Un dĂa hermoso de primavera, Eduardo sale de viaje a la Playa en Veracruz, va por que su escuela participo en un concurso y gano este viaje. Esta completamente feliz pensando e imaginando cĂłmo serĂĄ la playa.
Salieron de la escuela a las 6:00 a.m. para llegar lo más temprano a la playa y disfrutar lo mejor posible el día, porque tenían que regresar en la noche a buena hora, evitando cualquier incidente en el camino.
Llegaron a Veracruz, todos muy contentos y felices, Eduardo no sabía qué hacer, había mucha agua, hacía mucho calor, todo era nuevo para él.
Primero visitaron el acuario del Puerto de Veracruz, donde había muchos animales acuáticos, tiburones, peces, medusas, pulpos y muchos más.
DespuĂŠs fueron a un balneario en donde todos se metieron a nadar, no pudieron ingresar a la playa porque estaba cerrado, en ese tiempo el mar estaba muy agitado y se los podĂa llevar.
Finalmente fueron a comer a un restaurante de mariscos, Eduardo comió un cóctel de camarón, fue ahí donde empezó a amar este platillo.
Antes de regresar dieron un tour por el Puerto, viendo muchos barcos, el mar enfrente de sus pies y gente llena de mucha alegría y tradición, escuchando “la Bamba” con bailes típicos y música de marimba.
Cansados y felices por haber conocido Veracruz, regresaron a la escuela en donde los papas los esperaban con bien.
Angel Hernández Galindo Una historia de la vida real, que a toda persona le puede suceder, una historia llena de alegría, de entusiasmo y mucha energía. Esta historia aconteció hace aproximadamente diez años, una experiencia que queda bien guardada en mi corazón y en mis recuerdos. “Nunca dejes de soñar y de luchar por que lo deseas, nunca es demasiado tarde para intentarlo.”
12 de Agosto 2020