EL TODO ES CREER. ¡CREER EN ALGO! Bajo mi perspectiva para creer en algo, cualquier cosa, lo que sea, es necesario tener fe y esperanza. Es bueno, en serio, tener algo a qué aferrarse cuando las cosas estén mal o cuando vayan de maravilla. Yo soy católica; creo en Dios, creo en Jesús, creo en la Virgen María y en todos esos santos, ángeles y arcángeles habidos y por haber. También creo en la madre naturaleza, es decir, en mi imaginario está dibujada como una criatura indescriptible que cuida, protege y crea desde el musgo más escondido entre las piedras más pequeñas, hasta los árboles más altos que opacan con su magnitud a los rayos del prominente sol que inconstantemente, sale a calentar los cuerpos de los seres vivos del universo. Éste pequeño preámbulo no pretende cuestionar ni objetar las creencias de los demás, mucho menos de Margarita Rosa de Francisco quien seguramente es agnóstica o atea, que sé yo, y que justamente voy a citar en este prospecto de columna de opinión que parece más una narrativa con un toque de poesía. Pero bueno, ahora sí yendo al punto,
“La niña mencha” propone una idea de conexión con La Pachamama, de vínculo y unión con lo esencial, con lo que usted oye pero no escucha, con lo que usted ve pero no mira, con lo que usted posiblemente siente pero no percibe… Algo tan ligero pero trascendental como según ella dice, sería “seguir el vuelo de un pájaro o los movimientos de un gato”. Yo apoyo esa idea de espiritualidad y ese encuentro con uno mismo en medio de la perfección de una brisa calientica, de un paisaje monumental, del sonido del río de allí de Villeta, de la mirada de mis gatos y mis perras, de la delicadeza de una flor, de una noche estrellada y de la conversación con Dios o quién me lea los pensamientos en medio de la nostalgia o la alegría. El todo es creer. ¡CREER EN ALGO! Amar y respetar la vida propia y la de los demás, proclamar la libertad y predicar la humildad, la sensatez, la honestidad y la tolerancia… y ser feliz, creyendo en lo que su corazón le diga que confíe con cada latido y en lo que su plena conciencia le asegure que está bien, siempre y cuando no afecte a los demás.
Angie L. Torres B. I.D. 350135