cuentos infantiles

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Recopilacion de Cuentos por : Andres Felipe Castro Dise単o Grafico



indice: • juan sin miedo • la abejita • la luna llora • un sueño de estrellas


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Érase un padre que tenía dos hijos, el mayor de los cuales era listo y despierto, muy despabilado y capaz de salir con bien de todas las cosas. El menor, en cambio, era un verdadero zoquete, incapaz de comprender ni aprender nada, y cuando la gente lo veía, no podía por menos de exclamar: «¡Este sí que va a ser la cruz de su padre!». Para todas las faenas había que acudir al mayor; no obstante, cuando se trataba de salir, ya anochecido, a buscar

alguna cosa, y había que pasar por las cercanías del cementerio o de otro lugar tenebroso y lúgubre, el mozo solía resistirse: -No, padre, no puedo ir. ¡Me da mucho miedo! Pues, efecto, era

en miedoso.

En las veladas, cuando, reunidos todos en torno a la lumbre, alguien contaba uno de esos cuentos que ponen carne de gallina, los oyentes solían exclamar: «¡Oh, qué miedo!». El hijo menor, sentado en un rincón, escuchaba aquellas


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exclamaciones sin acertar a -Tienes razón, padre comprender su significado. -respondió el muchacho-. Yo también tengo ganas -Siempre están diciendo: de aprender algo. Si no te «¡Tengo miedo! ¡Tengo parece mal, me gustaría miedo!». Pues yo no lo tengo. aprender a tener miedo; Debe ser alguna habilidad de de esto no sé ni pizca. la que yo no entiendo nada. El mayor se echó a reír Un buen día le dijo su padre: al escuchar aquellas palabras, y pensó para sí: -Oye, tú, del rincón: Ya «¡Santo Dios, y eres mayor y robusto. qué bobo es Es hora de que aprendas mi hermano! también alguna cosa En su vida con que ganarte el pan. saldrá de él nada Mira cómo tu hermano bueno. Pronto se se esfuerza; en cambio, ve por dónde tira cada contigo todo es inútil, como uno». El padre se limitó a si machacaras hierro frío. suspirar y a responderle:


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-Día vendrá en que aprender a tener miedo. sepas lo que es el miedo, pero con esto no vas -Si no es más que eso a ganarte el sustento. -repuso el sacristán-, puede aprenderlo en mi casa. Deje A los pocos días que venga conmigo. Yo se lo tuvieron la visita desbastaré de tal forma, del sacristán. Le que no habrá más que ver. contó el padre su apuro, cómo Se avino el padre, su hijo menor pensando: «Le servirá era un inútil; para despabilarse». Así, ni sabía nada, pues, se lo llevó consigo y ni era capaz le señaló la tarea de tocar de aprender las campanas. A los dos o n a d a . tres días lo despertó hacia medianoche y lo mandó -Sólo le diré que una subir al campanario a tocar vez que le pregunté la campana. «Vas a aprender cómo pensaba ganarse la lo que es el miedo», pensó vida, me dijo que quería el hombre mientras se


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sigilosamente.

El chico le gritó Estando el muchacho en por segunda vez: la torre, al volverse para coger la cuerda de la -¿Qué buscas ahí? Habla campana vio una forma si eres persona blanca que permanecía cabal, o te arrojaré inmóvil en la escalera, escaleras abajo. El frente al hueco del muro. sacristán pensó: «No llegará a -¿Quién está ahí? -gritó tanto», y continuó el mozo. Pero la figura impertérrito, como no se movió ni respondió. una estatua de piedra. Por tercera -Contesta -insistió el vez le advirtió el muchacho- o lárgate; muchacho, y viendo nada tienes que hacer que sus palabras aquí a medianoche-. no surtían efecto, Pero el sacristán seguía arremetió contra e l inmóvil, para que el otro lo espectro y de un empujón tomase por un fantasma. lo echó escaleras abajo,


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con tal fuerza que, mal de su grado, saltó de una vez diez escalones y fue a desplomarse contra una esquina, donde quedó maltrecho. El mozo, terminado el toque de campana, volvió a su cuarto, se acostó sin decir palabra y se quedó dormido. La mujer del sacristán estuvo durante largo rato aguardando la vuelta de su marido; pero viendo que tardaba demasiado, fue a despertar, ya muy inquieta, al ayudante, y le preguntó:

-¿Dónde está mi marido? Subió al campanario antes que tú. -En el campanario no estaba -respondió el muchacho-. Pero había alguien frente al hueco del muro, y como se empeñó en no responder ni marcharse, he supuesto que era un ladrón y lo he arrojado escaleras abajo. Vaya a ver, no fuera el caso que se tratase de él. De veras que lo sentiría. La mujer se precipitó a la escalera y encontró a su marido tendido en el rincón, quejándose


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La abejita


11 Estaban todos los solto una carcajada y dijo: insectos reunidos un día en el bosque, discutian entre ellos para ¡Que tonto es usted determinar cual era amigo, recuerde que yo también el más trabajador, puedo realizar inteligente y ese trabajo útil de todos. y de manera más eficaz!. En ese momento Dando un salto, el intervino el piojo alzo la voz para zancudo y dijo: ¡yo soy el más importante decir: ¡Oigan señores, de todos ustedes, ya si de chupar sangre se que con mí aguja puedo trata, yo también puedo sacarle la sangre a las realizar ese trabajo!. personas!. La garrapata que estaba cerca Muy molesto por el giro escuchando la discusión, que habia tomado la


12 tomando discusión la mosca dijo: continuaba fuerza, cuando de pronto ¡Disculpen amigos paso por el lugar una pero yo también abeja, inmediatamente fue llamada para soy importante, que diera su recuerden que punto de vista, me encargo muy seria ella le de descomponer dijo a todos los y dañar todos presentes: ¡Ustedes los alimentos que me van a perdonar encuentro en mí camino!. Cerca de allí, señores, pero yo no muy seria la avispa puedo perder el tiempo grito: ¡Aquí estoy yo, en este tipo de discusion, si no me han visto, tengo muchos hijos que dispuesta a clavarle alimentar, todabia me mí aguijón a todo el falta medio bosque por que se atraviese en mí recorrer, recolectando camino!. la discusión el nectar de las flores,


13 con el cual preparo una rica miel en mi panal. La hormiga que tambiรงen se encontraba presente dijo: Soy testigo de lo que dice la amiga abeja, ya que he probado su miel y de verdad les digo, ella es la mรงas trabajadora, inteligente y util de todos nosotros, por lo que propongo se termine esta discusion y declaremos a la abeja como la campeona de todos los insectos del bosque. Acto sequido los presentes en la reunion

levantaron la mano y por desicion unanime declararon a la abeja como la campeona, la cual muy contenta y alegre recibio su corona y se fue volando hacia su panal.


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15 Érase una vez al principio de los tiempos, un pueblecito llamado Silasol. Los habitantes de Silasol eran pobres y se dedicaban a cultivar la tierra, pero había un problema, cuando

sembraban la cosecha no daba fruto, pues no tenían luz solar. Pero también había otro problema, siempre era

de noche y de la luna ¡caía agua! Se mantenían con fuego pero tenían muy poca leña porque la luna la mojaba. Los habitantes de Silasol estaban

desesperados, no tenían ni luz ni cosecha. Al final decidieron rezar al cielo


16 todos los días para esperar que ocurriera un milagro. Nada, todo seguía igual . Hasta que un día, después de mucha esperanza, apareció en el cielo una bola de luz y calor. Los habitantes de Silasol pensaban que no les sevicia para nada tener aquella bola si no secaba todo lo que la luna mojaba, y además se iría.

Al día siguiente se quedaron sorprendidos al ver un día con luz. Y la cosecha había florecido, todas las personas bailaban y cantaban dando gracias al cielo. Y después descubrieron que aquella bola de luz salía todas las mañanas y secaba lo que la luna mojaba.


17 Un dia la luna dejo de tirar agua. Los habitantes de Silasol estaban tan contentos que decidieron poner un nombre a aquella bola de luz y calor. Decidieron llamarla Sol. Desde aquel dia los habitantes del pueblecito fueron felices para siempre.


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Un sue単o de estrellas


19 Había una vez un niño de siete años de edad, que vivia con su padre en una remota población rodeada por grandes montañas. Todas las mañanas después de tomar el desayuno acompañaba a su padre hasta la carpintería, mientras este se dedicaba a cortar la madera para fabricar las sillas, Carlitos se sentaba en el piso a dibujar en hojas de papel,

imaginarios paisajes, siendo su tema favorito crear estrellas de todos los tamaños y colores. Una tarde mientras reposaban sentados en las sillas del corredor de la casa, Carlitos le enseñò los dibujos a su padre, quien muy

sorprendido le pregunto: ¿Hijo que paisajes tan bonitos y que estrellas tan preciosas,quién te enseñò a dibujar?. El niño mirandolo


20 sonrrie y responde: ¡Un amigo secreto que se presenta todas las noches en mìs sueños papi!. Intrigado por la respuesta, el padre continua preguntado:¿Cómo se llama ese amigo secreto hijo?. Carlitos nuevamente le dice: ¡El no me ha dicho su nombre papi, pero en el sueño me agarra la mano y me señala las estrellas!. terminada la conversación el padre de Carlitos visita la iglesia y decide hablar con el Sacerdote sobre el

significado del estraño sueño de su hijo, al final de la charla el Cura le recomienda lo siguiente: ¡Bueno señor no se preocupe, es muy común que a esa edad, los niños tengan amigos imaginarios, pero sin embargo le recomiendo que hable con él, digale que las estrellas brillan en el cielo porque son una señal que dios les esta enviando a todos los hombres de la tierra,


21 para iluminarles el camino en esta vida!. El padre de Carlitos regresa a la casa y esa noche después de la cena, se sientan en el patio de la casa y mirando el cielo lleno de estrellas le dice: ¡hijo ya que siempre me preguntas por que brillan las estrellas y siempre las ves en tus sueños, te dire que ellas significan una luz que dios les esta enviando a todos los hombres de la tierra para iluminarles el camino en esta vida!. Carlitos con cara de inocencia, se queda mirando a su padre y agarrándole la mano le dice: ¡papi sabes una

cosa, anoche nuevamente soñe y vi las estrellas más grandes y hermosas de mí vida y el señor imaginario se me acercó y me dijo al oido, que esas estrellas que brillaban de una manera tan especial, eran las lagrimas de mí madre que esta en el cielo y como no puede jugar conmigo llora de tristeza, en ese momento comprendí por que brillan las estrellas!. Ante aquellas palabras tan tiernas e inocentes, el hombre abrazó a su pequeño hijo y le dijo: ¡Hijo tiene mucha razón tu amigo imaginario, yo se


22 que tu madre nos quiere mucho y desde el cielo nos esta protegiendo, iluminando nuestro camino con miles de estrellas!. A partir de aquel dĂ­a, Carlitos se sentaba largas horas a mirar las estrellas que iluminaban el cielo y en ciertas ocasiones su padre al regresar del trabajo, lo encontraba profundamente dormido sobre la silla.


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