La tumba de la reina Hetepheres Cuando pensamos en los grandes descubrimientos del Antiguo Egipto, a todos nos viene a la cabeza en primer lugar el descubrimientos de la tumba de Tutanjamón, realizado por Howard Carter en 1922. En este hallazgo se unen todos esos condicionantes que envuelven, lo que, en realidad, es una simple excavación arqueológica, de un halo de misterio y romanticismo que nos hacen despertar la imaginación de todos. Pero hoy voy a hablaros de otro gran descubrimiento realizado en Egipto a principios del siglo XX que no queda a la zaga del descubrimiento del famoso faraón-niño: La tumba de la reina Hetepheres. Hetepheres vivió sobre el 2.600 a.C. y era hija de Huni, el último faraón de la III Dinastía, y fue la madre del conocido Keops, el constructor de la Gran Pirámide en la meseta de Gizeh. A ella pertenece una de las pequeñas pirámides satélites que su hijo, Keops, ordenó construir junto a la cara este de la Gran Pirámide. Pero todas las pirámides han llegado hasta nosotros completamente vacías por lo que no se sabía si la reina había sido enterrada en ella o no. A principios de 1925, sobre la meseta de Gizeh había una tremenda actividad ya que se estaban realizando trabajos de excavación en la cara este de la Gran Pirámide, muy cerca de la pirámide satélite de Hetepheres, dirigidos por George Reisner. En febrero de ese mismo año, uno de los fotógrafos de la expedición fue a plantar su trípode para realizar una foto de la zona cuando, al limpiar el suelo para conseguir una apoyo estable de la cámara, descubrió que éste no se apoyaba sobre la roca, como era de esperar, sino que se hallaba sobre un trozo de argamasa. Este hecho despertó todas las alarmas y pocos días después se procedió a retirar la capa de argamasa. Tras ella aparecieron unos bloques de piedra caliza y tras ellos un pozo que penetraba
Entrada a la tumba de Hetepheres (G7000x)
04 Boletín de la Asociación de Egiptología Iteru