ORIGENES
ORIGENES Bogotá, D.C. 22-Octubre-2019 ISSN 2027-5137 $7.000
Edición No. 1
Culturas
precolombinas en Colombia Nuestros ancestros, nuestros orígenes Pág. 8
Religión Muísca
Cultura Muísca
Un homenaje a la tradición
CulturaTumaco
Pág. 6
Los mayores exponentes del arte Precolombino Pág. 11
Mucho más que leyenda
Pág. 13
Muisquismos
Las palabras heredadas de nuestros ancestros Pág. 4
1 www.origenes.com
Museo del Oro de Bogotá
El Museo del Oro del Banco de la República preserva colecciones arqueológicas que son un patrimonio y un orgullo de todos los colombianos. Está ubicado sobre el Parque de Santander, en la esquina entre la Carrera 6ª y la calle 16, en Bogotá, Colombia.
Usted puede ingresar al Museo del Oro de Bogotá en los siguientes horarios: Martes a sábado: 09:00 a.m. a 06:00 p.m. Domingos y festivos: 10:00 a.m. a 04:00 p.m. Cerrado los lunes, incluso los lunes festivos.
Tarifas
Martes a sábado, COP $4.000 Festivos, COP $4.000
Los domingos la entrada es gratuita para todos
Contacto: (571) 3432222
museo@banrep.gov.co Carrera 6 No. 15-88 Bogotá, 111711 Colombia
ORIGENES
En Colombia existen por lo menos 86 comunidades indígenas que hablan 65 lenguas diferentes. Los colombianos conocen muy poco, pero hablan mucho sobre los indígenas. Sobre ellos se han inventado toda clase de estereotipos, desde que son salvajes sin educación hasta que son caníbales perezosos. También se han visto como “sabios ambientales” desposeídos de toda tendencia a la violencia (“buenos salvajes” al fin y al cabo); y han sido reducidos a “obstáculos para el desarrollo” o ensalzados a “esperanza de la humanidad”. Ninguna de estas ideas resiste un análisis profundo, pero se arraigan en la mentalidad nacional sin remedio. [...]El país tiene una población de cerca de 1.400.000 indígenas, distribuidos entre 86 pueblos (datos del gobierno) y 102 comunidades (según la Organización Nacional Indígena de Colombia, Onic). Tienen un alto porcentaje de participación en los departamentos de Vaupés (más del 66 por ciento), Guainía (64 por ciento), La Guajira (45 por ciento), Vichada (45 por ciento) y Amazonas (43 por ciento). También son importantes en términos demográficos en el cauca (21,5 por ciento) y Putumayo (21 por ciento). Algunas poblaciones son, desde el punto de vista económico, campesinas, otras son urbanas y algunas se dedican al comercio. Cerca de 500.000 personas conservan 65 lenguas o dialectos nativos. Además, el 75 por ciento vive en zonas rurales.
ORIGENES Publicación Mensual Primera Edición
Diseño y diagramación
Muchas comunidades han recuperado durante los últimos años cantidades considerables de tierra y tienen niveles de vida por encima de sus vecinos mestizos y afrocolombianos. Otras en cambio, pierden cada vez más sus medios de subsistencia. Sobre el papel, cerca del 31 por ciento del territorio nacional es indígena, pero buena parte de esa tierra se concentra en áreas protegidas y son de gran susceptibilidad al cambio ambiental. Además buena parte de esas tierras son amenazadas permanentemente por la violencia de los grupos ilegales, incluyendo paramilitares y guerrilla, por el cultivo de plantas con las cuales se obtienen drogas ilícitas, o por la minería ilegal. Ojalá los colombianos cuestionemos el derecho que nos ha asistido desde hace siglos de considerar nuestros a los indios. Ellos solo se pertenecen a sí mismos. Y ojalá también conozcamos mejor y apreciemos a esta importante población, como también a los grupos campesinos y urbanos que deberán jugar un papel fundamental al construir un mejor país.
Angie Diaz Galeano
Fotografía Daniel Fernando Lopez
Corrección de Estilos Angie Diaz Galeano
Illustración Daniel Fernando Lopez www.origenes.com
Por: Carl Henrik Langebaek Antropólogo. Doctor en filosofía. Vicerrector académico de la Universidad de los Andes.
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Muisquismos 16 palabras que los colombianos heredamos de nuestras culturas ancestrales
Arepa Aunque no hay consenso sobre la etimología de esta palabra, hay registros de que era utilizada antes de la llegada de los españoles. Una de las referencias más antiguas al vocablo se encuentra en los escritos del italiano Galeotto Cei en su libro “Viaje y descripción de las Indias (15391553)”.
Chitearse ¿Alguna vez se te ha chiteado algo en casa, ya sea el abanico, la televisión u otra cosa? Esta palabra que usamos en ocasiones cuando algo se quiebra, se raja o se cuartea, es una de las herencias que nos dejó la familia de lenguas chibchenses. Aunque la mayoría de estas lenguas están extintas o camino a serlo (porque ya no existe quien las hable), aún quedan algunos términos que usamos en nuestra cotidianidad.V
Guache ¡Uy, qué guache! En la actualidad, la usamos para describir a alguien patán y grosero. También es un instrumento de percusión típico en la Costa Caribe de origen indígena.
Totear Hace muchos años, “totear” solo se usaba para decir que algo se quebró o reventó por un golpe. Hoy día, usualmente decimos “te vas a totear de la risa” para decir que vas a reír demasiado, o “se toteó la cabeza” cuando se ha dado un fuerte golpe en la cabeza. El término es un muisquismo, es decir, es un vocablo que tiene su origen en el idioma muisca (autoglotónimo muysccubun) que fue tomado para uso cotidiano por el español mediante préstamo lingüístico.
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Yuca Esa misma Yuca que hoy comemos con queso y suero, en la antigüedad era parte de la dieta tradicional de grupos indígenas taínos, caribes y arahuacos nativos del Caribe.
Hamaca Esta palabra proviene de los taínos y significaba “red para pescado”. La red se usaba como cama en faenas de pesca y sitios lejanos de la residencia. Casualmente, aún nos referimos a la “hamaca” para este cómodo lecho que nos acompaña en diversas ocasiones, en las siestas y descansos bajo las estrellas en lugares apartados de la residencia.
Güeba Esta expresión se utiliza como sinónimo de pendejo: “Usted si es mucha güeba”, decimos. El término viene de “ueba”, muisquismo que en el pasado se usaba para “advenedizo o forastero”.
Changua Sí, estamos hablando de la sopa a base de leche, huevos, cebollas, sal y cilantro. Al parecer además de una palabra, es una receta herencia de nuestros ancestros.
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Cultura Muísca Un homenaje a la tradición. El estado inicial del universo que conocemos, fue acaso la misma oscuridad primigenia de los muiscas, la Chiminigagua. Los teóricos la resolvieron en el Big Bang, la gran explosión. Nuestros antepasados la convirtieron en la luz inaugural, en el amanecer de las plantas, las aguas y las criaturas, gracias al grito creador de la Madre Abuela Bague. Es una bella cosmogonía que careció de profetas, pues los muiscas recibieron todo directamente de sus dioses.
Así fueron capaces de imaginar la poesía, de mirar el mundo con ojos mágicos y de concebir lo trascendente. Su lengua, el muysccubun, fue capaz de nombrar a las mujeres, a las lagunas, a los dioses, a la tristeza y el miedo, al coraje y la esperanza. Muisca Fucha son las palabras para mujer y con ellas nacieron las manos que protegen y llenan el mundo de magia. No es fácil construir una lengua. Ni una cultura. Los muiscas lo hicieron. Tanto como los incas o las civilizaciones de Mesoamérica. Disuelta por fin Chiminigagua, amaneció el mundo. Y había que poblarlo. El viento frío ha dejado de soplar de repente. La mañana está tibia. Hay un temblor, suave, sobre la superficie de las aguas transparentes de la laguna de Iguaque. Unas ondas llegan a la orilla, poco a poco, a medida que una mujer va emergiendo del fondo y pisa la tierra. Trae un niño precioso de la mano, que se apega a ella y respira el aire limpio. Ella, Bachué, está desnuda. Tiene el pecho moreno y alto hasta el dibujo perfecto de la areola y los pezones oscuros, tiene el vientre ancho y profundo, tiene muslos fuertes y las nalgas redondas como frutas. Sus ojos son muy negros y brillan con la luz de las nubes. Su frente es despejada. Su boca tierna y húmeda. Ella va a cuidar al niño hasta que es un hombre capaz de desposarla. Ambos, los dos, bellos, inconcebibles muiscas iniciales, van a recorrer toda la meseta y las sierras y los bosques y los páramos. En cada parto Bachué dará a la tierra ocho o diez hijos. Y parirá muchas veces hasta poblar el reino de los muiscas. Después, ancianos los dos, se tor-
Bachué transformándose en serpiente.
narán en serpientes y todos los acompañarán a volver al fondo de la laguna. Ha nacido la nación muisca. Cuando ya están reunidos alrededor del fuego, alrededor del cielo que entra por encima de los muros de barro, cuando los hijos y las hijas de Bachué son miles, llega la noticia de que por un collado de los cerros de Pasca ha llegado un hombre desconocido y extraño. Ha descendido y está ya en la llanura de Bosa. Es blanco, tiene la barba luenga hasta la cintura, y los ojos azules. Ha venido a enseñarles a hilar el algodón y a tejer mantas. A mostrarles la clemencia y la generosidad. Irá a Fontibón, a Funza, a Serrezuela, a Zipacón y a Cota…. Bochica hizo del pueblo muisca un pueblo civilizado, capaz de la solidaridad y la ternura. Y un día, cuando había pasado por Hunza y entrado al valle de Sogamoso, desapareció, nadie lo volvió a ver. En una roca está todavía grabada la huella de su pie. Hay quienes la han visto.
ORIGENES Y ya lo olvidaban todos cuando llegó una mujer muy delgada y de ajena belleza. Dijo que su nombre era Huitaca y estuvo también entre ellos y les dijo que no ayudaran a bien morir a sus hermanos, ni les dieran agua si tenían sed, ni los vistieran si tenían frío. Y volvió al pueblo muisca duro y egoísta. Y les dijo también que solo bebieran chicha y holgaran y se olvidaran de los dioses, quienes no merecían ya una ofrenda ni una invocación. Y entonces el dios Chibchacum se enfureció con los muiscas y convirtió a la mujer en una lechuza y creció el río Sopó y el Tivitó y el mismo Funza, y anegó toda la sabana. Y mató a los animalitos y perdió las cosechas. Los muiscas se asustaron mucho y volvieron a llamar a sus dioses y a hacerles ofrendas.
Hasta que apareció Bochica en el arcoíris de la lluvia que por fin terminaba. Y con su bastón de oro dio un golpe poderoso en la tierra y abrió la sierra que contenía las aguas y las dejó caer y huir por el Salto de Tequendama. Y perdonó a los muiscas. Y los muiscas se extendieron y prosperaron. Y las otras naciones los respetaron y los admiraron. Y los dioses veían por ellos, mientras moldeaban el oro, mientras pintaban en las piedras, mientras cultivaban y cazaban o bailaban con los sacerdotes en el templo. Y cuando su Zipa moría, ellos escogían al nuevo gobernante. Y era de verse cómo lo ungían. El Psihipgua era subido en una balsa, en la sagrada laguna de Guatavita, y su cuerpo cubierto con resinas y aceites. Y después con polvo en oro, hasta dorarlo todo junto a cientos de figuras de animales sagrados, hechas de oro macizo y de esmeraldas. Todos, los nobles, el pueblo, los sacerdotes, asistían a esta ceremonia. Y la balsa era llevada lentamente al centro de la laguna. Y el nuevo Zipa se hundía en las aguas y retornaba limpio, lleno de sabiduría y pleno de altos poderes. Y así, por años y años. Hasta que en medio del silencio de las arboledas y las sierras, los muiscas empezaron a oír por primera vez el sonido de las armaduras y las botas que doblaban las ramas en el bosque y hollaban el pasto tierno. Eran los codiciosos españoles. Y ya el mundo que ellos habían creado terminó, pero no como había nacido, con una explosión, sino como dijo alguien cientos de años después, con un gemido.
Monumento a Bochica, en Cuítiva (Boyacá).
Estatua sobre el mito del Tequendama.
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Culturas Precolombinas La época Pre-Colombina se refiere al período histórico de Colombia anterior a la colonización española Se han encontrado yacimientos arqueológicos en diferentes lugares de Colombia. En San Jacinto, muestras de cerámica que datan de 3.000 a. C.; en Monsú, asentamientos adaptados a la vida costera caracterizados por ser recolectores de moluscos con una antigüedad de 3.350 a. C. y 1.300 a. C.; en la Región Amazónica se halló un yacimiento en el que se evidencia la agricultura hacia el año 2.700 a. C. Los primeros habitantes del territorio colombiano llegaron hace unos 20.000 años desde el norte del continente, atravesando a Panamá y entrando por la región del Darien. Otros habitantes llegaron en oleadas migratorias por el océano Pacífico procedentes probablemente de la Polinesia.
En la Costa Caribe se han encontrado pruebas de aldeas ya organizadas socioculturalmente del formativo inferior hacia la culminación del segundo milenio a. C. En Malambo, cerca de la costa del mar Caribe, se encontraron registros de cerámica antropomorfa, zoomorfa y de cultivos que datan de 1120 a. C.2
ORIGENES
Los primeros vestigios Los primeros son los vestigios conocidos de cultura hortícola sobre el territorio colombiano, ubicados en la zona de influencia de los Montes de María, que surcan los departamentos de Bolívar y Sucre, además de una estribación de estos montes hacia el departamento del Atlántico donde también hubo pequeños asentamientos relacionados con tribus que se formaron sobre todo
en el área denominada Puerto Hormiga, donde se han realizado excavaciones, y se han encontrado vasijas y alfarería, a la que se les han practicado pruebas que ubican a esta cultura en el V milenio a. C. Estas comunidades se fueron dispersando, y parece que trasladaron sus conocimientos en pesca y alfarería a la Cultura Zenú, en la cual se integraron al migrar al norte.
Pintura Rupestre: Cerro Azul | San José del Guaviare
Así mismo en Araracuara, Caquetá, se encontraron restos de asentamientos y prácticas hortícolas, así como cerámica provenientes de 2700 a. C.
Yacimiento Rupestre | Sáchica
El sitio Zipacón, indica que los desarrollos agrícolas en el altiplano cundiboyacense se remontan más allá del 1320 a. C.; con coexistencia de la cacería y recolección, junto con prácticas agrícolas y alfarería durante el período cultural Herrera.
San Agustín y Tierradentro La cultura San Agustín es casi desconocida, pues el pueblo agustiniano desapareció antes de la llegada de los conquistadores. La Fuente de Lavapatas, es una demostración de las habilidades escultóricas de la cultura Agustiniana, pues está ubicada sobre una quebrada y contiene pileta esculpidas en la roca, rodeadas de figuras zoomorfas y antropomorfas. El bosque de las Estatuas, por su parte, es una amplia explanada llena de las mejores expresiones monolíticas y dolménicas. En esta explanada se admira tanto la sencillez de ciertas estatuas, como la preocupación por la ornamentación y el detalle de otras de ellas, figuras zoomorfas, amplios tocados, figuras de piedras en donde se hace alusión al “Alter ego”.
Por otra parte, la cultura de Tierradentro también tuvo contribuciones a la estatuaria y la alfarería, pero esta entró más profundo en lo relacionado con el asunto de la vida y la muerte. Los vestigios más tangibles de ella son los hipogeos, que estos dejaron en Inzá, Cauca, donde casi el 80% de la zona es controlada por un resguardo a nombre de los Paeces, aparentes descendientes de los habitantes de Tierradentro. En estos resguardos se habla una lengua autóctona que puede descender de la hablada por los Tierradentro. Construían varias clases de tumbas, entre las cuales algunas avanzan hasta ocho metros bajo tierra con amplios salones ovalados o circulares en torno a una columba central. Estos están decorados con figuras zoomorfas y geométricas. 9
Tayronas Los Taironas habitaron la zona más septentrional de Colombia, exactamente en la Sierra nevada de Santa Marta, donde los pueblos estaban comunicados por una red de caminos de piedra, y sus viviendas eran de forma circular, sin ventanas y techadas de palma de montaña. Cada ciudad grande (unos 1000 habitantes) contaba con un Cacique, figura con pocas atribuciones divinas, quien dentro de los límites de su ciudad, cumplía funciones ceremoniales, ejecutivas, y judiciales. Los caciques podían tener opiniones divergentes, pero las instituciones inermes e uniformes de la Nación Tairona eran los sacerdotes. Ruinas | Pueblito indígena
Casa Tairona
Los Muiscas
Balsa Muisca (Izquierda) | Zipa (Derecha)
Para 1537, año de la llegada de los españoles al altiplano cundiboyacence, se estima que los Muiscas eran cerca de 1 millón, organizados en 56 tribus.Fueron una cultura con una estructura político-administrativa que desarrolló una organización de cacicazgos, conocida como Confederación muisca con un sistema uniforme de caminos, lengua, impuestos, religión y leyes. Había dos grandes confede-
raciones: la del zipa de Bacatá (Bogotá) y la del zaque de Hunza, siendo Funza la capital de la confederación de Bacatá. Cada poblado miembro de la Confederación, le debía tributo al gobernante muisca (zipa o Zaque), dándole tributos y recursos de su zona; a cambio de protección y mercado para sus productos. Además tenían normas de control social y convivencia como el código de Nemequene.
Los Tumaco Sociedades de agricultores, pescadores, recolectores de frutos marinos y cazadores que trabajaron metales, vivieron entre elnepe de los indigenas eran pequeños siglo VII a. C. y el siglo IV en las llanuras inundables y los manglares de la costa del Océano Pací-
fico.En el siglo XVIII Juan de Santa Gertrudis identificó las primeras piezas de lo que sería llamado la Cultura Tumaco. El área de influencia se extiende también, además del departamento de Nariño, a las provincias de Esmeraldas y Manabí en Ecuador.
Vecinos de la Cultura Nariño, presenta sin embargo importantes diferencias, se especializaron en alfarería, ricamente decorada. La cultura Tumaco fue definida inicialmente con base en hallazgos de algunos conjuntos cerámicos sacados de su contexto y sin una evidente asociación. En realidad representan un conjunto de diversas culturas en un período de 2500 años. En realidad la costa del Océano Pacífico de Colombia es aún, a comienzos del siglo XXI casi inexplorada.
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