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ductivos participativos y demás acciones que éste promoverá, contribuyendo así en el proceso de desarrollo sostenible de las regiones afectadas por el fenómeno del desplazamiento. En segundo lugar, el Plan Colombia financiará parcialmente la ubicación de zonas que puedan ser utilizadas de manera temporal para la atención de la población desplazada.

Por otra parte, teniendo en cuenta que los menores de edad son una de las poblaciones más vulnerables dentro del conflicto armado, la niñez se constituye en objetivo central de atención en el marco de la estrategia de desarrollo humanitario, a través de proyectos que contribuyan a generar condiciones para su adecuado y normal desarrollo y crecimiento. La financiación de programas y proyectos en este campo estará dirigida a garantizar la desvinculación total del conflicto de los menores, la atención de sus necesidades básicas (salud, educación, recreación, alimentación, etc.) y su desarrollo integral.

3. Infraestructura para la paz Una de las barreras para generar la dinámica del desarrollo social y económico, es la inexistencia de una infraestructura adecuada que lo soporte. En muchas zonas del país esto constituye un factor preponderante para la existencia y evolución del conflicto armado. En consecuencia, como parte del Plan Colombia se promoverá y apoyará el desarrollo de proyectos de infraestructura que permitan comunicar y viabilizar económica y socialmente las actividades productivas, además de mejorar la calidad de vida de la población. Para ello, en el sector de vías se identificarán las necesidades de construcción, rehabilitación y mantenimiento de proyectos de redes secundarias y terciarias en aquellas zonas denominadas críticas por su situación de orden público, lo cual es indispensable pma asegurar el éxito de los proyectos productivos.

La ejecución de los proyectos en este frente se hará de manera descentralizada e involucrará a la comunidad en la labor de veeduría de resultados.

Así mismo, por la importancia de los sistemas de comunicación fluvial para la integración de las zonas más afectadas por la violencia con el resto del país, se hará especial énfasis en esta opción, que implica la construcción de nuevos puertos o la adecuación de los existentes, así como el

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mantenimiento de los canales navegables, donde sean económica y ambientalmente viables.

Por otra parte, la estrategia de infraestructura para la paz promoverá proyectos de pequeña minería, electrificación rural e infraestructura social (vivienda, agua potable y saneamiento), e inversiones complementarias a los proyectos productivos. Por ejemplo, si existe un proyecto productivo que implique una reorganización de la población en torno a una nueva asignación de tierras, se proveerán las condiciones en infraestructura (vivienda, servicios y carreteras) necesarias para llevar a buen término la reubicación de la población. De igual manera, en el marco de integralidad que promueve el Plan Colombia se buscará desarrollar la infraestructura productiva, tal como centros de acopio, almacenamiento e intercambio, mataderos, entre otros.

Si bien los proyectos de infraestructura, por cuanto son un complemento fundamental de los demás programas del Plan Colombia, serán puestos en marcha con recursos que para tal fin destine el Plan, su ejecución estará a cargo de las entidades públicas responsables de la inversión en este campo.

4. Desarrollo institucional y fortalecimiento del capital social La estrategia de fortalecimiento del capital social está orientada a fortalecer (o promover) esquemas institucionales (gubernamentales, privados o mixtos), que garanticen la existencia y cumplimiento de unas "reglas de juego", que hagan posible la articulación de las decisiones de los individuos y las empresas en forma adecuada frente a los resultados esperados, con criterios socialmente eficientes. Por otra parte, el desarrollo de este campo de acción permite generar condiciones de sostenibilidad de los procesos de reconstrucción social, económica y cultural adelantados en estas regiones. Fundamentalmente, se apoyarán programas destinados a alterar las reglas de juego y los patrones de comportamiento a través de las cuales se desarrolla y reproduce la violencia.

En este sentido, puesto que la fragilidad de las instituciones encargadas de la provisión de seguridad y justicia es uno de los factores primordiales de

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la dinámica actual de crecimiento de la violencia en el país, a través de programas de promoción de la convivencia pacífica se apoyará el desarrollo de instituciones tales como los mecanismos alternativos de resolución de conflicto, las comisarías de familia, las redes contra la violencia intrafamiliar, los centros de paz o casas de justicia, así como los centros de conciliación y mediación de conflictos. Igualmente, se promoverá el desarrollo de otras instituciones que involucran a la comunidad de manera directa, tales como veedurías tendientes a garantizar el control sobre el uso de recursos públicos y sobre la continuidad y eficacia de las acciones ejecutadas, además de organizaciones comunitarias de apoyo a los gobiernos regionales y locales en la prevención y control del crimen.

De esta manera, el énfasis de este campo de acción será el fortalecimiento de organizaciones de base para consolidar la participación mediante veedurías ciudadanas y otras acciones de la misma naturaleza, al igual que procurar la vinculación de los diferentes niveles de Gobierno para lograr un fortalecimiento de lo público y lo privado. Por otra parte, con el objeto de hacer efectiva la participación de la comunidad y garantizar que ésta se apropie de los beneficios y ejerza el control social de los proyectos, el esquema fortalecerá los espacios de participación amplia y directa tales como Concejos Municipales de Desarrollo Rural, Comités de Beneficiarios, Comités de Veeduría y Cabildos Indígenas, entre otros.

A su vez, el Plan Colombia, a través de la estrategia de fortalecimiento de capital social, busca profundizar la descentralización y fortalecer la presencia efectiva del Estado en el territorio para adelantar procesos de desarrollo regional donde las comunidades actúen como actor principal. La consolidación del proceso de paz y la eliminación de las causas últimas de la guerra pasa por el desarrollo de criterios regionales que convoquen el sentido de pertenencia, el compromiso y las decisiones de todos los actores del desarrollo en las regiones (personas, empresas, instituciones y entidades públicas y privadas), en busca de objetivos comunes de progreso y la construcción de modelos viables de producción. Estos elementos serán la base para identificar los lugares en los cuales el Plan Colombia iniciará sus acciones y no exclusivamente con base en criterios de presencia de actores armados, cultivos ilicitos, niveles de violencia, pobreza y conflicto.

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5. Promoción de la sostenibilidad ambiental A este nivel, el Plan Colombia considera las interrelaciones que se generan entre la población y el medio natural en el proceso de ocupación, transformación y uso del territorio nacional. En este sentido, se considera que los proyectos deben ser sustentables, entendido esto como la aplicación de un modelo de desarrollo que busca el equilibrio entre el crecimiento económico, la elevación de la calidad de vida de la población y la conservación de los recursos naturales. La gestión del medio ambiente y de los recursos naturales propenderá al restablecimiento del equilibrio necesario entre el uso y la conservación de los recursos, de tal manera que se garantice la renovación permanente de éstos y en consecuencia el sustento futuro de la población en condiciones de bienestar. Para ello se promoverán alternativas productivas y de aprovechamiento sostenibles, mediante las cuales las comunidades asuman su responsabilidad en la gestión ambiental local y regional.

Así mismo, el Plan Colombia adoptará criterios de apoyo a la gestión ambiental de las regiones y a la concertación entre los distintos actores involucrados, con el fin de generar compromisos que tengan en cuenta el valor de los elementos, recursos y productos de un área, las ventajas comparativas, la competitividad de las distintas regiones y los recursos naturales que se ven afectados. De la misma manera, se busca que los ecosistemas sigan prestando sus servicios ambientales y se prevenga su deterioro. En este sentido, el campo ambiental está en la base de todas las acciones que comprende el Plan Colombia, por cuanto la sostenibilidad es un requisito para el desarrollo integral de las regiones. De manera más específica se buscará generar beneficios sociales en las comunidades, al igual que empleo y mayores niveles de ingreso por medio de la provisión de bienes y servicios ambientales.

Dentro de los programas a ser implantados en este componente se encuentra la explotación de productos forestales, los proyectos silviculturales y el programa de Parques Naturales. En cuanto a los productos forestales, la producción de madera se realizará con la aplicación de esquemas de manejo y ordenamiento de bosques para asegurar la sostenibilidad de la producción y la conservación de este recurso. Con este fin, se promoverá

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con las comunidades asentadas y las instituciones respectivas en las áreas de conflicto y/o de cultivos ilícitos, la formulación y puesta en marcha de planes de ordenamiento territorial, planes de manejo y/o planes de establecimiento y manejo forestal, la organización comunitaria en grupos asociativo s y cooperativos, la transferencia de tecnología, la transformación y manufactura secundaria de los productos y servicios del bosque y su comercialización, bajo la premisa de generar un excedente económico a través de un mayor valor agregado, dentro del esquema de cadena productiva.

Los proyectos silviculturales, por su parte, pretenden promover el uso productivo de las reservas forestales y de los bosques por medio de la explotación sostenible de los recursos forestales para usos distintos del maderero que generen un elevado valor agregado, tales como los medicinales. Igualmente, se incluye también la dimensión de conservación con posibilidades productivas, es decir, proyectos en donde los campesinos deriven un ingreso por la plantación y el mantenimiento de bosques productores y protectores que ayuden a recuperar la biodiversidad en las zonas de conflicto.

Por otra parte, las zonas de amortiguación y los Parques Naturales Nacionales son el escenario primordial para la provisión de servicios ambientales, especialmente el de ecoturismo, que además de su elevado potencial, representa una posibilidad productiva de significativa rentabi. lidad. No obstante, es necesario emprender proyectos en los cuales la comunidad participe activamente en la prestación de servicios ambientales en los Parques Nacionales, para hacer que los beneficios económicos de los mismos recaigan verdaderamente sobre los pobladores asentados en su periferia.

B. Estrategias y Modelo de Gestión En general, el Plan Colombia se basará en estrategias integrales diferenciadas y flexibles, adaptadas a las condiciones específicas y a la dinámica social de las regiones, en coordinación y concertación con sus principales actores, con un enfoque de mediano y largo plazo. Así mismo, se regirá

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por los criterios de sostenibilidad social, ambiental, económica e institucional de las acciones que se emprendan. En este contexto, se puede hablar de tres fases:

• Fase de preparación, en donde con base en un debate previo con amplia participación sobre las causas de la problemática a nivel local, se definirán los objetivos del desarrollo regional. De igual manera, se promoverán espacios de participación de las comunidades para iniciar los procesos de elaboración y concertación de los planes, dentro de los cuales se definirán las acciones estratégicas y los proyectos productivos que sustentarán el desarrollo socioeconómico local y regional.

Desde el inicio de este proceso se articularán y coordinarán los recursos institucionales del orden nacional, regional y local, como base para iniciar el fortalecimiento institucional del Estado.

• Fase de desarrollo, en la que se iniciarán las acciones priorizadas en la fase anterior, con énfasis en los programas y proyectos productivos generadores de empleo e ingresos y de fortalecimiento de las organizaciones de la comunidad. La naturaleza flexible de estas estrategias permitirá a su vez que la fase de concertación de los objetivos del desarrollo regional pueda darse también alrededor de proyectos productivos de alto impacto económico y social para la región. Esto implica que alrededor de la iniciación de proyectos productivos se puedan promover procesos de concertación sobre otras inversiones, enmarcados en las dimensiones que orientan la política de inversiones para la paz y que en conjunto conforman un marco integral de desarrollo regional.

• Fase de consolidación de los programas y proyectos, orientada hacia la autogestión del desarrollo regional y local. Para el caso de los proyectos productivos participativos, una vez realizadas las inversiones e iniciada la etapa productiva, se buscará dejar en manos de los actores y comunidades locales y regionales la administración de los proyectos y actividades productivas, sustituyendo la participación pública por participación privada regional, nacional o internacional. Para el caso de los demás proyectos, el Estado continuará cumpliendo con las res-

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ponsabilidades que le corresponden y evaluará el beneficio de reemplazar el manejo conjunto de los proyectos por esquemas de manejo exclusivo por parte de la sociedad civil.

Puesto que este tipo de iniciativas no podría realizarse completamente bajo el esquema tradicional de intervención del Estado, debido a la escasa legitimidad de su rol en muchas zonas del país, se requiere que la ejecución sea adelantada por medio de organizaciones de la sociedad civil, existentes o que se creen para tal fin, o a través de esquemas innovativos que vinculen a la sociedad y al Estado y permitan devolverle la legitimidad a este último. En consecuencia, se privilegiará la identificación y diseño de las acciones y proyectos desde el ámbito local hasta el regional, con lo cual se busca lograr una mayor articulación y compromiso entre los sectores público, privado y comunitario, en torno a la financiación, ejecución, control y, en general, a la sostenibilidad de las acciones.

Dado lo novedoso del planteamiento que sustenta la formulación del Plan Colombia, para la puesta en marcha de este esquema se ha considerado conveniente aplicar metodología s de acción tales como la de Aprendizaje e Innovación, utilizadas con éxito en otros proyectos en Colombia, por cuanto permiten introducir ajustes para asegurar que los programas se adapten a las características y dinámicas propias de cada región. En general, dichas metodología s están basadas tanto en el fortalecimiento de la sociedad civil, que a su vez contribuye a la consolidación del Estado, como en la superación de la pobreza y la activación económica a través de proyectos productivos participativos diseñados con y por la comunidad.

Conferencia Episcopal de Colombia (1995). Derechos Humanos y desplazados por violencia en Colombia, Desplazados por violencia y conflicto social en Bogotá. Bogotá, marzo.

2 En efecto, el nivel de pobreza de las áreas donde se llevará a cabo el Programa de Desarrollo Alternativo se evidencia en el hecho de que el 61,4 % de la población tiene necesidades básicas insatisfechas, mientras que el promedio nacional es del orden de 35,8 %. CIDER (1998). Monitoreo socioeconómico al Plan de Desarrollo Alternativo. Universidad de los Andes.

Bogotá.

:1.

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11. MECANISMO FINANCIERO PARA EL PLAN COLOMBIA

A. Objetivos El Gobierno Nacional reconoce que las estrategias encaminadas a la resolución del conflicto armado y a propender por una disminución de la violencia en un marco integral, deben estar acompañadas de un instrumento que permita realizar inversiones y cubrir una serie de gastos paralelos al proceso de paz, antes, durante y después de eventuales negociaciones con los grupos alzados en armas.

Igualmente, reconoce que lograr la paz y sostener posteriormente el proceso puede requerir de una inversión similar o mayor a los costos que actualmente genera la violencia. Por las razones expuestas anteriormente, el Gobierno ha propuesto la creación del Fondo de Inversiones para la Paz, FIP.La premisa central del Fondo, es que la inversión necesaria para lograr la paz debe ser asumida por toda la sociedad, puesto que los costos sociales y económicos afectan de manera generalizada a toda la población y los beneficios de lograr la paz tendrán como principal beneficiario a la sociedad civil como un todo.

En el marco anteriormente descrito, el FIP es, en primer lugar, el instrumento que permitirá materializar los compromisos de la sociedad colombiana con el proceso de paz en el país. En segundo lugar, el FIP es también la herramienta adecuada para concretar y canalizar buena parte del compromiso de la comunidad internacional con la paz en Colombia.

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Así mismo, el Fondo de Inversión para la Paz es el instrumento más adecuado para financiar los programas presentados anteriormente para el Plan Colombia, al igual que para acompañar el desarrollo del proceso de resolución del conflicto armado. En las etapas previas a las negociaciones con los actores del conflicto, es necesario focalizar acciones e inversiones en aquellas zonas que han sido más gravemente afectadas por el carácter crítico de éste.

El proceso de diálogo y de negociaciones requiere igualmente recursos que garanticen su estabilidad, tales como desmovilización temporal de combatientes, establecimiento de zonas de distensión, entre otros. De la misma manera, la etapa pos conflicto no solamente demandará reformas estructurales, sino acciones e inversiones que garanticen la sostenibilidad de la paz, producto de los acuerdos logrados en las mesas de negociación.

Además de este tipo de acciones estrictamente relacionadas con el conflicto armado, el FIP también contempla el apoyo a programas dirigidos a contrarrestar otras manifestaciones de la criminalidad y la violencia como las del contexto urbano, cuyo costo social puede ser incluso superior al generado por el conflicto armado". Aunque este último, por su naturaleza tiende a concentrar la mayor atención tanto nacional como internacional, es claro que la violencia urbana -delincuencia y criminalidad difusa, etc.- tiene un profundo impacto en términos de costos totales para la sociedad". En esta medida, el Gobierno reconoce que la paz en Colombia no se logra simplemente con la negociación directa con los grupos alzados en armas, sino enfrentando integralmente el problema de violencia en el país. Bajo esta premisa, el FIP ha sido diseñado de manera tal que otras manifestaciones de violencia no estrictamente relacionadas con el conflicto armado, pero que puedan ser exacerbadas por éste, deban recibir tratamiento especial dentro del marco de acción del Fondo.

B. Principios Para poder cumplir con estos propósitos, tanto los programas financiados por el FIP como su estructura funcional deben ser ágiles y flexibles, al

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tiempo que la transparencia deberá ser el principio fundamental tanto de los procesos de deliberación acerca de los programas a financiar, como de la administración de los recursos y de los resultados de la gestión. En todos estos procesos es fundamental que la sociedad civil se haga presente activamente, de manera que participe tanto en la proposición de soluciones como en la veeduría del accionar del FIP. En cuanto a su relación con los demás mecanismos con que cuenta el Estado para impulsar el desarrollo y la inversión social, es claro que el FIP no debe suplantarlos, sino ser complementario, en la perspectiva de impulsar la paz. Por este motivo el FIP es un instrumento temporal, comenzando a operar desde la etapa actual previa a las negociaciones, y extendiéndose hasta el cumplimiento cabal de los acuerdos.

c.

Marco Institucional y aspectos administrativos

El Fondo de Inversión para la Paz será creado como un sistema de manejo de cuentas, adscrito a la Presidencia de la República a través de su Departamento Administrativo y como tal no tendrá personería jurídica. La administración de los recursos estará a cargo de la Junta Directiva del Plan Colombia, integrada por servidores públicos y particulares, con el objeto de que la sociedad civil tenga una activa participación desde la más alta esfera de dirección del mismo. La Junta Directiva podrá contar con representantes de grupos alzados en armas a quienes el Gobierno Nacional les reconozca carácter político y con los cuales se adelanten procesos de paz exitosos.

La ejecución de los recursos podrá llevarse a cabo tanto por entidades públicas como privadas o inclusive la comunidad organizada, siendo en todo caso requisito la celebración de contratos con el administrador. Con el objeto de cumplir con el principio de agilidad y flexibilidad todos los contratos con cargo a los recursos del FIP se regirán por las reglas del derecho privado. Las funciones de los órganos de administración y dirección del Fondo se ejercerán por el Plan Colombia, en coordinación con la Oficina del Alto Comisionado para la Paz y el Departamento Nacional de

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Planeación. Se establecerá una Veeduría Especial para asegurar que la administración y asignación de los recursos se hagan de manera eficiente y transparente, además de la labor de fiscalización propia de la Contraloría.

1. Recursos del sector productivo y la sociedad civil Además de la voluntad por parte de todos los sectores económicos de vincularse a los procesos de paz, se puede dar un especial énfasis a la vinculación del sector privado en la financiación del FIP por medio de las siguientes estrategias. a. Emisión de Bonos de Paz, de suscripción obligatoria por parte de personas naturales o empresas cuyo patrimonio sea superior a $210 millones. A través de los bonos se estima recaudar una cifra cercana a los US$1.000 millones; b. De manera complementaria, se contemplarán estrategias para la captación de recursos provenientes de aportes voluntarios, especialmente de aquellos agentes económicos y sociales que no tendrán que realizar los aportes obligatorios; c. Incentivos a la participación permanente del sector productivo en proyectos ya diseñados o en propósitos específicos reconocidos como prioritarios por las comunidades a nivel regional y local.

2. Recursos de la comunidad internacional La experiencia de otros países que han pasado por procesos de negociación de paz muestra que la comunidad internacional puede ser un ente financiador de gran importancia en estos procesos. En la mayoría de los casos los aportes han sido en donaciones y créditos blandos, pero también pueden lograrse a través de preferencias arancelarias.

Dadas las características, tanto en monto como en condiciones, que requerirá el FIP por la naturaleza de las actividades a financiar, los recursos de crédito externo deberán provenir principalmente de entidades multilaterales y bilaterales.

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Una de las principales estrategias potenciales hasta ahora identificada para la financiación del FIP es la creación de un grupo consultivo que convocaría a un grupo de gobiernos de países desarrollados, el sector financiero internacional y determinados sectores productivos, con el fin de escuchar la presentación de un tema específico, plantear soluciones y coordinar esfuerzos tanto económicos como técnicos para la implantación de soluciones. En una primera etapa del grupo consultivo se podrían identificar los donantes (recursos sin costo) y en una segunda etapa se podría negociar la contratación de créditos con bancos, gobiernos y el sector privado.

3. Recursos del Presupuesto Nacional En el mediano plazo, el FIP puede nutrirse del redireccionamiento de recursos provenientes de actividades de paz realizadas en años anteriores por diversas entidades gubernamentales hacia regiones vulnerables y en el marco de las estrategias de paz.

D. Programas financiables 1. Programas para la construcción de la paz El FIP financiará las acciones contempladas en el Plan Colombia, así como aquellas que se emprendan previo a la iniciación de las negociaciones. De igual manera, financiará otro tipo de acciones que contribuyan al fortalecimiento de los procesos de paz por medio de la disminución de los niveles de manifestaciones de violencia, no estrictamente relacionadas con el conflicto, pero a las cuales éste contribuye de manera importante.

2. Programa de apoyo al proceso de negociación Este programa busca apoyar financieramente todos los aspectos operativos y procedimentales relacionados con el desarrollo de la negociación, de tal forma que se pueda garantizar su realización. Dentro de este programa se desarrollarán, entre otras, acciones tendientes a financiar reuniones que se requieran dentro del proceso, tanto en su etapa preliminar, como en la de iniciación y desarrollo formal del proceso de negociación.

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3. Programas posconflicto El FIP financiará programas de vinculación a la institucionalidad de los grupos actualmente alzados en armas de carácter rural y/o urbano, que en el marco de los acuerdos de paz se acojan voluntariamente a un programa de este estilo. Estos programas se desarrollarán de acuerdo con las características e intereses propios de cada uno de los diferentes integrantes de los grupos. De manera más específica, el FIP financiará programas para la normalización de aspectos de ciudadanía, al igual que programas encaminados a identificar y apoyar el desarrollo de las iniciativas empresariales. Igualmente, se promoverán acciones que permitan la participación de los grupos alzados en armas como nuevas fuerzas políticas". Finalmente, el Fondo también financiará proyectos dirigidos a fortalecer la situación académica formal y no formal de los miembros de los grupos alzados en armas que opten por la incorporación.

Otro grupo importante a ser atendido dentro del proceso de paz, en la fase de estabilización posterior a lo que se denomina separación de fuerzas, son los militares que sean desvinculado s de su servicio como resultado de una eventual reforma a los cuerpos militares y de seguridad, para lo cual es necesario prever su atención en el contexto del Programa de Incorporación, en este caso no a la institucionalidad, sino a la vida civil.

De los 26.000 homicidios que ocurren anualmente, dos terceras partes se concentran en las zonas urbanas, y en algunas ciudades como Medellín y Cali, por ejemplo, las tasas exceden ampliamente los promedios nacionales. Castro M. y Salazar M. (1997) Acciones del Estado para promover la convivencia y la seguridad en las ciudades, en Planeación y Desarrollo.

Bogotá, Vol 28. N°. 4, octubre-diciembre 2 Según Trujillo y Badel (1997), Costos económicos de la criminalidad y la violencia en Colombia: 1991 - 1996, en Planeación y Desarrollo, Vol 28, N° 4, los costos brutos de la criminalidad urbana representaron un 2.72% del PIB en promedio entre 1991 y 1996 Ysuperan de manera importante a los costos del conflicto armado.

3 Uno de los aspectos de mayor importancia dentro de las demandas de los integrantes de los grupos alzados en armas como condición para la convivencia pacífica, es la de garantizar su participación política dentro del sistema democrático del país. Las experiencias de los acuerdos de paz ya adelantados no representan incentivo alguno para que los grupos alzados en armas se motiven a desarrollar su proyecto político desde la institucionalidad 1

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ALGUNOS COMENTARIOS SOBRE EL SECTOR AGROPECUARIO

LA REACTIVACIÓN DEL SECTOR AGROPECUARIO I COMO ESTRATEGIA PARA LA PAZ Pensamientos del alto comisionado para la paz, Víctor G. Ricardo, sobre el sector agropecuario

1. Dimensión del problema La crisis por la que atraviesa el sector agropecuario es resultado de la coexistencia de diversos factores, tanto de índole económica como social, tales como el desmonte de los instrumentos de apoyo a la producción, altas tasas de interés, competencia desleal con productos provenientes de otros países con altos niveles de protección a la agricultura, y precaria infraestructura social y productiva.

Lo anterior se refleja en la baja rentabilidad del sector, en el aumento del riesgo de inversión en el campo, el incremento del desempleo rural, el alto éxodo campesino a las ciudades y en la violencia generalizada que afecta la gobernabilidad del Estado.

Una población rural aproximada de 8.1 millones de personas está por debajo de la línea de pobreza, conformando la franja de economía campesina con bajo o casi nulo acceso a los medios de producción entre ellos la tierra; con dificultades de acceso al crédito, bajo nivel tecnológico y a mercados competitivos, haciéndola vulnerable a la explotación de cultivos ilícito s y a la influencia de la guerrilla. Adicionalmente, la demanda por tierra enfrenta una elevada concentración de la propiedad, especialmente en aquellas regiones donde se ha venido agudizando el conflicto.

Además, la ausencia de una política agraria de largo plazo, que supere los aspectos coyunturales, la poca y débil participación de la comunidad ru-

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ral, así como la falta de articulación institucional, son algunos de los factores que han incidido para que las acciones orientadas hacia lo rural no hayan tenido impacto significativo en la reducción de los índices de pobreza, ampliándose aún más la brecha campo-ciudad.

La inequitativa distribución de los factores de producción, en particular de la tierra, ha agudizado el conflicto, manifestado en la acción del narcotráfico mediante la compra de tierras en 409 municipios, que representan el 39.4% del total del país y de otra, por la ampliación del radio de acción de la guerrilla y de los grupos paramilitares a casi todo el territorio nacional. Es así como en 1985 se encontró la presencia guerrillera en 173 municipios, y en 1994 esta cifra creció a 569, año en que se detectaron 134 municipios con cultivos ilícitos.

A pesar de la crisis debe reconocerse en el sector, la capacidad para contribuir al crecimiento global de la economía, a la disminución de los niveles de pobreza, a la generación de empleo y su versatilidad en la generación de procesos de transformación con su correspondiente agregación de valor, así como el soporte fundamental de las políticas de seguridad alimentaria.

2. Políticas de Reactivación del Campo:

Instrumento para la Paz Hoy más que nunca se hace necesario que el Gobierno Nacional adopte estrategias que conduzcan a la reactivación del campo y al mejoramiento de las condiciones sociales de la población campesina como corolarios necesarios de un proceso de paz.

Dentro de las estrategias por desarrollar se plantea la protección a la producción nacional de alimentos, la concesión de subsidios al crédito productivo y de comercialización, el mejoramiento de la infraestructura vial, y en general, políticas de estímulo al consumo de la producción interna de alimentos.

Se debe impulsar una reforma agraria integral pero no de corte puramente redistributivo de tierra, como se hizo en el pasado, sino más ambiciosa,

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que apoye no solamente la adquisición de la propiedad, sino que también acompañe el desarrollo de proyectos productivos sostenibles, al igual que se oriente al mejoramiento de las condiciones de vida (vivienda, salud, educación, infraestructura) de la población campesina, que garantice su permanencia en las zonas rurales y reduzca los factores generadores de violencia.

La gravedad del conflicto social en el campo y el deterioro de las condiciones de vida de la población rural viene acelerando de forma preocupante el proceso migratorio del campo a la ciudad, agudizando el problema social en los centros urbanos. Equivocadamente, se piensa que el conflicto en el campo es ajeno a la vida de las ciudades; por el contrario, nos afecta a todos. O se frena la migración rural, o en el corto plazo, la violencia se extenderá también a la población urbana.

La reforma agraria debe considerarse como una política de Estado, que garantice su continuidad en el tiempo, que no se sujete a las coyunturas del conflicto armado y la negociación, sino que trascienda de manera que permita avanzar en la generación de condiciones más favorables, como la transformación de la estructura social agraria, con visión empresarial y la modernización del sector rural, dentro de la heterogeneidad estructural del agro. Concebida así es elemento fundamental para que en el área rural se alcance en primera instancia la paz y la reconciliación nacional.

Esta concepción demanda que el Estado, el sector empresarial y la sociedad rural se comprometan en la reconstrucción del tejido social en lo económico, lo político y lo cultural, que les permita interactuar armónicamente en la identificación de la problemática, en la proyección de las soluciones y en el disfrute equitativo de los beneficios del desarrollo.

Es dentro de este contexto que la reforma agraria integral se constituye en estrategia que permite la democratización de los activos productivos mediante la conformación de empresas básicas agropecuarias, enmarcadas en las prioridades de desarrollo regional y local, que den acceso a los campesinos a la tierra y paralelamente generar empleo, contribuir a incre-

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mentar la productividad agropecuaria, promover procesos de transformación de productos primarios y mejorar, en términos generales, las condiciones de vida del conglomerado rural.

Asimismo, es fundamental contribuir efectivamente a resolver las dificultades de acceso al crédito agropecuario que padecen los pequeños productores, a través del establecimiento de líneas de crédito subsidiado, que haga competitiva la producción agropecuaria y que atraiga la inversión en el campo. En este sentido, es vital que el Gobierno Nacional fortalezca a la Caja Agraria como el Banco de los campesinos, institución que debe continuar irrigando recursos hacia la economía rural.

En definitiva, se requiere el apoyo oportuno del Gobierno Nacional en la asignación de recursos de inversión suficientes para emprender un plan de reactivación del sector agropecuario, que comprenda los elementos esbozados anteriormente, como única alternativa para sembrar las bases de una paz duradera. Ante el grave déficit presupuestal que afronta el país, es conveniente que se recurra al impuesto de dos por mil como fuente segura de financiación al plan propuesto.

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REFORMA POLÍTICA

SUGERENCIA DE ADICIÓN AL PROYECTO DE ACTO LEGISLATIVO "SOBRE LA REFORMA DE LA POLÍTICA COLOMBIANA E INSTRUMENTOS PARA LA PAZ"

Santa Fe de Bogotá, D.C., 11 de mayo de 1999

Doctor NÉSTOR HUMBERTO MARTÍNEZ NEIRA MINISTRO DEL INTERIOR E. S. D.

REF. SUGERENCIA DE ADICIÓN AL PROYECTO DE ACTO LEGISLATNO "Sobre la Reforma de la Política Colombiana e Instrumentos para la Paz".

Apreciado señor Ministro: En relación con el Proyecto de Acto Legislativo "Sobre la Reforma de la Política Colombiana e Instrumentos para la Paz" que cursa en el Congreso de la República, publicado en el Diario Oficial número 43.499 del jueves 11 de febrero de 1999, me permito hacer a usted algunas sugerencias de adiciones al mismo, en relación con el Capítulo I sobre Instrumentos para la Paz. "Artículo transitorio

61. ...podrá:

a. Dictar normas sobre instrumentos

para la búsqueda de la Convivencia; atención a las víctimas de hechos violentos que se susciten en el marco del conflicto armado interno; causales de extinción de la acción y de la pena a

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favor de los miembros de tales organizaciones y las disposiciones que fueren necesarias para facilitar su reincorporación a la vida civil y política; b. Decretar, como atribución constitucional propia, la extinción de la acción penal y/o de la pena a favor de los miembros de tales organizaciones, sin perjuicio del resarcimiento de los derechos y la indemnización de los perjuicios causados a las víctimas y/o familiares; parágrafo 10. En relación con personas que tengan la calidad de miembros de organizaciones insurgentes a las cuales el gobierno les ha reconocido el carácter político, el gobierno podrá suspender la investigación previa, la instrucción o el juzgamiento, o el cumplimiento de la sentencia condenatoria, cuando se cumplan los siguientes requisitos: 1.1. Que el grupo insurgente haya manifestado con hechos fehacientes, luntad de llegar a una negociación de paz.

su vo-

1.2. Que el grupo insurgente haya dejado en libertad a las personas retenidas tanto combatientes como no combatientes, tanto nacionales como extranjeras, sin exigir condiciones para su liberación.

1.3. Que el hecho punible haya sido cometido con anterioridad a la expedición del presente acto legislativo.

1.4. Que se reparen los daños ocasionados por el delito, salvo cuando la persona demuestre que está en imposibilidad de hacerlo.

2.

Se faculta al Presidente de la República para la creación y puesta en vigencia de instrumentos para el esclarecimiento de la verdad y la indemnización de las víctimas.

3.

Una vez firmado un Acuerdo de Paz entre el Gobierno y el grupo insurgente, el Gobierno podrá conceder el indulto o la amnistía, a quienes hayan sido cobijados por los beneficios consagrados en el artículo anterior, siempre y cuando se cumplan los siguientes supuestos:

3.1. C2J.tehayan cesado totalmente

las hostilidades;

3.2. C2J.telas personas beneficiadas no hayan incurrido nuevamente ductas delictivas.

(Las adiciones propuestas

en con-

aparecen en cursiva)

La adición a las facultades contenidas en el literal a) obedece a que la Ley 418 de 1997 estará vigente hasta el31 de diciembre de 1999, lo que hace necesario expedir normas de carácter legislativo que la reemplacen y complementen, según los avances del proceso de paz.

El parágrafo del literal b) del artículo 61 tiene por objeto establecer un mecanismo que permita la suspensión de la investigación previa, la instrucción o el juzgamiento, o el cumplimiento de la condena, cuando el Grupo Insurgente se encuentra dentro de un proceso de negociación y se reúnan condiciones que demuestren su verdadera voluntad de paz. En una etapa posterior, se podrá conceder el indulto o la amnistía, cuando hayan cesado totalmente las hostilidades y si las personas beneficiadas no han incurrido en nuevas conductas delictivas.

Además, se faculta al Presidente de la República para poner en vigencia instrumentos que permitan el esclarecimiento de la verdad y la indemnización de las víctimas.

Considero, señor Ministro, que las normas propuestas complementan a cabalidad los instrumentos que requiere el Gobierno para el desarrollo de las políticas de paz.

Con un cordial saludo,

Víctor G. Ricardo Alto Comisionado para la Paz

CONSEJO NACIONAL DE PAZ

DISCURSO DEL PRESIDENTE ANDRÉS PASTRANA ARANGO, DURANTE LA REUNIÓN DEL CONSEJO NACIONAL DE PAZ

Santa Fe de Bogotá, D.

c., 24 de marzo de 1999.

Apreciados señores: Quiero empezar estas palabras recordando algunas frases que pronuncié el pasado viernes en Roma, en el acto de condecoración a los dos Cardenales colombianos.

Allí dije que este día es especial porque pensar en que la paz es posible, es empezar a construir la paz.

No me gusta la gente que a la primera dificultad se reconoce impotente y se declara incapaz de proseguir el esfuerzo.

No se puede ser tan iluso y creer que tantos años de odio y de separación se van a terminar en un solo instante, pero el camino comienza cuando el caminante da inicio a su andar.

Es preciso entender qué es la paz y cuáles son las tareas que ella exige:

• La paz es una conquista espiritual; ella se construye sobre la verdad, requiere el diálogo por la justicia lograrse sin sacrificar la libertad.

social, implica el desarme y debe

• La paz es una condición para vivir; es ella el logro cultural por excelencia, reclama el renacimiento

de los valores.

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•

La paz es justicia social, exige los derechos humanos concepción de la dignidad de la persona.

y una acertada

•

La paz es posible, no es una utopía; ella es indispensable para que sea cierta la vida.

•

La paz exige optar por la vida; asumir la defensa de los derechos humanos; crear desarrollo en las naciones.

•

Buscamos una paz justa. No una paz a cualquier precio, sino una paz en democracia y equidad.

•

Si se quiere la paz es preciso aprender que la paz necesita el perdón, de la solidaridad.

•

La paz necesita palabras de paz y gestos concretos de paz.

•

La paz necesita que recuperemos somos capaces!

la fe en Dios y la confianza en que

El sábado estuve frente al hombre que en nombre de Dios ha tenido estos pensamientos. Estuve frente al Padre de la Paz diciéndole que estoy haciendo todo lo posible para lograrla en Colombia y le dije que ustedes también lo están haciendo.

Lidero una política de paz que en unión con todos los colombianos, debe conducirnos hacia la construcción de un país donde reinen la convivencia, la tolerancia y el aprecio incondicional por la vida.

La negociación con los grupos alzados en armas, el desarrollo del Plan Colombia, la "Diplomacia por la Paz", la protección de los Derechos Humanos, la reforma del sistema político -fundamentada en la lucha contra la corrupción-, el Programa de Lucha contra la Violencia en el Interior de la Familia, las vías para la paz, la revolución en la educación para la paz y el Programa de Convivencia Ciudadana, son los pilares fundamentales del cambio para buscar la Paz que le hemos presentado al país.

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Hoy, ante el Consejo Nacional de Paz, quiero hacer un recuento del camino que hemos recorrido en los primeros meses de mi Gobierno.

Quiero que hagamos una breve pausa y miremos hacia atrás para ver cuánto hemos avanzado.

Al iniciar este recorrido, el desafío no podía ser mayor: tenía la misión de liderar un país agobiado por la violencia, pesimista y frustrado por la ausencia de diálogos de paz.

La desesperanza, la apatía y la frustración se apoderaban de los colombianos. Algunos sectores de nuestra sociedad, movidos por el afán de poner punto final a la guerra, trataban por su cuenta de buscar acercamiento s con la insurgencia. Esa era la reacción desesperada de un país que naufragaba ante la insoportable escalada del conflicto y ante la fatalidad de navegar sin mapa, ni timón, ni timonel.

Esa fue la Colombia que recibí. Y ante esa realidad, asumí la responsabilidad de liderar personalmente el proceso de paz.

Con la urgencia de buscar resultados concretos, sentamos las bases firmes del primero de los propósitos esenciales de nuestra política de paz.

Tenemos confianza en que el desarrollo de un proceso de diálogo y negociación con los grupos insurgentes es la vía que nos conducirá hacia la pacificación definitiva del país, sobre unas bases justas y democráticas.

Quiero referir me al proceso de paz con las Farc. Honrando nuestra palabra, desde el inicio del gobierno dimos los pasos necesarios para crear las condiciones necesarias que nos permitieran iniciar un proceso constructivo de diálogo.

La declaratoria de cinco municipios del sur del país como zona de distensión, en uso de las facultades que la ley confiere al Presidente de la República, mantiene el propósito exclusivo de dotar a los actores del conflicto de las condiciones de seguridad y confianza para adelantar los diálogos que fructifiquen en la paz.

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Quiero hacer énfasis en que tal decisión es un procedimiento de nuestra Política de Paz, que de ninguna manera significa un menoscabo de la soberanía nacional, del Estado de Derecho o de la integridad territorial del país. En ese sentido, cualquier acción que hayan desarrollado o desarrollen las Farc con la pretensión de reemplazar la acción de las autoridades legítimas del Estado es un incumplimiento de los compromisos que adquirieron con el Gobierno Nacional.

La instalación de las mesas de diálogos con las Farc, el pasado 7 de enero, a seis meses de asumir la Presidencia y tal y como nos habíamos comprometido, es la demostración de nuestro empeño en la construcción de la paz con base en la búsqueda de una solución política.

He constituido un grupo del más alto nivel, para que a nombre del Gobierno y con el Alto Comisionado para la Paz realice los diálogos de paz con las Farc, y determine con ella la agenda definitiva que será objeto de negociación.

Con la misma fe que un campesino siembra sus mejores luego recoger los más valiosos frutos, el Gobierno Nacional una agenda de trabajo y a la vez ha recibido la propuesta consistente en los diez puntos que el país ya conoce. Estoy la comparación de esas dos agendas muestra importantes y complementos.

semillas, para ha presentado por las Farc, seguro de que coincidencias

Confío en que la pronta reanudación de los diálogos, nos permitirá definir una bitácora conjunta para la paz. De esa manera lograremos trascender hacia el tratamiento de los temas que son definitivos para la reconciliación nacional.

Avanzar en ble. Prueba alternativo, de cultivos realización

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propósitos comunes con los grupos alzados en armas es poside ello será la ejecución de un proyecto piloto de desarrollo que servirá de modelo a los futuros programas de sustitución ilícito s, para lo cual las Farc han mostrado su acuerdo en la de un trabajo conjunto. El objetivo es favorecer el enfoque

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social y generar alternativas a los campesinos de las zonas más afectadas por la violencia, protegiendo a la vez nuestros recursos naturales.

De esa manera estamos comenzando a cumplir una de las aspiraciones que nos trazamos al diseñar el Plan Colombia. Su misión es justamente servir a los acercamientos entre el Gobierno Nacional y la insurgencia, a través de la realización de obras que permitan el desarrollo y la inversión social en los territorios menos atendidos por el Estado.

Con el ELNtambién hemos avanzado. Desde el inicio del Gobierno hemos construido las bases de trabajo que hoy nos permiten contar con un clima de confianza propicio para avanzar en el proceso de diálogo con este grupo. Debo resaltar la activa participación que ustedes han tenido en este proceso.

He dicho que el proceso de paz es el escenario democrático propicio para que el conjunto de la sociedad colombiana convenga las transformaciones de orden económico, político y social que requerimos con urgencia.

Esto quiere decir que la agenda de paz es amplia, que en ella no hay temas vedados y que el proceso debeprivilegiar la apertura de espacios democráticos en los que, con fundamento en el bien común, se determinen los rumbos que tomará el país.

Es por esa razón que mi Gobierno ha dado su respaldo a la Convención Nacional que propuso el ELN,y ha participado de cerca en sus trabajos preparatorios.

Los colombianos debemos concebir esa Convención como un espacio de diálogo abierto y plural, al que deberán concurrir los diversos estamentos, sectores y regiones de Colombia para expresar sus opiniones sobre los grandes temas de la reconciliación. Allí tendremos posibilidad de afianzar las propuestas que aportaría cada una de las partes, en el proceso de negociación política.

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tengo la seguridad de que las expectativas del ELNen esa gran reunión nacional, pueden coincidir con las expectativas del Gobierno. Sus voceros así lo han expresado a la opinión pública.

y

Eserespaldo del Gobierno se traduce en la presentación de cuatro propuestas alternativas sobre el lugar y las condiciones de seguridad en las que podría desarrollarse esa Convención en el territorio nacional.

El ELNse ha inclinado hasta el momento por la posibilidad del despeje de cuatro municipios del sur de Bolívar.Esta propuesta es inconveniente pues no se trata de competir con procesos iniciados con otros grupos guerrilleros en circunstancias y condiciones diferentes. Se busca llevar a cabo un proceso basado en los desarrollos específicos, de acuerdo con las experiencias y adelantos que se han obtenido.

De otra parte, la propuesta alternativa del ELN,de realizar la Convención Nacional fuera del país, presenta la posibilidad de adelantar el proceso de paz en el exterior. Personalmente soy partidario de esa tesis, pero en el caso concreto de esta gran reunión nacional, debemos analizar con cuidado los costos que representa para el país.

Confío en que el ELN,en aras de la viabilidad de la Convención Nacional, hará prevalecer el interés del país por la paz y analizará las alternativas que el Gobierno le ha planteado.

El Gobierno Nacional insiste que en cualquier caso la presencia de sus representantes en la Convención es condición única de legitimidad. No resultaría viable la realización de una reunión como la propuesta, a la cual asistan representantes del conjunto de la sociedad pero a la vez eso signifique la ausencia del Gobierno.

Sé que la reflexión llevará al ELNy a Colombia a concluir que la Convención Nacional es un excelente vehículo hacia la paz, siempre que anteponga los puntos que conducen a la reconciliación.

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Hemos asumido elliderazgo en la defensa de los Derechos Humanos. Lo dije recientemente: la defensa de estos derechos no es negociable porque es la esencia de la democracia y de la justicia social.

Porque somos un Gobierno convencido de la importancia que tiene para el ejercicio de la democracia y el logro de la paz, hemos emprendido una política integral para garantizar su protección y respeto. Sólo conseguiremos ese objetivo si garantizamos el trabajo conjunto entre el Gobierno y la sociedad.

Desde cuando elaboramos la Política de Paz, asumimos el compromiso de combatir los grupos de autodefensa y de justicia privada, con el pleno convencimiento de que son un grave factor de degradación del conflicto.

Como presidente de todos los colombianos he expresado con hechos concretos esa voluntad, que proviene de la necesidad de recuperar para el Estado el monopolio de las armas y de la administración de justicia.

He sido claro al afirmar que ellos no poseen carácter o naturaleza política. La única opción viable para estos grupos es el cese inmediato de sus operaciones, y el desmantelamiento de sus estructuras militares.

La política de paz que estamos ejecutando, aunque prevé el desarrollo del proceso de diálogo y negociación con la insurgencia, se proyecta en la erradicación de las situaciones de exclusión y de injusticia que originan y alimentan la violencia.

Por eso dispuse el diseño y puesta en marcha del Plan Colombia, ejefundamental de la política de paz y mediante el cual se vincula también a la comunidad internacional.

El Plan Colombia no es un simple programa de inversiones del Gobierno.

Con él hemos comenzado a desarrollar proyectos estratégicos, que buscan atender las necesidades de las regiones más deprimidas, así como en aquellas más azotadas por la violencia.

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Sus programas y proyectos de desarrollo e inversión se conciben y ejecutan con fundamento en la participación de la comunidad de tal forma que sobre ellos exista siempre una amplia convergencia de propósitos en la sociedad. Así se garantiza su utilidad en la búsqueda de consensos entre los colombianos.

Como es sabido de ustedes, la participación de la comunidad internacional en el proceso de paz tiene una gran importancia. La hemos denominado Diplomacia por la Paz. Por eso establecimos que la política del Gobierno buscaría la mayor comprensión y respaldo de los países amigos y de las organizaciones internacionales al proceso de reconciliación nacional.

Hemos obtenido una cooperación sin precedentes por parte de la comunidad internacional. Desde la tribuna de la Asamblea de las Naciones Unidas, el pasado mes de septiembre invoqué la solidaridad de sus países. Así hemos logrado que la cooperación para la paz se constituya en un punto importante en las relaciones con los Estados Unidos, la Unión Europea, y con los países de América Latina.

A manera de ejemplo, permítanme recordar cómo en la Cumbre Iberoamericana 23 jefes de Estado y de Gobierno manifestaron su apoyo a nuestro proceso de paz. Y en la reciente visita a España, el Rey don Juan Carlos y el presidente Aznar nos ofrecieron su respaldo. Hoy podemos decir que la comunidad internacional está lista para cooperar, política y económicamente en nuestro proceso de paz.

Nos hemos asegurado de que esa cooperación se dirija por las normas que le señalan los principios y las normas que rigen las relaciones internacionales, preservando los principios de igualdad y de no intervención entre los países.

Como ya lo he manifestado anteriormente, la participación de la comunidad internacional se podrá dar de diferentes maneras según sea el momento. Esta podrá llegar a ser como "terceros imparciales" que cooperen como facilitadores, mediadores e incluso como verificadores del cumplimiento de los compromisos que convengamos en los acuerdos.

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Es mucho lo que puede hacer la comunidad internacional por la paz de Colombia, pero por supuesto ello no sólo depende de la voluntad del Gobierno. Requiere la participación de la propia insurgencia, pues de lo que se trata es de convenir instrumentos que faciliten el proceso de reconciliación y no de introducir unilateralmente elementos que pueden llegar a interferirlo.

Como ustedes se pueden dar cuenta hemos iniciado un camino hacia la paz con acciones en muchos campos y con la participación de varias instituciones estatales y múltiples sectores sociales. Un camino construido por y para los colombianos en donde la comunidad internacional será de gran ayuda en la medida en que sus opiniones y aportes sean constructivos. Un camino difícil en donde es fundamental que exista una actitud positiva de los alzados en armas para lograr la solución política negociada.

He imaginado una jornada en la que la paz se obtiene después de un largo recorrido. Sé que construirla demanda tiempo, perseverancia y paciencia.

Pero hemos avanzado y soy optimista frente a los hechos concretos que hoy presentamos.

Por eso es necesario reafirmar la idea de que la construcción de este proceso necesita del trabajo de todos y cada uno de los colombianos. Todos le hemos apostado al futuro, y con esa percepción debemos actuar.

A cada quien corresponde una tarea específica y una responsabilidad en este recorrido. Este es el momento de cambiar nuestras costumbres, de mirar hacia el futuro con la seguridad de que de lo que hacemos ahora depende en buena parte el porvenir de nuestros hijos. El porvenir es la paz de Colombia.

Hace pocos días recordaba unas hermosas frases escritas en la humilde habitación de la Madre Teresa de Calcuta. Bien pueden estas palabras ilustrar el empeño que todos debemos tener en la búsqueda de la paz:

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"Lagente siempre va a ser irrazonable, ilógica y egoísta; Sigue amándola de todos modos.

Si haces el bien, la gente te tachará de interesado; Sigue haciéndolo de todos modos.

Si triunfas, ganarás amigos falsos y enemigos verdaderos; Sigue triunfando de todos modos.

La buena obra que realizas hoy será olvidada mañana; Sigue realizándola de todos modos.

La honestidad y la franqueza te harán vulnerable; Sigue siendo honesto y franco de todos modos.

Lo que construyes durante años puede ser destruido en un día; Sigue construyendo de todos modos.

La gente que te necesita puede atacar te si tratas de ayudar; Sigue ayudándola de todos modos.

Cuando le das a este mundo lo mejor de ti, lo olvidará pronto, Sigue dándole lo mejor de ti de todos modos".

Quiero ser claro: En la búsqueda de la paz, seguiremos de todos modos.

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INTERVENCIÓN DEL ALTO COMISIONADO PARA LA PAZ, VÍCTOR G. RICARDO CONSEJO NACIONAL DE PAZ Santa Fe de Bogotá, O.e., 24 de marzo de 1999

"No podemos ser inferiores a la responsabilidad que nos impone la hora presente: Un país donde los pobres no comen, la clase media no vive y los ricos no duermen, necesita del compromiso de todos los colombianos en la búsqueda de la reconciliación nacional".

Seguro como estoy de que no existe entre los colombianos un mayor anhelo ni una mayor preocupación que la búsqueda y obtención de la paz del país, quiero hoy hablar con toda claridad acerca de algunos peligros y dificultades que nos deben alertar y conducir a esclarecer la responsabilidad histórica que a todos nos acompaña y concierne, pues afecta los rumbos del proceso de paz que hemos emprendido bajo elliderazgo del Jefe del Estado.

Hablo a sabiendas de que mis palabras podrán incomodar a algunos, pero el interés supremo de la Nación me exige hablar ahora sin diplomacias, con el fin de reclamar de todos, de invitar a todos, a actuar con la grandeza que nos exige la hora presente.

Soy consciente de las grandes expectativas que el conjunto de la sociedad tiene frente al proceso de paz. Es apenas natural que ellas existan, pues en el pasado fue mucho el tiempo desperdiciado, y desconcertante la ausencia de liderazgo en el diseño y conducción de una política de paz, y' es ahora grave el acrecentamiento y la degradación del conflicto, insoportable el dolor en nuestros campos, e irritante el costo de las oportunidades perdidas.

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Todoello influye de manera profunda en el afán que tienen nuestros compatriotas de ver resultados inmediatos en el proceso de paz, y en particular frente a las posibilidades que hemos abierto para llevar adelante una negociación con los grupos insurgentes que resuelva por fin el conflicto.

Naturalmente, ese afán debe conciliarse con los ritmos que por su naturaleza compleja tienen, aquí y en Cafarnaúm, los acercamientos con los alzados en armas.

Nadie puede dudar de la eficacia que esta Administración ha demostrado al poner en marcha el proceso de paz. Ningún Gobierno había llegado tan rápido y con tanta seriedad al inicio de unos diálogos con la insurgencia, como parte de una política de paz integral.

Por ello no es comprensible que ahora haya quienes, valiéndose de las dificultades que les son inherentes, pretendan hacer del proceso de paz una plataforma política, o el espacio para emerger o reciclarse como protagonistas de la vida nacional, sin detenerse a pensar que actuando así lo que obtienen es socavar los esfuerzos del Gobierno Nacional y de la propia insurgencia para consolidar el camino de los entendimientos.

Hacen mucho daño los que sin tener responsabilidad política alguna en la conducción del proceso de paz, suelen atravesarse en las decisiones del Gobierno Nacional con el ánimo de adoptarlas por él o de influirlas. Quiero ser claro en que elliderazgo del proceso de paz le corresponde de manera exclusiva y privativa al Gobierno, que es el que tiene la legitimidad democrática y la autoridad constitucional para ello.

Así como no vamos a eludir ni a delegar esa responsabilidad, tampoco vamos a permitir la actuación de quienes se dedican a poner al gobierno frente a hechos cumplidos; o de los que, justificándose en cualquier sofisma, pretenden reemplazar al Gobierno frente al diálogo y la negociación con la insurgencia.

Felizmente, a Colombia le llegó la hora de un nuevo liderazgo y la primera y fundamental responsabilidad que con la paz tenemos todos los ciudadanos, es la de actuar en apoyo de sus designios.

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No tengo duda de la buena voluntad que acompañó a muchos colombianos que, ante la crisis política del pasado y su subsecuente imposibilidad de avanzar en la reconciliación nacional, buscaron acercamiento s con la insurgencia para mantener vivas las posibilidades de iniciar un proceso de diálogo y negociación con ella.

Esa situación ha sido superada; y lo que procede ahora, a quienes obligados por las circunstancias así debieron actuar, es retomar las funciones que frente a la paz les son propias, bien como miembros de la sociedad civil, o como autoridades. En la búsqueda y obtención de la paz todos sin excepción tenemos responsabilidades concretas; la tarea ahora consiste en que cada quien asuma con grandeza y entusiasmo la suya.

Quiero dirigirme también a quienes, convencidos de que el destino de Colombia es la guerra, se han dedicado a augurar y pregonar el fracaso del proceso de paz, invitando a la Nación al desaliento. Nada más destructivo que el pesimismo, y más aún cuando carece de bases objetivas y se alimenta del egoísmo.

El Gobierno Nacional está absolutamente abierto al escrutinio y a la crítica a sus gestiones de paz. Nada mejor que una sociedad activa y vigilante, comprometida con el éxito del proceso y diligente para aportar con espíritu solidario y constructivo sus opiniones y recomendaciones. No rehuimos las críticas.

Existe una política de paz de bases y cimientos sólidos, que el país entero conoce, incluso desde antes de la posesión del señor Presidente de la República, pues él mismo se encargó de exponerla en forma amplia. Setrata de una política integral e integradora.

Es integral, pues todo el programa de gobierno se sustenta en el alcance de la reconciliación nacional; prevé la negociación política con la insurgen-

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cia con fundamento en sus propias agendas; conoce la urgencia y necesidad de realizar los derechos humanos, lajusticia social y la ampliación de la democracia; actúa en el ámbito de la solución a los problemas socioeconómicos del país, privilegia la redención de las zonas deprimidas y azotadas por la violencia a través del Plan Colombia; busca la solución a todas las formas de violencia; hace frente a asuntos tan apremiantes como el problema mundial de las drogas, y se propone que el proceso se constituya en el escenario para diseñar y llevar a la práctica las transformaciones de orden económico, político y social que requiere la consolidación de una paz estable y duradera.

Es integradora, pues tiene su fundamento en la participación y el concurso de toda la Nación colombiana, privilegia la configuración de escenarios democráticos para la deliberación, decisión y ratificación de los acuerdos de paz; favorece la realización de una Asamblea Nacional Constituyente en la que, respetando la voluntad expresada por el voto popular y el imperio del pensar de las mayorías, se convengan las bases del país que queremos; propone la celebración de un acuerdo nacional sobre temas vitales para avanzar hacia la reconciliación; convoca y congrega a su favor la cooperación de la Comunidad Internacional con apego a los principios y normas que la rigen, apoyo y cooperación nunca antes vista en la historia colombiana gracias a la diplomacia por la paz que ha emprendido el señor Presidente de la República; trasciende la duración de este con su coherencia y proyección; y tiene como meta final la reconciliación y la consolidación de la unidad nacional.

Para el desarrollo de esa política de paz hemos adoptado decisiones de orden procedimental, que buscan favorecer el inicio de un proceso serio de diálogo y negociación con la insurgencia. Colombia entera sabe que hemos sido generosos y tenaces en esos esfuerzos, como sabe también que no hemos puesto ni pondremos jamás en riesgo el Estado de Derecho, la soberanía o la integridad territorial.

No obstante, se puede inducir a la confusión, sembrando el desconcierto al centrar el éxito o fracaso del proceso de paz en fechas, lugares, reuniones preliminares, viajes, presencias o ausencias y, en fin, en asuntos

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procedimentales que están permanentemente sujetos a cambios, a contingencias o a decisiones tácticas. Tal proceder actúa en detrimento del proceso, pues distrae la atención de los asuntos sustantivos y desdibuja sus propósitos cruciales, que no pueden ser otros que la finalización de la confrontación militar, con base en la inserción plena de todos los colombianos a la vida constitucional del país y la consolidación del principio del monopolio exclusivo de las armas en el Estado, así como la resolución de los problemas económicos y sociales que están en el origen y alimentan el conflicto.

Quiero invitar a los medios de comunicación para que actúen con responsabilidad, en especial asegurando la autoridad de sus fuentes. Quiero explicar que no hay por qué sorprenderse de los virajes hechos o que puedan hacerse en el futuro en aspectos procedimentales para la paz, pues ellos han obedecido y podrán responder a necesidades sobrevinientes del proceso.

No puedo dejar de advertir, por otra parte, el daño que hace al proceso de paz el especular sobre el denominado "Plan B" del Gobierno Nacional. De manera tajante quiero afirmar que los propósitos de paz que acompañan nuestra gestión, son firmes y de largo plazo; ellos surgen de la profunda convicción que el señor Presidente de la República y los miembros de su equipo de Gobierno tenemos acerca de que la solución del conflicto debe ser negociada, y con la cual estamos seguros de interpretar el sentir de las grandes mayorías de colombianos.

En la búsqueda de esta noble aspiración que es la paz, no me mueve ninguna ambición personal: en ese empeño he tratado simplemente de ofrecer con generosidad y desprendimiento mi aporte, para el logro del que acaso constituye el mayor anhelo de los colombianos. En esta tarea de orfebre por la reconciliación nacional, no soy un advenedizo. En el gobierno del Presidente Betancur, seguí muy de cerca las intimidades de su proceso de paz cumpliendo con la diligencia debida los encargos que me fueron encomendados, en mi calidad en esa época de Viceministro de Gobierno y Secretario General de la Presidencia de la República. Con posterioridad en mi calidad de parlamentario, estuve también acompañando el proceso de paz de los años 90.

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Conozco muy bien los niveles de incomprensión que en algunos sectores de la vida nacional suscitan las responsabilidades que he asumido en la búsqueda de la paz, cuyos avances producen más satisfacciones espirituales que de otra índole. Sólo Dios, el Presidente de la República y mi familia conocen los sacrificios, los desvelos y las privaciones que he tenido que soportar en la tarea de trabajar en la construcción del camino de la paz. l'Iodo sea por el bien de Colombia!

Algunos empresarios se dejan desbordar por el escepticismo. Algunos columnistas lanzan imprecaciones sin fundamento a través de los medios de comunicación. Frente a algunas vicisitudes del proceso de paz, a no pocos se les oscurece el horizonte y se les desordena la perspectiva, cuyos síntomas recurrentes se manifiestan cuando empiezan a confundirse las causas con los efectos y a proliferar los bizantinismos. En medio de tal extravío, no faltan quienes reclaman del Gobierno la adopción de una estrategia de guerra integral, como respuesta única a los desafíos del conflicto armado.

Nada nos ha traído más desgracias que la persistencia en la idea de abandonar los esfuerzos de negociación ante el primer tropiezo, para retornar a la idea de mantener el conflicto. Se ha ensayado hasta la saciedad esa fórmula, y persistir en ella sería tanto como planificar una nueva tragedia.

La sociedad sabe valorar en forma objetiva el comportamiento de las partes en el proceso de paz, y ello le permitirá saber a quién exigir que afiance su voluntad de paz y presionar para que la traduzca en hechos concretos y verificables.

Hay situaciones en las que, pese a todos los esfuerzos que pueda y llegue a hacer el Gobierno Nacional, es a la insurgencia a quien corresponden las cargas, como ocurre por ejemplo con la liberación de los secuestrados o retenidos.

Hay que hacer un frente común contra esta práctica, para exigir a todos los actores armados el respeto del derecho a la libertad personal. Y de igual

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modo hay que actuar frente a toda infracción del Derecho Internacional Humanitario, cerrando filas para exigir la protección de quienes no participan en las hostilidades y de los bienes de carácter civil.

En coherencia con lo previsto en la Política de Paz, el Gobierno ha puesto este tema junto al de los Derechos Humanos, pues tenemos plena certeza de que para alcanzar la paz es urgente y vital salvaguardar la dignidad humana, tan estropeada y ofendida por las prácticas bárbaras de la guerra.

Soy consciente de que si no ordenamos la propia casa; si no actuamos sobreponiendo los intereses de la Patria a las aspiraciones particulares, si no obramos bajo elliderazgo del Jefe de Estado con criterios unívocos; si hacemos del proceso de paz una torre de Babel, estaremos en serio y grave riesgo de desperdiciar la oportunidad más cercana, de las pocas que se nos han permitido, para obtener por fin la paz, hasta ahora tan esquiva.

La historia se ha encargado de ofrecerle esa misma oportunidad a la insurgencia colombiana. Albergo la esperanza de que habrá de aprovecharla, y por la bienaventuranza de la Nación pido a Dios que así sea.

Los colombianos que no reconocemos en la lucha armada el camino correcto para las transformaciones, tenemos que unir nuestra voluntad; sembrar la concordia entre nosotros mismos, para avanzar con la certeza de que esa será la única forma de alcanzarla.

Señores integrantes del Consejo Nacional de Paz: En concordancia con los lineamientos que inspiran la política de paz del señor Presidente Andrés Pastrana y como cuerpo consultor y asesor, tienen ustedes una gran responsabilidad ante el momento histórico que impone la hora presente. Un país donde los pobres no comen, la clase media no vive y los ricos no duermen, necesita del aporte de todos los colombianos, empezando por ustedes, cuyas opiniones y trabajo, consideramos serán prenda de garantía en el trabajo que conduzca a la reconciliación nacional.

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SESIÓN PLENARIA DEL CONSEJO NACIONAL DE PAZ DECLARACIÓN A LA OPINIÓN

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Santa Fe de Bogotá, D.C., 24 de marzo de 1999

El Consejo Nacional de Paz, valorando positivamente el hecho de que el Gobierno Nacional y la insurgencia guerrillera hayan decidido volver a iniciar un proceso de conversaciones, tendientes a superar por la vía negociada el conflicto interno armado, y reiterando que los procesos de negociación con las organizaciones alzadas en armas deben garantizar la unidad nacional, DECLARA: 1.

Su apoyo y respaldo incondicional al proceso de solución política negociada del conflicto interno armado en que están comprometidos el Gobierno Nacional y los alzados en armas y al cual nos debemos vincular todos los colombianos y colombianas.

2.

El respaldo a la prórroga aprobada por el Gobierno Nacional, de la zona de distensión establecida para los diálogos entre este y las FARCEP. La zona de distensión tiene como finalidad definir la agenda común de la negociación, pero llamando a las partes a que se precisen las condiciones de funcionamiento de la misma, de tal manera que las autoridades civiles puedan cumplir a cabalidad con sus funciones y se garanticen los derechos constitucionales de los ciudadanos, tal como fue establecido entre el Gobierno Nacional y las FARC-EP.

3. Plantearles al Gobierno Nacional y al ELN que realicen todos los esfuerzos y analicen todas las posibilidades para que el proceso de Con-

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venció n Nacional entre el ELN, la sociedad colombiana y con la participación del Gobierno Nacional se pueda adelantar en territorio colombiano, lo cual supone el establecimiento de garantías estables para la realización de la misma.

4. Expresar su preocupación por las difíciles condiciones de orden social y económico que está viviendo la mayoría de los colombianos y que crean un entorno desfavorable para avanzar por el camino de la paz con justicia social.

5. Solicitar al Gobierno Nacional que se tramite ante el Secretariado de las FARC-EPla realización de una reunión con miembros del Consejo Nacional de Paz en la zona de distensión, para intercambiar puntos de vista sobre el desarrollo del proceso y definir más claramente la participación de este organismo en el desarrollo de estas conversaciones.

6. Proponer la creación de Mesas de Trabajo para iniciar un proceso amplio de discusión de los temas de las agendas de las conversaciones, en el entendido de que la agenda de la negociación no puede ser sólo la erradicación de los cultivos ilícito s y posibilitar así que haya una amplia participación nacional en la precisión del tipo de reformas que son viables y posibles para superar el conflicto interno armado.

7. Llamar al Gobierno Nacional y a las organizaciones guerrilleras a que acuerden y definan un grupo de acompañamiento internacional (países, entidades, instituciones, personas) y un papel a cumplir por el mismo en el proceso de conversaciones que se están iniciando. Lo anterior partiendo de la base del pleno respeto a la soberanía nacional y al principio de la no intervención en los asuntos internos del país.

8. Rechazamos todos los actos atentatorios contra los miembros de la población civil no combatiente y hacemos un llamado imperativo a los actores del conflicto para que respeten las normas del Derecho Internacional Humanitario. Como un gesto sincero de paz de los grupos al margen de la ley deben ser liberadas las personas secuestradas.

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9. Solicitarle al Gobierno Nacional que apoye y le dé desarrollo pleno a la Ley del Consejo Nacional de Paz, lo que implica regularizar su convocatoria, promover la conformación de los Consejos Regionales de Paz y los Organismos Asesores Previstos.

10. Los miembros del Gobierno Nacional, integrantes del Consejo Nacio nal de Paz, reciben con beneplácito las recomendaciones realizadas para ser estudiadas.

Palacio de Nariño, Santa Fe de Bogotá, O.e.

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ENTREVISTAS AL ALTO COMISIONADO PARA LA PAZ VÍCTOR G. RICARDO

VÍCTOR G. RICARDO EN POCAS PALABRAS Santa Fe de Bogotá, D.C., enero de 1999

¿Qué le tira a Tirofijo?

Nada le tiro, la mano le estiro, para que hagamos la paz.

¿En la mira de quién vive?

En la de cada colombiano que tiene puestos los ojos en la obtención de la paz.

¿Yale dicen Ricardo Corazón de León?

Nadie hasta ahora. Debe ser porque no llevo espada ni escudo, aun cuando sí estoy de cruzada.

¿Le reza a San Vicente o a Sor Palacio?

Les rezo a todos los santos.

¿En el proceso a quién le da pico y placa?

Nos hemos encargado de que el proceso no tenga restricciones para ninguno.

¿y en el Caguán hay hora zanahoria?

No. Allá se trasnocha fiesta es para la paz.

y se madruga porque hay "conductor elegido" y la

¿En la primera reunión de Pastrana con Tirofijo quién tomo cacao?

Al Presidente no le gusta y por allá no ofrecen de eso.

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¿En el proceso de paz quién es el Bill? (léase vil) Todo el que sienta que la paz no es su responsabilidad. ¿Será que sé jojoy todo?

Pienso siempre por la positiva. ¿Qué pasó con la paloma?

Por aquí anda rondando y le estamos haciendo una casa para que se quede. ¿Quién le dice la paz sea contigo?

Todos mis compatriotas. ¿Cuál es el virus de la paz?

La indiferencia y la apatía, pero la vacuna está funcionando. ¿Cree en el silencio de los inocentes?

Creo que los inocentes ya no están callados sino exigiendo a viva voz el respeto a sus derechos y que se ponga fin a la guerra. ¿Será que le hacen conejo al Gobierno?

Con una política de paz que es seria no creo que nadie quiera ser "vil" ahora. ¿Yaleyó la guerra y la paz?

Leí ese libro hace tiempo, pero ahora sólo leo sobre paz. ¿Qué aprendió de Maquiavelo?

La mayoría de lo que aprendí es sobre cómo no hacer la política, aunque comparto que el amor a la patria debe ser la virtud de sus líderes.

Dios, patria y ... Paz LA quién le regalaría el libro A diós a las armas?

A todos los violentos de Colombia.

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REPÚBLICA DE COLOMBIA

Como Fernando González, el filósofo de Envigado, ¿ya se tomó el derecho a no obedecer?

Como creo en nuestra democracia y nuestro estado de derecho, prefiero ejercer los derechos que me dan la constitución y la ley.

¿Qué le trajo el Niño Dios?

Muchos pasajes a San Vicente del Caguán.

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REPORTAJE DE LA AGENCIA ANCOL

Febrero de 1999

1. ¿Cuál es la actual situación del proceso de paz, después de las complicaciones que se han presentado en los últimos meses?

Quisiera resaltar en primer lugar que son infinitamente mayores los avances que las complicaciones que los colombianos podemos registrar durante los últimos meses frente al cumplimiento de nuestros propósitos de paz. Es bueno contarle a la opinión pública internacional que durante varios años el conflicto armado se desarrolló sin que existiera la posibilidad o la esperanza de poder establecer un proceso de diálogo y negociación entre el Gobierno Nacional y los movimientos insurgentes a través del cual se busque una solución política. La situación actual es totalmente distinta, pues durante los ocho meses de esta Administración, bajo la conducción directa del señor Presidente de la República, hemos puesto en marcha un proceso de paz serio y confiable, que es respaldado por el conjunto de la sociedad colombiana y que goza del apoyo y respaldo de la Comunidad Internacional.

Como es apenas natural, aunque no deseable, ese proceso encuentra a su paso las dificultades que son inherentes a la resolución de un conflicto armado de muchos años y las que implica la construcción progresiva de confianza entre las partes. Lo importante es que por parte del Gobierno Nacional existe la voluntad de superarlas, como creemos que existe en la insurgencia. En la actualidad estamos próximos a reanudar los diálogos formales con las FARC,con el fin de establecer la agenda definitiva de paz y los procedimientos en los que se desarrollarán los procesos de diálogo y

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negociación. Asimismo, hemos presentado al ELN cuatro alternativas diferentes sobre las condiciones en las que podría desarrollarse la Convención Nacional de Paz que esa organización ha propuesto para iniciar el proceso y permanecemos abiertos a estudiar otras fórmulas. Tenemos confianza en que pronto podremos alcanzar un acuerdo sobre ese aspecto procedimental.

2. Como es conocido, algunos oficiales de los Estados Unidos dicen que dudan de que el Gobierno de Colombia pueda esta blecer algún acuerdo con las FARC-EP.En especial, varios oficiales del Congreso de los Estados Unidos desearían que el Gobierno de Colombia intensificara la guerra contra las FARCEP y contra el narcotráfico. ¿Qué opina de esto?

La política de paz de esta administración tiene fundamento en la solución política y estamos seguros de que es ésa la voluntad de las inmensas mayorías nacionales. No hemos renunciado ni renunciaremos a nuestra obligación constitucional de defender las instituciones democráticas y el Estado de Derecho, pero creemos que es equivocado pretender una solución al conflicto por la vía militar, no sólo porque es fundamental detener la confrontación y evitar mayores sufrimientos a nuestros compatriotas, sino porque por esa vía no se resuelven los problemas de orden económico, político y social que están en el origen y alimentan la violencia.

Quiero aclarar que una cosa es la solución del conflicto armado, que tiene razones políticas y que por tanto debe favorecer la opción política negociada, y otra es el combate contra el narcotráfico, en la cual el Estado colombiano se ha empeñado a fondo, como el mundo entero conoce.

3. ¿Cree que es importante que los estadounidenses entiendan

cómo el Gobierno planea adelantarse a la suspensión de las negociaciones, la intensificación de la pesca milagrosa, la muerte de los tres estadounidenses y la suspensión de contactos entre los Estados Unidos y las FARC-EP? Respecto a la primera parte de su pregunta quiero reiterar que estamos a las puertas de reanudar los diálogos con las FARCy que confiamos en que

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podremos avanzar sin más demoras o dilaciones injustificadas. En esa mesa propondremos la adopción de algunas normas de procedimiento que nos permitan desarrollar el proceso sin interrupciones y con el compromiso futuro de no suspenderlo unilateralmente. Respectoa la segunda parte de su pregunta, seguiremos exigiendo a la insurgencia en el cumplimiento de sus obligaciones frente al Derecho Internacional Humanitario e insistiendo en la necesidad de asumir compromisos concretos y verificables sobre el respeto a la población civil y sus bienes. En relación con el comportamiento de la insurgencia frente al asesinato de los tres ciudadanos estadounidenses, mantendremos nuestra exigencia para que las FARCpongan a sus responsables ante la justicia colombiana, a fin de que sean juzgados y sancionados por su acción criminal, en lo cual existe además una coincidencia de criterios con el Gobierno de los Estados Unidos.

4. Más allá de asuntos inmediatos, tengo que preguntar algo de los pensamientos del alto comisionado en la forma posible de cualquier acuerdo: Zqué intereses fundamentales tienen el Gobierno y las FARC-EPen que se establezca una base para las negociaciones?

Los intereses fundamentales que motivan al Gobierno Nacional a establecer las bases de la negociación con la insurgencia son el fin del conflicto armado por la vía política y el establecimiento de las transformaciones que se requieren para la superación de los problemas estructurales de Colombia. Conforme con lo expresado por la insurgencia, en esos propósitos existe coincidencia.

5. ¿Ha cambiado la valoración del alto comisionado sobre los

líderes y las intenciones de las FARC-EP? El alto comisionado mantiene sus valoraciones sobre los líderes y las intenciones de las FARC,pues cree en su voluntad de encontrar una salida política del conflicto y en que están persuadidos de que la violencia sólo trae más violencia.

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CUESTIONARIO DE LA UNIDAD DE PAZ DE EL TIEMPO, AL ALTO COMISIONADO PARA LA PAZ

Santa Fe de Bogotá, D.C., 23 de marzo de 1999

Doctor Víctor G. Ricardo Alto Comisionado para la Paz Ciudad Apreciado Dr. Ricardo:

Conocido el informe de la Heritage Foundation, para la edición de mañana estamos preparando un informe sobre cómo fue recibido en Colombia.

De ahí que resulte conocer sus puntos de vista sobre los siguientes temas.

Según la Heritage Foundation, na?

el proceso de paz es un fracaso, zqué opi-

¿y qué opinión le merecen los comentarios según los cuales el plan de paz es una bandera blanda de rendición que terminará por balcanizar a Colo~bia?

El informe critica la propuesta el Plan Marshal al señalar que se trata de una transferencia de recursos a la guerrilla que no garantiza la finalización de actividades como el secuestro. ¿Qué piensa de eso?

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zComparte la tesis, cada vez más intensa en Estados Unidos, según la cual la guerrilla no tiene voluntad de negociar y de renunciar a sus ingresos por narcotráfico? ¿Qué efectos podría tener ese informe en un congreso de mayoría cana a la hora de concretar ayuda a Colombia para la paz? ¿Va a insistir en el retiro de la guerrilla armada del casco urbano Vicente en razón de la explosión de una granada?

republi-

de San

¿ Qué se puede esperar en concreto de la convocatoria del Consejo Nacional de Paz para reactivar el proceso con el ELN Y acelerar el de las FARC? Por su atención, le agradecemos.

Juan José Ramírez Unidad de Paz de El Tiempo

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RESPUESTA DEL ALTO COMISIONADO PARA LA PAZ AL CUESTIONARIO DE LA UNIDAD DE PAZ DE EL TIEMPO

Santa Fe de Bogotá, D. c., 23 marzo de 1999 Señor JUAN JOSÉ RAMÍREZ Diario El Tiempo Ciudad Apreciado señor Ramírez: Me permito enviarle las respuestas al cuestionario que usted me hizo llegar.

Respuesta 1 Ante todo, quisiera llamar la atención sobre el valor que nos deben merecer las opiniones de una fundación que representa intereses radicalmente distintos a los del actual gobierno de los Estados Unidos, en momentos en los que comienza a definirse la contienda electoral de ese país, que tendrá lugar en el año 2000.

Es necesario que tengamos presente que la opinión pública norteamericana presta una particular atención a los asuntos de política exterior al momento de decidir su voto, por lo que es muy probable que el informe de la Heritage Foundation esté motivado más en asuntos de política doméstica norteamericana, que en una valoración objetiva del proceso de paz colombiano.

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No es fácil comprender las sutilezas y complejidades de un conflicto y de un proceso de paz cuando se mira a la distancia, sin conocer su historia y sus raíces. No es apropiado entonces valerse de elementos de coyuntura y de limitados instrumentos de análisis si se quieren elaborar conclusiones acertadas.

Respuesta 2 Se trata de una afirmación atrevida que no tiene asidero en la realidad. Es lamentable que en esta materia el informe se limite a destacar un aspecto procedimental del proceso de diálogo y negociación entre el Gobierno Nacional y la insurgencia, no sin distorsionar el sentido y los alcances de la zona de distensión, en lugar de analizar a fondo los aspectos sustantivo s de la política de paz.

Cuando se especula sobre la posibilidad de que Colombia entre en un proceso de "balcanización", se ignora que en nuestro país existe la vocación unitaria, incluso entre los diversos grupos alzados en armas, y que el Estado colombiano ejerce su jurisdicción en la totalidad del territorio nacional, sin veda alguna. Quien conoce la correlación de fuerzas en el conflicto sabe que las únicas posiciones militares consolidadas son las que corresponden a las fuerzas militares del Estado, y que ningún grupo armado al margen de la ley tiene la capacidad para imponerse en una porción del territorio nacional.

Por otra parte, si la Heritage hubiera efectuado un estudio más juicioso se habría enterado de que en la legislación colombiana está prevista la declaratoria de "zonas de distensión", con el fin de proveer las condiciones y garantías necesarias para la realización de diálogos y negociaciones con los movimientos insurgentes. Reitero que en ningún caso la decisión adoptada por el Presidente de la República de declarar la zona de distensión, en cinco municipios del sur de Colombia, con el fin de iniciar en ella el proceso de diálogo y negociación con las FARC, puede entenderse como una "renuncia" de esos territorios.

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Respuesta 3 No es cierto que con este plan se busque efectuar una transferencia de recursos a la guerrilla, como lo propone el informe. No puedo aceptar ni permitir que se insinúe que el Presidente de la República pretende hacer creer a los Estados Unidos que el Plan Colombia tiene esos alcances.

Quien se tome el trabajo de leer la presentación oficial que el Jefe de Estado hizo del Plan Colombia conocerá de inmediato y con claridad que éste busca, con elliderazgo y la iniciativa del Gobierno Nacional, la redención económica y social de las zonas del país marginadas y azotadas por la violencia, con la activa participación de las comunidades que habitan en ellas.

Respuesta 4 El señor Presidente de la República ha sido claro al señalar que el narcotráfico y la insurgencia son fenómenos distintos. No hay ingenuidad en nuestro análisis. Hemos aceptado que el conflicto tiene razones políticas, y por lo tanto creemos que su solución debe ser política.

Le hemos presentado a la Comunidad Internacional una política de paz que es seria, y que comprende una confiable vía de solución a la producción de drogas ilícitas en nuestro país, la cual ha sido ampliamente respaldada.

Esa solución surge de comprender que en muy buena medida los cultivos ilícito s tienen origen en un problema social que es preciso resolver, por lo cual pone su énfasis en las alternativas de desarrollo, únicas capaces de erradicar de manera permanente las formas ilícitas de producción. Felizmente, en esta materia hay un amplio consenso internacional y una coincidencia de percepción con la insurgencia.

Respuesta 5 Con el liderazgo del señor Presidente de la República y del Ministro de Relaciones Exteriores hemos explicado y obtenido la comprensión de los

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Estados Unidos sobre los pormenores de nuestro conflicto y del proceso de paz. Confío en que ello pesará más que un informe hecho a control remoto y que expresa una visión incompleta y parcial del problema.

Respuesta

6

Insistiré permanentemente, como lo vengo haciendo, en el cumplimiento cabal de todos los compromisos asumidos por las FARCcon ocasión de la vigencia de la zona de distensión, sin perjuicio de los casos particulares.

Respuesta 7 La convocatoria al Consejo Nacional de Paz tiene por objeto explicar el desarrollo del proceso y afianzar la coherencia de los propósitos y caminos del Estado para el diálogo y negociación con la insurgencia. La responsabilidad por el avance de los procesos de diálogo y negociación pesa en la actualidad de manera principal a las FARC y al ELN. Reciba un cordial saludo,

Víctor G. Ricardo, Alto Comisionado

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para la Paz.

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ALGUNAS MANIFESTACIONES DE APOYO INTERNACIONAL AL PROCESO DE PAZ

MÁS AYUDA PARA LA PAZ DE COLOMBIA EL PAÍs

Cali, 10 de agosto de 1998

El gobierno francés está dispuesto a integrarse al grupo de países amigos que promueven la paz en Colombia, y a participar en un fondo internacional que financie las actividades de pacificación, señaló en Bogotá el ministro francés de Comercio Exterior, Jacques Dondoux, al teminar una visita oficial.

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CRECE APOYO EXTERNO PARA PROCESO DE PAZ COLOMBIANO EL NUEVO SIGLO

Santa Fe de Bogotá, D.C., 2 de septiembre de 1998

Un grupo de "países amigos" continuó rodeando a Colombia para un eventual proceso de paz, al recibir un decidido respaldo de los presidentes de Sudáfrica y de Cuba, Nelson Mandela y Fidel Castro, respectivamente.

El mandatario sudafricano Nelson Mandela, felicitó al presidente Pastrana por la reunión que sostuvo el mes pasado con los jefes de las FARCy ofreció un decidido respaldo al proceso de búsqueda de la paz y la reconciliación que lidera su administración.

"Confío en que su gobierno logre un éxito histórico en el proceso de paz", dijo Mandela, luego de señalar que frente al movimiento de Países No Alineados apoyará todos los procesos de paz, en especial el que adelanta Colombia.

Eljefe de Estado de Sudáfrica resaltó elliderazgo de Pastrana Arango en la reconciliación de todos los colombianos y declaró: "Este proceso de paz debe ser el resultado de un consenso al interior del país. Tengo esperanzas de que el proceso de paz del presidente Pastrana Arango tenga una positiva consecuencia".

Destacó así mismo los esfuerzos de la comunidad colombiana para encontrar el entendimiento y la reconciliación, al tiempo que señaló a Pastrana Arango que "la gente de su país puede hacer un poco más ahora, en estos momentos a favor de la paz".

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Posteriormente Pastrana Arango se reunió con el presidente de Cuba, Fidel Castro, quien ofreció a Colombia una "colaboración total" para el proceso de paz.

Castro fue enfático en señalar que un proceso de paz requiere "paciencia".

En este sentido, el presidente Pastrana Arango coincidió en que al margen de este proceso, hay muchas personas impacientes esperando resultados.

"Yocreo que lo más importante en un proceso es la seriedad, la responsabilidad y la discreción. Hay que agregarle paciencia", dijo.

El mandatario colombiano aclaró que durante su reunión con Castro no se habló de mediación ni de intervención.

"En esto he sido reiterativo y solamente sé que se conformará el grupo de países amigos en el momento en que nosotros nos sentemos a la Mesa de Negociación y de la mano con los grupos subversivos", señaló Pastrana Arango.

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REPÚBLICA DE COLOMBIA

IBEROAMÉRlCA RESPALDA PROCESO DE PAZ EN COLOMBIA

Texto de la declaración de los jefes de Estado y de Gobierno de los países iberoamericanos en torno al proceso de construcción de la paz en Colombia.

Oporto, Portugal, 18 de octubre de 1998

Los jefes de Estado y de Gobierno de los países iberoamericanos reunidos en la ciudad de Oporto, Portugal, expresamos nuestro más firme e incondicional apoyo al proceso de construcción de la paz que ha emprendido el Gobierno de Colombia como tarea prioritaria y en desarrollo de la voluntad expresada por el pueblo colombiano, a fin de alcanzar una solución definitiva a la confrontación armada, mediante una agenda para la paz y la reconciliación nacional.

En este sentido manifestamos nuestra voluntad de cooperación como complemento y ayuda a los esfuerzos emprendidos por el hermano país.

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BRITÁNICOS DISPUESTOS A RESPALDAR LA PAZ EL UNIVERSAL

Cartagena, 24 de octubre de 1998

Un nuevo respaldo internacional recibió el proceso de paz colombiano, al conocerse la disposición del gobierno británico de apoyar cualquier iniciativa en ese sentido.

Así lo manifestó este viernes Tony Lloyd, Ministro de Estado, quien culminó una visita de dos días al país, en la que conoció, de parte del presidente Andrés Pastrana, el proceso de paz que se adelanta con los grupos subverSIVOS.

El diplomático alentó a Colombia a seguir adelante en el camino de reconciliación nacional, a pesar de los hechos de violencia que se presentan para entorpecerlo.

El Ministro británico expresó su confianza para que los actores armados encuentren pronto los mecanismos para restablecer el conflicto.

En este sentido, dijo que el Gobierno británico está dispuesto a colaborar en lo que sea necesario para el proceso de paz. Este viernes se conocieron pronunciamientos de rechazo al atentado por parte de los gobiernos de Canadá e Israel.

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ESPALDARAZO DE VENEZUELA AL PROCESO DE PAZ EN COLOMBIA EL ESPECTADOR

Santa Fe de Bogotá, D.C., 3 de noviembre de 1998

Las palabras del presidente Rafael Caldera, pronunciadas bajo el sol de plomo de Caracas, fueron premonitorias: "Debo decirle que el proceso de paz en Colombia es para Venezuela un objetivo nacional".

Su colega, Andrés Pastrana, abrazó a su interlocutor, lo acompañó hasta su residencia de Miraflores, donde conversaron asuntos bilaterales durante una hora y 20 minutos, recibió una condecoración, compartió con él amigablemente un almuerzo y le dijo adiós porque la guerra lo obligaba a regresar a Colombia.

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ALEMANIA NO CONDICIONA AYUDA AL PROCESO DE PAZ EL ESPECTADOR

Santa Fe de Bogotá, D.C., 9 de enero de 1999

El gobierno alemán reafirmó ayer su respaldo político a los esfuerzos de paz de su similar de Colombia con las FARC. La embajada de ese país en Colombia hizo este pronunciamiento para aclarar informes que advertían que el apoyo alemán a procesos de pacificación dependía del regreso de Ottmar Broda, ciudadano de ese país, quien fue dejado en libertad.

El ciudadano alemán fue secuestrado el primero de diciembre por el Ejército de Liberación Nacional (ELN), que lo dejó en libertad en momentos y circunstancias que no han sido precisados.

"El gobierno federal celebra la liberación de Broda, ayer" dice la nota de la representación diplomática, que añade que "en este contexto, reitera su advertencia sobre viajes individuales a Colombia".

El comunicado añade que informaciones de prensa establecieron una relación entre dicho secuestro y "supuestas promesas del gobierno alemán con respecto de un apoyo al proceso de paz en Colombia".

En este sentido, la Embajada de Alemania recuerda que en distintas ocasiones la Unión Europea (UE) ha expresado su disposición, en principio, de apoyar un proceso de paz en el país.

La nota recuerda que el pasado 6, en vísperas de la apertura de una mesa de conversaciones entre el gobierno y las FARC, la Presidencia ejercida por

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Alemania, declaró que la UE y sus Estados asociados "confirman nuevamente su respaldo político para los esfuerzos del gobierno colombiano en el marco del proceso que acaba de iniciarse".

La nota alemana agrega que "la UE y sus Estados asociados insisten en la necesidad de la liberación de todos los rehenes, incluidos los extranjeros".

En el caso del ELN, Alemania facilitó su territorio para que tres de sus líderes se reunieran con la sociedad civil colombiana, en julio pasado. La misma tuvo lugar en Maguncia y finalizó con la firma del "Acuerdo de Puerta del Cielo", que comprometió a las partes en la convocatoria de una Convención Nacional que será inaugurada el 13 de febrero.

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BLOQUE CON CUBA Y VENEZUELA EL ESPECTADOR

Santa Fe de Bogotá, D.

c., 18 de enero de 1999

Los presidentes de Cuba, Fidel Castro, y de Venezuela, Hugo Chávez, reunidos ayer en La Habana, dieron su apoyo oficial al proceso de paz interno puesto en marcha por el gobierno del presidente colombiano Andrés Pastranao En una sencilla declaración entregada por el Palacio de la Revolución -lugar del encuentro-, a las 3:00 p.m. de ayer, Castro y Chávez expresaron su apoyo a las gestiones de paz en desarrollo y confiaron en que éstas "conduzcan finalmente a una paz duradera y estable en ese hermano país".

Los dos presidentes se reunieron con su colega colombiano durante un encuentro formal, lleno de protocolo, al que cada uno de los mandatarios asistió con su respectivo equipo de trabajo.

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APOYO DE ESPAÑA AL PROCESO DE PAZ EL ESPECTADOR

Santa Fe de Bogotá, D.C., 16 de marzo de 1999

El rey Juan Carlos le dijo ayer al presidente Pastrana que cuente con su apoyo y colaboración para el proceso de paz.

En la cena de gala ofrecida al presidente Pastrana por el rey, éste confió en una salida pacífica a la guerra: "Colombia dispone de sobrado s recursos humanos, espirituales y materiales para recorrer el camino de la paz con determinación y optimismo. En este camino que el pueblo colombiano emprende hacia el reencuentro con su propio ser, constituyéndose en auténtico sujeto de su historia, puede estar seguro de que cuenta con nuestra colaboración y nuestro respaldo. El destino de Colombia no nos es ajeno ..." Pastrana, por su parte, destacó el valor de la sociedad civil para detener la violencia.

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DECLARACIÓN DEL TÁCHIRA LA REPÚBLICA

Santa Fe de Bogotá, D.C., 5 de mayo

de 1999

Conscientes de que la paz es un compromiso y un destino común, presupuesto del bienestar y del desarrollo social de los pueblos, revisaron en un clima de entendimiento los temas fundamentales de la agenda bilateral y de la realidad fronteriza.

Ambos presidentes analizaron las políticas que adelanta el gobierno de Colombia para el fortalecimiento del proceso de paz. El Presidente de Colombia agradeció el apoyo de Venezuela y el de la Comunidad Internacional en el marco previsto de la Diplomacia por la Paz. Al respecto, el Presidente de Venezuela reafirmó su disposición de contribuir activamente en dicho proceso e insistió en que los intereses fundamentales de la relación bilateral, así como los propósitos de la amistad y la integración, deben prevalecer.

Reiteraron la determinación de ambos gobiernos de mantener la negociación directa y el enfoque de la globalidad, en particular para el tratamiento y solución de los asuntos pendientes asignados a la Comisión Negociadora.

Convencidos de que la paz en la región es una condición indispensable para su desarrollo socio económico y, a la vez, para el proceso de integración binacional, ratificaron el mandato de las Comisiones Presidenciales, llamadas a coordinar los programas nacionales, con especial énfasis en los de contenido social, particularmente la seguridad, la salud, la educación, la infraestructura y el medio ambiente. En tal sentido, manifestaron la necesidad de ahondar en los programas necesarios para aliviar la pobreza, y con la participación de todos los sectores de la vida nacional.

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Reafirmaron su apoyo al Programa de Desarrollo Integral Fronterizo auspiciado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BIDLel Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe (INTAL),Y la Corporación Andina de Fomento (CAF), y se comprometieron a garantizar los recursos financieros y/o de créditos necesarios para la conclusión de los estudios, la definición y el diseño de los proyectos.

Resaltaron el incremento del intercambio bilateral que ha convertido a ambos países en socios comerciales de la mayor importancia. Con el fin de preservar los logros alcanzados acordaron intensificar la coordinación en el ámbito bilateral y subregional andino, para armonizar las políticas macroeconómicas. Reiteraron su firme convicción de que la celebración de los treinta años de las Comunidad Andina permitirá ratificar el compromiso de los dos países con los objetivos del mercado común, la agenda social y la puesta en marcha de una política externa comunitaria.

A efectos de garantizar el cumplimiento de las decisiones adoptadas y tomar otras iniciativas, acordaron realizar reuniones periódicas orientadas a impulsar estos proyectos desde la más alta instancia gubernamental y convinieron en instruir a sus Ministros para dar puntual seguimiento a las decisiones aprobadas por ambos Gobiernos.

El Presidente de Colombia expresó su agradecimiento por la hospitalidad brindada por el Presidente de Venezuela y su delegación con ocasión de este encuentro.

Firmado.

Andrés Pastrana Arango, Presidente de la República de Colombia.

Hugo Chávez Frías, Presidente de la República de Venezuela.

Ureña, Estado Táchira, 4 de mayo de 1999.

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REPÚBLICA DE COLOMBIA

CLINTON COMPLACIDO POR CITA PASTRANA-MARULANDA EL ESPECTADOR

Santa Fe de Bogotá, D.C., 5 de mayo de 1999

El gobierno del presidente Bill Clinton se mostró ayer complacido por el inicio formal de negociaciones encaminadas a poner fin a la insurgencia en Colombia.

"Nos complace que el gobierno del presidente Andrés Pastrana y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia hayan realizado serias negociaciones adicionales en días recientes", dijo ayer el portavoz oficial James D. Rubin.

Rubin se excusó de comentar los informes de que Estados Unidos habría pedido la extradición de uno de los líderes de las FARC. "Sólo en raras ocasiones formulamos comentarios sobre estos asuntos", dijo Rubin en alusión al papel del Departamento de Justicia en el manejo de las extradiciones.

El portavoz dijo que "nos complace el interés del presidente Pastrana por mantener este proceso en marcha y la reunión del 2 de mayo con las FARCes prueba de ello. Seguimos esperanzados en que las partes puedan llegar a acuerdos más firmes sobre una agenda y el proceso correspondiente".

Rubin dijo que Clinton "apoya el proceso de paz porque consideramos que la solución negociada es la mejor forma de poner fin a la vieja guerra civil en ese país".

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ESTADOS UNIDOS REITERA APOYO AL PROCESO DE PAZ EN COLOMBIA

Santa Fe de Bogotá, D.C., 20 de mayo de 1999

El Gobierno de los Estados Unidos reiteró hoy su apoyo al proceso de paz en Colombia, encontró un "progreso significativo" este mes y reconoció el coraje y liderazgo del presidente Andrés Pastrana en la búsqueda de una solución negociada del conflicto.

Además, el gobierno sables del asesinato dos ante la justicia, desaparición de tres

del presidente Bill Clinton insistió en que los responde los tres indigenistas norteamericanos sean llevaal tiempo que demandó de las FARCrespuesta por la misioneros secuestrados hace más de seis años.

Así lo expresó hoy en Washington el Secretario de Prensa de la Casa Blanca, en una declaración, cuya traducción no oficial es la siguiente: "Estamos animados por el significativo progreso alcanzado este mes para crear una paz perdurable en Colombia. Nosotros reconocemos al presidente Pastrana por su fuerte compromiso personal con la paz y por su tremendo coraje para conseguirla. Celebramos la determinación con la cual los colombianos apoyan una solución pacífica del conflicto.

Las negociaciones exitosas de paz son la mejor manera de avanzar en nuestras metas comunes: el progreso económico para todos los colombianos, una mayor seguridad regional, el respeto por los derechos humanos y la justicia, y un efectivo control al narcotráfico.

Así como apoyamos estos esfuerzos por la paz, mantenemos la determinación de que los ciudadanos americanos que han sido retenidos en Co-

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lombia sean liberados, y de que aquellos responsables por el asesinato de los norteamericanos sean puestos a la orden de la justicia, incluyendo los integrantes de las FARCresponsables por el asesinato, el primero de marzo, de Terence Freitas, Ingrid Washinawtok y Laheenae Gay. Reiteramos nuestro llamado a las FARCpara que continúen respondiendo por la desaparición de los misioneros de las Nuevas Tribus, Dave Mankins, Mark Rich y Rick Tenenoff, quienes fueron secuestrados hace más de seis años.

Llamamos a todas las partes involucradas en el conflicto colombiano a que finalicen sus ataques a civiles,busquen la solución de los casos reconocidos de secuestro de personas de todas las nacionalidades y permitan el retorno seguro de las víctimas".

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AGENDA COMUN

AGENDA COMÚN POR EL CAMBIO HACIA UNA NUEVA COLOMBIA La Machaca, 6 de mayo de 1999

1. Solución Política Negociada Se buscará una solución política al grave conflicto social y armado que conduzca hacia una nueva Colombia, por medio de las transformaciones políticas, económicas y sociales que permitan consensos para la construcción de un nuevo Estado fundamentado en la justicia social, conservando la unidad nacional.

En la medida en que se avance en la negociación, se producirán hechos de paz. De ahí, el compromiso que debemos asumir todos los colombianos con la construcción de la paz, sin distinción de partidos, intereses económicos, sociales o religiosos.

2. Protección de los Derechos Humanos como responsabilidad

del Estado 2.1 Derechos fundamentales 2.2 Derechos económicos, sociales, culturales y del ambiente 2.3 Tratados internacionales sobre derechos humanos.

3. Política Agraria Integral 3.1 Democratización del crédito, asistencia técnica, mercadeo 3.2 Redistribución de la tierra improductiva

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3.3 Recuperación y distribución de la tierra adquirida a través del narcotráfico o enriquecimiento ilícito 3.4 Estímulos a la producción 3.5 Ordenamiento territorial integral 3.6 Sustitución de cultivos ilícitos y desarrollo alternativo.

4. Explotación y Conservación de los Recursos naturales

4.1 Recursos naturales y su distribución 4.2 Tratados internacionales 4.3 Protección del ambiente sobre la base del desarrollo sostenible.

5. Estructura Económica y Social 5.1 5.2 5.3 5.4

Revisióndel modelo de desarrollo económico Políticas de redistribución del ingreso Ampliación de mercados internos y externos Estímulos a la producción a través de la pequeña, mediana y gran empresa privada 5 .5 Apoyo a la economía solidaria y cooperativa 5.6 Estímulo a la inversión extranjera que beneficie a la Nación 5.7 Participación social en la planeación 5.8 Inversiones en bienestar social, educacióne investigación científica.

6. Reformas a la Justicia,

lucha contra la Corrupción y el

Narcotráfico 6.1 Sistema judicial 6.2 Organos de control 6.3 Instrumentos de lucha contra la corrupción 6.4 Narcotráfico.

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7. Reforma Política para la ampliación de la democracia 7.1 7.2 7.3 7.4 7.5

Reformas a los partidos y movimientos políticos Reformas electorales Garantías a la oposición Garantías para las minorías Mecanismos de participación ciudadana.

8. Reformas del Estado 8. 1 Reformas al Congreso 8.2 Reforma administrativa para lograr una mayor eficiencia de la administración pública 8.3 Descentralización y fortalecimiento del poder local 8.4 Servicios públicos 8.5 Sectores estratégicos.

9. Acuerdos sobre Derecho Internacional Humanitario 9. 1 9.2 9.3 9.4

Desvinculación de los niños al conflicto armado Minas antipersonales Respeto de la población civil Vigencia de las normas internacionales.

10. Fuerzas Militares 1 0.1 10.2 10.3 10.4

Defensa de la soberanía Protección de los derechos humanos Combate a los grupos de autodefensa Tratados Internacionales.

11. Relaciones Internacionales 11.1 Respeto a la libre autodeterminación y a la no intervención 11.2 Integración regional latinoamericana

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11. 3 Deuda externa 11.4 Tratados y convenios internacionales

del Estado.

12. Formalización de los acuerdos 12.1 Instrumentos

democráticos para legitimar los acuerdos.

(Firmado) Por el Gobierno Nacional

Víctor G. Ricardo Fabio Valencia Cossio María Emma Mejía Vélez Nicanor Restrepo Santamaría Rodolfo Espinosa Meola.

Por las FARC-EP

Raúl Reyes Joaquín Gómez Fabián Ramírez.

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REPÚBLICA DE COLOMBIA

POR EL CAMBIO: ENCUENTRO

CON lA NACIÓN

La Machaca, 6 de mayo de 1999

La Mesa Nacional de Negociación será la máxima instancia decisoria de carácter permanente, orientará las negociaciones y diseñará y manejará el proceso. Estará compuesta por los negociadores del Gobierno Nacional y por los designados por el Secretariado Nacional de las FARC-EP y sesionará en cualquiera de los municipios que componen la zona de distensión.

Dicha mesa tendrá un número de integrantes igual por cada una de las partes y no pasará en su conjunto de diez miembros.

La Mesa Nacional de Negociación integrará paritariamente un comité temático nacional con hasta veinte representantes, de los distintos estamento s del país, que evaluará las diferentes propuestas que sobre los temas de la agenda se coloquen a consideración de los Colombianos. Este Comité Temático Nacional tendrá dos coordinadores, uno designado por el Gobierno Nacional y otro por las FARC-EI~quienes informarán directamente de los resultados de la participación popular, a la Mesa Nacional de Negociación. Este Comité no tendrá autoridad para hacer compromisos, sólo podrá organizar las audiencias públicas, consolidar información, desarrollar opciones y hacer recomendaciones a la Mesa Nacional de Negociación.

La participación ciudadana será implementada a través de audiencias públicas en las distintas regiones del país, con el propósito de escuchar los planteamientos que sobre los temas que acuerde la Mesa Nacional de Negociación, se considere conveniente realizar.

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Como herramienta complementaria, el Gobierno Nacional propiciará a través del correo nacional, el envío gratuito de la correspondencia que los ciudadanos o instituciones representativas de los distintos sectores dirijan a la Mesa Nacional de Negociación.

La sede principal de la Mesa Nacional de Negociación contará con los elementos y medios necesarios para el adecuado funcionamiento de la misma. Allí laborará un grupo paritario de colaboradores que recibirá permanentemente las iniciativas sobre el proceso de paz.

En cuanto a la participación de la comunidad internacional, ésta se desarrollará en calidad de acompañantes o facilitador es del proceso y tanto sus responsabilidades como la definición de quienes actuarán en tal función, será por decisión conjunta del Gobierno Nacional y las FARC-EP

Por el Gobierno Nacional

Víctor G. Ricardo Fabio Valencia Cossio María Emma Mejía Vélez Nicanor Restrepo Santamaría Rodolfo Espinosa Meola.

Por las FARC-EP

Raúl Reyes Joaquín Gómez Fabián Ramírez.

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REPÚBLICA DE COLOMBIA

REGISTROS FOTOGRﾃ：ICOS

PRIMER

ENCUENTRO CON LAS FARC-EP

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ENCUENTRO DEL PRESIDENTE ELECTO ANDRÉS PASTRANA ARANGO CON LAS FARC-EP I

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El doctor Víctor G. Ricardo durante la campaña electoral se reunió en las montañas de Colombia con Manuel Marulanda Vélez y Jorge Briceño, miembros de las FARC-EP. 15 de junio de 1998.

En un hecho que fue calificado como heroico, el presidente electo Andrés Pastrana Arango y Víctor G. Ricardo se entrevistaron con los jefes máximos de las FARC-EP.9 de julio de 1998.

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En las montañas de Colombia se reunieron el presidente electo de Colombia, Andrés Pastrana Arango, y el jefe de las FARC-EP,Manuel Marulanda Vélez. Fueron los primeros pasos hacia la solución negociada al conflicto. 9 de julio de 1998.

De manera sorpresiva el presidente electo Andrés Pastrana Arango y el reconocido político Víctor G. Ricardo se reunieron con Manuel Marulanda Vélez y Jorge Briceño miembros del secretariado de las FARC-EP,para iniciar la búsqueda de la paz. Montañas de Colombia, 9 de julio de 1998.

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POSESiÓN DEL ALTO COMISIONADO PARA LA PAZ

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El presidente electo Andrés Pastrana Arango y Víctor G. Ricardo, conversan en las montañas de Colombia, con el jefe de las FARC-EPManuel Marulanda Vélez y el segundo al mando del grupo insurgente, Jorge Briceño. 9 de julio de 1998.

Posesión del alto comisionado para la paz, Víctor G. Ricardo, ante el presidente Andrés Pastrana Arango. En la foto el vicepresidente Gustavo Bell, la esposa del comisionado, Alicia Ayerbe, y la primera dama de la Nación, Nohra Puyana de Pastrana. 11 de agosto de 1998.

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INSTALACiÓN DE LA MESA DE DIÁLOGO ENTRE EL GOBIERNO NACIONAL Y LAS FARC-EP 1

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Un despliegue de medidas de seguridad adelantaron las autoridades durante la instalación de la Mesa de Diálogo entre el Gobierno Nacional y las FARC-EP.7 de enero de 1999.

El presidente Andrés Pastrana Arango arribó al aeropuerto de San Vicente del Caguán para instalar formalmente la Mesa de Diálogo, dentro del proceso de paz que adelanta el Gobierno Nacional con las FARC-EP.7 de enero de 1999.

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Calle de honor al mandatario de los colombianos, Andrés Pastrana Arango, y al ministro de Defensa, Rodrigo Lloreda Caicedo. 7 de enero de 1999.

\\\ En imponente acto público el presidente Andrés Pastrana Arango ratificó su voluntad de paz y manifestó que él siempre cumple su palabra. 7 de enero de 1999.

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El presidente Andrés Pastrana Arango, el alto comisionado para la paz Víctor G. Ricardo y los voceros del Gobiemo Nacional para la Mesa de Diálogo: Fabio Valencia Cossio, María Emma Mejía Vélez, Nicanor Restrepo Santamaría y Rodolfo Espinosa Meola. 7 de enero de 1999.

Un llamado a la reconciliación del pueblo colombiano lanzó desde San Vicente del Caguán el presidente Andrés Pastrana Arango. 7 de enero de 1999.

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,~-' El presidente Andrés Pastrana Arango al instalar la Mesa de Diálogo con las FARC-EP,destacó que el Gobierno Nacional tiene una agenda abierta y sin temas vedados. 7 de enero de 1999.

Los voceros de las FARC-EP, Fabián Rarnírez y Joaquín Gómez, observan el libro "Hechos de Paz", editado con motivo de la instalación de la Mesa de Diálogo. 7 de enero de 1999.

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El presidente Andrés Pastrana Arango en medio de los voceros del Gobierno y de las FARC- EP. 7 de enero de 1999.

Invitados extranjeros y nacionales asistieron como testigos de la instalación formal de la Mesa de Diálogo entre el Gobierno y las FARC-EP.7 de enero de 1999.

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Personalidades civiles, diplomáticas, eclesiásticas, políticas y culturales viajaron a San Vicente del Caguán. De izquierda a derecha, el ex presidente Belisario Betancur, monseñor Pedro Rubiano, el procurador general Jaime Bemal Cuéllar, los ex candidatos presidenciales Horacio Serpa y Noemí Sanín, Gabriel García Márquez y Augusto Ramírez Ocampo. 7 de enero de 1999 .

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El ex presidente Belisario Betancur y monseñor Pedro Rubiano, celebran la improvisación de la joven que hace sus pinitos como camarógrafa. 7 de enero de 1999.

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El alto comisionado para la paz, Víctor G. Ricardo, invitó a los colombianos a integrar una alianza contra la corrupción, el narcotráfico, la violación de los derechos humanos y la injusticia social, tras señalar que la paz no se decreta sino se construye. 7 de enero de 1999.

Raúl Reyes, vocero de las FARC-EP,durante su intervención. 7 de enero de 1999.

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El presidente Andrés Pastrana Arengo y los voceros de las FARC-EP instalan de manera formal el inicio de los diálogos de paz. El saludo de paz del Jefe de Estado, junto con Raúl Reyes y Joaquín Gómez. San Vicente del Caguán, 7 de enero de 1999.

El presidente Andrés Pastrana Arango con los voceros del Gobierno y de las FARC-EPen la instalación de la Mesa de Diálogo. Lo acompañan el presidente del Congreso Fabio Valencia Cossio; y Raúl Reyes, del secretariado de las FARC-EP.San Vicente del Caguán, 7 de enero de 1999.

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El Premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez, al igual que la mayoría de colombianos, respalda el proceso de paz que lidera el Gobierno Nacional en cabeza de Andrés Pastrana Arango. Los observa Angela Patricia Janiot. 7 de enero de 1999.

El alto comisionado para la paz, Víctor G. Ricardo, se reunió con los tres voceros elegidos por las FARC-EPen el proceso de paz con el Gobierno: Raúl Reyes, Fabián Ramírez y Joaquín Gómez. San Vicente del Caguán, Caquetá, 7 de enero de 1999.

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MESA DE DIÁLOGO ENTRE EL GOBIERNO NACIONAL Y LAS FARC-EP

I

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Incluso los fines de semana el Alto Comisionado y los voceros han realizado reuniones de la Mesa de Diรกlogo. 9 de enero de 1999.

En un ambiente de cordialidad, el Alto Comisionado, el Presidente del Congreso de Colombia, con los voceros del Gobierno Nacional y representantes de las FARC-EP, dialogan sobre temas de trascendencia nacional. 9 de enero de 1999.

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Los voceros del Gobiemo y de las FARC-EPcomparten informalmente. En la foto Rodolfo Espinosa Meola, Nicanor Restrepo Santamaría, Joaquín Gómez y al fondo María Emma Mejía Vélez. 9 de enero de 1999.

En La Machaca, San Vicente del Caguán, se han realizado la mayoría de las reuniones entre los voceros del Gobiemo y de las FARC-EPen la etapa de diálogo. En la foto, el alto comisionado para la paz, Víctor G. Ricardo; Joaquín Gómez, del grupo armado; y Fabio Valencia Cossio, presidente del Congreso. 9 de enero de 1999.

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En una de las reuniones, en La Machaca, Fabio Valencia Cossio y Nicanor Restrepo, dos de los cuatro voceros del Gobierno en la Mesa de Diálogo, discutieron acerca de las propuestas del gobierno. 11 de enero de 1999.

En una reunión de la Mesa de Diálogo, María Emma Mejía, vocera del Gobierno en la Mesa de Diálogo, y Joaquín Gómez, representante de las FARC-EP.La Machaca, San Vicente del Caguán, 21 de abril de 1999.

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Poco a poco la confianza se fue ganando entre voceros del Gobierno y las FARC-EP,como lo demuestra este encuentro entre los voceros de las partes. La Machaca, San Vicente del Caguán, 21 de abril de 1999.

El alto comisionado para la paz, Víctor G. Ricardo, con los voceros del Gobierno en la Mesa de Diálogo, escuchan los planteamientos de Joaquín Gómez y Raúl Reyes, voceros de las FARC-EP, en los avances del proceso por conseguir la paz. La Machaca, San Vicente del Caguán, 21 de abril de 1999.

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El alto comisionado para la paz Víctor G. Ricardo y María Emma Mejía, representantes del Gobiemo Nacional; Raúl Reyes y Joaquín Gómez por las FARC-EP,en el proceso común por lograr soluciones al conflicto que vive la Nación. La Machaca, San Vicente del Caguán, 21 de abril de 1999.

El alto comisionado para la paz, Víctor G. Ricardo, ha discutido sobre la política de paz del Gobiemo, directamente con Manuel Marulanda Vélez, comandante de las FARC. San Vicente del Caguán, abril de 1999.

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En más de una ocasión el alto comisionado para la paz, Víctor G. Ricardo, y el comandante de las FARC-EP,Manuel Marulanda Vélez, se reunieron para lograr superar la Mesa de Diálogo y pasar a la etapa de negociación. San Vicente del Caguán, abril de 1999.

Del 7 de enero al 21 de abril se cumplieron las reuniones de la Mesa de Diálogo y los encuentros entre el alto comisionado para la paz, Víctor G. Ricardo, y el comandante de las FARC-EP,Manuel Marulanda Vélez, para hablar del proceso de paz. San Vicente del Caguán, abril de 1999.

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Los voceros del Gobierno y de las FARC-EP,en la búsqueda de un procedimiento común para la discusión de los temas que quedarán incluidos en una agenda única. San Vicente del Caguán, 25 de abril de 1999.

Durante largas sesiones los voceros del Gobierno, Rodolfo Espinosa, Fabio Valencia Cossio, María Emma Mejía y Nicanor Restrepo, y de las FARC-EP, Fabián Ramírez y Raúl Reyes, estudiaron cómo acordar una agenda única. La Machaca, San Vicente del Caguán, abril de 1999.

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ENCUENTRO DE LOS GREMIOS ECONÓMICOS CON LAS FARC-EP

I

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Los empresarios también piensan en la paz. Bajo la coordinación del alto comisionado para la paz, Víctor G. Ricardo, se reunieron empresarios del país, entre otros, Sabas Pretelt de la Vega, presidente de Fenalco; Gustavo Tobón Londoño, presidente de Fedemetal, Jorge Visbal, presidente de Fedegan y miembros del secretariado de las FARC-EP,incluido su jefe máximo, Manuel Marulanda Vélez. San Vicente del Caguán, 16 de abril de 1999.

Luis Carlos Villegas, presidente de la ANDI; Gustavo Tobón Londoño, de Fedemetal; el alto comisionado para la paz, Víctor G. Ricardo; y Sabas Pretelt de la Vega, de Fenalco; con Joaquín Gómez, vocero de las FARCen la Mesa de Diálogo; Manuel Marulanda Vélez, comandante del grupo armado; se reunieron en San Vicente del Caguán, para decirles al Gobierno y a las FARCque los gremios están con la paz. San Vicente del Caguán, 16 de abril de 1999.

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En el proceso por la construcción de la paz, los representantes de los gremios, Luis Carlos Villegas, presidente de la ANDI; Gustavo Tobón Londoño, presidente de Fedemetal; Eugenio Marulanda, director de Confecámaras y Sabas Pretelt de la Vega, presidente de Fenalco, se reunieron con Manuel Marulanda Vélez, jefe máximo del grupo insurgente. San Vicente del Caguán, 16 de abril de 1999.

El acercamiento entre el Gobierno y las FARC-EPha sido fundamental para avanzar en el proceso de paz, como lo demuestran los diálogos constantes entre el alto comisionado para la paz, Víctor G. Ricardo, y uno de los representantes del grupo armado en la Mesa de Diálogo, Joaquín Gómez, San Vicente del Caguán, 16 de abril de 1999.

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REUNiÓN DE LA COMISiÓN DE PAZ DE SENADO Y CÁMARA CON LAS FARC-EP

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Integrantes de la comisión de paz de Senado y Cámara, Claudia Blum, Juan Manuel Ospina, Roberto Camacho, Luis Fernando Velasco y Elmer Arenas, entre otros, reunidos con Jorge Briceño, de las FARC-EP,en el avance de los diálogos para lograr acuerdos que conduzcan a la paz de la Nación. San Vicente del Caguán, 28 de abril de 1999.

El alto comisionado para la paz, Víctor G. Ricardo; Manuel Marulanda Vélez, comandante de las FARC-EP;en el encuentro con los congresistas Roberto Camacho, Juan Manuel Ospina y el subsecretario de la Cámara de Representantes, Angelino Lizcano. San Vicente del Caguán, 28 de abril de 1999.

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ENCUENTRO

DE CONGRESISTAS CON LAS FARC-EP I

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El alto comisionado para la paz, Víctor G. Ricardo, y los miembros de las comisiones de paz de Senado y Cámara de Representantes escucharon y dieron sus opiniones sobre el proceso de paz en el encuentro que sostuvieron con Manuel Marulanda Vélez, líder de las FARC-EP,y sus voceros en la Mesa de Diálogo con el Gobierno. San Vicente del Caguán, 28 de abril de 1999.

Durante la reunión de las comisiones de paz del Congreso con el secretariado de las FARC-EP, el alto comisionado para la paz, Víctor G. Ricardo, explicó la política de paz del Gobierno y los avances del proceso de paz con el grupo armado. San Vicente del Caguán, 28 de abril de 1999.

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En las selvas de San Vicente del Caguán, el alto comisionado para la paz, Víctor G. Ricardo, y el jefe de las FARC-EP, Manuel Marulanda Vélez, hablaron sobre el difícil camino para conseguir la paz. 28 de abril de 1999.

El alto comisionado para la paz, Víctor G. Ricardo, y el representante a la Cámara, Rafael Amador, con Manuel Marulanda Vélez, comandante del grupo insurgente reunidos en San Vicente del Caguán, dentro de la dinámica del proceso de paz, que ha permitido conversaciones con varios sectores del país. San Vicente del Caguán, 28 de abril de 1999.

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El alto comisionado para la paz, Víctor G. Ricardo; los congresistas José María Imbett, Juan de Dios Alfonso, María Estella Duque, Jorge Eduardo Gechem y Miguel Pinedo, reunidos con Manuel Marulanda Vélez, máximo dirigente de las FARC-EP, en el avance de los diálogos por buscar la reconciliación nacional. San Vicente del Caguán, 28 de abril de 1999.

Con el ánimo de participar en la consecución de la paz para el país, se reunieron los representantes a la Cámara Lázaro Calderón, Juan Ignacio Castrillón, José María Imbett, Rafael Flechas, Octavio Carmona, amar Baquero Soler, Jacobo Rivera y Diego Turbay Cote, con Manuel Marulanda Vélez. San Vicente del Caguán, 28 de abril de 1999.

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En el encuentro con los congresistas, aparecen: el alto comisionado para la paz, Víctor G. Ricardo; el representante a la Cámara, amar Baquero; y Manuel Marulanda Vélez, jefe máximo de las FARC-EP.San Vicente del Caguán, 28 de abril de 1999.

Los congresistas María Estella Duque, José María Imbett, Juan Manuel Ospina, Diego Turbay Cate, Juan Ignacio Castrillón, reunidos con Manuel Marulanda Vélez, comandante de las FARC-EP.San Vicente del Caguán, 28 de abril de 1999.

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Los representantes a la Cámara José María Imbett, Lázaro Calderón y la senadora Claudia Blum, reunidos con Jorge Briceño, representante de las FARC-EP.San Vicente del Caguán, 28 de abril de 1999.

Los representantes a la Cámara Roberto Camacho, José María Imbett, Octavio Carmona, con Joaquín Gómez, de las FARC-EPel día de la reunión con los voceros de esta organización. San Vicente del Caguán, 28 de abril de 1999.

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El alto comisionado para la paz, Víctor G. Ricardo, y los congresistas Octavio Carmona, Jorge Eduardo Gechem, Juan Ignacio Castrillón, María Estella Duque, Jacobo Rivera, Rafael Amador, José María Imbett y Luis Fernando Velasco, con Manuel Marulanda, comandante de las FARCEP y Joaquín Gómez, en el encuentro por conseguir un acuerdo de paz. San Vicente del Caguán, 28 de abril de 1999.

El representante a la Cámara José María Imbett, el senador Alfonso Lizarazo, y Manuel Marulanda Vélez, en San Vicente del Caguán. 28 de abril de 1999.

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ENCUENTRO DE LOS DIRECTORES

DE PARTIDOS POLíTICOS CON LAS FARC-EP 1

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Los congresistas Luis Fernando Velasco, Miguel Pinedo, Rafael Amador, Samuel Moreno Rojas, José Matías Ortiz, en el marco de la reunión con el grupo insurgente; de espalda aparece Manuel Marulanda Vélez, comandante de las FARC-EP.San Vicente del Caguán, 28 de abril de 1999.

El alto comisionado para la paz, Víctor G. Ricardo, y dirigentes de los partidos políticos, entre otros Horacio Serpa, del Partido Liberal Colombiano; Noemí Sanín, del movimiento político Opción Vida; y Jaime Caicedo, del Partido Comunista, se reunieron con Manuel Marulanda Vélez en la búsqueda de una solución política al conflicto colombiano. La Machaca, San Vicente del Caguán, 28 de abril de 1999.

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I

El alto comisionado para la paz Víctor G. Ricardo y Manuel Marulanda Vélez, comandante de las FARC-EP,reunidos con el propósito de llegar a un acuerdo de agenda común, que permita trabajar en la etapa de negociación. La Machaca, San Vicente del Caguán, 28 de abril de 1999.

Horacio Serpa, director del Partido Liberal, y Manuel Marulanda Vélez, comandante de las FARC-EP,hablaron de los avances del proceso de paz. La Machaca, San Vicente del Caguán, 28 de abril de 1999.

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Noemí Sanín, del movimiento Opción Vida, tuvo ocasión de hablar con dos de los tres voceros de las FARC-EP, en la Mesa de Diálogo, Raúl Reyes y Joaquín Górnez. La Machaca, San Vicente del Caguán, 28 de abril de 1999.

Noemí Sanín, del movimiento político Opción Vida, y Emilio Martínez, presidente de la Cámara de Representantes, le dieron su respaldo al proceso de paz del Gobierno con Manuel Marulanda Vélez, comandante de las FARC-EP. La Machaca, San Vicente del Caguán, 28 de abril de 1999.

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Los partidos políticos se comprometieron con la política de Estado para la paz en la reunión que se cumplió en La Machaca, San Vicente del Caguán. En la foto, Fabio Valencia Cossio, presidente del Senado; el alto comisionado para la paz, Víctor G. Ricardo; Manuel Marulanda Vélez, jefe de las FARC-EP;Horacio Serpa, director del Partido Liberal; y voceros y miembros del secretariado del grupo armado, 28 de abril de 1999.

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Directores de las distintas fuerzas políticas y los presidentes del Congreso acordaron "respaldar y comprometerse en la política de Estado para la paz", en una reunión con el secretariado de las FARC-EP,que se cumplió en San Vicente del Caguán, 28 de abril de 1999.

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