Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey Campus Chihuahua
Estado de la Educación para la Paz en México Angélica Ruiz León Seminario de Relaciones Internacionales Dr. Zidane Zeraoui Chihuahua, Chihuahua, México 19 de abril de 2013
Contenido
Introducción…………………………………………………………………….
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Cap. 1.
La Educación para la Paz desde la investigación para la paz……...
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1.1 Historia y definición de la Educación para la Paz
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1.2 Educación para la Paz y transformación de conflictos……..
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1.3 Educación para la Paz y desarrollo humano…………….....
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1.4 Análisis global…………………………………………………..
19
Estado de la Educación para la Paz en México. …
21
Cap. 2.
2.1 Análisis de convergencia entre instrumentos nacionales e internacionales…………………………………………………. 2.1.1
Cultura de Paz en las declaraciones internacionales…….
2.1.2
Revisión de la legislación mexicana frente a las declaraciones
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internacionales sobre Cultura de Paz……….…………..
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Programas federales recientes en materia de educación…
36
2.2 Iniciativas académicas y civiles en materia de paz………...
39
2.1.3
Cap. 3.
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Recomendaciones en Educación para la Paz para el contexto de México..……………………………………………………………..
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3.1 Importancia de implementar una estrategia nacional de Educación para la Paz en México
44
3.2 Recomendaciones en legislación e implementación……………
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Conclusiones generales…………………………………………………………
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Bibliografía………………………………………………………………………
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2
Introducción El análisis histórico y geopolítico de las relaciones internacionales contemporáneas caracterizó al siglo XX como el período de las más grandes y cruentas conflagraciones bélicas experimentadas por el hombre a nivel mundial. La Primera Guerra Mundial, Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría fueron los nombres dados a los recurrentes conflictos entre naciones cuya complejidad y permanencia a lo largo de todo el siglo, volvió excesivamente palpable la expresión de violencia e intimidación en contra de la concordia, incluso poniendo en riesgo la propia existencia de la humanidad. Tal fue la conmoción de la Primera y Segunda Guerra Mundial, respectivamente, en millones de civiles alrededor de todo el mundo, que por primera vez los líderes de las naciones buscaron establecer un organismo internacional a favor de la paz, buscando evitar el advenimiento de una nueva conflagración mundial. La creación y evolución de la Organización de las Naciones Unidas, aunque ha sido producto de numerosos desafíos, representa la máxima expresión política por la búsqueda de la paz. Si bien es cierto, ni el nacimiento de este organismo universal, ni el término de la llamada Guerra Fría, con la consecuente caída del muro de Berlín, garantizaron la ausencia de conflictos en el mundo. De hecho, resultaría imposible imaginar una humanidad sin pugnas desde una visión amplia y objetiva. Es cierto que desde 1945 no se ha detonado ninguna conflagración de alcance mundial, sin embargo los estados nacionales enfrentan nuevos y complejos desafíos, que de igual manera ponen en peligro el desarrollo y la vida misma de los seres humanos. Racismo, pobreza, crímenes transnacionales, violaciones masivas de derechos humanos, corrupción y depredación de recursos naturales son sólo, por señalar algunos de los desafíos globales en los albores del presente siglo, y que reflejan una cultura de violencia y caos aún presente en la vida del género humano. En materia de derechos humanos, México ha sido un país activo entre la comunidad internacional. Participó en la fundación de organismos como la ONU y la UNESCO, en cuyas cartas constitutivas se establecieron los principios fundamentales para la búsqueda de la concordia y la paz entre las naciones. México también es signatario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, así como de otros tratados y declaraciones derivados de ella. Muy recientemente, el país ha sido sede de conferencias y reuniones internacionales y regionales en el tema de derecho humano a la paz. Por ejemplo entre diciembre de 2006 y julio de 2009 tuvieron lugar en distintas ciudades de México, varias reuniones internacionales para la elaboración de estudios y recomendaciones que luego serían incluidas en la propuesta
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contenida en la Declaración de Santiago de Compostela de 2010, sobre el derecho humano a la paz1. Sin embargo, a pesar de la visibilidad que ha mantenido México a nivel internacional en estos temas, al revisar indicadores como el Global Peace Index, o simplemente con enterarse de las noticias nacionales y locales, es imposible dejar de notar la urgencia por que se formulen estrategias para el fomento de la paz en todos los niveles sociales e institucionales del país. Durante el sexenio 2006 - 2012 las múltiples expresiones de crimen y violencia doméstica sacudieron y alertaron a todo el país e incluso a la comunidad internacional. Los niveles de violencia alcanzados en esos años bastan para concluir que el hecho de ratificar declaraciones internacionales y de recibir en México a expertos en materia de paz de distintos países, no ha sido suficiente para generar, en palabras de Galtung “una transformación social relevante para la vida cotidiana de los ciudadanos”2. Valdría la pena recordar algunos planteamientos muy generales que numerosos autores han hecho acerca del rol del Estado a lo largo de toda la historia. Rawls por ejemplo, en seguimiento del concepto de contrato social expuesto por Hobbes, Locke, Rousseau y Kant, establece entre sus “Principios de Justicia” que es responsabilidad del gobierno propiciar las condiciones que garanticen el acceso de cada persona a las libertades básicas; también hace referencia a que la desigualdad social y económica debe aliviarse a través de decisiones políticas que beneficien a los grupos más vulnerables y abran condiciones de justicia e igualdad de oportunidades3. Se concuerda con Rawls en que el bienestar humano integral es y debe seguir siendo el motivo central y la razón de ser de toda estructura que compone a un estado. Se considera que las instituciones fundamentalmente públicas, deberían fungir siempre como el brazo articulador de los derechos humanos y la paz; accionar de forma inclusiva, de manera que la niñez, la juventud, los distintos actores sociales y culturales tengan participación en la transformación de su entorno. Asumiendo el reconocimiento universal sobre las responsabilidades que debería tener todo estado democrático frente a su ciudadanía, este estudio presenta una alternativa particular en el marco de la educación, como componente fundamental de esta tarea que es garantizar el bienestar social. Desde este punto de vista, la educación debería ir siempre enfocada no solamente a aliviar la ignorancia, sino a reducir los obstáculos físicos, 1
Friedrich, Ebert, Declaración de Santiago sobre el Derecho Humano a la Paz, 2010, consultado en marzo de 2013 en http://www.fesmadrid.org/media/1037_Human%20Right%20to%20Peace/Derecho%20Humano%20a%20la%20Paz_Declaraci on%20de%20Santiago.pdf 2 Propone Johan Galtung educación y equidad para alcanzar la paz, ITESM, 2011, consultado en marzo de 2013 en http://www.itesm.edu/wps/wcm/connect/snc/portal+informativo/por+tema/educacion/johangaltung 3 Rawls, Johns, A Theory of Justice, Harvard University Press, E. U. A., 1971.
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económicos, sociales, psicológicos y emocionales que le impiden a un individuo apelar y aprovechar sus libertades, en beneficio de su bienestar y su desarrollo integral. Al respecto apunta Arríen: Toda política pública en tanto adquiere sentido en los derechos humanos debe considerar como hilos conductores los principios y valores de la Declaración Universal y de todos los textos y declaraciones posteriores que destacan el principio de dignidad de toda la familia humana, el principio de no discriminación en todo su sentido y amplitud y el principio de participación ciudadana efectiva (…) El horizonte de referencia de todo proceso político debe ser el desarrollo humano 4. El objetivo central de este trabajo se enfoca precisamente en analizar algunas de las acciones del gobierno mexicano en su trabajo por garantizar la paz social. Se reflexiona sobre las vías posibles por las que México podría contribuir en la construcción de una Cultura de Paz. Ésta ha sido ampliamente proclamada en distintos instrumentos del Sistema de Naciones Unidas durante los últimos años. Dichos documentos, así como numerosos autores, concuerdan que la mejor vía para promover y desarrollar la Cultura de Paz es a través de la educación. Aquí se coincide con esta idea y se pretende aportar instrumentos para su consecución. En el sexenio 2006 – 2012 el Gobierno de México declaró a todas luces y en todos los foros la “guerra contra el narco”. De entrada esta expresión sonó intrínsecamente violenta y los resultados percibidos por la sociedad fueron muy claros. En la Estrategia de Seguridad anunciada en diciembre de 2012 para la nueva administración, ya se planteó pasar de un programa punitivo a uno de prevención del delito5; sin embargo, la Educación para la Paz sigue quedando fuera de las estrategias nacionales de prevención. El planteamiento fundamental en este trabajo es que la paz ha de promoverse a partir de una concepción positiva, participativa y constructiva; el problema, de acuerdo con autores como Abrego, es que “en México no se ha declarado ninguna estrategia concreta [incluyendo legislación e implementación] de Educación para la Paz…”6 no al menos en los últimos siete 4
Arrien, Juan, Políticas Públicas y derecho a la educación, 3 de junio de 2011, consultado en marzo de 2013 en http://www.elnuevodiario.com.ni/opinion/103903 5 La estrategia de seguridad del nuevo gobierno tendrá un enfoque regional, CNN, México, 17 de diciembre de 2012, consultado en marzo de 2013 en http://mexico.cnn.com/nacional/2012/12/17/pena-nieto-alista-lapresentacion-de-su-estrategia-de-seguridad-nacional 6 Abrego, María Guadalupe, “La situación de la educación para la paz en México en la actualidad”, Redalyc, 2010, p. 155.
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años. Es a partir de esta hipótesis que se desarrolla la investigación, reiterando en la necesidad de adecuar determinados elementos en la legislación mexicana y la implementación de mayores acciones que, en su conjunto, logren concretar una estrategia nacional de Educación para la Paz, coherente con los planteamientos de las declaraciones internacionales. El enfoque que se utilizó para desarrollar el análisis parte de los aportes de la investigación para la paz (IP). Joshua Goldstein clasifica a los estudios para la paz dentro del marco de las teorías sociales de relaciones internacionales7. Según este autor, los estudios para la paz tienen alcance en los tres niveles de análisis que plantea Karen Mingst: internacional, nacional e individual8. Entre los expositores de la investigación para la paz, destacan Galtung, Curle, Danesh, Lederach, Jarés, Tuvilla y Fisas cuyas visiones fungen como marco teórico en este trabajo.
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Goldstein, Joshua, International Relations, Pearson, Estados Unidos, 2010 p. 85. Cfr. Mingst, Karen, Fundamentos de las Relaciones Internacionales, CIDE, México, 2006.
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Capítulo 1. La Educación para la Paz desde la investigación para la paz El objetivo de este primer capítulo consiste en examinar los aportes de la investigación para la paz (IP) en el tema de Educación para la Paz (EPP), a fin de conocer las propuestas que se han realizado para la transformación de conflictos sociales y el desarrollo social. Desde este punto de vista, se reconoce la amplitud y diversidad de componentes de la Educación para la Paz. La intensión por hacer un énfasis especial en las cuestiones de transformación de conflictos y desarrollo, planteadas por los autores, radica en la consideración de que éstas son las dos necesidades más urgentes de la sociedad mexicana actual. Lo presentado en esta sección pretende pues, fungir como marco teórico para el análisis posterior. 1.1 Historia y definición de la Educación para la Paz. Es necesario comprender los fundamentos y definiciones de la Educación para la Paz. Las perspectivas de diferentes autores generalmente concuerdan entre sí. Aquí se considera que la búsqueda de la paz ha estado presente como un anhelo de numerosas filosofías, religiones, ideologías y corrientes de pensamiento, por ello se concuerda con Jarés en que no es posible poner fechas exactas sobre el desarrollo histórico de este tema. Sin embargo, él identifica cuatro momentos clave que marcan el nacimiento y evolución de la Educación para la Paz: Primera ola: La Sociedad de Naciones, Oficina Internacional de Educación, Liga Internacional de la Educación (1929-1934 aproximadamente). Segunda ola: La EPP en la perspectiva de la UNESCO, desarrollo del Plan de Escuelas Asociadas a la UNESCO (a partir de 1945). Tercera ola: La EPP desde la perspectiva de no-violencia de Gandhi (a partir de 1948, con impacto en las décadas 60s, 70s y 80s). Cuarta ola: La EPP desde la investigación para la paz, perspectivas actuales (a partir de la década de los 50s)9. Las cuatro etapas históricas que identifica Jarés permiten comprender que ha existido un interés a nivel internacional, particularmente desde los organismos internacionales, por educar para la paz. De acuerdo con él, aunque desde una perspectiva más amplia, se considera que la EPP es probablemente resultado de las preocupaciones académicas por superar las 9
Jarés, Xesús, Educación para la Paz: su teoría y su práctica, Editorial Popular, Madrid, 2005, pp. 19-118.
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experiencias bélicas del siglo XX, e incluso por la herencia histórica de las acciones colonialistas de los siglos anteriores, a partir del crecimiento de la relación entre culturas y cosmovisiones diversas; así como la intensificación del conflicto doméstico a causa de la xenofobia, la discriminación étnico-racial y la desigualdad económica. En general, se considera que la Educación para la Paz que se ve materializada en algunos países en la actualidad, se ha ido formulando como una alternativa ante las diversas expresiones de conflicto que permanentemente han acompañado al hombre. Jarés considera que la IP como se conoce actualmente, surgió a consecuencia de la Segunda Guerra Mundial en Suecia y Noruega, gracias a los aportes de institutos como el SIPRI (Stockholm International Peace Research Institute) y el Instituto de Investigación Social dirigido por Johan Galtung10. Durante la década de los 60s dicho instituto colaboró en la publicación de revistas arbitradas y boletines con propósitos de la paz, es en ese momento cuando “Galtung establece una diferencia (…) entre paz positiva y paz negativa (…), la primera sería la ausencia de violencia estructural y la segunda, la ausencia de violencia directa”11. Según Jarés, durante la década de los 80s el número de centros de investigación para la paz se disparó para alcanzar su presencia en las universidades europeas y norteamericanas. Destaca por ejemplo, la participación de España, que ha realizado grandes aportes a la IP a partir de la creación de la Asociación Española de Investigación para la Paz, en 199712. En el segundo capítulo se tendrá la oportunidad de observar cómo la evolución de la IP que plantea Jarés, se vio reflejada en las declaraciones e invitaciones producidas desde los organismos internacionales para el fomento de la EPP en el mundo. Es importante comprender que la Educación para la Paz ha sido delimitada de manera muy concreta, gracias a las profundas investigaciones que se han realizado al respecto. Como bien lo comenta Fisas: “Educar para la paz no consiste en enseñar a dibujar palomitas o en imaginar escenas bucólicas. No hay que confundir la paz con la ingenuidad” 13 , las definiciones de algunos autores permiten dar cuenta de lo complejo del tema y la seriedad con que se ha tratado. Johan Galtung es el autor cuya revisión es obligada en la IP y la EPP; mucho ha trabajado sobre la paz y los conflictos dentro de su enfoque TRASCEND. En él explica que la paz es una relación, es decir, que depende de la transformación de una relación a partir del
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Jarés, Educación para la Paz… op. cit. p. 103. Ibídem. p. 104. 12 Ibídem. p. 114. 13 Fisas, Vicent, “Prólogo”, El abecé de la paz y los conflictos: Educación para la Paz, Catarata, Madrid, 2000, p. 10. 11
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conflicto y no solamente es la ausencia de éste14. Según Galtung, para la transformación de conflictos es necesaria la trascendencia, el ir más allá de los intereses de cada una de las partes y desarrollar objetivos en común. TRASCEND es un enfoque holístico y dinámico que va más allá de medidas particulares como la mediación. Según Galtung, es necesario que exista un modelo para la paz: “de la misma manera como existen modelos enfermedad–salud, es necesario un modelo violencia–paz que incluya un diagnóstico, un pronóstico, una terapia e intervenciones”15. La definición positiva de Galtung acerca de la paz considera que ésta abarca: la cooperación, la equidad, la igualdad, la armonía y el diálogo16, y que la Cultura de Paz ha de ser sostenida mediante la creación de círculos virtuosos17. A partir del modelo de Galtung, otros autores como Curle, Lederach, Jarés y Tuvilla han contribuido a formular la definición de la Educación para la Paz: La Educación para la Paz es un proceso educativo, dinámico, continuo y permanente, fundamentado en los conceptos de paz positiva y en la perspectiva creativa del conflicto, como elementos significantes y definidores, y que, a través de la aplicación de enfoques socioafectivos y problematizantes, pretende desarrollar un nuevo tipo de cultura, la cultura de la paz, que ayude a las personas a desvelar críticamente la realidad para poder situarse ante ella y actuar en consecuencia18. Se concuerda con Jarés en que la EPP no debe ser vista hoy en día como un lujo19, sino como una necesidad a cuya satisfacción deben aportar todos los actores sociales de forma dinámica, justa y creativa. Por su parte, Tuvilla concibe la Educación para la Paz como una metodología muy integral que debería incluir elementos que contribuyan a la seguridad física, social (derechos humanos), medioambiental, e incluso económica20. Desde nuestra perspectiva se reconoce la gran diversidad de problemáticas ante las que se enfrenta la educación, sin embargo, se concuerda más con la visión de Galtung y Jarés en que la EPP ha de encargarse más directamente de la transformación de la situación conflictiva. Aunque no se niega en absoluto
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Galtung, Johan, “Peace by peaceful conflict Transformation – the TRASCEND approach”, Handbook of Peace and Conflict, Routledge, Nueva York, 2007, pp. 14 – 32. 15 Ibídem. p. 14. 16 Ibídem. p. 31. 17 Ibídem. p. 30. 18 Jarés, Educación para la Paz… op. cit., p. 155. 19 Ídem. 20 Tuvilla, José, La escuela: instrumento de paz y solidaridad, Publicaciones M.C.E.P., Sevilla, 1994, p. 37.
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el impacto que la EPP ha de tener sobre otras áreas como el desarrollo humano, por ello se analizará este segundo aspecto más adelante. Para Lederach, la composición metodológica de la Educación para la Paz ha de cumplir una doble finalidad: “primero, el estudio de la no-violencia y los movimientos alternativos y, segundo, la consideración de la dinámica de la violencia y las formas de enfocar y lograr el cambio social”
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. Se coincide
con este autor en que es necesario enseñar sobre las
situaciones conflictivas, así como las alternativas posibles a su solución; es decir, que la EPP sea implementada desde diversas vías y de una manera objetiva y socrática. En este mismo sentido se considera que la EPP debería pretender provocar el deseo individual de contribuir a la paz, más allá de pretender dar formularios para la solución de conflictos particulares. Por su parte, Jarés enumera un listado muy amplio de componentes que debería incluir la EPP: educación para la comprensión internacional, educación para los derechos humanos, educación mundialista y multicultural, educación intercultural, educación para el desarme, educación para el desarrollo y educación para el conflicto y la desobediencia22. En respuesta, se considera que la EPP debería adecuarse a las características particulares de la sociedad en que se pretende implementar. Es decir, a partir de diagnósticos como los que sugiere Galtung. En fin, a partir de la revisión de visiones como las anteriores, se podría deducir que la Educación para la Paz es una propuesta metodológica que surgió desde los organismos internacionales y se ha fortalecido con la participación de numerosos autores de la investigación para la paz. Parte de una concepción positiva de la paz y pretende fomentar un cambio en las relaciones interpersonales en conflicto (a escala individual y grupal) hacia un estado de justicia, libertad, consciencia y participación social en la construcción de una Cultura de Paz. La Educación para la Paz incluye una amplitud de componentes y se dirige hacia múltiples objetivos como la armonía intercultural, el desarme, la participación constructiva, la creatividad, el conocimiento sobre la transformación de conflictos
y el
desarrollo humano integral. El significado de la EPP puede llegar a ser muy amplio, se revisarán en esta sección, únicamente las propuestas que podrían ser de relevancia sobre dos aspectos específicos de fundamental interés para el caso de México: conflictos y desarrollo.
21 22
Lederach, John Paul, El abecé de la paz… op. cit., p. 181. Jarés, Educación para la Paz…, op. cit., pp. 183 – 204.
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1.2 Educación para la Paz y transformación de conflictos La razón principal por la cual interesa revisar las propuestas de la Educación para la Paz es la presencia de las múltiples expresiones de violencia doméstica y conflictos entre grupos específicos al interior de México. Según el Índice Global de Paz (GPI por sus siglas en inglés), el cambio en la evolución de la violencia en México entre 2007 y 2012, fue muy marcado. Tomando en cuenta que el 1.0 indica el mayor grado de paz y el 5.0 el mayor grado de conflicto, la dinámica por indicador se comportó de la siguiente manera: 2007 2012 Tabla 1.1 Indicador GPI para México Índice Global de Paz 2.125 2.445 Criminalidad general percibida en la sociedad 3.0 4.0 Homicidios 4.0 4.0 Población presa 1.9 2.0 Acceso a las armas 4.0 4.0 Conflicto organizado interno 2.0 2.0 Demostraciones Violentas 2.0 3.0 Crimen violento 3.0 5.0 Terror político 3.0 4.0 Muertes a causa de conflictos internos 1.0 5.0 Elaboración propia con base en la fuente: “Vision of Humanity”, Global Peace Index, 2012, consultado en http://www.visionofhumanity.org/gpi-data/
A la par de esto, se observa que el fenómeno del conflicto es la más importante justificación que encuentran los autores de Educación para la Paz. De nuevo, Johan Galtung, John Paul Lederach, Adam Curle, H. B. Danesh, y Xesús Jarés plantean numerosas respuestas que la EPP da al conflicto particularmente, a través de varios modelos. ¿Qué relevancia tendría adecuar e implementar estos modelos en el contexto México? Se considera que una muy importante ya que,
a nivel internacional, los índices de conflictividad en México
también son alarmantes, dentro del mismo Índice Global de Paz, México se ha mantenido por lo menos desde 2008 entre los países de alta y muy alta conflictividad: Tabla 1.2 Ranking anual de México en el GPI23 México 2012 135 de 158 México 2011 119 de 153 México 2010 105 de 148 México 2009 107 de 143 México 2008 91 de 138 Elaboración propia con base en la fuente: “Vision of Humanity”, Global Peace Index, 2012, consultado en http://www.visionofhumanity.org/gpi-data/
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El número 1 correspondería al país más pacífico del mundo.
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Cabe destacar que la presencia del conflicto entre esos años se presentó en todo el territorio nacional, concentrándose principalmente en los estados de Chihuahua, Sinaloa, Guerrero, Nuevo León, Durango, Tamaulipas, Veracruz, Coahuila, Sonora y Michoacán24. Desde una perspectiva analítica no es posible pensar que estos altos índices de violencia en el país provienen de una causa única. La propia diversidad cultural, socioeconómica, e incluso las diferencias cognitivas y psico-afectivas a nivel individual pudieran ser las causas más profundas de la ola de violencia que se ha vivido en México en los últimos años. Lederach observa que a nivel mundial, las etiquetas más utilizadas para definir los conflictos regionales posteriores a la Guerra Fría son: etnicidad, religión, identidad, afiliación regional/geográfica o una mezcla de estos factores; generalmente detonados por la insatisfacción de necesidades básicas como la seguridad económica y social, o el reconocimiento político25 . En México es posible apreciar conflictos con estas características, por ejemplo los conflictos territoriales entre cárteles narcotraficantes, los conflictos regionales relacionados con el territorio y el agua, el caso de los grupos indígenas en Chiapas, o simplemente las numerosas expresiones de discriminación por motivos étnicos y económicos que se observan cotidianamente en los medios rural y urbano26. Para superar la cultura de violencia que se ha producido en México, compuesta por tantos tipos y ejemplos de conflictos, primero sería necesario crear consciencia sobre su evolución en los últimos años. Según Lederach, el conflicto es una progresión que debe situarse en un marco temporal, por lo tanto, la construcción de la paz deberá ser un proceso constituido por varias funciones también progresivas27. En su “Marco para la Paz”, Curle plantea que la educación es necesariamente el primero y uno de los más importantes componentes en la progresión del conflicto hacia la Cultura de Paz.28 En convergencia con estos autores, se considera que al enseñar para la paz, es necesario estudiar los orígenes, definiciones y evolución del conflicto. Lederach lo define como “la praxis de la educación para la paz”29, él considera que para superarlo, es necesario crear una perspectiva creativa del conflicto, que sea equiparable a la concepción positiva de la paz:
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“EU: la violencia en todo México”, Milenio, 2012, consultado en marzo de 2013 en www.milenio.com Lederach, John Paul, Construyendo la paz: Reconciliación sostenible en sociedades divididas, Bakeas, Bilbao, 1998, pp. 31-37. 26 Para más información sobre conflictos en territorios indígenas, conflictos agrarios, étnicos y migraciones forzadas en México, ver: López, Francisco, “Territorios indígenas y conflictos agrarios en México”, Estudios Agrarios, 2005, p. 85 – 118. ; Sámano, Miguel, et. al., “Paz y conflicto religioso, los indígenas de México” Redalyc, 2006, pp. 555-558 ; Díaz-Arguelles, Natasha, Conflictos étnicos en Chiapas, México, 2010, disponible en: http://www.isri.cu/publicaciones/articulos/2011/boletin_1411.pdf 27 Lederach, John Paul, Construyendo la paz… op. cit., pp. 90 – 91. 28 Curle, 1971, citado por Lederach, John Paul, Construyendo la paz… op. cit., p.93. 29 Lederach, John Paul, El abecé de la paz.. op. cit., p. 55. 25
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El conflicto social ha representado un fenómeno continuo y constante en la interacción humana. A través de la historia, reconocemos que los acontecimientos más destacables, a menudo, surgían de los conflictos. En la actualidad, diariamente, a escalas e intensidades diferentes, todos estamos involucrados en algún tipo de conflicto. Precisamente, debido a que es común a todos, de cara a los estudiantes el conflicto se presta como un buen punto de partida y referencia para la Educación para la Paz. (…) Esta noción sugiere no sólo que el conflicto supone una paradoja, sino que es positivo y necesario para el crecimiento del ser humano. Aunque parezca irónico, creo profundamente que el conflicto es indispensable para la realización humana (…) un medio por el cual aprendemos a vivir más plena y creativamente 30. Es cierto que si se reflexiona sobre el pensamiento occidental, el conflicto se concibe generalmente como un aspecto indeseable. A diferencia por ejemplo de las perspectivas asiáticas, donde el común denominador es el paradigma de la unidad, donde lo positivo y lo negativo tienen un peso igual para la vida humana31. Según Lederach, la concepción negativa del conflicto parte de la protección instintiva de sí mismo y la búsqueda de poder, que se produce de igual forma, tanto a escala personal como internacional 32. La propuesta de Lederach es relevante, es necesario comprender que el conflicto es inevitable y que puede enfrentarse por medios pacíficos, en oposición a la forma competitiva y defensiva. Se considera que éste es el paradigma que a largo plazo pudiera llegar a lograrse por medio de un marco nacional de Educación para la Paz en México. Entre los elementos que deberían estar incluidos en el estudio del conflicto, Lederach propone el conocimiento de los detalles históricos, principales actores e intereses, motivos, metas, nivel de conciencia entre los actores, limitaciones, reglas, modelos de comunicación, dinámica del conflicto, y recursos de regulación33. En consecución con esta visión es necesario pues, considerar otros enfoques teóricos con propuestas a cerca de la regulación o transformación del conflicto, ya que de esto dependería la calidad de paz que se pudiera lograr. Entre los modelos teóricos para enfrentar el conflicto más recientes, destacan trabajos como el de Graf, Kramer y Nicolescou, quienes exponen algunas visiones muy particulares sobre la transformación de conflictos y construcción de la paz. En su artículo “Counselling 30
Ibídem, pp. 58-60. Cfr. Zeraoui, Zidane, Paradigmas de la Posmodernidad, Limusa, México, 2006. 32 Lederach, John Paul, El abecé de la paz.. op. cit., p. 58. 33 Ibídem, p. 71. 31
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and training for conflict Transformation and Peace-building”34, es posible encontrar por lo menos dos grandes enfoques: el de Lederach y el enfoque de Galtung. Entre la bibliografía disponible se encuentran también planteamientos de relevancia como el de Danesh y Jarés. Enfoque de paz y conflictos de Lederach Como ya se ha visto, Lederach presenta varias bases teóricas para un buen enfoque de paz y conflicto. Su instrucción hace énfasis en tomar en cuenta las lecciones aprendidas en el campo práctico, enfrentando los retos y características que se identifiquen en cada región en particular, por esto se considera que su visión se adecúa a las necesidades de México. Según Lederach, la capacitación y puesta en práctica de la EPP no consiste solamente de técnica, sino que también es un arte35: Un artesano necesita tanto las herramientas como el talento artístico (…) si se le quitaran las herramientas, el artesano no será capaz de hacer el mismo trabajo únicamente con talento. Incluso cuando se le enseñara sobre el uso de las herramientas, sin creatividad, el resultado no sería original ni adecuado. De la misma manera, en la construcción de la paz, la técnica y la creatividad, se necesitan, o el resultado será insuficiente para la transformación de conflictos36. La propuesta sobre el uso de la creatividad en la resolución de conflictos se considera un elemento valioso en este enfoque, ya que ésta facilitaría la espontaneidad, la autorreflexión y la empatía37 con los grupos y sociedades en que se aplique la EPP. Otro elemento a destacar de este enfoque es que insiste en la necesidad de adecuarlo, volverlo lo necesariamente amplio, complejo e integrativo de acuerdo a las experiencias y perspectivas culturales donde ha de implementarse38. Desde este punto de vista, se piensa que este aspecto se fortalecería al incluir la participación de diversos actores en las tareas de la EPP.
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Graf, Wilfried, et. al., “Counselling and training for conflict Transformation and Peace-building: the TRASCEND approach” en Handbook of Peace… op. cit., pp.123-142. 35 Ibídem, p. 132. 36 Ibídem, p. 127. 37 Ibídem, p. 126. 38 Ídem.
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Enfoque TRASCEND de Galtung Uno de los enfoques más detallados en la literatura de transformación de conflictos es TRASCEND, que busca detener no solamente la violencia directa, sino también transformar la violencia estructural y cultural. Desde este enfoque, la pobreza, el hambre y la opresión también son consideradas como formas de violencia39. Se considera que los planteamientos de este enfoque resultan muy adecuados si se decidiera desarrollar la EPP en México, se coincide en que los tipos de violencia que comenta Galtung, son en muchos casos, las raíces de la desintegración social y conflicto en países como el nuestro. Inspirado en la filosofía de Gandhi (no-violencia, creatividad y empatía ante el conflicto), TRASCEND sugiere procesos para encausar los valores hacia la construcción de comportamientos y nuevas actitudes sociales40. El estudio del conflicto y el diálogo entre individuos/grupos en conflicto son elementos que Galtung considera, deberían fomentarse desde la EPP. Las tres etapas fundamentales de su metodología son: la comprensión de la formación de conflictos, aprendizaje y diferenciación de objetivos legítimos e ilegítimos,
y la enseñanza en la
integración de objetivos comunes41. El enfoque de Galtung es mucho más complejo, pero estos son los pasos más elementales entre sus propuestas. En coincidencia con la perspectiva de Curle42, Galtung considera que la educación es la base, a fin de evitar lo más posible la intervención o mediación en conflictos complejos. Enfoque CFCR de H. B. Danesh Danesh propone un conjunto de elementos y componentes muy amplio en Educación para la Paz. Una de sus metodologías relevantes para la reflexión sobre el conflicto en México, es Conflict-Free Conflict Resolution (CFCR). Un proceso orientado a la toma de decisiones desde un paradigma de paz. Plantea que el conflicto es resultado de la desunión y por lo tanto, la resolución pacífica del conflicto debe ir enfocada hacia la unidad. El enfoque CFCR incluye siete puntos generales: la unidad como propósito, preparación individual, preparación grupal, elaboración de un cuerpo consultativo, toma de decisiones hacia la paz, implementación y evaluación43.
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Goldstein, Joshua, op. cit., p. 134. Graf, Wilfried, et. al., op. cit. pp. 135-141. 41 Ídem. 42 Curle, op. cit. 43 Danesh, H. B., Education for Peace Curriculum Manual, Education for Peace Press, Vancouver, 2007 pp. 231- 273. 40
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Desde la perspectiva de Danesh, la EPP considera que los seres humanos son sujetos del proceso de desarrollo biológico, emocional, intelectual, ético y espiritual, por lo cual, en lugar de estudiar la EPP como una asignatura aparte, ésta debería constituirse como el marco para el estudio de todas las asignaturas de primaria y secundaria44. Una de sus metodologías más específicas en la enseñanza de la paz en jóvenes incluye los siguientes pasos: 1) Reflexión personal profunda sobre el rol del individuo en la creación del conflicto o la paz. 2) Enseñar a los alumnos sobre una cosmovisión de unidad dentro de todas las asignaturas. 3) Fomentar la confianza entre los miembros de la comunidad escolar y el esfuerzo por crear una Cultura de Paz. Desarrollar actividades orientadas a la paz como “Eventos de Paz” donde el arte se utilice como diálogo y medio para celebrar la diversidad 45. Enfoque de convivencia de Jarés Jarés, más que establecer un proceso o una guía de pasos para la construcción de la paz, propone una serie de componentes que deberían incluirse en un marco de EPP; entre ellos: el diálogo, la solidaridad, la no-violencia, la comprensión de la diversidad, la ternura como paradigma de convivencia, el perdón y el compromiso con los más necesitados46. Sobre la enseñanza en el conflicto, propone fomentar la erradicación de maniqueísmos y la idea del enemigo, el miedo, los fundamentalismos, la mentira, la corrupción y el dominio47. Sus metodologías van enfocadas, además de al ambiente escolar, a la actividad familiar donde insiste sobre la práctica de la resolución pacífica de conflictos, la expresión y la coherencia48. Habiendo revisado los índices de conflicto y violencia doméstica en México queda muy clara la importancia que tendría la implementación de metodologías creadas a partir de la investigación para la paz.
44
Ibídem, p. 306. Ibídem, p. 309. 46 Cfr. Jarés, Xesús, Pedagogía de la convivencia, GRAÓ, Barcelona, 2006. 47 Ídem. 48 Ídem. 45
16
1.3 Educación para la Paz y desarrollo humano Se sabe que la concepción de desarrollo actual ha trascendido la visión materialista para abarcar fenómenos sociales como la educación y la salud de una sociedad. Se considera que la Educación para la Paz, siendo tan amplia, podría ser un componente importante en la calidad educativa requerida por los países en vías de desarrollo. El enfoque de Capacidades de Amartya Sen, es uno de los principales fundamentos teóricos que influyeron en la aplicación del concepto de Desarrollo Humano en el PNUD49: El desarrollo debe ser concebido como un proceso multidimensional que incluye los mayores cambios en las estructuras sociales, actitudes populares e instituciones nacionales, así como la aceleración del crecimiento económico. Nadie ha identificado los objetivos humanos de la economía tan bien como Sen50. La cita anterior permite plantear que la Educación para la Paz pudiera llegar a impactar en el índice de desarrollo humano, ya que como se observa, éste refleja la situación general de la sociedad en un país, incluyendo (indirectamente) actitudes y en palabras de Sen, la “capacidad para funcionar”51 de los ciudadanos. Dicha capacidad o libertad, que desde la perspectiva de Sen es requisito para el desarrollo, pudiera ser fortalecida al fomentar la paz y la disminución de conflicto en una sociedad. De hecho, como se observa en los enfoques anteriores, tanto la felicidad como la formación de capacidades como la creatividad, la imaginación, el razonamiento práctico, el juego y las relaciones armoniosas (todas ellas consideradas como capacidades centrales en el enfoque de Sen52) son necesarias para la generación de círculos virtuosos en la transformación del conflicto y la construcción de la paz. Nussbaum sostiene que en los países más avanzados, donde se han generado habilidades novedosas en la educación, con base en el pensamiento crítico como es la EPP, en que se requiere desarrollar sensibilidad ante el contexto, la historia, las circunstancias culturales y económicas, se presenta un efecto multiplicador en el desarrollo53. Jarés plantea que el concepto de paz va muy relacionado, o pudiera entenderse en algunos casos, “como sinónimo de justicia social; la paz como superación de las violencias estructurales, comenzando por las que tienen que ver con las propias necesidades básicas; la 49
Todaro, Michael, Economic Development, Pearson, Estados Unidos, 2012, p. 16. Ídem. 51 Ídem. 52 Nussbaum, Martha, Creating Capabilities, Harvard University Press, Estados Unidos, 2011, pp. 33-34. 53 Ibídem, p. 157. 50
17
paz como plena realización de las potencialidades humanas, etc.” 54 y cita a Galtung: “paz es igual a desarrollo, en cierta manera son la misma cosa”55. Sin caer en la ambigüedad se observa, en concordancia con Jarés, que
“el concepto de desarrollo presupone las mismas
condiciones, objetivos y valores que los que hemos enumerado al referirnos al de paz” 56, se considera que la EPP podría fungir como un componente facilitador para la satisfacción de las necesidades humanas básicas como supervivencia, bienestar, identidad y libertad 57 , componentes sociales del desarrollo. Aunque no se concuerda del todo con las ocasiones en que la paz es planteada como sinónimo del desarrollo, los derechos humanos o la democracia, se reconoce su alto grado de relación, por ello estos conceptos se considerarán en el segundo capítulo. Otro aspecto del desarrollo social en que la Educación para la Paz pudiera contribuir es el fenómeno de la exclusión social. De nuevo, Jarés considera que en los próximos años “el ser una persona socialmente incluida o excluida va a depender fundamentalmente de la situación laboral”58, desde nuestro punto de vista, este es un fenómeno que definitivamente ya ocurre. La exclusión social causada por la desigualdad ha ido en aumento como paradoja del desarrollo económico, esto se puede observar claramente en la sociedad mexicana. No es posible permitir que el bienestar humano dependa únicamente de la situación del empleo y el consumo; aunque definitivamente éste es un componente básico de la calidad de vida, se considera que es necesario incluir y fortalecer más la visión humanista de la felicidad individual, la cohesión social y la paz. En este mismo sentido, se concuerda con Abrego: Dados los tiempos actuales, ya es momento de desarrollar a través de la educación y de la sociedad en su conjunto, la calidez humana; pues actualmente el mundo necesita una economía con rostro humano, que privilegie no sólo los valores de la eficiencia y la calidad productiva –desde el punto de vista productivo-laboral–. Sino que además estén acompañados de los valores que convierten al hombre en un verdadero ser humano59. También es cierto que la creciente brecha de desigualdad a nivel mundial se ha reflejado al interior de México con el incremento de la pobreza60, éste es un fenómeno que de atenderse 54
Jarés, Educación para la Paz… op. cit., p. 127. Galtung, 1985, p. 46, citado en Ídem. 56 Ibídem, p. 129. 57 Fisas, 1987, citado en Ibídem, p. 127. 58 Jarés, Educar para la verdad y la esperanza, Editorial Popular, Madrid, 2005 p. 42. 59 Abrego, op. cit., p. 157. 60 Para más información sobre el incremento de la pobreza en la última década, ver: “Pobreza y derechos sociales de niñas, niños y adolescentes en México”, CONEVAL, 2013, disponible en http://www.coneval.gob.mx/Paginas/principal.aspx 55
18
la propuesta de Galtung, pudiera aminorarse de forma multidimensional, de manera alternativa a la perspectiva puramente economicista del desarrollo. En el enfoque TRASCEND que se mencionó anteriormente, se subraya la importancia de garantizar las necesidades humanas básicas en el proceso de transformación de conflictos: “no existe jerarquía en las necesidades básicas, existen cuatro categorías generales: sobrevivencia, bienestar, identidad y libertad. (…) De existir una solución sostenible al conflicto, todas estas necesidades humanas deberán ser satisfechas” 61 . Autonomía, integración, solidaridad y participación son componentes que desde la perspectiva de Galtung62 deberían enfatizarse mediante la educación, frente a una sociedad marcada por la desigualdad. Al respecto, se considera fundamental incluir dichos elementos en una estrategia de EPP en México, dadas las características sociales actuales. 1.4 Análisis global. Para corroborar el impacto de la Educación para la Paz en la transformación de conflictos y el desarrollo, como lo han planteado los autores mencionados, se recurre nuevamente a indicadores como el Global Peace Index y el Índice de Desarrollo Humano para deducir una perspectiva global sobre la importancia del tema que se está tratando. Sólo por revisar algunos ejemplos, véase la relación entre el desarrollo y los países que fomentan la paz. Tabla 1.3 Comparación de México con los países que más aplican EPP: estado de conflicto y desarrollo País
Ranking en el IDH 2012 63
Gasto público en Educación64
Ranking en el GPI 201265
GPI/Homicidios/Crimen Violento/Muertes por conflicto. 66
Noruega
1º
0.955
7.3% PIB
18 de 158
1.480 / 1.0 / 1.5 / 1.0
Suecia Canadá España México
7º 11 º 23º 61 º
0.916 0.911 0.885 0.775
7.3% PIB 4.8% PIB 5.0% PIB 5.3% PIB
14 de 158 4 de 158 25 de 158 135 de 158
1.419 / 1.0 / 1.0 / 1.0 1.317 / 1.0 / 1.0 / 1.0 1.548 / 1.0 / 2.0 / 1.0 2.445 / 4.0 / 5.0 / 5.0
Elaboración propia con base en las fuentes: “Human Development Index”, UNDP, 2013, consultado en http://hdr.undp.org/en/statistics/; “Vision of Humanity”, Global Peace Index, 2012, consultado en http://www.visionofhumanity.org/gpi-data/
61
Galtung, citado por Graf, Wilfried, et. al., op. cit., p. 128. Ídem. 63 La cifra 1.00 correspondería al mayor índice de desarrollo humano en el mundo. / 64 Promedio hacia 2013. 65 Cuanto más se acerca al número 1, el país es más pacífico. 66 Cuanto más se acerca el indicador al número 1.0, el país es más pacífico; el número 5.0 representa el mayor grado de conflicto/violencia en la escala global. 62
19
Naturalmente los países más desarrollados presentan un gasto mayor en educación. Se han incluido en la tabla los países donde se encontró inversión en programas y presencia de centros de investigación relacionados con Educación para la Paz67, se observa que el impacto en el comportamiento social es diametralmente distinto entre los países donde existe una Cultura de Paz y donde no la hay (ver última columna). En este capítulo se ha observado el estatus de México frente a algunas estadísticas internacionales de conflicto doméstico. La reflexión, en base a las propuestas de diversos autores, es que la composición de la violencia corresponde a una serie de factores muy amplia, y que no sólo grupos delictivos organizados, sino minorías étnicas, religiosas y sectores sociales económicamente vulnerables son partícipes del conflicto. Al mismo tiempo, los planteamientos teóricos permiten apreciar el valor integral de la Educación para la Paz. La conclusión a la que se llega es que por ser tan amplia, e incluso por pretender fungir como marco para la totalidad de las asignaturas de primaria y secundaria, la EPP tendría un impacto cuantitativo y cualitativo importante en la dinámica del conflicto y el desarrollo social en México.
67
Por ejemplo, SIPRI en Suecia, Instituto de Investigación Social en Noruega, AIPAZ de España, y diversos centros canadienses de Educación para la Paz.
20
Capítulo 2. Estado de la Educación para la Paz en México El objetivo de este capítulo es cotejar la situación legislativa y de implementación en México, frente a lo propuesto por las declaraciones y organismos internacionales encausadas a promover la Cultura de Paz desde la educación. También se busca reflexionar sobre la participación del sector académico y las organizaciones de la sociedad civil mexicanas en el desarrollo de iniciativas en esta materia. 2.1 Análisis de convergencia entre instrumentos nacionales e internacionales El análisis que se plantea en esta sección del trabajo parte del supuesto de que la legislación mexicana existente tiene ciertos elementos de convergencia y otros de divergencia con lo establecido internacionalmente en Cultura de Paz y Educación para la Paz, por consiguiente, los programas de educación básica no han sido lo suficientemente efectivos dada la situación social actual. 2.1.1 Cultura de Paz en las declaraciones internacionales El tema de la paz en el Sistema de Naciones Unidas fue uno de los motivos principales de su fundación, además, como concepto ha tenido un cambio importante. Tras las experiencias bélicas del siglo XX, la creación de la Organización de las Naciones Unidas, representó el más amplio esfuerzo político por la búsqueda de la paz en el mundo. Simultáneamente, se gestaron los principios fundadores de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en una búsqueda internacional por restablecer los sistemas educativos al término de la guerra. Dicha organización se creó “con el fin de alcanzar (…) los objetivos de paz internacional y de bienestar general de la humanidad (…) mediante la cooperación en educación, ciencia y cultura” 1. Fue durante el nacimiento de la UNESCO cuando por primera vez se declaró que la paz ha de sembrarse y construirse en la mente de los hombres y que dicha contribución ha de alcanzarse con la educación2. Jarés considera que este principio representa la segunda ola o segunda clave histórica para el nacimiento de la Educación para la Paz3. Desde la creación de estos organismos han surgido numerosos documentos vinculantes que tratan de fomentar la Cultura de Paz mediante la educación. Se observa que durante los 1
Constitución de la UNESCO Edición 2004, UNESCO, consultado en unesdoc.unesco.org/images/0013/001337/133729s.pdf 2 Ídem. 3 Jarés, Xesús, Educación para la paz… op. cit. p. 15.
febrero de 2013 en
primeros años de existencia de la ONU, la paz fue planteada más como un objetivo al cual dirigirse, entendida desde la perspectiva negativa de la que hablan Galtung4 y otros autores a decir, la paz como ausencia de guerra. Durante la década de los 80, la UNESCO comenzó a producir declaraciones para proponer a los países miembros el reconocimiento del derecho humano a la paz; en respuesta, en los foros internacionales sobre derechos humanos se fue introduciendo este concepto de una forma cada vez más amplia. Se encuentra que entre 1993 y 1995 se planteó por primera vez la Educación para la Paz como una estrategia que debería adoptarse en las naciones a través de programas sociales, especialmente en aquellos países que manifestaran más altos índices de violencia doméstica, intolerancia cultural y un crecimiento en la brecha de desigualdad socioeconómica 5 . El concepto de paz se transformó y tomó un significado positivo, en 1997 Federico Mayor Zaragoza entonces Director General de la UNESCO, publicó un discurso en el que definía la paz: …no como un estado de silencio, sino de libertad, alegría, igualdad, solidaridad, diversidad, cooperación y convivencia (…) Paz, desarrollo y democracia forman un triángulo interactivo. Las tres se requieren mutuamente (…) La paz no es una abstracción: posee un profundo contenido cultural, político, social y económico6. En su discurso, Mayor Zaragoza invitó a los países a aumentar las inversiones nacionales en estrategias dirigidas a fomentar la paz a través de la educación y a la protección del “patrimonio espiritual, intangible, frágil y más vulnerable” 7 , refiriéndose a que el rostro humano debería ser destinatario y protagonista de toda política y toda estrategia8. Quizá la falta de financiación y apoyo gubernamental impidieron en el caso de México, la consecución de estos llamamientos. La insistencia continuó en numerosas declaraciones de la ONU y la UNESCO, como se enlistan a continuación. El afán por haberlas revisado parte de la coincidencia que se tiene aquí con la visión positiva y activa de la paz de la que se hablaba antes, y la creencia en que el tomarlas en cuenta en la legislación, sería de enorme provecho para México. 4
Cfr. Galtung, Johan, Handbook of Peace… op. cit. UNESCO, Declaración de la 44a reunión de la Conferencia Internacional de Educación celebrada en Ginebra, Paris, Noviembre 1995, consultado en febrero de 2013 en http://www.unesco.orgcpp/sp/declaraciones/educacion.htm 6 UNESCO, El Derecho Humano a la Paz. Declaración del Director General de la UNESCO, enero 1997, consultado en febrero de 2013 en http://www.unesco.org/cpp/sp/declaraciones/HRtoPeace.htm 7 Ídem. 8 Ídem. 5
22
Presencia del tema de Cultura de Paz en las declaraciones internacionales Año
Declaración
Planteamientos sobre Cultura de Paz y Educación para la Paz -Se requiere de una base de respeto pleno a los derechos humanos para el fomento de una cultura de paz9. -La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana, favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todos los grupos étnicos o religiosos10.
1948
Declaración Universal de los Derechos Humanos
1984
Declaración del Derecho Humano a la Paz (Res. 39/11 de AG-ONU)
1989
Convención de los Derechos del Niño (UNICEF)
-Propone la búsqueda de procedimientos y programas sociales que contribuyan a prevenir la violencia en contra de la infancia12.
Resultados de la Conferencia Mundial sobre Derechos Humanos celebrada en Viena.
-Señala a la educación como principal instrumento transmisor del derecho humano a la paz y prevención de la violencia13. -La Educación para la Paz es un aspecto vital para la paz regional y mundial. -Se invita a los estados para la elaboración de programas específicos sobre EPP y a incluir las propuestas de los sectores no gubernamentales14.
1993
1995
Resultados de la Conferencia Internacional de Educación celebrada en Ginebra (UNESCO)
1997
Declaración de Federico Mayor Zaragoza sobre el Derecho Humano a la Paz (UNESCO)
-Expresa la obligación de los estados para el mantenimiento de la paz, hace un llamamiento para que "por todos los medios" éstos busquen asegurar la adopción del derecho humano a la paz11.
-Se manifiestan alarmantes niveles de violencia doméstica, racismo, xenofobia, intolerancia cultural y religiosa, y la profundización de la brecha de desigualdad como obstáculos a la paz nacional e internacional. -Se aporta un Plan de Acción Integrado de EPP. -Expresa las características que debería contener toda estrategia sobre Educación para la Paz. -Insiste sobre la importancia de la participación de diversos actores sociales. -Enfatiza sobre la necesidad de atención a grupos vulnerables15. -Define el concepto de paz: "como un estado de libertad, alegría, igualdad, solidaridad, diversidad, cooperación y convivencia"16.
9
ONU, Declaración Universal de Derechos Humanos, diciembre 1948, consultado en febrero de 2013 en http://www.un.org/es/documents/udhr/history.shtml 10 Ibídem, artículo 26º. 11 OHCHR, Declaration on the Right of Peoples to Peace, 12 Noviembre 1984, consultado en febrero de 2013 en http://www2.ohchr.org/english/law/peace.htm 12 ONU, Convención de los Derechos del Niño, Colección de Tratados de las Naciones Unidas, 20 de Noviembre de 1989, artículo 19º, consultado en febrero de 2013 en http://treaties.un.ong/Pages/ViewDetails.aspx?src=TREATY&mtdsg_no=IV-11&chapter=4&lang=en 13 ONU, Conferencia Mundial sobre Derechos Humanos, 14 al 25 Junio 1993, consultado en febrero de 2013 en http://www.un.org/es/development/devagenda/humanrights.shtml 14 Ibídem, artículos 78º a 82º. 15 UNESCO, Declaración de la 44a reunión… op. cit.
23
-La imposición, la radicalización, la pobreza, la ignorancia, la discriminación y la agresión son distintas formas de violencia. -La paz no puede prescindir de la democracia y el desarrollo, sino que las tres forman una interacción. -Propone la creación de estrategias para la protección del "patrimonio intangible y más vulnerable"17.
1999
Declaración y Programa de Acción sobre Cultura de Paz (Resolución 53/243 de la AGONU)
1999
Manifiesto 2000 para una Cultura de Paz y No-Violencia
2000
Declaración del Milenio
2005
World Summit Outcome
-Invita a la creación de estrategias nacionales y regionales sobre Cultura de Paz. -Invita a la participación de las organizaciones de la sociedad civil y de la inclusión de estas en la toma de decisiones gubernamentales. -Propone medidas para que los niños, desde la primera infancia, reciban instrucción sobre valores y actitudes que les permitan resolver conflictos de forma pacífica. -Propone la revisión de planes de estudio y libros de texto para incluir elementos de la EPP. -Incrementar y ampliar las iniciativas académicas en favor de la Cultura de Paz18. -Se propone la transición hacia un nuevo paradigma mundial de Cultura de Paz. -Hace un llamamiento al trabajo individual para el logro de 8 compromisos entre ellos la educación para la paz, el fomento de la comprensión, la tolerancia y la solidaridad19. -Plantea los Objetivos de Desarrollo del Milenio como vías de acción hacia la paz mundial20. -Reporta el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio hasta el 2005 y destaca que la educación es un instrumento imprescindible para seguir fomentando la paz21.
De la lista anterior destacan el documento de
1993 sobre los resultados de la
Conferencia Mundial de Derechos Humanos llevada a cabo en Viena, en el que por primera vez se plantea con tal insistencia que la educación es el instrumento imprescindible para transmitir el derecho humano a la paz. Otro de gran importancia es el de 1995 sobre la Conferencia Internacional de Educación que se había celebrado un año antes en Ginebra, a la
que acudieron los Ministros de
educación de todo el mundo para crear propuestas sobre Educación para la Paz. Dichos funcionarios en ese año manifestaron que en sus respectivos países, sobre todo en los países en desarrollo, como México, se presentaban alarmantes niveles de violencia doméstica, 16
UNESCO, El Derecho… op. cit. Ídem. 18 ONU, Declaration and Programme of Action on a Culture of Peace 53/243, 6 de octubre de 1999, consultado en febrero de 2013, en http://www.un.org/ga/search/view_doc.asp?symbol=A/RES/53/243 19 UNESCO, Manifiesto 2000 para una Cultura de Paz y no violencia, 2000, consultado en febrero de 2013 en http://www3.unesco.org/manifiesto2000/sp/sp_manifeste.htm 20 ONU, Declaración del Milenio, Asamblea General, No. A/RES/55/2, 13 Septiembre de 2000 21 ONU, World Summit Outcome, A-60-L.1, Asamblea General, 15 Septiembre 2005 17
24
racismo, xenofobia, violaciones a los derechos humanos, intolerancia cultural y religiosa, profundización de la brecha de desigualdad y otros obstáculos para el desarrollo y la paz a nivel nacional e internacional 22 . En dicho documento se incluyeron
elementos muy
interesantes, directamente relacionados con la aplicación de programas de Educación para la Paz. Se considera que la revisión de las sugerencias que se incluyen en este documento resultaría de gran utilidad durante la elaboración de una estrategia nacional de este tipo en México. Algunos de sus planteamientos se incluyeron en la siguiente tabla (tabla 2.1). Tabla 2.1 Plan de Acción Integrado sobre la Educación para la Paz, los Derechos Humanos y la Democracia, derivado de la 44ª Reunión de la Conferencia Internacional de Educación23 Finalidades Fomento de tipos de comportamiento pertenecientes a una Cultura de Paz. Identificar valores universales en contextos de diversidad sociocultural. Preparación para el manejo de situaciones difíciles e inciertas. Preparación para la responsabilidad individual. Fomento de la asociación para la resolución de problemas. Desarrollar la capacidad de reconocer y aceptar valores multiculturales. Fomentar la convergencia de ideas y soluciones en un marco de paz, amistad y fraternidad. Desarrollar la capacidad de resolver conflictos con medios no-violentos. Fomentar la voluntad de compartir y de dar atención a los demás. Contenido de la Educación para la Paz Introducir una auténtica educación cívica con una dimensión internacional. Inculcar conocimientos sobre las condiciones de la construcción de la paz. Estudiar las diferentes formas de conflictos, sus causas y efectos. Fundamentos éticos, filosóficos y religiosos de los Derechos Humanos. Estudiar las normas nacionales e internacionales en Derechos Humanos. Estudios sobre los fenómenos interculturales, los obstáculos del desarrollo, historia de distintos pueblos y la importancia de la cooperación en todos los niveles. Elaboración propia con base en: UNESCO, Declaración de la 44a reunión de la Conferencia Internacional de Educación celebrada en Ginebra, Paris, 1995, http://www.unesco.orgcpp/sp/declaraciones/educacion.htm
El mismo documento plantea también las características que debería contener toda estrategia a implementar en cuestión de Educación para la Paz. Lo más valioso desde este punto de vista, es la propuesta que el documento hace sobre el dar cabida a una diversidad de actores, incluidas las OSC regionales, para que participen en la generación de iniciativas dentro del tema, así como el atender con mayor urgencia a aquellas regiones más afectadas por la violencia o rezagadas económicamente24; factores que dadas las características de la sociedad mexicana invariablemente tendrían que ser tomados en cuenta. Incluye también algunas sugerencias sobre los recursos pedagógicos que habrían de utilizarse, aunque en este aspecto se considera que el documento es limitado. Como vemos, para finalizar la década de los 90 y en el advenimiento del siglo XXI la 22
UNESCO, Declaración de la 44a reunión, op. cit. Elaboración propia con base en: Ídem. 24 Ídem. 23
25
ONU siguió alentando a los estados miembros a adoptar medidas para promover una Cultura de Paz en el plano nacional y regional, invitó a la participación de la sociedad civil e hizo especial hincapié en la importancia del diálogo e intercambio de información entre los diversos agentes del nivel nacional y los gobiernos, para generar estrategias entre las que se destaca la revisión de planes de estudio y libros de texto, así como el reforzamiento de actividades destinadas a la gestión de conflictos; al mismo tiempo se insistió sobre la ampliación y profundización de iniciativas académicas a favor de la educación para la paz25. Con el Manifiesto 2000 para la Cultura de Paz y no violencia, el Sistema de Naciones Unidas propuso extensamente la transición hacia un nuevo paradigma mundial de Cultura de Paz, haciendo un llamamiento a cada individuo y sector de la sociedad global a reconocer su parte de responsabilidad en el futuro de la humanidad, especialmente para con los niños y la juventud26. Para este año, el cambio en la definición del concepto de paz era ya muy palpable en el discurso de las declaraciones internacionales. Las recomendaciones derivadas de ellas resultan de gran valor, sin embargo no todas se fueron tomando en cuenta para la legislación e implementación en el caso de México. Es importante decir que a nivel internacional no existe ningún tratado sobre derecho humano a la paz, Cultura de Paz o Educación para la Paz que tenga peso jurídico sobre los países27; lo que se vio anteriormente corresponde a documentos meramente declarativos sin posibilidad de fungir como normativas.
Por esto mismo se
considera necesaria la adecuación de leyes nacionales que garanticen el reforzamiento de este derecho. 2.1.2 Revisión de la legislación mexicana frente a las declaraciones internacionales sobre Cultura de Paz Como se ve, es posible hablar de una continuidad cronológica sobre la presencia de los conceptos de Cultura de Paz y Educación para la Paz a nivel de los organismos internacionales; sin embargo, pese a todo lo que se ha recomendado, en México todavía se está a la distancia de una estrategia precisa y contundente. Si bien, existe un marco legislativo amplio en temáticas como derechos humanos, desarrollo humano y educación, no se cuenta con elementos suficientes que permitan decir que ya se está en búsqueda de la Cultura de Paz. A partir de una revisión amplia de instrumentos legislativos en distintas áreas, se 25
ONU, Declaration and Programme of Action… op. cit. UNESCO, Manifiesto… op. cit. 27 La Declaración de Santiago fue diseñada por intelectuales de diversos países, entre ellos México. En ella se sugiere a la ONU la creación de un tratado internacional vinculante en Cultura de Paz. Fuente: Friedrich, op. cit. 26
26
encontró una relación apenas tangencial con las declaraciones internacionales antes mencionadas. Los instrumentos legislativos más acercados son los que responden a temas relacionados como el desarrollo humano, los derechos humanos, los temas culturales y la educación. (A) Desarrollo humano Sobre esta temática existe en México un marco legislativo amplio, pero carente de conceptos como Cultura de Paz o Educación para la Paz. La Carta Magna por ejemplo, establece en todo su contenido la búsqueda por el desarrollo y la convivencia pacífica de los mexicanos, reconoce y respeta ampliamente los derechos humanos y la pluralidad cultural de la nación28. Es coherente con lo propuesto por organismos como el PNUD29, sobre el concepto de desarrollo humano integral; sin embargo, más allá de eso no plantea nada de lo que se busca en este trabajo, lo cual hace entender que en el resto de la legislación la Educación para la Paz es generalmente ausente. En el terreno de la planeación, el ex Presidente Calderón planteó el tema del desarrollo humano como un elemento básico de su gobierno, y aunque consideraba que éste habría de alcanzarse con medidas “multidimensionales” 30 , a todas luces se demostró que la principal vía de acción de este gobierno fue el uso de la fuerza contra el crimen organizado, la Educación para la Paz no fue considerada. En el plano legislativo, después de revisar instrumentos como la Ley General de Desarrollo Social, la Ley de Cooperación Internacional para el Desarrollo, la Ley de la Economía Social y Solidaria, la de Desarrollo Rural Sustentable y la de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, se encuentra que aunque todas reconocen el carácter integral del desarrollo humano o contienen elementos que lo componen, ninguna incluye los conceptos de Cultura de Paz o Educación para la Paz como componentes de éste. Es decir, coinciden todas de manera superficial, o bien dan reconocimiento a elementos generales propuestos por la ONU, la UNESCO, el PNUD o la DUDH, pero no mencionan nada sobre la Educación para la Paz. La tabla 2.2 permite observar este estado divergencia.
28
Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión, Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, Diario Oficial de la Federación, México, 1917, Artículo 1º. 29 El Índice de Desarrollo Humano (HDI) es elaborado por el PNUD. Mide el desarrollo socioeconómico basado en una medida compuesta por educación, salud e ingreso per cápita. Fuente: Human Development Index… op. cit. 30 Gobierno Federal de México, Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012, Presidencia de la República, México, 2007, consultado en febrero de 2013 en http://pnd.calderon.presidencia.gob.mx
27
Tabla 2.2 Desarrollo Humano ¿Existe convergencia en el tema de Desarrollo Humano ?
¿Incluye los conceptos de Cultura de Paz o Educación para la Paz?
Constitución Política de México
Sí
No
Plan Nacional de Desarrollo 2007 2012
Sí
Planteamientos de la Carta de las Naciones Unidas (1945)
Ley General de Desarrollo Social.
Sí
No
Ley de Cooperación Internacional para el Desarrollo.
Sí
No
Planteamientos de la Constitución de la UNESCO (1946)
Ley de la Economía Social y Solidaria
Sí
No
Sí
No
Sí
No
Nivel Internacional
Planteamiento del PNUD sobre Desarrollo Humano.
Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Nivel Nacional
Ley de Desarrollo Rural Sustentable Ley de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas.
No
(B) Derechos humanos Otra clasificación de instrumentos legislativos que pudieran contener elementos cercanos a la EPP es el tema de los derechos humanos. Teniendo en cuenta los planteamientos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la Resolución 157/23 sobre la Conferencia Mundial sobre Derechos Humanos de 1993, nuevamente se detecta convergencia o reconocimiento de principios generales en leyes como la Ley de la Comisión Nacional de Derechos Humanos31 y la Ley Federal para Prevenir la Discriminación, pero de igual manera hay una ausencia de los conceptos Cultura de Paz y Educación para la Paz. El contenido de algunas leyes en esta misma materia, se acerca un poco más al incluir elementos considerados como componentes de la Educación para la Paz y la Cultura de Paz. Tal es el caso de la Ley para la protección de los derechos de niñas, niños y adolescentes32, que menciona acciones para promover la no-discriminación, la igualdad y la vida libre de violencia33. Otro instrumento legislativo muy cercano al tema que se está estudiando, es la Ley del Instituto 31
A partir de esta ley, la CNDH ha apoyado iniciativas académicas como la Cátedra UNESCO de Derechos Humanos en la UNAM, o la contribución con la Secretaría de Educación Pública en la enseñanza de los derechos humanos y la educación cívica de nivel básico, pero ninguna de estas iniciativas ha generado propuestas concretas sobre Educación para la Paz. Fuente: Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión, Ley de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, Diario Oficial de la Federación, México, 15 de junio de 2012. 32 Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión, Ley para la protección de los derechos de niñas, niños y adolescentes, Diario Oficial de la Federación, México, 19 de agosto de 2010, artículo 3º, consultado en marzo de 2013 en http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/185.pdf 33 Ídem.
28
Mexicano de la Juventud, que pudiera ser un buen punto de partida, o antecedente para implementar EPP. En total acuerdo con lo establecido en esta ley, se considera que en la edad de la adolescencia y la juventud se facilita más el aprendizaje y por lo tanto, la introducción de nuevas temáticas como lo sería la EPP. Otro acercamiento similar, se encuentra en el Sistema Federal de Justicia para Adolescentes que comenzará a regir a partir del 27 de diciembre de 2014, con base en la Ley Federal de Justicia para Adolescentes, ya que es un instrumento que expresa un respeto máximo de los derechos de los adolescentes que estén siendo procesados, para reintegrarlos a una vida de bienestar; según el artículo 4º de esta ley: “debe promoverse en el adolescente o adulto joven su sentido de responsabilidad e infundirle actitudes y conocimientos que le ayuden a desarrollar sus posibilidades como miembro de la sociedad”34. Desde nuestro punto de vista, se piensa que esta ley es todavía limitada, dado que no menciona los procedimientos o metodologías específicas para dicha reintegración social; lo cual representaría una nueva área de oportunidad en que pudieran implementarse elementos de la EPP. En general la legislación mexicana reconoce y protege los derechos humanos en sentidos muy amplios, sin embargo, instrumentos como los anteriores podrían detallarse todavía más a fin de incluir estrategias de EPP dedicadas especialmente a niños y jóvenes mexicanos. Véase la tabla 2.3. Tabla 2.3 Derechos Humanos Nivel Internacional
Declaración Universal de los Derechos Humanos Res. 157/23 Conferencia Mundial sobre Derechos Humanos Convención de los Derechos del Niño.
Nivel Nacional
¿Existe convergencia en el tema de Derechos Humanos ?
¿Incluye los conceptos de Cultura de Paz o Educación para la Paz?
Ley de la Comisión Nacional de Derechos Humanos
Sí
No
Ley Federal para Prevenir la Discriminación.
Sí
Ley para la protección de los derechos de niñas, niños y adolescentes.
Sí
Ley del Instituto Mexicano de la Juventud.
Sí
Ley Federal de Justicia para Adolescentes.
Sí
No -Incluye varios elementos relacionados. -Podría fungir como antecedente. -Incluye varios elementos relacionados. -Podría fungir como antecedente. -Representa una oportunidad para implementar programas de reintegración social mediante EPP.
34
Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión, Ley Federal de Justicia para Adolescentes, Diario Oficial de la Federación, México, 27 de diciembre de 2012, artículo 4º, consultado en marzo de 2013 http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/LFJA.pdf
29
(C) Derecho humano a la paz De la revisión de las declaraciones internacionales se observa que el concepto de paz evolucionó de una connotación negativa (paz como ausencia de guerra) a una positiva (paz como libertad, alegría, igualdad, solidaridad, diversidad, cooperación y convivencia entre individuos); sin embargo, se observa que en México no ha permeado del todo esta nueva visión. En la revisión del marco legislativo federal, no se encontró ninguno especializado en reconocer el derecho humano a la paz ni que incluya este concepto en su contenido (ver la tabla 2.4), lo cual da a conocer la urgencia de comenzar a concretar una estrategia tanto legislativa como de implementación a nivel nacional que cubra este aspecto. Tabla 2.4 Derecho Humano a la Paz Nivel Internacional
Nivel Nacional
¿Existe convergencia en el tema de Derecho Humano a la Paz ?
¿Incluye los conceptos de Cultura de Paz o Educación para la Paz?
No existe ninguna ley en México sobre Derecho Humano a la Paz.
Ninguno de los instrumentos revisados incluye el concepto de “Derecho Humano a la Paz”
No
Declaración del Derecho Humano a la Paz de 1984 (Res. 39/11) Declaración del Director General de la UNESCO (1997) Declaración del Milenio (2000) World Summit Outcome (2005)
(D) Cultura de paz y no-violencia Cabe decir que la legislación mexicana mucho refleja la búsqueda por prevenir y sancionar delitos particulares: violencia contra la mujer, delincuencia organizada, secuestro, trata de personas, tortura, etc. Sin embargo, no se encuentra ningún marco o instrumento que englobe la búsqueda por fomentar una Cultura de Paz y no violencia, tal como se propuso al iniciar el siglo a nivel internacional. La Ley General para la prevención social de la violencia y la delincuencia35 sí incluye varios elementos fundamentales para la Cultura de Paz, sobre todo en materia de derechos humanos, pero tampoco menciona el concepto directamente. Por los componentes que
35
Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión, Ley General para la prevención social de la violencia y la delincuencia, Diario Oficial de la Federación, México, 15 de enero de 2013.
30
incluye, es un instrumento muy cercano a lo que se busca promover en la Cultura de Paz36, por lo cual se considera que este instrumento podría abrir el marco para la creación de programas especializados y adecuados a las situaciones sociales cambiantes, incluye por ejemplo la creación de un Programa Nacional para la Prevención Social de Violencia y Delincuencia37 que de igual manera podría significar un espacio de oportunidad para la EPP. El planteamiento sobre la necesidad de implementar campañas de prevención es recurrente en leyes como la Ley General para prevenir y sancionar el secuestro y la Ley General para prevenir y sancionar la trata de personas, sin embargo aquí se considera que una campaña no es una estrategia completa de prevención, se requieren proyectos con metodologías educativas creativas e integrales que logren permear a los sectores más vulnerables de la sociedad. Por otro lado, desde la vertiente de la cultura, se observan planteamientos muy aislados entre sí (por ejemplo la Ley de fomento para la lectura y el libro o la Ley General de cultura física y deporte), que de igual manera se encuentran lejos de apuntar hacia un objetivo común como sería la Cultura de Paz. La única ley federal reciente en cuyo contenido se encuentra el concepto de paz es la Ley General para el diálogo, la conciliación y la paz digna en Chiapas, lamentablemente, muy poco tiene que ver con el tema se busca38. Sobre este instrumento se comprueba que en México sigue prevaleciendo el concepto de paz como una noción negativa, como la ausencia o finalización de conflictos armados. Después de estas leyes federales, no se ha configurado ningún instrumento que exprese la nueva concepción de la paz (ver tabla 2.5).
36
Ibídem, artículo 7º. Ibídem, artículo 20º. 38 Se publicó en marzo de 1995 en búsqueda de conciliación entre el Gobierno y el Ejército Zapatista (EZLN) levantado en Chiapas en enero de 1994. Fuente: Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión, Ley para el diálogo, la conciliación y la paz digna en Chiapas, Diario Oficial de la Federación, México, 11 de marzo de 1995 consultado en marzo de 2013 en http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/177.pdf 37
31
Tabla 2.5 Cultura de Paz y no-violencia Nivel Internacional
Nivel Nacional
Ley General de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia Declaración y Plan de Acción de la Conferencia Internacional de Educación (1995) Res. 53/243 Programa de Acción sobre una Cultura de Paz de 1999 (8 medidas) Manifiesto 2000 sobre una Cultura de Paz y no-violencia.
¿Existe convergencia en el tema de Cultura de Paz y no-violencia ? -Parcialmente convergente. -Habla más de derechos humanos y desarrollo humano que de Cultura de Paz.
¿Incluye los conceptos de Cultura de Paz o Educación para la Paz? -Incluye varios elementos relacionados. -Representa una oportunidad para implementar la EPP como servicio preventivo y reeducativo. -Incluye varios elementos relacionados. -Representa una oportunidad para implementar la EPP como servicio preventivo y reeducativo
Ley General para la prevención social, de la violencia y la delincuencia.
-Altamente convergente.
Ley General para prevenir y sancionar el secuestro. Ley General para prevenir y sancionar la trata de personas. Ley de fomento para la lectura y el libro. Ley General de cultura física y deporte.
-Parcialmente convergente.
No
-Parcialmente convergente.
No
No
No
No
No
Ley General para el diálogo, la conciliación y la paz digna en Chiapas.
-Parcialmente convergente.
-Concepción negativa de la paz. -Incluye varios elementos relacionados.
(E) Educación Sobre el rol de la educación, se concuerda con Hernández: La Educación es un fenómeno complejo y delicado. Complejo por la cantidad y diversidad de factores, actores y funciones que la conforman; delicado por las poderosas fuerzas que lo atraviesan y por la multiplicidad de repercusiones y consecuencias que sus acciones y resultados generan en la sociedad39. Este autor comenta algo bien sabido pero que vale la pena recordar: el hecho de que la calidad (y no sólo los criterios cuantitativos) deben constituir al día de hoy el eje central de la educación 40 . La propuesta de la Educación para la Paz expuesta por tantos autores y organismos, busca precisamente ser elemento central del tipo de calidad educativa que 39 40
Hernández, Juan Carlos, “La evaluación y el diseño de políticas educativas en México”, CESOP, 2008, p. 1. Ídem.
32
requieren los países en desarrollo, particularmente aquellos que como el nuestro, presentan situaciones de conflicto por diferencias económicas y culturales. También se concuerda con Abrego, sobre su visión integral de la Educación para la Paz: La Educación para la Paz tiene que ir acompañada de la práctica de disciplinas que conlleven al establecimiento de armonía física, mental y espiritual en el ser humano (…) En México no se tiene una propuesta concreta de educación y cultura de paz para ser implementada de manera transversal en la educación básica ni en ningún otro nivel educativo de enseñanza, aunque [como se ha observado antes] se han venido trabajando aspectos relacionados con la paz y los derechos humanos41. Castillo es otra autora que comparte esta visión: “la Educación para la Paz en México es un campo con poco desarrollo teórico y práctico”42; claramente el estudio de leyes federales que se ha realizado, comprueba esta aseveración. En el artículo 3º de la Constitución Política y en la Ley General de Educación se establece que el propósito de la educación en México es el mismo que el establecido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. El tema educativo ha sido motivo de numerosas reformas43, entre ellas una de particular relevancia se hizo en el 2011, al artículo 7º de la Ley General de Educación, en el que por primera vez a lo largo de todo el estudio, se encontró el concepto de Cultura de la Paz y no-violencia: “[la educación tiene como fines ] promover el valor de la justicia,(…) propiciar la cultura de la legalidad, de la paz y la no violencia en cualquier tipo de sus manifestaciones...”44. Sin embargo, en este instrumento no se profundiza en la forma, metodología o programas en que la Cultura de Paz ha de fomentarse. 41
Abrego, op. cit., p. 150. Delors, 1996, p. 29 citado por Castillo, Faustina, Contra la violencia, eduquemos para la paz. Por ti, por mí y por todo el mundo. Un estudio de caso en la escuela primaria, UPN, México, 2007, p. 56. 43 Entre 2006 y lo que va del año 2013 se han realizado varias reformas en la educación. En marzo de 2003 se modificó la fracción IV del artículo 7º de la Ley General de Educación para establecer el respeto de los derechos lingüísticos de los pueblos indígenas; el 19 de agosto de 2010 se establecen procedimientos de denuncia y de defensa a los derechos de las niñas, niños y adolescentes. En 2010 se modificaron los artículos 21 y 33 en los que se permitió a maestros de educación indígena a participar en programas de capacitación aún sin tener grado de licenciatura; el 28 de enero de 2011 se publicó otro conjunto de reformas para mejorar las condiciones en las que se presta el servicio educativo, buscar la calidad y equidad, promover la cultura de la legalidad, el establecimiento de un sistema nacional de información educativa, y el uso de tecnologías y la capacitación continua de los docentes entre otros. Fuente: “Reformas educativas en México”, CENCOS, 2012, consultado en marzo de 2013 en http://cencos.org/node/28889 44 Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión, Ley General de Educación, Diario Oficial de la Federación, México, 09 de Abril de 2012, artículo 7º, fracción IV, consultado en febrero de 2013 en http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/137.pdf 42
33
Existen otros instrumentos que se relacionan con esta Ley General, como el Manual de Organización General de la Secretaría de Educación Pública, la Ley General de Desarrollo Social o la Ley para la protección de los derechos de niñas, niños y adolescentes que también incluyen una sección referente al derecho a la educación. En esta última, de nuevo se alude al respeto a la dignidad y “preparación para la vida en un espíritu de comprensión, paz y tolerancia”45. Lo novedoso de este instrumento en los términos que interesa, es que menciona la necesidad de proporcionar a los estudiantes los mecanismos necesarios para la solución de conflictos y participación democrática. Otro punto interesante es que hace un llamamiento a los medios de comunicación masiva para que eviten la “emisión de información contraria a los objetivos señalados y que sea perjudicial para su bienestar o contraria con los principios de paz, no discriminación y de respeto a todas las personas” 46 , la opinión respecto a esto es de total concordancia. En la última reforma educativa introducida en febrero de 2013, dentro del marco de seguridad y prevención del Gobierno del Presidente Peña Nieto, lamentablemente tampoco se incluyeron los componentes de la EPP47. Desde nuestra perspectiva, el documento oficial de dicha reforma es limitado, ya que la sección titulada “El Imperativo de la Calidad” 48 se dedica generalmente a persuadir sobre la necesidad de un Sistema de Evaluación (una institución pública más), y dista de por lo menos definir la expresión “calidad educativa”; desde nuestro punto de vista carece de elementos novedosos o actualizados de la misma. Muy positivo sería si en el reglamento de implementación que se derivara de esta reforma incluyera los elementos que se plantean en este estudio. Ante esta reforma, han surgido numerosas opiniones y críticas. Rigoberta Menchú, Premio Nobel de la Paz guatemalteca, subrayó la importancia de que en México se eduque para la paz ante las diferentes violencias que se enfrentan: “Veo la ausencia de un tema en México: un planteamiento de educación para la paz. Ello significa promoción de valores, calidad de vida, armonía en la relación interpersonal, intrafamiliar y dentro de la sociedad. Es el rescate de valores para la convivencia pacífica”49. Es lamentable ver que a pesar de que en la Estrategia de Seguridad anunciada en 45
Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión, Ley para la protección… op. cit. capítulo X, título III. Ídem. 47 Los puntos principales de la Reforma Educativa de febrero de 2013 son: 1)Aumentar la calidad educativa en el nivel básico. 2) Incrementar la matrícula en la educación media superior y superior. 3) Recuperar la rectoría estatal del sistema educativo nacional. 4) Creación del Sistema Nacional de Evaluación Educativa. Fuente: Damm, Arturo, Reforma educativa: alcances, 04 de marzo de 2013, consultado en marzo de 2013 en http://www.cronica.com.mx/notas/2013/734988.html 48 CRÓNICA, Documento íntegro: La reforma educativa de Peña Nieto, 11 de diciembre de 2012, Título II, consultado en marzo de 2013 en http://www.adnpolitico.com/media/2012/12/11/reforma-educativa.pdf 49 “México debe educar para generar paz: Menchú”, INFOSEL, 28 de febrero de 2013, consultado en marzo de 2013 en http://economia.terra.com.mx/noticias/noticia.aspx?idNoticia=201303010040_INF_570812 46
34
diciembre de 2012, Peña Nieto expresó que modificaría la estrategia que implementó el ex presidente Calderón, para pasar de un programa punitivo a uno de prevención del delito,50 ninguna de sus líneas de acción51 menciona el concepto de Educación para la Paz como alternativa para prevenir la discriminación, el conflicto y la violencia. Lo que al parecer, seguirá manteniendo a México en discordancia con lo propuesto por los organismos internacionales, y sobre todo con las necesidades educativas de la sociedad mexicana contemporánea. Ver la tabla 2.6. Tabla 2.6 Educación Nivel Internacional
Nivel Nacional
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos Artículo 3º.
Declaración y Plan de Acción de la Conferencia Internacional de Educación (1995) Res. 53/243 Programa de Acción sobre una Cultura de Paz de 1999 (8 medidas) Manifiesto 2000 sobre una Cultura de Paz y no-violencia.
Ley General de Educación.
Manual de Organización de la Secretaría de Educación Pública. Ley General de Desarrollo Social.
Ley para la protección de los derechos de niñas, niños y adolescentes.
Planteamientos de la Reforma Educativa de Febrero de 2013. Estrategia Nacional de Seguridad de Diciembre de 2012.
¿Existe convergencia en el tema de Educación para la Paz ? -Parcialmente convergente.
-Parcialmente convergente.
¿Incluye los conceptos de Cultura de Paz o Educación para la Paz? -Incluye varios elementos relacionados. -Habla más de derechos humanos y desarrollo humano que de Cultura de Paz. -Sí menciona el concepto de Cultura de Paz aunque no lo detalla. -Es el instrumento con mayor peso a nivel nacional en el tema educativo, podría fungir como una vía para implementar la EPP.
No
No
-Parcialmente convergente.
No
-Parcialmente convergente.
No -Parcialmente convergente.
-Menciona el concepto de paz como un elemento de la educación y un derecho de los niños. -Podría fungir como antecedente.
No -Menciona el concepto de “Paz” como un objetivo. -No plantea la EPP.
50
CNN México, op. cit. Presidencia de la República, México en Paz, 17 de diciembre de 2012, consultado en marzo de 2013 en http://www.presidencia.gob.mx/mexico-en-paz/ 51
35
La hipótesis que se planteó al inicio del trabajo, se va confirmando con la revisión anterior, la legislación mexicana existente todavía dista de converger plenamente con lo que se ha establecido a nivel internacional. En México queda una brecha por asimilar la paz desde su concepción más positiva. 2.1.3 Programas federales recientes en materia de educación Durante la investigación en legislación se detectaron apenas algunos elementos que tocan tangencialmente el tema de la Cultura de Paz. En el área de los programas educativos federales implementados en los últimos años, nuevamente se encontró un contenido que generalmente diverge con las propuestas de las declaraciones internacionales sobre Educación para la Paz y Cultura de Paz. Desde el 2006 se han puesto en marcha los programas educativos que se enlistan en la tabla 2.7, de los cuales, cuatro de ellos incluyen algunos elementos de la EPP, pero ninguno la plantea directamente. Tabla 2.7 Programas implementados por la Secretaría de Educación Pública entre 2006 y 201352 Programa Escuela de Tiempo Completo * Programa Escuela Siempre Abierta * Programa tu maestro en línea Evaluación Externa de Programas Federales México en PISA 2006. Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes Programa Binacional de Educación Migrante Programa de Apoyo al Desarrollo de la Educación Superior Programa de Transparencia y Rendición de Cuentas Programa Enciclomedia Programa Escuela Segura * Programa Escuelas de Calidad Programa Nacional de la Lectura Programa Para la Mejora del Logro Educativo Programa ver bien para aprender mejor Salud Alimentaria Programa Todos somos Juárez *
Entre los más acercados se encuentra el Programa Escuelas de Tiempo Completo (PETC) que figura hoy entre las prioridades del Gobierno de Peña Nieto53. Las cuestiones 52
Cuadro de elaboración propia a partir de la fuente: SEP, Programas, 16 de julio de 2012, consultado en marzo de 2013 en http://www.sep.gob.mx/wb/sep1/Programas_Estrategicos 53 Implementado a partir del ciclo escolar 2007-2008 Según el Gobierno Federal el PETC se basa en observaciones de la UNESCO y OCDE, en las que se plantea que la duración de la jornada escolar es un factor determinante para la calidad educativa; La SEP considera que un tiempo extendido de las labores escolares facilitará la diversificación de actividades y profundización en los programas de estudio. Fuente: SEP, Programa Escuelas de Tiempo Completo, 2013, consultado en marzo de 2013 en http://basica.sep.gob.mx/tiempocompleto/
36
sobre el fomento de la participación de la familia y la comunidad en actividades educativas, o la promoción del arte y la cultura como medios de expresión contribuirán de cierta manera a fomentar el diálogo y la buena convivencia, pero en ningún momento el PETC expresa su intención de educar para la prevención o transformación del conflicto, la violencia y el delito. En las evaluaciones que se realizaron en el año 2009 sobre el impacto de este programa, destacaron como áreas de oportunidad la atención especializada a la población infantil migrante y la población infantil indígena54, los resultados de los estudios demostraron que la enseñanza y la práctica de lenguas indígenas, las actividades sobre la comprensión de grupos en contextos vulnerables, el mejoramiento de habilidades sociales y de colaboración, son áreas que urge atender desde el plano de la educación55. Se considera que dichos resultados comprueban una vez más la necesidad de introducir en la educación básica de México elementos metodológicos de la EPP, que permitan construir en la mentalidad de los niños, jóvenes y padres de familia una visión armónica y no disidente ante las múltiples diferencias culturales y socioeconómicas que prevalecen en gran parte de la sociedad mexicana. Se considera que aspectos como la enseñanza para el perdón, la resolución de conflictos, sanación de trauma entre otros, pudieran ser incluidos entre los elementos de fortalecimiento para el PETC, que el nuevo gobierno pretende ampliar a todo el país. Sin lugar a dudas esto significaría un gran paso hacia la construcción de una Cultura de Paz en México. Otros de los programas parcialmente relacionados con EPP son el Programa Escuela Siempre Abierta (PESA) y el Programa Escuela Segura (PES), ambos introducidos durante el Gobierno de Calderón y de menor prioridad para el Gobierno actual. El segundo es más preciso al proponer las cuestiones afectivas y sociales como parte del fomento de la Cultura de Paz: [Se] apunta a que la escuela contribuya a la cohesión y la integración social de las comunidades escolares, mediante el desarrollo de una cultura de paz. Dicha cultura de paz constituye un criterio que orienta el desarrollo de las competencias ciudadanas y es congruente con los criterios establecidos en el Artículo Tercero Constitucional y la Ley General de Educación en el sentido de que la educación debe contribuir a la convivencia pacífica56. Los elementos más relacionados con Cultura de Paz que plantea este programa son: la 54
SEP, Estrategias para el funcionamiento y organización de las PETC, SEP, México 2012, consultado en marzo de 2013 en http://issuu.com/petc/docs/estrategias 55 Ídem. 56 SEP, Programa Escuela Segura, 2012, consultado en marzo de 2013 en http://basica.sep.gob.mx/escuelasegura/start.php?act=introduccion
37
consolidación de las escuelas públicas como espacios seguros y confiables, formación orientada a la convivencia pacífica y desarrollo
de competencias encaminadas al
autocuidado, la autorregulación, el ejercicio responsable de la libertad y la resolución no violenta de conflictos57. Por último, se encontró que el planteamiento educativo del Programa Todos somos Juárez58, consistió entre otras cosas, en: impartir conferencias y talleres para prevenir la violencia en las 141 escuelas secundarias del municipio de Juárez, como el “Curso de mediación de conflictos y prevención de la violencia y las adicciones” a directivos, docentes, padres de familia y personal de apoyo de las escuelas secundarias; implementar actividades de tipo cultural y artístico, fortalecer las competencias académicas, promover estilos de vida saludables y de prevención del delito en toda la población estudiantil y docente del municipio de Juárez59. Los resultados expuestos por el Gobierno Federal en octubre de 2010 presentaron avances importantes. Hacia finales del 2012 se registró una disminución del 70 por ciento en la tasa de homicidios en Ciudad Juárez60. Por su puesto que queda por ver la evolución de este comportamiento en los años que vienen; de mantenerse, este dato representaría un claro ejemplo para demostrar la relevancia de educar a través de métodos en pro de la paz61. Como se observa, en el área de implementación de programas federales en educación, los elementos que pudieran considerarse preventivos y congruentes con la Cultura de Paz, son incluidos de manera muy secundaria. Ver la tabla 2.8.
57
Ídem. El Programa Todos somos Juárez, fue una estrategia del Presidente Felipe Calderón que consistía en 160 compromisos basados en la participación ciudadana para restablecer la seguridad en Ciudad Juárez, una de las ciudades con mayores índices de delito y violencia en México. Fuente: Gobierno Federal, Programa Todos somos Juárez, 2012, consultado en marzo de 2013 en http://www.todossomosjuarez.gob.mx/ 59 Gobierno Federal, Programa Todos… op. cit., Sección 5. 60 Ídem. 61 El 15 de febrero de 2013, declaró Roberto Campa Cifrián, actual responsable del Programa Federal de Prevención del Delito en una entrevista con el periódico La Jornada, que el gobierno de Peña Nieto buscará tomar la estrategia Todos Somos Juárez como modelo para implementarse en todo el país dentro del programa de prevención del delito. Sin embargo, esto no fue lo expresado en la Estrategia de Seguridad de diciembre de 2012, ni tampoco en la reforma educativa recién adoptada. Fuente: Martínez, Fabiola, “El programa Todos Somos Juárez, modelo a aplicar a escala nacional” La Jornada, 15 de febrero de 2013, pp. 2-3, consultado en marzo de 2013 en http://www.jornada.unam.mx/2013/02/15/politica/003n1pol 58
38
Tabla 2.8 Programas Federales en Educación62 Nivel Internacional
Declaración Universal de los Derechos Humanos Declaración y Plan de Acción de la Conferencia Internacional de Educación (1995) Res. 53/243 Programa de Acción sobre una Cultura de Paz de 1999 (8 medidas) Manifiesto 2000 sobre una Cultura de Paz y no-violencia.
Nivel Nacional
¿Existe convergencia en el tema de Cultura de Paz o Educación para la Paz ?
¿Incluye los conceptos de Cultura de Paz o Educación para la Paz?
Programa Escuelas de Tiempo Completo
-Parcialmente convergente.
-Sí establece entre sus objetivos el fomento de la Cultura de Paz. -Carece de metodologías de enseñanza sobre resolución de conflictos. -Debería fortalecerse y ampliarse.
Programa Escuela Siempre Abierta
-Parcialmente convergente.
-Carece de metodologías de enseñanza sobre resolución de conflictos.
Programa Escuela Segura
-Parcialmente convergente.
Programa Todos Somos Juárez
-Parcialmente convergente.
-Sí establece entre sus objetivos el fomento de la Cultura de Paz. -Carece de metodologías de enseñanza sobre resolución de conflictos. -Debería fortalecerse y ampliarse. -Sí establece entre sus objetivos el fomento de la Cultura de Paz. -Incluye estrategias convergentes con la Educación para la Paz. -Debería fortalecerse y ampliarse a nivel nacional.
2.2 Iniciativas académicas y civiles en materia de paz Mencionar las iniciativas del tipo no gubernamental es importante porque parte esencial de la Cultura de Paz es la inclusión de ideas y actores de distintos contextos y orígenes, sin embargo en México se cuenta con un número apenas significativo de ellas. Una participación más sólida del sector académico mexicano, sería fundamental en la creación de una estrategia nacional para fomentar la Cultura de Paz. Más allá de los planteamientos de autores que ya se han mencionado como Abrego y Lozano, no se identifica en el contexto nacional ningún centro académico que tenga un peso relevante en la promoción de la EPP, lo que representa una enorme desventaja para la introducción y desarrollo de la misma. En el siguiente cuadro se han sintetizado los elementos encontrados desde el sector académico, sin embargo, son eventos aislados y que no han demostrado una repercusión tangible en la sociedad. Ver la tabla 2.9.
62
Se revisaron de entre los programas implementados de 2006 a 2013 únicamente los que incluyen elementos de Cultura de Paz.
39
Tabla 2.9 Iniciativas académicas relacionadas con Cultura de Paz y Educación para la Paz en México Nombre de la Iniciativa.
Estado/Región
Cátedra UNESCO sobre Derechos Humanos en la UNAM
Ciudad de México
Cátedra UNESCO sobre Derechos Humanos y ética en el ITESM
Ciudad de México
Edición No. 51 de la revista DIDAC de la Universidad Iberoamericana, “Educación para la Paz y Derechos Humanos”
Ciudad de México
Maestría en estudios para la Paz y el Desarrollo de la Universidad Autónoma del Estado de México.
Estado de México
Elementos, estrategias, propuestas sobre EPP -Observatorios ciudadanos de respeto a los derechos humanos -Vinculación con ONG internacionales como “Escuela Instrumento de Paz” -Estudio y seguimiento de los compromisos del Estado Mexicano en materia educativa y de derechos humanos.63 -Conferencias y mesas de diálogo sobre paz y desarrollo. -Colaboración en las conferencias de Johan Galtung en los Campus Puebla y Monterrey.64 -Propone el estudio de los problemas éticos y pedagógicos en la escuela. -Reflexiona sobre el conflicto y el poder en la escuela. -Propone la EPP a través de metodologías de juego. -Propone la educación en desarme. -Propone la educación en multiculturalidad. -Propone el diálogo como instrumento de paz. -Analiza experiencias internacionales en EPP65 -Formación de académicos e investigadores en paz y desarrollo. -Visión interdisciplinaria 66 -Estudio del conflicto y filosofía de la paz.
Se piensa que el alcance de estas iniciativas sigue siendo muy puntual y limitado. A las grandes universidades del país correspondería ser más propositivas en materia de EPP, podrían vincularse más estrechamente con centros de investigación y organismos internacionales, desarrollar más investigación y sistemas de observación a las estrategias educativas del país; es decir, se considera que gran parte del reto de introducir de lleno la EPP corresponde a la participación y creatividad de la comunidad académica mexicana. La dinámica ha sido mayor desde el sector civil, la experiencia del programa contra la violencia “Eduquemos para la Paz: por mí, por ti y por todo el mundo” 67 implementado entre el 2000 y el 2006 en el centro de México, se puede considerar como un buen antecedente. 63
Universidad Nacional Autónoma de México, Boletín CUDH-UNAM, UNAM, México, agosto 2011, consultado en febrero de 2013 en http://132.247.1.49/catedra/images/stories/BOLETINES_CUDHUNAM/BoletinEdic_Especial_071011.pdf 64 ITESM, Cátedra de investigación UNESCO – Tecnológico de Monterrey en Ética y Derechos Humanos, 2013, consultado en marzo de 2013 en http://www.ccm.itesm.mx/investigacion/catetica.html 65 Universidad Iberoamericana, “Educación para la Paz y los Derechos Humanos”, Revista DIDAC, primavera de 2008, consultado en marzo de 2013 en http://www.uia.mx/web/files/didac/51.pdf 66 Universidad Autónoma del Estado de México, Maestría en Estudios para la Paz y el Desarrollo, 2009, consultado en marzo de 2013 en http://www.uaemex.mx/mpaz/home.html 67 El programa contra la violencia “Eduquemos para la Paz: por mí, por ti y por todo el mundo” tuvo una recepción y un impacto muy positivo en algunas escuelas del centro del país. Fue impulsado por el Grupo de
40
Una muestra que permitiera dar cuenta de la actividad civil mexicana en la promoción de la EPP, pudiera estar compuesta por grupos como la “Asociación Mexicana de Naciones Unidas A. C.” 68 que mantiene una fuerte relación de asistencia técnica internacional; la fundación “La Paz comienza con los niños, A.C” presente en la ciudad de Monterrey, N. L. con el objetivo de fomentar una Cultura de Paz y prosperidad en la niñez a través del arte, la ciencia y el deporte69; o la Asociación Civil “Enlazando Esfuerzos Conjuntos”
que recientemente arrancó un
programa piloto de Educación para la Paz para escuelas primarias del estado de Nuevo León70. El programa piloto de esta asociación civil concibe la EPP como un lenguaje en la unidad y un aprendizaje en resolución de conflictos, que deja de lado posiciones como la autodefensa y la competencia71. Las tres asociaciones anteriores se consideran relevantes porque reconocen ampliamente la necesidad y la urgencia de fomentar un nuevo paradigma de paz con la participación de diversidad de actores. Se considera que la iniciativa civil con mayor alcance en materia de paz en México, es la Comisión Nacional para la Cultura de Paz y no-violencia (COMNAPAZ): COMNAPAZ nació en Puerto Vallarta en 1994 (…) el guía e ideólogo Hiram Valdez, promovió el primer encuentro nacional de jóvenes por la Paz, del cual derivó líneas de acción de política pública en la que fungió como fundador de temas de cultura de paz en varios institutos de la juventud72. Actualmente la meta del representante de COMNAPAZ, es constituir dicha comisión a nivel nacional con representaciones en los estados, como existe actualmente en países como Uruguay y Perú73. Mientras que la iniciativa anterior (Enlazando Esfuerzos Conjuntos A. C.) presenta el primer programa de EPP en México (en pequeña escala),
COMNAPAZ
representaría ya una propuesta concreta para la creación de una estrategia nacional en Cultura Educación Popular con Mujeres (GEM), UNICEF y la SEP. Se dirigió a escuelas primarias marginadas de la ciudad de México. 67 Según la misma autora, hasta el 2006 se alcanzaron a cubrir 1,461 escuelas con esta metodología de desarrollo de “habilidades sociales y afectivas para frenar la violencia, el insulto y la discriminación”. Fuente: Abrego, op. cit., p. 154. 68 Ibídem, p. 152. 69 La paz comienza con los niños A.C., 2012, consultado en febrero de 2013 en http://www.pquantum.com/lapaz/index.html 70 Manzano, Mariela, Educación para la Paz en México, 20 de febrero de 2012, consultado en marzo de 2013 en http://www.youtube.com/watch?v=zjMK3RaAFEI 71 Enlazando Esfuerzos Conjuntos A. C., 2012, consultado en marzo de 2013 en http://www.enlazandoesfuerzos.org/ 72 De la Teja, Luis, “En el Senado mexicano se aprueba la COMNAPAZ” El Hispano News, 08 de febrero de 2012, consultado en marzo de 2013 en http://elhispanonews.com/news/2012/aug/02/en-el-senado-mexicano-seaprueba-la-comnapaz/ 73 “Buscan Comisión de Paz y no violencia en Edomex”, El Universal, 30 de octubre de 2012, consultado en marzo de 2013 en http://www.eluniversaledomex.mx/toluca/nota33397.html
41
de Paz. Además de la EPP, la propuesta de COMNAPAZ es llegar hasta los municipios a través de observatorios que impidan que la violencia sea la forma de resolver los conflictos74. La COMNAPAZ engloba las intensiones e iniciativas de más de 80 organizaciones de la sociedad civil e instituciones académicas que apoyan la promoción de la Cultura de Paz en México75, por ello se considera que es la iniciativa del sector civil con mayor presencia en esta materia y que valdría la pena impulsar. El alcance de estas las iniciativas civiles en México está en crecimiento gracias a la creación de redes entre ellas, su interacción con organismos internacionales y sobre todo por la insistencia en que se les tome en cuenta en la toma de decisiones políticas, como es precisamente el caso de COMNAPAZ. La participación de las organizaciones de la sociedad civil en EPP debe permanecer y fortalecerse. Las acciones que realizan actualmente son congruentes en respuesta a lo que se ha propuesto desde el nivel internacional, mediante las diversas declaraciones. En este punto la recomendación general sería hacia las esferas políticas federales para que se dé una mayor atención a las propuestas de la sociedad civil. La generación de alianzas entre las instituciones de gobierno pertinentes y las iniciativas académicas y civiles más relevantes, pudiera llegar a permitir la ampliación y fortalecimiento de los programas federales existentes con elementos de la EPP. Las observaciones anteriores se exponen en la tabla 2.10.
74 75
Ídem. Ídem.
42
Tabla 2. 10 Iniciativas civiles sobre Cultura de Paz y Educación para la Paz en México. Nombre de la Iniciativa.
Estado/Región
Asociación Mexicana de Naciones Unidas (AMNU)
16 estados de la república mexicana.
Fundación la Paz Comienza con los Niños
Monterrey, N. L.
Enlazando Esfuerzos Conjuntos, A. C.
COMNAPAZ
Estado de Nuevo León
Surge en Jalisco, busca ampliar su presencia a nivel nacional.
Elementos, estrategias, propuestas sobre EPP -Educación en la diversidad cultural, perspectiva global, equidad de género, actividad física, prevención de adicciones. -Fomento de la capacidad de análisis y crítica constructiva. -Desarrollo Comunitario. -Asistencia técnica internacional76. -Talleres, conciertos y espectáculos infantiles. -Educación a través del arte, ciencia y deporte. -Apertura de oportunidades educativas y de empleabilidad. -Investigación en Educación para la Paz77. -Lanzamiento de un primer programa piloto de Educación para la Paz en escuelas primarias. -La paz entendida como un lenguaje. -Enseñanza en resolución de conflictos, trabajo en equipo y unidad. -Búsqueda de un nuevo paradigma de paz. -Organización de conferencias con expertos y participación en mesas de diálogo78. -Búsqueda de legislación e implementación de la Educación para la Paz en México. -Propuesta de creación de una Comisión Nacional para Cultura de Paz y no-violencia79.
76
Asociación Mexicana de Naciones Unidas A. C, 2012, consultado en http://www.amnu.org.mx 77 La paz comienza… op. cit. 78 Enlazando Esfuerzos… op. cit. 79 De la Teja, Luis, op. cit.
febrero de 2013 en
43
Capítulo 3. Recomendaciones en Educación para la Paz para el contexto de México 3.1 Importancia de implementar una estrategia nacional de Educación para la Paz en México ¿Por qué se considera necesario que exista una estrategia nacional sólida y congruente con las características y necesidades particulares de cada región en México, y que a su vez responda a las recomendaciones planteadas desde los organismos internacionales? En los dos capítulos anteriores, ya se han expresado algunas ideas generales. En el capítulo primero se reflexionó sobre la situación de conflictividad en México frente a otros países; se reconoció que la pobreza y la desigualdad, (entendidas por Galtung como expresiones de la violencia estructural1), aunado a las numerosas manifestaciones de violencia directa, parecen ser las necesidades más urgentes de abatir y que, aunque el Gobierno Federal ha realizado esfuerzos, las cifras que se comentaron en ese capítulo, son todavía alarmantes. Otro aspecto de suma importancia y que quizá se ha comentado apenas superficialmente, es la cuestión de la diversidad cultural, demográfica y religiosa, uno de los componentes sociales más relevantes para justificar la necesidad de implementar Educación para la Paz; este aspecto, debería tomarse en cuenta al momento del diseño y la planeación del material de trabajo relacionado con EPP, para que éste logre ser adecuado a las características particulares de cada región. En el segundo capítulo se revisaron las leyes y programas federales de México en contraste con las declaraciones internacionales, y se observó una necesidad de adecuación o fortalecimiento de los mismos, para lograr introducir las propuestas sobre Educación para la Paz. Una mayor atención a dichas recomendaciones internacionales, le permitiría a México mejorar su participación entre la comunidad internacional, en el fomento de la Cultura de Paz; al mismo tiempo, si se lograra un impacto consistente en la sociedad, el país pudiera alcanzar una posición más equilibrada frente a sus socios de la OECD en materia de bienestar social2. En cuanto a la presencia de programas educativos, se observó que aunque algunos de ellos han alcanzado una aceptación considerable en las escuelas primarias, carecen de elementos que permitan calificarlos como programas de EPP. En contraste se observa una prevalencia de las actividades de competencia en las escuelas y la ausencia de mecanismos
1
Galtung, Johan, Handbook of Peace… op. cit. p. 14. Actualmente, la OCDE mide la calidad de vida de los países miembros a través del Better Life Index, un índice que permite comparar el bienestar, basado en once temas esenciales, entre ellos la educación. A nivel general, México es el país con la menor calificación en el ámbito educativo. Fuente: Better Life Index, OCDE, 2013, consultado en abril de 2013 en http://www.oecd.org/statistics/datalab/bli.htm 2
que permitan “des-normativizar”3 el conflicto en la mentalidad de los infantes y adolescentes. Desde nuestra perspectiva, es necesario adecuar determinados elementos en la legislación e implementación, coherente con los planteamientos de las declaraciones internacionales sobre Cultura de Paz, fortalecer la conciencia cívica sobre la EPP desde distintos ámbitos y evaluar el impacto de la misma. En general, se considera fundamental comenzar a promover en México un significado más positivo de la Paz desde todos los ámbitos: políticos, legales, institucionales, civiles e incluso familiares, pero sobre todo desde el Sistema Federal de Educación. El tercer elemento por el que se considera que México se encuentra en un momento crucial para implementar la Educación para la Paz es el cambio de gobierno. Se piensa que el Partido Revolucionario Institucional, nuevamente al mando del país, tiene la oportunidad de reparar su renombre a través de un mejoramiento de los medios para combatir el crimen, pero sobre todo, para dinamizar el desarrollo social; dos aspectos que como se dijo en el primer capítulo, es posible agilizar con las herramientas de la Educación para la Paz. México cuenta con las instituciones necesarias, un sistema educativo integrado y de alcance casi universal, por lo menos en el nivel básico4, y lo más importante, la declarativa del nuevo Gobierno Federal por mejorar la calidad educativa en el país 5 con el respaldo de organismos internacionales como la UNESCO6. Esta puede ser la oportunidad de la transición hacia la Cultura de Paz en México, hace falta, por una parte, una voluntad política altamente comprometida y el estudio detallado de las características de la sociedad mexicana contemporánea, así como de las propuestas académicas más serias, para lograr diseñar e implementar una sólida estrategia nacional de Educación para la Paz. 3.2 Recomendaciones en legislación e implementación Para Lederach, “la educación para la paz es todo un proyecto, no sólo pedagógico sino también analítico, crítico y creativo. Si queremos enseñar la paz es preciso, en primer lugar,
3
El concepto “des-normativizar” hace referencia a cambiar los paradigmas o visiones existentes en la mentalidad de individuos o grupos sociales que han experimentado el conflicto y la violencia como parte de la vida cotidiana. Lopez Carolina, “Ideological-Structural Analysis of External Influences on Current Human Rights Discourses in Malaysia” en Akademika Journal Sains Kemasyarakatan dan Kemanusiaan, Journal of the Social Sciences and Humanities, UKM, Malasia, Julio de 2001, No. 59, pp. 53-73. 4 UNICEF, México Educación, 2013, consultado en abril de 2013 en http://www.unicef.org/mexico/spanish/educacion.html 5 CNN México, op. cit. 6 “México y la UNESCO refuerzan sus lazos tras la visita de Irina Bokova al País”, Servicio de Prensa UNESCO, 19 de marzo de 2013, consultado en abril de 2013 en http://www.unesco.org/new/es/media-services/singleview/news/mexico_y_la_unesco_refuerzan_sus_lazos_tras_la_visita_de_irina_bokova_al_pais/
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tener una visión clara de algunos elementos que forman la comprensión actual de ella”7. A partir de las iniciativas existentes a nivel internacional y nacional en los planos teórico o práctico, y una vez analizada la situación social y legislativa de manera general en el caso de México, es posible definir algunos de los elementos fundamentales que podría contener una estrategia nacional de Educación para la Paz. Para ello, cabe decir que se concuerda absolutamente con la visión de Lederach: “la EPP no debe ni puede limitarse a lo meramente técnico-pedagógico”8. Ésta debería llegar a entenderse como un proceso de construcción multidimensional y multilateral, en el que tenga cabida la creatividad y participación de actores que van más allá del ámbito escolar: sociedad de padres, organismos civiles, líderes y autoridades civiles y religiosas a nivel local, estatal y nacional9. Se considera que para el caso de México, es fundamental satisfacer algunas condiciones particulares en el marco legislativo y de implementación para poder establecer un escenario donde la Cultura de Paz pueda cultivarse. Recomendaciones en legislación Al día de hoy, la legislación mexicana no refleja el cambio de paradigma planteado a nivel internacional sobre la visión positiva de la paz. Aunque converge generalmente con las declaraciones internacionales en los temas de derechos humanos y desarrollo humano, no lo hace con lo planteado por las declaraciones en Cultura de Paz y Educación para la Paz, propuestas por organismos como la UNESCO y la ONU desde las década de los 80 y 90. La recomendación general para el marco legislativo mexicano, sería incluir dichos conceptos, definirlos en base a la investigación para la paz y desglosar una normativa y actividades específicas (educativas, de prevención y de transformación de conflictos) encaminados hacia la Cultura de Paz. La Ley General de Educación sería el instrumento legal principal, pero no el único al que pudieran hacerse adecuaciones sobre Educación para la Paz. Se considera que en la misma Constitución Política y en muchos otros instrumentos legislativos, dados sus objetivos particulares, debería introducirse una definición de la Educación para la Paz como marco para la enseñanza general; como un elemento fundamental de prevención de conflictos; vía para el desarrollo social de los sectores más vulnerables y modelo para la atención y reeducación de víctimas y victimarios procesados por actos delictivos. Se considera que la Ley General de Desarrollo Social; la Ley de Desarrollo Rural 7
Lederach, El abecé de la paz… op. cit., p. 177. Ídem. 9 Ídem. 8
46
Sustentable; la Ley de la Comisión Nacional para el desarrollo de los pueblos indígenas; la Ley General de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia; la Ley General para la prevención social, de la violencia y la delincuencia; la Ley General para prevenir y sancionar el secuestro; la Ley General para prevenir y sancionar la trata de personas y la Ley Federal de Justicia para Adolescentes, pudieran constituir la serie de leyes en cuyas secciones sobre desarrollo social, prevención y reintegración se incluyeran elementos de la EPP. Se piensa que a dichas leyes correspondería presentar un discurso más positivo y propositivo, dirigido a un cambio en la cultura y a la apropiación social de la paz.
Una tarea importante para los
legisladores es cuidar que las leyes mexicanas no sean instrumentos aislados, sino convergentes entre sí y encaminados hacia una visión común sobre Cultura de Paz. Otra propuesta pudiera consistir en la creación de una Ley de Cultura de Paz y Educación para la Paz como tal, que defina, reconozca y divulgue el derecho humano a la paz, que incluya elementos con base en la investigación para la paz y busque la integración de una diversidad de actores y órdenes de gobierno.
Se considera que instituciones como la
Secretaría de Educación Pública, el Instituto Mexicano de la Juventud, el Instituto Nacional de las Mujeres, la Comisión Nacional de Derechos Humanos, la Comisión Nacional de Pueblos Indígenas y el Sistema Federal de Justicia para Adolescentes10, tendrían la facultad de generar propuestas para la creación de dicha ley, pero sobre todo de impulsar y sostener su ejecución. Desde nuestra perspectiva, una Ley de Cultura de Paz y Educación para la Paz debería incluir entre sus disposiciones generales el reconocimiento de que la transformación de la cultura de violencia y el fomento de la Cultura de Paz son de interés público y general para toda la nación; debería establecer las bases generales de coordinación y colaboración entre la federación, los estados, y los municipios, así como la participación de los sectores social y privado en materia de Cultura de Paz. Para esta ley, se propondrían objetivos consistentes con las propuestas de autores como Galtung, Curle, Danesh y Lederach, por ejemplo11: I.
Fomentar el óptimo, equitativo y ordenado desarrollo de la Cultura de Paz en todas sus manifestaciones y expresiones, desde una perspectiva positiva, creativa y participativa.
II. Elevar, por medio de la Educación y la Cultura de Paz, el estado de bienestar social, el nivel de vida social y cultural de los habitantes en las Entidades Federativas y 10
En funciones a partir del 27 de diciembre de 2014. Fuente: Ley Federal de Justicia para Adolescentes… op. cit. Para la redacción de estas ideas se tomó como ejemplo el cuerpo de la Ley General de Cultura Física y Deporte. Fuente: Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión, Ley General de Cultura Física y Deporte, Diario Oficial de la Federación, México, 09 de abril de 2012, consultado en abril de 2013 en http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/258.pdf 11
47
Municipios de toda la República Mexicana. III. Fomentar la creación, conservación, mejoramiento, protección, difusión, promoción, investigación y aprovechamiento de los recursos humanos, materiales y financieros destinados a la Cultura de Paz y Educación para la Paz. IV. Fomentar el desarrollo de la Cultura de Paz, como medio importante en la prevención de delincuencia, violencia y conflictos interculturales. V. Incentivar la inversión social y privada para el desarrollo de la Cultura de Paz, como complemento de la actuación política y de las instituciones educativas públicas. VI. Escuchar, fomentar y apoyar a las asociaciones civiles y académicas de la Cultura de Paz y Educación para la Paz. VII. Garantizar a todas las personas sin distinción de género, edad, capacidades diferentes, condición social, religión, opiniones, preferencias o estado civil, la igualdad de oportunidades dentro de los programas de desarrollo que en materia de Cultura de Paz y Educación para la Paz se implementen. Para la aplicación de una Ley de Cultura de Paz y Educación para la Paz pudieran considerarse como definiciones básicas, los conceptos propuestos por la investigación para la paz, como son: I.
Cultura de Paz
II. Educación para la Paz III. Enseñanza en la mediación IV. Enseñanza en el diálogo V. Enseñanza en la reconciliación VI. Enseñanza en la sanación de traumas sociales VII. Transformación creativa de conflictos Dicha ley o estrategia podría regular la participación de los distintos órdenes de gobierno, instituciones y comisiones nacionales sugeridas anteriormente, destinadas a la Cultura de Paz y Educación para la Paz según su campo de acción y facultades. A fin de redondear y concretar una estrategia nacional de Cultura de Paz, sería necesario tomar en cuenta recomendaciones como las que aquí se plantean, en documentos como el Plan Nacional de Desarrollo, las Estrategias Nacionales de Seguridad y reformas encaminadas a mejorar la calidad educativa. Lamentablemente, se ha observado que en las propuestas del nuevo Gobierno Federal durante sus primeros meses de trabajo, el planteamiento de la
48
Educación para la Paz sigue siendo ausente. Según una entrevista realizada a José Luis Sánchez Hernández12, actual Subdirector de asuntos culturales, sociales y de desarrollo entre la UNESCO y México13, la perspectiva del Gobierno mexicano actual dista de atender a las invitaciones que tanto la UNESCO como la ONU hicieron a México y al resto de la comunidad internacional en décadas pasadas en materia de Educación para la Paz. Sobre la visita de la Directora General de la UNESCO en México, Irina Bokova, entre el 16 y 17 de marzo del presente año, el funcionario explicó algunos aspectos de interés con los que, desde nuestra perspectiva, se concuerda y diverge de cierta manera. Bokova apoyó ampliamente la reforma educativa introducida en febrero de 2013, considerando que el Presidente Peña Nieto ha colocado a “la educación en la cúspide de su política”14 y que “la puesta en marcha de esta reforma es una poderosa señal de compromiso para transformar la Educación en México y elevar su calidad”15. La Directora de UNESCO habló sobre la equidad, la calidad, las tecnologías de la información, la promoción de la paz, y la solidaridad mundial como tareas de la Educación, con lo cual se concuerda absolutamente. Sin embargo, a pesar del respaldo que la UNESCO da a México en esta ocasión, aquí se considera que la reforma educativa de febrero de 2013 pudo haber sido más profunda en su contenido sobre la calidad y la enseñanza para la prevención del delito. Sobre las mismas reuniones, no se concuerda del todo con que se celebre únicamente el énfasis cuantitativo y el que se siga viendo las asignaturas como materias aisladas y sin una perspectiva de unidad en el lenguaje de la paz. Sí se concuerda con el hecho de que Bokova y el Secretario Emilio Chuayffet hayan hablado sobre la revisión de modelos aplicados en otros países, para la posibilidad de que sean aplicados en México16, aunque en coincidencia con Sánchez Hernández, la educación en el país sigue presentando graves desafíos; en gran parte, debido a que los elementos de la Educación para la Paz siguen siendo dejados de lado17, cuando deberían ser un elemento central en las reformas y acciones políticas que el actual gobierno realice en pos de la calidad educativa.
12
Entrevista con el Lic. José Luis Sánchez Hernández el día viernes 5 de abril de 2013, Secretaría de Relaciones Exteriores, México, D.F. 13 Dirección General para la Organización de las Naciones Unidas, S.R.E., México, 2013, consultado en abril de 2013 en http://www.sre.gob.mx/index.php/oficinas-centrales/direccion-general-para-la-organizacion-de-lasnaciones-unidas 14 “UNESCO respalda reforma educativa de México”, El Universal, México, 15 de marzo de 2013, consultado en abril de 2013 en http://www.eluniversal.com.mx/notas/910541.html 15 Ídem. 16 Ídem. 17 Entrevista con Sánchez Hernández.
49
Recomendaciones en implementación Como se planteó en el primer capítulo, existe una diversidad de propuestas académicas, a partir de las cuales es posible definir aunque sea de manera muy general, algunos instrumentos para la impartición de Educación para la Paz en México. Nuestro planteamiento es que este tipo de educación ha de tener un impacto mayor si se implementa o se dirige especialmente a las generaciones más jóvenes, es decir, mediante la educación básica, secundaria y media superior. Se considera que cualquier propuesta o marco de acción a implementar a través de la escuela, podría y debería estar acompañado de la participación de diversos actores y contextos sociales. Deseablemente, la introducción y difusión de la Educación para la Paz puede llegar a facilitar la concientización a un mayor número de sectores civiles y niveles socio-económicos sobre la necesidad de cambios muy básicos, y a nivel individual, en las actitudes, el lenguaje, y las interacciones sociales generales, congruentes con una búsqueda compartida del bienestar, la paz y el desarrollo. Un aspecto favorable observado en el capítulo segundo, es que desde 2006 los programas educativos reflejan una búsqueda por integrar instituciones y órdenes de gobierno y mantienen una visión más holística sobre la educación que en años pasados. Reflejan pequeños avances en México el tema de la prevención del delito y la delincuencia, sin embargo ninguno de los programas identificados pertenece a lo que los autores consideran como Educación para la Paz. Una ventaja de programas educativos como el PES, PETC y PESA es que contemplan la participación familiar y comunitaria en la enseñanza de valores y que han logrado extenderse ya a varios estados del país, lo que pudiera fungir como antecedente para la introducción de un programa nacional de Educación para la Paz . Crear un programa nacional de Educación para la Paz o metodologías específicas de Educación para la Paz según los contextos particulares al interior de México, representaría un reto complejo en el que se requeriría la participación efectiva de investigadores y científicos sociales (que tuvieran la capacidad de estudiar a profundidad las características antropológicas, sociológicas y comportamentales de la sociedad mexicana), docentes de todos los niveles educativos, líderes comunitarios, grupos representativos de los sectores vulnerables, las esferas legislativas e instituciones de educación pública, en un diálogo con los organismos y centros de investigación internacionales especializados en el tema. Como lo advierten Jarés, Danesh y Lederach, diseñar la Educación para la Paz es una tarea que demanda esfuerzos y voluntades multilaterales18. En opinión de López y Martínez, ambos 18
Jarés, Pedagogía… op. cit., p. 163; Danesh, op. cit., pp. 231- 243; Lederach, John Paul, El abecé de la paz… op. cit. p. 57.
50
expertos en EPP entre otros temas, el reto más importante de cualquier estrategia, por sencilla o compleja que sea, es lograr sembrar el deseo en el individuo por contribuir con su vida, a la empresa de la construcción de la paz social19. Por su parte, Abrego plantea que en México es necesario: Diseñar y aplicar experimentalmente una estrategia y una metodología educativa para formar a (…) alumnos de educación primaria en las actitudes y valores de la paz y los derechos humanos. Elaborar una propuesta generalizable al sistema de educación primaria, que consiste en un conjunto integrado y coherente de actividades curriculares para educar para la paz20. De acuerdo con ellos y en respuesta a sus planteamientos, se considera que los instrumentos de una propuesta metodológica en Educación para la Paz para el nivel básico y medio superior deberían dividirse por lo menos, en objetivos, elementos y actividades. Los instrumentos que se presentan enseguida han sido tomados y en ciertas ocasiones adecuados a partir de los autores y las iniciativas académicas/civiles estudiados; algunos de ellos se han propuesto a partir de reflexiones propias. Sin pretender dar un proceso exacto, se piensa que tres características fundamentales de cualquier estrategia, programa o proyecto particular sobre EPP deberían ser: I. Auténtico: responder a las necesidades particulares del contexto social en que se implementa. II. Crear un efecto multiplicador, es decir, que además de tener presencia en el ambiente escolar, sea visible para el resto de la sociedad, valiéndose de los medios de comunicación, así como la gran variedad de eventos y actividades que pueden derivarse de la EPP y que pueda transmitirse generacionalmente. III. Que sea diseñado desde múltiples orientaciones21 y permita la participación/inclusión de diversos actores sin criticar ni moralizar a las partes. Buscando integrar las propuestas de los diversos autores y expertos con quienes se concuerda, se sugiere la siguiente lista de verificación de los objetivos que podrían incluirse en una metodología de educación básica o media superior sobre la paz. Ver tabla 3.1. 19
Entrevistas realizadas por correo electrónico los días 21 de marzo de 2013 (Dr. Carolina López C.) y 3 de abril de 2013 (Mtro. Jesús Martínez Escárcega). 20 Abrego, op. cit., p.125. 21 Graf, Wilfried, et. al., op. cit., p. 134.
51
Tabla 3.1 Lista de verificación de objetivos para la elaboración de una metodología curricular en Educación para la Paz.22 Integrar fundamentos teóricos y prácticos de la investigación para la paz23. Transmitir la filosofía de paz positiva24 entendida como un proceso, no sólo como un producto. Transmitir una visión creativa sobre la resolución de conflictos25. Fomentar el respeto por sí mismo, por la otredad, la diversidad en todas sus manifestaciones y por el medio ambiente26. Facilitar el nacimiento en el interior de cada persona, un deseo para y un compromiso permanente con la paz. Logrado esto, enseñar de manera formal, técnicas y habilidades que permitan la transformación del conflicto y el desarrollo a individuos y comunidades27. Que el tema de la paz funja como marco para las demás asignaturas partiendo de un paradigma de unidad. Utilizar un lenguaje positivo, que haga énfasis en la responsabilidad individual frente a la sociedad28. Fomentar las relaciones interpersonales basadas en: reciprocidad, horizontalidad, empatía, autenticidad, aceptación incondicional, comprensión, confianza y estímulo29. Fomentar el desarrollo integral de individuos desde la infancia y juventud. Fomentar el diálogo, la equidad de género30 y la igualdad de derechos en contextos escolares y familiares31. Cambiar las actividades de competencia por las de trabajo en equipo. Reconocer las necesidades humanas, éstas no deben ser negociables. Buscar el desarrollo individual y comunitario como meta32. Fomentar la interdependencia horizontal y vertical, promoviendo actividades de colaboración entre actores de distintas jerarquías y grupos sociales, principalmente entre aquellos que se encuentren en conflicto33. Transmitir la reflexión en el sentido de que el consumo desmedido lleva al egoísmo, como una de las múltiples fuentes de las disputas por la acumulación de bienes.34 Capacitar a los distintos actores de una localidad (niños, adultos, líderes, etc.) para resolver situaciones de manera pacífica y, a su vez, que sean capaces de multiplicar estas capacidades entre las personas que los rodean. Preparar a los sujetos para saber qué hacer en caso de una recaída en acciones no pacíficas35. Cubrir premisas básicas para un plan de convivencia pacífica entre participantes e instructores: contar con espacios adecuados, demostrar compromiso con los individuos/grupos en cuestión, mantener el apoyo y estímulo constantes36, dirección colegiada y democrática del modelo, especificidad de cada situación conflictual y aceptación de la diversidad37.
22
Elaboración propia a partir de las propuestas de diversos autores de la investigación para la paz. Tuvilla, op. cit., p. 53. 24 Galtung, Johan, Handbook of Peace… op. cit. p. 14. 25 Lederach, John Paul, El abecé de la paz… op. cit. p. 57. 26 Entrevista con Martínez Escárcega. 27 Entrevista con López Caballero. 28 Danesh, op. cit., pp. 231- 243. 29 Jarés, Educación para la Paz… op. cit., pp. 209 – 238. 30 Martínez Escárcega, op. cit. 31 Jarés, Pedagogía… op. cit., p. 163. 32 Galtung, Johan, Handbook of Peace… op. cit. pp.123-138. 33 Graf, Wilfried, et. al., op. cit. p. 125. 34 Martínez Escárcega, op. cit. 35 López, op. cit. 36 Ídem. 37 Jarés, Pedagogía… op. cit. pp. 81 – 109. 23
52
La sugerencia general, partiendo de la investigación para la paz, es buscar estimular en el participante (niño, adolescente, grupos, etc.) el deseo y compromiso de fungir como agente de paz, a partir de una perspectiva creativa del conflicto; sin pretender imponer medidas unilaterales. Por ello, se concuerda ampliamente con Lederach, para quien la transformación de conflictos consiste de técnica (impartir lecciones, conocimientos y habilidades, técnicas específicos para la resolución de conflictos) y arte (se requiere de creatividad, espontaneidad, auto-reflexión y empatía; ya que muchas dinámicas del conflicto son subjetivas)38. También de acuerdo con Tuvilla39, se considera de suma importancia identificar y tomar en cuenta el grado de experiencia de cada grupo con que se trabaje, las distintas etapas del aprendizaje marcarán el grado de elementos o actividades que habrán de implementarse40. De igual forma, articulando las aportaciones estudiadas más relevantes, se sugiere una serie incompleta y flexible de elementos y actividades, como instrumentos de la paz a implementarse por medio de la educación con las comunidades estudiantiles: niños, jóvenes y otros actores significativos. Ver tablas 3.2 y 3.3.
1.
Tabla 3.2 Elementos de contenido sugeridos Arte y tradiciones para compartir como estímulo del diálogo entre individuos y grupos.41
2.
Inclusión, estudio y práctica de conceptos como: auto-reflexión, convivencia pacífica, creatividad, diálogo, empatía, filosofía, honestidad, interdependencia vertical y horizontal, mediación, no-violencia, objetivos comunes, y soluciones compartidas. 42
3.
Lectura, estudio y sesiones de diálogo en temáticas sobre diversidad cultural mexicana.
4.
Lectura de textos sobre distintos modos de vida, culturas, religiones y países, para fortalecer la perspectiva multicultural e internacional en las clases con niños y jóvenes.
5.
Sesiones de diálogo intercultural, reflexiones, juegos y actividades en valoración de las diferencias43.
6.
Fortalecimiento de cursos en los que se traten temas sobre integración con otros actores del medio local, regional e internacional (con comunidades, escuelas, países) para estimular la reflexión sobre la interdependencia y participación de los individuos en la construcción de la paz y el conflicto. Trabajo globalizado o interdisciplinar que integre contenidos comunes a los principales componentes de la EPP44.
7.
En comunidades con altos índices de desigualdad (afectados por la penetración de factores externos, segmentación, fragmentación y marginalización) aplicar metodologías que contemplen elementos como: autonomía, integración, solidaridad y participación45.
38
Graf, Wilfried, et. al., op. cit. pp. 123- 132. Para Tuvilla, existen por lo menos tres etapas del aprendizaje o niveles a trabajar en un grupo: a) Método experimental: estudio mediante situaciones experienciales de alumnos, b) Análisis de textos: texto literario, referir conceptos del conflicto, la paz y los derechos humanos, c) Construcción: generación de aprendizajes significativos sobre solución pacífica de conflictos, desarrollo social y relación con el medio. Fuente: Tuvilla, op. cit., p. 55. 40 Ídem. 41 Graf, Wilfried, et. al., op. cit. p. 134. 42 Ibídem, p. 128. 43 Sobre valoración de las diferencias, ver más en: López, Ideological-Structural Analysis… op. cit.; Ruiz, Angélica, Sueños de Madrugada: Guía para el desarrollo integral adolescente, CDBH, ITESM, 2010. 44 Tuvilla, op. cit., p. 54. 45 Graf, Wilfried, et. al., op. cit., p. 132. 39
53
8.
Triángulo ABC de Graf como auxiliar para el diseño de temáticas: Actitudes, Comportamientos y Contradicciones. Modelo de reflexiones en la cultura propia y de la contraparte para grupos en conflicto46.
9.
Enseñanza en la transformación creativa de conflicto, modelo de Concretización de soluciones a partir de metas comunes: creación de visiones, estrategias y fórmulas conjuntas47. Capacitación en estrategias para la creación de grupo: ej. planes de trabajo y asamblea grupal para la resolución de conflictos en el ambiente escolar48. Tabla 3.3 Elementos del medio sugeridos Creación y mantenimiento de comisiones de seguridad, mediadores, o actores neutrales dentro del grupo, en caso de implementar proyectos de colaboración entre grupos opuestos o con conflictos complejos49. Contar con la presencia de psicólogos o personal especializado para participantes con capacidades especiales o traumas psicosociales. Creación y sostenimiento de espacios de paz: infraestructura50 y ambientes adecuados/neutrales para estimular la confianza y la apertura al diálogo51.
10.
1. 2. 3.
Lederach propone el siguiente modelo para la mediación en conflictos interculturales, se considera que podría utilizarse como referencia para la enseñanza en mediación y resolución de conflictos mediante el juego o el simulacro dentro de un grupo escolar en complemento a elementos como los anteriores. Ver tabla 3.4. Tabla 3.4 Modelo de mediación en conflictos interculturales de Lederach52 ETAPA 1. Entrada
FUNCIÓN ¿Quién? ¿cómo?
FORMA -Mediador -Individuos/grupos cara a cara
FÓRMULA -Oficina de contacto -Introducción de procesos, reglas, crear confianza y atmósfera de seguridad. -Facilitar/monitorear la interacción -Preguntas abiertas -Expresión de los sentimientos
2. Reunión de perspectivas
¿Qué sucedió?
-Cada parte cuenta su postura por turnos.
3. Localización del conflicto
¿Dónde estamos?
-Identificar aspectos importantes del conflicto
-Creación de una lista de aspectos -Replanteamiento de aspectos.
4. Negociación y Solución.
¿Cómo lo superamos?
-Resolver problemas -Sanar relaciones
-Un aspecto a la vez -Intereses/posiciones por separado. -Generar opciones -Definir soluciones mutuas.
5. Salida.
¿Quién hace qué? ¿cuando?
-Tomar acuerdos
-Escritos, concisos, claros -Viables -Dar seguimiento al contacto entre las partes.
46
Ibídem, p. 133. Ibídem, p. 140. 48 Jarés, Educación para la Paz... op. cit. pp. 209-238. 49 Ídem. 50 Ibídem, pp. 80-109. 51 Graf, Wilfried, et. al., op. cit., p. 139. 52 Lederach, John Paul, Preparing for Peace, Conflict Transformation Across Cultures, Syracuse University Press, Nueva York, 1995, p. 94. 47
54
Como lo recomienda Martínez, se buscaría que las actividades y ejercicios de fomento de la paz, permitan la participación no sólo de los estudiantes, sino también de los padres de familia, individuos, grupos e instituciones de interés53. Según él, las campañas y todo tipo de actividades deben ser intensas, se debería procurar que éstas sean dirigidas desde y hacia los grupos de los sectores más vulnerables, no sólo en la escuela; en los barrios, en el seno de la familia, en el núcleo de amigos, etc.54 Se concuerda con Martínez, aunque se reconoce la dificultad para, como equipo facilitador o mediador, lograr proponer actividades y lograr su apropiamiento por parte de los grupos de interés, sin aparentar imposición. De cualquier forma, se concuerda con autores como Graf, Kramer y Nicolescou55 en que los eventos a favor de la EPP que logren organizarse en las escuelas deberían facilitar la interacción de los miembros de la sociedad, padres de familia, autoridades locales, autoridades religiosas, etc.56 Destaca de las aportaciones de Lozano, que las actividades propuestas desde la Educación para la Paz, deberían dirigirse especialmente a niños en situación de maltrato, descuido, abandono o pobreza, en apoyo a casas hogar, refugios infantiles y escuelas primarias vulnerables57. El siguiente cuadro integra algunas de las actividades propuestas por distintos autores; éstas y muchas otras pudieran fungir como instrumentos útiles para proyectos escolares de EPP. Tabla 3.5 Actividades sugeridas para la implementación de Educación para la Paz. EJERCICIOS -Lectura y escritos de auto-reflexión -Entrevistas, cuestionarios -Estudio y búsqueda de solución a conflictos regionales -Investigación de recursos en línea sobre EPP i EVENTOS -Campañas -Talleres ii y capacitaciones iii -Seminarios -Mesas panel -Mesas de negociación iv -Obras de teatro, simulaciones, festivales de paz, espectáculos, muestras de arte y cultura
JUEGOS V -Juegos de presentación -Juegos de conocimiento -Juegos de confianza -Juegos de comunicación vi -Juegos de cooperación INVESTIGACIÓN -Invitación a la creación de grupos académicos interdisciplinarios. -Inclusión de la participación de los recursos humanos y materiales de ONG y grupos asistenciales.
53
Martínez, op. cit. Ídem. 55 Graf, Wilfried, et. al., op. cit., pp. 123 – 142. 56 Ídem. 57 La paz comienza… op. cit. 54
55
Como bien lo plantea Galtung 58 , la Educación para la Paz es un proceso de aprendizaje largo, no es posible transmitirla en una sola sesión o taller, toma de gran dedicación y práctica. Entre otras reflexiones finales, destacaría la invitación a desarrollar una Educación para la Paz adecuada a la realidad mexicana, y sin tomar posiciones monolíticas y unilaterales. Las recomendaciones anteriores no son exhaustivas. Como se ha visto, sería posible tomar en cuenta las propuestas de los autores más relevantes en EPP, e invitar a las organizaciones de la sociedad civil dedicadas a la paz, presentes en México para la integración de metodologías para el Sistema Educativo Federal. Aprovechar el recurso intelectual, las instituciones nacionales y las relaciones con organismos y centros internacionales, es decir toda la estructura que ya se tiene, sería ideal para lograr implementar Educación para la Paz en México. Se reconoce que el diseño de una estrategia nacional de paz, y más aún su apropiación y arraigo en la cultura mexicana, resulta complejo y presenta enormes desafíos. El momento de evaluar si ésta habrá tenido un impacto positivo, será aquel día en que la sociedad mexicana sea capaz de reconocer un antes y un después59 donde la EPP haya fungido como parte aguas; por lo pronto, se considera que es tarea de todos y cada uno de los miembros de este país el desarrollarla. En cuanto al diseño e implementación de metodologías, el que éstas sean adecuadas o no al contexto de México, dependerá de la seriedad con que se realicen las investigaciones necesarias. En este aspecto, cabe resaltar el importante rol que pudieran llegar a jugar las instituciones de enseñanza superior y centros de investigación en el país. Se recuerda que la invitación de la UNESCO hacia las universidades es siempre su participación activa en la generación de políticas públicas favorables al bienestar y desarrollo social60. Martínez 61 considera que urge en México una gran cruzada nacional contra la violencia en todas sus manifestaciones, en el que las escuelas primarias, secundarias y
i
Danesh, op. cit. Graf, Wilfried, et. al., Handbook of Peace… op. cit. p. 133. iii López, op. cit. iv Graf, Wilfried, et. al., Handbook of Peace… op. cit. p. 133. v Jarés propone una clasificación y un listado de juegos en Educación para la Paz, por ejemplo “Mounstro de la risa”, “Tren de los nombres”, “El mercado”, “Escudo heráldico”, “Camino del trabajo”, “El Pulpo”, “Dictar dibujos o cuadros”, “1+1+1” aplicables a grupos de educación primaria o secundaria. Fuente: Jarés, Pedagogía… op. cit., pp. 209 – 238. vi La Asociación AMNU propone el juego “Deportes para compartir”, como forma de comunicación y conocimiento entre grupos indígenas de distintas regiones de México. Fuente: AMNU, op. cit. 58 Galtung, Handbook of Peace… op. cit., pp.. 123 – 142. 59 Ibídem, p. 141. 60 UNESCO, Declaración sobre la Función de las Cátedras UNESCO en la Promoción de una Cultura de Paz, Abril 1995, consultado en febrero de 2013 en http://www.unesco.org/cpp/sp/declaraciones/chairs.htm 61 Martínez, op. cit. ii
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preparatorias deben tener un rol de primerísima importancia. Desde su parecer, en todas ellas, es necesario implementar una serie de reformas curriculares tendientes a logar concientizar a los jóvenes sobre una sociedad que está dejando la violencia: Articular desde abajo una serie de elementos que permitan a la sociedad tomar en sus manos el cambio de estructuras económicas y políticas articulando movimientos de barrio, pueblos y colonias. Y sobre todo que sea (…) mandar obedeciendo, o sea, tener una visión horizontal de las cosas, ya que si la clase política en el poder las implementa unilateralmente, éstas irremediablemente fracasarán por ser impuestas desde la óptica de quien gobierna, para servir a intereses de grupo y clase, y eso jamás embonará con seriedad y profundidad un verdadero cambio en la sociedad62. Para López, no solamente urge esta gran estrategia nacional,
sino “un largo
compromiso con la sanación psicosocial del pueblo mexicano si es que realmente se quiere vivir una cultura de paz en el país. La sociedad está dañada, y si no se trabaja para la sanación individual y colectiva, (…) no seremos capaces de extirpar desde sus raíces la violencia normativizada”63 En este último capítulo se han pretendido esbozar los elementos fundamentales que podrían incluirse en una estrategia nacional de Educación para la Paz. Las recomendaciones aquí planteadas podrían ser tomadas en consideración por instituciones, organismos públicos o privados interesados en el tema, y deseablemente por los artífices de políticas públicas educativas en el país. Se concuerda con Meyer, en sus opiniones sobre estos temas: “en realidad la lista es lo de menos, lo crucial será su implementación”64.
62
Ídem. López, op. cit. 64 Meyer Lorenzo, “En los detalles está el diablo… o dios”, Agenda ciudadana, México, 2012, p. 3, consultado en abril de 2013 en http://www.lorenzomeyer.com.mx/documentos/pdf/130221.pdf 63
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Conclusiones generales El motivo principal para la realización de este trabajo de investigación y reflexión ha sido cumplir con los requerimientos del Seminario de Relaciones Internacionales, más allá del curso, su contenido se considera de importancia dada la coyuntura actual de México. La sociedad mexicana se encuentra lastimada por los efectos de un sexenio que tuvo como principal tarea enfrentar a los grupos delictivos, provocando la dinamización de numerosos tipos de manifestaciones violentas. Por otro lado, se inician los trabajos de un nuevo período gubernamental en el que sería deseable reconstruir y fortalecer de fondo el tejido social. Reconociendo las limitaciones, en este ejercicio ha pretendido realizar aportes útiles para la concientización, la toma de decisiones en el área educativa y la invitación a la participación de diversos actores cuyas acciones lleven paulatinamente a la sociedad mexicana a ser un ejemplo en el fomento de la Cultura de Paz. A nivel internacional, por lo menos desde la década de los 60 y 70, con las primeras recomendaciones de la UNESCO sobre Educación para la Paz, han venido surgiendo cada vez un mayor número de académicos, centros de investigación, agencias y organismos públicos y privados interesados en este tema. En México queda mucho camino por recorrer, hace falta tomar decisiones coherentes con tales iniciativas, y que al mismo tiempo sean aplicables y congruentes con el contexto de la sociedad mexicana. Los planteamientos de la Educación para la Paz y la investigación para la paz en general buscan contribuir al proceso de cambios a nivel micro y macro65, es decir, pretenden lograr transformaciones a nivel individual y comunitario, al interior y entre los países. Entre los muchos fines de la EPP, se encuentra el que la diversidad debe ser celebrada sin miedo ni amenaza66, que la presencia de conflictos debe ser vista como oportunidad para el cambio desde un paradigma creativo67 en la unidad68. El tema de la paz, por su amplitud, abarca esferas tan amplias que afectan el bienestar humano, entre ellas el desarrollo económico, la equidad, el balance ecológico, la justicia, la integración armónica con la comunidad internacional. La EPP en este sentido, busca realizar aportes desde la raíz de los más grandes conflictos: la formación individual desde la infancia y la juventud. Sus estrategias, deben ser concretas, realistas y han de tener la manera de verificar su dirección y evolución en un contexto de implementación determinado. Por su complejidad, el tema de la paz exige “la reflexión y el análisis del poder y la autoridad dentro de las estructuras y procesos”69 que mueven a nuestras sociedades y al mundo. 65
Graf, Wilfried, et. al., op. cit. p. 295. Ídem. 67 Lederach, John Paul, El abecé de la paz…. op. cit., p. 54. 68 Danesh, op. cit. p. 243. 69 Cabezudo, Alicia; Haavelsrud, Magnus, “Rethinking peace education” en Handbook of Peace… op. cit. p. 295. 66
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Para Cabezudo, una estructura de paz es por definición “una estructura que ha institucionalizado valores de paz, por ejemplo, la ausencia de violencia y la presencia de justicia social, la participación y la diversidad”70. Desde su punto de vista, las interacciones de paz requieren ineludiblemente de estructuras de paz71. Por ello, se concluye de este trabajo que es necesario legislar, democratizar, dinamizar la participación de diversos actores en las instituciones, e integrar el mayor número de acciones y visiones desde y hacia la paz. Para lo cual, es evidente que “se necesitan líderes con una mentalidad y visión que promuevan las estrategias más cercanas a una paz verdadera”72. Se requiere de una relación constante y dialógica entre todos los miembros y niveles de una sociedad en el que el compromiso en la construcción y mantenimiento de dicha estructura se vuelva permanente. Es cierto que la educación en la paz y el aprendizaje en la paz pueden tomar lugar en contextos formales e informales como bien apunta Cabezudo. Dado que observar dichos procesos informales resultaría difícil y subjetivo se realizó este análisis partiendo de los instrumentos a que se tiene acceso (declaraciones, leyes, programas, iniciativas civiles y académicas), a partir de las revisiones de dichos elementos se corroboró la hipótesis inicial: es necesario realizar adecuaciones en la legislación mexicana para lograr concretar una estrategia nacional de Educación para la Paz coherente con los planteamientos de las declaraciones internacionales y con las necesidades y características de la sociedad mexicana actual. A nivel internacional se plantea la necesidad de generar un cambio de paradigma y una nueva visión positiva sobre la paz mundial, al respecto fueron surgiendo numerosos documentos declarativos con recomendaciones que los países miembros deberían adoptar. México ha sido activo y ha introducido en su legislación varios elementos que responden a dichas recomendaciones internacionales, sólo que la convergencia del discurso legislativo nacional con las declaraciones internacionales se da fundamentalmente en las temáticas sobre desarrollo humano, derechos humanos y prevención de la violencia, aunque en este último aspecto queda mucho por trabajar. Los sectores académico y civil se han mantenido activos en los últimos años en la tarea de promover la Educación para la Paz como instrumento transformativo. Algunas de ellas han desarrollado proyectos fructíferos en contextos regionales, otras van pretendiendo ampliarse y darse a conocer en todo el país, en la búsqueda por tener un impacto en la toma de decisiones políticas sobre estos temas. Sus planteamientos responden a las invitaciones de los organismos internacionales, de una manera más contundente que las propias leyes y programas en materia educativa. 70
Ibídem, p. 285. Ídem. 72 Ídem. 71
59
Se recomienda la conformación de una estrategia sólida e incluyente compuesta de un marco legislativo coherente y una metodología de implementación que dé cabida a la enseñanza en el diálogo, la resolución creativa de conflictos y la celebración de las diferencias, elementos que dadas las características de la sociedad mexicana actual, urge fortalecer y fomentar en todos los niveles. Lozano menciona varios de los contrapesos que han dificultado en México el progreso de las propuestas en Educación para la Paz, entre el factor de la pobreza73, considerada ésta como la peor forma de violencia estructural74. Destaca también el juego de poderes en el que se encuentra inmersa la educación: “El sindicato de educación en México, (…) contribuye a reproducir en la escuela, un sistema autoritario y de exclusión social e inequidad.” 75 Se concuerda en este trabajo con la mencionada autora en que “Hoy en día existen una serie de limitaciones en materia política, ideológica, económica, cultural, técnica, y hasta psicológica, para que la escuela en México sirva y actúe como una institución promotora de la Educación para la Paz”76. Según un informe realizado en el 2010 sobre el desempeño de América Latina durante el Decenio Internacional de la Paz, el desafío más importante para el caso México entre otros países ha sido “la falta de fondos de financiamiento para las iniciativas” 77, impidiendo la llegada de los proyectos necesarios a las comunidades más alejadas. Las cuestiones de presupuesto y modos de operación más específicos dedicados a la Educación para la Paz en México, definitivamente requeriría de un ejercicio investigativo más profundo. El que México se comprometa más con la comunidad internacional en el tema de la paz, no puede consistir únicamente en el acto de emitir deseos de concordia entre los países. Las propuestas y ejemplos deben ser concretos tanto en el nivel gubernamental, como entre las acciones de la ciudadanía: Tenemos que hacer frente al reto de contribuir al tránsito de una cultura de la violencia –en la que la guerra sigue teniendo una especial relevancia–, a una cultura de la paz. Es decir, recuperar la paz desde los primeros años para el conjunto de los ciudadanos; vivir la paz para todas y todos como un proceso activo, dinámico y creativo que nos lleve a la construcción de una sociedad más justa, sin ningún tipo de exclusión social, libre y democrática78. 73
Lozano Narcedalia, El reto de la Educación para la Paz en el Contexto de México, ITESM, Monterrey, 2010, p. 14. 74 Goldstein, op. cit. p. 134. 75 Ibídem, p. 11. 76 Ibídem, p. 15. 77 Informe Mundial de Cultura de Paz 2010, Fundación Cultura de Paz, 2010, consultado en abril de 2013 en http://www.fund-culturadepaz.org/spa/DOCUMENTOS/InformeMundial_CulturadePaz_2001-10.pdf 78 Jarés, Educación para la Paz… op. cit. p. 17.
60
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