas, tienen un historia en común: largos litigios que enfrenta el Municipio contra testarudos dueños de tierras que no aceptan que se les mermen sus jugosas utilidades. El resultado en algunos pocos casos, es la configuración de los escasos parques y plazas de la ciudad, pero en mayor medida, se traduce en el éxito de las maniobras evasivas de los fraccionadores de tierras que se las arreglan para convertir en sitios municipales residuos de escasa utilidad. Los autores, para profundizar en estas reflexiones proponen dos niveles de análisis: uno desde una perspectiva diacrónica, es decir, desde la mirada larga que proporciona el examen del proceso histórico del tejido urbano que contiene el espacio público; y otro, a través, de un procedimiento sincrónico que permite examinar en términos empíricos, la situación actual de cinco espacios púbicos ubicados en diferentes zonas de la ciudad. Desde la perspectiva histórica se analiza, lo que los autores denominan, “la macroforma de la aglomeración urbana” como la escala espacial más amplia, las unidades morfológicas como una escala meso y los espacios públicos como una escala micro que confluye en la selección de los casos de análisis específico. Al respecto podemos anotar, volviendo a la idea inicial de considerar el espacio urbano como la materialización de un proceso de construcción social, que las cambiantes lógicas de ordenar lo urbano y los productos morfológicos resultantes no tienen un devenir caprichoso y su forma de insertarse en el entorno natural esta mediado por fuerzas, tanto exógenas como internas, en una suerte de dinámica dialéctica donde los apremios de un determinado modelo de acumulación de riqueza y las fuerzas contradictorias que lo impulsan, se proyectan sobre el territorio en forma pragmática, es decir, imponiendo una razón funcionalista para organizar la ocupación del territorio y una disposición de igual signo, para ordenar los artefactos urbanos y su ámbitos simbólicos. Por ello, la estructura espacial resultante, tanto a nivel territorial como urbano expresará la hegemonía de los poderes dominantes, así como la resistencia de los estratos dominados, en cada periodo histórico concreto. En el caso de Cochabamba, el nudo de la cuestión que puede arrojar luz, sobre las maneras de ocupación del territorio y la disposición de los asentamientos humanos, desde tiempos coloniales hasta mediados del siglo ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

3


XX, es la relación estructural entre sociedad rural y urbana, o si se quiere, la relación entre campo y ciudad. Sin abundar sobre un material que los autores examinan con detalle y despliegue de recursos gráficos (ver capítulo 3), sugeriremos simplemente, que la macroforma urbana y las escalas menores que contiene, obedecen a distintos momentos del devenir de la relación anotada líneas arriba. Bajo el poderoso impulso que supuso la emergencia de la minería de la plata potosina, los valles de Cochabamba se convirtieron el “granero del Alto Perú” y se vieron raudamente articulados a una economía y a un modelo de acumulación de riqueza que alcanzó dimensiones intercontinentales. El resultado fue la apropiación privada de las antiguas tierras de comunidad, la mercantilización de la agricultura, la sustitución del trueque por el circulante monetario, la imposición de un mercado de bienes de consumo y la emergencia de la Villa de Oropeza como un centro militar y administrativo que proveía orden y seguridad a los flujos de exportación de cereales con destino a la urbe minera. En términos morfológicos, la consolidación de un modelo de ciudad compacta, plurifuncional y fuertemente estratificada por rígidas normas sociales de corte racial y religioso. Este modelo perdurará más allá de la decadencia de la minería de la plata, en virtud de que el régimen republicano mantiene casi intocado el viejo orden colonial. En efecto, la ciudad republicana mantiene intactas las normas que vigilan la separación de los cuerpos de las élites y de la plebe. Por ello, lo único que cambia en la ciudad es el nombre, pero no lo esencial de la estructura urbana heredada de la colonia. Por ello, la estructura urbana experimenta pocos cambios a lo largo del Siglo XIX. El único cambio, diríamos tragicómico, es que la decadencia de las viejas haciendas abre paso a nuevas alternativas de monetización de las clases poseedora: en el agro se impone el régimen de arriendo de tierras que abrirá paso al minifundio, y en la ciudad, las casonas del centro histórico son objeto de generación de rentas por alquileres y se tugurizan, incluso se pueblan de artesanos y de no pocas chicherías. A todo esto, la modernidad es más un slogan que una realidad palpable. Las transformaciones urbanas que tienen lugar en las primeras décadas del siglo XX, más allá de episodios modestos como la dotación de energía eléctrica, tranvías y la irrupción de arquitectura europeizante, entre otros; tienen que con las primeras presiones demográficas que experimenta la ciudad como resultado de las migraciones campo ciudad después de la guerra del Chaco, las primeras crisis habitacionales y la paulatina transformación de la campiña circundante, de sitio de recreo en lugar de residencia urbana. La decadencia de la economía hacendal en la década de los años 1930 a 1950, exacerba la especulación inmobiliaria y estimula la emergencia de los primeros fraccionamientos. Este es el clima propicio que permite la emergencia del Plano Regulador. Finalmente el hundimiento del régimen de haciendas de colonato con la Reforma Agraria de 1953,dará paso a un nuevo modelo espacial. La vieja ciudad compacta se convierte en centro comercial y bancario, las nuevas élites emergentes y los restos de las antiguas se adhieren a la ideología de la “ciudad-jardín”, se abalanzan sobre la campiña Norte y en pocos años la convierten en barrios residenciales. Entre tanto, torrentes de campesinos minifundistas pobres, trabajadores de las minas que han cumplido su ciclo laboral y diferentes emigrantes del interior del país, se acomodan en las partes áridas del sur urbano y consolidan los llamados “barrios populares”. El resultado es la extinción del modelo de ciudad republicana compacta y su sustitución por la ciudad dispersa, de baja densidad, con funciones rígidamente zonificadas, que se expande cual mancha de aceite sobre las tierras de labor que en tiempos pasados le habían dado al valle la fama de granero. Este modelo todavía perdura en la actualidad y está lejos de dar señales de agotamiento, aunque los costos ambientales, las insufribles disfuncionalidades, la rampante especulación inmobiliaria, etc., definirían la urgencia de pensar en nuevas opciones. Sin embargo, la conurbación resultante es la realidad palpable de un modelo contradictorio de modernidad y desarrollo capitalista, que en tanto mantenga intocable su base de sustentación, no hará viable ninguna transformación espacial.

4

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


No obstante, ello no significa asumir una actitud paralizante. Siempre existirán alternativas y situaciones que permitan intervenciones sobre la ciudad, que no necesariamente se sitúen en la lógica del mercado especulativo de la tierra urbana. Sin embargo, para ello, lo demuestran los autores de Espacio(s) Público(s), es necesario revalorizar la importancia de la investigación urbana, de fortalecer su base científica y de avanzar en la búsqueda de propuestas creativas que antepongan el objetivo de humanizar la ciudad, frente a la corriente dominante que ha convertido el ejercicio de la planificación en una suerte de herramienta al servicio del mercado especulativo de tierra urbana. Dentro de esta línea de acción, se realiza el estudio detallado y sistemático de cinco espacios públicos que se caracterizan por ofrecer distintas situaciones de disposición espacial, uso social, significados simbólicos, despliegue, más o menos intenso, de atributos de heterogeneidad, tolerancia entre unos y otros diferentes y calidad identitaria que genera la experiencia de apropiación social de los espacios públicos por ciudadanos diversos. Para cada estudio de caso, que involucra a la Plaza del Granado situada en el centro histórico de la ciudad, la Plaza Colón y el Prado, un espacio emblemático de la ciudad, la Plaza 14 de Noviembre situada en el Sur, el Parque Fidel Anze, en una zona residencial del Norte y el Parque Suecia en una zona populosa de la ciudad próxima a la Cancha y la Laguna Alalay; se aplican un abanico de variables que se refieren: a la morfología del espacio público y la dinámica del entorno con sus respectivas subvariables analíticas, por una parte; y por otra, los “espacios practicados y representados” que se vinculan con el antecedente de conformación histórica de cada unidad de análisis, los usos y prácticas que se desarrollan en éste, la identificación de los valores identificados y socialmente avalados e incluso las percepciones positiva o negativas de los actores de la dinámica social que se desarrolla en cada uno de los espacios públicos mencionados. Todo ello acompañado por un conjunto de gráficos demostrativos, que expresan los resultados obtenidos en el trabajo de campo desarrollado por los investigadores (alumnos de la Facultad de Arquitectura de San Simón). Se trata indudablemente del despliegue de un valioso proceso de investigación, cuya originalidad es su principal mérito. La reflexión final que desarrollan los autores responde en forma coherente a la base conceptual de la investigación y a la forma como los resultados obtenidos al analizar los espacios públicos seleccionados se combinan con la primera. De esta manera, se van abordando cuestiones sensibles como las tendencias a la fragmentación urbana y a la segmentación social. A este respecto se señala: “La experiencia de la ciudad se limita a la práctica efímera de unas serie de lugares escasamente articulados” (p. 235). En efecto, no solo queda en evidencia el carácter disperso y no estructurado de los espacios públicos urbanos en general, sino, la escasa intensidad de uso que reciben y las formas sutiles de segregación social que se practican en dichos espacios. Más adelante, se profundiza en la ideología de la inseguridad urbana para explicar el discurso que justifica el “miedo al otro” y la estigmatización de “los pobres” como delincuentes en potencia. Los estratos de ingresos altos no se sienten identificados con los espacios públicos por que la mescolanza social que estos suelen exhibir son un preaviso a los hechos delincuenciales. Por tanto, la opción es concurrir a espacios públicos privados (malls, plazas de comidas, parques públicos con ingreso pagado, cines y otros afines) o inclusive, desde el recinto de una urbanización cerrada, organizar fiestas y diversiones para círculos sociales muy restringidos, o por último, convertir la pantalla del celular de gama alta o la tablet en una buena opción de diversión y juego, para lo que no se requiere el concurso de ningún espacio público y menos la presencia de terceros indeseables. Sin embargo, el espacio público es un elemento necesario en la trama compleja que teje el mercado inmobiliario para ofertar bienes inmuebles, que entre otras bondades, posean una ventaja competitiva inmejorable: su proximidad a un parque público. Por ello, no resulta casual, que más de un espacio público este sitiado por condominios, bloques de departamentos y viviendas de alto confort. De esta forma, la inversión municipal realizada en dicho parque o plaza se convierta en una plusvalía que beneficia a propietarios individuales que no apartaron nada para tal efecto. Al respecto se anota: “En esta dinámica el espacio público y sus particularidades (abundante vegetación, alto mantenimiento, etc.) son vendidos como parte de un producto inmobiliario al alcance de pocos” (p. 237). Esta tendencia, hacen notar los autores, está acompañada por una transformación de las relaciones entre público y ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

5


privado en forma de una demarcación tajante entre ambos y un predominio de lo privado sobre lo público a la hora de pensar en el desarrollo urbano. Otro aspecto relevante que no se puede pasar por alto, es que la planificación de espacios públicos es algo realmente inexistente. Se señala que las escalas de los recintos públicos municipales solo privilegian miradas de escala macro y no prestan interés a la potenciación del sentido de barrio mediante espacios públicos a nivel local. Se afirma que dichos espacios han quedado a cargo de los fraccionadores de tierras que viéndose obligados a efectuar cesiones con esta finalidad, terminan ofertando residuos dispersos, que muchas veces concluyen convertidos en lotes como fruto de manipulaciones oscuras y teñidas de corrupción. Por otro lado, el cuidado de los espacios públicos no es homogéneo ni equitativo. La zona Norte de la ciudad suele ser mejor atendida en este orden que la zona Sur, cuyos habitantes con frecuencia deben apelar a medidas de presión para forzar un mejor mantenimiento de sus parques y plazas. Todo esto sin desmedro de que una buena proporción de parque infantiles y recintos deportivos estén vedados y protegidos por rejas, cadenas y candados, convirtiéndose en una suerte de “no lugares” a los que se debe acceder previo permiso y erogación monetaria. Una forma poco disimulada de convertir el “área verde” en una mercancía objeto de oferta y demanda, en lugar de considerarla un bien público ejecutado con los impuestos de los ciudadanos. Finalmente, los autores, en el apartado final del libro anotan: “Evidentemente pensar en el espacio público demanda trascender los límites del urbanismo funcionalista, el mercantilismo, el consumismo generalizado. Demanda ser cautos frente a un urbanismo ‘posmoderno’ que actúa puntual y desarticuladamente” (p. 244). Sin duda, el origen del problema presentado tiene sus raíces en las visiones funcionalistas de quienes pensaron el desarrollo urbano en los términos de un modelo deseable, que cual camisa de fuerza, había que imponer a la ciudad irracional. El Plano Regulador, dominado por presiones especulativas, apenas pudo esbozar la alternativa del Parque Tunari, pero las debilidades institucionales en poco tiempo convirtieron este proyecto en una suerte de campo de batalla entre los intereses privados y los quijotes planificadores. En fin, la etiqueta de “ciudad-jardín” quedó finalmente arrugada y olvidada. Sin embargo, el problema no se limita a lo anotado líneas arriba, sino a la propia postura del ente municipal respecto a los espacios públicos. La Empresa Municipal de Áreas Verdes y Recreación Alternativa (EMAVRA) se encarga del cuidado físico de dichos espacios y la Comuna, incluyendo su cuerpo técnico, consideran que hasta aquí llegan sus responsabilidades. ¿Y entonces, donde queda el discurso de crear espacios públicos como generadores de identidad, de memoria colectiva, de convivencia y tolerancia de unos y otros? Sin duda la primorosa jardinería, el mantenimiento del mobiliario urbano, la iluminación, el riego, la poda, etc. no generan estas virtudes. Lo que se desprende de la gratificante lectura de Espacio(s) Publico(s), es que éstos no son solo artefactos físicos, sino espacios sociales que deben irradiar contenidos de alteridad, identidades culturales y de género. El despliegue de estas virtudes exige pensar y organizar el uso social de estos espacios de manera atractiva y continua. Y esto pasa no solo por abrir plazas y parques a las actividades culturales, sino por recuperar, a través de ello, un bien común inestimable y aparentemente perdido, el sentido de barrios y vecindarios cohesionados, cuya vitalidad se construye y reconstruye cotidianamente en torno al fortalecimiento continuo que le da su identidad comunitaria, cuya materialidad es la plaza o el parque, que día a día reúne, a unos y otros diferentes, pero unidos por un sentido de pertenencia y tolerancia que emana del sitio donde la comunidad se ve y comparte sus penas y sus alegrías. En suma, recuperar el espacio público como el lugar de encuentro físico de la comunidad, debilitando la tendencia dominante de convertir este encuentro en una experiencia del ciberespacio. M.Sc. Humberto Solares S. Colcapirhua, abril de 2019

6

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


Desde el punto de vista de lo urbano, el espacio público, como concepto y como realidad, ocupa un posición privilegiada respecto a las posibilidades de comprensión de las dinámicas que definen nuestras formas de ver, comprender y practicar la ciudad. Si entendemos que lo urbano se define por su condición de diversidad, que se constituye en el “lugar” de lo heterogéneo, resulta claro el rol estructurante del espacio público, es allí donde lo heterogéneo se manifiesta. Sin embargo, no se trata, o por lo menos no preferencialmente, de una estructura en el sentido funcionalista del término. De hecho, en buena medida, la lógica racional funcionalista ha determinado que el rol del espacio público se vea drásticamente trastocado en función a la asignación de funciones estrictamente “formateadas” y rígidas que determinan la generación de condiciones monofucionales y, por lo tanto, de niveles incrementales de homogeneidad. Estamos hablando de una lógica y de una práctica urbanística precisamente “antiurbana”.

Introducción

Desde una otra perspectiva, el estudio de lo urbano implica considerar la dialéctica entre las formas espaciales y las formas sociales, y por lo tanto sus condicionamientos mutuos y constantes. En este marco, la ciudad, como forma espacial, da cuenta de la acción de la sociedad sobre un contexto determinado a lo largo del tiempo. Se trata de un complejo de relaciones e interacciones multiescalares y multidimensionales que no solo estructuran formas, espacios y objetos sino que también generan una diversidad de prácticas y representaciones sociales. En este sentido, la ciudad, como espacio socialmente construido, se desarrolla y muta constantemente en función a una compleja dinámica en la que lo material y lo inmaterial se entrelazan otorgando al espacio urbano su sentido específico. ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

7


El espacio público se revela en este contexto como componente esencial en el cual se manifiesta con claridad la condición urbana. Es decir, los términos concretos que definen la relación entre las formas espaciales y sociales. Esta condición fundamental del espacio público, que consiste básicamente en constituirse no solamente en la estructura básica de la morfología de la ciudad sino también en el espacio de la interacción social, del conflicto, de la confrontación entre lo que es público y privado, de lo individual frente a lo colectivo y finalmente el espacio en el que, por medio de nuestras prácticas y representaciones, se define nuestra relación con la ciudad ya sea apropiándonos de ella o negándola. En el contexto cochabambino, por múltiples razones, muchas de ellas firmemente ancladas en el pasado de la ciudad, estas relaciones y articulaciones fundamentales han ido debilitándose de manera dramática. Si nos concentramos en la dimensión morfológico-espacial la no consideración del espacio público como un componente fundamental y estructurante del espacio urbano ha dado como resultado espacios residuales, desarticulados y fragmentados. Si por otro lado nos concentramos en aspectos relacionados con la práctica y las dinámicas de apropiación social, observamos un marcado divorcio entre la dimensión privada del habitar y los espacios destinados a actividades colectivas. En este marco la disolución progresiva y casi generalizada que ha sufrido la escala barrial, tanto como espacio básico de socialización o como espacio articulador entre la escala de proximidad y la ciudad, es tal vez uno de los aspectos más evidentes y dramáticos de esta desarticulación. Si bien no podemos pasar por alto el conjunto de transformaciones sociales que han trastocado las formas de relacionamiento e intercambio social, es innegable que el estudio del espacio público es relevante al momento de cuestionar las dinámicas que rigen los procesos de construcción urbana y de urbanidad. La manera en la que el espacio público es estructurado y practicado revela en gran medida la forma en la cual la ciudad, de manera general, funciona y se desarrolla. Es en función a esto que surge la necesidad de cuestionar los roles que juegan en la actualidad nuestros espacios públicos. En este caso, y más allá de la diversidad de situaciones existentes nuestro interés se focaliza específicamente en las transformaciones y los roles que juegan los espacios públicos resultantes, en su origen, de esfuerzos de “planificación” o de un ordenamiento generado por parte de los poderes públicos. Espacios que “nacieron” como parte de procesos a escala de la ciudad, es decir, componentes de un sistema general. En este sentido, el objetivo de la investigación ha apuntado a comprender los roles de dichos espacios públicos en las dinámicas de producción urbana en la ciudad de Cochabamba, considerando las características de estructuración interna, los niveles de articulación a los sistemas urbanos y las lógicas de apropiación espacial. Pistas metodológicas Las características propias al objeto de investigación suponen la puesta en marcha de distintas estrategias metodológicas, sin embargo epistemológicamente se trata

8

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


de ir del análisis de situaciones urbanas concretas y de la praxis social asociada a la puesta en evidencia de las invariantes que la estructuran. Se trata, en todo caso, de ir de lo real-concreto a lo real-abstracto, en el entendido que “…no se puede asir la lógica más profunda del mundo social sino a condición de sumergirse en la particularidad de una realidad empírica, históricamente situada y fechada, pero para construirla como “caso particular de lo posible”…se trata de intentar asir lo invariante, la estructura, en cada una de las variantes observadas” (Bourdieu, 2005). En el caso de las dinámicas urbanas es necesario considerar que se trata de estructuras en constante proceso de reestructuración, es decir, no definitivamente estructuradas (Delgado, 1999). En términos metodológicos, como señalamos, la investigación plantea distintos momentos y estrategias: • El primer momento corresponde tanto al análisis de los roles del espacio público en el proceso histórico de construcción de la ciudad, como al estudio de los procesos generales de constitución de la macroforma urbana. Esto implica indagar en las lógicas de organización y apropiación espacial correspondientes a cada uno de los momentos que han marcado el proceso histórico de Cochabamba. En este sentido, se recurre a dos conceptos fundamentales para la comprensión de la dinámica de transformación territorial, ambos trabajados por Milton Santos (2000): Rugosidades e Inercias dinámicas. Rugosidades entendidas como todo aquello (espacial, físico, social, cultural, etc.) que permanece y da testimonio del pasado; Inercias dinámicas como la capacidad de aquellas rugosidades de condicionar los procesos actuales y futuros. Se trata de “...identificar las formas heredadas, los condicionamientos que estas formas suponen, las significaciones sociales que adquieren, y que definen su permanencia, rearticulación o desaparición, y las acciones que determinan la constitución de nuevos sistemas socio-espaciales, resignificación de lo dado y producción de nuevos objetos y formas territoriales” (Loza, 2012). Desde esta perspectiva, el recurso a la historia no tiene un objetivo referencial, a la manera de contextualización o descripción romántica de lo que fue, sino que busca comprender las lógicas de producción de los espacios públicos cochabambinos. Los ejes de análisis propuestos para tal fin son tres: 1/ las estructuras y condiciones sociales y económicas; 2/ los soportes y formas territoriales; y 3/ las representaciones territoriales, en cuanto al conjunto de discursos e imágenes producidas y compartidas socialmente. • El segundo momento implica la identificación y selección de casos de estudio que den cuenta de la diversidad de situaciones y contextos respecto a la producción de espacios públicos resultantes de un ordenamiento o iniciativas generadas por los poderes públicos. Para este fin, se propone identificar los distintos tipos a partir de considerar los criterios siguientes: 1/período histórico; 2/localización; 3/características morfológicas; 4/ escala territorial; 5/tipo y diversidad de actividades en el espacio público ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

9


y su entorno; 6/ presencia de componentes naturales. En función a esta tipologación se seleccionaron 5 espacios públicos, en los cuales se centra la segunda parte de la investigación. • El análisis específico de los espacios públicos seleccionados supone una triple entrada: a/ El estudio de las condiciones morfológicas del tejido urbano y del espacio público, orientado a comprender las condiciones de implantación de los espacios públicos en los sectores urbanos correspondientes; b/ Las prácticas cotidianas a partir del análisis del conjunto de actividades realizadas en los espacios públicos y su entorno considerando el tipo de actividad, los perfiles de usuarios, la temporalidad, las intensidades de uso, flujos, recorridos, concentraciones, condiciones de movilidad, etc. Se trata de encontrar las lógicas de uso y comportamiento en un espacio, el público, que por definición es instantáneo, construido por interacciones fugaces; y c/ Las representaciones sociales asociadas a los espacios públicos analizados y a la ciudad en su conjunto. En este sentido, lo que se busca es identificar cuáles son los valores asociados al espacio público. Se trata de dar cuenta de aquello que entendemos como “espacio vivido”, es decir, la traducción de la experiencia del espacio a nivel de las ideas e imágenes. Espacio de formación Adicionalmente, el proceso de investigación ha supuesto, desde su concepción y como uno de sus componentes, la constitución de un espacio orientado a la formación de estudiantes de pre grado, específicamente de las carreras de Arquitectura y de Planificación del Territorio y Medio Ambiente de la Universidad Mayor de San Simón. Una rápida evaluación de la situación actual permitirá evidenciar, a quien así lo hiciese, que en la actualidad, y desde ya hace algún tiempo, no se están formando nuevos profesionales capaces de encarar las actividades de investigación, fundamentales para el desarrollo del conocimiento. Por un lado, las posibilidades de titulación a partir de la elaboración de tesis han prácticamente desaparecido, merced a una tendencia pragmática orientada exclusivamente a la “formación” de profesionales capaces de responder a las necesidades del mercado en función a la aplicación mecánica de ciertos métodos genéricos adoptados como óptimos y aplicados a cualquier situación. Por otro lado, no existen espacios propicios para el acercamiento de los estudiantes a las actividades de investigación. Desde esta perspectiva, es evidente la necesidad de generar alternativas que permitan fortalecer los procesos formación en investigación. En lo que nos corresponde, resulta absolutamente necesario estimular en los estudiantes una mirada crítica en relación a los procesos que dan forma a la ciudad por medio de una confrontación directa con la realidad que les permita cuestionar las dinámicas de producción y apropiación espacial. Es así que el proyecto de investigación encarado se propuso articular las actividades de generación de

10

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


conocimiento y de formación en investigación a partir de la práctica directa y el debate teórico-metodológico. En esta perspectiva, y mediando una convocatoria abierta, se ha conformado un equipo de investigación en el cual han participado activamente 6 estudiantes de las carreras de Arquitectura y Planificación del Territorio. En función a esto se ha organizado una suerte de Taller de formación continua cuyos principales ejes de trabajo fueron: a/ Bases teórico conceptuales para el análisis y comprensión de las dinámicas urbanas en torno a la problemática del Espacio público; b/ Diseño metodológico, construcción de instrumentos y herramientas y tratamiento de la información; c/ Práctica de investigación a partir de la participación activa en las actividades programadas como parte del proyecto de investigación. Esto ha implicado la realización de una diversidad de actividades: exposiciones y debates teóricos, talleres de lectura, talleres de construcción metodológica, recolección de información secundaria y primaria, taller de escritura. Finalizado el proceso, podemos decir que se ha tratado de una experiencia enriquecedora cuyos resultados son alentadores y definen la necesidad de crear más oportunidades y espacios para la formación crítica de nuestros estudiantes. Esquema de la exposición En cuanto a la secuencia de exposición, el presente documento se organiza en tres secciones que se corresponden con los grandes momentos de la investigación. Sin embargo, con anterioridad a ellas se antepone un capítulo, el primero, orientado a discutir los aspectos teóricos que hacen al concepto de espacio público. Lo que se propone es la discusión a propósito de aquello que entendemos como espacio público y su relación con los procesos de producción urbana en un contexto en el que se verifican una serie de transformaciones que parecen trastocar aquello que identificamos como público. Se trata de identificar aquello que define “lo público” y su articulación con la condición urbana. De esta manera se focaliza en el conjunto de dinámicas y procesos que tienen que ver con el tratamiento del espacio público en el contexto actual y que están referidos predominantemente a fenómenos como la privatización, la fragmentación y la securización. La primera sección se encuentra compuesta por dos capítulos, el segundo y el tercero, que se focalizan por un lado, en la comprensión del rol del espacio público en los procesos de construcción territorial de Cochabamba y , por el otro, en el análisis de las condiciones que han definido la constitución de la macroforma urbana. Es partir de esta reflexión diacrónica, que articula la problemática de la producción del espacio público con la de la generación morfológica, que al final del capítulo tercero se identifican los espacios públicos que serán tomados como casos de estudios y analizados en los capítulos posteriores. La segunda sección se compone también de dos capítulos y propone el análisis específico de los espacios públicos identificados. El capítulo cuarto busca comprender las condiciones morfológicas y de implantación de los espacios públicos en los sectores urbanos correspondientes. Adicionalmente se realiza un estudio de las dinámicas urbanas correspondientes a cada uno de los sectores ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

11


considerados. El capítulo quinto se focaliza en el análisis detallado de las prácticas y las representaciones sociales asociadas a los espacios públicos en estudio, para finalizar con una síntesis de la problemática que los caracteriza. Por último, la tercera sección plantea, en el capítulo sexto, una serie de conclusiones derivadas de la investigación realizada, en la cual se identifican las tendencias y transformaciones a las cuales se encuentran sometidas los espacios públicos cochabambinos. El séptimo y último capítulo propone una reflexión a propósito de las alternativas y roles posibles del espacio público como eje de construcción de nuevos proyectos urbanos.

12

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


01 Lo público en la realización de lo urbano

Espacio público, he aquí un concepto harto discutido y que, sin embargo, continúa metiéndonos en embrollos teóricos y prácticos. Si bien buena parte del debate ha girado en torno a la condición de lo público, a los factores que se articulan en la construcción de valores públicos y la diferenciación entre lo privado y lo público, lo cierto es que en muchos casos, sobre todo desde la práctica urbanística, no se ha encarado la complejidad que es propia al espacio público y que tiene que ver con la articulación dialéctica entre la sociedad y las dimensiones espacio temporales. En este sentido, es necesario desmontar el discurso simplificador, privilegiado por el “urbanismo1”, que propugna una visión aséptica y estrictamente espacialista del espacio público. La única alternativa es la problematización de “lo urbano” y del urbanismo, cuyo campo de acción está relacionado con el estudio y comprensión de la morfología urbana, es decir, de las condiciones específicas, históricamente determinadas, de articulación entre las formas espaciales y las formas sociales.

01/01 lo público en cuestión En el sentido moderno del concepto Habermas identifica inicialmente la formación de “lo público” a partir de la escisión entre las esferas pública y privada realizada sobre la base de la economía mercantil pre capitalista y relacionada, por tanto, con la disolución del poder absolutista. En esta dinámica, lo público pasa a asociarse al Estado en formación, a la función pública, “Público, en este estricto sentido resulta análogo de estatal” (Habermas, 1981, p. 56). Frente a este poder se posiciona el público o publicum, el oponente abstracto del poder público, “…el destinatario de los mandatos de la superioridad, su adversario” (Ibíd., p.63). Es así que tenemos una primera definición de lo público ligado al Estado y sus instituciones, al ejercicio del poder. 1

Hablamos aquí de la tecnocracia que ha venido a denominarse “urbanismo”. ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

13


Por otro lado, tenemos al ámbito de lo privado, ámbito privilegiado de la sociedad burguesa, dentro el cual se puede diferenciar la esfera privada y la “publicidad”, a partir de la cual se construye aquello que conocemos como “opinión pública”. En este sentido, “La publicidad burguesa puede captarse, ante todo, como la esfera en la que las personas privadas se reúnen en calidad de público” (Ibíd., p.65). La diferenciación no se opera simplemente entre público y privado sino que aparece en escena la “esfera pública”, ámbito de debate entre privados a partir del cual se construye la opinión pública. En este sentido, parece evidente que la idea genérica de espacio público ha estado asociada precisamente a la de esfera pública. Paquot propone diferenciar “el” espacio público de “los” espacios públicos, para él “Espacio público evoca las opiniones privadas que la publicidad se esfuerza en volver públicas, pero también una práctica democrática, una forma de comunicación, de circulación de diversos puntos de vista” (2015, p. 3)2, por su parte los espacios públicos “… designan los lugares accesibles a (a los) público(s), realizados (construidos) por los habitantes, residan ellos o no a proximidad” (Ibíd.). A partir de esto se opera, de alguna manera, la separación entre lo inmaterial del “espacio público” y la materialidad de “los espacios públicos”. Separación, sin duda, analítica. De hecho, lo inmaterial y lo material se encuentran irremediablemente asociados. Es así que, la articulación entre aquello que de aquí en adelante denominaremos “esfera pública”, ámbito polémico de construcción de la opinión pública, y el “espacio público” es determinante para comprender los roles de este último en las dinámicas de producción urbana. Ambas expresiones se encuentra relacionadas en la medida en que ambas conciernen a la comunicación, lo cual en el sentido amplio del término es “Estar en relación con (comunicare), lo que implica un intercambio cualquiera de signos, tal vez un desplazamiento y seguramente un transporte real o imaginario” (Ídem. p. 4). En cuanto al carácter mismo del espacio público, es evidente que el contenido y las formas de la “esfera pública” se modifican en función a las particularidades de la formación social referida. Esta situación nos previene epistemológicamente puesto que no podemos transponer mecánicamente definiciones u observaciones que corresponden a sociedades y momentos disímiles. En esta perspectiva resulta excesivo considerar que el enfoque de Habermas se corresponde con una visión burguesa o que el espacio público es considerado por él, de manera generalizable, como un “espacio de libertad”. Una lectura integral de la esfera pública y el espacio público implica reconocer los distintos mecanismos y la conflictualidad política y social que les es propia. Por otro lado, aun cuando resulta exagerada la idea de un espacio público estrictamente diferenciado en función a las clases sociales antagónicas en un modo de producción determinado, es evidente que el espacio público es uno de los escenarios de la lucha de clases, por lo cual la diversidad y el conflicto es lo que lo caracteriza. Lo cierto es que resulta necesario destruir la ficción según la cual el espacio público es neutro. 2

14

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

Todas las traducciones son nuestras.

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


En función a lo hasta aquí señalado, el espacio público, en términos urbanos, es público en doble partida. Por un lado su estatus hace referencia al poder del Estado, al poder público, y por otro, pasa a constituirse en el ámbito espacial de la “esfera pública”, del debate y la construcción de la opinión pública, en la medida en que la diversidad y la alteridad sean sus condiciones. Lo público diferencial En la medida en que “lo público” se encuentra en buena parte definido por aquello que entendemos por privado, es conveniente detenernos un momento a identificar los factores que determinan su existencia solidaria. De acuerdo con lo visto, lo privado se identifica, en primera instancia, como aquello opuesto al Estado, al poder público. Sin embargo, el ámbito privado admite o comprende la realización de la esfera pública. En este sentido, observamos que si bien en términos jurídicos es posible diferenciar lo público de lo privado, en términos relacionales ambos procesos se interpenetran. Sus límites no son fácilmente discernibles o, por lo menos, no siempre lo fueron. Paquot propone un recorrido a propósito de la relación variable entre privado y público, recorrido que presentamos brevemente con el objetivo de demostrar que dicha relación es históricamente determinada y que lo que hoy reconocemos como público y como privado podría no serlo en el futuro. Tres son los momentos considerados: Grecia y Roma. Habermas señala que “...en la ciudad estado griega plenamente formada, la esfera de la polis, común al ciudadano libre (koyné), está estrictamente separada de la esfera del oikos, en la que cada uno ha de apropiarse aisladamente de lo suyo” (Óp. Cit., p. 43). Paquot, por su lado, plantea que más allá de esta separación referida a la “representatividad pública” del ciudadano libre tanto en Grecia como en Roma “lo público” y “lo privado” se encuentran imbricados: “Los helenistas abordan la oposición público/privado por las relaciones entre lo “común” (koinon) y lo “particular” (idios) y trabajan en demostrar que ellos se entrecruzan permanentemente”(Paquot, 2015, p. 51). Se trata de sociedades estamentarias en las que si bien la representatividad pública se encuentra totalmente cooptada por la clase dominante (los propietarios) la delimitación del ámbito privado es difuso y permeable en la medida que las mismas relaciones de producción así lo determinaban. Por otro lado, y esto es algo que ha marcado toda la historia, la diferenciación entre hombres y mujeres respecto a su participación en “lo público” se encontraba claramente establecida. “Para los griegos como para los romanos, la intimidad de los hombres no se corresponde con la de las mujeres e inversamente. Los hombres circulan libremente, participan de la vida pública de la ciudad, mientras que las mujeres son orilladas a la casa, como evidencia la repartición de funciones en el seno de la pareja” (Ídem., p.49). El medioevo. Este período es particularmente interesante puesto que los límites entre lo privado y lo público parecen emborronarse. La atomización del poder trajo consigo la relativización de lo público y lo privado en la ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

15


medida en que la compartimentación territorial define el desmenuzamiento de la autoridad pública. Paquot señala que “En verdad es la oposición público/privado que se difumina, estas dos realidades se interpenetran tanto en la corte de cualquier señor como en el hogar de un burgués en una ciudad franca” (Ídem.,p.53)3.Por su lado, Habermas, en función a las condiciones del poder, plantea: “Me parece más clarificador entender que las facultades “privadas” y “públicas” de dominio se mezclan en una unidad inextricable, de modo que ambas emanan de un poder unitario, están adheridas a la tierra y pueden ser tratadas como legítimos derechos privados” (Óp. Cit., p.45) Del Renacimiento a la Ilustración. Las transformaciones correspondientes a la formación de la burguesía y, por tanto, al tránsito del feudalismo, pasando por la economía mercantil simple, al modo de producción capitalista implicaron, a partir de la modificaciones de las relaciones sociales de producción, la división cada vez más marcada entre lo público (atribuido al Estado) y lo privado (lo correspondiente a los propietarios de los medios de producción y su esfera íntima). Lo que se evidencia es el repliegue progresivo hacia lo privado y, en gran medida, la consideración de la privacidad como algo “totalmente” separado de lo exterior, de lo público4. Las condiciones específicas en que se establecen las relaciones entre lo público y lo privado se transforman “constantemente”, no son universales, cada sociedad construye e instituye las formas de relacionarse con el otro y de entender su intimidad. En términos espaciales, cada sociedad construye, recuperando el término de Raffestin, su semiósfera; es decir, las condiciones de mediación entre lo interior y lo exterior5. En el contexto actual de desarrollo de la economía capitalista, la separación entre lo público y lo privado se ha hecho taxativa. Esto tiene que ver, evidentemente, con un lógica privativa que antepone la condición jurídica de propiedad, priorizando la privada y desconociendo “horrorizada” otros contratos posibles. En términos espaciales, esta división, casi patológica, ha implicado que los límites se vuelvan cada vez más concretos y que la separación sea radical. Público, comunitario, común A menudo tendemos a utilizar indiferenciadamente términos que aun teniendo cierto parentesco no significan, ni tienen las mismas implicaciones socio espaciales. En este sentido, es necesario identificar las diferencias específicas entre lo público, lo comunitario y lo común puesto que su uso sinonímico e indiscriminado poco contribuye a clarificar los procesos considerados. 3

“El aprendiz, el compañero y el maestro cohabitan bajo el mismo techo. El taller y la residencia se funden en uno, el primero desborda frecuentemente sobre la calle, el segundo no está reservado únicamente a la familia del artesano. En cuanto a la corte…ella mezcla la familia, el personal a su servicio, los soldados y los huéspedes en una micro sociedad, que progresivamente va dotarse de reglas de presencia y cortesía” (Paquot, 2015, p.53). 4 Sobre la base la economía mercantil pre capitalista “…comienzan a escindirse las esferas públicas y privadas en un sentido específicamente moderno” (Habermas, 1981, p. 50) 5 “La semiósfera está caracterizada por una frontera, un límite abstracto y/o concreto que juega el rol de “membrana” cuyas funciones son las de limitar el acceso, filtrar y transformar lo externo en interno” (Raffestin, 1986, p. 178).

16

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


El análisis propuesto por Pellegrino et al. (1990) considera las condiciones/ convenciones de acceso, es decir, de apertura, como factor para diferenciar aquello que es público de lo comunitario. Es así que uno de los factores clave parece ser el grado de heterogeneidad en el sentido que una comunidad tiende hacia lo homogéneo de los valores compartidos, mientras que el espacio público comportaría una alta diversidad. En esta línea, “Las convenciones de acceso al espacio público son modalidades de interacción y constituyen un medio de comunicación, considerando que la definición de una situación interactiva escapa a sus protagonistas en varias de sus facetas laterales y sus pliegues de profundidad” (Pellegrino et al., 1990, p. 11). Por otro lado, en lo que corresponde a la comunidad “Las condiciones de acceso…son modalidades de integración y constituyen el medio de una tradición; ellas apuntan a que en la variación de su volumen, de su densidad y de la movilidad de sus miembros, su personalidad permanezca indivisible” (Ibíd., p.12). Desde esta perspectiva, la heterogeneidad y la apertura serían las condiciones de base para la definición de aquello que entendemos como espacio público. Tassin señala que “El espacio es público cuando él no es más común, cuando el no corresponde más a una comunidad tendencialmente próxima” (2008, p. 124). Evidentemente, esta definición podría implicar contradicciones cuando pensamos, algunas corrientes lo están haciendo, en fortalecer las condiciones de apropiación del espacio público de proximidad en el marco de una sociedad que, aparentemente, tiende a su disolución ¿Lo comunitario podría fagocitar lo público hasta generar espacios de intolerancia?. El espacio público puede ser considerado un “espacio común” en la medida que implica una coexistencia en la diferencia, la cual desaparece en cuanto lo comunitario se impone sobre lo público: “De cierta manera, aquello que hay de común en el espacio público es la dimensión interválica en la cual nos relacionamos los unos a los otros y, de ahí, a nosotros mismos” (Ibíd.) Espacio público, lugar del conflicto Si consideramos que el espacio público es el lugar de la comunicación esto supone que en él se tienen que dar ciertas condiciones que permitan o faciliten el contacto social y, por tanto, el intercambio de valores y símbolos. Una de estas condiciones es la diversidad. Diversidad que impone el encuentro con el otro y, por lo tanto, potencialmente el conflicto. La heterogeneidad pasa a constituirse en uno de los principales valores asociados al espacio público, su pérdida se identifica como patológica. Ahora bien, dicha heterogeneidad no se define única o preponderantemente en términos espaciales sino, esencialmente, temporales. Delgado habla de un espacio “esponjoso” “…en el que nada merece el privilegio de quedarse” (1999, p. 46), que se caracteriza por la sucesión y el amontonamiento de componentes inestables. Es esta heterogeneidad espacio-temporal la que define las capacidades y posibilidades de interacción. Por supuesto, el encuentro con el otro no se produce sin costos. La exposición pública implica una teatralización que paradójicamente ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

17


supone “darse a ver” a la vez que sumergirse en el anonimato de la foule, “Teatro donde se encuentran en la misma escena dramas y comedias, espectáculos donde lo trágico es precisamente tener que darse a ver (exponerse) para existir” (Pellegrino et al., 1990, p. 15). Ser visto para existir parece ser la fórmula en cuestión, sin embargo, lo que se muestra es una pantomima de uno mismo, aquello que se quiere mostrar. Evidentemente, no todos los actores de esta puesta en escena cuentan con los mismos recursos y, en esta medida, el supuesto de igualdad pierde sentido. En esta perspectiva, no podríamos adscribirnos a posiciones que plantean al espacio público como un “espacio de libertad” o “un espacio neutro”. La heterogeneidad implica enfrentarse a la “pesadilla” del otro y demanda establecer los mecanismos necesarios para que la interacción suceda. Cobra relevancia, por tanto, aquello que entendemos como urbanidad y que, en términos de Delgado, “…consiste en esa reunión de extraños, unidos por la evitación, el anonimato y otras películas protectoras, expuestos a la intemperie y al mismo tiempo a cubierto, camuflados, mimetizados, invisibles” (Op. cit., p. 33). Esto tiene que ver con los mecanismos que ponemos en acción para la gestión de nuestra relación con el otro, es así que Bourdin define la urbanidad “…como el conjunto de procedimientos de gestión de la relación, del respeto, de un código de interacción que permite hacer frente a lo imprevisto” (Bourdin, 1987 en Pellegrino et al., 1990, p. 24). En este debate aparece el concepto de ciudadanía y del espacio público como productor de ciudadanía. Concepto que en gran medida pregona la “igualdad”, evidentemente en términos jurídicos, mientras “oculta” las contradicciones sociales. En cuanto al espacio público, éste se aseptiza, se vuelve neutro y se reclama como lugar de la “ciudadanía”. Ciertos resguardos son necesarios. Si bien el espacio público es el lugar de los intercambios, del encuentro, este intercambio no se realiza entre iguales, ya lo puntualizamos. Por otro lado, es necesario reconocer que, como lo hace Lussault, en muchos casos se hace apología de la condición de ciudadanía, creándose la ficción estereotipada de “Un espacio virtuoso de la ciudadanía, portador intrínseco de las virtudes del intercambio interpersonal” (Paquot, 2015, p.88). Lo que se sucede es que se tiende a banalizar al espacio público al higienizarlo, neutralizarlo a partir de anteponer las características abstractas de libre accesibilidad o lugar de encuentro entre “iguales”. La generación de urbanidad y la construcción ciudadana demanda que el espacio público cristalice como espacio de comunicación en el que lo heterogéneo y la otredad son condiciones. En este sentido, la construcción de ciudadanía comporta un alto sentido político en cuanto la condición de ciudadanía no es algo dado, es decir intrínseco al espacio público, sino algo a conquistar. Ahora bien, la condición de ciudadanía se asocia generalmente a la idea de democracia y por una suerte de relación simple se infiere que el espacio público es per se un espacio democrático. He aquí una lectura maniquea del espacio público, puesto que el ejercicio de la democracia se asocia a una cierta legalidad y, en ese sentido, se condiciona lo heterogéneo en función a la lógica estatal de lo

18

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


permitido. En este contexto, como en muchos otros, el concepto de democracia6 es utilizado por los poderes establecidos en función a sus intereses y, por tanto, a la generación de una asepsia del espacio público, enmascarando la conflictualidad que lo caracteriza. Por otro lado, es evidente que el espacio público se encuentra regido tanto por normas sociales y culturales como por la normatividad emanada del Estado. La visión estatal se traduce en una serie de normas que tienen que ver con la protección de la condición jurídica del espacio público y con la normatividad de las conductas sociales, muchas de ellas consideradas como desviaciones o excesos. Es así que el “Espacio”, su voluntad, se disocia de las prácticas sociales sobre las cuales impone su designio. La tecnocracia estatal se impone como forma de ver y entender el mundo, el intercambio debe realizarse en el marco de la mayor asepsia y control, evitando cualquier posibilidad de rebelión. Se genera así una tensión en la que entran en juego el uso, la apropiación y las representaciones del espacio público.

01/02 Espacio público y producción urbana Tomando en cuenta que el espacio público asume un rol estructurante de las dinámicas urbanas, resulta relevante identificar las condiciones de articulación entre el espacio público y la ciudad, además de considerar, por su impacto y permanencia, la concepción modernista del espacio público. Espacio público como realización de lo urbano Puede resultar práctico partir de dos conceptos que vienen de la tradición griega: urbs y civitas. Mongin señala que “En tanto que civitas, la ciudad es considerada como una entidad política que se define por el tipo de asociación que ha sido realizada por sus habitantes” (2005, p. 133); por su lado “Considerada como Urbs, la ciudad es un conjunto de muros y edificios, ella es una espacio delimitado, organizado y construido” (Ibíd.). En esta perspectiva la ciudad comporta una doble realidad. Dentro de aquello que genéricamente conocemos como ciudad se articulan la “ciudad” como urbs y lo “urbano” como civitas. De acuerdo con Lefebvre es posible distinguir, aunque siempre en un juego dialéctico, entre la morfología material y morfología social. La primera de ellas estaría asociada a la ciudad, a la realidad presente, al dato práctico sensible; la segunda, a lo urbano, a “La realidad social compuesta por relaciones a concebir, a construir o reconstruir por el pensamiento” (Lefebvre, 2009, p. 67). No se trata, ya lo hemos dicho, de dinámicas separadas, sino solidarias. Lo urbano no puede prescindir del suelo y la morfología material: “La vida urbana, la sociedad urbana, en una palabra “lo urbano” no puede prescindir de una base práctico sensible, de una morfología” (Ibíd.). El fenómeno urbano debe ser comprendido en el marco de la dialéctica entre las formas materiales y sociales, no como algo estático y dado sino como movimiento 6

“La democracia es siempre una respuesta histórica y concreta destinada a conseguir el máximo bienestar para el pueblo (o al menos coyunturalmente, su mal menor), y no un conjunto de normas formales que deben aplicarse con independencia de cada situación” (Cueva, 1987, p. 185) ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

19


constante7. Es esta dinamicidad la que asocia lo urbano a uno de sus componentes primordiales: el espacio público. De hecho se puede señalar que la ciudad es el espacio público (Borja & Muxi, 2003). Es así que Lefebvre define lo urbano como “…el lugar donde las personas se aglutinan…se entrecruzan hasta no reconocer el hilo de sus actividades, embrollando sus situaciones de manera que generan situaciones imprevistas”. Si consideramos a la ciudad como lugar de los intercambios, de la heterogeneidad, etc. (Borja & Muxi, 2003) resulta evidente que estos fenómenos se dan, principalmente, en el espacio público. Lo urbano se realiza esencialmente aquí, donde el otro se manifiesta. El espacio público se revela como estructurante no solamente en términos funcionales sino sociales, en la medida en que es en él en el que se despliegan las estrategias8. En este marco, la calle, como objeto urbano, se posiciona como el espacio público fundamental. Lugar del movimiento y el encuentro, la calle estructura tanto el espacio público, en sentido amplio, como el espacio privado, “...una ciudad es ante todo un conjunto organizado de vías” (Paquot, 2015, p. 69). Cardo y Decumanus no estructuran la ciudad solamente en términos funcionales sino simbólicos, origen y expansión. Cuando Paquot plantea que en nuestra experiencia de la ciudad ella es en primer lugar sus calles, está poniendo en evidencia no solamente el rol de la calle como objeto, sino el de la experiencia como aprehensión de lo urbano. Es así que la experiencia del espacio público se antepone a su condición jurídica y a la lectura tecnocrática del urbanismo. El espacio público – calles, plazas, parques, etc.- constituye en su conjunto un referente social y político y por lo tanto es determinante en la construcción de pertenencias espaciales. El Espacio público como locus del intercambio y la alteridad fundamental en la construcción de las identidades colectivas. Identidades construidas por la experiencia, aunque también por la retórica. El apego al lugar es construido a partir de referencias espacio-sensoriales, las cuales en muchos casos pueden ser disímiles pero comparten “un lugar común”, ya como resultado de la atracción de las centralidades, ya como producto embalado y transmitido por los medios de comunicación. El rol identitario del espacio público se encuentra asociado, por otro lado, a la historia que contiene y comunica. En este sentido Heidegger señalaba que “... el espacio contiene tiempo comprimido, para eso es el espacio”(en Harvey, 1998, p. 242). Es a partir del espacio público que experimentamos la historia de la ciudad, ya sea por el rol memorial que puede asumir, por la monumentalidad o por las transformaciones cotidianas y banales (demolición, nueva edificación, rehabilitación, etc.). De hecho, en tanto urbanitas, el tiempo se nos revela primero en el cuerpo e inmediatamente después en la ciudad. 7

La ciudad como “Complejo sistema dinámico en el cual las formas espaciales y los procesos sociales se encuentran en continua interacción” (Harvey, 1977, p. 41) 8 “El espacio público es el más abstracto de los espacios (…) pero también el más concreto, aquel en el que se despliegan las estrategias” (Delgado, 1999, pp. 33-34).

20

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


Referencia temporal o experiencial, el espacio público es fundamental en la construcción de nuestra “idea” de ciudad. Es decir, a partir del espacio público estructuramos nuestro conocimiento de la ciudad, no como algo que se estudia sino como algo que se vive. En este contexto, centralidad y monumentalidad se constituyen en factores primordiales para la construcción de nuestras referencias y nuestro accionar en la ciudad. De acuerdo con Borja & Muxi (2003) la monumentalidad se identifica como “…la capacidad de emisión simbólica”, mientras que la centralidad está asociada a “la difusión de esta monumentalidad en diferentes centros que articulan significado y función en el conjunto del territorio” (p. 27). Centralidad y monumentalidad se encuentran irremediablemente asociadas al espacio público. Centralidad no entendida únicamente bajo el modelo centroperiferia sino desde la multicentralidad y por su puesto la multiescalaridad. Es en esta perspectiva que Lefebvre nos habla del Derecho a la ciudad como un derecho “…a la vida urbana, a la centralidad renovada, a los lugares de encuentro e intercambio, a los ritmos de vida y al empleo del tiempo que permita el uso pleno y entero de esos momentos y lugares” (2009, p. 133). La noción de centralidad, asociada al espacio público, se contrapone a la visión funcionalista puesto que su dinámica se encuentra definida por lo diverso, lo heterogéneo y no a la generación de sectores funcionalmente homogéneos. En síntesis podemos señalar que el espacio público es la forma urbana que estructura práctica y simbólicamente la ciudad; lugar de lo heterogéneo y la interacción social, da cuenta de la conflictividad, la lucha de intereses, de las condiciones socioculturales de relacionamiento con “el otro” y de los términos de construcción de urbanidad. La razón moderna Resulta pertinente puntualizar algunas cuestiones respecto a cómo el urbanismo moderno y particularmente el funcionalismo ha tratado y trata la cuestión del espacio público. En este sentido, es necesario recordar que la ruptura con el pasado y la fe “ciega” en el mito de la máquina han sido elementos centrales de la razón funcionalista y su particular perspectiva sobre la ciudad. A esto se articula el rol privilegiado que se le asignó al automóvil. Siendo así, parece lógico que una de las transformaciones radicales en la ciudad tiene que ver con el rol de la calle, con la expulsión de la gente y su adecuación acelerada para la circulación automotora. Este simple hecho ha tenido las más grandes implicaciones en la forma de concebir y practicar el espacio urbano. La fe ciega en la técnica no solo supone una ignorancia respecto al pasado, sino la imposición de una lógica tecnocrática que pasa a denominarse “urbanismo” y cuya acción pasa por la separación de funciones, la generación de homogeneidades y, en resumen, la destrucción de lo urbano. Sin duda, el ejemplo más relevante de este urbanismo han sido las propuestas -materializadas o no- de Le Corbusier, entre ellas la Ville Radieuse y Chandigarh. Así como su razón se organiza en torno al mito de la máquina, él mismo –arquitectourbanista- se ha constituido en una suerte de mito en nuestras escuelas de arquitectura y urbanismo, consecuentemente también en las instancias técnicas del Estado, que es necesario desmontar. ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

21


La crítica ha sido mordaz y argumentada. Sin embargo, los preceptos de este urbanismo se han mantenido vigentes y una visión crítica se ha encontrado restringida, por lo menos en nuestra sociedad, a un muy reducido “grupo” de académicos e investigadores. Ya en 1961 Jane Jacobs, abogando por otra lógica de intervenir en las ciudades, realiza una mordaz crítica a los modelos surgidos de la modernidad. Entre ellos la “ciudad Jardín” de Howard, la “ciudad Bella” de Burnham y la “ciudad radiosa” de Le Corbusier. Respecto a este último señala que fue “El hombre que tuvo la más dramática idea para llevar todo el urbanismo anti ciudades hasta el meollo de las mismísimas ciudadelas de la iniquidad”(Jacobs, 2011 [1961], p. 48). En la misma línea se orienta, por ejemplo, la crítica de Jan Gehl (2006, 2014) o Françoise Choay (2006), por citar algunos. Las razones de la crítica son harto conocidas y tienen que ver con la fragmentación generada vía la sectorización y zonificación, la prioridad otorgada a un medio de transporte en específico (el automóvil privado), la apología a la máquina, el marcado carácter individualista, el etnocentrismo y los supuestos de valores universales. El modulor de Le Corbusier es la representación más clara de ese hombre (masculino por cierto) universal y la suposición que “todos” somos iguales y tenemos las mismas necesidades. Esta postura llegó a suprimir la diversidad, lo heterogéneo en la ciudad para, robándole el alma, constituirla en una colección de objetos y sectores, homogéneos en su interior y desarticulados entre ellos. Lefebvre plantea que “La realidad urbana con su problemática y sus práctica es ocultada, reemplazada por representaciones (ideológicas e institucionales) que llevan el nombre de urbanismo” (1969, p. 59). Por su lado, sobre Le Corbusier y su urbanismo, Choay es implacable al señalar que “Él ha contribuido a reforzar la concepción del arquitecto-urbanista omnisciente, y sus declaraciones han sido la tranquilidad de miles de incapaces, pretensiosos e ignorantes que han querido asumir solos la concepción de nuevas ciudades. Él ha contribuido a difundir la concepción del urbanismo universal, independiente de las contingencias geográficas o culturales” (2006, pp. 33-34). El movimiento moderno, su lógica, su razón universal, han sido una de las causas principales para la progresiva decadencia del espacio público, para su transformación radical, la cual se encuentra marcada precisamente por su negación. La edificación en pilotis, la separación tajante entre los espacios residenciales y su entorno inmediato, la higienización de los espacios verdes, la “desaparición” de la calle, etc., son todos ellos factores que han contribuido a lo largo de estos más de 60 años a destruir el espacio público o por lo menos a transformarlo de manera radical. Adicionalmente es necesario tomar en cuenta el cambio de perspectiva. Es así que el espacio público ligado a la práctica, a la experiencia, al contacto9, se truca hacia el espectáculo de la representación paisajística (grandes parques, grandes explanadas). Problema de escalas que se resuelva a favor de las grandes, “La ciudad radiosa de Le Corbusier, por ejemplo, sólo considera una malla, la de las redes de equipamientos que son tratadas con la ingenuidad de un artista, sin otra 9

22

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

Choay identifica 3 tipos de espacio que han marcado la historia y el desarrollo de la ciudad: El espacio de contacto (Medioevo), espacio del espectáculo (Renacimiento), y el espacio de la circulación (Modernismo).

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


tecnicidad que la des dibujo. En este modelo de no ciudad, no existe más la escala intermedia entre el individuo y las mega estructuras entre las cuales erra como una mosca hasta el momento en el que se encuentra en “el elemento biológico, la célula de 14 m2 por habitante” (Choay, 2006, p. 158).

01/03 El espacio público en entredicho En el contexto actual, el espacio público se encuentra sometido a una serie de presiones y transformaciones que ponen en entredicho su rol estructurante. Carrión habla de un “acoso” al espacio público en cuanto se verifica “…una especie de “agorafobia”, asedio, rechazo o desprecio por los espacios públicos” (2007). Dicho acoso se traduciría en procesos de fragmentación, segmentación, difusión, inseguridad y privatización, procesos que son atribuidos, en muchas ocasiones, a las “nuevas modalidades del urbanismo” (sic.), lo que genera cierta confusión en la medida en que se le atribuye la “responsabilidad” a instancias superestructurales relacionadas con la tecnocracia urbanística. Lo cual es cierto pero no determinante. De alguna manera se “esconde” el fondo de la cuestión, que tiene que ver con las transformaciones de las referencias espacio temporales10 determinadas por el estado actual del desarrollo capitalista. Ahora bien, lo cierto es que se trata de procesos que en buena medida encuentran su origen en el urbanismo modernista. Es decir, no se trata de fenómenos nuevos, en toda su dimensionalidad, sino de procesos incubados por décadas. La relación entre el urbanismo y los ritmos y necesidades del capitalismo ha sido una constante sobre la cual no es necesario volver. Sin embargo, no cabe duda que las transformaciones actuales caracterizadas por la aceleración de los ritmos de la vida social y relacionadas con la aceleración de los ritmos de rotación del capital han llegado a priorizar los flujos sobre los lugares11. El modelo de las “7v” de Le Corbusier no es sino el punto de partida de esta lógica. Resulta importante remarcar esto, pues en muchos casos pareciera existir cierto estupor ante la situación actual cuando la evidencia señala que los procesos actuales no son sino el resultado una historia ya larga que tiene que ver con las condiciones del desarrollo capitalista, la práctica urbanística concomitante y con las mismas posibilidades de acceso al conocimiento de “lo urbano”. Privatopía La privatización del espacio público tiene que ver con una serie de fenómenos que caracterizan a las dinámicas urbanas actuales. En términos generales, Dessouroux (2003) señala que privatizar el espacio público significa privarlo de alguna de sus cualidades de uso, a saber: la propiedad en manos de poderes públicos, una gestión y mantenimientos a cargo de los servicios públicos y el libre acceso a cualquiera que quiera hacer uso. 10

Harvey propone el concepto de “compresión espacio temporal”, el cual se refiere a “los procesos que generan una revolución de tal magnitud en las cualidades objetivas del espacio y el tiempo, que nos obligan a modificar, a veces de manera radical, nuestra representación del mundo” (1998, p. 267) 11 “La tendencia dominante apunta hacia un horizonte de un espacio de flujos interconectado y ahistórico, que pretende imponer su lógica sobre los lugares dispersos y segmentados, cada vez menos relacionados entre sí y cada vez menos capaces de compartir códigos culturales” (Castells en Susser, 2001, p. 451) ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

23


En esta perspectiva, la primera privatización a la cual quisiéramos referirnos es la relacionada a la privatización de los entornos residenciales y que tiene que ver con la generación de las denominadas gated communities (Davis, Paquot, Mangin, etc.). Si bien estas intervenciones se generan en contextos diversos y en función a condiciones variables, la proliferación de urbanizaciones y/o condominios cerrados tiene especial acogida y de hecho es promovida por sectores sociales de ingresos medios y altos. Se trata de una segregación espontánea y voluntaria12 orientada por criterios de estatus social y/o seguridad13. Este tipo de operaciones se caracterizan por una auto reclusión, por la negación del entorno y la ciudad y, en esta medida, por la ruptura de las continuidades barriales y distritales. Dos son los fenómenos identificados (Dessouroux, 2003): La securización de la ciudad en función al control de acceso que estas operaciones suponen y que se traducen en presencia parapolicial y reglamentos de uso restrictivo. Homogeneización y rechazo a los otros, que son percibidos como amenazadores o molestos. Ambos fenómenos suponen la afectación al espacio público, la debilitación de su rol. La sola presencia de sectores urbanos cerrados, generalmente con muros “ciegos”, implica la degradación del entorno, la ruptura del tejido urbano, la eliminación de la diversidad y, paradójicamente, la generación de inseguridad en el sector. Es decir, no sólo se aíslan, sino que generan serios impactos urbanos. Borja & Muxi señalan que “El urbanismo difuso, creador de áreas protegidas y especializadas y áreas excluidas y desconectadas…es fuente de violencia” (2003). Concomitantemente el espacio público se privatiza al cambiar su condición jurídica para quedar dentro de las operaciones inmobiliarias, las cuales, una vez más niegan la ciudad. Otra forma de privatización está relacionada directamente con el cambio en el régimen de propiedad, de público a privado, a partir de la enajenación de los bienes públicos, generalmente propiciada por intereses privados con la participación servicial de la burocracia corrupta. Si bien este tipo de privatización no es la más común, dado que generalmente existe normativa que la prohíbe, los ejemplos no faltan. Una forma más común, por tanto, es la transferencia de derechos de uso a instituciones o personas privadas, lo que en nuestra terminología conocemos como “comodatos” o “concesiones”, las cuales en muchos casos, camuflados con fines sociales o culturales, persiguen estrictamente fines comerciales. En este contexto, aun cuando en términos legales la propiedad siga siendo pública, las condiciones de uso y de acceso determinan una explotación privativa del espacio. 12

Lefebvre (2009) señala que la segregación debe ser analizada considerando tres aspectos, en algunos casos simultáneos, en otros sucesivos: la segregación espontánea (relacionada con los ingresos y las ideologías), la segregación voluntaria (a partir del establecimiento de espacios separados), la segregación programada (aquella del ordenamiento y del plan). 13 Se trata de una “enfermedad de clase de la que parecen exentos quienes viven la ciudad como una oportunidad de supervivencia”(Borja & Muxi, 2003) .

24

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


Otro mecanismo de privatización consiste en el cerramiento, cada vez más frecuente, de los espacios públicos. La definición física de los límites, con rejas, bardas y/o cercas, determinan no solamente una escisión respecto al contexto urbano, y por tanto la ruptura de las continuidades, sino que casi inmediatamente se corresponde con una “tematización” y homogeneización de aquello que sucede o puede suceder dentro de sus límites. Si bien la condición jurídica se mantiene como pública, las limitaciones de accesibilidad y la tendencia hacia la homogeneización determinan que estos lugares pierdan su carácter público. Los argumentos para este cerramiento están relacionado con criterios como el mantenimiento o la seguridad. Por otro lado, existe una preocupación estética que reduce todo a la imagen, la cual pasaría a ser el reflejo de una buena gestión pública. La fiesta del consumo La privatización del espacio público se encuentra asociada a su mercantilización, a la hegemonía de la lógica mercantil en la forma de intervenir y transformar la ciudad. Los valores de uso se trastocan drásticamente en valores de cambio y el espacio público se “empobrece”, pasando de ser el lugar de los intercambios sociales al lugar del simple intercambio mercantil. En este sentido, resulta importante puntualizar dos fenómenos que con mayor o menor intensidad se verifican en nuestras ciudades: la estandarización e imposición de una lógica comercial sobre el espacio público y la publicitación de los espacios privados. En cuanto a lo primero, estamos hablando del conjunto de proyectos y operaciones cuyo objetivo es obtener beneficios económicos a partir de una cierta recualificación del espacio público. Otra vez, una de las características principales es la homogeneización, vía la estandarización arquitectónica y urbana, la reducción de la diversidad en torno a una sola función: la comercial. El espacio público se convierte en “Una galería comercial a cielo abierto” (Garnier, 2008). Las personas están condenados a asumir un único rol, el de consumidores. La misma arquitectura se retrae, pasa a segundo plano, o bien se convierte en solo imagen o se resigna a no ser sino soporte de imágenes, publicitarias en este caso. Este fenómeno se manifiesta con mayor intensidad en los lugares centrales, los cuales se han convertido en escaparate, desplazando así las funciones residenciales. La ciudad se viste de “gala” para la fiesta del consumo, de la cual participan los que pueden, evidentemente. Por otro lado, la lógica mercantilista se traduce en la “publicitación de los espacios privados”. Una otra forma de privatización de la vida colectiva. En este caso, no es necesariamente el espacio público el que se privatiza, sino que se “vacía”. La vida colectiva o lo que resta de ella sucede en otro lado. De hecho, hay quienes señalan que el espacio público no se encuentra bajo presión sino que simplemente se ha desplazado. Nada más tendencioso. Si las condiciones, funciones y valores que definen aquello que entendemos como espacio público se trastocan hasta el punto que el mismo concepto pierde su contenido, entonces nos encontramos frente a otro fenómeno. Podríamos hablar de espacios colectivos de carácter privado o, como plantea Dessouroux, de “espacios privados accesibles al público”, no de espacio público. ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

25


Estos “nuevos” espacios son los denominados Centros comerciales, Shoppings, Malls, etc., cuya función es incentivar el consumo. Todo es privado aunque el acceso se diga público. “La gestión, el mantenimiento, la vigilancia, el control del lugar y el reglamento de uso corresponden al sector privado”(Dessouroux, 2003). Lo que prima son los criterios de rentabilidad y la misma organización funcional responde a la “necesidad” de maximizar las ganancias. Ahora bien, eso de que el acceso es libre evidentemente es relativo. No todos pueden acceder, de hecho se ponen en marcha una serie de filtros: El primer filtro es la localización misma, la cual no está relacionada con una reflexión en torno a una amplia accesibilidad, de hecho, en muchos casos, la única forma posible de constituirse en estos lugares es el automóvil, lo cual es ya segregativo. El segundo filtro es la actividad. Es decir, la capacidad de consumo como “límite” espacial. Solo pueden “participar” de este espacio “colectivo” quienes pueden pagarlo. El discurso liberal plantea el libre acceso haciendo abstracción de la inequidades y contradicciones sociales. Estos espacios de consumo, espacios del capital, son sin duda espacios de clase. El tercer filtro los constituyen todos los mecanismos de seguridad y control de acceso. Se trata de espacios altamente securizados, en los cuales la administración se reserva el derecho de admisión. La presencia de guardias privados, la omnipresencia de cámaras de seguridad son indicadores de todo un despliegue técnico orientado a limitar el acceso a personas “indeseables” (vagabundos, pobres, etc.). En este mundo encantado ellas simplemente no existen. En este espacio aseptizado, lo heterogéneo y lo imprevisto han sido “borrados de una plumazo”. La homogeneidad funcional y social se traduce también en una homogeneidad arquitectónica y sensorial. Nos encontramos ya en una de las formas posibles de aquello que Augé (2000) denomina no-lugar. Estos espacios privados, lugares de consumo, relegan al espacio público, lo que no quiere decir que este deje de existir sino que la ciudad se polariza en función a la verificación de “nuevas” formas de fragmentación y segregación resultantes de las condiciones establecidas por la aceleración de los ritmos de rotación del capital, la compresión espacio-temporal y la homogeneización de valores. Solo quedan fragmentos La desarticulación de los componentes urbanos genera rupturas en la continuidad urbana que han pasado a caracterizar aquello que denominamos “fragmentación urbana”. En realidad el primer paso hacia la fragmentación ha sido el famoso zonning que condujo a la generación de sectores pensados esencialmente desde la homogeneidad. Si consideramos que la ciudad es lo heterogéneo, la ciudad industrial, o su misma lógica aplicada en contextos disímiles, puede ser considerada como la no-ciudad o la anti ciudad (Lefebvre, 1969). Resulta evidente que la fragmentación funcionalista vino aparejada de procesos de segregación social que dan cuenta de los conflictos de clase en la ciudad. En

26

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


este sentido, se incorpora el concepto de segmentación: “La mayor expresión de este fenómeno tiene que ver con el hecho de que mientras los ricos viven el tiempo, los pobres lo hacen en el espacio; es decir que los pobres se localizan mientras los ricos viven en el tiempo real” (Carrion, 2007). Segmentación que da cuenta de experiencias espacio temporales distintas. Ahora bien, más allá de la segregación socio espacial generada lo que se impone como lógica de intervención en el espacio es precisamente la “aniquilación del espacio” que, como señala Harvey (Óp. Cit.), siempre ha estado en el centro de la dinámica del capitalismo. A partir de esto, cuando referimos a la fragmentación urbana debemos considerar al menos dos niveles articulados: La fragmentación espacial que tiene que ver con la homogeneización funcional, la primacía del urbanismo de sectores, la primacía de los flujos en la estructuración de la ciudad. La fragmentación social, es decir, la verificación de la existencia de espaciostiempo diferenciados, de la experiencia diferenciada del espacio a partir de condicionantes socio económicas, de la casi desaparición de los espacios de intercambio, de la negación del otro y de la alteridad, y, en muchos casos, de la intolerancia. Ambas dimensiones determinan una serie de transformaciones en el espacio público. En primera instancia, la zonificación, sectorización y homogeneización han repercutido en la conceptualización del espacio público como algo residual, distante de las prácticas cotidianas y orientado a la impresión estética. Otra cuestión a considerar es la homogeneidad y “pobreza” de las intervenciones en el espacio público. Siempre los mismos componentes, siempre en el mismo orden. Adicionalmente, resalta la ausencia de una reflexión sobre las escalas, sus particularidades y conexiones. Como no podía ser de otra manera, el automóvil y su impacto en la ciudad constituyen otro de los factores determinantes. Sin duda, contrariamente a su condición de medio de transporte, es decir a su función de comunicar, el automóvil genera una serie de rupturas, de separaciones, que complican y destruyen la complejidad (Lefebvre, 1969). En este sentido Gasnier habla de segregación en cuanto a “...la imposibilidad de acceder a esos espacios colectivos a no ser por automóvil”(2006, p. 5). El resultado es una constelación de espacios públicos residuales, homogéneos en su tratamiento e incapaces de generar dinámicas de centralidad. La continuidad urbana ha sido rota, solo quedan fragmentos. Securización y espectáculo Hemos considerado ya varias de las modalidades de privatización y securización. Sin embargo, es pertinente recalar en la asociación entre los procesos de securización y la constitución del espacio público como “espacio de espectáculo”. Se trata de un fenómeno que, como tantas otras formas culturales, se ha extendido y replicado a lo largo y ancho del planeta, con mayor o menor intensidad, y tiene que ver con el control del espacio público para su utilización en términos de consumo cultural. ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

27


Si bien el fenómeno de la securización es fácilmente asimilable al repliegue sobre lo privado, como lo acabamos de ver, la tendencia a vigilar lo que sucede en el espacio público se impone con una velocidad sorprendente y se camufla en el discurso de la seguridad, por tanto del miedo. Garnier nos recuerda que “La inseguridad urbana hace pasar al segundo plano la inseguridad social real (profesional, residencial, alimentarias)” (Garnier, 2008, p. 72). La securización del espacio público, en estos términos, da cuenta de una voluntad expresa de controlarlo y de facilitar su consolidación como espacio de consumo, “atractivo””, aséptico. Este urbanismo securitario y corrientes como la renovación urbana se constituyen los mecanismos más utilizados para la esterilización del espacio público, para su definición como escenario de una nueva urbanidad orientada al consumo. En este contexto, la renovación y/o recualificación urbana contribuyen a generar esos espacios seguros, tranquilizadores y estéticamente vendibles. Garnier habla, en este sentido, de la función terapéutica del espacio público. Función consistente en “Proporcionar el “sueño” para hacer olvidar la realidad deprimente” (Ibíd.) Es así que proliferan las intervenciones14 orientadas esencialmente a la imagen, a crear espectáculo.

14

28

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

Tendencias como la “acupuntura urbana”, muy de moda en medios académicos, se encuentran en la mayoría de los casos dentro de esta lógica.

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


SECCIÓN A

Condiciones de producción del espacio público en Cochabamba

A



02 Producción urbana y espacio público

una mirada diacrónica

02/01 La razón colonial Hacía ya 40 años que la empresa colonial se puso en marcha en los valles cochabambinos cuando en la década de 1570, por doble partida1, se funda la Villa de Oropesa2. Más allá de las condiciones particulares del acto, la fundación de la villa responde al interés de la corona de constituir un centro comercial y administrativo que permita organizar la dinámicas locales y la producción orientada a satisfacer las necesidades de la pujante empresa minera. Precisamente, Solares señala que “La fundación de la Villa de Oropesa no solo obedeció al interés de la estrategia toledana de consolidar la economía agrícola de unos valles importantes para el abastecimiento de Potosí, sino también expresó los intereses de las tempranas élites locales de afianzar su predominio y neutralizar la influencia de los encomenderos, reforzando las bases institucionales y materiales de su propia hegemonía” (2011, p. 21). Sin duda la creación de una ciudad supuso un acto de poder cuyos fines funcionales se equiparan a los simbólicos, se impone una nueva lógica de organización espacial 1

No obstante, la presencia española data de los años 1538-39 recién en 1571, se funda la Villa de Oropesa. Se trata de la primera fundación realizada por el Capitán Jerónimo de Osorio en el lugar controvertido sobre el cual Villarías y Pereira (2013) señalan que se encontraría hacia el Este de la actual plaza 14 de Septiembre, parcialmente sobre puesto al actual campus de la Universidad Mayor de San Simón. Sin embargo, esta fundación no pudo consolidarse aparentemente debido a la pugna de intereses manifiesta entre los encomenderos, los nuevos hacendados y la Corona. Estas y otras dificultades determinaron que la Real Audiencia de Charcas comisionara al Capitán Sebastián Barba de Padilla para que (re)fundara la villa en lugar más apropiado. Resultado de ello, el 1 de Enero de 1574 se refunda la Villa de Oropesa en correspondencia con los criterios de construcción y manejo espacial establecidos por la Corona.

2

Según se sabe el nombre de Oropesa fue otorgado en honor al lugar de procedencia de la familia, los Condes de Oropesa,del Virrey Francisco Toledo. Localidad ubicada en el extremo oeste de la actual Comunidad Autónoma Castilla-La Mancha de España.

“Que en lo que cabe llamar el Radio Urbano de la Villa de Oropesa,al tiempo de procederse a su refundación, por razones capciosas y de circunstancias, ya había más de 3000 habitantes, siendo una 3ra parte oriunda de España” José Macedonio Urquidi, 1949.

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

31


Plaza mayor

Austral

Esquema para la creación de ciudades de acuerdo a la ordenanza de Felipe II de 1573

“Sus calles están a cordel: son de ancho de nueve varas; se empedraron en el centro de la ciudad el año de 1785. Tiene dos plazas; la principal, y otra llamada de San Sebastián, que se halla en uno de sus cantos. En la primera hay una fuente en medio, de regular y abundante agua, costeada por la magnificencia del Señor D. Carlos III, para lo que le hizo gracia a este Cabildo de diez mil pesos de sus reales cajas, por real orden de 29 de marzo de 1786.... Las casas en el medio del pueblo son de dos altos; bastante grandes, cómodas y sólidas, aunque hechas de adobe crudo, que es el único material de que se fabrican, a excepción de algunas portadas de piedra: todas tienen balcones de madera y están cubiertas de teja. Las demás son de un solo alto, y entre ellas hay pocas grandes, como que muchas en los extramuros son pequeños ranchos del mismo material y cubiertas con paja... Tiene ocho conventos y un beaterio: los seis de religiosos, a saber: Santo Domingo, San Francisco, San Agustín, la Merced, San Juan de Dios, y Recoletos Franciscanos, Santa Clara, y Carmelitas descalzas... En un ángulo de la plaza están las casas capitulares: son reducidas y están muy deterioradas.” Francisco Viedma, 1788.

32

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

Levante

Poniente

Septentrión

relacionada con la figura del centro y su carácter fundacional. En este sentido, se opera ex novo, marcando el territorio física y simbólicamente, desconociendo tanto los valores naturales como culturales. Sin duda la fundación de una “ciudad”, en este contexto, constituía un acto de violencia, de ruptura de una lógica territorial e imposición de otra. De acuerdo con lo que se sabe y lo que la propia morfología deja entender, la formación de la nueva ciudad se realizó de acuerdo a modelos urbanos españoles y aparentemente en cumplimiento a los lineamientos de edificación definidos en la Ordenanza de Felipe II del año 1573. Dicha ordenanza respondía, de acuerdo con Wyrobisz (1980), a una diversidad de fuentes, que van desde Vitrubio hasta Alberti y Cataneo, pasando por españoles del medioevo tardío3 y, evidentemente recuperaban lo aprendido en las primeras décadas de colonización española. Los lineamientos de diseño aplicados tenían que ver, en lo principal, con: a) la localización y disposición de la nueva ciudad en función a ciertos condicionamientos del sitio y el estudio de los vientos predominantes, b) la organización del conjunto a partir de una plaza mayor a partir de la cual se desprenderían las calles4; c) Dejar cantidad adecuada de espacio libre para el crecimiento ulterior de la ciudad; d) disposición de tierras para la formación de lotes, tierras comunes, pastos comunes y terrenos municipales; y e) previsiones de básicas de higiene referidas a la disposición de actividades contaminantes en lugares donde se pueda eliminar fácilmente de los residuos5. A partir de su fundación, el desarrollo de la Villa de Oropesa estuvo condicionado por las fluctuaciones del mercado potosino. Sin embargo, más allá de los altibajos de la empresa minera, la villa pudo consolidarse como un importante centro comercial tanto por las excelentes condiciones productivas de su entorno como por el desarrollo de una diversidad de actividades “industriales”. Solares señala que uno de los factores que permitió a la sociedad cochabambina hacer frente a 3

“Las experiencias españolas de construcción de ciudades con un plano regular durante el medioevo tardío y las lecturas de los tratados de la antigüedad, medievales españoles y renacentistas italianos, influyeron necesariamente y con seguridad los principios de construcción utilizados en la edificación de las ciudades coloniales en el continente americano y formulados en las instrucciones y disposiciones reales”. (Wyrobisz, 1980)

4

Evidentemente las definiciones de la Ordenanza de Felipe II fueron adaptadas a las condiciones particulares de cada lugar. En este sentido, contrariamente a lo definido por la Corona la plaza de Cochabamba es cuadrangular y no rectangular como lo recomendaba la Ordenanza. Lo mismo sucede con la disposición de las calles, las cuales debían salir de la plaza en un número de 12, dos de cada vértice y cuatro a partir de la intersección de los ejes principales, es decir, a la mitad de cada frente de la plaza.

5

Resulta interesante verificar que en el caso de Cochabamba esta definición se cumplió desde los momentos mismos de su fundación, sobre esto Solares señala que “Un hispano de origen francés ... Corneylles de Adam, implantó la primera industria de que se tenga noticias, una peletería en la zona, que con ese motivo se denominó posteriormente Curtiduría, en las vecindades de la actual plaza Gerónimo de Osorio” (2011, p. 26). Sin duda a proximidades del río Rocha en el cual descargaría sus desechos. Aún hoy, 447 años después,la zona se caracteriza por la presencia de Curtiembres y, lamentablemente, por el vertido de residuos al río.

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


las fluctuaciones del mercado externo fue la construcción de un mercado interno de consumo que aseguraba la reproducción de la sociedad local. A lo largo del período colonial, las características propias del desarrollo regional determinaron que la expansión física de la ciudad se realizará de manera lenta en función a las particularidades del sistema hacendal predominante. En cuanto a la organización y estructuración urbana, estas se mantuvieron vigentes a lo largo de todo el periodo colonial identificándose tres grandes sectores (Solares, Op.cit. p.29): • Una zona central, que contenía la plaza mayor, espacio de usos múltiples ... el espacio de la plaza en sí estaba delimitado por edificios públicos administrativos y religiosos...En las inmediaciones de la plaza mayor y en general, en toda la zona central, en un perímetro de tres a cuatro manzanas en torno a la plaza se ubicaban los templos, conventos, seminarios, las residencias de los estratos altos ocupando en muchos casos grandes casonas de dos pisos y varios patios. • Una zona intermedia, rodeaba a la anterior y albergaba sobre todo viviendas de estratos medios (comerciantes, funcionarios y militares de rangos inferiores, hacendados mediados y otros vecinos notables a nivel local), además, todavía estaban presentes muchas iglesias, conventos y seminarios, e incluso algunas plazoletas o espacios abiertos. Esta zona se extendía hasta el límite que abarcaba el damero y la arquitectura de gusto y molde hispano. • La periferia, donde se ubicaban, a veces distorsionando el trazo del damero, viviendas muy dispersas y algunas factorías como molinos, curtiembres, hornos de cal, mataderos, tejerías, obrajes y sobre todo quintas y huertos. Aquí residían los artesanos, pequeños comerciantes y otros estratos subalternos, incluyendo algunas comunidades indígenas. Sin duda, una de las principales referencias para comprender las particularidades urbanas de la Villa de Oropesa, elevada al rango de ciudad mediante cédula real expedida por Carlos III6, es la descripción realizada por Francisco Viedma, Gobernador Intendente de la Provincia de Santa Cruz, el año de 1788. Lo descrito por Viedma, en las postrimerías del período colonial, se corresponde con la primera representación gráfica que se conoce de la ciudad: el plano de 1812 mandando a confeccionar por el brigadier J.M. Goyeneche, en el que se da cuenta de la organización de las tropas en ocasión de la batalla de San Sebastián. El análisis de 6

Dicho reconocimiento correspondiente al año de 1786, con el título de “leal y valerosa”, respondía al apoyo de Cochabamba a la causa real frente a los levantamientos indígenas de la década de 1780.

“La reina de aquellos valles, la ciudad de Oropesa de Cochabamba, se extendía al confín del valle de su nombre, a los pies de la cadena de cerros que separan a éste del de Sacaba. Uno de sus barrios, el del sur, se perdía entre las graciosas colinas de Alalai y San Sebastián; el del oeste llegaba hasta las barrancas del Rocha; los del norte y del oriente desaparecían en medio de huertos y jardines. Entre las altas columnas de los sauces llamados de Castilla, sobre las copas de los más bellos sauces indígenas y de los frutales, se levantaban sus blancas torres, los rojos tejados de sus numerosas casas. Al frente de la ciudad, separado de ella por el lecho del Rocha, exhausto con las sangrías que reparten sus fecundas aguas, se extendía, en fin, hasta cerca del pie de la cordillera, adelantándose hasta él mismo por la quebrada de Taquiña, el frondoso vergel de Calacala, sobre cuyos bosques de eterna verdura, se levantaban dos o tres grandísimas copas de diez veces centenarios ceibas”. Extracto de la obra “Juan de la Rosa” Nataniel Aguirre.

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

33


este plano permite identificar con claridad, y en correspondencia con lo señalado por Solares (2011), los distintos componentes morfológicos que caracterizaban a la ciudad de Cochabamba. En primera instancia, el característico “damero”, correspondiente al modelo español , organizado a partir de la Plaza Mayor “... en cuyo perímetro se despliegan los soportes materiales de la Iglesia, el Estado,el poder político, ideológico y económico” (Ibíd.). Lo particular del caso es que la organización del espacio urbano de Cochabamba no sólo toma como referencia a la Plaza Mayor, sino también a la de San Sebastián, localizada al sud oeste de la ciudad, justamente al borde de la estructura en damero. En este contexto la Plaza de San Sebastián pasa a constituirse en el nexo o interfaz entre la zona donde predomina el patrón hispánico y los barrios populares del sur. Evidentemente la diferenciación no se realiza en términos estrictamente morfológicos espaciales sino simbólicos. Hacia el sur se organizan una serie de “barrios” cuya toponimia se corresponde con la principales actividades económicas allí realizadas por la población (La Carbonería, la Mañacería, La Jabonería, la Curtiduría, etc.). En términos morfológicos se aprecia una situación inicialmente híbrida en el borde para

Plano de Cochabamba. 1812. Mandado a elaborar por Goyeneche. Casona Santivañez, G.A.M.C.

34

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


después estructurarse linealmente en función a las principales vías de acceso a la ciudad. En este sentido, se observa “... el predominio de casas de “bajos”, calles angostas y tortuosas, edificación poco densa ... los diferentes barrios no organizan un tejido urbano continuo” (Ibíd.).

Estructuración urbana 1571-1850

Evidentemente se trata de dos formas de organización espacial que si bien no se encuentran totalmente separadas responden a lógicas diferenciadas. Es así que si observamos tanto las representaciones gráficas como la toponimia podemos identificar dos concepciones espaciales claramente diferenciadas. La ciudad “española” es representada tanto en la descripción de Viedma como en el Plano de Goyeneche a partir de la importancia y rol estructurador de las Iglesias y Conventos. En este sentido, se pone en evidencia el poder regulador de lo religioso y en particular de la Iglesia sobre el espacio y el tiempo. De hecho, muchas de las calles eran nominadas en función a su relación con los soportes religiosos (Calle de Santo Domingo, Santa Teresa, de la Compañía ,etc.). Por otro lado, y como señalamos, en el sector sur, asiento de una población dedicada al comercio agrícola y la producción artesanal, la organización espacial y la toponimia se corresponden con el desarrollo de las actividades cotidianas. Por último se puede identificar una tercera zona, que si bien corresponde al área rural forma parte de las dinámicas urbanas dada su proximidad y su importancia simbólica. Estamos hablando de la denominada “Campiña Cochabambina” localizada, esencialmente, al norte de la ciudad y constituida en este período en lugar de paseo y recreo de las familias “hidalgas”. Morfológicamente se caracterizaba por ser “ ... un ámbito rural, cuyo marco natural fue modificado por patrones agrícolas hispanos ... aquí coexistían casas de hacienda, casas quinta, rancheríos, alquerías, huertos, maizales, frutales y cristalinas vertientes” (Ibíd.). Este panorama no se modificó esencialmente con la independencia de la Corona Española, aun cuando es evidente que las largas luchas de independencia y la reestructuración del poder tuvieron efectos sobre la economía local. El nacimiento de la República trajo aparejada una fuerte crisis minera, que duraría hasta la década de los 1870, y por tanto la contracción del mercado para los productos agrícolas y artesanales de los valles cochabambinos. En este contexto se constituyó un mercado interno que articulaba los distintos pueblos y sectores productivos Cochabambinos. Si bien la exportación de productos continuaba teniendo una importancia relativa, lo fundamental fue el fortalecimiento del mercado interno, impulsado sobre todo por los sectores mestizos. En términos territoriales una de las principales transformaciones tuvo que ver con el fortalecimiento del sistema de ferias regionales, la cuales eran en la mayoría de los casos controladas por el poder hacendal, y con el estancamiento de la influencia de los centros urbanos. Es así que, por lo menos hasta mediados del siglo

Estructura en “damero”

Crecimiento isotrópico

Espacios públicos

Segregación socio espacial

Barrios populares

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

35


XIX, no se produjeron transformaciones en la estructura urbana de Cochabamba. La “razón colonial” en términos sociales y espaciales continuó determinando en su conjunto las dinámicas urbanas. De hecho la marcada segregación socio espacial, en función a los estamentos sociales7, caracterizó la ciudad prácticamente hasta inicios del Siglo XX. En cuanto al rol del espacio público resulta innegable su condición estructurante, situación que se establece desde el momento mismo de la fundación de la Villa de Oropesa. Tanto la plaza como las calles que de ella se desprenden son el tejido básico a partir del cual se organiza y crece el núcleo urbano. Sin embargo, más allá de las condiciones estructurantes espaciales es importante poner en evidencia las dimensiones sociales y simbólicas asociadas. Dadas las particularidades de su fundación, resulta que la Villa de Oropesa cuenta con dos plazas en función a las cuales se estructura funcional y simbólicamente: la Plaza Mayor y la Plaza San Sebastián.

“Los víveres se hallan todos los días en la plaza con mucha abundancia, y a precios muy moderados, tanto el pan como la carne, y todo género de legumbres, frutas y aves; y estaría bien provista de caza menor si hubiera quien se dedicase a este ejercicio, y sujetos que la comprasen. La provisión de carne se hace por medio de unos indios que llaman mañazos, que se dedican a este comercio surtiéndose, de ganado vacuno en los partidos de Mizque y el Valle-grande, y del lanar en las Punas. Ni para su venta ni para la del pan hay arreglo en precio, peso y calidad: cada uno vende donde quiere y como puede” Francisco Viedma, 1788.

36

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

La primera de ellas se caracteriza por ser la representación misma del poder político económico, español en una primera instancia y oligárquico después, y eclesiástico. En torno a ella se disponen las principales instituciones locales, desde la iglesia hasta el cabildo, pasando por las “fuerzas del orden”. Su localización central y su arquitectura en “altos” son los primeros indicadores de la constitución de este espacio formal ligado a las estructuras del poder. “La plaza mayor se constituía en el eje de todo un sistema de dominación que ejercía su influencia sobre un basto territorio incluyendo su aparato productivo y las relaciones sociales que le correspondían” (Solares, Op. Cit., p. 31). Lo interesante, y tal vez lo más relevante, es que más allá de su rol simbólico, la plaza mayor se caracterizaba por su multifuncionalidad, por la capacidad de reunir en un mismo espacio distintos usos y sectores sociales. Evidentemente,esta capacidad de generar interacciones se encontraba determinada no por una voluntad de inclusión sino por las características mismas de la forma de vida y las necesidades de intercambio. En razón de esto la plaza constituye una centralidad ligada a las prácticas cotidianas8. 7

“... los “españoles”, en realidad criollos de tez clara, se concentraban alrededor de la plaza, acompañados por una voluminosa corte de sirvientes ... En la zona intermedia, la presencia de españoles es mucho menor. Aquí aparece un número mayoritario de mestizos en calidad de trabajadores libres ... Por último, la periferie y los extramuros ... son francamente un territorio mestizo constituido por trabajadores independientes” (Solares, 2011, p. 63)

8

“En los costados de la plaza ... se organizaba la recoba a la que concurrían pequeños comerciantes, artesanos y yanaconas ... para ofertar productos agrícolas y otros objetos de uso cotidiano. Es posible imaginar las bulliciosas jornadas de vendedores y compradores: por un lado venerables matronas hispanas o “patronas” acompañadas de cocineras llevando a cuestas pesadas canastas de mimbre, que buscaban afanosamente entre las “mañazas” la mejor carne para los asados o el “puchero”, la gallina más gorda para la cazuela o el “chicharrón” más suculento para acompañar al “mote” y al “quesillo” ... La plaza mayor cochabambina es posible que tomara mayor colorido en estas oportunidades y que cobrara inusitada vida con sus personajes cotidianos, aun más que en esa ocasión de las severas procesionales o los despliegues de la milicia real” (Solares, 2011, p. 31).

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


Vista de la Pampa Grande desde la colina de San Sebastián. 1894 en Renato Crespo, 2012

Desde esta perspectiva las separaciones urbanas estaban relacionadas más con el ámbito privado (segregación socio habitacional) que con las actividades en el espacio público. El intenso intercambio era una necesidad y las mismas dimensiones reducidas del núcleo urbano determinaban su realización. La segunda plaza, la de San Sebastián se localiza en los “suburbios” y cumple el rol de interfase entre el tejido urbano colonial y los barrios periféricos. Lugar de la primera fundación de la Villa de Oropesa y de edificación de la primera casa del Cabildo, la plaza adoptó el nombre de la Colina que se encuentra a su lado, la cual fue el escenario de la Batalla de la Coronilla de 1812 cuando el pueblo cochabambino liderado por sus mujeres hizo frente a las fuerzas realistas comandadas por Goyeneche. Esta plaza, denominada también la Pampa grande, fue el escenario de una diversidad de actividades festivo-recreativas y comerciales. Una de las más relevantes fue sin duda la festividad de San Sebastián, patrono de la villa, a la cual concurría gran cantidad de personas de distintas clases sociales. En este sentido, se puede apreciar que esta plaza, al igual que la mayor, se caracterizaba por la diversidad de usos y actividades, aun cuando es de suponer que en este caso las mismas se realizaban en un contexto no tan formal y “controlado” como en el caso de la plaza Mayor. Queda claro que las plazas constituían el escenario privilegiado de intercambio y encuentro social. Más allá de esto, resulta evidente que la Pampa Grande comporta un carácter más popular, relacionado con la importante actividad ferial, la realización de diversas actividades festivas y la proximidad con los barrios “periféricos”. Un otro espacio público, con características particulares se consolida en la última etapa del régimen colonial. Estamos hablando de la plazuela de San Alberto (hoy conocida como plazuela del Granado). Su creación esta relacionada

“Por la epidemia que padeció esta ciudad, de una cruel peste, juró por patrón al glorioso San Sebastián, por cuyo motivo se le hace una función muy lucida, y hay festejos públicos de toros en la plaza extramuros, que se halla al pie de cerrito, denominado San Sebastián, donde es innumerable el concurso que asiste, y hay feria de frutas, dulces secos, helados, etc.” Francisco Viedma, 1788.

“Mi guía me condujo hacia la Pampa Grande, gran plaza situada casi fuera de la ciudad. La organización completamente nueva de una guardia nacional que maniobraba, atraía entonces allí mucha gente, y pude observarla a mis anchas. Vi a numerosos habitantes de la ciudad de uniforme gris, poniendo en el ejercicio un celo que revelaba el más ardiente patriotismo” Alcide D’Orbigny, 1845.

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

37


indefectiblemente a la construcción de la Iglesia y Convento de Santa Teresa, perteneciente a la orden de las Carmelitas descalzas. De acuerdo con la información histórica9, la formación de la plazuela se efectivizó hacia el año 1790, después de varios años de complicaciones legales respecto a su consolidación como propiedad pública10. Se trata de un espacio urbano evidentemente modesto en tamaño pero particular por su morfología, constituyéndose en el único caso de este tipo de intervenciones en Cochabamba. Las principales actividades allí realizadas estaban relacionadas con la iglesia, para la cual funcionaba como atrio11. Sin embargo, como en los otros casos, este espacio público también fue destinado al intercambio ferial, instalándose en él un mercado de granos12. Iglesia de Santa Teresa. 1905. en Renato Crespo, 2012

Por último, mas allá de la importancia de estos espacios abiertos en la estructuración y las dinámicas urbanas, es evidente que la calle ha jugado un rol relevante no solamente en cuanto a asegurar los desplazamientos, lo cuales en todo caso eran de proximidad, sino como escenario privilegiado de la vida cotidiana. En este sentido, el espacio urbano presentaba cualidades que tenían que ver, precisamente, con los ritmos “lentos” de la vida cotidiana. Algunos elementos a considerar son, por ejemplo: a) la ausencia de una diferenciación para la circulación en las calles, b) la presencia, por lo menos en el sector central de “altos”, de balcones cuya sola presencia marcaba una intensa relación entre el espacio residencial privado y el espacio público, la calle, y c) en relación con lo anterior, también es importante dar cuenta que generalmente las puertas principales de las casonas se encontraban abiertas y que, por lo tanto, la relación público/privado era “fluida”en función a las actividades cotidianas aunque evidentemente condicionada/controlada por la organización estamentaria de la sociedad. En esta perspectiva es importante considerar los ritmos de la vida cotidiana, lo cuales estaban definidos por tres tipos regulación temporal que actuaban solidariamente: la regulación religiosa, la regulación social-estamentaria y la regulación vital. La primera de ellas tiene que ver con la importancia de la religión en la organización de las actividades sociales, tanto en la definición de los tiempos cortos13, la 9

Ver Lavayén, 2016.

10

“... el arzobispo San Alberto, como legítimo dueño hizo donación “buena perfecta e irrevocable” al monasterio del Carmen para que se destine para la plazuela de la iglesia para dar mayor lustre y decencia” (Lavayén, 2016)

11

Aún hoy la principal actividad que se realiza en este espacio es la Festividad de la Virgen del Carmen.

12

“ ... determinaron la necesidad de expropiarla ... y convertirla en un espacio urbano con la forma atípica de una media manzana, donde se instalaría un mercado de “mieses” (Lavayén, 2016).

13 “Al

amanecer el Ángelus […]despertaba a la población con nueve regulares tañidos; a las veinte horas, el toque de ánimas anunciaba la llegada de la noche. Repiques especiales indicaban diversos sucesos públicos y privados”(Guarda,1978 en Azócar, 2010)

38

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


jornada, como el de los más largos, las actividades anuales por ejemplo. Es así que “...desde el nacimiento hasta la muerte, los ritos sociales estaban relacionados con los postulados ideológicos y la normativa ritual de la Iglesia, que de hecho organizaba la percepción que tenían los vecinos de la duración del día” (Azócar, 2010). La segunda, la regulación socio estamentaria, hace referencia a la distribución de roles sociales y a los mecanismos de control puestos en marcha por la clase dominante. Resulta claro que tanto las funciones como los ritmos entre las distintas clases y fracciones de clase no eran los mismos; y que por otro lado existían mecanismos de control que restringían el acceso y uso a los espacios públicos, como en el caso de la plaza Mayor, en función a los intereses de clase.

Plaza principal a mediados del S. XIX en Guzmán Arze, 1972

La tercera regulación, que denominaremos vital, esta referida a las condiciones impuestas por el tiempo cíclico establecido por los ritmos naturales y biológicos. Estamos hablando, por ejemplo, de las estaciones que rigen la producción local o de los ritmos establecidos por las necesidades biológicas (descanso, alimentación, etc.). Como hemos podido observar, las características generales del espacio urbano en Cochabamba prácticamente no se modificaron hasta mediados del siglo XIX cuando tímidamente empezaron a verificarse transformaciones. En términos generales y a manera de síntesis, en función al influjo de la “razón colonial” el espacio público se caracterizó por constituirse efectivamente en estructurante de las dinámicas urbanas, tanto prácticas como simbólicas, a partir de la definición de roles sociales establecidos por la organización estamentaria de la sociedad. En este contexto y bajo los límites que esto suponía, una otra particularidad fue la multifuncionalidad de los espacios públicos; las plazas cumplían un rol fundamental puesto que en ellas se desarrollaban las actividades comerciales (ferias), cívicas (paradas militares), políticas (comunicados, manifestaciones, revueltas, etc.) y recreativas (festividades religiosas, como en el caso de San Sebastián).

02/02 Oligarquía e higienismo Si bien en la segunda mitad del diecinueve se replica en gran medida la razón colonial en cuanto manifestación de la voluntad de la élites cochabambinas de reproducir su poder en función a criterios netamente estamentarios ligados a la propiedad de la tierra; lo cierto es que empiezan a generarse transformaciones que dan cuenta del ascenso de nuevas clases sociales y de la modificación las lógicas y códigos de organización espacial. Como señalamos, la economía local, basada en la propiedad de la tierra y la producción agropecuaria, encuentra su ámbito privilegiado de reproducción en ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

39


el mercado interno, lo que define el fortalecimiento de los sentimientos localistas/regionalistas14. Sin embargo, más allá de esto se verifica el ascenso progresivo de los sectores mestizos y “cholos” en función a la intensificación de la producción manufacturera artesanal y su comercialización tanto en el contexto regional como más allá. “El perfil “mestizo” que asume la ciudad de Cochabamba ... no parecía expresar otra cosa que la emergencia de una significativa industria artesanal que en los hechos fue desplazando a los hacendados del escenario económico regional” (Solares, 2011, p. 65). Por lo demás resulta evidente que el resurgimiento de la economía minera en la década de 1870 supuso no solamente la reactivación del intercambio de la producción agrícola y artesanal con las plazas mineras, sino el desafío para las élites locales de la expansión de la economía de libre mercado y de la industrialización. En este contexto la oligarquía cochabambina, empapada de valores coloniales, optó por la reproducción del sistema hacendal15, que aseguraba todavía la captación y explotación de una importante cantidad de fuerza de trabajo indígena y “tejer fantasías de progreso entorno al sueño de caminos y ferrocarriles” (Solares, Op. cit.). Plano de Cochabamba, elaborado por Benjamín Blanco. 1866

La visión oligárquica y patrimonialista del territorio es la que se impone y en gran medida marca los ritmos del desarrollo urbano. Esta visión fundada en las figuras del latifundio y el rentismo privilegia una lectura según la cual el territorio “se define por la experiencia personal privativa de la tierra, donde más allá de la función económica se privilegia su valor simbólico, en tanto su acumulación se relaciona con el factor prestigio social. Lo que prima es la individualización del territorio, su atomización en función de los grados de poder acumulados a nivel local y/o regional” (Loza, 2012. p. 104). en Rodríguez, G., & Solares, H. (2008)

40

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

14

“Lo local-regional adquiere relevancia, ya que el territorio nacional es una idea lejana, difusa” (Loza, 2012, p.104).

15

Sistema que en siglo XIX se encontraba preferentemente organizado bajo la figura del arriendo. De acuerdo con Larson “Mientras los yanaconas habían cultivado maíz y trigo en haciendas administradas directamente por los terratenientes, las fincas del siglo XVIII fueron parceladas entre arrendatarios que pagaban renta en especie y en dinero” (1984: 21).

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


En este contexto, es evidente que la oligarquía cochabambina no buscaba transformar las lógicas “feudales” que eran su fundamento sino, como señala Solares, frenar el reloj de la historia16. Por otro lado, sin trastocar el fondo, promovieron algunas transformaciones que apuntaban a construir una nueva imagen urbana. Se trata de los primeros intentos de “modernizar” la ciudad, una suerte de higienismo que se manifiesta en la regulación de actividades consideradas poco apropiadas, en la transformación de los códigos arquitectónicos y en la expansión urbana caracterizada por romper con la estructura en damero. De acuerdo con Rodríguez y Solares (2008) las condiciones que generaron que esta visión higienista se manifestara en toda su dimensión estuvieron relacionadas con la crisis sanitaria que atravesó la ciudad en los años 1878 y 1879. Lo relevante del caso es que las autoridades pasaron por alto las pésimas condiciones de saneamiento de la ciudad17 y se focalizaron en culpabilizar a las chicherías, las cuales comenzaron a ser expulsadas del centro de la ciudad a partir de 1880. Sin duda, este tipo de acciones dan cuenta de las pretensiones “modernizantes” de la élite local, la cual busca diferenciarse de actividades de carácter popular con las cuales habían convivido activamente en épocas anteriores.

Estructuración urbana, segunda mitad S. XIX

En cuanto a la estructura urbana, esta continúa reproduciendo, aunque con algunas modificaciones, las lógicas de segregación socio espacial fundadas en jerarquizaciones estamentarias. En términos generales, se pueden identificar cuatro sectores:

Persistencia del “damero” crecimiento por saturación

Área central, que corresponde al trazado de la ciudad colonial y que mantiene su importancia como centro administrativo y comercial. Las instituciones del Estado se localizan en torno a la plaza principal, la cual adquiere nuevas significaciones asociadas predominantemente al poder estatal. Si bien no se puede afirmar que la élite cochabambina haya “abandonado” totalmente el centro, lo cierto es que progresivamente buena parte de ella cambio su residencia hacia las nuevas expansiones urbanas registradas hacia el norte de la ciudad. En este contexto, funcionalmente se operan una serie de transformaciones que determinan un escenario heterogéneo, multifuncional y con mayores densidades de las registradas previamente. En términos morfológicos el damero colonial apenas es modificado y las 16

“... los terratenientes vallunos a partir de la Guerra del Pacífico hacían lo indecible para retardar el reloj de la historia y el progreso,propiciando la perennidad de un conglomerado urbano que estuviera más próximo al recuerdo y a la vigencia de valores de la Villa de Oropesa que a las audacias urbanas que se practicaban en otras ciudades donde no se respetaba la tradición” (Solares, Op. cit. p. 74)

17 “La

ausencia de desagües sanitarios y los precarios y obsoletos sistemas de distribución de agua potable a través de piletas públicas, así como la existencia de una mayoría de calles sin ningún tipo de pavimento a lo que se sumaba las deficientes condiciones sanitarias de las viviendas, y por si fuera poco la existencia de la famosa serpiente negra, un dilatado canal al aire libre que arrastraba aguas servidas desde la zona de la Muyurina hasta una laguna existente en las proximidades de la Plaza de San Sebastián, configuraban una suerte de cóctel explosivo que estalló con fuerza y enluto a casi todas las familias de la ciudad” (Rodríguez,G.; Solares, H. 2008. p. 10)

Ruptura estructura colonial uso de diagonales

Crecimiento axial

Espacio públicos, función de paseo

Actividad artesanal y ferial

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

41


principales transformaciones tienen que ver con la implementación de nuevos códigos formales y simbólicos, que se tradujeron en la implantación del neoclásico como corriente predominante en torno a la plaza principal y su contexto inmediato. Espacio residencial de las clases medias y altas, este sector corresponde a las nuevas expansiones urbanas registradas a partir de 1848 en función a la apertura y progresiva consolidación del conjunto urbano conformado por la plaza Colón y el paseo de la Alameda. De acuerdo con Solares “Aquí tendían a desplazarse los dueños de casonas del centro y también fijaban residencia los grandes comerciantes y otros componentes de los estratos altos y medios” (Op. cit. p.76). Sector artesanal ferial, correspondiente al conjunto de barrios localizados al sur del “damero” colonial caracterizados por la importante actividad artesanal y la presencia, por tanto, de distintos gremios. Adicionalmente se ubican en este sector una serie de espacios comerciales de carácter ferial que articulan efectivamente las dinámicas urbanas y rurales. Se trata, por lo general, de espacios que con el pasar del tiempo se fueron consolidando como mercados, los cuales aún hoy reivindican su permanencia, es el caso de los mercados Calatayud y San Antonio, por ejemplo. Morfológicamente el tejido urbano adquiere una estructura menos rígida definida más por las prácticas que por un designio ordenador: “Aquí el tejido del damero se quebraba en una densa red de callejuelas sinuosas y espacios abiertos o “canchas”...toda la zona presentaba un aspecto desértico en fuerte contraste con el verdor permanente de la zona Norte” (Ibíd. p. 77).

Plano de la ciudad de Cochabamba, 1899 GAMC

42

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

El último sector corresponde a la denominada campiña, cuyo carácter tiene que ver con el desarrollo de actividades agrícolas y con el presencia de casas-quinta y balnearios. En ella se entremezclan las actividades productivas con las recreativas. Tal vez lo más relevante en este período sea la creación de la plaza del


Imagen urbana característica de Cochabamba hasta la primera mitad del S. XX. Autor desconocido, s.f.

Regocijo en Cala Cala, acto que marca la apertura de un lento proceso de urbanización hacia las laderas cordilleranas. En este contexto, dos cuestiones relevantes a considerar son las transformaciones en los usos de suelo y la densificación del centro urbano. Como vimos, la primera de ellas tiene que ver con los cambios económicos y sociales resultantes del ascenso progresivo de sectores mestizos, y en esta medida de la generación de una mayor diversidad en cuanto al tipo de actividades desarrolladas en el centro; adicionalmente, y no menos relevante, hay que considerar el hecho que muchas familias propietarias cambiaran su lugar residencia y dejaran las antiguas casonas coloniales para la obtención de rentas urbanas. Es así que se verifica una incremento en las densidades poblacionales a partir del alquiler de dichas casonas y la constitución de los denominados “conventillos” que permitían la coexistencia de varias familias allí donde precedentemente solo vivía una18, llegándose en algunos casos a situaciones de hacinamiento. Sin embargo, esto se verificaba solamente en algunas manzanas del área central, por lo demás predominaban bajos niveles de consolidación y de ocupación efectiva del suelo. “ ... se pudo comprobar que dentro del perímetro urbano existían muchos predios baldío tipificados como huertos, quintas o simples terrenos no consumidos por funciones urbanas, en realidad se podría afirmar que existía una significativa actividad agrícola dentro de la misma ciudad. Es decir, que resulta simplista la visión de una masa edificada densa en la zona central y gradualmente dispersa hacia la periferie” (Rodríguez, G., & Solares, H., 2008. p. 12). En cuanto a la situación de los espacios públicos, las pretensiones modernizantes de las élites locales implicaron, aun cuando inicialmente tímidamente, una serie 18

“Las calles están trazadas en ángulos rectos. En el lado sur de la plaza principal se levanta una catedral enorme y en el frente opuesto el palacio ocupa todo el lado de la cuadra. Es notable por su primoroso aspecto, siendo muy superior al palacio de Lima (...) Al centro de la plaza hay una fuente que se alimenta del agua que proviene de un pico nevado de la cordillera que está a la vista. Por el aspecto de las casas y tiendas, indudablemente, debe haber riqueza para un pueblo del interior” Lardner Gibbon, 1854.

De acuerdo con Solares (2011) para 1880 en la zona central el promedio de habitantes por vivienda era de 35. ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

43


Plaza 14 de septiembre. Fines del S. XIX Autor desconocido, s.f.

de transformaciones relacionadas tanto con aspectos morfológicos como de uso y simbólicos. Remodelación de la plaza principal “Art. 1° Todos los propietarios de las casas situadas en la plaza principal de esta ciudad, construirán galerías a la manera de las que ya existen, en el término de dos años contados desde el 1° del mes y año entrante. Art. 2° Si dentro del tiempo señalado no se hicieren las construcciones expresadas, las casas de los infractores serán mandadas tasar por la municipalidad y vendidas por ella misma en remate público... Art. 3° En la vereda de la iglesia Catedral y en todo el local que comprende frente de esta hacia la plaza, se hará igual trabajo de galerías por cuenta de la misma Catedral dentro de los dos años ya indicados...” Ordenanza de 17 de diciembre de 1863.

44

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

La primera de estas transformaciones, que se inicia alrededor del año 1838 para finalizar hacia la década de 1860, es la remodelación de la Plaza principal denominada ya 14 de Septiembre, aunque en el plano de la ciudad de 1866 aparece con la denominación de “Plaza de Aroma”. Dicha remodelación obedeció a la necesidad de la oligarquía local de generar, a partir de “nuevos” códigos, una imagen urbana acorde a sus aspiraciones modernizantes. Sin embargo, como señala Solares, la intervención se inspiraba esencialmente en valores coloniales. La intervención impulsada por el Concejo Municipal consistió en la generación de galerías y arquerías en las cuatro fachadas de la plaza, para lo cual se conminó a los propietarios y a la misma iglesia a realizar los dichos trabajos bajo amenaza de remate público. En términos arquitectónicos se produce la irrupción del neoclásico que transformará la imagen de la plaza hasta nuestros días. Adicionalmente se erige un obelisco de tamaño modesto (la columna de los héroes) coronado por un cóndor, simbolizando la libertad y la independencia de la Corona Española. Aun cuando la plaza principal continúa siendo el centro del poder se puede observar, por un lado, que alrededor de ella progresivamente van desapareciendo las funciones residenciales para consolidarse como espacio de las nuevas

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


instituciones del Estado republicano, por otro, aún cuando tímidamente, se va produciendo una especialización de funciones, sobre todo a partir de la expulsión de algunas de ellas como las chicherías y las feriales. Respecto a esto último, la progresiva separación de funciones a nombre de la modernización e higiene supuso hacia finales del XIX y las primeras décadas del siglo XX una preocupación recurrente por la construcción de mercados en la ciudad. El tiempo de las diagonales Si bien la remodelación de la plaza principal constituyó el primer intento de renovar la imagen urbana, la intervención que marcaría a la larga esa voluntad modernizante fue la apertura, en 1848 y bajo la presidencia de Ballivián, del conjunto conformado por el paseo de la Alameda y la plaza Colón. En realidad dicho conjunto comprende la sucesión de cuatro componentes: la iglesia del Hospicio de la providencia, la plaza Colón, la Alameda y el río Rocha . Sin duda se trata de la primera intervención que plantea la transformación morfológica de la ciudad a partir de tres elementos: en primera instancia la utilización de diagonales que ya en el siglo XX caracterizarán a todo el sector de Mosoc Llacta; el cambio en las relaciones de escala y proporción; y la incorporación de la naturaleza como un elemento relevante en el diseño urbano, lamentablemente esta premisa fue progresivamente abandonada por los cochabambinos. La articulación de estos elementos dio como resultado una nueva estética que asocia ,en el entorno urbano, la figura del paseo con la de la naturaleza frugal de Cochabamba. No se trata de un hecho anodino, hay que recordar que es precisamente este entorno el elegido por las élites locales para establecer su residencia, cansadas ya de las condiciones “degradadas” del centro “español” cada vez más ocupado por

La Alameda 1860 Archivo “Casona Santivañez”

“La alameda es frecuentada por las tardes; hay muchos bancos, pero por la carencia de agua las plantas y paseos estan descuidados. El paseo tiene aproximadamente unas ochocientas yardas de largo desde una gran arquería de ladrillo hasta la ribera del río.” Lardner Gibbon, 1854.

“El Prado, que ocupa el norte de la ciudad, es el paseo predilecto. Numerosa concurrencia de carruajes, bicicletas y caballos, da a ese lugar -tan descuidado por el hombre, pero favorecido por la feracidad del suelo- un aspecto muy atractivo.” Portal de la Alameda, 1894

José Aguirre Achá, 1902.

en Renato Crespo, 2012

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

45


“(...) el campo de Cala Cala dista de Cochabamba un cuarto de legua solamente. La llanura se despliega matizada con las variedades todas del verde de los campos y de los cultivos a la vez, manchada a trechos con la viveza resaltante de flores silvestres y de rústicos jardines. Las sendas y caminos son por lo general angostos y tortuosos, sombreados de una lado y otro por hileras de sauces y durazneros (...) La mano del hombre detiene aquí o allá estos fingidos arroyos de regadío, formando remansos y cascadas para el baño, y estanques donde nada garboso el ganso nacido entre las espumas del mar (...) Sobre las más orgullosas ramas de los sauces de Cala Cala se alzan los estandartes, del dios Baco; es decir, unas banderitas de blanca paz y cuyo destino es avisar que allí se adora al dios pagano con libaciones.”

Cala Cala a inicios del S. XX Torrico Zamudio

mestizos. Es en este momento en el que se puede identificar el surgimiento de la idea de “ciudad jardín” y su incorporación en el imaginario cochabambino, el cual tiene poco que ver con las proyectos de fines del siglo XIX y principios de XX de Ebenezer Howard en Inglaterra, y tiene mucho de contenido de clase. Más allá de los cambios en la estructuración urbana, este conjunto propone un nuevo modelo de espacio público asociado a la función de paseo, recreación y descanso (Gibbon, 1854; Aguirre 1902), posiblemente inspirado en las intervenciones Haussmanianas realizadas en París a mediados del XIX. “Paulatinamente este paseo se convirtió en el lugar preferido de las relaciones sociales y en el sitio de lucimiento de las renovadas galas de los más granado de la sociedad cochabambina” (Solares, 2011. p. 70). La campiña...para “gente bien”

Ramón Muñoz, 1845.

“Art. 1° Se abrirá en el centro de Cala Cala, y punto llamado del estanco, una plazuela cuya área tenga poco más o menos la extensión de dos octavos de fanegada, vulgarmente llamados viches” Ordenanza de 10 de diciembre de 1863.

46

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

La apertura de la plaza del “Regocijo” en la zona de Cala Cala ,entre 1863 y 1864, marca otro hito en la historia territorial de Cochabamba. Sin duda, constituye el primer paso hacia la posterior urbanización del norte del Rocha, pero más allá de eso lo que resalta es la importancia de Cala Cala, y en realidad de toda la campiña norte de Cochabamba, tanto en el imaginario social como en las prácticas de las clases acomodadas. Se trata en esencia de un espacio dedicado a este sector de la población y lo será así hasta bien entrado el Siglo XX. Federico Blanco señalaba, en 1900, “Casi toda la población acomodada de la ciudad se traslada a dichos lugares, donde se pasan momentos deliciosos durante los calurosos meses de octubre, noviembre y diciembre. Las noches de luna especialmente, son encantadoras por las

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


reuniones y toda clase de diversiones que se proporcionan y por la animación de las tertulias en las que reina la más completa sencillez y familiaridad” (p. 48). Los relatos de la segunda mitad del Siglo XIX y de principios de XX dan cuenta del conjunto de valores asociados a Cala Cala, dentro de los cuales resalta sin duda la seducción que la naturaleza ejerce sobre el ser humano. La exuberancia de estos parajes es puesta en evidencia con insistencia. Tres son la cualidades relevadas, la primera de ellas es el verdor de la vegetación , su exuberancia y presencia abrumadora, a ella se articulan las bondades productivas de la tierra y por último la diversidad de cursos de agua, vertientes y “baños”. Todas ellas configuran un territorio propicio para el solaz, la recreación y la diversión.

Fiesta campestre, 1899 en Crespo Callaú, 2012

La configuración territorial se encuentra definida esencialmente por dos objetos: la estructura hídrica conformada por torrenteras, canales y vertientes; las casas quinta, correspondientes a Haciendas pertenecientes a los representantes de la élite Cochabambina, y caracterizada por la presencia de la Casa de Hacienda rodeada de huertas con una producción variada. En términos morfológicos la estructura de haciendas será la base para la configuración urbana a partir de su fraccionamiento progresivo durante el Siglo XX, acelerado por la Reforma Urbana de 1954. Es en este contexto que la Plaza del Regocijo, cuyo nombre fue modificado en 1919 por el de Luis Felipe Guzmán, adquiere un papel relevante. Es importante recordar que dicho lugar se constituyó en lugar de arribo y parada inicialmente de carruajes y diligencias y posteriormente, ya en el S. XX, del tranvía. En términos topológicos pasa a ser el lugar más cercano de la Campiña Cochabambina. Fiestas populares, diversidad y tolerancia Tal vez los momentos más intensos, en los que se pone en evidencia el carácter diverso y multifuncional de los espacios públicos cochabambinos, son las diversas festividades de carácter religioso, cívico o pagano. En este contexto, una de las más importantes, a la cual ya hicimos referencia en el período anterior, es la de San Sebastián. Celebrada hacia fines del mes de enero se trata de la fiesta religiosapopular más relevante de la ciudad hasta las primeras décadas del siglo XX. Su particularidad, más allá de las diversas actividades que en ese momento tienen lugar, incluidas las famosas “corridas de toros”,tienen que ver con la transformación de la “pampa” en un espacio de intenso intercambio social, en el que la festividad es la excusa de una coexistencia temporalmente tolerada. Quispe señala que “En tanto apelaba a los distintos segmentos de la sociedad, la fiesta se tornaba en un espacio de encuentro mas no lograba borrar las distancias de clase. Las jerarquía estaban notoriamente marcadas en el escenario de la celebración. La “gente del pueblo” ocupaba las faldas de la colina,mientras que la aristocracia concurría “a los palcos de primer orden a los tablados de preferencia o en elegantes carruajes”” (2016, p. 36).

“Indudablemente que esta es la fiesta más grande y popular que hay en Cochabamba, fiesta en la que se despliega todo el entusiasmo de las diferentes clases sociales (...) En el presente año, de igual manera que en los pasados, cuatro fueron las tardes en las que tuvo lugar el curioso espectáculo, fecundo en incidentes cómicos, serios y aún trágicos, de ver toros corridos por centenares de toreros emponchados en presencia de una concurrencia que pasa de tres y hasta cuatro millares de personas de todo género, sexo y escala social, quienes ora en tablados, palcos, coches, a caballo ya pie contémplase mutuamente y contemplan las peripecias a que dan lugar los toros corridos que en veces hacen correr también” EL Heraldo, 1893 en Quispe, 2016

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

47


Fiesta de San Sebastián Autor desconocido, s.f.

“La “Pampa de Carreras” o de “San Sebastián”, situada al pie de la colina de este nombre brinda el 20 de enero y el 6 de agosto la bella distracción de las corridas de toros. En ella se ve reunida la mayor parte de la población, ya formando la plebe negras oleadas que provocan al toro; ya ocupando la clase media las trincheras de madera armadas en las aceras; ya luciendo la gente rica en los balcones adornados o en los carruajes que ruedan durante los intervalos de la fiesta popular.” José Aguirre, 1902.

48

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

Los aires de modernización llegaron también a dicha fiesta. Es así que a lo largo de la segunda mitad del XIX se generaron una diversidad de voces disidentes, provenientes por supuesto de un sector de las élites locales, que calificaban a la festividad como sangrienta y bárbara (ver Quispe, 2016). El discurso modernizante civilizatorio pretendía desplazar “la barbarie” de la fiesta popular. La edificación en 1893 de la Plaza de toros “González Velez”, popularmente conocida como el Acho, vino a traducir la lógica “civilizadora” en términos espaciales. Según Lavayén la construcción de la plaza de toros a proximidad de la “pampa de Carreras”, en la colina de San Sebastián, fue aceptada por el Concejo Municipal “...con el argumento de que en este local de “categoría pública” se desterraba los juegos bárbaros que se decretaban oficialmente en la festividad de San Sebastián, dónde se veía al pueblo ebrio y desordenado luchando con fieras, sin conocimiento del arte de la tauromaquia” (2012). Dinámicas similares se verificaban en las festividades de menor escala como en la de Todos Santos, en el sector de las Cuadras, o la de San Andrés,en la plaza del Regocijo.”En ellas la substancia fundamental de la ciudad, su diversidad, salía a la superficie desafiando las “normas de urbanidad”” (Anaya, 2013). Orden y progreso, la calle La preocupación por la transformación urbana en función a nuevos ideales modernizantes se tradujo también en una serie de esfuerzos por normar el desarrollo de la ciudad. Es así que “la calle” como objeto urbano y espacio público por excelencia se constituye en la preocupación principal de los primeros esfuerzos

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


normativos en Cochabamba. Tres son las cuestiones fundamentales tratadas en los primeros años del municipalismo: la alineación y el ancho de las calles, el tratamiento de las fachadas y la arborización de las calles. En cuanto a la primera, las disposiciones municipales orientadas al alineamiento de edificaciones y el ensanchamiento de vías dan cuenta del inicio de una tendencia hacia una cierta especialización funcional de la calle en función al tratamiento de los flujos. Entre las disposiciones municipales que tratan esta cuestión se tienen las del 24 de julio de 1863, en la que se determina un ancho general de vía de 10 metros, la ordenanza del 21 de noviembre de 1889, en la que el ancho es reducido a los 8 metros, la resolución municipal del 20 de marzo de 1896, en la que se establece un ancho de 8.50 metros, y la declaración del Concejo Municipal de 29 de octubre de 1896, en la que se establece un ancho de 12.50 metros para las calles localizadas a partir de la quinta cuadra de la plaza. Estas determinaciones se vieron acompañadas por otras tantas que definían la obligación de ochavar las edificaciones en esquina. El tratamiento de las fachadas comienza a ser reglamentado a partir de 1862 y progresivamente la normativa se va haciendo más específica y orientada en función a la idea de modernidad. Es así que en 1899 se establece que “las nuevas construcciones se arreglarán a la arquitectura moderna” (Urquidi, 1995). Recurrente también es la preocupación por la arborización de las calles, ya desde 1862. Preocupación que no solamente involucraba a las calles urbanas sino a los caminos rurales, como deja ver la ordenanza del 21 de noviembre de 188919. En este sentido, es evidente la existencia de una preocupación ambiental ligada a la importancia de la naturaleza en la vida cotidiana y en el imaginario y, posiblemente, al tratamiento de la vegetación propio de las tendencias europeas de diseño urbano traducidas en la idea de grandes paseos, de alineación de calles, las grandes perspectivas, etc. En términos generales, si bien en la segunda mitad del XIX no se verifica una radical transformación de lo que Solares denomina la “aldea colonial” lo cierto es que comienzan a bosquejarse cambios sociales y espaciales que cristalizarían a principios del siglo XX en una serie de intentos de planificación a partir de una visión más global, aunque evidentemente sectorial, de la problemática urbana. En cuanto a los espacios públicos resulta relevante el hecho que se incorporan nuevas funciones, como en el caso del paseo a la manera del bulevar parisino, y que se 19 “11°

En ambas márgenes las acequias que delinean los caminos, y en la campiña, en especial todos los propietarios...están desde ahora forzosamente obligados a plantar árboles y conservarlos en buen estado... 19° Ningún árbol que actualmente se encuentra sobre la vía pública, podrá ser cortado”. (ordenanza de 21 de noviembre de 1889 en Urquidi 1985). ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

49


comienza a especializar el uso, como en el caso de las calles, orientadas a partir de la normativa a su función de asegurar los flujos, o el de las plazas, de las cuales progresivamente se comienzan a retirar actividades como las comerciales feriales a partir de una preocupación higienista y segregacionista. Por otro lado, resulta importante comprender que el espacio público es percibido de distintas maneras en función no solamente a las clases sociales, lo cual es evidente, sino de las actividades cotidianas que en el tienen lugar. Es interesante notar que la estructuración y segregación concéntrica que caracterizó a la ciudad se va transformando hacia una figura lineal que diferencia sur, centro y norte. El sur como lugar de lo popular y del intercambio ferial; el centro asiento de la administración y de los poderes políticos; el norte destinado a la élite. Evidentemente no se trata de una separación drástica, existían matices. En este marco, los espacios públicos del sur mantienen el carácter multifuncional y polifacético de su constitución asociada a la diversidad de actividades comerciales, artesanal y de servicios que en ellos se verifica. No nos referimos exclusivamente a la Pampa de Carreras, sino al conjunto de “canchas” que organizan espacialmente el sur. Estos espacios formalmente indefinidos son, sin embargo, aquellos en los que se verifica mayor diversidad social y de actividades y, por supuesto una también mayor versatilidad para recibir dichas actividades. No se trata de hacer apología de aquellos espacios de alguna manera “dejados a su suerte” sino de dar cuenta del contraste de las dinámicas entre espacios en los que la vida cotidiana y sus necesidades determina un intercambio intenso y aquellos que a partir de la normatividad y asepsia determinan su especialización y homogeneización.

02/03 Aires de modernidad En términos de la organización de las dinámicas regionales, la llegada del siglo XX no trajo consigo grandes transformaciones. De hecho, lo que se verifica es la reproducción del sistema hacendal y sus instituciones, las cuales a pesar de ciertos cambios seguirían vigentes hasta el ‘52. Sin embargo, es evidente que paulatinamente tanto la actividad comercial de carácter ferial como la manufacturera20 se fue intensificando y que buena parte de estas dinámicas quedaban “fuera del control” de las élites hacendales. Más allá de esto, las élites locales en la búsqueda de diferenciarse de los sectores populares abrazaron, por lo menos en términos formales, el discurso modernista, 20

50

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

“En Cochabamba se incrementa anualmente el número y la importancia de establecimientos manufactureros. Se producen aquí excelentes monturas y arneses, el cuero es curtido, se fabrican botas y zapatos, el tejido de ponchos de delicada seda y lana es un arte especial, y en los distritos rurales la fabricación de mantequilla es una de las industrias. Una cantidad de fábricas producen en una escala limitada los artículos más necesarios para la vida cotidiana, como jabón, velas, vidrio, etc.” (Robinson Wright, 1905)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


lo cual se tradujo, como veremos, en una nueva forma de ver y entender la ciudad. “Lo moderno” paso a oponerse a “lo popular” caracterizado como anacrónico, insalubre, moralmente cuestionable, etc. Las chicherías fueron uno de los primeros objetivos de esta especie de “cruzada” civilizadora, Solares señala: “Hechos como la expulsión de las chicherías del centro urbano, la transformación más imaginaria que real de este ámbito en “Zona comercial”, el despliegue de la “gente bien” en paseos y plazas que reproducen imágenes parisinas que deben ser resguardadas de las grotescas costumbres y el “aborrecible brebaje de maíz” otrora universalmente apetecido, marcan no solo una renovación y fortaleciendo del antiguo gamonalismo ultramontano revestido con nuevos ropajes ... sino introduciendo un “estilo” nuevo en su comportamiento social frente a las antiguas ceremonias, celebraciones y despliegues donde tradicionalmente coincidían los de abajo y los de arriba en democráticas manifestaciones cívicas, religiosas o prosaicas” (2011, p. 102). En esta misma lógica, entre 1912 y 1924 se generan una serie de disposiciones municipales orientadas a reglamentar y relocalizar las entonces denominadas “Casas de tolerancia”. Es así que, ejemplo de este puritanismo provinciano, la Resolución Municipal de 17 de septiembre de 1920 determina “... Notificar a las propietarias y asiladas en las casas de tolerancia existentes en la ciudad, anunciándoles que les está prohibido presentarse en paseos y en lugares públicos, usar sombreros y ocupar carruajes o automóviles descubiertos”.Lo mismo sucederá con las festividades religiosas populares, las cuales progresivamente serán desplazadas a partir de la generación de nuevos escenarios de intercambio social implementados por la élite cochabambina21. En este contexto, las diferenciaciones sociales de clase se reproducen y, en más, las relaciones se tornan más intolerantes, diferenciando los “decentes” de los otros. Diferenciación que se traduce desde la vestimenta22 hasta la utilización del espacio urbano. Esto supuso una serie de trasformaciones relacionadas con la idea de modernidad y, en consecuencia, con el rechazo a lo tradicional, al pasado. Varios elementos se articulan en los discursos de modernidad enarbolados por municipes y profesionales. Entre ellos la necesidad de generar vías más cómodas y amplias adecuadas para los nuevos medios de transporte, el higienismo, la relación con la naturaleza, la previsión para las futuras expansiones urbanas, etc. En 1937, el para entonces alcalde Juan José Quezada daba cuenta de las aspiraciones de hacer 21

“El carnaval, el denominado mundo al revés, se vio también impregnado de nuevos gustos hasta casi extirpar todo rasgo popular de las otrora sonadas “fiestas de carnestolendas” que en todo caso fueron exiliadas a las periferies en nombre de las “buenas costumbres”. De esta forma, las tradicionales “pandillas” que se apoderaban de la ciudad al ritmo de ingeniosos y atrevidos contrapuntos acompañados de guitarras, charangos , bandoneones y colores de la tierra, fueron sustituidas por un “corso de flores” italianizante y los “bailes de mascaras” vieneses del Club Social”. (Solares, 2011. p. 103)

22

“El modo de vestir o la apariencia solía relacionarse -además de las diferencias sociales- con las que atañían al nivel económico; así se daban por sentado que los varones de terno, cuello y corbata eran los pudientes; y lo mismo ocurría con las mujeres de “vestido”, es decir, de faldas, en lugar de “polleras” (unos y otras los “decentes” de la sociedad)” (Urquidi, 1999. p. 116)

El corso, 1920 Archivo Casona Santivañez

“Durante las dos primeras semanas anteriores a la del carnaval se adelantaban las fiestas con los “malones” y “cotillones” que se llevaban a cabo en salones particulares de terminadas familias, sonde los participantes asistían con un disfraz adecuado, predominantemente “dominó” (traje con capucha y antifaz o máscara). En el Club Social, se iniciaban los bailes en la noche del primer sábado con el “baile de etiqueta” (frac, smoking o chaquet los caballeros y faldas largas las damas), al compás de dos orquestas que se alternaban; baile al que le sucedían los de disfraces de las siguientes noches, en los cuales se hacía derroche de mixturas, serpentinas y chisguetazos de agua perfumada...” Urquidi, 1999

Anécdotas de un pasado Cochabambino

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

51


“Deseoso el empresario de dar una muestra y hacer la prueba de alumbrar la plaza con luz eléctrica, anoche se instaló por vía de ensayo, en la esquina del edificio municipal, un foco de una fuerza de 18 amperes y otra más de arco, dejando a los concurrentes plenamente satisfechos y convencidos de las ventajas que se obtendrían con la implantación de la luz eléctrica en sustitución del kerosene. Con este motivo acudió a la plaza numerosa concurrencia atraída por la novedad” El Heraldo, 1902

de Cochabamba el edén de América y remarcaba la importancia de enseñar a los escolares a “cuidar árboles y plantas” (El País, 17/10/1937). En este contexto, la idea de “Ciudad jardín” es la que resume o da cuenta en su globalidad el discurso modernista y , también, de clase de principios del XX. La ciudad jardín es pensada del centro hacia el norte, esencialmente: “La ciudad en el imaginario de sus habitantes, aún los más conservadores y reacios a aceptar los nuevos aires modernizantes, dejó de ser la plaza de armas y sus alrededores, que ahora pasaron a ser mejor conocidos como “centro de negocios, “centro comercial” ... en tanto la campiña tradicional comenzó a ser considerada como un espacio de residencia con edificaciones nuevas y modernas y el sitio ideal para materializar el sueño de “ciudad-jardín” “ (Solares, 2011. p. 96).

en García Mérida, 1995

“Luego entre los años de 1912 y 1915, las somnolientas calles de un pueblo ancestralmente soñados, se despertaron con el característico ruido de los tranvías urbanos en marcha -esta vez eléctricostranvías que desde el centro de la ciudad extendían sus relucientes tentáculos hacia los cuatro puntos cardinales de su conformación citadina. Cuatro puntos cardinales hasta donde llegaban en festivas caravanas, hermosas damas de las sociedad valluna, acompañadas por ilustres caballeros de barba española o imberbes mocetones de una juventud respetuosa y romántica, buscando el abrigo o la fresca sombra de sus añosos bosques...” Armando Montenegro, 1975

Tranvías de Cochabamba

Tiempos modernos, energía y transporte En las primeras décadas de siglo XX dos proyectos que habrían de transformar los ritmos de la vida urbana de los cochabambinos fueron la implementación de los sistemas de alumbrado público y energía eléctrica domiciliaria y la puesta en funcionamiento del sistema de tranvías urbanos. En 1902 se realizó la primera prueba de alumbrado público en la plaza 14 de Septiembre, bajo los auspicios de la compañia Hellec, quien trajera el biógrafo a Cochabamba. Posteriormente en 1908 se crea la empresa “Luz y Fuerza Eléctrica de Cochabamba”, impulsada por poderosos miembros de la oligarquía local, y se pone en marcha el servicio de alumbrado público en la plaza y su entorno: “...el 14 de Septiembre de 1908 se libró al servicio público la primera instalación de alumbrado que benefició a la Plaza de Armas, unas 20 manzanas y alrededor de 60 cuadras, o sea, casi la totalidad del centro comercial. Hacia fines del mismo año el nuevo sistema de alumbrado se extendió al resto de la zona urbana consolidada. Sin embargo, recién en 1917 el servicio de alumbrado público y domiciliario fue ampliado a las campiñas de Cala Cala y Queru Queru. Hacia 1923, las conexiones domiciliarias alcanzaron a 1.160 y el alumbrado a 628 puntos lumínicos” (Solares, 2011. p. 94). Sin embargo las condiciones del servicio no fueron las óptimas, de acuerdo con Solares la ciudad paso de las tinieblas a la penumbra. Es lo que confirma Urquidi: “... se dotó a la ciudad de alumbrado público eléctrico de focos incandescentes, es cierto que de escasa potencia lumínica; y, paulatinamente, de instalaciones domiciliares, a un principio en forma asaz restringida, tanto que se limitaba el número de focos, hasta tres accionados por un solo interruptor, ningún enchufe, como reducidas eran también las horas de suministro de energía eléctrica”.(1999. p. 181) Más allá de las dificultades técnicas la instalación de la energía eléctrica supuso , por un lado, la ampliación temporal de la jornada y en estos términos la intensificación

Col. Allen Morrison

52

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


de “la vida social”; y por otro, dio paso a la tecnificación y diversificación de las actividades productivas manufactureras, además, evidentemente de permitir la instalación de los tranvías eléctricos. La irrupción del servicios de tranvías, primero hacia Quillacollo y posteriormente a los cuatro puntos cardinales de la ciudad, determinó tal vez una de las transformaciones más radicales en la apacible vida de la villa a partir de la reducción de los tiempos de desplazamiento y por lo tanto, la modificación en la percepción de las distancias. Las nociones de tiempo y espacio se modifican, se comprimen y ,por lo tanto, la vida comienza a acelerarse. Si bien ya desde 1910 comienza a funcionar el tranvía que conectaba Cochabamba con Quillacollo, recién en diciembre de 1912, mediante Resolución municipal del 12 de diciembre, se autoriza los términos del contrato con la Empresa de Luz y Fuerza Eléctrica para la instalación de los tranvías urbanos en la ciudad. Instalación que se realizaría en el año 1913 iniciando así sus actividades. Es así que el tranvía se constituye en el primer medio de transporte “masivo” que estructura las dinámicas urbanas en función a las cuatro terminales correspondientes a cada uno de los puntos cardinales: al Norte la Plaza de Cala Cala (El regocijo); al Este la Muyurina; al Sud al Cementerio ;y al Oeste a la Estación central ELFEC para posteriormente continuar hacia Vinto23. En la década de 1930 se constituyen las primeras empresas de transporte de pasajeros en buses, las cuales entran en competencia con los tranvías urbanos, retirados de circulación en el año 1939. “Los primeros autobuses de servicio público que surgieron poco antes de la Guerra del Chaco, establecidos por la empresa “Landaeta”, partían -cuando no- igualmente de nuestra inefable plaza “14 de Septiembre” (acera Este) en competencia con el tranvía a Cala Cala” (Urquidi, 1999. p. 53). La irrupción de los automotores constituye un momento fundamental en la vida de la ciudad, ademas de las implicaciones perceptuales de carácter espacio temporal significa la transformación radical de la forma de ver y entender la ciudad, la cual desde este momento pasará a ser pensada casi exclusivamente en función al automóvil y sus necesidades.

23

“Estos tranvías en su recorrido tomaban las siguientes rutas: Al Norte (Cala Cala): calle España, Av. Ballivián hasta su extremo Norte, donde doblaban al Este y después de un corto tramo, nuevamente al Norte para ingresar -luego de atravesar el río Rocha por un puente de Madera- a la Av. Santa Cruz, prosiguiendo al término de ella, sucesivamente, por la avenida América, la calle Tarija, la Juan Wallparimachi y llegar finalmente a la Plaza de Cala Cala ... Al Este (Muyurina): Calle Sucre; Av. Oquendo y Aniceto Arce hasta su encuentro con la Juan de la Cruz Torrez. Al Sud (Cementerio general y Estación FF.CC.), calle Esteban Arce hasta el final (altura del Cementerio General), con un desvío por la Av. Aroma hacia la antigua Estación del Ferrocarril a Oruro. Al Oeste (Quillacollo y Vinto): calle General Achá, Hamiraya, 14 de Enero - Heroínas-, puente sobre el río Rocha, camino antiguo a Quillacollo” (Urquidi, 1999. p . 51-52)

El tranvía en la actual calle España Torrico Zamudio

En Cala Cala

Torrico Zamudio

“La invención de algunas máquinas han venido a perturbar de modo profundo la tranquilidad de la vida urbana (...)a la voz chillona de los vendedores ambulantes se agrega el estridente ruido de los autos, autocamiones y motocicletas (...) sitios como la Plaza Colón, la Plaza Calatayud y la Plaza Guzmán Quitón han sido convertidas en estaciones de autos y de camiones, que a todas horas del día y de la noche, meten un ruido insoportable” Revista Industria y Comercio ,1931 en Solares, 2011

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

53


Ensanches urbanos y plano regulador Este periodo, que cubre aproximadamente las cuatro primeras décadas del siglo XX, se caracterizará por la realización de los primeros esfuerzos de pensar el crecimiento y desarrollo de la ciudad. Evidentemente se trata en la mayoría de los casos de emprendimientos de carácter sectorial orientados en primera instancia a fijar los límites de lo urbanizable y por otro a la urbanización efectiva de determinados sectores. En este sentido, es posible diferenciar entre el planteamiento de ciertos instrumentos de carácter global, como los planos reguladores, y otros que definían simplemente expansiones o ensanches al área urbana. Por otro lado, en muchos casos las previsiones de expansión correspondían más a aspiraciones que a una demanda efectiva de suelo urbano. La primera disposición municipal24 en la que se define la necesidad de expropiar la finca de “Las Cuadras” con fines de extender el radio urbano data de 1899. En 1901, se ordena la presentación de un plano para la formación de manzanos y calles en la región de San Antonio25. Posteriormente, en 190626, se fija el radio urbano de la ciudad en el que se incorpora el sector de Mosoc Llajta, conocido en ese entonces como la zona Noreste y que abarcaba hasta la Muyurina. Sin embargo, no es sino hasta 193827 que se aprueba el plan de la zona Noreste para su efectiva urbanización.

Plano Regulador de la ciudad, levantado en 1909 y actualizado en 1918 GAMC

Ramón Rivero, presidente del ayuntamiento, fue uno de los primeros impulsores de la implementación progresiva de criterios de planificación urbana. Es así que en 1909, bajo su presidencia, el Ing. Luis Pers queda encargado de realizar el levantamiento del 24

Declaración del Concejo Municipal de 19 de junio de 1899. (Urquidi, 1995)

25

Informe del Pdte. del Ayutamiento, 1901.

26 Resolución

municipal del 17 de mayo de 1906. (Digesto Municipal 1900 -1927)

27

54

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

Ordenanza Municipal del 19 de abril de 1938. (Urquidi, 1995)


denominado Plano Regulador de la ciudad. Su objetivo, precisamente, fue contar con un plano en el que se proyecten el ensanchamiento y la expansión de las vías, conformando el tejido para el futuro desarrollo urbano. En este contexto “surge” la preocupación técnica de contar con distintas “...plazas y parques equidistantemente distribuidos”. Si bien dicho plano se extiende solamente hasta las riveras del Rocha el Ing. Pers identifica como necesaria la formulación de un otro Plano Regulador de la campiña (Cala Cala, Queru Queru y la Recoleta) “a fin de facilitar el trazo de calles y plazas, porque la ciudad tiene que extenderse hacia esa región, con preferencia a otras” (Informe del Ing. Pers, 1909). Las recomendaciones se cumplieron el año 1915 cuando se realiza el levantamiento para la urbanización de la campiña. Lo particular es que comienzan a aplicarse criterios técnicos relacionados no ya solamente con la necesidad y el carácter estructurador de los espacios públicos esencialmente plazas sino con consideraciones climáticas y de acondicionamiento: “... se ha levantado el plano... con los siguientes detalles: una plaza central en la esquina del Rosal, de donde salen cuatro avenidas y cuatro calles, por lo cual se le ha dado figura octogonal ... todas las calles son de 16.00 m. de ancho posicionadas de N.E. a S.O. y de N.O. a S.E., con el fin que tanto en las calles como en los patios las habitaciones reciban los rayos solares en todo tiempo ...se ha situado también una plaza grande... para que sirva de mercado a Queru Queru y Recoleta: otra pequeña al centro de Queru Queru: las plazoletitas actuales de Recoleta y Cala Cala, están ampliadas en la medida de lo posible” (Informe del presidente del Concejo Municipal, 1915).

Croquis de la ciudad de Cochabamba, 1935. Detalle GAMC

En esta intención resulta interesante lo señalado por Ramón Rivero el año de 1920, y lo es porque propone el manejo de criterios netamente modernistas de intervención urbana: “Importante en sumo grado es la urbanización de Cala Cala y de todas las campiñas circundantes, operación que se posterga año en año...Hay que estudiar bien esta urbanización y trazar poblaciones asimétricas (evitando la línea recta que es tan monótona y que no tiene la gracia y elegancia de la grandes curvas), llenas de villas y chalets modernos, que hagan de ellas residencias campestres atrayentes”. (Memoria del presidente del Ayuntamiento en Urquidi, 1995) De particular relevancia, puesto que como hemos visto todas las extensiones urbanas de carácter formal se realizaron hacia el norte, es la adopción, en 1919, del plano levantado por el agrimensor Benjamín Anaya para la urbanización de Jaihuayco28, al sur de la ciudad. Plano de urbanización zona Noreste, 1938 28

Resolución municipal del 19 de diciembre de 1919. Digesto Municipal 1900-1927.

El Pais, 1938

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

55


Estructuración urbana, primera mitad S. XX

Por otro lado, en cuanto a las características particulares de ocupación y estructuración urbana resalta en este período la utilización de las diagonales como recurso morfológico relacionado con aspectos como el manejo de las distancias y del acondicionamiento urbano. Es así que El Ing. Rodríguez, en 1937, resaltaba las bondades de la utilización de este recurso: “... indudablemente como la práctica lo ha demostrado en otros países, las diagonales29 cuestan menos que los ensanches, pues comprometen general, las partes menos valiosas de los edificios” (El País, 10 de julio de 1937). Si bien las recomendaciones del Ing. Rodríguez respecto a la apertura de diagonales en el centro de la ciudad no fueron nunca aplicadas, este criterio si se aplicó en los nuevos ensanches urbano, particularmente en el sector de Mosoc Llajta y Jaihuayco. Como podemos apreciar, el proceso de expansión urbana en este periodo corresponde a una serie de preocupaciones y de acciones impulsadas por munícipes y técnicos municipales, que sin embargo no se corresponden con una análisis global de la problemática urbana sino con distintos aspectos muchas veces o la mayoría tratados de manera sectorial. A pesar de esto la preocupación por comenzar a planificar la ciudad, agudizada mucho más por la Guerra de Chaco y sus consecuencias, determinaron que ya en la década de 1940 se encaren acciones globales y “científicas” de planificación urbana.

Ensanches urbanos - Ampliación del radio urbano

Centralidades

Transporte urbano y regional

Trama en diagonales

Espacios de recreación y ocio naturales y construidos

56

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

Zonificación y segregación urbana Más allá de las intenciones planificadoras o bien como resultado de ellas la ciudad continúa reproduciendo las grandes diferencias sociales y espaciales correspondientes a una sociedad de clase en la que los valores estamentarios no acababan de diluirse. La idea de “ciudad jardín” corresponde claramente a una visión de clase y al acceso privilegiado y segregativo a ciertas condiciones geográficas y espaciales relacionadas en este caso con la naturaleza, la vegetación, el acceso a recursos acuíferos, etc. La “ciudad jardín” existe de la Plaza Colón al norte, el resto de la ciudad no entra en esta categoría y a pesar de esto la insistencia en el concepto acaba definiendo al conjunto de la ciudad, y no porque se pretenda incorporar al sur, sino porque se lo excluye, no existe o no es digno de existir. En este contexto “... lo urbano era un conglomerado heterogéneo donde aparecía “la ciudad” como fortaleza del progreso, con su plaza de armas y aledaños convertidos en “centro comercial” y la naciente “ciudad jardín” norteña, en oposición a “la aldea” que no se había extinguido como se deseaba, sino apenas desplazado hacia el Sur donde se consolidó el lugar de residencia de los otros: los cholos, los mestizos y las chicheras” (Solares, 2011. p. 105).

29

Sin duda hace referencia a las intervenciones de Haussmann en Paris.

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


Funcional y socialmente la ciudad se estructuraba en torno a tres espacios claramente diferenciados aun en términos morfológicos: el centro de la ciudad, el entorno de la plaza 14 de Septiembre y su tejido colonial; la zona norte, correspondiente al Prado y a la Campiña en la que se realizan los principales esfuerzos de planificación y cuyo tejido resultante da cuenta de las aspiraciones de las clases acomodadas; y la tercera, al sur, cuyo espacio central es Caracota y su dinámica comercial y artesanal. De acuerdo con Urquidi “La ciudad mantenía sin variaciones notables su fisonomía colonial, no solamente desde el punto de vista urbanístico-arquitectónico, sino también sociológico. Podía advertirse claramente una zonificación concordante con las distintas actividades económicas y categorías sociales ... Así en su parte central y el sector norte, residían las familias acaudaladas ... En esa misma zona, alrededor de la Plaza 14 de Septiembre, los pocos profesionales ... y en las calles que se prolongaban hacia el Sud, los comerciantes de segunda categoría y algunos artesanos. La zona popular por excelencia ... era la del Sud, conocida con el nombre del “Caracota”, desarrollada alrededor de la plaza Calatayud, donde se asentaban los artesanos, las chicheras generalmente esposas de éstos, pequeños comerciantes de artículos de primera necesidad y productos agrícolas y otras gentes de oficios precarios” (1995. p. 198-199). Mercados e higiene pública Como vimos, ya desde el último cuarto del siglo XIX se genera una preocupación por la construcción de mercados que permitan organizar la actividad comercial en la ciudad y su concentración en torno en el área central. Se trata de mejorar las condiciones del “servicio público” y de higiene a partir de la separación y especialización de determinadas actividades. Este esfuerzo de desconcentración se inicia el año 1902 cuando, mediante Ordenanza 19 de diciembre, se establece la necesidad de generar nuevos mercados sucursales del principal (La Recoba), el cual se encontraba localizado a proximidad de la plaza principal, en la manzana 04. Es así que se establecen como mercados sucursales al por menor a las plazas Osorio, San Antonio y Caracota. Como vemos, en este momento, se trata de un esfuerzo por desconcentrar la actividad comercial pero no en función a la construcción de equipamientos sino a partir de su disposición en plazas localizadas fuera del centro. En 1909 considerando que “... las personas que trabajan en dichas industrias ocupan indistintamente cualquier lugar de la ciudad” (Ordenanza del 26 de abril) se define el establecimiento de una plaza de ganado en la Plaza San Sebastián, a cual “... por su gran espacio, su proximidad al matadero público y al barrio de matarifes, la existencia de una pila de agua y abrevaderos cercanos, es apropiada para la venta de ganados” (Ibíd.). El mismo año se establece a la plaza San Antonio como lugar de expendio de granos y harinas (Ordenanza del 9 de junio). Es así que progresivamente las

Caracota, 1900 Archivo Casona Santivañez

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

57


Mercado central Cochabamba, 1954 LIFE. Walter Sanders.

actividades comerciales comienzan a especializarse en distintos lugares de la ciudad (ganado, granos, tubérculos). Entre 1918 y 1919 la Plaza de Ganado es desplazada dos veces, primero a la rivera del río Rocha y después a la zona de Jaihuayco. Los argumentos para dichos traslados fueron “Que se debe evitar la introducción de ganado a la ciudad por los peligros que este hecho entraña. Que desde la inauguración del Ferrocarril a Oruro es ya inconveniente la localización del mercado de ganado en la “Plaza de San Sebastián” (Ordenanza del 28 de diciembre de 1918). El año siguiente y ante la solicitud de los vecinos, mediante Resolución del 3 de junio, se define el traslado de la dicha plaza a la zona de Jaihuayco“... al sitio cedido por el Señor Alberto Quiroga en su propiedad de la Villa en el camino a Caraza”. El mismo año de 1919 se define trasladar el mercado de papas a los locales del antiguo matadero localizado en la plaza Guzmán Quitón. En cuanto a la efectiva construcción de instalaciones para la realización de las actividades comerciales sobre sale, sin duda, la construcción del mercado de La Carbonería, conocido en adelante como “25 de mayo”. Sobre esto, Lavayén nos dice “...una vez realizada la convocatoria y , adjudicada la obra de construcción a la firma Hinke y Compañía , se concluyó el edificio del nuevo mercado ,inaugurándose el 25 de mayo de 1926,el primer mercado seccional en el antiguo local de la Carbonería, con el nombre de “ Mercado 25 de Mayo “ en homenaje a la revolución libertaria de Chuquisaca de 1809” (Periódico Opinión, 14/09/2013).

“Sus estrechas calles centrales, pavimentadas de piedra menuda redonda, eran sacudidas de su modorra muy de cuando en cuando por el ruidoso trepidar de algún coche (carruaje) tirado por caballos, en un choque de cascos, piedras y hierros, cuyo golpeteo, al llegar a los sectores sin pavimento, se apagaba de golpe en un colchón de tierra que, al alborotarse, envolvía rápidamente el carruaje en densa polvareda, junto con la que avanzaba llenando la vía pública igual que nube empujada por el viento” Urquidi, 1999

Anécdotas de un pasado cochabambino

Al finalizar la década de 1930 la organización y distribución de actividades en los distintos mercados queda definida de la siguiente manera30: Mercados centrales, 25 de Mayo y Mercado Central (manzana 04); Mercado seccional en la Plaza Gerónimo de Osorio; Mercados de granos en la Plaza Calatayud y la del Antiguo canal (Guzmán Quitón); Mercado de granos en la Plaza Francisco del Rivero (San Antonio); y Mercado de Ganado en la plaza especial del parque sur (Jaihuayco). Espacio público y transformación urbana Como es lógico, el conjunto de transformaciones sociales, urbanas y aquellas relacionadas con la vida cotidiana significaron la progresiva transformación de los roles del espacio público y de su importancia en la estructuración de la ciudad. Como sucedio en la ultimas décadas del XIX, una de las principales preocupaciones respecto al mejoramiento de las condiciones de funcionamiento urbano fue la apertura y el ensanchamiento de las calles. La calle como objeto urbano merece un nuevo tratamiento relacionado con la implementación de nuevos modos 30

58

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

Ordenanza del 7 de junio de 1927. Digesto Municipal 1900-1927.

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


de desplazamiento, el tranvía y el automóvil, y, por lo tanto, con la adecuación técnicas de sus dimensiones y características en función a las nuevas necesidades. Podríamos decir que la apertura y el ensachamiento de calles se tornó en obsesión en tanto acción de preparar la ciudad para el futuro, para “el progreso”. Precisamente esto es lo que deja entender lo señalado por el Ing. Rodríguez en un artículo del año 1937: “También debo manifestar mi oposición a la apertura de calles nuevas que no respondan a una red determinada y ya existente, el abrir calles por el gusto de abrirlas, es dañinísimo a los intereses comunales, porque ellos complican los servicios enormemente y requieren gastos de conservación muy onerosos”(El País, 10/07/1937). Podemos señalar, sin duda, que la calle es el escenario de las principales transformaciones, las cuales tienen que ver con: la transformación de la escala y las proporciones, en función a su re dimensionamiento y la implementación, en el caso de los ensanches, de una nueva arquitectura, dicha moderna, es así que el peatón, el ser humano, ya no constituye la referencia, ahora el automotor es medida de todo; el incremento de las velocidades y la “reducción” de las distancias; la transformación de las condiciones de la relación público - privado y de las de proximidad, “La ciudad dejó de pasar por bajo mi balcón, ahora todo es difícil y para todo es necesario desplazarse” (en Solares, 2011).

La calle...nuevos ritmos Torrico Zamudio

En el proceso de expansión urbana dos componentes fundamentales en la forma de organizar el territorio fueron las plazas y la incorporación del parque en el repertorio urbanístico. Como vimos, se verifica un proceso de especialización de los

Esquina Noroeste de la Plaza 14 de Septiembre, 1920 Archivo Casona Santivañez

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

59


“Match” de futbol en la Pampa de Carreras (San Sebastián) Autor desconocido, s.f.

espacios públicos, en el que se mezclan criterios funcionales, higiénicos y de clase. En términos generales, la plaza principal adquiere un rol más cívico, lo cual implica en gran medida el desplazamientos de diversas actividades que tradicionalmente se habían desarrollado en su entorno, como el comercio ferial, las chicherías, etc,. sin embargo, aun continúa siendo un escenario de una diversidad de actividades. Debemos recordar, por ejemplo, que en ella se realizaban no solamente actividades cívicas, sino de carácter cultural, presentaciones circenses, etc. y que, además, era lugar de paso obligatorio de los tranvías y parada del incipiente servicio de autobuses. Aun cuando todavía se observa cierta diversidad lo cierto es que en función a los designios y los ideales de las clases hegemónicas poco a poco se fueron borrando toda clase de actividades de carácter popular, como en el caso de la plaza de San Sebastián donde las actividades festivas fueron paulatinamente reemplazadas por otras menos “bárbaras”, entre ellas la introducción del futbol, cuyo primer escenario fuera la “Pampa de Carreras”.

“(...) el balneario público por excelencia de Cochabamba y el preferido (al menos en verano) no podía ser otro que el río Rocha, desde luego, por la calidad de sus aguas corrientes de agradable temperatura; la variada profundidad que ofrecía su lecho a grandes y chicos, la posibilidad de compartir sin limitaciones de espacio, ni peligro de contaminación; la peculiaridad de ser el único “balneario” de carácter mixto, sin la exigencia de mallas de baño””

Por otro lado, la dinámica de creación de plazas fue concomitante al de expansión urbana y se manifestó con particular intensidad en la “Campiña”. Es así que en las dos primeras décadas del siglo XX se verifica la existencia de diversas disposiciones municipales determinando la ampliación y la creación de plazas en Cala Cala, Queru Queru y la Recoleta31. Más allá de las ideas modernizantes, la idea de plaza se encuentra todavía asociada a la de mercado es así que la justificación para su creación se encuentra relacionada con el manejo de flujos y con la provisión de productos varios. Es así que, por ejemplo, para la creación de una plaza en Queru

Urquidi, 1999

31

Anécdotas de un pasado cochabambino

60

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

Resolución Municipal de 15 de noviembre de 1900 / Expropiación de terrenos para plazoleta en Queru Queru Acuerdo de 10 de septiembre de 1901 / Expropiaciones para ensanche de la plazuela del Regocijo Ordenanza de 23 de marzo de 1908/ Expropiación de terrenos para plaza en Queru Queru Resolución de 19 de noviembre de 1918 / Formación de plazoleta en Queru Queru

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


Queru se señala como justificación lo siguiente: “Que no existe en el lugar de Queru Queru una plaza que pueda facilitar el tráfico de esa región y servir de lugar de expendio de víveres para la densa población que sale allí en los meses de verano, siendo bastante considerable la que ordinariamente recide (sic) en lo restante del año” (Ordenanza de 23 de marzo de 1908). En este período se registra la creación de dos importantes plazas que dan cuenta del crecimiento urbano hacia el Este y hacia el Sur. Estamos hablando de la plaza de Jaihuayco (hoy denominada 14 de Noviembre) y de la plaza del Progreso (después denominada Sucre). La primera fue creada el año de 1919 a partir de la cesión de terrenos realizada por el Sr. Quiroga, acción que determina además la aprobación en el concejo municipal de la expansión del radio urbano hacia este sector. La segunda es creada mediante Resolución municipal del 22 de noviembre de 1927 “... Atendiendo a las necesidades del nutrido vecindario de toda la extensa zona urbana y suburbana de aquel lugar, que se encuentra alejada a más de seis cuadras del centro de la población y de las plazas más próximas” . Si por un lado la creación de plazas estaba relacionada con criterios funcionales y de organización de la estructura urbana, la creación de parques respondía específicamente a funciones recreativas y de ocio. Si bien en estos primeros años no se crearon gran cantidad de parques no cabe duda que se comienza a instalar la idea de su necesidad. Es así que el primero de ellos es creado en la rivera del río Rocha mediante Resolución del 20 de febrero de 1920. De alguna manera, lo que se hace es formalizar un espacio que tradicionalmente estuvo dedicado a la recreación como balneario popular, lo que lo diferenciaba de los “baños” de Cala Cala. A partir de este momento se comienza a prohibir el baño en la aguas del Rocha, inicialmente a proximidad de los puentes 32. En términos generales, lo que prevalece es la utilización de espacios naturales como lugares privilegiados de recreación y entre ellos resaltaban las lagunas de Las Cuadras, Sarco y Cuellar, ademas de lugares como Cala Cala, el “árbol hueco” o el “Bosque de los enamorados”33. Por último, resulta relevante por sus implicaciones urbanísticas y sociales la creación del primer parque infantil en el paseo de la Alameda el año de 1925 con motivo del centenario de Bolivia (Urquidi, 1999. p. 27). Esto da cuenta de la especialización y separación de funciones que comienza a consolidarse como criterio de intervención urbana. Los niños que hasta ese momento desarrollaban sus actividades de recreación en la ciudad pasaban a tener un lugar separado y formateado. 32

Acuerdo Municipal del 15 de marzo de 1921.

33

Entre otros paseos selectivos merece nombrarse igualmente el “Bosque de los enamorados” que se extendía a lo largo de la margen Oeste del río Rocha ... formado por una frondosa arboleda de sauces de castilla, eucaliptos y molles” (Urquidi, 1999. p. 19)

“Baños” en el Rocha Torrico Zamudio

“Al final del paseo del Prado, en plena ciudad, ceñida por el fervor de los sauces melancólicos, la laguna Cuellar tiene un encanto lamartiniano avasallador, que invita al susurro de las confidencias y a la evocadora visión de paisajes que nos recuerdan la belleza de lagos que han ennoblecido la creación artística. La laguna con sus frágiles barcas, que acaso llevan la dulce carga lírica de parejas amantes en las noches de luna, es un cromo de esos tan gratos a nuestros abuelos; y en las noches de verano, cuando sopla la frescura de la brisa, disuelve en la quietud bruñida de sus aguas el polvo luminoso de las estrellas que irisan en el cobalto del cielo cochabambino.” Gustavo A. Otero, 1948

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

61


En términos generales, en este período comienzan a profundizarse ciertos cambios que supondrían importantes transformaciones en las formas de entender y utilizar el espacio público. Tal vez el más relevante de ellos sea la transformación de los ritmos y escalas de la vida cotidiana a partir de la introducción de nuevos medios transporte que a su vez significaron la modificación de las estructuras urbanas, adecuándose ahora a las necesidades del automóvil. A partir de este momento el peatón comienza a ser relegado y la misma relación entre la calle y lo que sucede al interior de las edificaciones se trastoca sensiblemente, la separación se hace más tangible a partir del solo hecho del incremento de la velocidad de desplazamiento. Por otro lado, es remarcable el esfuerzo de las élites, en función a un discurso de modernidad, por desplazar y/o “eliminar” las prácticas populares, determinando de esta manera la progresiva homogeneización del espacio público, su especialización, su asepsia.

02/04 (R/N)acionalismo La posguerra del Chaco trajo consigo una serie de transformaciones “traumáticas” que habrían de modificar no solamente las condiciones de la construcción nacional en términos sociales, políticos e ideológicos, sino también las lógicas y formas de ocupación territorial. En este sentido, se verifica el “rápido” engrosamiento de la población en áreas urbanas, esencialmente en las tres ciudades del eje, y con ello una serie de preocupaciones referidas a la ampliación del radio urbano y a la “solución” al problema de la vivienda. En este contexto la ciudad de Cochabamba se ve inmersa en un proceso de cambios que habrían de determinar un crecimiento acelerado, la agudización de los problemas dichos urbanos y el anclaje de una visión de la problemática urbana que habría de caracterizar el tratamiento de lo urbano por más de medio siglo. Ideología y urbanismo moderno La década de los 40 supuso la transformación de las formas de entender y actuar sobre la ciudad. Por un lado, el sistema oligárquico se encuentra en franco proceso de descomposición y , por otro, irrumpen “nuevos” ideales urbanos propios de la modernidad racionalista que se traducen en la generación de una serie de instrumentos de planificación urbana. En este contexto se contraponen la visión oligárquica, maquillada de modernidad, y la nueva racionalidad moderna : “A la visión patriarcal de conservación de los viejo valores de la vida cotidiana de la ciudad, se anteponen los nuevos valores de las burguesía industrial europea y norteamericana, que en la esfera de lo urbano se expresa en el vigoroso movimiento de arquitectura moderna ... que es importada por los nuevos arquitectos que llegan a Cochabamba, quienes encuentran en la sociedad tradicional en crisis, una razón y un medio muy

62

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


favorable para que sus proyectos de modernidad sean bien acogidos por los grupos sociales progresistas” (Solares, 1986). Hasta este momento, los intentos de planificación correspondieron a iniciativas aisladas e incapaces de proyectar una visión integral del desarrollo urbano, actuando por ampliaciones parciales del radio urbano y/o proyectos específicos de urbanización, como en el caso del sector de Mosoc Llajta. A partir de la complejización de las dinámicas urbanas y de la intervención de jóvenes profesionales34, influenciados por el racionalismo funcionalista y las definiciones de los CIAM35, se comienza a vislumbrar la necesidad de un nuevo enfoque de planificación capaz de “orientar efectivamente” el desarrollo de la ciudad. Es así que se instala la idea de contar con instrumentos de planificación integrales y “científicos”. En este espíritu en 1946 el Alcade D’avis señalaba: “Queremos abrir el horizonte de Cochabamba y divisar en el futuro una ciudad próspera y científicamente estructurada. Para ello no podemos abandonarnos al empirismo que en nuestros días ya ha sido desterrado de todas las actividades (Los Tiempos 08/09/1946)” (Solares, 2011). En este contexto es necesario recalar en dos elementos que se encuentran articulados y que definen tanto la forma de aproximarse al conocimiento de la realidad urbana como de su proyección en términos de plan. La primera de ellas tiene que ver con el carácter “científico” de planificación, el cual sin duda hacía relación a la racionalidad moderna y su variante positivista y, por tanto, a la fragmentación como mecanismo de aprehender e intervenir en la realidad. En segundo término, la mentada “integralidad”, reclamada por las autoridades y proclamada por los urbanistas, no refiere a una lectura complejizadora sino, evidentemente, a la desagregación de componentes y de funciones. Es en este sentido, por ejemplo, que respecto al plan de desarrollo regional el arquitecto Urquidi señalaba: “A este fin, pensamos que el plan de desarrollo regional debía tener un enfoque integral, es decir abarcar los aspectos físico, económico, cultural y social” (1986. p. 20). La primera propuesta que traducía la nueva visión urbanística fue la elaborada por el arquitecto chileno Luis Muñoz Maluschka, contratado por la municipalidad en 1943 y cuyo trabajo se extendió hasta 1946-47. Su tarea supuso inicialmente la elaboración de un diagnóstico, sobre la base del cual pudieran plantearse las propuestas de urbanización, la elaboración del proyecto de ley General de Urbanización y del proyecto de Ley General de Reconstrucción y Urbanismo de Cochabamba, y por último la propuesta del Plano Oficial de Urbanización. Sus 34

De acuerdo con Urquidi en 1940 el “Centro de Estudiantes Bolivianos de Arquitectura (Universidad de Chile) se dirigió al Presidente del Concejo Deliberante de la H. Municipalidad de Cochabamba, sugiriendo que “...en bien del porvenir del campanario...se efectúe un PLAN RACIONAL DE URBANIZACIÓN” (1995. p. 33)

35

Hacemos referencia a los Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna y esencialmente a uno de sus resultados: La Carta de Atenas. ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

63


propuestas urbanas dan cuenta de la aplicación de los criterios de zonificación y estructuración urbana propias del funcionalismo y, de acuerdo con Solares, definen las pautas y directrices que habrían de seguir las futuras propuestas de planificación urbana en Cochabamba, las cuales se resumen esencialmente en dos aspectos: a) la consolidación de un modelo urbano concéntrico, y b) la definición de la vocación residencial de la zona Norte y de vivienda económica en la zona Sur. Es decir, se definen claramente los roles y se da continuidad a la estructura segregativa Norte-Sur.

Normas generales de edificación, Plano Regulador, 1950 GAMC

En 1945, suponemos que en función a algunas de las definiciones propuestas por Muñoz Maluschka, se fijan los límites del Radio Urbano de la ciudad de Cochabamba36 y se define la zonificación de la ciudad37, dividiéndola en 16 zonas que en lo futuro pasarían a constituir los conocidos subdistritos. Al año siguiente se incorporan a la Dirección de Obras Públicas Municipales varios de los arquitectos que siendo estudiantes de la Universidad de Chile plantearon ya en 1940 la necesidad de encarar la elaboración un instrumento integral de planificación38. A partir de 1947 la elaboración del Plano regulador de Cochabamba queda bajo la dirección del arquitecto Jorge Urquidi, quien permanecerá en la municipalidad hasta principios de la década de 1970. La elaboración del Plano Regulador de Cochabamba, en base al trabajo realizado por Muñoz, se realiza entre 1947 y 1950 año en que fue aprobado39, siendo publicado finalmente 36

Ordenanza de 18 de abril de 1945.

37 Ordenanza

de 19 de septiembre de 1945 cuyo artículo primero señala: “El territorio comprendido dentro del Radio Urbano de la ciudad de Cochabamba queda dividido en dieciseis zonas, con las denominaciones y límites siguientes, partiendo de la plaza “14 de Septiembre” y siguiendo la dirección de las manecillas del reloj: 1.-Zona central Noroeste. 2.-Zona central Noreste. 3.-Zona central Sudeste. 4.- Zona central Sudoeste. 5.Zona de la Chimba. 6.- Zona del Hipódromo. 7.- Zona de Sarco. 8.- Zona de Mayorazgo. 9.- Zona de Cala Cala. 10.- Zona de Queru Queru. 11.- Zona de Tupuraya. 12.- Zona de Muyurina. 13.- Zona de Las Cuadras. 14.- Zona de Alalay. 15.- Zona de Jaihuayco. 16.- Zona de la Maica.”

38

Estamos hablando de los arquitectos Franklin Anaya, Jorge Urquidi, Daniel Bustos, Hugo Ferrufino y Gustavo Knaudt

39

Ordenanza de 10 de febrero de 1950.

Plano Regulador, publicado en 1961 GAMC

64

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


en 1961. Los cuatro componentes centrales fueron: a) El sistema viario; b) Zonificación determinada de uso de la tierra; c) Normas generales para la edificación y d) Planos de detalles de las unidades vecinales (Urquidi, 1995. p. 29), destinando principalmente grandes superficies de suelo para la construcción de viviendas económicas y la creación de áreas verdes. Posteriormente se fueron elaborando los distintos reglamentos para la aplicación de los principios definidos en el Plano Regulador, los principales fueron: a) el Reglamento de Fraccionamiento de Propiedades Urbanas, aprobado en 1954; b) el Reglamento General de Urbanización, aprobado en 1962; y c) el Reglamento General de Construcciones, aprobado en 1963. Muchas de las disposiciones establecidas en estos reglamentos, esencialmente en el de construcciones, mantienen su “vigencia” hasta nuestros días. Otro de los aspectos relevantes es la incorporación de la escala regional y la formulación de lineamientos para el eje conformado por Sacaba, Cochabamba, Colcapirhua y Quillacollo. De las definiciones contenidas en el Plano Regulador se pueden identificar con claridad los principios racionalistas que guiaron su formulación. El primero de ellos tiene que ver con la implementación del urbanismo de sectores que se traduce en la separación de actividades a partir de una estricta zonificación de las mismas. De alguna manera se impone la necesidad del orden y un cierto “horror” frente a lo diverso, a lo abigarrado. Es así que en1967 Urquidi señalaba respecto al Plano de Zonificación: “Es la base del Plano Regulador, cuya aplicación fracasaría sin ella y las distintas actividades quedarían entremezcladas sembrándose el caos” (en Solares, 2011). Para evitar el caos se propone la creación de zonas diferenciadas con el resto y homogéneas en su interior en relación con las funciones urbanas definidas en la Carta de Atenas: habitar, trabajar, circular y recrearse.

Propuesta Urbana del Arq. Franklin Anaya en Crespo, 1951

En relación con lo anterior, se establece una lógica organicista de estructuración de la ciudad a partir de la generación de “células” denominadas “unidades vecinales”. En este sentido se recurre a la idealización de lo urbano desde una perspectiva naturalista según la cual la “armonía” entre los componentes supondría la superación y el desarrollo social, evidentemente a partir de criterios racistas y moralistas: “Cada “unidad vecinal” debía poseer vida propia y ser capaz de generar vida comunitaria en torno a actividades productivas, sociales, culturales, recreativas que propiciarán la estructuración social de la ciudad sustituyendo los rancheríos y los tugurios, donde se deteriora la raza física y moralmente, por barrios de trazado nuevo, agradable y hermoso como unidades vecinales (Arq. José Pastor citado por Urquidi 1967)” (Solares 2011). La transposición de los principios Lecorbuserianos se muestra en toda su intensidad en las propuestas para el centro urbano. El desprecio total por el pasado, considerado como lastre, y la implementación de los criterios de Tabula Rasa se ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

65


Plano Regulador, Urbanización del Casco Viejo, 1950

La Ville Radieuse de Le Corbusier

Urquidi, 1986

manifiestan con claridad inicialmente en la propuesta de Knaudt (1947) y después en la que forma parte del Plano Regulador. Lo que se propone es la progresiva demolición de las edificaciones del centro, puesto que “...carecen de valor, son de barro de uno o dos pisos y de una data de 100 años o más, es decir, que han pagado varias veces su valor” (Knaudt en Solares, 2011), y su transformación progresiva en “supermanzanas”, emulando la propuesta de Ville Radieuse de Le Corbusier. Más allá de esto, el Plano Regulador constituye uno de los esfuerzos de planificación mas grandes realizados en Cochabamba, sus efectos son todavía tangibles tanto a nivel normativo como en la configuración de la trama urbana y la permanencia de imaginarios y representaciones. En palabras de Solares el Plano Regulador “... más allá de sus virtudes y defectos, fue todo un desafío para la emergente burguesía cochabambina, incluso nos arriesgaríamos a afirmar, que fue el documento programático de clase, más lúcido que produce Cochabamba en esta primera mitad del Siglo XX” (1986. p. 6). La visión sectorial, la poca flexibilidad y las importantes transformaciones sociales, económicas y políticas que experimentó el país en las décadas de 1950 y 1960 afectaron seriamente el horizonte de aplicación del plan. La idea de modernización tropezó entonces con la realidad social y política.

66

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


Revolución nacional y cuestión urbana La Revolución Nacional de 1952 supuso tanto la transformación de las dinámicas sociales y políticas como la de las formas de ver y entender el territorio. Si bien en Cochabamba el sistema oligárquico feudal se encontraba ya en proceso de descomposición, la crisis revolucionaria y sus desarrollo posterior supuso la reconfiguración regional y por tanto también urbana de Cochabamba. En este sentido, corresponde focalizarnos en las dos Reformas impulsadas por el Nacionalismo Revolucionario cuyo impacto ha sido fundamental en la reconfiguración de las dinámicas económicas y territoriales: La Reforma Agraria y la denominada Reforma Urbana. La ley de Reforma Agraria de 1953, bajo la premisa de la tierra para quien la trabaja, determinó la repartición de las tierras de ex-haciendas entre colonos y comuninarios del altiplano y los valles. Sin embargo, dicha repartición, más allá de los efectos simbólicos, supuso directamente la incorporación del campesino al mercado y sus condiciones de intercambio. “La repartición en propiedad individual de las tierras de ex-haciendas ... derivó en el fraccionamiento de la tierra entre pequeños propietarios que, en la mayoría de los casos, no tenían la capacidad económica y tecnológica de incrementar los rendimientos productivos ni de competir en los mercados regionales y nacionales, para con los cuales los términos de intercambio fueron y son desventajosos. La ausencia de políticas que acompañaran a la repartición de tierras determinó a la larga el fraccionamiento minifundista de la tierra, con lo que las economías campesinas fueron constriñéndose a la subsistencia” (Loza, 2012. p. 147-148). Como señala Solares (2014), se estructura un nuevo modelo de acumulación que, como en el caso del modelo oligárquico, se basa en la expropiación de los excedentes agrícolas y la legitimación del intercambio desigual entre el campo y la ciudad.

La Cancha, 1971 Archivo “Casona Santivañez”

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

67


En estas circunstancias se consolida una densa red de ferias controladas por sectores mestizos rescatistas y sindicatos campesinos, cuyas principales plazas, como la de Cochabamba adquieren progresivamente un carácter permanente pasando a constituirse en Mercados populares que articulan las dinámicas regionales como en el caso de “La Cancha”. Por otro lado, el fraccionamiento de las ex-haciendas supuso la huida “despavorida” de las élites hacendales desde sus asientos provinciales hacia la ciudad de Cochabamba, adoptando como residencia el centro o el Norte de la ciudad y siendo beneficiadas a la larga por las políticas urbanas municipales.

Cochabamba 1954 Walter Sanders, LIFE

Ahora bien, una de las cuestiones fundamentales fue la utilización de los excedentes agrícolas en la acumulación y la obtención de rentas urbanas. Solares identifica dos vertientes de acumulación: la apropiación de los excedentes agrícolas y la formación de una burocracia estatal prebendal y corrupta. Situación que aunada a la continua incertidumbre respecto al valor del papel-moneda genera una sola alternativa para la inversión “...adquirir tierra urbana, “hacerla engordar”, fraccionarla, venderla por lotes y luego volver a repetir el ciclo” (2014. p . 57). Es así que la giro capitalista del agro cochabambino, relacionado con la explotación “indirecta” del campesinado y no con su industrialización, determinó la transformación de la forma de ver a la ciudad y de actuar sobre ella. En cuanto a la Reforma Urbana (1954), esta podría definirse como la secuencia lógica en la consolidación del nuevo modelo de acumulación. El Decreto Ley 3819 del 27 de Agosto de 1954, conocido como de Reforma Urbana, definía la expropiación de las tierras excedentes o sobrantes de aquellas propiedades urbanas mayores a los 10.000 m2, quedando dichos 10.000 m2 a disposición de los propietarios y siendo los excedentes transferidos por la municipalidad a “obreros y elementos de la clase media que no posean inmuebles urbanos” (art. 5). En primera instancia resalta el carácter populista de la norma, la cual sería aprovechada efectivamente por el M.N.R40. con fines prebendales y de control social. Es así que, por ejemplo, de acuerdo con el Reglamento de expropiación y adjudicación de lotes urbanos (Ordenanza Municipal 157) en el proceso de adjudicación participa como uno de los veedores el jefe del Comando Departamental del M.N.R. (art. 29 inc. d). En este contexto aparecen distintas urbanizaciones de maestros, mineros, ferroviarios, fabriles, etc. Si bien el Decreto Ley pretendía controlar las ganancias inmoderadas de los propietarios de grandes fundos urbanos, derivadas de la espera para su loteo y por lo tanto no de su trabajo personal o de una inversión de capital, lo que sucedió fue la total apertura del mercado del suelo urbano y la exacerbación de la fiebre de 40

68

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

Movimiento Nacionalista Revolucionario, partido en ejercicio del poder.

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


acaparar lotes y construir viviendas, lo que decididamente daría paso a un patrón de ocupación del suelo de carácter horizontal y con bajas densidades (Solares, 2014), el mismo que sigue caracterizando la realidad cochabambina . De acuerdo con Urquidi “En los hechos, solo un pequeño porcentaje de personas mantuvo en su poder el lote con que habían sido beneficiadas y pocas las que efectivamente construyeron sus viviendas en él, apresurándose las más a transferirlo a terceras personas ...El resultado de la mala política seguida en el caso de la Reforma Urbana, no pasó se ser un despilfarro de tierras que bien habrían servido para encausar mejor la solución al problema de la vivienda (Combinación de viviendas unifamiliares con multifamiliares)” (1986. p. 26) Uno de los cambios fundamentales, que ha determinado el carácter de las dinámicas urbanas en los últimos 60 años, ha sido la transformación de la condición del suelo urbano. En el sentido oligárquico el suelo tenía una connotación en tanto bien patrimonial a conservar en tanto factor central para la reproducción de las condiciones sociales de producción y de apropiación de los excedentes. Siendo así la propiedad del suelo estaba también ligada a la cuestión del prestigio social, símbolo de poder y de acumulación. Por otro lado, con la revolución del 52 se consolida la consideración del suelo como mercancía, es decir la visión capitalista del suelo, con lo que se da rienda suelta a la especulación inmobiliaria. El suelo esta desprovisto de otros valores que no sean su valor de cambio, lo cual supuso la acelerada incorporación urbana de tierras. Con esto las previsiones del Plano Regulado quedaron rebasadas y su aplicación fue parcial, generalmente favoreciendo a los sectores económicamente acomodados.

Dinámicas urbanas, segunda mitad del S. XX

Estructura concentrica inicial Segregación Norte/Sur

Ejes de crecimiento y saturación urbana

Expansión, segregación y reconfiguración urbana Más allá de la retórica nacionalista y de la implantación de la categoría de ciudadanía, la ciudad nacida con el Nacionalismo Revolucionario da cuenta, como no podría ser de otra manera dada su carácter burgués, de una marcada segregación social y espacial. De hecho Rodríguez et Al. señalan que “ Con mayor rigor que en el pasado colonial, la segregación social y espacial ganan terreno, pese a que la participación de nuevos actores sociales arroja sobre este escenario una suerte de original manto democrático que esconde el odioso sentido de diferenciación social en que se inicia el galopante crecimiento urbano” (2009. p. 24). De alguna manera el Plano Regulador ya había definido las condiciones de segregación urbana, aun cuando en su espíritu o ingenuidad pretendía el desarrollo equilibrado de las distintas zonas funcionales establecidas. Lo que sucedió se alejó de la utopía racionalista, que no es sino un idealismo tecnocrático, aunque en buena parte la consolidación de la separación Norte/Sur se realizó en base a lo definido en el Plano Regulador. El norte, la ex campiña, se consolida como residencia de las élites tradicionales “venidas a menos” y de

Centralidades - Consolidación del Mercado de Ferias

Espacio público asociado a la idea de Area Verde / Parque

Desaparición y/o invilización de las estructuras naturales

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

69


las nuevas clases ascendentes y continua siendo asociado a la naturaleza y a la idea de “ciudad jardín”, siendo beneficiado tanto por la planificación como por la inversión pública41. “Los ricos de antaño y los “nuevos ricos” acaparan los mejores sitios, comprendiendo que la adquisición de tierras es una operación de valorización de capital y captación real o potencial de rentas sin mayor riesgo” (Ibíd. p.25). Mención aparte merece la idea de “ciudad jardín” dada su profunda incorporación en el imaginario colectivo. En primera esta asociación da cuenta de la relación efectiva o deseada con la naturaleza, en una primera instancia con la naturaleza frugal de la campiña y posteriormente con la naturaleza “domesticada”, efectivamente ajardinada, enmarcada. Una cuestión fundamental es que la naturaleza no es accesible a todos, tiene un costo que solo algunos pueden pagar a los demás solo les queda soñarla. La ciudad jardín cochabambina tiene un claro contenido de clase y tanto en este sentido como en su materialización es radicalmente distinta a la Cité-Jardin propuesta por Ebenezer Howard en 1898. En cuanto a las definiciones del Plano Regulador Urquidi aclara que “Comentario aparte merecen los retiros o fajas frontales que deben mantener los edificios en las zonas residenciales. Esta medida no está inspirada en la “ciudad-jardín” preconizada a fines del siglo pasado (Ebenezer Howard), como han insinuado algunos, sino en necesidades técnicas y biológicas (ecológicas-paisajísticas); protección de la vivienda de los ruidos y vibraciones y gases producidos por el tránsito vehicular: reserva de espacio, y sea para un eventual ensanche futuro de las vías o en su caso de las aceras ampliando las fajas arborizadas, etc.“ (1995. p. 57). Zona Sur, década de 1950 Autor desconocido, s.f.

Por su lado, el sur se desarrolla en buena parte a espaldas de autoridades locales en torno a la intensa dinámica establecida por el sistema ferial regional y sus propias regulaciones. En el sur se instala la gran cantidad de campesinos migrantes cuya actividad minifundaria se demuestra rápidamente inviable, y lo hace inicialmente lo más próximo del gran mercado de ferias en consolidación, La Cancha. De hecho no es un dato menor, que hasta el día de hoy las mayores densidades poblacionales se registren precisamente en su entorno. Es en este contexto y en el marco de una especulación del suelo generalizada y de la incapacidad del Estado para responder al problema de la vivienda que los sectores populares se organizan en sindicatos de inquilinos y reclaman el acceso al suelo en localizaciones “centrales”, lo que devino en la ocupación “ilegal” de las Colinas de San Miguel y Cerro Verde, transgrediendo lo formulado por el Plano Regulador y doblegando el brazo de las autoridades locales. Evidentemente, estos nuevos asentamientos como tantos otros no contaron con servicios básicos ni con seguridad jurídica hasta muchos años después. Lo relevante del caso es que, por un 41

70

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

“Prontamente estos sitios pasan a ser la residencia de los grupos dominantes, que se benefician de todas las dotaciones de servicios que realiza la comuna. Por ello no resulta casual, que si algo queda como efectivamente realizado por el Plan Regulador, son estos barrios residenciales” (Solares, 1986. p. 5)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


lado, lo sectores populares se organizan para acceder al suelo urbano y garantizar ellos mismos su derecho a la vivienda, pero, por otro, se abre la alternativa del loteo clandestino, que en lo sucesivo no sería realizado la más de las veces por sectores sociales organizados sino por agentes inmobiliarios (loteadores) cuyo único fin es la obtención de ganancia extraordinarias a costa de las paupérrimas condiciones de vida a las que es sometida la gente. Esto continúa lo mismo. Como resultado de las profundas transformaciones sociales, políticas y económicas el Plano Regulador queda rápidamente desactualizado “En suma el antiguo modelo de ciudad definido por anillos concéntricos y vías de penetración que debían vincular a las unidades vecinales con el moderno centro ... ha sido deformado y perforado extensivamente, dando lugar a un tejido urbano extenso, horizontal, poco denso... La idea de núcleo urbano polar y futuros centros satélites, es reemplazado por el concepto de “región urbana” o “conurbación”” (Solares, 1986. p. 6)

El reino del automovil. Calle España, años 60 Archivo “Casona Santivañez”

Las áreas verdes y el espacio público Dadas las nuevas condiciones que caracterizan al fenómeno urbano en Cochabamba tanto el tratamiento como las dinámicas asociadas al espacio público se modifican sensiblemente. La primera cuestión a considerar son los principios a partir de los cuales el racionalismo funcionalista trata al espacio público, principios que sin duda fueron recogidos por Urquidi y su equipo en la elaboración del Plano Regulador de Cochabamba. De hecho Urquidi expresamente se adhiere a las premisas de Le Corbusier (Urquidi, 1986. p. 53). En este marco, el espacio público es entendido a partir del principio de la separación de funciones, asociado evidentemente a la función “recreación”. Es así que lo que opera inmediatamente es la separación y la tendencia a la homogeneización, es decir, a la formación de espacios destinados a cumplir/satisfacer una única función. Esto ha implicado , a la larga, serios impactos, esencialmente respecto al tratamiento de la calle (espacio público por excelencia) ya que su adscripción a la categoría funcional “circulación” implicó “extirparle” la diversidad de roles sociales y urbanos que tradicionalmente ha cumplido. Respecto a esto último, la calle es destinada casi exclusivamente al automóvil y buena parte de la planificación tiene exclusivamente esa preocupación: facilitar la circulación automotora. El automóvil pasa a ser rey y señor de la ciudad. Evidentemente el modelo teórico planteaba la separación de la circulación vehicular y peatonal, lo que devenía en la formación de supermanzanas, sin embargo dicho modelo no pudo ser implementado quedando todo a merced del automóvil. La otra linea de reflexión fue la necesidad de incorporar la naturaleza en la ciudad, lo que estaba relacionado con mejorar el acondicionamiento urbano e incidir

“Hasta la mitad del siglo XX, pocos extranjeros llegaban a Bolivia, en particular a Cochabamba, y cuando lo hacían, su llegada constituía un evento que se publicaba en la prensa local ... Había pocos autos, lo que permitía a la población y sobre todo a los niños gozar plenamente de los espacio urbanos ... los muchachos ponían un par de piedras que hicieran de arco para jugar fútbol en cualquier calle o incluso una soga entre árbol para jugar volley ball. La mayor parte de los jóvenes y muchos adultos se transportaban en bicicletas. La ciudad era para la gente.” Rolando Morales A. En Baptista Gumucio, 2012

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

71


Naturaleza domesticada, el espacio público como “prótesis” Croquis de Le Corbusier

positivamente en la salud de la población. Sin embargo, esta preocupación por la naturaleza no es genuina sino artificial, ya que en realidad de lo que se trata es de generar un nuevo marco urbano a partir de una naturaleza “domesticada” y separada. La preocupación por la naturaleza deviene retórica en la medida en la que existe una “incapacidad” de leer las condiciones naturales del territorio, la aplicación del principio de tabula rasa y la no consideración de las estructuras naturales, como el río Rocha, las torrenteras, las k’ochas, etc., las cuales constituyen más bien un obstáculo al “progreso”. En este contexto que aparece el concepto de “área verde”, hoy por hoy tan generalizado que cuando se piensa en espacio público se piensa en área verde. Siendo así la principal propuesta, que con el tiempo llego a consolidarse casi en su totalidad, fue la formación de una serie de parques alargados dispuestos en sentido Este-Oeste que se localizan desde al norte hacia el oeste de la ciudad. Entre ellos tenemos los parques Fidel Anze, Lincoln, Demetrio Canelas, Ex Combatientes, etc. El único de este tipo en el Sur es el “parque” Suecia en el sector de Huayra Khasa. En estos casos se observa otra particularidad de la visión racionalista y es que los citados parques son pensados a escala urbana y que la propuesta de espacios públicos a pequeña escala o a proximidad es prácticamente nula. Por otro lado, tomando en cuenta la dinámica de loteamiento con posterioridad a la Reforma Urbana y en las décadas siguientes, se asiste a un proceso de dispersión y atomización de los espacios públicos, los cuales evidentemente no merecen una reflexión urbana puesto que los intereses primordiales tienen que ver con la rentabilidad económica de los fraccionamientos. Ahora bien resulta claro que mientras en el “norte” se consolida lo planificado a partir de la intervención mas o menos decidida de la municipalidad, en el sur la acción de la municipalidad es prácticamente nula. En términos sociales, la Revolución del 52 trajo consigo una aparente “democratización” en el acceso y uso de los espacio públicos. Y decimos aparente por que más allá de que se pueda acceder a uno u otro espacio público (calle, centro, plazas o parques) no resulta “democrático” el hecho que tenga que desplazarme necesariamente fuera de mi entorno de proximidad. Lo cierto es que en este período parece respirarse un cierto aire de tolerancia frente a la presencia de “los otros”: “En fin, la ciudad y los espacios públicos de los cincuenta y sesenta revelan esta coyuntura: el tiempo de las permisiones parece evocar la ciudad decimonónica abierta y tolerante que encontró D’Orbigny en 1830. Las plazas y los paseos están inundados de una variopinta masa de clases medias en ascenso que otrora no salían de su reclusión en los barrios del Sur. La feria campesina se ha convertido en un bazar persa que contiene una miscelánea inacabable de todo tipo de mercancías. La zona norte pierde sus aspiraciones selectivas y se convierte en residencia de dueños de fortuna de diversa y plebeya procedencia ... Hacia fines del decenio de 1960 la ciudad comienza

72

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


a retomar un cauce más ordenado, que vaticina la nueva realidad que emergerá en las décadas finales del siglo XX” (Rodríguez et Al. 2009. p. 26).

02/05 Desregulación y expansión urbana La década de 1980 traería consigo una serie de transformaciones sociales y políticas que implicarían la modificación de las condiciones establecidas por el Nacionalismo Revolucionario y de las formas de ocupación y configuración urbana. Modificaciones que en la mayoría de los casos tendrán que ver más con la aceleración o la profundización de procesos cuyo origen data de las décadas anteriores. En todo caso, la imposición radical de la idea del suelo como mercancía y la debilidad del aparato estatal para planificar o hacer frente a procesos como la especulación del suelo determinó la consolidación del patrón de crecimiento horizontal y la expansión acelerada del “área” urbana. Un nuevo plan, el mismo problema Para fines de la década de 1970 se determina la necesidad de contar con un nuevo instrumento de planificación urbana que pueda suplir al Plano Regulador, considerado por los técnicos municipales como obsoleto. Es así que, resultado de ese esfuerzo, en 1981 se aprueba y pone en vigencia el Plan Director de la Región Urbana de Cochabamba (PDRUC). En términos generales este plan pretende cambiar la lógica impuesta por las dinámicas urbanas precedentes y el propio Plano Regulador a partir de “...romper con la estructura urbana concéntrica, intervenir en los factores de valoración que dominan el mercado de tierras urbanas, redistribuir con un mayor sentido de justicia social, los servicios públicos urbanos, los equipamientos, etc.” (Solares, 1986. p.7). En términos generales, el Plan Director da continuidad a lo definido por el Plano Regulador ajustado los aspectos que se consideran necesarios de manera a responder a los problemas y desafíos definidos por la “evolución urbana descontrolada”42. En este sentido, reproduce la visión del urbanismo sectorial y se “limita a la planificación físico-espacial” (Memoria PDRUC) , con lo que se restringen otra vez las posibilidades efectivas para que las definiciones del plan puedan aplicarse efectivamente dada su visión sectorial y la poca flexibilidad frente a las transformaciones socio económicas. El plan se organiza en torno a 6 líneas políticas: 1/ Descentralización de funciones y actividades urbanas; 2/Densificación en la ocupación del espacio urbano; 3/ Uso 42

“...si el Plan Regulador de 1960, contiene una concepción de desarrollo urbano para una burguesía industrial y empresarial, en realidad idealizadas; el Plan Director de 1980, es ya, más un esfuerzo de urgencia por imponer un sentido de orden, dentro de un proceso urbano casi incontrolable” (Ibíd.) ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

73


de suelo; 4/ Preservación ecológica; 5/ Preservación del patrimonio histórico; y 6/ Administración y planificación del desarrollo urbano. Sin duda los tiempos habían cambiado, la acelerada urbanización y sus efectos trajo consigo preocupaciones inéditas, por lo menos respecto al Plano Regulador, como la cuestión medio ambiental y la preservación patrimonial. Sin embargo a pesar de la definiciones lo que sucedió posteriormente se encontraba totalmente a contramano de lo definido en el Plan Director.

Plano 01 de Ocupación del suelo. Plan Director 1981 Archivo GAMC

Plano 02 de Circulación y transporte. Plan Director 1981 Archivo GAMC

74

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

En general el nivel de aplicación de las acciones fue mínimo o por lo menos insuficiente como para generar las transformaciones previstas. En esto tuvo que ver tanto lo sectorial del plan como la escasa voluntad de las autoridades municipales para su implementación. Si consideramos las políticas de descentralización, densificación y uso de suelo podemos observar que en el primer caso, la definición de nuevas centralidades respondió más a un modelo teórico que a la comprensión de las dinámicas que se tejían en el territorio, lo que tuvo como resultado la escasa consolidación de las centralidades definidas en el plan, en algunos casos la posibilidad de una centralidad no se manifestó en lo más mínimo. Lo mismo sucedió con las previsiones de densificación, según las cuales se esperaba que para el año 2010 la densidad bruta alcanzara los 83.7 Hab/Ha. La realidad es que para el año 2014 la densidad bruta en el área urbana de Cochabamba alcanzaba solamente los 47 Hab/Ha (GAMC, 2014). Tal vez las mayores contradicciones se encuentren referidas a la definición del al área urbana y los usos del suelo. Si bien lo que se pretendía era controlar la acelerada expansión urbana con bajas densidades, la definición de las posibles áreas de expansión urbana a largo plazo (se estableció que para el horizonte del año 2010 la superficie urbana contaría con 10.547 Has.) determinó que dadas las condiciones propias al desarrollo social y económico de Cochabamba el proceso de urbanización se acelerara en lugar de ralentizarse. En este contexto, lo que se privilegió


fue una visión normativa que, como suele suceder, resultó rígida e incapaz de responder a los desafíos de la realidad, mas pronto que tarde las áreas de expansión urbana fueron ocupadas sin mediar las condiciones técnicas necesarias, dando continuidad al patrón horizontal de crecimiento urbano. Mercado: explosión urbana y regularización Lo sucedido en las últimas décadas, de 1980 al presente, es una sucesión de hechos sociales, políticos y territoriales que determinaron la consolidación total del patrón horizontal de crecimiento en Cochabamba y aquello que hoy conocemos como Región Metropolitana Kanata. Se trata, sin duda, de la consolidación de la forma capitalista de hacer ciudad, es decir consumiendo de manera acelerada el suelo, degradando el medio ambiente y reproduciendo las inequidades sociales. A mediados de los años 80, con la promulgación del D.S. 21060 y la implementación de una serie de políticas de corte neoliberal, se genera un nuevo escenario que viene a profundizar los procesos de expansión y desregulación urbana. El proceso de desmantelamiento del modelo de Estado benefactor trajo consigo la movilización de importantes contingentes humanos, tal fue el caso de los trabajadores mineros, que en busca de alternativas optaron por la localización urbana. Es así que rápidamente, entre 1986 y 1990, la ciudad de Cochabamba recibe una importante población inmigrante que se asienta no necesariamente en sectores previstos para la expansión urbana, como fue el caso de Villa 1ero de Mayo, al sur del municipio. En poco tiempo las áreas de expansión previstas fueron rebasadas, pero no necesariamente saturadas. La ocupación no planificada de áreas circundantes, el crecimiento sobre áreas de protección ecológica y agrícola, entre otras, cambiaron la estructura físico económica de la ciudad y la región. “Respecto a Cochabamba, en forma abrupta a partir de 1986, tienen lugar asentamientos irregulares (campamentos) de mineros relocalizados, en algunos casos ocupando tierras que habían sido adquiridas con mucha antelación por ellos mismos, y en otros, ocupando tierras fiscales o promoviendo procesos de usurpación de tierras” (Rodríguez et Al. 2009. p. 133). Esta población se insertó en el mercado cochabambino esencialmente en el sector terciario, dada la debilidad del aparato productivo, cuyo centro vital fue y todavía es La Cancha. Un poco más adelante, a mediados de los años 90, se implementaron una serie de reformas estatales de reajuste al modelo neoliberal orientadas al desmantelamiento casi total del Estado y la entrega de las empresas nacionales a manos privadas. En este contexto una de las normativas que tuvo un importante impacto en términos urbanos fue la Ley 1551 de Participación Popular. Esta norma que inicialmente establece la municipalización del territorio nacional determina adicionalmente la creación de las Organizaciones Territoriales de Base a partir de la premisa inicial de generar los mecanismos que permitan una mayor ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

75


participación de la población en la toma de decisiones. Sin embargo, en los hechos la participación fue cooptada por una dirigencia prebendal que monopolizó la toma de decisiones43; por otro lado, se verifica un proceso de compartimentación y fragmentación territorial a partir de la ruptura de las solidaridades horizontales derivada del establecimiento de límites “administrativos”. Adicionalmente y como consecuencia “la desagregación presupuestaria, por OTB y cantidad poblacional, contribuye, en muchos casos, a la profundización de la diferenciación y la segregación socio espacial. Las OTB que se encuentran más consolidadas, en términos urbanos, reciben recursos generalmente mayores a aquellas de reciente creación y cuyas necesidades son más acuciantes. De esta manera se profundiza la reproducción de las inequidades sociales y territoriales” (Loza. 2015). En este contexto se genera un escenario de desregulación que incide directamente en las posibilidades de planificar la ocupación y el fraccionamiento del suelo, lo que aunado a las escasas capacidades de gestión urbana, a la rigidez de la normativa y la pasividad o complicidad de las autoridades municipales determina la expansión desmedida de los asentamientos humanos en un contexto de alta especulación inmobiliaria. Es así que se consolida y profundiza la lógica capitalista de producción urbana, “... el suelo urbano pasa a comportarse en sus costos como una mercancía escasa en continua alza, sin dejar a los sectores de menores recursos otra opción que procurar alternativas viables en una periferia urbana cada vez más distantes de los centros laborales...de esta manera sui géneris se cumple uno de los objetivos de la economía global respecto a las ciudades: ampliar la economía de mercado al consumo del suelo urbano” (Rodríguez et Al. 2009. p. 135-136). Evidentemente no se trata estrictamente de un problema relacionado con las capacidades institucionales de gestión y control territorial sino con la imposición de la lógica mercantil, tanto en la forma de ver y planificar el territorio como en la acción de una diversidad de actores articulados de una manera u otra a la especulación inmobiliaria. La oferta y demanda van modelando lo urbano y los intereses individuales o sectoriales se imponen sobre los colectivos. Esta situación no repercute solamente en el crecimiento acelerado y horizontal de las áreas urbanas, una rápida relación de los problemas asociados da cuenta de: Alto consumo del suelo, crecimiento horizontal y de baja densidad, la ruptura de equilibrios ecológicos, inequidad en la distribución de servicios, reducción y privatización de los espacios públicos, ocupación irracional del suelo, deficientes condiciones habitacionales, segregación social, etc. 43

76

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

“Lo que ... parecería constituirse en un canal propicio para la construcción de ciudadanía se ha traducido a la larga en la generación de una infinidad de “mini feudos” que en la mayoría de los casos son incapaces de articular acciones colectivas ... La participación de la población en los procesos de planificación y toma de decisiones se ha resumido al accionar y las decisiones de los dirigentes de turno, caracterizada por la politización y el prebendalismo. Esta situación define la indiferencia generalizada de la población y la generación de una suerte de “élite” dirigencial que se favorece de su rol de interlocutor con las autoridades estatales y que se eterniza en la dirigencia”.(Loza, 2015)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


Ahora bien, la cuestión de la especulación del suelo y sus efectos negativos no ha sido un fenómeno que se manifieste solamente en los bordes urbanos y que involucre a la población de escasos recursos económicos. Una lectura maniquea y simplificadora quisiera esto, pero lo cierto que la forma de “hacer” ciudad de las fracciones sociales medias/alta se caracteriza también por la alta especulación inmobiliaria la transgresión normativa y es igual de desastrosa en términos de construcción de “lo urbano”. Por otro lado, es evidente que “Mientras los sectores más acomodados buscan localizaciones privilegiadas, esencialmente al Norte y Oeste de la ciudad, donde existe una importante oferta inmobiliaria sobre todo de departamentos y urbanizaciones cerradas; la oferta para la población de escasos recursos económicos se caracteriza por la informalidad y las precarias condiciones habitacionales y legales” (Loza, A., & Vega, S. ,2014, p. 107). La dinámica impuesta por la alta especulación de suelo y, en este caso, por la acelarada expansión urbana puso en evidencia las limitaciones de las instancias de planificación y de las mismas autoridades, tanto municipales como nacionales, cuya única propuesta de “solución” ha sido recurrir a procesos de “regularización”. Es así que ha inicios de los años 2000 el Gobierno Nacional aprobó la Ley Nº 2372/2002 de Regularización del Derecho Propietario Urbano44 estableciendo procedimientos “excepcionales” para regularizar de manera masiva los inmuebles urbanos que no contaban con títulos inscritos en Derechos Reales. En función a esto, el Gobierno Municipal en convenio con el Ministerio de Vivienda y Servicios Básicos implementó el Proyecto Piloto ARCO (Acuerdo de Responsabilidad Compartida). Dicho proyecto supuso la flexibilización normativa45 y la progresiva incorporación al área urbana de una gran cantidad de asentamientos humanos localizados al sur, en el Distrito Municipal 9, distrito de tradición y vocación agropecuaria. Contrariamente a lo previsto, tal vez de manera ingenua, el Proyecto ARCO contribuyó a promocionar de manera indiscriminada la construcción ilegal y la exponencial proliferación futura de nuevos asentamientos humanos no planificados. En los hechos solamente se favoreció la reproducción del problema y de hecho su agudización puesto que quedó claro para los loteadores que a partir de la presión social era posible incorporar en el mediano plazo las tierras fraccionadas al área urbana. Los fraccionadores/loteadores ven en este tipo de medidas la promesa de próximas regularizaciones, lo que incentiva su accionar. Es así que el año 2009 el Gobierno Nacional aprueba la Ley 4145 que determina el cambio de uso de suelo de agrícola a urbano en el sector de K’ara K’ara favoreciendo Complementada posteriormente con la Ley Nº 2717

44

45 Ordenanza

Municipal Nº 3157/2004 que aprueba el Reglamento para la Regularización de Asentamientos Humanos del Distrito 9. ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

77


a 33 juntas vecinales, que en los hechos presentaban escasa consolidación y que fueron el resultado de agresivos procesos de loteamiento, juego en el que entró la misma Universidad al liberar suelo, que se encontraba bajo su propiedad, para consumo urbano. Como se trata de una historia de nunca acabar, el año 2012 el Gobierno del Estado Plurinacional aprueba la Ley 247 que so pretexto de favorecer a familias de escasos recursos determina la obligatoriedad de los gobiernos municipales de definir el “radio urbano” incorporando todos los asentamientos humanos con una antigüedad mayor a los 5 años. Por último, el año 2016 se promulga la Ley 803 que amplia los plazos para la aplicación de la Ley 247. Como se aprecia, la respuesta de los distintos gobiernos ha sido siempre la misma, con lo cual solamente se dio rienda suelta a la lógica capitalista de acceso y consumo del suelo urbano. Las formas de la expansión urbana La expansión urbana en las últimas décadas, caracterizada por su aceleración y el alto consumo de suelo, se ha generado a partir de distintas dinámicas específicas que tienen que ver con los procesos migratorios, con la especulación del suelo y con el contexto territorial particular en el cual se ha generado. En este sentido, se pueden identificar tres formas genéricas de expansión urbana (en base a Loza, A., & Vega, S. ,2014): El crecimiento de continuidad respecto al área urbana consolidada, el cual se manifiesta esencialmente en dos zonas: la Norte, donde la expansión a transgredido la cota 2750 msnm, el límite sur del Parque Nacional Tunari; y la Sur Este, donde en primera instancia el crecimiento se urbanizaron los terrenos planos de Valle Hermoso y posteriormente se fueron ocupando las colinas y serranías adyacentes. En la mayoría de los casos se trata de fraccionamientos realizados en áreas previamente definidas como no urbanizables, los cuales posteriormente fueron regularizados. En el caso del sector Sureste, si bien el crecimiento presenta características de continuidad, es importante resaltar la influencia de la Av. Petrolera, que vincula a Cochabamba con el Valle Alto, como un factor que ha facilitado la expansión urbana, sobre todo en lo que corresponde a las serranías del Distrito 8. En el sector Norte, correspondiente al Distrito 13, los asentamientos urbanos han invadido el Parque Nacional Tunari, generando una serie de problemas técnicos, ambientales y legales. El crecimiento discontinuado por la presencia de un límite natural, que corresponde a la expansión no planificada que marca la transgresión del río Tamborada en cuanto límite natural reconocible, lo que dio paso al

78

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


paulatino pero constante proceso de fraccionamiento de tierras agrícolas pertenecientes del Distrito 9. En una primera instancia se consolidaron los asentamientos localizados entre los puentes Tamborada y Politécnico, los cuales fueron regularizados con el proyecto ARCO; posteriormente aquellos correspondientes al sector de Pampa San Miguel, K’ara k’ara y Arrumani. Se trata de asentamientos relativamente consolidados, aunque en la mayoría de los casos de presentan bajas densidades poblacionales y construidas.

a Tiquipaya

a Quillacollo

a Quillacollo

Crecimiento discontinuo con fraccionamientos aislados, que corresponde a la expansión no planificada y el fraccionamiento de tierras agrícolas y de serranía, acelerados por la especulación mercantil del suelo, por lo que los niveles de consolidación, en la mayoría de los asentamientos, son bajos. La generación de estos asentamientos se ha realizado de manera totalmente desordenada, definiendo tanto la discontinuidad con el resto del área urbana como entre asentamientos. Dado el carácter discontinuo estos sectores se caracterizan por serias dificultades respecto al acceso a servicios básicos, el acceso al transporte público, el déficit de espacios públicos y la ocupación, en algunos casos, de áreas de riesgo o protegidas por ley, como es el caso de las franjas de seguridad de torrenteras. En términos de conectividad, resulta clara la influencia de las vías Lacma-Santivañez y la de Albarancho en cuanto son las que, de alguna manera aseguran el acceso de todos estos asentamientos con el área urbana consolidada de Cochabamba.

Area urbana consolidada Crecimiento de continuidad con el área urbana consolidada (contigüidad ) Crecimiento discontinuado por el límite natural (Río Tamborada) Crecimiento discontinuo por fraccionamientos aislados

al Valle Alto

a Santivañez

Formas genéricas de expansión urbana Loza, A., & Vega, S. (2014)

Las dinámicas de expansión urbana, las cuales involucran no solamente al municipio de Cochabamba sino al conjunto de municipios que conforman el Área Metropolitana, se caracterizan en términos morfológicos por la aplicación indiscriminada, y por tanto irreflexiva, del “damero”, herencia colonial que se expande sin importar las condiciones del sitio, generando un paisaje homogéneo y descontextualizado. Fragmentación urbana y segmentación social Varios son los factores que articulados dieron como resultado los procesos de fragmentación urbana y segmentación social que enfrenta hoy por hoy, no solo la ciudad de Cochabamba sino el área metropolitana. Tal vez, eso creemos, más allá de las transformaciones sucedidas en los últimos treinta años y que tienen que ver con el desarrollo del capital y su impacto en la producción urbana, uno de los factores primigenios para la fragmentación actual ha sido la visión sectorial promovida por la mayoría de los instrumentos de planificación, cuyos principales referentes son el Plano Regulador y el Plan Director. La separación de funciones, la tendencia a la homogenización de actividades, etc., etc., han sido premisas que aunadas a las intervenciones ideológicamente condicionadas y en la mayoría de los casos segregativas han llegado a constituir el escenario actual. ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

79


Dinámicas urbanas, fines del S. XX, inicio del S. XXI

C

A B

Dinámicas de segregación socio espacial

Expansión urbana acelerada, presión sobre componentes naturales

Difusión urbana por discontinuidad, en torno a “focos”

C

A B

Recomposición de las centralidades urbanas

Privatización urbana, difusión de las urbanizaciones cerradas

80

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

En una primera instancia la fragmentación tiene que ver con la desarticulación de los componentes urbanos, es decir con su separación progresiva y en muchos casos radical. Separación relacionada tanto con el tipo de dispositivos urbanos implementados desde los servicios técnicos del gobierno municipal como con el desarrollo de las mismas prácticas urbanas. En el caso de Cochabamba, es evidente que las prácticas urbanas se han ido disociando en función a criterios funcionales y sociales y que, en este sentido, lugares de alta centralidad funcional como simbólica han ido perdiendo la capacidad de convocar a la diversidad de actores que otrora lo hiciera. Este es el caso, por ejemplo, de La Cancha o del denominado Centro histórico. De hecho lo que se verifica (ver Rodríguez et Al., 2009) es que la misma noción de centro o de centralidad ha mutado y que aquellos lugares que, bajo el modelo concéntrico del Plano Regulador, se consideraban centrales han perdido para algunas fracciones de clase la relevancia práctica y simbólica. Por otro lado, el “norte” se desplaza y construye sus propios soportes e imaginarios. Lo que sin duda tiene que ver con los procesos de segmentación social, “La ciudad se segmenta cuando estratos sociales de clase media/alta tienen la suficiente fuerza como para pasar del sentimiento moderno o posmoderno a la construcción de un referente material urbano que los represente. Una burbuja cuya fuerza no está en su dimensión real o en el todavía desprolijo paisaje urbano que recrea, sino en su capacidad de ignorar el resto urbano” (Ibíd. p. 302). En este contexto el límite virtual que divide el Norte y Sur (categorías importantes en el imaginario cochabambino) se desplaza constantemente y “el Norte” se hace cada vez más estrecho y elitista46. En esta dinámica progresiva de fragmentación y segmentación social tienen que ver cuestiones relacionadas con la autosegregación y el prestigio social, con la influencia determinante de las tecnológicas de la información y la comunicación y, por tanto, con la penetración agresiva de una serie de valores “globales”, que en definitiva no son otros que los valores promovidos por el capital, esencialmente el nivel y tipo de consumo como factor de diferenciación social. En este marco, la irrupción de “lo originario”, a mediados de los años 2000, supuso la exacerbación de sentimientos segregacionistas y racistas, que se habían mantenido latentes en el seno de nuestra sociedad47. En relación con esto, se ha construido, adicionalmente, todo un discurso del miedo, promovido militantemente por lo medios de comunicación, que define el “miedo al otro” simplemente por “ser otro”, y que determina la separación, la autoreclusión, la hiper seguridad (guardias, privados, cámaras de seguridad, 46

Este proceso de repliegue de los sectores sociales de Clase media/alta hacia las zonas de Queru Queru, Cala Cala y Tupuraya es minuciosamente estudiado y explicitado en Rodríguez et Al. 2009.

47

“La jerarquización y exclusión del espacio no hace sino reflejar, y a veces magnificar, las desigualdades sociales y étnicas de raigambre colonial que persisten en la ciudad de Cochabamba. Éstas...se han acentuado tras el triunfo de Evo Morales” (Rodríguez et Al., 2007. p. 285)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


controles de identidad, etc..). Es así que se configura un escenario de intolerancia que rompe con los principios básicos de urbanidad que permitieron otrora la coexistencia. En términos urbanos, esto ha supuesto la puesta en marcha de dispositivos tendientes a la privatización, es decir a la exacerbación de la predominancia de aquello que entendemos como propiedad privada, a la homogeneización relacionada con el control y con la autoreclusión, y, en estos términos a la generación de unidades habitacionales cerradas (condominios, urbanizaciones) de acceso restringido y destinadas al consumo por parte de los sectores de clase media y alta. Lo que se verifica es la negación de la ciudad. “Estos enclaves urbanos se caracterizan por el cerramiento físico y por la definición claramente establecida de sus límites a partir de la generación de barreras físicas que cumplen la función de murallas al mejor estilo medieval. El control del acceso constituye otro elemento que refuerza la separación, la necesidad de presentar documentos de identificación para ingresar ... y el “fuerte” control parapolicial indican ya el paso de un territorio a otro a la manera de un control fronterizo...En términos urbanos se generan estructuras claramente diferenciadas cuya articulación con el entorno es prácticamente nula...la vida cotidiana, en buena medida, se realiza al interior del enclave “sin necesidad” de entrar en contacto con la ciudad” (Loza, A., & Vega, S. ,2014). Sin duda, todo esto ha supuesto la crisis y prácticamente la desaparición del barrio como unidad de referencia y de mediación urbana, “...el barrio...ha desparecido, y con él la experiencia de la convivencia humana y sus vínculos afectivos, reemplazados por un aislamiento apenas mal reemplazado por la televisión o la prensa escrita. No se vive en la ciudad, se la lee o se la ve desde la cómoda y segura instalación del living o el dormitorio” (Rodríguez et Al., 2009). En este sentido Anaya (2013) señala que “La pérdida progresiva de la escala barrial, como elemento articulador entre el espacio residencial y la ciudad...sumada a la búsqueda de un entorno homogeneizado que limite la interacción entre situaciones diferentes dan lugar a la producción de un espacio urbano que tiende a la fragmentación” (p. 259). Declinaciones de lo público El espacio público, componente esencial de lo urbano, se resiente inmediatamente de las transformaciones mencionadas. Sin duda, lo que se evidencia es un repliegue sobre lo privado que se manifiesta en primera instancia en una animadversión respecto a lo público y a la posibilidad de interactuar con los otros. En los últimos treinta años la transformación ha sido “dramática”, de acuerdo con Rodríguez et Al. (2009) el punto de inflexión se encuentra aproximadamente al inicio de la década de 1990. Con anterioridad “Los espacios públicos -plazas, calles y esquinas, verdaderos territorios de reunión y socialización- fueron utilizados casi ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

81


sin temor y de manera relativamente abierta, permitiendo el acceso colectivo. Los mercados populares eran por excelencia los centros de abasto donde las familias se aprovisionaban y adquirían sus productos. La universidad estatal, por su parte, era el espacio de encuentro de los bachilleres de colegios fiscales y particulares” (p. 204). Tal vez dicha transformación esté relacionada con la penetración del individualismo y del consumismo resultantes de la aplicación del modelo neoliberal, que implicó la transformación de la temporalidad y las prácticas cotidianas. Lo cierto es que en el espacio público se manifiestan los distintos fenómenos que acabamos de ver y sobre los cuales es necesario puntualizar algunos aspectos. La tendencia a la privatización se manifiesta en el espacio público a partir de situaciones como el cerramiento, el desplazamiento de las actividades colectivas, la apropiación comercial y mercantilista del espacio público y la residualidad, que tiene que ver evidentemente con la fragmentación del espacio público. El cerramiento se manifiesta, por supuesto, en la generación de las urbanizaciones cerradas y condominios, que directamente le dan la espalda a lo público. Sin embargo otras formas de cerramiento que inducen a la privatización son las efectuadas, por ejemplo, en los parques de la ciudad, rodeados de muros y enmallados el acceso se encuentra condicionado al pago de un arancel. Esto es lo que les ha sucedido a los parques de la Costanera y al Mariscal Santa Cruz, por ejemplo. Pero esto también se reproduce en los pequeños espacios públicos con el enmallado de áreas infantiles y canchas deportivas. El discurso es siempre el del miedo. Así, se constituyen espacios monofuncionales, poco atractivos y casi inutilizados en la mayoría de los casos. La apropiación mercantilista y el desplazamiento de las actividades “colectivas” se manifiesta, por un lado, en el “vaciamiento” del espacio público y su sustitución por Centros Comerciales de distinta índole, donde se articulan las actividades comerciales, los servicios de restauración y los de ocio. Los más relevante son el Cine Center, el IC Norte y, el Huper Mall, de reciente inauguración. Sin embargo como señala Rodríguez et Al. aun estos espacios son rechazados por las élites que se repliegan a lugares más privados y selectos. Por otro lado, en torno al gran Mercado ferial y el centro urbano, lo que se manifiesta es la apropiación abusiva del espacio público a partir del desarrollo de una diversidad de actividades comerciales que acaban en muchos casos por desplazar al peatón y tienden, en todo caso, otra vez a la homogeneización de las funciones. Dadas las condiciones de la expansión urbana acelerada, otra situación que caracteriza al espacio público cochabambino es la residualidad, resultante de la promoción de fraccionamientos irregulares. El accionar de los loteadores, guiado por el único interés económico, da como resultado la dispersión y fragmentación

82

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


de los espacio públicos. El espacio público es lo residual, lo inservible en función a los intereses del loteador. Es así que sus dimensiones son reducidas, se encuentran totalmente dispersos en el territorio y no se corresponden con criterios de estructuración urbana. Por último, la desaparición de la escala barrial y de la calle como ámbito privilegiado del intercambio social han supuesto, tal vez, el golpe más duro a la condición pública del espacio público, que como sabemos no se decanta, por lo menos no preferentemente, en términos de propiedad jurídica, sino en las condiciones de diversidad y las posibilidades de contacto. “...la declinación del espacio público en términos de un agotamiento de su calidad intercultural, de su condición de espacio de tolerancia, alteridad y de su capacidad de irradiar imaginarios identitarios vendría a se una consecuencia del proceso de segmentación social y cultural” (Ibíd. p. 304).

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

83



03 Morfología urbana

Ya sea que nos refiramos a un valle de más de quinientos kilómetros cuadrados, enclavado en la parte oriental de la cordillera de los Andes, a dos mil seiscientos metros sobre el nivel del mar y en pleno centro de América del sur, o a una plaza colonial de un poco más de una hectárea, construida a fines del siglo XVI, la materialidad del espacio revela, en primera instancia, una ubicación, una situación única sobre la extensión terrestre. De la misma manera como no podemos ocupar físicamente más de un lugar a la vez, el mismo lugar no puede ubicarse en más de una situación en la tierra. Esta propiedad esencial de todo espacio físico, suficientemente evidente como para ser subestimada, es la que representa de manera más elocuente el principio fundamental para toda intención de aproximación a su análisis y comprensión puesto que la identificación de un espacio físico o de una situación urbana como singular constituye la primera condición para el emprendimiento de una acción (Anaya, 2013). La identificación de un espacio como singular reside en la coincidencia geográfica de una serie de elementos, tanto objetivos como subjetivos, que establecen una configuración particular apropiada, en mayor o menor grado, para la puesta en marcha de una estrategia. Esto no significa que una configuración espacial sea simplemente instrumentalizada para un fin específico, lo que nos acantonaría en la concepción del espacio como simple contenedor inerte, sino que al ser parte ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

85


integrante de la estrategia de un actor, individual o colectivo, esta fracción de la extensión terrestre se constituye al mismo tiempo como lugar cartográfico y como lugar existencial (Berque, 2009 p.44). Bajo esta óptica la ciudad (y sus formas) es portadora de la experiencia de la sociedad que cobija. Es bajo estas consideraciones que, desde el punto de vista morfológico, el análisis de los roles que han jugado y juegan los espacios públicos en la producción del espacio urbano cochabambino pretende concentrarse en dos aspectos fundamentales: por un lado la manera en la que el espacio edificado aporta en la constitución de la macro-forma del espacio urbano y por el otro, las formas de estructuración de los componentes del espacio físico, vistas a escalas diferentes, dan lugar a sistemas o unidades particulares las cuales pueden o no permitir o inducir (o inhibir) ciertos tipos de funcionamiento y de uso. En este sentido,como es bien sabido, la macroforma de la aglomeración urbana, que la engloba como una unidad, no es en lo absoluto homogénea ni en términos formales ni simbólicos, su evolución da lugar a combinaciones diferentes entre los elementos que la conforman. Esta heterogeneidad de configuraciones no es solamente evidente horizontalmente sino también verticalmente, es decir, no solo es visible en diferentes zonas de la ciudad sino también a diferentes escalas. Es en razón a esta situación que se pretende realizar un rápido recorrido por las condiciones generales que nos presentan dos escalas básicas de conformación del espacio urbano: la macroforma y las unidades morfológicas, identificadas estas ultimas a partir de espacios públicos específicos. A partir de ellas buscaremos introducirnos a la pequeña escala, aquella que concierne la estructuración morfológico-espacial misma de los espacios públicos y de su entornos inmediatos en tanto que soportes para las practicas sociales. Es entonces a través de estas tres escalas fundamentales de aproximación y de observación de las formas urbanas de la ciudad (la macroforma, las unidades morfológicas y los espacios públicos en sí mismos) que nuestro trabajo, más allá de poner en evidencia la diversidad en las conformaciones del tejido urbano y del rol que en ellas juegan diferentes tipos de espacios públicos, busca caracterizar las lógicas que soportan su estructuración, las cuales pueden contribuir a la concretización de las transformaciones derivadas de las dinámicas dominantes, o por el contrario, puede constituirse en elementos de resistencia. La pertinencia del análisis morfológico en función de sus tres niveles solamente puede ser asegurada en la medida en que seamos capaces de mantener vivo el carácter sistémico del tejido urbano en todo momento. El objetivo de esta tarea no solo se concentra en un trabajo de catalogación o de descripción sino que, en virtud de que una tipología es siempre susceptible de ser considerada como proposición para la producción o reproducción (Panerai, 2009, p.106), su identificación y

86

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


análisis permite cuestionar las modalidades de su estructuración, los tipos de articulación que la unidad establece con las demás escalas de la ciudad, además de cuestionar las condiciones y la pertinencia de su reproducción. No se debe confundir la identificación y el análisis de tipologías con un esfuerzo de aislación de una situación urbana específica, autosuficiente en sí misma, lo que reduciría el cuestionamiento de sus articulaciones solamente al nivel de las relaciones proporcionales, limitando la consideración de relaciones escalares1.

03/01 Cochabamba y su Macroforma Ya se ha hablado de las particularidades de la situación geográfica de Cochabamba en relación a su articulación con otros centros importantes de la región y del país y de cómo esta situación, sumada a las condiciones topográficas de su entorno inmediato, ha condicionado su funcionamiento y desarrollo a lo largo de la historia. En términos de las implicaciones que las condiciones de su implantación en el territorio han tenido y tienen sobre el desarrollo de su macroforma resulta más que evidente la importancia de la expansión de la “mancha urbana” a lo largo del eje longitudinal, este – oeste, esto si consideramos como unidad de análisis toda la extensión del valle central cochabambino sobre el cual se inserta la llamada “Región Metropolitana “Kanata”. Sin embargo, el desarrollo del espacio urbano propio del municipio de Cochabamba ha sido el resultado de un proceso combinado (con evidentes diferencias temporales, espaciales, funcionales, como también sociales) de expansión longitudinal y transversal, siendo esta última, la generada en torno a la dilatación del espacio urbanizado a partir del eje nortesur, la que ha determinado las características fundamentales de la ciudad de Cochabamba en términos morfológicos y, como veremos más adelante en este estudio, también en términos simbólicos y de representación social. Basándonos en la cartografía histórica presentada en el capítulo precedente, bastante limitada en lo que se refiere a las formas de ocupación de la periferia de la ciudad a lo largo del tiempo, podríamos afirmar que la lenta expansión centrifuga de la ciudad a partir del núcleo colonial se desencadena verdaderamente una vez sobrepasada la barrera natural que constituía el río Rocha al norte del centro. Fue a partir de ese momento que la ya marcada diferencia entre la “ciudad formal” y la periferia ocupada, sobre todo en lo que a la parte Sur se refiere, se extiende y 1

Entendiendo las relaciones proporcionales como aquellas que se desarrollan entre elementos pertenecientes a una sola dimensión o campo de realidad, y por otro lado entendiendo a las relaciones escalares como aquellas que permiten articular o poner en relación elementos pertenecientes a diferentes dimensiones (Berque, 2009). Como ejemplo podríamos hacer referencia a las leyes proporcionales de los templos de la Grecia clásica las cuales buscan establecer relaciones entre las dimensiones de sus componentes sin considerar necesariamente condiciones de articulación con la escala humana. ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

87


comienza a instalar sus condiciones de diferenciación precisamente sobre el eje norte-sur de manera cada vez más evidente. Mientras el Norte se ocupaba de forma extensiva por casas de hacienda y espacios destinados más que todo al regocijo de un segmento reducido de la sociedad, el sur lo hacía de forma más intensiva, albergando un espacio urbano más denso y multifuncional en el que se entremezclaba la residencia con la actividad productiva y ferial, dando lugar a morfologías claramente diferenciadas entre ambas partes, y por lo tanto a formas distintas de ocupación y de uso del espacio que, como ya se ha dicho, han determinado en gran medida las características espaciales actuales. A lo largo del proceso de evolución del espacio urbano cochabambino y de su macroforma, las diferentes formas de estructuración del tejido urbano han dado lugares a diferentes tipologías de espacios públicos que en la gran mayoría de los casos han permanecido hasta nuestros días, otros en cambio han modificado sus condiciones espaciales o de uso, y en otros casos definitivamente han dejado de existir.

Gráfico 01. El valle central de Cochabamba

Elaboración en base a Google Maps

03/02 Espacios naturales y semi-naturales

Antes de concentrarse en las relaciones entre la macroforma y los sistemas o conjuntos de espacios públicos de la ciudad que actualmente juegan un rol en su dinámica urbana creemos importante hacer una breve revisión, no exhaustiva, de algunos de aquellos espacios públicos y/o de uso público que marcaban la “personalidad” de la ciudad no solamente estructurando la macroforma sino también estableciendo articulaciones más sólidas y dinámicas con el territorio, espacios que justamente forman parte de aquellos casos actualmente prácticamente extintos. Nos referimos precisamente a los abundantes espacios

88

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


naturales y semi-naturales que conformaban la periferia y los bordes urbanos de la ciudad. El componente natural que influye de manera más significativa en la definición de la macroforma de una ciudad es sin duda la topografía. En el caso de Cochabamba el rol determinante de la topografía del valle Central en la definición de la macroforma del espacio urbano fue más bien tardío. En los primeros momentos los límites naturales de la forma general de la ciudad estaban definidos por la presencia del río Rocha, hacia el Norte y Oeste, la serranía de San Pedro hacia el Este y las colinas San Sebastián y San Miguel, hacia el Sur (Gráfico 02). Todos estos pequeños componentes topográficos, ubicados al interior de los límites generales del valle central de Cochabamba y bastante próximos al centro urbano, jugaron por mucho tiempo un papel importante dentro el repertorio de espacios de uso público directamente relacionados con las apreciadas condiciones naturales de la periferia de la ciudad y, por lo tanto, escenarios de diversas actividades relacionadas sobre todo con el disfrute de la naturaleza. Ya entrado el siglo XX estas colinas ubicadas al sur fueron progresivamente “incorporadas”, por decirlo de alguna manera, al tejido urbano de distintas maneras. Por un lado la colina de San Sebastián fue, y continua siendo, un espacio definido generalmente como “público” pero que sin embargo, más allá de haber albergado desde principios del siglo XIX equipamientos de uso público, una plaza de toros (remplazada actualmente por un coliseo deportivo), y un monumento conmemorativo, nunca ha sido realmente integrada a la dinámica urbana constituyéndose una suerte de “isla” al interior del tejido urbano la cual no es realmente practicada, ni apropiada. Esta situación se debe en gran parte a la manera a través de la cual el reconocimiento y la puesta en valor del carácter histórico del sitio se ha traducido en formas bastante inadecuadas de intervención y de gestión. Por otro lado el resto de las colinas, Cerro San Miguel, Cerro Verde y Ticti fueron, a partir de finales de los años 1960s, ocupadas por un proceso acelerado de demanda de suelo urbano que ha llegado a cubrirlas prácticamente en su totalidad, transformando la función de espacios semi-naturales de regulación ambiental originalmente atribuido durante los procesos de planificación emprendidos desde los años 1940s (Urquidi, 1967), en un tejido urbano relativamente denso, difícil de ser practicado y gestionado en razón de sus condiciones topográficas y donde la preocupación por producir un sistema estructurante de espacios públicos de calidad no era, ni es la principal.

Esquema: Macroforma finales s. XIX, pricipios s. XX

Plano de Cochabamba 1899 GAMC

“Cochabamba” Manuel Ugalde, 1864 (Detalle) Casa de la Cultura, Cochabamba

Gráfico 02. Secuencia 1: Espacio público y Macroforma temprana

En lo que se refiere a la serranía da San Pedro su participación en la definición de la macroforma ha sido bastante importante ya que ha condicionado el crecimiento de la ciudad en el sentido sur-este. Sin embargo su falta de participación en las ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

89


dinámicas cotidianas de la población, más allá de una simple función orientadora o referencial, que no ha podido realmente ser sobrepasada por la implementación del famoso “Cristo de la Concordia” y los espacios asociados, se ha traducido en dos tipos de situaciones: por un lado, la degradación sobre todo en lo que se refiere a los valores atribuidos por la población en tanto espacio público llegando en la actualidad a ser percibido como un lugar mal mantenido e inseguro, y por el otro el asedio de la presión urbana en su entorno inmediato.

Esquema: Macroforma mediados s. XIX

Plano Regulador de Cochabamba 1950 GAMC

No fue sino hasta pasada la segunda mitad del siglo XX que el límite de la macroforma de la ciudad fue determinado por la serranías cordilleranas al Norte y finalmente confinada oficialmente, no necesariamente en los hechos como se sabe, al límite sur del parque nacional “Tunari” a partir de 1962. La determinación administrativa de este límite, planteada con el objeto de proteger las áreas naturales de la presión urbana pero bajo la lógica de zonificación mono funcional, dio como resultado no solamente la aislación del parque respecto de las dinámicas urbanas, y por lo tanto la pérdida de un enorme potencial en términos de espacios de uso público/colectivo para actividades de relacionamiento con la naturaleza, sino también el fracaso del objetivo principal dejando al parque a merced de los procesos de ocupación informal que encuentran en este tipo de zonas, protegidas nominalmente pero excluidas de la práctica, un terreno fecundo para echar raíces. Continuando con la reflexión acerca del rol que juegan los componentes naturales dentro la estructuración de la macroforma de la ciudad y específicamente en la materialización física o simbólica, a esa escala, de espacios relacionados con la practica colectiva, y por lo tanto con su valoración también colectiva, no podemos dejar de referirnos a los elementos que han condicionado la vocación productiva de este valle. En lo que se refiere al desarrollo temprano de la ciudad, los elementos y estructuras naturales llegaron a constituirse en elementos centrales de la vida cotidiana de la población más allá de su función meramente productiva. Dentro esta lógica tal vez el elemento más importante, tanto desde el punto de vista de la estructuración de la macroforma de la ciudad como de la compeljización de las relaciones de la población con el territorio, fue sin duda la presencia del agua y la gran variedad de espacios a ella asociados.

Laguna Cuellar R. Torrico Zamudio

Gráfico 03. Secuencia 2: Espacio público y Planificación Oficial

“Los balnearios -si así puede llamárselos-o más propiamente ‘baños’, particulares y públicos, existían en varias zonas de la ciudad y sus cercanías [...], se convirtieron igualmente en concurridos balnearios, los depósitos de agua, estanques o lagunas de artificiales construidos para el riego de fundos agrícolas de los alrededores de la ciudad. Entre esas lagunas, adquirieron mayor importancia las de ‘Las Cuadras’, ‘Sarco’ y la de ‘Cuellar’ [...] constituyéndose en los balnearios preferidos de estudiantes y jóvenes que deseaban practicar natación.” Urquidi, 1999

90

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


Hasta casi el final de la primera mitad del siglo pasado el espesor territorial asociado al curso de río Rocha, absolutamente cambiante y dinámico en función de las estaciones, interactuaba con la ciudad de forma conflictiva. Por un lado ocasionaba graves daños materiales a casusa de sus crecidas por lo general intempestivas, las cuales, buscando devolver al río su curso original, inundaban continuamente las zonas residenciales llegando hasta el mismo centro (Solares, 1990). Y por el otro lado, enriquecía la periferia norte y oeste dotándola de espacios donde por momentos la marcada separación social, en cierta medida, se diluía al compartir escenarios más que propicios para el desarrollo de actividades deportivas y de esparcimiento, además de otras de carácter más cotidiano como las desarrolladas por las lavanderas quienes pasaban sus días combinando en partes iguales la prestación de un servicio y la socialización (Anaya, 2013).

Esquema: Macroforma principios s. XXI

Por medio de los trabajos de canalización del río Rocha, en el tramo que entra en contacto directo con la ciudad, emprendidos desde principios del siglo XX la ciudad experimenta progresivamente una doble pérdida: por un lado se pierde la presencia del río en tanto que elemento natural estructurante del territorio y por lo tanto estructura activa en la constitución de la macroforma de la ciudad y en la complejización de su morfología por medio del sistema de afluentes, canales y torrenteras, el cual ha estado sujeto a la misma lógica eliminándose casi por completo la presencia del agua en movimiento como parte del paisaje urbano; y por otro lado, la pérdida de este elemento natural, y por lo tanto de todo el sistema del cual forma parte, como espacio público altamente practicado, valorado y significado.

“El 29 de febrero y el 1ro de marzo de 1940, luego de torrenciales lluvias, el río incrementó su caudal en muy poco tiempo, saliendo de su cauce y destruyendo los diques de contención en la zona de la Muyurina. Inmediatamente y luego de arrasar con muchas construcciones ribereñas de gente de escasos recursos, irrumpió en el Prado y calles aledañas con furia incontenible, alcanzando una altura de hasta 1,40m. [...] ‘los muebles de la zona residencial de la av. Ballivián fueron saliendo por puertas y ventanas, en medio de azoramientos de sus propietarios, que no atinaban a salvar sus objetos o a buscar alturas para proteger a los niños’. Inundado el Prado y la Plaza Colón, las aguas ingresaron hacia el centro por las calles 25 de mayo, España, Baptista, Ecuador, San Martin, etc., alcanzando la propia plaza 14 de Septiembre. (El Imparcial n°2998, 1/03/1940)”

Plano General de Cochabamba 2016 GAMC

Solares, 1990.

Si bien el recorrido de un curso de agua en medio de una estructura urbana representa un elemento divisorio al interior del tejido urbano no debe necesariamente ser un obstáculo a la “continuidad urbana” la cual, en términos morfológicos y funcionales, se funda en la diversidad de formas de articulación

Parque barrial OTB Pacata Central M. Anaya

Gráfico 04. Secuencia 3: Espacio público y crecimiento por fragmentos ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

91


de los componentes del tejido urbano y en la diversidad de formas de usos de apropiación (Anaya, 2013). Es en este sentido que, contraria a una visión integradora y compleja que apela al análisis de los procesos de producción del espacio urbano y la acción concreta sobre él, la práctica urbanística institucional se ha encargado de acentuar la separación entre el río y la dinámica urbana, situación que se aplica tanto al río Rocha y al río Tamborada o finalmente a cualquier curso de agua en contexto urbano, como ya se ha dicho. Las intervenciones encaradas en esta dirección se han basado básicamente en dos tipos de acciones: Por un lado la no-consideración de estos componentes territoriales al momento de intervenir en ellos o en sus proximidades, más allá de la implementación de “artefactos” destinados a salvar el obstáculo que representa; en algunos casos esta falta de consideración a dado como resultado situaciones trágicas de desbordes, inundaciones o deslizamientos llegando a lamentarse hasta pérdidas humanas. Por otro lado la implementación de una serie de espacios de uso público (véase cap. 02) sobre todo a lo largo del tramo del río Rocha que circunda el centro de la ciudad, la mayoría de ellos en la actualidad cerrados y pagos, que no contribuyen a la integración. Esta situación es un ejemplo elocuente de como ciertas intervenciones en el espacio público, pensado como objetos aislado, pueden contribuir justamente a cumplir la función opuesta a la que deberían, es decir, a la desestructuración del espacio urbano. Por medio de estos procesos la presencia de los cursos de agua al interior del espacio urbano de la ciudad, sobre todo en lo que se refiere a los río Rocha y Tamborada, ha llegado a adquirir un mero carácter de obstáculo y de receptáculo de desechos y de aguas residuales que condiciona la reflexión del espacio urbano desde los límites de su canalización, hacia un lado y hacia el otro, y no así en tanto que componente de alto valor ambiental y de uso, más allá de su obvia condición estructurante. Si el agua en movimiento corrió con esa suerte, los cuerpos de agua estáticos, importantes en la “personalidad” de la ciudad desde sus inicios, no tuvieron otra mejor. Ubicadas principalmente en la periferia inmediata de la ciudad hasta bien entrado el siglo XX las diversas lagunas y sus zonas de influencia constituían también espacios de uso público altamente valorados que, junto a las zonas agrícolas próximas a la ciudad, eran escenarios de frecuentes paseos, excursiones y reuniones. Es evidente que más allá de la laguna Alalay, la cual sigue siendo determinante dentro la estructuración de la macroforma y que en la actualidad presenta altísimos niveles de contaminación y de degradación de su entorno inmediato, habiendo perdido prácticamente todas sus propiedades y potencialidades en tanto que espacio público, las demás lagunas, que no han sobrevivido al voraz crecimiento urbano no representaban elementos estrictamente definidores de la macrofoma de la ciudad. Sin embargo su presencia, más allá de

92

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


los evidentes beneficios ambientales, y sobre todo su uso y valoración por parte de la población contribuían a otorgar a la ciudad una personalidad particular basada en el rol central que jugaba los espacios naturales y semi-naturales en el conjunto. Con este pequeño recorrido se ha podido ver la incidencia de los componentes naturales ha sido fundamental, no solo en la definición de la macroforma de la ciudad, sino también en el rol que han tenido en la materialización, tanto espacial como simbólica, de un conjunto de atributos y valores que en cierta medida aún forman parte del imaginario colectivo. La condición urbana específica de la ciudad de Cochabamba tenía mucho que ver con las maneras en las que la dinámica urbana y la rural se nutrían mutuamente en la escala cotidiana en función de una articulación dinámica y fluida entre espacios construidos, espacios semi-naturales y espacios naturales. Este tipo de articulación, casi absolutamente destruida en la actualidad, puso a disposición de la población una serie de espacios de uso público de una riqueza hoy por demás disminuida. “Cuando hemos comprado el terreno, toda esta zona estaba llena de maizales, en este mismo lugar había todo tipo de hortalizas, verduras y habían arroyos de agua clara para el riego. Cuando éramos jóvenes veníamos a por estos lugares a modo de excursión... ” (Vecina Otb: La Recoleta,45 años) Anaya, 2013

03/03 Componentes de la Macroforma y modos de composición del tejido Los procesos de producción del espacio urbano responden a dinámicas sociales que se desarrollan a distintas escalas, tanto espaciales como temporales, y materializan en el terreno diversas formas de organización de los componentes del tejido urbano. Estas formas generales de organización, identificables a nivel de la macroforma, incorporan el espacio público al sistema general en grados diferentes. En algunos casos podemos encontramos con contextos donde los espacios públicos o de uso público tienen un relativo protagonismo llegando a constituirse en elementos en cierta medida estructurantes del tejido y por otro lado nos encontramos con situaciones totalmente opuestas donde se presenta como un simple elemento residual. Entre estos dos polos existen por supuesto una diversidad de situaciones. Es importante aclarar en este punto que si bien resulta necesario poner en evidencia, de manera general, diferentes tipos de configuraciones espaciales ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

93


con el fin de comprender de mejor manera las particularidades locales en cuanto al lugar que ocupa el espacio público en la estructuración del tejido urbano, el objetivo central de la presente investigación consiste en analizar espacios público generados bajo una clara lógica institucional a escala urbana no así aquellos que sean el resultado de procesos de expansión progresiva por fragmentos, contextos en los cuales la condición de residualidad del espacio público es casi inseparable. Estando conscientes de la diversidad de configuraciones del tejido urbano que hacen a la macroforma de la ciudad hemos optado por dividir esta última en grandes unidades morfológicas, que en gran medida guardan estrecha relación con las fases temporales de la evolución histórica del desarrollo de la ciudad . Esto con el objeto de poner en evidencia sus diferencias en términos de estructuración general del tejido y las implicaciones que, desde el punto de vista morfológico, esas configuraciones tienen en la producción de espacios públicos.

Espacios públicos y tejido colonial

Plaza Colon M. Anaya

Gráfico 05. Espacio público en la lógica del damero

94

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

En este sentido, como grandes unidades morfológicas, se han identificado tres tipos de configuraciones básicas a las cuales se corresponden cuatro tipologías también básicas de espacios públicos. La tipología de espacios públicos propuesta, cuyo objeto consiste en poner en evidencia claras diferencias morfológicas que responden tanto a momentos históricos como a procesos específicos de producción del espacio urbano, no dan cuenta de una correlación exclusiva entre forma urbana y tipología de espacio público asociada, simplemente busca mostrar situaciones representativas que no niegan necesariamente la presencia de diferentes tipos de espacios públicos dentro del mismo contexto morfológico. La primera de ellas se refiere a la morfología característica de la zona central generada a partir del damero español (Gráfico 05). Al interior de este rígido tejido basado en la regularidad y la homogeneidad de sus relaciones, los espacios públicos se presentan generalmente como componentes de la trama sobre los que se decidió no edificar o hacerlo de manera distinta, no destinado a la edificación del espacio privado sino al establecimiento de espacios de interacción social relacionados más con la permanencia que con la circulación. En una estructuración urbana de este tipo los espacios abiertos aparecen de manera puntual, dispersos en la retícula y no constituyen necesariamente entre sí un sistema. En el centro histórico de la ciudad, el predominio del espacio construido y la reducida presencia de espacios intersticiales, debido a la rigidez geométrica de la estructura, dejan a la calle y específicamente a las aceras, como soportes principales de la interacción social cotidiana, rol que sobrepasa la función misma de espacios de circulación en razón de sus reducidas dimensiones y de la saturación de actividades, más que todo comerciales. Las plazas, por su parte, son relegadas a un uso menos intensivo, salvo en momentos o acontecimientos específicos en los cuales se constituyen en espacios importantes de socialización. La plaza principal “14 de Septiembre”, debido a su importancia en el plano simbólico, escapa claramente a esta regla

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


constituyéndose en un espacio vivido intensamente. En este contexto espacial, en los primeros años de la República, en lo que al momento histórico se refiere, se presenta un caso particular. Los límites del damero que hasta el momento no habían tenido grandes modificaciones se abren no necesariamente para expandir el espacio construido sino más bien para incorporar, de manera explícita, un espacio natural “domesticado” destinado al esparcimiento y al goce de la naturaleza. De esta manera el paseo de “La Alameda” se constituye en realmente en el primer espacio para el uso público intencionalmente producido de manera oficial que rompe la homogeneidad que hasta el momento caracterizaba al tejido urbano “formal” de la ciudad (Véase Cap. 02). La segunda configuración se refiere al tejido urbano producido alrededor del centro de la ciudad, a los barrios residenciales construidos a partir de mediados del siglo pasado. En este contexto, resultado en su gran mayoría de un verdadero (oficial) proceso de planificación urbana llevado a cabo por medio de la aplicación de una serie de instrumentos tanto de escala local como regional, la relación entre llenos y vacíos responde a una lógica diferente (Gráfico 06). De acuerdo a una visión claramente funcionalista, los autores del Plano Regulador de la ciudad buscaban organizar los espacios en función de una zonificación rigurosa donde los espacios públicos se presentan como elementos organizadores de la trama desde un punto de vista más geométrico que práctico. En estos casos, por lo general, lo espacios públicos eran los elementos centrales de una zona relativamente importante en tamaño, lo que explicaba las considerables dimensiones que estos espacios presentan. Los manzanos se organizaban entorno a estos grandes espacios abiertos con el fin de lograr la mayor “coherencia” en el diseño pero que a la escala humana son percibidos como elementos independientes difícilmente legibles como partes de un sistema, problema fundamental de casi toda intervención urbana de corte funcionalista. Si bien hace algunos años, sobre todo en la zona Norte de la ciudad, las instancias públicas se han esforzado por mejorar las condiciones de estos grandes parques, convirtiéndolos en verdaderos espacios para el esparcimiento de fin de semana, muy bien acondicionados y apreciados por el conjunto de la población, lo que constituye un aporte positivo al espacio urbano general de la ciudad, el efecto que tienen sobre el tejido en términos de facilitar la diversidad y el intercambio cotidiano es más bien limitado, salvo en acontecimientos o momentos específicos, a una escala más próxima a la de la ciudad en su conjunto que a la del habitar, como se verá más adelante. Posteriormente el desarrollo de la “mancha urbana” respondió a una dinámica de crecimiento por fragmentos (tercera configuración). Este modo de crecimiento, no sujeto a procesos de planificación a escala de la ciudad sino a acciones de respuesta por parte de la municipalidad a demandas de suelo urbano, en algunos casos provenientes de actores sociales colectivos claramente identificables y en otros provenientes de la mera especulación, continua dando como resultado

Espacios públicos y tejido “planificado”

Parque Lincoln M. Anaya

Gráfico 06. Espacio público en la lógica “funcionalista”

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

95


intervenciones urbanas que se yuxtaponen unas a otras y que extienden el tejido de manera centrípeta, y más recientemente de manera puntual en contextos rurales con graves consecuencias para los espacios con vocaciones diferentes (agrícolas, forestales, naturales, de riesgo, etc.). De manera general, las configuraciones espaciales que corresponden a este tipo de dinámicas, altamente diversas como los procesos que las generan, no consideran al espacio público como un elemento central, organizador y estructurante de la forma y de la práctica urbana, sino como elementos secundarios orientados a cumplir con un requerimiento administrativo más que con una necesidad fundamental, en la mayoría de los casos.

Espacios públicos y crecimiento por fragmentos

Mancomunidad Dis. 14 M. Anaya

Gráfico 07. Espacio público y la ciudad fragmentada

96

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

Dentro estos tipos de configuración del tejido urbano el carácter residual del espacio público va a presentarse en diversos grados de intensidad en función al tipo de proceso de ocupación del suelo, el tipo de tejido producido y las condiciones particulares del sitio. Sin embargo dos situaciones se presentan como características: por un lado aquellas que forman parte de los procesos de urbanización surgidos de estratégias de actores sociales que de manera colectiva han sido beneficiadas, a diferentes grados, de políticas públicas nacionales o locales destinadas a la asignación de suelo urbano en áreas de reserva urbana desde los años 1950s hasta principios de los 90s. En estos procesos de ocupación, con alta implicación de las instancias oficiales, si bien los espacios no edificables eran considerados como elementos secundarios y por lo tanto poco importantes en la estructuración de los espacios urbanos, aun eran elementos integrantes de las propuestas (Ver gráfico 07). Estas condiciones, reducido número, pequeñas dimensiones y dispersión, lo que en sí mismo podría verse como una potencialidad, pueden en algunos casos obstaculizar su incorporación en las actividades de los habitantes en la medida en que no sean espacios cargados de una cierta diversidad de actividades y usos. Sin embargo, en los casos en que esta incorporación en las dinámicas cotidianas de los habitantes fue efectiva estos espacios públicos de tamaño reducido han sido apropiados por los vecinos y se han convertido en importantes lugares de socialización y de identidad colectiva, llegando a constituirse en preocupación directa de los vecinos quienes buscarán asegurar su permanencia y hasta en algunos casos su mantenimiento. Podríamos decir que algunos de estos espacios se han convertido en los últimos rastros, en el área urbana consolidada de nuestra ciudad, de la casi desaparecida “escala barrial”. Por otro lado, están las configuraciones surgidas de procesos de ocupación denominados como “informales”, procesos que han experimentado una gran aceleración a partir de las ultimas décadas del siglo pasado, las cuales han reducido, no solo la presencia de los espacios públicos al mínimo, sino que en una lógica totalmente mercantil los espacios no edificables, y por lo tanto no vendibles, son relegados a ubicaciones poco favorables llegando en algunos casos hasta a ser impracticables.

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


“Es difícil mantener el barrio, entre los vecinos nos ponemos de acuerdo para juntar dinero y pagar a un privado que haga la limpieza, especialmente del parquecito porque sino sería un basurero.” (Vecina Otb: Pacata Central,40 años) Anaya, 2013

A través de este rápido recorrido por las relaciones entre la macroforma de la ciudad, modos generales de estructuración del tejido y condición de los espacios públicos, hemos podido poner en evidencia, en primer lugar, que a pesar de que la ciudad ha establecido durante largo tiempo una relación dinámica con la naturaleza esta última nunca ha sido considerada como un componente fundamental y estructurante del sistema urbano, por el contrario siempre se la ha considerado como un elemento externo simplemente susceptible de ser instrumentalizado en función de las necesidades y circunstancias. En segundo lugar, que la falta de una visión compleja y sistémica del rol que el espacio público debe cumplir, por parte de las instancias oficiales de planificación de la ciudad, ha dado paso a una notoria desarticulación entre las diferentes escalas conformantes del espacio urbano. En los contextos donde los espacios públicos articulan el tejido a la escala de unidades morfológicas existe una marcada carencia de espacios de escalas reducidas que permitan un uso más cotidiano y contribuyan a los proceso de apropiación; por otra parte, en aquellos contextos en los cuales los espacios públicos ha servido simplemente como elementos secundarios y residuales, simples superficies necesarias de ser consideradas con fines administrativos, estos no cuenta con las condiciones para el adecuado desarrollo de actividades, tanto en lo que se refiere a sus particularidades propias como en lo que concierne a la falta de articulación entre ellos, que permita su funcionamiento en tanto sistema. Es en este sentido que una reflexión seria en torno a los roles que los espacios público debe cumplir en la estructuración del tejido urbano, y por lo tanto en sus capacidades de ser soporte adecuado para el desarrollo de prácticas urbanas, se hace urgente. Más allá de esto, estamos convencidos que no se podrán aportar cambios significativos, sobre todo en lo que a las escalas superiores se refiere, si no se incorporan a los componentes naturales en esos procesos reflexivos. En esta reflexión podríamos incluir al Parque Nacional Tunari, el río Rocha y su sistema de cuencas, el río Tamborada, torrenteras, espacios agrícolas, parques urbanos, etc.

03/04 Casos de análisis El estudio de las dinámicas históricas referidas a las condiciones de producción de los urbano y de aquellas relacionadas con la identificación de los componentes de la macroforma ha permitido identificar las condiciones generales de producción del espacio público en Cochabamba. En este punto se produce un momento de ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

97


inflexión que nos llevará al estudio de las condiciones y los roles específicos de los espacios públicos resultantes, en su origen, de esfuerzos de “planificación” o de un ordenamiento generado por parte de los poderes públicos. Para este fin, es decir para la identificación de casos de análisis que permitan recuperar la diversidad de situaciones se consideran seis variables cuyas desagregaciones necesariamente deben encontrarse en alguno o algunos casos de análisis. Es decir, la muestra es representativa de todas las situaciones posibles. Las variables consideradas son: período o momento histórico, componente de la macroforma, escala pertinente, condiciones de diversidad urbana, uso de suelo predominante y presencia de componentes naturales. Respecto a las dos primeras variables, y en concordancia con los objetivos de la investigación, se consideran las subvariables correspondientes a momentos y componentes que se caracterizan por una visión “unitaria y globalizante” respecto a la condición y los roles del espacio público. Motivo por el cual se realiza un corte hacia la década de 1980 que se corresponde con la marcada influencia de la lógica racional funcionalista de planificación y con la manifestación morfológica de una lógica sectorial (zonning) y del predominio de la escala urbana a la hora de pensar y planificar el espacio público (ver gráfico 08). En cuanto a las otras 4 variables, identificadas a partir de la discusión teórica referida a las condiciones inherentes al espacio público, se tiene lo siguiente: Escala pertinente, hace referencia a la escala en la cual el espacio público cumple predominantemente su rol. En este sentido, las condiciones escalares consideradas son: escala zonal/distrital, escala urbana y escala metropolitana. Evidentemente, como señalamos, estamos hablando del rol predominante por lo cual la caracterización de los espacios públicos no implica que ellos no estén jugando también una serie de roles en otras escalas. Diversidad urbana, la cual hace referencia grosso modo a la presencia y las condiciones de mezcla (mixidad) de actividades en un entorno urbano específico, en este caso en el entorno a los espacios públicos considerados. Se trata, evidentemente, de una variable aproximativa que considera no solamente las actividades prediales sino aquellas que tienen lugar en el espacio público y que lo definen en términos de concentración, intensidad, etc. Uso del suelo, corresponde a la identificación aproximada, en función a información secundaria, de los usos predominantes en el contexto inmediato a cada uno de los espacios públicos considerados. Las categorías genéricas consideradas son: Uso residencial, Uso comercial, Uso de servicios

98

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


y Uso administrativo. Si bien es evidente que en todos los casos existen situaciones mixtas, se trata de identificar el rol predominante. Componentes naturales, hace referencia a la presencia o no de vegetación, de distinto tipo, en el espacio público y se categoriza en presencia nula, baja, media o alta. En este sentido, la primera diferenciación posible es entre espacios públicos vegetales y minerales. Esto supone ya una entrada predefinida puesto que son muy pocos los espacios públicos minerales en el caso de Cochabamba. A partir del análisis de las correspondencias entre los espacios públicos y las variables consideradas (ver gráfico 09) se han identificado 6 espacios públicos a ser estudiados. El primero de ellos es la Plaza Obispo del Granado, localizada en el centro de Cochabamba y caracterizada por sus particularidades morfológicas y por ser una de las pocas que pueden ser categorizadas como plazas “minerales”. El segundo y tercer espacio público forman en realidad una unidad, por lo cual en lo posterior serán tratados como tal, corresponden a las primeras expansiones urbanas de la segunda mitad del S. XIX y resaltan tanto por su posición en el imaginario urbano como por sus funciones predominantemente comerciales y de servicios. Estamos hablando de El Prado y la plaza Colón. Gráfico 08. Variables e identificación de casos de estudio

USO PREDOMINANTE

DIVERSIDAD URBANA

ESCALA PERTINENTE

COMPONENTES DE LA MACROFORMA ZONAL/DISTRITAL

Plaza San Sebastián URBANA

METROPOLITANA ALTA

BAJA RESIDENCIAL COMERCIAL SERVICIOS ADMINISTRATIVO ALTA

COMP. NATURALES

Pza del Granado

Ortogonalidad, espacios públicos insertos en la malla (damero)

MEDIA BAJA NULA

Razón Colonial 1571-1870

Pza Gerónimo de Osorio Pje del Diablo - Sn Rafael El Prado Pza Colón

MEDIA

MOMENTOS

Plaza 14 de Septiembre

Oligarquía e higienismo 1870-1900

Pza Cala Cala - Regocijo Pza Recoleta - Ubaldo Anze

Diagonales y ensanches urbanos

Pza Guzmán Quitón

Aires de modernidad 1900-1940

Pza del Progreso - Sucre Pza 14 de Noviembre Parque Fidel Anze Parque Lincoln Parque D. Canelas Parque Ex combatientes Parque M. Santa Cruz

Sectorialidad y predominancia de la escala urbana (unidades vecinales)

(R)(N) acionalismo 1940-1980

Parque La Torre La Costanera Av. Suecia

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

99


Gráfico 09. Espacios públicos identificados

Parque Fidel Anze

Plaza Colón / Paseo del Prado

Plaza del Granado

Plaza 14 de Noviembre

Av. y parque Suecia

El cuarto espacio, la plaza 14 de Noviembre, presenta la particularidad de haber sido uno de los primeros espacios públicos formalmente creados de acuerdo a cánones “tradicionales” (100 * 100 mts) hacia el Sur del centro histórico. Corresponde a los ensanches urbanos generados en la primera mitad del S.XX a partir de la propuesta de urbanización de la zona de Jaihuayco. El quinto y sexto caso, el parque Fidel Anze y el parque Suecia, corresponden a la lógica funcionalista y sectorial de organización de la trama urbana; sin embargo presentan particularidades y diferencias marcadas en cuanto a su consolidación y desarrollo. En este sentido, resulta interesante estudiar precisamente el rol de este tipo de estructuras lineales en dos contextos radicalmente diferentes.

100

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


SECCIÓN B

El espacio público en cuestión

B



04 Condiciones morfológicas y urbanas

04/01 Morfología del espacio público El estudio de las condiciones morfológicas asociadas a los espacios públicos y sus entornos urbanos se constituye en la base a partir de la cual posteriormente se realizará el análisis de las prácticas y las condiciones de uso y apropiación. Lo que se busca es comprender inicialmente las condiciones de implantación de los espacios públicos en los sectores urbanos correspondientes. Para este fin se propone a continuación la presentación de una suerte de fichas de análisis correspondientes a cada uno de los espacios públicos seleccionados. En cada uno de los casos se identificarán las particularidades referidas a: a) tejido vial, su diversidad, niveles de conectividad y condiciones de accesibilidad por transporte público; b)Tejido construido, condiciones de ocupación del suelo, niveles de edificación en altura; c) las relaciones entre el tejido construido y el parcelario, las condiciones físicas de articulación entre lo público y lo privado; d) las particularidades referidas a la conformación del tejido parcelario y sus condiciones de regularidad; y e) las condiciones de estructuración interna del espacio público. ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

103


Plaza del Granado

El sector urbano en el cual se encuentra localizada la Plaza del Granado, corresponde al denominado “centro histórico” que se caracteriza por dar cuenta de la aplicación de los principios coloniales de organización urbana y, consecuentemente, por la ortogonalidad de su trazado. Esta particularidad determina que, en lo que corresponde a la retícula, las condiciones de complejidad del tejido vial (Gráfico 10) sean reducidas, lo que tiene que ver con las posibilidades de conexión que ofrece la retícula y con la poca diversidad en cuanto al tipo y perfiles de vía. De hecho, respecto a esto último se verifica la existencia solamente de dos niveles, el primero correspondiente a las calles propias del entramado colonial, con perfiles de 8 a 10 metros, y el segundo correspondiente a “aperturas” realizadas en la segunda mitad del S. XX y que se tradujeron en la generación de las avenidas de las Heroínas y Ayacucho.

1812

1866

Si reparamos en los niveles de conectividad tenemos que en el entorno inmediato al espacio público se registran 16 nodos conectores, situación que en el caso de los desplazamientos peatonales se incrementa a 19 (es decir en un 20%) a partir de la presencia del espacio público. Por otro lado, si prestamos atención a las rutas de transporte público y a la cantidad de líneas que recorren el sector es evidente que, por un lado, se trata de un sector urbano de alta accesibilidad, y que, por otro, el transporte refuerza la estructura existente en función a su concentración en los dos ejes constituidos por las Av. Heroínas y Ayacucho.

1899 1908 1918

El tejido construido se caracteriza por los altos coeficientes de ocupación del suelo (Gráfico 11), aun cuando como podemos ver los coeficientes de utilización, referidos al total de superficie construida, son más bien bajos. En términos generales, y dadas las restricciones normativas referidas al Centro histórico, las mayores alturas se registran en las avenidas Ayacucho y Heroínas.

1935

1944

En cuanto a la relación entre lo construido y la parcela lo que se puede apreciar es la ocupación casi total de la misma, algo que tiene que ver tanto con las particularidades del proceso histórico de consolidación urbana como con la normativa vigente en el sector que determina la construccción “sobre rasante” y la inexistencia

1961

104

A

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


GrĂĄfico 10. Tejido vial y conectividad Sector

Transporte pĂşblico

Segmento

Conectividad 01

Conectividad 02

500 x 500 m

16 conexiones

19 conexiones

Plaza del Granado

A

(+ 20%)

GrĂĄfico 11. Tejido construido y alturas

Construido

Alturas Vistas 3D

ESPACIO(S) PĂšBLICO(S)

recomposiciones y prĂĄcticas urbanas en Cochabamba

105


Plaza del Granado

A

de retiros laterales. En este sentido, la relación entre lo construido (privado) y el espacio público (calles y plazas) es inmediata. Por otro lado, si consideramos las relaciones de escala es también marcada la influencia de la normativa, que en términos generales ha controlado el crecimiento en altura permitiendo mantener relaciones de proporción y escala correspondientes a la regeneración urbana y edilicia de fines del S. XIX y principios del XX (ver gráficos 11 y 13). La configuración del parcelario da cuenta de la superposición de la estructura reticular de origen colonial sobre el parcelamiento agrícola preexistente. Este proceso dio como resultado la generación de parcelas irregulares e intrincadas, sobre todo hacia la parte norte del sector (Gráfico 12). A pesar que en algunos casos se pueden verificar acciones de división o anexión de parcelas, en general no se manifiesta con claridad este tipo de dinámicas, a no ser sobre las vías de mayor perfil en las cuales, de acuerdo a normativa, es posible realizar construcciones en altura. Si reparamos en las condiciones propias al espacio público resalta sin duda su rol de conector que facilita el atravesamiento en sentido Este-Oeste, desde la calle España a la Baptista. En este sentido, es necesario considerar que inicialmente se trataba de un paso vehicular y que la plaza del Granado se encontraba adosada al frontis de la iglesia de Santa Teresa, funcionando como un atrio. Actualmente la plaza se encuentra estructurada esencialmente a partir de tres componentes: la plaza frente la iglesia, un paso peatonal y una plazoleta hacia el Este, sobre la cual se encuentra una pequeña infraestructura que originalmente funcionó como mercado de flores y que actualmente se utiliza de manera ocasional con fines culturales. En cuanto a las relaciones de escala, si bien resalta el tamaño del frontis de la iglesia (16 m. aprox.), en general la relación con la persona es armónica, lo construido no se impone sobre la persona, se trata de una razón aproximada 1 a 5. Situación que Gráfico 12. Tejido parcelario

Recorte

Estructura agraria preexistente

106

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

Reticulación colonial (damero)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

Estructura parcelaria


articulada al carácter peatonal del espacio público otorga una calidad particular a este espacio.

Gráfico 13. Cortes

Plaza del Granado

A

'Å¢ &

'

&Å¢

(NWHZQFHN·S UJFYTSFQ

7JQNLNTXT 5WN[FIT

*XYFI±F 4HNT

7JXNIJSHNFQ 8JW[NHNTX

5WN[FIT

5¾GQNHT

Corte A - A’

8JW[NHNTX 5WN[FIT

;JMNHZQFW

*XYFI±F

(NWHZQFHN·S UJFYTSFQ

;JMNHZQFW

*XYFI±F THNT

&IRNSNXYWFYN[T

5¾GQNHT

5WN[FIT

Corte B - B’ ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

107


El Prado y la plaza Colón

El sector del paseo de El Prado corresponde a la primera expansión urbana realizada a mediados del siglo XIX caracterizada por la aplicación de nuevos criterios de organización urbana, concretamente la utilización de diagonales. Criterios que más adelante se utilizarían en el sector aledaño de Mosoc Llajta y en Jaihuayco. Es a partir de la diagonal que se organizan el resto de los componentes urbanos, lo que implicó la ruptura con el “damero” colonial y dio lugar a la generación de manzanos con formas rectangulares, alargadas y triangulares. En cuanto al tejido vial (gráfico 14), se puede observar una mayor complejidad respecto al segmento urbano anterior (Plaza del Granado), lo cual está relacionado con la diversidad de tipos de manzanos, por un lado, y con la diversidad de vías, con diferentes perfiles y condiciones de uso: calles, paseos, pasajes y avenidas.

1812

Si consideramos los niveles de conectividad se observa que en el entorno inmediato al espacio público (segmento A+B) se registran un total de 39 nodos conectores, los cuales en función a las posibilidades de desplazamiento peatonal se incrementan radicalmente. En el caso del segmento A en un 265%, y en el B en un 294%. Por otro lado, en cuanto a las rutas y cantidad de líneas de transporte público que recorren el sector, resulta clara la condición de centralidad de este sector y por tanto la alta accesibilidad. En este sentido, El Prado ha pasado a constituirse en uno de los principales ejes conectores entre el Norte y el Sur de la ciudad, y aún mas allá hacia el municipio de Tiquipaya.

1866

1899 1908 1918

El tejido construido se caracteriza, en términos generales, por un alto coeficiente de ocupación y un importante nivel de crecimiento en altura, sobre todo en aquella parcelas que se encuentran en directa relación con El Prado (Gráfico 15). Situación que es el resultado de la conjunción de diversas variables: la condición de centralidad, la alta accesibilidad, y la existencia de normativa específica que permite la construcción en altura1.

1935

1944

Respecto a la relación entre lo construido, la parcela y al espacio público la característica que identificó por muchos años este sector

1961

1

108

B

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

Reglamento especial de edificaciones para la Av. Ballivián y Plaza Colón (O.M. N° 1540/1994 y 4573/2012)


fue la presencia de las denominadas “fajas jardín”. Retiros frontales manejados generalmente como huertas, inicialmente, y jardines y que, por lo tanto se caracterizaban por la importante presencia de vegetación. Esta situación se ha ido transformando con el pasar de los años, sometidas a la presión mercantil, las “fajas jardín” han sido ocupadas por construcciones que albergan por lo general actividades comerciales y de servicios. La relación entre lo privado y lo público, Gráfico 14. Tejido vial y conectividad

Sector

Transporte público

Segmento A

Conectividad 01

Conectividad 02

500 x 500 m

20 conexiones

73 conexiones

Segmento B

Conectividad 01

Conectividad 02

500 x 500 m

19 conexiones

75 conexiones

El Prado y la plaza Colón

B

(+ 265%)

(+ 294%) ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

109


que precedentemente se caracterizaba por la existencia de un espacio intermedio (semi privado) se ha trastocado claramente determinando la relaciĂłn inmediata entre lo pĂşblico y lo privado (ver CapĂ­tulo 05).

El Prado y la plaza ColĂłn

B

Las relaciones y percepciones de escala se encuentran definidas esencialmente por dos elementos. En primera instancia por las proporciones definidas por la altura de los edificios; y en segunda por la vegetaciĂłn arbĂłrea que trastoca la primera, creando una segunda “capaâ€? mas cercana al los peatones. Tal vez un tercer elemento a considerar, aunque no en todo el recorrido, son las marquesinas colocadas por los distintos restaurantes, localizados principalmente en las dos primeras cuadras de Sur a Norte, y por supuesto las actividades que se generan bajo ellas (ver grĂĄficos 15 y 17). La estructuraciĂłn del parcelario da cuenta, como lo seĂąalamos, de la incorporaciĂłn de un eje diagonal en sentido Sureste-Noroeste, sobre una estructura rural o periurbana caracterizada por la existencia de huertos y Casas-quinta. Nueva lĂłgica que trastocarĂ­a la forma de hacer ciudad en cuanto primera manifestaciĂłn de la racionalidad moderna. A partir de la diagonal, del paseo, se organizan las parcelas, inicialmente correspondientes a casas quinta, las cuales con el paso del tiempo se fueron subdividiendo. Proceso que comenzĂł a ir en el otro sentido a partir GrĂĄfico 15. Tejido construido y alturas

Alturas Vistas 3D

110

ESPACIO(S) PĂšBLICO(S)

recomposiciones y prĂĄcticas urbanas en Cochabamba

Construido


del crecimiento en altura actual y de la concomitante necesidad de ir anexando lotes para las nuevas funciones administrativas y comerciales. En cuanto a las condiciones de regularidad del parcelario, se observa (Gráfico 16) que si bien a proximidad de la diagonal las parcelas se disponen de forma perpendicular a ella, un poco más allá, hacia el Oeste, las particularidades del parcelario agrario preexistente se ponen en evidencia en la irregularidad de las parcelas actuales.

El Prado y la plaza Colón

B

En cuanto a las características internas , el espacio público se encuentra estructurado esencialmente por dos componentes: el Prado y la plaza Colón. El primero se define con claridad por su alargamiento y su rol preferencial de paseo, y el segundo, localizado en el extremo Sur, por su configuración tradicional correspondiente a una plaza de 100 metros de lado y por constituirse en un lugar de encuentro, en torno al cual se localizan equipamientos administrativos y religiosos. En el caso de la plaza Colón existe una diversidad de espacios y sectores, lo que favorece la realización de una diversidad de actividades que varían de acuerdo a los días de la semana y las horas del día (ver capítulo 05). En el Prado, lo que prevalecen son los espacios dedicados a la circulación peatonal, los lugares de encuentro y estadía son reducidos y su posible utilización está condicionada por la presencia de las vías vehiculares que flanquean el paseo. Respecto a la configuración espacial y las relaciones que se establecen entre lo público y lo privado se puede observar (ver gráfico 17) que se presentan situaciones distintas. En algunos casos la separación esta mediada directamente por un muro, predominantemente en torno a la plaza Colón y las primeras cuadras del Prado, en otras se manifiesta la presencia de espacios semiprivados, constituidos por la permanencia de las fajas jardín, y, por último existen espacio semipúblicos, de propiedad pública pero ocupados por funciones privadas.

Gráfico 16. Tejido parcelario

Estructura agraria preexistente

Generación axial

Organización

Estructura parcelaria

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

111


Gráfico 17. Cortes

El Prado y la plaza Colón

B

;JMNHZQFW

7JQNLNTXT 5WN[FIT

;JMNHZQFW

*XYFI±F THNT HNWHZQFHN·S 5¾GQNHT

Corte A - A’

(TRJWHNFQ

5JFYTSFQ

;JMNHZQFW

UJFYTSFQ

*XYFI±F 4HNT

UJFYTSFQ

Corte B - B’

112

;JMNHZQFW

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

8JRN 5¾GQNHT

'FSHFWNT 5WN[FIT

8JW[NHNTX

5JFYTSFQ

5¾GQNHT

5WN[FIT

5WN[FIT

UJFYTSFQ

Corte C - C’

;JMNHZQFW

UJFYTSFQ

*XYFI±F 4HNT

UJFYTSFQ

;JMNHZQFW

5JFYTSFQ

7JXNIJSHNFQ 8JW[NHNTX

5¾GQNHT

8JRN 5WN[FIT

5WN[FIT


Plaza 14 de Noviembre

C

La zona de Jaihuayco, en la cual se encuentra esta plaza, corresponde a una de las primeras ampliaciones del radio urbano hacia el sur de la ciudad en la primera mitad del siglo XX. Evidentemente los criterios de diseño urbano aplicados ya no se corresponden con la ortogonalidad colonial sino con la incorporación de las diagonales, símbolo de una racionalidad modernizante. Es en este sentido que la complejidad del tejido se incrementa sensiblemente a partir del incremento de las posibilidades de conexión que ofrece el entramado y de la variedad de tipo y perfiles de vías existentes. De entre ellas la más importante en cuanto a su perfil y flujos es la avenida de la Fuerza Aérea, sobre la cual se localiza la plaza 14 de Noviembre (Gráfico 18). En cuanto a los niveles de conectividad tenemos que en el entorno inmediato y tomando en cuenta el nivel de complejidad del tejido vial, se registran 29 nodos conectores, situación que en el caso de los desplazamientos peatonales se incrementa a 41 (es decir en un 31%) a partir de la presencia y las posibilidades que ofrece el espacio público. Por otro lado, si consideramos las rutas de transporte público y la cantidad de líneas que recorren el sector es evidente que existe una clara concentración de flujos sobre la avenida de la Fuerza Aérea y, un poco más al norte, sobre la avenida 6 de agosto. La densidad construida presenta valores intermedios y se caracteriza, en un porcentaje importante, por la tendencia a la construcción sobre los fondos de lote (Gráfico 19). Dada esta particularidad, predominan alturas bajas, entre 1 y 2 niveles, aunque es evidente que se manifiesta, aun cuando tímidamente, una tendencia hacia el crecimiento en altura. En cuanto a la relación entre lo construido y la parcela, como señalamos, lo que predomina es la ocupación del fondo de parcela y, por otro lado, la construcción sobre rasante, sobre todo en las vías principales. La relación entre lo privado y lo público está mediada mayoritariamente por la construcción de muros “ciegos” y en muy pocos casos se manifiesta la presencia de retiros frontales o “faja jardín”.

1935

1950

1961

La configuración del parcelario da cuenta de la implantación de las vías diagonales sobre un tejido previamente caracterizado por su condición agrícola y de producción ladrillera (Gráfico 20). Más allá de la utilización de diagonales y de la generación de formas ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

113


GrĂĄfico 18. Tejido vial y conectividad Sector

Plaza 14 de Noviembre

C

Segmento

Conectividad 01

Conectividad 02

500 x 500 m

29 conexiones

41 conexiones

Transporte pĂşblico

(+ 31%)

GrĂĄfico 19. Tejido construido y alturas

Alturas Vistas 3D

114

ESPACIO(S) PĂšBLICO(S)

recomposiciones y prĂĄcticas urbanas en Cochabamba

Construido


GrĂĄfico 20. Tejido parcelario

SobreposiciĂłn y organizaciĂłn axial

Entramado rural

DisposicĂłn de parcelas

Estructura parcelaria

C Plaza 14 de Noviembre

triangulares que esto supone, en tĂŠrminos generales las parcelas presentan bastante regularidad en su forma y tamaĂąo. Las caracterĂ­sticas bĂĄsicas del espacio pĂşblico dan cuenta de su conformaciĂłn inicial como una plaza de planta cuadrangular de 100 mts de lado sobre la cual a lo largo del tiempo se han ido aĂąadiendo sectores y funciones, entre ellas cĂ­vicas, deportivas y recreativas infantiles (GrĂĄfico 21). Otra de sus particularidades es la importante presencia de vegetaciĂłn arbĂłrea, la cual como veremos mas adelante se constituye en uno de sus atractivos principales. En cuanto a las relaciones de escala y proporciĂłn lo que predomina es la amplitud de la plaza, por lo tanto la condiciĂłn de horizontalidad, la cual es reforzada por la presencia de la vegetaciĂłn. GrĂĄfico 21. Cortes

7JQNLNTXT 5WN[FIT

8JRN UWN[FIT

;JMNHZQFW

5JFYTSFQ

)JWUTWYJ

*XYFIÂąF THNT

5JFYTSFQ

;JMNHZQFW

5žGQNHT

Corte A - A’ ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prĂĄcticas urbanas en Cochabamba

115


Parque Fidel Anze

D

El sector en el cual se encuentra localizado el parque Fidel Anze corresponde a una parte de aquello que en la primera mitad del siglo XX se conocía como “La campiña” y cuya urbanización efectiva tuvo lugar en la segunda mitad de dicho siglo en función a las determinaciones y directivas del Plano Regulador de 1950. Hoy, el tejido urbano se caracteriza, precisamente, por su adecuación a las condiciones naturales preexistentes (torrenteras, vertientes, canal de riego del Norte) que han definido la irregularidad en la conformación de los manzanos. En el tejido vial, esto ha determinado la existencia de una diversidad de situaciones y alternativas que se traducen en la existencia de vías con diferentes anchos y funciones, desde avenidas hasta pasajes casi privados. Si consideramos los niveles de conectividad tenemos que en el entorno inmediato al espacio público (segmento A+B) se registran 40 nodos de conexión, lo cuales se incrementan a 75 si consideramos las posibilidades de conexión ofertadas por el espacio público para los desplazamientos peatonales. Lo que implica un incremento porcentual del 133% en el caso del segmento A y de 50% en el caso del B. En cuanto a las condiciones de acceso referidas a los flujos de transporte público, es posible observar que los principales flujos se registran en sentido Este-Oeste por vías paralelas al parque: la Av. América al Sur y la Circunvalación al Norte. Adicionalmente se registran flujos en sentido Norte-Sur que atraviesan el parque, esencialmente por las calles Pando y Potosí y comunican al sector con el centro y sur de la ciudad.

1935

El tejido construido se caracteriza, en general, por los bajos coeficientes de ocupación del suelo. Situación que tiene que ver con el tipo de ocupación que ha caracterizado este sector y que esta relacionado con el predominio de viviendas aisladas de carácter unifamiliar. Sin embargo, es evidente un proceso de transformación bastante acelerado que tiene que ver con una ocupación más intensiva a partir de la construcción de edificios multifamiliares en altura (Gráfico 23). De alguna manera, el parque ha pasado a constituirse en un “eje de crecimiento en altura”.

1950

1961

116

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


Respecto a la relación entre lo construido y la parcela lo que se verifica es, todavía, el predominio de construcciones aisladas y localizadas de manera central en los predios. En la mayoría de los casos todavía se respetan los retiros y coeficientes establecidos por los reglamentos derivados del Plano Regulador, aunque la normativa actual, que omite el uso de los coeficientes de ocupación, ha determinado la reducción de dichos retiros a su mínima expresión. En este sentido, y a partir de la eliminación de los retiros frontales ajardinados y de la transformación de las Gráfico 22. Tejido vial y conectividad

Transporte público

Segmento A

Conectividad 01

Conectividad 02

500 x 500 m

18 conexiones

42 conexiones

Segmento B

Conectividad 01

Conectividad 02

500 x 500 m

22 conexiones

33 conexiones

(+ 133%)

D Parque Fidel Anze

Sector

(+ 50%)

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

117


rejas en muros ciegos, la relaciĂłn entre lo pĂşblico y lo privado se ha vuelto cada vez mĂĄs rĂ­gida y la separaciĂłn mĂĄs tajante. La configuraciĂłn del parcelario da cuenta de la adaptaciĂłn a las condiciones naturales preexistentes (torrenteras, vertientes, parcelas agrĂ­colas, canal de riego) lo cual involucra, sin embargo, esencialmente a la organizaciĂłn de manzanos y no asĂ­ a las parcelas que, por el contrario, presentan condiciones bastantes regulares. En este contexto, el espacio pĂşblico se articula a las estructuras naturales y se constituye en el eje que organiza el tejido urbano en el sector (GrĂĄfico 24). Por otro lado, se verifica un proceso bastante acelerado de anexiĂłn de parcelas, para GrĂĄfico 23. Tejido construido y alturas

Construido

Alturas

Vistas 3D

Parque Fidel Anze

D

GrĂĄfico 24. Tejido parcelario

Estructura rural preexistente

118

ESPACIO(S) PĂšBLICO(S)

GeneraciĂłn axial + componentes naturales

recomposiciones y prĂĄcticas urbanas en Cochabamba

DisposiciĂłn de parcelas

Estructura parcelaria


la construcciĂłn de edificaciones en altura, sobre todo en los predios colindantes al parque y en la avenida AmĂŠrica. El espacio pĂşblico se compone de 5 sectores, de los cuales los tres primeros (de Oeste a Este) son los mĂĄs utilizados. El primero de ellos, al Oeste y con forma triangular, es en el que se registra una mayor especializaciĂłn orientada a la recreaciĂłn infantil y las actividades deportivas. En los otros dos que le siguen, de forma rectangular y divididos por una torrentera, no existe una estructuraciĂłn rĂ­gida lo que permite una mayor flexibilidad en cuanto al tipo de actividades que allĂ­ se pueden realizar. En cuanto a las relaciones de escala, lo que prevalece son las dimensiones del parque y las condiciones de arborizaciĂłn que determinan, estas Ăşltimas, una relaciĂłn mĂĄs armĂłnica con las personas. En algunos casos se presentan hasta situaciones espaciales de intimidad. A pesar de esto es evidente que la construcciĂłn de edificios en altura en el entorno inmediato viene transformando la situaciĂłn, atenuada, sin embargo, por la abundante vegetaciĂłn. GrĂĄfico 25. Cortes

Parque Fidel Anze

D

?TSF JXUJHNFQN_FIF IJUTWYJ

7JXNIJSHNFQ

+ZJSYJ

*XYFIÂąF THNT

;JMNHZQFW

5WN[FIT

(NHQT[ÂąF

7JXNIJSHNFQ

;JMNHZQFW

5žGQNHT

5WN[FIT

Corte A - A’

7JXNIJSHNFQ 5WN[FIT

Corte B - B’

;JMNHZQFW

5JFYTSFQ

*XYFI¹F THNT 5žGQNHT

8JSIJWT

5JFYTSFQ

7JXNIJSHNFQ

;JMNHZQFW

5WN[FIT

ESPACIO(S) PĂšBLICO(S)

recomposiciones y prĂĄcticas urbanas en Cochabamba

119


Parque Suecia 1812

E

El parque Suecia, cuya condición asociada a la predominancia de la circulación automotora ha determinado que se lo conozca directamente como avenida Suecia, se localiza en el sector conocido como Huayra Khasa, el cual se consolida como urbano en la segunda mitad del S. XX y corresponde al actual Distrito 06 del municipio. La particularidad del lugar es su condición de paso entre dos colinas, paso que comunica Valle Hermoso, al Este, con Jaihuayco. La generación del parque Suecia corresponde a la lógica de implantación de “grandes” parques urbanos propuesta en el Plano Regulador de 1950. Es así que el parque longitudinal organiza el sector, a partir de él se distribuyen los manzanos que se extienden hacia ambas colinas, al Norte y al Sur. La configuración del tejido vial responde tanto a las condiciones topográficas del sitio como a la generación de manzanos rectangulares de dimensiones más bien reducidas dispuestos en sentido perpendicular al parque (gráfico 26). El nivel de complejidad vial así generado es importante y se caracteriza por la presencia de una diversidad de tipos de vía. Si consideramos los niveles de conectividad podemos observar que en el entorno inmediato al espacio público (segmento A+B) ser registran un total de 92 nodos conectores, los cuales en función a las posibilidades de desplazamiento peatonal se incrementan diferencialmente. En el caso del segmento A en un 29%, y en el B apenas en un 4,5%, lo cual tiene que ver con el cerramiento existente en torno al parque infantil que determina la ausencia de comunicación entre los manzanos del Norte y del Sur.

1935

1961

La dirección y sentidos de los flujos de transporte público dan cuenta de la importancia de la “condición de paso” de este lugar que, como señalamos, permite la comunicación en sentido Este-Oeste. Los flujos de transporte vienen a reforzar la condición lineal del parque. Una otra vía en la cual los flujos son intensos es la Av. Siglo XX, que corre en dirección Sur/Norte y permite la vinculación de la zona de Valle Hermoso con el centro de la ciudad. Esta avenida se encuentra con el parque Suecia en su extremo Este. El tejido construido se caracteriza, en términos generales, por un importante coeficiente de ocupación y por el predominio de edificaciones de baja altura, una o dos plantas. Sin embargo, es

120

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


evidente que existe una dinámica incipiente de construcción de edificios en “altura”, específicamente en los predios cuyo frente da hacia el parque Suecia y la Av. S. XX, allí donde las actividades comerciales y de prestación de servicios se encuentran en mayor número. Gráfico 26. Tejido vial y conectividad

Transporte público

Segmento A

Conectividad 01

Conectividad 02

500 x 500 m

48 conexiones

62 conexiones

Segmento B

Conectividad 01

Conectividad 02

500 x 500 m

44 conexiones

46 conexiones

(+ 29%)

E Parque Suecia

Sector

(+ 4,5%) ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

121


Respecto a las condiciones que definen la relaciĂłn entre lo construido, la parcela y el espacio pĂşblico es posible identificar dos situaciones. La primera se manifiesta en las parcelas que se localizan hacia el parque y las avenidas principales y se caracteriza por la construcciĂłn sobre rasante, es decir sin dejar retiro frontal. SituaciĂłn que tiene que ver con un aprovechamiento mayor de la parcela y de las ventajas de localizaciĂłn. Como dijimos, aquĂ­ predominan actividades comerciales y de prestaciĂłn de servicios. La segunda situaciĂłn, presente en el resto de calles y manzanos se caracteriza por el predominio de construcciones hacia el fondo de las parcelas (grĂĄfico 27). Las relaciones escalares y de proporcionalidad se encuentran definidas por la baja altura de los edificios, por el ancho del espacio pĂşblico (vĂ­a+parque+vĂ­a) y por la marcada condiciĂłn longitudinal del parque. Condiciones estas Ăşltimas que determinan que la relaciĂłn de la persona con el espacio no sea necesariamente de proximidad, lo que predominan son las grandes dimensiones (ver grĂĄficos 27 y 29). La configuraciĂłn del parcelario urbano da cuenta de los condicionamientos relacionados con la estructura natural preexistente (condiciĂłn de paso, topografĂ­a)

GrĂĄfico 27. Tejido construido y alturas

Construido

E

Vistas 3D

Parque Suecia

122

Alturas

ESPACIO(S) PĂšBLICO(S)

recomposiciones y prĂĄcticas urbanas en Cochabamba


y que definieron la organización en torno a un elemento lineal, en este caso el espacio público. Es a partir de él que se organizan los manzanos, inicialmente a partir de una trazado regular y perpendicular al espacio público, y después, en la medida en que las pendientes se hacen mas marcadas, adoptan formas irregulares y alargadas en correspondencia con las curvas de nivel. En correspondencia con esto, las condiciones de regularidad del parcelario (Gráfico 28) se caracteriza por el carácter regular de las parcelas localizadas en los manzanos que dan hacia el espacio público, las cuales se encuentran dispuestas por una triada de parcelas cuasi cuadrangulares hacia el espacio público para después organizarse en lotes de menores dimensiones y forma rectangular dispuestos en “espina de pez”. En cuanto a las características internas , el espacio público se encuentra estructurado esencialmente en dos sectores. El primero, localizado al Este, corresponde al sector más ancho del parque donde se encuentra el biblioavión y el parque infantil, cuya característica principal es la de constituirse en espacios enmallados cuyo acceso solo es posible mediando el pago de una tasa. Esta situación define su condición de límite que restringe las posibilidades de conexión Norte-Sur. En este sector es evidente la especialización del espacio público y el predominio de la monofuncionalidad relacionada con la posibilidad de desarrollar únicamente actividades infantiles. El segundo sector, hacia el Oeste, se caracteriza esencialmente por su rol de paseo, es así que en el se prevalecen espacios dedicados a la circulación peatonal, al encuentro, la estadía y la espera. Actividades estas últimas relacionadas con la presencia de equipamientos de salud y educación. Respecto a la configuración espacial y las relaciones que se establecen entre lo público y lo privado se puede observar (ver gráfico 29) lo que predomina es la separación clara mediante la utilización de muros, como en el caso de la unidad educativa, o directamente a partir de la construcción en rasante, en la mayoría de los casos.

Estructura natural

Espacios publicos en torno a un eje

Disposición de parcelas

Estructura parcelaria

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

E Parque Suecia

Gráfico 28. Tejido parcelario

123


Gráfico 29. Cortes

(TRJWHNFQ

5JFYTSFQ

UJFYTSFQ

;JMNHZQFW

*XYFI±F 4HNT

5WN[FIT

UJFYTSFQ

;JMNHZQFW

8FQZI

5JFYTSFQ

5¾GQNHT

5WN[FIT

Corte A - A’

*IZHFHN·S

5JFYTSFQ

UJFYTSFQ

;JMNHZQFW

5¾GQNHT

*XYFI±F 4HNT

UJFYTSFQ

;JMNHZQFW

5JFYTSFQ

*IZHFHN·S

5¾GQNHT

5¾GQNHT

Corte B - B’

Parque Suecia

E

7JXNIJSHNFQ

5JFYTSFQ

5WN[FIT

;JMNHZQFW

5JFYTSFQ

UJFYTSFQ

5¾GQNHT

Corte C - C’

124

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

*XYFI±F 4HNT 7JHWJFHN·S NSKFSYNQ 8JRN U¾GQNHT NSLWJXT UFLT

UJFYTSFQ

5JFYTSFQ

;JMNHZQFW

5JFYTSFQ

5¾GQNHT

7JXNIJSHNFQ

5¾GQNHT


04/02 Dinámicas en el entorno La dinámica asociada a los espacios públicos no depende exclusivamente de las condiciones que ellos o su entorno inmediato ofrecen, no se trata de evidentemente de entidades aisladas, aun cuando la tendencia a la fragmentación así parezca indicarlo, sino de componentes esenciales e indisociables de aquello que caracteriza a la ciudad como producto espacial específico y a lo urbano como realidad socio espacial. En esta perspectiva, y considerando que el espacio público se constituye en estructurante de las dinámicas urbanas, es que en el presente apartado se propone analizar las particularidades que hacen a cada uno de los segmentos urbanos asociados a los espacios públicos en estudio. Actividades, usos y diversidad funcional Los segmentos correspondientes a la plaza del Granado y al Prado resaltan claramente en función a la diversidad de usos que presentan (gráfico 30. Evidentemente se trata de segmentos que conforman dos importantes centralidades, la una asociada al “centro histórico” y la otra que por sí misma ha pasado a asumir esta condición. En ambos casos se verifica una importante heterogeneidad de usos, sin embargo, es necesario considerar que dicha condición se encuentra relacionada con la progresiva expulsión de una de las principales funciones urbanas: la residencial. La situación es marcada en el caso del segmento correspondiente a la plaza del Granado, en el cual tan solo el 20% de los predios alberga exclusivamente dicha función. Evidentemente existe un importante porcentaje de predios cuya condición de uso es mixta, sin embargo, una simple vuelta por el centro de la ciudad con la mirada dirigida hacia “los altos” de los edificios permitirá, al observador inquieto, verificar el abandono y la subutilización de una gran cantidad de edificaciones. En el caso de El Prado la situación es un tanto diferente. En primera instancia, resalta el hecho que la mayor diversidad de funciones se verifica en los predios que tienen relación directa con el espacio público, donde lo que predominan son las actividades de servicio. Sin duda, un factor que influye sensiblemente es la posibilidad de construir “en altura”en los predios que dan hacia el Prado, lo que ha determinado que instituciones de distinta índole se instalen en esta localización y que asociado a esto proliferen oficinas que ofrecen servicios profesionales varios. En este sentido, lo que se verifica es la tendencia a la “terciarización” de las funciones urbanas. Es decir al predominio de las actividades comerciales y de servicios, que por otro lado tiene mucho que ver con el proceso de mercantilización de los centros urbanos, en general, y de los espacios públicos, específicamente.

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

125


Gráfico 30. Usos de Suelo

Segmento 01. Pza. del Granado - Centro Histórico 10%

Residencial Comercial

14%

Servicios

14%

Mixto 1 (residencial, comercio y/o servicios) Mixto 2 (Comercial Servicios) Mixto 3 (Religioso comercial y/o servicios)

0.7%

Educativo

1.4%

Cultural

1.4%

Religioso

1.8%

30% 17%

Administrativo/Institucional

4.3%

Sin uso

5.4%

50

0

50

100

Segmento 02. El Prado Residencial

34%

Comercial

4.6%

Servicios

16%

Mixto 1 (residencial, comercio y/o servicios) Mixto 2 (Comercial Servicios) Mixto 3 (Religioso comercial y/o servicios)

34% 2.8% 0.2%

Educativo

2%

Salud

0.4%

Religioso

0.8%

Administrativo/Institucional

1.8%

Sin uso

2%

En construcción

100

1.2%

50

0

100

200

Segmento 03. Plaza 14 de Noviembre -Jaihuayco Residencial

73%

Servicios

1.3%

Mixto 1 (residencial, comercio y/o servicios)

22%

Educativo

1.3%

Religioso

0.8%

Sin uso

0.8%

50

126

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

0

50

100

En los otros tres segmentos porcentualmente predominan las funciones residenciales, sin embargo, en cada uno de ellos las dinámicas son sensiblemente diferentes. En el segmento 03 se puede observar una relativa homogeneidad de funciones, sin embargo la presencia de la Av. de la Fuerza Aérea, de la iglesia de San Joaquín de Itocta y de una unidad educativa imprimen un dinamismo particular que, si bien se caracteriza esencialmente por las relaciones de proximidad, otorgan al segmento una vida relativamente intensa. Como veremos adelante, el espacio público, concretamente la plaza 14 de Noviembre, cumple un rol polifacético. En otra lógica, en el segmento 04, correspondiente al parque Fidel Anze, se puede apreciar un proceso de diversificación funcional y verificar una tendencia segregativa a partir de la localización de una serie de comercios y servicios de “alta gama” orientada a la pequeña burguesía en ascenso. Es así que mientras los segmentos 03 y 05 se caracterizan por albergar sectores sociales de carácter popular, el 04 ha pasado a ser un lugar privilegiado de asiento de sectores medios de la burguesía cochabambina, profesionales y pequeños empresarios. Esta asociación entre localización y status marcará, como veremos, una serie de particularidades referidas al uso y a la relación para con el espacio público. En el segmento 05 (Huayra Khasa) se verifica un proceso de diversificación de actividades, el cual, sin embargo, se realiza casi exclusivamente en los predios que dan hacia el Parque Suecia, determinando que se genere una suerte de corredor cuya dinámica de carácter lineal afecta muy poco a lo que sucede en el entorno inmediato. En esto es posible que tengan que ver las particularidades topográficas del sitio, caracterizado por ser un paso entre dos colinas. Lo cierto es que a pesar de la presencia de una


continúa....Gráfico 01

Segmento 04. Parque Fidel Anze - Aranjuez Residencial

75%

Comercial

1.5%

Servicios

2.6%

Mixto 1 (residencial, comercio y/o servicios) Mixto 2 (Comercial Servicios)

14% 1.1%

Educativo

0.8%

Religioso

0.2%

Administrativo/Institucional

0.4%

Recreación

0.2%

Industrial

0.2%

En construcción

1.3%

Sin uso

1.7%

100

50

0

100

200

Segmento 05. Parque Suecia - Huayra Khasa 76%

Residencial Comercial

0.3%

Servicios

1.3%

Mixto 1 (residencial, comercio y/o servicios)

19%

Mixto 2 (Comercial Servicios)

0.6%

Educativo

0.45%

Salud

0.1%

Religioso

0.6%

Deportivo

0.3%

Abastecimiento

0.2%

Administrativo/Institucional

0.1%

Sin uso

0.6%

100

50

0

100

200

diversidad de equipamientos, actividades comerciales y de servicios, el segmento no ha podido constituirse en una centralidad de escala urbana, lo que sin duda tiene que ver, también, con la cercanía al gran mercado de ferias “La Cancha” y el hecho que todos los flujos desde los distritos del Sur converjan directamente en él. Aun cuando las condiciones de heterogeneidad implican una mayor atracción, en términos de flujos esto no asegura una mejora cualitativa respecto a las condiciones de intercambio social que permitirían la construcción de una vida pública de calidad. Si bien la diversidad funcional puede contribuir a la construcción de espacios públicos de calidad, no se trata de una relación directa. Es necesario tomar en cuenta que aunque aparentemente exista una importante diversidad funcional (presencia de distintos usos) si la función residencial es expulsada la vida urbana se torna monótona. Paradójicamente, esa aparente heterogeneidad ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

127


deviene en una homogeneidad otra, caracterizada por la terciarización y mercantilización de la ciudad.

Gráfico 31. Permeabilidad Funcional

Segmento 01. Pza. del Granado - Centro Histórico Ninguna

20%

Media

69%

Alta

11%

50

0

50

100

Segmento 02. El Prado Ninguna

43%

Media

45%

Alta

12%

Si consideramos los ritmos de la vida urbana, es evidente que en aquellos contextos en los que la función residencial ha sido progresivamente expulsada las actividades cotidianas se concentran en aquellos momentos que podríamos denominar como “horarios de oficina”, fuera de los cuales la actividad es mínima y su realización se identifica como insegura. En cuanto a los niveles de permeabilidad funcional, se puede observar, en términos generales (gráfico 31), que esta se corresponde con una mayor presencia de actividades comerciales y de servicios. Sin embargo como veremos en el capítulo siguiente dicha permeabilidad no asegura, en la mayoría de los casos, la mejora de las condiciones urbanas, en la medida en que la permeabilidad funcional se encuentra regida fundamentalmente por una lógica mercantil de uso del espacio. Ocupación del suelo

100

50

0

100

200

Segmento 03. Plaza 14 de Noviembre -Jaihuayco Ninguna

76% 16%

Media

8%

Alta

50

128

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

0

50

100

La consideración de los coeficientes de ocupación del suelo (gráfico 33) permite ver claramente que en las localizaciones centrales, segmentos 01 y 02, los valores son mayores. Dos son los factores que determinan esta situación, el primero de ellos, referido al segmento 01 estrictamente, tiene que ver con las particularidades edilicias y morfológicas que caracterizan al “centro histórico” y que se traducen en la edificación compacta y sobre rasante, en correspondencia con el patrón colonial. El otro factor tiene que ver con la búsqueda de rentabilidades mayores a partir de una ocupación más intensiva del suelo. Es así que las rentas se incrementan en sus dos formas, tanto a partir del aprovechamiento de las condiciones de localización como de la inversión realizada por agentes privados y por el Estado, en este caso el gobierno municipal.


Segmento 04. Parque Fidel Anze - Aranjuez 80%

Ninguna 19%

Media 1%

Alta

100

50

0

100

200

Segmento 05. Parque Suecia - Huayra Khasa Ninguna

77%

Media

19%

Alta

100

4%

50

0

100

200

Si bien la lógica es la de maximizar las rentas, la forma de ocupar el suelo difiere entre los dos segmentos. En el “centro histórico” se prioriza el mejoramiento de las habitaciones que tienen relación con la calle, esencialmente para darlas en alquiler. En términos generales, tomando en cuenta su carácter patrimonial, “no existe” la posibilidad de demoler y edificar nuevamente, ni de hacerlo en altura. En este sentido, aun cuando estas limitaciones normativas no han sido ni son respetadas a cabalidad se constituyen en restricciones que definen, en términos generales, que las nuevas intervenciones se caractericen por la generación de adosamientos1 o la reestructuración funcional de las antiguas casonas para funcionar como galerías comerciales y de oficinas. 1

Es necesario recordar que de acuerdo a normativa en vigencia la altura máxima en el denominado “centro histórico” es de 16 m. (O.M. 1061 de 1991). ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

129


Gráfico 32. Alturas de las edificaciones

Segmento 01. Pza. del Granado - Centro Histórico 0

1.1%

1 2 3 4

33% 36% 7.2% 9.8%

5 6 7 8

8.7% 2.2% 0.3% 0.3%

12

1.1%

50

0

50

100

Segmento 02. El Prado 2,6%

0

32,3%

1

36,6%

2 7,3%

3

6,3%

4

4,0%

5

3,2%

6

1,6%

7

2,4%

8 9

0,4%

10

0,8%

11

0,8%

12

0,6%

13

0,4%

14

0,2%

15

0,2%

18

0,2%

100

50

0

100

200

Segmento 03. Plaza 14 de Noviembre -Jaihuayco 0

1,7% 43,0%

1

35,2%

2

8,7%

3

7,8%

4 5 6

3,0% 0,4%

50

130

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

0

50

100

En el caso de el Prado lo que se verifica es un sostenido proceso de crecimiento en altura (Gráfico 32) orientado a funciones institucionales, comerciales y de servicios. Evidentemente en función a las determinaciones normativas -respeto de retiros, frontales, laterales y de fondo- los coeficientes de ocupación son menores que aquellos del “centro histórico”; sin embargo, los coeficientes de utilización se incrementan sensiblemente. Una situación diferente se observa en los segmentos 03 y 05, correspondientes a Jaihuayco y Huayra Khasa. Si bien, como vimos, predominan las funciones residenciales, los coeficientes de ocupación son comparativamente importantes y esto tiene que ver tanto con la demanda habitacional como con el tamaño promedio de las parcelas urbanas (Gráfico 33). Aspectos que sin duda se encuentran relacionados y que determinan que si bien las superficies construidas en cada una de las parcelas no sean grandes, el tamaño reducido de estas últimas defina el incremento en los coeficientes de ocupación. Situación que en algunos casos deriva en la generación de condiciones de hacinamiento. En el parque Fidel Anze y su entorno (segmento 04) la situación es completamente diferente. Los coeficientes de ocupación son mas bajos y los tamaños de las parcelas mayores, lo que se corresponde, en primera instancia, con las particularidades históricas de asentamiento y ocupación del sector, de acuerdo con lo cual el modelo correspondió a la generación de viviendas aisladas, pertenecientes por lo general a la pequeña burguesía, en lotes de dimensiones generosas. Hoy por hoy estas condiciones, aunadas a las importantes inversiones realizadas por el gobierno municipal en el sector, están dando paso a la edificación en altura con fines prioritariamente residenciales. Tanto en este caso como en los dos primeros, se manifiesta una dinámica de aprovechamiento de las plusvalías urbanas por parte de intereses


Segmento 04. Parque Fidel Anze - Aranjuez 2,6%

0

26,5%

1

46,4%

2

12,6%

3

3,3%

4

0,4%

5

2,4%

6

0,7%

7

2,4%

8 9

0,9%

10

0,2%

11

0,4%

12

0,2%

13

0,4%

14

0,4%

100

50

0

100

200

Segmento 05. Parque Suecia - Huayra Khasa 0

2,7%

1

45,6%

2

32,2%

3

13,7%

4

3,8%

5

1,5%

6

0,2%

7

0,3%

100

50

0

100

200

privados. Es evidente que la actuación del Gobierno Municipal favorece histórica y recurrentemente a los sectores sociales más acomodados económicamente. De acuerdo con lo que acabamos de ver, lo que prevalece en los segmentos 01, 02 y 04 es la utilización del suelo, casi exclusivamente, como “valor de cambio”. Por otro lado, en los segmentos 03 y 05 tiene prioridad la condición del suelo como “valor de uso”. Densidades urbanas Como es harto conocido, el patrón horizontal de expansión urbana ha determinado, en el curso del tiempo, que las densidades poblacionales en Cochabamba sean francamente bajas. Sin embargo, esta situación no es algo que se relacione estrictamente con la presencia de “nuevos asentamientos”, sino que, en términos ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

131


Gráfico 33. Coeficiente de Ocupación del suelo y tamaño de parcelas Plaza del Granado

Prado y plaza Colón

Plaza 14 de Noviembre

Parque Fidel Anze

Parque Suecia

132

0 - 0.0099

0.41 - 0.60

<150 m2

500 - 1000 m2

0.01 - 0.20

0.61 - 0.80

151 - 300 m2

1001 - 2500 m2

0.21 - 0.40

0.81 - 1

301 - 501 m2

>2501 m2

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

generales y con mayor o menor intensidad, afecta a toda el área urbana y se corresponde con las formas de ocupación del suelo que han caracterizado el desarrollo urbano de Cochabamba. En consecuencia, las densidades poblacionales en los segmentos estudiados son, en términos generales, bajas (Gráfico 34). Sin embargo las situaciones son disímiles. Evidentemente en las zonas centrales las densidades son aun menores, resultado de un ya largo proceso de especialización funcional y de expulsión de las funciones residenciales. Situación que se manifiesta con mayor intensidad en el “centro histórico” a partir del progresivo abandono de las antiguas casonas y de la debilidad de las políticas públicas para generar nuevas dinámicas que no sean resultado de un patrimonialismo paralizante, visión romántica y anacrónica que a la larga ha significado la destrucción de aquello que busca proteger. Por otro lado, aun las edificaciones de data mas reciente se encuentran subutilizadas, determinando la existencia de un importante parque inmobiliario, aun no cuantificado, inutilizado. En el caso del Prado, si bien, como vimos, se verifica un paulatino crecimiento en altura este está orientado a satisfacer la demanda del sector terciario, oficinas comerciales y de servicios. En contraposición, las altas densidades caracterizan al sector de Huayra Khasa (segmento 05), de hecho se encuentra entre los sectores con más altas densidades de Cochabamba, amén de lo que sucede en Cerro San Miguel. Se trata de una zona populosa con una ya larga historia que la identifica entre los primeros asentamientos del sur de Cochabamba, influenciado sin duda por la generación de uno


de los primeros barrios de mineros, en los albores de la década de 1960: Minero Alalay. Más allá de esto, o de manera articulada, es innegable la influencia de “La Cancha” como factor de atracción. Ahora bien, si analizamos el plano de alturas podemos observar que por lo general se trata de un sector con alturas que no pasan de los dos pisos, es decir, con alturas bajas. En este sentido, en contraposición a lo que las “supersticiones” tecnocráticas locales se empeñan en creer, la relación entre mayor densidad y edificación en altura no es directamente proporcional. Hoy por hoy los sectores más densos de Cochabamba corresponden a zonas con edificaciones de baja altura pero cercanas a centralidades de alta atracción. Evidentemente en algunos casos se registran situaciones de hacinamiento y de deficientes condiciones cualitativas en la vivienda, pero esto tiene que ver más con las lógicas de segregación urbana que con la misma forma de ocupación. Por otro lado, parece evidente la articulación entre alta densidad, alturas moderadas e intensidad urbana, determinada por la relación “directa” que se establece entre lo privado y lo público. Es así que una situación de equilibrio entre estas variables favorece una “vida pública” intensa. Una situación diferente sucede, por ejemplo, en el Parque Fidel Anze donde se registra un proceso de crecimiento en altura y por lo tanto un presumible aumento de las densidades poblacionales y de vivienda y, sin embargo, la relación con el espacio público, con la vida pública de proximidad, es, como veremos, mínima. Más allá de las diferencias en términos socio económicos, o más bien de manera articulada a ellas, es importante considerar la influencia de las condiciones espaciales y de percepción que condicionan el aislamiento respecto a lo que sucede en el espacio público. En este sentido, tratar de

Gráfico 34. Densidad poblacional y densidad de vivienda Plaza del Granado

Prado y plaza Colón

Plaza 14 de Noviembre

Parque Fidel Anze

Parque Suecia

menor a 50 Hab/Ha

201 a 300 Hab/Ha

menor a 20 Viv/Ha

51 a 100 Viv/Ha

51 a 100 Hab/Ha

301 a 400 Hab/Ha

21 a 50 Viv/Ha

101 a 200 Viv/Ha

101 a 200 Hab/Ha

51 a 100 Viv/Ha

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

133


responder al problema de las bajas densidades a partir de la aplicación del modelo de crecimiento en altura parece no ser la respuesta acertada, en todo caso será necesario cuestionarse en cada operación la relación a establecerse con el espacio público, con la vida pública. Como hemos podido ver, las situaciones urbanas correspondientes al entorno a cada uno de los espacios públicos en análisis son diversas e influyen, como constataremos más adelante, en las dinámicas que caracterizan a cada uno de ellos. En todo caso, resulta pertinente resaltar algunas cuestiones derivadas de lo aquí visto. En primera instancia que la heterogeneidad de actividades puede no necesariamente significar una mayor diversidad urbana sino dar cuenta de un proceso de terciarización de las funciones urbanas a partir de la expulsión de las funciones residenciales, y por lo tanto, la generación de nuevas condiciones de homogeneidad. Por otro lado, es evidente el predominio de una lógica de maximización de las rentas urbanas y por lo tanto la imposición de los valores de cambio del suelo por sobre los de uso. Esta situación repercute no solamente en los procesos de segregación socio espacial sino en las formas de ocupación y las condiciones de densificación urbana.

134

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


05 Espacios practicados y representados



05/01 La plaza del Granado La configuración y origen de esta particular “plaza” data de la última etapa del período colonial. De acuerdo con la información histórica la formación de la plaza se efectivizó el año de 1790 cuando el Arzobispo San Alberto realizó la donación del predio para su conformación (Lavayén, 2016), con lo cual la plaza pasó a conformar una unidad con la iglesia de Santa Teresa funcionando como una especie de atrio. Dada esta relación la plaza se denominó inicialmente de Santa Teresa, posteriormente y hasta 1909 adoptó el nombre de su benefactor, San Alberto, momento a partir del cual pasó a denominarse Plaza del Granado en homenaje al obispo cochabambino Francisco María del Granado. Posteriormente, en la década de 1940 se concretó la expropiación de una parte de los predios de los carmelitas para la ampliación de la plaza y su conexión con la calle España, generándose una plazoleta y un mercado de flores y determinando la apertura de una vía vehicular que conectaba la calle España con la Baptista. Es así que la idea de plaza se trastoca en alguna medida al priorizar la circulación ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

137


automotora, situación que se extendería hasta la década de 1970 cuando “...el Comité Cívico Femenino, que en consorcio con la municipalidad intervino en la plaza Granado, modificando los pavimentos e interrumpiendo la antigua y sinuosa circulación vehicular alrededor de la plazuela, con el objetivo de convertir en un espacio aislado para ‘una plaza colonial con faroles sevillanos’” (Ídem. p. 162). Se trata de una plaza atípica, que se ha ido transformando con el tiempo y que no corresponde a los cánones coloniales de formación de espacios públicos, los cuales como vimos (Cap. 03) en términos morfológicos implicaban dejar vacía una unidad dentro de la grilla urbana, formando las tradicionales plazas de aproximadamente una hectárea de superficie. Por otro lado, es evidente que la importancia simbólica de la plaza esta ligada a la presencia de la iglesia de Santa Teresa, sus actividades y ritmos. Actualmente, la plaza se encuentra organizada en función a cuatro componentes básicos (gráfico 35). Entre ellos resalta la plaza/atrio localizada frente a la iglesia Santa Teresa y colindante con la calle Baptista que se caracteriza por su forma rectangular y su conformación particular flanqueada en tres de sus lados por edificaciones, es aquí donde se desarrollan la mayor cantidad de actividades, sobre todo las de carácter colectivo. El otro sector relevante es la plazoleta conformada Gráfico 35. Estructura base y sectores de la Plaza del Granado

138

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


Religioso Comercial Mixto 2 (Comercial Servicios) Administrativo/Institucional 11%

Ninguna 32%

Educativo 11%

Residencial 27%

Mixto 1 (residencial, comercio y/o servicios) 33%

Media 53%

Alta 16%

Gráfico 36. Usos de suelo y condiciones de permeabilidad en el entorno inmediato a la Plaza del Granado

hacia la calle España sobre la cual se localizan las actividades de venta de flores, por lo que las principales actividades diurnas están ligadas a esta actividad, por la noches las actividades están relacionadas a la presencia de bares y cafés en el entorno. En conjunto, se trata de una plaza mineral en la cual solamente han subsistido 5 palmeras. Respecto a las actividades en el contexto inmediato lo que resalta es la diversidad de usos y funciones (Gráfico 36). De hecho los usos residenciales son minoritarios. Es así que hacia la calle España prevalecen usos relacionados con las actividades comerciales y de prestación de servicios, esencialmente bares, cafés y tiendas; mientras que hacia la calle Baptista se encuentran actividades de carácter educativo y administrativo. Esta disposición de funciones determina la clara diferenciación de un sector en el que predominan las actividades diurnas y un otro relacionado prioritariamente con actividades nocturnas. Por otro lado, en lo que corresponde a los niveles de permeabilidad, se observa que una importante cantidad de las edificaciones permite, merced al tipo de actividades allí desarrolladas, una relativamente intensa relación con el espacio público, sobre todo hacia los extremos del espacio público, hacia las calles España y Baptista. La relación no es la misma en torno a la plaza/atrio y el pasaje donde se percibe una división más marcada que repercute claramente en el tipo y cantidad de actividades, por ejemplo, la esquina sureste de la plaza/atrio es prácticamente inutilizada. Usos y prácticas La plaza del Granado forma parte de aquello que se conoce como el centro histórico de Cochabamba y, por lo tanto, de una de las centralidades más importantes a escala urbana y regional. Como vimos en su entorno inmediato se localizan importantes equipamientos como el Liceo Bolivia, la Iglesia de Santa Teresa, el kinder Cochabamba y dependencias de la Alcaldía Municipal. Es así que la mayor parte de los usuarios vienen de otros lugares y muy pocos pertenecen a la ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

139


ϭϱй 9WFSXUTWYJ U¾GQNHT

&ZYT

9F]N

& UNJ

ϴϱй

5WT]NRNIFI

4YWTX QZLFWJX

2TYT

3T WJXUTSIJ

Gráfico 37. Lugar de residencia de usuarios del EP

Gráfico 38. Formas de acceso al espacio público

Encuesta EP IIACH-UMSS.2017

Encuesta EP IIACH-UMSS.2017

escala de proximidad (ver gráfico 37). De aquellos que vienen de otros lugares casi la mitad corresponde a gente de los distritos del sur de Cochabamba y una quinta parte a personas de otros municipios, esencialmente Tiquipaya y Quillacollo. Resalta, en todo caso, la poca cantidad de usuarios provenientes de los distritos del Este y Norte (11, 12,1 y 2). De acuerdo con lo anterior, la principal forma de desplazamiento para acceder a la plaza del Granado es el transporte público y la frecuencia de uso es sobre todo eventual (gráfico 38 y 39), condiciones que dejan entrever precisamente el carácter y la escala de este espacio, caracterizado por la diversidad de usuarios y por el ritmo de las actividades “programadas” de temporalidad anual. Las principales actividades realizadas en este espacio público, están relacionadas con el paseo/recreación, la recreación nocturna y su identificación como lugar de encuentro (gráfico 40). Las de paseo/recreación y la condición de lugar de paso están relacionadas con el carácter mismo de la plaza, la cual cumple predominantemente la función de conector y por lo tanto de canalizador de flujos. En este sentido, las actividades necesarias (Gehl, 2006) como son las de desplazamiento se relacionan con actividades de carácter opcional, como las de descanso en alguna de las bancas existentes. Aunque en realidad la oferta de

140

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


*[JSYZFQRJSYJ &QLZSFX [JHJX FQ RJX :SF [J_ UTW XJRFSF

;FWNFX [JHJX UTW XJRFSF

)NFWNFRJSYJ

F FÂľTX

F FÂľTX

F FÂľTX

2F^TW F FÂľTX

GrĂĄfico 39. Frecuencia de uso por rango de edad

GrĂĄfico 40. Actividades en el espacio pĂşblico

Encuesta EP IIACH-UMSS.2017

Encuesta EP IIACH-UMSS.2017

lugares de descanso es deficiente. Sin duda la Ăşltima y desafortunada intervenciĂłn en la plaza, de mediados de los aĂąos dos mil1, ha determinado el reforzamiento de la condiciĂłn de canalizador de flujos, expulsando y/o condicionando otras posibles funciones. Evidentemente, si observamos las actividades realizadas en la plaza (grĂĄfico 41), buena parte de ellas se concentran precisamente donde existen lugares para sentarse, charlar o simplemente descansar, lamentablemente, como dijimos, la oferta es mĂ­nima. Es asĂ­ que las posibilidades de actividades de “permanenciaâ€?, como las de descanso aunque no Ăşnicamente, no encuentran un marco espacial propicio para su realizaciĂłn. Por otro lado, resulta importante resaltar su condiciĂłn de lugar de encuentro, puesto que esto da cuenta de la centralidad de la cual forma parte y de su inclusiĂłn en la imagen de la ciudad como hito. Tal vez en esta condiciĂłn radica el rol principal de este espacio pĂşblico a nivel urbano. Lugar de encuentro, lugar de lo efĂ­mero. Las actividades de recreaciĂłn nocturna estĂĄn relacionadas con la condiciĂłn anterior y, por supuesto con la proximidad de una diversidad de bares, cafĂŠs y restaurantes. Siendo asĂ­, el sector de la plaza en el que se registran con mĂĄs intensidad las actividades nocturnas es el localizado hacia la calle EspaĂąa, donde 1

Resultante de un concurso de diseĂąo convocado por el Colegio de Arquitectos de Cochabamba.

ESPACIO(S) PĂšBLICO(S)

recomposiciones y prĂĄcticas urbanas en Cochabamba

141


Gráfico 41. Análisis de actividades y prácticas en la Plaza del Granado

Fin de semana por la mañana (Domingo)

Fin de semana por la noche (Sábado)

Esquema de sectores predominantemente sombreados

Fin de semana medio día (sábado)

En semana por la mañana (jueves)

En semana por la tarde (miércoles)

Plano base

Actividades (permanencia)

142

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

Flujos (movimiento)


-

42 %

+

+

Diversidad

Intensidad

-

-

58 %

18 %

+

+

Diversidad

Intensidad

-

-

+

+

Intensidad

-

-

50 %

54 %

+

+

Diversidad

Intensidad

-

-

46 %

71 %

+

Diversidad

+

1

2

3

1

2

3

1

2

3

1

2

3

1

2

3

La actividad es reducida, concentrándose esencialmente en dos lugares: al frente de la Iglesia de Santa Teresa y en el sector de las floristas. En el primer caso los que se observa son personas sentadas en las bancas o en los pretiles de la plazuela, charlando o descansando (1,2). En el segundo caso la actividad de venta de flores es intensa (3), de acuerdo con las mismas floristas la venta se incrementa sensiblemente por las mañanas.

82 %

50 %

Diversidad

La actividad es moderada a alta, aunque lo que se observa como predominante son los flujos (1) en sentido Este-Oeste-Este. Las principales actividades que se desarrollan son las de descanso temporal en algunas de las pocas bancas existentes hacia la calle Baptista. En este horario, pasado el medio día se observa algunos escolares vagando por el lugar o sentados (2). Las vendedoras de flores del lado Este se encuentran reunidas comiendo en una esquina (3). Por otro lado, se observa la presencia de una persona aseandose en la pila existente.

La actividad se concentra en el espacio frente a la iglesia donde se observa una familia y una pareja de madres ocupando las bancas localizadas al Oeste (1). Por otro lado se ve la presencia de parejas caminando y charlando en la plaza. Hacia el muro de la iglesia se encontraban descansando, con todas sus pertenencias, dos personas “sin hogar” las cuales aparentemente pasaron la noche en el lugar (2). Lo más relevante fue la presencia de motocicletas que sin respetar la condición de la plazuela la atraviesan constantemente (3).

La actividad en la plazuela se intensifica a partir de la afluencia, sobre todo, de jóvenes que asisten a los cafés y restaurantes localizados preferentemente en la calle España (1). Resalta el hecho que en el pequeño restaurant existente en la plazuela se encuentra un grupo de jóvenes compartiendo algunas bebidas. Se observa ademas a jóvenes practicando la patineta (2), en el sector Oeste. Por otro lado, las actividades comerciales se ecnuentran representadas por la venta de flores (1) y la instalación temporal de un puesto de anticuchos (3).

La mayor partede las actividades y de los flujos se concentran en torno a las tres floristerias localizadas en el sector Este. Aquí se observa una actividd comercial siginificativa y constante. Algunas personas se encunetran sentadas en las bancas, descansando y leyendo el períodico, y un grupo de jovenes recorre la plazuela realizando aparantemente un trabajo académico. En términos generales, el ambiente es tranquilo y la intensidad de actividades baja.

29 %

Intensidad

Descripción

Imágenes

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

143


no solamente se pueden observar grupos de jóvenes charlando y en espera para acudir a algún bar o café sino también se registra una mayor afluencia de comerciantes ambulantes, esencialmente los denominados “pastilleros”, o vendedoras de comida. Es así que durante la noche la plaza adquiere otra “velocidad” asociada a un rango etario definido y también a una serie de hechos (ruido, presencia de personas en estado de ebriedad) que son identificados por los vecinos como molestos, motivo por el cual en diversas ocasiones han acudido a la Alcaldía Municipal con el objetivo que esta pueda normar las actividades nocturnas de la calle España. En el contexto de las actividades cotidianas dos de ellas son las que resaltan y generan dinámicas particulares. La primera, la venta de flores realizada en tres puestos localizados en la plazoleta, actividad que convoca un flujo importante y constante de personas. La segunda, menos importante en cuanto a su capacidad de atracción, es la presencia de una pequeño “restaurante” justo al frente de la entrada a la iglesia. Su relevancia radica expresamente en el hecho de ser la única actividad que se apropia del espacio púbico a partir de la disposición mesas y sombrillas. Apropiación que mas que generar efectos negativos favorece, en cierta medida, la dinamización del espacio público al proponer actividades en un lugar donde de otra manera no pasaría nada. Se trata, efectivamente, de una apropiación privada del espacio, sin embargo dicha apropiación de hecho favorece la ruptura de la separación radical entre lo público y lo privado, facilitando una mayor permeabilidad. La otra actividad relevante, en términos de lo que genera, es la presencia de jóvenes “skaters” que realizan sus prácticas aprovechando los desniveles existentes en la plaza y los, por lo general, bajos flujos peatonales. Se trata de una actividad que transforma el espacio público, por lo menos temporalmente, generando una dinámica particular, no prevista pero que sin duda aporta diversidad. En otro registro, si tomamos en cuenta las diferencias de uso por edad y género se observa, de acuerdo al estudio de actividades realizado (Gráfico 41), que la presencia de mujeres es superior a la de los hombres en “días de semana”, situación que se transforma los fines de semana, cuando la presencia de mujeres disminuye significativamente. Esto podría encontrarse relacionado con el hecho que las mujeres, al encontrarse con niños menores o realizando actividades de compra venta, permanecen más tiempo en la plaza, contrariamente a lo que sucede con los hombres quienes utilizan la plaza, en mayor proporción, como lugar de paso. En cuanto a las diferencias de uso correspondientes a los rangos etarios este espacio público es utilizado preferentemente por niños, jóvenes y adultos jóvenes, lo cual tiene que ver, en primera instancia, con la presencia de equipamientos educativos y de comercios y servicios dirigidos, sobre todo, a estos rangos de edad. Por otro lado, esa evidente que los principales flujos peatonales corresponden a personas que asisten a sus fuentes laborales, es decir en edad

144

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


de trabajar. Por Ăşltimo, la oferta de la plaza, en tĂŠrminos de mobiliario y lugares adecuados para el descanso y la contemplaciĂłn, determina que sean muy pocas las personas adultas mayores que la utilicen efectivamente. Ahora bien, mĂĄs allĂĄ de las actividades cotidianas en la plaza del Granado tienen lugar una diversidad de actividades de carĂĄcter colectivo que sin duda refuerzan su condiciĂłn de centralidad, sobre todo simbĂłlica. Entre las actividades que se realizan o que en algĂşn momento se han realizado en los Ăşltimos aĂąos tenemos: la fiesta de la mĂşsica, la feria del libro, el dĂ­a del patrimonio, concursos de arte y dibujo y, por supuesto, la festividad de la Virgen del Carmen. Esta Ăşltima es la mĂĄs importante. Ella acontece anualmente en fecha 16 de julio y comprende actividades como la serenata, la misa y la procesiĂłn hacia la Catedral Metropolitana. Se trata de una actividad que no solamente convoca una importante cantidad de feligreses sino tambiĂŠn de comerciantes de toda Ă­ndole que en conjunto ocupan toda la plaza del Granado. Sin duda lo que sobresale es que la mayorĂ­a de las actividades que allĂ­ tienen lugar estĂĄn relacionadas con aquello que genĂŠricamente llamamos actividades culturales. Es asĂ­ que podemos seĂąalar que lo cultural es lo que caracteriza a este espacio pĂşblico y que dicha connotaciĂłn esta muy ligada a la presencia de la iglesia de Santa Teresa y a la apertura hace algunos aĂąos ya del museo del convento de Santa Teresa. En definitiva este espacio pĂşblico y sus dinĂĄmicas tienen que ver con aquellas de la centralidad de la cual forma parte. Sin embargo las condiciones de diseĂąo y articulaciĂłn con el entorno inmediato restringen las posibilidades de generar una mayor diversidad e intensidad en los usos.

'ZJSF :GNHFHN¡S 1NRUNJ_F

&GZSIFSYJ ;JLJYFHN¡S 2Z^ KWJHZJSYFIT 5JWRNYJ FHYN[NIFIJX IN[JWXFX

ϹϯК

'ZJS 2FSYJSNRNJSYT 3T GZQQNHNTXT

ĎŽĎ´Đš

ϰϲК

ώϲК

ϰϲК

9TYFQRJSYJ IJ FHZJWIT

ĎŻĎŻĐš

2FX T RJSTX IJ FHZJWIT

ϭϾК

2FX T RJSTX JS IJXFHZJWIT

9TYFQRJSYJ JS IJXFHZJWIT

GrĂĄfico 42. Percepciones respecto a la plaza del Granado Encuesta EP IIACH-UMSS.2017

ESPACIO(S) PĂšBLICO(S)

recomposiciones y prĂĄcticas urbanas en Cochabamba

145


(­SYWNHT

1THFQN_FHN¡S

(TSJ]N¡S JSYWJ HFQQJX

&WVZNYJHYZWF

(TSINHNTSJX IJ QTHFQN_FHN¡S ^ FHHJXT

1F NLQJXNF

9WFSVZNQNIFI

*XUFHNTX FGNJWYTX

&HYN[NIFIJX HTRJWHNFQJX

(ZFQNIFIJX JXUFHNFQJX FRGNJSYFQJX JXY­YNHFX

5WJXJSHNF IJ GFWJX ^ &QYF HTSHZWWJSHNF XJW[NHNTX

1ZLFW IJ WJZSN¡S

&HYN[NIFIJX FWYÂąXYNHFX

)N[JWXNIFI IJ FHYN[NIFIJX ^ ZXTX

1NRUNJ_F 2FSYJSNRNJSYT

GrĂĄfico 43. Aspectos positivos identificados respecto a la plaza del Granado Encuesta EP IIACH-UMSS.2017

Centralidad y tranquilidad, elementos apreciados En la valoración realizada sobre distintos aspectos relativos a este espacio público (Gråfico 42) se ponen en evidencia condiciones relacionadas con la centralidad y que, por otro lado, refieren a aspectos que deberían caracterizar a todo espacio público. Es decir, la buena ubicación, la diversidad de actividades y la alta frecuentación. Por otro lado, en cuanto a la identificación de aspectos positivos relacionados con la plaza del Granado (Gråfico 43), se tiene que estos estån relacionados con: • Las cualidades espaciales, ambientales y estÊticas, relacionadas particularmente con aspectos como la tranquilidad que se percibe en la plaza y, asociado a esto, con la presencia de la iglesia, tanto por su importancia simbólica como por las características particulares de su escala y arquitectura. • La diversidad de actividades y usos, lo que pone en evidencia la importancia que tiene para las personas la posibilidad de encontrarse con otras y de experimentar lugares con actividades diversas. Es así que los aspectos mås valorados son la alta concurrencia de personas y la existencia de bares, servicios y comercios en el entorno inmediato. • Las condiciones de localización y acceso, que tienen que ver con la condición de centralidad y con las facilidades de acceso a la plaza desde los distintos lugares de la ciudad.

146

ESPACIO(S) PĂšBLICO(S)

recomposiciones y prĂĄcticas urbanas en Cochabamba


5WJXJSHNF IJ 'TWWFHMTX

'FWJX

&HYN[NIFIJX RTQJXYFX

2ZHMFX UFQTRFX

&ZXJSHNF IJ [JLJYFHN¡S

)JKNHNJSHNF FRGNJSYFQ T JXY­YNHF

&ZXJSHNF ^ RFQ JXYFIT IJQ RTGNQNFWNT

'FXZWF ^ UTHF QNRUNJ_F

+FQYF IJ 5THF NQZRNSFHN¡S RFSYJSNRNJSYT

)JKNHNJSYJX HTSINHNTSJX IJ RFSYJSNRNJSYT ^ T RTGNQNFWNT

)JQNSHZJSHNF

+FQYF XJLZWNIFI

&SYTXTHNFQJX

.SXJLZWNIFI

+FQYFS YNJSIFX

1THFQN_FHN¡S J NSKWFJXYWZHYZWF

GrĂĄfico 44. Aspectos negativos identificados respecto a la plaza del Granado Encuesta EP IIACH-UMSS.2017

Por otro lado, en cuanto a los aspectos negativos asociados a la plaza, los principales se refieren a: • Deficientes condiciones de mantenimiento y/o mobiliario, lo cual desde la perspectiva de la gente esta asociado principalmente a la presencia de basura y, por lo tanto, a la poca limpieza de la cual es merecedora la plaza. El otro aspecto relevante es la ausencia y el mal estado del mobiliario, lo cual, como seùalamos, influye en las posibilidades de generación de actividades de permanencia. • Inseguridad, la cual esta relacionada esencialmente con la presencia de antisociales, la verificación de actos delicuenciales, esencialmente robos, y la ausencia de mecanismos de control. Sin duda, la percepción de inseguridad esta relacionada con un momento específico: las noches. En tÊrminos generales, la valoración que se tiene de esta plaza es positiva, lo cual esta relacionado sobre todo por su localización y las actividades que ofrece el entorno inmediato. La nocturna inseguridad De acuerdo con la percepción respecto a los niveles de seguridad (gråfico 45), la plaza del Granado es considerada como un espacio inseguro y esto tiene que ver, esencialmente, con la presencia de delincuentes y por lo tanto con la verificación de asaltos y robos, sobre todo en horarios nocturnos. Todo esto se encuentra relacionado, tambiÊn a las actividades nocturnas en bares y pubs del entorno, lo ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prĂĄcticas urbanas en Cochabamba

147


ϯй 8JLZWT

(TSYWTQ UTQNHNFQ

ϯϴй

*X GFXYFSYJ HTSHZWWNIT 3T MF^ IJQNSHZJSYJX (FRFWFX IJ XJLZWNIFI 'FWJX

ϲϬй

.SXJLZWT

3T MF^ UTQNH±FX 'TWWFHMTX 5FSINQQFX )JQNSHZJSYJX &XFQYTX *XUFHNT [FH±T ;NJSJ YTIT YNUT IJ LJSYJ

.SXJLZWT

8JLZWT

3T 8FGJ

Gráfico 45. Percepción de seguridad en la plaza del Granado Encuesta EP IIACH-UMSS.2017

cual se traduce en la presencia de personas en estado de ebriedad, las cuales no solamente generan ciertas actividades molestas sino que son susceptibles de ser objeto de actos delicuenciales. En cuanto a los aspectos identificados como factores que contribuyen a generar un ambiente seguro se verifican ciertas contradicciones puesto que uno de ellos es precisamente la ausencia de delincuentes. En este sentido, es necesario considerar la diferencia de actividades en las distintas horas del día; es así que mientras por el día se advierte un ambiente más bien tranquilo, por las noches, y por las razones ya señaladas, los factores de inseguridad se incrementan. Por último, si reparamos en las diferencias de percepción respecto al género y a los rangos de edad, tenemos que casi en la misma proporción (aproximadamente el 60%) consideran a la plaza como un espacio inseguro. Considerando los rangos de edad, son los jóvenes de 15 a 25 años los que en mayor porcentaje (65% de ellos) indican que la plaza es insegura. Lo que se aprecia es que mientras la edad de las personas es mayor la sensación de inseguridad disminuye. Esto tiene que ver, en este caso, con que son precisamente quienes hacen mayor utilización de la plaza en horarios nocturnos (lugar de encuentro, asistencia a bares, cafes y pubs, etc.) y por lo tanto son más susceptibles de presenciar o sufrir algún acto de violencia o robo.

148

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


05/02 El Prado y plaza Colón Como vimos en el estudio de las dinámicas correspondientes al proceso histórico de producción urbana, la conformación en 1848 del conjunto constituido por el paseo de la Alameda (hoy el Prado) y la plaza Colón, supuso, bajo el influjo de las pretensiones modernizantes decimonónicas, la ruptura de la estructura urbana en damero. Esta transformación morfológica, correspondiente a la implantación progresiva de una nueva lógica de ocupación y organización territorial, respondió a las necesidades práctico simbólicas de las nuevas élites cochabambinas, las cuales abandonan progresivamente el centro urbano para fijar residencia en este nuevo espacio, interfaz y puerta a “lo natural”. La generación de este espacio público implicó, en este sentido, una nueva manera de ver e intervenir en el espacio público, relacionada por un lado con la función de paseo y, por otro, con la inclusión de la naturaleza, de la vegetación, como componente esencial. Algo que puede parecernos normal, si consideramos los imaginarios actuales, pero que no era evidente con anterioridad a este momento. ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

149


Lo natural formaba parte de la vida cotidiana, recordemos el rol de la Campiña y de la misma mescolanza de usos al interior del “radio urbano”, pero no de esta manera domesticada, puesta en escena. Aquí sucede un cambio radical en la forma de ver y comprender el territorio, la modernidad irrumpe y así su manía a separar, a dividir, a fragmentar. Si bien la función de paseo se ha ido transformando con el paso del tiempo, con el cambio en las formas institucionales de entender el espacio público e intervenir sobre él, con la presencia abrumadora del automóvil, lo cierto es que el conjunto del Prado y la plaza Colón, ha sido, desde su creación, un escenario privilegiado de la vida social cochabambina. Y sin duda, a pesar que en las últimas décadas ha existido un desplazamiento en cuanto a su rol como espacio público privilegiado de la juventud (ver Rodríguez et Al. 2009), continúa siendo una centralidad asociada a sus componentes recreativos, festivos , gastronómicos y , también, cívicos. Configuración y entorno inmediato Sin duda, la linealidad Norte/Sur marca la estructuración de este espacio público; sin embargo, se trata de un conjunto indisociable, aunque si diferenciable, en función a los criterios de organización y, por supuesto, de las actividades que convocan. Esencialmente estamos hablando de dos grandes componentes, la plaza Colón y el Prado, aunque, con fines de estudio se ha dividido el conjunto en cinco sectores que se ordenan de Sur a Norte (gráfico 46). El primer sector, correspondiente a la plaza Colón, de forma cuadrangular y de aproximadamente 100 metros de lado, presenta una configuración interna asimétrica en el sentido sur-norte: una estructura más tradicional hacia el sur, con diagonales que salen del centro, y menos rígida hacia el norte, donde resalta la presencia de un laguito artificial de forma irregular, el cual puede ser sorteado a través de un pequeño puente que comunica el centro de la plaza con el norte y posteriormente con el Prado. En la parte central del lado sur, al final de un pequeño pasillo, se encuentra la estatua de Nataniel Aguirre1. Dos componentes importantes de la plaza Colón, por las dinámicas que generan, son los kioscos y los puestos de venta. Los primeros se localizan en la esquina suroeste y en la esquina noreste y se caracterizan por disponer de unas cuentas mesas y servir refrigerios y bebidas, con lo cual pasan a constituirse en pequeños núcleos de actividad. Los segundos se localizan en la esquina sureste, son tres, y especializan en la venta de frutas, golosinas, galletas y bebidas.

1

150

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

Periodista, abogado y escritor cochabambino (1843-1888).

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


Aun cuando la plaza presenta una vegetación bondadosa, lo cierto es que la cantidad de árboles existentes se ha visto reducida drásticamente en los últimos años. El sector B, correspondiente a la primera cuadra del Prado, se caracteriza, como todos los que le siguen, por su forma alargada y por estas flanqueada de vías vehiculares. En la parte inicial se localiza un pequeño atrio sobre elevado en el cual se encuentra el monumento a Francisco del Rivero, prócer de las luchas por la independencia. En la primera mitad, del sector, la circulación es son solamente exterior, paralela a las vías vehiculares. Situación que se modifica hacia la mitad del trayecto por la presencia de una espacio circular que permite el atravesamiento transversal del paseo y del cual nace un tercer “pasillo” con sentido norte, que remata en el monumento al ex presidente José Ballivián. En dicho pasillo se localizan tres mesas de ajedrez fabricadas de hormigón. De manera adyacente al espacio circular señalado se encuentra un otro de menor diámetro y “cubierto” por un pergolado, también circular y de estructura radial. El tercer sector presenta escasa diversidad en cuanto a espacios y alternativas funcionales. De forma alargada, con circulación exterior, presenta un solo atravesamiento, mas o menos a la mitad de su largo. En su parte inicial se encuentra actualmente instalada una caseta de información turística perteneciente a la alcaldía. Como parte de este sector, y de manera arbitraria puesto que bien podría considerarse de manera aislada, incorporamos el pequeño espacio que funciona como rotonda vehicular en la cual se encuentra el monumento al libertador Simón Bolívar. El sector D, también de forma alargada, incorpora atravesamientos diagonales y perpendiculares al eje, lo cual, aunque sea tímidamente, rompe la linealidad de la circulación. Hacia su culminación se encuentra un espacio de forma rectangular en el que se encuentra el monumento al maestro boliviano. En el último sector, los cruzamientos son menos rígidos y están configurados a partir de la utilización de formas circulares. Hacia el lado oeste se encuentra un espacio de forma rectangular, con alguna deformación, sobre elevado y con una pérgola cubierta de flores y, un poco más al norte, sobre el eje central se erige un monumento a Adela Zamudio, reconocida poetiza cochabambina. Por último, la plaza Montenegro, conocida popularmente como plaza de las Banderas y de forma circular remata el paseo del Prado. Hace algunos años esta plaza que se encontraba separada del Prado fue unida a él, ampliado la superficie del paseo. Al centro de este espacio se encuentra una fuente de tamaño regular y una escultura, en piedra.

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

151


Gráfico 46. Estructura base y sectores del conjunto “Prado y plaza Colón”

152

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


ESPACIO(S) Pร BLICO(S)

recomposiciones y prรกcticas urbanas en Cochabamba

153


Gráfico 47. Uso de suelo y condiciones de permeabilidad en el entorno del Prado y la plaza Colón

Las dinámicas del entorno inmediato se encuentran caracterizadas, actualmente, por el predominio de las actividades comerciales y de servicio, ya sea en forma monofuncional o mixta. Evidentemente, con el transcurso del tiempo las actividades se han modificado en la medida en la que el conjunto de la ciudad lo hacía. Es así que los usos residenciales que lo caracterizaron hasta la década de 1980 fueron progresivamente expulsados en la medida en que las rentas se incrementaban y la normativa urbana determinaba la posibilidad de edificar en altura. Actualmente, de acuerdo al relevamiento realizado (gráfico 47), las funciones exclusivamente residenciales son mínimas. Esto sin duda define un escenario particular que influye, como veremos, en las dinámicas del espacio público y sus ritmos. Merced a lo señalado, se ha operado una transformación tanto funcional como morfológica. Hoy por hoy, si bien existe una importante diversidad de funciones éstas tienen que ver predominantemente con las actividades comerciales y de servicios. Entre ellas resaltan los servicios gastronómicos, dispuestos todo a lo largo del Prado y que definen, en buena parte, la particularidad de este espacio público. Adicionalmente, aquí se localizan diversas actividades de carácter administrativo institucional, correspondientes tanto a instituciones del Estado como al sector privado (Alcaldía, oficinas administrativas de la universidad, Cancillería, Brigada parlamentaria de Cochabamba, Cámara de Industria, COMTECO, etc.). Actividades que sin duda imprimen una dinámica asociada a la generación de flujos constantes de personas y a una temporalidad definida por los “horarios de oficina”. Por otro lado, es necesario remarcar que la mayoría de las actividades de recreación nocturna (bares, discotecas, pubs), que marcaron la dinámica del Prado hasta

154

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


entrados los años 2000, se han desplazado a distintas localizaciones, la mayoría de ellas al norte del río Rocha, generando nuevas centralidades y prácticas de uso y apropiación del espacio público, como analizan Rodríguez et Al. (2009). En cuanto a los niveles de permeabilidad, es evidente que la generalización de las actividades comerciales y de servicios ha determinado el incremento de la permeabilidad entre lo público y lo privado, lo que no significa que uno se truque por el otro sino que se incrementan las posibilidades de transitar de uno a otro. En este caso estamos hablando de una permeabilidad funcional o de uso que es permitida en función a dinámicas comerciales o administrativas. Es decir, que se permiten porque son necesarias en términos mercantiles. De acuerdo con la información relevada, actualmente el 81% de los predios del entorno inmediato permiten algún nivel de permeabilidad (gráfico 47). Ahora bien, mientras la permeabilidad funcional se incrementa, la permeabilidad perceptiva y/o visual se ha visto seriamente restringida, lo cual tiene que ver con la desaparición progresiva de las fajas jardín, asociada a las modificaciones normativas y a la búsqueda de rentabilidades mayores a partir de un incremento en el porcentaje de ocupación del suelo. Esta situación operada en las últimas dos décadas ha determinado la transformación de la imagen urbana del sector. Usos y prácticas La condición de centralidad se ve refrendada por los datos referidos a los lugares de residencia de los usuarios de este espacio público. De acuerdo con ellos solamente el 6% de usuarios corresponden a la escala de proximidad, el restante 94% provienen de los distintos distritos del municipio y aun de otros municipios del área metropolitana. La diferencia es abrumadora. De estos últimos el mayor porcentaje (27%) corresponde a usuarios que residen en los distritos del sur

ϲй 9WFSXUTWYJ U¾GQNHT

&ZYT

& UNJ

ϵϰй

3T WJXUTSIJ 5WT]NRNIFI

4YWTX QZLFWJX

Gráfico 48. Lugar de residencia de usuarios del EP

Gráfico 49. Formas de acceso al espacio público

Encuesta EP IIACH-UMSS.2017

Encuesta EP IIACH-UMSS.2017

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

155


de cochabamba. Lo que resalta es que una importante cantidad de usuarios provienen de municipios vecinos (17%), lo que da cuenta del rol metropolitano de este espacio pĂşblico. De acuerdo con esto, el conjunto del Prado y la plaza ColĂłn se caracteriza esencialmente por sus roles a escala urbana y metropolitana. En correspondencia con lo seĂąalado, el acceso a este espacio pĂşblico se realiza preferencialmente en vehĂ­culo automotor, ya sea del servicio pĂşblico o privado (grĂĄfico 49). Tan sĂłlo el 19% de los usuarios llegan a pie. Si consideramos las frecuencias de uso, tenemos que la mayor cantidad de usuarios visitan este espacio pĂşblico “eventualmenteâ€? o “algunas veces al mesâ€? (grĂĄfico 50), lo cual constituye un indicador tanto de los ritmos como de la diversidad de personas que utilizan el espacio pĂşblico, pues existe una importante rotaciĂłn. Por otro lado, la cantidad de personas que lo visitan diariamente se corresponde con aquellas que lo recorren o permanecen en ĂŠl por motivos de trabajo, en el espacio pĂşblico o en el entorno inmediato. Las principales actividades realizadas estĂĄn relacionadas precisamente con la funciĂłn de paseo (grĂĄfico 51); es decir, con flujos suaves alternados con estadĂ­as mĂĄs o menos largas en distintos lugares del espacio pĂşblico y su entorno inmediato. En este sentido, las actividades de paseo se relacionan funcionalmente con aquellas de recreaciĂłn, de encuentro, de compras y acceso a servicios. En tĂŠrminos generales, y como iremos viendo a continuaciĂłn, resulta fĂĄcil diferenciar funcionalmente los dos grandes componentes de este espacio pĂşblico (la plaza ColĂłn y el Prado). El primero se revela como un espacio de estadĂ­a, de permanencia, en el que las actividades implican en su desarrollo un mayor lapso de tiempo; el segundo es, esencialmente, un espacio de flujos, de lo instantĂĄneo y fugaz. Todo esto se invierte si observamos las dinĂĄmicas en el entorno inmediato, en la aceras que lo flanquean.

*[JSYZFQRJSYJ

&QLZSFX [JHJX FQ RJX :SF [J_ UTW XJRFSF

;FWNFX [JHJX UTW XJRFSF

)NFWNFRJSYJ

F FÂľTX

156

F FÂľTX

F FÂľTX

GrĂĄfico 50. Frecuencia de uso por rango de edad

GrĂĄfico 51. Actividades en el espacio pĂşblico

Encuesta EP IIACH-UMSS.2017

Encuesta EP IIACH-UMSS.2017

ESPACIO(S) PĂšBLICO(S)

recomposiciones y prĂĄcticas urbanas en Cochabamba


Respecto al tipo y la intensidad de las prácticas, la plaza Colón se caracteriza por una, relativamente, alta diversidad de actividades, las cuales mudan dependiendo los distintos ritmos que definen la vida de este espacio público. Como ya señalamos, a diferencia de los otros sectores del conjunto, este se caracteriza por que en él los tiempos de permanencia son mayores y, por tanto, las actividades son “constantes”; es decir, se solapan temporalmente definiendo una cierta continuidad. Evidentemente esta condición no es casual y se encuentra relacionada con varios aspectos. El primero de ellos está probablemente relacionado a las dimensiones mismas de la plaza (de lado aproximado de 100 mts.) lo que determina inmediatamente la separación respecto a las vías vehiculares. Lo que no sucede en el caso del Prado, donde el espacio del automóvil envuelve y es inseparable de los lugares de circulación peatonal y descanso. La misma proporción del espacio público determina la verificación de estas situaciones diferenciales. Por otro lado, la existencia de determinados lugares como los kioscos, localizados en las esquinas noreste y suroeste, contribuyen a la permanencia de personas en la plaza. A esto se añaden otras actividades como los lustrabotas, los puestos de venta de periódicos, los puestos de venta de golosinas, frutas y refrescos, los “librecambistas”, que definitivamente generan una dinámica particular. Adicionalmente, es evidente que la presencia de diversos equipamientos como la iglesia del Hospicio, las dependencias de la Alcaldía, de la Cancillería y la Brigada parlamentaria, influyen decididamente en las actividades de la plaza, la cual pasa a constituirse no solo en un lugar de paso, para acceder a uno u otro equipamiento, sino en lugar de encuentro y de espera. En todo caso, las que ejercen mayor influencia son las dependencias de la alcaldía (oficinas de Recaudaciones, Servicio Municipal de Estacionamiento, Oficialía de Desarrollo Humano) localizadas en la acera Este. De hecho, en una de las visitas al lugar se observó una gran cantidad de personas, comeciantes, haciendo fila en la citada acera para tramitar la renovación de las licencias comerciales de funcionamiento, mientras que otras se concentraban en la plaza. En este contexto, en los denominados “días de semana”, se observa una importante cantidad de personas descansando, comiendo, esperando y circulando de un lado a

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

157


Plano del conjunto “Prado y plaza Colón”

Gráfico 52. Análisis de actividades y prácticas en el Prado y la plaza Colón

Actividades (permanencia)

158

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

Imágenes


Esquema de sectores predominantemente sombreados en el conjunto “Prado y la plaza Colón”

Flujos (movimiento)

Descripción ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

159


otro. A pesar de existir una importante cantidad de bancas, las cuales se encuentran casi siempre utilizadas, algunas personas utilizan la superficies cubiertas con césped para descansar o realizar una pequeña siesta, sobre todo en las que se encuentran hacia la esquina suroeste, donde la vegetación es profusa y la sombra bondadosa. Adicionalmente, entre otras actividades, se puede observar turistas, en grupo o no, que recorren el lugar tomando fotografías o personas que acompañadas de fotógrafos utilizan la plaza como locación para una sesión fotográfica. En el transcurso de la jornada las actividades son relativamente similares y diversas, aunque es evidente que la intensidad varía de acuerdo con las horas del día. La situación se modifica los fines de semana, cuando la plaza adquiere una dinámica relacionada esencialmente con las actividades recreativas. Sobre todo los días domingo se puede observar una gran cantidad de familias y niños, además de comerciantes ambulantes, flete de autitos, etc. Es así que mientras durante los días laborales predominan las personas adultas, los fines de semana son los niños y sus juegos los que se apropian de la plaza. En el caso del Prado lo que predominan no son las aglomeraciones ni las estancias largas, sino esencialmente los flujos en sentido norte-sur y sur-norte. La realización de dichos flujos supone la generación de momentos, mas bien cortos, de reposo y descanso que tienen lugar en las bancas dispuestas a lo largo del paseo. Si consideramos el conjunto del paseo se puede apreciar que las mayores intensidades de uso se generan hacia el extremo sur, a proximidad de la plaza Colón, y que éstas van disminuyendo a medida que nos acercamos a la plaza Montenegro (gráfico 52). Esta situación está relacionada con la concentración de usos administrativos y de servicios, precisamente en torno a la plaza Colón y las primeras cuadras del Prado. De hecho, las dinámicas en el paseo del Prado están determinadas por aquello que sucede en su entorno inmediato. Más allá de las actividades administrativas, la gran cantidad de servicios de restauración (cafés, restaurantes, bares, etc.) determina una fuerte atracción de personas que cotidianamente se dan cita en el Prado, a distintas horas del día. La

160

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


actividad comienza temprano en la mañana, momento en el que los cafés son los lugares más requeridos; a medida que avanza el día la cantidad de comensales se incrementa, concentrándose a “media mañana” en las salteñerías o restaurantes como el Sucremanta y el Tunari. Para medio día, a la hora del almuerzo, la mayoría de los restaurantes se encuentran en plena actividad, desde los más tradicionales, como el Savarín, hasta aquellos que ofrecen comida rápida, como Burguer King y Panchita, por mencionar algunos. Por la tarde, la afluencia de gente disminuye un poco para intensificarse hacia las primeras horas de la noche. De lo dicho, se colige que buena parte de las dinámicas en este espacio público están determinadas por aquello que podríamos denominar los “ritmos gastronómicos”, lo cual, más allá de los clichés, constituye una referencia fundamental de las prácticas en el espacio urbano cochabambino. Por otro lado, las actividades en el espacio público no solamente tienen que ver con las de paseo, recreación y/o descanso sino que existen diversas actividades laborales de carácter informal que le imprimen una dinámica particular. Entre estas se cuentan, esencialmente, los vendedores ambulantes (helados, comida, discos compactos, artesanía menor, etc.) y los lavadores de autos. Adicionalmente caracterizan este espacio los pequeños kioscos de pastillas localizados a lo largo del Prado y la actividad de los responsables, por encargo de la municipalidad, del control de estacionamiento. Los fines de semana, en horarios vespertinos y nocturnos, se puede observar grupos de jóvenes todo a lo largo del paseo, ya sea charlando, enamorando o esperando a otros miembros del grupo. El paseo pasa a constituirse en un lugar de encuentro a partir del cual los jóvenes se dirigen o bien a los restaurantes del entorno inmediato o a bares y discotecas localizados en el entorno. En este sentido, si bien como señalaron Rodríguez et Al. (2009) el Prado ha transformado sus dinámicas y ya no constituye uno de los lugares privilegiados por las clases medias altas, son otros sectores en asenso quienes, en alguna medida, han pasado a incluir a este espacio público como uno de “sus lugares”.

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

161


MĂĄs allĂĄ de las actividades cotidianas y sus ritmos, el conjunto del Prado y la plaza ColĂłn son el escenario de una diversidad de actividades colectivas de distinta Ă­ndole y envergadura: De carĂĄcter festivo cultural, entre las cuales sobresalen las “entradasâ€? de carnaval, como el Corso de Corsos y el Corso Infantil, y la Entrada Universitaria, realizada los Ăşltimos aĂąos en la primera semana de diciembre, cuyo recorrido comprende la Av. San MartĂ­n y el paseo del Prado por su calzada Este. Por otro, en la pequeĂąa explanada localizada en la conexiĂłn con la plaza Montenegro o de las Banderas, tienen lugar una diversidad de actividades culturales, como festivales, conciertos, etc. De carĂĄcter cĂ­vico, como los desfiles del 6 de Agosto, dĂ­a de la independencia, y del 14 de Septiembre, aniversario de revueltas independentistas de 1810 y, por tanto, dĂ­a de Cochabamba. Desfiles cuyo recorrido es prĂĄcticamente el mismo que el de las “entradasâ€? folclĂłricas. TambiĂŠn tienen lugar homenajes como los realizados a SimĂłn BolĂ­var, cuyo monumento es uno de los iconos de este espacio pĂşblico. De carĂĄcter polĂ­tico, tanto la Plaza ColĂłn como, en el extremo norte, la plaza Montenegro han pasado a constituirse en lugares de concentraciĂłn de distintas actividades de carĂĄcter polĂ­tico, ya sea partidarias o ciudadanas. En todo caso resulta relevante el hecho que en el caso de las manifestaciones polĂ­ticas convocadas por las clases medias altas o sus representantes, el lugar elegido para sus concentraciones sea la plaza Montenegro y no la Plaza Principal, espacio ya resignado a otras clases y/o fracciones de clase.

'ZJSF :GNHFHN¡S

Ď­ĎŹĐš

1NRUNJ_F

'ZJS 2FSYJSNRNJSYT

9WFSVVZNQT

ϯϹК

ĎŻĎ­Đš

Ď­ĎŻĐš

&GZSIFSYJ ;JLJYFHN¡S 2Z^ KWJHZJSYFIT

ĎŽĎ­Đš

9TYFQRJSYJ IJ FHZJWIT

2ÂĽX T RJSTX IJ FHZJWIT

ϭϳК

5JWRNYJ FHYN[NIFIJX IN[JWXFX

2ÂĽX T RJSTX JS IJXFHZJWIT

ϭϳК

9TYFQRJSYJ JS IJXFHZJWIT

GrĂĄfico 53. Percepciones respecto al Prado y la plaza ColĂłn Encuesta EP IIACH-UMSS.2017

162

ESPACIO(S) PĂšBLICO(S)

recomposiciones y prĂĄcticas urbanas en Cochabamba


La geografĂ­a polĂ­tica cochabambina se juega esencialmente entre estos dos centros. De carĂĄcter ferial, entre las cuales podemos contar las diversas ferias de carĂĄcter “artesanalâ€? que se realizan de manera recurrente, sobre todo en la plaza ColĂłn, aunque tambiĂŠn en la explanada frente a la plaza Montenegro. Por otro lado, tambiĂŠn se realizan actividades que promocionan la riqueza gastronĂłmica de Cochabamba, como es la Feria de la SalteĂąa, o de venta de plantas como la Feria de las flores y las plantas. Como se puede apreciar, este espacio pĂşblico se constituye en el lugar de una diversidad de actividades colectivas. La mayorĂ­a de ellas son programadas y se realizan anualmente en fechas preestablecidas. Otras tantas, como ferias artesanales y de plantas, se realizan en el curso del aĂąo en repetidas ocasiones sin tener una fechas predeterminada. Por Ăşltimo, como es lĂłgico, aquellas de carĂĄcter polĂ­tico se realizan de manera aleatoria en funciĂłn al desarrollo de los acontecimientos polĂ­ticos a nivel local y nacional. Centralidad y verdor La valoraciĂłn realizada sobre distintos aspectos relacionados al espacio pĂşblico permite confirmar que la percepciĂłn general de los usuarios es marcadamente positiva (grĂĄfico 53). De entre ellos los que han merecido las mayores valoraciones estĂĄn relacionados con la localizaciĂłn del espacio pĂşblico, y por tanto con las facilidades de acceso hacia el mismo, y con la alta frecuentaciĂłn. Aspectos que, sin duda, se encuentran relacionados con su condiciĂłn de centralidad. Si consideramos

)NXJÂľT

*XUFHNTX IJ IJXHFSXT

+ZJSYJX

(FQNIFI ^ IN[JWXNIFI IJ QF NSKWFJXYWZHYZWF ^ RTGNQNFWNT

'ZJSF ZGNHFHN¡S

(­SYWNHT

1ZLFW IJ JHSZJSYWT ^ WJZSN¡S

(TSINHNTSJX IJ QTHFQN_FHN¡S ^ FHHJXT

&RUQNYZI

7JHTWWNITX

'JQQJ_F

/FWINSJX

4WSFRJSYFHN¡S ;JLJYFHN¡S XTRGWF &HYN[NIFIJX H¹[NHFX &HYN[NIFIJX IJ KNS &QYF HTSHZWWJSHNF 1ZLFW JSYWJYJSNIT 4KJWYF HTRJWHNFQ ^ &HYN[NIFIJX IN[JWXFX IJ XJRFSF IJ XJW[NHNTX

(ZFQNIFIJX JXUFHNFQJX FRGNJSYFQJX JXY­YNHFX

)N[JWXNIFI IJ FHYN[NIFIJX ^ ZXTX

1NRUNJ_F

'NJS HZNIFIT

2FSYJSNRNJSYT

GrĂĄfico 54. Aspectos positivos identificados respecto al Prado y la plaza ColĂłn Encuesta EP IIACH-UMSS.2017

ESPACIO(S) PĂšBLICO(S)

recomposiciones y prĂĄcticas urbanas en Cochabamba

163


específicamente los aspectos identificados como positivos, tenemos que los mås relevantes son (gråfico 54): • Las cualidades espaciales, ambientales y estÊticas, relacionadas abrumadoramente con la presencia de una abundante vegetación, aunque es cierto que actualmente se encuentra menguada, y las consiguientes condiciones ambientales que ella genera, sombra, abrigo, reducción de la temperatura. Adicionalmente, aunque con un porcentaje sensiblemente menor se identifican a los jardines y recorridos. • La diversidad de actividades y usos, lo que implica poner en evidencia una de las cualidades asociadas al concepto mismo de espacio público; es decir, la diversidad de actividades que se presentan en Êl como en su entorno inmediato. En este sentido, resalta la identificación de la cantidad de oferta comercial y de servicios varios como uno de los aspectos positivos. Adicionalmente se identifican las condiciones de intensidad de uso, las cuales son reconocidas a partir de la identificación de la alta concurrencia como un aspecto que aporta a la calidad del espacio público. En cuanto a las condiciones identificadas como menos favorables estas tienen que ver esencialmente con los siguientes aspectos: • Presencia de actividades molestas, lo que hace referencia esencialmente a tres aspectos: la presencia de una diversidad de vendedores ambulantes y comerciantes informales de distintos productos, aunque generalmente alimenticios como refrescos, jugos, helados, såndwiches, etc.; las molestias

)JXYWT_TX JXHÂĽSIFQTX

1JSTHNSNTX

2ZHMF FHYN[NIFI HTRJWHNFQ

5WJXJSHNF IJ GFWJX INXHTYJHFX

7ZNIT

&HYN[NIFIJX RTQJXYFX

9WÂĽKNHT ^ UFWVZJT [JMNHZQFW

+FQYF IJ QNRUNJ_F

+FQYF IJ RTGNQNFWNT

+FQYF IJ RFSYJSNRNJSYT

)JKNHNJSYJX HTSINHNTSJX IJ RFSYJSNRNJSYT ^ T RTGNQNFWNT

+FQYFS UTQNHÂąFX

,JSYJ FSYNXTHNFQ .SXJLZWNIFI

.SXJLZWNIFI UTW JQ YWÂĽKNHT

+FQYFS OZJLTX FYWFHYN[TX

+FQYF XTRGWF

)JKNHNJSYJX HTSINHNTSJX JXUFHNQFJX ^ IJ INXJÂľT

GrĂĄfico 55. Aspectos negativos identificados respecto al Prado y la plaza ColĂłn Encuesta EP IIACH-UMSS.2017

164

ESPACIO(S) PĂšBLICO(S)

recomposiciones y prĂĄcticas urbanas en Cochabamba


generadas por la presencia en el entorno inmediato de bares y discotecas, aunque como seĂąalamos su cantidad ha disminuido drĂĄsticamente en los Ăşltimos aĂąos; y por Ăşltimo, la invasiĂłn del automĂłvil relacionada con el alto trĂĄfico y las dificultades que esto plantea para el desplazamiento peatonal. • Deficientes condiciones de mantenimiento y/o mobiliario, asociada especĂ­ficamente a la percepciĂłn de falta de limpieza y de la insuficiencia en cuanto a la cantidad de mobiliario urbano. • Inseguridad, la cual se relaciona a la percepciĂłn de una inminente presencia de antisociales en el espacio pĂşblico (ebrios, drogadictos, ladrones). La “presencia de antisocialesâ€? es por sĂ­ solo el aspecto negativo mĂĄs identificado. Evidentemente la representaciĂłn construida sobre este espacio pĂşblico se caracteriza claramente por su connotaciĂłn ampliamente positiva asociada a su condiciĂłn de centralidad y al hecho de constituirse en uno de los pocos espacios anclado en el “centroâ€? de Cochabamba que cuenta con una abundante vegetaciĂłn asociada a la funciĂłn de paseo. Una zona segura La valoraciĂłn respecto a las condiciones de seguridad permiten observar que predomina una percepciĂłn positiva. PrĂĄcticamente el 80% de las personas interrogadas sobre este aspecto consideran que se trata de un espacio pĂşblico

ĎŽĎ­Đš

&QYF HTSHZWWJSHNF 8JLZWT

-F^ RZHMFX HTXFX UFWF WNHTX -F^ [NLNQFSHNF HTSYWTQ HÂĽRFWFX 3T MF^ IJQNSHZJSHNF 5WJXJSHNF UTQNHNFQ 3T WJXUTSIJ .SXJLZWT

&QHTMTQNXRT

ϳϾК

&SYNXTHNFQJX &XFQYTX 1JSTHNSNTX

.SXJLZWT

8JLZWT

GrĂĄfico 56. PercepciĂłn de seguridad en el Prado y la plaza ColĂłn Encuesta EP IIACH-UMSS.2017

ESPACIO(S) PĂšBLICO(S)

recomposiciones y prĂĄcticas urbanas en Cochabamba

165


seguro, lo que se encuentra relacionado esencialmente con tres aspectos: la existencia de mecanismos de vigilancia, la ausencia de hechos delictivos y la alta concurrencia de personas (gráfico 56). En este contexto resalta el hecho que dicha percepción está asociada a la idea de seguridad que genera la aglomeración o la alta concentración de personas, lo que tiene que ver, en este caso, con la presencia de una diversidad de actividades en el espacio público y su entorno inmediato. La presencia de equipamientos de distinta índole y de instituciones bancarias ha supuesto la implementación de una serie de mecanismos de vigilancia, como guardias de la policía o privados y cámaras de vídeo, que en su conjunto implican una securización del espacio público, la cual es percibida como positiva. Por otro lado, la valoración de acuerdo a la condición de género remarca la valoración positiva respecto a las condiciones de seguridad. El 74% de los hombres considera a este espacio público como seguro, mientras que en el caso de los mujeres este porcentaje aumenta al 94%. Por último, aunque evidentemente la inseguridad no es problema identificado como relevante, para los que así lo perciben ella esta relacionada con la presencia de antisociales, lo que hace referencia a la presencia de drogodependientes que en determinados horarios recorren el espacio público, cometiendo en ocasiones delitos menores.

166

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


05/03 La plaza 14 de Noviembre La plaza de Jaihuayco, denominada hoy día como 14 de Noviembre, fue creada el año de 1919 mediante Resolución Municipal del 19 de diciembre. Su creación tiene que ver con la dinámica de expansión urbana por sectores característica de la primera mitad del Siglo XX, una expansión que era más nominativa que real. Es así que, precisamente en la misma resolución, se determina la ampliación del radio urbano hacia la zona de Jaihuayco. En cuanto a la plaza, la citada resolución resuelve “Aceptar el ofrecimiento que hace el señor José Emilio Quiroga, de ceder gratuitamente en su propiedad de Jaihuaico, los sitios necesarios para la formación de una plaza central, con el área de 10,000 metros cuadrados, ocho calles directas con el ancho de metros 12.50 y para la construcción de un edificio escolar un lote de 1,000 metros cuadrados, comprometiéndose además aportar la suma de Bs. 1,000 para la instalación de una fuente pública en aquella comarca” (Digesto Municipal 1900-1927). ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

167


En este contexto, resalta que la creación de la plaza se corresponde con un acto fundacional. A partir de la plaza y la determinación de su rol central se organiza el proceso de urbanización de Jaihuayco. Es necesario recordar que se trata de la primera plaza, edificada de acuerdo a criterios tradicionales en cuanto a forma y tamaño, que se localiza en el Sur de la ciudad. En este sentido, este espacio adquiere una importancia simbólica relacionada con el acto fundacional, con su condición central y, adicionalmente, con la presencia, en su lado Este, de la Parroquia de San Joaquín, en torno a la cual se realiza hacia fines de agosto la popular Fiesta de San Joaquín. La organización de la plaza presenta varias particularidades que tienen que ver esencialmente con la diversidad de funciones que han sido incluidas en su trazado. Sin duda se trata de un proceso de acumulación en el tiempo, en el que a partir de las demandas vecinales se fueron añadiendo sectores y funciones. Es así que se trastoca la connotación “tradicional” de la plaza creada a partir de referentes sin duda coloniales. Actualmente, una de las principales particularidades es la localización de una cancha deportiva y un parque infantil, lo cual, de alguna manera, se contrapone

Gráfico 57. Estructura base y sectores de la Plaza 14 de Noviembre

168

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


Sin uso Religioso Educativo

Mixto 1 (residencial, comercio y/o servicios) 35%

Ninguna 57%

Media 15% Residencial 54%

Alta 28%

Gráfico 58. Usos de suelo y condiciones de permeabilidad en el entorno inmediato a la Plaza 14 de Noviembre

a la idea genérica que tenemos de una plaza. En la plaza coexisten, por lo menos en términos de oferta, funciones deportivas, recreacionales, cívicas y de ocio o descanso, lo cual sin duda genera una marco propicio para la generación de condiciones de diversidad de usos y prácticas. En cuanto al contexto inmediato se puede apreciar la prevalencia de funciones residenciales, aun cuando existe una importante cantidad de actividades comerciales y de servicios relacionadas con el uso residencial. Por otro lado, es evidente que tanto la presencia de la Av. de la Fuerza Aérea como de la Iglesia de San Joaquín y de la Unidad Educativa Ismael Vásquez/República del Perú determinan la generación de una centralidad de escala distrital, la cual genera una relativamente importante cantidad de flujos tanto en el entorno como al interior de la plaza. Otra cuestión relevante son los niveles de permeabilidad existentes, los cuales determinan una importante relación entre las actividades que se realizan en las distintas parcelas y el espacio público en sí. Esta relación tiene que ver tanto con la posibilidad, más o menos restringida, de desplazarse y penetrar hacia el interior de las parcelas, como con las condiciones de visibilidad hacia el espacio público desde el espacio privado. Usos y prácticas La plaza 14 de Noviembre se caracteriza por formar parte de una pequeña centralidad de alcance distrital. Es así que la mayor cantidad personas que utilizan este espacio corresponden a la escala de proximidad (ver gráfico 59). Las restantes provienen esencialmente de otros distritos del “sur” de Cochabamba o de municipios vecinos. En este sentido, la capacidad de atracción de este espacio público se focaliza en aquello que conocemos como el “Sur” de Cochabamba, dinámica dentro de la cual se incorporan los flujos provenientes de municipios de la Región Metropolitana. ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

169


& UNJ

ϯϳК

9F]N

2TYT

ϲϯК &ZYT

5WT]NRNIFI

9WFSXUTWYJ UžGQNHT

4YWTX QZLFWJX

GrĂĄfico 59. Lugar de residencia de usuarios del EP

GrĂĄfico 60. Formas de acceso al espacio pĂşblico

Encuesta EP IIACH-UMSS.2017

Encuesta EP IIACH-UMSS.2017

En funciĂłn a lo anterior, resulta evidente que la principal forma de desplazamiento para acceder a la plaza sea el desplazamiento a pie (GrĂĄfico 60)y que la frecuencia de uso sea prioritariamente cotidiana o de varias veces a la semana, condiciones que definen, en gran medida, el carĂĄcter de este espacio pĂşblico cuyos ritmos tienen que ver con la vida cotidiana del contexto de proximidad. El estudio de actividades (ver grĂĄfico 63) permite , en primera instancia, identificar dos sectores diferenciados. El primero relacionado con el desarrollo de diversas actividades de carĂĄcter activo, es decir que involucran el compromiso efectivo de los participantes. Este primer sector corresponde al ĂĄrea central de la plaza, donde se realizan actividades deportivas, ensayos folclĂłricos, juegos infantiles, etc. Por otro lado, hacia los bordes de la plaza, sobre todo en el lado Norte y Este, se localizan prioritariamente las actividades de carĂĄcter pasivo. Es decir, de descanso y contemplaciĂłn, las cuales estĂĄn relacionadas con los mayores flujos que se registran en ese sector, dado que la gente aprovecha, en muchos casos, las bancas allĂ­ existentes para realizar un pequeĂąo descanso. Si bien se realizan una diversidad de actividades, tres son las fundamentales y estĂĄn relacionadas con el paseo, el deporte y la recreaciĂłn (grĂĄfico 62). Las de paseo

170

ESPACIO(S) PĂšBLICO(S)

recomposiciones y prĂĄcticas urbanas en Cochabamba


&QLZSFX [JHJX FQ RJX

;FWNFX [JHJX UTW XJRFSF :SF [J_ UTW XJRFSF

*[JSYZFQRJSYJ

)NFWNFRJSYJ

F FÂľTX

F FÂľTX

F FÂľTX

GrĂĄfico 61. Frecuencia de uso por rango de edad

GrĂĄfico 62. Actividades en el espacio pĂşblico

Encuesta EP IIACH-UMSS.2017

Encuesta EP IIACH-UMSS.2017

se realizan en los distintos sectores de la plaza y, por supuesto, tambiĂŠn estĂĄn relacionadas con las de descanso y contemplaciĂłn. En el marco de realizaciĂłn de estas actividades solo en contadas ocasiones se observĂł que la gente haga utilizaciĂłn de las ĂĄreas con tratamiento natural (cĂŠsped), en tĂŠrminos generales se utiliza el mobiliario existente para estos fines (bancas, glorieta, desniveles de piso, graderĂ­as de la cancha deportiva). Por otro lado, es importante seĂąalar que la plaza cuenta con un nivel aceptable de arborizaciĂłn, lo cual favorece, sin duda, que la gente permanezca mĂĄs tiempo en ella sobre todo los dĂ­as de sol, que en Cochabamba son mayoritarios. Las actividades deportivas se concentran, como es lĂłgico, en la cancha polifuncional, en la cual se practica no solamente el futbol, sino tambiĂŠn voleibol y baloncesto. Evidentemente el deporte que convoca mĂĄs participantes es el futbol, sin embargo, en las horas de alta concurrencia, este coexiste con otras actividades, realizadas al mismo tiempo y en el mismo lugar (baloncesto, por ejemplo). Por otro lado, en horario nocturno funciona una escuela de voleibol que convoca a jĂłvenes, mujeres y varones. Es asĂ­ que la utilizaciĂłn de la cancha se modifica en funciĂłn a las horas y los dĂ­as de la semana. De acuerdo a las observaciones realizadas el uso se intensifica en horarios vespertinos y nocturnos, lo cual se encuentra en relaciĂłn

ESPACIO(S) PĂšBLICO(S)

recomposiciones y prĂĄcticas urbanas en Cochabamba

171


Gráfico 63. Análisis de actividades y prácticas en la Plaza 14 de Noviembre

En semana por la mañana (martes)

Plano base

P P

Fin de semana por la tarde (Sábado)

Fin de semana por la mañana (Sábado)

Esquema de sectores predominantemente sombreados

En semana por la noche (jueves)

En semana por la tarde (jueves)

P

Actividades (permanencia)

172

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

Flujos (movimiento)


-

-

35 %

65%

+

+

Diversidad

Intensidad

-

-

47 %

53%

+

+

Diversidad

Intensidad

-

-

47 %

53%

+

+

Diversidad

Intensidad

-

-

+

+

Diversidad

Intensidad

-

-

2

3

La actividad no es intensa a esta hora del día, aunque tampoco es que se encuentre vacía. En la cancha deportiva se observa a un grupo de adultos jugando futbol de salón. En el parque infantil se encuentran algunos niños y niñas jugando bajo el cuidado de algunos adultos (2). Los bancos en distintos sectores de la plaza se encuentran ocupados (3), sobre todo en los sectores Norte y Este. Por último en la esquina noreste, como casi siempre, se encuentran algunos vendedores de comida y jugos (1).

1

2

3

1

2

3

1

2

3

1

2

3

La plaza es escenario de una diversa e intensa actividad. La parte central es ocupada por jóvenes y niños de distintas edades que: juegan en el área infantil, bajo el cuidado atento de sus padres; entrenan volleyball y juegan baloncesto en la Cancha polifuncional (1), mientras otros ensayan musica folklórica en el kiosco y en las graderias. La iglesia se encuentra abierta y en su atrio se congrega importante cantidad de gente (2). Se observa, además una intensa actividad comercial de venta de comida (3)en el sector Noreste de la plaza.

La actividad se incrementa, esencialmente en función a la presencia de jóvenes y niños cuyas actividades se concentran en torno al parque infantil y la cancha polifuncional (1). Por otro lado, el día sábado se caracteriza por las actividades desarrolladas por lo Scouts. La actividad comercial es reducida, solamente hacen presencia algunos vendedores ambulantes. Como se aprecia la mayoría de las actividades se realizan en la parte central de la plaza

45%

55%

1

Ambiente tranquilo y con baja intensidad de actividades, las principales se encuentran relacionadas con la venta de alimentos (1) en el sector Este de la plaza, lo que de alguna manera marca la dinámica matutina. Por otro lado, el kiosco es utilizado como lugar de reunión de premilitares (2), presumiblemente de la Base Aerea que se encuentra a proximidad.

77%

23%

La plaza presenta un ambiente de tranquilidad caracterizado por los pocos flujos (1) y el desarrollo de actividades cotidianas como la compra de víveres y la venta de comida tanto en la plaza como en su entorno inmediato (3). En la plaza, en sí, no se observa mucha actividad, lo que resalta son los puestos de comida y los pequeños kioscos de golosinas frente al colegio (2). Más allá de algunas personas que descansan temporalmente en los bancos de la plaza, lo que destaca es la actividad en el sector de los juegos infantiles.

+

Diversidad

+

Intensidad

Descripción

Imágenes

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

173


con la utilización del tiempo libre de niños, jóvenes y adultos jóvenes, dedicados en otros horarios a sus actividades formativas o laborales. Las actividades de recreación infantil se concentran esencialmente en el pequeño parque existente al lado de la cancha, aunque es evidente que los niños, sobre todo los no tan pequeños, utilizan recreativamente los distintos sectores de la plaza. Lo que se pudo observar es que el parque es utilizado prácticamente en todos los horarios. Generalmente, mientras los niños juegan los padres o las personas responsables de ellos se sientan a vigilarlos en las dos bancas localizadas a proximidad. Si consideramos los flujos peatonales, el sector más dinámico es aquel que tiene relación con la Av. de la Fuerza Aérea (lado Este), tanto por los flujos propios a dicha avenida, como por el hecho que allí se localizan los puestos de venta de comida y bebida. La presencia de estas actividades económicas dinamiza sin duda el espacio público, determinando que los flujos adquieran temporalmente un carácter de permanencia. La oferta va cambiado con las horas del día, así por la mañana encontramos desayunos como el api, la linaza, los tradicionales pasteles, etc., a media mañana se sirven rellenos y distintos “platos”, lo mismo que a medio día, por la tarde se observa, sobre todo, vendedores de bebidas refrescantes, y por la noche la oferta se intensifica con productos como salchipapas, anticuchos y hamburguesas. Siendo así la oferta gastronómica va marcando los ritmos cotidianos de la vida en la plaza y su entorno inmediato. Por otro lado, es importante dar cuenta de la influencia de la parroquia de San Joaquín y sus actividades religiosas sobre las dinámicas de la plaza. Los momentos en que se realizan los servicios religiosos se intensifica la afluencia y actividad hacia el lado Este (Gráfico 63), sobre el cual se encuentra la parroquia. En este sentido, la actividad religiosa marca una otra temporalidad de carácter semanal en los usos del espacio público.

Gráfico 64. Actividades colectivas en el espacio público

Ahora bien, si consideramos las diferencias de uso por edad y género se puede observar, en primera instancia, que niños y jóvenes usan predominantemente la plaza, sobre todo por las tardes y noches, y que su actividad se localiza esencialmente hacia el centro del espacio público. Por su lado los adultos y adultos mayores desarrollan sus actividades, relacionadas sobre todo con el paseo y el descanso, hacia los bordes o en el entorno de la parte central. En cuanto al género, si bien en general se observa un equilibrio respecto a la cantidad de usuarios masculinos y femeninos, lo que resalta es la reducción de la participación de las mujeres en las noches (Gráfico 63). Situación que está relacionada, como veremos más adelante, con la percepción de inseguridad asociada con la noche que liga situaciones como la obscuridad, la delincuencia y el abuso de alcohol.

Encuesta EP IIACH-UMSS.2017

174

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


MĂĄs allĂĄ de las dinĂĄmicas cotidianas, la plaza 14 de Noviembre es escenario de diversas actividades de carĂĄcter colectivo a distinta escala, desde las netamente barriales hasta aquellas que convocan a gente no solamente de otros municipios, sino de otras ciudades. En tĂŠrminos generales se tienen tres grandes grupos de actividades colectivas: las deportivas, las culturales y las organizacionales. De ellas las mĂĄs relevantes son la organizaciĂłn de campeonatos barriales y distritales, las reuniones vecinales de distinta Ă­ndole, las kermesse y ferias, y las festividades, dentro de las cuales resalta, sin duda la de San JoaquĂ­n. La festividad de San JoaquĂ­n tiene lugar la Ăşltima semana del mes de agosto y es, sin duda una de las mĂĄs importante del municipio. Las actividades mas relevantes de la fiesta son: la verbena, la entrada folclĂłrica, la fiesta central y procesiĂłn y el calvario. Sin duda se trata de una actividad de importante valor simbĂłlico no solamente para el distrito 5, sino para la “zona Surâ€? de nuestra ciudad: “San JoaquĂ­n es autorepresentaciĂłn de la Zona sur, ritual de identidad que atrae gente del paĂ­s y del extranjero...es tambiĂŠn una oportunidad para que los poderes urbanos busquen ganancias simbĂłlicas con ella, y una plataforma para acrecentar el capital social del Consejo Distrital, los dirigentes barriales, la AsociaciĂłn de Fraternidades FolklĂłricas, la parroquia de San JoaquĂ­n, la Cooperativa de San JoaquĂ­n, quienes saben que la fiesta grande del Distrito 5 es un botĂ­n de imagen, prestigio y contactos.â€? (MejĂ­a et Al. 2009. p. 127). En este contexto, resulta claro que la plaza cumple un importante rol social en cuanto escenario de un conjunto de prĂĄcticas no solamente individuales sino colectivas. De dicha diversidad y de los roles que juega es evidente su importancia en tĂŠrminos de facilitar las dinĂĄmicas de encuentro e interacciĂłn social.

'ZJSF :GNHFHN¡S 1NRUNJ_F

'ZJS 2FSYJSNRNJSYT 9WFSVZNQT

5JWRNYJ FHYN[NIFIJX IN[JWXFX

&GZSIFSYJ ;JLJYFHN¡S 2Z^ KWJHZJSYFIT

2ÂĽX T RJSTX 34

2ÂĽX T RJSTX 8.

9TYFQRJSYJ IJ FHZJWIT

9TYFQRJSYJ JS IJXFHZJWIT

GrĂĄfico 65. Percepciones respecto a la plaza 14 de Noviembre Encuesta EP IIACH-UMSS.2017

ESPACIO(S) PĂšBLICO(S)

recomposiciones y prĂĄcticas urbanas en Cochabamba

175


(TSINHNTSJX IJ QTHFQN_FHN¡S ^ FHHJXT

(ZFQNIFIJX JXUFHNFQJX FRGNJSYFQJX JXY­YNHFX

)N[JWXNIFI IJ FHYN[NIFIJX ^ ZXTX

1NRUNJ_F

8JLZWNIFI

&QYF HTSHZWWJSHNF

'ZJSFX UJWXTSFX

'NJS ZXFIT UTW QTX OT[JSJX

&HYN[NIFIJX IN[JWXFX

;JLJYFHN¡S

9WFSVZNQNIFI

'JQQJ_F

&RUQNYZI JXUFHNTX

1ZLFW IJ WJZSN¡S

5WT]NRT FQ 9WFGFOT

1FX RZHMFHMFX

1THFQN_FHN¡S

5FWVZJ .SKFSYNQ

3T JXYÂĽ HJWWFIT

2TGNQNFWNT

0NTXHT

.QZRNSFHN¡S

)N[JWXNIFI IJ ÂĽWJFX

(FSHMF IJUTWYN[F

(FQNIFI ^ IN[JWXNIFI IJ QF NSKWFJXYWZHYZWF ^ RTGNQNFWNT

(JWHFSÂąF

(­SYWNHT

2FSYJSNRNJSYT

&HHJXNGNQNIFI

2FSYJSNRNJSYT

GrĂĄfico 66. Aspectos positivos identificados respecto a la plaza 14 de Noviembre Encuesta EP IIACH-UMSS.2017

Valores asociados La imagen formada respecto a la plaza se caracteriza esencialmente por el caråcter positivo de las apreciaciones. Resaltan, en todo caso, tres condiciones (ver gråfico 65): la buena ubicación, la abundante vegetación y la alta concurrencia de personas. Si observamos la situación con detenimiento (gråfico 66), tenemos que los principales aspectos positivos estån relacionados con: • Las cualidades espaciales, ambientales y estÊticas. Es decir que se valora ante todo las condiciones del espacio referidas a la generación de un ambiente agradable y de sosiego. Es así que la vegetación y la amplitud espacial ocupan un lugar preponderante en la valoración. • La calidad y diversidad de la infraestructura y mobiliario, relacionada con la diversidad de sectores, el estado aceptable del mobiliario existente y, sobre todo con la presencia de la cancha deportiva, la cual, como vimos es el centro de la actividad en este espacio público. Por otro lado, es relevante que en algún caso el hecho que no existan sectores cerrados sea identificado como factor positivo. • La diversidad de actividades y usos. Lo cual sin duda es relevante, porque lo que se valora es tanto la diversidad de actividades, el caråcter dinåmico que dichas actividades dan al espacio y las condiciones para la interacción social, para encontrarse con otros. Por otro lado, las condiciones menos valoradas , es decir aquellas con las que no cumple la plaza o que lo hace en menor proporción, tienen que ver esencialmente

176

ESPACIO(S) PĂšBLICO(S)

recomposiciones y prĂĄcticas urbanas en Cochabamba


&HYN[NIFIJX RTQJXYFX

)JKNHNJSHNF FRGNJSYFQ T JXY­YNHF

)JKNHNJSYJX HTSINHNTSJX IJ RFSYJSNRNJSYT ^ T RTGNQNFWNT

.SXJLZWNIFI

(JWHFSÂąF IJ QF F[JSNIF

3T MF^ HTSJ]NTSJX

5JQNLWT JS QFX STHMJX

5THF NQZRNSFHN¡S

5FWVZJ NSHTRUQJYT

+FQYF UFXYT

+FQYF 2TGNQNFWNT

+FQYF IJ RFSYJSNRNJSYT

'FXZWF ^ UTHF QNRUNJ_F

5THF XTRGWF

&ZXJSHNF ^ RFQ JXYFIT IJ GFSHFX

5THF ;JLJYFHN¡S

+FQYF IJHTWFHN¡S

1FX UJWXTSFX

(FSHMF RZ^ THZUFIF UTW QF STHMJ

5WJXJSHNF IJ 'TWWFHMTX

+FQYF XJLZWNIFI

&HHNIJSYJX YWÂĽKNHT

1THFQN_FHN¡S J NSKWFJXYWZHYZWF

GrĂĄfico 67. Aspectos negativos identificados respecto a la plaza 14 de Noviembre Encuesta EP IIACH-UMSS.2017

con las condiciones de tranquilidad. En cuanto a los aspectos negativos asociados a la plaza, los principales estån referidos a: • Deficientes condiciones de mantenimiento y/o mobiliario, lo cual båsicamente estå asociado a tres factores: la falta de iluminación, la falta de mantenimiento y la de limpieza. La primera de ella tiene relación, como veremos, con el sentimiento de inseguridad que se manifiesta sobre todo en horarios nocturnos. • Presencia de actividades molestas, asociada sobre todo a la presencia de personas en estado de ebriedad en horarios nocturnos y al hecho que en determinados horarios (vespertinos/nocturnos) la cantidad de gente en la cancha deportiva es demasiada lo cual hace que la coexistencia de actividades se torne molesta. Si bien en algunos casos se pueden apreciar algunas contradicciones respecto a la posición de los usuarios, lo cual por otro lado es lógico, no todos piensan igual, en tÊrminos generales lo que se valora de esta espacio público es tanto la diversidad como la posibilidad de un marco espacial que permita su realización. Una plaza mås bien segura Mås allå de los prejuicios que podrían seùalar a esta plaza, localizada al Sur de la ciudad, como peligrosa e insegura, la percepción generalizada es que mas bien se trata de un espacio seguro. Y tal vez, lo mås significativo es que lo factores que inciden en esta valoración no estån relacionados predominantemente con aspectos como la presencia policial o de seguridad privada sino con aquellos que ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prĂĄcticas urbanas en Cochabamba

177


(TSYWTQ UTQNHNFQ RNQNYFW (TSYWTQ ;JHNSTX 8JLZWT

ϯϯй

*X FGNJWYT *X GFXYFSYJ HTSHZWWNIT 3T MF^ QFIWTSJX 3T [NT T ST XZKWNT FXFQYTX &HHNIJSYJX

ϲϳй

.SXJLZWT

&SYNXTHNFQJX 'TWWFHMTX 5FSINQQFX 7TGTX 8NQJSHNTXT UTW QFX STHMJX

8JLZWT

5JWXTSFX FOJSFX

.SXJLZWT

Gráfico 68. Percepción de seguridad en la plaza 14 de Noviembre Encuesta EP IIACH-UMSS.2017

tienen que ver con la capacidad organizativa de los actores locales y con la misma diversidad de actividades y personas que se experimenta en el espacio público. Es así que la intensidad de uso y la presencia de “otros” se constituye en un factor fundamental en la percepción de las condiciones de seguridad. Respecto a los factores asociados a la inseguridad, los más relevante tienen que ver con la presencia de personas en estado de ebriedad y de antisociales sobre todo en horarios nocturnos. Esto está relacionado, evidentemente, tanto a la presencia de dichas personas “indeseables” como a la falta de iluminación en la plaza, identificada como uno de sus aspectos negativos (gráfico 68). Adicionalmente es importante señalar que otro factor identificado como conducente a la inseguridad son los accidentes de tránsito en la Av. de la Fuerza Aérea. Por último, si observamos las diferencias de percepción respecto al género y a los rangos de edad, tenemos que son sobre todo las mujeres las que identifican a la plaza como insegura (en un 36% de los casos). En cuanto a la situación respecto a los rangos de edad son los jóvenes de 15 a 25 años los que en mayor porcentaje (35% de ellos) indican que la plaza es insegura. Esto último tiene que ver con que es precisamente este grupo de edad el que hace mayor utilización de la plaza en horarios nocturnos (grupos haciendo deportes, parejas de enamorados, etc.) y por lo tanto son más susceptibles de presenciar o sufrir algún acto de violencia o robo.

178

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


05/04 Parque Fidel Anze El parque Fidel Anze forma parte del conjunto de parques lineales dispuestos hacia el norte y el oeste de la ciudad en el Plano Regulador de 1950. Sin duda es el resultado de la implantación de la nueva visión sobre el espacio público y la ciudad, la cual se fundamentó en la separación y especialización de las funciones urbanas. Es precisamente en este contexto que “aparece” la idea de parque y , aun más importante, la de “área verde”. Idea ligada a la artificialización de la naturaleza, mediante su reproducción controlada en lugares debidamente ordenados y controlables. Como vimos en el análisis de la macroforma (Cap. 03) estos parques lineales estructuran efectivamente los nuevos crecimientos urbanos en función a lo establecido por la planificación. Sin embargo, lo hacen a una determinada escala, la urbana, lo que estuvo relacionado a la ausencia de reflexión o la doctrinal negación de la vida cotidiana y la escala de proximidad. Es así que aunque ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

179


estuvieran ligadas al concepto de las Unidades Vecinales, sus mismas dimensiones y escala niegan recurrentemente la escala vecinal, barrial. A pesar de haber sido planificado desde mediados del siglo XX la consolidación del parque tomó varias décadas, recién en la década de 1980 se consolida la expropiación y/o cesión de terrenos para su efectiva conformación. En adelante fue la acción de algunos vecinos de la zona la que empezó a dar forma y acondicionar el parque sobre todo en función a tareas de arborización en los sectores B y C (ver gráfico 69), lo cual sin duda es una de las características más relevantes y valoradas del parque en la actualidad. Tal vez porque por doquier la tendencia es la eliminación de la vegetación y el reinado del cemento. Hoy por hoy el parque y su entorno inmediato constituyen un lugar de asiento preferencial de la pequeña burguesía cochabambina. Lo que marca la organización de este espacio público, obviamente, es la linealidad de su estructuración. Sin embargo, cada uno de los sectores, divididos por las vías en dirección Norte/Sur, presenta particularidades y es diferente a los restantes. De hecho, lo que se percibe en primera instancia es que no ha existido un criterio unitario de diseño, lo que no necesariamente debe tomarse como algo negativo. Yendo de Oeste a Este se han analizado cuatro sectores. El primero, localizado entre las calles Potosí y Pando, tiene forma triangular y se caracteriza porque el lado Sur esta demarcado por la presencia de la ciclovía (Ex Canal del Norte, anulado en la década de 1990 en aras del mentado progreso). Se trata del sector que presenta una mayor oferta en cuanto al tipo de actividades que allí pueden ser realizadas (gráfico 69) y de hecho, como veremos más adelante, es el sector con mayor intensidad de uso. Otra particularidad es que aquí se encuentran dos vertientes naturales de agua, en torno a la primera se realiza el lavado de ropa (actividad tradicional en el sector) y con la segunda se ha generado un pequeño estanque y un lugar de descanso alrededor de él. En el sector B las funciones privilegiadas son las de descanso y ejercicio de baja intensidad, como el trote y los ejercicios gimnásticos. Para este fin se han dispuesto en las zonas con césped una serie de aparatos de gimnasio. En cuanto a las áreas de descanso estas han sido compuestas a partir de círculos y semicírculos dispuestos de manera periférica y, en el caso de las más grandes, organizadas a partir de los atravesamientos de la circulación. El sector C es el más largo del parque y presenta la particularidad de contar, en su extremo oeste, con una cancha de futbol 8, una pista de trote y amplios espacios verdes que son utilizados para múltiples funciones. En cuanto a la cancha de futbol 8, esta se encuentra enmallada y cerrada puesto que ha sido dada en comodato a una escuela de fútbol. Lamentablemente este es un ejemplo del proceso de privatización de los espacios públicos en Cochabamba.

180

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


El último sector analizado, el D, se encontraba durante el estudio en proceso de mantenimiento y mejoramiento. Se caracteriza por el cruce de dos senderos peatonales que forman semicírculos, la ausencia de mobiliario urbano y la incipiente vegetación arbórea. Respecto a las actividades en el contexto inmediato, y tomando en cuenta las características del proceso de ocupación de la zona, la función predominante es la residencial (Gráfico 70), aunque es evidente que el tipo de ocupación del suelo se encuentra en franco proceso de transformación, de la vivienda aislada tipo chalet se está pasando a la construcción en altura de departamentos en propiedad horizontal. Sin duda esto está modificando las dinámicas en el sector a partir del registro de mayores densidades construidas y poblacionales, lo cual también afecta al espacio público, en el que evidentemente las intensidades de uso se han incrementado respecto a un pasado próximo. Por otro lado, y dado el incremento de las densidades, poco a poco van apareciendo una serie de servicios, sobre todo de restauración (cafés, bares, restaurantes). Otra de las actividades que resalta, localizada en el sector A (Oeste) del parque, es la relacionada con la recolección y posterior distribución de agua realizada por los carros cisterna o “aguateros”; actividad que se realiza en varias de las viviendas del sector cuyos propietarios venden el agua proveniente de vertientes localizadas en sus propiedades. Considerando que nos encontramos en un entorno predominantemente residencial y que la tendencia en este ámbito es la separación marcada entre lo privado y lo público, es evidente que los niveles de permeabilidad público/privado sean reducidos (gráfico 71). Sin embargo, en función de las transformaciones que se vienen operando en términos del tipo de ocupación residencial y de la paulatina generación de una mayor diversidad de usos, esta situación comienza a modificarse. Una de los elementos a observar es que varios de los edificios de apartamentos, que albergan funciones comerciales o de servicios en las plantas bajas, han optado por liberar la “faja jardín”, mejorando, aun cuando sea tímidamente, las condiciones de la relación entre lo público y lo privado. Usos y prácticas La interacción de dos condiciones determinan el tipo y lugar de procedencia de los usuarios del parque, estas son: la predominancia de las funciones residenciales en el entorno y la progresiva consolidación de la escala urbana del parque. Es así que los usuarios del parque se distribuyen casi equitativamente entre aquellos que viven a proximidad y aquellos que vienen de otros lugares (ver gráfico 72). De estos últimos, la mayoría (28%) proviene de los distritos del Norte de Cochabamba, mientras que los usuarios restantes corresponden, sin mayores diferencias, a los restantes distritos de Cochabamba y a municipios del Área Metropolitana, en una pequeña proporción. ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

181


Grรกfico 69. Estructura base y sectores del parque Fidel Anze

182

ESPACIO(S) Pร BLICO(S)

recomposiciones y prรกcticas urbanas en Cochabamba


ESPACIO(S) Pร BLICO(S)

recomposiciones y prรกcticas urbanas en Cochabamba

183


Sin uso 1.3% En construcción 1.3% Servicios 2.7%

Mixto 1 (residencial, comercio y/o servicios) 12%

Residencial 82%

Mixto 2 (Comercial Servicios) 1.3%

Gráfico 70. Usos de suelo y en el entorno inmediato al parque Fidel Anze

Alta 3%

Media 12%

Ninguna 85%

Gráfico 71. Condiciones de permeabilidad en el entorno del parque Fidel Anze

En correspondencia con lo señalado, las principales forma de desplazamiento para acceder al parque son a pie y en transporte público. Tal vez, una de las particularidades del parque sea que si bien la mayor cantidad de usuarios sea de la escala de proximidad, la frecuencia de uso no se relaciona tanto con los ritmos cotidianos sino con visitas mas bien ocasionales. De hecho, el mayor porcentaje de usuarios señala que visita el parque “algunas veces al mes” (ver gráfico 74). En cuanto a las principales actividades que tienen lugar en el parque, estas están relacionadas primordialmente con el deporte/ejercicio y el paseo (gráfico 75). Aunque este último aspecto, como veremos, tiene una relación funcional y de uso muy estrecha con las de descanso y recreación. Si consideramos el desarrollo de actividades de acuerdo a los distintos sectores del parque, resulta claro que la mayor intensidad y diversidad se manifiesta en el Sector A, el cual como vimos tiene una mayor oferta funcional. Sin embargo, esto no significa que los otros sectores no sean utilizados, tal vez lo particular es que su utilización depende mucho más de las horas del día y que el uso más intenso se realice o a primeras horas de la mañana o al caer la noche.

184

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


9WFSXUTWYJ U¾GQNHT

&ZYT

ϰϱй ϱϱй

5WT]NRNIFI

4YWTX QZLFWJX

Gráfico 72. Lugar de residencia de usuarios del EP Encuesta EP IIACH-UMSS.2017

& UNJ

2TYT

3T WJXUTSIJ

Gráfico 73. Formas de acceso al espacio público Encuesta EP IIACH-UMSS.2017

Las actividades de ejercicio físico y deporte se distribuyen todo a lo largo del parque, aunque cada uno de los sectores tiene sus particularidades que definen diferencias en cuanto a las horas de utilización y el tipo de usuarios. En términos generales se ha podido verificar que el uso de los espacio deportivos de carácter formal, estamos hablando de la cancha polifuncional (sector A) y de la cancha de fútbol 8 (sector C), se realiza sobre todo en horarios vespertinos y nocturnos. Sin embargo, existe una marcada diferencia entre ambos, mientras el primero es abierto o de libre acceso, el segundo ha sido dado en comodato a una escuela de fútbol por lo que su uso está restringido a quienes pagan el servicio. En la cancha polifuncional las actividades varían y los usuarios son distintos en cada oportunidad, es así que se pueden observar entrenamientos y partidos de futsala o baloncesto, familias jugando, grupos de amigos, etc. Las otras actividades de ejercicio se realizan específicamente en los sectores B y C, donde, por un lado, existen pistas definidas para el trote y la caminata, y, por el otro, en el sector B, se cuentan instalados una serie de aparatos para realizar ejercicios gimnásticos al aire libre. Estas actividades se realizan esencialmente en horario matutino, es así que desde primeras horas de la mañana se pueden observar personas de distintas edades, pero sobre todo adultos y adultos mayores, trotando o simplemente caminando y haciendo ejercicios aeróbicos. El lugar se presenta propicio para ambas actividades puesto que se realiza en un entorno marcadamente arbolado y , por tanto sombreado (gráfico 76). La actividades de paseo, como dijimos, se encuentran relacionadas con las de descanso y recreación, y esto esencialmente porque generalmente si bien el objetivo de visita al parque puede ser una de ellas su realización deriva en una de las otras dos. Por otro lado, si bien las actividades de paseo y descanso tienen lugar en todo el parque y aprovechan tanto las condiciones de sombra como el ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

185


*[JSYZFQRJSYJ

&QLZSFX [JHJX FQ RJX :SF [J_ UTW XJRFSF

;FWNFX [JHJX UTW XJRFSF

)NFWNFRJSYJ

F FÂľTX

F FÂľTX

F FÂľTX

2F^TW F FÂľTX

GrĂĄfico 74. Frecuencia de uso por rango de edad

GrĂĄfico 75. Actividades en el espacio pĂşblico

Encuesta EP IIACH-UMSS.2017

Encuesta EP IIACH-UMSS.2017

mobiliario existente, las de recreaciĂłn, en este caso infantil, se concentran en el sector A, donde se localiza un pequeĂąo parque infantil, la fuente y la topografĂ­a es mĂĄs marcada en cuanto a pendiente y desniveles. Lo que se pudo apreciar es que al parque acuden en distintos horarios madres, padres o ambos, o en algĂşn caso niĂąeras, que llevan a sus hijos pequeĂąos a jugar tanto en el parque como en las superficies verdes existentes a lo largo del parque. Dado el carĂĄcter menos rĂ­gido en la estructuraciĂłn de los sectores B y C, aquĂ­ se registran una diversidad de actividades de carĂĄcter poco intenso, pero que marcan tanto la imagen como los ritmos del parque. De manera continua se puede observar a gente paseando sus perros, de hecho se registrĂł el caso de una persona que llegĂł en automĂłvil conjuntamente con su perro a pasear un momento por el parque, para retirarse media hora despuĂŠs. Por otro lado, el parque es un destino privilegiado para numerosas parejas de enamorados que lo recorren y aprovechan la tranquilidad y la “privacidadâ€? generada por la bondadosa arboleda. En este mismo marco, otra actividad recurrente, aunque no cotidiana, son las sesiones fotogrĂĄficas, realizadas por fotĂłgrafos a niĂąos pequeĂąos, padres con sus hijos, parejas de enamorados, etc.

186

ESPACIO(S) PĂšBLICO(S)

recomposiciones y prĂĄcticas urbanas en Cochabamba


Una de las actividades tradicionales del sector, anterior a la conformación misma del parque, es el lavado de ropa aprovechando la vertiente de agua existente en el Sector A, hacia la Av. Pando. Se trataba de una actividad intensa de la cual participaban una importante cantidad de mujeres de la zona que hoy por hoy se ha visto sensiblemente reducida, evidentemente por la disminución de la demanda de este tipo de servicios. En torno a la vertiente se ha construido un enrejado que define espacialmente la actividad y es utilizado para el secado de la ropa. Por otro lado, la actividades hacia el fin de la tarde y en las noches se intensifican, tanto en el parque mismo, sobre todo sector A, como en el entorno inmediato puesto que se incrementa la cantidad de personas que acuden a los distintos cafés y restaurantes existentes (Cayena, CoWork, La chingada, etc.). Si reparamos en los flujos peatonales, se observa con claridad que el sector con mayor cantidad de ellos es el primero, el sector A, lo cual esta relacionado con la diversidad de oferta y actividades allí realizadas, pero también con la presencia de la Av. Pando, con el recorrido de la ciclovía y con la localización a proximidad del colegio Instituto Americano (gráfico 76). A medida que avanzamos hacia el Este el flujo de personas disminuye sensiblemente, lo que esta en relación con el tipo de actividades que allí se pueden realizar y con la predominancia de las funciones residenciales, es decir que no existen demasiadas actividades en el entorno que puedan atraer flujos importantes. En cuanto a las diferencias referidas a las condiciones de edad y género, tenemos que respecto a las primeras no existen realmente diferencias marcadas, aunque es evidente que aquellos sectores que implican un mayor compromiso en términos de actividad física son utilizados preferentemente por niños, jóvenes y adultos jóvenes,mientras que las personas mayores desarrollan sus actividades en las zonas de descanso o de ejercicio de baja intensidad. Por otro lado, se pudo evidenciar la mayoritaria presencia de usuarios varones en una relación que ronda el 60/40. El parque Fidel Anze alberga también una diversidad de actividades de carácter colectivo, desde aquellas que tienen un ritmo semanal o mensual a aquellas

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

187


Plano del Parque Fidel Anze

1

2

3

1

2

3

1

2

3

1

2

3

1

2

3

Fin de semana por la noche (Sábado)

Fin de semana por la mañana (Sábado)

En semana por la noche (viernes)

En semana por la tarde (jueves)

En semana por la mañana (martes)

Gráfico 76. Análisis de actividades y prácticas en el parque Fidel Anze

Actividades (permanencia)

188

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

Imágenes


Esquema de sectores predominantemente sombreados en el Parque Fidel Anze

El ambiente en los sectores B, C y D refleja la tranquilidad de las horas matutinas, se observa a algunas personas trotando y otras paseando a sus perros (1). Otra actividad relevante esta relacionada con el mantenimiento del parque, es así que se registra la presencia de personal de EMAVRA (2) realizando diversas actividades. En el sector A se verifica actividad un poco más intensa, distintas personas descansan en los bancos del parque y dos lavanderas se encuentran realizando su trabajo en compañia de un niño (3). El área de recreación infantil se encuentra desierta lo mismo que la cancha polifuncional.

Se observa un poco más de intensa, pero esta, como en el caso anterior, se registra esencialmente en el sector A. Allí se encuentran las lavanderas en un momento de descanso despues haber realizado su trabajo; el parque infantil se encuentra siendo utilizado por colegiales (1), en un sector, y niños con sus padres en otro. Algo que se registra a todo lo largo del parque es la presencia de enamorados (2) que encuentran aquí un lugar ideal, no demasiado transitado, para sus ocasionales encuentros. En este horario también se observa de EMAVRA realizando diversas labores de mantenimiento (3).

La actividad es mucho más intensa. La cancha multifuncional se encuentra “llena” de actividad, varones y mujeres entrenan futbol y basquetbol y existe una importante cantidad de personas observando (1). Se registran distintas actividades recreativas a lo largo del parque(2), desde niños jugando en el área infantil hasta personas realizando ejercicios en los aparatos de gimnasia. En esta hora nocturna, se observa una mayor cantidad de enamorados, aprovechando la vegetación y la tenue iluminación. Lo cafes y restaurants (Chingada, Cayena, CoWork, etc.) se encuentran en plena actividad y abarrotados de personas (3).

Se respira un aire tranquilo, de fin de semana, en el parque infantil se observa un niño jugando bajo el cuidado de su padre y su madre. En el kiosco localizado sobre la Av. Pando se ecnuentra un grupo nutrido de jóvenes, y atrás de él se encuentran dos indigentes en compañía de su perro, aprovechando la sombra (1). La gente utiliza los distintos bancos existentes, ya descansando ya esperando a alguien (2). Este día el uso del parque para actividades gimnásticas, como el trote (3), es más intenso, el uso del gimnasio “verde” es mínimo, solamente dos muchachas están en el sector.

La actividad es diversa. La cancha polifuncional es utilizada por una familia que se entrega a la práctica del fútbol (1); por otro lado en el Kiosco localizado hacia la calle Rodriguez se observa un grupo de adultos bebiendo. Este día se pudo apreciar la presencia de una vendedora ambulante de comida que se posiciona hacia la esquina de la cancha, sobre la Av. Pando. En la cancha de futbol 8 se desarrolla un campeonato de fútbol femenino (2). En otro sector se observa a un grupo de jovenes charlando y esperando a otros, que llegarían más tarde. En la parte central del parque se encontraban unas personas preparando una especie de altar con flores para una propuesta matrimonial (3).

Flujos (movimiento)

-

68 %

+

+

Diversidad

Intensidad

-

-

32 %

68 %

+

+

Diversidad

Intensidad

-

-

32 %

61 %

+

+

Diversidad

Intensidad

-

-

39 %

62 %

+

+

Diversidad

Intensidad

-

-

38 %

52 %

+

+

Diversidad

Intensidad

48 %

Descripción ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

189


que se realizan esporĂĄdica o eventualmente. Entre las primeras se cuentan los campeonatos deportivos y las actividades sabatinas de los scouts o niĂąos exploradores. Entre las eventuales, en el parque se desarrollan actividades de carĂĄcter amplio como ferias y kermesse solidarias, en las que la participaciĂłn no se restringe a un determinado grupo de interĂŠs especĂ­fico. Ese es precisamente el caso de otras varias actividades que aquĂ­ tienen lugar, como por ejemplo: concursos caninos, jornadas de yoga, juegos “medievalesâ€? y “de guerraâ€?, etc. Un rincĂłn verde y apacible La valoraciĂłn respecto a una serie de aspectos relativos al parque Fidel Anze (GrĂĄfico 77) dejan ver que la percepciĂłn general tiene una connotaciĂłn ampliamente positiva relacionada particularmente con la abundante vegetaciĂłn, las condiciones de mantenimiento y la localizaciĂłn del parque. Condiciones que sin duda han incrementado, en los Ăşltimos aĂąos, su capacidad de atracciĂłn y por tanto su condiciĂłn de centralidad. En cuanto a los principales aspectos positivos identificados, los mĂĄs relevantes son: • Las cualidades espaciales, ambientales y estĂŠticas, que esencialmente tienen que ver con las condiciones generadas por la presencia de la vegetaciĂłn arbĂłrea y los beneficios que ella implica para el desarrollo de distintas actividades. En este marco, lo que tambiĂŠn se valora, a diferencia de otros espacio pĂşblicos, es la tranquilidad, la baja intensidad de uso, el hecho de constituirse en un lugar para el sosiego.

'ZJSF :GNHFHN¡S

ϯϲК

1NRUNJ_F

ϰϹК

'ZJS 2FSYJSNRNJSYT

ĎŽĎ´Đš

&GZSIFSYJ ;JLJYFHN¡S

9TYFQRJSYJ IJ FHZJWIT

ϹϭК ϰώК

2ÂĽX T RJSTX IJ FHZJWIT

2ÂĽX T RJSTX JS IJXFHZJWIT

ĎŽĎ´Đš

5JWRNYJ FHYN[NIFIJX IN[JWXFX

2Z^ KWJHZJSYFIT

ώϹК

3T GZQQNHNTXT

9TYFQRJSYJ JS IJXFHZJWIT

GrĂĄfico 77. Percepciones respecto al parque Fidel Anze Encuesta EP IIACH-UMSS.2017

190

ESPACIO(S) PĂšBLICO(S)

recomposiciones y prĂĄcticas urbanas en Cochabamba


• La calidad y diversidad de la infraestructura y mobiliario, relacionada con la existencia de diversas ĂĄreas para la prĂĄctica del deporte o para la realizaciĂłn de ejercicios y con las posibilidades que ofrece el parque para la recreaciĂłn infantil, ya sea en espacios especĂ­ficamente destinados a ese fin o en las â€œĂĄreas verdesâ€?. En este sentido uno de los aspectos que sin duda atrae a gente de otros lugares es la posibilidad de realizar ejercicios y trotar al “aire libreâ€?. En cuanto a las condiciones identificadas como menos favorables estas tienen que ver esencialmente con los siguientes aspectos: • Deficientes condiciones de mantenimiento y/o mobiliario, las cuales estĂĄn relacionadas especĂ­ficamente con dos aspectos: la presencia de basura y la escasa iluminaciĂłn. • Presencia de actividades molestas, asociada bĂĄsicamente a la existencia de ruidos molestos y la presencia de personas en estado de ebriedad, situaciĂłn esta Ăşltima que se manifiesta esencialmente en horarios nocturnos. En este sentido, en varios casos la percepciĂłn sobre las actividades molestas estĂĄ relacionada a la presencia de personas extranjeras (bĂĄsicamente brasileros) que utilizan el parque como lugar de reuniĂłn y que dada su “forma de serâ€? y sus eufĂłricas maneras de expresarse generan incomodidad en los demĂĄs usuarios y vecinos. Sin embargo, esto no es algo que ataĂąa solamente a este grupo sino en general a las personas que utilizan el parque y no son “del lugarâ€?, es decir que no viven a proximidad, las cuales son percibidas como extraĂąos.

&WJFX IJUTWYN[FX ^ 5WJXJSHNF IJQ FLZF IJ JOJWHNHNTX KZJSYJ

2TGNQNFWNT J NQZRNSFHN¡S

5FWVZJ NSKFSYNQ

(FQNIFI ^ IN[JWXNIFI IJ QF NSKWFJXYWZHYZWF ^ RTGNQNFWNT

(JWHFSÂąF

1THFQN_FHN¡S

(TSINHNTSJX IJ QTHFQN_FHN¡S ^ FHHJXT

&RUQNYZI

7JHTWWNITX

9WFSVZNQNIFI

;JLJYFHN¡S XTRGWF &HYN[NIFIJXIN[JWXFX 5WJXJSHNF IJ GFWJX ^ 'ZJSF HTJ]NXYJSHNF XJW[NHNTX

(ZFQNIFIJX JXUFHNFQJX FRGNJSYFQJX JXY­YNHFX

)N[JWXNIFI IJ FHYN[NIFIJX ^ ZXTX

1NRUNJ_F

'NJS RFSYJSNIT

2FSYJSNRNJSYT

GrĂĄfico 78. Aspectos positivos identificados respecto al parque Fidel Anze Encuesta EP IIACH-UMSS.2017

ESPACIO(S) PĂšBLICO(S)

recomposiciones y prĂĄcticas urbanas en Cochabamba

191


5JWWTX FGFSITSFITX

7ZNIT

5WJXJSHNF IJ GTWWFHMTX

1F LJSYJ VZJ [NJSJ

5WJXJSHNF IJ JSFRTWFITX

&ZYTR¡[NQJX

&HYN[NIFIJX RTQJXYFX

&ZXJSHNF IJ +FQYF IJ 'FXZWF ^ UTHF +FQYF IJ LJSYJ JXYFHNTSFRNJSYT QNRUNJ_F RFSYJSNRNJSYT *XHFXT ZXT ^ T IN[JWXNIFI

+FQYF IJ XJ¾FQN_FHN¡S

5THF NQZRNSFHN¡S

)JKNHNJSYJX HTSINHNTSJX IJ RFSYJSNRNJSYT ^ T RTGNQNFWNT

+FQYF XJLZWNIFI .SXJLZWNIFI

2Z^ LWFSIJ

)NXJÂľT IJKNHNJSYJ

)JKNHNJSYJX HTSINHNTSJX JXUFHNQFJX ^ IJ INXJÂľT

GrĂĄfico 79. Aspectos negativos identificados respecto al parque Fidel Anze Encuesta EP IIACH-UMSS.2017

El estudio de las dinĂĄmicas del parque y de el tipo de valoraciĂłn que le es asignada permite poner en evidencia la connotaciĂłn positiva que tienen los usuarios y que estĂĄ relacionada con su buen estado y con las condiciones ambientales y que, sin embargo, tiene que ver tambiĂŠn con la construcciĂłn material y simbĂłlica de un lugar “exclusivoâ€?, donde la presencia del otro es aceptada pero, en muchos casos, percibida como molesta. Una buena zona La consideraciĂłn respecto a las condiciones o el sentimiento de seguridad/ inseguridad en el parque Fidel Anze permiten ver con claridad que la percepciĂłn generalizada es que este espacio pĂşblico es seguro. Dicha percepciĂłn estĂĄ relacionada fundamentalmente con tres aspectos (grĂĄfico 80): la seguridad privada, la no existencia de delincuentes y el hecho que la zona es considerada como “buenaâ€?, una “zona de ricosâ€?. Sin duda estos aspectos se encuentran estrechamente relacionados y se articulan en torno a una visiĂłn particular, pero no por ello desatinada, segĂşn la cual al ser una zona de residencia de sectores sociales con medios y altos ingresos econĂłmicos las condiciones de seguridad se incrementan sensiblemente, tanto por una mayor inversiĂłn en seguridad, en este caso privada, como por la constituciĂłn de una zona “exclusivaâ€?, sin pobres, como seĂąalĂł alguno de los encuestados. En cuanto a la seguridad privada, cabrĂ­a preguntarse Âżen quĂŠ medida su presencia determina una progresiva privatizaciĂłn del espacio pĂşblico? y esto en funciĂłn a que dicha seguridad implica no solamente la protecciĂłn de la propiedad privada (casas, edificios, etc.) sino un control constante sobre lo que sucede en el espacio

192

ESPACIO(S) PĂšBLICO(S)

recomposiciones y prĂĄcticas urbanas en Cochabamba


ϭϱй

&QYF HTSHZWWJSHNF 'ZJSF _TSF _TSF IJ WNHTX

8JLZWT

ϯй

.QZRNSFHN·S 3T MF^ IJQNSHZJSYJX 3T MF^ UTGWJX 8JLZWNIFI UWN[FIF 9WFSVZNQT

.SXJLZWT

'TWWFHMTX

ϴϯй

.SINLJSYJX 5JWWTX UJQNLWTXTX .SXJLZWNIFI (FSHMF FGNJWYF UTW QFX STHMJX

.SXJLZWT

8JLZWT

3T 8FGJ

Gráfico 80. Percepción de seguridad en el parque Fidel Anze Encuesta EP IIACH-UMSS.2017

público, control que deviene, por su sola presencia, en un control sobre el acceso y la utilización del espacio público. Si bien la inseguridad no es percibida como un problema, aquellas personas que perciben que efectivamente existen ciertos niveles de la misma la relacionan esencialmente a la presencia de personas “indeseables”, en estado de ebriedad. Personas cuyo comportamiento, más que hechos delincuenciales, genera molestias y sobre saltos. Si consideramos la percepción de seguridad de acuerdo a las condiciones de género en realidad no se identifican diferencias importantes. Ambos, mujeres y hombres, consideran que se trata de un espacio segura en una proporción aproximada del 85%. La única diferencia esta referida a los aspectos que son identificados como factores de inseguridad, dentro de los cuales son estrictamente las mujeres las que identifican la presencia de personas en estado de ebriedad como generadora de inseguridad.

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

193



05/05 Avenida y parque Suecia La conformación de la avenida y el parque Suecia corresponden inicialmente al proceso de ocupación de las serranías del sur verificadas en la década de 1960. Evidentemente ya en Plano Regulador aprobado en 1950 figuraba la avenida en tanto conector entre la laguna Alalay y la Av. Petrolera; sin embargo, no se encontraba prevista la urbanización del sector. De hecho, de acuerdo con el plano de zonificación del uso de la tierra (plano N°151), tanto cerro Verde como el Ticti estaban definidos como zonas a forestar, de acuerdo a la premisa de contar con un cordón verde en torno a la ciudad. Frente a la factualidad de la ocupación de las serranías realizada a principios de los ‘60 por el Sindicato Pro-Vivienda se dispone el fraccionamiento y urbanización del sector conocido como Huayra Khasa. Es así que en el Plano Regulador publicado en 1961 ya aparece este sector configurado en torno a un gran parque público. Como vimos, en cuanto a la lógica de configuración se repite la aplicación de los criterios morfológicos y de ocupación urbana, dispuesto para el Norte y Oeste de la ciudad, ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

195


a partir de la conformación de un gran parque en torno al cual se tenía previsto el desarrollo de una Unidad Vecinal. La consolidación urbana de este sector tomó décadas. Aún cuando rápidamente pasó a formar parte de uno de las zonas más populosas de la ciudad, lo cierto es que de manera recurrente la inversión municipal se orientó hacia el Norte de la ciudad. Recién en la década de 1990 se comienzan a realizar mejoras en términos de infraestructura básica y vial, estructurando poco a poco lo que por años fue solamente una promesa de parque. Configuración y entorno inmediato Marcado por la linealidad de su configuración, este parque se encuentra básicamente estructurado por dos sectores, aun cuando el segundo de ellos se compone adicionalmente de la rotonda existente en la intersección de la Av. Suecia y la Av. Siglo XX. Los dos sectores se encuentran divididos por una calle que corre en dirección norte-sur (gráfico 81). El primer sector, localizado hacia el oeste, de forma rectangular y alargada, es el más angosto del parque, tiene un ancho promedio de 20 metros y una largo aproximado de 500 metros lineales, es decir, una hectárea de superficie. Se organiza en función a una circulación axial discontinua y a la presencia de áreas minerales, la mayoría de ellas circulares, aparentemente destinadas al descanso pero que todavía no cuentan con el mobiliario correspondiente para estos fines. Estos elementos permiten el atravesamiento del parque en el sentido Norte-Sur. Los componentes más relevantes de este sector son la pasarela peatonal y el atrio que se encuentra a su lado. Respecto al primero, se trata de una pasarela con estructura de hormigón y de forma tubular generada con una estructura metálica; el acceso se realiza por medio de dos rampas laterales y una escalera central. Como en la inmensa mayoría de los casos se trata de un objeto poco o nada utilizado. En cuanto al atrio, este tiene una forma almendrada flanqueada por columnas que rematan en una viga que las une. Desde el lado norte se accede al atrio a partir de una pequeña escalinata, hacia el sur el mismo queda prácticamente a nivel. Adicionalmente, un corredor dispuesto de manera diagonal va hacia y desde el atrio comunicando las áreas de circulación lateral del parque. El segundo sector del parque (B), que tiene el doble de ancho que el primero, se encuentra organizado por la presencia de cuatro componentes. El primero de ellos corresponde al punto de recolección de basura, denominado punto verde, localizado en el extremo oeste. Se trata de una pequeña superficie cercada destinada a la recolección de residuos sólidos, para lo cual se han dispuesto 4 contenedores. Cuenta con una pequeña caseta de control y dos accesos, uno por

196

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


el Norte el otro por el Sur. Aquí se recolecta buena parte de la basura generada en el sector, tanto en lo que corresponde a residuos domiciliarios como a aquellos generados en los mercados localizados a proximidad. El segundo componente es el parque infantil, que ocupa la mayor superficie de este sector. Se trata de un parque cerrado cuyo acceso es pago y se encuentra controlado y administrado por EMAVRA1. Al interior se distribuyen una serie de lugares destinados a la recreación infantil, el descanso y la práctica de algunos deportes alternativos como la patineta o skate. El acceso se realiza por el lado Este del parque y la circulación no presenta una estructura rígida, se desarrolla relacionando las distintas áreas allí existentes. El tercer componente, corresponde al lugar de instalación del Biblioavión. Se trata de una biblioteca infantil instalada al interior de un avión Douglas DC-3, la cual es gestionada por el Centro Cultural Simon I. Patiño. Como en el caso anterior el área donde se encuentra el biblioavión y los jardines que lo rodean se encuentran “cerrados” por una malla olímpica que restringe el acceso. Es así que este sector solo puede ser utilizado en los horarios de funcionamiento de la biblioteca. Sobre esto último cabe señalar que en las distintas visitas realizadas al sitio el biblioavión se encontraba siempre cerrado. El cuarto y último componente es la rotonda localizada en el extremo Este, rotonda que por sus dimensiones constituye una pequeña plazoleta en la que se observa una fuente y dos jardines dispuestos simétricamente. Cuenta con siete bancas y unos cuantos árboles que permiten su utilización como lugar de descanso y encuentro. En cuanto a las funciones y dinámicas del entorno inmediato, lo que resalta es el predominio de las funciones comerciales y de servicios, las cuales generalmente se encuentran ligadas a las residenciales. Es así que ante todo se observan usos de suelo mixtos (1 y 2) (gráfico 82) y que la gran mayoría de las plantas bajas son utilizadas con fines comerciales. En este contexto, lo que predomina es la importante cantidad de servicios gastronómicos, cuyos horarios de atención definen en buena parte los ritmos del espacio público. Por otro lado, lo que identifica este lugar es la concentración de equipamientos sociales de distinta índole. Entre ellos podemos contar de acuerdo a cada una de las categorías, los siguientes: a) Educación, colegio primario y secundario Buenas Nuevas; b) Salud, hospital Harry Williams del Ejército de Salvación; c) Abastecimiento, Mercado 20 de febrero y Mercado seccional 15 de abril; Deportivo, Cancha Sintética de futbol “La Bombonera” y Cancha polifuncional; y Religiosos, 1

Empresa Municipal de Áreas Verdes y Recreación Alternativa ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

197


Grรกfico 81. Estructura base y sectores del parque Suecia

198

ESPACIO(S) Pร BLICO(S)

recomposiciones y prรกcticas urbanas en Cochabamba


ESPACIO(S) Pร BLICO(S)

recomposiciones y prรกcticas urbanas en Cochabamba

199


Administrativo 3% Abastecimiento 3% Deporte 3%

Salud 2%

Religioso 2%

Mixto 2 (Comercial Servicios) 6% Residencial 8%

Educación 3%

Mixto 1 (residencial, comercio y/o servicios) 65%

Servicios 8%

Gráfico 82. Uso de suelo en el entorno del parque Suecia

Alta 27%

Media 65%

Ninguna 8%

Gráfico 83. Condiciones de permeabilidad en el entorno del parque Suecia

Iglesia católica San Juan Bautista e iglesia del Ejercito de Salvación. Adicionalmente en el sector se han localizado distintas sucursales bancarias como las del Banco Nacional y del Banco de la Comunidad. Sin duda, de acuerdo con lo visto, el sector ha pasado a constituirse en una centralidad de escala distrital y zonal en función a la concentración y diversidad de funciones urbanas y a su propia condición de lugar de paso entre las serranías. Es así que las actividades del entorno inmediato son, como veremos, las que imprimen buena parte de la dinámica del espacio público. Respecto a los niveles de permeabilidad, se observan importantes niveles asociados a la realización en plantas bajas de una diversidad de actividades

200

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


comerciales y de servicios (GrĂĄfico 83). Se trata de una permeabilidad funcional determinada por las condiciones de realizaciĂłn de los intercambios comerciales. De hecho la predominancia de estas actividades ha definido que las edificaciones se realicen sobre rasante, aprovechando hasta el Ăşltimo metro cuadrado de planta baja para la generaciĂłn de rentas. Este hecho no es anodino puesto que determina que mientras la permeabilidad funcional parece incrementarse lo hace a costa del espacio pĂşblico en la medida que las actividades sociales pasan a realizarse en espacios colectivos de carĂĄcter privado. En concomitancia, las condiciones de permeabilidad visual y perceptiva se reducen drĂĄsticamente, el espacio pĂşblico es rodeado por una envoltura opaca. Usos y prĂĄcticas Si bien, como seĂąalamos, la situaciĂłn actual permite identificar una serie de dinĂĄmicas que vislumbran la generaciĂłn de una centralidad urbana, lo cierto es que esto es incipiente en tĂŠrminos de su escala, de su capacidad de atracciĂłn y de su instalaciĂłn en los imaginarios colectivos. En todo caso, y como los datos lo revelan, se trata de una centralidad de proximidad asociada en todo caso a la escala distrital. Es asĂ­ que la mayorĂ­a de los usuarios del espacio pĂşblico (grĂĄfico 84) corresponden a este nivel, es decir, al conjunto de OTB (Organizaciones territoriales de Base) que se encuentran en torno a ĂŠl. Revelador es tambiĂŠn que de aquellos usuarios que vienen de “otros lugaresâ€? la mayorĂ­a de ellos corresponda a gente que reside en otros municipios, esencialmente por motivos de trabajo. AsĂ­ las dinĂĄmicas que genera este espacio pĂşblico se estĂĄn jugando esencialmente a dos escalas, no necesariamente consecutivas, la de proximidad y, tĂ­midamente, la metropolitana. En correspondencia con lo anterior, la principal forma de acceder a este espacio pĂşblico es a pie, la cantidad de personas que lo hacen en automĂłvil particular

ώϭК 9WFSXUTWYJ UžGQNHT

&ZYT

& UNJ

ϳϾК 3T WJXUTSIJ 5WT]NRNIFI

4YWTX QZLFWJX

GrĂĄfico 84. Lugar de residencia de usuarios del EP

GrĂĄfico 85. Formas de acceso al espacio pĂşblico

Encuesta EP IIACH-UMSS.2017

Encuesta EP IIACH-UMSS.2017

ESPACIO(S) PĂšBLICO(S)

recomposiciones y prĂĄcticas urbanas en Cochabamba

201


es mĂ­nima (grĂĄfico 85). Si consideramos las frecuencias de uso, tenemos que la situaciĂłn se replica y que, por lo tanto lo que prevalece es la utilizaciĂłn cotidiana del espacio pĂşblico. Las categorĂ­as “diariamenteâ€? y “varias veces por semanaâ€? son las que predominan (grĂĄfico 86). En cuanto a las actividades realizadas en el espacio pĂşblico, se observa que principales son las de paseo y encuentro (grĂĄfico 87). En este sentido, varios aspectos son los que resaltan. En primera instancia, la constituciĂłn del espacio pĂşblico como lugar de encuentro, por tanto como lugar a partir del cual se distribuyen flujos hacia los equipamientos y actividades comerciales existentes en el entorno. A esto se aĂąade la importancia de las actividades de paseo, las cuales, en buena medida tambiĂŠn estĂĄn relacionadas con las de acceso a equipamientos, compras, etc. Lo particular, es la escasa importancia de las actividades de recreaciĂłn. Recordemos que casi la totalidad del segundo sector se encuentra ocupado por un parque infantil de carĂĄcter cerrado, lo cual sin duda determina que la actividad recreativa no se incorpore efectivamente como caracterĂ­stica de este espacio pĂşblico. Por Ăşltimo, el 17% de los usuarios acude a este espacio pĂşblico para realizar actividades laborales de distinta Ă­ndole, muchas de ellas relacionadas con el comercio informal. En tĂŠrminos generales, la actividad no es frenĂŠtica aunque sĂ­ constante y variable en funciĂłn a las horas y dĂ­as de la semana. Lo que se observa con recurrencia es la concentraciĂłn de personas, actividades y flujos en torno o a proximidad de los distintos equipamientos, los cuales, sin duda, son los principales atractores. Es asĂ­ que se marcan con claridad las distintas zonas de actividad, las cuales si bien son “permanentesâ€? varĂ­an en funciĂłn a los horarios de funcionamiento y/o atenciĂłn, como es el caso del colegio, del hospital y de los mercados (GrĂĄfico 88). Por ejemplo, si la concurrencia es mas o menos constante a lo largo del dĂ­a en el

*[JSYZFQRJSYJ

&QLZSFX [JHJX FQ RJX :SF [J_ UTW XJRFSF

;FWNFX [JHJX UTW XJRFSF

)NFWNFRJSYJ

F FÂľTX

202

F FÂľTX

(TRUWFX

)J UFXT

F FÂľTX

&HHJXT F JVZNUFRNJSYTX

*SHZJSYWT

1JHYZWF

5FXJT

7JHWJFHN¡S

9WFGFOT

(TRJW

)JXHFSXT

GrĂĄfico 86. Frecuencia de uso por rango de edad

GrĂĄfico 87. Actividades en el espacio pĂşblico

Encuesta EP IIACH-UMSS.2017

Encuesta EP IIACH-UMSS.2017

ESPACIO(S) PĂšBLICO(S)

recomposiciones y prĂĄcticas urbanas en Cochabamba


caso del hospital , en el caso del Colegio la afluencia se encuentra determinada por las horas de entrada y de salida, y es en el caso de esta última cuando se aprecia una mayor cantidad de escolares deambulando, charlando, jugando, esperando transporte público, etc. Algo similar sucede con las canchas deportivas (Bombonera y Polifuncional) aunque su impacto en el espacio público es más reducido dado que la actividad se concentra casi estrictamente, a no ser ciertos flujos, dentro de las áreas dispuestas para este fin. Más allá de los equipamientos, la actividad comercial y de prestación de servicios es otro de los factores que generan una dinámica particular. En cuanto a las actividades comerciales de carácter formal, estas presentan una mayor concentración en el sector Oeste, lo cual efectivamente genera una importante intensidad de actividades y flujos. Entre las comerciales podemos contar: Almacenes y tiendas, farmacias, friales y carnicerías, Agencias de leche, tiendas de productos de limpieza, etc; y entre las de servicios resaltan: restaurantes diversos, clínicas dentales, laboratorios clínicos, peluquerías, agencias bancarias,etc. Como vemos la diversidad de oferta es alta. Por otro lado, el comercio informal y ambulante imprimen buena parte del carácter de este espacio público. Prácticamente a cualquier hora se pueden encontrar pequeños, y no tan pequeños, puestos de venta de productos varios, pero esencialmente de comida, desde api con pasteles, pasando por tripitas, anticuchos, hamburguesas, calditos. La oferta gastronómica es variada y constante aunque se intensifica en horarios nocturnos, cuando se observa muchas personas retornando de la jornada laboral y otras simplemente paseando. Pero la oferta gastronómica no es la única presente, por las noches, sobre todo las los fines de semana, “aparecen” una diversidad de comerciantes de música y películas, por ejemplo, y de juegos infantiles como camas elásticas, futbolines, autitos eléctricos, etc.. Estas actividades se concentran en el extremo Oeste del parque, en la pequeña explanada frente al mercado 20 de Febrero y en el extremo Este del parque, entre el parque y la rotonda vehicular. En cuanto a las actividades de paseo y dadas las particularidades del diseño y configuración actual del parque, estas se realizan preferentemente, y casi

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

203


Plano del parque Suecia

Gráfico 88. Análisis de actividades y prácticas en el parque Suecia

Actividades (permanencia)

204

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

Imágenes


Esquema de sectores predominantemente sombreados en parque Suecia

Flujos (movimiento)

Descripciรณn ESPACIO(S) Pร BLICO(S)

recomposiciones y prรกcticas urbanas en Cochabamba

205


obligatoriamente, en el sector A. Este sector es sobre todo un lugar de encuentro, ya lo puntualizamos, en el que prevalecen los flujos por sobre la permanencia en el espacio público, en parte debido al tipo de actividades realizadas por la gente y en parte porque no existe el mobiliario adecuado.

Gráfico 89. Actividades colectivas en el espacio público Encuesta EP IIACH-UMSS.2017

En el sector B, como vimos, se encuentra un gran parque infantil el cual presenta un cerramiento metálico que restringe el acceso y lo separa definitivamente del entorno. Dadas estas condiciones, y el hecho que el ingreso sea pago, es evidente que el parque sea totalmente subutilizado. Se trata de un espacio con muchos juegos y posibilidades pero sin personas, sin niños. Es decir un espacio “inexistente” en función a su incapacidad actual de albergar efectivamente actividades. Por otro lado, si consideramos su escala, resulta que este parque ha sido pensado a una escala urbana y que, como ya vimos, las dinámicas actuales determinan que el conjunto de la avenida y el parque Suecia funcionen más bien como una centralidad de proximidad o, en todo caso, distrital. Aquí hay un problema de escalas y de lectura de las prácticas y necesidades cotidianas. Adicionalmente, y se trata de una cuestión fundamental, el parque infantil, dado su cerramiento, ha pasado a constituirse en un límite, una frontera que restringe la comunicación entre los lados Sur y Norte del parque. Es así que casi 7 cuadras quedan incomunicadas o separadas respecto a lo que sucede en las manzanas del frente. La monofuncionalidad y la tematización del espacio público, impuestas por la tecnocracia planificadora, revelan aquí su fuerza destructora de la diversidad, de la comunicación, del espacio público. En cuanto a las actividades de carácter colectivo que tienen lugar en este espacio público (gráfico 89), sobresalen la realización de fiestas de distinta índole, las reuniones vecinales o de OTB y las ferias. Entre las festividades la que resalta, indudablemente, es la de San Juan Bautista cuya realización comenzó el año de 1993, tiene lugar el mes de junio y se caracteriza por el desarrollo de una serie de actividades como la misa y la entrada folclórica. Por otro lado, el hecho que se identifique como una de las actividades colectivas a las reuniones vecinales, da cuenta de la importancia de este espacio público en términos de las relaciones de proximidad.

206

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


De lo dicho queda claro que las dinĂĄmicas asociadas a la avenida y parque Suecia estĂĄn relacionadas predominantemente con la escala de proximidad y, por tanto, con el desarrollo y los ritmos de la vida cotidiana de la gente que vive en los barrios aledaĂąos. Por el momento, el potencial de constituirse en una centralidad urbana se encuentra claramente condicionado por su cercanĂ­a con el gran mercado de ferias “La Canchaâ€?. Valores asociados La percepciĂłn general respecto distintos aspectos relacionados con este espacio pĂşblico (grĂĄfico 90) permite observar que la valoraciĂłn realizada por los usuarios se encuentra compartida, aunque presenta una tendencia hacia una valoraciĂłn negativa. Los aspectos para con los cuales los usuarios manifiestan en mayor proporciĂłn su acuerdo estĂĄn relacionados con la buena localizaciĂłn, la diversidad de actividades y la alta frecuentaciĂłn de personas en el espacio pĂşblico. Esto hace referencia, sin duda, a su condiciĂłn de centralidad de las dinĂĄmicas de proximidad. Por otro lado, los aspectos relacionados con la calidad del espacio pĂşblico son los menos valorados. Si hacemos atenciĂłn a los aspectos especĂ­ficos identificados por los usuarios como positivos, los mĂĄs relevantes son (grĂĄfico 91): • Las cualidades espaciales, ambientales y estĂŠticas, relacionadas especĂ­ficamente con la funciĂłn de paseo y las condiciones que permiten realizar recorridos diversos. Por otro lado, se valora especĂ­ficamente la amplitud y escala del espacio pĂşblico, aunque como se ha analizado buena parte de ĂŠl se encuentra cerrado o es de acceso limitado. Adicionalmente,

'ZJSF :GNHFHN¡S 1NRUNJ_F

'ZJS 2FSYJSNRNJSYT

2Z^ KWJHZJSYFIT

ώϳК

ϯϲК

ϭϹК

9WFSVVZNQT &GZSIFSYJ ;JLJYFHN¡S

Ď°ĎŽĐš

ώϲК

Ď°ĎŻĐš

5JWRNYJ FHYN[NIFIJX IN[JWXFX

ϰϹК

9TYFQRJSYJ IJ FHZJWIT

2ÂĽX T RJSTX IJ FHZJWIT

2ÂĽX T RJSTX JS IJXFHZJWIT

9TYFQRJSYJ JS IJXFHZJWIT

GrĂĄfico 90. Percepciones respecto al parque Suecia Encuesta EP IIACH-UMSS.2017

ESPACIO(S) PĂšBLICO(S)

recomposiciones y prĂĄcticas urbanas en Cochabamba

207


&WJFX IJ WJHWJFHN¡S NSKFSYNQ

&WJFX [JWIJX

'NGQNTF[N¡S

5ZSYT [JWIJ

(FQNIFI ^ IN[JWXNIFI IJ QF NSKWFJXYWZHYZWF ^ RTGNQNFWNT

'ZJSF ZGNHFHN¡S

+FHNQ FHHJXT

&RUQNYZI

(TSINHNTSJX IJ QTHFQN_FHN¡S ^ FHHJXT

7JHTWWNITX

(FQNIFI FRGNJSYFQ

1ZLFW FGNJWYT

.QZRNSFHN¡S

1ZLFW IJ JSHZJSYWT

(ZFQNIFIJX JXUFHNFQJX FRGNJSYFQJX JXY­YNHFX

)N[JWXNIFI IJ JXUFHNTX

'ZJS RFSYJSNRNJSYT

2FSYJSNRNJSYT UNXTX HFQ_FIF

;JLJYFHN¡S XTRGWF&HYN[NIFIJX IN[JWXFX &HYN[NIFIJX KJXYN[FX 5WJXJSHNF NLQJXNF

*VZNUFRNJSYT IJUTWYN[T

)N[JWXNIFI IJ FHYN[NIFIJX ^ ZXTX

4KJWYF HTRJWHNFQ ^ IJ XJW[NHNTX

2FSYJSNRNJSYT

GrĂĄfico 91. Aspectos positivos identificados respecto al parque Suecia Encuesta EP IIACH-UMSS.2017

un porcentaje similar de usuarios, seĂąala que las condiciones de vegetaciĂłn y de sombra son favorables. • La calidad y diversidad de infraestructura y mobiliario, lo que paradĂłjicamente hace referencia a la existencia de ĂĄreas de recreaciĂłn infantil y del biblioaviĂłn, componentes del espacio pĂşblico cuyo acceso es restringido. • La diversidad de actividades y usos, lo que se encuentra asociado a la diversidad de actividades que suceden en el espacio pĂşblico y a la diversidad de la oferta comercial y de servicios; es decir, se trata de un lugar donde se puede “encontrar de todoâ€?. Resalta tambiĂŠn el carĂĄcter festivo de este espacio pĂşblico. En cuanto a las condiciones identificadas como negativas estas tienen que ver esencialmente con los siguientes aspectos (grĂĄfico 92): • Deficientes condiciones de mantenimiento y/o mobiliario, lo que por un lado tiene que ver con el hecho que despuĂŠs de la remodelaciĂłn realizada hace algunos meses algunos sectores han quedado inconclusos y, en relaciĂłn con esto, no se ha implementado el mobiliario necesario, esencialmente bancas, en el sector A. • Inseguridad y/o actividades molestas, lo que esta relacionado directamente a un sentimiento de inseguridad, sobre todo en horarios nocturnos, que deriva de la verificaciĂłn de hechos delictivos y de la presencia de pandillas juveniles y antisociales.

208

ESPACIO(S) PĂšBLICO(S)

recomposiciones y prĂĄcticas urbanas en Cochabamba


)JXTWIJS

2FQF ZYNQN_FHN¡S

2FQTX TQTWJX

)JKNHNJSYJX HTSINHNTSJX IJ ZXT

+FQYF IJ QNRUNJ_F

+FQYF T IJKNHNJSHNF IJQ RTGNQNFWNT

4GWFX NSHTSHQZXFX

+FQYF IJ RFSYJSNRNJSYT

)JKNHNJSYJX HTSINHNTSJX IJ RFSYJSNRNJSYT ^ T RTGNQNFWNT

.SXJLZWNIFI

5FSINQQJWTX

5WJXJSHNF IJ FSYNXTHNFQJX

.SXJLZWNIFI ^ T FHYN[NIFIJX RTQJXYFX

5JWXTSFX JGWNFX

)NXJÂľT IJKNHNJSYJ

+FQYF [JLJYFHN¡S XTRGWF

)JKNHNJSYJX HTSINHNTSJX JXUFHNFQJX ^ IJ INXJÂľT

GrĂĄfico 92. Aspectos negativos identificados respecto al parque Suecia Encuesta EP IIACH-UMSS.2017

• Deficientes condiciones espaciales y de diseùo, aspecto que esta relacionado específicamente a la ausencia de una mayor vegetación y por tanto con los pocos sectores de sombra existentes a lo largo del parque. Sin duda varios son los aspectos que se entremezclan en la valoración respecto a las condiciones de este espacio público. Si bien en algunos casos las percepciones son contradictorias, lo cierto es que dos aspectos fundamentales son los que resaltan: por un lado, el reconocimiento de la diversidad de usos y funciones como un aspecto central del espacio público y de sus posibilidades; por otro, el sentimiento de inseguridad relacionado con determinados tipos de usuarios del espacio público y con determinadas horas, esto lo veremos a continuación. Un manto de oscuridad Las percepciones respectos a las condiciones de seguridad en el espacio público marcan claramente el sentimiento de inseguridad que en Êl se respira. El 78% de las personas interrogadas seùalaron que se trata efectivamente de un espacio inseguro (gråfico 93). Evidentemente, dicho sentimiento se encuentra asociado a determinadas horas del día, esencialmente el final de la tarde y la noche, puesto que si bien la cantidad de personas se incrementa sensiblemente esto sucede en determinados lugares, como vimos, otros tantos quedan mås bien desolados, como es el caso del entorno del parque infantil y el biblioavión. Los factores con los cuales se asocia la inseguridad son la presencia de ladrones, de pandilleros y de personas en estado de ebriedad. En algún caso se ha identificado a objetos como la pasarela peatonal como factor de inseguridad, puesto que es uno de los lugares aprovechados por los antisociales para cometer fechorías. Es importante ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prĂĄcticas urbanas en Cochabamba

209


8JLZWT

.QZRNSFHN·S

ϮϮй

(TSTHNRNJSYT JSYWJ [JHNSTX 3T MF^ UFSINQQJWTX 5WJXJSHNF UTQNHNFQ &QHTMTQNXRT

ϳϴй

.SXJLZWT

2ZHMTX WTGTX )JXYWT_TX )WTLFINHYTX 5FSINQQJWTX 5WJXJSHNF IJ QFIWTSJX

.SXJLZWT

9W¥KNHT [JMNHZQFW FHHNIJSYJX

8JLZWT

Gráfico 93. Percepción de seguridad en parque Suecia Encuesta EP IIACH-UMSS.2017

también remarcar que las condiciones de tráfico vehicular son identificadas como un factor de inseguridad en relación al acontecimiento relativamente frecuente de accidentes. Respecto a las diferencias de valoración de acuerdo al género, existe concordancia en cuanto se identifica al espacio público como un lugar inseguro. Sin embargo, en el caso de las mujeres el porcentaje de percepción de inseguridad se incrementa al 86 %, mientras que en el caso de los hombres este es un poco inferior alcanzando el 72%.

210

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


05/06 Síntesis En función al estudio de las dinámicas asociadas a cada uno de los espacios públicos considerados es posible identificar una serie de factores articulados que nos aproximan a la comprensión de las prácticas, las formas de apropiación y las representaciones que caracterizan a los espacios públicos cochabambinos, específicamente a aquellos relacionados a la producción “planificada” o institucional. En este sentido, lo que se propone a continuación es una lectura transversal que permita poner evidencia las formas y lógicas de producción urbana asociadas a los espacios públicos y sus dinámicas. Así, es necesario recordar, por un lado, que lo urbano se define esencialmente como espacio diferencial (Lefebvre, 1969), espacio de lo heterogéneo y la diversidad y que, en este marco, “la calidad del espacio público se podrá evaluar sobre todo por la intensidad y calidad de las relaciones sociales que facilita, por su fuerza mezcladora de grupos y comportamientos” (Borja & Muxi, 2003. p. 28).

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

211


Escala urbana y dinámicas de proximidad Muchos son los roles del espacio público en la configuración y estructuración de la ciudad; sin embargo, uno de aquellos fundamentales, que marcan su capacidad articuladora, es la condición de centralidad, en tanto acción fundamental de la práctica humana social (Lefebvre, 1969). La congregación, la agregación y su dimensión referencial constituyen un factor determinante en la definición de las capacidades de atracción y de transmisión práctico simbólica de los espacios públicos. En este sentido, cada espacio público cumple un rol diferencial en función a la escala en la cual es pertinente, no solamente en términos morfológicos sino, esencialmente, en lo que refiere a lo funcional, a los usos y a la relación que establece con el territorio. En el caso de nuestros lugares de estudio lo que se verifica es una serie de situaciones disímiles que tienen que ver con las condiciones de localización, de diversidad de usos, de origen de los usuarios y de las frecuencias de uso. En este sentido, queda en evidencia que solamente el tamaño de los espacios públicos no es una condición determinante. Tres de los espacios analizados tienen aproximadamente las mismas dimensiones, sin embargo las situaciones son claramente diferentes. En primera instancia tenemos aquellos espacios públicos que en función a sus dinámicas constituyen o forman parte de centralidades de escala urbana o metropolitana. Estamos hablando concretamente de la plaza Obispo del Granado y del conjunto “El prado y la plaza Colón”, aun cuando a pesar de su cercanía la situación varía sensiblemente se trate de uno o del otro. En el caso de la plaza del Granado, no es en sí el espacio público y su entorno inmediato el que constituye esencialmente la centralidad, sino su pertenencia a un conjunto mayor el denominado centro urbano o centro histórico. Es así que su dinámica se encuentra definida, en gran medida, por esta pertenencia. Como vimos, la mayoría de las personas que la utilizan no pertenecen al entorno próximo sino que vienen de otros distritos, esencialmente del sur del municipio. En esta medida el nivel de extrañeza es significativo, es decir que la personas no se conocen entre sí, no existen relaciones de vecindad, la frecuencia de uso es eventual y por lo tanto el otro se presenta como un verdadero extraño. La situación en el caso del “Prado y la plaza Colón” si bien presenta algunas similitudes, como en lo referido de origen de los usuarios y las frecuencias de uso, en realidad corresponde a una otra dinámica. En primera instancia, porque en este caso el espacio público en sí, lo que también implica su entorno inmediato, se constituye en una centralidad a nivel urbano y metropolitano. Él, por sí solo, tiene la fuerza de atracción necesaria para generar una dinámica particular y diferenciada. Evidentemente, esto se encuentra relacionado con la alta diversidad de usos y funciones. Si consideramos el lugar de residencia de los usuarios del

212

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


espacio resalta precisamente el hecho que la mayoría de ellos corresponden a los distritos de sur de Cochabamba y a otros municipios del área metropolitana. Lo particular del caso es, precisamente, que tanto esta centralidad como la del centro histórico han perdido progresivamente su condición de referente que alguna vez tuvieron para el conjunto de la sociedad cochabambina. Hoy por hoy, como lo demuestran Rodríguez et Al. (2009), existe un repliegue de las clases medias y altas, tradicionalmente asentadas al norte del río Rocha, y una negación recurrente a la ciudad y sus espacios públicos, otros son sus espacios de socialización. Lo que, en términos generales, da cuenta de procesos de segregación y fragmentación urbana. Por otro lado, están los espacios públicos cuya dinámica da cuenta de una centralidad distrital y de proximidad. Este es el caso de la plaza 14 de Noviembre y de la avenida y parque Suecia, espacios en los que predominan las relaciones de proximidad y por lo tanto las frecuencias cotidianas de uso. Esta situación es mucho más marcada en el caso de “la Suecia”, donde casi el 80% de los usuarios residen en los barrios del entorno inmediato. Lo particular del caso, en comparación con lo que sucede por ejemplo en la plaza 14 de noviembre, es que entorno al parque Suecia se localiza una gran diversidad de actividades comerciales, de servicios y sobre todo de equipamientos urbanos, lo que a partir de la consideración exclusiva de los usos de suelo podría dejar entrever la conformación de una centralidad de escala urbana; sin embargo, el análisis de las prácticas da cuenta de otra situación. Una hipótesis plausible podría señalar que la proximidad del gran mercado de ferias, conocido como “La Cancha”, determina que los principales flujos de los distritos del Sur, esencialmente el 7,14 y 8, no identifiquen como destino este espacio público y su oferta. La importancia y el nivel de atracción de “La Cancha” determinan así la imposibilidad de constitución de posibles centralidades, que por su localización no pueden desarrollarse o simplemente son anuladas. Pza. del Granado

Escala metropolitana

Prado y plaza Colón

14 de noviembre

Fidel Anze

Suecia Escala de proximidad

Gráfico 94. Condiciones de centralidad ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

213


En cuanto a la plaza 14 de Noviembre, si bien no cuenta con una diversidad tan importante de actividades en su entorno inmediato, los factores asociados a su localización sobre una de las avenidas más importantes que comunican al centro y a “La Cancha” con los distritos 5 y 9 determinan que cobre relevancia no solamente en términos de proximidad sino a escala distrital. De hecho uno de los factores identificados como más importantes, referidos a este espacio público es, precisamente, la “buena” localización, a diferencia de lo que señalaron los usuarios del parque Suecia. Por último, en el caso del Parque Fidel Anze, la situación es particular en la medida en que si bien comienza a vislumbrarse una cierta importancia a escala urbana, relacionada con las funciones recreacionales y deportivas, esta es todavía muy tímida. Por otro lado, a nivel de las relaciones de proximidad, el parque no se constituye efectivamente como un referente de las prácticas cotidianas de los barrios del entorno. Esto puede tener que ver con el mismo tamaño del parque, y/o con el proceso de renovación y crecimiento en altura, con alto contenido de clase, al cual se encuentra sometido. Condiciones de diversidad Existe, ya lo hemos señalado, una relación estrecha entre la diversidad y aquello que denominamos lo urbano. El primero es componente esencial del segundo. Lo homogéneo, lo monofuncional se presenta, entonces, como antítesis de lo urbano y su realización. En este sentido, si consideramos que lo urbano se realiza esencialmente en el espacio público, resulta que una de las condiciones fundamentales de este último es precisamente su capacidad de generar y albergar lo diverso. En términos generales, en cuanto a la relación entre la diversidad de usos y funciones en el entorno inmediato y la diversidad e intensidad de actividades en el espacio público, se han verificado situaciones disímiles que permiten señalar que esta relación no es directamente proporcional. En todo caso, es evidente que una mayor diversidad en el entorno puede contribuir a generar situaciones más favorables en el espacio público1. Esto es lo que sucede precisamente en el parque Suecia, donde la diversidad del entorno es la que genera cierta dinámica en un espacio público (tiempos de espera, reuniones, etc.) que de otra manera estaría condenado a la monotonía, más si consideramos lo pobre de su oferta funcional y espacial. De manera inversa, en el caso de la plaza 14 de noviembre, la diversidad de actividades en el entorno va de moderada a baja, mientras la diversidad e intensidad de usos en el espacio público es la que da vida al conjunto. 1

214

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

“En las ciudades, la animación y la variedad atraen más animación y variedad; la monotonía y la sordidez repelen la vida. Este es un principio esencial y básico, no solo para entender el comportamiento social de las ciudades, sino también el económico” (Jacobs, 2011[1969]. p. 129)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


Por otro lado, en el parque Fidel Anze y la plaza del Granado el nivel de diversidad del entorno se corresponde, más o menos, con aquella que se manifiesta en el espacio público. En el caso del Fidel Anze, la escasa diversidad de actividades en el entorno (82% de los predios albergan la función residencial) se ve claramente reflejada en la moderada y poco diversa actividad que caracteriza al parque. En la plaza del Granado, las posibilidades de diversidad se ven claramente afectadas, dadas sus reducidas dimensiones, por la presencia de equipamientos cuya relación con el espacio público es casi nula, por lo menos la mayor parte del tiempo. Es el caso de la iglesia de Santa Teresa cuyos inmensos muros ciegos en nada contribuyen a la diversidad de usos y sí a la monótono, empobreciendo sin duda al espacio público. Una situación particular sucede en el caso del Prado y la plaza Colón. Por un lado, en términos generales, la diversidad de actividades en el entorno es bastante alta; sin embargo, la función residencial ha sido prácticamente expulsada, lo cual, sin duda, repercute negativamente en términos de diversidad al eliminar de su repertorio las distintas actividades que están relacionadas con los ritmos de la vida familiar cotidiana. En el caso de los niveles de seguridad, esto implica el predominio de miradas fugaces, los bajos niveles de empatía y el creciente sentimiento de inseguridad. Algo que ya ha sido estudiado y demostrado en múltiples ocasiones (ver Jacobs, 2011 [1961]; Borja & Muxi, 2003; Gehl, 2009) y sobre lo que volveremos más adelante. Por otro lado, lo singular radica en que en el caso de la plaza Colón lo que genera dinamismo es la actividad al interior de la plaza misma, dinámica que se irradia al entorno. La plaza es la protagonista de la situación urbana y como tal determina en gran medida la condición del lugar. Una situación contraria sucede en su continuación, el paseo del Prado, donde las principales dinámicas son generadas por lo que sucede en el entorno, que al final de cuentas es lo que pasa a caracterizar a este espacio público. Es decir, lugares de alimentación y contemplación, equipamientos, oficinas y servicios varios, etc. El espacio practicado Evidentemente cada espacio público en función a sus particularidades morfológicas, escalares, de articulación al tejido urbano y de su inserción en un contexto social y económico específico presenta situaciones disimiles respecto al tipo y las condiciones de realización de una mayor o menor diversidad de actividades. Son prioritariamente éstas, las actividades, las que determinan en términos de su realización no solamente la particularidad sino la calidad del espacio público: “La vida en los edificios y entre los edificios parece considerarse, en casi todas las circunstancias, más esencial y relevante que los propios espacios y ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

215


edificios...la gente y la actividad humana son lo que suscita más atención e interés” (Gehl, 2009. p. 37). En esta perspectiva, para la comprensión del tipo de actividades realizadas en los espacios públicos y sus articulaciones, recuperamos como referencia las categorías propuestas por Gehl : a) Actividades necesarias, que corresponden a aquellas que son más o menos obligatorias, están relacionadas prioritariamente con las tareas cotidianas y no se encuentran condicionadas por el entorno físico; b) Actividades opcionales, en las que se participa porque existe el deseo y la voluntad de hacerlo. Corresponde a las actividades de paseo, recreación, etc. y dependen en gran medida de las condiciones físicas del espacio público. c) Actividades sociales, son las que dependen de la interacción con otras personas y derivan de las actividades y las condiciones del entorno físico ligadas a las dos categorías anteriores. “...se producen de manera espontánea, como consecuencia directa de que la gente deambula y está en los mismos espacios” (Ídem. p. 20). En este marco, de acuerdo al tipo de actividades realizadas en los espacio públicos estudiados, tenemos que en cada uno de ellos se da una combinación particular de las categorías precitadas (gráfico 95). En cuanto al tipo de actividad predominante tenemos dos grupos: aquellos en los que prevalecen las actividades necesarias (plaza del Granado, Prado y plaza Colón y parque Suecia) y aquellos en los cuales las actividades opcionales son las más importantes (Plaza 14 de Noviembre y Parque Fidel Anze). -

+

Intensidad de la relación

Espacios públicos Pza. del Granado

Prado y Pza.Colón

Pza. 14 de Noviembre

Parque F. Anze

Av. parque Suecia

Actividades necesarias

Actividades opcionales

Actividades sociales

Gráfico 95. Relación entre los espacios públicos y el tipo de actividades realizadas

216

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


Dentro del primer grupo, la situación de la plaza del Granado es la que resalta dado el marcado predominio de las actividades necesarias. Evidentemente, lo que caracteriza a este espacio es el movimiento, los flujos en dirección Este-Oeste, desplazamientos necesarios en función a acceder a equipamientos y fuentes laborales existentes en el sector. Dos son los factores determinantes, la diversidad de usos en el entorno y la pobreza de la oferta espacial, en cuanto al diseño, las condiciones de sombra y el mobiliario. Se trata de un espacio que, por lo general, no invita a la permanencia, al descanso o la contemplación. Es precisamente por esto que la intensidad de las actividades opcionales y sociales es reducida y ocasional. Aun cuando en determinados horarios las personas utilizan los escasos bancos existentes, lo hacen generalmente como lugar de espera. Tal es el caso, por ejemplo, de los padres de familia de aguardan la salida de sus hijos del Kinder localizado en el lado oeste. Una situación similar sucede por las noches, cuando pequeños grupos de jóvenes utilizan la plaza como lugar temporal de espera y encuentro para dirigirse posteriormente a alguno de los cafés o bares del entorno. En términos generales, dos son las actividades predominantes en este espacio público, el desplazamiento a pie (caminar) y la espera. Algo parecido sucede con el conjunto del Prado y la plaza Colón y el parque Suecia en cuanto al predominio de las actividades necesarias, aunque existen claras diferencias en cuanto al peso de las actividades opcionales y sociales. En el primer caso se identifican dos situaciones. Al interior de la plaza Colón las actividades opcionales tienen más relevancia, de hecho, este espacio presenta condiciones espaciales que se traducen en una mayor utilización para fines de paseo y recreación. Por otro lado, en el paseo del Prado las actividades de carácter opcional se realizan preferentemente en los bordes y están relacionadas con la prestación de servicios gastronómicos. En cuanto a las actividades sociales, es evidente que la intensidad de usos y las mismas condiciones del espacio público favorecen su desarrollo. Sin embargo, al tratarse sobre todo de personas extrañas, que vienen de distintos lugares y con distintos fines, los intercambios son sobre todo de carácter eventual y efímero. En el parque Suecia las actividades opcionales son francamente reducidas y, como señalamos, esto tiene que ver en gran medida con las dificultades del diseño y las escasas condiciones que el espacio público presenta para el desarrollo de estas actividades. Mientras el sector Oeste está dedicado casi exclusivamente a la circulación, el sector Este, en el que se encuentra el parque infantil y el Biblioavión, corresponde a áreas cerradas en las que el acceso se encuentra restringido2. Dichos cerramientos determinan la subutilización de estos espacios y definen la consolidación de un efecto barrera, el límite divisorio impide la comunicación 2

En el caso del parque es necesario pagar del derecho de uso, que si bien no es elevado, evidentemente repercute en las posibilidades de uso. ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

217


Gráfico 96. Intensidad de las Actividades predominantes por espacio público Plaza del Granado

Caminar

Espera

Comprar

Refrigerio

Descanso

Actividades necesarias

Charla

Actividades opcionales

Encuentro

Actividades sociales

Prado y plaza Colón

Caminar

Espera

Comprar

Pasear

Refrigerio

Descanso

Actividades necesarias

Enamoramiento

Charla

Actividades opcionales

Encuentro

Actividades sociales

Plaza 14 de Noviembre

Caminar

Espera

Comprar

Pasear

Refrigerio

Juegos

Actividades necesarias

Deporte colectivo

Descanso

Enamoramiento

Charla

Actividades opcionales

Encuentro

Actividades sociales Parque Fidel Anze

Pasear

Caminar

Refrigerio

Juegos

Actividades necesarias

Deporte colectivo

Ejercicio

Descanso

Enamoramiento

Charla

Actividades opcionales

Encuentro

Actividades sociales Av. y Parque Suecia

Caminar

Espera

Comprar

Pasear

Actividades necesarias

218

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

Refrigerio

Juegos

Deporte colectivo

Actividades opcionales

Descanso

Charla

Encuentro

Actividades sociales


en dirección Norte/Sur. Respecto a las actividades sociales, resultantes del desarrollo de las necesarias y las opcionales, en este caso es necesario considerar las relaciones de proximidad y la importancia del parque para esta escala. En este sentido, al tratarse de gente de los barrios vecinos, muchas veces conocidos, la intensidad de los intercambios se incrementa, evidentemente. Y esto puede apreciarse con mayor claridad en los horarios nocturnos, cuando la gente retorna a sus hogares, mientras otras personas salen a pasear o a comer algo “al paso”. Si las condiciones del espacio fuesen las apropiadas este tipo de actividades se incrementarían sensiblemente. Por otro lado, en la plaza 14 de noviembre y el parque Fidel Anze las actividades opcionales son las predominantes. Sin embargo, más allá de eso las diferencias son marcadas entre ambos espacios. En el caso del Fidel Anze, las actividades predominantes están relacionadas casi estrictamente con el paseo y el deporte, mientras que las que tienen ver con los flujos y la realización de actividades necesarias son prácticamente inexistentes, lo que tienen que ver sin duda con la escasa diversidad de actividades en el entorno. Dada esta situación, las actividades de carácter social son también reducidas. Es decir, las posibilidades de establecer intercambio con personas extrañas son mínimas, puesto que si bien se desarrollan actividades colectivas estas implican grupos de personas con intereses comunes y generalmente conocidas entre sí. En la plaza 14 de Noviembre, sin duda, las actividades son más intensas, lo cual está relacionado con la importancia de las relaciones de proximidad y con la aceptable diversidad de funciones en su entorno. Esta situación determina que aunque las actividades opcionales sean las más importantes, las necesarias y sociales tengan también una particular relevancia. Lo público y lo privado, condiciones de interacción Los términos de la relación entre lo público y lo privado marcan, sin duda, las condiciones de las transformaciones urbanas que se vienen operando en nuestra ciudad. Ya hemos discutido (Cap. 02) las condiciones que a lo largo de la historia han marcado el desarrollo de esta relación. Sin embargo, es necesario puntualizar que ella es variable y depende de condiciones históricamente determinadas, lo que en el contexto actual implica una fuerte determinación derivada de los procesos de globalización y homogeneización consumista/cultural. Por otro lado, asistimos, y esto no es nuevo, a una “privatización” generalizada que ha supuesto la conversión en “ley natural” de algo que no es sino una forma o contrato social: la propiedad privada. Bajo este supuesto, las condiciones específicas y espaciales de articulación público/privado se manifiestan de distinta manera dependiendo de los espacios públicos analizados. ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

219


Gráfico 97. Condiciones de permeabilidad

[a]

BORDE IMPERMEABLE SEPARACIÓN VISUAL Y FUNCIONAL INTERACCIÓN NULA

[b]

BORDE PERMEABLE SEPARACIÓN FUNCIONAL / CONTACTO VISUAL INTERACCIÓN POSIBLE

[c]

BORDE SEMIPERMEABLE CONTACTO FUNCIONAL / CONTACTO VISUAL RESTRINGIDO INTERACCIÓN POSIBLE

La primera constatación esta relacionada con la verificación de las dinámicas que definen el progresivo predominio de “lo privado” sobre “lo público”. En términos espaciales esto implica la demarcación cada vez más acentuada de la diferenciación público/privado y, por lo tanto, con la reducción de los niveles de permeabilidad. Tal vez, el espacio público en el que se refleja con mayor claridad este proceso sea el Prado donde se puede identificar la mayor cantidad de situaciones resultantes de transformaciones en el tiempo (Gráfico 97). Tradicionalmente este espacio público se caracterizó por un importante nivel de permeabilidad definido por la existencia de bordes “suaves” o permeables [b][d], herencia de las formas de ocupación decimonónicas (casas quinta) y también de la tradición modernista y la implantación de las fajas jardín. Si bien todavía es posible verificar la permanencia de estas condiciones, lo cierto es que se trata de situaciones en proceso de desaparición. En este caso, lo que se manifiesta con mayor intensidad es la progresiva privatización de la vida pública que, en este caso, se caracteriza por una importante permeabilidad funcional, en función a la realización de las actividades comerciales y de servicios, y una restringida permeabilidad visual y perceptiva [c] [f]. Es así que, si bien las posibilidades funcionales permiten penetrar en el espacio privado, dicho acceso es condicionado y la “reglas” de comportamiento son las impuestas por el interés privado. La diversidad de tiendas y galerías comerciales son el ejemplo claro de las nuevas condiciones que caracterizan la relación público/privado en el Prado, lo que en muchos casos ha supuesto la eliminación de la faja jardín y la consecuente construcción en rasante. Un caso particular es el de la plaza del Granado, en la que las condiciones históricas de su configuración y desarrollo determinan el predominio de las situaciones [a] y [e]. Dada su condición de ser parte del “centro histórico”, todas las edificaciones han sido levantadas en rasante, lo cual por sí mismo no tendría porque implicar una estricta separación público/privado; sin embargo, la presencia de un inmenso muro ciego, correspondiente a la iglesia y convento de Santa Teresa, y de equipamientos

220

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


[d]

BORDE PERMEABLE CONTACTO FUNCIONAL / CONTACTO VISUAL INTERACCIÓN EFECTIVA

[e]

BORDE SEMIPERMEABLE SEPARACIÓN FUNCIONAL / CONTACTO VISUAL INTERACCIÓN POSIBLE

[f]

BORDE SEMIPERMEABLE CONTACTO FUNCIONAL / CONTACTO VISUAL INTERACCIÓN POSIBLE

de acceso restringido, cuya relación a nivel de planta baja con el espacio público es mínima, determinan una suerte de cerramiento. Algo similar sucede hacia el frente Sur, en el que la gran mayoría de las propiedades de uso residencial ha optado por el cerramiento. Solamente en una de ellas se puede apreciar la utilización de la planta baja para la prestación de servicios gastronómicos, haciendo uso del espacio público para el desarrollo de sus actividades. En este caso, aun cuando dicho uso supone la apropiación del espacio público sin duda contribuye a generar diversidad y a modificar la marcada separación entre lo público y lo privado. En la plaza 14 de noviembre y el parque Suecia las condiciones de la relación público/privado son similares, aún cuando es evidente que en el segundo caso se registra proporcionalmente una mayor cantidad de actividades comerciales que determinan la generación de una permeabilidad funcional condicionada a la realización del intercambio mercantil [c]. Por otro lado, en ambos espacios públicos la edificación se ha realizado “en rasante” y en el caso que el predio esté utilizado solamente con fines residenciales lo que prevalece es la situación [a]. Es decir, una total separación entre lo privado y lo público. Adicionalmente, en los dos casos existen equipamientos, como los educativos, cuya configuración espacial, relacionada tal vez con cuestiones de seguridad, determina la generación de muros ciegos que, sin duda, definen una marcada separación funcional y visual y determinan, como hemos señalado, la reducción de las condiciones de diversidad urbana. Una situación distinta se da en el parque Fidel Anze, en el que a partir de la presión inmobiliaria, por un lado, y la tendencia al cerramiento, por otro, se puede verificar un proceso acelerado de transformación de las condiciones que caracterizaron a este espacio público y su entorno. En primera instancia, en aquellas edificaciones que corresponden a viviendas unifamiliares si bien se mantienen las fajas jardín, de acuerdo a lo determinado por la normativa, se puede verificar la tendencia a la ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

221


generación de “muros ciegos”, manifestación tangible del “discurso del miedo”, que determinan la total separación visual y funcional [a]. Por otro lado, en cuanto a la tendencia de construcción de edificaciones en altura se manifiestan dos situaciones: la primera relacionada a la construcción de edificios residenciales de carácter monofuncional, en los cuales la relación del espacio público es menos permeable y se relaciona con las situaciones [a] y [b]; la segunda, con la implantación de actividades comerciales y/o de servicios en planta baja que determinan efectivamente mayores niveles de permeabilidad y se corresponden a la situación [d]. En términos generales, lo que se puede verificar es el progresivo predominio de “lo privado” sobre “lo público” en la medida que la separación se hace cada vez más marcada y los niveles de permeabilidad se reducen. El espacio y sus representaciones Las representaciones cumplen un rol fundamental en las condiciones de uso y apropiación del espacio, en la medida en que se articulan a las prácticas del espacio y las elevan al nivel de las imágenes, las cuales a su vez califican al espacio y funcionan como elementos centrales que condicionan la toma de decisiones. El espacio de vida se traduce en el espacio vivido, que a su vez condiciona al primero (Lefebvre, Di Meo). En este sentido, es evidente que a cada uno de los espacios públicos analizados le corresponde una serie de imágenes, que definen su particularidad y que, sin embargo, se encuentran compuestas por elementos que comparten con los otros. Si consideramos las valoraciones realizadas sobre una serie de conceptos predeterminados (Gráfico 98) tenemos que es posible identificar tres situaciones. En primer lugar, en los casos del parque Fidel Anze y del conjunto del Prado y la plaza Colón, se observa una valoración claramente positiva que se manifiesta en Gráfico 98. Valoraciones sobre los espacios públicos Buena ubicación

Buena ubicación

100 % 80 % 60 %

Permite actividades diversas

Limpieza

Permite actividades diversas

Limpieza

40 % 20 %

Buen Mantenimiento

Muy frecuentado

Buen Mantenimiento

Muy frecuentado

Valoraciones positivas Valoraciones negativas

Abundante Vegetación

Plaza del Granado

222

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

Tranquilo

Abundante Vegetación

Prado y plaza Colón

Tranquilo


seis de siete aspectos considerados. En este sentido, más allá de las diferencias en cuanto a sus roles urbanos y las condiciones de utilización, es importante resaltar que se trata de dos espacios públicos en los cuales las actividades de mantenimiento por parte de las autoridades locales (en este caso la Empresa Municipal de Áreas Verdes y Recreación Alternativa) es intensa, lo que sin duda los diferencia de los otros espacios públicos estudiados. La segunda situación corresponde a los espacios públicos, Plaza del Granado y la Av. y Parque Suecia, en los cuales la valoración es negativa en varios de los aspectos considerados. En el segundo caso la connotación negativa es mas clara y se refiere a cuatro aspectos relacionados con las condiciones espaciales/ambientales, por lo tanto a las pobres condiciones que ofrece el espacio público en sí. Si observamos con detenimiento son aquellos aspectos que tienen que ver con la dinámicas asociadas entorno inmediato o con la localización urbana, las que tienen una valoración positiva. Es decir, asociadas prioritariamente a aquellas actividades consideradas como necesarias. En el caso de la plaza del Granado solamente uno de los aspectos tienen una valoración claramente negativa, aunque la valoración de los restantes no es decididamente positiva. Parece claro que la ausencia de mobiliario y de condiciones que favorezcan la permanencia son factores que repercuten no solamente en los usos sino en la representación de este espacio como poco atractivo a no ser por su condición de conector. En el caso de la plaza 14 de Noviembre la situación es más equilibrada, aunque predomina una valoración positiva en función a aspectos como la buena localización, la abundante vegetación y la alta frecuentación. Por otro lado, considerando las valoraciones realizadas en función a preguntas abiertas, se tiene que en general, en todos los espacios públicos, lo que se identifica prioritariamente, como aspecto negativo o positivo, son las condiciones espaciales y funcionales que ofrece el espacio público. Evidentemente,

Buena ubicación

Permite actividades diversas

Limpieza

Buen Mantenimiento

Muy frecuentado

Abundante Vegetación

Plaza 14 de Noviembre

Buena ubicación

Buena ubicación

Tranquilo

Permite actividades diversas

Limpieza

Buen Mantenimiento

Muy frecuentado

Abundante Vegetación

Parque Fidel Anze

Tranquilo

Permite actividades diversas

Limpieza

Buen Mantenimiento

Muy frecuentado

Abundante Vegetación

Tranquilo

Av. y Parque Suecia

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

223


Gráfico 99. Representaciones del espacio público Plaza del Granado Valoración positiva Conexión entre calles

Centrico ALta concurrencia Limpieza Lugar de reunión

La iglesia

Espacios abiertos

Presencia de bares/servicios

Sociabilidad

Condiciones espaciales/funcionales

Localización

Actividades artísticas

Falta mantenimiento

Bares Borrachos

Arquitectura

Actividades comerciales

Tranquilidad

Antisociales

Ausencia y mal estado del mobiliario

Basura/poca limipeza Delincuencia

Ausencia vegetación Faltan tiendas

Falta seguridad

Poca iluminación Muchas palomas

Valoración negativa

Zona de contradicción

Prado y plaza Colón Valoración positiva Areas de descanso

Jardines Bien cuidado

Lugar de encuentro

Lugar entretenido

Amplitud

Actividades diversas Alta concurrencia

Diseño

Buena ubicación Céntrico

Sociabilidad

Fuentes

Falta limpieza Faltan Policías

Tráfico y parqueo vehicular

No se puede caminar

Antisociales

Destrosos/escándalos

Faltan juegos/atractivos

Mucho comercio

Falta mantenimiento

Inseguridad/tráfico

Lenocinios

Condiciones espaciales/funcionales

Ornamentación

Oferta comercial y servicios

Act. de fin de semana

Ruido

Belleza

Vegetación/sombra

Limpieza

Presencia de bares /discotecas

Falta sombra

resulta imposible trazar una línea divisoria entre las condiciones espaciales y los aspectos relacionados con la sociabilidad, las relaciones son muy estrechas y los condicionamientos van en los dos sentidos. Por un lado, es evidente que la mejora de las condiciones espaciales/ambientales repercute en las condiciones de sociabilidad; por el otro, una intensa sociabilidad puede derivar en la mejora de las condiciones espaciales, acción colectiva mediante. Si observamos los aspectos considerados en los distintos espacios públicos (Gráfico 99) se puede apreciar la relevancia otorgada a la presencia de vegetación ya sea a partir de una valoración claramente positiva, como en el caso del Prado y el parque Fidel Anze, o de la identificación de la ausencia de vegetación como un aspecto negativo relevante, lo que se evidencia en los casos de la plaza del Granado y el parque Suecia. En términos generales, la vegetación ocupa un lugar central en las representaciones respecto a lo que debería ser un espacio público. Esta importancia esta relacionada prioritariamente a la mejora de las condiciones ambientales, y por tanto a la generación de sombra. Situación que tiene ver sin duda con la particularidad de las condiciones climáticas de Cochabamba y los altos niveles de soleamiento.

Falta mobiliario

Valoración negativa

Zona de contradicción

Plaza 14 de noviembre Valoración positiva Céntrico Mobiliario

Diversidad de áreas

Actividades diversas

Bien usado por los jóvenes

Kiosco

Vegetación/sombra

Limpieza

Parque infantil

Tranquilidad

Amplitud espacial Lugar de reunión

Alta concurrencia

Sociabilidad

Mantenimiento

Proximidad laboral

Poca sombra

Basura/poca limpieza Falta decoración

Peligro en las noches Accidentes de tráfico

Poca vegetación

Poca iluminación Cercanía de la avenida

Presencia Borrachos

Falta césped

Falta mantenimiento Alta concurrencia

Ausencia y mal estado de bancas

Las personas

Condiciones espaciales/funcionales

Cancha Deportiva

Iluminación

No hay conexiones de transporte

Falta mobiliario Parque incompleto

Valoración negativa

224

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

Zona de contradicción

Si bien, como señalamos, en términos cuantitativos las valoraciones apuntan por lo general a cuestiones referidas a las condiciones ambientales, en el caso de la plaza del Granado resalta el hecho que la valoración positiva con más peso tenga que ver con un aspecto relacionado con las condiciones sociabilidad -la tranquilidad- y que dicho aspecto coexista con otro -alta concurrencia- aparentemente contradictorio. Evidentemente esto es solo aparente puesto que es sabido que una alta concurrencia, sin caer en situaciones tumultuosas, implica un incremento en el sentimiento de seguridad. En todo caso, el concepto de tranquilidad tiene una doble connotación, la primera relacionada a la seguridad y la segunda a la ausencia de sobresaltos, a la contemplación.


Parque Fidel Anze Valoración positiva Areas deportivas Actividades diversas

Localización Vegetación/sombra Tranquilidad

Presencia de bares/servicios

Sociabilidad

Buena coexistencia

Mobiliario/iluminación Recorridos

Limpieza

Ruido

Poca iluminación

Presencia enamorados

Parque infantil

Cercanía

Falta de estacionamiento

La gente que viene Ausencia de gente Falta de seguridad

Basura/poca limpieza

Falta de mantenimiento

Borrachos Falta de señalización

Muy Grande Automóviles

Perros abandonados

Diseño deficiente

Zona de contradicción

Valoración negativa

Parque Suecia Valoración positiva Presencia Iglesia

Areas verdes Fácil acceso

Recorridos

Act. festivas

Actividades diversas

Vegetación y sombra

Punto verde Areas recreación infantil Pisos/calzada

Buena ubicación

Biblioavión

Amplitud

Sociabilidad

Lugar de encuentro

Iluminación

Buen Oferta comercial y mantenimiento servicios Calidad ambiental

Ebrios

Desorden

Falta/deficiencia de mobiliario

Diseño deficiente Falta vegetación y sombra

Inseguridad Antisociales

Diversidad de espacios

Equipamiento deportivo

Lugar abierto

Condiciones espaciales/funcionales

Por último, resulta interesante verificar que, con mayor o menor incidencia, en cada uno de los casos coexisten aspectos contradictorios. Situación que da cuenta, evidentemente, de la existencia de distintos “puntos de vista”. Sin embargo, más allá de esto, que hace a toda representación y que da cuenta de la distancia entre las prácticas y la representación en sí misma, lo relevante es que esto revela la condición misma del espacio público, el cual encierra una contradicción de la cual no puede escapar, puesto que su emancipación supondría su muerte. Por supuesto, la contradicción es hija de la diversidad y en la medida en que se imponen tendencias como la monofuncionalidad o la fragmentación, el espacio público se enfrenta a una encrucijada.

Fuente de agua

Amplitud espacial

Condiciones espaciales/funcionales

En el caso del parque Fidel Anze, aun cuando la tranquilidad es identificada como un aspecto positivo, lo que se relaciona sobre todo con la segunda acepción, el contrapeso se encuentra en la identificación de la “ausencia de gente” como un aspecto negativo. En este sentido, es necesario recordar que una buena dosis de diversidad y concurrencia, lo que no sucede precisamente el parque Fidel Anze, permite mejorar la calidad del espacio público en cuanto los espacios en los cuales suceden cosas son más atractivos que aquellos en los que “nada pasa”. Evidentemente este espacio público se caracteriza por un entorno securizador (seguridad privada, alto contenido de clase, etc.) que restringe las posibilidades de generación de diversidad, en su sentido lato.

Falta mantenimiento Obras inconclusas

Pandilleros Mala utilización

Falta limpieza Malos olores

Valoración negativa

Zona de contradicción

La seguridad en cuestión Mucho se habla hoy de la inseguridad urbana y los peligros que nos acechan “a la vuelta de la esquina”. El discurso del miedo ha permeado nuestra sociedad y los medios de comunicación no se cansan de hacer apología de la violencia, dando cuenta de una morbosidad perversa, y demostrando a cada instante su condescendencia hipócrita. En este contexto, el espacio público pasa a estar siempre “bajo sospecha”, lo que se traduce en muchos casos en su abandono, en el repliegue hacia espacios privados y/o privatizados. Fenómenos que, sin duda, afectan a los espacios públicos aquí estudiados, aunque la situación varía sensiblemente entre ellos. ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

225


Gráfico 100. Percepción de seguridad por espacio público Plaza del Granado

%

80

%

60

Parque Suecia

Prado y plaza Colón

%

40

%

20

Parque Fidel Anze

Plaza 14 de Noviembre

Inseguro

Seguro

Gráfico 101. Factores asociados a la seguridad Es abierto No se ve delincuencia

No hay pobres

25% 20%

Seguridad privada /cámaras

15%

Tranquilo

10% 5% Conocimiento entre vecinos

Alta concurrencia

Iluminación

Control policial

Control Vecinos No hay pandilleros

Buena zona/ zona de ricos

Gráfico 102. Factores asociados a la inseguridad Espacio vacío Presencia de antisociales Borrachos/Alcoholismo

Lenocinios

35% 30%

Silencioso por las noches

25% 20%

Asaltos

15%

Indigentes

10% 5%

Accidentes

Perros

Peligros

Existencia de Bares Personas ajenas No hay policías

226

En cuanto a las percepciones generales tenemos que tres de los casos son catalogados como seguros, el Prado, la plaza 14 de noviembre y el parque Fidel Anze; mientras que la plaza del Granado y el parque Suecia se identifican como lugares inseguros. Sin duda, son varios los factores que se articulan en las representaciones construidas sobre las condiciones de seguridad, sin embargo, es evidente que las condiciones espaciales y la diversidad de actividades en el espacio público tienen una incidencia determinante, lo que se aprecia claramente en aquellos identificados como inseguros y que, como hemos visto, se caracterizan por las deficientes condiciones espaciales/ambientales y la también baja diversidad de actividades.

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

Destrozos

Cancha abierta por las noches

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

En términos generales, los principales factores asociados a la seguridad en los espacios públicos están relacionados con el hecho que no se observan hechos delincuenciales, con la presencia de seguridad privada y cámaras de seguridad y con una alta concurrencia (Gráfico 101). Resulta relevante que la importancia dada a los mecanismos parapoliciales de control y a la incorporación de la tecnología como mecanismo de disuasión, define que aparentemente estamos dispuestos a ser constantemente observados si eso implica reducir las posibilidades de sufrir algún acto violento. Esto da cuenta ya del proceso de securización del espacio público, que se presenta generalmente como inofesivo y tranquilizador y que sin embargo supone la implementación de una nueva lógica que supone eliminar todo lo que desde la lógica del poder, o de los pequeños poderes en acción, resulta indeseable (vagabundos, pobres, extraños). Precisamente en este sentido, se ponen en evidencia las condiciones de clase, como cuando la gente señala que un lugar es seguro porque se trata de una “zona de ricos” o por que “no hay pobres”, factores que tienen mayor peso en el caso del parque Fidel Anze y que sin duda implican o dan cuenta de procesos de fragmentación y segregación. Por otro lado, es relevante también que todavía el control vecinal, lo que implica una acción colectiva, sea identificado como un factor que permite incrementar los niveles de seguridad. Esta situación se hace efectiva en los espacios públicos cuyas dinámicas están ligadas, en buena parte, a la


proximidad, excepto en el parque Fidel Anze, en el cual las capacidades de acción colectiva vecinal son mínimas a partir de las condiciones de autosuficiencia de la población allí residente (Keller, 1975). En el caso de la inseguridad, los tres principales factores identificados son la presencia de antisociales, de personas en estado de ebriedad y el registro de hechos delictivos. Por el resto, si bien se identifican varios aspectos, su incidencia es muy reducida. Por otro lado, lo que ha quedado en evidencia es que son los jóvenes y mujeres quienes perciben mayor inseguridad en los espacios públicos. En el caso de los jóvenes esto está relacionado con el hecho que la utilización del espacio público se alarga, más que en los casos de otros rangos de edad, hasta altas horas de la noche, lo que determina que los riesgos se incrementen. La ciudad y sus espacios públicos De manera complementaria, en cuanto a la identificación de los espacios públicos “más importantes” de Cochabamba, a partir de la interrogación realizada en cada uno de los lugares de estudio, se observa la predominancia de los espacios públicos “tradicionales” asociados a la centralidad que, en gran medida, todavía caracteriza a Cochabamba (Gráfico 103 y 104).Es así que, en orden de relevancia, los espacios públicos más importantes son la plaza 14 de Septiembre, el Prado y la plaza Colón, los cuales perviven como centrales en la estructuración imaginaria de la ciudad. En un segundo nivel, aparecen lo “grandes” parque urbanos de configuración lineal correspondientes a lo establecido en el Plano Regulador. Estos se localizan hacia el oeste de la ciudad y son, primordialmente, el parque Lincoln, Demetrio Canelas y Ex combatientes. Se trata de parques de carácter abierto en los cuales se verifica una mayor polifuncionalidad. Por otro lado, en un tercer rango se encuentran los espacios cerrados y tematizados, estamos hablando del parque vial, el parque de la familia y el Mariscal Santa Cruz. Estos se caracterizan por las restricciones de acceso, el cual es posible solamente a partir del pago de una tasa, por el cerramiento físico del espacio público y por la monofuncionalidad.

Gráfico 103. Relevancia de los espacios públicos en la ciudad Parque Lincoln

Pza Cala Cala Parque Fidel Anze

Parque Botánico

Parque Demetrio Canelas

Parque Ex Combatientes

Parque Vial Pza Quintanilla El Prado Parque de la Familia

Pza Bolivar Corazonistas

En general, es evidente que al tratarse de espacios públicos de escala urbana y metropolitana las frecuencias de visita a ellas sean de carácter ocasional, en un 55% de los casos, y excepcional, en el 21%. En cuanto a las actividades para las cuales se frecuenta estos espacios, la principal es la de paseo (57% de los casos), es decir una actividad que implica un desplazamiento importante y que ha sido planificada con anterioridad.

Cristo de la Concordia

Pza Colón

Parque Mariscal Santa Cruz

Parque Teleférico

Pza Sucre Pza. 14 de Septiembre

San Sebastián Pza. San Antonio

Laguna Alalay

La Coronilla

6 de Agosto Parque Kanata

Tamborada

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

227


Gráfico 103. Espacios públicos urbanos relevantes de acuerdo a los usuarios en cada espacio público estudiado Parque Fidel Anze

El Prado Plaza del Granado

Plaza 14 de Noviembre Parque Suecia

Si observamos la situación global, resalta que casi la totalidad de los espacios públicos identificados por la gente se localizan en distritos del centro y centro Norte. Es decir los distritos 10, 11 y 12. Esto esta relacionado con las dinámicas de centralidad y con el hecho que en los otros distritos, sobre todo los del sur no existan espacios públicos de escala urbana y las actividades gestión y mantenimiento por parte del gobierno local privilegien intervenciones de este tipo en distritos del Centro y Norte de la ciudad.

228

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


Problemas actuales y campos posibles

C



06 Lo público en recomposición

Elementos de síntesis

Muchas y rápidas son las transformaciones a las cuales se encuentran sometidas nuestras ciudades y espacios públicos. Sin duda los roles del espacio público están cambiando de forma acelerada y lo hacen de tal manera que aun la condición pública del espacio se encuentra en entredicho. El análisis realizado ha permitido identificar y poner en evidencia una serie de fenómenos que afectan directamente dicha condición y que si bien en muchos casos se corresponden con aquellos de carácter global presentan particularidades relacionadas con las formas locales de tratar la problemática urbana. En este sentido, aun cuando la investigación se ha focalizado en los espacios públicos “planificados” o resultantes de un esfuerzo de ordenamiento por parte de los poderes públicos, es posible llegar a una serie de conclusiones que dan cuenta no solamente de esta lógica de intervención sino de la visión general que se tiene del espacio público en Cochabamba. Conclusiones que, sin duda, deberán ser revisitadas a partir de estudios ulteriores sobre las condiciones del espacio público en los nuevos asentamientos, resultantes del patrón expansivo horizontal y la especulación del suelo, y de la calle como objeto urbano estructurante. En términos generales, es evidente que de manera concomitante a los procesos de segmentación socio espacial y de fragmentación de la vida urbana, las condiciones de uso y de producción colectiva de los espacios públicos cochabambinos se han transformado. Sin embargo, aun cuando es posible identificar una tendencia lo cierto es que existen diferencias marcadas en función a la especificidad de las dinámicas sociales y espaciales que caracterizan a los distintos espacios públicos. Mientras en algunos casos se observa una manifiesta negación del espacio público, ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

231


en otros éste continúa jugando un papel fundamental en la organización cotidiana de la vida urbana. Situación diversa que se enfrenta a la lógica homogeneizante de tratar al espacio público propia de la tecnocracia técnico/política de la administración pública.

Tendencia privatizadora Uno de los fenómenos más marcados es, sin duda, la tendencia a la privatización del espacio público, la cual se manifiesta no solamente a partir del proceso de privatización de la vida pública relacionado con la generación de “urbanizaciones cerradas” o con la proliferación de Shoppings y Malls, sino a partir de la asignación de roles específicos al espacio público asociados a funciones casi estrictamente mercantiles. Es así que, como vimos en los sectores de El Prado y la plaza del Granado, la aparente diversidad de usos esconde la tendencia a la monofuncionalidad, a la homogeneización de las funciones urbanas determinada por la expulsión progresiva de las funciones residenciales. Situación que se encuentra relacionada no solamente con el comportamiento del mercado del suelo, caracterizado por el predominio de las rentas absolutas y monopólicas (Harvey, 1977), sino con la aplicación de una normativa urbana que se “mueve” de acuerdo a los ritmos de los intereses privados y privatizadores. Respecto a las condiciones de homogenidad impuestas por una supuesta diversidad es importante recordar que “Un uso primario cualquiera es, por sí mismo, relativamente ineficaz en tanto creador de diversidad urbana. Si se le combina con otro uso primario que impulse a la gente a entrar y salir de un sitio, ir o venir por la calle a un mismo tiempo, nada habremos conseguido” ( Jacobs, 2011 [1961]). Esta dinámica, como se ha analizado, repercute directamente en el espacio público, transformando radicalmente las condiciones de uso, para convertirlo progresivamente en un espacio dedicado exclusivamente al consumo mercantil. En este contexto, la condición homogénea del entorno repercute directamente en el espacio público que se resiente y retrae hacia el rol de canalizador de flujos de potenciales consumidores, situación que se manifiesta con claridad tanto en el “centro histórico” como en El Prado y se reproduce en otros sectores urbanos, como es el caso de la Avenida América, cuya situación fue observada en el análisis del sector correspondiente al Parque Fidel Anze. Este tendencia al uso mercantil del espacio determina la generación de espacios indiferenciados, lo que supone una abstracción hacia una construcción genérica del espacio; es decir, el mismo modelo, los mismos criterios estéticos, las mismas condiciones de relación público/ privado se reproducen en estos lugares, dando lugar a una monotonía “recursiva” y “serial” (Boyer, 1988 en Harvey, 1998). En este marco, la relación público/privado se caracteriza por permitir una cierta permeabilidad funcional en función a intereses específicamente comerciales, pero supone la imposición de una serie de “reglas” de comportamiento y de mecanismos de control. Por otro lado, esta lógica implica, como en el caso de El Prado, aunque no exclusivamente, el incremento de los coeficientes de ocupación del suelo y la progresiva eliminación de las fajas jardín.

232

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


Una otra lógica de privatización está relacionada con el cerramiento del espacio público, es decir con la implementación de barreras que restringen el acceso el cual en muchos casos solamente es posible mediante el pago de una tasa. Esta es la situación de diversos parques urbanos de Cochabamba. Sin embargo, no se trata solamente de un problema de cerramiento, lo cual por si solo es una afrenta, sino de la tematización de los espacios públicos. Así tenemos a nivel urbano los casos de el parque de la Familia y el parque Vial, por ejemplo, y dentro de nuestros casos de estudio el del parque Suecia, cuya condición de cerramiento implica la subutilización de una gran superficie y la sensible reducción de las posibilidades de conectividad peatonal. Cerramiento y tematización implican, otra vez, la homogeneización y monofuncionalidad del espacio público. Otra cuestión importante a considerar es el repliegue y abandono del centro y el sector de El Prado por parte de las élites cochabambinas, no ya en términos de lugar de residencia, puesto que como vimos esto data ya de décadas atrás, sino de consumo y recreación. Situación extensamente analizada por Rodríguez et Al (2009) respecto a las dinámicas de uso del espacio público por parte de la juventud de sectores de clase media y alta.

La separación como norma Los procesos de fragmentación urbana y de segmentación social son claramente reconocibles y determinan la imposibilidad de vivir la ciudad como una totalidad coherente. La experiencia de la ciudad se limita a la práctica efímera de una serie de lugares escasamente articulados. En términos generales, el espacio de la contigüidad da paso a un espacio reticular, caracterizado por relaciones de carácter topológico. Evidentemente, se trata de una tendencia que no se manifiesta de manera homogénea, aunque su lógica sea totalizadora, puesto que como señalan Rodríguez et Al (Op. Cit.), mientras los sectores populares parecen condenados a vivir “el espacio” las fracciones medias y altas viven cada vez más “el tiempo”. La “aniquilación del espacio” (Harvey, 1998) determina una experiencia fragmentaria de la ciudad y la constitución de espacios cada vez más indiferenciados, genéricos (Koolhaas, 2004). En esta lógica, el espacio público parece perder su condición de lugar de encuentro e intercambio social, su consumo se diferencia social y económicamente, la relación con “el otro” es cada vez más difícil y, en esta medida, los procesos de construcción de urbanidad se encuentran cada vez más comprometidos, lo que lleva a la generación de situaciones de intolerancia. La tendencia marca que los sectores sociales de más altos ingresos no solamente tienden a la autosegregación sino que casi no hacen utilización de los espacios públicos urbanos. En todo caso, para este sector social, la intensidad de uso que hacen del espacio público es inversamente proporcional al grado de diversidad social. Las actividades de ocio y recreación, por ejemplo, se realizan preferentemente en ámbitos privados/exclusivos y en muchos casos fuera del área urbana, en función a satisfacer las necesidades de consumo de “lo natural” (Anaya, 2013). Las dinámicas de segregación urbana parecen adquirir nuevas características, ya no estamos hablando estrictamente de la separación por sectores urbanos, sino ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

233


de una clara tendencia de las fracciones de clase alta y media hacia la reclusión en el espacio privado, es decir la negación de la ciudad. Tendencia que ha sido claramente puesta en evidencia a partir de la indagación respecto a los lugares de residencia de las personas que efectivamente hacen utilización de los espacios públicos cochabambinos. Sin pretender caer en generalizaciones, resulta interpelante que el mayor porcentaje de personas que hacen utilización de los espacios públicos corresponda a residentes de sectores “populares”, localizados la mayoría de ellos al sur del municipio.

“Bajo sospecha” Los procesos de privatización y segregación se encuentran relacionados con el de securización del espacio público, el cual se funda en el discurso del miedo y la imposibilidad de gestionar la presencia de “el otro”. Esta tendencia se manifiesta tanto en localizaciones centrales, espacio de consumo, como en sectores residenciales y no solamente en función a lógica del cerramiento. De acuerdo con lo que hemos podido constatar, en los espacios públicos analizados, esencialmente en El Prado y el parque Fidel Anze, se manifiesta un proceso de homogeneización caracterizado por el rechazo a la presencia de los otros, considerados amenazadores o molestos (Dessouroux, 2003). En esta línea es posible identificar la lógica de criminalización de la pobreza, la cual se manifiesta con mayor claridad en el caso del parque Fidel Anze cuyas condiciones de seguridad se encuentran asociadas, en palabras de nuestros informantes, con el hecho de que se trate de “una zona de ricos” o porque “no hay pobres”. En este sentido, Garnier nos recuerda que “En la medida en que la lucha contra la pobreza ha dado lugar a la lucha contra los pobres, estos constituirán el primer objetivo de la normalización del espacio urbano” (2008). Se trata de un proceso de segregación que articula la condición de clase de quienes residen en el entorno inmediato, la gestión privilegiada que el gobierno municipal realiza en este tipo de espacios, mantenimiento continuo, y la implantación progresiva de una serie de actividades comerciales y de servicios de “alta gama”. Sobre esto último, Dessouroux habla de una “pacification by capuccino” a partir de “generar flujos y actividades que expulsen a las personas indeseables”. El otro mecanismo puesto en marcha es la implementación de sistemas cada vez más tecnificados de control por video, a partir de la instalación de cámaras de vigilancia. Este tipo de acciones define, más allá de su aparente inocuidad, la modificación de los comportamientos y la pérdida de espontaneidad (Op. Cit.). Es decir, que los comportamientos se formatean en función a aquello que es considerado como “correcto”. Si consideramos, como lo plantea Delgado (1999), que una de las características principales del espacio público es la alteridad, resulta que tanto estos sistemas de vigilancia como la presencia ya generalizada de guardias privados (parapoliciales) determina amputarlo de una de sus funciones esenciales. Desde otra lógica, en lugares como la plaza 14 de noviembre y en alguna medida el parque Suecia, persisten todavía practicas relacionadas con el control vecinal, el cual es identificado efectivamente como un mecanismo que permite incrementar los niveles de seguridad. Evidentemente se trata de acciones que se encuentran

234

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


en franco retroceso frente a los previamente considerados. Tal vez en esto tenga que ver el hecho mismo de la desaparición de la figura del barrio y la distensión acelerada de las relaciones de vecindad. Adicionalmente resulta relevante que en todos los casos analizados la gente haya identificado que una mayor afluencia de personas incrementa efectivamente el sentimiento de seguridad. Situación que como vimos, se ve comprometida cuando al actividades son homogéneas y se realizan en los mismos horarios. Más allá de las situaciones diversas y del hecho que las transformaciones en el espacio público tengan ritmos diferenciados, lo cierto es que en función al ampliamente publicitado discurso del miedo, el espacio público en Cochabamba se encuentra “bajo sospecha”.

Espacio público y especulación Sin duda, y a pesar que hoy por hoy su importancia se haya “devaluado”, el espacio público juega un rol esencial en la conformación de la renta del suelo y por lo tanto del comportamiento del mercado inmobiliario. Evidentemente la situación varía dependiendo del contexto específico. Si por un lado, el patrón de expansión urbana horizontal ha supuesto la “residualidad” del espacio público a partir de una lógica especulativa y de aprovechamiento mayor del suelo, lo que observamos en el capítulo 2, una otra dinámica se manifiesta en sectores urbanos consolidados donde el espacio público pasa a incorporarse a la oferta inmobiliaria. Sobre esto último, es evidente la articulación entre el poder público y los intereses privados ligados al mercado inmobiliario, quienes se apropian de las plusvalías generadas por la inversión pública. No se trata de un juego inocente sino de un “negocio redondo” que determina que la riqueza pública sea aprovechada por determinados sectores de la burguesía Cochabambina, esencialmente la relacionada con el sector de la construcción. Aquí la intervención de la administración pública se traduce en la negociación y la flexibilización normativa y en el direccionamiento de la inversión en cuanto a mejoras viales, servicios básicos y mantenimiento continuo del espacio público hacia sectores harto apetecidos por la inversión inmobiliaria. Este es el caso del parque Fidel Anze, donde actualmente se observa un acelerado proceso de construcción de edificaciones en altura, en el cual el espacio público es publicitado como un valor agregado. En este sentido, hay dos cuestiones a considerar: la importante inversión municipal en el parque traducida en un mantenimiento constante a través de la Empresa Municipal de Áreas Verdes y Recreación Alternativa (EMAVRA); y la transferencia de responsabilidades del sector privado al público relacionada con la sobrecarga de la infraestructura básica y con los porcentajes de ocupación del suelo. Se trata de una ecuación en la cual “lo público”, en lo que refiere al espacio como también a la institución pública, es quien asume todas las cargas. En esta dinámica el espacio público y sus particularidades (abundante vegetación, alto mantenimiento, etc.) son vendidos como parte de un producto inmobiliario al alcance de pocos. No se trata, sin duda, de un hecho anodino, este modelo se reproduce en los principales parques urbanos de Cochabamba, aquellos que ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

235


fueron proyectados por Urquidi y que hoy se encuentran sometidos a un proceso de “elitización”. En todo caso, queda claro que el factor “estatus” se encuentra involucrado y convoca a una fracción social en proceso de ascenso, ávida de reconocimiento.

Introversión urbana Las dinámicas de privatización de la vida pública se traducen, por lo general, en el “endurecimiento” de los bordes; es decir, en la transformación de las condiciones materiales que definen la relación entre lo público y lo privado. Dessouroux (Op. Cit.) nos habla de una radicalización de los límites, lo que supone la demarcación “tajante” entre ambas condiciones y, por lo tanto, la imposibilidad de comunicación o por lo menos su condicionamiento. De acuerdo con lo que hemos podido ver, las condiciones de permeabilidad en el contexto de los espacios públicos analizados son todavía diversas, sin embargo, es posible identificar una tendencia a la separación y al predominio de lo privado por sobre lo público. Tendencia que supone la implementación de varios mecanismos de separación, desde el límite radicalmente establecido, como en el caso de la generación de “muros ciegos”, hasta la estrategia mercantil de definición de límites a partir de la implementación de mecanismos de control de acceso (cámaras de seguridad, seguridad privada). En este caso, si bien se permite el acceso (permeabilidad funcional) las condiciones de uso se encuentran reguladas, aun cuando sea de manera implícita. No solamente se homogeneizan los comportamientos en formatos orientados al consumo, sino que la vida pública se repliega hacia lo privado, lo que supone el “vaciamiento” del espacio público que no es otra cosa que la reducción de sus usos a los estrictamente necesarios, y dentro de ellos particularmente a los de circulación. Este repliegue hacia lo privado y la constitución de límites cada vez menos permeables implica adicionalmente la reducción de la diversidad urbana, su empobrecimiento, y paradójicamente el incremento de las condiciones de inseguridad. En este sentido, resulta pertinente recordar la importancia de “los ojos en la calle” y de la diversidad de funciones (Jacobs, 2011 [1961]), como mecanismo básico de control social. Es en función a estas dinámicas que podemos hablar de una suerte de “introversión urbana”. En realidad, el concepto mismo de lo urbano va perdiendo sentido puesto que la complejidad, que es su esencia, se va perdiendo en pro de un ordenamiento fundado en la mercantilización y el miedo. A esto se articula la tendencia privatizadora, de la cual ya hablamos, y que da cuenta de un proceso de largo aliento de imposición de lo privado (Habermas, 1981) y de la estrategia del capitalismo de “naturalizar” sus instituciones, entre ellas la propiedad privada.

Escalas en juego En cuanto al tratamiento de las escalas, el análisis realizado ha permitido poner en evidencia la prioridad otorgada por la planificación y los poderes públicos a la constitución de espacios públicos de escala urbana. Prioridad que se encuentra

236

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


ligada indefectiblemente a los planteamientos de mediados del siglo XX, plasmados en el Plano Regulador y los posteriores planes sectoriales. De alguna manera podríamos decir que esta escala y forma de intervención constituyen una “inercia dinámica” (Santos, 2000) en la medida que su permanencia no sólo condiciona las prácticas, vimos su posición central a nivel de prácticas y representaciones, sino también hasta hoy la planificación y gestión del espacio público. Evidentemente la focalización en una de las escalas supone la ignorancia de las otras y la consiguiente simplificación del rol del espacio público. Podríamos declarar el éxito de los parques y paseos lineales de escala urbana, obnubilados por su importancia en el imaginario de los Cochabambinos, sin embargo el enfoque es tramposo. En primera instancia es evidente que si la interpelación apunta a los espacios públicos importantes a nivel de la ciudad será la escala urbana la que se ponga en evidencia; por otro lado, resulta que son estos espacios públicos sobre los cuales la gestión pública presta mayor atención y destina mayores recursos, amén que casi la totalidad de ellos se encuentren en la zona central o en la Norte. Esta situación es tan marcada que al Sur del municipio, a pesar de contar con una mayor superficie, los entrevistados no identificaron ningún espacio público de relevancia. Por supuesto que la dicotomía Norte/Sur es insuficiente para explicar, hoy por hoy, las dinámicas de fragmentación y segregación urbana, sin embargo continua siendo un indicador importante en el caso de nuestra ciudad. En términos generales se puede señalar que la generación de espacios públicos de escala de proximidad, barrial si se quiere, no ha sido una preocupación recurrente de la planificación, todo lo contrario. Resulta que la generación de estos espacios ha sido dejada bajo la “responsabilidad” de los agentes fraccionadores o “loteadores” del suelo, lo que en un contexto marcado por la lógica mercantil supone un desprecio por el espacio público que deriva en la atomización y la residualidad. En efecto, no existen en el marco normativo actual, lineamientos que guíen las intervenciones urbanas, a no ser los requisitos en cuanto a porcentajes de superficies destinadas a equipamientos y áreas verdes, lo que claramente es insuficiente, no solamente porque muy pocos fraccionadores cumplen efectivamente con ellos sino porque el simple dato cuantitativo no implica ninguna reflexión urbana. Esta división de escalas, que implica desconexión y simplificación, da cuenta de una otra manifestación de las dinámicas de segregación urbana cuya génesis tuvo lugar con la implantación de la lógica racional funcionalista y cuyo desarrollo ha encontrado campo fértil en la mercantilización del suelo y la especulación inmobiliaria. Respecto a lo primero, resulta sintomática la recurrente preocupación de los cochabambinos por generar “mega proyectos”, es decir por un desprecio generalizado hacia la escala de proximidad basado en provincianas aspiraciones de grandeza. Situación frente a la cual parece evidente la necesidad de una reflexión multiescalar asociada a una preocupación por la recomposición del rol del espacio público como estructurante urbano.

“Lo natural”, funciones práctico simbólicas Ha quedado en evidencia que, en general, las personas otorgan una alta valoración a la presencia de vegetación en el espacio público, tanto por sus bondades estéticas ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

237


como por la provisión de sombra. Por otro lado, es evidente que las intensidades de uso se incrementan en los espacios públicos que presentan estas condiciones. Sin embargo, “lo verde” no se encuentra repartido de manera uniforme en el territorio, situación que podría relacionarse con las variaciones geográfico naturales y que, sin embargo, trasciende esto en función a la inequidad en la distribución de recursos públicos. En este sentido, la presencia y el mantenimiento de la vegetación en los espacios públicos pasa a constituirse, generalmente, en un indicador de las inequidades e incongruencias en el manejo y gestión de los recursos públicos. Situación que encuentra buena parte de su explicación en la estrecha relación entre los intereses de los sectores relacionados con la construcción y la especulación inmobiliaria (esencialmente aquella considerada “formal”) y los poderes públicos locales. Por otro lado, la persistencia en el imaginario de la idea de “ciudad jardín” da cuenta de una tensión entre lo que pudo ser y no fue y las condiciones materiales presentes. El concepto de “ciudad jardín” se presenta, no caben dudas, como una rugosidad cuya persistencia, sin embargo, esta más relacionada con la retórica que con la concreción de formas diferentes de hacer. Ya argumentamos (ver capítulo 2) las particularidades que definieron la construcción de esta idea y su alto contenido de clase y, por lo tanto, su carácter excluyente. Dada la persistencia de una visión racionalista de la ciudad, lo natural adquiere sentido en cuanto naturaleza “domesticada” y utilitaria dados sus roles estéticos y escénicos. Lo paradójico del caso es que la preocupación por la mejora de las condiciones ambientales pasa por la implantación de esta “segunda naturaleza” y el desconocimiento generalizado de las estructuras naturales, que estructuraron la ciudad y que en muchos casos aun reivindican su permanencia. En la ciudad la “naturaleza” es un artificio y, por otro lado, como lo señala Lefebvre (1969) no hay ciudad sin simulación de la naturaleza. En este contexto, la “naturaleza” se convierte, ya lo vimos, en objeto de cambio, en mercancía sujeta a los vaivenes de la especulación inmobiliaria.

238

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


07 El espacio público como proyecto

Una suerte de pesimismo podría conducirnos a considerar la irreversibilidad de los procesos actuales y, por tanto, la progresiva “desaparición” del espacio público. En este punto es necesario detenernos a reflexionar. No se trata de caer en una nostalgia romanticista que propugne “recuperar” el espacio público y sus cualidades espaciales. El recurso al pasado, a la historia, no debe operarse mecánicamente, nuestra mirada no puede centrarse en la “rehabilitación del pasado” sino en la construcción de lo nuevo, la historia como fundamento para el futuro, no como su camisa de fuerza. Desde esta perspectiva nos cuestionamos sobre la potencia del espacio público como eje de construcción de nuevos proyectos urbanos. ¿Es posible que, a partir del espacio público, lugar de lo urbano, se articule un proyecto de transformación radical de las condiciones empobrecedoras impuestas por la urbanización industrial y la fragmentación capitalista? Sera necesario recordar que “El espacio solo puede ser conquistado a través de la producción del espacio”(Harvey, 1998, p. 285). El rol del espacio público como portador de un nuevo proyecto urbano depende mucho menos de las definiciones político normativas que de las acciones concretas de producción espacial. Es decir, de la práctica, de los usos y sus significaciones, del espacio vivido.

Maneras de hacer La preocupación por aquello que denominamos “praxis urbana” no es, ni mucho menos, nueva. Sin embargo, es evidente que en términos de intervención urbana ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

239


muy poca ha sido la repercusión de esta preocupación, teórica y epistemológica. Podríamos decir que el urbanismo, tal cual lo conocemos, se encarga, por el contrario, de sofocar cualquier intento de incorporar el conocimiento de la vida cotidiana, de la praxis, dentro del instrumental teórico y operativo con el que funciona. Esto no es sorpresivo, el urbanismo –moderno funcionalista– encuentra su fundamento en lo homogéneo, lo estable, lo reductible, lo abstracto, la representación bidimensional, precisamente todo lo contrario que implicaría concentrarse en la praxis urbana y sus significaciones. De esto surge una constatación, en realidad el “urbanismo” se impone como manifestación del poder estatal y se constituye en una práctica tecnocrática de carácter reaccionario, “El urbanismo prohíbe al pensamiento devenir reflexión sobre lo posible” (Lefebvre, 1969, p. 213). En esta perspectiva, resulta importante interrogarse sobre las posibilidades de la praxis para subvertir el orden establecido. La subversión opera ya, subsumida y atomizada pero vigente, coherente. De Certeau (2000) nos aproxima precisamente a pensar en aquellos resquicios que pueden ser palanca de la “acción transformadora”. Como hemos visto, el espacio público se encuentra actualmente formateado por una serie de poderes, esencialmente el mercado y el Estado, que determinan esa suerte de asepsia espacial orientada al consumo. La estrategia mercantil se impone e impone su lógica sobre la acción, sobre la praxis urbana. Sin embargo, más allá de estos poderes y su estrategia, más allá de la grilla que parece ordenar nuestras prácticas, se verifica aquello que De Certeau denomina táctica y que da cuenta de otro orden, el de la acción cotidiana, referido a las modalidades de la acción, a las formalidades de la práctica. Asimilables a las “maneras de hacer”, “Estos estilos de acción intervienen en un campo que los regula en un primer nivel (por ejemplo, el sistema de la fábrica), pero introducen una forma de sacar provecho de éste que obedece a otras reglas y que constituye como un segundo nivel imbricado en el primero (como el escamoteo)” (2000, p. 36). En realidad, es gracias a este segundo nivel que lo imprevisible, lo inédito, lo heterogéneo, es posible. En este contexto De Certeau distingue entre estrategia y táctica. “Llamo estrategia al cálculo (o a la manipulación) de las relaciones de fuerzas que se hace posible desde que un sujeto de voluntad y de poder (una empresa, un ejército, una ciudad, una institución científica) resulta aislable. La estrategia postula un lugar susceptible de ser circunscrito como algo propio y de ser la base donde administrar las relaciones con una exterioridad de metas o de amenazas” (Ibíd., p. 42). Así, el concepto de estrategia da cuenta de un poder que se apropia, dándole forma y formato, del espacio. El poder se da su propio lugar. La táctica por su lado es “…la acción calculada que determina la ausencia de un lugar propio” (Ibíd., p. 43). Ella debe jugar con el terreno que le es impuesto, organizado por la ley de una fuerza ajena. La táctica, mediante la acción que es movimiento, que es errancia, trastoca las estrategias de poder. Lo que significa que la táctica es la herramienta del desmunido de poder “…es una arte del débil” (Ibíd.). Es la praxis que escapa a los designios del urbanismo o que lo trastoca dentro de sus propios límites.

240

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


Mientras la lógica dominante divide, fragmenta, homogeneiza, la acción, que es táctica, que es praxis, relaciona, une, resignifica. Lefebvre plantea la necesidad de avanzar hacia una “crítica de la vida cotidiana”, “…mostrando como vive la gente, la crítica de la vida cotidiana genera el acto de acusación contra las estrategias que llevan a ese resultado (la pasividad cuidadosamente controlada)” (1969, p. 186). No se trata, por supuesto, de hacer una suerte de apología del “débil” sino de reconocer que los potenciales de transformación del espacio público, de lo urbano, se encuentran latentes como posibilidad, como proyecto potencial. Reconocimiento que no se traduce, por lo menos no únicamente, en una serie de acciones orientadas a la recualificación del espacio público, sino en la puesta en acción de una estrategia de conocimiento que, de acuerdo con Lefebvre, “… apunta a la práctica, es decir, en primer lugar una confrontación incesante con la experiencia y, en segundo lugar, a la constitución de una práctica global, la de la sociedad urbana” (Ibíd., p. 189). Solamente desde la perspectiva de la praxis es que podremos pensar alternativas al “acoso” al cual es sometido el espacio público. Tanto la investigación como la acción directa deberán orientarse hacia la puesta en evidencia de la potencia creadora de la praxis, de las “maneras de hacer”. Una acción, por más bien intencionada, dirigida simplemente a modificar las formas espaciales en el marco de una pretendida democratización, cae en el reformismo. Mucho más cuando sus referentes continúan siendo la racionalidad moderna, el urbanismo funcionalista, presos de una ceguera paralizante1.

Centralidades La relación centralidad-espacio público releva del orden de la práctica y la semiótica, es decir, del espacio vivido, del espacio de vida elevado a la potencia de las representaciones. De hecho la condición de centralidad no deviene exclusiva ni prioritariamente de la concentración de actividades sino de su posición central en la organización práctica y simbólica de la ciudad. La centralidad es una “acción fundamental de la práctica humana social” (Lefebvre, 1969, p. 165). En esta perspectiva, la centralidad es considerada un derecho, Lefebvre la considera como uno de los factores primordiales cuando habla del “derecho a la ciudad” como un derecho relacionado, no con la nostalgia de la ciudad antigua “…sino a la vida urbana, a la centralidad renovada, a los lugares de encuentro e intercambio, a los ritmos de vida y el empleo del tiempo que permita el uso pleno y entero de esos momentos y lugares” (Lefebvre, 2009, p. 133). La condición de centralidad definida por la intensidad de los intercambios experienciales y simbólicos determina que la misma sea considerada en muchos casos como el “espacio público por excelencia” (Carrión, 2007). Lugar de la alteridad, la centralidad organiza nuestra experiencia de la ciudad, la dota de un esquema. En este contexto, una de sus funciones primordiales es simbólica, monumental2. Es así que la centralidad organiza afectivamente el espacio.

1

“El urbanismo pretende reemplazar y suplantar la práctica urbana…para el urbanista este es un campo ciego” (Lefebvre, 1969, p. 203) 2 Entendemos la monumentalidad como la “Capacidad de emisión simbólica” (Borja & Muxi, 2003, p. 27) ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

241


Evidentemente, hablar de la cuestión de centralidad nos refiere inicialmente a la idea de “centro urbano” y, en buena medida, al esquema centro-periferia que sin duda ha organizado nuestra idea de ciudad por mucho tiempo. En este sentido, si bien es necesario reconocer la importancia de este tipo de centralidad, es también importante comenzar a pensar en plural, en centralidades, no como simple ejercicio de desconcentración funcional sino como reconstrucción del tejido urbano. Borja nos recuerda que “Hacer ciudad es hacer ciudad sobre la ciudad, hacer centros sobre los centros, crear nuevas centralidades y ejes articuladores que den la continuidad física y simbólica” (Óp. Cit., p. 46). La revitalización práctica y simbólica constituye ya una acción orientada a hacer frente a las tendencias privatizadoras y homogeneizantes de la actualidad. Por otro lado, no podemos olvidarnos de la multiescalaridad. Centralidades y espacio público responden de manera articulada a distintas escalas. En este sentido, tan importante como los centros urbanos son los espacios de proximidad. No se trata de optar por uno u otro, la respuesta deber ser integral puesto que si bien los centros urbanos han sufrido una serie de agresiones, los de proximidad han sido prácticamente olvidados.

La urgencia de lo urbano Posicionar al espacio público como elemento central en el debate en torno a las dinámicas de producción urbana implica ya una provocación. Evidentemente, pensar el espacio público demanda trascender los límites del urbanismo funcionalista, el mercantilismo y el consumismo generalizado. Demanda, por lo tanto, oponerse a todas aquellas intervenciones asépticas que excluyen, homogenizan y privatizan el espacio. Demanda ser cautos frente a un urbanismo “posmoderno” que actúa puntual y desarticuladamente. Resulta fundamental cuestionarse sobre los procesos de fragmentación urbana y reconstruir, retejer, las condiciones que permitan generar continuidades urbanas, para lo cual el espacio público constituye la “materia prima”. En este sentido, Mangin apunta a la necesidad de construir, lo que él denomina, una ciudad “pasante” en detrimento de la lógica actual que yuxtapone entorno securizados (Urbanismo de sectores, enclaves urbanos, guetos, etc.). “Pasante califica aquí una red y sistemas de vías que vuelvan accesibles los espacios públicos estructurantes de una ciudad, de un territorio o de un paisaje” (Mangin, 2004, p. 330). La (re)construcción de las continuidades deberá trascender la lógica funcionalista que funciona con la lógica del “árbol”, la cual conduce irremediablemente a la desarticulación, a la fragmentación: “La falta de complejidad estructural característica del árbol es la que está mutilando nuestra concepción de la ciudad”(Alexander, 1968, p. 22). En este sentido es urgente recordar que “…una ciudad no es, no puede y no debe ser un árbol. La ciudad es un receptáculo para la vida. Si el receptáculo, actuando como árbol, destruye la superposición de las corrientes vitales que fluyen en su seno, será como un tazón lleno de hojas de afeitar…listo para destrozar cualquier cosa que se introduzca en él. Si construimos ciudades que son árboles, ellas cortarán nuestras vidas en pedazos” (Ibíd., p. 30). Resulta claro que el camino privilegiado para generar continuidades y complejidad es el análisis y la comprensión de la praxis

242

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


y todo lo que ella implica. Sólo esta entrada permitirá identificar las posibilidades (campo de posibilidades) de reconstrucción del espacio público. Por otro lado, es pertinente cuestionar la tajante división público/privado que ha llegado a situaciones exacerbantes que dan cuenta de un repliegue hacia lo privado, a partir de lo cual “lo público” es visto como peligroso o por lo menos sospechoso. Repensar el espacio público implicará repensar esa relación e impulsar la generación de condiciones variables de permeabilidad y porosidad. Más allá de construir espacios “democráticos”, lo que conlleva a visiones preponderantemente normativas, lo que se trata es de construir lo heterogéneo, lo diverso, no como algo institucionalizado sino vivido. “Se trata de redefinir las posiciones asumidas y las herramientas empleadas…en lo que respecta a las práctica urbanísticas… esta redefinición pasa primero por el reconocimiento de que la ciudad, como espacio físico socialmente simbolizado, es una obra colectiva y no un producto en serie” (Anaya, 2013, p. 269). Sin duda, repensar al espacio público demanda una aproximación que contribuya a reconstruir la complejidad de lo urbano necesariamente articulada a la praxis, a los usos y significaciones. Se trata de apostar por otras formas de leer y representar la ciudad y de transformarla en consecuencia, de realizar lo urbano.

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

243



Aguirre, N. (2015). Juan de la Rosa. Memorias del último soldado de la independencia. España: Planeta.

Bibliografía

Alexander, C. (1968). La ciudad no es un árbol. Cuadernos summa-nueva visión, Año 1, n° 9. Anaya, M. (2013). Prácticas Cotidianas y estrategias de producción de continuidad urbana en la ciudad de Cochabamba. Lovaina: UCL. Azócar, J. (2010). El teatro de lo urbano en Santiago: espacio público a fines de la Colonia. Revista de Arquitectura, (16(21)), 26-33. doi:10.5354/07195427.2013.27887 Baptista Gumucio, M. (Ed.). (2012). La ciudad de Cochabamba vista a través de viajeros y cronistas del siglo XVI al XXI. Cochabamba: Kipus. Berque, A. (2010). Éocumene. Introduction á l’étude des milieux humains. París: Belin. Blanco, F. (2003 (1901)). Diccionario geográfico del departamento de Cochabamba. Cochabamba: CESU-UMSS. Borja, J., & Muxi, Z. (2003). El espacio público, ciudad y ciudadanía. Barcelona: Electa. Bourdieu, P. (2005). Capital cultural, escuela y espacio social. México: Siglo XXI editores. Carrion, F. (2007). El espacio público, punto de partida para la alteridad In O. Segovia (Ed.), Espacios públicos y construcción social. Santiago de Chile:: SUR. Crespo, R. (1951). Urbanismo. Ensayo sociológico sobre la ciudad y la vivienda. Cochabamba: Universidad Mayor de San Simón. ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

245


Crespo, R. (2012). Cochabamba SIglo XIX. Registro fotográfico. Cochabamba: Cooperativa San Pedro Ltda. Crespo, R. (2013). El álbum del tranvía. Cochabamba: Etreus impresores. Cueva, A. (1987). La teoría marxista. Categoría de base y problemas actuales. México: Grupo editorial Planeta. Choay, F. (2006). Pour une antrhopologie de l’espace. París: Le seuil. De Certeau, M. (2000). La invención de lo cotidiano. 1 Artes de hacer. México: Universidad Iberoamericana. Delgado, M. (1999). El animal público. Dessouroux, C. (2003). La diversité des processus de privatisation de l’espace public dans les villes européennes. Belgeo (Online), 1/2003, 21-46. http://belgeo.revues. org/15293 ; DOI : 10.4000/belgeo.15293 GAMC. (2011). Recopilación histórica de la iglesia y festividad de San Sebastián. Cochabamba: Gobierno Autónomo Municipal de Cochabamba. García Merida, W. (1995). Un siglo en Cochabamba. Mirando la ciudad desde La Taquiña. Cochabamba: Taquiña S.A. Garnier, J.-P. (2008). Scénographies pour un simulacre: léspace public réenchanté. Espaces et sociétés, 134, 67-81. Gasnier, A. (2006). De nouveaux espaces publics urbains? Entre privatisation des lieux publics el publicisation des lieux privés. Revue Urbanisme, 70-73. Gehl, J. (2006). La humanización del espacio urbano. Barcelona: Editorial Reverté. Gehl, J. (2014). Ciudades para la gente. Buenos Aires: Ediciones Infinito. Gibbon, L. (1854). Exploration of the valley of the Amazon (Vol. II). Washington: US Senate. Guzmán, H. (1972). La realidad social de Cochabamba. Cochabamba: Editorial Los Amigos del Libro. Habermas, J. (1981). Historia y crítica de la opinión pública. Barcelona: Gustavo Gilli. Harvey, D. (1977). Urbanismo y Desigualdad social. España: Siglo veintiuno editores. Harvey, D. (1998). La condición de posmodernidad, investigación sobre los orígenes del cambio cultural. Buenos Aires: Amorrortu Editores. Jacobs, J. (2011 [1961]). Muerte y vida de las grandes ciudades. España: Capitán Swing. Keller, S. (1975). El vecindario urbano. Una perspectiva sociológica. México D.F.: Siglo veintiuno Editores s.a.

246

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


Koolhaas, R. (2004). La ciudad genérica. In A. M. RAMOS (Ed.), Lo urbano. Barcelona: UPC Ediciones. Larson, B. (1984). Explotación agraria y resistencia campesina en Cochabamba. Cochabamba: CERES. Lavayen, C. (2012). La colina de San Sebastián y los monumentos históricos Heroínas de la Coronilla (1812-2012). Cochabamba: Gobierno Autónomo Municipal de Cochabamba. Lavayen, C. (2016). Monasterio de Carmelitas descalzas de Santa Teresa de Cochabamba. Cochabamba: Gobierno Autónomo Municipal de Cochabamba. Lefebvre, H. (1969). La revolution urbaine. París: Gallimard. Lefebvre, H. (2009). Le droit a la ville. Paris: Ed. ECONÓMICA. Lefebvre, H. (2013). La producción del espacio. Madrid: Capitán Swing Libros, S.L. Loza, A. (2012). Permanencias y transformaciones territoriales. Cochabamba: ASDIPRAHC-UMSS. Loza, A. (2015). De la fragmentación al proyecto territorial. CANATA. Revista Municipal de Culturas, 16, 8. Loza, A., & Vega, S. (2014). Plan estructural, Ordenamiento y proyecto territorial. Cochabamba. Cochabamba: Gobierno Autónomo Municipal de Cochabamba. Mangin, D. (2004). La ville franchisée, formes et srructures de la ville contemporaine. París: Editions de la Villete. Mejía, G., Sanchez, M., & Quispe, A. (2009). Nodos SURurbanos. La Paz: Fundación PIEB, FAM-Bolivia. Mongin, O. (2005). La condition urbaine. La ville a l´heure de la mondialistation. Paris: Editions du Seuil. Montenegro, A. (1975). Cuadros de Cochabamba. Imágenes de Ayer y Hoy. Cochabamba: Editorial Canelas S.A. Paquot, T. (2009). Ghettos de riches. Tour du monde des enclaves résidentielles sécurisées. Paris: Perrin. Paquot, T. (2015). L’espace public. París: La découverte. Pellegrino, P., Lambert, C., & Jacot, F. (1990). Espace public et figures du lien social. Espaces et sociétés, 62-63, 16. Quispe, A. (2016). La ciudad en fiesta. Cochabamba: Gobierno Autónomo Municipal de Cochabamba. Quispe, A., Rodríguez, G., & Sánchez, M. (2013). Cochabamba ante los ojos del mundo. Cochabamba: Honorable Concejo Municipal de Cochabamba. ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

247


Raffestin, C. (1986). Ecogénese territoriale et territorialité. In F. AURIAC & R. BRUNET (Eds.), Espaces, jeux et enjeux. Paris: Fondation Diderot/Fayard. Robinson Wright, M. (1905). Bolivia. Philadelphia: George Barrie & Sons. Rodríguez, G., & Solares, H. (2008). Cochabamba en el Siglo XIX. Cochabamba: Honorable Concejo Municipal de Cochabamba. Rodríguez, G., Solares, H., Zabala, M. L., & Gonzáles, E. (2009). Vivir divididos. Fragmentación urbana y segmentación social en Cochabamba. Cochabamba: PIEB. Solares, H. (1986). La ideología de la planificación urbana en Cochabamba. Revista del Colegio de Arquitectos de Bolivia, 1. Solares, H. (1990). Historia, espacio y sociedad: Cochabamba 1550-1950. Formación, crisis y desarrollo de su proceso urbano. Cochabamba: CIDRE. Solares, H. (2011). La larga marcha de los cochabambinos, de la villa de Oropesa a la metropolización. Cochabamba: GRAFISOL. Solares, H. (2014). Las maneras cochabambinas de hacer metrópolis. Finisterra, 3. Susser, I. (Ed.). (2001). La sociología urbana de Manuel Castells. Madrid: Alianza Editorial. Tassin, E. (2008). Espace Commun ou Espace Public? In E. DACHEAU (Ed.), L’Espace public. Paris: CNRS Editions. Urquidi, J. (1986). La urbanización de la ciudad de Cochabamba y el desarrollo regional y urbano (1950-1980). Examen Crítico - II Parte. Cochabamba: Colegio de Arquitectos de Bolivia. Urquidi, J. (1995). Evolución Urbana de la ciudad de Cochabamba. Cochabamba: Colegio de Arquitectos de Cochabamba. Urquidi, J. (1999). Anécdotas de un pasado cochabambino. Cochabamba: Colegio de Arquitectos de Cochabamba. Villarías, J., & Pereira, D. (2013). La ubicación de Qanata y los dos lugares fundacionales de Villa de Oropeza. Cochabamba: JGM Impresores. Wyrobisz, A. (1980). La ordenanza de Felipe II del año 1573 y la construcción de ciudades coloniales españolas en la América. Estudios Latinoamericanos, 7.

248

ESPACIO(S) PÚBLICO(S)

recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba


ESPACIO(S) PÚBLICO(S) recomposiciones y prácticas urbanas en Cochabamba

Andrés Loza Armand Ugon Mauricio Anaya Zubieta

Cochabamba, 2019

Asdi


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.