Prismática

Page 1

Ysabel



Prismática Un color que es todos los colores. Una imagen que reúne en sí y para sí todas las imágenes que pueden ser proyectadas a través de su propio cuerpo. Cuando apareció por primera vez fue un día cualquiera. No hubo una señal, ni un aviso suficientemente excepcional como para que fuera posible o pensable una estrategia de preparación, o tal vez un recibimiento adecuado. El impacto de la luz refractada en sus dos cañones fulminantes vino precedido por una suerte de danza hipnótica, un paso a paso con ritmo sutil, armonioso, ondeante como el Caribe que le dio origen, un andar que iba de lo salvaje a lo piadoso; en fin, un recurso infalible e implacable para distraer del ataque central que ocurriría inmediatamente después. Sólo duró un segundo, tal vez pudo llegar a dos. Mas la sensación fue tan sólida que duraría mucho tiempo incubando lo que luego definitivamente sería una certeza. Pudiera decirse que superficialmente fue como una parálisis, una pausa, un momento de no-algo. Como una breve zona de contemplación absoluta, o más bien de exposición absoluta, pues se trata de un desencubrimiento, un desvestimiento, una desnudez, un darse cuenta de que se está bajo el foco principal de la escena. Y es esa precisamente la imagen que más pudiera acercarse a lo que sucedió, ya que no hay puntos de comparación para algo que sucede por primera y única vez. Es un ataque en rodeo de mil imágenes y mil sensaciones comprimidas en un solo rayo inexorable que no pudo ser viso sino cuando ya su efecto era cierto y ni la resignación pudo hacer nada al respecto. Una fuerza colosal consistente en la invasión sensual de todos los objetos del deseo más personal: la belleza más bella, el elíxir más divino, la música más sublime, el bocado más suculento. Si los intereses y sueños de un ser pudieran ser presentados, uno a uno, delante de sí como si fuesen carnadas atrayentes o sonatas encantadoras, esa sería la forma de describir lo que sucedió. “Lo que quiero, lo que me gusta, lo que me llama, lo que me enciende, lo que me apiada, lo que me conmueve, lo que me identifica, lo que sé, lo que pienso, lo que no sabía que quería… incluso lo que no me atrevía a proclamar que podía. Todo estaba allí, y el darse cuenta de lo que eso significaba no podía sino ocurrir de la forma en que se sobrevino, bajo el método del tinajero: gota a gota fue llenando”. Esta fue la declaración que tiempo después, mediante el uso de la razón, siempre tardía, se pudo conocer de la víctima-protagonista. Y fue luz. Como un haz que cruza un sólido de cristal de forma poliédrica, todas las caras se iluminaron y envolvieron el cuerpo del buscador, lanzándole simultáneamente, sí, la mirada terrible. Tal acción múltiple produjo un efecto del mismo tenor, como un reflejo de muchos espejos encontrados. Quien padeció la experiencia sabía que la imagen estaba allí, lo conocía como reflejo, lo reconocía; pero por su forma y expresión, tácticamente dispersa, tenía la capacidad de esconderse, de asomarse provocadoramente por los recovecos, por las vistas laterales. Ella no lo supo. Sencillamente caminó, miró sólo durante un segundo, tal vez pudo llegar a dos. Entre el excitante danzar de roce interpretado por sus rodillas continuó su marcha para sentarse en el lugar que sólo instantes después la mostraría lentamente, como por páginas y capítulos, tal cual ella es, tal cual estaba destinada a ser para siempre, como un prisma de cristal.



Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.