Artlandscape 2010

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MARGÓ VENEGAS Catastrofias .................................................................................................................. FLORENCIO DE PEDRO Entrespiral .................................................................................................................. JOSÉ AZUL Tractor-hormiga .................................................................................................................. Catherine Coleman Alberto García Alix

ANGEL ORENSANZ FOUNDATION


ÁNGEL

Orensanz 2009

r e m m u s seum mu GOVERNORS ISLAND

DEL 14 DE JUNIO AL 3 DE OCTUBRE 2009


MARGÓ VENEGAS Catastrofias .................................................................................................................. FLORENCIO DE PEDRO Entrespiral .................................................................................................................. JOSÉ AZUL Tractor-hormiga .................................................................................................................. Catherine Coleman Alberto García Alix

ANGEL ORENSANZ FOUNDATION

Director Edward Cross Subdirector Miguel Blasco Coordinación Al Orensanz Miguel Cebollada Consejo de redacción y Comité científico Violeta Izquierdo Catherine Coleman Ricardo Ostalé Romano Al Orensanz Llucià Homs Ángel Orensanz Miguel Cebollada Coedición ANGEL ORENSANZ FOUNDATION, INC 172 Norfolk Street. New York, NY 10002 ART LAND SCAPE CENTRO DE ARTE CASTILLO DE SÁDABA Tel. +34.976.300.145 ESPACE ÁNGEL ORENSANZ PARIS 9 Rue de Thorigny, 75003 orensanz@wanadoo.fr Impresión GRÁFICAS JALÓN, S.L. D.L. Z-879-2009 Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser -ni en todo ni en parte- reproducida, distribuida, comunicada públicamente ni utilizada o registrada a través de ningún otro soporte o mecanismo, ni modificada o almacenada sin la previa autorización escrita de la sociedad editora. Conforme a lo dispuesto en el artículo 32 de la Ley de Propiedad Intelectual, queda expresamente prohibida la reproducción de los contenidos de esta publicación con fines comerciales a través de recopilación de artículos periodísticos.

EDITORIAL No estamos en un mundo perfecto, y solemos ver cómo muchos alcanzan la efímera fama en poco tiempo, mientras otros que se lo merecen jamás lo consiguen. Precisamente por eso no debemos olvidar que los grandes artistas dedican toda su vida a crear sus obras, o que los cantantes de ópera tardan años en dominar su voz. Con la misma perspectiva debemos valorar a los actores: Robert de Niro, por ejemplo, además de un gran talento interpretativo, tiene una capacidad de sacrificio y las agallas suficientes como para en un breve espacio de tiempo transformarse en un boxeador y después engordar 20 kilos por exigencias del guión. Eso no es talento, eso es amor por la profesión. Pero ese mensaje, el del esfuerzo, misteriosamente se pierde, no se transmite. Una canción de Sergio Algora decía que no haría fila ni para cumplir sus sueños. Sin embargo, lo decía un tipo que era capaz de escribir artículos, poesía, teatro, novela, música, grabar 10 discos y ser líder de un grupo músico-vocal. Se marchó joven, con 39 años, le falló el corazón; ironías del destino. En estos tiempos deberíamos valorar más a la gente, tener fe; la humanidad ha sido capaz de vencer todas las crisis de la historia, aunque cuando uno está inmersa en ella las cosas se vean negras. Recuerdo un viaje en coche por España, hacia mediados de los 70, siendo niño. Pasamos por Bilbao, había tráfico lento, paramos en un semáforo junto a las viviendas de altos hornos. Las fachadas eran negras por la polución, contrastaban con unas sábanas blancas que había tendidas y pude ver una niña con cara triste, y tal vez por ello, me pareció el lugar más feo que nunca había visto. Años más tarde, volví a pasar cerca de aquel lugar; se inauguraba un bello edificio, el Museo Guggemheim, el entorno era fantástico, la ría de Bilbao limpia y sin contaminación. Me acordé de la niña. Ahora tendría mi edad, y me alegré por ella. El milagro del arte se ha cumplido, Bilbao se ha transformado gracias a las Bellas Artes: Arquitectura, Pintura, Escultura, Cine, Literatura, Teatro y Música. Quizá las nuevas catedrales del siglo XXI sean los museos, los centros de arte contemporáneo; quizá el refugio para encontrar el norte sea algo tan sencillo como sentarnos a leer un libro, escuchar música o contemplar un cuadro o una escultura, ver una película o una obra de teatro. En este, nuestro camino, nos hemos encontrado con gente inspiradora que nos ha dejado su visión. No podemos citar a todos, pero no queremos olvidar a Sergio Algora, Al Orensanz, al Centro de Arte Contemporáneo Castillo de Sádaba, Anne Marie Douvigny y a Vegarte. Einstein dijo “no pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo”; debemos mejorar, respetar más a las soluciones que a los problemas, buscar nuevos desafíos, trabajar duro -con pasión, ilusión y optimismo- por nuestros sueños. Nos gustaría pensar que esta revista no sea “más-de-lo-mismo” y sirva para hacer un mundo un poco mejor.


Constante

investigación creación en la escultura

Antes de ponerme a escribir sobre la obra de Ángel Orensanz quise realizar un experimento: éste consistía en llevar a dos personas ajenas al mundo del arte frente a una de las obras que Orensanz realizó para la ciudad de Zaragoza, El Ángel Custodio de la Ciudad, y así mostrarles su trabajo. Elegí a dos personas bastante diferentes entre sí, en gustos y costumbres, para que sus reacciones fueran totalmente encontradas y enriquecedoras para mi estudio sobre el artista. A la primera de las dos personas que pregunté respondió que la escultura le recordaba a un robot, ya que el acero le daba sensación de frialdad, y le resultaba demasiado futurista. La segunda persona, por el contrario, creía que la obra era atractiva e incluso sugerente; esta segunda opinión resultó casi profesional, reconociendo lo arriesgado y poco académico que debió de ser realizar una escultura así de moderna en el centro de la ciudad. Tras escuchar las explicaciones de cada viandante convertidos por unos instantes en críticos de arte, llegué a la conclusión de que el experimento realizado había dado resultado: aquellos dos espectadores que habían interpretado de manera diferente la obra del escultor aragonés, coincidían de forma rotunda en que el trabajo del artista oscense no les había dejado indiferente. Es en este punto en donde reside la autenticidad de la obra de Orensanz; puede o no gustarte, puedes entenderla o no, creer en ocasiones que es barroca y minimalista en otras, pero lo que el artista oscense logra de manera contundente, como si de un encantador de serpientes se tratase, es que el espectador quede hipnotizado ante su obra. Para hablar sobre su obra hay que tener en cuenta conceptos tales como riesgo, energía, compromiso, empuje,

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voluntad, entusiasmo, universalidad… de contradicciones varias como el clarooscuro y el color, la muerte y el nacimiento, el barroquismo y el minimalismo. Le gusta jugar con el contrapunto pero de una manera positiva, para que aquel que vaya a ver su obra quede tocado por el afán de descubrir y cuestionarse lo que ha visto, intentando así no dejar al visitante inane. Al acercarse a su obra hay que dejar fuera los convencionalismos y no pensar en términos academicistas. Este escultor tan prolífico se caracteriza por ser auténtico, no tiene una línea regular en sus trabajos, lo único que sirve de nexo de unión ante sus trabajos es la genialidad y la capacidad de sorprender al espectador; por lo demás, hace lo que en su momento siente o en esa etapa de su vida profesional necesita hacer. Ha tocado todos los palos: escultura, pintura, land-art, audiovisual, performances…y todo lo hace de una forma sencilla y natural. Parece que haya sido obra de la improvisación, sin saber el espectador que se ha realizado tras un gran proceso de producción para que el resultado sea perfecto. Otra de las virtudes que goza la obra de Orensanz es que sus esculturas se incluyen de una forma totalmente natural dentro del entorno donde están situadas, sin quedar en evidencia con el emplazamiento. Da la sensación de que esos conjuntos escultóricos hayan estado allí siempre, que formen parte del paisaje. Durante la investigación, pregunté a varios ciudadanos de Zaragoza que nada tenían que ver con el mundo del arte, si conocían las obras de Orensanz que decoran las calles de la ciudad. La mayoría, para mi agrado, reconocieron las esculturas, sabían por qué obras les estaba preguntando; pero fueron muy pocos los que sabían qué autor las había realizado. Quizás esta situación podría influir


Los escultores Ángel Orensanz y Richard Serra.

negativamente en la vida profesional de un artista, el no ser reconocido por el gran público, pero al observar la obra de Orensanz afirmo rotundamente que este no es el caso del autor y es esto lo que le hace todavía más genial; a él le interesa dejar como legado su obra, que sea ésta la que se reconozca y no él. Este sentimiento de universalidad que desprende su obra le hace ser un nuevo trovador contemporáneo, que va de ciudad en ciudad, de bosque en bosque, mostrando al mundo el significado del arte, no coacciona al espectador; él sólo presenta su obra y la enfoca de forma natural, mezclando ese arte “itinerante” con los ciudadanos, el entorno, el medio rural, los árboles, las aguas…Para todos aquellos que lo admiramos hace aparecer arte en donde no parecía que existiera. Por ello, ese concepto de “artista nacional” o “escultor local” es un título que queda en un segundo plano para un artista que va más allá del espacio

y del tiempo. Es ciudadano del mundo y él se encarga de demostrarlo con sus continuas manifestaciones artísticas por todo el globo. Las fuentes de Orensanz son varias y muy nutridas; en su obra se ve influencia de los simbolistas franceses, la generación beat, Caravaggio, Christo…Eso sí, poniendo su indiscutible sello personal en todo lo que realiza. Para que quede más claro, Orensanz hace de modo similar lo que 150 años antes realizaban los cubistas; estos artistas del siglo XIX veían un cuadro, un paisaje, una persona…la observaban, la analizaban, la comprendían, y cuando estaban preparados la reproducían al modo en que entendían la vida y el arte, de una manera nada convencional, ni formal. Así sucede con el trabajo de Orensanz: reinventa sus orígenes y sus fuentes, haciendo algo totalmente nuevo y auténtico, llegando a la categoría de genial.

Románico-RostrosExpresionismo Facial Dentro de la obra de Ángel Orensanz, hay que resaltar su escultura figurativa. Quien conozca sólo sus últimos trabajos puede que no reconozca a este Orensanz que vamos a presentar, mucho más academicista; pero aun llegando a ser más formal de habitual en él, sigue teniendo un sello rabiosamente personal. Juega con los volúmenes en sus relieves, llegando a crear un clima de intranquilidad para quienes observan los rostros trabajados; las incisiones tan estudiadas que Orensanz esculpe ayudan a crear un sinfín de opciones para que la luz y la sombra bailen sobre los rostros, dando un realismo aplastante a éstos. Puede llegar a ser contradictorio, ya que a modo de boceto el autor no deja ver con exactitud los rasgos de la cara de dichos rostros; pero esto lo soluciona con sus 5


pronunciados volúmenes y hendiduras que hacen que los rostros cobren vida según la luz que les enfoque. Hay que resaltar que esos rostros resultan para el espectador inquietantes, recuerdan a los grabados sobre tauromaquia del maestro Francisco de Goya, y sobre todo están en relación directa con las caras que aparecen en sus también afamadas Pinturas Negras; rostros agónicos, temerosos, huidizos, rostros reales de la más profunda y baja casta social. También tienen cierta similitud con los rostros casi demoníacos que se esculpían en las iglesias románicas del Pirineo aragonés, siempre estratégicamente situados y que realizaban la labor de recordar a sus fieles “que sus pecados serían debidamente castigados”. La presencia románica en Orensanz está presente en su obra, destacando esta etapa de la que hablamos: este hecho se debe a que Ángel nació y creció en Larués, un pueblo oscense del Alto Aragón en donde los arquitectos lombardos construyeron numerosas iglesias por la zona, bajo los cánones arquitectónicos del momento: el románico; penetró de tal manera en la zona que este estilo artístico de los siglos IX y X todavía hoy se relaciona de manera inmediata con la cultura pirenaica o altoaragonesa. Por ello, Orensanz en los comienzos de su trayectoria creativa utilizó como referencia las características generales del románico: visión horizontal, sensación de robustez, motivos 6

geométricos en la decoración, poca luz, rostros esculpidos que personalizan las fuerzas del bien y el mal… En contraposición a estos trabajos de gran fuerza dramática, Orensanz realiza todo tipo de escultura figurativa que nada tiene que ver con estos rostros fantasmagóricos; crea auténticas caras angelicales, dulces y serenas; deja a un lado el tan criticado hieratismo del románico para realizar rostros que van a tener facciones, nada que ver con lo anterior: parece que su técnica en este caso es mucho más cuidada, es una acción escultórica sutil la que crea. Esculpirá un nuevo “Pantócrator”, protagonista en un gran número de sus obras, con rasgos muy definidos y suaves. Esta antítesis de la que Orensanz es personaje principal, nos hace pensar que ya en sus primeros trabajos tenía una gran disyuntiva entre el nacimiento y la muerte, el bien y el mal, la creación y la destrucción. Esta tónica la llevará consigo en toda su carrera escultórica cogiendo aún más fuerza en sus últimos trabajos, casi como el único tema. Hay una evolución en la escultura figurativa de Orensanz, pasa de realizar sus obras de forma casi artesanal a trabajar de forma industrial, creando placas de bronce para construcciones colosales en forma de mecanos.

Es también bastante visible y aparente el paso que realiza el escultor aragonés de esculpir de forma horizontal a hacerlo de manera vertical; el autor pasa del románico al gótico, amplía y alarga su visión del espacio. Quiere unir lo celestial con lo terrenal, no entiende de límites y quiere llevar su arte lo más alto posible. Comienza una etapa de aceptación por parte del autor de su propio estilo.

Gótico-RenacimientoTotems ¿Qué es lo que Orensanz quiere representar con sus bosques de totems? Han sido muchas y diversas las interpretaciones que críticos y gente del mundo del arte han vertido sobre el asunto. Las interpretaciones más populares son aquellas que conectan estos arquetipos tubulares y lineales con el concepto espacio. El artista oscense hace una representación minimalista de estos tubos a modo de coreografía plástica. Ángel Orensanz tiene la necesidad de ser el director artístico, creando una estimulante musicalidad entre los diferentes elementos del conjunto (si son varias piezas); en el caso de ser un único elemento, guarda el expresionismo de la obra para el emplazamiento y el material


que son los que tienen el papel principal en este apartado. En mi opinión Orensanz crea continuas disyuntivas en su obra, y cuando uno ve uno de esos totems tiene la sensación de estar ante una escultura lineal y poética que conserva una estética etérea; pero cuando uno termina de ver la obra en su totalidad observa que en su copa rompe esa sensación gótica y celestial con conjuntos excesivos y explosivos. Podemos manifestar por tanto que le interesa indagar sobre la contraposición constante en el arte, tratando de enfrentar términos antagónicos para ver qué resultados dan. Se inspira en el arte popular y clásico (totems) dando a la obra reminiscencias de la cultura tribal, pero luego Orensanz la equilibra empleando para ello el material, totalmente industrial (acero, encofrado, refractario…); trabajando con estos materiales antepone cara a cara ideas totalmente diferentes; pero es en esto en donde reside la genialidad de este autor que hace que dos elementos disociados comulguen a la perfección; es más, crea un vínculo de unión inseparable entre ellos, pasando de conceptos contrapuestos a un solo conjunto armónico y de estética absoluta. Sus conjuntos escultóricos, como ya se ha

apuntado con anterioridad, empalizan a la perfección con el medio en donde se emplazan; hay un momento en la carrera de Orensanz en el que instala conjuntos tubulares en escenarios urbanos, salvando a estos edificios y emplazamientos de una estética caótica; les regala para si mismos aires de serenidad y relax, planteando un oasis de desahogo en los desiertos de asfalto. El autor, trabajando el color y las formas, abduce al visitante depositándolo en un mundo selvático y natural al margen del ambiente gris y estresante que presenta la ciudad. Este universo del acero, que tanto gusta trabajar a Orensanz, reporta escenarios atemporales, reafirmando en sus trabajos una amalgama de ideas contradictorias pero que en conjunto dan como resultado coreografías corales muy armónicas y de gran belleza estética. Evoluciona, y lo demuestra esculpiendo conjuntos escultóricos de gran tamaño. Quiere dejar claro que domina la obra; el autor ha salido de su retiro espiritual, en las sesiones de “psicoterapia creativa” se ha enfrentado a sus miedos, ha reconocido sus limitaciones, se ha conocido a si mismo, y lo más importante; ha reconocido su obra. No le pesa el pasado sino que se ha reconciliado con él y ha sabido sacar lo

mejor de sus raíces para poderlas plasmar en sus trabajos sin que la carga afectiva le pese más que la creativa. Orensanz no huye de sus orígenes: escoge de ellos lo que más le interesa, lo que más atractivo le parece para su propio beneficio y para la evolución de su obra, en plena ebullición. Deja a un lado los fantasmas del pasado.

El escultor domina la obra Trabajar piezas escultóricas de gran tamaño es de una gran dureza física y psicológica. Requiere de una gran visión espacial previa para saber con exactitud el resultado que se quiere conseguir. Puede ocurrir, y de hecho es algo que les ocurre a muchos artistas, que el escultor quede atrapado por la grandeza del conjunto y no sepa resolverlo ni dominarlo.

Pero nunca le ha ocurrido esto a Orensanz. Por eso, además de por lo ya afirmado sobre el reconocimiento de su propia obra, se puede afirmar que en esta época llega a una madurez en este momento, en el que con gran habilidad se enfrenta a estas esculturas faraónicas, y las resuelve con exquisito orden, pericia y buen gusto: el escultor ya domina plenamente su obra. 7


Sádaba

Un largo verano lleno de realidades Muy por encima de las exposiciones y del arte, si hay algo destacable en estos 5 primeros meses de andadura del Centro de Arte Castillo de Sádaba es la contundente realidad de la recuperación de un espacio radical y central en la vida del pueblo, pero que en estos momentos se encontraba un tanto apartado del epicentro del pueblo. Los vecinos de Sádaba han podido comprobar con sus propios ojos cómo su viejo castillo ya no es sólo un lugar que preside de lejos la vida de la población,

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sino que también es un espacio en el que coincidir, ver, disfrutar, pasar las noches de verano, ser testigos privilegiados del mejor arte contemporáneo…en definitiva: han sido testigos de la recuperación del lugar origen de la población, del lugar radical seña de identidad, para el uso y disfrute de la comunidad como un elemento más de la vida cotidiana de sus habitantes. Y como prueba, además de las miles de visitas que ha recibido este verano, podemos recordar la noche de agosto en la que el proyecto fue presentado a los ciudadanos: casi 700 personas se encontraron en el castillo para disfrutar de la fiesta. Muchos de ellos hacía años que no visitaban el lugar, y para la mayoría fue un emotivo reencuentro con algo que nunca debió perderse. Una noche mágica de verano disfrutando de las explicaciones de los artistas, de la música de la banda de jazz Little Moncayo, que se prolongó entre conversación y conversación hasta bien entrada la noche. Un perfecto lugar de encuentro para los ciudadanos de Sádaba y de otros lugares, que en buen número también acudieron a la invitación.


La recuperaci贸n de un espacio radical para el pueblo de S谩daba

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Rodolfo Fauria-Gort. Granja cerca de Caylus. 2003.

Como bien se dijo, no había tanta gente en el patio de armas de ese Castillo desde la última guerra con Navarra, en el siglo XII. Ésta era una de las ideas principales que llevaron a la creación del Centro: dar vida a uno de los lugares más imponentes de todo Aragón. Y tras los resultados, estamos muy satisfechos. No puede ser de otra forma. Otro de los objetivos centrales del proyecto era el diálogo entre el poso añejo de siglos y la creación contemporánea. Poner a disposición de los artistas actuales un espacio en el que conversar con unas piedras de hace mil años. Y creemos que también se ha conseguido con creces. A continuación los artistas que han dialogado con el Castillo durante este año. 10


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Catastrofias Margó Venegas

La basura com estímulo creativo

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Margó Venegas es experta en recuperaciones de cosas olvidadas y rechazadas. Su obra nace de los elementos que encuentra en la basura, tirados, abandonados. Y ella les insufla nuevamente un aliento de vida, les encuentra un valor profundo que pone al descubierto su alma y raíz. Qué mejor que ella para dialogar con las viejas piedras 1.000 años olvidadas. Además, surgía el debate: ¿Cómo se entenderán las solemnes piedras con los nuevos materiales tan ajenos a ella? Plásticos, elementos elaborados en laboratorio...el resultado es sorprendente y conmovedor, algo que destaca sobremanera en la proyección de su exposición en el Castillo. Puesto que una de las ideas principales del Centro era fundir las viejas piedras con la creación contemporánea, no se nos ocurre mejor forma de hacerlo que literalmente: antes de la exposición, se crean vídeos basados en la obra que se va a exponer. Y se proyectan continuamente sobre las piedras del Torreón de la Cruz Cátara, del siglo XI. Resulta difícil discernir en muchos momentos en donde empieza la imagen proyectada y en donde las piedras milenarias en esa fusión favorecida por el silencio y la oscuridad de ese lugar telúrico.


“Catastrofia”, es la expresión que utilizó un camarero griego, para explicarnos el porqué de los palitos clavados en las macetas del restaurante.”¡Los gatos, señora por favor, una catastrofia¡¡” Vivimos rodeados de personas, situaciones, costumbres, residuos históricos, que, como auténticas catastrofias, nos obligan a adoptar posturas, remedios, que minimicen su impacto en nuestra salud medioambiental. Las esculturas que conforman esta exposición tienen en común, por un lado la materia prima empleada: restos, desechos, hallazgos...basuras.

Por otro el que todas ellas parten de un posicionamiento vital que necesita una revisión individual o por parte de la colectividad. De la misma forma que la basura ha de ser separada, clasificada para reconocerla y poderla reciclar o en su caso destruir, estas catastrofias vitales tienen que ser nombradas, aisladas, para que puedan ser revisadas y en su caso, erradicadas. En uno y otro caso la basura deviene en estímulo creativo que nos incita a hurgar en lo que Benedetti llamaría “nuestra hez contemporánea”, bazofias honorables (o no), de esta tierra.” 13


Florencio de Pedro

Entrespiral

los nudos del tiempo

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Con la exposición “Entrespiral”, site-specific para Sádaba (realizado en estrecha relación con el espacio expositivo), Florencio de Pedro quiso desarrollar una muestra completamente nueva, compuesta por 6 series de obras que tienen como punto de partida el registro teórico del castillo, del tiempo, de los siglos enlazados por los nudos de la historia. Historia, arquitectura, escultura y sueños. En sus obras, de Pedro consigue transmitir una energía indomable, el interés por lo humano, desde la raíz cotidiana de nuestro sino hasta la espiral continua que conduce a la espiritualidad. Un binomio esencial en este escultor, que ha logrado en su larga e internacional trayectoria artística hitos de creación considerados como “turning point” de la escultura contemporánea.


Florencio de Pedro cre贸 unos nudos-espadas que no s贸lo dialogaban con el Castillo, sino con su tiempo y significado, provocando preguntas en su sinuosidad que llevaban a ciertos bucles temporales y a recuperaciones que indican que el tiempo pasa, pero que tambi茅n es recuperable y en cierta manera siempre permanece con nosotros. Y que el tiempo actual es fruto de los tiempos anteriores, y de las decisiones y fatigas que en ellos tuvieron que tomar sus habitantes. Armas que son vidas, vidas que son armas en las que perderse siguiendo sus formas para encontrar el 15


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espíritu de aquellos que lucharon y vivieron y amaron y soñaron en las piedras de este castillo y que aún se pueden sentirse gracias a la sensibilidad del artista. Acostumbrado a que su obra -heredera directa de viejos oficios y del trabajo que los humanos han realizado sobre los elementos primordiales (hierro, tierra, fuego, agua)- sea expuesta en lugares públicos para que ejerza su misión integrada en el corazón de la vida ciudadana, no le resultó complicado crear una colección que, lejos de permanecer ajena a su entorno, se fundiera sin perder su propia identidad con el viejo y sabio Castillo de Sádaba.

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Tractor-hormiga José Azul

La tierra y los hombres

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Fotografías cortesía del Ayuntamiento de Sádaba.


El ciclo de la vida ha cubierto ya 4 estaciones sobre la tierra de Sádaba desde que en la presentación del Centro indicamos que no se iba a circunscribir tan solo al Castillo, sino que él sería su epicentro. Y que un círculo muy cercano sería el pueblo y la tierra que lo rodea. Tierra que junto a los que la trabajan y la sienten ha cumplido ese ciclo vital del nacimiento primaveral, la juventud del estío, la melancólica madurez del otoño y el reposo invernal.

Así lo entendió José Azul. Decidió crear un tractorhormiga, un viejo Superebro 55 superviviente de la posguerra que tomara aliento de vida en forma de animal y que representara tanto a los esfuerzos de los hombres y mujeres del campo por crear esta hermosa tierra y sacar adelante como hormigas trabajadoras a sus familias, como al ineludible entorno natural y agrícola del castillo y la población. 19


Pero para mejor involucrarse con la vida del pueblo, decidió crearlo en la misma plaza de Sádaba, al pie de la iglesia gótica. La casa del cura le sirvió de taller y los habitantes pudieron ver en directo, durante varias semanas, cómo se crea una obra, cómo nace y cómo evoluciona. La comunión del artista con los ciudadanos fue total, creando muchos lazos que perduran después de terminada la obra. Algo que modificó la vida de los habitantes del pueblo sacándola de su rutina durante una temporada, algo que hizo que todos se replantearan la función de los espacios comunes. Esta escultura se ha instalado en la entrada del pueblo, en donde permanecerá como la primera de una serie de obras de arte contemporáneas que poco a poco irán invadiendo los rincones de la población. Para realizar la escultura, José Azul fue fiel a su obra, constantemente relacionada con animales, empleando materiales tan nobles como el hierro; utilizando con igual soltura la fragua, su habilidad deformando y formando con sus manos, y la soldadura.

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Universidad Tsinghua, Beijing

XuZhengLong


XuZhengLong 23


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La esfera de Ángel Orensanz en las calles y plazas de Beijing

El escultor Ángel Orensanz que ha participado en la Feria de Arte Contemporáneo de Beijing, ha causado una sensación positiva paseando su “esfera” en las calles y plazas..

“La esfera” sitúa la fragilidad global que fluctúa entre angustia y esperanza, sitúa también a pesar de todo un ambiente negativo (el cambio climático, la depresión de la economía, la pandemia) que el arte tiene como una presencia de reconciliación, un equilibrio, una fuerza optimista. “La esfera” tiene un encuentro particular con el público en la calle donde la obra de arte se interpreta mejor.

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ANGEL ORENSANZ invitado por el comité del festival de cinema de Cannes, presentando OPEN XI. Documental sobre l’ exposición internacional de arte en el Ldo durante la Mostra de Venecia, encuentro del arte y del cinema. Director: Lucrecia van Elinkhuisen caleffi

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efe

Actualizado 27-04-2009 09:20 CET Pekín.El artista aragonés Ángel Orensanz asistió hoy a la feria de arte contemporáneo “Art Beijing 2009” y aseguró a Efe que planea realizar una exhibición de su obra en la Gran Muralla y la Ciudad Prohibida de la capital china. En declaraciones a Efe, Orensanz explicó que quiere trasladar a estos monumentos su popular esfera de plástico transparente, de dos metros de diámetro y que ya ha estado expuesta en Nueva York, Tokio, París y San Petersburgo, entre otras ciudades. “La Gran Muralla es una imagen muy fuerte, el paisaje serpenteante, con la esfera deslizándose”, dijo el artista, premiado en el reciente festival de cine de Sundance por su filme “La Nieve del Mundo. Todo se quiebra bajo los pies”. En su primera visita a China, Orensanz explicó que ha quedado fascinado por la fuerza del color rojo en el país asiático. “El rojo es el instinto, el color primario. En China está en todos lados y en mi obra siempre lo tengo muy presente”, aseveró. También se mostró interesado por el ‘boom’ del arte contemporáneo chino, que desde hace unos años vive una explosión tras décadas de férreo control oficial. El escultor, que acudió a Pekín invitado por los comisarios de la muestra, no descarta abrir un recinto en China, después de los espacios que ya tiene en Nueva York, París y Sabiñánigo (Huesca), su localidad natal.


Art.Metz

Bajo el signo de la simplicidad y la complicidad

Art.Metz, bajo el signo de la simplicidad y la complicidad, perpetuando el espíritu de las grandes Ferias. Este año, asociada a la inauguración, en mayo, del nuevo Centro Georges Pompidou Metz. Le Feria de Arte de la Gran Región: (Luxembourg, Sarrebrucken, Bélgica,France Lorraine). Desde el viernes 19 al lunes 22 de marzo de 2010 en el Parque de Exposiciones de Metz Metropolitana, art.metz presentará:

Proyecto creado por Marie Louise

• Un espacio dedicado a las galerías

pañol Angel Orensanz en el Hall de

Rigaux, asociación Art.Metz. En esta edición, será presentada una obra de gran tamaño del artista es-

• Un espacio destinado a los artistas seleccionados por nuestro comité

entrada principal.

Esta manifestación acoge:

INSCRIPCIÓN (versión castellana)

• Alrededor de 120 expositores: artistas, asociaciones, galeristas, marchands.

DESCARGUE LA FICHA DE accediendo a: http://artmetz.com Cecilia Acevedo

• 5000 visitantes

ceciaceve@hotmail.com

• Países Invitados d’Honor: La República Argentina y La China

Relación galerías +33683198276 +34686432291 27


Catherine Coleman

Alberto García Alix ...and the beat goes on, and the beat goes on… (Sonny and Cher)

Encuentro imposible escribir un ensayo en tono académico sobre Alberto García-Alix. Ni él ni sus fotografías se prestan a ello de modo alguno. Su trabajo es completamente autobiográfico, y en diversas maneras refleja la fascinación del siglo pasado por el “yo”, comenzando por el angst de los expresionistas alemanes, la obsesión surrealista por Freud y el psicoanálisis, la subjetividad del expresionismo abstracto europeo y norteamericano de la posguerra, el arte corporal auto-referencial y un largo etcétera. La máxima parecía ser yo soy lo que importa. No obstante, García-Alix no es un narcisista y no tiene un ego artístico exaltado; es de naturaleza generosa, sensible y modesta y, a la vez, posee un agudo sentido del humor. El objeto de su obra no es él. Nada más despertarse -y en rara ocasión temprano por la mañana-, García-Alix encuentra sus sujetos entre lo que le rodea: sus colegas, sus amigos, sus relaciones, sus fiestas, sus viajes y él mismo. Su obra no está orientada hacia sí mismo, a pesar de que sea autobiográfica. Lo que hace que la fotografía directa sin manipulación sea más entretenida que la pintura es que el fotógrafo siempre tiene que estar presente, y puede participar, seducir y provocar, algo en lo que García-Alix es un maestro.

formales de las imágenes-. Lou Reed sugirió venga, nena, date un paseo por el lado oscuro (Hey, babe, take a walk on the wild side), y García-Alix simplemente hizo eso -y sigue haciéndolo, aunque en menor medida-. Incansable noctámbulo, frecuentó y fotografió los sórdidos ambientes urbanos -allá dónde estuvieran-, santuarios mediterráneos de la droga -la isla de Formentera- , tugurios repletos de humo, divas del rock y del punk, estrellas del porno, travestidos, moteros y, en general, cualquiera cosa o persona alternativa, incluido el flamenco. Fue parte de La movida, la explosión de irreverencia y creatividad que surgió tras la muerte de Franco en el año 1975. No puedo recordar siquiera una sola imagen del campo excepto, quizá, una en la que se vislumbra un arrabal de chabolas en el fondo. La naturaleza bucólica no es para él, y pagó por ello dos décadas después. Lo vendió todo y le dio la espalda a Madrid y a sus tentaciones. Pagó sus deudas durante un extenso período en París, e irrumpió en el siglo XXI con paso firme. Se vio literalmente obligado a dar vida a las palabras del poeta bohemio galés Dylan Thomas: No te dejes llevar mansamente hacia esa buena noche. Rebélate. Rebélate contra el ocaso de la luz.

Las letras de música y la poesía proveen los mejores argumentos para describir la cualidad emocional de sus fotografías -me conciernen menos las cualidades 28

Do not go gentle into that good night. Rage. Rage against the dying of the light.


Curiosamente, esta cita también es apropiada para describir las cualidades de la fotografía en blanco y negro, el contraste entre la luz y la oscuridad. Los títulos de sus exposiciones demuestran que Alberto igualmente es un poeta y un romántico: Los malheridos, los bien amados, los traidores, Érase una vez en..., Viaje al fin de la noche (Céline), El canto de la tripulación (Pierre Mac Orlan), Disparos en la oscuridad o Llorando a aquélla que creyó amarme. El artista, citando a The Pretenders, literalmente expresa sus sentimientos abiertamente (wears his heart on his sleeve). También escribe, produce filmes y edita publicaciones. Entonces, ¿por qué esta serie de fotografías sobre Brooklyn, quizá el menos poético de los cinco distritos de Nueva York? Nadie ha escrito una canción sobre Brooklyn como There is a

rose in Spanish Harlem (Hay una rosa en el Harlem hispano). Cuando alguien menciona Brooklyn, viene a la mente la ruda imagen de Marlon Brando en On the Waterfront (La ley del silencio) -curiosamente, la película se filmó en 1954 en Hoboken, Nueva Jersey, cruzando el río Hudson desde Manhattan-. La segunda imagen que nos evoca Brooklyn es la de su histórico puente (1870-1883), que cruza el East River y enlaza Brooklyn con Manhattan, sobre el cual multitud de artistas y escritores han derramado su poesía. Algunos renombrados fotógrafos lo hicieron famoso, como Alvin Langdon Coburn (1905), Edward Steichen (El puente de Brooklyn de noche, 1903) y uno de los pocos fotógrafos abiertamente admirados por García-Alix, Walker Evans (1929). Las primeras fotografías publicadas por 29


Evans mostraban el puente de Brooklyn, y fueron empleadas para ilustrar el poema épico avant-garde de su amigo Hart Crane, Al puente de Brooklyn (1933). El poeta de la generación beat Jack Kerouac se refirió a su propia ira contra la vida y “la jungla de ladrillo” en Canción triste del puente de Brooklyn (1954) (Brooklyn bridge blues). Pero García-Alix ni siquiera se acercó al puente de Brooklyn, y se negó a imitar a los maestros -en general, presta poca atención a la historia de la fotografía-. Fotografió, en cambio, el puente de Williamsburg, construido en 1903 y segundo que unió Brooklyn con Manhattan; además, ni siquiera capturó el puente en sí, sino que fotografió lo que había debajo y por la noche. Quizá sea lo más próximo a un paisaje -lunar, en este caso- en la obra García-Alix.

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Durante su estancia en Nueva York no se preocupó por retratar las glorias de “la ciudad de la ambición” -el título de la famosa fotografía del perfil de la ciudad de Alfred Stieglitz de 1910-. Sus paisajes urbanos de Tánger, Formentera y París son escenas nocturnas románticas, con un enfoque suave -algunas tituladas Érase una vez en...-. Algunos de sus paisajes arquitectónicos de Brooklyn son similares, particularmente las sugerentes tomas nocturnas de la luz en ventanas vacías -¿Te sientes sola esta noche? (Are you lonesome tonight?) y Hotel Desilusión (Heartbreak Hotel), de Elvis Presley-. Otras fotografías son inconfundiblemente “Brooklyn” y muestran la zona industrial en declive o las recurrentes promociones de vivienda protegida de cubierta horizontal y tejado de madera. La monumental imagen de un jovial jugador de baloncesto de color grabada en una pared es un recordatorio de la compleja mezcla racial de la zona de Williamsburg, donde García-Alix y su séquito se alojaron, poblado por judíos, puertorriqueños, polacos, afroamericanos e italianos. Solía ser una zona peligrosa, pero ahora se está aburguesando al igual que muchos tantos barrios multiétnicos de las ciudades. Robert Frank merodeó por el Bowery al sur de Manhattan, y García-Alix por Williamsburg y el bronco Bedford-Stuyvesant. Ambos renunciaron a alojarse en hoteles cómodos, y prefirieron pensiones baratas, de las de lavabo en la habitación o bed and breakfast. Aunque éstas son áreas deprimidas, GarcíaAlix no hace fotografía social, al contrario que su amiga Donna Ferrato, quien denunció la violencia doméstica. García-Alix no enarbola una bandera por una causa, excepto la de la reivindicación del derecho a ser diferente. Si las tomas de la ciudad son suaves y románticas, los retratos son primeros planos, literalmente “en tu cara”, sin pretensiones, inmisericordemente realistas, haciendo hincapié en la identidad y el estilo de vida elegido por el sujeto. Sólo hay dos fotógrafos que se puedan comparar a García-Alix: Anders Petersen y Diane Arbus. El primero, por su inmersión en la vida de los marginados -marineros y prostitutas en el Café Lehmitz de Hamburgo- y Arbus por su innata habilidad para descubrir individuos excéntrico alejados de lo corriente. Alberto se somete a sí mismo exactamente al mismo tratamiento y no omite detalle alguno, en contraste con el desnudo anónimo enfrente suyo. Para explicar por qué gusta tanto del autorretrato, uno puede conjeturar que se debe a que está constantemente midiéndose a sí mismo, y quizá por ello sea revelador que su última exhibición se titule No hay penas.

……and the beat goes on, and the beat goes on.

Alber toGar cía Alix 31



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